Museo+de+la+novela+de+la+Eterna_Macedonio+Fernández

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-- l. Macedonio Fernández MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA Edición Crítica Ana María Camblong- Adolfo de Obieta Coordinadores @ CoLECCIÓN ARCHivoS \

Transcript of Museo+de+la+novela+de+la+Eterna_Macedonio+Fernández

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    ~~-~ !~~

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    l.

    Macedonio Fernndez MUSEO DE

    LA NOVELA DE LA ETERNA

    Edicin Crtica Ana Mara Camblong- Adolfo de Obieta

    Coordinadores

    @ CoLECCIN ARCHivoS

    \

  • II. EL TEXTO

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA Macedonio Fernndez

    Establecimiento del texto y notas Ana MarCa Camblong

  • NOVELA DE LA ETERNA YLA

    NIA DE DOLOR LA DULCE-PERSONA, DE-UN-AMOR QUE NO FUE SABIDO

    (CON LA DOCTRINA DE LA ARTISTICA)

    Dedicada al Lector Salteado por

    Macedonio Femndez

    (De los cinco aplausos que hay: el de llamar al ; el de espantar las gallinas de un jardn; el de cazar una polilla al vuelo; el de autor u orador que dice, comenzando otro prrafo y aplaudiendo lo anterior: , , ; y el final de pera, tan largo que no puede explicarse sino como el aplauso de la pera a s misma,

    c.38 agr. MF.

    -cul ser para esta Novela ? c.381 ).> agr. MF.

    3

  • MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA

    Y LA NIA DE DOLOR, LA .DULCE-PERSONA DE-UN-AMOR

    QUE NO FUE SABIDO

    Con un Final de Muerte Acadmica: Presentacin en el arte, y en la vida. De un uso sabio de la Ausencia, equivalencia voluntaria de dulcificada muerte. Y un acto previo de Maniobra de los Personajes: muestra de respeto y garanta al Pblico Lector que por primera vez se le tributa.

    ci.2 b Neologismo para designar la entrega plena en amistad y amor, dice Macedonio: Y que llamo Pasin slo a la

    Altrustica y no doy ningn valor ni sentido a nuestras animalidades sexuales, extraas a todo lo Etico y lo Artstico.>> carta a N. Gonzlez, 1951, OC, II, 74.

    e Utiliza l& acepcin familiar de pronto (sust), movimiento repentino a impulsos de uita pasin u ocurrencia inesperada.

    d El hiprbaton en la construccin oracional se refuerza con la distribucin espacial y la insercin parenttica, logrando un efecto de extraeza y dificultad en la comprensin del texto.

    5

  • ~ ~.

    6 MACEDONIO FERNNDEZ

    A ' Persona Mxima

    Capaz de fijar el tiempo. De compensar la muerte, De c.SO

  • 8 MACEDONIO FERNNDEZ

    t h, '\O,l f'\

  • 10 MACEDONIO FERNNDEZ

    lo dejar aliado a su destino -que de muchos amigos est necesitado-.

    En fin tuve una rabia de tres das por la ltima organiza- . ci~!!~~~~~~~~.sk_~~ta.n.o;:,tla; ;;lz~e;:;e~;~ puo postizo y haba guarda

  • r r

    12 MACEDONIO FERNNDEZ

    El mayor peligro que se corre publicando a esta altura de la vida una novela, es que se nos ignore la edad; la ma es de 74 aos, by espero que esto me evitar un prospectivo juicio como ste: . Con tal postergacin, me quedo sin posteridad. Y esto sera prematuro. No a cualquier edad es sentador que el crtico nos acuerde la postergacin de juicio que se concede para noveles, y gaste confianza en nuestro porvenir.

    c.38 agr.MF

    En c.47 ttulo agr.AO; este ttulo figura en EP. b La edad que figura en c.47 y EP es de 73 aos; en c. SO el nmero aparece corregido con lpiz, pues la

    lectura y revisin de la copia se hizo en 1948. e El texto se presenta, de mil maneras diferentes corno un experimento inaugural, diciendo su originaHdad,

    pero tambin los riesgos que esto implica en tanto que su autor se presenta encuadrado en la vanguardia, lo que es motivo de reiterados chistes sobre su edad av~nzada, su atraso en incorporarse a la literat~ra convertido en un viejo vanguardista; este es uno de los tpicos recurrentes en la irona de s mismo.

    ,_

    NOVELA DE ~LA ETERNA y DE NIA DE DOLOR, LA DULC'.:'PERSONA,, DE-UN-AMOR-

    QUE NO FUE SABIDO

    Clebre novela en prensa, tantas veces prometida que la vez que sale, b el autor no le ha jugado un boleto.

    Nadie muere en ella -aunque ella es mortal- pues ha comprendido que, gente de fantasa, los personajes, Eerece toda junta al concluir el relato: es de fcil exterminacin. c.38 Ta;ea innecesaria que se toman los autores, con peligro de olvidos y de repetirle la muerte a alguno, de dar aqu' y all expiracin a cada protagonista, como anda el sacristn apa-gando luces hacia el fin de la misa, por no dejar al pez vivo c.38 sin agua, al sin novela. agr. MF

    Y ms, que tengo seguridad que nadie vivo e se ha entrado ~ti va, pues personajes con fisiclogfa, adems de ;;uy estorbados de cansancios e indisposiciones, -por lo que no se ve a protagonistas enfermarse y retirarse en cura, sino slo represe.~tar e~ferrnarse como parte _de su trabajo y contin~ar . . ' r , ~ . ,,

    1J

    1 '/('!

    figuraciOn activa de enfermos y monbundos- son de estltca ~ [ scei1 ( ~ r i ;e; \. realista y nuestra esttica es la inventiva.

    l)Jm de imaginacin que no cabe de sucesos -con peligros de estallar la encuadernacin- y tan precipitados que ya han empezado en el ttulo para que quepan y tengan tiempo; el lector llega tarde si viene pasada la tapa.

    En c.38 ttulo agr.AO; en EP el mismo ttulo. b Los cfrculos intelectuales argentinos, particularmente los vanguardistas jvenes aguardaban con gran

    expectativa la novela del maestro. Dice, por ejemplo, Canal Feijo, 19/MAR/31: Cundo aparecer su enorme novela? La espero con ansiedad casi angustiosa. Creo que en igual situacin se hallan todos los que saben qu figura se da .en usted para nosotros. Usted no podra declinar el deber absoluto de hacer esa obra, de entregarla pronto al mundo. ( ... ) Qu falta? OC, II, 264.

    e En la novela maced.oniana nadie muere pero tambin nadie ~. el mundo ficcional impone condiciones diferentes que se explican y desarrollan tanto en los prlogos como en el mismo discurso ficcional.

    13

  • 14 MACEDONIO FERNNDEZ

    Novela en que todo se sabe" o al menos se ha averiguado mucho, para que ningn personaje tenga que mostrar a la vista del pblico que no sabe lo que le sucede, que el autor ignora lo que le sucede o lo mantiene a aqul en la ignorancia por falta de confianza. No se ve a nuestros protagonistas exclamar: qu es esto, Santo Dios? qu pensar? qu hacer ahora? cundo cesar este sufrimientot!J lector no sabe qu contestar, no acierta mortificado, y slo se notifica.

    Es lo que tiene que pasarle a autores: 1) Que no han prometido lo bastante su novela. 2) Que no saben redactar

  • '-~'_~ qu~ ~~~lt_~e_r._algo, no de la novela, pues ello es incompetente a prlogos, sino de

    Doctrina de Arte c.SO testado

    La tentativa esttica presente es una p.t,ovocacin a la escuela r~, un programa total de desacreditamiento de la verdad o ret!Jiclad deJg_ que cuenta la novela, y slo la sujecin a la

    v~rdad de Arte, intrnseca, incondicionada, auto-autenti-cada. El 9J:safo que Qersigo a 1 Verosill!ilitud,.aLdeforme intruso del Arte la Autentici a -sta en el Arte hace el absurdo de quien se ~coge al Ensueo y .lo quiere Real-culmina en el uso de las incongruencias, hasta olvidar la identidad de los personajes, su continuidad, la ordenacin 1 temporal, efectos antes de las causas, etctera, por lo que' invito al lector a no deten-erse a desenredar absurdos, coho- '"1

    nesta~-;,~~trdlCCIOlle!i, Siti que-siga el Cauce de rrastr~ A. emocional que la lectura vaya promoviendo minsculament~

    \'1'

    en l. b _

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    t .

    m.29 ci.l

    -..

    Hay en mi intento varias as probablemente originales; me interesa aqu la de todo busco distraer al lector or momentos, opresivamente, cuando deseo impresionarloJ~.~'!. li'S"iikza emo~j_oral que necesito engendrare-f,";;queas irprsiories que concurran al propsito emocional de con-junto de obtener en l un estado nico final y general que insidie su sensibilidad sorpresivamente cuando no est en guardia y en conciencia de hallarse ante un plan literario y no espera, ni advierte luego, haber sido conquistado.

    m.29

    ci.l m. 291 ci.l, esta frase es puesta entre parntesis; en c.38 es elidida.

    36

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA

    Hay un lector con el cual puedo conciliarme: el que quiere lo que han codiciado para su descrdito todos los novelistas, lo que le dan stos a ese lector: la Alucinacin. Y o l{ . quiero que el lector se siem re ue est le endo ~a ,. y no v1en o un vivir, no resenc_ h_J~;!l el /)V} CA i 1U (},/. \

    37

    momento e!l qut!el lector c~~~~-~n~~-Aiuci~~ci , ignominia L , , l (};, ;/1! rf del Arte; yo he perdido, no ganado lector. LO que yo quiero es '-') 1 '7 ' muy otra cosa, es ganarlo a l de personaje, es decir que por J un instante crea l mismo no vivir. Esta es la emocin que me debe agradecer y que nadie pens procurarle.

    Sepa el lector que esta impresin, nunca hecha sentir por la palabra escrita, a nadie, esta impresin que se inaugura con mi novela en la psicologa de la humanidad, en la naturaleza de la conciencia de hombre, es una bendicin para toda conciencia, porque esta impresin oblitera y liberta del miedo nocional e intelectivo que llamamos temor de no ser. Quien experimenta por un momento el estado de creencia de no existir y luego vuelve al estado de creencia de existir, comprender para siempre que todo el contenido de la verbalizacin o nocin no ser es la creencia de no ser. El

  • 38 MACEDONIO FERNNDEZ

    demuelen un pintor endiosado cada veinte aos, un poemista endiosado cada quince y un novelista endiosado cada diez; a los ciento cincuenta aos puede Kant ser puesto muy en duda. Esto es un atrevimiento, ms atrevimiento es llamarlo metafsico. Anticipo con estos antecedentes, argumentos para la futura demolicin de mi Artstica).

    Este mtodo no me parece que otros lo hayan usado ni es aplicable a otro gnero que el de la novela. Adems de la tcnica hay la serie de artilugios de inverosimilitud y des-mentido de realidad del relato. Esto es lo doctrinario y ofrece su ms prominente ejecucin cuando explica enunciativa-mente, no artsticamente el hecho que nunca ocurri pero que fue deliberado con plenitud en una conciencia viviente, la del padre de Dulce-Persona, y que constituye el hecho definidor del destino de Dulce-Persona.

    ~----t:: __ J: .. L -- ---'- qu importa si logro inters por el relato y m1entras el lector se cree lector porque los personajes le son personajes en la novela y en los prlogos aunque leve, ahumadamente entrevistos y en actos y hechos truncos -yo creo que la Eterna, Dulce-Persona, Quizgenio, Deunamor sern inolvidables aunque apenas los puse a lectura-, operar, a favor del descuido conciencia! obtenido por interesamiento, un en la psique de l, del lector, el!ilioque de estar all no leyendo sino siendo ledo, siendo personaje? ~

    Si fracasa como tal la que llamo novela, mi Esttica salvar el caso: admito que se la toJlle por novela, por fantasa de buen gnero, por novela suplente. Si falla como novela puede ser que mi Esttica haga de buena novela. b

    c.38 agr.AO

  • A las puertas de la novela (Anticipacin de relato)

    Cmo librarse, un verdadero artista novelista, del lector de desenlaces. Receta contra esta calaa lectora.

    De Personajes descartados puede hacerse una lista; de Lecto-res slo un gnero descarto: el lector de desenlaces; con el procedimiento de dar susta~~i;do todo el relato anticipadamente ya no se le ver m~.l!QJ,li. -- Mii~.Je.-~;,;;;;-~~~;;~-najes slo entrevistos,

    pero que tan bueno tienen lo que llega a saberles el Lectorl' y tanto en ste se graban por la initacin lectriz que entre amarlos por delica~Q.S-j'_q~ar insaciados por conocimiento incompleto o -

  • 70 MACEDONIO FERNNDEZ

    dispersin para siempre a los acompaantes que hizo felices, ilustr y llen de problemas durante aos de vida en comuni-dad. Para no encontrarse ms, deliberadamente, los unidos felices y apartados tristes, para nunca saber uno de otro fortunas, desdichas, finales. Esta que es la Muerte Acad-mica es una decisin no insensata para los sin Fe -que somos casi todos. Cierto que mejor fuera: unidos y con Fe.

    Con estas vacilaciones, el gran personaje Preside~Je impone a esta novela una redaccin y disposici -des-hilvanada, pero el desenlace de muerte acadmica le da grandeza y el ensayo previo de los personajes muestra un respeto al pblico lector por primera vez cumplido por un autor: no habr ms dramas y novelas sino con previa maniobra de personajes a vista del lector.

    Fit]alizando, el presente autor termina tambin en dos descontentos: se le impone en tal grado la personalidad !le la

    Et~~;-que no es capaz de trabajar su pode; evo~tivo en direccin a lo que habra sido el augusto sentimientQ d;J.a Eterna en la Despedida y la incgnita de su destino ulterior. Y asimismo el autor, tan artista como se cree, no puede imaginar ni mencionar cmo seres de tanta inocencia y cario - Dulce-Persona y Quizgenio - se arrancaran de compa-a por la dispersin resuelta.

    En suma: queda indescripto el Final de la novela medio-escrita del mejor de los semi-novelistas. b

    Si una novela como la as sintetizada cree ust a _m:obabili a es e gus ar e, a a. perrntame que yo ejerza de artista mientras la lei,pues esa novela puede 'agrad~rle sin tener nada de artstico y ningn valor para m. Pero me ser til para que yo ejerza sobre su espritu el nico operar artstico. Usted sentir oscuramente primero y despus clara-mente la emocin artstica, lo que yo he querido suscitar.

    El lector que no lee mi novela si primero no la sabe toda es

    pl.s. pl.s. .1~

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA

    mi lector, se es artista, P~-~1ll!!Yendo la ~olQcin final bu~&J._q~.>

    71

    /

  • 78 MACEDONIO FERNNDEZ

    brillante Literatura, las ms de las veces, la guardada y secreta Literatura, recatos que no la contentan.

    Prevengo empero a los que se retiran por haber concluido de leer mi ttulo que mi libro sigue despus, que no pertenece al gnero de los facsmiles en madera que simulan bibliotecas repletas. As que si el lector no sigue leyendo yo no tengo la culpa de no habrselo advertido. Y a es tarde para encontrar-nos aqu el autor que no escribe con el lector que no lee: ahora escribo decididamente. b

    Aqu concluye la primera parte del m.29. A continuacin consignamos la segunda parte, que no fue incorporada a las copias posteriores, ni a la EP, indito:

  • 80 MACEDONIO FERNNDEZ

    Personajes por absurdo: el lector y el autor. Personajes desechados abinitio: Corto

    Moreno. -.;--pasean, pues, por mi novela, ni Pedro Corto, que

    quera leerla primero para figurar en ella -slo es admisible en lectores que algunos no quieran empezar a leerla si no se les dice antes todo lo que ella contendr- y que exiga que la obra terminara antes de que se enfriaran unas tortas, recin compradas en el momento en que la narrativa comenzaba; yo creo que su exclusin queda justificada sin hacerme pasible de inculpaciones de avaricia en el nmero de los personajes; ni pasea tampoco ~2~.!1-~ior.eJ:!Q,_(jlle aceptaha.lijpl:r con mucho gusto si s\!.Q!l;_el J~ . .P.er'!litil..alirs.e de la novela a ratos pa~a i a ver sino se le volcb una le.che.que 'fej a hervir y un dulce de zapallo qu~ h~bfa dej!ld() a_l~~c.~r.h~-vor y al que ocurra a levantarle la tapa cada pocos minutos; alternativas ambas que entrecortaran su actuacin ~n la obra y que yo no pude arreglar, pues sabido es q~e Dios hizo mal el mundo prohibiendo la ubicuidad.

    Espero que la falta del personaje Cocinera no har temer que yo deje sin comer a todos los personajes del principio al fin, lo que slo vendra bien a la silueta del elegante Quizgenio. b Arregl la dificultad, mas ahora no recuerdo cmo.c

    Se me ha olvidado porque yod tena por ah tambin algo que se poda enfriar: alimento o cosa del espritu, no s bien, o poda derramarse: un entusiasmo quiz o una claridad en el Misterio, una media frase que poda darme la trasparencia de las cosas, la percepcin mstica: quiz algo ms alto: un ltimo gesto de ayer de la Eterna, una sublimidad nueva de su ternura,' un sonrer de su tristeza o de gratitud al presente y

    m. 29

    m.29 _con nosotros. Quera ser empleado, no personaje de novela; lo polfanemoso que' lo esttivien1n l~yend~; cosquiiiea' pr-la~dclCUnosocterrioiTS"i';;y;5; lector. Es decir, que en el enredado pensar de este Pasamontes la existencia de los que leen era el obstculo a la publicidad. Pasamontes .~st tan echado a perder por las condescendencias que pens quiz que yo le pagaba cinco centavos y quera vuelto. Es de esa gente que desea que se les preste un traje cuando lo necesita, que es cuando llueve a cntaros; y se encontr con el que slo ofrece su paraguas cuando el da es hermoso y a persona que tenga influencia y fianza con el Meteorlogo del Estado, o para que se lo pierdan por otro mejor.

    El autor lo ha contado todo sin desagradar a ningn per~~n;~~;;:~_'ie.he~Ptle~t~;;_cjn nin~_riy Iop~ob~i con el 'hecho de quepadie_de ellos escribir .contra m. Pasamon-tes, t o~upas enseguida las pginas, ~o t~-dej~~~-mos hablar primero que nosotros, prevendremos al pblico de que cono-cemos tu lengua.

    Damos este prlogo mientras se tranquiliza cierto alboroto que est originando entre todos un prlogo mudable, que, me avisan, se anda cambiando de pgina; no haya disgustos entre prlogos de u a mi a n este p~ogo inquieto es uno que anda buscando dnde falta l, en ove a que a nde

    --------------~>-"~ -~.- .. ,.__ .... ,.- ....... ~- ' ... - ......... ~~-~" ~.-~ .~~ faltaba ella en el arte, en las almas. e

    81

    m. 29

    m.29

    m.29 m.29 m.29

    ci.2 agr.a mquina

    m.29

    m.29

    m. 29

    La gradacin alcanza su punto ms alto con la introduccin del gesto de ayer de la Eterna y el ~ym) (ahora en la cadena metafsica), para desembocar en una comparacin con u~ sUceso mnimo de alta tensin lrica. As el yo recorre el enunciado de un mismo prrafo, configurando una anttesis entre un extremo cotidiano-prctico y un remate potico.

    b El auton) y yo se ~ustitu ~~~~-L?!~~~-~~-.~~--~~-~!,1;~~?~2.?~ .!2~!?J.~EJP!.!l.t~i-~J&Q_~, principalmente ej ~U!~J,a __ palabra; t (personaje o lector) queda instalado en el discurso por la decisin del que enuncia; en este pasaje se tematiza la omnipotencia del que distribuye la palabra, establece el orden habla)) y con~ los cdigos de cada uno.

    rlJEste chiste sobre el

  • 96 MACEDONIO FERNNDEZ

    rente simetra. Este pensador; el ms grande metafsico quiz, publica un borrador de investigador como gran libro solidario y definitivo. La distribucin de Kant en la compleja Crtica de la Razn Pura es como un batido de nfueros dentro de una bolsa. Tal vez Spencer36 realiz libros verdade-ros sin un raciocinio interrumpido, sin una palabra intil. Husserl37 es hoy ms metdico?

    Por lo que digo en el encabezamiento, no tengo nada de qu disculparme. ab

    ci.2 < ... , el nico quiz>

    ci.l agr.AO ci.2

    ci.2 agr.AO

    Cf No puedo dejar de ser todo lo que soy en todo lo que escribo; aunque escribiera sobre Derecho o sobre Higiene no puedo dejar de s~r risueo, doloroso y metafsico a cada pgina. OC, Ill, 20.

    b En m. a., en el margen, MF anota y sigue texto airegado con otra tinta, ilegible.

    TiJi .. ~. !~:

    1

    Quizgenio se lamenta de su nombre

    \.

    -Quizgenio: Cmo se le ocurri al autor dar a mi nombre la modalidad extravagante de ser interrogativo: Quizgenio? Y o deba figurar en los dilogos as:

    -Dulce-Persona: Qu tenemos, Quizgenio?, de nuevo hoy en la Novela?

    -Quizgenio?: Hoy es el cumpleaos ...

  • A los personajes de mi novela

    Saben ellos .9.'!.e e.~0.1 SQ!]Ien_ts),m()_CC?!,l..\UI!!..t. Mientras escriba mi gran novela no he empeado a ningn personaje, aunque mis escaseces eran asombrosas. Cunto m~ hubieran dado por el Presidente? O por el que hace de millonario con RoUs-Royce? Sin embargo he soportado, por no desprendernle de ellos unas semanas, y frustrado mi gran novel si no consiguiese desempearlos -eUos lo teman mucho. Por ]a vida y felicidad de Dulce-Persona todos se brindaban a darse empeo, pero entre todos haHamos cmo evitar uno y otro mal) pero ruegan que esto lo diga antes de la novela y no espere a su conclusin -aunque no lo manifiesten porque me saben incompetente para concluir prlogos y creen poco que yo acabe una novela. Vindome en el ltimo prlogo sin cumplir lo prometido me han rodeado sin salida todos unidos. Ya estara empezada la novela si no fuera por esta exigencia, que origina un nuevo prlogo.>

    b Autor competente porque: 1) es capaz de cumplir con su proyecto del continuo prometer, del empezar y no terminar, del abundante prologar; 2) compite con el Presidente y con Quizagenio en hacerse cargo de la narracin de la novela y de los cuentos.

    98

    i

    1

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA

    dente? O por el que ~acede millonario con Rolls-Royce? Por la vida y felicidad de Dulce-Persona todos se brindaban a darse en empeo, pero entre todos hallamos cmo evitar uno y otro mal, y si bien he soportado molestias por no des-prenderme de ellos por unas semanas, la novela no se ha frustrado por esta causa.

    Personajes y autor estn mutuamente contentos y se prev un banquete al conjunto. b

    La desvalorizacin del Presidente es una cnica ponderacin de s mismo y de la cotizacin de su obra en ei mercado literario.

    b El cierre de este prlogo parodia el final feliz, de perfecto equilibrio y festejo por un universo annnico que no ha sido desestructurado por ningn conflicto.

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  • Prlogo al que se debe lectura recompensando a Wl autor que no deja entrar al Muchacho

    en la novela

    Todos los personajes -y los lectores que se han anun-ciado-, me previnieron que la irrupcin del chico del largo palo en la novela, sera juzgadailor ellos cgge Hft ushichn ~, en la frente del leer; singular metfora que creo de intencin enojadiza; es como si una caa o palo pudiera causar chichones>> a la operacin de leer, o co~o si una lectura acerca de bananas ocasionara resbalones. Comprendo la advertencia si procede de padres de familia incapaces de conseguir en su casa lo que yo logro en la novela: que no la anden chicos, b librarse de ~ mantenerlos fuera, y acuden por descanso a quienesproporcion ura lectura no andada por' rapazuelos; me significan que cuando toman en manos un libro ha de ser una novela que los chicuelos no la tomen por escalera, parecita, comisa o rama de higuera, que les sirva subirlas para venirse abajo, conservarse aporreados y renovar hinchaduras y chichones; y tomar altura para caerse y autenticar diferencias de nivel deliciosamente previstas por la naturaleza que. permiten a los jovencitos estar siempre abajo cuando los ven y arriba o cayendo en toda otra circunstancia, y no decaer en punto a golpes, pues des-cuidando renovarlos empieza la vejez.

    En este prlogo puede apreciarse la propuesta de la variacin sobre un mismo tema: caer-leer-Solpear vinculados a los comportamientos nios. La argumentacin terica es abundante. Consignamos un aspecto: Que el Absurdo, o milagro de irracionalidad, credo por un momento, libere al espritu del hombre, por un instante, de la dogmtica abrumadora de una ley universal de racionalidad.; ... yo llamo Ilgica de Arte o Humorismo Conceptual, el desbaratamiento de todos los guardianes intelectivos en la mente del lector por la creencia en lo absurdo que ella obtiene por un momento ... , OC, Ill, 302-303.

    b Es notable la ausencia de nios en los textos macedonianos, se los menciona muy circunstancialmente, pero no se encuentran persolajes-nios.

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    > 1 (

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA 101

    m.a.

    c.38 agr.AO c. 38 agr.AO

    c.38 agr.AO

    Qu queris: debo seguir prlogos; y mientras no abuse hasta pretender prologarlos a ellos; y mientras cumpla con hacer prlogos de algo, de ser seguidos (por una novela); y mientras no permita a mi novela la veleidad de prologarseb a s misma (que es a lo que equivale el hacer alusiones biogrficas a historias y afirmaciones doctrinarias en el texto de una novela en curso): y mientras os asegure, como lo hago ahora, que estoy en la pista del auto-prlogo, que calmara definitivamente la aspiracin de prlogos (se quejaron alguna vez) a auto-existentes (autoexistencia es la respuesta total al misterio del mundo, implicante de eternidad) no subordinado su ser algo a que algo los siga;c el auto-prlogo ser la temblorosa literatura anticipatoria de prologar lo que las dos formas ms usuales del reportaje: el auto-reportaje (sin reportero) y el reportaje sin reporteado, al anticuado reportaje efectivo (que exige dos personas y una cita puntual) que la velocidad y expeditividad de nuestra poca extirparon por muy enredoso, poco adineratorio y hasta informal con nuestro atareado vivir; .,-qu queris, hasta entonces debis conti-nuar acordando vuestro inters a lo que digo antes de la novela_d

    c.38 agr.AO

    En EP se utiliza la primera frase como ttulo. b En EC se detecta errata prolongarse; se reitera error en BA; no as en CEAL, que coincide con texto-base. e La insistencia en auto-prlogo, auto~existentes, auto-reportaje refuerza en el plano esttico un arte

    auto-reflexiva, que hable de s misma, que muestre sus procedimientos, que explicite sus postulados; y un arte autnoma con capacidad para generar una lgica propia, independiente de las variantes contextuales.

    d En m. a. se registra

  • 104 MACEDONIO FERNNDEZ

    una novela con laboratorio y tcnicos adscriptos," se des-morona tristemente.

    No me queda ms que proverbializar mi desventura, diciendo:

    Lo malo es haber pensado De'spus de haber hecho el mal. b

    Laboratorio y tcnica son los instrumentos indispensables de una escritura experimental: Arte consciente, sabido, no "inspirado"; sin la Vida; de trabajo a la vi.sta; tan consciente que puede hacer de encargo sin comprometerse a una inspiracin de encargo; OC, Ill, 133.

    b El cierre con un dstico parodia cnicamente: 1) los proverbios inventados por autores, no por la tradicin, con deducciones ob~ias y tautologas hbridas; 2) la saturacin retrica del epifonema com~ recurso de cierre; 3) la moraleja final de los discursos didcticos; 4) su propia potica del pensar frustrada por una realizacin insatisfactoria.

    l.

    Pr6logo que se siente n;,vela"

    No lo empiezo, lector, porque al estudiarlo someramente comprend que ya tena mi prtico para la Novela. b Me siento intimidado: es por primera vez que mientras me entretena fcilmente en hacer prlogos, me doy cuenta de que estoy comprometido a una novela, que llegara el momento en que habra que concebirla completa y darle forma. La idea de llegar a autor de una novela e -que para m significa intentar la Tragedia, sin lo cual, como aspiracin al menos, no me explico el asunto y la novela y todo el arte- no recuerdo cmo empez y se tramit en m; y la composicin de prlogos ci.2 me ha estado ocultando el arduo compromiso a que prec;dan stos.

    Me propona dedicar un prlogo a resear los resultados de algo que habra efectuado previamente como ensayo general de la psicologa de los personajes, d no de la trama; una maniobra (le prueba de los caracteres, o, mejor, del

  • 108 MACEDONIO FERNNDEZ

    todos los personajes, no era el volver a hora a casa sino el volver ese da a toda costa para que no se hallara sola, en la ci.l 1 que se percibe en la apreciacin global del texto macedoniano: cadencia ~tmida,' como hablndose a s misma, ritmo entrecortado, intervalos de silencio, y se vuelve una y otra vez. al tema (variacin del tpico, del tono, del procedimiento, del concepto) en una reiteracin desganada, ntima, solitaria, que casi aburre y al mismo tiempo seduce. CJ. ( en los prlogos es evidente, el autor se somete a estas condiciones con apariciones intermitenteS, el Presidente no tiene injerencia en la enunciacin de prlogos: nunca se le da la palabra.

    Ntese la insistencia en conduelas infantiles del Presidente; CJ. pp. 10 y 75, b.

    109

  • 118 MACEDONIO FERNNDEZ

    Como yo pens que hay una Literatura buena a venir y una Literatura, una novelstica mala hasta hoy, con toda la propaganda que me hice gracias a los amigos de los diarios instndolos a que anunciaran repetidamente mi proyectada gran novela genuina. La Eterna y Nia de Dolor, la Dulce-Persona de-un-amor que no fue sabido, comienzo de la Literatura Buena; -me propuse entretener el nimo de la gente lectora, y que siguieran leyendo indulgentes la mala aliviados por la conciencia de que ya la buena vena, pues s que es virtud de lectores decididos esperar leyendo; pero sin lectura pueden abdicar de lectores para siempre, o sea para mi novela tambin.

    As vino aquel perodo de prometer mi novela y yo notaba tranquilizado que la gente segua leyendo malo -lo que tengo que agradecer a sus malos autores- y esperando bueno -de lo que deben stos estarme agradecidos-: Hemos cooperado, puede decirse, pero nos separaremos terrible-mente cuando yo comience. Lo nico sensible es que siendo muy buena la nueva novelstica, no se sabe todava cundo la habr.b

    Esto es la justificacin de mis promesas . de la N oveJa Buena y tambin de la confeccin de la Novela Mala pero ltima: conservar al lector en espera y en ejercicio.

    ci.l pl.s. ci.l. agr.AO

    pl.s. perando bueM>

    c.SO agr.MF

    ci.l agr.AO

    a Es verdico que Macedonio anunciaba su novela constantemente, tanto en publicaciones como en su correspondencia y en sus conversaciones. Cf Prometo a Crisol dicha autocrtica, y las dos obras, que si no han aparecido an es porque como ellas sern la literatura buena no puede comenzar hasta que otros no concluyan el gnero de la mala'; debe aparecer la ltima novela mala, mala humorstica y mala metafsica, para que una Literatura Nueva, la buena, artstica pura, comience; no se tiene lo Nuevo sino concludo lo viejo.>> Contestaci6n a Hidalgo, s/f, OC, 11, 96:,

    b

  • ___,

    Imprecacin para el lector seguido

    Y o que nunca cre en la existencia del I .ector Se~ ido" y que he acertado ms cuando no cre que cuando cre, haba de topar para mi novela con el nico lector ;;eguido existen!~ que arruinara y delatara todo mi escamoteo de autor dbil y

    re~r~i;!afi~~-t~daa;~si~~;;;;~, inadvertdas ... S efecti~~mente andas por mi libro, yo ya s que no tengo nada que esperar.

    Qu te costara callarte, hombre! No te da pena ajar el sereno y doloroso talante de la Eterna? No te conquista el destino cruel y la mansedumbre de la tierna Dulce-Persona? No te infunde pavura y entristece tu orientacin en el arte que practicas de ensartar un da tras otro llanamente de tu slida cotidianidad que te hace cenar plcido- cada noche pensando en el almuerzo del da siguiente, b sin duda alguna de acertarlo, el inextricable enredo de Deunamor en esa misteriosidad, no me lo negars, de tener el alma en otra parte y el cuerpo en la novela, donde posar su amada retomando de la muerte? Me lo traicionars a Quizgenio, que te ha enseado habilidades nunca descubiertas para la conquista de las damas, ejecutando las cuales quiz por primera vez conozcas el xito de llegar al alma de una mujer, que te echar a perder todos tus desayunos y tus almuerzos

    ' La parodia de la figura retrica de la Imprecacin es el intertexto nombrado que alimenta la composicin y el tono del prlogo: el yo enftico y grandilocuente dirigindose al destinatario de la maldicin; juegos de palabras exagerados: creer/nO creer, existir/no existir, arruinar/salvar, nunca/nada; exclamacin apelativa y cadena de interrogaciones retricas. El estilo adoptado puede leerse tambin como un dirigirse a alguien arcaico, an~crnico y ridculo.

    b El }e

  • Prlogo que entre prlogos se empina para ver dnde, all lejos, empieza la novela

    estancia . Una primer y~n se ~e. Un escalofro matinal. *a Y fro tambin j}lira .eJ.jtllof-nte lo comenzado, lo irreparable y ms incierto que hubo para l.

    Tengo a mi lado el amigo que quiere decirme, animador: -Todo saldr bien, el xito es indudable,_ no se ~ga es~ los personaj~s!. Los har felices?; bien lo merecen. b

    -Es que los har desgraciados. -No, personajes nunca son desgraciados. Yo los he

    envidiado a todos, aun en los instantes en que clamaban por la muerte.

    -Es que los mos clamarn por la vida. -No puedo suponer que personajes inventados por usted

    den prueba de gusto tan desacertado. -Me parece que todava son felices en la novela los

    ci.l 1 ; al pie de este folio consigna AO el ttulo que figura en ci.2 y en el texto base. * A veces me confundo por el trabajo simuhneo de ambas y en sta que es la novela buena, redacto algo del

    gnero de mala. La llamada del autor sealando una redaccin del gnero malo, indica la parodia a _los cl~sicos comienzos de

    relatos realistas-natur~istPero este prlogo-personaje no volver a querer saber ------ _..,..':/ nada anticipadamente.- ci.47 1 agr. MF. Ntese que este agregado se incluye en EP., en cambio no figura en el texto base porque la copia ya estara en manos de Scalabrini Ortiz.

  • ESTOS FUERON PRLOGOS? Y ESTA SER NOVELA?"

    Esta pgina es para que en ella se ande el lector de antes de leer en su muy digna indecisin y gravedad.

    Existe un nico folio manuscrito que testimonia esta pgina; el texto que se consigna en c. SO est escrito por AO; a rengln seguido MF contina escribiendo , deja un espacio en blanco indicando que deban enumerarse a continuacin los aplausos)), tema que se haba desarrollado, en la portada c.38 y que luego pasa a ser un texto independiente. Cf Apndice. Luego agrega

    126

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA

    Despierta, Comienza el Tiempo de Novela,

    Muvese.

    Primer Minuto: Evocacin del Rostro de la Eterna

    -- ~ Los besos que me niegas muerden tus labios Por eso con labios uno en otro encarnizados

    Mordindose Escribes el manuscrito de sta tu novela en

    que te doy mi espritu 'como el tuyo me diste. Y para lo que no me dieras tengo tu gesto

    del divino dolor de tu No Puedo, por el cual negar tuyo se enteriz mi ser en plena persona, me educaste en el no Vivir y tanto ms Amar.

    p l. s. pl.s.

    127

    pl.s. agr.MF

    Existe un solo testimonio de esta pgina, mecanografiado y corregido por MF; despus del texto consignado traza una lnea y anota: ; indito.

  • 1 1

    1 1

    CAPTULO I

    (Fluye el tiempo, que hace llorar)

    Los personajes sacados a maniobras: ensyase la firmeza de su aficin al artstico no-ser Diez regresos de buen humor bajo tempestad y fatiga

    pasa1~ uatroc son las ventanas la Casa de la Novela: el

    /

    m. 29 agr.MF m.29l qu dice la casa?.

    291 < ... su buen humor y la firmeza de su aficin al artfstico~MF e) precisin en el nmero de ventanas>> remeda1a e~ctiUJd de la;oveJaTeai' ; las ventanas, mirada al

    munOo externo, se abren en esta novela a una serie de metforas, con cierto lirismo, que incorpora lugares comunes y rasgos kitsch.

    128

    MUSEO DE LA NOVELA DE LA ETERNA 129

    Tiempo en las arrugas de sus revoques; la palabrita del viento en la chimene~ de la cocina; el palpitar siempre presente de la agita costera del mar del I'latil, la viborita del agua trabajando sus arcos de.lomoyla amplitud de cendal acutico y de horizonte del Plata con su barca calada; y la llamita del tringulo de una vela erguida, parada lejos, la eterna barquita del endeble trabajito humano buscador, que toda mirada encuentra en todo mar, trasladndose junto al horizonte donde cualquier breve velamen toca el cielo.

    Ultimos minutos, en calma, de esa tarde; rayos de luz a lo largo del vallecito de son recogidos uno a uno por la hora final del da en cuyo amanecer vag una niebla sobre su vivo verdor. Se divisan, empero, todava, las leyendas de ambos pilares de entrada a la estancia: ; . a

    Est en su puesto y mira y parece ser, el sutil vigilante de la novela; su silueta delgada, delicada (verdaderamente un vigilantecito) que pudiera confundirse con er travesao de alambrado coronado por un nido inmvil siempre en el punto (excepto cuando medit y apunt el de la novela conclu da, que le fue trabajoso y grave de preocupacin por la verdad hisirica y artstica), b un poco all de la entrada al jardn de la casa; su inmovilidad perpetua, e hara creer, y alguno creer, en un postecillo inanimado, mas quien quiere creer que vigila, mrelo cuandod se detiene en su testuz el color final del da y la adicional luminosidad del canto de la calandria o posa ellechuzn oscuro, mudo pero significante, o cuando Fantasa une aqu en la novela y en la estancia como a viajeros que el azar junta en un vagn que corre, a todos los personajes trados a esta narrativa -exceptuada la Eterna que recin en la noche lleg, oculta a todos ellos, compaera ignorada de ellos en la novela.

    m.29

    m. 29 ci.l y 2 agr. a mquina

    m. 29

    ci.l ci.l

    ci.2 agr.AO

    m.29

    a Se insiste en la entrada, el traspaso del umbral, a un mundo cuya lgica permite cambiar el pasado; la iniciacin no slo se proyecta hacia el futuro, sino tambin hacia lo acontecido.

    b La parenttica introduce el relato repudiable ajustado a la verdad histrica>~ que rige la artstica, convirtiendo a la novela en un parte policial.

    ' m.29 ; ; ;

    d m.29

  • 236 MACEDONIO FERNNDEZ

    no se la comprende. He aqu que la Realidad es todava infeliz, se la siente convulsa, extraviada. Aun el mayor amante no lleg a la mayor amante; tuvo el amor y aun el nico amor de varios individuos realizados, pero no el todoamor del mayor amante. La Realidad todava no puede detenerse: el absurdo, la torpeza de la Pluralidad contina, no se ha deshecho.

    En contrapartida a la Perfeccin, la Realidad se debate en la pluralidad.

    CAPTULO XVI

    (Un momento ms, o un momento menos, en La Novela)"

    \.

    -Dulce-Persona: No lo notas algo cado al Presidente? -Quizagenio: Con entusiasmo abord l~a de

    Buenos Aires, ejemplar actividad despleg, pero advierto ahorn-enervamiento en sus iniciativas. b

    -Quiz los recuerdos. -Cmo pesa el pasado. -Pero muchos viven de un instante en que fueron

    feli

  • 238 MACEDONIO FERNNDEZ

    un cuento o drama cada da? Pensando en las vidas, casi todas tristes o vacas de gran inspiracin, me complace crear destinos henchidos de algn matiz o intriga que haga preferi-ble vivir a no haber vivido.

    -Dulce-Persona: A m tambin me entristece el descolar de haber vivido. Vivir debe ser ms que soplar la luz para dormir. Pero no quiero deprimirme, sino reir en tu compaa.

    -Tendr que inventar un nuevo argumento; era tan feliz contigo que deseaba llorar.

    -No importa, cuntame tus dobles cuentos de hoy, aunque no sean felices.

    -Si lo deseas. Mi primera invencin es meramente un esquema novelstico. Se llama: El perfecto tercero o el amigo del amor, o el tercero de amistad en un amor>>. Para m dos de las ms delicadas actitudes humanas son: la colectiva de saber ser noblemente pblico de la Pasin y la de tercero de amistad hacia el amor de otros, o hacia la pasin del amigo muerto. Mi novela se llamara

  • 240 MACEDONIO FERNNDEZ

    cupa de tomar todas las precauciones para no alarmar a la familia; simula correspondencia o llamados telefnicos, ase-gurando que el interesado aunque no escribe est muy feliz; se preocupa por el bienestar y futuro de los parientes, inventando hallazgos ocasionales; no puede pensar que la familia de quien ha muerto en el colmo de la felicidad (no sera, despus de todo, el filntropo exquisito?) pueda no ser feliz; quisiera que el muerto siguiera viviendo, para su familia, y hcele creer que vive, que est en aventuras, o busca minas, o explora tierras ...

    -Prosigue, por favor; el narrador de este cuento no tiene derecho a resl?irar.

    -Lo que le impulsa es el placer de ver morir; est aprendiendo y adquiriendo la sonrisa del morir, para cuando l muera, b porque esa sonrisa le asegura inmenso placer por mucho tiempo; ver la sonrisa del muriente le justifica un ao de vida. Lo aniquila en el colmo de la felicidad; inventa recursos exquisitos para esa felicidad; se deja ganar en los juegos, lo lisonjea, hasta que es el propio interesado quien pide al supuesto asesino la muerte; es un suicidio en la exaltacin de la dicha. Pero su verdadero problema creo que es: que tiene horror a la muerte y confa en que, gracias a ver morir dulcemente (como a sus hasta ahora ocho gratas

    vctimas), rehabilitar su valor y podr allanarse a la muerte. -Muy poderoso tu relato, amigo; pero es para gentes de

    la vida o entes de novela?

    ci.2

    ci.21 y rosa denostados burlonamente por la intervencin del autor.

    b El autor-te6rico, consciente de su inscripcin histrica en el gnero, con un pt:o.yect~ esttico definido, remite al lector al espacio hegemnico de los prlogos en el que los supuestos quedan e~pliCitados; por oii IJa'rte ratifica la impronta comenzant~)>, ante la confusin, hay que volver al principio, es una manera de prolongar los prlogos en la ficcin.

    e Si el deSafo narrativo es no terminar el relato, Macedonio lo cumpli hasta sus ltimas consecuencias: se muri sin publicar su siempre comenzado y nunca acabado proyecto novelstico lo inacabado refiere no slo a un argumento que no cie'rra, sino tambin a una textualidad siempre provisoria, experimental, posible de modificarse, en la medida que sus componentes, prlogos y captulos>) son aniculables de mil modos distintos y el frrago de manuscritos siempre burla el texto definitivo.

  • 252 MACEDONJO FERNNDEZ

    -Para escapar a ese primer temblor de felicidad frgil, lnzanse locamente a rdenes del Presidente todos - Presi-dente, Eterna, Dulce-Persona, Quizagenio, Deunamor, Padre, Simple, Andaluz- a la maniobra de alegracin, acto raro de ejercitamiento en el soportar activo.

    -Todo lo han concluido; probados de personajes, retor-nan al vivir ilusionado en la. estancia.

    ~Pero no volvi por entero la alegra. Se inquietan con la inquietud del Presidente que dispone la salida a la Accin. sta se constituye por el plan de sofocar la lid. obstinada y larga en que se destroza Buenos Aires entre el Bando Hilarante y el Bando Entemeciente, enceguecida discordia que el Presidente juzga engendrada por haberse consentido en muchos aos el reinado de la Fealdad en ella. El Presi-dente y los suyos dominarn la contienda y extirparn la fealdad civil.

    -As se hace y se logra; todo por milagro de novela .. (Milagros ms abstrusos, como el de Jess concebido sin pecado, han hecho vivir de lo incomprendido a la humanidad, por siglos. Como ms tarde lo sumo de no ser comprendido por nadie ha hecho clebre, por loas de los que no compren- dieron, a Kant. b Ms milagro es stede la gloria de Kant que los modestos, tiles milagros de qu me valgo en mi novela. )e

    -Saciedad triste de una obra triunfante que errnea-mente se crey devolvera la dicha a los habitantes de c.38

    c.38

    c.38 ci. 2

    Se mencjonan Simple y Andaluz como dos personajes diferentes, cf. p. 132, h. c.38

    1 < ... de la accin, fatigas infinitas, incertidumbres, acobardamiento, reanimacin de los das de lucha

    sin sueo, sin un instante de recreacin, reposo, sin alimento.> No se incluye en copias posteriores. ~ El Milagro de novela puede incidir en la realidad como lo haq hecho, a criterio de Macedonio, -otras

    ficciones; milagro religioso, milagro acadmico-filosfi~o. . e Este texto parenttico, con algunas modificaciones, es incorporado al cap. IX en EP; no se consrvan

    documentos que avalen dicha disposicin.

    1

    r

    AL QUE QUIERA ESCRIBIR ESTA NOVELA"

    (Prlogo final)b

    La dejo libro abierto: ser ...!!Lmi111er

  • r

    254 MACEDONJO FERNNDEZ

    con las figuras e imgenes de la novela por ellos mismos leda.

    Tal es la trama de personajes ledos y leyentes, con personajes slo ledos, que desarrollada sistemticamente cumplira una uniforme constante ejecucin de mi teora del arte a personajes o novela. Sera una trama de doble novela.

    Digo esto para confesar que mi presente libro est muy lejos de cumplir la frmula de la belarte de personajes por la palabra. Queda tambin esto, pues, como .

    Dej~~ad~s _la teora erfecta de la novela, una imperfecta pieza de ejecucin de ella y un perfecto pl~n_d~ su ejecucin.

    Ntese que hay un verdadero xito mo en el adosamiento de la doble trama, por el que obtendra mediante una alquimia conciencia! una asuncin de vida para el personaje-lector, con vigorizacin de la nada existencial del personaje-ledo, que es mucho ms personaje por ello, que acenta su franco no ser con un nfasis de inexistencia que lo purifica y enaltece lejos de toda promiscuidad con lo real; y al propio tiempo repercute la asuncin de existencia del personaje leyente en el lector real, que por contrafigura con el personaje se desdibuja de existencia l mismo. Este confusionismo deliberado es probablemente de una fecundidad conciencia! liberadora, b la labor de ms genuina artisticidad que pudo descubrirse, la artificiosidad ms fecunda para la conciencia en su efecto de fragilizar la nocin y certeza de ser, de las cuales procede la universal intimidacin de la igualmente absurda y vacua nocin verbal del no-ser. No hay ms que un no-ser: el del personaje, el de la fantasa, de lo imaginado. El imaginador no conocer nunca el no ser.

    ci. 2 agr.AO c.4 7 c.47

    c.47 agr.AO c. 2

    El balance final de au!or discrimina lcid8.mente sus logros en el campo terico y planificador, en tanto que la ejecucin no satisface sus expectativas de artista.

    b Los objetivos metafsicos del arte ataen a la conciencia liberada tanto del ser como del no ser; en carta a G. Arciniegas, 25PABR-40, dice Mace?onio: El lector "personaje", el lector ledo, es una conmocin conciencia} nica; ninguna de las llamadas belartes puede dar el no-ser en vida al viviente y ninguna conmocin sino sta es artstica ... OC, Jl, 13. A Canal Feijo le dice: ... lo artstico es la duda de ser, el relmpago de "conciencia de no-ser" que es la divina prestidigitacin a que aspira la nica belarte, para m L. carta del23-ENE-31, OC, 11, 26.

    NOTAS EXPLICATIVAS

    Ana Mara Camblong

    1 Franz Kafka (1883-1924), novelista checo: La metamorfosis, El mdico rural; El proceso, El castillo, Consideracin, La muralla china, Un ayunador, La carta al padre, Di