Metamosfosis de La Capoeira

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    Las Metamorfosis de la Capoeira:

    Contribucin a una Historia de la

    Capoeira

    ELPRESENTEARTCULOSEDEDICAAUNARECONSTITUCINDELATRAYECTORIAHISTRICADE

    LACAPOEIRAYBUSCAIDENTIFICARMOMENTOSDECISIVOSAPARTIRDELOSCUALESLACAPOEI-

    RAYELCAPOEIRISTAASUMENDISTINTOSPAPELESENLAREALIDADYENELIMAGINARIOSOCIAL.

    COMOPUNTODEPARTIDA,LAINVESTIGACINEXIGELADEFINICINDELCONCEPTODECAPOEIRA,

    ESDECIR,SEDEBECARACTERIZARALAPRCTICA ACTUALMENTECONOCIDACOMOJUEGODELA

    CAPOEIRA.CONSISTEENUNAACTIVIDADPRACTICADAENCLUBES,GIMNASIOS,OENLACALLE,QUE

    INVOLUCRAENTRENAMIENTOFSICOCONMIRASALJUEGOENLARUEDADECAPOEIRA.ESEJUEGO

    NOTIENEREGLASFIJAS;OBEDECE,NOOBSTANTE,AUNPROTOCOLOCARACTERSTICO,CONMSICA

    PROPIA,ENELQUEELINSTRUMENTOMUSICALQUECOMANDAELDESARROLLODELJUEGOYDELA

    RUEDAESELBERIMBAU.SI,PORUNLADO,LAMSICACOLOCAENEVIDENCIASUCARCTERLDICO

    QUIZELASPECTOMSPERMANENTEATRAVSDELAHISTORIA,POROTROLADOEXPRESAUN

    FUERTECOMPONENTEDEDANZA,QUE,SINEMBARGO,SEENCUENTRASUBORDINADOALROLDE

    ELUDIRYENVOLVERALOPONENTE/ALIADO.ESAFUNCIN,PORSUPARTE,EVIDENCIAELCOMPO-

    NENTEDELUCHA,QUEIMPLICACONTACTOCORPORAL,PERONONECESARIAMENTELAPRESENCIA

    DEVENCEDORYVENCIDO.AS,INCORPORANDOELEMENTOSDEPORTIVOS,MUSICALES,DEDANZA,

    DEARTEMARCIALYDEDIVERTIMENTOENTREAMIGOS,LACAPOEIRACONSTITUYEUNADELASMS

    RICASMANIFESTACIONESDELACULTURAPOPULARBRASILEA.

    Guilherme Frazo Conduru

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    Las Metamorfosis de la Capoeira:

    Contribucin a una Historia de

    la Capoeira

    Se debe reconocer, sin embargo, que la definicin an-

    terior es histricamente definida. Su aplicacin indiscrimina-da como, por ejemplo, al juego de capoeira tal como erapracticado en la poca de la Independencia (1822) o del Se-

    gundo Reinado1 constituira un ejemplo de anacronismo.La identificacin de las metamorfosis de la capoeira y de las

    transformaciones en la forma de su insercin en la sociedadconstituye el tema que ser abordado a continuacin.

    1. LAS PRIMERAS REFERENCIAS (C. 1770-1830).Hayquien se refiera a la prctica de la capoeira desde los tiempos

    del Quilombo de los Palmares2 (siglo XVII). La asociacin de lacapoeira con la historia de la resistencia negra a la esclavitud

    es, en efecto, instigadora: ella sera no apenas una distrac-cin, a travs de la cual los esclavos se olvidaban momen-

    tneamente de la dureza de su condicin, sino tambin uninstrumento de lucha para la conquista de la libertad. La faseactual de la investigacin histrica no permite identificar a la

    prctica del juego de la capoeira entre los quilombolas3, as

    llamados los esclavos refugiados en quilombos (escondrijosdonde se abrigaban los esclavos huidos). Es posible, cuandomucho, encontrar referencias que se remontan a la segunda

    mitad del siglo XVIII, y en un ambiente urbano.El memorialista Luis Edmundo describe al capoeirista de

    los tiempos del virreinato de Rio de Janeiro (1763 1808)como una figura lgubre, aventurera y astuta, que, sin em-bargo, no dejaba de reverenciar a las imgenes sacras de

    los oratorios pblicos, entonces muy presentes en aquelentonces en el paisaje urbano de la capital de la colonia4.

    En la obra de Elsio de Arajo sobre la historia de la policaen la antigua capital5, se encuentra un testimonio diferente

    menos literario y ms convincente. Citando al ilustrado Dr. J.M. Macedo, sin, no obstante, mencionar la obra, afirma:

    Ya en la poca del Marqus de Lavradio, en1770, exista en la persona de un oficial de mi-licias, el teniente Joo Moreira, alias el amoti-nado, quien, dotado de una prodigiosa fuerza,de nimo inflamado, quiz fuera el ms antiguocapoeirista de Rio de Janeiro, porque, manejan-do perfectamente la espada, el cuchillo y el palo,daba preferencia a la cabezada y a los golpescon los pies.

    Esta informacin sugiere que el amotinado habra sido

    un antecesor del clebre mayor Vidigal, hombre de con-

    fianza del primer intendente de Polica de Brasil, consejero

    (1) N. del E: El Segundo Reinado es un periodo de la historia de Brasil que comprende 49 aos. Tiene iniciocon la declaracin de mayoridad de D. Pedro II, el segundo emperador del pas, y termina en 15 de

    noviembre de 1889 con la proclamacin de la Repblica.(2) Ver, por ejemplo, la entrevista del mestre Almir das Arenas al peridico Movimento en 13.09.1976,mencionada por Roberto Freire en Soma, uma terapia anarquista, vol. 2/Prtica da Soma e capoeira,p.160-168, Editora Guanabara-Koogan, Rio de Janeiro, 1991. De la misma forma, en la pelcula Quilombo(1983), del director Cac Diegues, aparecen escenas que sugieren la utilizacin de golpes de capoeira.

    (3) Cf. Memorial de Palmares, de Ivan Alves Filho, Xnon Editores, Rio de Janeiro, 1988.(4) Cf. O Rio de Janeiro no tempo dos Vice-Reis, Athena Editora, Rio de Janeiro, s/d.(5) Cf. Estudo histrico sobre a Polcia da Capital Federal de 1808 a 1831 , Primeira parte, Imprensa Nacional,

    Rio de Janeiro, 1898, p. 56.

    22

    La interpretacin de la obra de los cronistasviajeros extranjeros que pasaron avisitarnos con mayor frecuencia a partir

    de la llegada de la familia real portuguesaen 1808 ha contribuido mucho a lareconstitucin de las costumbres y dela sociedad brasilea de ese periodo.En este sentido, parece ser de JohannMoritz Rugendas (1802-1858) la primeradescripcin de la capoeira (1835):

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    San Salvador

    J. M. Rugendas,1802 1858

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    Paulo Fernandes Viana, que fue nombrado por el prnciperegente Don Joo. Vidigal fue inmortalizado como persona-

    je de las Memorias de un Sargento de Milicias que impo-na a las calles de Rio de Janeiro su discrecional inquisicinpolicial6. La fama del mayor Vidigal se origin en su infati-

    gable combate a los quilombos, candombls7 y capoeiras.Habra sido el creador de la temida sesin de tortura cono-

    cida como cena de las gambas8 reservada a los capoeirasy vagabundos que infernizaban la vida carioca.

    A pesar de que la primera codificacin criminal brasilea elCdigo Criminal del Imperio de Brasil, de 1830 no especificaraa los capoeiras, ellos estaran encuadrados en la categora de

    vagabundos y mendigos, de la cual trata el Artculo 295 del Ca-ptulo IV9. De hecho, el practicante de la capoeira era identificado

    como integrante de grupos de bandidos, sin ocupacin definida,verdaderos marginales. Resta, no obstante, conocer la forma en

    que ese estigma social de marginalidad se conciliara con la ideade una inocente diversin de esclavos y de negros.

    La interpretacin de la obra de los cronistas viajeros ex-

    tranjeros que pasaron a visitarnos con mayor frecuenciaa partir de la llegada de la familia real portuguesa en 1808

    ha contribuido mucho a la reconstitucin de las costum-bres y de la sociedad brasilea de ese periodo. En este sen-

    tido, parece ser de Johann Moritz Rugendas (1802-1858) laprimera descripcin de la capoeira (1835):

    (...) Los negros tienen tambin otra diversinguerrera, mucho ms violenta, la capoeira: dosluchadones se precipitan uno contra el otro,buscando golpear con la cabeza el pecho deladversario que desean derribar. Se evita el ata-que con saltos de costado y paradas igualmen-te hbiles; pero, lanzndose uno contra el otro,ms o menos como cabras, sucede que chocanfuertemente cabeza contra cabeza, lo que haceque el juego no raramente degenere en conflic-to y que los cuchillos entren en juego ensan-

    grentndolas10.

    Adems de esta descripcin, el artista alemn dej dos

    grabados que retratan la prctica de la capoeira y que cons-tituyen, con razonable probabilidad, los ms antiguos docu-

    mentos iconogrficos sobre el tema. En la primera de ellas,denominada San Salvador, la capital del estado de Baha

    (6) Cf. Memrias de um Sargento de Milcias de Manuel Antnio de Almeida, Irmos PongettiEditores, Rio de Janeiro, 1963, prefacio de Marques Reblo, p. 28.

    (7) N. del E: Candombl es el local de culto de la religin de mismo nombre, introduzida en Brasilpor los negros esclavos que vinieram principalmente de los atuales estados de Nigeria y Benn.

    (8) Cf. Almeida, Op. cit.; Waldeloir Rego, Capoeira angola: ensaio scio-etnogrfico, Editora Itapu,Salvador, 1968, p. 295; y Raimundo Magalhes Jnior, Deodoro: a espada contra o Imprio , Cia.Editora Nacional, So Paulo, 1940, vol. 2, p. 183.

    (9) Cf. Rego, Op. cit., p. 291(10) Johann Moritz Rugendas. Viagem pitoresca atravs do Brasil, Livraria Martins, So Paulo, 1940, p. 197.

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    cuatro negros saltarines, dando saltos mortaleso haciendo mil cabriolas para animar la escena.

    Es interesante constatar la presencia en un cortejo f-nebre de esos negros saltarines, cuyos movimientos acro-bticos sern incorporados, en el siglo XX, al juego de la

    capoeira, como floreos, para eludir al oponente, o comointimidaciones, o, tambin, como demostraciones de habi-

    lidad y destreza fsica atractivos para los turistas.En la acuarela El negro trovador, Debret representa a

    un anciano ciego que toca el urucungo o berimbau.

    Esos trovadores africanos, cuya elocuencia esfrtil en historias de amor, terminan siempre susingenuas estrofas con algunas palabras lasci-vas acompaadas por gestos anlogos, medioinfalible para hacer gritar de alegra a todos losespectadores negros, a cuyos aplausos se unenchiflidos, gritos agudos, contorciones y saltos,

    pero cuya explosin es felizmente moment-nea, porque rpidamente huyen en otras direc-ciones para evitar la represin de los soldados

    de la polica que los persiguen a golpes12.

    Corroborando la hiptesis anteriormente formulada, apartir de los grabados de Rugendas, es posible concluir, de

    forma provisoria, que capoeira y berimbau no estaban aso-

    ciados, por lo menos, antes de la tercera dcada del sigloXIX. Hecho sorprendente cuando consideramos la visceral

    relacin que prevalece entre los dos, desde, por lo menos,la dcada de 1930.

    En este periodo aproximado de 1770 a 1830, es posible

    concebir a la capoeira desde, por lo menos, dos perspectivas.Desde un punto de vista, por as decir, etnogrfico, como una

    diversin de negros (por lo tanto, de origen africano), practi-cada a cielo abierto, al punto de posibilitar su reproduccin

    por viajeros extranjeros. Desde un punto de vista sociolgi-co, no se puede ignorar que la capoeira fue objeto de fuertepersecucin policial, ya que sus practicantes, en general es-

    clavos o negros libertos, eran identificados como asaltantesy pandilleros, que hacan uso de la capoeira para perpetrar

    crmenes y atentar contra el orden pblico.

    2. LAS CUADRILLAS: PROFESIONALISMO Y SER- VICIOS POLTICOS (C. 1830-1890). A pesar de todapersecucin que sufri, la capoeira consigui sobrevivir y,

    a lo largo de la Regencia y del Segundo Reinado, lleg aexpandirse socialmente. De alguna manera y en algn mo-

    mento dej de ser una cosa exclusivamente de negros o

    (12) Cf. Debret, Viagem pitoresca e histrica ao Brasil, Itatiaia, Belo Horizonte, Edusp, So Paulo,1989, tomo II, p. 164-165.

    El negro trovadorJ. B Debret, 1768 1848

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    (13) Lima Campos, La Capoeira, artculo publicado en la revista Kosmos, Rio de Janeiro, 1906, apudCarlos Drummond de Andrade y Manuel Bandera, Rio de Janeiro em prosa e verso , Livraria JosOlympio Editora, Rio de Janeiro, 1965, p. 191-194.

    (14) Sobre la expansin urbana de Rio de Janeiro a mediados del siglo XIX, cf. de Maurcio de Abreu,Evoluo Urbana do Rio de Janeiro, IPLANRIO/ Zahar, Rio de Janeiro, 1988.

    (15) Cf. Festas e tradies populares do Brasil, Editora Itatiaia, Belo Horizonte, Edusp, So Paulo,1979, p. 257-263, apud Rego, op.cit., p. 280.

    de esclavos. Est claro que son negros y mulatos quienes

    integran la mayor parte de la galera de capoeiristas famo-sos del siglo pasado. No eran, sin embargo, los nicos co-nocedores del arte.

    De hecho, la incapacidad de la represin para acabar conla capoeira (y con otras manifestaciones de la cultura negra,

    como el candombl) permiti su difusin a otros sectoresde la poblacin, tambin durante el Imperio. En el centro

    de ese contradictorio proceso de criminalizacin y difusinse encuentra la formacin de las cuadrillas de capoeira. Nofue casual que cronistas como Lima Campos y Coelho Neto

    se refirieran al tiempo de Don Pedro II como el de la fasede apogeo de la capoeira: Durante el Segundo Imperio, la

    capoeira lleg al auge, fue verdaderamente, aquella poca,la de su pleno dominio y mximo desarrollo13.

    Por un lado, el florecimiento de las cuadrillas se rela-ciona con el crecimiento urbano de Rio de Janeiro en lasegunda mitad del siglo XIX, que fue acompaado por un

    fuerte crecimiento demogrfico provocado por la inmigra-

    cin, principalmente en los sectores ms pobres de la po-blacin libre14. Por otro lado, lo que explica, en gran parte, laorganizacin de las cuadrillas, a pesar de la persecucin, es

    su aprovechamiento poltico para fines electorales. Sobreeste aspecto, el siguiente comentario de Melo Morais Filho

    es muy elocuente: (...) En su hombro tiznado se apoy has-ta hace poco, el senado y la cmara, a donde, a la luz de lanavaja, muchos de los que nos gobiernan, ascendieron15.

    Segn las informaciones de Lima Campos y de Melo Mo-rais Filho, las cuadrillas de Rio de Janeiro posean una estruc-

    tura disciplinaria interna que no dejaba de lado una estrictajerarqua y una especie de carrera funcional. Esas agrupacio-

    nes tanto podan ser formadas a partir de barrios (Gloria, Lapa,Largo do Moura, Santa Luzia etc.) como a partir de ocupacio-nes (Carpinteros de San Jos, Concepcin de la Marina).

    En un determinado momento, segn Lima Campos, ocur-re la fusin de estas diferentes cuadrillas en dos grandes na-

    ciones: los guaiams y los nags. El inters poltico en lapreservacin de las cuadrillas consista en su utilizacin para

    servicios electorales; de ah deriva la constante y audaz pre-sencia de los capoeiras, que disfrutaban una relativa impuni-dad debido a la connivencia de las autoridades. Cada una de

    las naciones se haba asociado a uno de los partidos de lamonarqua: los liberales y los conservadores. Entre los servicios

    posibles se incluan la disolucin de actos electorales, el roboo falsificacin de urnas electorales y la coaccin de electores,

    adems de venganzas personales contra polticos del partidorival. As, en un esquema poltico de elecciones fraudulentas,los servicios de las cuadrillas organizadas podan ser conside-

    As, en un esquema poltico de eleccionesfraudulentas, los servicios de las cuadrillasorganizadas podan ser considerados

    profesionales: el ingreso a una de ellasrepresentaba alternativa de sustentopara los miembros de la numerosa clasede hombres libres y pobres. Era, por lotanto, en el gran grupo de desocupados,vagabundos y personas sin oficio donde seiba buscar, de una manera general, a loscontingentes de capoeiristas que integrabanlas cuadrillas1.

    DetalleJuego de Capoeira, J. M. Rugendas

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    la Capoeira

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    (16) Coelho Neto cita a Juca Paranhos, el futuro Barn do Rio Branco, Ministro de RelacionesExteriores de 1902 a 1912, y patrono de la diplomacia brasilea, que, en la mocedad, fuemuy bueno y de eso se enorgulleca en las conversaciones ntimas en que era tan picaresco,apud Magalhes Jnior, Op..cit., p. 185.

    (17) Cf. Rego, Op.cit., p. 313-315; Magalhes Jnior, Op.cit., vol. 1, p. 326-327, 341-342, 373-376;vol. 2, 63-64, 183, 228.

    (18) Cf. Escravos Brasileiros do sculo XIX na fotografia de Christiano Jr., Paulo Cesar de Azevedo yMaurcio Lissovsky (orgs.), Editora Ex Libris, So Paulo, 1987, figura 71.

    rados profesionales: el ingreso a una de ellas representaba al-

    ternativa de sustento para los miembros de la numerosa clasede hombres libres y pobres. Era, por lo tanto, en el gran grupode desocupados, vagabundos y personas sin oficio donde se

    iba buscar, de una manera general, a los contingentes de ca-poeiristas que integraban las cuadrillas16.

    No eran ellos, sin embargo, los nicos practicantes de ca-poeira. Hijos de buenas familias se convirtieron en valientes

    combatientes gracias al conocimiento adquirido en la convi-vencia con capoeiristas. Coelho Neto, admirador reconocidode la prctica de la capoeira, menciona a personalidades

    eminentes en la poltica, en el profesorado, en el Ejrcito, en

    la Marina que habran aprendido los secretos de la capoeiraal asociarse, de alguna forma, con las cuadrillas .

    La connivencia de las autoridades con las actividades de

    las cuadrillas de capoeira lleg al paroxismo con la creacinde la Guardia Negra, que era una especie de sociedad secre-

    ta, cuyo objetivo declarado era la defensa de la princesa Isa-bel. Lleg a contar con partidas presupuestales de la polica

    del gobierno de Joo Alfredo y actu como fuerza paramilitarhaciendo oposicin contra las movilizaciones del ascendien-te movimiento republicano. Aprovechando los sentimientos

    de simpata provocados por el final de la esclavitud, la Guar-dia Negra reclut a sus miembros entre los capoeiras cuyo

    elevado nivel de organizacin y movilizacin se deba a la es-tructura interna de las cuadrillas y en el gran grupo de de-

    lincuentes y marginales, que transitaban socialmente entrela criminalidad y el orden. La Guardia Negra uno de cuyosidealizadores fue Jos do Patrocnio fue, as, la responsable

    de la disolucin de varios actos electorales y reuniones de los

    republicanos y representaba una alternativa desesperada delgobierno para preservar a la Monarqua. Durante los aconte-cimientos que culminaron con la proclamacin de la Rep-

    blica, la denuncia de que el cuartel del Primer Regimiento deCaballera sera atacado por la Guardia Negra habra servido

    como pretexto para el inicio de la insubordinacin militar17.Al analizar a la capoeira durante el Imperio, no se puede

    dejar de hacer una referencia especial a una fotografa de

    Christiano Jnior, hecha entre 1864 y 1866, que reproduce enestudio lo que sera una leccin particular de capoeira18. Un

    joven negro inicia a un nio negro en la capoeira, ensendolelo que parecen ser los rudimentos de la ginga. La foto sugiere

    la idea de que la transmisin de la tcnica de la capoeira invo-lucraba, ya en aquel tiempo, alguna especie de metodologa yuna relacin del tipo maestro/discpulo. La existencia de una

    estricta jerarqua dentro de las cuadrillas, en el caso de quefuera confirmada, podra contribuir a confirmar esa hiptesis.

    Finalmente, se debe mencionar que los capoeiras ocu-paban un lugar ambiguo en el imaginario social de la poca:

    al mismo tiempo en que aterrorizaban a la poblacin con eldesorden y las golpizas que promovan, eran admirados porlas hazaas realizadas contra los representantes del orden

    y del poder establecido. Sobre esta discusin, vale la penareproducir un trecho de una crnica de Machado de Assis:

    (...) que estoy en desacuerdo con mis contem-porneos, relativamente al motivo que lleva alcapoeirista a dar cuchilladas en nuestras barri-

    Leccin particular de capoeira-Christiano Jnior

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    (19) Machado de Assis, Crnicas (1878-1888), W. M. Jackson Inc. Editores, 1938, vol.. IV, p. 227-228,apud Rego, op.cit., p.280-281.

    (20) Cf. Coelho Neto, crnica O nosso jogo, in Bazar, Livraria Chandron, de Lello e Irmos Ltda.,Porto, 1928, apud Magalhes Jnior, op.cit., p. 136-138.

    (21) Cdigo Penal Brasileiro, por el Doctor Manuel Clementino de Oliva Escorel, Tipografia de la Cia.Ind. de So Paulo, 1893, apud Luiz Renato Vieira, Da vadiao capoeira regional, tesis deMaestra para el Departamento de Sociologa de la UnB, 1991.

    gas. Se dice que es el placer de hacer el mal,de mostrar agilidad y valor, opinin unnime yrespetada como dogma. Nadie ve que es sim-

    plemente absurda19.

    Coelho Neto, por su parte, idealizaba al capoeirista, con

    nostalgia y romanticismo, al atribuirle una elevada dignidadmoral ya que no usaba navaja (sic), no golpeaba a un hombre

    cado y, en el caso de que defendiese causas nobles, como elabolicionismo, lo haca por idealismo y no como mercenario(sic). Exaltando la valenta de los capoeiras, Coelho Neto rela-

    ta el terror que producan en la propia polica20.

    3. AOS DE REPRESIN Y OLVIDO (C. 1890-1930).La constante presencia de los capoeiras en la crnica policial

    de las ltimas dcadas del Imperio hizo que recibieran un tra-tamiento diferenciado por parte de la legislacin penal brasi-lea. En efecto, el Cdigo Penal de la Repblica de los Estados

    Unidos de Brasil, de 1890, estableca en su Captulo XIII:

    De los Vagabundos y Capoeiristas / Artculo 402:Hacer en las calles y plazas pblicas ejercicios deagilidad y destreza corporal conocidos con la de-nominacin de prctica de la capoeira; correrascon armas o instrumentos capaces de produciruna lesin corporal, provocando tumulto o desr-denes, amenazando a personas ciertas o incier-tas, o provocando temor de algn mal: / Pena:de prisin de dos a seis meses. / Prrafo nico: esconsiderada circunstancia agravante pertenecera algn bando o cuadrilla. A los jefes o cabezas seles impondr la pena en doble (...)21.

    As es jurdicamente tipificada la criminalizacin de la

    capoeira una capoeira ntimamente vinculada a la margi-nalidad y que estaba caracterizada tanto como una tcnica

    de lucha corporal como por el manejo de armas tales comonavajas, cuchillos y cachiporras.

    Antes de la entrada en vigor, por decreto, del Cdigo Pe-nal, la capoeira fue objeto de una frrea persecucin oficial.En la atmsfera de inestabilidad poltica que caracterizaba a

    los primeros momentos de la Repblica, el mariscal Deodo-ro da Fonseca nombr para la jefatura de Polica al doctor

    Sampaio Ferraz, que ejerci el cargo de fiscal pblico y fue,como periodista, un violento opositor de la Monarqua. Al

    entregarle el cargo, el Presidente le otorg amplios poderespara erradicar de la capital a todos los provocadores de de-srdenes, comenzando por los bandos de capoeiristas.

    La constante presencia de los capoeiras enla crnica policial de las ltimas dcadas delImperio hizo que recibieran un tratamiento

    diferenciado por parte de la legislacin penalbrasilea.

    Las Metamorfosis de la Capoeira:

    Contribucin a una Historia de

    la Capoeira

    Ministerio de Relaciones ExterioresRevista Textos do Brasil

    DetalleJuego de Capoeira,J. M. Rugendas

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    (22) Cf. Jos Murilo de Carvalho, Os bestializados/ O Rio de Janeiro e a Repblica que no foi, Cia.das Letras, So Paulo, 1987, p. 179, nota 25 y p.. 155.

    As, Sampaio Ferraz inici la formidable campaa contra

    las cuadrillas de capoeira. Para que la ciudad efectivamentese librase de aquellos bandos, la pena aplicada fue la dela deportacin. Segn Jos Murilo de Carvalho, esta prcti-

    ca fue iniciada hacia fines del Imperio, con la deportacinde capoeiristas al Estado de Mato Grosso. Sampaio Ferraz

    habra arrestado y desterrado a la isla de Fernando de No-ronha, sin proceso, a alrededor de 600 capoeiristas. Ese

    mismo autor observa que haba muchos blancos e inclusoextranjeros entre los capoeiras: de las 28 personas presas,en abril de 1890, bajo la acusacin de prctica de la capoei-

    ra, cinco eran negras y diez eran blancas, de las cuales sieteeran extranjeras. Era comn que aparecieran portugueses

    e italianos entre los presos por prctica de la capoeira. Y nosolamente blancos pobres se involucraban22.

    De hecho, en aquel mes de abril de 1890 una crisis mi-nisterial fue casi desencadenada a partir de la prisin delfamoso capoeirista y pandillero Juca Reis, muchacho de rica

    familia portuguesa, propietaria del peridico El Paiz, que ha-

    ba sido dirigido por Quintino Bocayuva, en aquel entoncesMinistro de Relaciones Exteriores. Frente a la prisin y lainminente deportacin del burgus valentn, Quintino

    amenaz renunciar al cargo: o libertaban al hijo de su ex-patrn, lo que implicaba la renuncia de Sampaio Ferraz, o l

    se retirara del Gobierno. Se lleg, finalmente, a una soluci-

    n de compromiso por la cual al capoeirista de la elite serafacultado al embarque hacia el exterior tan luego llegara ala isla de Fernando de Noronha.

    El episodio muestra el grado de difusin social alcanza-do por la capoeira. En la prctica de la capoeira, en efecto,

    era posible la convivencia entre clases sociales diferentes.Carvalho argumenta que esta posibilidad de mezcla social

    presente en la capoeira ocurra tradicionalmente en las her-mandades religiosas y en las organizaciones asistencialistasde auxilio mutuo. Eran ocasiones de auto-reconocimiento

    de la poblacin de Rio de Janeiro, que viva la transicindesde un espacio urbano tpico de una ciudad colonial y

    esclavista hacia el de una moderna metrpolis capitalista.Como ejemplos de movimientos que simbolizan la cons-

    truccin de espacios de confraternizacin, menciona a lapopularizacin de la fiesta de la Pea, la participacin depolticos conocidos en los centros de candombl, la gradu-al ascensin social de la samba y la difusin del ftbol entre

    las clases ms pobres. En el mbito poltico, sin embargo,la ausencia de ciudadana engendraba la indiferencia y el

    Juego de Capoeira

    J. M. Rugendas, 1802 1858

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    cinismo y, adems, la tendencia hacia la carnavalizacin

    del poder y de las relaciones sociales23.Estas consideraciones ayudan a problematizar el tema de

    la tarda aceptacin social de la capoeira. La represin empren-

    dida por Sampaio Ferraz puede ser considerada un xito en lamedida en que provoc la virtual desaparicin de la capoeira.

    Segn un viajero francs, que residi en la capital durante al-gunos meses, en 1883, las estadsticas policiales computaran

    a aproximadamente 20.000 capoeiristas entre la poblacin dela ciudad de Rio de Janeiro. Alrededor de veinte aos despus,en el prefacio del libro Educacin Fsica Japonesa, el tenien-

    te capitn Santos Porto afirmaba: Entre nosotros, en tiemposremotos, los ejercicios de agilidad conocidos como capoeira

    florecieron incluso entre los hijos de familias ms distinguidas.El anteriormente mencionado Lima Campos lamentaba, en

    1906, la prdida de un supuesto espritu autntico de la capo-eira al afirmar que los capoeiristas de esa poca no hacen [deljuego] verdaderamente un arte, una profesin, una institucin.

    (...) son ms bien, perturbadores, navajeros, cuchilleros, revol-

    tosos, y no propiamente capoeiristas exclusivos, profesionalesy reglamentados24. Carvalho menciona la versin del jefe dePolica en 1904 sobre la prisin de vagabundos despus de la

    Revolta da Vacina25: de las ms de 2.000 personas detenidaspor vagancia, solamente 73 lo fueron por prctica de la capo-

    eira. Despus de la gritera y el alarido exaltado de las cuadrillasse produjo un silencio casi total sobre la capoeira. Sin embar-go, es necesario profundizar la investigacin para corroborar

    la idea segn la cual la capoeira casi desapareci a partir de laltima dcada del siglo pasado.

    En Baha, la persecucin llega hasta la dcada de 1920,cuando se volvieron famosas las incursiones del delegado Pe-

    dro de Azevedo Gordilho, Pedrinho, contra los candombls ylos capoeiras. Es necesario sealar que la estratificacin social enSalvador era ms radicalmente caracterizada por la oposicin

    seor/esclavo (o blanco/negro) que en Rio de Janeiro. De todas

    formas, mayores estudios debern ser conducidos para deter-minar el nivel de penetracin social de la capoeira a lo largo delsiglo XIX en Baha. Hasta ahora no fue posible detectar la presen-

    cia de cuadrillas en la Baha del siglo pasado. Rego menciona alcapoeirista-capanga asalariado de potentados, probablemen-te refirindose a los integrantes de las cuadrillas cariocas26. We-

    therell, Vicecnsul britnico en Baha de 1842 a 1857, describeuna lucha comn en la Ciudad Baja en la cual (...) [los negros]

    son puro movimiento, saltando y sacudiendo brazos y piernassin parar, iguales a monos cuando pelean (...)27.

    (23) Carvalho, Op..cit., p. 156-160.(24) Cf. Santos Porto, prefacio del libro Educao fsica japonesa, Cia. Topogrfica Brasileira, Rio de

    Janeiro, 1905; Lima Campos, apud Drummond y Bandera, Op..cit., p.193.(25) N. del E: Revolta da Vacina (Rebelin de la Vacuna). En virtud de la obligatoriedad de la

    vacunacin contra viruela por parte del gobierno federal, la mal informada poblacin de laciudad de Rio de Janeiro, ya inconformada con otras imposiciones del poder pblico, considerese ato el estopn para la deflagracin de una rebelin de cuo popular.

    (26) Cf. Rego, Op.cit., p. 315.(27) Cf. James Wetherell, Brasil: apontamentos sobre a Bahia 1842-1857, Ed. do Banco da Bahia. El

    tradutor identifica la capoeira en esta descripcin.

    A partir de los aos 1930, comienza unlargo proceso en direccin a la gradualdesvinculacin de la capoeira de la

    criminalidad y del mundo del crimen. Setrata de la lenta ascensin y aceptacinsocial de la capoeira.

    Las Metamorfosis de la Capoeira:

    Contribucin a una Historia de

    la Capoeira

    Ministerio de Relaciones ExterioresRevista Textos de Brasil

    DetalleJuego de Capoeira, J. M. Rugendas

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    4. ESCOLARIZACIN, ACEPTACIN SOCIAL Y UNNUEVO PROFESIONALISMO (C. 1930 - ). A partir delos aos 1930, comienza un largo proceso en direccin ala gradual desvinculacin de la capoeira de la criminalidad

    y del mundo del crimen. Se trata de la lenta ascensin yaceptacin social de la capoeira. En el transcurso de esta

    tercera metamorfosis, la capoeira se exhibir en recepcio-nes oficiales, ser reconocida como autntica manifestaci-

    n de la cultura popular nacional, y, sobre todo, comenzara ser enseada en escuelas especializadas, los gimnasios.

    El desarrollo de una capoeira acadmica a partir de la

    introduccin de una metodologa de enseanza fue posi-bilitada por una coyuntura poltico-ideolgica en la cual la

    cuestin de la identificacin y de la construccin de unacultura nacional se encontraba en el centro del debate in-

    telectual. De hecho, en las dcadas de 1920 y 1930, in-telectuales seguidores de diversas tendencias estticas ypolticas se preocupaban con la construccin de una bra-

    silidad ideal, de un referencial de valores culturales au-

    tnticamente nacionales. En el centro de esta discusinestaba la bsqueda de conciliacin entre la necesidad demodernizacin y, al mismo tiempo, la preservacin de las

    tradiciones. Fue, por lo tanto, en el conjunto de las transfor-maciones sociales y polticas relacionadas con el proceso

    de industrializacin que se plasmaron las condiciones parael surgimiento de una capoeira renovada.

    As, la Revolucin de 193028 seala el establecimiento

    de nuevas relaciones entre el Estado y las clases sociales.Con discurso y prcticas populistas, la nueva elite detenta-

    dora del poder poltico busca legitimar la tutela del Esta-do sobre la sociedad y forja una ideologa estatal, con la

    participacin de intelectuales modernistas, comprometidoscon el proyecto de construccin simblica de la naciona-lidad. Las Fuerzas Armadas, imbuidas de la creencia en su

    misin de purificadoras de la poltica, pasan a identificaren la educacin un instrumento de movilizacin social,

    imprescindible para la (re)construccin de la nacionalidad.Intentan, de esta forma, conciliar a la educacin de masa

    y los principios militares de disciplina y jerarqua. As, pro-mueven la institucionalizacin de la Educacin Fsica comomateria escolar. En este sentido, el Estado, como agente y

    promotor de la cultura, se apropia de manifestaciones dela cultura popular. Es muy significativa la inclusin de la ca-

    poeira en el programa curricular de la Polica Especial, cre-ada en 1932, sirviendo a dos objetivos pragmticos: como

    tcnica de lucha, considerada necesaria para la formacinprofesional del polica, y como valor cultural, afirmador dela nacionalidad.29

    En este contexto surge una nueva forma de capoeira,que tiene como base programtica la nocin de eficacia,

    cuyo hito inicial puede ser simbolizado por la creacin, porMestre Bimba, del primero gimnasio en 1932, denomina-do Centro de Cultura Fsica y Capoeira Regional de Baha.Es importante sealar que antes de aquel momento y a

    pesar de las consideraciones suscitadas por la fotografa de

    Christiano Jnior la capoeira era aprendida en la calle; larueda se haca en espacio pblico y el aprendizaje tcnicoexclua la idea de entrenamiento formal. Es decir, se apren-

    da jugando, y no entrenando, como sucede actualmente.Al fundar su nuevo estilo en el criterio de eficacia de la

    lucha, Bimba implcitamente consideraba que la capoeiraexistente era dbil desde el punto de vista marcial. Partien-

    do de esta perspectiva, elabora un mtodo de enseanzaque, al priorizar la formacin del capoeirista como luchador,tiende a menospreciar el componente ldico del arte. Co-

    mienza, de esta manera, un proceso de escolarizacin dela capoeira, con la prdida de su aspecto de holgazanera

    y la gradual desaparicin de las ruedas callejeras.Adems de supervalorizar a la capoeira en su dimensi-

    n marcial, privilegiando a la tcnica e incluso introducien-do movimientos originarios de otras luchas, Bimba buscabadesvincularla del estigma de la marginalidad. Como observa

    Vieira, para ingresar a las clases de regional, el alumno (de

    ah deriva la escolarizacin) debera ser estudiante o traba-jador, excluyndose a los vagabundos (o desempleados?). Allado de esta segregacin, Bimba asimil aspectos formales

    propios de la cultura erudita y, por lo tanto, ajenos al ambien-te de la cultura popular: examen de ingreso, curso bsico, ce-

    remonia de graduacin y curso de especializacin. Buscabaas la legitimacin de su capoeira como actividad educativa eincorporaba los principios militares de jerarqua y disciplina.

    La participacin de Bimba y de sus alumnos en el desfileoficial del Dos de Julio de 1936, la autorizacin legal para

    el funcionamiento de su gimnasio en 1937 (en la prctica,descriminalizando a la capoeira), su actuacin como pro-

    fesor en el Centro de Formacin de Oficiales de la Reservadel Ejrcito, de Salvador, entre 1939 y 1942, y la exhibicinante Getlio Vargas, en 1953, constituyen hechos emble-

    mticos de la aceptacin y de la ascensin social de la ca-poeira. En efecto, hubo un contacto del mestre con gruposde universitarios interesados en aprender capoeira, y, msan, muchos de sus alumnos eran miembros de la elite so-

    cial de Salvador. Consiguientemente, parece ser verdaderala afirmacin de que la regional habra sido orientada hacialas clases ms privilegiadas de la sociedad30.

    Una de las consecuencias del surgimiento de la llamadacapoeira regional fue la falsa distincin entre dos estilos:

    la angola, considerada como ms antigua y tradicional, yla regional, considerada, por los puristas, como una desca-

    racterizacin. En realidad, el concepto de capoeira angolasurge como respuesta al advenimiento de la regional deBimba, a partir de la iniciativa de Mestre Pastinha (Vicente

    (28) N. del E: La llamada Revolucin de 1930 fue un golpe de las lites regionales contra lahegemona de las tradicionales oligarquas cafetaleras con el objetivo declarado de moralizarlas instituciones polticas brasileas. El resultado de ese proceso fue la ascensin de GetlioVargas al poder y la instauracin del periodo conocido como Estado Novo (1937-1945).

    (29) Cf. Vieira, Op.cit., captulo II.(30) Cf. Vieira, Op.cit., p. 175.

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    Ferreira) de crear su Centro Deportivo de Capoeira Angola,en 1941, en Baha. Ocurre, con frecuencia, una confusin

    entre el toque de berimbau conocido como toque de an-gola (es decir, un determinado ritmo que implica determi-

    nado tipo de juego) y un supuesto estilo angola de juego.Se debe aclarar, primeramente, que existen diversos toquesque determinan diversas formas de juego, sin que esa va-

    riedad de ritmos implique, necesariamente, la cristalizacinde diferentes estilos o escuelas de capoeira.

    Uno de los efectos de la diseminacin de los gimnasiosfue, por un lado, la definitiva ruptura del eslabn que aso-

    ciaba la prctica de la capoeira con la marginalidad. As, elestigma de cosa de vagabundo o de marginal gradual-mente se desintegra por la realidad de quienes pertenecen

    al mundo de la capoeira en los das de hoy. Por otro lado,la difusin social provocada por los gimnasios tuvo su con-

    trapartida tanto en la proliferacin desenfrenada de mes-trescomo en la consiguiente vulgarizacin, muchas vecesdeformada, del sentido original de esta categora. De todosmodos, la capoeira se convirti en un medio de vida: conlos gimnasios, la profesionalizacin de los mestres (o de losprofesores/instructores) se convirti en una realidad.

    La utilizacin, repetida a lo largo de los aos, de mto-

    dos de enseanza tuvo tambin consecuencias ambiguas.La sistematizacin del entrenamiento, basada en la repeti-

    cin de movimientos, y el continuo intercambio entre losdiversos grupos en Brasil y en el exterior permitieron, de

    La participacin de Mestre Pastinha yde su grupo en el Festival de Arte Negrorealizado en Dakar, Senegal, en 1966,

    puede haber sido la primera demostracin,oficial, de capoeira en el exterior. Desdelos aos 1970 y, principalmente, desde losaos 1980, una cantidad cada da mayorde capoeiristas ha viajado a Europa o losEE.UU., impartiendo cursos e inclusoestablecindose y desarrollando trabajos delargo plazo en el exterior.

    Foto: Lilia Menezes

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    hecho, un perfeccionamiento tcnico y atltico inimagina-ble. El nfasis en la repeticin, sin embargo, produjo cierta

    mecanizacin o automatizacin de los movimientos,tendiente a la estandarizacin de las formas de juego y de

    los estilos personales.Otro aspecto relevante de la capoeira en los das de

    hoy se refiere a su difusin por el mundo. La participaci-

    n de Mestre Pastinha y de su grupo en el Festival de ArteNegro realizado en Dakar, Senegal, en 1966, puede haber

    sido la primera demostracin, oficial, de capoeira en el ex-terior. Desde los aos 1970 y, principalmente, desde los

    aos 1980, una cantidad cada da mayor de capoeiristas haviajado a Europa o los EE.UU., impartiendo cursos e inclusoestablecindose y desarrollando trabajos de largo plazo en

    el exterior31.En sntesis, la capoeira conoci diversas formas histri-

    cas y sobrevivi a prejuicios y persecuciones. En el mundoglobalizado del inicio del siglo XXI, podr sonar extrao que

    hace alrededor de un siglo, en plena belle poque, en la eraclsica del imperialismo, haya corrido riesgo de desaparici-n. Hoy, la capoeira prospera en el mundo. La tradicin y la

    especificidad propias de la capoeira, no obstante, deben serrespetadas y, en este sentido, se debe dar especial atenci-

    n a la preservacin de los diferentes toques tradicionalesde berimbau, que, en ltimo anlisis, constituyen el msfuerte vnculo con la tradicin de los tiempos posterioresa las cuadrillas.

    Foto: Lilia Menezes

    Guilherme Frazo Conduru. Diplomtico de carrera ycapoeirista, fue alumno, en Rio de Janeiro, de los Mestres

    Sorriso y Garrincha, ambos del Grupo Senzala, creado en1966, en Rio de Janeiro.

    (31) Es el caso, por ejemplo, de Mestre Acordeo, bahiano, discpulo de Mestre Bimba, que seestableci en San Francisco, California, y de all trajo, en 1983, a un grupo signi ficativo dealumnos norteamericanos para conocer la capoeira en Brasil. Incontables y cada vez msfrecuentes ejemplos podran ser mencionados.