Movilización Educativa - Banco Bibliográfico - GUARDERIAS Y CUIDADO INFANTIL
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GUARDERIAS Y CUIDADO INFANTIL
Alison Clarke-Stewart
Morata (Serie Bruner), Madrid, 1984
N de pginas: 192
Resumen y traduccin: Mara de la Vlgoma
COMENTARIO
Los casi 25 aos que han pasado desde que se public este libro hacen que se haya quedado prcticamente obsoleto y haya
perdido casi toda su utilidad. Concretamente en Espaa han sido en los ltimos 25 aos cuando la mujer se ha incorporado
masivamente al trabajo fuera de casa. Aunque las madres trabajadoras sean aun muchas menos que en pases de nuestro entorno
(un 32%), las guarderas se han convertido en una primera necesidad para los padres jvenes, salvo que cuenten con ayuda
familiar. Sigue, no obstante, conservando cierta utilidad para los cuidadores de guardera, sobre todo en lo que respecta a la
organizacin en otros pases.
INDICE
CAPITULO 1. El problema
Las investigaciones muestran que aquellas madres que trabajan fuera del hogar a plena jornada invierten en este trabajo cuarenta
horas semanales, y treinta y seis horas en atender el hogar y a sus hijos. Son dos tareas a plena jornada. Por bien que se
organicen y planifiquen, y dejen lo menos importante, baar, dar de comer, vestir, ensear y transportar a los hijos no son tareas
que puedan dejarse. Aunque el cnyuge ayude, no hay reparto equitativo de las tareas. La responsabilidad y dedicacin principales
son de la mujer, incluso cuando contrata a alguien para que la ayude. Todas las mujeres que tienen ambas tareas se quejan de
falta de tiempo para poder hacerlo todo. Se ven en la necesidad de renunciar al tiempo propio, a sus aficiones, y carecen
totalmente de tiempo libre, lo que, lgicamente, repercute en su condicin fsica y psicolgica. Casi siempre estn cansadas y a
veces literalmente agotadas. Para colmo, se sienten culpables de no dedicar todo su tiempo a los hijos. Se ha observado, adems
que las mujeres insatisfechas con su papel de madre manifiestan menos preocupacin, afecto, juego y estmulo hacia sus hijos
Resulta esencial para estas madres que sus hijos estn bien cuidados durante su jornada laboral. Esta intencin puede ser de
muchos tipos en casa, con algn familiar, con una persona a la que se le paga, fuera, en un centro organizado por una iglesia, o
una asociacin o en una escuela infantil, el caso ms frecuente. Decidirse por una buena guardera tampoco es fcil. Las hay que
son meros centros asistenciales, mera "custodia" o "depsito", sin programa ninguno de estimulacin, mientras que en otras existe
preocupacin por el desarrollo del nio, con un programa de enriquecedoras experiencias educativas. La mayor parte serian
intermedias entre estos dos modelos. Decidir a cual enviar al nio, dentro de las limitaciones que cada madre o pareja puedan
tener, no es tarea fcil. A ello quiere ayudar este libro, informando tambin de los resultados que, segn las investigaciones, estos
centros tienen en el desarrollo intelectual, social y emocional del nio. Tambin se dan datos de cmo reconocer una g. de buena
calidad. Es adems una responsabilidad de la sociedad en general, no solo de los padres, por lo que se denuncia su escasez (en
EEUU y Gran Bretaa no digamos en Espaa).
CAPITULO 2. Nuevas necesidades
El trabajo de la mujer fuera del hogar ha sido el cambio social ms importante que ha hecho necesarias las G. La causa
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fundamental ha sido la econmica: el deseo de mejorar el nivel de vida, el aumento del coste de vida y la elevada inflacin han
dado lugar a una necesidad de aumento de ingresos. A esto responde el 69% de las madres, aunque un porcentaje alto (ms del
50%), lo haran aunque no tuvieran tanta necesidad econmica. Otras razones son el deseo de ejercer sus carreras, hacer algo que
les gusta, salir de su casa y tener una vida social, tener nuevas experiencias, evitar la frustracin del ama de casa, etc. La escasa
valoracin de las labores domsticas (el nivel ms bajo, junto con el de camarera, guardacoches o recogedor de despojos de ave).
Otro dato social importante es el aumento del nmero de divorcios, y las familias monoparentales, generalmente a cargo de la
madre. Y el aumento de madres no casadas que deciden tener un hijo solas. Para las madres que viven solas con sus hijos -sea por
divorcio o por el motivo que sea- trabajar es una necesidad imperiosa. Frente a stas, hay una mayor actividad y participacin de
padre de la que haba hace 20 0 30 aos. Pero frente a lo que hace la mujer, no deja de ser anecdtica. Una propuesta sera el
trabajo flexible (trabajar x horas, pero distribuyndoselo como el trabajador quiera). Otra el permiso de paternidad. Otro cambio
social que hace necesarias las G. son la reduccin numrica de la familia, el no poder contar, como antes con abuelos, hermanos
mayores o tas a la hora de desempear el trabajo cambios en los valores tradicionales, etc. Todos estos cambios hacen necesario
buscar una G., pero solo el 19% de los padres americanos lo logra, dado que la demanda es muy superior a la oferta. No existe
consenso entre los expertos acerca de si las G. son o no convenientes para el nio. Fraiberg, Spock y White, lo ven perjudicial,
mientras que Bettelheim, Kagan y Bowlby lo ven positivo. Parte de los temores tienen su origen en los primeros estudios sobre los
nios criados en el s. XVIII en asilos y orfanatos, que, entre otras cosas tenan un alto ndice de mortalidad (En Dubln, de 10.000
solo sobrevivieron 45 nios), pero evidentemente no se puede comparar tales organismos con las G. actuales.
CAPITULO 3. Historia
Las G. infantiles no constituyen un fenmeno de reciente aparicin. Su historia como servicio instituido, reconocido, se remonta al
s. XIX. Su popularidad ha atravesado por fases de incremento y disminucin, de acuerdo con las circunstancias sociales,
econmicas y polticas y las modificaciones verificadas en las mismas. (No me parece que sea de inters estudiar la historia de las
G.)
CAPITULO 4. El momento actual
En la actualidad tanto en EEUU como en Gran Bretaa la mayora de los nios (55% en el 1 y el 67% en G.B.) son cuidados por
familiares, por lo general en su propio hogar. El siguiente procedimiento consiste en encomendrselos a una mujer que no
pertenece a la familia, en el domicilio de sta. Por ltimo, el procedimiento menos corriente es el ingreso en una G (13% en EEUU
y 11% en GB). El primer caso-cuidado dentro de casa- es el menos estudiado, dado la ndole privada, y porque se asemeja al
cuidado de la madre. Ofrece la ventaja de la flexibilidad de horario, no hay que trasladar al nio, que permanece en un lugar
familiar y seguro, bajo el control de la madre. Entre los inconvenientes est el que, por lo general, se trata de una persona que
carece de formacin, y que puede cambiar, lo que no es lo ideal para el nio. Otro inconveniente es que el nio cuidado en casa no
suele tener relacin con otros nios. Una segunda modalidad de cetro infantil en EEUU y Canad es lo que se conoce como hogares-
guardera, ya sean autorizados o no. Normalmente se trata de una persona, del mismo barrio, que cuida de un grupo pequeo de
nios de distintas edades y a quien la madre puede dar rdenes que probablemente no se atrevera en una G. Puede tratarse de un
acuerdo informal entre amigos sobre cuidados compartidos para sus hijos, hasta una red de HGs autorizada oficialmente. Las
ventajas son que suelen estar cerca del hogar, ser conocida la persona que la dirige, estar con otros nios, ser ms econmica que
el cuidado individual en casa, tener mayor continuidad. Pero no existe ningn control, y no puede saberse lo que ocurre dentro. La
mayora de los encargados no tienen preparacin. En Inglaterra las personas que se dedican a estos cuidados se llaman
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childminders. Las Gs son la alternativa ms visible a identificada de atencin al nio. El n de nios que suele haber oscila entre 50
(EEUU) y 30 (GB). Estn divididos en clases segn la edad. Los maestros suelen ser jvenes y la mayora tienen algn grado de
preparacin. Tienen horarios fijos y responden ante los padres. Suelen tener buen material de juego, asistencia sanitaria, comedor,
etc. su categora va de deficiente a excelente, pasando por todos los estados intermedios. En EEUU, donde se han estudiado, un
30% de los centros visitados, fueron calificados de "deficientes", sea por el exceso de nios, malos locales, falta de juegos, etc.
Pueden ser privadas o pblicas.
En EEUU al menos la mitad son privadas. Existen tambin guarderas comerciales (Kentucky fried, Kinder-care, Mary Moppet y
Children's world, son ejemplos de empresas comerciales de este tipo que han conseguido tener xito). Hay tambin guarderas
comunales o eclesiales, normalmente destinadas a nios de familias pobres. En muchos casos estn llevadas por voluntarios,
suelen ocupar viejos edificios y disponen de recursos muy limitados. Hay adems guarderas de compaas y corporaciones,
fbricas, hospitales universidades y sindicatos, que proporcionan estancia para los hijos de sus empleados. Suelen ser grandes y con
buen equipamiento y con personal especializado. Tambin estn las G. cooperativas privadas, generalmente creadas por un grupo
de padres, que suelen tener alguna persona a sueldo, pero que deber seguir sus indicaciones. Las de servicio pblico reciben
subvencin oficial, estn bien dotadas y se ocupan del desarrollo cognitivo de los nios. Otorgan prioridad a las madres solas que
necesitan trabajar, o para familias con bajos ingresos, y suelen contar con buen profesorado. Hay tambin Gs destinadas a
investigacin, que en su mayor parte dependen de universidades y reflejan lo que se supone que es lo ptimo en este mbito. hay
tambin ciertas instalaciones a tiempo parcial, pensadas para madres que trabajan pocas horas. Entre estas destacan: las escuelas
maternales y clases maternales. Las primeras son ms bien para familias relativamente pudientes, y suelen tener solo programas
matinales. Se han ocupado mucho de la expresin creativa, y de la adaptacin social de los nios (las Ems Montessori goza de gran
popularidad) y por ltimo los grupos de juego, que consisten en reuniones informales de unas cuantas madres con sus hijos
pequeos, celebradas todas las semanas, con frecuencia en casa de cualquiera de ellas. Su finalidad es slo establecer contactos
entre madres e hijos, sin ninguna finalidad de custodia.
CAPITULO 5. Desarrollo infantil
Los socilogos han estudiado durante 15 aos, aproximadamente, los efectos de los centros infantiles de da sobre el desarrollo
infantil, pero es una investigacin muy limitada, por ser demasiado simple. Slo se han estudiado un nmero limitado de centros,
normalmente los ligados a alguna universidad, bien financiados y dirigidos, podramos decir que los mejores. Adems es difcil
saber la experiencia con nios que no asisten a centros y no es fcil conseguir grupos idnticos. Por otra parte, la diferencia no es
solo entre nios con G o sin G, ya que en su casa pueden estar sometidos a grandes diferencias, que influyen tambin en su
desarrollo. Y, por ltimo, no existe una medida adecuada para evaluar con precisin el desarrollo social, emocional e intelectual. Se
puede medir la inteligencia estndar, el CI. Pero este test no indica nada sobre sus capacidades sociales, desarrollo emocional o
competencia prctica. Lo ms fcil de medir es el desarrollo fsico y las destrezas motoras. En los nios procedentes de familias
pobres, la asistencia a las G hace progresar el desarrollo y la actividad motora, aumenta la talla y el peso y disminuyen los
problemas peditricos. Sin embargo, si los nios proceden de hogares con ms oportunidades, no obtienen ningn beneficio en su
desarrollo fsico por asistir a una G, por buenas que sta sea. Si hay una clara diferencia en cuanto a salud: los nios de Gs
padecen ms resfriados, exantemas, gripes y catarros que los que se quedan en casa, debido al contagio con otros nios. En cuanto
al desarrollo intelectual, estudiado durante ms de 30 aos, la conclusin es que no existe ningn efecto negativo por la asistencia
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a Gs en cuanto a este tipo de desarrollo y que prosperan tan bien, cuando no mejor , que los nios criados en sus casas. Aquellos
tenan mayor fluidez verbal, memoria y comprensin y podan identificar mejor los sentimientos y los puntos de visa de otra
persona. En los test de CI puede haber una diferencia de entre 20 y 30 puntos a favor de los nios educados en Gs, sobre todo s
su edad oscila entre 2 y 4 aos y proceden de familias pobres. Pero cuando los que estn en casa empiezan a asistir a Gs,
enseguida alcanzan a sus compaeros. Cuando existe una diferencia en desarrollo intelectual, suele ser a favor de la asistencia a G
y no del cuidado en casa. La controversia mayor suele afectar a las relaciones sociales de los nios, sobre todo a la vinculacin con
la madre o cuidadora. Los hallazgos obtenidos indican de manera inequvoca que los nios que asisten a Gs siguen vinculados a sus
madres, y que este sentimiento no es sustituido por la relacin con otro cuidador. Lo que puede ocurrir es que su relacin con la
madre no sea tan intensamente fsica, y que no sufran tanto con las separaciones. En cuanto a las relaciones sociales, con sus
compaeros, la estancia en Gs establece una notable diferencia. Estn ms a gusto, no solo con sus compaeros, sino con
desconocidos, son ms emprendedores, menos tmidos y asustadizos, ms dispuestos a cooperar y ayudar. Son ms decididos, pero
tienden a ser ms violentos, ruidosos y competitivos. En suma tienen mayor madurez social.
CAPITULO 6. Programas, locales, compaeros
Qu hay en estos centros que facilita el desarrollo? Podemos responder a esa pregunta viendo tres aspectos de las Gs: el plan de
enseanza o programa educativo, el espacio fsico y el equipamiento del centro y la presencia de otros nios. El programa puede
oscilar entre uno estructurado, casi rgido y otro abierto en el cual el profesor apenas interviene y deja que sean los propios nios
los que elijan qu hacer y realicen por su cuenta descubrimientos del mundo social y del fsico. Ambos ejercen diferentes efectos en
el comportamiento infantil. Los nios que siguen un programa cerrado son menos independientes y muestran menos cooperacin,
independencia, iniciativa, juego imaginativo. Y esta diferencia no es solo en el aula, sino en la realizacin de pruebas fuera de ella
Los nios que siguen programas cerrados tienen mayor nivel en los test de inteligencia y de realizacin los que siguen programas
abiertos las obtienen mejores en los de curiosidad, inventiva y solucin de problemas. Pero no hay sistemas tan simples, la
mayora son distintas combinaciones de estructurado y abierto, lo interesante es la cuanta de la estructuracin. El ideal es un
programa preescolar que combine actividades educativas prescritas con oportunidades de libre eleccin por parte del nio, que le
permita explorar y relacionarse con los compaeros sin que intervenga la directividad del profesor. Tambin es importante e
espacio con que cuentan (menos de 7,50 metros por nio hace que stos sean ms agresivos, ms destructores con las cosas,
menos relacionados con sus compaeros), los materiales con los que juegan, y la calidad del espacio fsico en general. Pero por lo
que muchos padres -sobre todo de hijos nicos- envan a sus nios a las Gs es para que jueguen con nios de su misma edad. Los
compaeros pueden actuar como modelos, tutores, modificadores del comportamiento, competidores y amigos de juego con los que
simpatizar y cooperar. Desde el punto de vista cognitivo, jugar con otro nio es ms complejo y estimulante que hacerlo solo. Y
desarrolla la capacidad social e intelectual del nio. Jugar con diversos nios influye positivamente en el desarrollo, pero siempre
que no sea un nmero excesivo. No debe exceder de 7 para lactantes, 11 para nios en primera infancia y 18 para preescolares.
pero la figura realmente clave para el nio es el cuidador.
CAPITULO 7. Cuidadores
Las primeras personas que cuidan a los nios son los padres. Se han hecho muchas investigaciones acerca de los efectos de
diferentes estilos de comportamiento parental en el desarrollo infantil, que indican claramente que aunque los progenitores no son
totalmente responsables del desarrollo de sus hijos, ejercen una influencia esencial. El afecto expresado por los padres, su
sensibilidad y atencin a las necesidades del nio se relaciona con el afecto de ste hacia ellos. Si el nio es rechazado, su
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respuesta es irritabilidad, agresin y problemas emocionales. Cuando el comportamiento de afecto, o de rechazo, se combina con
comportamientos de direccin y control, influye ms all del comportamiento en casa, ya que lo va a hacer en el modo de abordar
el nio la vida. La pauta parental ptima de afecto y disciplina para estimular la independencia y sociabilidad de los nios consiste
en un cierto equilibrio entre ambos extremos. Se les debe imponer lmites firmes, pero razonables y poco numerosos. Se les
estimula la responsabilidad y la autonoma. El papel de los padres implica dispensar afecto y tambin disciplina, estimular
verbalmente, responder con sensibilidad, proporcionar materiales y ser una especie de "coregrafo de experiencias" para el nio. En
cuanto a las cuidadoras de Gs existe una gran variedad, como ocurre con los padres, y como stos pueden servir como
estimuladores, con lo que el nio se hace ms independiente, cooperativo y sociable. Tiene importancia que demuestre afecto, o
no, por l? Si una profesora crea un clima emocional negativo en su clase, esto puede ocasionar que los nios aprendan menos. Un
indicador de cmo una profesora est combinando emocin y disciplina es el uso que hace de los elogios y de las crticas. Sobre e
desarrollo del nio existen claros paralelismos entre los efectos causados por los padres y los profesores o personal de Gs. Si tienen
una buena preparacin los profesores son ms interactivos, dispuestos a ayudar, a hablar y jugar con los nios que tienen a su
cargo. Y stos se muestran ms constantes y efectivos en su aprendizaje. Pero padres y educadores suelen tener diferentes valores
y diferentes estilos de comportamiento, generalmente ms tolerante la de los profesionales, aunque ms distanciadas
emocionalmente. El papel de las madres es muy importante. Aportan cario, compenetracin, seguridad, confianza y afecto, con
intensas emociones. El personal de las Gs fomentan la independencia y el autocontrol, conocimiento intelectual y oportunidades.
CAPITULO 8. El nio individualmente considerado
Cada nio es un individuo nico. La investigacin se basa en probabilidades estadsticas y no en verdades absolutas, por lo que hay
que tenerlo en cuenta a la hora de utilizar la investigacin. Se basa en la ley de los promedios, ignorando las diferentes
individuales. Los nios son diferentes a las nias y esta diferencia en la escuela se hace ms notoria desde los 2 o 3 aos. Los
nios son ms competitivos y agresivos, ms enrgicos fsicamente. Las nias son ms abiertas y compasivas, hbiles y despiertas
desde el punto de vista social. Y los propios nios son, desde esa edad, conscientes de estas pautas. Parece que la asistencia a Gs
reduce estos estereotipos, sin que desaparezcan. Posee importancia la edad en que un nio ingresa en un centro infantil de da?
Existe una edad ptima para este comienzo? Las diferencias son bastante reducidas y no existe una edad determinada que sea
mejor para empezar la asistencia. Los que entra entre 1 y 2 aos parecen ms desvinculados de la madre, pero se adaptan mejor
al centro que los que lo hacen ms tarde. Pero en conjunto no puede decirse que haya ventajas o problemas relacionados con la
edad del nio. La diferencia en la adaptacin depende, en gran parte, del temperamento del nio. Los nios "difciles" tienen
mayor dificultad de adaptacin que los "fciles", pero ambos aprenden mas en la G que los que se quedan en casa. Tambin
depende de si el nio es difcil desde su nacimiento o lo es por haberse desarrollado en una familia con problemas. stos suelen ser
ms retrados y angustiados, adems de aferrados a la madre, y sus problemas no desaparecen en la G. Puede incluso agravarse el
comportamiento si la persona que tienen que encargarse de l se muestra poco comprensiva o poco cariosa. Descubrir el tipo de
centro infantil que resulta mejor para cada nio es un problema al que los padres tienen que enfrentarse. Cmo pueden los padres
encontrar y reconocer un centro infantil que goce de alta calidad?
CAPITULO 9. Calidad de un centro
En este captulo la autora da una seria de indicaciones que ayuden a los padres a buscar una G de calidad y que se adapte lo mejor
posible a sus necesidades. En EEUU la mayora de padres de bebs prefieren decantarse por contratar una baby sitter que preste
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sus servicios con regularidad. Pero es un sistema caro, por lo que muchos buscan un Hogar-guardera, que tiene el coste ms bajo
de todos los tipos de asistencia. Pero si los padres buscan supervisin, juego estimulante y preparacin escolar, eligen una G. La
mayora de los padres ingresan a los nios en centros que nunca han visitado. El hecho de que una G est autorizada solo quiere
decir que cumple unas condiciones materiales mnimas, pero no que tenga calidad. En 1980 30 agrupaciones de centros infantiles se
reunieron para fijar los requisitos que un centro debera reunir, pero cuando se escribi el libro, el Gobierno no lo haba puesto en
prctica. Los requisitos eran:
- Un programa diario planificado de actividades evolutivas apropiadas que fomente el desarrollo intelectual, social, emocional y
fsico infantil.
- Personal entrenado, con preparacin especializada en asistencia al nio .
- Comidas adecuadas y nutritivas.
- Un registro de las vacunas aplicadas a los nios y contacto con los servicios sanitarios de la comunidad.
- Proporcionar a los padres ocasiones para observar el centro y discutir las necesidades del nio antes de su ingreso. Reuniones con
los responsables directos del cuidado de los nios.
Pero nada ser tan til para saber la calidad del centro como la observacin sistemtica del mismo. No hay un baremo que indique
cuando un centro ha logrado un nivel de calidad suficientemente alto, pero hay una seria de normas que todos deben cumplir. Entre
estas estaran: que los adultos no fumen en el lugar en que se encuentran los nios que los suelos estn limpios y tengan
revestimientos antideslizantes, que no hay nios con paales o pantalones sucios, que la zona donde comen est limpia, presencia
siempre de, al menos, un adulto, enchufes protegidos, medicamentos fuera del alcance de los nios, juguetes en buenas
condiciones, datos siempre a mano relativos a los nios (telfono de los padres, del mdico de urgencia, etc.). Importante tambin
el espacio individual para cada nio (armario, taquilla, compartimento) para guardar sus cosas, buena temperatura, aseos
adecuados, zona de juegos cubierta y descubierta. Que no haya demasiados nios (y, al menos un adulto por cada 6 nios, menos
si son lactantes). Y as, se van desgranando consideraciones similares en torno al material, a los profesores y cuidadores, los nios
(deben estar contentos, haber nios y nias, estar agrupados por edades, etc.), sobre los pares y sobre el nio, individualmente
considerado, a quien debe prepararse para la separacin, as como controlar los progresos.
CAPITULO 10. Alternativas
Es un estudio comparado de cmo organizan en otros pases la asistencia infantil. Los que se estudian son: Francia, Suecia, Unin
Sovitica, China e Israel.
En Francia los hijos de madres trabajadoras son atendidos en Crches o G. para lactantes entre 6 semanas y 3 aos y en coles
maternelles de los 3 a 6 aos. Un 15% de los nios estn en crches y el 85% en coles maternelles. Ambas instituciones trabajan
con programas a jornada completa. En las crches hay de 40 a 60 nios al cuidado de "enfermeras" (personas con bachillerato y
dos aos de formacin), que se ocupan predominantemente del cuidado fsico del beb. En las coles maternelles o jardines de
infancia hay maestras con actividades plenamente educativas.
En Suecia el gobierno se encarga de prestar los servicios a todos los individuos, desde el nacimiento hasta la madurez. La crianza
de los nios se considera como una responsabilidad que debe compartirse tanto por los padres como por la sociedad en general. Los
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padres gozan de amplios permisos de paternidad, y tambin si un nio se pone enfermo, de un horario ms reducido. Los daghems
proporcionan asistencia a nios desde los 6 meses hasta los 7 aos, a jornada completa o parcial, segn las necesidades de las
partes. Son centros de alta calidad, espaciosos, bien equipados, educativos. El ndice de madres que trabajan es superior al 65% y
la demanda supera la oferta, por lo que se utilizan tambin los DGs autorizados. El profesorado est muy preparado.
Unin Sovitica. Amplio sistema de asistencia sanitaria y servicios sociales. Al ser esencial que las mujeres trabajen, los rusos han
instituido, como parte de su sistema, el programa ms extenso de crianza en grupo que se conoce en la historia humana. Acenta
todo lo comunitario dado que el nio tiene que criarse "en la colectividad, por la colectividad y para la colectividad". Los nios
pueden estar cuidados por una babushka (abuela), pero si no es posible podr ir a las Gs estatales a partir de las 6 semanas. En
zonas urbanas el 75% de los nios asisten a las yaslisads. El programa es el ms desarrollado y uniforme del mundo. No se deja
nada al azar. Se les estimula a la cooperacin y a la ayuda mutua, y todo pertenece a todos.
China. Tiene tambin un extenso sistema pblico, pero no tan bien estructurado como en la URSS. La encargada de la G o "ta"
puede ser elegida para cuidar nios por el hecho de ser paciente, no suele tener estudios superiores. La G china est, por lo
general, en la fbrica. Se les sienta en crculos y hacen actividades de grupo, de una manera ordenada. Cuando tienen 3 aos van
al jardn de infancia y se les ensea lenguaje, poltica, matemticas, canto y danza en grupo, entrenamiento fsico y trabajo
productivo.
Israel. Un 3% de la poblacin de Israel habita en kibbutzin. El kibbutz implica una organizacin infantil muy diferente a todas las
dems, pero basada tambin en una ideologa comunitaria y en una necesidad nacional de trabajar, que incluye a las mujeres. Los
nios viven en la Casa de los nios y no con sus familias, bajo la supervisin de un metapelet. Ve a los padres durante la "hora de
los nios", dos horas al final de la tarde. Se estimula la independencia dejando al nio solo en periodos prolongados. Los estudios
que se han hecho sobre los nios educados as muestran que no hay diferencia en el desarrollo intelectual, ni en las relaciones con
su familia, pero s emocionalmente, donde, tanto las positivas como las negativas, son menos intensas, y les cuesta establecer
relaciones profundas.
CAPITULO 11. Apndice sobre la situacin espaola
En Espaa la educacin infantil abarca desde los 0 a 6 aos que es cuando empieza la enseanza obligatoria. En las guarderas
infantiles, o simplemente guarderas suelen estar los menores de 3 aos, edad a la que se considera que comienza la educacin
preescolar. En algunas guarderas hay secciones de jardn de infancia o escuela maternal a la que asisten los ms pequeos. La
educacin preescolar abarca de 3 a 6 aos. En los primeros aos las Gs son de carcter asistencial y de custodia, sin considerarse
centros docentes. La preescolar tiene como objetivo el desarrollo armnico de la personalidad del nio. Se intenta la formacin
tanto individual como social del nio. Hay tres tipos de Gs: Gs pblicas, estatales o dependientes del ayuntamiento, Diputaciones y
Organismos oficiales. Gs subvencionadas, Laborales, dependientes del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, y privadas, sin
ninguna ayuda oficial. Pero las pblicas y las subvencionadas son muy escasas, en relacin con la demanda. Por lo general siguen
mtodos de grandes pedagogos como Froebel, Montessori, Decroly, Montesinos, Manjn y Sensat. Las personas que atienden a los
nios, no siempre son profesionales, aunque existen escuelas de educadores infantiles.