Museos de Terque · 2020. 4. 2. · Museos de Terque Apología Radical de las Cosas Viejas Año IX...

4
Museos de Terque Año IX nº 106 Diciembre 2014 Apología Radical de las Cosas Viejas Un Chavico pa la Maya Por una costumbre general los Pueblos de muchas Naciones de- muestran su alegría en el mes de Mayo con bailes , adornos de flores naturales y otras demostraciones de poca convinación , á que reduci- mos la de trasportar árboles y hacerles parecer dentro de los pue- blos , enramar puertas y ventanas, y otras cosas á este modo , con que parece que los hombres presentan y hacen ver á la naturaleza , como en triunfo de la rebeldía y rigores del Invierno. Pero hay una costumbre peculiar en algunas fiestas de este mes de engalanar con todo género de adornos naturales y artificiales alguna niña , que simboliza la Primavera, y á la cual cuando se presenta así adornada llaman la Maya. Asimismo al árbol que otros sujetos de institución consuetudinaria de adorno traen al Pueblo, adornan con flores, y bailan al rededor de él, llaman el Mayo.” (Diario Curioso, erudito, económico y comercial. 25 Junio 1787.) Con la primavera y el florido mes de mayo llegaba a Almería, la an- tigua costumbre de las Mayas. Esta fiesta popular, era de gran ani- mación siendo las jóvenes sus protagonistas. Por todos los barrios de Almería se vestían Mayas. Estas, consistían en colocar, en el por- tal de una casa, junto a una ventana o en plena calle, a una joven bonita, que lucía ostentosa, sobre un estrado o trono, ataviada y adornada de flores, macetas, cortinas o alfombras. Las amigas que la rodeaban eran las encargadas de perseguir a los transeúntes y pedir para la divinidad, ” Un Chavico pa la maya.” “Un chavico ande un usted.”La Santa de la calle, ni tiene manto, ni tiene saya.” Esta costumbre, heredada de griegos y romanos, fue muy extendida des- de la antigüedad por toda España. Mal vista por autoridades religio- sas y perseguida por molesta, se terminaría por prohibirlas durante algunos periodos. En 1769, Carlos III, prohibía “ el traje de Mayas, pedir con platillos y formar altares por las calles, portales, ni otros sitios profanos.” Imponiéndose 10 días de cárcel y diez ducados a los infractores. A principios del XIX, las Mayas ya habían desaparecido de amplias zonas de España. Almería no fue el caso, y no por falta de quejas de los vecinos, que las repetían en la prensa local año tras año. En 1884 la Crónica Meridional recogía “Si el Sr. Alcalde ordenase que esta costumbre de pedir para la histórica Maya se limitase a los barrios, se lo agradecerían todos los vecinos del interior de la ciudad, que el pasado domingo apenas podía darse un paso sin encontrarse deteni- dos por una turba de niñas pedigüeñas... en la calle la Almedina hab- ía 7 Mayas y por colmo de desdichas, la serie terminaba con la ex- hibición de un Mayo, un tagarote con mas barbas que un capuchi- no.” En 1897, en unos versos se decía “ Como no se le entregue la moneda codiciada / porque uno no tenga o bien porque no le dé la gana / lo menos que hacen las chicas en el colmo de su rabia / es, ya se sabe, ponerlo igual que ropa de pascua.” En 1887, vemos que no se limitaban “ a los barrios extremos de la población, sino que instalan sus tronos en los sitios más céntricos.” En 1893, “Anteayer por la tarde no se podía transitar por la parte baja del Paseo y calle de Pescadores, por ser muchas las mayas y muchos y muy majaderos los zarcillos que se le colgaban a los pase- antes exigiéndoles dinero…. Ya en años anteriores otros Alcaldes prohibieron estas escenas, que acusan una idea poco adecuada de la altura y civilización de este pueblo…escandalosos y ridículos en el siglo de la luz eléctrica y el teléfono.” Las Mayas se instalaban diariamente durante todo el mes de mayo e incluso antes en los últimos días de abril “No debería la Maya mostrarse más que en los días festivos de Mayo, pero nuestro pueblo que todo lo prodiga la hace diaria, y hasta se toma para ella los últi- mos días de Abril.” (L.CM. 1896). Las Mayas se instalaban después del mediodía “ por las tardes tenemos en campaña un ejercito de chiquillos provistos de platos, azafates y bandejas que obstruyen el transito del viandante con sus molestas demandas…” ( L.C.M. 1887) Las Mayas solían ser “niñas y mozuelas pedigueñas” aunque no siempre “entre las cuales había algunas de edad bastante para ejer- cer las funciones de la maternidad y la lactancia.” (L.CM. 1884) El historiador Basilio Sebastián Castellanos, recogía que en el siglo XV y XVI, las mayas podían ser tanto solteras como casadas, siendo a partir del XVII las primeras exclusivamente. Los beneficios de la colecta, se gastaban entre los que habían parti- cipado. En 1919, J. Tellez Moreno en la revista “Tierra”, recordaba con nostalgia las antiguas Mayas de Almería, donde, se organizaban bailes, participaban los mozos y se formaban parejas. “Cuando hab- ía lo suficiente para el manto y la saya que no tenía la reina, no se pedía más.“ Lo conseguido se invertía en vino y golosinas que ani- marían la fiesta. Los críticos de la fiesta denunciaban es “el pretexto para sacar algunas cuartos que luego gastaran sabe Dios en vicios y francachelas.” Hoy las Cruces de Mayo han ocupado en Almería parte de aquel aire de fiesta popular de las Mayas, aquel acto revolucionario y pro- fano que daba permiso para tomar al asalto las calles. Hoy en pleno siglo XXI, todavía se pueden ver alguna que otra humilde Maya, en las calles del casco histórico de Almería. La fotografía tomada en los 60 en Almería, ha sido cedida por el periodista Eduardo del Pino.

Transcript of Museos de Terque · 2020. 4. 2. · Museos de Terque Apología Radical de las Cosas Viejas Año IX...

Page 1: Museos de Terque · 2020. 4. 2. · Museos de Terque Apología Radical de las Cosas Viejas Año IX nº 106 Diciembre 2014 Un Chavico pa la Maya “ Por una costumbre general los Pueblos

Museos de Terque Año IX nº 106 Diciembre 2014 Apología Radical de las Cosas Viejas

Un Chavico pa la Maya

“ Por una costumbre general los Pueblos de muchas Naciones de-

muestran su alegría en el mes de Mayo con bailes , adornos de flores

naturales y otras demostraciones de poca convinación , á que reduci-

mos la de trasportar árboles y hacerles parecer dentro de los pue-

blos , enramar puertas y ventanas, y otras cosas á este modo , con

que parece que los hombres presentan y hacen ver á la naturaleza ,

como en triunfo de la rebeldía y rigores del Invierno.

Pero hay una costumbre peculiar en algunas fiestas de este mes de

engalanar con todo género de adornos naturales y artificiales alguna

niña , que simboliza la Primavera, y á la cual cuando se presenta así

adornada llaman la Maya. Asimismo al árbol que otros sujetos de

institución consuetudinaria de adorno traen al Pueblo, adornan con

flores, y bailan al rededor de él, llaman el Mayo.” (Diario Curioso,

erudito, económico y comercial. 25 Junio 1787.)

Con la primavera y el florido mes de mayo llegaba a Almería, la an-

tigua costumbre de las Mayas. Esta fiesta popular, era de gran ani-

mación siendo las jóvenes sus protagonistas. Por todos los barrios

de Almería se vestían Mayas. Estas, consistían en colocar, en el por-

tal de una casa, junto a una ventana o en plena calle, a una joven

bonita, que lucía ostentosa, sobre un estrado o trono, ataviada y

adornada de flores, macetas, cortinas o alfombras. Las amigas que

la rodeaban eran las encargadas de perseguir a los transeúntes y

pedir para la divinidad, ” Un Chavico pa la maya.” “Un chavico ande

un usted.”“La Santa de la calle, ni tiene manto, ni tiene saya.” Esta

costumbre, heredada de griegos y romanos, fue muy extendida des-

de la antigüedad por toda España. Mal vista por autoridades religio-

sas y perseguida por molesta, se terminaría por prohibirlas durante

algunos periodos. En 1769, Carlos III, prohibía “ el traje de Mayas,

pedir con platillos y formar altares por las calles, portales, ni otros

sitios profanos.” Imponiéndose 10 días de cárcel y diez ducados a

los infractores.

A principios del XIX, las Mayas ya habían desaparecido de amplias

zonas de España. Almería no fue el caso, y no por falta de quejas de

los vecinos, que las repetían en la prensa local año tras año. En 1884

la Crónica Meridional recogía “Si el Sr. Alcalde ordenase que esta

costumbre de pedir para la histórica Maya se limitase a los barrios,

se lo agradecerían todos los vecinos del interior de la ciudad, que el

pasado domingo apenas podía darse un paso sin encontrarse deteni-

dos por una turba de niñas pedigüeñas... en la calle la Almedina hab-

ía 7 Mayas y por colmo de desdichas, la serie terminaba con la ex-

hibición de un Mayo, un tagarote con mas barbas que un capuchi-

no.” En 1897, en unos versos se decía “ Como no se le entregue la

moneda codiciada / porque uno no tenga o bien porque no le dé la

gana / lo menos que hacen las chicas en el colmo de su rabia / es, ya

se sabe, ponerlo igual que ropa de pascua.”

En 1887, vemos que no se limitaban “ a los barrios extremos de la

población, sino que instalan sus tronos en los sitios más céntricos.”

En 1893, “Anteayer por la tarde no se podía transitar por la parte

baja del Paseo y calle de Pescadores, por ser muchas las mayas y

muchos y muy majaderos los zarcillos que se le colgaban a los pase-

antes exigiéndoles dinero…. Ya en años anteriores otros Alcaldes

prohibieron estas escenas, que acusan una idea poco adecuada de la

altura y civilización de este pueblo…escandalosos y ridículos en el

siglo de la luz eléctrica y el teléfono.”

Las Mayas se instalaban diariamente durante todo el mes de mayo

e incluso antes en los últimos días de abril “No debería la Maya

mostrarse más que en los días festivos de Mayo, pero nuestro pueblo

que todo lo prodiga la hace diaria, y hasta se toma para ella los últi-

mos días de Abril.” (L.CM. 1896). Las Mayas se instalaban después

del mediodía “ por las tardes tenemos en campaña un ejercito de

chiquillos provistos de platos, azafates y bandejas que obstruyen el

transito del viandante con sus molestas demandas…” ( L.C.M. 1887)

Las Mayas solían ser “niñas y mozuelas pedigueñas” aunque no

siempre “entre las cuales había algunas de edad bastante para ejer-

cer las funciones de la maternidad y la lactancia.” (L.CM. 1884) El

historiador Basilio Sebastián Castellanos, recogía que en el siglo XV y

XVI, las mayas podían ser tanto solteras como casadas, siendo a

partir del XVII las primeras exclusivamente.

Los beneficios de la colecta, se gastaban entre los que habían parti-

cipado. En 1919, J. Tellez Moreno en la revista “Tierra”, recordaba

con nostalgia las antiguas Mayas de Almería, donde, se organizaban

bailes, participaban los mozos y se formaban parejas. “Cuando hab-

ía lo suficiente para el manto y la saya que no tenía la reina, no se

pedía más.“ Lo conseguido se invertía en vino y golosinas que ani-

marían la fiesta. Los críticos de la fiesta denunciaban es “el pretexto

para sacar algunas cuartos que luego gastaran sabe Dios en vicios y

francachelas.”

Hoy las Cruces de Mayo han ocupado en Almería parte de aquel

aire de fiesta popular de las Mayas, aquel acto revolucionario y pro-

fano que daba permiso para tomar al asalto las calles. Hoy en pleno

siglo XXI, todavía se pueden ver alguna que otra humilde Maya, en

las calles del casco histórico de Almería. La fotografía tomada en los

60 en Almería, ha sido cedida por el periodista Eduardo del Pino.

Page 2: Museos de Terque · 2020. 4. 2. · Museos de Terque Apología Radical de las Cosas Viejas Año IX nº 106 Diciembre 2014 Un Chavico pa la Maya “ Por una costumbre general los Pueblos

2

Dirección y textos: Alejandro Buendía Muñoz. Diseño José Luis Segura García. Colaboradores: Lourdes López Romero, Paca Romero y Eduar-do del Pino. C/ Real, 17 CP 04569 Terque (Almería) Tlfno./ Fax: 950 64 33 00. Colabora: Ayuntamiento de Terque. Edita: Asociación de Ami-gos de los Museos de Terque. Depósito Legal: AL-38-2006. ISSN: 1885 - 9801. Periodicidad mensual.

© Asociación de Amigos de los Museos de Terque. Derechos reservados. Las noticias y artículos que figuran en la presente publicación pueden reproducirse con fines educativos, citando la procedencia. Ninguna parte puede reproducirse con fines comerciales sin el consentimiento ex-preso del Museo de Terque. www.museodeterque.com

El Viático

Nacer y morir en la propia casa fue lo más habitual hasta

hace unas décadas. A lo largo de la vida la mayoría de los

enfermos tampoco pisaban un hospital. Estas costumbres,

en una sociedad mayoritariamente católica, obligaba a los

sacerdotes a acudir al domicilio a administrar el sacramen-

to de la Eucaristía o Viático a aquellos enfermos que no

podían desplazarse, o el sacramento de la Extremaunción en caso

de una muerte inminente. La costumbre era guardar parte de la

Comunión que se había consagrado en la Eucaristía para llevarla a los

enfermos. Las obleas se guardaban en unas cajitas de formas y es-

tas a su vez en unos recipientes o portaviáticos. El sacerdote reves-

tido, con roquete, estola y bonete sobre la cabeza, llevaba sobre los

hombros el humeral con el que protegía y ocultaba el portaviático.

En ocasiones caminando bajo un palio o una umbela, especie de

parasol. Se acompañaba de monaguillo o sacristán. Estos llevaban

una campanilla que iba avisando del paso del Santísimo, y un farol

con velas encendidas. También llevaban el agua bendita para “ as-

perjar con ella al enfermo y aposento.”

Estas visitas eran celebrabas y vividas con un gran ceremonial, por el

sacerdote, familiares y vecindario. Desde su salida de la iglesia hasta

la casa del enfermo, se iban sumando vecinos. Todos los que acom-

pañaban el Viatico, hacían una obra de misericordia y tenían su re-

compensa. Para ellos el papa Gregorio III, había otorgado una indul-

gencia de 100 días, “ Asimismo habéis ganado días de perdón los que

habéis traído candelas encendidas, doscientos días.” Para los que

estaban impedidos y no podían seguir el Viatico, “si al sonido de la

campanilla rezasen de rodillas la oración del padre Nuestro y rogasen

por el enfermo cien días.” Paca Romero (Alhabia 1937-), lo recuer-

da, “Cuando tocaban al viatico, si estábamos cosiendo o haciendo

otra cosa lo dejábamos y salíamos corriendo a la calle, el acolito iba

tocando la campanilla delante del cura, nos poníamos en dos filas

como en procesión y los acompañábamos hasta la casa del enfermo,

esperábamos en la puerta y después de vuelta a la iglesia.”

En diciembre de 1912, el diario católico almeriense, La Independen-

cia, dejaba muy claro como comportarse ante el paso del Viático:

“Cualquiera medianamente educado entiendo que debe descubrirse,

al pasar por delante, y aun incorporarse ó arrodillarse, si cómoda-

mente puede hacerlo. Es lo menos, tratándose de Dios y de su criatu-

ra. Lo más cristiano y conforme es acompañar el Viático hasta la casa

del enfermo y después á la iglesia parroquial, como haya tiempo dis-

ponible. Los que van en coche de paseo, ó sin urgencia, deben des-

cender, invitar al sacerdote suba en él con las Sagradas Formas y

acompañar á pie al Señor. Si el sacerdote no acepta, deberá marchar

el coche escoltando la procesión. Así lo hacen los mismos Reyes y

Príncipes de España y de todas las naciones católicas, tomando velas

encendidas si las hay á mano, ó llevando el mismo farol del Viático.

En las casas donde hay piano y quien lo toque, es costumbre muy

cristiana y española tocar la marcha real al pasar el Señor para los

enfermos.”

En la casa de los enfermos se preparaba una mesa a manera de altar,

donde el sacerdote colocaba los corporales y sobre ellos el Santísi-

mo Sacramento, dentro de una cajita. Si era necesario procedía a

confesar al enfermo.

También se celebraba una vez al año una gran procesión del Santo

Viático, que recorriendo las calles iba visitando enfermos. En algunos

pueblos solía ser en la Pascua de Resurrección. En Almería fue muy

popular la procesión que organizaba la Parroquia de San Sebastián.

Autentica fiesta donde se engalanaban las calles, y se organizaban

bailes populares. La Crónica Meridional las recoge con detalle. En

junio de 1885 “En la mañana del domingo salió de la parroquia de.

San Sebastián el Sagrado Viático para los enfermos impedidos de

toda aquella feligresía, recorriendo las calles de Granada y Murcia y

transversales de ambas, Gran Capitán, Regocijos, y Segura, habién-

dose esmerado todo aquel vecindario en adornar las fachadas de las

casas con elegantes colgaduras, instalando altares en varios puntos,

llamando la atención los establecidos en la calle del Gran Capitán y

otras inmediatas. Durante todo el acto reinó el mayor orden ;y com-

postura, regresando al templo la procesión á las ocho y media, presi-

diendo la comitiva una comisión de los alcaldes de barrio y varias

parejas de municipales. Esta fiesta religiosa proporcionó la víspera

una agradable velada á las honradas familias que habitan aquellos

barrios, improvisándose músicas y serenatas que se prolongaron has-

ta que el alba.”

Fotografía del Viático de plata de la parroquia de Bentarique. Imagen

del Viático en procesión por el barrio de la Chanca. Almería, en los

años 60. Fotografía cedida por el periodista Eduardo del Pino.

Page 3: Museos de Terque · 2020. 4. 2. · Museos de Terque Apología Radical de las Cosas Viejas Año IX nº 106 Diciembre 2014 Un Chavico pa la Maya “ Por una costumbre general los Pueblos

3

Museo de la Escritura Popular

El Corpus en Granada, 1841

“ Lanjarón junio 21 de 1841

Querido Diego.

Por fin vimos la patarata del Corpus en Granada, que no me-

recía la pena de haber perdido tanto tiempo por verla. Y se

completó la fiestas lloviendo todo el dia hasta que concluyo

la fiesta. De modo que con la lluvia y el fango, se pusieron las

Elegantes hechas una miseria. ¡Vaya una ciudad fea y puerca!

Por cierto que vista una vez no quedan ganas de volverla a

ver.

Mercedes se ha aliviado en la mayor parte de sus achaques

con la bebida de las aguas y baños de Lanjarón, que principio

a usar el 16 del presente, y concluirá a principios del que vie-

ne, de modo que esperamos estar de vuelta en Alhaurín a

mediados de Julio. Bien deseamos estar de vuelta para des-

cansar de las privaciones y asco del Reyno de Granada, desen-

gañado en su capital y pueblos.

No se como sigue mi madre y te estimaría me informases.

Memorias de Mercedes, Juan, Matilde, Pepita y todas las me-

morables, y tu manda a tu tio que te quiere.

El Piano, 1864

“ Alhaurín el grande.

Octubre 1º de 1864

Sr. D. Diego Solano

Estimado sobrino. Los quehaceres han impedido que hubiere

yo contestado a su debido tiempo tu apreciable última. Aho-

ra lo hago como sigue.

1º Los pianos son propiedad de tu tía Mercedes, y yo jamás

me he mezclado en enseres de puertas adentro por ser del

dominio absoluto de las Señoras.

2º Si fuesen mios, tampoco dispondría de uno de ellos del

modo que tu me indicas. Porque haciendo falta uno en Mála-

ga, y el otro aun mas en este pueblo, por ser la única distrac-

ción con que uno cuenta, cuando tu tía o mi familia vienen a

este lugar, si me deshiciese del uno tendría que comprar otro

para reemplazarlo, cosa que no pienso ni debo hacer.

3º Me permitirás, te diga que tu hija Mercedes ya es demasia-

do crecida para empezar a tocar un instrumento que requiere

mucha soltura de coyunturas que se pierde pasada la niñez, y

por consiguiente sería malgastar una educación de muchos

años y de mucho costo. Con mucho menos gasto aprendería a

tener una gallarda letra, con buena gramática y buena dic-

ción, y si se quiere la lengua francesa, inglesa o italiana que

todas las señoritas de buena educación tienen hoy dia aun

cuando no toquen el piano. Espresiones a Matilde y niñas.

Tu tio y servidor. Joaquin Solano.

Cartas de Joaquín Solano a su sobrino Diego Solano desde

Lanjarón (Granada) y Alhaurín el Grande. (Málaga)

Las Palabras Moribundas

Patarata: Cosa ridícula y despreciable.

Expresión, demostración afectada y ridícula de un sentimiento o

cuidado, o exceso en cortesías y cumplimientos.

Hoy viene a la Modernista, la historia de un humil-

de vestido de lienzo blanco. Su aparente sencillez,

no manifiesta la gran historia que guarda. En el,

vive, el recuerdo del pasado emigrante de Almería

y de uno de los pasajes más tristes de la historia

de España, la Guerra Civil.

En 1936, emigrantes almerienses residentes en la

barriada de Brooklin, Nueva York, fundaron una

asociación política el “Grupo Salmerón”, con el

objetivo de apoyar la causa republicana durante la

Guerra Civil. Una de sus actividades fue recaudar

dinero, para la compra y envío de una ambulancia

al ejército de la República.

Aunque una mayoría de sus miembros eran alhameños, entre ellos esta-

ban una familia procedentes de Alhabia, la formada por Raimundo Cas-

tellón Martínez y su mujer Eloisa Molina Gutiérrez. Ella fue, una de las

mujeres que ataviada con este vestido blanco semejante a los de enfer-

meras, fueron pidiendo fondos para adquirir dicho vehículo en 1936.

El vestido que hoy

presentamos, fue

traído desde Nueva

York a nuestro museo

por su hija Elisa Cas-

tellón. Es un vestido

de lienzo blanco, ca-

rente de cualquier

adorno, que se acom-

pañaba de un cofia en

la cabeza con una

cruz roja cosida de fieltro rojo. Como vemos en la imagen el vestido que

lleva Elisa Molina, se acompañaban de una banda con los colores de la

bandera republicana.

¡Viva la República!

Page 4: Museos de Terque · 2020. 4. 2. · Museos de Terque Apología Radical de las Cosas Viejas Año IX nº 106 Diciembre 2014 Un Chavico pa la Maya “ Por una costumbre general los Pueblos

Museo Etnográfico - Museo Provincial de la Uva del Barco - Cueva de San José – La Modernista. Tienda Tejidos- Museo de la Escritura Popular

Viaje al Tiempo detenido

Libro de Visitas

“En mi vida lo más importante era recibir las cartas de mi

novio, hoy marido, y de mi tío (en Argentina). ¡Gracias a

los carteros!.”

Ana María. 14 Noviembre de 2014

El tiempo detenido nos lleva a Illar, un día de otoño de la década de 1950. La fotografía nos muestra una típica imagen de faena uvera junto

a un parral. Vemos un grupo de trabajadores, de pie los hombres, encargados de cortar, acarrear la uva, y tapar los barriles. En primer pla-

no, mujeres sentadas en unas sillas bajas, las “limpiadoras”, junto a ellas una gran pila de uva cortada – que se apoyaba en el suelo sobre

un manto de cisca-. Los racimos con el palo hacia arriba son cogidos con cuidado y limpiados con las tijeras, de todos aquellos granos pe-

queños o dañados. Las limpiadoras, utilizan lebrillos de barro y porcelana para echar la granuja o desperdicios. A un lado aparece una torre

de cajas o plateaux, donde se iban a empaquetar las uvas. En cuanto a la vestimenta de las limpiadoras, junto a las que aparecen con man-

diles de faena, destacan dos jóvenes de luto riguroso. Sus vestidos y medias son negras e incluso una de ellas trabaja con la cabeza cubier-

ta por un velo. El luto como manifestación externa del duelo, podía ser riguroso o de alivio de luto. Por los padres y esposos se guardaba

luto dos años, uno de luto riguroso y otro de alivio; por los hijos, hermanos y abuelos: medio año de luto riguroso y medio de alivio, y por

los demás parientes: un mes de riguroso y dos de alivio. En los hombres la ropa también debía de ser negra, incluido zapatos, corbata y

sombrero. Estas necesidades, provocaba que muchas veces se recurriera a teñir de negro ropas y zapatos. En los hombres en los alivios de

luto, solo se exigía un traje oscuro con un brazal negro de unos ocho centímetros en el brazo izquierdo o una franja negra sobre la solapa

izquierda. Otras manifestaciones de luto era no asistir a paseos, fiestas, bodas o espectáculos. También se resguardaban de ir a comprar o

al lavadero en las horas de más concurrencia. Otra manifestación, era utilizar para las cartas y tarjetas de visita orla negra, más o menos

ancha según la clase de luto. La fotografía la conserva el Museo Etnográfico en una copia digital.

Diario de Avisos

“Los que estéis padecidos y vayáis pensando en el viaje al otro mun-

do, visitad “La Funeraria” (Real 16) donde encontrareis ataúdes cómo-

dos, elegantes y precios económicos”

Almería Jocosa. 23 Noviembre 1912