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  • Movimiento de Jvenes Dominicos

  • El estudio un pilar

    fundamental

    En el ejercicio dominicano del estudio aparecen dos rasgos

    que definen, de alguna manera, la trayectoria histrica y

    espiritual de la Orden de Predicadores.

    Aquellos que se expresan en dos afirmaciones, convertidas

    en lema de los Dominic@s: la afirmacin VERITAS, es

    decir, Verdad, y la reflejada en el dicho de Santo Toms,

    contemplata aliis tradere, traducida por contemplad y

    dad lo contemplado. Ambas expresiones y sus

    implicaciones enriquecen y alimentan nuestra espiritualidad.

    Por medio de l, los dominic@s buscamos el modo de dar

    respuesta al hombre de hoy, a su inquietud por la verdad y la

    justicia.

    Hemos de estudiar en los libros, en el peridico, en la

    realidad social, poltica y econmica, estudiar en los

    acontecimientos histricos personales y de la comunidad,

    pero sobre todo al estilo de Santo Domingo, que una vez

    interrogado por cierto estudiante en que libros haba

    estudiado, pues le oa predicar de modo tan incomparable y

    hablar de las Sagradas Escrituras tan agradablemente,

    respondi: ms que en ningn otro, en el libro de la caridad,

    porque ste lo ensea todo.

  • Nuestra formacin espiritual

    La espiritualidad no es un conjunto de tcnicas que se

    utilizan para aislarse de la realidad y crear un mundo interior.

    La espiritualidad es una luz a travs de la cual se mira el

    mundo, a las otras personas, a uno mismo, la vida.

    Por medio de esa luz vamos captando el sentido de la

    realidad y los acontecimientos, y convirtindose en fuerza,

    nos impulsa a tomar actitudes responsables y justas que nos

    van haciendo avanzar en una direccin.

    Esas actitudes tomadas nos enfrentan con nuevas realidades y

    acontecimientos de los que deberemos encontrar sentido y

    ante lo que tendremos que tomar postura. As se convierte en

    una forma profunda e interesante de vivir la vida. Esta luz no

    nace de sistemas de pensamiento sino en un encuentro con

    Dios y de la confrontacin con una realidad.

    A lo largo de 800 aos muchas han sido las personas, que

    como Santo Domingo, han recorrido el camino de su vida

    encontrando a Dios por medio de una oracin espontnea, y

    han construido relaciones humanas con sinceridad y

    franqueza y han cultivado su personalidad por medio de la

    contemplacin.

  • No es fcil definir la espiritualidad dominicana pero s hay

    ciertos conceptos que encuentran un amplio eco y son

    criterio en esta espiritualidad. Fraternidad: dilogo,

    escucha de la palabra del otro, acompaamiento... Verdad:

    sinceridad, franqueza, rectitud de corazn, trasparencia...

    Studio: confrontacin con la Palabra de Dios, sabidura,

    claridad.... Contemplacin: observacin, admiracin,

    oracin privada y comn...

    Reconocer a Santo Domingo como padre comn nos

    convierte a todos en hermanos. Como miembros de la Orden,

    participamos de su misin apostlica segn nuestra

    condicin de laicos.

    Puede una espiritualidad que hunde sus races en Santo

    Domingo de Guzmn, un fraile de la Edad Media, ofrecer un

    camino de vida cristiana plena para un joven de hoy?

    Puede por dos motivos que estn ntimamente relacionados

    entre s.

    Primero, porque Santo Domingo vivi su vocacin cristiana

    y ejerci su ministerio apostlico de tal forma que hizo

    posible un ecosistema eclesial en el que todos los miembros

    de la Familia Dominicana podan crecer y desarrollarse.

    Segundo, porque su docilidad a la accin del Espritu le

    permiti tener claro que Dios no haga distinciones (Hch 10,

  • 34b) y que todos puedan sentirse llamados a participar en la

    santa predicacin.

    Las modas

    La vida humana se desarrolla en el tiempo. Los tipos de

    conducta habitual dan origen a modos de vida que encarnan

    los valores elegidos segn el modelo y la moda.

    Nos damos cuenta de que moda y modelos suelen ser

    pasajeros, mientras que hay valores propios del ser humano

    que no cambian, aunque s pueda variar su interpretacin en

    cada momento.

    Valores como la vida, el amor, la verdad, la sinceridad,

    laboriosidad, lealtad, etc. son cotizados por todos. Pero no

    todos pensamos por igual en qu consisten esos valores o

    virtudes.

    Los modelos interpretan estos valores y, crean una forma de

    entenderlos.

    Toda persona necesita alguien a quien parecerse o al que

    imitar, lo que no significa falta de originalidad. Buscamos

    algo o alguien que encarne los valores en los que creemos.

  • Es necesario poseer modelos, pero el seguimiento ciego da

    lugar a la superficialidad. La ligereza es inhumana porque no

    ahonda en la persona, es fcilmente irresponsable, no usa la

    razn, no sabe ser libre.

    Tenemos modelos, seguimos modas, pero los elegimos

    bien?

    Estamos llamados a ser libres, podemos inspirar a otros

    sensatez, racionalidad, humanidad.

    Cristo es el nico modelo que no pasa de moda.

    La obediencia dentro de la Orden

    Los dominicos nos entregamos a la predicacin a travs de la

    obediencia. Pero la obediencia dominicana es mucho ms

    significativa y atractiva que la simpleza de hacer lo que otro

    me manda.

    La obediencia religiosa brota de una relacin de confianza.

    La obediencia equivale a un voto de confianza. La

    obediencia slo se puede practicar si se construye sobre la

    roca de la confianza.

    La obediencia es nuestro camino para aprender a confiar.

  • La obediencia pretende ensearnos a confiar en la voluntad

    de Dios y a confiar en que esa voluntad no nos es

    completamente inaccesible.

    En la vida dominicana la obediencia no es entregar la propia

    mente a la voluntad de otro, sino abrir la mente para aprender

    de la Orden.

    La obediencia como aprendizaje a confiar en la voluntad de

    Dios est estrechamente vinculada a la oracin, que es

    escuela para aprender a confiar.

    La obediencia slo puede crecer y arraigarse si viene

    acompaada por la vida de oracin, cuya finalidad no es

    poner ante nuestros ojos con toda evidencia lo que tenemos

    que hacer, sino ensearnos a confiar.

    El poder de la oracin no est en conseguir lo que queremos,

    sino en hacernos ms disponibles y ms confiados en Dios.

    Obedecer es aprender a entregarse.

    La obediencia dominicana encarna el amor en la entrega de

    la vida a la predicacin de la Orden.

  • Las redes sociales

    Las redes sociales, virtuales, son parte de la realidad

    personal. Esto es algo que muchas personas no llegan a

    entender, lo que genera un prejuicio sobre la calidad de las

    relaciones que se establecen a travs de una pantalla.

    No cabe duda que las relaciones personales reales tienen un

    plus de cercana, pero tambin en el ciberespacio pueden

    crearse amistades de cierto nivel.

    Las redes sociales y otras formas de comunicacin virtual

    entre los jvenes no debilitan ni reemplazan las formas de

    encuentro tradicionales, sino que las refuerzan.

    La comunicacin con los amigos es la principal motivacin

    de los jvenes. Todo lo que se obtiene de internet se termina

    de validar en el mundo de las relaciones persona a persona.

    Las redes, blogs y dems formas de contacto virtual se han

    convertido en un factor clave en la construccin de su

    identidad, porque la sociabilidad de los jvenes de hoy est

    fuertemente mediada por las tecnologas.

    En cada perfil, texto o imagen que suben, los chicos buscan

    responderse quines son, cmo se ven y qu pensarn de

    ellos los dems.

  • Sienten que las redes les ayudan a pensar mejor algunos

    temas que les importan. Cuando escriben, leen la opinin de

    otros, lo que les hace volver a pensar en lo que piensan ellos.

    El mundo real y el mundo virtual Son dos mundos continuos,

    no antagnicos ni separados.

    Las redes sociales tienen que ser inclusivas, es decir, tienen

    que ser abiertas a los dems.

    La amistad es una herramienta que crea comunidad y la

    comunidad conlleva compromiso entre quienes la

    conforman.

    El mundo digital est lleno de smbolos que pueden ser

    utilizados para comunicar el evangelio sin que en el mensaje

    se pierda parte de lo que queremos comunicar.

    Es til pensar en las redes de comunicacin como

    herramientas ideales para la difusin del Mensaje Cristiano.

    La oracin es una actividad comunicativa. Nos comunicamos

    con Dios y nos comunicamos con otras personas.

    Cuando oramos por una persona, establecemos un vnculo

    con ella. Un vnculo que posee la fuerza tener a Dios como

    parte del tringulo comunicativo.

  • No es necesario tener redes especializadas sino vnculos

    fuertes que creen una comunidad virtual donde compartir y

    ayudarnos.

    La sexualidad

    La sexualidad pertenece a la creacin de Dios. Jess se

    encarn en un cuerpo sexuado. Forma parte de la estructura

    del hombre y la mujer, es un dinamismo realizador de la

    persona.

  • La sexualidad no existe como una realidad independiente de

    la persona, esta difundida por toda la persona. No puede ser

    considerada como algo marginal de lo que podemos

    prescindir. Nace, crece y muere con nosotros.

    La sexualidad cumple una funcin importante, por ello, debe

    estar integrada en la persona y en sus proyectos de vida por

    lo que nuestra actitud frente a ella debe ser natural y

    realista.

    Por medio de ella se nos ha encomendado la tarea de traer a

    otros hombres a la vida. Constituye el ncleo de la relacin

    amorosa, afectiva, la base de la mxima unin fsica y

    espiritual entre los seres humanos.

    Para crear esa actitud positiva, natural y realista se debe

    evitar hablar con miedo de la propia sexualidad. No

    promover el sentido de hallarse frente a algo malo o

    prohibido.

    La concepcin cristiana del hombre no reprime, ni niega, ni

    silencia la sexualidad humana. La luz de la fe le da ms

    claridad, consistencia y positividad. No solo la acepta como

    buena, sino que nos ayuda a valorarla.

    La educacin sexual cristiana es un aspecto integral de la

    persona. No es el nico aspecto, pero s es un aspecto

  • esencial y fundamental por la influencia que ejerce en los

    dems aspectos de la personalidad del creyente.

    Aceptar la propia sexualidad supone vivirla como un

    aspecto realizador, necesario y positivo.

    La vocacin cristiana antes de ser una moral es una forma de

    vida, vida en el amor y para el amor.

    Dominicanismo

    Naci en Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una

    familia noble y profundamente creyente. Sus padres, don

    Flix de Guzmn y doa Juana de Aza. Tuvo dos hermanos,

    Antonio y Mans.

    De los siete a los catorce aos (1177-1184), bajo la

    preceptora de su to el Arcipreste don Gonzalo de Aza,

    recibi esmerada formacin moral y cultural. En este tiempo,

    transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izn (Burgos),

    despert su vocacin.

    De los catorce a los veintiocho (1184-1198), vivi en

    Palencia estudiando Artes,Humanidades, Filosofa, Teologa,

    y enseando en el Estudio General de Palencia.

    Al terminar la carrera de Artes en 1190, recibida la tonsura,

    se hizo Cannigo Regular en la Catedral de Osma. Fue en el

  • ao 1191, en Palencia, cuando en un rasgo de caridad

    heroica vende sus libros, para aliviar a los pobres del hambre

    que asolaba Espaa.

    Al concluir la Teologa en 1194, se orden sacerdote y es

    nombrado Regente de la Ctedra de Sagrada Escritura en el

    Estudio de Palencia.

    Con veintiocho aos de edad, se recogi en su Cabildo, en el

    que enseguida, por sus relevantes cualidades intelectuales y

    morales, el Obispo le encomienda la presidencia de la

    comunidad de cannigos y del gobierno de la dicesis en

    calidad de Vicario General de la misma.

    En 1205, por encargo del Rey Alfonso VIII de Castilla,

    acompaa al Obispo de Osma, Diego, como embajador para

    concertar en la corte danesa las bodas del prncipe Fernando.

    Con este motivo, tuvo que hacer nuevos viajes, siempre

    acompaando al obispo Diego a Dinamarca y a Roma,

    decidindose durante ellos su destino y clarificndose

    definitivamente su ya antigua vocacin misionera. En sus

    idas y venidas a travs de Francia, conoci los estragos que

    en las almas produca la hereja albigense. De acuerdo con el

    Papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas, se

    estableci en el Langedoc como predicador de la verdad

    entre los ctaros.

  • Para remediar los males que la ignorancia religiosa produca

    en la sociedad, en 1215 establece en Tolosa la primera casa

    de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro

    Sella, quien con Toms de Tolosa se asocia a su obra.

    En septiembre del mismo ao, llega de nuevo a Roma en

    segundo viaje, acompaando del Obispo de Tolosa, Fulco,

    para asistir al Concilio de Letrn y solicitar del Papa la

    aprobacin de su Orden.

    De regreso de Roma elige con sus compaeros la Regla de

    San Agustn para su Orden y en septiembre de 1216, vuelve

    en tercer viaje a Roma, llevando consigo la Regla de San

    Agustn y un primer proyecto de Constituciones para su

    Orden. El 22 de Diciembre de 1216 recibe del Papa Honorio

    III la Bula Religiosam Vitam por la que confirma la Orden

    de Frailes Predicadores.

    Al ao siguiente retorna a Francia y en el mes de Agosto

    dispersa a sus frailes, enviando cuatro a Espaa y tres a Pars,

    decidiendo marchar l a Roma. All se manifiesta su poder

    taumatrgico con numerosos milagros y se acrecienta de

    modo extraordinario el nmero de sus frailes. Meses despus

    enviar los primeros Frailes a Bolonia.

  • Habr que esperar hasta finales de 1218 para ver de nuevo a

    Domingo en Espaa donde visitar Segovia, Madrid y

    Guadalajara.

    Por mandato del Papa Honorio III, en un quinto viaje a

    Roma, rene en el convento de San Sixto a las monjas

    dispersas por los distintos monasterios de Roma, para

    obtener para los Frailes el convento y la Iglesia de Santa

    Sabina.

    En la Fiesta de Pentecosts de 1220 asiste al primer Captulo

    General de la Orden, celebrado en Bolonia. En l se redactan

    la segunda parte de las Constituciones. Un ao despus, en el

    siguiente Captulo celebrado tambin en Bolonia, acordar la

    creacin de ocho Provincias.

    Con su Orden perfectamente estructurada y ms de sesenta

    comunidades en funcionamiento, agotado fsicamente, tras

    breve enfermedad, muri el 6 de agosto de 1221, a los

    cincuenta y un aos de edad, en el convento de Bolonia,

    donde sus restos permanecen sepultados. En 1234 fue

    canonizado por el Papa Gregorio IX.