MOSAICO ÉTNICO DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS...

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MOSAICO ÉTNICO DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS OAXAQUEÑOS

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MOSAICO ÉTNICO DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS OAXAQUEÑOS

de las niñas y los niños oaxaqueños

CLArA SáNChEz hErNáNDEzPrOMOCIÓN Y COMPILACIÓN

Mosaico étnico de las niñas y los niños oaxaqueños fue editado por el Fondo Editorial Identidades de la Unidad de Proyectos Estratégicos del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca Gabino Cué MonteaGudoGObIErNO CONSTITUCIONAL DEL ESTADO LIbrE Y SObErANO DE OAXACA

bernardo Vásquez ColMenares GuzMánDIrECCIÓN GENErAL DEL INSTITUTO ESTATAL DE EDUCACIÓN PúbLICA DE OAXACA

Consuelo sáizar GuerreroPrESIDENCIA DEL CONSEJO NACIONAL PArA LA CULTUrA Y LAS ArTES

MartHa elena CantÚ alVaradoDIrECCIÓN GENErAL DEL FONDO NACIONAL PArA LA CULTUrA Y LAS ArTES

DIrECCIÓN DEL PrOGrAMA DE FOMENTO A PrOYECTOS Y COINVErSIONESCULTUrALES DEL FONCAiVonne Pérez esquiVel

DIrECCIÓN DE EDUCACIÓN INDíGENA DEL IEEPOHildeberto reYes Manzano

COOrDINACIÓN GENErAL DE LA UNIDAD DE PrOYECTOS ESTrATÉGICOS DEL IEEPOarteMio reYes tosCano

asesorÍa aCadéMiCaMaría de los ángeles romero Frizzi. Centro INAh Oaxaca. Instituto Nacional de Antropología e historia; Patricia Mendoza. Dirección del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).

CoaliCiÓn de Maestros Y ProMotores indÍGenas de oaXaCa (CMPio)COMITÉ CENTrALEustolia Mateos Luna, Fortunato Morales Pastelín, Clara revilla Lucas, Gustabo Manzano Sosa, Ana Domínguez Martínez, Porfirio Matus Santiago, Enedina hernández Jiménez, Timoteo Pablo España García, Carolina Díaz zurita, Celedonio Toledo Ojeda, Leticia hernández ramírez, Fernando Soberanes bojórquez.

CoordinaCiÓn del Fondo editorial identidades: Fidel Luján Cortés

árEA DE PrODUCCIÓN, ArChIVO, DISTrIbUCIÓN Y DIFUSIÓN EDITOrIAL: María del Carmen Castillejos López, rocío Flores Cruz, Lucía López González, Vladimir Méndez Jiménez, Milthon Puch Robles • Daniel Alfredo Vicente Pérez • Manuel Castellanos López, Nancy del Carmen Mariano Rojas, Jacinto Quecha López • Griselda Miriam Ortiz López.

árEA DE ADMINISTrACIÓN Y ASESOríA LEGAL: Sylvia Angélica Matías Alonso, María Luisa Geminiano Orozco, Lizbeth Morales Casas, Olga Ivett Velasco García • Elizabeth Torres Villalobos.

EN POrTADA: Collage tipográfico basado en los murales realizados por niños y niñas de OaxacaFOTOGrAFíA DE INTErIOrES: rolando MartínezDISEÑO OrIGINAL: Taller 13DISEÑO Y FOrMACIÓN PArA ESTA EDICIÓN: héctor Carranza MejíaCorreo electrónico: [email protected]

dr © 2009 Clara sánCHez Hernández. titular del ProYeCtodr © 2009 instituto estatal de eduCaCiÓn PÚbliCa de oaXaCaKm 5.5 s/n, carretera Cristóbal Colón, Sta. María Ixcotel, Oaxaca, Oax. CP 68100.

Fondo Editorial Identidades, Unidad de Proyectos Estratégicos, IEEPO, sito en:Andrés Quintana roo núm. 103, Centro histórico. CP 68000. Oaxaca, Oax.Tels. (951) 501 01 74 y 516 89 71.Correo electrónico: [email protected]

Para la realización de este proyecto se recibió el apoyo económico del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, emisión 2008.

El contenido de esta publicación es responsabilidad de la promotora y compiladora. Se autoriza la reproducción de la presente obra, siempre y cuando sea para uso educativo y no con fines comerciales.

ISbN: 978-607-7849-09-4Impreso en Oaxaca, México.

751.0972s724M

Sánchez hernández, ClaraMosaico étnico de las niñas y los niños oaxaqueños / Clara Sánchez Hernández prom. y comp. - - Oaxaca, México : ieepo, 2009 : Fondo Editorial Identidades, upe, ieepo, 2009.118 p. : retrs.; 31.5 cm - - (Colección Voces del Fondo. Serie «La luna en el pozo»). isbn: 978-607-7849-09-4

1. indios de México – oaxaca – educación.2. niños indígenas – Condiciones sociales – oaxaca. 3. educación intercultural.4. relaciones interétnicas.5. identidad – niños.6. niños como pintores – oaxaca, México.7. niños en el arte – oaxaca, México.8. Muralismo – México – oaxaca.9. Pintura mural mexicana – siglo xxi.10. Pintura mural y decoración – México – oaxaca.

ÍndiCe

Presentación 7

Prólogo 8rosalinda Morales GarzaDirección General de Educación Indígena

Nota preliminar 10CMPIO

Introducción 13Clara Sánchez hernández

Mosaico étnico de las niñas y los niños oaxaqueños 21Murales (dossier iconográfico)

Anexo 103Etnografías breves de los pueblos indios de Oaxaca

De dónde somos y dónde estamosMapa del estado de Oaxaca

eL InstItuto EstataL dE EducacIón PúbLIca dE oaxaca,

del Gobierno Constitucional del Estado de Oaxaca, man tiene desde su creación el compromiso de difundir y contribuir a la di vul gación del pensamiento por medio de publi caciones profesionales en la calidad de sus contenidos y de su manufactura, consciente de que la educación de la población escolar oaxaqueña –sus protagonistas– lo amerita. Son materiales que habrán de convertirse en medio de formación y actualización permanente –más que de infor­mación únicamente– de un ámbito educativo dinámico, heterogéneo y rico en peculiaridades. Ello significa mantener la tarea de pensar y actuar, congruente con los postulados sociales y legales históricos vigentes en nuestro aquí y en nuestro ahora, en pleno respeto a la diversidad cultural que caracteriza a nuestra entidad, sobre todo.

Libros, revistas, gacetas, periódicos –ora impresos, ora vir­tuales–, son, tienen que ser, por encima de todo, actos de lectura, sin duda; motivos de reflexión, de placer, de crítica, de aporte y renovación; con el paso del tiempo dejarán de ser reflejo del acontecer diario, es cierto, pero se tornarán, no todos, sedimento de nuestro paso por la existencia, huella, memoria del espíritu, en todo caso.

De ahí que en las publicaciones que el Instituto hoy en día incentiva, impulsa y desarrolla, a través de la Unidad de Proyectos Estratégicos y su Fondo Editorial, recuperan y mantienen una de las inquietudes decisivas que le otorgan sentido a nuestras acciones, en tanto que cabeza de sector: la palabra escrita del profesorado y, en consecuencia, la del alumnado; sumada a la de quienes, desde la aca demia, la inves­tigación, el arte, aportan sus saberes y esfuerzos para la cons­trucción de contextos más edificantes de nuestra pobla ción de hoy y mañana.

No es elemento menor decir que cristalizar estos afanes resulta posible gracias a la confluencia de equipos integrados por personas profesionales en la palabra y su difusión, compro ­metidas en enhebrar materiales dignos de atención, por prin­cipio de cuentas. Desde luego que el ciclo se cierra si (y sólo si) hay y se ejerce –del otro lado de la publicación misma– la insuperable labor de ustedes, lectoras y lectores. La noble labor de hacer de la escritura y la lectura motivos de pensamiento y acción refrenda con creces el acto de publicar.

De ahí que, apreciable lectora, apreciable lector, en el cotidiano ir y venir de la vida, la sombra de una lectura generosa sea nuestra compañía siempre.

PrESENTACIÓN

Cordialmente

BErNarDO VáSqUEz COLmENarES GUzmáNDIrECTOr GENEraL

INSTITUTO ESTaTaL DE EDUCaCIóN PúBLICa DE OaxaCa

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HabLar dE Las nIñas y Los nIños dE oaxaca Es HabLar

de la fuerte presencia indígena actual en nuestro país; comentar sobre sus conocimientos, saberes, deseos, aspira­ciones, elecciones, decisiones, actividades, pláticas, formas de aprender y mirar el mundo inmediato y lejano a través de la expresión visual, es reencontrarnos en la riqueza de la vida sustentada en los colectivos.

Niñas y niños de entre siete y 15 años, pertenecientes a 16 etnias, que asisten en su mayoría a escuelas de educación primaria bilingüe, bajo la coordinación de una promotora cultural independiente, afirman de manera gráfica en la pre­sente obra la memoria de sus vidas unida a la memoria de los pueblos originarios a los que pertenecen.

Cuando la infancia de las escuelas indígenas tiene el apoyo de sus comunidades, de sus familias, de la escuela, de las auto­ridades educativas y locales; cuando personas dinámicas que saben cómo desarrollar sus habilidades plásticas aplicadas a la representación del mundo les asisten, se conjugan volunta­des, ejecutantes y condiciones para gestar un proceso que es resultado y, a la vez, un resultado que es proceso, el cual se ad­vierte, palpa y huele en los lienzos llenos de vida, en el movi­miento y color que representa la comunión de la vida diaria de las niñas y niños con las cosmovisiones continuadas y enraizadas de sus grupos étni cos y organizaciones indí genas.

rojo que vive en el amor y la sangre, dualidad expresada en el contraste del sol y la luna, marimbas itinerantes, joron­gos de fiesta, máscaras que parodian, mazorcas con pájaros y mariposas que revolotean, naturaleza cuidada por guar­dianes hermanos, toritos encuetados, artesas sonando sones, chilolos que divierten, calzones blancos relucientes, hilos teñidos que recuerdan los de púrpura caracol y grana cochi­nilla, espíritus divinos que impregnan sutilmente los lienzos, mujeres y hombres en diversos escenarios de día y de noche ligados a los elementos de la naturaleza; todo ello es lo que los ojos refrescados, asombrados, identificados y deleitados aprecian respetuosamente en las pinturas de estas niñas y niños oaxaqueños, quienes además participan en la escritura de los textos que acompañan la presentación de cada mural, a partir de un trabajo de investigación de sus propias culturas y de las experiencias y conocimientos que han obtenido siendo parte de sus manifestaciones.

La presencia constante de rostros sonrientes y solemnes en los murales refleja los sentimientos y gustos de tan nobles artistas, su manera de ver la cotidianidad y la aspiración de continuidad y reverencia a la diversidad –incluso aquella que sea mínima– porque se vive como parte de un colectivo enlazado con otros. Los ojos con mirada fija y las manos actuantes revelan el orgullo asentado, reposado y, a la vez,

PrÓLOGO8

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firme y emprendedor de los pueblos originarios en desarrollo constante acorde a sus decisiones.

Las capacidades expresivas de estas niñas y niños mues tran su potencial creativo; saberlo detonar es una función principal de los centros escolares desde el nivel de educación inicial. Por eso nos congratulamos, como Dirección General de Educa­ción Indígena, de la Secretaría de Educación Pública (sep), de que las escuelas abran sus puertas a las propuestas de gente con energía, creativa e incluyente, que aprende de la niñez y colabora en la generación de arte y conocimiento.

En el camino a la equidad, tanto los pueblos originarios como quienes tenemos la obligación y el gusto de coadyuvar al desarrollo de las culturas indígenas, debemos impulsar las expresiones comunitarias desde diferentes ámbitos, a fin de asegurar en la práctica el derecho de todos los pueblos indí­genas a una educación cultural y lingüísticamente pertinente.

La descripción de las identidades de los pueblos origi­na rios de Oaxaca que acompañan la memoria iconográfica constituyen un acercamiento a la conformación de las cul­turas, un marco para el entendimiento de las maneras de simbolizar la vida, de acuerdo con sus contextos geográficos compartidos y valorados desde lo social, que implica también aspectos individuales y grupales.

a todas las niñas y los niños, madres y padres de familia, docentes de educación indígena bilingüe, autoridades del estado de Oaxaca y a la promotora cultural Clara Sánchez, en nombre de la institución que represento, les agradezco su sostenido trabajo educativo en favor de la diversidad, de la preservación –con uso ampliado– de las lenguas y culturas nacionales, y de la valoración de la función estética haciendo relevante el funcionamiento de las cosmovisiones e identi­dades originarias.

rOSaLINDa mOraLES Garza

DIrECCIóN GENEraL DE EDUCaCIóN INDíGENa

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En sus dIfErEntEs EtaPas, La coaLIcIón dE MaEstros y

Promotores Indígenas de Oaxaca (cmpio) ha realizado encuentros culturales, educativos e intercambios con las niñas y los niños en todas las escuelas que pertenecen a la Unidad de Jefatura de zonas de Supervisión núm. 21 (Plan piloto) de­pen diente de la Dirección de Educación Indígena del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (dei-ieepo), bajo los seis principios filosóficos y orientadores del movimiento pedagó gi co: revalorar y fortalecer las lenguas y culturas originarias; hacer presente la ciencia en las escuelas; comunalizar la educación; im pulsar la producción y proteger el ambiente; humanizar la edu ca ción; y hacer presente el arte y la tecnología en las escuelas.

En este marco se llevó a cabo, entre el alum nado de nuestras escuelas primarias bilingües, una serie de talleres de pintura del proyecto denominado: Mosaico étnico de las niñas y los niños oaxaqueños, impulsado por la maestra Clara Sánchez Hernán­dez, promotora cultural independiente. Este trabajo es uno de los más importantes en el contexto de la educación alter­nativa, porque la infancia que participó en el ejercicio de educación artística desarrolló su capacidad creativa para comprender y manifestar todo lo que le rodea y, de esta ma­nera, hacerle partícipe en todo momento de la transformación de la sociedad, al incentivar el pensamiento divergente.

Esta experiencia de trabajo quedó de manifiesto en las expresiones plásticas de niñas y niños que aquí se presentan, obras en las que se incorporan vivencias y conocimientos que forman parte de la comunalidad de los pueblos origi­narios de nuestro estado; así, al ser resultado de un proceso vivencial, los murales parten del autorretrato y de una con­ceptuación peculiar del arte pictórico, metodología que empleó la maestra Clara a partir de un diálogo cultural basado en el origen de ellas y ellos, de su autorreconocimiento como perso­nas y de la importancia de las partes de su cuerpo; por si fuera poco, al llevar a cabo la actividad en un espacio abierto, estuvie­ron en contacto con la naturaleza y recono cieron la impor­tancia de las herramientas de trabajo para la realización del taller –pintura acrílica, pinceles, tela, espacio y otros elementos.

Si bien el profesorado se involucró para facilitar la tra­ducción en las comunidades donde la infancia domina poco el castellano, fueron las niñas y los niños quienes eli gieron los temas a abordar (conocimientos, creencias y cosmo visión), tales como las fiestas que se realizan en la comunidad, el cultivo del maíz, la flora, la fauna, la vestimenta, la orga­nización familiar, la gastronomía, los juegos, los cantos, la danza, el Día de muertos, las leyendas, etcétera; asimismo,

NOTA PrELIMINAr

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los lugares sagrados: ríos, cerros y cuevas; además, seleccio­naron temáticas especiales y naturales como el sol, la luna, el cielo, la lluvia, las estrellas, la noche y el día, entre algunas otras. aunado a la gran importancia que conlleva cada uno de estos elementos, la tallerista planteó actividades que con ­dujeron a las y los participantes a demostrar, por medio de la pintura, que poseen una enorme gama de saberes.

Oaxaca no sólo es sinónimo de diversidad natural y geográfica, también representa una plena y amplia diferen­ciación cultural, étnica y lingüística, componentes esenciales en la realización de este trabajo; la lengua, los sistemas de

conocimientos, las normas para la preservación del medio natural, su historia milenaria y las variadas expresiones esté­ticas son patrimonio cultural de nuestro estado. De esta manera se fortalece el movimiento pedagógico impulsado por la cmpio y se le da continuidad y profundidad a través de la historia oral y las expresiones artísticas de los pueblos originarios. Esperamos que estos aportes, plasmados a través del arte creativo, sean de utilidad en el rescate y revaloración de nues­tras raíces y que el trabajo realizado por la coordi nadora del proyecto sea benéfico para la promoción cultural, para el magis terio y el público en general.

CmPIO

La nIñEz oaxaquEña, íntEgra y gEnErosa coMo La

geografía de su estado, tiene la acentuación señera de la tierra que le cobija, el barro de su piel, los cantos que en su propia lengua aprende el viento para llevarlos a los valles, a las montañas, al mar y a sus ríos; conocedora de la naturaleza y urdida de sabiduría ancestral.

Mosaico étnico de las niñas y los niños oaxaqueños es un proyecto de educación artística desarrollado con población infantil de las etnias afromestiza, amuzga, chatina, chinan teca, chocholteca, chontal, cuicateca, huave, ixcateca, mazateca, mixe, mixteca, nahua, triqui, zapoteca y zoque de Oaxaca, mediante talleres de estimulación de la capacidad creadora, con el empleo del dibujo, la pintura y la lectura visual. a través de un método pedagógico­lúdico, que aprovecha la costum bre del trabajo comunitario, se llevó a cabo un diálogo de cosas sabidas por la niñez en relación con su medio. En más de un sentido, es una obra labrada con elementos, recursos,

creatividad e inventiva provenientes de diversos esfuerzos –individuales, colectivos e institucionales– como el tequio, que confluyen en un ejercicio cuyo fin es mostrar, a través de imágenes, la relación e interacción que establecen niñas y niños de los diferentes pueblos con la familia, el medio­cognoscitivo­naturaleza­cosmogónico, las fiestas, leyen das, mitos y celebraciones como parte de su experiencia de vida en un entorno comunitario. así, de sus pequeñas manos surge un manifiesto enaltecido del conocimiento de su ser, tratando de evitar que sus costumbres se borren y sus creencias se releguen.

Esta propuesta tiene como base el acercamiento a la comu­nidad: la presentación de ésta a las autoridades munici pales, a las maestras y maestros de las escuelas involucradas y la invitación a niñas y niños a participar. El proyecto está basado en la investigación cultural con el objetivo de establecer los centros generadores de interés y conocimiento para realizar

introduCCiÓn

Para zandunga Ladxiduá

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las actividades. al tener en cuenta el contexto social y cultural de la infancia, se le involucró de manera directa y dinámica en el proceso de formación del pensamiento creativo, a nivel in di vidual y colectivo.

Para llevar a cabo el proyecto –auspiciado por el Fondo Nacional para la Cultura y las artes (Fonca)–, como pro­motora cultural independiente recorrí diversas comuni dades de las ocho regiones de la entidad, con la finalidad de desa­rrollar el ejercicio de educación artística, aprove chando los espacios que la Coalición de maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (cmpio),1 a través de la dei-ieepo, atiende. asimismo, hubo comunidades que pidie ron los talleres y brindaron espa­cios: galeras, corredores, pasillos y bibliotecas munici pales, para la realización de los mismos y la exposición de las obras pictóricas resultantes.

1 La Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca AC, es una de las

organizaciones indígenas más antiguas de Oaxaca y del país, con 33 años de existencia; en la actualidad una de las más reconocidas en su género. Está con-formada por la Jefatura núm. 21 (Plan piloto) dependiente de la Dirección de Educación Indígena del DEI-IEEPO, constituida a su vez en la delegación D-I-211 de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. La CMPIO, dele gación sindical y jefatura de zonas, fomentan el movimiento pedagó-gico desde 1995, con el propósito de construir alternativas educativas.

a través de los 40 murales recogidos en el presente dossier iconográfico, eje que articula la presente memoria plástica, niñas y niños indígenas consiguen reflejar, desde el expresivo lenguaje visual y artístico –el color y las formas– una gama de percepciones, visiones, actitudes y aspiraciones de la infancia oaxaqueña de nuestros días, en relación con su familia, su comunidad, la naturaleza que la rodea y la compleja vitalidad ostensible de costumbres y rituales, ligadas a sus cosmogonías, más la paulatina integración de nuevas celebraciones. Nos cuentan, a través de la expresión plástica y la creatividad en todo su esplendor, la cosmovisión que les caracteriza, en tanto que forman parte de nuestros pueblos originarios. En ese sen­tido, el libro que ustedes tienen en sus manos quiere ser un homenaje a la infancia del estado de Oaxaca la cual, por su crea­tividad, cautiva, arraiga en el corazón.

la experiencia de los talleres de desarrollo de la capacidad

creadora

Los talleres partieron de la idea de que la niña o niño nece­sitan, precisamente, ser infantes; por tanto, puse énfasis en el juego, dada la importancia que éste tiene en el proceso de aprendizaje. Bajo la premisa anterior, las estrategias didácticas

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empleadas las dividí, operativamente, en las siguientes fases: expresión, indagación, descubrimiento y transformación.

Expresión

n La sensibilización: conseguida a partir de las propias in­quietudes, necesidades e intereses de niñas y niños. Para alcanzar este propósito, debí tomar en cuenta los elementos culturales generadores.

n La problematización: esto lo conseguí en el momento en el que niñas y niños expresaron dudas, preguntaron y cues­tionaron.

Las niñas y los niños poseen una curiosidad natural y apren den por sus propios medios las técnicas o procedi mien­ tos a través de la experimentación; hay, pues, que facilitar les y proveerles estímulos, aliento, materiales y oportunidades para que, a su ritmo, exploren lo que se les propone.

Indagación

n Las estrategias las establecí al momento de definir las técni­cas e instrumentos que conducirían a las y los parti cipantes

en el terreno de la exploración, tomando como referente los elementos culturales generadores siguientes:

l Del material: de origen natural, reciclados e industria­lizados.

l De la organización: la socialización permitió la partici­pación unánime de niñas y niños.

l Del conocimiento: lo constituyó el saber y las expe­riencias de vida previas de quienes participaron en los diferentes talleres, sumada a sus capacidades creativas.

l Simbólicos: los códigos de comunicación y represen­tación, símbolos­signos, lenguaje­lúdico propios de la infancia.

l De la emotividad: sentimientos y valores propios com­partidos.

n La indagación: caracterizada por la búsqueda de infor­mación, así como por la convivencia en los procesos de experimentación. al partir de los elementos culturales gene­radores, la niña y el niño significaron e interactuaron sus experiencias vividas y las reprodujeron emotivamente.

Descubrimiento

n Sistematización, ordenamiento y selección de la infor­mación adquirida: niñas y niños lograron percibir, asimilar, acomodar, reproducir y dar significado a los elementos de su entorno, realizando personalmente procesos que impli­caron infinidad de operaciones, al margen del aprendizaje y del acompañamiento que les di como facilitadora y proveedora.

n Dubitación: fue el momento en que analicé la relación entre las respuestas tentativas y la información evidente que po­seían las y los participantes en relación con los temas sugeri­dos por ellas y ellos, considerando siempre que son seres humanos completos que participan de manera activa en su cultura, con un universo amplio de posibilidades, y no como seres que necesitan ser moldeados en este sentido.

n Decisión: fue éste el momento cuando decidí ponderar lo más importante, la capacidad de las niñas y los niños parti cipantes para crear, producir y reproducir de manera conjunta su mundo de manera artística, al emplear los ele­mentos culturales generadores que les permitieron abordar libremente cada una de las facetas del proceso de manera directa y autónoma.

Transformación

n La planeación de las acciones a realizar consistió en esta blecer acuerdos sobre el uso de los recursos materiales. La niñez participó directamente en la organización para llevar a cabo las actividades y estableció la forma de uso de los materiales; colaboró también en el aseo del espacio de tra bajo asignado.

n La preparación tuvo que ver con el acceso y la disposición de los materiales de trabajo; la niñez que participó en los talleres no necesitó que se le enseñara a dibujar, desarrolló esta capacidad de acuerdo con su poder de observación­percepción y de coordinación; sólo la acompañé a observar su medio y la alenté a hablar sobre las cuestiones de forma, textura, color, tamaño y luz.

n La exposición de los resultados tuvo mucho que ver con la comunidad, ya que ésta apoyó, a través de acciones con­cretas, la promoción y el resultado de los trabajos. Cada exposición estuvo planificada con base en las obras artís­ticas producidas, de modo que las manifestaciones de satis facción y regocijo fueron conjuntas y compartidas.

reitero, el lenguaje plástico permite un sinfín de posi­bilidades para incentivar la labor creativa; si van unidas al

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juego, elemento sustantivo de la infancia y de la vida humana en general, es factible conseguir detonar las poten cia lidades artísticas de toda persona.

Desde el punto de vista pedagógico, con los talleres imparti­dos, conseguí con las niñas y los niños:

n apoyarlas y apoyarlos en su desarrollo intelectual infan­til, al estimular sus capacidades creadoras.

n Compartirles temas y conceptos relacionados con las artes plásticas, enseñanza­aprendizaje de contenidos mediante vivencias lúdicas acerca de:

l Nociones de estética, de las diferentes concepciones de la belleza en las artes visuales, la expresividad desde la creación, con base en sus propias percepciones.

l Comprensión por parte de niñas y niños de algunos aspectos básicos de las artes plásticas, asomándose a una concepción particular del arte, sumando a sus capa­cidades aptitudes y actitudes para desarrollar en sus propuestas innovación y originalidad.

l Participación en libertad de niñas y niños, quienes re accionaron de modo total a los estímulos, alcanzando sentimientos de regocijo ante sus creaciones. mi tarea

consistió en proporcionar y brindar los conocimientos de manera gradual en la práctica, trasmitiendo infor­mación sobre las técnicas, describiendo los materiales y el equipo, así como la forma de utilizarlos. Sobra decir que la expresión a través del dibujo y la pintura –punto desde donde localizamos e iniciamos toda represen ta­ción gráfica de la imaginación– es, inclusive, una forma de la auto defensa cultural y social.

l apreciación por parte de quienes intervinieron en re­co nocer la importancia de la exposición de la obra creada, considerando factores como el espacio y la luz, valorando así la importancia de la elaboración de las fichas técnicas, es decir, elementos base de toda museo­grafía.

l reconocimiento de la representación gráfica de la ima­gen, el color y la luz, al tiempo que ampliar la cu­riosidad propia de ellas y ellos, mediante el empleo de la lectura visual gráfica –en el proyecto se emplearon más de 50 libros infantiles, de arte y material video­gráfico.

En mi desempeño como facilitadora de las tareas, empleé las siguientes nociones:

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n Tiempo personal.n Tiempo histórico.n Noción del tiempo y espacio de niñas y niños.n Continuidad temporal entre el pasado y el presente, a

través de las comparaciones entre las culturas (pensamiento lógico formal).

n Psicofisiología de los procesos creativos durante la infancia.n Procesos de recuperación creativa.n Conocimientos para transitar en las distintas etapas del pro ce­

so creativo.n Estrategias metodológicas­didácticas, inductivas­deductivas

y pragmáticas.n Destrezas en la aplicación de la técnica, promoviendo el uso

de tendencias innovadoras.

el diálogo a través de la pintura

En mi experiencia como promotora cultural independiente –desde el ámbito pedagógico de la creatividad infantil– he sido facilitadora en un sin fin de ejercicios de diferente índole en diversas comunidades indias de Oaxaca, lo cual me ha permi­tido confirmar que existe una notable semejanza en las niñas y los niños de cualquier comunidad respecto a su capacidad

para jugar, descubrir, inventar, innovar, aprehender y parti­cipar, lo que desafortunadamente se pierde con la edad adulta. mi tarea como tal ha consistido, básicamente, en aprovechar estas capacidades e inquietudes para potenciarlas.

He aprendido también a aprovechar los recursos que de ma nera natural se encuentran en el entorno –objetos orgá­nicos y abióticos–, para acercarme a colores, texturas, olores, los cuales terminan convirtiéndose en una inmensa puerta por donde acceder al mundo circundante de las niñas y los niños, y entablar así un diálogo cromático.

He concluido, asimismo, que no es necesario que a las niñas y a los niños se les presenten los temas para dibujarlos y pin tarlos, basta con alentarles a que experimenten y descubran de manera personal toda la diversidad de materiales y la opera tividad para que realicen su labor creativa.

Esto, socialmente, tiene una gran importancia, ya que tra­bajar así con niñas y niños les hace percibir que se les toma en cuenta, lo cual propicia un adecuado desenvolvi miento, incrementa su seguridad, sus facultades y su sen sibilidad; de igual manera, fomenta la participación y el cre cimiento intelectual, ligados al interés por conocer su mundo circun­dante, con sentido de identidad, pertenencia y apropia ción de su cultura, con la capacidad de crear y dar mucho más a

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su propia comunidad por principio de cuentas, en provecho de las formas de organización que se mantienen con base en prácticas ancestrales.

Cabe subrayar que he observado cómo algunas cosas que ellas y ellos piensan suelen ser altamente iconográficas y pueden percibirse mejor comprendiendo y atendiendo la morfo­logía del idioma en que las expresan. No por menos la ex­presión plástica de una idea implica una conceptuación conseguida gracias a su curiosidad infantil nata; en con­secuencia, logran así un aprendizaje con sus propios medios, apoyados en técnicas útiles y fundamentadas en la expe­riencia misma, ligadas a un lenguaje lúdico, cuyos temas provienen de la cultura que les caracteriza; así, la niña y el niño resignifican e interactúan las experiencias vividas para reproducirlas emotivamente.

algo más que evidente en la creatividad plástica de niñas y niños –y que demuestra que la vida comunitaria está pre­sente en todos los momentos–, es el interés y el gusto por mantener sus tradiciones, sus costumbres y su idioma, su aprecio por la tierra y la naturaleza, sus empeños por con servar la unidad de sus pueblos, además de su cariño por la música, esa otra alma de las comunidades oaxaqueñas.

Sin duda alguna, esta manifestación plástica invita al gozo de los sentidos por su gran sensibilidad, el encanto del color, las figuras, los objetos, sueños de una vitalidad ina gotable en plena forma, definidas o indefinidas sensualidades para expre­sarse con un lenguaje sencillo, donde las metá foras se bordan entre azules y verdes en un puñado de soles y de tierra, de un amarillo definitivo.

Hace trece años inicié mi labor en Oaxaca, vinculándome con el Cecam (Centro de Capacitación musical y Desarrollo de la Cultura mixe) y con las autoridades municipales de Santa maría Tlahuitoltepec, a la par de mi vínculo con la cmpio. ahí comenzó un largo devenir, un arduo trabajo en favor de la niñez oaxaqueña en esta larga marcha por la humanidad, con la fortuna de haber adquirido conocimientos y valores nuevos que le dan sentido y cohesión a mi vida profesional.

La recompensa ha sido más que gratificante. He tenido la oportunidad de facilitar y acercar, por medio del juego, las técnicas y materiales que han contribuido a detonar la capa­cidad creadora de niñas y niños mediante el lenguaje artístico por medio de talleres que he impartido al cabo de varios años. La presente experiencia es el producto más reciente.

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CLara SáNCHEz HErNáNDEz

PrOmOCIóN y COmPILaCIóN

de las niñas y los niños oaxaqueños

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Huipil de gala de las mujeres de Ojitlán

Mural realizado por 13 niñas y niños de 9 a 12 añosde la Sección Quinta de San Lucas Ojitlán,

Tuxtepec, Oaxaca.

En el huipil, la prenda más preciada de las ancianas chinan­tecas, la imaginación se borda en palabras. Cuenta una de ellas

que hace pocos años, las mujeres de Ojitlán todavía portaban el traje de tercera gala para uso cotidiano, para el trabajo en el campo; el traje de segunda gala lo usaban para los compromisos meno res en la comunidad o cuando visitaban a algún pariente en algún pue blo vecino; y el huipil de primera gala, sólo se lo ponían para “los com­ promisos mayores” como las fiestas patronales, o cuando sus esposos recibían bastón de mando o eran elegidas madrinas. Tam bién era una tradición que las mujeres se casaran usando esta prenda, obse­quiada por la madre del novio.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Gregorio Torres Quintero, 20DPB0968H. l Grupo étnico: chinanteco.

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Tapete y mujeres zapotecas de Teotitlán del Valle

Mural realizado por 10 niñas y niños de 11 a 14 añosdel h. Ayuntamiento de Teotitlán del Valle,

Tlacolula, Oaxaca.

anuestra corta edad aprendemos y también apreciamos la for ma artesanal de elaborar tapetes, pues es la base de nues tra

economía. Podemos plasmar sentimientos, creencias y costum­bres; es un trabajo de mucho, mucho tiempo, de constante aprendi­zaje, de por vida».

Niñas y niños creadores del mural.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: zapoteco.

«

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Personajes de la Danza de las mascaritas y tigre

Mural realizado por 10 niñas y niños de 7 a 11 añosde San Pedro Amuzgos,

Putla, Oaxaca.

La Danza de las mascaritas usualmente se interpreta en carna vales o fiestas patronales de la región. Es una sátira a la

arro gancia y ostentación del uniforme zuavo, que se hizo presente en la región durante la Invasión francesa en méxico. La parodia consiste en cubrir la cara con un pañuelo blanco, que simula el pálido rostro de los soldados invasores, al tiempo en que se dejan al descubierto las manos morenas de los ejecutantes. Con el tiempo, el pañuelo se sustituyó por una máscara.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Benito Juárez, 20DPB0699D. l Grupo étnico: amuzgo.

28

La iglesia, la fiesta de Sampalilu

Mural realizado por 8 niñas y niños de 9 a 13 añosdel h. Ayuntamiento de San Antonio huitepec,

zaachila, Oaxaca.

s ampalilu es la fiesta del casamiento, un son y el traje de gala de la misma. El atuendo de las mujeres consiste en un enredo

de lana tejido por las mismas señoras de la comunidad, una blusa blanca con bordados rojos, un soyate y un tlacoyal rojo enredado en el cabello; la vestimenta de los hombres consta de pantalón y camisa de manta con un jorongo de lana colgado en el brazo. El Sampalilu inicia cuando el hombre elige entre una terna de mujeres a la que será su esposa; luego, durante cinco visitas que se suceden durante cada quincena, se realiza el pedi mento, se da una respuesta por parte de la mujer –ya sea negativa o positiva–; si ésta fue positiva se rea­firma la respuesta para que no quede ninguna duda, luego se cele­bra y se fija la fecha del fandango, que se conoce como “la cerrada de puerta”. La boda, que dura tres días, da inicio cuando las madri nas conducen en hombros a la novia hasta la casa de su prometido, al son del Sampalilu.»

Narración de Judith Hernández Julián.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: mixteco.

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30

La música de marimba en la celebraciónde los Santos Difuntos

Mural realizado por 13 niñas y niños de 10 a 13 añosde la agencia de Tlalixtac Viejo, municipio de Santa María Tlalixtac,

Cuicatlán, Oaxaca.

La marimba, instrumento que forma parte de la orquesta de cinco integrantes, es contratada para amenizar las celebra cio­

nes locales en la Sierra de Cuicatlán, en particular la fiesta de los fieles difuntos. Es una tradición local que en estas fechas la marimba realice un recorrido por el pueblo de casa en casa y se visite el altar; sus melodías se ofrecen a las personas queridas que “ya partieron”.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Francisco I. Madero, 20DPB1762W. l Grupo étnico: cuicateco.

32

Campesino y mujeres mixes

Mural realizado por 13 niñas y niños de 11 a 13 añosde la localidad de Mogoñe Viejo, San Juan Guichicovi,

Juchitán, Oaxaca.

La indumentaria de las mujeres mixes de San Juan Guichicovi consiste en un huipilón de algodón hecho a mano con franjas

amarillas que representan la igualdad entre las integrantes del grupo. El ceñidor sirve para ajustar el enredo y para guardar el dinero y las llaves. El enredo es de color rojo o morado; el rojo es representativo del amor y la sangre mixe, es de uso cotidiano, mientras que el mo­rado tiene un significado especial, ya que es un regalo que le da la sue gra a la nuera el día de la boda; también es utilizado como la ves ti­menta de gala y es digna de la gente de respeto como las mayor­domas y esposas de los ajxy tyeety (embajadores o chagolas). La franja horizontal en amarillo, en honor al sol, representa el fin de la vida y el comienzo de una nueva. Las líneas verticales blancas repre­sentan la pureza del alma.

Las niñas y jóvenes portan sus trenzas hacia adelante, lo que indica que son solteras y pueden ser pretendidas. Cuando una mu chacha tiene una trenza adelante y la otra atrás, es señal de que tiene novio o está comprometida. Si las trenzas están acomodadas hacía atrás es muestra de que la persona está casada. Las ancianas usan las trenzas amarradas hacia a delante, como símbolo de respeto y sabiduría.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Rubén Jaramillo, 20DPB1648D. l Grupo étnico: mixe.

34

El agua, ríos y arroyos

Mural realizado por 9 niñas y niños de 10 a 13 añosde la localidad El Tlacuache, San Pedro el Alto,

zimatlán de álvarez, Oaxaca.

En la localidad de El Tlacuache se organizan para preservar la naturaleza al cuidar los recursos naturales del lugar que

habitan, en sus ritos religiosos destinan bosques y tierras como reser­vas sagradas de la vida silvestre y eterno hábitat de deidades y espíritus.

Con ello, sus pobladores favorecen la conservación y mantienen la diversidad biológica.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Vicente Guerrero, 20DPb2186S. l Grupo étnico: zapoteco.

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Toritos, fuegos artificiales

Mural realizado por 14 niñas y niños de 10 a 12 añosde la localidad de río Granada, San Agustín Loxicha,

Pochutla, Oaxaca.

durante la fiesta patronal, en la que participa la población entera, se escucha la música de las bandas de viento y por la

noche, después de la misa, se presentan los muy esperados toritos encuetados; los niños son los primeros en torear a las llamativas luces de colores de los fuegos artificiales. más tarde se ameniza la fiesta con un baile popular.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Lázaro Cárdenas, 20DPB999A. l Grupo étnico: zapoteco.

38

La artesa, El Ciruelo

Mural realizado por 10 niñas y niños de 10 a 14 añosde la agencia El Ciruelo, municipio de Santiago Pinotepa Nacional,

Jamiltepec, Oaxaca.

La artesa es un instrumento labrado en el tronco de un árbol tropical llamado parota. En sus extremos se talla una cabeza y

una cola de toro; por su forma, asemeja a una canoa volteada boca abajo. Sobre este instrumento bailan las parejas al ritmo de son, lo que produce un sonido semejante al del tambor. Esta danza se ca­rac teriza coreográficamente porque en algún momento el hombre conduce a la mujer, con un zapateado de costado, hasta el final de la artesa; posteriormente la mujer hace lo mismo. Los principales sones que se ejecutan para esta danza son Mariquita María, El zapatero, Gabrielita y La india. La banda que interpreta los sones está integrada por el vocalista y cuatro músicos: el violinista, el de la charrasca o guacharasca (quijada de burro) y dos tamboristas.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: afromestizo.

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Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Benito Juárez, 20DPB0986X. l Grupo étnico: mixe.

Niños recolectores de café

Mural realizado por 14 niñas y niños de 6 a 10 añosde la agencia de San Francisco Jayacaxtepec,

municipio de Totontepec Villa de Morelos, Oaxaca.

d esde las tierras altas, los campos de café se veían como un bien que nos fue negado. Sería la altura, el frío o qué sé

yo pero a nosotros sólo nos quedó participar de la bonanza que generó el café como recolectores, como mozos, a lo más como comer­ciantes. Los relatos que me contaron en la infancia incluían siempre una peregrinación a las tierras medias y bajas, era una especie de viaje iniciático (…) En un principio me sorprendía que personas de cierta edad de las tierras bajas pudieran entender el mixe que yo hablo sin ningún problema, cuando para mí el que ellos habla­ban era prácticamente ininteligible; al preguntar, alguien me res­pondió que podía entenderme porque el mixe que yo ha blaba era semejante al de los 300 recolectores que él comandaba durante la tem porada de recolección del café. «Te entiendo porque hablas un mixe de mozos, me decía…».

mutsk Len La ruta del café (fragmento).

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Gudukuu

Mural realizado por 11 niñas y niños de 10 a 15 añosde la agencia de Santa Cruz Progreso Chicahuaxtla,municipio de Putla Villa de Guerrero, Putla, Oaxaca.

E l carnaval triqui se celebra durante cinco días, de domingo a jueves. En éste, los chilolos juegan un papel fundamental;

son personas disfrazadas que imitan a personajes conocidos; no sólo bailan, comen y beben, sino que también se encargan de di­vertir al público. El domingo se reúnen para bailar en la explanada de la agencia municipal; el lunes, día de tianguis en Chicahuaxtla, piden cosas a las y los comerciantes y acuden a casa de las autorida­des, visitas que complementan el martes; el miércoles, día principal, toda la comunidad participa en la fiesta, amenizada por la banda de música, donde hay comida y bebida en abundancia; el jueves se realiza el tradicional encuentro de bailes de carnaval, al cual acuden delegaciones de danzantes de todas las comunidades aledañas a expresar sus habilidades en danza y baile triqui. Para cerrar la fiesta del carnaval, en la noche del jueves, se realiza un baile popular con un grupo de la región.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2008. l Escuela Primaria bilingüe Lázaro Cárdenas, 20DPB1144M. l Grupo étnico: triqui.

44

Fiesta de Santiago Apóstol,jaripeo, castillo y fuegos artificiales

Mural realizado por 16 niñas y niños de 10 a 12 añosdel h. Ayuntamiento de Santiago Camotlán,

Villa Alta, Oaxaca.

En Santiago Camotlán, la festividad comienza el primer domin go de julio. Con anticipación, las autoridades y la po­

bla ción que radica fuera del pueblo, de común acuerdo con la comu­nidad, se coordinan para la organización de la fiesta principal que se lleva a acabo el día 23. Comienza con la tradicional Calenda donde las mujeres, nombradas madrinas, recorren las calles del pue­blo –a veces llevan canastas adornadas con flores–; las marmo tas son preparadas días antes por familiares del Comité de festejos –en otros lugares les dicen mayordomos–. Las danzas quedan a cargo de una comitiva de jóvenes para presentarlas en la víspera de los festejos; las más gustadas son Los negritos, Los coloquios y las de parodias con jarabes zapotecos de la sierra. El jaripeo y el castillo son la alegría de esta fiesta.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2008. l Grupo étnico: zapoteco.

46

Mujeres en huipil y enredo zoque

Mural realizado por 14 niñas y niños de 10 a 16 añosdel h. Ayuntamiento San Miguel Chimalapa,

Juchitán, Oaxaca.

antiguamente en San miguel Chimalapa las mujeres elabo­ra ban en telar de cintura su enredo y su huipil zoque, de chimas

–de Santa maría Chimala–, con hilos teñidos con colores naturales, púrpura y azul añil. Con el tiempo, influidas por la mo der nidad y la vestimenta de otros pueblos, sustituyeron esta indumentaria.

En la actualidad las jóvenes estudiantes de bachillerato hacen un esfuerzo por rescatar la vestimenta, valiosa para las abuelas, y fomen­tar los valores comunitarios de la gente zoque de esta comunidad.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: zoque.

48

Danza de la tortuga

Mural realizado por 7 niñas y niños de 12 añosdel h. Ayuntamiento de San Mateo del Mar,

Tehuantepec, Oaxaca.

La Danza de la tortuga, que ejecutan hombres y mujeres, es una representación de la larga caminata que la gente huave

lleva a cabo para encontrar al reptil, en el rumbo del Océano Pacífico, tras larga búsqueda. aunque en esta tarea no se ocupan las mujeres, el hallazgo beneficia a la familia.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: huave.

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Tanda’a. El matrimonio

Mural realizado por 12 niñas y niñosde la comunidad de Santa Cruz Tutiahua, municipio de

Santa María zacatepec, Putla, Oaxaca.

Para la población tacuate el casamiento implica un vínculo social muy importante entre dos familias. a partir de ese mo­

mento surge una relación estrecha y de ayuda mutua basada en cierto número de principios y obligaciones que ambas familias deben cumplir. Por ello se llevan a cabo varios eventos con el fin de re forzar esta relación. a la madre y al padre de la novia se les debe convencer de que la joven pasará a formar parte de una buena fami­lia; por ello, la familia del novio les lleva regalos, para que acep ten darla. La fiesta de bodas es además una oportunidad para interac­tuar, pues para que se lleve a cabo, muchos grupos domésticos par­ticipan en los preparativos. antes de pedir a la novia, el hijo habla con su madre y su padre y les cuenta que tiene gusto por cierta jo­ven con la que se quiere casar. Si el muchacho ya la eligió, sólo ne­cesita la aprobación de su madre y su padre, quienes ave riguan de qué familia viene la joven, si es del pueblo o de fuera y si es o no de la familia, pues no deben ser parientes.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: mixteco tacuate.

52

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: zapoteco.

Fiesta patronal a Santo Domingo

Mural realizado por 11 niñas y niños de 7 a 11 añosdel h. Ayuntamiento de Santo Domingo Tomaltepec, Oaxaca.

En el cerro de los Tomates” proviene de tomatl, ‘tomate’, teperl, ‘cerro’ y c, ‘en’ o ‘sobre’. La fiesta patronal en honor a

Santo Domingo se festeja la primera semana de agosto; los mayor­domos y los comités son los más atareados para que la fiesta luzca en todo su esplendor con la esperanza de que al siguiente año sea mejor. Las bandas de viento son el corazón de la fiesta, toda la po­bla ción es feliz cuando el castillo detona las luces de colores al ritmo de la música.

54

Mujeres de la Chinantla

Mural realizado por 15 niñas y niños de 9 a 13 añosde Santiago Jocotepec,

Choapam, Oaxaca.

Las mujeres chinantecas de Jocotepec atienden la casa y cuidan de las hijas pequeñas y de los hijos pequeños, lavan la ropa,

acarrean la leña, también ayudan en la limpia de la milpa y la pisca de la mazorca.

En la producción de pita, las mujeres son las que cortan la hoja y se encargan del raspado y lavado de la fibra: se hacen cargo de la mayor parte del trabajo. También participan en el corte y la pisca del café y son las que se encargan de atender la cría de animales de corral y cultivos de traspatio.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Santos Degollado, 20DPB1486I. l Grupo étnico: chinanteco.

56

Ofrenda a los fieles difuntos

Mural realizado por 14 niñas y niños de 9 a 13 añosde la localidad de San Andrés hidalgo, huautla de Jiménez,

Teotitlán, Oaxaca.

t oxo’ó, la Danza de los muertos, se realiza para recibir a las ánimas que regresan del inframundo a convivir con quienes aún viven

el día de su fiesta, Todos Santos. Los músicos danzan e interpretan los sones de casa en casa, recibiendo comida, aguar diente y café; es una celebración para pedirles que cuiden a la gente viva y para olvidar rencores y ofensas. Los días 30 y 31 de octubre se reciben en las casas a “los angelitos” (niñas y niños difuntos o personas que todavía no se habían casado) y el 1 y 2 de noviembre se convive con quienes mu­rieron en la edad adulta. En todas las casas instalan ofrendas, las cuales están destinadas para que las personas que ya murieron y las que aún están con vida disfruten de la gastronomía mazateca.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Aquiles Serdán, 20DPB18171. l Grupo étnico: mazateco.

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Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: huave.

Mareñas, huaves y pescador

Mural realizado por 14 niñas y niños de 5 a 12 añosdel h. Ayuntamiento de San Dionisio del Mar,

Juchitán, Oaxaca.

Para el pescador huave, las aguas uniformes de las lagunas constituyen un texto legible. Las lagunas no sólo proporcionan

camarón y pescado, sino también informes sobre su ubicación y especie. De noche, por el brillo del agua, se identifica la presencia del bagre, el rotador, o el sabalote. El pescador experimentado sabe, además, percibir la presencia de la sierra o la liza por el sonido que produce su salto a la superficie. Como la pesca de escama, la del camarón se rige por un conocimiento preciso de los movi mientos estacionales. Cada ciclo lunar determina tres momentos que la gente huave reconoce como los más favorables para la pesca. En las representaciones huaves el ciclo pluvial no es ajeno al lunar, de ahí que el ciclo de la luna sea comparado con la desecación y el renaci miento de las plantas, en una analogía muy próxima a las lluvias».

alessandro LupoLa etnoastronomía de los huaves de San Mateo del Mar, Oaxaca.

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60

La danza del huenche nene

Mural realizado por 13 niñas y niños de 6 a 10 añosde la agencia de San Andrés Yatuni, municipio de Santiago Xiacuí,

Ixtlán, Oaxaca.

conformada por 12 sones, la Danza del huenche nene, conoci­da también como la Danza de San José, se ejecuta en las fiestas

patronales y barriales. De corte ceremonial, en la época prehispánica se ejecutaba para agradecer a la madre tierra los beneficios recibidos. Tras la Conquista, por iniciativa de los frailes, cambió su sentido para representar la alegría, la felicidad, el ánimo de la Sagrada Fami­lia, el ejemplo a imitar. rosa maría, el personaje femenino que inter­venía en la danza para similar con un pañuelo que espanta a los animales silvestres, perjudiciales para la siembra, fue sustituida por la virgen maría, madre del Niño Dios, que toma bajo su protección a quienes la invocan. En la danza participan los bailarines, el papá, la mamá, el nene, el abuelo y el pequeño niño chipiloso.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2008. l Grupo étnico: zapoteco.

62

Mujeres jicayanas y campesino

Mural realizado por 12 niñas y niños de 10 a 12 añosde la comunidad del río Yutandúa, municipio de San Pedro Jicayán,

Jamiltepec, Oaxaca.

Las mujeres mixtecas de la costa usan posahuanco (enredo)bordado; los hombres, cotón bordado y calzón blanco. El

posahuanco es de algodón teñido, se teje con bandas de color que se componen de azul añil, caracol púrpura –color que se asocia con la fertilidad– y seda roja que históricamente se entintaba con cochi­nilla, mas ahora con materiales sintéticos. Las mujeres aún respe­tan la vieja costumbre de casarse con un posahuanco especial. Un auténtico posahuanco confiere estatus.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Justo Sierra, 20DPb2135L. l Grupo étnico: mixteco.

64

El maíz, mujeres runixa ngiigua

Mural realizado por 14 niñas y niños de 8 a 12 añosdel h. Ayuntamiento de Santa María Nativitas,

Coixtlahuaca, Oaxaca.

El sapo y la culebra

cuentan las gentes que en tiempos remotos, el área de Coix­tlahuaca y cuna de los chocholtecos era una zona con abun­

dante vegetación. Llovía en abundancia, existían plantas que ahora ya no se ven, había muchos animales de diversas especies; estos animales eran gobernados por un sapo a quien querían mucho y obedecían sus órdenes.

Este reinado existió en Coixtlahuaca. El sapo hacía sus recorri­dos con mucha alegría porque las cosechas eran abundantes por las constantes lluvias y sus tierras fértiles. En sus recorridos el sapo tenía como acompañante o criada a una linda viborita, quien había crecido con algunas comodidades, por lo que se desarrolló mucho mejor que las otras de su especie y por eso la envidiaban. Se daba mucha importancia y al desplazarse en las hierbas molestaba a to­dos los animalitos que veía o encontraba a su paso».

agustín Jiménez García Leyenda chocholteca (fragmento).

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: chocholteco.

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66

Castillo y fuegos artificialesen la fiesta del 25 de noviembre

Mural realizado por 14 niñas y niños de 7 a 12 añosdel h. Ayuntamiento Santa Catarina Lachatao,

Ixtlán, Oaxaca.

cada año, durante una semana, sin contar los novenarios que la anteceden, la comunidad da inicio a las fiestas patro na les

con un ofrecimiento a la tierra y la bendición de algunos productos de rito, contando con la presencia de los béne xban o prin cipales. La auto ridad municipal o el comité encargado organiza los juegos piro técnicos, los bailes populares, la comida donde se ofrecen pla­tillos y bebidas, la música y las danzas de la región, tanto las refe­ridas a otros pueblos, entre éstas la de Los coloquios, o las que relatan hechos históricos, como la de La conquista.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: zapoteco.

68

La mayordomía en Magdalena Teitipac

Mural realizado por 18 niñas y niños de 6 a 12 añosde Magdalena Teitipac,

Tlacolula, Oaxaca.

a la casa del mayordomo llegan todas las familias con sus cartones de cerveza y refrescos, y se les recibe con una gran

taza de chocolate, pan resobado y pan de yema; se almuerza higa­ditos de pollo con huevo y un jarro de atole. al medio día se celebra una misa en honor a la virgen, acompañada por los acordes de la banda filarmónica contratada por el mayordomo. al terminar, se lle­va a cabo una procesión en el atrio de la iglesia. Las autoridades y otras personas que han ejercido la mayordomía regresan a la casa del anfitrión a bailar, entre otros, el Jarabe del Valle; durante la comida se sirve mole con guajolote y pollo, bebidas y mezcal.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Francisco I. Madero, 20DPb2103T. l Grupo étnico: zapoteco.

70

El maizal

Mural realizado por 14 niñas y niños de 10 a 12 añosde la agencia El Ocote, municipio de San Juan Lachao,

Juquila, Oaxaca.

La mazorca cultiva su propia belleza, es altiva, encrestada, su cuerpo es el elogio de su semilla, un verdadero monumento

al cúmulo de granos que lleva dentro de sí. El maíz, dicen nuestros ancestros, ha tomado el cuerpo de los dioses y la carne de los hom­bres, su planta crece orgullosa y soberana, mirando al sol, cubrién­dose de la luna. Ensimismada, la mazorca se despeina para luego retorcerse y gritar un alarido de dolor, entonces abre su totomoxtle para mostrarse en plenitud. Después de parir su belleza, las per so­nas celebran la cosecha del maíz, agradecen al sol, a la lluvia y a la tierra porque su sustento está asegurado».

maría Isabel Grañén PorrúaEl maíz y sus antojos (fragmento).

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Ricardo Flores Magón, 20DPB0994F. l Grupo étnico: chatino.

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72

Danza de los chilolos

Mural realizado por 11 niñas y niños de 10 a 14 añosde la comunidad La Cañada, municipio de Santa María Peñoles,

Etla, Oaxaca.

c hilolo, en mixteco de la Sierra de Peñoles, significa ‘máscara’. La Danza de los chilolos representa una batalla; en esta cele bra­

ción los danzantes luchan y se golpean rudamente unos a otros. El atuendo recuerda mucho las imágenes que aparecen en los códi ces precortesianos.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe redención, 20DPB0450N. l Grupo étnico: mixteco.

74

Iglesia, banda infantil de Tanetze de Zaragoza

Mural realizado por 12 niñas y niños de 10 a 15 añosdel h. Ayuntamiento de Tanetze de zaragoza, Oaxaca.

t anetze significa ‘cerro de espina’; deriva de tanni, ‘cerro’ y etze, ‘espinas’. La iglesia católica fue construida en 1590.

Las fiestas más relevantes son: la de los Santos reyes (6 de enero), Semana Santa y la fiesta patronal en honor a San Juan el Bautista (24 de junio). El 7 de octubre se celebra la fiesta anual en honor a la Santísima Virgen del rosario con una feria, procesiones, ofrendas y bailes populares, sin dejar de celebrar Todos Santos. Los negritos, Los huenches viejos, Los tehuanos, el Jarabe tanetzeño, la Danza de la pluma y la Danza de los aztecas son algunas de las danzas del pue­blo. La comunidad cuenta con tres bandas de música: la del rosario (don Miguel Hidalgo), don Benito Juárez y alma Tanetzeña. La comida típica en el municipio es el caldo de res, amarillo, tamales, aguardiente y mezcal.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: zapoteco.

76

La costumbre

Mural realizado por 11 niñas y niños de 9 a 14 añosde la ranchería Tierra Caliente en el municipio de

Tamazulapam del Espíritu Santo, Mixe, Oaxaca.

E l rey Kondoy es un personaje mítico que, según la creencia, vive entre las piedras del Cerro del zempoaltépetl; defendió

a la población mixe de la conquista española y de otros grupos que habitaban en la zona, como el zapoteco. Indígenas mixes acu­den durante el año a varias cumbres o cerros sagrados, según la ocasión, a depositar ofrenda y rogar por la salud y la orientación de la vida, pedir la ayuda del ser supremo para el bienestar común y familiar; llevan flores, tamales, encienden velas y sacrifican aves de corral, prenden cigarros, riegan mezcal, huevos y tepache.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Cuitláhuac, 20DPB0484D. l Grupo étnico: mixe.

78

La banda de músicos en la víspera de la fiesta

Mural realizado por 11 niñas y niños de 9 a 13 añosdel rancho Juárez, Yucuñuti de benito Juárez,

municipio de Tezoatlán de Segura y Luna, huajuapan, Oaxaca.

L as bandas de viento –ensambles musicales con instrumentos aerófonos que representan una de las formas habituales de

agrupación sonora en Oaxaca– han sido el medio para que los pue­blos mixtecos lleven alegría a sus comunidades, al tiempo que dan continuidad a una larga tradición musical; de esta manera, vistas como grupos sociales, las bandas de viento de música tradi cional son importantes espacios para la construcción de vínculos, valores comu­nitarios y dan sentido de pertenencia.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Benito Juárez, 20DPB0988V. l Grupo étnico: mixteco.

80

Hombre y mujeres chontales

realizado por 12 niñas y niños de 10 a 12 añosdel h. Ayuntamiento San Pedro huamelula,

Tehuantepec, Oaxaca.

cuentan que cuando el pueblo chontal se encontraba en las montañas, rodeado por zapotecas que pretendían exter­

minarlo, una anciana huyó al Pueblo Viejo, donde se escondió en una cueva. ahí encontró un gran huevo, que llevó a su casa. Un día del huevo salió un grito, se quebró y nació un niño al que la anciana cuidó para que no muriera. Éste creció rápidamente y pronto co­menzó a hablar; dijo que se llamaba Fane Kantsini (Tres colibrí). Era listo y valiente. anunció a la gente que la defendería, que no tenía más de qué preocuparse. El primer día que el niño fue a la batalla extrajo las fibras de las raíces de un gran maguey y se hizo un arco que no fallaba; además, ponía veneno en sus flechas. Fane Kantsini luchó tres días y tres noches. Tras este lapso, la gente fue a las trincheras y no encontró a un solo zapoteca con vida. Entonces Fane Kantsini levantó hornos en los que quemó a la mitad de los muer tos; los otros se los dio a su gente para que se alimentara. así acabó la guerra. Después les llevó a lo alto de las montañas. allí están los pueblos desde entonces. La gente chontal realizó una gran fies ta para celebrar la victoria, pero el rey desapareció. Dicen que regresó a la cueva de donde vino.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: chontal.

82

Huipil mazateco

Mural realizado por 14 niñas y niños de 10 a 13 añosde la localidad El Crucero, municipio de San Felipe Jalapa de Díaz,

Tuxtepec, Oaxaca.

Las mujeres mazatecas usan un huipil amplio que les cubre las rodillas, encima de una enagua de tela estampada. Otras

usan enredos sostenidos por fajas. El huipil mazateco en forma de bata tiene el cuello redondo. La manga es corta y la remata un holán. En el cuerpo lleva dos franjas de listón de color, las cuales bajan paralelamente por los lados, desde el cuello hasta la parte inferior, donde remata en holanes: uno falso, seguido por otro que, según cada comunidad, está bordado con motivos florales o for mado por varios listones de colores unidos. El huipil común tiene ocho zonas de fondo blanco marcadas por bordados, dentro de las cuales se hace otro trabajo de bordado con diseños de pájaros y flores de muchos colores. El enredo de gala está hecho de algodón grueso. En el extremo inferior lleva un bordado con estambre rojo en punto de cruz, que forma una serie espaciada de figuras hu manas, animales y flores.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Ricardo Flores Magón, 20DPB1875Z. l Grupo étnico: mazateco.

84

La boda tradicional en San Blas Atempa

Mural realizado por 11 niñas y niños de 12 añosdel h. Ayuntamiento de San blas Atempa,

Tehuantepec, Oaxaca.

El traje de novia se hace sobre tela de fondo blanco con adornos, que pueden ser flores bordadas con hilo de seda del mismo color

y se le agregan palmitas naturales. El vestuario se complementa con un “fleco de hilos dorados” que lo hace lucir más elegante; la novia usa jo­yería de oro, trenzas con listones blancos y zapatillas blancas. El traje de gala es el representa tivo de la mujer zapoteca del Istmo, es el oficial por excelencia, usado en las principales festividades de la región, conocidas como fiestas titulares o “velas” istmeñas. Tanto el huipil como la ena­gua, se bordan o tejen por las manos de expertas artesanas.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: zapoteco.

86

La mayordoma y los danzantes de santiaguitos

Mural realizado por 11 niñas y niños de 8 a 14 añosdel h. Ayuntamiento de Santa María Ixcatlán,

Teotitlán, Oaxaca.

Ixcatlán es un pueblo único, el último sobreviviente del grupo étnico ixcateco, cuyo idioma, a punto de extinguirse, solamente

se habla en esta parte del mundo. La vida cotidiana está ligada desde tiempos remotos a un elemento natural de gran valor sim­bólico: la palma, planta que abunda en sus montañas y que hasta hace unas décadas era utilizada en casi todas sus actividades. La persona recién nacida recibía un petate de palma y este mismo era la mortaja que lo transportaba al otro mundo al morir. El senti­miento místico ancestral está encausado ahora a la Virgen de la Natividad, patrona de Ixcatlán, cuya fiesta se celebra el 8 de sep­tiembre. Ese día, lo más atractivo es la Danza de los santiaguitos, el jaripeo y los bailes».

Édgar mendoza García

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: ixcateco.

«

88

Altar de muertos

Mural realizado por 15 niñas y niños de 8 a 12 añosde la comunidad La Cañada, municipio de Santa Inés del Monte,

zaachila, Oaxaca.

La mañana del 31 de octubre se coloca el altar en el mejor lugar de la casa, escogiendo una amplia mesa que se cubre

con un mantel de color blanco. En las patas delanteras de la mesa se amarran cañas o carrizos con forma de arco triunfal, adornadas con flores amarillas silvestres de fuerte aroma y tejocotes encade­nados con cáñamo. Se colocan también racimos de mandarinas, nís­peros y plátanos; se cuelgan panes en forma de muñecos. En la mesa se ofrendan las nueces, cacahuates, naranjas, platos de mole con pollo, tamales de mole, atole blanco, champurrado y pan de ye ma. acompañan también el mezcal, pulque, cervezas y cigarros. Las velas se mantienen encendidas hasta el medio día del 2 de noviem­bre. El carbón se aviva y el copal se inciensa en el sahumerio cada vez que se da la oración.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm.l 2009. l Escuela Primaria rural Porfirio Díaz, 20DPR3295G. l Grupo étnico: mixteco.

90

Danza del tigre y mujer de San Juan Colorado

Mural realizado por 15 niñas y niños de 8 a 11 añosde San Juan Colorado,

Jamiltepec, Oaxaca.

L a Danza del tigre que interpreta la gente de San Juan Colorado está inspirada en la historia de dos ricos ganaderos de la re gión,

manuel Peña y José Cortés, a quienes un tigre mágico los despojó de su ganado. manuel intenta comprar un perro cazador a un lugareño llamado José Ovejón, quien se niega a venderlo porque pertenece a su mujer, Catalina. Como el perro sólo caza si se lo pide su dueña, manuel les contrata para que cacen al tigre. Doce danzantes acom­pañan a los cazadores, pero las balas no dañan al tigre, pues es má­gico; para romper el hechizo, se unta la escopeta con ajo. Finalmente matan al tigre, le quitan la piel y lo tiran a una barranca. La danza se acompaña con los siguientes sones: El borracho, que se baila mientras se toma licor de una botella; La iguana, en el que los danzantes simu­lan los movimientos de este animal, arrastrándose; El perico, donde los danzantes se ponen uno muy cerca del otro; y el Son de Don Ma-nuel Peña y Doña Catalina.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria rural Justo Sierra, 20DPr2886M. l Grupo étnico: mixteco.

92

La celebración de fiesta anual

Mural realizado por 16 niñas y niños de 8 a 13 añosde la comunidad de Agua zarca, municipio de la

heroica Ciudad de Tlaxiaco, Tlaxiaco, Oaxaca.

Las festividades, sean ya de carácter familiar o comunitario, actos religiosos o sociales relacionados con el ciclo de vida, son

momentos donde confluyen las bandas de música de viento, los con­juntos de instrumentos de cuerda, el colorido de los fuegos artificiales, el tradicional castillo presente desde la víspera. En este ambiente de celebración mujeres y hombres se atavían con la indumentaria tra­dicional; ellas con el enredo o rollo de color añil oscuro, huaraches de cuero natural, blanco huipil con alegres figu ras, ceñidor y soyate, además de collares y aretes de cuentas de vivos colores, atadas las trenzas con cordeles de lana oscura y borlas de estambre; ellos con calzón y camisa de manta, ceñidor, huaraches y sombrero de palma o de fieltro negro.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2008. l Escuela Primaria bilingüe Ingeniero Víctor Bravo Ahuja, 20DPB09610. l Grupo étnico: mixteco.

94

Los músicos, el municipio en Todos Santos

Mural realizado por 16 niñas y niños de 5 a 11 añosdel h. Ayuntamiento de Magdalena Apazco,

Etla, Oaxaca.

Los músicos, con sus melodías, amenizan el pesar y la alegría de la vida y la muerte en magdalena Etla, donde es tradición

que en Todos Santos grupos de jóvenes o personas voluntarias mon­ten, en la entrada del palacio municipal, una ofrenda para todas las almas ausentes que de alguna forma ya partieron y cum plieron con su pueblo; también se lleva a cabo la tradicional comparsa, donde participa la población infantil y juvenil.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Grupo étnico: mixteco.

96

Xandu’ o biguie’

Mural realizado por 9 niñas y niños de 8 a 14 añosde la colonia álvaro Obregón de Juchitán de zaragoza,

Juchitán, Oaxaca.

Juchitán de Zaragoza, comunidad de origen zapoteca ubicada en la región del Istmo de Tehuantepec, se ha distinguido por

ser uno de los pueblos indígenas más “puros” pues conservan muchos elementos tradicionales de sus ancestros, los binnigula’sa. El piye’ o biguie’ que ofrendan a sus muertos en los santuarios do­més ticos ha tenido un significado religioso y simbólico, ya que se le considera un centro sagrado, un lugar envuelto por la presencia divina de los espíritus que retornan; es el recinto donde entran en contacto y se comunican. En lo más profundo del simbolismo subyace la idea de que el piye’ o biguie’ es el centro o imagen del universo; lo consideraban el núcleo de la tierra, del cual surgía toda vida. Por ello desean que los espíritus de las personas queridas, cuando lleguen, encuentren un lugar agradable.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Cuitláhuac, 20DPB1958H. l Grupo étnico: zapoteco.

98

El maizal y el campesino

Mural realizado por 16 niñas y niños de 10 a 12 añosen la localidad El Infiernillo, San Isidro Cozoaltepec,

municipio de Santa María Tonameca, Pochutla, Oaxaca.

En el campo se acostumbra sembrar una parcela de maíz para el consumo diario. La mujer campesina, por tradición,

se levanta a moler el maíz, a preparar las tortillas, luego manda a alguna de sus hijas o hijos a que lleve el taco a los hombres que están trabajando en las parcelas. Niñas y niños aprecian la tarea de llevar la comida a su padre, abuelo o mozos.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2009. l Escuela Primaria bilingüe Miguel Hidalgo, 20DPB0962N. l Grupo étnico: zapoteco.

100

Un llamado al pueblo

Mural realizado por 12 niñas y niños de 10 a 12 añosde la comunidad de Santa Cruz Ocotzocuautla del

municipio de Santa María Teopoxco, Teotitlán, Oaxaca.

E l sonido de la concha, que se escucha a tres kilómetros de distancia, la utilizan las autoridades para llamar a reunión a la

comunidad, cuando tienen algo importante que informar. El en­cargado de tocarla es el policía. al escuchar el sonido, la gente se prepara para ir a la presidencia municipal.

Acrílico/tela. l 220 x 140 cm. l 2010. l Grupo étnico: nahua.

foto PEndIEntE dE EntrEgar a dIsEño.

Etnografías breves de los pueblos indios de Oaxaca

ANEXO103

oaxaca –Estado quE sE ubIca En EL surEstE dE MéxIco, LIMIta aL nortE con VEracruz

y Puebla, al Este con Chiapas, al Oeste con Guerrero y al Sur con el Océano Pacífico– es

un mosaico étnico, vasija repleta de diversidades, de extensos suelos donde las comunidades

se distinguen entre sí tanto por su naturaleza, geografía, historia y cultura como por sus

lenguas maternas. territorialidad, lengua y cultura son factores distintivos para la iden­

tific ación de las comunidades que comúnmente llamamos pueblos indígenas o grupos

étnicos –porque se da el caso de grupos de hablantes de la misma lengua pero con diferentes

rasgos culturales y viceversa –.

Oaxaca es un espacio pluriétnico en el que coexisten 16 grupos etnolingüísticos –amuzgo,

chatino, chinanteco, chocholteco, chontal, cuicateco, huave, ixcateco, mazateco, mixe,

mixteco, nahua, triqui, zapoteco, zoque y tzotzil1– organizacionalmente diferenciados, en

el que se ha asentado la población de ascendencia negra, que ocupa parte de la costa del

Pacífico y la comunidad indígena tacuate, étnicamente diferenciada pero perteneciente al

grupo etnolingüístico mixteco.

1 El tzotzil, grupo autóctono de Chiapas, forma parte del contingente de la población indígena reciente en Oaxaca, de acuerdo con el Censo de Población del 2000.

afromestizo

Se localiza en la subregión de la Costa Chica de Oaxaca, en los dis­

tritos de Jamiltepec y Juquila, y en menor medida, en los distritos de

Cuicatlán, Pochutla, Juchitán y Tuxtepec. Los municipios con mayor

presencia negra son: San José Estancia Grande, Santo Domingo ar­

menta, San Juan Bautista Lo de Soto, Santa maría Cortijos y Santiago

Tapextla. En municipios mestizos destaca la presencia negra, en Pinotepa

Nacional y en Tututepec.

Prácticamente no se tienen estudios históricos sobre esta región, pero

se cree que la mayoría de sus habitantes son de origen yoruba, proce­

dentes del áfrica occidental, que arribaron a la zona como cimarrones

–gente esclava que se refugiaba en los montes buscando la libertad– tras

huir de las plantaciones de caña de azúcar del Obispado de Puebla y

Veracruz, además de personas procedentes de las islas del estrecho de

la Sonda, en asia, en el siglo xvii, para suplir la fuerza de trabajo de la

diezmada población local. Fueron liberadas de su esclavitud en 1829.

La población afromestiza se asienta en 33 ejidos y un solo muni­

cipio, en la planicie de lomas costeras, con selvas bajas y medianas. Hay

vegetación de dunas costeras con predominancia de plantas rastre­

ras. Cuenta con varios sistemas de lagunas, como las de Chacahua,

manialtepec y Corralero. La pesca, la agricultura de cultivos básicos

y la ganadería extensiva son los ejes de la economía. La producción

comercial agrícola se sustenta en el limón, ajonjolí, jamaica, tabaco y

coco, entre otros. Sobresale la participación de la mujer en la prepara­

ción de pescado. En algunos pueblos es importante la producción de

quesos y carnes secas.

Las mujeres se destacan en la comercialización de productos pes­

queros de segunda, ya que las especies de primera y los mariscos son

vendidos a personas intermediarias. Los principales centros de mer­

cado son Pinotepa Nacional y acapulco, Guerrero. Para el pescado seco

existen rutas comerciales hacia la Sierra mixteca. El pescado de pri­

mera y el camarón se venden también en la Ciudad de méxico.

La población se ubica en el sector primario de la economía. Existen

fuentes de empleo en núcleos urbanos y destinos turísticos como Puerto

Escondido y Huatulco, en donde desarrollan actividades en la llamada

“industria sin chimeneas”. Entre las tradiciones destacan las prácticas

festivas, particularmente las danzas. También se registra el curanderismo

y la terapéutica ancestrales, que dan posición social importante a quie­

nes las practican, dado que se les considera dones sobrenaturales.

amuzgo

El pueblo amuzgo vive en los estados de Guerrero y Oaxaca; en este

último, la población se concentra en los municipios de San Pedro

amuzgos –donde se autodenominan tzjon non, que significa ‘pueblo

de hilados’, ‘hilo suave’ o ‘mecha’– y Santa maría Ipalapa –donde se

llaman tzo’tyio, que refiere al río Camarón–. Junto con otros grupos

indígenas, forman pequeños enclaves culturales y lingüísticos en la

región mixteca.

104

Las condiciones climatológicas y el tipo de suelo donde habita el gru­

po favorecen el cultivo de maíz, frijol, chile, ajonjolí, cacahuate, calabaza

y caña; así como la producción de plátano, aguacate, melón, sandía,

naranja, lima, cuajinicuil, limón, mango, nanche, papaya, tamarindo,

mandarina, coco, ciruela, café, cacao, zapote y mamey. Junto con la

agricultura, la producción de artesanías es una actividad económica fun­

damental en la que participa casi toda la familia. Las mujeres enseñan a

las niñas a tejer en el telar, mientras que los hombres enseñan a los

niños el tejido de redes y hamacas; también elaboran objetos de barro

como ollas, comales, jarros y cántaros; hamacas y morrales de ixtle, ces­

tería de bambú y de palma.

En el trabajo mantienen relaciones de solidaridad, como la mano

vuelta, que son agrupaciones espontáneas de ayuda solidaria entre

parientes y amistades para tratar de resolver problemas inmediatos,

como mayordomías, casamientos, bautizos, cultivos y construcción

de viviendas. La base de la organización social radica en la familia

nuclear y la familia extensa. Su sistema de cargos se basa en el régi­

men electoral de partidos políticos. Sin embargo, se mantiene el Consejo

de ancianos, que organiza el trabajo comunal llamado tequio o fatiga,

por medio del cual se realizan obras de beneficio para la comunidad.

aún practican ritos de origen prehispánico, dedicados a la agricultura

o a los dueños del monte, barrancas, ríos, arroyos, cuevas, etcétera, para

recibir protección y abundantes cosechas. Sus integrantes han conservado

la indumentaria tradicional, elaborada en telar de cintura. Las mujeres

visten un enredo blanco o azul con bordados en la orilla, y un huipil tejido

con figuras antropomorfas, zoomorfas o geométricas en vistosos colores.

Chatino

Se autodenominan kitse cha’tnio. Los términos cha’tnio, cha’tña y

tasa’jnya son variantes usadas en Nopala y yaitepec, en Tataltepec de

Valdés y en Santa Cruz zenzontepec, respectivamente, para designar

la propia lengua y significan ‘palabra trabajosa’, ‘palabra difícil’, o bien

‘trabajo de las palabras’. La población, en asentamientos dispersos, se

concentra principalmente en municipios pertenecientes al distrito de

Juquila. En esta zona predomina la ganadería y la agricultura comer­

cial. Las tierras medias –800 msnm a 1 600 msnm– están pobladas

por bosques caducifolios y mesófilos, es la zona en donde se asientan

la mayoría de las poblaciones chatinas que cultivan masivamente el

café. a partir de los 1 600 msnm comienzan las tierras altas, cuya

población vegetal característica son los bosques de pinos y encinos.

Este complejo territorio de diversidad de climas hace de la región

chatina una zona rica en recursos forestales, agrícolas y ganaderos. Se

cultiva maíz, frijol, chilacayote y hortalizas para autoconsumo, ade­

más de frutales y jamaica para fines comerciales. El ixtle se cultiva en

zezontepec. La producción de café se ha incrementado, lo que ha

traído como consecuencia la tendencia al monocultivo y el paulatino

abandono de la siembra de maíz. La producción artesanal consiste en

textiles y alfarería –ollas, comales y cazuelas–, ésta última para uso

105

doméstico. El ixtle se utiliza en zezontepec e Ixtapan para manufacturar

hamacas, reatas, mecates y redes.

El núcleo básico, la estructura fundamental de producción y consu­

mo, es la unidad doméstica, compuesta por una o más familias emparen­

tadas. Los hombres colaboran en la agricultura, pastoreo, cacería, pesca

y construcción de viviendas. Las mujeres concentran su actividad en el

hogar, el cuidado de animales domésticos, acarreo de agua y leña, tra­

bajo en los huertos, la recolección y los productos artesanales. Otro lazo

que refuerza el desarrollo de la comunidad es el compadrazgo, que se da en

casos de bautizo, confirmación, matrimonio, vela y levantada de cruz.

además se practica el tequio o trabajo comunitario.

El pueblo chatino basa sus mitos de creación en figuras naturales;

sobresalen la santa abuela, el santo padre Dios, la santa madre Tierra,

la santa madre Luna, los dioses del agua, del Viento, de la Lluvia, de la

montaña, las santas Ciénagas y la santa Lumbre o santo Fuego. El

espacio más significativo en la casa es el altar, donde tienen lugar las

ceremonias principales, desde la presentación de las personas recién

nacidas hasta el traspaso del mando.

Chinanteco

Se nombran tsa ju jmí’, que denota ‘gente de palabra antigua’; sin em­

bargo, cada pueblo posee su propio apelativo, precedido de la palabra

tsa, dsa o alla, que significa ‘gente’ y se combina con otros términos que

hacen referencia a un origen común. En todos los casos se reconocen

como habitantes de la Chinantla, que ocupa 17 municipios del nordeste

de Oaxaca. Entre la población existe una fuerte identidad lingüística­

territorial. Según sus características medioambientales, el área se divide

en dos subregiones: la alta y la Baja. La primera está ubicada en la Sierra

Juárez –tres municipios de Ixtlán y uno de Etla–. La otra, en 13 muni­

cipios de la Cuenca pertenecientes a los distritos de Tuxtepec, Choapan

y Cuicatlán.

En la región se practica la pesca, la cacería y actividades pecuarias

–cerdos, gallinas, guajolotes y apiarios–, pero la actividad más impor­

tante es la agricultura de subsistencia: hortalizas, plantas medicinales,

frutos, maíz, fríjol, calabaza y chayote, básicamente. No obstante, hay

áreas destinadas a cultivos comerciales como el arroz.

La familia extensa es la base de la sociedad chinanteca. La adscrip­

ción de las parejas nuevas es patrilocal, de hecho conviven durante un

lapso pequeño en la casa del padre, donde adquieren patrones de inte­

gración y establecen compromisos familiares de cooperación mutua,

hecho que se establece regularmente cuando se termina de construir la

vivienda para el nuevo matrimonio. La unidad menor es la familia nu­

clear. Sólo los varones tienen derecho de herencia. La posibilidad de

matrimonio entre primos y primas hasta de quinto grado está restringi­

da, dado que no existe diferencia para nombrar a primas, primos o her­

manas y hermanos. El compadrazgo es otro vínculo de ayuda mutua

reconocido. La mayoría de las actividades agrícolas involucran a la fami­

lia extensa.

106

La cosmogonía del grupo en algunos casos queda reflejada en los

huipiles de gala de las mujeres chinantecas. En los bordados se registra

el origen mítico, la historia y la trayectoria de una familia o de un pue­

blo. Las principales fiestas celebradas en la Chinantla son la Semana

Santa, Todos Santos y las fiestas patronales de cada uno de los pueblos.

En la Chinantla se ha perdido la forma política tradicional; actualmente

el Consejo de ancianos sólo cumple funciones religiosas.

Chocholteca

Las personas chocholtecas se llaman a sí mismas runixa ngiigua, que

significa ‘los que hablan el idioma’, en tanto que la lengua se denomina

ngiigua. Se ubican en el estado de Oaxaca, en una microrregión forma­

da por trece municipios del distrito de Coixtlahuaca: Tepelmeme Villa

de morelos, Concepción Buenavista, San Juan Bautista Coixtlahuaca,

San miguel Tequistepec, Santiago Ihuitlán Plumas, Santa maría Nati­

vitas, San miguel Tulancingo, Santa magdalena Jico tlán, San Francisco

Teopan, San Cristóbal Suchixtlahuaca, Tlacotepec Plumas, San mateo

Tlapiltepec, y Santiago Tepetlapa; y cuatro del distrito de Teposcolula:

Teotongo, La Trinidad Vista Hermosa, San antonio acutla y San Pedro

Nopala.

El territorio está formado en su mayoría por cadenas montaño­

sas con pendientes escarpadas, cuya altura alcanza los 3 000 msnm,

además de lomeríos con desniveles fuertes y suaves, y por pequeñas

llanuras. El clima es predominantemente seco y extremoso, va de los

36 °C en primavera y alrededor de 3 °C en invierno. Como resultado

de la deforestación, las lluvias se han hecho más escasas en los últi­

mos años, acentuando los efectos de la sequía; así, las cosechas de

granos básicos –maíz, trigo, frijol, haba y cebada–, que en su mayo­

ría son de temporal¬, son cada vez más irregulares e incluso se han

perdido en su totalidad. La migración, cuyo destino son las ciudades

de Huajuapan de León, Oaxaca; Tehuacán, Puebla; el norte del país y

Estados Unidos, es una de sus consecuencias.

La organización familiar predomina en todas las actividades pro­

ductivas, en las que participa toda la familia, desde los cinco o seis años

de edad hasta los 80 años o más. La organización del trabajo comu­

nitario es el tequio. actualmente, ya no existen autoridades tradicio­

nales; sin embargo, se conserva un gran respeto por los ancianos. El

compadrazgo juega un papel relevante dentro de las relaciones de este

grupo.

Originalmente la población chocholteca creía en un Dios del uni­

verso, Da'aní ndiú naa'rjuí, que quiere decir ‘nuestro padre Dios del

universo o del cielo’; también se dice Da'andiú, ‘padre de Dios’, o sim­

plemente Ndiú, ‘Dios’. a la llegada de los frailes dominicos (1550), se

incrementó la conversión a la religión católica. En todos los pueblos

chocholtecas la fiesta principal es la patronal. También celebran en

toda el área a Todos los Santos el 2 de noviembre, a la Virgen de Gua­

dalupe el 12 de diciembre, así como las posadas y la Navidad.

107

Chontal

La denominación de los pueblos chontales de Oaxaca proviene del

náhuatl chontalli, que significa ‘extranjero’ o ‘extraña’. En la literatura

antropológica se emplea ‘tequistlatecos’ para diferenciarlos de los de

Tabasco. Se autonombran slijuala xanuc’, que al parecer significa ‘ha­

bitante de las montañas’. aunque su procedencia no ha sido esclarecida, se

piensa que están emparentados con grupos californianos –seri, coahuilteco,

tamaulipeco del norte, tlapaneco, subtiata, xinca–. Sin embargo, de

acuerdo con la tradición oral, vinieron del Sur.

El territorio chontal, que comparten con personas mestizas y zapo­

tecas, se encuentra distribuido en la Sierra madre del Sur y en la plani­

cie costera sudoccidental, en los municipios de San Carlos yautepec (el

sur), Santa maría Ecatepec, asunción Tlacolulita, San miguel Ecatepec

y Santa magdalena Tequisistlán; en la costa, Santiago astata y San

Pedro Huamelula.

La agricultura es básicamente de temporal y para autoconsumo:

maíz, calabaza y frijol de manera intercalada; en algunos casos, horta­

lizas y árboles frutales; también cultivan maguey mezcalero, caña de

azúcar, chile y café. Practican la alfarería, tejen palma, hacen escobas

y mangos para instrumentos agrícolas, además de textiles en algodón

que tiñen con técnicas tradicionales y materias primas naturales. El

núcleo principal de la sociedad chontal es la familia extensa patri­

lineal, que es la unidad básica de trabajo. Los ancianos tienen gran

importancia social en lo civil y en lo religioso; el compadrazgo es una

forma extensiva de parentesco.

Un método importante del trabajo agrícola es el tequio. Hombres y

mujeres trabajan al jornal en dichas labores, así como en la recolección

de productos y animales silvestres, tanto para la alimentación como

para el trabajo. La ganadería incluye especies menores y mayores: galli­

nas, guajolotes, porcinos, cabras y ganado vacuno –que se maneja co­

munalmente a través de una comisión nombrada cada año–. La cacería

se realiza durante todo el año, cobrando diversas especies de animales,

unas para alimento, otras para curaciones o para venta. La pesca es una

actividad eventual; otra actividad de importancia en la zona es la elabo­

ración de mezcal. La migración tiene un patrón básico: jóvenes que sa­

len, de enero a marzo, a la cosecha de café; Tequisistlán es el principal

receptor.

Cuicateco

Cuicateco, cuica en lengua náhuatl, significa ‘canto’. El idioma de este

grupo es polisintético, es decir, cuenta con raíces en torno a las cuales

se agrupan otras palabras y partículas para matizar el significado. Se

ubica en la Sierra madre Oriental, en el noroeste del estado, donde

se forman las sierras de Pápalo y Teutila, con altitudes que van de los

600 msnm a los 3 300 msnm; comprende la mayor parte del distrito

de Cuicatlán y una porción del de Nochixtlán.

108

Por lo accidentado del terreno la zona presenta tres climas perfecta­

mente diferenciados. En las partes altas, en las sierras de Teutila y Pápa­

lo, el clima es frío, húmedo o seco; en cambio en Santo Domingo del

río es templado y en Cuicatlán y quiotepec es cálido y seco. La vegeta­

ción distintiva va desde los bosques de maderas finas como el cedro, la

caoba y el palo de rosa, hasta cafetales, palmeras y vainilla. La fauna es

variada, destacando el venado y el jabalí. Hay abundancia de reptiles y,

en los ríos, peces como la trucha, la anguila y hasta camarones.

Viven en un mundo donde los rituales son una necesidad de todos

los días. antes de empezar la jornada celebran una pequeña ceremo­

nia en la que rezan a los chaneques y “duendecillos” o espíritus que

pueden ayudar o dañar. Tienen una veneración especial por los cerros

o montañas. La tradición dice que en ellas se guardan “entidades” o

“poderes” que no son humanos ni celestiales, que en ocasiones pue­

den ayudar a las personas. Casi todos los pueblos antiguos poseen un

“Dios Tutelar”, algún cerro o montaña cercana a la población que se

venera generalmente el día de la Santa Cruz.

En la parte alta o microrregión cuicateca, la población practica

una agricultura tradicional de subsistencia diversificada –maíz, frijol,

calabaza, chile, frutas y plantas silvestres–. Se aprovechan para la ali­

mentación algunos productos, tales como el chayote, camote y tunas.

a esta producción se suma el cafeto, como el cultivo más importante

desde el punto de vista comercial. La caña de azúcar está destinada

a la producción de panela y aguardiente, el tabaco y el algodón son

productos complementarios en las partes bajas.

Huave

Las personas huaves también son conocidas como mareñas. El tér­

mino huave fue acuñado por los grupos zapotecos para referirse a la

‘gente que se pudre en la humedad’. La filiación lingüística es aún in­

cierta. Clasifican a las personas en tres categorías: extranjeras (moel), del

Istmo (missig) e integrantes de la población que habla el huave, mero

ikooc o ‘verdaderos nosotros’.

Habitan un litoral del Golfo de Tehuantepec. Las principales po­

blaciones son San mateo del mar, San Francisco del mar y San Dio­

nisio del mar, municipios que dependen políticamente del distrito de

Tehuantepec y económicamente del enclave petrolero de Salina Cruz.

recientemente se crearon dos colonias, Cuauhtémoc y Benito Juárez, que

se ubican en el camino que comunica al puerto de Salina Cruz con San

mateo del mar.

El clima es árido, las lluvias son escasas, el riego difícil y la producción

agrícola está sujeta a las variaciones del tiempo. El litoral carece de esta­

ciones y su única alteración consiste en una corta temporada de lluvias

y una larga época de sequía. Pesca, agricultura y ganadería constituyen,

en este orden, las actividades básicas sobre las que gira la economía.

La naturaleza del terreno dificulta el cultivo del maíz; en algunas zonas

109

se cultiva sandía y melón, y los cultivos de calabaza y de ajonjolí son

importantes por su resistencia a la sequía. La ganadería no es una

actividad importante y su finalidad es casi siempre el consumo do­

méstico. La pesca constituye una actividad generalizada y es también

la base de una economía distintiva. La elaboración de huipiles y man­

teles en el modo tradicional, tejido en telar de cintura, y el bordado de

servilletas, es propio de las mujeres; los hombres están a cargo de las

redes y atarrayas. El comercio es una actividad esencialmente femenina;

mientras los hombres pescan, las mujeres salan, cuecen, secan y venden

el producto en los mercados locales.

La vida social se organiza en torno a dos poderes: el religioso y el

municipal. Las funciones civiles están ligadas a la actividad ceremo­

nial, ya que el orden de la estructura municipal supone un conjunto

de obligaciones rituales vinculadas con el nivel y tipo de cargo que se

ocupa. a los cargos más altos, es decir, presidencia municipal y alcal­

día, corresponde solicitar la lluvia y el bienestar para la comunidad.

a la extensa red de relaciones que se establecen entre la estructura

civil y la religiosa, se une la línea de la mayordomía. Su acceso no es

directo y supone el servicio de cargos previos.

ixcateco

Ixcateco significa ‘junto a las ovejas o algodón’, es el gentilicio que aplica­

ron los antiguos pueblos nahuas a quienes habitaban en una región que

llamaron Ixcatlán. actualmente menos de 10 personas hablan la lengua.

Este grupo se ubica en Santa maría Ixcatlán, en la región de la Cañada,

población que antes de la Conquista era cabecera de un señorío.

Los climas predominantes en la zona son el cálido húmedo con

abundantes lluvias en verano, el cálido sub­húmedo con lluvias en ve­

rano y el árido con pocas lluvias. La vegetación es escasa y la alcalini­

dad de los suelos favorece la reproducción de un tipo de palma que se

utiliza para la elaboración de sombreros, tenates, petates, figuras, sopla­

dores, escobas y canastos, actividad que representa su más importante

fuente de ingresos.

La práctica de la agricultura ha pasado a un plano secundario por

la baja productividad de sus tierras, pues los suelos están conforma­

dos por una capa de tepetate y una delgada capa de tierra fértil, y son

muy propensos a la erosión. Se cultiva maíz, trigo, cebada, frijol, ca­

labaza y, ocasionalmente, haba. Complementan sus ingresos con la

venta de puercos y aves de corral que crían en sus solares; la migra­

ción temporal y definitiva en busca de fuentes de trabajo es cada vez

más frecuente, particularmente hacia el estado de Veracruz y los Es­

tados Unidos. La autoridad municipal de esta comunidad se elige por

el régimen de usos y costumbres, así también existe un Bando de

policía y buen gobierno.

La población celebra Todos Santos y las fiestas decembrinas, así

como el Cuarto viernes de cuaresma, en honor al Señor de las Tres

110

Caídas, a quien se festeja el 7 de mayo, y el 8 de septiembre a la Virgen Nativi­

dad de maría Santísima, patrona de la población, en donde desempeñan

sus bailes tradicionales, la Danza de Santiaguito, cuyo significado se rela­

ciona con la Conquista de Hernán Cortés y moctezuma.

Mazateco

Sus integrantes se autodenominan ha shuta enima, ‘que trabajamos el

monte’, ‘humildes’, ‘gente de costumbre’. Hay especialistas que sostie­

nen que el origen del nombre proviene del náhuatl mazatecatl, ‘gente

del venado’, como les calificaban los pueblos nonoalcas debido al gran

respeto que tenían por dicho animal. Hablan la lengua mazateca, re­

lacionada con la popoloca, chocholteca e ixcateca. Prácticamente cada

municipio tiene una variante dialectal.

Se ubican en las regiones de la Cañada y el valle de Papaloapan­

Tuxtepec. Los principales poblados mazatecos son Teotitlán de Flores

magón, Santa Cruz acatepec, Santa ana ateixtlahuaca, San Bartolo­

mé ayautla, San Juan Coatzospam, Santa maría magdalena Chilchot­

la, San Lorenzo Cuaunecuiltitla, San mateo Eloxochitlán de Flores

magón, San Francisco Huehuetlán, San Cristóbal mazatlán, San Pe­

dro Ocopetatillo, San Jerónimo Tecoátl, San José Tenango, Santiago

Texcaltzingo, San Lucas zoquiapam, Huautla de Jiménez, San Pedro

Ixcatlán, Jalapa de Díaz y San miguel Soyaltepec.

La pesca y la agricultura son las actividades económicas más impor­

tantes; en el embalse de la presa miguel alemán se obtienen unas 5 000

toneladas anuales de tilapia. También es importante la ganadería y el

cultivo de caña de azúcar. La agricultura de autoconsumo está siendo

desplazada por la agricultura tecnificada de cultivos de caña de azúcar

y de café, y por las actividades pecuarias para la producción de carne.

En la mazateca la venta de fuerza de trabajo es una actividad funda­

mental para la reproducción social. La actividad forestal está controlada

por compañías papeleras. En las actividades productivas se utilizan téc­

nicas tradicionales mezcladas con técnicas modernas en el caso del

cultivo del café y la pesca. La unidad doméstica está compuesta por una

familia nuclear o por una familia extensa.

La concepción del mundo se expresa en un sincretismo en el que

la parte emergente manifiesta el mito judeocristiano de creación, así

como la dualidad bien­mal; su cosmología se expresa en los rituales

de curación que se practican en la Sierra y en la mazateca baja. La

relación tradicional con su entorno hace referencia a los dueños de

los lugares, los chicones o chiconindú, espíritus que regulan su mundo

cultural; a estos espíritus se les ofrenda en barrancas, cuevas, manan­

tiales y cerros, práctica en la que se mezclan las creencias y hábitos

sobre la enfermedad y la curación, y la relación con los espíritus an­

cestrales de sus tierras.

111

Mixe

Se autodenominan ayuukjä’äy. La lengua que hablan es ayuuk, ‘gente

del idioma florido’, nombre con el que históricamente se conoce al

grupo. Hay cuatro variantes del ayuuk: la de mixistlán, la de Tamazu­

lapan –incluyendo la mayoría de las comunidades de las partes media

y baja–, la del Paso real, y la de Totontepec y cuatro comunidades del

extremo norte del territorio. Habitan unos 240 pueblos y rancherías

en una región históricamente compacta, ubicada al noreste de la capi­

tal oaxaqueña. 19 municipios conforman su territorio, en su mayoría

serranos. Las comunidades mixes están en relación socioeconómica y

organizativa con varias regiones pluriétnicas, cuyos centros se ubican

fuera del territorio ayuuk. Un grupo de municipios serranos se articu­

la con el centro zapoteco de yalálag, otros con mitla; en el Istmo, con

matías romero. algunas comunidades situadas fuera del territorio

ayuuk se vinculan con ciudad Ixtepec y otros con Nejapa.

La agricultura que se practica es de subsistencia. En las zonas altas

y frías se siembra papa, maíz, frijol y calabaza; en las zonas templadas y

cálidas, maíz, frijol, camote, caña de azúcar y chile; en la zona cen­

tral y baja, café y cítricos. Para labrar la tierra algunas localidades se

auxilian de la coa, el azadón, el machete y la yunta. Las zonas media

y baja cuentan con el río Jaltepec, que es navegable, así como con el

río del Sol, que atraviesa al municipio de Guichicovi. El producto de

mayor comercialización en la región es el café.

Las formas tradicionales de ayuda mutua, la gozona y mano vuel­

ta, están siendo desplazadas en algunos puntos por el trabajo a jornal.

El tequio generalmente no tiene funciones productivas. Debido a la

emigración, el 10% de la población vive fuera del territorio ayuuk.

La institución básica es la familia nuclear. El hombre es quien por

lo regular tiene derecho sobre la tierra. Las autoridades tradicionales, el

Consejo de ancianos, constituyen el gobierno indígena, que aún tiene

fuerte presencia en la zona alta y media de la región. La mujer mixe ha

ido conquistando espacios políticos dentro del Cabildo. Los cargos socia­

les son muy importantes, pues a la persona se le puede negar la voz y el

voto si no ha desempeñado funciones que la sociedad le haya asignado,

tales como el tequio. La religión que practican es resultado de la mezcla

sincrética de la indígena y la católica. actualmente se pueden observar

ceremonias donde se invocan a las deidades antiguas mezcladas con

oraciones cristianas en ritos de fertilidad, mortuorios y de curaciones.

Mixteco

Se ubica en la región noroeste de Oaxaca, el extremo sur de Puebla y

en una franja al oriente del estado de Guerrero, a la altura de Tlapa,

llamada por sus habitantes Ñuu Savi, ‘Pueblo de la lluvia’. La mixteca alta

comprende los distritos de Putla, Juxtlahuaca, Teposcolula, Etla, zaa­

chila, Tlaxiaco y Nochixtlán. La mixteca Baja se ubica en los distritos

de Huajuapan, Silacayoapan, parte de Juxtlahuaca y de Teposcolula.

112

El territorio histórico está formado por 1 463 localidades; otros mu­

nicipios, que se ubican fuera de la zona, han perdido el idioma pero

conservan rasgos culturales, como Cuilapan de Guerrero, Huayapan,

xoxocotlán, Huitzo y Sosola, entre otros. La cultura mixteca es una

de las principales civilizaciones mesoamericanas.

El pueblo mixteco sobresalió por los códices minuciosamente elabo­

rados, en los cuales se plasmaban los eventos más memorables; destaca­

ron en el trabajo de metalurgia y su cerámica era la más apreciada. Se han

encontrado en tumbas de monte albán ofrendas maravillosas forma­

das con vasijas de mármol, copas de cristal de roca, collares, perlas,

objetos de ópalo, jade, ámbar, turquesa y fantástica joyería de filigrana

de plata y oro. También sobresalieron en la decoración de máscaras,

cuchillos ceremoniales y otros objetos con incrustaciones de turquesa,

coral, conchas y otras piedras. Otra de las actividades importantes en

la época prehispánica fue el comercio, la base primordial en la vida

económica de sus habitantes.

En el siglo xx se centró la economía en la palma y en la explota­

ción de recursos minerales. actualmente la productividad en áreas de

temporal se concentra en maíz, con muy bajos rendimientos, palma y

ganadería caprina, y se corresponde con minifundios y sectores empo­

brecidos; mientras que en áreas de valles o con riego se producen bienes

comerciales –maíz, café, artesanías– y son propiedad privada. En la

Costa hay mayores recursos y se cuenta con ganado bovino y produc­

tos comerciales como chile, ajonjolí, jamaica, limón, cacahuate; existe

también producción pesquera y artesanal. Los mercados regionales se

llevan a cabo en Huajuapan, Nochixtlán, Tlaxiaco y Tamazulapan. Las

artesanías se venden a personas que acaparan la producción. En la Cos­

ta se comercializa en Jamiltepec y en Pinotepa Nacional.

ante los problemas de productividad, la mixteca se convirtió en

una región expulsora de mano de obra. La migración es uno de los

rasgos determinantes que le imprime una dinámica particular a la

economía y a la cultura mixteca, asociada al fenómeno de la erosión

de los suelos. Se calcula que el 30% de la población sale de sus comu­

nidades de origen, lo que representa al menos un 50% de la migración

estatal. a diferencia de otros pueblos indígenas, el mixteco ha perdido

muchos elementos cosmogónicos de carácter prehispánico, con excep­

ción de algunos rituales de sacrificio de animales.

127 de los 185 municipios mixtecos se rigen por usos y costum­

bres para nombrar a las autoridades del ayuntamiento, lo que revela

la supervivencia de la estructura de cargos como forma de organiza­

ción social y política. Otros 58 municipios optaron por el régimen de

partidos políticos.

tacuate

El grupo se autonombra marañuu o nuchipela, vocablos que en mixteco

quieren decir ‘gente del pueblo’. algunas personas, desde la academia,

113

consideran a este grupo solamente como un reagrupamiento étnico

del mixteco. Se ubica en los municipios de Santa maría zacatepec,

distrito de Putla de Guerrero y Santiago Ixtayutla, distrito de Jamil­

tepec, en la parte suroccidental de la mixteca oaxaqueña. Siempre se

han considerado diferentes de la población mixteca. aunque hablan

una lengua calificada como variante dialectal del mixteco, en la rea­

lidad no pueden entenderse entre sí. Se distinguen en la vestimenta y

en los usos y costumbres que persisten en sus localidades.

nahua

Se denomina nahuas a los grupos nativos de mesoamérica que tienen

como ancestros al mexica y demás pueblos antiguos del Valle de

méxico, que tenían en común la lengua náhuatl. El náhuatl del norte

de Oaxaca se habla en la Sierra mazateca del estado de Oaxaca. Los

pueblos principales de la región son: Santa maría Teopoxco, Santiago

Texcalcingo, Vigastepec, San Bernardino y Capultitlán. Se calcula que

hay de 12 mil a 13 mil hablantes de esta variante del náhuatl.

La comunidad de Santa maría Teopoxco está enclavada en la Sierra

mazateca del estado de Oaxaca. al Norte, Este y Sur se encuentran otras

comunidades que hablan el idioma mazateco. al oeste se encuentra

la región náhuatl.

En esta región por lo regular el suelo es siempre húmedo y frío y llueve

durante más de seis meses al año. Se cultiva maíz, frijol, haba y calabazas,

entre otros productos. La gente de Teopoxco normalmente siembra

una vez al año, antes del tiempo de las lluvias, porque no cuenta con

sistema de riego para poder cultivar el resto del año. muchas personas

salen a trabajar a otros pueblos o ciudades porque no hay suficientes

fuentes de empleo en la comunidad.

aunque la población nahua está rodeada de comunidades mazatecas,

ambas culturas mantienen costumbres diferentes; en Teopoxco, por

ejemplo, sí se emplea la yunta de bueyes para labrar la tierra, mientras

que núcleos mazatecos no la usan. La comida también varía mucho.

La comunidad mazateca gusta de ciertas comidas agrias, mientras que

las nahuas prefieren la comida picosa.

En Teopoxco la vestimenta tradicional únicamente la portan las

personas mayores: hombres, calzón y camisa de manta; mujeres, hui­

pil, vestido y ceñidor de lana, con huaraches de correa. La concha­

caracol aún se usa en esta comunidad para reunir a la gente cuando

deben anunciar alguna cosa importante. El policía es el encargado de

tocar la concha, que se escucha como a tres kilómetros de distancia,

tras lo cual la gente se prepara para acudir a la presidencia municipal.

Triqui

El nominativo triqui es una deformación del vocablo driqui, ‘señor su­

premo’, termino que designaba al jefe del clan, la autoridad máxima,

pero al inicio de la Conquista se empezó a utilizar de manera genérica

114

para todo la población. Ésta vive en el territorio conocido como Nudo

mixteco, en la confluencia de las sierras madre Oriental y Occidental,

al oeste del estado de Oaxaca, en las localidades de San andrés Chi­

cahuaxtla y Santo Domingo del Estado, distrito de Putla; San martín

Itunyoso y San José xochixtlán, distrito de Tlaxiaco; y San Juan y San

miguel Copala, del distrito de Juxtlahuaca. En la tradición oral se dice

que provienen de monte albán.

Cultivan maíz, frijol de enredadera, calabaza y otros productos de

temporal; en la actividad agrícola se desarrolla el sistema de tumba,

roza y quema, se utilizan herramientas como el arado con reja de madera

o de metal, la coa con punta de hierro, el machete, el hacha, la pala y el

cuchillo. La producción de maíz y de frijol, relativamente escasa en la

región, va cediendo ante los productos comerciales como el café. La migra­

ción en busca de empleo es importante, por ejemplo al cultivo de caña

en morelos y Veracruz; la pizca de algodón en Sinaloa; el cultivo de

jitomate en San quintín, Baja California; y a la Ciudad de méxico, donde

trabajan en el sector comercial y de servicios; también emigran como

braceras y braceros a Los ángeles y a San Diego, Estados Unidos. Las

mujeres son buenas artesanas en la confección de ropa en general. Tejen

en telar de cintura y en horizontal de cuatro estacas, también llamado

malacate; la producción se destina al uso personal y al comercio. Los

huipiles se venden en las ciudades de Oaxaca, Puebla y méxico.

La unidad tradicional es la familia extensa. En la zona alta per­

manece la organización en clanes, en la que coinciden principios de

descendencia y territorialidad. Cada una de las poblaciones con sus

barrios y rancherías constituyen un clan. La pertenencia a un clan

determina los derechos al usufructo de la tierra y la residencia, así

como las preferencias y prohibiciones para elegir con quién casarse.

actualmente el poder político se distribuye entre “principales” y el ca­

bildo constitucional. Junto con la religión católica conviven elementos

de la religión tradicional triqui, que tiene nueve deidades principales:

tierra, fuego, luna, sol, agua, aire, hielos –que representan el bien– y

la muerte y el infierno –que representan el mal–. El padre de todos

ellos es Nexquiriac, sin mayor influencia.

zapoteco

El término zapoteca proviene del vocablo náhuatl tzapotecatl, ‘pueblo

del zapote’, pero existen denominaciones propias, como been ‘zaa o

‘pueblo de las nubes’. Se agrupa en cuatro ramas: Valles Centrales –dis­

tritos de Tlacolula, Ejutla, Ocotlán, Centro, zaachila, zimatlán y Etla–,

del Istmo de Tehuantepec –Juchitán y Tehuantepec–, de la Sierra Norte

–Ixtlán, Villa alta y Choapan– y la Costa y Sierra Sur –miahuatlán,

Pochutla, yautepec y Sola de Vega–. En cada una existen, a su vez, dife­

renciaciones culturales, históricas y lingüísticas específicas.

115

No se puede generalizar en torno a la economía de los pueblos za­

potecos, pues su dispersión geográfica los hace partícipes de relaciones

económicas diversas. Son un pueblo que destaca en las actividades co­

merciales y, por ende, mantiene relaciones amplias con otros grupos

étnicos. En términos generales, hablamos de economías agropecuarias,

donde se da la combinación entre actividades de subsistencia y las de

mercado. El cafeto es un cultivo vital en la Sierra Sur, en la Norte y,

en menor proporción, en el Istmo, donde las actividades ganaderas y

comerciales son preponderantes. Los mercados regionales cíclicos y

la especialización productiva revisten particular importancia. La po­

blación campesina y artesana participa en relaciones comerciales y de

producción propias de la sociedad moderna. Es el grupo con mayor

población asalariada.

Durante las tres últimas décadas se ha dado un proceso intenso

de migración hacia las zonas urbanas del estado, del resto del país y a

los Estados Unidos, especialmente en el caso de los Valles Centrales y

la Sierra Norte. Los recursos así obtenidos apoyan la economía comu­

nitaria, ya que las actividades agrícolas y artesanales no generan los

ingresos necesarios para la subsistencia.

En las comunidades, las relaciones sociales tradicionales se basan

en la reciprocidad, sobre todo en el intercambio de mano de obra o

bienes; la guelaguetza es la forma institucional. Este tipo de intercambio

forma parte de la organización social en las mayordomías, fandangos

y en la construcción de vivienda. La guelaguetza es un patrón cultural

heredado de los sistemas mesoamericanos de ayuda mutua.

En la gran mayoría de los poblados la plaza central constituye el

área de reunión cívico­religiosa por excelencia. La estructura funda­

mental está constituida por la iglesia, el palacio municipal, la cancha

deportiva, quiosco, o de galerones que funcionan como mercados loca­

les. Los festejos son variados, desde los de carácter familiar hasta fies­

tas patronales, destacando las calendas, las velas y las mayordomías.

Zoque

El grupo zoque se autodenomina angpong, ‘gente que habla idioma’,

pero debido a la pérdida de influencia de esta lengua en la vida cotidia­

na, se emplea el término “chima” para designarlo. Ocupa un área que

abarca parte de Veracruz (Uxpanapa), Oaxaca (Chimalapas) y Chiapas

(reserva de la Biósfera El Ocote), en una extensión de masas forestales de

casi 1 millón de hectáreas, lo que hace de esta región ecológica una de las

más extensas del continente. Forma parte de lo que se conoce como

Selva maya, en el centro del Istmo de Tehuantepec.

Los Chimalapas –casi 600 000 hectáreas–, la selva zoque del estado

de Oaxaca, se divide en los municipios de San miguel Chimalapa

y Santa maría Chimalapa. La región está sometida a un proceso de

transformación económica similar al que tiene el resto del trópico

húmedo mexicano. El café, un producto comercial de primer nivel

116

en la región, ha dejado el camino libre a los pastizales, a la ganadería.

La falta de opciones económicas propicia que la migración sea un

fenómeno recurrente, donde un gran número de mujeres y hombres

traspasan las barreras de su comunidad para trabajar en Juchitán,

Oaxaca, Salina Cruz, Coatzacoalcos o méxico.

El tequio es equiparado a una invitación (ampakoba) para ayudar,

pero hay constantes quejas por la pérdida de la reciprocidad. Otra

modalidad es el kotsonkuy, que es la misma ayuda pero aplicada a las

relaciones sociales de carácter ritual, como fiestas y bodas. El kumun-

yoxkuy es la ayuda comunal, el trabajo en común para la limpieza de

caminos, escuelas, iglesias o pozos de agua.

La figura del chagola es considerada central en la comunidad, es el

intermediario principal entre las personas y los santos, también es parte

importante en la organización de las mayordomías. Las referencias cos­

mológicas son dispersas, aún es importante la figura de la luna (sepe),

relacionada con los ciclos agrícolas: durante la luna tierna (nueva) no

sazona lo sembrado, por ello hay que hacerlo dos o tres días después de

luna nueva; la pizca o cosecha debe hacerse en luna llena.

117

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