Método teológico

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El Método teológico 1 La construcción teológica tiene tres momentos y estos son: 1. El momento positivo, que corresponde a la escucha de la fe. (hermenéutica) 2. El momento especulativo, que consiste en la explicación de la fe. (teoría) 3. El momento práctico, que busca actualizar o proyectar la fe en la vida (Práctica) Momento I Positivo I de la práctica teológica: La Sagrada Escritura En primer momento del acto teológico se trata del auditus fides, es decir, oír los testimonios que nos hablan del misterio divino. Entre los testimonios que el teólogo debe oír están los “primarios” que son las escrituras y la tradición; los “secundarios” son los testimonios eclesiales (credo, liturgias, magisterio, santos padres, doctores y teólogos) y por último están los “ajenos” de los que también puede apropiarse la teología (Religiones, filosofías, ideologías, ciencias, historia, y signos de los tiempos). La escucha positiva de la palabra comprende: La heurística (búsqueda adecuada de los textos correctos y auténticos) La hermenéutica ( interpreta adecuadamente los textos) Critica (apreciación justa de los mismos textos). Algunas reglas hermenéuticas: 1 Clodovis boff/editora vozes/2009.Proceso/Teoría del Método Teológico/pp45-58/México, D.F./Ediciones Dabar, S.A. de C.V.

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El Método teológico1

La construcción teológica tiene tres momentos y estos son:

1. El momento positivo, que corresponde a la escucha de la fe. (hermenéutica)2. El momento especulativo, que consiste en la explicación de la fe. (teoría)3. El momento práctico, que busca actualizar o proyectar la fe en la vida (Práctica)

Momento I Positivo I de la práctica teológica: La Sagrada Escritura

En primer momento del acto teológico se trata del auditus fides, es decir, oír los testimonios que nos hablan del misterio divino. Entre los testimonios que el teólogo debe oír están los “primarios” que son las escrituras y la tradición; los “secundarios” son los testimonios eclesiales (credo, liturgias, magisterio, santos padres, doctores y teólogos) y por último están los “ajenos” de los que también puede apropiarse la teología (Religiones, filosofías, ideologías, ciencias, historia, y signos de los tiempos).

La escucha positiva de la palabra comprende:

La heurística (búsqueda adecuada de los textos correctos y auténticos) La hermenéutica ( interpreta adecuadamente los textos) Critica (apreciación justa de los mismos textos).

Algunas reglas hermenéuticas:

Disposición a la escucha obediente y orante de la palabra de Dios. Situar el texto en el contexto histórico y en el contexto mayor del canon, cuya culminación

es Cristo. Fijar el sentido textual para luego descubrir el sentido actual y finalizar la lectura con la

práctica del ágape. Tener en cuenta a la iglesia y comulgar con ella en todo, con su tradición y su magisterio.

El núcleo de esta hermenéutica coincide con el núcleo de la metodología teológica: confrontar fe y amor o, más concretamente biblia y vida. Esto significa que la teología es el desdoblamiento teórico de la biblia.

1 Clodovis boff/editora vozes/2009.Proceso/Teoría del Método Teológico/pp45-58/México, D.F./Ediciones Dabar, S.A. de C.V.

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Momento I positivo II La tradición y el Dogma

La tradiciónEs importante distinguir la verdadera tradición, que es un proceso vivo, dinámico y creativo, del tradicionalismo, que tiende a cosificar y momificar la tradición. Y esto sólo puede hacerlo matándola.

Las funciones principales de la tradición de la iglesia son: constituir el texto bíblico, conservarlo pasándolo adelante, y actualizarlo creativamente mediante nuevas lecturas, según los tiempos.

Toda escritura, especialmente la sagrada Escritura, sólo irradia su sentido integral cuando se lee dentro de la tradición que la generó, la acompaña y sigue adelante.

Debemos distinguir: “la tradición apostólica” que es fundadora de los textos de Nuevo Testamento y es condición formal (como una atmósfera) para que éstos expliciten todo su sentido;

Y “la tradición eclesial”, que prolonga dinámicamente la primera, la actualiza y al mismo tiempo crea nuevas tradiciones, que concretan en las diferentes culturas y épocas, las exigencias de “la tradición apostólica”

La tradición apostólica, que es divina, permanece siempre como norma crítica de todas las “tradiciones eclesiásticas”, en el sentido de renovarles, corregirlas y generar otras nuevas.

El dogmaEl Dogma en sentido estricto es una verdad revelada, vinculante y declarada formalmente por el magisterio pastoral. En sentido amplio, indica cualquier verdad de fe.

Los dogmas no son barreras para el pensamiento, sin , al contrario, son pasamanos que, por un lado, protegen y , por otro, apoyan para poder llegar más arriba.

En los dogmas tenemos que distinguir siempre la sustancia intentada (res: contenido) y la formulación cultural (enunciable: Continente) La relación entre esos dos niveles no es ni arbitraria ni unívoca, sino de mediación necesaria y al mismo tiempo inadecuada.

En el dogma hay un elemento permanente y otro mudable, permanece la sustancia intentada, así como la formulación en que se expresó una vez (irreformable). Sin embargo, puesto que toda formulación es histórica e inadecuada, existe siempre la posibilidad de que surjan nuevas formulaciones. Éstas, sin embargo, sólo son legítimas cundo se ubican en el dinamismo significante de las formulaciones anteriores. En este sentido, el dogma cambia y progresa: en el sentido de crecimiento y no de transformación.

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Para interpretar un dogma es necesario tener en cuenta entre otros, los siguientes criterios hermenéuticos:

1. El tipo de lenguaje, normalmente el común de la época.2. El contexto histórico, frecuentemente de índole polémico.3. El lugar del dogma en cuestión den la “jerarquía de las verdades”

MomentoII (constructivo) De la práctica teológica

El momento especulativo consta de tres pasos:

1. El análisis del contenido interno de la fe.2. La sistematización de ese contenido en una síntesis orgánica.3. Y la creación, en la que se desarrollan nuevas perspectivas de la fe.

1. El análisis teológico busca explicar o mejor explicitar la lógica de la fe, sus raíces o sus razones propias. Se trata de demostrar el porqué u cómo de los misterios que creemos.

2. La sistematización teológica es el paso mpas importante de la teorización de la fe. Se trata de articular los datos de la fe in un todo orgánico a partir del “nexo entre los misterios” y en torno a una “idea arquitectónica”. Sin embargo toda síntesis teológica será una síntesis abierta, en razón del misterio “siempre mayor”.

3. Finalmente la creación consiste en lanzar nuevas hipótesis teológicas para avanzar en la comprensión de la fe.

Sin embargo es necesario distinguir siempre con mucho cuidado lo que es doctrina común de la fe, especialmente el dogma y lo que es opinión personal o hipótesis personal, así como lo que es mera tesis teológica. Esto en beneficio de los “sencillos en la fe” para no confundirlos u ofenderlos.

Momento III de la Práctica teológica: Confrontación con la vida

El método teológico termina en la actualización de la fe. Es una exigencia de la misma fe cristiana, que es “por nosotros los hombres y por nuestra salvación”.

La reflexión teológica nos debe llevar a praxis, es decir a la actuación de la fe en el ámbito de la vida. La teología deberá armonizar también fe y realidad social (material, económica, política), sin hacer abstracción de las representaciones culturales incorporadas a esa realidad (filosofías, ideologías, religiones).

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Este tercer momento del método teológico “la actuación de la fe” tiene su lógica propia: la lógica de actuar. Ésta comprende algunos pasos como:

La determinación de los objetivos de la acción. La propuesta de los medios concretos. La decisión orientada a la acción.