Museo del Árbol No.29, Enero 2013

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Publicación mensual de arte y cultura del árbol en Costa Rica

Año 3 No. 29 Enero 2013museo del árbol

ISSN 2251-3349


2Árbol de Guanacaste fotografía de LFQ, 2012

Publicación independiente sobre arte, cultura y sostenibilidad en Costa Rica, circula en Internet a través de la plata-forma Issu.com.Por la calidad de diseño y concepto, posee desde su creación en 2010 el Sello de Respaldo de la Asociación Latinoamericana de Diseño.

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Gallinazo en la costa. Foto Giancarlo Pucci, 2012

Árbol de Guanacaste fotografía de LFQ, 2012

Año 3 No. 29 Enero 2013museo del árbol


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Museo del Árbol brota como un espacio contemplativo, de reflexión crítica y valorativa, y sensibilidad acerca de la figura del árbol en la naturaleza y en nuestras vidas.

No es un museo físico, sino virtual, se accede a su espacio en la red donde podemos movernos por sus páginas-salas.

La Pastora, Faldas del Volcán Turrialba. Fotografía de LFQ. 2011

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Carolina ValenciaLucía MadrizJorge PovedaAlfredo GonzálezDunia MolinaRodrigo QuirósDinorah CarballoCarlos PovedaFUNDECONGO Mundo ForestalAbelardo MoralesRodrigo RubíMarco Mora von RechnitzDoreen BakitGustavo Jiménez

Agradecimientos a:Gerardo Carranza Estefany Gavarrete Carolina Granados Melissa MéndezLuis Montoya Karina Otárola José Carlos Picado Kendall Porras Amanda Ramírez Laura Rodríguez Alejandro RojasMyriam Rojas Luis Valverde Pamela Sáenz Ma. Laura Carvajal Stephanie Cordero Vanesa de la Cruz

Museo de ÁrbolISSN 2215-3349

Grupo editorLuis Fernando QuirósRodolfo UderIlse Uder

PeriodistaNelson Moya

Amigos de la publicaciónRolando CastellónVíctor Hurtado Oviedo, Fernando Chaves EspinachMiwako SuzukiCarmen CubillosCecilia ParedesLuis ChacónHelen TempleGiancarlo PucciOscar PamioAna María SavareikasAurelio HortaPaolo BergomiRodolfo MoralesNaín ArtjoyJoaquín MurilloRoberto CastilloIrina YébenesFermín NavascuésRicardo Ávila Javier GuerraMauricio BianchiFranca RosiCecilia BrugniniTom Crown

Créditos

Lucía Lang Ma. Gabriela MoraDaniel NúñezPaola Rivera Iván VoronovGloriana Sánchez Gabriel Troz Diana Ureña Carlos Valenciano Ma. José Vargas Gloria Iglesias

Colaboradores:Jenny ArroyoRaymond PaulyAlexander ChávezRodrigo RubíJoaquín MurilloIris OdioMaurizio BianchiSylvia FournierAlejandro VillalobosLuis MongeRevisión textos, Ilse UderDiseño: Laura Rodriguez, Stephanie Gavarrete, Luis Montoya, Luis ValverdeMundo ForestalFundación Árboles MágicosEnero 2013

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Museo del Árbol, Créditos, pág. 6Contenidos, pág. 7Los Editores, pág. 8Jenny Arroyo: La Ceiba de Alajuela, pág. 14Fernando Quirval: Los Cortezas de Cachí, pág. 20Raymond Pauly: Los Robles Sabana, pág. 26Fundación Árboles Mágicos: Gallinazo, pág. 32Alexander Chávez Gould: Árboles Misteriosos, pág. 38Rodrigo Rubí: Árboles Colgantes, pág. 44Joaquín Murillo: Árboles y Troncos, pág. 50Iris Odio, Cerros de Escazú, pág. 58Maurizio Bianchi: En el jardín de las maravillas, pág. 64Nelson Moya: Pintanga, pág. 70Contemplar el Árbol, con fotografías de Sylvia Fournier, Alejandro Villalobos, Luis Monge, pág. 94

Contenidos


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Por fortuna, árboles, los encontramos donde quiera: a orillas de los ríos o playas, en las cercados o linderos, en cualquier pueblito que se llegue, en un recodo de la vía se alza la mirada y ahí está un viejo guanacaste, un frondoso cenízaro, un pochote, un laurel, un madroño; los ár-boles acompañan nuestros pasos como vigías inmóviles pero bondadosos.

Los Editores Sin embargo, también existen personas que se ensañan con cortarlos, pegarles rótulos en sus troncos –aunque eso sea prohibido por la Ley. En las urbanizaciones los talan de manera inmisericorde porque según dicen, no dejan ver la casa, o tapan la señal de tv, o detrás de estos se esconden los delincuentes que están siempre al asecho.

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Árbol a orillas de la Ruta 27. Foto LFQ. 2011.


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Sucede también en los municipios, que los cortan para hacer una “mejora” a la comunidad. Los pretextos son demasiados. Es cierto que en temporada de tormentas tropicales puede que esos vientos huracanados y tornados los arranque, o que los fulmine un rayo, pero es mínimo el índice de este tipo de incidentes en comparación, por ejemplo, a los accidentes que provocan los irresponsables y los choferes ebrios. En cambio, por qué no hablar de las bonanzas que nos brindan, como proteger las fuentes hídricas, equilibrar el impacto del cambio climático, mejorar la calidad y belleza del paisaje, amén de las maderas -cuando son explotadas con grado de tolerancia-, así como nos brindan leña para el fuego, pero también frutos, hojas, raíces.

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Manglar en Playa Junquillal. Foto LFQ. 2011.


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Tamarindo en 27 de Abril de Santa Cruz. Foto LFQ. 2011.

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Comienza el verano, florearán los robles sabanas, los cortéz negros y amarillos, los sándalos y malinches, volveremos a disfrutar de su encanto, amén de hablar de las tantas aves que se posarán sobre sus ramajes para alimentarse o buscar abrigo, y regalarnos, cada mañana, su canto a la vida. Que el 2013 nos sirva para cultivar la conciencia de protección, no solo de los árboles, sino de la naturaleza entera.

Detalle de una ceiba en Santa Cruz. Foto LFQ. 2011.


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La Ceibade Alajuela

Jenny Arroyo

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En la ciudad de Alajuela, urbanización Los Altos de Montenegro, se localiza la ceiba eriza -no se trata de otra especie de esta familia , es la ya conocida pentandra de la familia Bombacaceae -lógicamente el título de “eriza” se le confiere por encontrarse en la cuna del héroe nacional llamado el erizo.

La Ceiba de Alajuela.Foto Jenny Arroyo. 2012.


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Como es una urbanización privada, no se tiene acceso a verla, por ello nuestra colaboradora Jenny Arroyo captó estas imágenes para que los lectores y visitantes de nuestra revista la puedan conocer.

La Ceiba de Alajuela.

Foto Jenny Arroyo.

2012.

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Por el grosor de su tronco y la altura, además del amplio ramaje se deduce que fue plantada ahí hace ya muchas décadas, por lo que felicitamos a los habitantes de esa localidad por mantenerla, cuidarla y que siga siendo -como la tea de Juan Santamaría-, una llamarada verde símbolo de su protección.

La Ceiba de Alajuela.Foto Jenny Arroyo. 2012.


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Los Cortezas de CachíFernando Quirval

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Quién dice que las cortezas amarillas no se encuentran en la parte oriental del país, para cerciorarse de su existencia, puede visitar en febrero o marzo la comunidad de Cachí, en el cantón de Paraíso, y verá florecer un vergel donde abundan añosas cortezas con abundantes epífitas y una luminosidad poco vista en esta zona del país.

Cortezas amarillas, Cachí, Cantón Paraíso, Provincia Cartago. Foto LFQ. 2011.


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A los antiguos moradores de esta zona les sorprendía ese árbol que de repente se llenaba de esas pomas amarillas tan espumosas y cargadas de croma puro.

Cortezas amarillas en Cachí. Foto LFQ. 2011.

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El Tabebuia ochracea se da muy bien en estos terrenos del Valle de Ujarrás, quizás los antiguos dueños de la Hacienda Cachí, sembrada de café, los cultivaron con la idea de verlos algún día tal y como los podemos apreciar hoy.

Cortezas amarillas en Cachí. Foto LFQ. 2011.


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Son un regalo al tiempo histórico, a la estación vera-niega, al paisaje montañoso al fondo que de repente se da un chapuzón en las aguas de la represa de Cachí.

Cortezas amarillas en Cachí. Foto LFQ.

La flor de las cortezas amarillas. Foto LFQ. 2011.


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Los Robles Sabana

Raymond Pauly

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Durante el verano, febrero y marzo de cada año, es hermoso encontrar la ciudad de San José repletos de flores rosas del roble sabana o Tabubuia rosea.

Roble sabana. Foto Raymond Pauly. 2012.


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Se extienden al resto del Valle Central, Pacífico Central y Guanacaste con unas floraciones impresionantes de tonos rosados y blanco. Nuestro colaborador Raymond Pauly tomó estas fotografías de estos robles que parecen finos brocados o cuidadosos encajes rodeados por el azul firmamento; despliegan con el trazo de sus troncos y ramajes un fractal que denota su sensible estructura, cuando pierde las hojas y florea.



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“Estas fotos –expresa Raymond-, las tomé cerca de mi casa acá en Moravia” y son muestra de una luminosidad y tersura que hace del tiempo de verano un hermoso estímulo para la mirada y sensibilidad”.

Roble sabana. Foto Raymond Pauly. 2012. Roble sabana. Foto Raymond

Pauly. 2012.

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GallinazoSchizolobium parahyba

Fundación Árboles Mágicos

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Vigía del bosque El gallinazo es un gigante prehistórico. Hace millones de años, cuando nació en las selvas del Brasil, el mundo pantanoso era dominado por los helechos, apenas habían asomado las primeras flores sobre la superficie del planeta y ni siquiera habían nacido los insectos que les ayudarían a multiplicar sus especies.

Fotografía Giancarlo PucciTextos Jaime Gamboa

Flor del gallinazo. Foto Giancarlo Pucci.


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Ese origen explica muchas cosas sobre este maravilloso habitante de nuestros cerros. Pese a que sus grandes hojas son más propias de un helecho arborescente, su tronco esbelto empuja sus ramas por encima del resto del bosque, alcanzado los 40 metros de altura en muy poco tiempo. Un talle y una estructura hechos para sobrevivir a toda costa. Su fuerza los ha llevado a extenderse por todo el trópico. Los indios Tupy, en Brasil, le dieron el nombre de Guapuruvú, pero también se le conoce en muchos

Gallinazos. Foto Giancarlo Pucci.

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países con nombres como Candelillo, Cuchillal, Tamborero, Frijolillo, Falso helecho, Copté, Catura, Plumajillo, Sombrerillo, Tzementi, Tinecú, Zorra y Árbol de Zope, entre otros. Cuando se cubren de brillantes flores amarillas, hacia el mes de mayo, los gallinazos parecen faros encendidos, visibles desde muchos kilómetros a la redonda. Vigías naturales con sus ojos puestos en el futuro, listos para vivir durante millones de años más.



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Árboles Misteriosos

Alexander Chaves Gould

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El joven artista fotógrafo Alexander Chaves Gould, al pasearse por los caminos y potreros donde él habita -en Birrisito de Paraíso-, descubre árboles que poseen su propio rasgo de genuinidad, como en este caso, por las abultadas raíces de los higuerones, los ficus y laureles de la india.

Fotografías Alexander Chaves Gould, 2012


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El lugar por donde camina es un espacio a descubrir, a explotar, la cámara fotográfica le permite entrar en ese laboratorio de formas, cruces, luces, sombras, texturas, colores -que él intensifica con el tratamiento digital.



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Por ejemplo, cuando en las imágenes aparece el firmamento él lo somete a un particular tratamiento para volver esas fotografías enigmáticas, misteriosas, apocalípticas, como esos árboles repletos de epífitas y trepaderas que perecen añosos y lejanos como si fueran extraídos de una película de misterio.



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Árboles Colgantes

Rodrigo Rubí

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Un asiduo colaborador de esta revista, Rodrigo Rubí, puso su mirada en esos árboles que crecen y sobreviven en los filos de los peñascos y rocas a orillas del mar, o de antiguos cangilones provocados por deslizamiento de suelos de granito a lo largo de la costa.

Rodrigo Rubí, “Elevación”, 2012.Rodrigo Rubí, “Contraposición”, 2012.


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Como expresa el mismo autor: “Algunas de las fotografías digitales -en blanco y negro- tienen intervenciones con filtros infra rojos al momento de la toma, y otras, en el proceso de post producción, fueron solarizadas, para acentuar el dramático esfuerzo que deben realizar estos seres para sobrevivir a las inclemencias del tiempo, arraigándose al sustrato con todas sus fuerzas en contra

Rodrigo Rubí, “Hacia el Cielo”, 2012.

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Rodrigo Rubí, “Al Filo”, 2012.


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de las leyes gravitales; se sujetan, se elevan y extienden al cielo mostrándonos su grandeza, aleccionándonos –a quienes posamos la mirada en ellos-, de cómo se debe actuar ante las “dificultades” que se presentan en la vida”. La fotografía de Rubí es nítida y ensaya una espacialidad que acrecienta la técnica y le brinda el marco propicio para que esos árboles, a su vez, se prendan de nuestra memoria y emociones.

Rodrigo Rubí, “Permanencia”, 2012.

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Rodrigo Rubí, “Persistencia”, 2012.


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Árboles y Troncos

Joaquín Murillo

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Árboles cercanos a la costa, entre las escolleras y las arenas, se trata de una visión cálida y apasionada de alguien quien anda detrás de la imagen, del color, de captar la ensoñación del lugar.

Fotografías de Joaquín Murillo, 2012.


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Joaquín Murillo, en esta oportunidad, nos lleva a la zona de Playa Dominical en el Pacífico Sur, para mostrarnos el esplendor de esos árboles y troncos que parecen revolotear


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entre las espumas marinas. Los troncos, en particular, son sujetos que nos hablan de tiempos pasados, cuando fueron paisaje pero la correntada y el temporal los arrancaron y vinieron a dar a estas playas donde el abrasivo de las arenas y el agua salada los pule marcándolos para siempre; quizás en ellos crecen algunas algas o repastos marinos y se vuelve un hábitat donde nosotros ponemos la mirada y el fotógrafo engatilla el obturador para obsequiárnoslas con toda y su poesía intrínseca.



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Cerros deEscazú

Iris Odio

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Al Sur de la ciudad de San José, Costa Rica, se localiza el importante contrafuerte montañoso de Aserrí, la Cruz de Alajuelita y los riscos de Escazú; desde ahí se aprecian impresionantes vistas de la capital y sus alrededores.

Fotografías de Iris Odio, 2012.


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Iris Odio subió hasta esos cerros de Escazú para captar panoramas vistos entre árboles que, permanecen erguidos, a pesar de las fuertes ventiscas que corren por esos parajes.

Captó la fuerza de la luz del atardecer cuando se esparcen los brillos del oro por entre las copas de los árboles y contrastan con los fondos montañosos que azulan bajo las sombras y las siluetas.


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Las primeras luces sugieren perlas que engalanan la urbe y los árboles la enmarcan como un obsequio único, de un solo instante cuando la sensibilidad de la artista decidió disparar el mecanismo de la cámara para eternizarla con estas bellísimas imágenes que hoy compartimos, gracias a Iris Odio, con todos ustedes amigas(os) y seguidoras(es) de Museo del Árbol.

Fotografías de Iris Odio, 2012.Fotografías

de Iris Odio, 2012.

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En el Jardín delas maravillas

Maurizio Bianchi

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Maurizio Bianchi estuvo en el jardín para obsequiarnos los encantos de las flores de los árboles y otras plantas que encontró a su paso. Lo sorprendió una “pasiflora” con sus pétalos pentagonales y colores violetas enmarcados por el verde profundo de las hojas.

Fotografías de Maurizio Bianchi, 2012.

Se detuvo para captar los tonos rosas del geranio –Pelargonium-; más allá lo cautivó esas extrañas figuras del balsa -Ochroma


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pyramidale-; y las espumosas florecillas del laurel -Cordia alliodora-. Absorto ante el prodigio de la naturaleza se acercó a ese arbolito de florcillas amarillas, el -Senna bicapsularis-. Entre los verdores abundantes descubrió aquellas flores blancas que popularmente llaman “huevos de chancho” -Tabernaemonta-na sp-. cuyos racimitos parecen del “dama”


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-Citharexylon donnell-smithii. Volviendo la vista hacia esa fogosidad de verdores observó la –Verbenácea-, y sostuvo su cámara delante de un botón de lirio -Crinum morei-. Pulsó el disparador de su cámara fotográfica ante un hermoso nativo, el güitite floredo, un -Acnistus arborescens-; pero también encontró otra Passiflora, más geranios, más poesía para nuestra vista.



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PitangasNelson Moya, Periodista

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Arbolito de pitangaEugenia uniflora. Es un árbol pequeño o arbusto neo tropical de la familia de las mirtáceas, que mide hasta 7,5 m de altura, con ramaje delgado y sinuoso. Las flores son de color blanco, aparecen solitarias o en grupos de hasta cuatro en las axilas foliares.

Fotografías de Nelson Moya, 2012.


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El fruto aparece y madura rápidamente, hasta tres semanas después de la floración, de hasta 4 cm de diámetro, con ocho costillas bien visibles, que vira del verde al naranja y el púrpura profundo a medida que madura. La cáscara es delgada y ligeramente ácida, protegiendo una pulpa roja, muy jugosa, dulce a subácida según el grado de maduración, con una semilla esférica. Con la fruta pueden prepararse conservas, jaleas, mermeladas o jugos con ella. Es rico en vitamina


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A, fósforo, calcio y hierro. Con las hojas puede prepararse una infusión de propiedades diuréticas, digestivas y antidiarreicas; con la cocción de la corteza se hacen gárgaras, y se emplea para las anginas y otras afecciones de la garganta. (Fuente de información Wikipedia).



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ContemplarEl Árbol

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Sylvia Fournier:Cortezas Amarillas Dicen que el amarillo es luz, es un color que tiene la característica de ser saliente y se distingue en el paisaje cuando sobresale del verdor que lo enmarca. La fotógrafa y arquitecta Sylvia Fournier captó esta corteza amarillo y la tomó desde abajo por lo cual la tituló “ingrávido”.

Sylvia Fournier“Ingrávido”, 2012.


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Otra de las imágenes que nos envía es el mismo árbol, que se aprecia entre los ramajes y follaje de su jardín, imagen quizás bucólica, quizás nostálgica pero siempre esperanzadora en tanto el croma amarillo es símbolo de luminosidad y esperanza, como el árbol, que nos promete aire renovado cada mañana, frutos, sombra, agua, color, y más allá, cuando acabe su vida será madera también muy útil para todos nosotros que somos componentes de esa simbiosis de la naturaleza.

Sylvia Fournier. “Luz en el bosque”, 2012.

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Para el arquitecto y artista fotógrafo Luis Monge no es suficiente con una mirada a su entorno, allá en Santa Elena de Monteverde, y nos ofrece dos: una dirigida hacia la península donde se aprecia el golfo de Nicoya, las montañas y cerros que son barridos por esas ráfagas ante la intemperie, y se nota en un tronco asido a la tierra, lo único

Luis Monge:Dos vistas, dos miradas

LuisMonge.“La Guaria”, 2012.


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que le queda antes de ser derribado; la otra, es la montaña de La Guaria, el más allá de las crestas que dividen el clima guanacasteco con el de la sierra de Tilarán, y a pesar de que las imágenes están en blanco y negro -tan característico de este artista- se advierten los verdores en tensión con la refrigerante condición climática de esas alturas donde se ubica la hermosa localidad de Santa Elena, provincia de Puntarenas.


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Este poró en el cauce del río Virilla en Santo Domingo de Heredia; que invadido por una parásita que lo recubre casi por completo. Observación cargada de nostalgia cuando se sabe que el árbol puede que sucumba ante el invasor, pues demuestra esa extrema lucha en la naturaleza.

Alejandro Villalobos:Árbol Invadido

AlejandroVillalobos.“Árbol Invadido”, 2012.


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Paraíso, Cartago, Costa Rica< [email protected] >

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Maurizio Bianchi, En el jardin. 2012


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El proyecto de la publicación web Museo del Árbol es posible gracias al apoyo de la empresa costarricense OPTYMA INDUSTRIAL

Paraíso, Cartago, Costa Rica< [email protected] >

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Maurizio Bianchi. Flores. 2012.


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