Micotoxinas y alimentacion animal

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MICOTOXINAS y ALIMENTACIÓN ANIMAL 1. INTRODUCCIÓN Desde que en 1960 se identificó por vez primera la aflatoxina como responsable de la muerte de miles de pavos en el Reino Unido, ha avanzado mucho la investigación en materia de micotoxinas. Tanto en alimentación humana como animal, se le está concediendo una creciente importancia, habiendo sido clasificadas recientemente por la EFSA como riesgo emergente, resaltando la necesidad de intensificar la investigación sobre factores que intervienen en su presentación, las técnicas de análisis, los efectos tóxicos, y el desarrollo y aplicación de distintas estrategias de prevención y control. Hoy día, se han identificado unas 500 micotoxinas distintas, con estructura química diversa, pero generalmente con bajo peso molecular y gran estabilidad frente a condiciones de pH y temperatura. 2. PRODUCCIÓN y CLASIFICACIÓN DE MICOTOXINAS Son producidas por determinadas cepas toxigénicas de hongos, principalmente de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium, aunque también se ha identificado a otras especies como Claviceps, Alternaria, Cladosporum y Dreschlera . Debido a la ubicuidad de los hongos, la contaminación de materias primas y piensos se puede producir en cualquier punto de la cadena de producción, tanto en el campo (desde la siembra hasta la cosecha), como durante el almacenamiento, y/o en granja, en almacenes, silos y comederos. Son metabolitos secundarios, que sólo se producen en determinadas condiciones que estresan al hongo (CO2, O2, concentración de minerales, temperatura, humedad y actividad de agua, etc). Este hecho, junto a su gran estabilidad, es responsable de que podamos encontrar micotoxinas en condiciones de baja contaminación fúngica (ya que los hongos desaparecen, de manera natural o tras la aplicación de tratamientos fungicidas permaneciendo las micotoxinas), y viceversa, es decir, que podamos encontrar altos niveles de contaminación fúngica pero no micotoxinas, si se trata de cepas no toxigénicas o los hongos no han estado expuestos a condiciones estresantes que activen el metabolismo secundario. Fig.1. Etapas en la producción de micotoxinas.

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MICOTOXINAS y ALIMENTACIÓN ANIMAL

1. INTRODUCCIÓN

Desde que en 1960 se identificó por vez primera la aflatoxina como responsable de la

muerte de miles de pavos en el Reino Unido, ha avanzado mucho la investigación en materia

de micotoxinas. Tanto en alimentación humana como animal, se le está concediendo una

creciente importancia, habiendo sido clasificadas recientemente por la EFSA como riesgo

emergente, resaltando la necesidad de intensificar la investigación sobre factores que

intervienen en su presentación, las técnicas de análisis, los efectos tóxicos, y el desarrollo y

aplicación de distintas estrategias de prevención y control.

Hoy día, se han identificado unas 500 micotoxinas distintas, con estructura química diversa,

pero generalmente con bajo peso molecular y gran estabilidad frente a condiciones de pH y

temperatura.

2. PRODUCCIÓN y CLASIFICACIÓN DE MICOTOXINAS

Son producidas por determinadas cepas toxigénicas de hongos, principalmente de los géneros

Aspergillus, Fusarium y Penicillium, aunque también se ha identificado a otras especies como

Claviceps, Alternaria, Cladosporum y Dreschlera. Debido a la ubicuidad de los hongos, la

contaminación de materias primas y piensos se puede producir en cualquier punto de la cadena

de producción, tanto en el campo (desde la siembra hasta la cosecha), como durante el

almacenamiento, y/o en granja, en almacenes, silos y comederos.

Son metabolitos secundarios, que sólo se producen en determinadas condiciones que

estresan al hongo (CO2, O2, concentración de minerales, temperatura, humedad y actividad de

agua, etc). Este hecho, junto a su gran estabilidad, es responsable de que podamos encontrar

micotoxinas en condiciones de baja contaminación fúngica (ya que los hongos desaparecen, de

manera natural o tras la aplicación de tratamientos fungicidas permaneciendo las micotoxinas), y

viceversa, es decir, que podamos encontrar altos niveles de contaminación fúngica pero no

micotoxinas, si se trata de cepas no toxigénicas o los hongos no han estado expuestos a

condiciones estresantes que activen el metabolismo secundario.

Fig.1. Etapas en la producción de micotoxinas.

La clasificación de micotoxinas más utilizada las divide en siete familias, en función de su

estructura química y/o género de hongo productor.

Fig. 2. Clasificación de micotoxinas.

3. EXPOSICIÓN Y EFECTOS TOXICOS SOBRE ANIMALES.

Gracias a multitud de estudios, se ha demostrado que las micotoxinas afectan a todas las

especies animales, causando diversidad de efectos en función de la raza, la edad, el nivel

productivo, y otros factores estresantes añadidos (enfermedades infecciosas o mal manejo).

Al síndrome provocado por los distintos efectos orgánicos que tienen lugar en los animales como

consecuencia de la exposición a las micotoxinas de los alimentos, se les denomina

micotoxicosis, afectando generalmente a órganos encargados del metabolismo como hígado,

riñón y pulmón, pero también al sistema nervioso central, sistema inmune y reproductor.

Fig. 3. Efectos de micotoxinas en el organismo.

Son muchos los trabajos cuyo objetivo ha sido determinar y cuantificar la presencia de

micotoxinas en materias primas y piensos, obteniendo diversidad de resultados, y encontrando

niveles de contaminación en un 25-90% de las muestras analizadas, siendo esta variabilidad

normal, debido a las diferentes técnicas analíticas empleadas y los distintos orígenes,

condiciones ambientales y de procesado.

Para cuantificar y valorar la exposición a micotoxinas y los posibles efectos tóxicos, debemos

tener en cuenta la duración de la exposición, la dosis de micotoxina presente y la

presencia simultánea de otras micotoxinas que puedan actuar de manera aditiva o sinérgica,

disminuyendo la resistencia de los animales.

Fig. 4. Exposición a micotoxinas en alimentación animal.

Según la información disponible, es lógico concluir que la exposición más frecuente en

nuestros animales de producción es crónica, múltiple y a bajas dosis. Este tipo de

exposición produce alteración en la absorción de nutrientes, cambios hormonales y del sistema

inmune, siendo frecuente la aparición de alteraciones metabólicas y/o enfermedades

infecciosas oportunistas. En estas circunstancias, es difícil realizar un diagnóstico, ya que el

efecto solo se da a nivel subclínico, y cuando aparece clínica, el conjunto de signos suele ser

inespecífico y/o estar enmascarado por las patologías concomitantes, por lo que se retrasa el

diagnóstico y la aplicación de tratamientos y medidas preventivas. Estas circunstancias conllevan

una continua pérdida de producción y disminución de la eficiencia productiva y la

rentabilidad de la explotación.

Fig. 5. Efectos de la exposición crónica a micotoxinas.

Mucho más infrecuente es encontrar situaciones donde aparezca una sola micotoxina en

concentraciones suficientes para producir un cuadro clínico claro, que nos permita sospechar

de micotoxinas y por tanto realizar un diagnóstico rápido y aplicar medidas para evitar o reducir

los efectos indeseables en el resto de animales.

4. ANÁLISIS DE MICOTOXINAS

El análisis de micotoxinas en materias primas, forrajes y piensos presenta algunos aspectos que

hacen que sea una etapa compleja, siendo los de mayor relevancia los siguientes;

- Muestreo: Cuando se da contaminación por hongos y/o producción de micotoxinas,

la distribución en el producto suele ser heterogénea, por lo que realizar un

muestreo aleatorio y suficiente es imprescindible para asegurar la validez del valor

analítico obtenido. En relación a la importancia del muestreo, Whitaker et al, en

Sampling feeds for Mycotoxin Analysis hacen referencia a un error de variabilidad

analítica del 80% en relación al muestreo inicial, dejando un 10% para el

submuestreo en laboratorio y un 10% en relación a la técnica analítica.

- Micotoxinas ocultas: Las plantas presentan un mecanismo defensivo,

denominado glucosilación, para protegerse de la toxicidad de las micotoxinas.

Una vez que las micotoxinas se encuentran glucosiladas, no se detectan mediante

los métodos de análisis tradicionales, subestimando la presencia de las mismas en

los resultados analíticos. Sin embargo, la glucosilación se revierte a pH ácido

(estómago), recuperando la micotoxina su actividad tóxica en el tracto intestinal del

animal.

- Método analítico: Existen dos factores que hacen muy difícil que un solo método

analítico permita reunir las características necesarias para asegurar la suficiente

calidad analítica y validez de todos resultados obtenidos:

o Complejidad química: Consecuencia de la gran cantidad de micotoxinas

identificadas, con distintas estructuras químicas (7 familias) y dosis

toxicas (ppm o ppb).

o Diversidad de matrices: Debido a la diversidad de materias primas,

forrajes y la heterogeneidad de los piensos (distintas materias primas y

tamaños de partícula) con un amplio rango de pH, contenido en humedad,

etc. y que tienen una importancia crítica en la obtención e interpretación de

resultados si no se tienen en cuenta.

- Coste y Tiempo: El coste del análisis suele ser elevado, ya que es necesario

realizar algunas etapas intermedias para evitar errores e incrementar la calidad

analítica, aumentando el coste total y el tiempo transcurrido entre recepción de la

muestra y obtención del resultado. A esto hay que añadir que suele ser conveniente

analizar varias muestras y determinar más de una micotoxina por muestra.

Fig. 6. Factores que influyen en la vigilancia analítica de micotoxinas.

5. ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN Y CONTROL

Debemos asumir que la contaminación por micotoxinas en alimentación animal es un

peligro constante e inevitable, por lo que es necesario plantear una estrategia preventiva, ya

que los sistemas actuales de descontaminación no presentan una buena relación coste/eficacia y

en Europa está prohibida la “dilución” de productos contaminados con productos no

contaminados para disminuir la toxicidad.

Así pues, los 3 objetivos básicos a conseguir deben ser:

- Minimizar la entrada de materias primas, forrajes y piensos contaminados.

- Evitar la contaminación fúngica y producción de micotoxinas en fábricas de piensos y

granjas.

- Minimizar la absorción de micotoxinas por parte de los animales.

Para ello, es necesario implantar los principios del sistema de Análisis de Peligros y Puntos de

Control Críticos (A.P.P.C.C), así como realizar una vigilancia analítica continuada de la

presencia de micotoxinas en los alimentos para animales productores de alimentos, que nos

permita disponer de información suficiente para la toma de decisiones en cuanto a homologación

de proveedores y evaluación y gestión del riesgo del uso de determinadas materias primas.

Fig. 7. Estrategia para prevención y control de micotoxinas y micotoxicosis en alimentación animal

A nivel legislativo, la normativa de referencia en materia de micotoxinas a nivel comunitario es:

Fig. 8. Normativa de referencia en materia de micotoxinas.

Actualmente, la Comisión Europea y el sector de la Alimentación Animal trabajan de manera

conjunta recopilando información relativa a la presencia de diversas micotoxinas en materias

primas y piensos para poder establecer unos límites máximos o recomendaciones, por lo que en

los próximos años asistiremos al desarrollo y entrada en vigor de nuevas referencias normativas

para el sector.