Monograf los mochicas de lambayeque y el señor de sipan
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PRONAFCAP 2010 – CAJAMARCA
Universidad de Cajamarca
“LOS MOCHICAS DE LAMBAYEQUE Y EL
SEÑOR SIPÁN”
ÁREA:
MODULO II - Realidad Regional y Local
PROFESOR:
RICARDO ERNESTO ROMERO MUÑOZ
ALUMNA:
Sandoval Damián, Virginia Maria
Chiclayo, agosto del 2010
AGRADECIMIENTO
A DIOS TODO PODEROSO
Por iluminarnos, guiarnos y brindarnos
la fortaleza para vencer los obstáculos
que la vida nos presenta
Página 1
DEDICATORIA
A mis queridos padres:
José Sandoval y Juana Rosa Damián
Damián, quienes con su esfuerzo, sacrificio,
amor y consejos oportunos supieron sembrar
en mi el amor al estudio y al trabajo
permitiendo mi realización.
A mis adorados hijos:
katherin, Juan Carlos y Yersin
Iván por su apoyo
moral y estimulo constante
.
Página 2
INTRODUCCION
En los últimos años la arqueología de la costa norte del Perú, y
particularmente la arqueología Mochica, han experimentado un inusitado
desarrollo, especialmente a partir del descubrimiento y excavación de las
tumbas reales de Sipán en 1987. El renovado interés que existe en el
fenómeno Mochica se puede ver en la gran cantidad de investigaciones que
hoy se llevan a cabo. El descubrimiento de las Tumbas del Señor de Sipán
realizado el 26 de julio de 1987, por el arqueólogo peruano Walter Alva,
constituye un acontecimiento de trascendencia mundial. El contenido y
significado de lo encontrado asume un carácter único, no sólo para los
peruanos, sino para la humanidad.
Este hallazgo no sólo proporcionó información sumamente valiosa sobre
la cultura Moche, ya que se trata de uno de los mausoleos reales más
importantes de la época, sino que impidió que los tesoros ahí encontrados
fuesen profanados por los saqueadores de tumbas.
El monumento arqueológico de Sipán está ubicado en los predios de la
Cooperativa Pomalca, cerca al pueblo de Sipán, a 40 kilómetros al sureste de
Chiclayo. El monumento consta de dos grandes pirámides de adobe
erosionadas y separadas por una gran plaza de 60 metros. Este monumento,
que hoy en día está rodeado de cultivos de caña, es conocido por los lugareños
como Huaca Rajada.
Se trata de un santuario donde se hallaron entierros de las altas
jerarquías de la cultura Moche. Se sabe que este mausoleo fue destinado por
generaciones a la realeza mochica del valle y de sus alrededores. Walter Alva,
arqueólogo encargado de la excavación señala que ningún entierro excavado
arqueológicamente con anterioridad ha resultado tan rico, complejo y revelador.
Las características y contenido de esta suntuosa tumba resumen el nivel de
desarrollo regional alcanzado por estos antiguos peruanos.
El personaje en vida habría ocupado la cúspide de la sociedad mochica local,
probablemente organizada como un reino o señorío
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OBJETIVOS
Comprender, valorar y difundir nuestro acervo cultural.
Dar a conocer a las personas sobre la importancia de la cultura mochica.
Lograr que las personas se sientan mas identificados con el patrimonio
cultural de Lambayeque
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SUMARIO
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
INTRODUCCION
CAPITULO I: CULTURA MOCHE
1.1Ubicación geográfica
1.2Moche de Norte y del Sur
1.3Principales actividades económicas
1.3.1 Agricultura
1.3.1.1 Avances en tecnología hidráulica
1.3.2 Caza y Pesca
1.3.3 Metalurgia
1.3.4 Cerámica
1.3.4.1 Técnicas de manufactura
1.3.4.2 Decoración
1.3.4.3 Representación de fauna
1.3.5 Iconografía
1.3.5.1 Ceremonia de lanzamiento de dardos con flores
1.3.5.2 Danza con soga
1.3.5.3 Zorro antropomorfizado
1.3.5.4 Presentación o sacrificio
1.3.5.5 Entrega de ofrendas
1.3.5.6 Escena de purificación y sacrificios
1.3.5.7 Carrera ritual
1.3.5.8 Combate de palleres humanizados
1.3.5.9 Cacería de venado
1.3.6 Cosmovisión y Religión
1.3.6.1 Ai Aepec.
1.3.6.2 La Ceremonia Del Entierro
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CAPITULO II: LA TUMBA DEL SEÑOR DE SIPAN
2.1 Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
2.2 Antigüedad
2.3 Funciones
2.4 Importancia del descubrimiento
2.5 Ornamentos o joyas encontradas :Ilustrar y describir cada una de ellas
2.6 Características del entierro acompañantes:
2.6.1 Guerrero
2.6.2 Portaestandarte
2.6.3 Las mujeres
2.6.4 El niño
2.6.5 El guardián
2.6.6 El vigilante
2.6.7 Perro
2.6.8 Llamas
2.7 Cámara funeraria : ilustraciones
CAPITULO III: TUMBA DEL SACERDOTE SIPÁN
1. Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
2. Evento funerario
3. Ornamentos o joyas encontradas :Ilustrar y describir cada una de
ellas
3.4 Inicios de la excavación de la tumba del Sacerdote
CAPITULO IV: TUMBA DEL VIEJO SEÑOR DE SIPAN
4.1. Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
4.2. El evento funerario4.1. Ornamentos o joyas encontradas
CAPITULO V: TUMBA DEL JEFE GUERRERO SIPAN
5.1 Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
5.2 Otras tumbas
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Conclusiones
Referencia Bibliográfica
Página 7
CAPITULO I
Cultura Mochica
En el periodo conocido como grandes regionales tempranos o llamadas
por otros investigadores como época de los grandes maestros alfareros y
orfebres, existió en la costa Norte del Peru un pueblo poderoso y muy guerrero
conocido como la Sociedad Mochica, desarrollándose entre los territorios de
Huarmey al Sur y Piura al Norte; ocuparon los valles de Motupe, la Leche,
Lambayeque, Chicama, Moche, Virú, Chao, Saña, Nepeña y Huarmey.
La cultura Moche o Mochica se desarrollo en los siglos I y V teniendo como
escenarios la larga y angosta franja desértica de la costa norte del Perú donde
se encuentran los restos de sus templos piramidales, palacios, fortificaciones,
obras de irrigación y cementerios que testimonian su alto desarrollo artístico,
tecnológico y compleja organización.
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Los elementos de la Cultura Cupisnique llamada Chavín Costeño, Salinar,
Vicus y Virú se fundieron para formar la gran cultura Moche en sus primeras
épocas.
Luego de este largo proceso, apareció como una síntesis regional autónoma,
con mayores aportes tecnológicos que cualquier otra cultura norcosteña y
andina
1.1 Ubicación geográfica
La Cultura Mochica tuvo su hábitat en el valle homónimo, desarrollándose
entre los territorios de valle de Nepeña al sur y de Piura al norte. Ocuparon los
valles de la Leche, Lambayeque, Jetepeque, Chicama, Moche Viru, Chao,
Santa y Nepeña.
Históricamente fue conocida como Protochimu o Chimú Temprano; pero recibió
el nombre de Chimú tras los descubrimientos en el valle de Moche. También
se la denomina Mochica en razón del lenguaje de la lengua, el muchick, que
hablaban sus pobladores.
La región Mochica del norte abarca tres sistemas de valles:
1.- El valle de Piura, alrededor de la región de Vicús,
2.- Valle del bajo Lambayeque, que abarca tres Rios: la leche, Reque y Zaña
3.-El sistemas de valles del bajo Jequetepeque, que abarca las cuencas de
Chamán y Jequetepeque.
Los valles de Lambayeque y Jequetepeque fueron los escenarios de desarrollo
de los Mochicas del norte, a, los largo de tres frases o periodos Temprano,
Medio y Tardío.
La presencia Mochica en los valles de Lambayeque y Zaña, tuvo un desarrollo
particular e independientes, con una secuencia propias aun por establecer.
Investigaciones realizadas en los últimos años en el valle de Lambayeque
detallan un análisis referente a numerosos aspectos de la sociedad del
Intermedio y comienzos del Horizonte Medio en estas Zona, dentro de todos las
excavaciones en Huaca Rajada y el consiguiente hallazgo del “Señor de Sipán”
son sin duda los más reconocidas y espectaculares.
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Los mochicas de Lambayeque heredaron una larga tradición cultural, bastante
distintas de otras tradiciones en los Andes, siguieron una historia de éxitos y
fracasos, adaptación y catástrofes ambientales, dominio tecnológico en
metalurgia e irrigación y un gran avance en el arte y la arquitectura religiosa.
Por otro lado, es ovio que no estuvieron solos en la costa norte, sino que
interactúan a lo largo de su historia con pobladores de tradiciones locales y
populares como Virú y Salinar.
1.2 Moche de Norte y del Sur
Inicialmente se pensó en Moche como en una Unidad Cultural, pero la
división natural de la Costa Norte por el desierto Natural de Paiján dividió
también las manifestaciones culturales de los mochicas: Mochicas del Norte y
Mochicas del Sur.
Los mochicas Norteños tuvieron mayores abundancias de metales en sus
tumbas (el señor de Sipán es un ejemplo), mientras que los Mochicas del Sur
fabricaron la mayoría de los huacos retratos que casi no existen entre norteños.
La cerámica norteña es e color naranja o crema con los diseños en rojo o
púrpura, mientras que los sureños utilizaban el fondo blanco o crema y los
motivos en rojo o en ocre. En las construcciones norteñas se construyeron
pirámides con rampa, mientras que en las sureñas, no se encuentran rampas.
Hace el final del periodo Mochica, Mochica Sur llegó a opacar el poder de
Moche Norte, conquistando territorios hasta Piura y Jetepeque. Pero esta
hegemonía fue breve, pues hacia el 550 d.c, esta sociedad sufrió
transformaciones producto de severas sequias. Una de ellas, de 32 años,
probablemente fruto de una manifestación del Fenómeno del Niño, trajo como
consecuencia el desalojo de las partes bajas de los valles y el desplazamiento
hacia el interior del valle.
Esto provoco resurgimiento de la clase Moche Norteña y un debilitamiento de la
Moche Sureña, Moche Norte, al final de su periodo, termino conviviendo con la
cultura Virú.
Los centros principales en Noche Norte fueron el valle del rio Jetepeque (donde
se halla San José de Moro y Huaca Dos Cabezas) y el valle del rio
Lambayeque (donde se halla Sipán y Pampa Grande). Los centros principales
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de Moche Sur fue el valle del rio Moche (donde se halla la Huaca de Sol y de la
Luna) y el valle del rio Chicama (donde se hallan el Complejo El Brujo).
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Según Castillo Butters, Luis y Uceda Castillo, Santiago hacen una diferencia
cultural entre mochica norte y mochica sur:
Hacia el final del período Mochica, Moche Sur llegó a opacar el poder de
Moche Norte, conquistando territorios hasta Piura y Jequetepeque. Pero esta
hegemonía fue breve, pues hacia el 550 d.C., esta sociedad sufrió
transformaciones producto de severas sequías. Una de ellas, de 32 años,
probablemente fruto de una manifestación del Fenómeno del Niño, trajo como
consecuencia el desalojo de las partes bajas de los valles y el desplazamiento
hacia el interior del valle.
Esto provocó un nuevo resurgimiento de la clase Moche Norteña y un
debilitamiento de la clase Moche Sureña.
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DIFERENCIAS CULTURALES ENTRE MOCHICA NORTE Y MOCHICA SUR
MOCHICA NORTE MOCHICA SUR
ORFEBRERÍA: Mayor abundancia de
elementos de metal en sus tumbas (el
Señor de Sipán es un ejemplo),
ORFEBRERÍA: Poco abundancia de
objetos de metal en sus tumbas.
HUACOS RETRATO: casi inexistentes.HUACOS RETRATO: fabricaron la
mayoría de los huacos retrato de la
cultura Moche
CERÁMICA: de color naranja o crema
con los diseños en rojo o púrpura
CERÁMICA: utilizan el fondo blanco o
crema y los motivos en rojo o en ocre.
Pirámides CON RAMPA Pirámides SIN RAMPA
Moche Norte, al final de su periodo, terminó conviviendo con la cultura
Virú.
1.3 Principales actividades económicas
1.3.1 Agricultura
Universidad Señor de Sipán en su libro de Programa de Formación
general. (2010:43), afirma que en “Los Mochicas vencieron al desierto
mediante la irrigación artificial desviando el agua con canales provenientes
de los ríos que bajan de los Andes. Su ingeniería hidráulica les permitió
contar con excelentes agrícolas y una solida economía que,
complementada con los productos del mar, construyo la base de su
portento desarrollo.”
La cordillera de los Andes atraviesa todo su territorio y lo divide en
tres regiones completamente distintas: costa, sierra y selva, cada una con
su propia flora y fauna. La cerámica realista Mochica ha permitido
comprobar tanto la producción de plantas alimenticias como el maíz que
ocupaba la mayor parte área cultivable de ese entonces, los frijoles, los
pallares, las papas, la yuca y los camotes, como la fauna dominante,
compuesta de alcatraces, zorros, pumar y muchos otros animales que, en
su mayoría, subsisten hasta nuestros días. Por medio de sistemas de
regadío en gran escala, estos pueblos hablan transformados terrenos
áridos en fértiles. Existían más de treinta variedades de cultivo indígenas:
entre ellos el tabaco y la coca.
Los extensos campos de cultivo que se encuentran dentro del
territorio que ocuparon los mochicas demuestran que aquellos milenarios
pobladores de la costa del Perú agavillaron sus mejores energías en favor
de la agricultura.
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Alcanzaron en ella un notable desarrollo, hasta trocarla en la mayor
fuerza económica con que contaron, y aseguraron sólidamente su
admirable desenvolvimiento. Frente a la dantesca aridez de la costa
peruana, arenosa e improductiva en nueve décimas partes de su extensión,
se vieron forzados a obtener el mayor provecho de los valles, para lo cual
ensancharon día a día el área de sus tierras de cultivo a la vez que
perfeccionaron sus métodos en esta vertiente de actividad. Es así como
nacen, primero, sus grandes obras de irrigación –una de las maravillas de
las viejas civilizaciones que, a pesar de los siglos transcurridos, se
parangonan con las mejores obras ejecutadas por la ingeniería moderna–,
y luego surge en ellos la necesidad de investigar la eficacia de los
fertilizantes y de lograr una mejor aplicación de los riegos y selección de las
semillas.
------- , afirma que Los campos de cultivo que se hallado dentro del
territorio mochica, llegamos al conocimiento de que en sus cultivos
emplearon los surcos rectos (Fig. No. 1); los sistemas de melgas y cajones
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en los lugares planos (Fig. No. 2); los surcos de caracol (Figs. Nos. 3 y 4) y
los terrados o andenes en los parajes quebrados (Fig. No. 5).
A veces se combinaban los distintos tipos enunciados, como se
observa en los campos cercanos al cerro de Chimbote, donde el terreno
acusa pendiente. Vestigios de los primeros encontramos en los terrenos
altos de Ascope, y de los otros en los campos próximos al pueblo de
pescadores de Huanchaco y cerca al cerro de Chimbote y a la pampa de
Chicama. Los surcos de caracol que se encuentran en el sitio denominado
El Pozo, hacia la laguna de Ascope, permiten apreciar claramente la
importancia de estos originales sistemas agronómicos, cuyo empleo
significó un mayor aprovechamiento de las aguas y evitó que se pierdan.
Estos surcos se empleaban únicamente en sitios con una cierta pendiente
y seguían determinada dirección de acuerdo con el nivel del terreno. Las
melgas y cajones se utilizaban cuando había abundancia de agua. En los
surcos de caracol no solamente en los valles de Chicama y Santa Catalina,
sino también en el fundo Santa Clara, ubicado en el valle de Santa.,
empleaban surcos rectos en las laderas, los que se desprendían de los
costados de la acequia que bordea los cerros. Posiblemente, este sistema
se podía emplear contando con el auxilio de represas que permitían un
riego uniforme y con una pequeña cantidad de agua, a fin de que este
elemento tan erosivo no arrastrara la tierra fértil. Además, en el valle de
Santa los mochicas emplearon el sistema de pozas, como no lo hicieron en
los valles en los que contaban con abundante agua. Este procedimiento les
permitió un mayor aprovechamiento del terreno. No debemos olvidar que el
sistema de surcos era utilizado especialmente en los valles donde
escaseaba este elemento. Por último, los sistemas de terrazas, andenes o
escalones, como es lógico, debieron predominar en terrenos de notoria
inclinación, en toda ladera y lugares escabrosos. Se ha encontrado este
tipo de cultivo en unos cerros cercanos a la hacienda Buena Vista y en la
hacienda Tambo Real. Para llevar el agua a estos lugares se valieron de
ingeniosos sistemas de elevación de las mismas, aunque parece que el
cultivo allí dependió exclusivamente de las aguas pluviales.
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1.3.1.1 Avances en tecnología hidráulica
a) Sistemas para la administración del agua.
Capaces de canalizar las aguas y desarrollar un complejo sistema de
riego para sus tierras. Crearon acueductos, terrazas, depósitos y todo un
complejo sistema encaminado a llevar las aguas hasta sus tierras, pues
su sustento básico era la agricultura. Llegaron a utilizar fertilizantes
animales y cultivaron esencialmente el maíz, además del fríjol, la
mandioca, la calabaza o la chirimoya.
1.3.2 Pesca y Caza
Según Larco Hoyle, Rafael afirma que la caza y la pesca fueron
las principales fuentes de sustento del hombre primitivo y actividades
esenciales a las que se dedicó la humanidad ya que adquirieron un
gran desarrollo en la época mochica.
En el territorio mochica esencialmente costero, la mayoría de sus
pobladores, especialmente los que vivían a orillas del mar, se dedicaba
con gran empeño a la pesca, intensa actividad que desde tiempos
prehistóricos se encontraba grandemente desarrollada, y jugaba un rol
esencial en la satisfacción de las necesidades nutricias de los
pobladores que nos ocupan.
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La caza y la pesca fueron por excelencia actividades realizadas
para el consumo. Para la caza utilizaron redes, hondas, lanzas y
dardos arrojados por la estólida. Con la cerbatana cazaban venados y
aves en presencia de los grandes gobernantes, tal como la evidencian
las escenas pictográficas de los ceramios.
Como utensilios de pesca los antiguos mochicas emplearon el
arpón con punta triangular, arma que estaba destinada a los lobos y
peces corpulentos. El anzuelo encorvado y sencillo se destinaba a los
peces menudos.
Los mochicas se sirvieron de la pesca preferentemente y
alcanzaron un buen grado de adelanto en su práctica, porque no
solamente contaron con costas bajas que encierran playas magníficas,
como las de Malabrigo, Huanchaco y Puerto Morin, entre otras,
peñascos revestidos de diversidad y gran cantidad de mariscos, y la
mejor bahía del Perú, que es, sin duda, Chimbote, sino también que
desde un comienzo la pesca atrajo toda la atención de los primitivos
pobladores, ya que fue su esencial medio de vida.
Universidad Señor de Sipán en su libro de Programa de
Formación general. (2010:43), afirma que en la pesca, utilizaron balsas
de buen tamaño y pequeñas embarcaciones hoy llamados “Caballitos
de Totora”, sus implementos fueron redes, flotadoras de legendaria,
anzuelos de huesos y metal y arpones de metal. Los mochicas fueron
excelentes navegantes del mar, y soberbios nadadores. Las naves
estaban confeccionadas de totora (Scirpus), complementadas con
remos hechos de guarango, también con haces de cañas atadas unos
a otros, con troncos, vigas o palos de balsas. Las primeras
representaciones de estos “Caballitos de totora” se registran en la
cerámica de la cultura Virú.
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La capacidad de estas embarcaciones se limitaba generalmente a dos
personas: una se
instalaba en la popa y
la otra en la proa. De la
parte media del borde
inferior, en sentido
longitudinal, se
colgaban piedras
aprisionadas en unas
redecillas que servían
para mantener el
equilibrio de la
embarcación en el
agua, la misma que era
impulsada por remos
hechos de caña de
Guayaquil o por palas
de madera muy liviana.
De estas barcas se
servían también para
alejarse del litoral hacia las islas, y de ellas hay en nuestros días
rezagos entre los pescadores de Chimbote.
Para la pesca en los lugares cercanos a tierra empleaban los
“caballitos”, que son hasta la fecha las embarcaciones de los modernos
pescadores indígenas que viven en muchos pequeños puertos y
caletas, quienes forman comunidades de individuos de caracteres
raciales comunes. Todavía es dable admirar hoy la destreza de los que
manejan estas frágiles embarcaciones y su arrojo cuando, arrodillados
sobre la “cintura” de sus “caballitos”, desafían el mar incluso en los días
de mayor turbulencia.
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Hoy en día, estas originales embarcaciones son utilizadas en la
pesca artesanal en algunas caletas de la costa norte, como Huancayo,
El brujo (Trujillo), Pimentel (Lambayeque).
1.3.3 Metalurgia
Los mochicas innovaron la tecnología y producción metalurgia con
el uso intensivo del cobre, para la fabricación de ornamento, armas y
herramientas. Su más importantes proeza fue dorar este metal con una
sofisticada técnica que obtiene los mismos resultados que el sistema
electrolítico inventado en Europa recién a fines del Siglo XVIII. Los
orfebres y a dorar objetos de cobre. Dominaron totalmente la aleación
cobre-oro y llegaron a realizar joyas de oro y plata soldados. Existían
además utensilios de cobre, mientras que el bronce no se descubrió
fueron expertos fundidos de metales.
Conocieron sus propiedades fisicoquímicas; desarrollaron
técnicas de manufactura y sobre todo aprendieron sobre la extracción de
los minerales y los tratamientos metalúrgicos. Dominaban el oro, la plata,
el cobre, el plomo, el mercurio y procesos de aleaciones del cobre, oro y
plata dorada, que son el resultado de la alineación del cobre, oro y plata
en especiales proporciones, llamado tumbaga, y en combinación con
elementos reactivos, con el objetivo de una depositación electroquímica,
usando para ellos minerales corrosivos como: sal común, nitrato de
potasio, alumbre de posada dobles de aluminio y posada, sulfato férrico
y cloruro de sodio, antioxidante, carbón vegetal y greda.
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Desarrollaron, así mismo, tecnologías de fundición, refinado,
soldadura al fuego y al frio, repujado, vaciado a través de moldes,
laminados y filigrana, etc. Confeccionaban una variedad de objetos de
uso real, sacro y militar; también adornos para la elite y domésticos
como collares, narigueras, brazaletes, pinzad, sortijas, corona,
pectorales, platos, copas, cuencos; instrumentos agrícolas, quirúrgicos,
cuchillos, mascaras funerarias, pectorales y perfectos instrumentos
musicales como sonajas, pitos quenas, tambores, etc.
Si bien los cronistas de Indias han dejado algunas notas sobre la
metalurgia del oro y de la plata en el antiguo Perú, nada nos ofrecen
respecto del cobre.
Hipólito Unánue –eminente hombre de ciencia de fines del siglo
XVIII– es el primer historiador que se ocupa de la industria del cobre y
del plomo durante dominación incaica, pero sólo para mencionarlos
respecto de su estructura bajo tierra y de su beneficio, pero no aporta
ningún dato específico en cuanto al procedimiento empleado por los
indios para extraerlos. El mismo historiador reconoce que el cobre fue
explotado en el Perú desde tiempos remotos. Los utensilios que existen
hechos de ese metal, en efecto, revelan que fue empleado en vasta
escala. Este hecho corre parejo con aquel
que prueba que el cobre fue uno de los
primeros metales conocidos por el hombre y
que en su vida adquirió mayor
preponderancia. Este metal fue de tanta
utilidad en los primeros agregados humanos,
que sólo el cobre define toda una época
histórica en la evolución de la humanidad. La
extracción del cobre se hizo, posiblemente,
mediante el procedimiento técnico del
tostado y el de la fundición. Los mochicas, a
través de sus artefactos, acusan que fueron
expertos fundidores de cobre.
Página 20
La escultura de Ai Apaec, es el mejor testimonio que disponemos
para comprobar el adelanto alcanzado por los mochicas como
fundidores de metal. Todas las piezas han sido fundidas para reducirlas
a un solo elemento, y muchas de ellas conservan en su superficie la
huella del molde originario. En la fundición ha tenido que emplearse
forzosamente el carbón de piedra y el cuarzo, materias que eran
ampliamente conocidas y utilizadas por los mochicas. Esta suposición
descansa en el hecho de que se encuentran piedras espejos del primero
y cuentas de collares del segundo. En cuanto al tostado, se empleó
solamente en los sulfuros.
El que en la extracción de la plata haya intervenido el plomo para
su mejor fundición, y que en la del oro, como elemento principal, se haya
contado con el mercurio, son pruebas fehacientes de que los mochicas
conocían las propiedades de los citados metales, y que los arrancaban
del seno de la naturaleza en cantidades suficientes como para cubrir
todas sus necesidades Artísticas e industriales.
Difícil, sí, es llegar a conocer el método del que se valieron para
obtenerlos. Pero, sin duda, parece que todo se redujo a procedimientos
mediante el fuego, con el empleo de mezclas de otros cuerpos,
seleccionados después de pacientes y repetidos ensayos.
El plomo que se encuentra en el Perú en galena y blenda permite
que se extraiga el metal argentífero con más facilidad, y ocurre lo mismo
con el mercurio, metal que existe en las riquísimas minas de Huanca –
Huillca (Huancavelica), rebajadas desde tiempos prehistóricos.
La forma más común de presentarse es el cinabrio, que hace
menos penosa su obtención por el método del tostado. No debemos
olvidar, sin embargo, que el mercurio se presenta también en estado
natural, lo que permitió el conocimiento de este metal algunos siglos
antes de la era cristiana.
En los cementerios y monumentos mochicas no hemos hallado
hasta ahora huellas del empleo del plomo. Ello demuestra claramente
que este metal era sólo auxiliar en la obtención de los otros, que tanta
Página 21
significación alcanzaron en la vida pública y doméstica del pueblo que
estudiamos.
1.3.4 Cerámica
Los Mochicas plasmaron el entorno de su mundo cultural y
religioso en su expresiva cerámica perfeccionando una actividad
artística que constituye el mejor documento y testimonio de su cultura:
hombres, divinidades, animales, plantas y complejas escenas fueron
representadas.
Los Mochicas desarrollaron en su cerámica dos grandes
vertientes: pintura y escultura. Junto a la famosa plástica Mochica, que
eso es de iconografia moche
El más conocido legado cultural de los mochicas es su cerámica,
generalmente depositaba como preciosa ofrenda para los muertos.
Hombres, adivinades, animales, plantas y complejas escenas fueron
representadas por sus artistas bajo la forma de imágenes escultóricas o
vasijas decorativas a pincel. En términos generales esta es bícroma
(rojo sobre crema). Estos colores poseen una amplia gama de
tonalidades, existiendo una tendencia a ser más oscuras al final del
desarrollo Moche.
Los ceramios o “huacos” Moches (vasijas carradas de
cuerpo globular o escultóricos, base plana y con un gollete tubular en
forma de asa estribo), han sido uno de los elementos primordiales para
conocer no solo el espíritu de esta preincaica, sino la sociedad, el
entorno natural en el que se desarrollaron y las diferentes etapas de su
evolución cultural.
Los mochicas plasmaron el entorno de su mundo cultural y
religioso en su expresiva cerámica perfeccionando una actividad artística
que constituye el mejor documento y testimonio de su cultura. Fue
escultórica, realista, documental, y pictográfica.
Página 22
Las cerámicas mochicas se pueden clasificar en:
Escultórica: Porque representaban en bulto las figuras de los
hombres, animales y plantas. Destacaron los huacos retratos en los
que el artista ha reproducido con asombroso realismo los diferentes
estados de ánimo del ser humano. Ya que realizaron obras artisticas
representando a personas, animales, etc. Ejm: huacos retratos.
Realista: Ya que representaban de forma exacta a la realidad de su
entorno, retrataban imagenes de la vida diaria.
Puesto que todo era reproducción exacta de la realidad. No
inventaban ni imaginaban en su obra ceramista, que era expresión
de las actividades y formas de vida del mundo en que vivían. La
excepción es la mitología, donde representan seres sobrenaturales.
Documental: los mochicas realizaron muchas obras de arte que
dejan ver su modo de vida y pensamiento precolombino, esto sirve
como un fuente para investigar su cultura. Porque era realismo y su
representación sirven como elementos para conocer la vida de los
habitantes mochicas como si se estuviese leyendo un verdadero
documento o fuente escrita.
Pictográfica: Ya que algunos huacos representan figuras pintadas y
ornamentadas. Su color variaba entre el azul, verde, amarillo limón y
raras veces celeste. Su forma era rectangular, con asa en forma de
gollete estribo de un solo pico notándose una ligera influencia de la
Cultura Maruto. En sus esquemáticos dibujos, la perspectiva se
establece reduciendo el tamaño de las representaciones distantes.
Otras veces, se recurre a separar paneles horizontales que indican
diversos planos. El tamaño y proporción de los actores señala su
rango e importancia en la escena: los señores eran siempre
representados más grandes que los hombres comunes.
Página 23
El estudioso cuidado de estas imágenes han permitido lo
inimaginable, es decir, reconstruir las narraciones paso a paso y en
gran detalle, lo que equivale a reconstruir las historias que se
contaban en la costa norte del Perú hace más de mil años. la cultura
mochica fue una de las mas avanzadas culturas que hubo en el Perú.
Principales obras de arte de los Mochicas
Los Huacos Retratos
Estos huacos reflejaban las expresiones humanas de los pobladores
moche "rasgos físicos" y estados de ánimo.
Los Huacos Eróticos
Representaban imágenes de la vida sexual de los pobladores
mochicas, se cree que era un culto a la fertilidad.
Los Huacos patógenos
Retrataron imágenes de personas con enfermedades variadas.
La producción de cerámicas se dividió en varias fases:
Primero: La selección de la tierra y la mezcla dependiendo de la
complejidad de la pieza
Segundo: Modelización de la matriz "arcilla"
Tercero: Creación de moldes
Cuarto: Producción de piezas finales en varias copias
1.3.4.1 Técnicas de manufactura
Las técnicas de manofractura que mayormente conocieron
fueron el moldeado y el estampado. Por el gran dominio de la
cerámica escultóricas y pictóricas se le ha dominado, y con
mucha justicia, el Periodo de los Maestros Artesanos. Dada la
calidad estética y temática de su innumerable producción se ha
convertido en el mejor espejo de su vida cotidiana y espiritual.
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Elaboraban su cerámica individualmente, pero también llegaron a
emplear moldes hechos de cerámica para proveerse de una
producción masiva de recipientes especialmente de los que
acompañaban a los difuntos ilustres en calidad de ofrendas. La
gran mayoría de los cerámicos tuvieron uso ritual funerarios, sin
embrago, la vajilla para uso diario, utensilios domésticos y vajillas
para agua fueron funcionales, sencillos y escasamente
decorados.
1.3.4.2 Decoración
La decoración fue a base de dos colores: crema y rojo
indio, siendo la forma más preferida y típica la botella esférica de
base plana y asa estribo. Debemos destacar que dentro de la
morfología de la cerámica, existen una gran variedad de formas:
botellas, cantaros, ollas, “chancheros” con mangos y sin ellos,
vasos, cuencos, platos, copas; representación de instrumentos
musicales, vasijas escultóricas mostrando personajes masculinos
y femeninos, cerámicos con diseños arquitectónicos, etc. La
cerámica pictográfica era ejecutada con pinceles de pelos de
animales y humanos, plumas de aves y puntas de carricillos. Los
diseños o dibujos se hacían mediante colores planos, los
personajes llenos de contraste se plasmaban de perfil, con
algunos espacios rellenados de color rojo indio y complementado
con líneas muy finas y elegantes.
Los motivos pintados en el entorno de los cuerpos
globulares de los cerámicos incluyen temáticas variadas de su
mundo ecológico, de sus actividades básicas de caza, pesca,
recolección , tecnología, batallas, danzas, sexualidad y un
complejo mundo de representaciones ritualistas: ceremonias de
sacrificio humanos, trasformaciones míticas: antrozoomórficas,
antro-ictiológicas, complementando con una serie de elementos
Página 25
tipo geométricos, como signos escalonados, grecas, cruces,
círculos, orlas, volutas,etc.
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1.3.4.3 Representación de fauna
Gracias a sus ceramios podemos igualmente distinguir la
representación de us fauna, abarcando todas las especies del
entorno geográfico y reino zoológico de la costa, sierra y selva.
Muchas de ellas fueron ejecutadas en forma realista y natural.
Alternar tanto las especies domesticadas como la llama, el perro y
los cuyes; como aquellas que se mantuvieron en estado salvaje.
Es el caso de mamíferos como el puma, otorongo, zorros,
venados, monos, vizcachas, murciélagos, ratones, ballenas,
tiburones, lobos marinos y focas; o el de los ovíparos como la
tortuga, lagartija, “cañan” especie de lagartija comestible, la
iguana, y la serpientes. También fueron representaciones
moluscos y crustacios como cangrejos, pulpos, estrellas de mar,
caracoles marinos, de tierra o de río, camarones, erizos, robalos,
bagres, loros, patos, tucanes, papagayos, picaflores, halcones
águilas, cóndores, etc. O pelicanos, gvilanes, patos marinos,
guanayes, piqueros y zarcillos. Variedad de insectos, arañas y
mariposas.
1.3.5 Iconografía
Los Mochicas plasmaron el entorno de su mundo cultural y religioso en
su expresiva cerámica perfeccionando una actividad artística que constituye el
mejor documento y testimonio de su cultura: hombres, divinidades, animales,
plantas y complejas escenas fueron representadas.
1.3.5.1 Ceremonia de lanzamiento de dardos con flores
Representación: Escena que representa el ceremonial de lanzamiento
al aire de flores atadas a un dardo, mismo que al desenrollarse les
permite descender lentamente.
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1.3.5.2 Danza con soga
Representación:
En esta escena, un grupo de personajes ataviados con camisas y trajes
metálicos danzan sujetando una soga en un ritual probablemente
asociado a las festividades. El baile es presidido por el personaje de
mayor rango, quien lleva túnica metálica completa y el tocado más
suntuoso.
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1.3.5.3 Zorro antropomorfizado
Representación:
Este personaje mitológico, probablemente un semidiós, aparece
asociado a las escenas de combate y porta frecuentemente armas.
1.3.5.4 Presentación o sacrificio
Representación:
En él actúan una serie de personajes de diverso rango dentro de un
marco, real o figurado, de sacrificios humanos, mismo que ha servido de
clave a los estudiosos para reconocer los roles y jerarquías de cada uno
de ellos, así como para establecer partes o elementos de elementos que
aparecen en representaciones aisladas: un personaje, un ornamento o
un ritual.
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1.3.5.5 Entrega de ofrendas
Representación:
En este tema iconográfico, un personaje [posiblemente un señor o
dignatario] sentado sobre una plataforma en un recinto abierto con el
techo decorado con porras de combate, recibe las ofrendas de caracoles
por parte de dos conocidas divinidades. El tema puede referirse a un
relato mítico asociado al principal valor religioso de los caracoles traídos
de las aguas cálidas de la zona ecuatorial.
1.3.5.6 Escena de purificación y sacrificios
Representación:
Representación de escena de purificación y sacrificio elaborada en tres
planos en el que vemos personajes desnudos, aves de carroña
humanizadas y deidades. Al centro, un grupo de individuos conduce a
otros en literas ante un dignatario ubicado en lo alto de una pirámide,
que los espera con una copa.
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1.3.5.7 Carrera ritual
Representación:
Tres personajes corren en un ambiente desértico portando bolsas con
pallares. Los atuendos resultan semejantes salvo por los tocados que
son distintos.
Página 31
1.3.5.8 Combate de palleres humanizados
Representación:
Parte de una escena donde combaten pallares animados simulando
guerreros. Tema probablemente referido a algún mito.
1.3.5.9 Cacería de venado
Representación:
La cacería ritual de venados es un importante evento donde los hombres
con ayuda de redes, perros y bullicio, cercaban a las manadas. Los
nobles, vistosamente ataviados, cobraban las presas valiéndose de la
estólida o propulsor de flechas, un arma eficaz y terrible. En aras de la
conservación de las especies, en estos eventos sólo se mataba
animales machos.
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1.3.6 Cosmovisión y Religión
1.3.6.1 AI AEPEC.
El Dios principal era Ai Aepec, pero existieron unas seis
divinidades muy importantes. Los ceramistas moches cuidaron mucho la
representación de cada una de las divinidades.
La vida religiosa de la Cultura Mochica giraba y se regía por el
culto al Felino, el que se encuentra personificado en la divinidad de un
dios supremo llamado AI APAEC, que representa a un hombre con
grandes colmillos, transformándose en animal con un tocado semilunar.
Se refleja artísticamente a través de la PICTÓRICA Este dios
está identificado con viejas herencias ideológicas que vienen desde la
época Chavín y complementadas con otras deidades, como la serpiente,
el cóndor o el águila como máximas expresiones de poder en todo el
proceso cultural andino. Cabe poner en claro que esta inspiración
espiritual, fue determinada por su observación del espacio cósmico. Hay
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una información antiquísima que AI APAEC, era una constelación de
estrellas.
1.3.6.2 La ceremonia del entierro
Los Mochicas dejaron una enorme cantidad de información
acerca de sus creencias y rituales en sus detallados dibujos y esculturas.
Uno de los más complejos diseños representa el entierro ceremonial de
un individuo de gran importancia. Los entierros representados parecen
ser los que hemos encontrado en San José de Moro presto que muchos
de los ejemplos que conocemos de este dibujo proceden de San José de
Moro y en 1992 encontramos dentro de la gran tumba de una
sacerdotisa, un ceramio con esta representación. El dibujo coincide en
muchos aspectos con la tumba misma.
El descubrimiento de la tumba de la Sacerdotisa fue, como es
común en arqueología, un hecho inesperado. Terminábamos ya la
campaña de 1991 y faltaba por sondear un extremo del àrea de
excavación. Al fondo de un profundo pozo de cateo encontramos lo que
parecía ser un muro de adobe, éste era el signo inequívoco de que
estábamos frente a una gran tumba de cámara. La unidad de excavación
se amplió hasta contener toda la "mancha" de la tumba. Nos parecía que
la tumba podía estar saqueada por que habíamos encontrado materiales
sueltos y fragmentos de cerámica. Pero al retirar el relleno nos dimos
cuenta de que la tumba estaba sellada. Al retirar el sello encontramos no
sólo la más sorprendente y rica tumba de cámara, sino que se trataba de
la tumba de una mujer que ya conocíamos. La mujer enterrada era la
Sacerdotisa de la "Ceremonia del Sacrificio".
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CAPITULO II
“TUMBAS REALES DE SIPAN” LAMBAYEQUE
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2.1 Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
Excavaciones arqueológicas
Los trabajos de campo se iniciaron con procedimientos simultáneos de
prospección y excavación. Las labores estuvieron centralizadas en la
plataforma menor, donde habíamos detenido el saqueo. Un indispensable
levantamiento topográfico graficó la
conformación del terreno mediante curvas de
nivel cada 50 cm, detallándose también la
ubicación, dimensiones y profundidad de las
perforaciones clandestinas. Este plano
constituye el fiel registro del estado en que
encontramos el monumento.
Los tres niveles principales de la
estructura se encontraban
severamente afectados por cerca
de una centena de hoyos
irregulares excavados en toda su
extensión. El más impresionante
de los hoyos correspondía a la
tumba recientemente saqueada.
Toneladas de escombros y
adobes extraídos del interior
cubrían la superficie y los perfiles expuestos demostraban que la
plataforma fue íntegramente construida con adobe plano-rectangular.
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El descombramiento de toda la
superficie afectada por el saqueo y la
limpieza del interior de los hoyos
permitió evaluar el grado de su
destrucción. Desarrollando una
excavación cuidadosa y exigente en
sus aspectos metodológicos,
mantuvimos especial cuidado en la
ubicación contextual de cualquier
rasgo arquitectónico y sus materiales culturales asociados.
Para efectos del registro
arqueológico el monumento fue
cuadriculado en unidades de 10
x 10 m., partiendo de un punto
ubicado al centro de la
plataforma alta desde donde se
proyectaron los ejes
perpendiculares que rigen,
hasta hoy, nuestras
excavaciones. Dentro de esta red de cuadros, se localizó con exactitud
todo hallazgo o elemento arquitectónico, incluyendo su posición vertical
en alturas absolutas.
El terreno fue removido lentamente mediante el levantamiento
progresivo de capas horizontales completas con ayuda de palas cortas,
rasquetas de mano y brochas. A partir de la primera superficie
diagnóstica se inició una sucesión de planos dibujados a color que
grafican objetivamente el avance de la excavación.
La documentación fotográfica fue tratada también como unidades
completas, detalles y etapas del proceso. Obviamente, éste fue sólo el
procedimiento metodológico general de la excavación. Los contextos
funerarios específicos requirieron un minucioso registro que muchas
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veces correspondía capas de milímetros o escasos centímetros. De otro
lado, cada uno de ellos planteó el desarrollo de procedimientos y
alternativas técnicas de recuperación específicos, en muchos casos, sin
precedentes en la arqueología peruana, que debimos resolver de
manera inmediata.
2.2 Antigüedad
En 1987 un grupo de arqueólogos, liderados por el doctor Alva, descubrió
los restos funerarios de uno de los gobernantes de la cultura moche, una
civilización de más de 1.700 años de antigüedad.
De acuerdo a los análisis de radiocarbono 14, el material orgánico
estudiado arroja que los restos del Señor de Sipán datan del año 275 d.C.
2.3 Funciones
El Señor de Sipán era una máxima autoridad de la sociedad Moche, en su
espaciado cultural determinado, ejercía triple autoridad: jefe político, militar y
religioso era quien presidia los rituales mágicos religiosos.
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Los arqueólogos encontraron una Cámara Funeraria con los restos del
Señor de Sipán en un ataúd de madera con un impresionante conjunto de
ornamentos, emblemas y atuendos de oro, plata, cobre dorado y otros
materiales que integraban sus trajes rituales y símbolos de rango. La
responsabilidad inmediata para nuestro equipo fue la conservación y
restauración de los objetos en riesgo de destrucción, asumida gracias a la
colaboración del gobierno regional alemán que permitió contar con el primer
laboratorio de conservación de metales de Sudamérica.
2.4 Importancia del descubrimiento
Volver los ojos del mundo al misterio de las antiguas culturas del Perú.
Los mochicas han pasado así a ocupar el sitial de las culturas clásicas
de América junto a los mayas, aztecas e incas.
Que la investigación arqueológica peruana se reactive con nuevas
investigaciones, al punto que hoy puede hablarse de una
“Muchicología”.
Marcar un importante hito en la arqueología del continente, porque por
primera vez se reveló la magnificencia y majestuosidad del único Perú
encontrado hasta esa fecha.
Que la región convertirse en un nuevo destino turístico que se esfuerza
día a día con la existencia de importantes monumentos y museos.
Evidentemente, que a partir de su inauguración el “Museo Tumbas
Reales de Sipan” es el principal atractivo turístico del Norte del Perú.
El Categórico impacto inicial de convertirlo en el eje que promueve el
circuito Turístico Nor Oriental y el desarrollo de la Macro Región que
comprende Piura, Cajamarca, Amazonas, Lambayeque y La Libertad.
Las tumbas, destacó, Walter Alva, reflejan "el rol de las personas en vida
porque en el antiguo Perú sepultaban a los hombres con todas sus
pertenencias. Así que lo interesante es poder saber cuál era su posición
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social y la actividad que ocupaban para aportar documentos a la historia
mochica".
Pero Sipán, según Alva, sólo es el principio de la riqueza arqueológica
del Perú, "un país", recalcó, "que ha tenido un proceso de reocupación
muy intenso, con unas culturas muy densas". Perú es, por tanto, "un
país por descubrir".
2.5 El significado arqueológico de las tumbas Reales
En el año 1978 un pequeño equipo de arqueólogos peruanos, después de
una dramática intervención
ORNAMENTOS O JOYAS ENCONTRADAS:
OREJERAS DEL SEÑOR DE SIPAN.-Símbolo de
rango, la cual representa al mismo Señor con sus
emblemas de mando político, militar y religioso,
flaqueado por dos guerreros. Esta pieza fue
confeccionada mediante la técnica del ensamblaje de
pieza de oro repujado y mosaico de turquesa.
CETRO CUCHILLO CON REMATE PIRMIDAL
Cetro de oro y plata, símbolo de mando
militar y poder supremo. Se puede
conjeturar que en la escena se
represento al mismo señor en una de
sus funciones reales: la imposición
militar sobre prisioneros y su probable
suplico.
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OREJERA DEL PATO PICO DE CUCHARA: orejera con representaciones de
un ave acuática en mosaico de turquesa: el pato pico de cuchara esta
actualmente extinguido. Este ornamento fue utilizado en rituales de purificación
y culto a la fertilidad de la tierra.
OREJERA DE VENADO: Tercer par de orejas y
turquesa representando un venado en actitud de
correr. La primorosa representación incluye cuernos,
ojos, vientre y cola aplicados en láminas de oro. Las
pupilas y pezuñas son de piedra oscura u la lengua
de concha nácar.
COLLAR DE MAMI.
Formado por veinte frutos de maní en oro y plata
representaría el concepto de la dualidad en la religión
mochica, el oro representaría al sol, el día y lo
masculino y la palta a la luna, la noche y lo femenino.
Los frutos de maní se vinculan al culto de los muertos
y el retorno de los ciclo de la vida.
2.6 Características del entierro: Acompañantes:
2.6.1 Mujer de cabecera:
Se trata del tercer entierro.
Colocado transversalmente al sur y la
cabecera del señor contenía”la osamenta
de una mujer joven de 16 a 20 años y
aproximadamente de 1.53 m. de estatura
con la cabeza al este y los pies al oeste.
Se encontraba de cubito ventral y le faltaban también huesos del pie
izquierdo. La parte superior del torso estaba cubierta por un pectoral de
conchas que volteaban completamente sobre la espalda. Entre sus
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fémures se identifico hasta cuatro cuencos desintegrado de calabaza,
como ofrendas bajo el cuerpo de último cerca de los pies.
2.6.2 La mujer de la corona de cobre:
Ubicado transversalmente a los pies
del señor. Era el esqueleto de una
segunda mujer con la cabeza al oeste, en
posición opuesta a la anterior. Entre 17 y
20 años y su estatura aprox. De 1.59m. El
cuerpo descansa sobre su costado
derecho., mirando de esta manera hacia el ataúd central. El cráneo se
encontraba parcialmente cubierto por una masculina con orejeras y a su
vez una prenda de cabeza parecida. Dos estilizadas serpientes de
cuerpos dentados a los lados y una hoja sami-lunar superior
completaban está tocado.
2.6.3 Niño enterrado.
En la esquina sur- oeste se encontraba la
osamenta del niño originalmente sentado
mirando a Este con las piernas extendida por
debajo del ataúd de la mujer y probablemte
envuelto en un fardo de tela. Su edad es de 9
a 11 años.
2.6.4 Un vigilante
Arriba de la armazón del algarrobo que era el techo de la tumba
real, un cadáver en posición sentada con la piernas cruzadas y
flexionadas y mirando directamente a la tuba real en clara actitud de
vigilante.
2.6.5 El guerrero o jefe militar.
La asonante de la derecho a orientada de
sur a norte como el señor, se encontraba
con la cabeza cubierta tocados y piezas
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metálica entre las que se había una ancha banda de cobre los huesos
de la cara. Esta placa parece haber sido la base cilíndrica del tocado.
Por debajo del mentón se extendía otra pies alargada del cobre con
pequeños rectángulos colgantes se podrían ser parte de un pectoral.
2.6.6 El Guardián
Fue uno de los entierros descubierto
y ya descritos. Se trata de un personaje
acostado sobre su espalda en dirección
transversal Nor- este y su- este con la
cabeza cerca y un nivel superior a la
cabeza del señor de Sipán.
2.6.7 Las llamas ofrendadas.
Estaban debajo de los restos de los dos hombres. El animal del
lado Oeste con las patas recogidas reposaba sobre su costado y el otro,
aparentemente volteando para arriba, tenía su cuello dramáticamente
estirado hacia el sur, existe referencia muy directa a las llamas en el
tema del entierro.
2.6.8 El perro
Se trata de un canino de tamaño mediano, cola larga y colmillos
desarrollados, probablemente similar a aquellos de corto pelaje
manchado, usualmente representes en el arte mochica.
2.7 Cámara funeraria: ilustraciones
La Cámara Funeraria del Señor de Sipán mide 5.00 metros de lado.
Este recinto tiene la forma de un prisma rectangular, cubierto por una
techumbre de dieciséis vigas de algarrobo colocadas en sentidos opuestos y
cubierta con tierra y bloques de adobe.
El ataúd de madera del Señor de
Sipán estaba rodeado por ocho
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acompañantes; un gran séquito de cuerpos que rendía honor a su elevado
rango. Dos mujeres jóvenes, su esposa, un niño, un jefe militar, el
portaestandarte, el vigía, el guardián de la tumba, dos llamas y un perro,
formaban el séquito.
En la Tumba del Señor de Sipán, se registraron aproximadamente 451
objetos entre ornamentos, tocados, vestimentas y ofrendas que cubrían y
subyacían a los restos óseos del Señor.
Los pies del Señor, estaban calzados con
sandalias de plata, orientados hacia el norte y la
cabeza dirigida hacia el sur. A ambos lados de
la cámara funeraria se encontraron un total de
209 vasijas de diversas formas,
representaciones, tamaños y acabados,
distribuidas en las hornacinas laterales y central
como en los espacios entre los ataúdes.
CAPITULO III
TUMBA DEL SACERDOTE SIPÁN
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1.1 Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
El Sacerdote, cuya tumba fue localizada al extremo sudeste de la
plataforma, ocupaba el segundo lugar en la jerarquizada sociedad Mochica
correspondiente a la época del Señor de Sipán. De acuerdo a los ornamentos,
atuendos y vestimentas que integraban su ajuar funerario podemos deducir que
en vida ejerció funciones estrictamente religiosas siendo probablemente el
encargado de administrar el culto y los rituales de la religión Mochica.
Una corona metálica que representa un búho con las alas abiertas y la
copa de los sacrificios son los elementos simbólicos que lo asocian
inmediatamente al hombre ave representado en el arte religioso de los Mochica
ofreciendo los sacrificios al Señor o en otros casos manejando las fuerzas de la
noche o los rituales vinculados a la luna, aspecto corroborado por sus dos
collares de nueve piezas que se relacionan a los ciclos lunares.
El personaje sepultado medía 1.60 m y su edad al morir oscilaba entre los
35 y los 40 años.
3.2 El evento funerario
Las características físicas del Señor de Sipán (estatura y escaso desgaste
dental) indican que gozaba de una dieta especial, probablemente alimentos
seleccionados y cuidadosamente preparados.
Los mochicas se abastecían de pescados y mariscos del rico litoral;
cultivaban maíz, papa, pacae (o guaba), chirimoya,
lúcuma y ciruela. Consumían carne de una variedad de
llamas adaptadas al clima costeño, en ceremonias
especiales carne de venado, iguanas y apreciaban una
pequeña lagartija conocida como "cañan".
3.3. Las joyas y ornamentos reales
El sacerdote utilizó ornamentos y emblemas
característicos de sus funciones religiosas. Estos
bienes, sepultados como parte de su ajuar funerario,
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nos han permitido conocer el rol que desempeñó en vida. Evidentemente no
son tan ricos, suntuosos ni variados como los del Señor, pero guardan una
especial simbología que permite asociarlos al culto lunar, en juego de dualidad
con el simbolismo solar del Señor. Cabe resaltar que entre sus bienes no se
encontraron armas ofensivas.
Este ornamento de rango mide 28.6 cm. de altura y fue
confeccionado mediante el ensamblaje de dos piezas en oro y plata
soldadas y remachadas. Esta composición bimetálica se refiere al
simbolismo de la dualidad y complementariedad.
3.3.1 Copa de cobre
Este utensilio metálico encontrado en la mano derecha del
sacerdote fue confeccionado en una sola pieza y debió utilizarse para
recibir la sangre de los sacrificios rituales. Mide 10 cm. de diámetro y
lleva una tapa metálica circular a manera de patena.
3.3.2 Collar de nueve cabezas en cobre dorado
Este ornamento representando rostros humanos con la boca
replegada hacia abajo en un aparente
"rictus" cadavérico simbolizaría la deidad
asociada a la muerte en contraposición a
los rostros sonrientes del otro collar que
representaría la vida.Collar de nueva
cabezas humanas "sonrientes"
elaborado en cobre dorado
Cada una de las piezas de este
ornamento fue confeccionada con dos
tapas soldadas. La representación
sonriente incluye la dentadura
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confeccionada con incrustaciones de concha. La pronunciada nariz y la
frente arrugada sugieren el rostro de un anciano.
3.3.4 Parte de una nariguera ovalada en oro
De este ornamento originalmente
bimetálico, sólo se conserva la parte
de oro pues la porción de plata
quedó totalmente
desintegrada. En la
decoración repujada se
observa la representación de
un guerrero portando sus
armas y acompañado de un
personaje más pequeño. El
borde inferior de la nariguera
tiene cuentas esféricas de
turquesa alojadas en pequeñas depresiones cóncavas. Orejera de
cobre dorado, oro y turquesasUno de los dos ornamentos,
confeccionados mediante partes metálicas originalmente montadas
sobre madera. La base mantiene un borde de cobre dorado decorado
con triángulos y esferas en una sola pieza metálica. Sobre el
mosaico de turquesas se adicionó una fina lámina circular de oro y al
centro una pequeña cabeza del mismo metal repujado,
representando un rostro de ojos almendrados y boca replegada.
Corona del sacerdote en cobre doradoEste ornamento indicador
de rango, seriamente afectado por la corrosión, representa un búho
con las alas desplegadas. Originalmente tenía incrustaciones de
conchas y turquesas. El cuerpo fue trabajado como media escultura y
las alas sobre una plancha metálica forjada y recortada,
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adicionándole colgajos y lentejuelas. En la abertura central de las
alas existen restos de fibras y plumas que complementaban el
tocado. Inicios de la excavación de la tumba del Sacerdote
Paralelamente al registro de la tumba del "Señor de Sipán", nuestro
equipo llevaba a cabo la prospección y descombraba superficialmente otras
áreas de la edificación en secciones diagnósticas y alternas. Con la finalidad de
establecer los componentes arquitectónicos y extensión de posibles contextos
funerarios u ofrendarios, se decidió limpiar una unidad al extremo sudeste de la
plataforma (II c.). Los primeros niveles del cuadro contenían escombros y
fragmentos diversos; luego
encontraríamos algunos restos de
muros correspondientes a
posibles recintos superficiales.
Inmediatamente después
comenzó a configurarse en la
estructura original de adobes, un
área de relleno regular y simétrico parecido al de la tumba del Señor. Su
progresiva excavación definía una apertura de 4 x 4 m también orientada
cardinalmente.
3.4.1 Interior del sarcófago osamenta y copa en la mano
Al retirar las primeras prendas y ornamentos quedaba expuesto el
esqueleto completo del personaje cuyo examen in situ determinó a un
varón adulto muerto alrededor los treinta y cinco años de edad. Habría
medido 1.60 m y sus huesos,
de fuertes inserciones
musculares, no exhibían
signos de enfermedades o
malnutrición. Sobre el pecho y
brazo derecho
respectivamente se
encontraban dos discos de
cobre con colgajos, evidentes componentes de un tocado desintegrado.
Cerca a la mano derecha descansaba un cuenco metálico de 10 cm de
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diámetro con tapa circular a manera de patena. De inmediato nos trajo a
la memoria las copas ofrendatorias frecuentemente registradas en las
importantes escenas de sacrificios o libaciones rituales entre el "ser
radiante", "guerrero-sacerdote" o el Señor, encarnación evidente de
estas funciones, y un segundo personaje que correspondería al
encontrado en este ataúd, al que decidimos llamar el "Sacerdote".Vista
de cámara de Sacerdote con guardián definición del techo
mostrando el hundimiento del ataúd
Deslumbrante joya que puede estimarse como uno de los objetos
de arte mas bellos, delicados y quizás el mejor exponente de la
orfebrería Mochica conocido a la fecha.
Esta orejera tiene en el centro de la imagen tridimensional de un
dignatario Mochica portando sus armas de combate, adornado con una
diadema semilunar sobre la cabeza, una nariguera movible, un collar de
cabezas de búho y dos sonajeras sujetas de la cintura.
El grado de realismo y minuciosidad, es perceptible en el detalle de los
dedos de las manos y muslos de las piernas, así como en el escudo en
el antebrazo izquierdo y la porra en la mano derecha que pueden
retirarse a voluntad. Fue
confeccionada mediante el
laborioso y perfecto montaje
de decenas de piezas de oro y
un mosaico de turquesa sobre
un soporte de madera, para
obtener una pieza circular de
92 mm. De diámetro, a cuyo borde circundan 42 esferas hechas
individualmente mediante tapas soldadas.
Completan la representación dos guerreros de perfil en mosaico
de turquesa flanqueando simbólicamente a la figura central que
representaría la misma imagen del Señor.
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3.4.3 Detalle de pies con alpargatas de cobre
Al lado izquierdo del cuerpo encontramos dos pequeños
sonajeros semicirculares de cobre, parecidos a los encontrados en la
tumba del Señor, que habrían colgado de las cintas o cordeles de los
tocados. Las muñecas de ambos brazos llevaban sencillos brazaletes de
concha sin barras metálicas. Los pies, flexionados hacia abajo, estaban
calzados con una especie de alpargatas de cobre diferentes a las
sandalias abiertas del Señor, que
parecían llevar piezas adicionadas
en la parte que cubría los dedos y
el empeine. Sin embargo, su
estado de conservación no
permite mayores detalles por el
momento. También fueron
recuperados cuatro mangos de plumas de cobre
3.4.4 Ataúd con osamenta de niño con perro y serpiente
En el sarcófago del niño, con sorpresa, se encontraron las
delicadas vértebras de una serpiente o culebra, un enigmático hallazgo
nunca antes reportado.
3.4.5 El Sacerdote
con collares, orejeras y objetos de cobre nivel superficial del fardo
funerario
Nos encontrábamos
nuevamente frente a otro
ataúd intacto cuyo
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contenido, no dejó de despertar las expectativas de nuestro equipo
frente a la posibilidad de una segunda tumba real. El formato del recinto:
guardián, cámara y ataúd central, resultaba semejante a la tumba del
Señor, al igual que su relativa contemporaneidad. Había sido abierto en
la misma y última conformación arquitectónica de la plataforma.
El ataúd se encontraba originalmente forrado por una tela burda cubierta
de pintura roja. Debajo de las impresiones de la tapa se encontraban
residuos del primer tejido de algodón que envolvió al fardo funerario.
Luego venían decenas de pequeños discos de cobre probablemente
cosidos a otro textil desintegrado que parecía un manto recamado,
decorado en su borde inferior por una hilera de conos. Sospechamos
que podría corresponder a un estandarte o a una prenda que cubría las
osamentas desde los hombros hasta debajo de la rodilla. El personaje
principal se encontraba extendido y con la cabeza hacia el sur. Hacia
ambos lados del cráneo, se encontraban dos grandes orejeras circulares
de cobre dorado decorado en triángulos y esferas en una sola pieza
laboriosamente calada y repujada. Sobre el mosaico de turquesa se
adicionó una fina lámina circular de oro con relieves granulares y una
pequeña cabeza central del mismo metal repujado representando un
rostro de ojos almendrados, boca replegada y orejas. La imagen fue
fijada mediante diminutos clavos y grapas. Apenas deslizada del rostro,
en la parte baja se encontraba una nariguera ovalada y bimetálica de oro
y plata. La parte de oro, ubicada hacia la derecha del personaje,
mostraba en su trabajo de repujado y calado la representación de un
guerrero portando porra, escudo, tocado y nariguera, acompañado de un
personaje más pequeño con los brazos levantados y vestimenta sencilla.
Cerca a la unión vertical de la parte de plata, existía un tercer personaje,
posiblemente un guerrero con escudo. El borde inferior de la nariguera
estaba decorado con cuentas esféricas de turquesa, evidentemente
reutilizadas de un collar y alojadas en las depresiones cóncavas del
metal. Pensamos que la mitad de plata habría tenido turquesas
similares, sin embargo, éstas no fueron encontradas, por lo que
suponemos que su decoración se hizo con un material que desapareció
con el paso del tiempo.
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3.4.6 Acompañante oeste en sarcófago de caña
El sarcófago de caña, ubicado al oeste, medía 1.60 m. de longitud
y 0.55 cm de ancho. En su interior encontramos el esqueleto de un
hombre joven cuya edad oscila entre los catorce y los diecisiete años,
colocado en posición extendida sobre su espalda y con la cabeza hacia
el norte en ubicación opuesta al entierro principal. El eje del cuerpo
estaba ligeramente oblicuo y los únicos ornamentos conservados eran
dos discos de cobre de 9 cm de diámetro decorados con lentejuelas y
puestos sobre el pecho (probablemente formaban parte de un tocado).
Por lo demás, en el barro eran notorios los restos de impresiones de
textiles pertenecientes a prendas o envoltorios
CAPITULO IV
Página 52
TUMBA DEL VIEJO SEÑOR DE SIPAN
4.1. Descubrimiento: proceso, técnicas y métodos.: ilustraciones
Este personaje, sepultado en la primera edificación de la plataforma
funeraria debió ser el más antiguo gobernante del
valle. Muchos de los emblemas de rango y mando u
ornamentos y estandartes de su rico ajuar funerario
resultan parecidos a los del Señor descubierto lo cual
refleja una jerarquía y rol semejantes en diversos
momentos de la sociedad Mochica. Evidentemente,
pudo ser su antecesor en algunas generaciones. Su
ajuar con imágenes religiosas diversas resulta más
complejo y variado que el del primer Señor
descubierto. Probablemente concentraba las
funciones políticas y religiosas que se separaron
posteriormente, en la época del Señor más reciente.
Sus únicos acompañantes fueron una mujer y una llama. Los juegos de
ornamentos usados en vida y depositados en la tumba están también referidos
a una triple autoridad y a los conceptos del dualismo simbolizados por el uso
del oro y la plata.
4.2. El evento funerario
Página 53
El viejo Señor habría sido el primer gobernante de Sipán antecesor del
Señor de Sipán por cuatro generaciones, su suntuoso ajuar funerario muestra
una sorprendente variedad de imágenes y símbolos religiosos.
El Viejo Señor de Sipán fue sepultado en un fardo funerario que contenía todos
los diversos bienes y atuendos usados en vida. Sus únicos acompañantes
fueron una joven mujer y una llama sacrificadas y colocadas encima del área
de la cabeza del cuerpo del Viejo Señor.
Al localizar la sencilla tumba del Viejo Señor de Sipán, los arqueólogos
quedaron sorprendidos de su magnifico contenido: arañas en oro formaban un
primer collar, vasijas con ofrendas rodeaban el fardo funerario donde se
encontraron máscaras, juegos de collares en oro y maravillosas miniaturas
engastadas en varios juegos de narigueras entre docenas de otras piezas
metálicas. Junto a las osamentas sus más preciados bienes y armas de
combate.
4.3. Las Joyas y Ornamentos reales
El viejo Señor, al igual que el Señor de Sipán, utilizó en vida variados
ornamentos, emblemas y atuendos para distintas ocasiones y ceremonias
propias de su alto rango, investidura semidivina y poder. A su muerte,
diversidad de bienes formaban parte del ajuar funerario para acompañarlo al
mundo de los muertos donde según la religión Mochica seguiría ejerciendo los
mismos roles y funciones.
Página 54
4.3.1 Efigie de cobre representando deidad
Esta imagen metálica trabajada sobre la base de láminas
repujadas representaría una versión de la
deidad suprema "Ai-apaec" con apéndices de
cabezas de serpientes y collar de cabezas de
búhos. Constituyó parte de un tocado.
4.3.2 Pectoral de concha y caracol
representando al pez-gato
Este ornamento fue confeccionado sobre la base de recortes de
concha y caracol blanco dispuestos en oposición y unidos mediante un
grueso cordón central de algodón. Las piezas superiores convergen y las
inferiores se abren representando al pez gato.
4.3.3
Sonajero de plata
Este ornamento confeccionado
sobre una sola lámina de plata repujada,
doblada y calada lleva la representación
por ambos lados de la deidad suprema
"Ai-apaec" o "Decapitador", señor de la
vida y la muerte en la religión Mochica. Siendo de plata, integra la
dualidad metálica con los ornamentos subsiguientes en oro.
4.3.4 Collar de cabezas de búhos en cobre
Este juego de ocho cabezas
metálicas repujadas constituye un
ornamento recurrente entre las
representaciones del Viejo Señor. El
búho se asocia a los rituales nocturnos y
de la luna.
Página 55
4.3.5 Cabeza felinizada de plata
Representa un rostro humano con
atributos felínicos [ojos y dentaduras]. Se
refiere a una divinidad o transfiguración total
en juego con los dos collares anteriores del
mismo metal.
4.3.1 Collar de cabezas humanas en oro
Diez piezas representando los rostros de un anciano, trabajadas
mediante dos tapas soldadas sobre la base de láminas repujadas,
probablemente sobre una matriz de madera. Es posible que haga
alusión a la deidad conocida como "cara arrugada".
4.3.6 Cabezas de
plata con
incrustaciones
de concha
Dos piezas de un collar de diez cabezas
que representan un rostro realista con los labios
replegados mostrando los dientes.
Probablemente aluden a una progresiva
transfiguración simbólica en juego con el collar
precedente y el siguiente.
Página 56
4.3.7 Cabezas de dos caras de divinidad en cobre dorado
Estos pequeños ornamentos con representación en ambas caras
debieron servir también como remate o colgajos de prendas
desintegradas.
4.3.8 Juego de pectoral confeccionado en concha y caracol
Este ornamento, al igual que el anterior, constituye un conjunto de piezas
integradas para producir un efecto radiante. Los de la hilera inferior son
triángulos alargados con una esfera acoplada en la punta.
4.3.9
Pectoral de caracol y
concha roja representando el
pez-gato
Este extraordinario
ornamento está integrado por 61
piezas de caracol blanco con
cuidadosas incrustaciones de
concha roja para simbolizar el
cuerpo ondulante y la cabeza de
pez gato, animal vinculado a la fertilidad.
Página 57
4.3.10
Excavación sur de la plataforma
Estimando el poco movimiento de la plataforma sur en cuyo
extremo este terminamos de excavar la tumba del Sacerdote, decidimos
iniciar el registro de dos unidades paralelas en la sección central
superior. Desde los niveles superficiales comenzaron a surgir algunos
entierros simples afectados
por la erosión y la humedad.
Algunos centímetros mas
abajo se encontraron
agrupaciones de vasijas y
restos óseos de llamas
asociados a cántaros que se
utilizaban como ofrendas.
4.3.11
Restos de envoltorios de fibra vegetal nivel superficial del
envoltorio del fardo funerario
Sorpresivamente, al centro de la
intrusión, debajo de una capa de
tierra oscura, brilló al sol un hierático
rostro humano en oro que decoraba
el vientre de una araña
primorosamente trabajada.
Progresivamente, las herramientas finas y pinceles fueron exponiendo
una curvada superficie con residuos de fibra vegetal sobre la que
descansaban diez arañas semejantes. Un impresionante collar aparecía
colocado como componente final de un fardo integrado por centenares
de placas de cobre y otros ornamentos cubiertos de óxido verdoso. Las
vasijas se distribuían a los lados en una fosa angular de 1.60 m de
ancho que se proyectaba dentro del perfil sur. Más abajo de la posible
Página 58
ubicación de los pies se encontraba un impresionante conjunto de armas
y ornamentos militares intencionalmente desarmados y doblados. Había
ahí hasta cuatro puntas de lanzas, fundas de porras de combate,
posibles escudos o rodelas y una mascara metálica con la boca
replegada en actitud de fiereza.
4.3.12
Máscara funeraria collares de plata y pectoral radiante
Debajo del pectoral de pulpo, el primer juego de collares representaba
un personaje sobrenatural
con ojos alargados y
amenazadora boca felínica
conformada por perfectas
incrustaciones rojas de
concha "Spondylus" de
agudos colmillos que resaltan
su expresividad. Un segundo
grupo estaba integrado por rostros más pequeños con un peinado
semejante a manera de cerquillo y la boca replegada en actitud de
mostrar los dientes, confeccionados también con "Spondylus" pero sin
alcanzar la felinización de los anteriores. El último juego tiene un tamaño
intermedio y representa cabezas humanas de formas semejantes pero
de formato absolutamente realista y sin ningún atributo especial.
Ligeramente por debajo de los ornamentos descritos se apreciaba la
parte posterior de algunas cabezas de oro con un peinado parecido.
4.3.13 Estandarte formado por láminas cuadrangulares e ídolo
central en cobre dorado
Figura humana de apreciables dimensiones: un personaje con los
brazos levantados y los
puños cerrados, pies
divergentes y cuerpo
decorado con discos
Página 59
colgantes sobre el pecho y triángulos en la cintura. La cara redonda,
orejera, ojos cónicos y sombrero no dejaban duda: era la misma deidad
de los "Ulluchus" que habíamos reconocido en los estandartes del
Señor. Placas cuadrangulares de cobre rodearon también su figura,
igualmente armada por piezas separadas de cobre (cabeza, tronco y
extremidades). A la altura de sus pies se encontraban partes de otras
piezas de imágenes semejantes incluyendo cintas metálicas curvas,
bandas rectas y placas con relieve del mítico "Ulluchu". Evidentemente,
correspondían a otros estandartes similares originalmente cosidos a
paños de algodón desintegrados.
4.3.14 Osamenta con collares, armas y textiles se observa un
pectoral de recortes de caracol
Un nuevo nivel
exponía en su totalidad el
esqueleto del Viejo Señor
rectamente extendido
sobre sus espaldas. El
cráneo se encontraba
ligeramente inclinado a la
izquierda y fragmentado
por la presión de la tierra.
En la base de este
volvieron a registrarse dos
pequeñas masas circulares de fundición de oro. Los huesos del cuerpo,
mejor conservados y perfectamente articulados, mostraban el hombro
izquierdo ligeramente más alto que el opuesto. Los dos brazos
extendidos al costado del tórax estaban flexionados hacia el mismo lado.
Resultaban también visibles las secciones de un manojo de lanzas
forradas en cobre dorado que corrían a todo lo largo y al costado este
del fardo. Estaban sujetas con tres puntas de las armas,
sorprendentemente dobladas. Volvía a plantearse aquí el rango militar
del personaje sepultado.
Página 60
4.3.15 Retiro de la osamenta del Viejo Señor
Arqueólogos y asistentes
registraban y dibujaban a
escala y con precisión cada uno
de los huesos,
confeccionándose luego en
espuma una matriz destinada a
recibirlos en la exacta posición
de la tumba para su conservación definitiva.
4.3.16 Fragmentos textiles de algodón
Un ingenioso y eficaz método para documentar los pocos
fragmentos textiles visibles al retirar la osamenta fue confeccionar un
plano a escala natural y usar resaltantes colores convencionales que
permitieran visualizar e identificar cada detalle de dichos restos. Este
método hizo posible reconocer la existencia de hasta ocho tipos de
fragmentos de mantas y prendas de diversa manufactura y eximias
técnicas de tejidos de tapicería.
Algunos de estos últimos
debieron haber sido verdaderas
joyas del arte textil Mochica.
Correspondían estos mantos a
mortajas, otras prensas y
soportes de estandartes. Los
diseños más impresionantes
eran juegos de cabezas de serpientes entrelazadas y una singular
escena con seres mitológicos (hombre-iguana y perro) que llevaban una
litera donde hubo un personaje importante. Aparentemente, se trataba
de un tema mítico mortuorio, quizás el transporte de los "Señores" al
mundo de los muertos.
4.3.17 Osamenta, armas (lanzas) y textiles
Página 61
Un nuevo nivel exponía en su totalidad el esqueleto del Viejo
Señor rectamente extendido sobre sus espaldas. El cráneo se
encontraba ligeramente inclinado a la izquierda y fragmentado por la
presión de la tierra. En la base del cráneo volvieron a registrarse dos
pequeñas masas circulares de fundición de oro. Los huesos del cuerpo,
mejor conservados y perfectamente articulados, mostraban el hombro
izquierdo ligeramente más alto que el opuesto. Los dos brazos
extendidos al costado del tórax estaban flexionados hacia el mismo lado.
Resultaban también visibles las secciones de un manojo de lanzas
forradas en cobre dorado que
corrían a todo lo largo y al
costado este del fardo.
Estaban sujetas con tres
puntas de las armas,
sorprendentemente dobladas.
Volvía a plantearse aquí el
rango militar del personaje sepultado.
4.3.18 Osamenta y principales ornamentos con la cerámica
restituida para presentación del conjunto
En un nuevo nivel nos
encontramos con gran parte de
los principales ornamentos
sobre la osamenta del Viejo
Señor cuyos huesos resultaban
en buena parte visibles. En la
sección del dorso y los muslos
se apreciaban delgadas varillas
de cobre perforadas y asociadas a centenares de cuentas de concha en
color blanco y rojo escurridas entre las piezas mayores que habrían
formado hasta cinco pectorales totalmente desintegrados. A la altura del
cuello descansaba una segunda nariguera oval de plata oxidada con
semiesferas repujadas en el borde. Una laboriosa lámina de oro calada y
en relieve estaba engastada, formando el diseño de una cabeza central
Página 62
de pez con dos colutas laterales dentadas a manera de serpientes
erizadas que rematan en cabezas de ave.
4.3.19
Detalle de brazalete y lingote de plata en mano del Viejo Señor
Los huesos de la mano derecha sujetaban aún firmemente una
nariguera rectangular de plata; la otra mano, escasamente recogida,
mantenía una masa circular del mismo metal que recordaba aquella
encontrada, también en la misma ubicación, con el cuerpo del Señor.
Limpiando con extremo cuidado los huesos de ambos antebrazos
reconocimos parte de los primeros brazaletes formados por milimétricas
cuentas de oro, turquesa, lapislázuli y concha "Spondylus" que debieron
combinarse magistralmente en complejos diseños difíciles de identificar
a primera vista. Estas tramas de cuentas estaban armadas entre barras
metálicas de oro.
CAPITULO V
Página 63
TUMBA DEL JEFE GUERRERO SIPAN
En los niveles superficiales y dispuestos en una simbólica formación, se
encontraron vasijas representando guerreros, ocho personajes con los brazos
amputados y cántaros simples.
Por debajo, vuelven a descubrirse restos desintegrados de madera que
formaban techos de depósitos de ofrendas. El anuncio de otra tumba real en
algún lugar de este amplio espacio.
Las ofrendas consistentes en cientos de vasijas, restos de comida y huesos de
llama, se disponían en pequeños y ordenados recintos de adobe. Las
imágenes representadas son personajes en actitud de oración. Se observan
cántaros simples, un cuenco, representaciones de orantes, personajes con los
brazos amputados, zorros antropomorfizados, guerreros y músicos.
No tenía cámara como los dos anteriores, sino que este entierro fue puesto en
un pozo simple que medía 2.60 m. de largo y 1.70 m. de ancho. Estaba
envuelto en estera de fibra vegetal y varios envoltorios de textil, los cuales se
habían descompuesto casi totalmente por el tiempo. Donde en los primeros
niveles se pudo definir un collar de 10 arañas de oro.
Después los cientos de piezas de cobre oxidadas por el tiempo y otras
fragmentada por la presión de la tierra que las cubría. Complicó la excavación e
Página 64
identificación del contexto de la tumba ya que cada fragmento tenía que ser
examinado en su lugar para que luego sirviera en la restauración de los
objetos. Así se pueden observar un barbiquejo. Máscaras, cintos, estandartes
con la representación de personajes de cobre dorado Sobre el cuerpo había un
collar de 10 felinos (Figura B). Otro era de 10 caritas de ancianos. Sonajeros,
un Protector Coxal. Orejeras con lentejuelas. El cetro de 22.6 cm. de alto en el
lado derecho, todos estos objetos de Oro. Además se pudo definir narigudas,
un cangrejo y felino antropomorfizado, sonajeros esféricos, un pectoral con
tentáculos de pulpo, discos, todos de cobre dorado y pectorales de concha
spondyllus. Tenía como acompañante una mujer de cubito ventral y una llama.
Es un personaje de la elite mochica, aún sin la corona como la lleva el Señor
de Sipán Gobernó en el año 50 D.C., era un hombre adulto de 50 años como
promedio al momento de su muerta, de 1.62 de estatura. Su cráneo estaba roto
y aplastado por la presión de la tierra, los dientes estaban bastantes gastados y
carecía de caries, la tumba fue excavada entre Julio de 1989 y Abril de 1990.
Ambos lados del entierro se pudo hallar 33 cerámicas de forma globular donde
en el gollete había el dibujo de zorro y rostros de personas
Otras tumbas
En la plataforma funeraria de Sipán, cerca de las tumbas de alto rango,
los arqueólogos descubrieron también otros entierros de menor jerarquía y de
diversas épocas que están permitiendo conocer la estructura social y los
cambios culturales. Evidentemente todos los entierros corresponden a
personajes vinculados a la élite gobernante y su servicio. Se identificaron
tumbas de jefes militares, dignatarios, guerreros y asistentes religiosos.
Página 65
Tumba 5
Localizada al lado central y sur de la plataforma funeraria.
El entierro correspondía a un hombre adulto, sepultado dentro de un ataúd de
caña con variados ornamentos, atuendos y ofrendas: una máscara de cobre,
nariguera, armas de combate, una corona semilunar, un instrumento musical y
treinta y dos vasijas, entre otros.
El personaje debió pertenecer a la jerarquía militar, con funciones de músico.
Tumba 6
Esta tumba corresponde a uno de los contextos funerarios más complejos y
enigmáticos. Después de reconocer varios entierros parcialmente removidos, al
fondo de la excavación, los arqueólogos localizaron las osamentas de tres
acompañantes de una tumba que habría sido trasladada de lugar por los
mismos Mochicas.
Entre las pertenencias de estos personajes secundarios se encontraron
pectorales de concha, algunos ornamentos metálicos desintegrados y
magníficos juegos de orejeras de oro y turquesa.
La excavación de la tumba, alcanzó hasta 11 metros de profundidad.
En los niveles superiores, se encontró una cámara funeraria removida y otros
entierros. Al fondo, estaban los acompañantes.
TUMBA 7
En una pequeña cámara funeraria techada, emplazada hacia el norte de la
plataforma, se descubrieron los entierros de dos adolescentes, acompañados
de dos llamas decapitadas y otras ofrendas.
Las osamentas de los adolescentes, con una edad aproximada de 12 a 14
años, estaban dispuestas en ataúdes de caña. El varón tenía los pies
amputados y portaba una máscara y algunos ornamentos militares. La joven,
llevaba una corona, semejante a la encontrada con las mujeres principales.
TUMBA 8
Página 66
En la misma sección norte de la plataforma, fuertemente afectada por el
saqueo, los arqueólogos lograron definir los bordes de una cámara funeraria de
6.20 por 5.40 metros.
A cinco metros de profundidad, se localizó un techo desintegrado de veinticinco
maderos.
La cámara funeraria tenía cinco nichos u hornacinas. Al centro, dos ataúdes de
caña estaban rodeados de 124 vasijas. El esqueleto del entierro central
(derecha) pertenecía a un hombre adulto, cubierto de ornamentos y emblemas
militares, como un tocado de cabeza de zorro, dos coronas, placas metálicas,
partes de pectorales, armas y estandartes metálicos con imágenes mitológicas.
El ataúd del lado izquierdo, contenía una osamenta desarticulada con coronas
y emblemas metálicos. Se trata de un entierro secundario probablemente
trasladado de otro lugar para acompañar al primero. Ambos pertenecían a jefes
militares del entorno real.
TUMBA 9
Esta tumba fue ubicada al Sur Este de la plataforma, asociada a su primera
etapa de construcción.
El entierro correspondía a un fardo funerario, conteniendo la osamenta de un
hombre adulto con apreciable cantidad de ornamentos, emblemas y armas. A
un lado, el esqueleto de una llama. Se trata del entierro de un importante jefe
militar.
Reconstrucción esquemática de la tumba 9 con el ajuar funerario. Se aprecian:
tres coronas semilunares, seis porras de combate, una máscara, vasijas, un
estandarte de placas metálicas, cuatro tocados o prendas de cabeza, piezas
metálicas para un manto, un sonajero, dos orejeras de cobre con colgajos,
placas de plata dobladas y dos pectorales de concha, entre otros. Sobre el
rostro, fueron colocadas las narigueras de plata y oro; sobre el pecho, un collar
de cabezas de plata, otro de frutos de maní y dos adornos de plata.
TUMBA 10
Este entierro, ubicado al Sur Este, se asocia a la última etapa de la plataforma.
En la pequeña cámara funeraria techada, se encontró la osamenta de un
adolescente masculino en ataúd de caña con pocos ornamentos metálicos,
Página 67
algunas vasijas y valvas de spondylus. Lo rodeaban 103 vasijas sencillas, el
esqueleto de una llama y diez pequeñas máscaras de cerámica.
TUMBA 11
Ubicada en la sección norte de la plataforma, consistió en una cámara funeraria
techada, asociada a la tercera fase de construcción. El entierro principal
correspondía a un jefe militar con variados emblemas de mando y ornamentos
metálicos. Lo acompañaba un guerrero con los pies amputados. Ambos fueron
sepultados en ataúdes de caña. Hacia los lados se encontraron hasta 71
vasijas con restos de alimentos y bebidas, un esqueleto y huesos de llama.
Página 68
Página 69
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Página 71
Página 72
Conclusiones
Se puede decir que los elementos característicos de la cultura Mochica
son los que forman parte de la fracción más significativa de su
cosmovisión, siendo una representación sólo parcial de una realidad
conceptual mucho más extensa y que encuentra su nacimiento en las
interpretaciones más básicas que del mundo puedan hacerse,
Página 73
interpretaciones que no por ser básicas van a carecer de la
importantísima significación que para las culturas ancestrales poseían.
Para los mochicas la dualidad en su cosmovisión no es una excepción a
esta regla, sino que extiende su influencia en todas sus
manifestaciones. Y en las Tumba del Señor de Sipán así lo corrobora,
tanto por su naturaleza propiamente tal, como también por la
ordenación que siguen los diversos objetos que junto a él fueron
encontrados.
Es interesantes ya que nos explica como fue en realidad lo que es
nuestros antepasados y también de cómo eran antes nuestras culturas
y inclusive La cultura mochica de cómo eran con su dios y también
como hacían para que castigaran y sepultaban a sus prisioneros.
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