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Revista de

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éditorial

1::.,pa1ia ei: el paft dr? {os t€'sorn.~ oculto,, o ,·('rmenlerm­dos. Lu fa·cuela 111.adri/efm de Cerrimica de /a ,itow:loa, obra imdada por Francisco Alcántara bajo los ausj!frio,, de la Jnstlmcinrt Lihre de En.,ei'mnzu, lllü11flwri ~-omu pal'­te del apnmdU:aje artístico, la costumbre de rcaífzar 1•la jes a d/fúentes .wnas de J:."spmla donde alumnos y profe­sores pinta!xm acuarelas sobre r1?nw.1 jlaisafistu:os, elno-2mfü.:os n de U!Stumbre.~ .. Uds de 17.00r} de esas acuare­im, se wnscn•m1 todavía en tu Escuela. depcndient,;, del Ay11ntamümto de ,Hadrid. umw m.mltadu rle una cKcióll personu!y casi hero!Ca de t'anos alumnos dur:mte r:1 sitio de fa ciudad en la R!lerra cfvil y, poster/ornumtr?, por el cuid,ad-0 primoroso de SIi r.ictrwl rlireclum, Mar,!j,arita Be­rnrrif. E{ tt:.11,ro se .1ti!1xí y uh11ra mteresa que .;e couozca_: uu lrahajo 111irwcioso y u·eatii'O, de ¡;¡ran ,·afatad artísti­ca J humana, quf' pi~,:le mostrar inequf1mcammitP el per­fil de una éjmut y uuo.~ fo,~ures de una rt,par/a desapare­cida b,{iO d peso d<!I ticrnpoy de las erpiluocaciones

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Papcks ~iaks de las muicn::s cu d rcfram-:m 3 AnnaM. íerná:ndez F\in~cla

El Tetumbo de Carrizo de la Ribera (León) ... 10 Alberto ílcccha P,re7

La reforma de la iglc-sia parroquial de Mor1l.i-berner (Valencia). Nota~ Etnográfico-musí-cales contenidas en unas memorias del ~iglo XVlll .. , .. , .. , ........ ..... , .. , ......................... , .. , .. , 15

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Ecos indoeurnpeo~ en cuenlu~ castella110~ de tradición oral.. ... ... ................ ......... , .. , .. , .... 18

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EDITA' Obra Social y Cultural da Ca¡a Espai'\a. Plaza Fuente Dorada, 6 y 7 - Valladolid. 2002

UIRIGE la revie,ta de Fu kl,,re: Jcaqu,n º"" DEPOSITO I EGAL VA. 338 1980 - ISSN 0211-181ú 1•.1PRl~E· more11e Casares, S. /1. - Váz~uez de Merchaca, ~4 - 4/00ll ~al lado 1d

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"ECOS INDOEUROPEOS EN CL'ENTOS CASTELLA:'\OS DE TRADICIÓN ORAL"*

En memoria y homenaje a mi abuelos. Felipe y Máxima, Teágenes y Onésima,

a mi bisabuela Cafista y a quienes les precedieron en

estos Campos de Castilla, cargados con los frutos de una

larga historia.

1. Introducción. Planteamiento teórico y ob­jetivos.

Pocos campos de investigación ofrecen al estu­dioso que se adentra en sus sendas tantas dificul­tades y recovecos como plantea el estudio de los cuentos y las tradiciones populares. Pocos también resultan tan atractivos y despiertan tanto interés en el especialista y en el lego en la materia. No en va­no pertenece ésta al acervo cultural de cada pue­blo y está unida a él de una forma tan estrecha que reflexionar sobre su identidad y características es­pecificas requiere una aproximación a su cultura oral, que se revela al tiempo plena de universali­dad.

Sei'iala Stith Thompson en su clásica obra El cuento folklórico (1) que lo importante en la natura­leza tradicional del material folklórico es transmitir lo que el narrador ha recibido. Hay que tener en cuenta aquí que cada comunidad retoma los cuen­tos, cuentos universales muchas veces en cuanto que se han registrado versiones en casi todo el mundo, y los conforma de acuerdo con sus peculia­res tradiciones sociales, históricas, geogréficas y lingüísticas (2).

Habida cuenta de ese constante y singular pro­ceso de adaptación y transmisión oral en el que los cuentos se "copian'· y "recopian", trazar la historia de los mismos es una tarea harto compleja en cuyo discernimiento han sobresalido en las últimas dé­cadas los cultivadores del método histórico-geográ­fico. Ellos pusieron de manifiesto la necesidad de una cooperación internacional para superar una etapa puramente especulativa y asentar los estu­dios de la narración oral sobre datos fidedignos, fruto de una recolección y clasificación previa y ri­gurosa.

El título de este artículo pudiera hacer pensar en un intento de retomar la tesis indoeuropea que

M' del Henar Velasco López

floreció en la primera mitad del s. XIX al compás de los logros de la lingüística comparada, auspiciada ademas por las propias declaraciones de Wilhelm Grimm (3), cuyo hermano Jacob era una de las fi­guras más destacadas en los estudios de lingüísti­ca indoeuropea. Nada más lejos de nuestra inten­ción. Los abusos de esa teoría, hijos de su propio tiempo, fueron suficientemente criticados e incluso satirizados como para que sea innecesario ~eabrir la polémica.

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De hecho, dentro de los problemas generales relat'1vos a los cuentos no prelerldemos aqui cen­tramos en el origen, causas e historia de la forma­ción y evolución de los mismos. Nuestro objetivo es mucho más modesto: la lectura de distintos cuen­tos castellanos. cuentos populares, transmitidos oralmente y recogidos en nuestro siglo (4), nos ha brindado datos, reterencias. rasgos, verdadera­mente Harnativos por su paralelismo con algunos atestiguados en las fases mas antiguas de lastra­dícíones de los distintos pueblos indoeuropeos. Nos hemos fijado especialmente en aquéllos que guardan relación con el más allá, por haber sido este tema objeto de nuestra tesis doctora! y de posteriores estudios (5). Mas no descartamos que puedan encontrarse otros.

De momento queremos llamar la atención sobre esas huellas, unas tienen una vieja raigambre y es­tán bien atestiguadas en los testimonios literarios indoiranios, hititas, griegos y latir,os, por no citar si­no los de fecha más antigua. Hallan refrendo ade­más en los hallazgos arqueológicos y en los datos procedentes de otros pueblos cuya documen1ación escrita es más reciente (celtas, germanos, baltos, eslavos). El estudio comparado de las distintas tra­diciones prueba la filiación indoeuropea de los con­ceptos que iremos enumerando sin que ello supon­ga que excluyamos su presencia en las tradiciones de otros pueblos no indoeuropeos. Otros elemen­tos, si bien se encuadran en ese mismo trasfondo indoeuropeo, llevan una impronta mucho más defi­nida. identi1icable, por ejemplo. dentro del mundo céltico.

Las referencias de los autores grecorromanos a las antiguas poblaciones que encuentran en la me­seta castellana, los hallazgos arqueológicos en es­tas tierras (necrópolis, castros, poblados), los datos li11güísticos procedentes de inscripciones latinas (antropónimos, teónimos), cotejados con los topó­nimos, hidrónimos y las propias supervivencias de las lenguas paleohispánicas en el español actual ponen de manifiesto el riquísimo y complejo pasa­do de estas tierras. Ahora bien, como señalábamos más arriba, esa herencia no permanece inmutable, máxime cuando después de la romanización, otros pueblos contribuyeron muy notablemente a la con· figuración de nuestro patrimonio cultural: durante la repoblación los mozárabes llegados del sur conflu­yeron con )os cristianos venidos de! norte, un norte donde el Camino de Santiago favoreció el flujo de peregrinos con sus cuentes, canciones, relatos, etc. Mientras, la larga convivencia de judíos y ára• bes, depositarios de muchas tradiciones orales desde la India, convertía a España en un país privi· legiado para la transmisión de (as mismas desde Oriente a Europa (6).

Somos consc'lentes de todas esas corrientes asi como de la necesidad de profundízar más en la pe·

culiar singladura de cada uno de los cuentos a los que aludiremos, Mas Justamente el llecho de que haya una rnodif1cación y una conformación de los cuentos populares a las peculiaridades de cada zo­na, el reconocimiento de pérdidas en la transmi­sión, fácilmente detectables cuando se comparan varias versiones de un solo cuento, obliga a aunar "todos los recursos posibles suministrados por el trabaJ0 de historiadores, geógrafos, etnógrafos y psicólogos". en palabras de Thompson (7), en pos de una verdadera comprensión de los cuentos fol­k!óricos. Al rastrear esas posibles huellas de tradi­ciones indoeuropeas en los cuentos castellanos, al llamar la atención sobre esos ecos. no pretende­mos sino contribuir a esa comprensión, indagar no tanto en su razón de ser, que pudiera contribuir a( esclarecimiento de las causas fundamentales que dieron origen a un cuento determinado, como en las ideas de los pueblos que los acogen y transmi­ten, ofreciendo de esta manera un testimonio t1el de su peculiar concepción del mundo. en el pasado y en el presente, en Is medida en que dichas tradi• ciones permanecen vivas.

2. El más allá en la tradición indoeuropea y en los cuentos.

En los cuentos maravillosos, en especial en los Cuentos de Encantamiento que constituyen un apartado especial en la recopilación de A. M. Espi­nosa, hijo, (vol. 1, p. 99 ss.) (8) el oyente o el lector con frecuencia se ve tfansportado junto con e! pro­tagonista a un mundo irreal. Más allá de la expe­riencia, no necesariamente coincide con el mundo de los muertos, tampoco corresponde exactamente al mundo de las hadas de otras tradícíones europe­as, ambos junto con elementos del mundo de la magia y otros contribuyen a buen seguro a configu­rar ese ultramundo que sin responder unívocamen­te a los conceptos de cielo o infierno, muchas ve• ces es morada del diablo, con. \a peculiaridad de que éste aparece caracterizado no tanto con los rasgos de) demonio cristiano sino como una suetfe de "deidad" pagana.

Generalmente los cuentos no son muy ricos en descripciones. Precisamente por ello interesa fijar­se en los rasgos que caracterizan al diablo o a otros habitantes de ese u)tramundo, prestar aten­ción a su paisaje o a los elementos que parecen de"linirlo (9). Unos y otros nos darán la pauta de \as posibles correspondencias con la imagen del más allá que definimos en su día para los pueblos indo­europeos.

El otro mundo en las tradiciones más antiguas de estos pueblos, a! menos en una de sus figura­ciones, se representa como una pradera con árbo­les, con agua, sea un río, sean fuentes, donde pas-

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tan animales (bóvidos y caballos especialmente) y donde los difuntos disfrutan de una vida apacible, feliz, sublimación de todos los placeres de esta vi­da (banquetes, danza, canto, caza). La imagen del más allá como un prado conlleva en las tradiciones más antiguas la figura de un dios de los muertos como pastor, también como jinete que recorra sus tierras y en determinadas tradiciones (la medieval griega conservada en el folklore, por ejemplo) arre­bata a jóvenes, viejos y niños para construirse con ellos su propio jardín, Los difuntos son entonces flores, árboles de ese jardín, lo cual enlaza con otra concepción también muy antigua, algunas de cu­yas huellas hemos estudiado por separado (10).

Ese más allá sublimado es además depósito de bienes y riquezas, uno de los nombres griegos del dios de los muertos se hace eco de esa concep­ción, Plutón, ''el rico". También es morada donde la sabiduría, la verdad tienen su sede. Los tiombres, que alcanzarán tales beneficios tras su muerte, ya en vida están ansiosos por conseguirlos. De ahí (os relatos que tratan de expediciones al otro mundo en busca de un botín que lrecuentemente incluye una o varias mujeres, las cuales, de otro lado, de­sempeñan un pape\ muy destacado en \a sobera­nía de ese reino. También anhelan los mortales desvelar los misterios en los que se ve envuelta su vida, su pasado y su futuro. La videncia permite el acceso a esos arcanos y en algunas tradiciones in­doeuropeas la transmisión a este mundo corre pa­ralela a un proceso de transformaciones y guarda especial vinculación con las deidades acuáticas (11 ), no hay que olvidar que las fuentes y los pozos son enclaves privilegiados para el contacto entre los dos mundos.

Veamos entonces qué rasgos coincidentes re­vela la lectura de los cuentos castellanos de tradi­ción oral.

2.1. La pradera del más allá.

Sin ser excesivos hay casos en los que los pro­tagonistas son transportados a un prado o jardín donde tiene lugar la parte final y decisiva de sus aventuras.

"Juanillo el Oso" (12) junto con sus dos compa­ñeros (Aplanamontes y Arrancapinos) visitan el Castillo del Diablo (13), pero éste en realidad no vi­ve alh sino que a través de un subterráneo se ac­cede a "un hermoso jardín (14), en el cual hay tres princesas" (15).

En el cuento de "La princesa encantada" (16) el hijo del pescador la encuentra tras meterse en un río en pos de una trucha que se desliza por un ho­yo, de éste cae el chico a un jardín donde hay un hermoso palacio que guarda a la princesa.

Naturalmente también la versión castellana de !a Bella y la Bestia. "La fiera del jardín·· (17) tiene por escenario un jardín. Es más, cuando la prota­gonista marcha a su casa y se demora "en la ma­tanza " {í 8), a su vuelta encuentra a \a fiera er. el jardín. al pie de una fuente, moribunda: le echa agua la joven y le revela su amor, con lo que vllel­ve en sí la fiera y "se volvió un caballero muy gua­po".

No es el único caso en que la fuente se convier­te en lugar privilegiado de encuentro (19). En una de las versiones de ~La Pavera", 1ambién conocido como "Más que la sal en el agua" (20) el reconoci­miento de la verdadera identidad de esta princesa expulsada por su padre tiene lugar cuando el hijo del rey, en cuya casa ha entrado a servir cuidando pavos, se sube a un árbol y contempla a la joven que en la fuente se peina, se lava y se qulta et ves­tido de encima, con lo que queda a la vista uno muy elegante (21)

Quizás guarde también relación con esos en­cuentros el requisito que aparece en otra narración: el protagonista ha de 1r a "La Fuente de la Teja'' (22) por un cántaro de agua y volver antes que la princesa. si quiere lograr su mano.

2.2. Cuestas y peñas.

En los cuentos antes aludidos el escenario es un jardín al que se accedía por un subterráneo, a través del agua o se dejaba sin especificar este su­puesto. Mas en otros CLJentos predomina otra ima­gen, una peña o peñasco, un cerro o una cuesta.

Así en ·'Los maridos animales y el castillo en­cantado" (23) el padre ha vendido a sus tres hijas a tres caballeros que salen a su encuentro en el monte cuando va a recoger leña; a cambio recibe un burro cargado de oro, de plata y de calderil/as respectivamente. El hermano conseguirá liberar/as, localiza a las dos primeras golpeando con un bácu­lo en dos peñascos y a la tercera en el agua. La equivalencia ultramundana entre las dos localiza­ciones es clara y la peculiaridad de los peñascos quizás no se ha subrayado lo suficiente (24).

En un cuento similar, "Los animales agradeci­dos" (25), junto a una peña reclama el gigante al le­ñador lo primero que salga a recibirle esa noche, no es otro que su hijo, Se convierte éste en una ré­plica masculina del cuento de la Bella y la Bestia. porque aquí es un chico el encantado y duerme "con una moza mu (sic) guapa, mu (sic) guapa~. No interesa tanto esto (26) como reparar en la propia insistencia de! re\a~o en et hectio de entrar y salir de la peña.

Unos caballeros, un gigante, son los dueños de tal lugar en esos cuentos. Mas en '"Blancaflor, la hi-

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ja del demonio'' (27) es al demonio quien tiene un cerro, donde hace plantar al pretendiente de su hija una viña que produzca vino en media hora (28); asimismo le hace arar una tierra y traer pan (29), Son dos de las tareas imposibles que le impone, un motivo fundamental en el cuento (30), cuyo marco específico contribuye junto con la referencia a la ta­la de un bosque y al mar a esbozar los rasgos pai­sajísticos de ese ultramundo (31 ). Es más, en dos versiones (32) es la propia residencia del diablo la que se ubica en una cuesta negra (33), allí se alza el palacio Donde Irás y no Volverás (34).

Mas quizás sea "La peña encantada" (35) el ejemplo más significativo de estas peñas huecas. Sita en un rincón de la montaña y con entrada en forma de arco tiene fama da asconder cosas en­cantadas: "muJeres, animales y qué sé yo de co­sas··_ Los hombres no se atreven a ir solos, ni de madrugada ni por la noche a regar los prados cer­canos y los pastores que pasan por allí dicen ver calaveras y pasar sombras. Éstos no son sino los prolegómenos porque la narradora de Morgoviejo (Riaño. León) cuenta cómo un día llegó al pueblo una seriara con porte de princesa preguntando por una nodriza, trajo ella misma al recién nacido y no volvió hasta pasado más de un ario. Para pagarle las crianzas se hace acompañar a las cuevas por la nodriza, quien se niega a entrar. Sale al poco y le pone un taleguito en el mandil con el encargo de que no mire hasta entrar en el pueblo. Dominada por la curiosidad la nodriza lo abre y resultan car­bones que tira al suelo enfadada, mas al sacudir el delantal en el pueblo caen tres onzas de oro.

Es éste un relato que casi parece salido de los labios de un cuentista irlandés. Los episodios con niños feéricos son frecuentísimos en tierras célti· cas en relación con los s(de, las colinas donde vi­ven las hadas u otros seres (36). Dichas colinas constituyen un particularísimo elemento del paisaje del más allá de clara filiación céltica y, por ende, sería importante seguir esta pista. Peñas, peñas­cos, cerros, cuestas aparecen en otros cuentos (37), muchos de los pueblos castellanos cuentan con su Cueva de la Mora, sin embargo, los rasgos que aparecen en esta narración son peculiares y específicos, guardan relación con la tradición célti­ca (38) Por ende. interesaría determinar las fuen­tes del relato (herencia antigua, préstamo relativa­mente reciente) y la posibilidad de encontrar para­lelos (39).

2.3. Hombres-Arboles

Bajo este epígrafe vamos a considerar los ca­sos en que ese jardín, huerta o vergel, trasunto de la pradera ultramunda en los cuentos maravillosos, está poblado no por verdaderos árboles y flores si-

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no por seres sobrenaturales que adoptan esa for­ma o por los visitantes de tales reinos. así transfor­mados.

El cuento "Las tres naranjitas del amor" se abre en una de sus versiones (40) con la maldición de una gitana al hijo del rey: "¡ Permita Dios que te se­ques antes de que encuentres las tres naranjitas del amor!". Es una expresión que parece reunir am­bos conceptos: subyace la comparación del prínci­pe con un árbol que ha de secarse y, de otro lado, al abrir las naranjitas. que encontrará en un jardín con muchos naranjos (4i), salen señoritas, una de las cuales se convertirá en su esposa.

En esta variante y en la del Castillo de los Gi­gantones es donde mejor se aprecia la relación con aquellos relatos de expedición al otro mundo en busca de una hermosa mujer (42) Conviene tam­bién llamar la atención sobre el lugar donde deja a la tercera joven, que ha elegido por esposa: en una fuente sobre un árbol, a la orilla de un río o en la galería de palacio con una fuente abajo (43). Allí la encuentra una gitana o una mora, quien viendo su reflejo en el agua, cree que es ella la hermosa y lle­na de envidia, cuando descubre la verdad, so pre­texto de peinarla. le clava un alfiler que transforma a la joven en paloma. Como tal sobrevuela el jardín de su esposo preguntando por su hijito hasta que el marido, intrigado, acaricia a la paloma, descubre el alfiler y al sacárselo recupera su forma humana.

Son varios los detalles en los que conviene fijar­se siquiera someramente: la fuente de nuevo como lugar de encuentro. Nos hemos referido ya a la po­sibilidad de que en tal lugar una mujer vieja se true­que en una joven hermosa. Sucede aquí al revés, el protagonista dejó una mujer muy guapa y en­cuentra otra muy lea quien justifica su negrura por haberla quemado el sol. El hecho de peinarse es casi la ocupación exclusiva de esas jóvenes que se aparecen en una fuente. La transformación en pa­loma nos llevaría a considerar la constatación en los cuentos del viejo concepto del alma-pájaro (44). Asi como el intrumento utilizado. el alfiler, recuerda la peineta que clava la madrastra a Blancanieves (45).

Ahora bien, la consideración de estos pormeno­res, interesantes en sí mismos y por abrir otras ví­as de comparación, no debe apartarnos de nuestro primer interés por este cuento: el hecho de que de un capullito o de una naranjila salga una mujer (46). Esto presupone la equiparación entre una mu­chacha y una flor o su fruto, muy viva en la poesía amorosa desde la manzana de Salo que los reco­lectores no pueden alcanzar (fgto. 1 05 V) hasta la flor de mi jardín de la copla popular, con la peculia­ridad de que en este caso es una mujer ultramun­dana (47).

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Lo más comú11. si11 embargo, es que sean los vi­sita11tes humanos de tales rei11os quie11es terminen transformados en arboles. Es esto lo que ocurre en una serie de cue11tos castella11os co11 títulos dife­rentes pero indudablemente varia11tes diferentes de un mismo relato (48). E! episodio que más interesa aquí guarda de nuevo relación con el Castillo de Irás y no Volverás, que en otro cuento más arriba aludido era morada del diablo. Nada se dice aquí en tal sentido, si bien engloba una serie de rasgos que prueban su relación con el más allá: ta! lugar, in11ominado unas veces (49), Castillo o Huerta de Irás y no Volverás en otras versiones (50) se ubica en un paraje remoto (hay que atravesar tres rios (51), se busca allí bien un agua curativa (52), bien tres objetos maravillosos cuya naturaleza puede variar pero que corresponden a los elementos co­munes de un jardín: ya hemos mencio11ado el agua, también figuran peces de colores. un ramo de flores y un pájaro (53). Ahora bien, la versión que habla de 1.1n castillo menciona los mecanismos de seguridad: las puertas sólo se abren a determi­nadas horas (54) y lo que es más importante, de quedar encerrado, será imposible salir porque to­dos los que han entrado han visto transformada sv naturaleza. También aqu i difieren las versiones: en la más detallada se han convertido en árboles, pe­ces y pájaros (55). tal le sucederá al protagonista la tercera vez que entre, pues le embelesa el concier­to de los pájaros; a su vez el protagonista de "El ár­bol del Paraíso" queda atrapado mientras persigue a los pá¡aros y se transforma en una estatua de mármol (56); en la versió11 más breve dos herma­nos parten, uno tras otro, en busca de los tres obje­tos (el pájaro sabio, el agua amarilla y e/ árbol que canta (57) y quedan allí como piedras.

Es evidente que en la conformación actual de los cuentos se entrecruzan y e11treveran elementos bien dispares, también otros en los que es preferi­ble no detenerse aqui (58). No podemos añalizar­los todos ya que sería necesario un estudio detalla­do que tuviera en cuenta otras versiones, la exten­sión, difusión y vías de transmisión del cuento, Cre­emos, sin embargo, que sí pueden hacerse algu-11as precisiones. El cotejo de las variantes aquí consideradas apunta ya a la modernización de de­terminados eleme11tos: mármol en lugar de piedra, ramo de flores en lugar de un ramito (59), árbol que canta transmutado en el árbol del Paraíso de la misma forma que se cristianiza la figura del viejo co11virtiéndolo en u11 ermitafio o el propio Señor.

Más que ese aspecto y puesto que ha quedado clara la caracterización ultramundana del paraje in­teresa subrayar la transformación de quienes allá se adentran: en piedras {60) en la versión más bre­ve y con más visos de conservar rasgos antiguos (referencia a otros encantados que también son rescatados, instrucciones a cargo del pájaro sabio,

especificación del nto concreto arrojando agua de la fuente y cortando u11a ramita del árbol), en esta­tua de mármol e11 la que tiene por objeto el árbol del Paraíso y sólo de forma subsidiaria menciona una fuentecita y un paJarito de muchos colores, sin especificar sus funciones; mientras en la variante más rica en detalles, la que tiene por escenario la Huerta de Irás y no Volverás, el niño "quedó hecho un tronco, un árbol'".

Parecen dos resultados antitéticos en cuanto a que más arriba nos hemos referido al símil que equipara al hombre co11 un árboJ, también con una f(or. Tales comparaciones son frecuentes en pane­gíricos y lamentos, están detrás de la concepción griega del Jardí11 de Caro11te, el antiguo dios de los muertos que se construye su propio vergel con los muertos que va recolectando. En ese caso, la transformación en árbol a primera vista estaría me­jor justif'lcada en cuanto que hallaría para!elos en ese ámbito. La dualidad piedra-árbol constatada en las variantes de este cuento ratiflca, empero, la pertinencia de esta comparación, pues precisa­mente esa imagen se e11cuadra en un ríquisimo campo de interrelaciones míticas al que también pertenece un enigmático refrán griego sobre la ge­neración de los hombres a partir de los árboles y las piedras. Entre olías cuestiones laterales dicha sentencia guarda relación con un tema indoeuro­peo •perk""-, que en unas lenguas se especializa para "encina", en alguna para "roca", mientras en otras sirve para definir vocablos como ·'hombre, ar­ma, vida (61)".

Incluso aunque no tuviéramos en cuenta tales consideraciones, habría que reparar e11 el cuento '·La joven lista" (62) quien logra escapar de los la­drones que la persiguen refugiándose primero e11 una encina: "E11ci11ita, ábrete y vuélvete a cerrar y méteme dentro, que me vie11en persiguiendo para matarme" y después en una piedra: "Piedrecita, ábrete y vuélvete a cerrar y méteme dentro, que me vienen persigu·1endo para matarme~. Gracias a esa muerte en vida (63J y pese a los intentos de corlar la encina y leva11tar la piedra que ella aborla pidiéndoles a la encina y a la piedra que se abran, logra salvar la vida.

La imagen del muerto convertido en árbol revela en otros cuentos mayores semejanzas con las es­tudiadas por nosotros en el ámbito gr"1ego e ·irlan­dés.

Asi un criado leonés, muy curioso, descubre en una habitación, que su amo le prohibió mirar, un patio lleno de árboles frutales, manzanos, ciruelos, cerezales, higueras. Al\í una mujer "¡muy fea, muy leal, vieja ie muy fea" recoge higos, de los maduros no deja ni11guno, de los otros "collla uno e deixa.ba outro". El amo le explica que es la Muerte. "Y los fi­gos maduros eran los viejos, y ésos los recogía to-

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dos porque tienen que morir todos: y los otros era la gente joven, unos mueren y otros no." (64)

En ocasiones, sin embargo, la existencia de va­riantes apunta a una modernización del motivo, quizás porque deja de ser inteligible o carece de un marco de referencia que le dote de su significado más pleno. Así en una de las versiones de "El niño que resucita" (65), al día siguiente de haber ente­rrado los huesos su hermana en un hoyo en el des­ván, de acuerdo con las indicaciones de una vieja que pasa por la puerta de casa y la ve llorando, sa­le el niño "con un cesto de naranjas y otro de cara­melos~. En la otra versión (66) es la Virgen quien pasa y aconseja a la niña que rece una salve y re­sucitará lleno de flores (67). Verosímilmente en ori­gen el niño se habría transformado en un naranjo (68). De hecho, otro cuento da fe del reverso de esa creencia, al concebir la posibilidad de que una niña nazca de una semilla (69).

Del mismo modo en "La fregona", versión caste­llana de la Cenicienta, del sepulcro de su madre sale un arbolito con un papelito envuelto donde po­ne lo que debe decir la niña para que le conceda todo lo que pida: "Arbolito florido, préstame un tra­je, que sea de oro y plata y de mucho encaje. Y un cochecito para llevarme a donde yo le mande~. No sólo eso, cuando el príncipe se lleva, una después de otra. a las hermanastras que se cortan bien los dedos del pie bien el talón para poder calzar ef za­patito, al pasar por el arbolito del sepulcro éste ha­bla al príncipe advirtiéndole del error, mientras que le felicita la tercera vez cuando lleva a su hija y de nuevo le presta un traje para que entre en palacio con la debida compostura (70).

No es, desde luego, la versión más comlln o co­nocida, donde la ayuda de la madre muerta es su­plida por los buenos oficios de un hada. Pero es fá­cil seguir el hilo de esas variantes: madre muerta, árbol cerca de la tumba de su madre, animal que a menudo es reencarnación de \a madre muerta, ha­da madrina. Los cuentos no parecen admitir como tradición verdadera Ja posibilidad de una resurrec­ción. si la incluyen es como un motivo frecuente­mente reinterpretado (71 }. Hay además otros indi­cios que apuntan a la modificación del símil difunto­árbol. Una vía muy fecunda es la religiosa, esto es, convertir tal transformación en un milagro cristiano del que se saca una lección moral: la verdad no puede ocultarse.

Un muchacho es asesinado por sus hermanos, le quitan las tres bolitas de oro que le entregara la Virgen por haberse compadecido de ella y haberle dado al Niño la merienda que llevaba a su padre. Los hermanos le entierran, en tal lugar nace una ca­ñaleja y de ella se hace un pastor una flauta que al tocaría revela (a verdad. Como "había sido cosa de la Virgen", hacen un hoyo y sacan al niño vivo (72).

En otra versión (73) las bolitas de oro ha de ir a buscarlas a la casa de San Pedro, '·una casa rnuy blanquita" donde ··comía chuletas, pollos, cordero, pasteles, rosquillas. manzanas y uvas", una repre­sentación muy realista del cielo, trasunto de los banquetes de la figuración ultramundana más anti­gua. No se contempla aquí la transformación en flauta, simplemente le entierran vivo y al pasar un aceiterito con una perrita oye lo que dice el nillo y así le rescatan ''y a los otros, por no haber dado pan al niño de la Virgen, los echaron de casa por esos mundos alante (sic)."

En una tercera versión (74) no parten los hijos a llevar la comida al padre sino a buscar la Flor del Barandul que le cure los ojos. Es San José el en­cargado de darle las bolitas de oro y los hermanos le arrebatan éstas y la Flor, mas al enterrarlo dejan un dedo fuera y un cartelero oye cantar al niño, multiplicándose este motivo en la figura del alcalde, et padre, la madre, los hermanos y finalmente la Virgen, que lo saca, perdona él a sus hermanos y se celebra una comida de bienvenida.

A juzgar por esta transformación quizás merez­ca contemplar aquí el cuento del ermitaño quepa­sa toda su vida con una rama seca a la cabecera de su cama. Se la ha entregado un ángel diciéndo­le que como castigo a la emisión de un juicio sobre un ·'un hombre que le lle\/aba esposao (sic) una pa­reía de la guardia civil", Oías no fe perdonará en lo que no florezca esa rama. Después de morir, en la casa donde lo han acogido ven que "la rama había echado unas hojitas verdes" {75). Si bien la rama marca el tiempo de la penitencia, no es menos cier­to que también está ligada a la propia vida del er­mitario. De ahí que nos haya parecido oportuno tra­tarlo aqui.

Un caso más singular es "El cardo corredor" (76): un hombre pone por testigo a un cardo de su muerte y éste va de puerta en puerta delatando a los asesinos, inmune a los intentos de quemarlo. En otra versión al cabo de un año el asesino pasa con el caballo por delante del cardo y Je resulta im­posible seguir adelante sin declarar él mismo su falta, A mi entender los paralelos antes aducidos ayudan a entender el trasfondo de estos dos cuen­tecillos, de atta forma harto extrarios. Es más. con­viene tener presente una referencia del segundo, el asesino tras enterrarlo a la orilla de un cardo en un rastrojo, envalentonado porque nadie \e había visto "dijo que cuando el cardo supiese hablar, se descu­briría el hecho".

Asimismo ambos cuentos guardan relación (77) con otros en los que también se revela la muerte del culpable a través de elementos claramente liga­dos al difunto y frecuentes en antiguas concepcio­nes mítícas: 1) La cabeza del asesinado toma la forma de una cabeza de camero que el criminal

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compra en el mismo lugar donde la víctima le vati­cinó al morir que habría de pagárselas. Dicha ca­beza de carnero vuelve a ser humana al ser deteni­do por "unos pulicías {78t. 2) Las moscas a las que el moribundo pone por testigos, "porque Dios no es encubridor de los malos hechos", y no dejan en reposo al asesino (79).

La relación difunto-árbol adquiere otra proyec­ción, una vis cómica, en un cuento de matrimonios (80)· por una discusión o con objeto de probar el verdadero amor de la esposa el marido se finge muerto, contrata aquélla una plañidera por tres ce­lemines de centeno para que vaya llorando al mari­do. Pero éste antes de !legar al cementerio se aga­rra a las ramas de dos castaños de India que allí había y hace ver que ha resucitado. Es un suceso incluso verosímil, es decir, entra dentro de la esfera del mundo rea! y la precaución de la mujer. cuando muerto de veras, llegan a los árboles y dice: "¡No le arrímen al castaño, no sucezca (sic) lo que antaño!" despierta una sonrisa en el lector. Ahora bien, no es con1ado como sucedido, el eS1ribi\\o tiene un ai­re popular, confirmado por la existencia de múlti­ples variantes y su trasfondo puede quizás enten­derse mejor a la lu2 de la imagen antigua que esta­mos estudiando.

Lo mismo pudiera decirse del tonto que \Jende la vaca a un roble, convencido de que le habla a través del susurro de las hojas (B1). Es más, la equiparación y el equívoco se prolonga: el protago­nista se enfada con el supuesto comprador porque no le paga, "se enredó a dar hachazos al roble. Y a los pocos hachazos se dio cuenta de que el roble estaba hueco y estaba lleno de monedas de oro", con lo cual el tonto tacha de ladrón al árbol y aún le increpa: ·'pues ahora perdístes (sic) la vida y todo el dinero".

2.4. Bienes del otro mundo.

Al llamar la atención sobre los rasgos paisajísti­cos del más allá, una de cuyas figuraciones es un prado con flores, aguas, árboles y pájaros, hemos encontrado también referencias a palacios o casas. No hemos centrado nuestra a1ención en és1os pero si que hemos señalado en un caso la celebración de un banquete. Hay otras pistas en los cuentos castellanos que apuntan en la misma dirección.

Son las morcillas que el marido viudo cree que se ha !levado la difunta al otro mundo, incluso la desentierra para comprobarlo, cuando en realidad las han robado unos estudiantes, quienes terminan cargando en la talega con la muerta (82). En otro cuento {83} un estudiante se tizna la cara y \as ma­nos y finge venir de parte del demonio a traerle unos chorizos al cura, como el ama descubrirá a1 día siguiente ha sido una treta para robárselos, pe-

ro la burla funciona porque se contempla tal posibi­lidad.

Entretanto, parece en claro retroceso la costum~ bre del banquete funerario (84). La escueta excla­mación en el duelo de una mujer cuyo único capital eran dos bueyes, uno Cagajones y el otro Ciruelo: "¡Ya se murió Gracias-a-Dios\ ¡Ya no queda en m'r casa más que Contento y Alegría! ¡Cagajones para el bien de su alma, y el Ciruelo para míl", juega con los nombres, el propio marido se llamaba Gracias­a-Dios (85). Sería muy forzado, entonces, pensar en la ofrenda del buey al difunto, supuesta reliquia de antiguos funerales, más bien el doble sentido estaría justificado por la idea de venderlo y dedicar el dinero a misas.

El dinero, las onzas de oro, para ser más exac­tos, es un bien que se juzga digno de las apeten­cias de las ánimas, capaces de arrebatárselas a los ladrones. Son éstas tan numerosas que no to­can a real y llegan haciendo un ruido tan tremendo que los ladrones creen que se hunde el firmamento (86).

De otro lado, el propio diablo es tan rico que un jornalero, que en su día prometió velar a un rico en pago de un saco de trígo, puede obligarle a que le llene una bota de oro antes de llevarse el cadáver. Cuelga la bota en un árbol y, como está hueca, por más que !a llena el diablo, llega e( alba y no lo ha conseguido (87).

No son los únicos bienes que se supone ateso­ra el más allá. El vecino listo, al que todos envidian y que logra engañar a todos con sus tretas y bur­las, no sólo logra escapar de una muerte segura, arrojado a un río o a un pozo en un saco, sino que finge que ha salido de allí bien cargado de tesoros. bien con unos magníficos carneros o con un reba­ño de ovejas (88), con lo cual quienes terminan ahogados, por avariciosos, son los otros vecinos. Naturalmente los rebaños son propiedad de un pastor al que también engaña pero el ardid funcio­na porque la creencia en la posibilidad de encon­trar ganados en el fondo de un pozo o de un río es­tá viva. No hay más que oír el discurso de N1cola~ sín "Pero, chico, en el fondo del río tú no sabes lo que hay. Está la isla de Jauja. Hay muchísimas co­sas que no tienen dueño; hay camellos cargados de oro; hay brillantes y perlas; hay muchos rebaños de ovejas; y cada uno escoge to que quiefe. Yo co­gí este rebaño de ovejas y ya ves, ya soy rico" (89).

2.5. El diablo, seflor ultramundano.

Regularmente los mundos maravillosos a los que acceden los protagonistas de los cuentos no guardan relación con e\ cielo, quizás porque la re­presentación de éste se resiste más a absorber

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elementos míticos antiguos. Hay algunas referen­cias al purgatorio en los cuentos, como lugar donde están las ánimas o donde se sospecha ha ido a pa­rar aquél a quien se cree haber asesinado (90). El demonio o el diablo es un personaje mucho más asiduo, ya lo hemos visto, aunque eso no significa que sus dominios sean siempre el infierno (91). Más bien, rara vez se afirma tal cosa, los cuentos se limitan a aludir o describir sus dominios y ya he­mos tenido ocasión de observar cómo integran és­tos características de la antigua representación del más allá como una pradera.

Más arriba nos hemos referido a cuentos en los que el mucliacho que entra a su servicio se ve obli­gado a arar, traer leña, vendimiar. No son los úni­cos, en otro relato a esas tareas se añaden las de guardar cerdos (92) en un monte donde hay un gi­gante y el paisaje ultramundano se completa con una imagen tan típicamente castellana como un pi­nar y unos labradores segando {93). Si hemos de­jado para este momento la alusión a este cuento es porque contiene otros elemeT1tos: la casa del diablo es "mu (sic) antigua y mu (sic) fea, con unas cua­dras mu (sic) grandísimas y con unas mulas mu {sic) falsas y mu (sic) malas. Y el chico tenía que ir a trabajar con ellas, a arar, y lo que fuese. Esas mulas eran demonios todas que estaban con el cuerpo de mulas".

Por tanto, el diablo, aquí "un señor muy feo, ho­rrible, con una barbona y unos bigotones", posee unas cuadras (94) bien provistas. No es de extra­ñar puesto que ya más arriba liemos encontrado referencias a los caballos que se sacan de sus do­m'1nios (95). Es más, puesto que se contempla que las mulas del Diablo sear, demonios, con1/iene re­cordar otras versiones de !a lilja del diablo no aludi­das más arriba. En la 1/ersión soriana una de las ta­reas que se le encomienda al pretendiente es mon­tar y domar un caballo, mas Blancaflor le advierte: "el caballo es mi padre, la montadura es mi madre y las bridas soy yo". En la versión palentina son tres los caballos que ha de domar: su padre y sus dos hermanas (96) En (a variante leonesa tiene que dominar un caballo bravo y tirarlo al mar, la hi­ja de! diablo revela: "Yo soy la parte derecha, mi hermana es la parte izquierda, mi madre es el culo, de\ caballo, y mí padre es la cabeza~ (97).

De otra parte, al diablo muy frecuentemente se le describe como caballero y no sólo en Castilla (98). Podría pensarse, empero, que se trata sim­plemente del término cortés. Por ello interesa des­tacar más la definición específica '·señor de acaba­llo" de uno de los cuentos (99).

Un caballo se oye en medio de la noche desde una habitación que da ··al naciente". Es el demonio que viene a dar las gracias porque ha conseguido las almas de las cuñadas del protagonista {100).

Si alguna reticencia quedara, después de todo lo expuesto, sobre la incardinación de este elemen­to, el diablo-caballo, dentro de esa vieja represen­tación del más allá como un pastizal para ganado, conviene mencionar la caracterización del dios de los muertos en las tradiciones indoeuropeas "famo­so por sus potros~ o jinete que recorre el mundo (101). Naturalmente el caballo ha sido durante si­glos el medio más rápido para viajar (102), de ahí también la pertinencia y aprovechamiento de la imagen para la última jornada, independientemente del destino final. No podía ser de otra forma ya que la dicotomía, cielo o infierno, no pertenece a la es­catolog!a más antigua sino que responde a las en­señanzas y creencias cristianas.

De ahí. por ejemplo. la respuesta ingeniosa del amo al que comunican que se le ha muerto el ca­ballo y el paje se está muriendo: ·Pues que es así, decidle al muchacho que se dé prisa, y irse ha ca­balgando" (103). De ahí, el cuentecillo leonés se­gún el cual en el cielo sólo entran !os de caballer(a, es decir. los Jinetes (104).

A esa luz pueden iluminarse referencias de otro moda harto enigmáticas como el hecho de que la difunta, sospechosa de haberse llevado las morci­llas, termine a lomos de un caballo, ur. caballo que persigue a la yegua del cura y éste confunde con el diablo {105}.

3. Conclusiones

Conscientes de la dificultad de desentrañar el origen de los múl1iples elementos que consfüuyen los cuentos populares, nuestra intención ha sido llamar la atención sobre aquellos rasgos que carac­terizan la geografía de los países maravillosos y sus habitantes e incidir en los paralelismos con tra­diciones indoeuropeas, atestiguadas en la docu­mentación más antigua de los diferentes pueblos.

Reconocemos con Thompson (rn6) que no to­das las ideas sobre el otro mundo presentes en e! folklore europeo son irlandesas, tampoco necesa­riamente indoeuropeas. Algunas son orientales, de otras resulta más difícil discernir su fuente. Noso­tros hemos tratado de identificar tundamentaJmente los elementos paisajísticos que se repiten en las descripciones ultramundanas, elemenos para los que previamente habíamos establecido una filia­ción indoeuropea que no ha de ser única ni exclusi­va de esta familia lingüística.

Compete a otros investigadores trazar el desar­rrollo específico de la historia de transmisión de ca­da cuento, Mas el examen de las características de ese ultramundo popular, falto de un estudio más detallado, apunta ya algunas lineas generales en la transformación de muchos de esos motivos, cons-

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tatables incluso al comparar dos o más versiones entre sí: adaptación al contexto cultural y religioso de las comunidades en las que los cuentos perma­necen vivos, eliminación o supervivencia aislada de aspectos antiguos, casi incomprensibles. El co­tejo con las tradiciones más antiguas, creemos, contribuye precisamente a iluminar algunas de esas oscuridades. A la vez, las concomitancias se­ñaladas permiten suponer verosímilmente que al­gunos de los episodios de los cuentos analizados se nutren en último término de esa antigua tradi­ción.

Estamos muy lejos, empero, de poder decir "al centinela" que lo sabemos todo. Tal pretende ef jo­ven que marcha por los tres pelos del diablo, mas no declara las respuestas sino a la vuelta, después de habérselas revelado el propio diablo, detentador en e! cuento de la sabiduría que encierra el más allá (107). Hasta que emprendamos un viaje simi­lar, habremos de seguir profundizando en el estu­dio de los relatos, antiguos y modernos, con la es­peranza de que la escritura nos devuelva el ec:o de las viejas voces.

NUTAS

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110" al fondo t.k la '-l'F>',.¡ ha) un pali(, <..on tre.s puc:na, y Ir.,~

dbo l,i~ tr<.'.f priw..--c:~as t:n CPE \33 !a i1-.-\:.pd<'ir. e.s. nmy s.icg\Jla, y

g..Larda reLci6n c"<in ,,¡ apa1~,".lo 5iir,ient<: (1 2, pi iwe10 ,\lkn~ce" rros "allane\ tock el cerr" u>n d u;\o , do.:,;pc,h Arra:ic~pmv:,

<.JT'dr:t.a rrn:o,; lo.'- pir.os. mienTra., JJ~nim d;; .Ln golpe ¡,-,;1 h1erk

'\·on Sl1 bola de siete ~rrnl,as·' que ab,e, un puLu :Jll-Y profuuao

en d <..erro y ,e dc:~!1~3 cun ·Jna ~nga

t15·, En ou-a v<.:~>Óll tCPCL 63 p. 1,::,:1 e~ una rrince~J er.can­

tada ,., 'l''" c~!á cr. ,m pú7,(L :-;" e~ 1a únk" difN~n,-1,1, ~¡ ean l·~ primefd el demoJlio p.,r:i lu<.:h:11 :iJoptJ formJ de p,;,rsoua, de; toro )" Je ~c.rplcr..1-: pm rnda un:\ Ge las tic<; pr'.ncc.~a~. en\~ ~q;um.b

Vf'r.,ion no exister tale.; 11\Hlitom,~cionts sino que: una St'T1ent<;

y u11 gi;s,mte u..:nen ccncan~da a 1:1 prinre:~a. A mi entcnd<'f se •m­

u de llna 1encwari6n ckJ 1~mtivo ..,ontoune a nue,a> coo1dco1mJa',

rnltu101les e,i un •ILLnncnlu c:1 que la ,.;apaucbd de cr:m,tonnaL•i6rt

no ,e conct:mp.a (Cf, Cl'I: Ut e:1 la rncva e~!á e: Ji,Lblo. ur. ve­

nao (~ir:) y un,i ~crpiemc; eJl CPE 1 31 fa prince$a c.sr~ enrar_rn,h

por un Jsl)af,mk pe10 e~ llll LUnJ l_,r;l\\J d cuc ,ale al _,n..:LKrtlr<J el<:

Jw,nitu. e, CPl' 135 h, lrC$ ¡irince-,':l.s <csr.ír tras ;:re., p.icrt,as guar­

dadlls pur ur. toro. un elefank y :.in <...n,wi11, v ;ólo tra~ arran<.:a1 a

cs:c ultimo l;i occja ~" lNlic:i que e.s d demo:tio) ne IJ rl'Í&Ifl:a

r.,J,-.eq Co.s Les ,n,<c:za.nc,~ ck, ,·n0 ,.¡:uco [e, entcc¡;a h.J pnn=~·' '"" a,_

p1ime,·,1 v._:¡siu¡¡ (CPCL óXI V ~'-T'cmin de pru.cba de r<:cor.oumicll•

lu. ---.;1mbmrn; rk amor er, 1a~ lr;1diciones m1~ :1i,1igi!a~ \vid por

dempl,,. r,c.'"c•1e1,c1cb eJI P Grir11:1J, Diu011urw dem1/u(ogí11 µn·1-¡;;a

y rvmuna, llarrd:ma, 1987. rr:1rlacd{m revis::<l;, pcY d ,rnmr. p. 628; JJ. Yda5,;o Lnpez, El /'a.Si!,re dd .Vás ,1!id p. ;¡,¡7 ,:;.; W. E

~JJ"'nglcr, ·'·'" Apfd. Auf,;,Jh.ium cr. En::yk/opiidle des Marcheu,1,

(ll. Flaril l. 197~, ,~il 622-6151. ,;si corr:o rt'tércncia i □ clu-ecta a la €x1stenc:ia de inl.>olcs (recu<:1Je~,;, el Jardiu Je la:, Hs,.sµC,¡iJ,;,, ,_

sun é-U,r,nudc,~ en cst.:i 1"Cr.s:6n '.CJ'C.T 65, cf. CPE l}·t) por un~

sortij"<, ~i¡,;uo de conipw:-111:,0. E!l o:rn ,·ersión (CPE l ~3) lrn~ uP

>llene (ip v:ananK mffflllCdiJ 1tn8 holir~ dt' me, No .<e ~Jt>d<> .1 ¡;,]

morjvo en CPf 1,5, v~ri,,nte uu0c prc:,ci;a fa WL.S~ ,:;d c,ncm!~­

crn,n:o de las :,rin,·e~as· "UTI dí~ ,.,¡;c,b:on tn d j~rc.in del palado v

,.¡ rey, .st\ p,1d1~. le>< dijo que nu r,x-rn,,r· IJJJ :írhol ele 1w1nrn1,a i

dbs lu Ln,'a:011 )' so.: "brni b lierra y se las c1awí'

1J6). Cl'CL 6-: p 123

\ l"'t. Cl'CL 111 ¡,. 241 r.n b v<>tsión 112 10 .;;; une. fiew .sino

cm aseo. Para drn, versiunes, ,;~, u.>mo !xblm)-!"raf1a v anábi., JL

Cl'-k CUL-n\D rt'ml1imo~ a CI'E J( p. \fi3 ~, Rccotdt>'"º' \ \;'\ '.<Íln

()l e "-P"levo ::M;,1,,mD~/i>c/.,· 0 !!/ ,lsno rfp Orn I\" 2>1 <s.) en el s 11

J.C p,oprnc1u1u Ulla clt, la~ rn,b ~nliµua, ,e1:,ni,1e:, en ,;,l rn1t<l Ue

Cup:do v Psirpe. Conviene rcpar:i" ·.,cnhie'n en q.i<c un drcmenrn

e>.send,i", lJ flw .n1u1car1,,, ,.,,¡¡¡ prc"st:rit,:- t,11nb1én c,1: d 1mlL• lid

rnp;o ele Pel"'Wfum, a cargo ut.· tJ:idf'~. d,c,, d..: lr>s :u:1erro.s en ( ;,-F.

ci,1 P.1r, Vtt,io11e:, orie>ntal,.., ,mfi_guc.,, ,.,J CPI' II p. 495 :,s 5ul,re

es,e cuento, ~den1h puede c:on,;ullar;,c <UJC rek,L·nLi~~- G. :\ 1-k·

ga~, :, v Amor uncl P~)·cuc 1:n Fnz-/kíupiid!e des Mlir,:hens, Tl3.nd

1 19-:'7 mi_ ~ó·Í '1-:'J y Tho.-n.pson, El cuen/ofo/k/rlrico, p. 142 s.s.

bce auLOJ mdKa < ib. p. 317) que aparlc d,;, arrnncar florc.s luv

r:,tc;,s ,x,s:1< y\J<"' un (oven no debe h,icer so pen'.1 de ,er !fondo

por .m bad,¡ :lí!lITTJIC u lln duende -:a!Jallcrn: Lcr.der;;e ba¡n LJn ár­

hd, co,;1:¡ m,cc-2, 1'lól,~s<c la ·.,vlicaClón I1~i.>:1jLsrica qu<' .SIJ?Ono,n

di,:ha,s activid,tdt's

1 un. Sc rcfíe,,., naruralmenr,., .1 10 mc,r:mn tr,idirional riel

cerdo todo ucc riw en Cas'.,11::; ( vu.l. A. s;,nche.c Jd Bamo, "El

·marrano Ant6n·" (,1,ad,,,·,ws Vi:il!i<o!ettm(l..' 19, \ialfadnlid 191:i7;,,

una p<>tlcn:, wnl\'<..linacirin <"n d cc,u,,._';,_tu snciun1l1urJl

~19• Vid. rctcrr,mias en E/ f'aL,c,íedd Jlás Afi'ti p .. ~5' -~'·· en

es:,e,:fal r 35:i n 351 } n 355. X pc1tencocer el c\Jeutu de !a 1-'ave

rn" un ~rup0 ma~ ¡i:enr:ral. el <le la r.iña pcroc¡,'1.11da q,w ind,ivc el

típu de lli C,-11icif'nra, c.s l~lmpwnsiblt' <¡ue ~" .se hc1y;1 p.1e>.st,id,:,

atcicdón al fl'.c>livo Je lli fL.cnte. m:himc el.ando S<íln e< uno de

los p0-<ible~ .,,x:en;i,-ios d<"l dese,im,1srar:unicnm. vic;, CP"R 11 p. -ifl(,

,~. 1\<'Ítf'se .,irr embargo, en rrlad<.i,, ~on el ap,uhdo si,1-.1ie111<.: (2 .1)

4ue ccn CPE ll'" lli mu..::t:~dw ,e ~1<.:nla a pdnm.s,:, en un:. peña.

(20'1 Cl-'CT. J.10-12i. 122 p. ¿(,7_

\21) rn cambio mucho m.',s µn>hindc> c·onsiítuy,:, el 11:otiso

ccr1trnl <.k ~n episoJio mi...y común en la fücr-.irur;i irlandesa el

encuentro cor: "'" vieja ,~n nncJ tucnie r¡ue ré'clJrr"' un bese y al

rc-fihirlo '>e tn111sfon11a ,.n rm:i l,,el!,, ¡,,ven (virl . .tl Pui~tl,1-,' dd Md,

Allá p. ;S:l n :liOl. l\u !temu, ,,.:nc:un:rn<Ju :lada $Cmej.<nk en lo~

n.entns exa111i11adn.<; pem al lln~l el,, "L" hip deol di~L,lu" (CPCI 71

p. 1+7) hay una :cíc,encia aislada a que d bc,u de una \"Jtja l,ao.,-..;

ol.-id:cr i<..n crr 122 i' 12j e~ un be,;n o ur ,11,razo de la aglleb

fsf<) del -nucbachu; d. Cl'CL 74 p. J )8 J0ndco ,:s el .mrAZD <..k una

~,:1rn el <{Ue e<mduc,;, al u>iclo; en Cl'.E 125 ba~ta que le 1oc,uc b

ropa dl¡Jl.iCr,_ cos~ 911<" h.1fe ._,n perro c'e lares vid. CPJ; Ill p 4"79

s<~. p:,ra <'q,e ¡;r;;1cu;J). Qui1•,b 1u;;1~tv,1 "'h)nü~e 1·.1,mb1t:'n r.:o e~l<.:

cnmcxw el <cnc1wntrn fie1 prnuwnisU de ·'f-:1 ,:,co de embusr:es

(,ir-)" ((PCL no. ;c. 291) (Ull Ul\~ Vle'l.L "él>Jl LWG~ d1cmc.s Ulll\"

la1¡¡;u, · 4'-'-' le entrega una ílaL.ta que, re,sue:lve wda, ~-.is :,rob1e­mJ,> par--J conse_gllir .l l~ h,j.1 del rF'.{ Puecl,- record~rse ramb;f'n rl

cut"m,;,cillo tradic,on"I ii,ch11Jo c;ll:c· o:1a, ob1as liL~r~rm,, ,.;n La

i/umu 11u~.,,,de, .m pac;lor ,!<.>la a un:1 diah'a ba·o tu~m:i de ·donce­

:u. :,,s,axfa, ,;,;.~ y bcl.1,i", ,,-,.1.s después reu,¡)ef:l •_;¡, fonn.1 JwmbJe

)'fea' e .11~rc¡.,a al 101·cn. c.¡ut~tl iqn~ u,:; amcc;rcmar.-w .e mv1ta a

vol•·<cr al dh s.guie:1tc "e:i l.l '.orm,i qce tr.1jiste·/ v~ra,1ne ~mante

- 27-

Page 14: N.º 259 - gredos.usal.es

y .:onés / no meno~ c¡ue ;1,--,1<,.s desm,t'-.,' (M Chicv,1lie1, Cu,'nluc.

¡•;,p,uiuie, de !as sig/us X\17 y X1'll. Madrid, 19R2. p. 31 ,J y 11 90)

(22·,. CPCI. 125 ;i. 27r; í)e nu.-,vo. al e~t,ir inc.irdumdo este

rneIJlu en un grupo ba.iunr.. compl,.jo por su propi,; antigueclad

~ nnil¡iple; <lcsarrollo~. :10 pa:ccc que ,-,e hJya repar3.Jo ,-.n c~r,-.

Uet,1lk• (,iU. Cl'.E 11 p. 89 ss.). :áin cmbar¡¡o. en CPE 9 p 2~) trJ~

h~ber ac<"rt,lllo la n,-1¡\lmmLa, p1ueb,1 qL:c no aparece en CPCl 12.'\. el primer wqui~ilo p,11,1 Lasarse cu11 ia pri11ce~a cs traer una

botella de agu:, de 11r:i foente a c:cn leg:o.:a~ dei µalauo y \·úlvcr

3.11les que 1111,1 bnij:i r¡\le Hve t,O el ¡.,ai;1L10 y bw:;L• d tr:;.yccco en dos horas. fa nntahle];, prtcsen,·i~ de la 1,ruja en lugar de lo prin­

cesa por lo sei1alado e,, b now ~,,renui .,.,í co,Lu el hcd.o Uc

qu(; óta le lkga dorrr.ir. cuJ.ndo el su,-ñn L"Slá t~n ce1u1 ,'e b nwecte (en Cl'CL 125 d JO''-'º,;,:; c.¡u,.;Ja dorm,Jo sin m:h nientrah s.guardc1 ¡¡ l?. p11ncesa).

t2:l) Cl'CL 67

(2-±1 .\o apar,:,,:cn en orns ~-criione~ cs¡:,año,as (_Cl'E 141 y

H2; nd. nula~ 111 p _~j s:,,J. aunc.¡uc sí hcmo~ cncontr.1clo h refe­

rencia a un~ YC1s1<in ,rnd:JuLa LCl'E l1I p !,9). <lündc por dcc;o

de una vengan7.a la rinra 5t ab,,. y trng" a la joven. Lk mro lado, lm elemenro.s ,ná~ i11reo·esa1:te., cid cuenv.., <.:n JLJ~ <.¡uc se ccntr:,. el anállli,s ~on In~ ,1nim:i\,,.s agrnüec,dos, lo~ c'>p,,~oo-ar.ima\cs (l:l.cy

de los Carnero.s. Rcv deo hs .ÍÍ.g1Hh~ H.ey <l~ lus Pt,lC'> en Cl'Cl

6)1, así (Omo el □olivo deol ,i!rn,1 <"Xtemrn.J,,. uocurnenwdo )'"- en Egipto U/J. p. 41 s.l

1.25) Cl'CL 6í)

U6.i. En lo.~ CuenfüI ira,lio:;[ú11ai,,, de l,sh1 1 p 12~ ,:~ en 1,.~

Pdi~s dd _\luncio Jondc un 'Tl11Ch:J.<"'.hn encuen-r~ ~ una ,10-vcn en­

~·antnla. L<J¡.:rn cmrnr por un :1_g-.1icro P"'llleño porque entre otra~ OJoa~ seo \JU"'de ,;omerlir ,.:r. harn:q.;a. La r!<'.11-,. cncam,.<b su h-,.,.

m~no cuya ;,lmn <''-"tt'"rnada 1e.skk· en un huc\'ll <.JU<.: hay ri.ue ca,­

carle en 13. frf'nl<" Para e, ~lnu ext<:rnad" d. Cl'CL 6) p. 116. 66 p. 119, 67 p. 12A te infm n. 58.

o'27l CPCL 70-73 Tmnbién pueden lCJl<::ar.,<: la~ nniame~ leo­n,.,,;as O C.Jn:~renJ, Cuento., tu-.chcwnafrsdt! lec•n !:i2-t:H: e:1 una de cuyas ver.sione:., el <li.1hlo no es tal s.n,-, ur, ¡:ey ,no,u c.¡ue _í;a1w

1~ pm':lcia a un rcv <:>pañol. N~mralmenre no eMr~nos aqui e,1 uc

.ir1iilis,s e;xhau'itivü ó; este .;:uemo 'á:Ue Thompson (F! nwntofo/­k!Gnrn p. 132) c;1liflca como inm<!nsam,:,-nt.- ,omp\ic:,rlo. Se har

,:,Hudi,u.lo e::i él lao combinaciones de motivos U/J. p 135 ,:. 219).

pero püLu ,e sabe <lt, sus orígenes y vfas de difosión. ~f<"nr1s aún. " lo q,w pareLt,. ,,., lo~ rnsgm <.k paisaje q11c centran nue;tra atención.

(28). ("PCJ. 71) p. 11 L: eu 72. p. 148 oc lraia <le lr .. cr Yino de

las cepa~ de 11-i •naju<>lo que <c>~L~n seu1.s; cn 73. :,. l'i2 el plazo es traerle vino par~ cenar <l<" 1,-, uv~ r¡lle dél.o u.,p" (d. CPE 12:$ p.

266 y CPE 124 p 272) F,, "El lwrrem de ht,duL," (8''1 p 18j)

cu;mdo l\cg-J.n al inhemo los ri.emonios eo.st,b 10,¡~nd,:, la ,·ii,;,1 dsc

un lagai, h:,:cicndu a,;tillas pard. quc□arlo~. P,lrecia convemenreo

L1la1 est,1 rdcrcnc:1a. aunque probabler:ier.re ~e trare "'lllÍ de b

lransfe;1encra u.e i.;n obicto no~mal. una \~ga t1,-1;echa,k, ~ la e,fe­Jd \J]tramundam.

(29) CPLL 71 p. 144, 72 p. 146: 7~ p. 152. et. CPE 123 p 266, CPU 124 p. T!l.: CPF 115 p 276. ü, un cursiosu cucn~o leoné.< (J,

Camarena, Cuenws imdu:iona{t'.~ ríe frcn Ij4) '"' ¡.,ubre pa¡.:a a

un pio,or :>ara cuca la., fl.c;ura~ de los ,cintos. quse est~ p,mc.nd,,

~n ur:,1 ..:apilla, ai".ada la dei dcmor:io. T'K<" le reu,rnpema ayll­

Cándole a recogn la CO!,<"<"hn qu<" rnrnpa,tfa c:0:1 u11 neo ir al u1.bo

,1 qued:ir!i<" con elL, \.íc' en ,:,~a nnsma ubra vol. I p. +±O refcrcr.­

cmo "' d•ablu ,eg.idoJ.

(30J. \'1<l. en: JJ p. 47ll s.L donde fapino~:i ap<'h a la reia

nun con el 1111(0 ~le Ja~6n y lllcdc.:a, cspeci~lmcme eon p. ""77 s5,

[)e, enlre lao Wrc,1~ cncor:icr.rL.<la, o>n mns v,-,r0 iones españolas

destac.;ucmo~ ar¡uL pld.n:ar 11,u si~,.,.., d~ p1ec:ro con 11:1a~ ~arilla~

y a medio dé:1 11,.v:1rle h, fruta~ dic los Jrboic:5 iCP.b. 122. vcrs:6n

w.-ogid3 ,.,, Grnn;,(fa) y se,dm,r """ piña y u-.i.cr ~ r:1edio día "Je­

nn p:i (,ic) h,1L·er ln ,uuud,1' {Cl'E l.!.', proecdeHc de Cuenca J.

U 1). Es t,;unl,ién signífiLalivo <;u<: Luaodo füar.GtJ-lor y eo; pro­

tagvm5ta c1J1prLnd<:11 la l:uiü.1 a .omos de 1111 calY.lllo (CPCL "'1 p.

146, CPCl 72 r 14'!, ero. 73 p 1 ~i vid infm n. 64 r p. 11 ?ª"' lo~ (aballo~) ~ea un mo:11e r 1.1n r:o c,11 .. dalr~,o (una Lu~lb y und

p~lancnnirci que ~an arro_1adu y .se; hm, lr1.n~frn1na<lu en lak8

(.PO 70 p. 112), un" huerta} un nmr (un diablillü y un C<;é'llpita­

jo CPCL 71 r,. J.1(,) lo~ ']'leo ,·leuene:n ,1 la lllUJ<:J ele! <.hablo gu,:, fos

persigue o" Lt ~iccrma1L1 en U'Cl 7U p. 142 -rc~pcem J ese pw­

donuniu lt,m<:nir.o ..:abe recordar qt:.c ¡ambién Clise.s f'l1 el Hade,,

n:;in<lo aJ final del episodio se encuenrr:, md,,ado por lo~ 1nt1e1-

10~ con su~ chillidos :1orrom.,o.,, cxpr<"s,1 su tenw, no rt,~p<.:du al

dios de Jo.,<; mue,to,s <;1n<1 a s11 E'>pos;: nu ,·aya" ~er qu..: I'cr,;<2fo­

ne le envíe h caheza de la Go:gon~ (nd,s,-,, XI 6:!4 ~-)-. Blan,·a­

rlor y 8U pcE're11d;e11re tc1mbié11 se convit,rl<-:n en <étmita y errniU­

ilo 11nr tnnsfo,ma.:iori má~ acorde ton una mcnt:tlidad ni<tiana

(d. las •er~iooc, ~oriana y ;,alentina. CPJ: 124 p. 273 y 125 p. 2T7

don<lc mclJso :oca lJ campan2 y el de11nnio e.s ;,,vitado a b :rn­

saJ y que constituye la ~olu ;;;,·_ fin;i' <"n uua v,0 rsión <,Cl'CL 7()):

en otra ven,ión (,CPCL ""1) no lrny ral transfo:rnnn,Sn ,:no qcic en­

cuentran una n111ita enea del p,,cchlo del u1uc!1"':hu; cn 0Lra~

((-:PCT. 72 y 73) clt'opué's de; vCJln'"~"' ermita y cnmta□o Ul.ancaflor

se h"r:e rnminCJ dtc a:fi:ert:s l.jUC impide el pa,~o al decnonio: rnrio­

~a:Jlt'nle c-n la ,,.;J5ión U'Cl 73 a::ile.~ de cor.venirse <"n ern11rJ y

<:unitalio lu ban hcdm en huerta y horreolm10. Fsa hu1&1 co:i lrnnsfu1urn..:innc8 e., un motivo rccu:renttc eon J,,, ,1wntos. r,,ede

cunwltm~,:,. por ejemplo. l::. ohm ce \' P-rorp. / ns rarees b1stóri­

rns del cuemn. rrJd. m,. \fadrid 19986 (reimpr 197-1), p. 'íOÓ .,.,.:

Thomp.snn, F/ rnen10Joi'klórico ¡:, 68 y p. ')', Espmo~ (CPE Jll :>.

'-1791 sugiert' b 1e:,1rn--i11 cu,: lcJ> pec;>1Lüti de su bcnr.ano qu<' Me­

<ler. arrn¡~ ,il mm p,mi 4ue <:J pH~ke ,,._, cmre!<'nga a r,.,-ngerlo~ y

no p,,,.<lc, mur:Lad,1 a db )F :l Jasón. En SI.. o?inión. desde ar.ti­

g\lo t>st> deme11u) habüa ~ido r:ioU1f1eado parJ Jtenuar la harharie

~u~tit,,yéndolu por la tran~fonIL1ci6r. o el hecho de ;Jrmpr obídos

r:iág1cos. AqL.Í i,ólo queríamos llamar b "tenciún sob1e la, ,-miau­

[e., que apuntan rasgo~ d.- p;1is,1j<" y sob:e h p3Jp,ible rncéonaliza­

cióíl del motl\·o. 1'11 ot,o cuer!lO cbuJt, lam.")i,é,o apa:cce dicho

mm:'.,o n:Ls arro',t: 1n 1wiue qu1; se lr.m.sfvrma 1;n monte y la rcdi­

na (sic) q11eo ·'se hi7n \lll". lah,n~ (sic) muy grande'". arrojan unas

Djer:,s q,_,e mdL<.n ,J ,->adre (CPCL 74 ¡;,. 1~8) y en utro caso tes 1111

frnsc<J ..:on líquido d que se transforma e, rlr, (CPCI 93 p 205).

(32). CPCl 72 p. 147: CPO. --;3 p 151 En ot·os rne11to~ tal lu­

ga: ,e conoce CODO fu~,,r .. de Irás y nu VúlVtcnb (CPCL 75 p.

160\. ya nos liemoo refernln ~11te~ a b fuealt, como lugar de en­

cuentro. \'id. También infra "H11ert3 <lic fo1~ ,. no Voh•t,rá:,"

- 28-

Page 15: N.º 259 - gredos.usal.es

C33) Qui1.cis merezca la pena llamar :a ak-nció11 aquí sobre el cuentecillo ··rn lahrador sordo'' (CPCL 383), O:ste viendo ver.ir dos

"oasail"ms de a cahallo'' prepara la.~ re~puesta.s que dar.í;;. las pre•

_¡,•1.mta~ que in1gina ,:an a tormularle. :-.·aluralmeme, llegados lus

c"balkms. la, ;,reguurns son muy üln~. pt'1(i d lülalrnc,nle' su1cl<J

conte.si<. i:mpertérri:n. con Ju que se df.sem·aLiena tinr; 5"""' de r-lfsrmipó,;110~ burlf''"'"' c¡~e contifnfn o pud,ernn cnntt""ner 11:1J

verdad ya que, ,.xisre un:l conesprrnde11eia entre b., prPguntas y

hs rf'spue5rns. Por <"je>mplo, le intern>g:1n ··;Es puta tu f'lujo>r)"'_ a

lo que el sordo rnmesta "j'r' do~ hijas qu<" lo>ngo, tJ.:nhiénl'". En

ese <::ontexto no dejad<:: ser sipnilic,niva la últlr:ia respi.:.esia, "¿Y si .e: ll<cvaran <. usted Jo~ ,.k:no:iiosC". replica <el labracor: "'¡E~a cue~­

W aml¼I.!'. Por olrn pHk en djardin 1,h,jlures r:urio~u~ <.k Aff_o­

nio de Torquto1nada ,<e recoge un ci.:entec;Jlo c1c el que una ma­

drf', haita dt"" las traH•,;nrcts de su hijo. 1,-, ofrece-~ los (.f'monins

par:, r1ue se lo Eeven; el diccu se s:ile .J rmr:t! y dernpart"n' .. n la 11oche. In ,.,,r,,,.,,-,Jn cnn todo,.¡ '""'í"' maguJL,do y cu,rndn cn­

bra un r,orn de juici0 cut-nra cómo unos homhre,s muy gr.mdl:'.s.

ko~ !' copantabl<:~ .o lwn lk:vado por d <11n; y "dcoccm.lJ<cn<lo a ,.mu., mom..c~ mur ll<crn1s d<:: cspmo8. k lrn/Jfon mü<lu ~m18lrnc1Ju

¡,01 Ill<,,dio <.k eJo~ parn una p~l.<; )' P"f<' olla" y nu P""""" lrns­

la '-1'-'t' el m.K::Jac'.m ~e <cuo:imcndú a f\u<c~l1a .'-cñora t:\1 Cl,~,~­lit'r. Cu'<'n!o> ~c,Jmiru/e, de /o, siNfos xn J-Xl?l p. 155 s.).

(3--ü Rn 1111~ veorsic\n rerngidc, <"11 .'-oria (CPE 121) .snn .. -~, pie

drai d¡a,l '\ito'' y f'n otra p~kmi11~ (CPF 125i "Fl C,srillo do> ,a~ ~ie­

tc Nar:inj.1.,·

135). CPCL 11R

(3fi) Vr<l. Fl Pai,;;a,1e dd ~1d~ Allá p. 342 ~-~ y p 40\1 .,s.

(Si'i. Con ear.icicr f!Cner.11 p..ieden consulurse los ardculos de

D. \~'ard s,v, B<::rg y R. Ber:dix, 3.1', HOh;c e:1 Enzyielopiidie des

Miinbem;. ~am.l 2, 1979, col. 15b•l41. c,pc..:ialrncnl,; l·B ) Bamj

6, 199G, col. Ii68-11"''1 Por lo <..¡u<c 1e~p<ecta al wrpu~ <c:x.;uninado.

en"¡,:[ Pájaro ~al.,iu' (t..PCL B8 p. '.lllj lo, tre~ ob¡ew~ mií:,:1~u, (el p;ip,n .sabio, el agua ,im,1nk1 y·,,: l, ~ul que c~_ff_aJ están <cll lo ,il­

m de un~ c11e~t;,, cuyo Cllcicter ulrr.irn.mdano fst~ snhr"yado por la prnhihición df' mirr atr;í,, b rrnsma que .seo impone a Orfe(l

cLarnl<.) dc.~cicndc al Hade., o>-r1 h1:s,::a de Eurídice. También puede

5cr signticaiivo que en la versión de "BlanrnnieYes'' (CPCL 1~2 p.

3.~4) r~coµida en Medina del Campo (Vallado:id) co,oqurn el au­

úd de crbi.i: ·en un monte. en 'Jna cuesta"; el hecho de que no

perdiera 'la colo, rn la bbncurn. y -:cada vez e,;:,ba más 3'-'ªPª en­ere los c11~t.1\e~· apue1ta a q,w mlnCJ'·'" está ffi\lt""llg t".stci Yiva (pJ.rJ una afir'l"larLón e,1 ~er.tido cnntr:irin f'n un lamnso reLno irlandés,

vid. El Paisa_fe del Más Allá p 293\ efecfü~,mw11te mando llevan

el ata!Jd a hnrnhrns al pabcio cf'l príncipe. "iil ,épjarln raer, ~ue~

Rlancani<"v<"s dPvolv,ó la man7ana y ,olvió en sr T:imhién mere­

cerían un eswdio m:is detallado dos ~cr:,ionc~ de este rncmo (CPCL 1H ) H5) <lunle cunLuyen rdalu~ ~- mot!HlC de di,,Liuta

procecien,ia: eu un rnso h JU> <;IJ, W--JUÍ imwmrnaJa, eanrentrn re­

fugio'"' el munt<c. en una u1<cv& ll<c lad,rnw~ que 1<ccuer,'a b ele

Alí R1bá: en el otro. el he;;nano de Dhncatlot e,icargaclo de dJrle

m11erte, la dej~ sni--irf' 110a e,ic1ru1, ;e n1yn pie llega11 u11m hdmnes que tWnf'"n la ,a~a deba¡o. F.n le, ,·er,;;ón leonesa de nlancrnieve.s

(J. Camarena, op. cu, p. 124) la niña hambrier:ta pene1ra en una

p,;lla cion<le ha vi:,lu ~ah y e::ilrar a u1J<J~ b<lnmes al gril<J "1Áb,c­

te, Cinie~:r.i! '. ··,C11é1rnce. C1m<c~lr.1'··, le~ hace tod,1~ bs laL>ures de

la casa au114L1e por ,med'-' no ~<e mu<cslrn aak d]u:, J'an:bién e~

interes.uie h localizadón del cuento 1eon¿s de la Bella y la Bes­

tia en una peña que s, puede abrir (J. Camarcna. op. cfl. 333). C. otra cucya ~ubterránea con ladrones en CPCL i:n En ur. cuento

muy dif<..:Kn(e "Lo1, don; 11Ks<:s viven ,:n un m<>nte con ur.a <.:;1-

~uca o lér um, cve,·a, cunbns all.é'mdlna~ ap~Tt"Ct":i eH d mismo

,'uenro r_CPCL 117). Pw ~" rn'te, J Dí,u (Oumtos u.1.<tdl;-.1.,w~ d<'

tn1dü:,ii11 om/ (,2 y t,,)_) re,:oge y "«:"ñ;rb ,·orno 110 d,1sif1,adrn dm

,~1e-11:o., intC"r<es.1111<'s uno tiene 11or prougonistas J In, oj:cranqui­

llns (]llP ~alen d<:" la mor.rariJ. y otro.~<" l'f'finc a b~ ;ive-nruras C.c

éos estudiante.~ que gracias a un libro penetran en el imerior oc la cueva de una momaña, pretenden sa.:ar un tcs,xo pero 1crm,­nar: c:chado, a paia{..ac; por <.mo con mudi.ts barba,. corno 'JO

rc:y , el iey ~alom6n.

(:lil). Pu~dc:n (;E~'lJllll"1&e [C:Í<;[(;[l~l"·' en '/. P. ero~,. _¡\Jo/~f-111

drox of ±:ar/y 1>1,b Likm/u,-~. 1\1,;w York. 1%9, reilnpr. de lndi,ma

195'). F 20(> y ~s., ci: c;specia: F .'172 p:;ra b nodriza humana de ·J11

niño feériru, F j21 para el robo y ,-~:nhio ée niiios y n475 para el

oro <le las hadas. así como en K. llriggs, Diccionario de las ha­das, Bar<::clona. 1902, trad dd original publicadD en 1976. s.v.

'c\irtos camhiados· v "Comadrona~ de las hadas" Vid. también.

"J"hump,011, Ef cw,r1/u/t•fldVrtcu p. :\J7 y p. -1.➔ I, Uond<c l<.~ 1mph­

c~<la,; :,on las orujdá. Y <.:omidércsc la rdauún Uc c.1:00 rdalu, cun lu~ nckridu~" u11u~ p.Jd1c":, e;ot<éril<c~ t¡uc, .1q,lor.ir. un hi¡u al d1ab'n y/o lu~ que MJÍlfll " nrhos iedamarlns por el demonio [,/J

p. 354), d. i11fra n. (19

(:39). ~¡ este nwnro incide "."n ·,a nff,..si<lad de L•s .se,,.., .,;ohre­

natur:,-o>s cpc b~bi:;111 er los sídta peña~ h,,eca.,; o cue,·a., e-n la

mnnt:if\:i, ce nodrin.s r¡11e amamanten a ~us cdof\os. en 0'1"<1,; l":l-

60S dichoo seres. las hadas. raptan a un niño humano v lo si.:slitu­

yco por U[]O de los suyos :,1 <.JJC hay '-JLll" uc:~enmaS<:arar ;iara re­cup1;rn1 al prop'.o (a<l<cmá~ J<c la~ rckr<-':JCla> ,mteriorcs, puedo;;, le­

ese e:1 tcad~cción c,wtellana W. B. Ye?.ts. Esp,'ctros y 1Jtr0s cuen­

tosfantáWicos irlamk.•ws. FUrcelo,rn. 1991, p li1 s.s.). No iwmD.,;

~1Kontrndn <cJ<emplos de wle., 1·e:>1tus en Castilla.~¡ bien qt1eremos

llamar b afencii"m .s,,hr<" "Fl ,-astlgo ,'e b< 111ent1r~s" (CPí:I IRR), un niño "can~ao ( Flc) de vlvir ton ~LJS padres, pors1uc e~tJha can­

;ao (sic: d-...: trabajar'" escJp~ cJ¡,; .,u cai;a, Lrc.s <l1s1.inlas experknna,

nc~al1v',1s, que ir.duyen la ªl"-ricón de 1,..na 11:>mLha en la frente y. mií~ ,1gnif1C,llivo, d ,~Jarga1:11enlo <le la rmri.l por ~LIS rn<cn\Li-.,:,.

quiere regresar J ,::a,a Je bu~ padres. Ésto.',, ,:in embargo, le rcdta­

zan '·?u<,;s <.l<:cfan que oU hijo, .kar.ito. que <éstaba en cas<." Al ca­bo_ viendo ~u arrepen;ir_11('r,rn le perdonan \' colman de besos "Y

el otro niño que eMaba allí. al entrar Juanito, era un ángel" A fal­ta de un eST'.Jdio oá,, dereniao, cabría la hJpóresis de una cri3tia­

nizacón del ni:io cambiaCo o su.,tituldo por seres wbrenaturales

No podemo~ entrar aquí en la cuestión del aprovechamiento que la lglc.,i:,, Car6lica ha ,'iJ.bido ha<'n .1 lo largo de .,;u hi,mria de las

tra<l1dor.<cs reli~iooas y micrnü_l;!ica~ de: los pueblos converLiUo~ L;m,rn1emo~ t;m ,ó!u L ,1teoe1611 subre la contmu·daJ <entre, la fes­

tw,dad ,.¡,. 'iamaia el pnrn<e1n Je ,mviernhre <en lrlmid~. noche ,:n

q1,e la , omunirnci6n enr,-,. In., dos munG.ns ,,, plena y fluida y

por ende, <'scenario d,. m11c,1os de sus rf'btn~. y la fie~ta de To­

do, los Sar.rn, Tam,~ién esa m,chf' to>nfa y ec, decta medida con­

serva. un 1,ig:1ificado especial en la vida trad:cional cJ.stelhr.a y

no es raro que dos de los cucnto3 recopilados ?Of Esoll1o3a, hijo,

.w hagan eco J~ lu~ sucesos y ~upn,liLiones que rn<l.:an el Día de lo,; s~ntr>,.s 1_CPCL 27.3 y 311) A prnpósito dt" s~nmin, 11cl. ,efr-

1encrns t""n lo'/ Pmsaje dt'I Mdt 4/la p 30·i n. :?.12· ~ :,: P F. Botht>-

- 29-

Page 16: N.º 259 - gredos.usal.es

royd. ü•x1kr;11 dt,e, lce!ri.sci•e¡¡ Myt/)()/,,gie. /v1Ün(·h<>n, 1992 ~ v Sam­

/-,p;n, con lJ ¡;,:rafia riel irfanrlés moderno.

(40). CPCT 1C,(. p. 227 Thomp,or íE/CU(!ntofo!ldr5m-o ,,.138)

~t;1la:a gll<.: el cue:ilu pa1<.:c-.; cc.mfinadu a,~ .Europa meridional y

,!d ~uclesfl'>, ~, biefl los 1-/t"f]]J;T;JOO (;f"imn <üJtVlt'!l c"llt'Il[,l' l'll

qucc fa¡:, I:lll<.:hac;1as son mc1r;oformada.,; ¡;n r1on;;:. Alud<"' as,m•smo a

la rclJCIÓn ron '""' l<>yend,, coml1n t'n la Et.ropa sudorienr~I .se gún la cual un prnKJP~ JrranlJ urnt lki, d<" 1'I tumba de c:ua doL­

c~ILi. cu1wem<..!J t'n vamp1m y é.sca ~sume fvrm,1 1-:uman;i '"~¡ C(>­

IJlO al cuenLv Lle la ju,-cn que: e1acl en d tk~llJ de un~ phnrn (\'!d.

it1(ra n. 6g)

141). ~<" e:nclleMr:-< c'qc '."!lis .1IU de rndn nundo co,:oc_do. r:I

pcincipc, eenprecc.l<c" el v¡;;je a ~.,ba;k, :nas ru de ven<lerb y ~l ~a

:,o de an<.far "mudiu. mudui, 111uc!iu. ;i11.ch0·' (Jcga" Ulld la>1la .sola, donde un.1 ~tñor,i Ir f'nc.imina:, In cJ.1,1 Lle ~u luja, b lum:, y

ó.la a b. de H, herrnan<, el sol, quin. le rb la.1 lJJtjma~ insr~u,·do­

n<"'S (CPCL 106 p. 227 s.). En ur.rn verc;1ón (CPU. IIJ7 p. 2",J s.) lie­

n" <.¡uc 11· al ·c:1"1ilh de \;y; Gigan10oc1>, '-JU~, a:n~,.do ;,,.nen k,,;

ojos :ibicrios <'.Stán dorrn rlo.c ) cuanrlo lo., tienen cr.:nado,s, E-$ta:1

cic-6p1e.rt<w'. ~n cm c~.jvuuto ck :ou ,ne,,\\a de m>d1e e~l{m h,~ 1:·•­

r&njil:i,-. r.n olra ,·.ariJnl<é' m:í, breve (CPCI. 108) el r<cr 1,,n dfa de

caza ~e encu<c11ua en un i,,~al tn:~ capulliLv.,. En un:i ruan.1 (Cl'Cl,

l'l9• compra b,· tres n,1:an¡,15 a una ,·iej,! rr.-11 ,cnf,:.,uk fa penJ

4ue u~nt' ,:~ JlO eJK()!J(r.;.I lllnf;:CIILl JllllJC qu,.; k gL<re.

('<3}. :'>krececrífl ,m ,:.nah~\, ,._l<;t..\bid" b <.:n'.!mtrJ!.:1\m J1.: k,~

0b1~l"' que J'-'c:am;,.n LL~ ,cl10.rilas naJa l])á., .sJJir (!,. la na,Jr.jita.

Jfl pt'ine, ·.11u p~iar:g,m" y un., ·.o,,lla. :.E-'0

t" tJLlL· puc,Llc: ~e, arn·

;-,liada ,.;0n t"! pc-in,1<:m el <:s(arpidor. d a.i::u.i y d ¡9bón (C:PCL

109 p 230). Son i.it,k, de bdka, indis¡.:,en.sab'.e, si el prú1up<.·

quiere v,noervar a la ~ .. ñorita E-n cue,1tici11, poe·c, qucc ten 1(~dlk~,rl

1JO nc-ceslLori~P puic,Lo (jlle ><)ll 1rn:ornparnhl,·1né"ntc h<:rmo;;,is D<.·

/leLLu en es:, ,·,:r~16n amp!1ada es el hi¡o d~I ~ey '111kn exige a la

Jlllljf"r que ve>1g3 cor_ "'tocio rcmpleto" S.ih·:11d<1 h, distami,1s y J

11:a!u Je lup,>koi.s. dlcm.>, m.,truncntod r<c<:U('rd:ir, lo~ p·t"1cntr1,

qu,-, ,·,.cil-;e p:,nrlur~ de !ns /¡us<cs (H'Stido. ,·e10. diade11ru de DIO,

c0rn11a-, ,Je: rnrc~. aür<"m co:.t.Jre,, v:d ffe-~10do, Tecgmda 'i:;'i"J .s0 •

,¡ Tm/,aj,,s y nra.s 70 ss.l p,,ra ado,,,ar .su n,e,µc, y que e.,te cum­

-;:,b 'd 1.t pcrfaü·1{m !'d i,1uuóic \Y,na l:l que lm ~ido ,,,,-ada. c,nbclc"

,ar a Jo., hombre,, y a la pos1rf" c:111sarlt'o un gran m"l. En ,,,,.,.,

\'Cr'5Íones la& darn.is al whr dt< la, 1;arnn¡ir,i:s r1.:,·'.-arn:;n "'-S"" y )Ydll

(C:PF II p, 462!

(4j). CPU. 1()6 p. nSJ, 107 p 232 s 101l p 2.~5, 109 p 237;

l 10 p. 23') 1es¡:<ectiv&111ern:<t.

(e;.;:]. Cic:1rf"n10s ,in m,ís nlgunos eje,nplo<;: uu a;')areddo en

bu.s{;a de LIH m,~a que habla pmmcL1Li<> puf"Llt' m0~T'.:lr.-\C todo

!lt'no de ~,u,gre. t.il ~ como e;;taha cuando lo /Tu\lamri ICPCL 192).

pr.:m tambió1 puo.k asurIJir fa fornrn prirra<:T<J de un perm y luegc

de una palom,i (GPCL 193); [ornm cite ¡x1lrnn,i ;H;umc lam!Jié1: un

:,hr:~ (.ld purgalurio cor. l~ m15ma pc11c1(ín (CPO 19:1, ,lich.a al­

ma adun:\~ c~\á dm,0a d~ vc17. igu,il <\Cl<' el fú¡ano q~e luhla e,1

C)tro C\l<'.'I'!lu (CPCL l94J.

05i. lPCL l-i2 p, jj,~; en CPCL 14'5 p .. 'H6 el paraklbrtm es

mayor, '·A/ ,:star/,1 pt>iro.rndD. /a dani ,rn ~¡:;u;.:in que 1kv:rb;i r ~e

Jo clavó <en la c~h!cla. Y se qJ:v1(i palülllJ .. (~' l:imOién c:PCL N.l

p. lT!J. '.\o es d ,ínkn elemento de 11nión ya ,~1,e un.1 ele l:is ver­

sion<"'S de" "L..1S tre:s naranjas" ,n,iste en que bu,ca ··un.i. IlJJjer tan

Oh,m·.1 corw, la n.iett• y enc.1rnaCa corno [a.5 golita.s dt: ,a 5an,;rt:

ck b perdiz" 007 p. 231) Vid la.s <ll~c.11pciuncs J,: BlanLa11ievse:;

(CPCl J,Q p .)31) }" Bbn,:xlo- (CPCL I4j p. 3J4l y co;n¡iár,:,:;dd.,

c<>n Ja dc~~ripc,ón qui;, <en 01,v cufnro (Cl'U ll~J 0v,-, la hirn c[,.I

rey C.f" lab,os ele ¡·n m1whacho "LO bLmco ~0,1 le e1Kauw.do, ;qu<;

bc<cen <.,:;Cá'. Conio d rc\· que; <fon:ürá y no de~J>Cllari h.1sta l,1 ff.a•

ña11irn del señor 'ian J1un·· Aquí FS u,, ,d,.~I d<" l,,-lle1a rn,,srulin"

idém;u_, ,e] ~"'.>rts·,,Jo l"'>' b Ll"1;mcksa Uemlré' LC)I'_ h pccubt.rdad

~li::dida rk (jUF a i<f"mc;mz:J. dt: l., r,eroir:1 ir!J.ndoes;t tJmb,<'-n es b

prvt~¡.oni,;ta i:k: cucnlo caste'lauo qulen mm., lJ iniciativ:. y \"len bu-.a rlt' !.J.. rey. A p·opó.siw dt, Deir,lw jlUecle cnn.1ul1msF 1:, ~di­

cion del lc1<.tu ir'.andé., l.Oll 1r.1<.1ucc1ón y notas a cargo (kv. IJnll, lr;nr;e.,' mac 11/."¡.~/mm Th" 1!.xfie o/ t/J,, sons uf f!ts/111 >lew \'"ú -

1.cndon, 1949· J Gmltz, Ear[v Jn,b ,\fr/l,, ami ~,•gu.,, L"m:hm,

11/,~l, p. 256 '-'· R'{:ü)se ~(¡jo uca 1rad,1cdón mg(c.sa Al ser una

hist(lria muy popular hay muchas \·cisn>nes. recojc Jqu, ~olo ,.Lo., rcff"fc:ici~c;, :-. O'Sc:llivan, ·rhe Tc,!11/ore nf Jr,,/and, 1.<>ndon, J 9''±.

p 2_", 55. ) J. J~cobs. Celtic Fair~ 'l':,lc~, Lun,;un, 19') ,, p. 65 0s. Eo-

1.a c,bra tC{;ü¡.t<c c:1 un solo s0J11mFn (a origirial de .!dcoPl.1, Ce(nc

Amy Ta/es', 18')2 :· .lfrm• Cdtic Fai1~• Tal~s J cargo de D. Í\U;J:.

ll;.'-J1 El LUentu h·a ,ido ,ndu,du cn la ,ckn lón U.e ;a tra<.l.uccifr1

~--<priola por J. Qu:n¡¡I,.,. Másruemru ,1,,, badasc,j/trcru, Palma J0; Mallorca. 1938, p. ~~ ;s.

(41:-1. Ll~i:,a la JlCll<:Lün que en e. ripo anug-.10 y fL.ndameMcll

dt-] c11Fnrn .s<:>,:i'n [c,s f"studin.; del folklon~ta Lances Co,4um (-qJ. 1dc:enc,a,; cn U'E 11 \J -{Gf, ,.1, <;~'.e rnc,tivo esté rocLl''Ía más

.,utirnrado. Cuando j¿ µcr~c¡:;uidor:i cbva el ~lfiler a b hemin" y

f;.\;1 SI? 1,ari,;form . .c ~ll p,ú:,nv P'.'.Z u olru anirn.cl, mfüa a ct;cho a~dmal ne .os h1wsos dt'I m,smo bmrn un limocno, rl'1íllnJO 1,1

Dlnj Jr\Jul frut.,'. y LI,; e'. sak,1 treo hem1i.;sa~ Ll"m"-s, la novi:i <'e1-

d:1rlc1 ,•s la tercN:i l.a~ ver.,ionf"s 01ien1.1les, pr,-,bahle urigen ld

,·11~·11:u. c,11nen ele\ detalle ,kl atf,kr ma~ no del muL1vo: :a ,hma

e.s Jrro¡ada a lln ::,010. de ¡,]11 ,;a(,. un lirio que !l! h(sa t'.\pns.,

mn,pe ,- ,;sp~rce por el ¡a<lin, d,· su~ peda,cc,s 11.:.ce menta cor: lJ

4uc d ~ocm¡;rn ,,e dispone a o;a7nnar l:1 n,-.nida, hahla e,rr-,nce5

-a inen:a r <"'l c0u11em asu~rado fo tira do: m1cH1, na~~ a;:1 oLr,, fru­ta o_ue ;ol caer JJ ,n,-lo ~t' rnm¡w r sJle Ja v~r,-J.1der" 11<1via. Se

vc,e[Fe as/ J b ~-tuaciün mic:81 <en<;~;'-' Luento unenta: en d 4uc d princií}'c' n)n;igl..c ,;na grnna,::.3 de ,.n taquir 'i al abrirla y ver~

ur1.1 r.crr:10..•J dan,1 se dc,maya, (1rnsión qu<' "PW>'t'chc1 :J twgcJ

f'C.r.o, un,¡ar.a ·o\ \l<'f.<> ,¡ Ocll;:iar scc h1iJr.

(47\ Cab1ia ,ccu1da1 aq4i, por .1pcnlar una rutu·:, <l,recci<'-n

<"n la in,·esrir,~c.c\n, ]J ley,c,ncb de Me,ntJ, dom·ello C(m la gLJc tu­

v·o uaLJ:J Hadeb y fue 1neL>.morfooeadJ p<x l'cr~done en UILl plan­

ta de prdin. \'ié. Estrnbón 8, .-l. J.-, f".studin ce M. o,.··cnnte, Tr,s

J,ird1,w; de, Adom.> f,a m1tnlogia R/WR" dr> lo; ,¡rc,>u,s, .',fadllJ. 19/l;i, p. 1 )j ~~- y El Pm,;aje rld Mtí., A.lid p. 98 n. 4.).

(4i:P. U'CI. ljil-141 \'1<l, Cl'E ll p 446 ~.l.; Thcrnl?J~Ou. F./ c11,-mofolk/cí,1wp !"'1 5.

("t9) CPCl 138 p. 511 d caní,·re, crlrr,rn1und,1110 eor,í l1if"'1 su

b1ar,,Jv po: 1~ ~·ctc"~L:1 y b pwhi;:,ici<io Je m1rn: atrh Vic.l. sr~'im

n 37

(~O.l Cl'C:l. 139 p. 51~ y 141 p 328; 1-íO p 319 r~.~pectivamer::

(-51) CPCL 139 p. jl(, 1, nan~Llun, \·a0cc.lo en e~e pu,Ho: "uno

de ~gua. que <J,, lkg-.irá po, los Cl>milrns. mm de ¡;lid que o~ lle-

- 30-

Page 17: N.º 259 - gredos.usal.es

¡;ara po: !us o¡os. y vLTo de .. agua que os Uq;ará por lo~ hom­Um~·- 1..1 l,amcrn de: agua e., un de lus moL1,·us m>t~ L,mwne, para

s,a-pmm sc~te- cuudu ,:el d.: Ju, 1Hw1ros (H R P,ud1, íhc oibcr

.n,r/d accm·dmg to da.~,-r,.ptwn>' m medh'iYJÍ /irerarnrr H,irs-~1d

Llruve,si;y Prc.,s 1950, 2" rein1p, . New Yo,k, 1981) edkión e~pJ.­

ñob, -"lexicu. 1'.H6, 1cit:1pr. 1983, p. J(, y pass:m; H. \\;las'-c- L¿,...

pe.l, El Anm:¡e dd .Wds _1//,1 p. 4':>l · -;t,-,>rlé <é~'e llll.l\wu ~1nive10,·Jl, nrl tarnl1Jt'n D. Wan-L s, Hu en ~."Y1cyk/c~Mdw d,·, ;\/a1<·h,,,'->',

lhnci ·1-, 198-'I, n,I l:'74-1391) Tlaman·r,~ ariuí la aten,- ón mhre

,·ñno e-n L1n cuento donde c-o:npil<"n tres per.snn~s" ver <)lli~n ha ~oil;,rlo ir m:',.s le_ios, ,-.¡ 1-,,,her pas,1,io \1c; ~gu,1., ,,.,; como,.; ll<"'g.1r

a un sitio do,1de l~d,;ih:i b genrc (n "' ,nme,01 rl,- suha¡·:ir L, ,11:e

ri<br:l r:lcl c,tm ff_undo "·' el lC'ngu;i¡,- o la care-ncL1 del 1JllsmoJ se

dllT<"SJlOnden c>·1 ntn, ,;e-r,; nr1<-s , c,n Lis t•hlr,.lbs l:1 cena ,-,m

C:1sto o d tm del mun<lu (CPCL j~'i-3'i7\ l.a rderencia d r:1.1Cho

m,i.s explicit1 t>n "In~ tres Jlf'los del dia-iln" (CPCL 11(-.)c d i'"1fi<"'r•

no c.sr:i f'O b orc,l nrilla doc1 rio y un b,1rqllUO. a Af'mt>janza dt>l

CJ.mntc grkgo. es .-1 encargado del trar.spnrte. Sol"Jn' f' barquero

en lm c11ent0s lid. J. Kilhn, s.v fJ.hrr.u·,n en Fnzyk!,.,padwde~ Márchen,. lh11<l ,J, 79&-<. mi. 7R5,793

(52·,. !lay "do,s c:tños. uno que echa mucho. mL..cho, y 0tm

que echa muy poquito, muy ¡wquito'·r CPCL B9 p _ll'i s.!. LI

prougonLsi;.;. ha de coger ei agL;J. del 6tgundo. Las virtudes bene­ficin.sH, ,-urnriv:i.-, r,-¡uvcnf'Cc"dorJS n°gen<"'rJdor.1.,, ,·:,pJé'C.s ind,,­

',(":, ,1,. w,lver a L, vich Mm un dern.t"rno comc'm ,.n lsic; t,-;,clk ,nes

sob,-,. ,.¡ ,nás all,i (v,d. con ,,,¡,.,-,;11,,as F.! P1n1a_1e d,,¡ -W,i_,; .~lhi p

141 n "'4 y p. 3'5'i ssJ. También E.ap.nü,,a (CPE ll p. fi8) ,dcntifi­

Ld d agua que bJila l!c algunas vcr.siones hispánica~ éd c.1cnto

con u ªh~rn de \J \'1fb.

(53). El p:íjam ~Jbio, el agu,1 am.orHla y e. árbol 'lllf' cama en

CPCL 13R p .. 311 l'I pájaro qt.f' untJ. el hif'n y el ir.al 1.n ramo de

n<.w .. ~ y-..m t'"' ,~te r,..:,c· .. ~ <1. .. c<::,lmn, f'n CPCL 11(1 r .',19, ~qu<'l ~ervirj nara revelar la ide'.ltidad Je los niño, ame su p:idre. rnn­

quc ,2~¡"" no lo é:ntiendc al pr.ncipio. los peces para llenar la al­

berca y d ramito parJ pol1/;;.r d -arcír. ccn todo.< lo3 árbDk5 y ro­

~as del :nur.do, I:n CPCI. 141 p. )28 lo que b,1s~an es ·El ár',ol del

l'ar:ií.so" p:i.r.1 ,"<"lnseguirlo h:,srn un;1 r2mit:1 igL:Jl·n,-,nte ~an sólo

con lwh.-r un ¡w, o de: kl fot"nt<"rirn .el ~aliva ¡l'"1ede fr1rm ,r otra Sf'­rnqame. No ~ <;:Xpli~a '-'TI esta vcrs:(>n b func:6n del p~janlo de

muchos ('u]orc.s, cor.w tampoco dd agu:i. amari'.la o el ¡¡rbol c;:uc

c~nlc: en CPCL 1 ~8. E~ jd~!amcnt<:c d cojcto ¡;mrc las Ci~tinl~s va­rünl.<.:s el c¡ue pc.:rrniw io.ltntific...r I;,~ fc:ndonts )' propfr;LIU r..kc [oc;

dt'!IH.:ntos enumcrJdo.:, Cl'Cl 13') ¡.,. 51';' ,e ;,;;,arta del mvlivo del

pdjJ.m sJ:,Lo, aqu! e~ un dguiL1 qut a¡:uda J pasar el río a Jo,, ,Jm­

tagoni.<t;,.~.

(';4i. Se alm.:n a las t.!u.s ~a'.:,~ lre~ ,c ckrrn,: en ll'CL 1-±0 p

j1ú; se abre a la> doce y .,e c1err:i" la ·Jna Cl'CL jlt\ p. 529.

(55·,. Cl'Cl 140 p. 520. É~td e~ un;, i:1fomrnción aaictonal que

recihe í'I nifto d,~.,pué~ de ,·mp·Fnder PI vi,1je. Lo h,lú' engafudo

;:,or lma hechicera, ciue bu,<('a ~u perdiciór. (on el fin de que su

pad~c no J¡; e'.lC\iCntrc.: ni a él :il a ,;u hermana. la hcchicc.,rn cncu­

lir,:, :,~¡ a [a.s dos hcrtIL<tm!~ de b 1ovcn que ~a~6 con un capitán

(un r<:cy cu ULPJ.S <crs1on~o) )' cxpul.sarun a .,u., sobrino~ de ~-a,:,

((:Il u,P,i.; 1-c1.,1<>rn:, [(; haL'--'Tl cret, qu<.: Labia uado a luz pcrcu~).

Un v1e1O (éc luengas barbas prvpor.:,ona los dcrn[cs adinonalcs al

mL:chacho para qL.e se cuice o.le los pcligroo que cncierr;i el Jug,ir, !,_] Üe\ü si: 1e•da <.:ünLo "Nucttro ~e,'.o:. r.¡uc ,·elu \llJ( ti'; pur Lu

hcm:an«", Lmnb1én «;:udará a e,La u1:mdu "cuda a bl.l~car al chi­co 'Eutrns en L, iHL<"rtn y nml'.1 rn1s entrm h.,y 1111 :J011CCl: v~s y le ,h, un golf><" crni la man0 y le ékc~ •~al, hern1.1ro· y entonrt's

~1 ·-wmJJ.no volverJ a reco°ir:11· fü fi¡..,1ua" (lb. p._12cil. f.n CPCL 139

r- !:,15 \· p31"1 L,~ -nsrnw,'ic,nrs pmr~,ltan de un erm raño, .li h,en

·a.s d fkulrade., son mcn0rf.S, .se ccnrran t'fi d cn1<:e :Id agua, qLw

r,'~\l,.Jve Llam,mdn a! águ;!:, r,1r.1. que lo~ pa,a,ara por d ,:\o"

(S(,¡_ Cl'Cl 141 :J. :~3D. Aciuí ,.;~ b pror"~ hruja qULen para dl­

rrunar la., .s-.s¡:;i<;acia, de L! he:rnmcc rc\-d,, k,~ n<.:~¡¡o~ '-' indu"' 1~

:'orma Je: r,.;~rntar :1l muchacho· llene que er.Lrar. cog"' un pa¡ari­

llo y GLr un rnchcte a wrn cswLua de, m:;.n,_ul que \-Cr1 ccllí.

:57!. U'CL L~H p, :\11_1 s .. Un vicio sent:Lo en una peri'.!, ciuc le .kgab:i.r. l:c.s barb:i..• h«sta d audo' ,.;~ quien informa a la herrnan:t c1e que ,·o de1~e mi,·;ir pa:a alr.i~ y ]JJ el,:, "P,L1'10t>lr lu, rhillido, e

1nst !tos que n1r,~ o,it>nrr:is <11bc ];¡ < 11<".ST'7, ~¡ 110 lo h-i,::c. 'k qu,-,d-i ·piedra ocgn"' Cn~ vel allí ,al páj.uc s:thio instrure ., L1 jove.-i·

'Cogt' n 1:i Í""·i:,1 clt> ;ogn~ de la t11 .. 11r.-, con,1 nn;o ,·.,mitil dE'I ,írfv1I y luego c>,'h" ;,gi1a el1 b,, piedras ha.si;, que f'rn ... ntre& a fil~ h,,,-m,i

n,-..s "-.SÍ ID h;irt> y <lf' ccllí scil<"n n:, Milo t'.stas ~Íl7P ",luquc,. reyf'.',

guanos·, de ¡odas las c.ns,:s que hablan ick1 :1 hu6car esos dc,nes.

En la v~r,;ión k(me~a lJ. Cam.1r<;rra, rJµ c;i. ll~l d rnu,;hwJ10 v·,c

c,r. L•u~..,,. d,:, un :JUdl que, da tot.!a, las flore~ Je! mundo; un ,er.or

.,L.ll[aJo ~n l.11.a ÍUL'llk k a,:_;or,:;eja 'J_U'--' LU];l Utl<l ta!JU::CL de Ja ~nl:a­

<l~ a la ?Uertl para nu rnnvcmr~'-' en p1cdr:t pc:u quct.!a alupado la 5egunda vez quéc e:i'.rn., c,ntiobadu con;,.,, "pa1min~~- \';orn de•

~<:cnccmt,,-1,~ la hscnnnn,1 lw de da,1,- un" gun11t,1d,, )' dc>c,i1 I<" · ¡ILLb, Vf'lllf', .. En c,t,-, ve:EiÓ:1 leo;w.,a \1/J. 123) iJ. mucha,+a para :c,,c'1-t:1r ;¡ cb, ¡,,. .. .,,~oo~ rient" 'I w ,~v,ur rni".1r h3ci~ 3rds por m:i., <:lle

l;i 11"men ),' t>,h,,,le.\ el agwi de ·Jna hort"l.a que lf' f'nlté,CJ. un ~e,-

1-or" quien ella," dferencia dt s·J.~ hcr111ano.s. -;e lu prestado ,i

:tft>it,,r en el c,1mi~r:, de ida Fn otf0 cucnio le0nés distinto del aq:,í

amsidcr.1do pero en el que :.an:biin ~e ,1icndor.a el Castlllü de

bb y :\o Vo:vcr:\5 Uh. [7) puede ,,:r><: unCL uena '·m0<.le:m.t:ici6n·,

,ld :uot1•·c•• la bruj.l le e11l:e;;a un lr.iLa,w, que !uc,:, qi.1e se Lun­\-Le1td en p,cdra al ent,ar, CA1'k otro frnsco de dc5<.'11Gmto que

,.nrrs1gve d \1er:rnu10 •~ue a,~uJe '=" .,u «)tJCk, dSÍ ,udvc,: a ,u '>t't

prinupes, re}e~} ni:,rque,a;~ ]os que ,:,10-u p.ed1a,.

('jt;¡_ l'orcjcml-'lo. Ja botella Lle agu;,. cima 4uc eil enlurl,mrse

es ~,gun de que algo n·alv le .,lln"'de ~¡ [7L:ch,,.+o (CPU. HO p

;11Dl El rrn~mo mollvo apa, .. , e e:1 oteo cue:i:o mhr,- ,-[ Cast'llo de

!:J.~:, no \'olver.í.• íCT'CL (:-fi p. Bn ajeno por :o demás a e,,tJ. se­

r,,-_ 1'.r C.T'CJ. 1.~R p . .311 .,in <"lllinrgo, f'.s 11na bolf'lh mando H-'·

síis que ardé', es que me he tT111crm o me esmy r:1c,f\t:"ndo" nr. O'-lt"-

11w,iro má~ que n1:1:ribu1,e a subrayar el tono antiguo de esrn ver­

siór.. &, trnw del motivo del alma cxtcrnada. parr. el qu<.: hay ta,n­bién mud,os ejerr:plu, t'll l<.» ,;ue11Los rn;¡ellanos, prde1scnlerm:n-

1e ~-u;1nc'o ~e u-ala de el.u ms.ellc a u11 g1i.pnte o .,i,ui\;;1 (51<.bm 11. 2i y 10. mas cau;bién CJl los n1entos Je "La Muc1lt> Madrin,i ,

que tiene ¡patd:id:ts antoichas o vdas en un ~·uMto, )' cuando sc

<>pagan ce.>a la vkla (CPCI, 87-8ifJ De oLro lado, parc:,.'e bien s,g­

nií1ul1'·n 'l'":, t'll u'rn rn~nlu donde- .se· wgis1r,1 1~ c:,nver.sinn tn pieclr., en ei <":i.,ti lo de Irás y J\·o YolvcrJ3. CO'.locid0 como "Lo,s

do.~ hermar.os· o "El pez\- el pescador', DO en !J.S ve~~ioncs cao­

celLm;i, (CPCJ. óR, J. Camarcna, u/;. c/1. 77-78), pero oí <.:n la rc­

con~mKuó:i cel 1ipu (:\l15:• la ,.;fi;,,1 de que Ll h~·rrtuno corr<: peli­

gro e~ q'"ie su árt:>ol p,J.f(jcular se marc::iita, V !a iransfo::n;:;;ciór: en piedra o el posierior dcscncantamicnro se produ.;:-c ii;olpeando um la , ~n Je una v,.,j:.c brn¡a. \-ld ·¡ huu,p.s,,n b/ t w_•ntn }:,/J¡/ón-

-31 -

Page 18: N.º 259 - gredos.usal.es

r.o p. 52 &. y::,. ~9 s., Lf. ?· .)L'Íl .sobr<" l.1 anrigikd~d df"I nwnrn Al

rJrecn lo, Tf"mas están ya l~;,a;wnte,,s f"t. un r<"l.1ro ,:g,puo d,.: .s.

Xlll ;!.C., Sl bien L Lrhll~ e~ difor<:ntC, e w VO[l Sydow lo COIN­

dera ~0IT1J¡x:i(m de rn·. nim ori¡::ir • .i.l lnd<1<:LWJpe<1. A. nmolro;; hi<:

d nunc sólo no.~ intc:resa llamar )J Jten,:ión sobre los eknwntns

~rbl.írié"oo, ~nwr:iado, <:n el <:<.Jmzl>11 ~1.:p,wc.Jo {E 7 l·JJ y b. n.T1'­CJ.rt'ación [Cpcrid~ (fi (1-:'0) la flor de cedro y dos árboles de nu­

n2no <'Il 1', w,rsi,~n eg¡pc;.,_

1 '59\ A prnp,js¡¡o Jl' rama~ v :irboks, vid. fil l'aisa;e dd ,Wil:,

.4./lá r- 3-16 s.,. lkcorllemos aquí tan S<J!o qu,-, ,idemá.s dé' sLLponer­

'"' ~u ""''~l<e1Kia '<'rl d o\H.\ murn.k ddt,mm;wJus ár,füC"~ han ¡,;<, zado {;e e,s¡xx,;[aJ respeto y venernción } o-e }un sefí:il.tdo umm

lugarP.s c\e ,,-,,n,<'.,n. Un no ,1.,. \.ik~ .--ree-rwia.~ pce<k ,,er~<" <en ,,1

rn~o del whle :-Jav,orredo11d>1 clumk St' w,·1,w11 las h1u_ps (Cl'í.J

15~\

(60). La tr<,.nsfcnrn((nÓ:1 ele ¡nedc:;i w:nbién r,gura s:,n una de

la., 1-l'rsionc~ c:>ec1d<'nule~ mi, anti¡pa, <ld cucntn. la éf' Scrara­

rola fle-1 s. X\"1 y en rn• nienm éiraht' ,k la~ w;r y una noch~.s de

fmdle5 dd m1smu ~i_glo y r,:cogiclo de b tr.1diciu11 oral Pueden

u.msullar.,c la, rdcrcnua:, ~-n l:, ohra <le E.sp,mx,d (Cl''t' !I p. ·t\8

s.), C]Uicn Hcr'iala CJllf' en afgL.nas vcr.,iom:, ;n()dcrnas ma!1omc·.a­

nas y- esbva., loe néllos se transform~n Pn aninrn\c,~. mient,T5 f'n

'.as Vt'r~i0nes hi.,pánic~~ gcnernlmt'IU-' >t' u,n~ic!"lc::t cr_ c>it'dn1.,.

Son ,Sstos. ~in f'ffibargo, deu 'le-~ ,ds'ado~ ah1dido, Oe torrn~ .1ú'i­

dent:1l ya que el amili,is dd cuento par<cce ce't:1rado en ~~tro, ,-_s­

p<:cto>,. E~ l!l'.ere;santc ubs<,,nar cntLmce.s yu., mu(hus de k.» el,;

moe:ito,, <Jtl cucnlo a J0~ que aqui no :;c !1a pré:6lado alcnciór: pcr­

tene,-<cn a fr.;d,ciones, costumbres y cref'nciJ> muy antiguas (_pM·

Lo muavil!o~u, niri0.'i sw,titu1d0s ;,or :mu1Jait's o :nr.sfonnar.lo, en

•21,-.,s, 1;ci\:ilc.~ C'ipf'cia:e.'i f'n !r,,,; rf'dén n;1c1lmsl Dr otm bdo. ,;id

Ol"Í)!en de', ~uer1t0 hay qu" l,u5cai.o e1, fuentes oli.,nta:es, e~ tam­

:_,¡('n siJ.µaücat1'0 <,u<: ,;11 un~ vu:;1ón bL!dJ,.;trL ,k: ,. \J lus nir'ios al

nacer Sl'an. 0ustiiuido~ por un pcé.<1L1J (\t, ,i¡•o.dcrn crr,-c,:i¡;;;r>;,m,a,Ja,

m:í,dme ruando en ·.,na d.-, ,sus ,,-,encamadoni>,, la mactre de los

LÍ<io& es uri.. ;io, <l<' )ulo i,·1d. ,,~. p. ,¡;9), en Dlr'd ,-e~161: clu:1a

dt"I s Vil la jm'fn d;, a luz un ;;imo de' loto mn i,n hijo en cada

hoja_

(61 l. VuJ. H. \"choco l6pcz, "Luo lamt::ilus en Gn:da c irlau­

da'" ¡1. ~!IR. EJ f'f'lrin grif'gn cHrj ~n Odisea XtX. 163. !Nada XX.11,

126 $. y Hc~íodo, Tror;:onio 35

lr.;2;. CT'O 2'76 p 111 Vid. ere 11 p 230 ,s Ispinosa .~da.la

sur1¡J!ern<=ll'.<? la tonm1. 01igi!Jal llt' teni:i1sar d u1en'.o ~on ese um­

lwo <.¡u<: hKc: r<S<Jrda: d "Alxd<é v::~·~mo" \par~ esw, vid. Cl't. Lll

r 162 ss.). 'vle par<:c-e int("ce.,ant<": reparar en hs v("r.,ir-ne:s :1h,ca•

nos y :,m<:17.6nka~ <:\omk los prnc:ig\mi~Us p11eden f;t:>{ lan>hién

anw:mles r..¡ue yu,:,dar. <:nn,rn;,do:, decnl1v de, una cuc, ... un á1hul u

otro .,irio

(63i. r:~ nm¡:_b\c que la úlum:J ~;,lvag,urd:a sea <.:as: un ataúd:

enn1cntr,1 a Jn arrin,1 r¡11<" llev:i dos l'rnrrrni con .,rcaA y le pide

C)H<'" !a mFla en um1 'i gnade !a Have "" !a ,i!:mta J_d pie para t¡'Je

no pue¿an ahri, la lo, ;Jd1m1es.

(6,0. _l C1mMen.-i.. -~P- cit 100 l'st~ a1Ltrl1" (,i/; p ··119 s) ~tñala

<.¡uc h. p1Jerta sellada <;<.;uh,J~ al ríu que har· 4ue ;1Lra,·esa1 e,1

otrn6 cuento~ <l(Jnde ,e aec.,,.Je a un mundo lejano lleno de iná­

gene>~ slrnhólk,,, Él mismo recu¿r 1,1no d.- <'-"OS cuf'nto5 í.99i, uc,

wnu envI& ~un'''"'-'<> (-l'JI ¡res ru.s.1.,, ¡,~ra f'ilo ti1c,w 'Jl>t" mr.,ves:i,-

lrf-s ríos, Llno de ~gu:1. mm de sangre y otro de cch<c Llega .1 u:i

c1npo llrno c\<": ms.'l,, si i.>ien las q, e i,l bu.sr,i son l,i~ c¡1w crecen

L·JJ un m,;aJ q1.11: sólo licne ;,r1:s. La cominuauór: <ld viaw k- rcr­

,nlte ~i;r :1 unJ~ mula~ p,ic-•c,11<:lo pi;se a <'.',IJ1 rn11y g,,rct% ~ <los

c,:ervos ::,e!eando en Jna pe:ia. A 12 vue,rn el amo no <cxp!ica la

n:¡turnlev. de las rosas. pern sí Je hs n:uL1s. son o~ de'."\"lüui<,~

que no .,L. han~n. v de lo~ CL.en·0s. son los r:crm • .mos muerto~ del

rri.lik, q'-"' c:~ián pt'llJ.ncln. Ya 1'7:i.s ,irrih,i nos hc:rllos rc:l<crido ~ las

Jh11a~-páwru. L1 rt:ep1e.,,_,:1tacirj1L <l,: diablo., comu rnula5 ia lrnlarc"

mu5 más Jdelanre y f'n e.>Tf' cnnte:..tn es f:íc,] di~ring\llr nrm uua­

g<:n ~itl'.í.ar a la de.Jardí:J de Carome. donCc lo~ uifun'.0, ~º" :ir­

hc:,JFs :,· flores !':ora lo~ higos. 1,!filJ 11 81

i65l. CPCL 148

(66) CPCL l~'.)

l67l. Aquí eolá 1-'''-'~l•f!'.e a<lt'mas l;1 a<:x1~lumhr-.r.da ...._¡~µu<,K"IÓ:1

d"' !lore~ :,ar,, ddw11ar e' Jecho y la turnln d<cl difumo, (JLW se lt:e

li,¡ hurt1do a! nir'io ase.sinado. En :ni "Pinilm puede c'clen,,;.ersc

tamh f'n <.~í :a ~,guiente rdercncb en una de las versione~ d~

Ub.clCJnieves (CPCl 7-l} p 337), "!Lfon_c>fOll lOfl dla (e11 1~ '-"Í" d~

cristal) mucha~ floIT:o. Y co:i. unos c!n'c!es en la nanz. 1-·irw la ni•

fi,1 a rcyuótar' En or:\gen, h pr,:senci,1 d<c !1ü,e$ y mra$ p!ant.i.a '-'"

el fnneral ,·r,rt~rirLLÍ~ una ill11'f'f:. ,k ª·'"8Jrar .sil pr<"s~neia ,:n el

CJLHJ !llU.IlÜü. co:1L·ebido ~-orno u!la prar.lern, ele] 1nisu,u :nu<lo 4:.il

.,e tran~fcririan otros p:c,;cntc., par;. c¡uc pl:d,cra. gour de ello.,

Vid. m/m 2 :'-

·;68\. A~i S\lrf'lk en llil C\Wn\o e,nrc"n:et.,) ·u hnnier~ rr.:ilva­

da • 4uc fi¡,:-ura c:n l.. n::co.'.lilacmn de J M. Gt.Jdbcnlll, Cu,m/00·

pnp1J./m-,,< es¡x1ilr,fa;r, \Tad~kl, ~iruela, 1997. ll, ¡1~ 68. rl mranjo

nace a :a prh1avcra s1¡.;uient~ tic enterrar lü~ hue~üs ~u hüm1a:1a

y·~, roco.s mt.s,e., fC hace airo y frondos0, í'ar¡::ado de n.¡;·a~ja6

como ,10 haL,fa ot<a~- Estcis al llevmt.das a .a bou c1ejan oír l,1 ,·u¿

<ld niño, carif•u~a eun ~u padre: v su ht,rrnana, t:~L<: y a;;0mpai'ia­

da de ~angrt:e con J.¡ n-tad!a>tra. Pe,oe a los inh:nto.s de útJ Lfo ~ür­

¡ar ~1 nar:injn .,iemprc v·.,dvc a r<"hro'.,:Jr Al fhal .a propia w:1dn~­

tra halh \-¡,_ mc1~rte '1 manos <le ~u c,poso ~- donGe L,_ em:er~a na­cen •·,ma.~ za,rzas ran cspcsa~ y co-r ·Jn:1.s c.,plna, un punz;.nr<cs

r¡nc '.o rni.sm<, los h<Jmhre~ qnr In~ ,._,,.,stin~ ,bhan nn n,c\.eo y ,,.,

~k1aban <l<.: d;a,. Jndu,u las f.<.:r;,., de'. :nunl,; huian )' aullalxm'".

E.n los cu<cntos c;,stdlJnof el :li"'io se únit:L a negar sus canmelus,

11ar;,.nja.; y flor<.:~ a ,u lJ¡_¡,,dr~, a fü pa<Jre. iriduw a ~u~ l,crmana~

pe>c;uciííls, cu,indo ~ólo 6 IJ mayo; quien le l.oró . .',-ferece la peen~

rccorciar aq;,¡ cómo ~nea~ <lcoé'u.brf' el cadiver del a.,o:c>ir.adri Po­

lidmu t'lltr,· UllO.S :1rh1LSWS que .S>ll)¡;(f~n (t:rn,ida IIT 23 Sh) y, ,l,c

ouu lado. la :"re(L-"n:e mencion el,:, iimoueros en los lame1ll•J~ Ül:

la Grecia modern~ (M . .\lexiou, The ntual lanumt in greek im,Ji illoH, Lun<l<.m, 197--1, µ. l(JO s '¡, <.:,ideul<.:11~utL V,llll<J d ca,J.ll)ü tes

\lf1 árbol imwrlucidn en 13 flora mediten~inea en épo,·:1 refat.v~­

rn<.:n:C rc.:cicnw pcrc> pufe,:umcmc inlcgr:,<lo en d antiguo >inü1.

r:11 la ver~ión rüs conocida d~ '"·""' T:po "720, "El é\.rí'ol Ce! ene:

brn". lus hue.sos so11 enwrrados al lJie ele un r>nebro :,] día si­

gulenre L.n pájdro llcga c~ru de la r·.1mha y ,-a rar:tan<lu eJ ase,,;i-

11>1.w, al monr la madras;ra el p1¡am rs:n.pera la tomrn de lll'JdL~­

cho (Thompwn, El cue'l.lo fo{k/6rico p. 164 ,;. l. Parece ent.:mce~

q\le i.n1crf1crc e] concepto del olm~ uá1aio .:on la ec:ui~1arac1cir: <ld

d1funro v el '1rbol. lkspeclo a csu ~.-gunda rclacwn cambién pwe­

de,o n:,,i.,ulrM~e lm arrfc,iJo,,; de D \\''Jrd y(', Mdnel ,s.vv. !burn

- 32-

Page 19: N.º 259 - gredos.usal.es

y Gubplanfzcn cn Enzyk!opadre deo· Miircheih, lla:1d 2. 1979, wl. 13ú(, l.',7•1 ~ Band Ó. 1990, u;I, 72 78 :espt'<.'UV>llllt'Hk

((i<J I CPCL J3ri· 111ia mujer ,·,.rune J una Jlh-hict:u pirn pnd1e1

:ene,· .,n 1111n, planta la St'"nulla d,-, ,-ebnda gut" ¡,. e,nt,eg,1 e·1 11n

r,e,<;tn_ d,. ,.;1; .snk :m:: flrn y eD mt>dio esní scnrarb Hnn nma 111LLY

hcrmc,-,;i, cltci tmna,1n rlf' m1a al11w11rlm. Despué~ rl.f' muchos s1Lc,.­

.so.1 una gnlondri11CJ. :a t,.111.spnrt;, a 1111 rª'"I'' u111 ,m:cha.s flore., y

páiarv~. od;i flor alberga ::t sa rt'y y a ~u reina. ~:dvo una que ~ó-

10 Knfa un r.:,y y tste escoge a .\.Jmendrita para c.isar8t' con ella.

Allt:llj_UC no soo directar.ienk comparab,es. pues¡.--, que el 1JmariD

dimir.lito no cs:a ligadc :1 este Lipo éc nac1mlcmo. puede wrsc el

~-OllH.:manu de: .Esp111<J>a lU'E lll p. ll'lc:• a prupú:,ilo <le .,na ,¡_;r­

oiú" b1.spá:1Ka d,; 'l',Jl¡.;arcito' LOll pmlagoni.,ia kmt'nina, ·'María

•~ümo lh) :,.¡o·. d ª'."'bt.~·o "'-' c1ehe e, la ,;,:,t.tl·.,rn no a (je>~ Cmya na­

cirio dE" lln ,Ljo T~mbién merece reco:cbr el ,·ue:1to "lo5 mCos Je]

('i,ihlo' (J. Dfaz, C!wn/os caS!clfar.os de rmdiri0vr oro/ p. i7 ss )­

ur: señor ve11doa rosa~ y clavt''e~ fuera d .. 1 tif'mpo cr. 'l"'" florecen

~.ates, Jo~ rrn1jf'res "en e~Tao (.,ici' la.~ com:,nn, V'.JPlvt> d" hose­

ñor '1 cabrar y ~e lleva ,1 ·,1 n,i1J. y J.l 11il10 que t.111 lf'nirlo. los nía

e. dlab.o □a; al hacerse □ayorcs oyen unas VO(es (San Pedn;_;

qut" le; conminan a nuir. logran llegar a un rto ~- parn escapar de Ju" Jc,muniuo; dhc y: han:: barla 'i d barqucru.

(7U). CPCL l.l'). \-iú. CPI 11 p. 41'1 os. con 1ntcrl'"ar.1c, rel",:­

r;,:1Li.t~ a Ulsti:11<.J" t'slu&o". qm; µL.e<len com¡.,kL&r.'e c,i c. arlírn­

lo d.,, R. We.'I.,c, s v. Ciodcrdb <én .t:r.zvkl0/.)iidie des Mdri.hens.

JJarrd 1 1')81. col. j') 57 En'"" ,e1,iór:: reu.>g1da en \'aL,Jolid

O Dí"z- Cua,knw~ r,a/hm~'l11n<E ji p 13 ,s.) la n,r\,i oe s:rv<" de>

,ina VJr,l d,-, 11-1erc~ par;, nnscgll'r lo., trnrs )' :iy,"'ar.se en l.1.s -:,­

rea que lf' f'11c;irg;¡ la n7Cidr.,.stra . .l.(j"Í h advrrTt>nn" "1 p,ínciptc

¡,J'.1 (Jllr i-r, ~e equivoq,,f:' ,.: ekg·r pro,-ede d,•i ~;ip;i:o

(7:J. \'.d Thompson, El cue•m•fo!kló11co p. 178. bi:c autor

rc..:oge 11rn rl<"' los mc'r0rlos J.,, rf:'u,nocim.en!O dr C,:ok1en1·, 'l"'°

interesa .subrarar aoui el :irl,nl se inclín·, p:1rJ. que puf-Ó a-r:"anear

.iU t:larJZana de oro, prenda <lf' amor. Téng.1sc· c:n CL.CnrJ que adc­

m\!~ en la3 versione~ ..:spañola~ por lo _genera. J.1 protcClora no es é;!nlo la mad~e (J el lw.d>: cuJnLo la Virgen ;\,]J.rl:l. Ir. otf:ls ,·aria,i-

1<'~ bkn U:J pájJ~<l, bien una v:Lca u orrv an:mal aplrt'cen como ayudar.lL's. vid. Cl'I: 11 p. •115. TambknJ. DíaL (Rcmumces. c(m­

' ,,--.;ws y ~.Jen/us p 7j) llama k ,1te11cÍ'>n sobre Id ,uslllucic"•n de

s~w.1 fa,wisricus dt' los cuc•nto, 11nivc1sale, ¡,or 1~ Vuge11, ~ n r,,

c\To ,1 h Gua~di;l Civ,I. De csfrJ.s dns Dh:rnos h;iy lambien eowm­

plo~ nri., :ih1_10.

(72). Cl'CL .W2: cf_ J Uí;,.i, Curnlo., w,tdlm1Ds ,J,, !mdf<·;,-;,r

,;,u{ p-+9 ss; _T. l. A~ürnln. C;.1enrm¡mpularrs 11a/!isolet1mos !(1 p.

56 ~s. con rr.uchc..~ rekrencla~ v u11. esm<litl <ld ter.la centra: de este cuento, <le ampJia <.htusi6n c:1 (Odo el mundo. quizá~ de for­

ma independ:emc. Vld rnmbién Thompson, El cwmto jrJ!k!ri•·tco

p. ll-l9 s, p. 248. p. 137 y p. 3,,9. Asimismo parJ este cuento y lo~

.~ígulcntes. cor,vie:1c cnnsii:tar CPE Il1 p. iN F.S. Ispinc,sa scflaL1 la

mc:zcla de doo tipos generales bien conockk•s en !a trJ.didór: his­

p-.iu,ca. Mr:rcce l,¡ ¡><:na llamar b alr:ndón aq~i ,obre ur.o <le loe

eleme,ilus fun<lamenlale.s en las ~e,~1')t1e:, his¡x,m~si~, au~1.:11te t'rJ

!ns c"Ut'Illos rn.sldbno~ H.jlll ,iludido~, h.s ht'mrnnu~ rnayun:s, m"

!o~ y rksobt'f.benres. llegan -~1 intc-rnu o "UH come,tLLlu:, <;,:l pie

<lrns. En unc. vr:·sión ~imilar recogi<l,, pur J. Díaz (Ctlt'n!o} cas1,,_

l/o.,;0s ti,:, tmcl1oón onil p 4) ,s ) tamh,en t('Sultan mue,tHS h~

<los hermana.s <]Ut no arndlinr. " la !-,,-,'\on Tal le.s s11,-ecd-c tr:is

s.:mar:,c rc.spcc1ivamemc -en una ~11la de cudrnras y i;.na silla de ~uchillo~ qut; IL;l} e,: b, ;,ucrl,lS !lt'grns M1cntrns. la rniL;L pc-q.,e

i1'1. <]lle sí del dt', omer al ]\'i;iu, lkp,:1 ,1 tlmls p11t>rt~s bl,mca,s co,1-

d<-' lns angelitGs ¡,. invirar: a enlr;ar p<""ro el.a dict> hJf-wr rec h·do

unos h.wwcitoE de 1-1 ~t>-fínrJ qu¡, h,1 dt> pbnr.1r" l:, mi:Li de "'

ca.~a. D,-, :iri nar-c un .írhnl con hnja~ d.;- oro y pbr:, que bact'n -ri­

cm?. rod0s ]os del p1whh. r:~ nr,r,,,1,. ia polari,:,,i<ín delo e in­

fierno. así co:110 d emrd:v.amiento de di.,rmms motivo.,. no oc CS·

peci1'1l-a el ori:~en Je; lus huc,os y puc.:,w que li :iiña c:;¡-,i v1>·a su

fc,udun ,·aría, e'. >11bol <os '.a reLom¡><;,noa :nalt'na'. a ~u \Jucua a~­

dón Al cabo µocllia pLrncr.,;.,; c•n 1elac·1u11 d1dms hu1a~ ~·on b> u:i­

lslS ,le Uh.> lj_ll'-' recil1t' l;, rK,drita de b pefta cnca11LLdCJ. (\il-. ,i,pm 2.2) ya qu<c, poJ rni.~ '-,U<c ~e ~ulnt'<;nl:cn<la q1,e la ::ieftüra crn, el

]'.-,.-,ne~ la Virgen, d nienlu un In c.,u~ufí~·a, nn de·;,, ,le wr 111w

mujer E'.1isr,-,r,n~a (]Uf' 1wct"S1\J '·un nc·,,1n rlc pan y ,:n ,"HJlO dt>

1mtill<.'' rara ,11,mt'ntar a ~-' hijo bt'ltxic•·1t" i¡rnal Cllf' b .señora de la pe'ia hL.•;oba un.1 nodri1,a para .~.J niñri.

(7_';). CPc:T. 203. CI. :a nwsa que .~e llena dt" mJ.njarf'~" la o:­

de1 "'pon-t' nw.,J ·, que T.J.nnién entrega ~,n 1'edrn en orrn ,uento

(J Díaz, Nonwnce:,·, cancfonfüycue11tn3 p. 75 r Curntcscr:1,;1e!!a­

m,,, ,¡¡, /mdic1ó1: um/ p. -40. Vid ·1 t:omp.~on, N (!ffnf~Jol/,/hiriw

p L•J, :;ubre c.:~1"' c·ut,nlü i_Tipu 565). <lücunwma,Jo ya desde d ,_

VI d L 1cn h:yeuda~ d11nc.:, budi.,u.,, .sin que e,ct' ~faro SJ viajó de

Europa" ,\.:,1:,, u úce,t;r>a.

C4) CPCL 21,~. En la.s vcbiunc~ lc.;0cc:sa, (J. CJmarcna, <f'.

c1t 131 131) "= ma111llcll0c d ep1.sod10 ~urnple'"c• los hemu:in~ m,,

t,tn al pt>r¡11r1\n. nact'n 11,·:¡,s e-afia, df' h< que llll flCl,stor .se ~acr

,ma chif;; ["''·' tnory é.sr,. ,,-,,;eh h vf'nfo<l :1 lc.s qut> p:1.san.

(75). CPCL JNÍ Vki. CPE 1J p 323 ss. blf:' CHCntO ¡¿.imela ,e.a

~ién ccn b celebre '.e~enda dd condenado ¡,o: de.scc,nthdo, con

:1h11--.rl:1ntes ,·:1riantcs l1teiarns y ¡x,pu'.ares . .ci hie.1 d tip0 ,1qui

::1tc.stig1_u,b nr1 :Jcn..:,:1,'ce" l.1.1 vcr~:onr.s rrcdina',.,s cnrnck'.a.,.

F.n utros cucr_¡o~ mudcrno.1 de c~Le mismo tipo. e, una ram~ de

s,,rmi.:cto o d r11a(kru de la hor,·a del la<lró'.1 que: hace a:Jt~sc,.ur

al pn> . .,¡.¡om,L~. ULn1~ ~a:lanw~ de <;,~Le tipo pue<lr:r. verse c,n la

cla~:íi<.-auón de A<1mlc-l110m,)',o:; 75,S, Yld. Th,,mp~on, El cun1/u

J(J/klúrico p. 18~ >.

(7(i), Ci'Cl 207-2,J!:,, V1c.,. CPE 11 µ. jL(; s.,, Fn ul10,, c·aso-'.' d

asesino crn,,pra una asadu,a. une, toct.1 de F"ª o un:1 :.;a;a\:,,iza r

t'll tiro ll del cuento. ,d que rcnenecen vcrsion6 berbe:.sc~s y

niarmqulc-s a~i cc,mo :a:a nu~vnmejicana. el crlmin.al ent.erm h

cahl'~~ y JI <·¡¡ho de ·o., ,,nos ennLf'11rr:, Jlh U'1J ,id llenJ de' 11v,:s

o 1111'.I g1·;inacfo qu<' '" cniwic-1ff en h rnho,1 dt>I d,funrn d ,,.g-,­

hroela al su:tcin.

1_77). Tamhién L8pino.~a (Cl'I: 11 p \;12) soMiene 1a reiación

enlrt' t'>to~ cucn\o:; así como con el de k,~ hue,;rn acusad(J:e.~,

que cn llllimo ¡c,nnino C:'. ,·incula <11 mito isricgu Ú: TicSlc.~.

(7ffl. C:Pc:T. 20'i. En otro r.1erJo (CPG. 2(',(:c",, cespué.s df' haber

demlbdo Jn cordero, u:ia mujer acuc1;,. al conador <lt' una mucr­

w, r~·plic: d con;ic.:.ur que a~i L'Urcu pueda b<1IH la oveja dcspu6s

<le rnu1cna. aoí e:, d .:ulpabk. ") en <:~lo lxdó el ~urdern· bp:no­

s:;, .iiju. sc,Tl,ila q,,e segun el na,udur. u11 lall!adur Je .'¼,udl.llo d.,,

setenta a;,u~ c,n 1936, "'~ UD hecho 1eal lj_U<é él cuuo~·lli de chicu

Sir: ,li.sLulir la vernLió1c.l e.le 1al afi:,imciór. nus parc~·t' e,·1<lcm"' la

,dación con el o:ro ll'ento E~rinos:, (CPE II r ;l3ll) pard ],,s ver

sione, m«<l-·kéia,, aclmilf:' L1 po.sihilid:1d rle> un hecho h:srórico re-

- 33 -

Page 20: N.º 259 - gredos.usal.es

vestido nm elemenros Folklórico~ muy antigu05 Asimismo :,e1íala

(Jll<' las v,:,r;,ionf's literaria., r.~r sido lr;,n.sfnrmada.- en kyencla~ ln­

<:ak~ y <li"rn<lcn o.ciall,:~ que nada tienen que v..r con el 1ema ?ri­rnlLJvu, ,i l.,1i;;r. rc<lL1ci<la, a sus dcmcmos furn.lamcntalcs ,on

1dénlk'a, a b, vcr,mnc~ recogidas de la iradici(m oral. Téllg'd.5C

en ~-uen,a qc1c lcvt;rnJa~ <:orno la <k la cabeza <le Simaco qut' se aparece al rey Tcu~lur,~0 <lcspué~ <li;; darle muerce, o las tres ca­

U<c'~~.s d¡- !re, cno~t"je,us rnan<lado, a~<c~inar pt>I N,;,rón y que se lf> ~rarec¡on '"" tn,~ pbtn.s distintn.s. p1wcle11 pcu,--.erlc•1 dt' u,,U,cio

ne~ popularf's anteriores.

C:'9). CPCL 209. Como cen Ju, osos anlellores y pese a la m

r:m-lin.J.ciór. '°" contexTo.s n11evo,, e-., ¡x151ble 1ecmdar c1quí la (;f'­

.,,~,-ia antigtu en 1'I tra11sfor1n1uón d .. l .1hn,1 e:1 ,n.s<>cros, ma1ipo--­

s.1s tundameota!meme, pero nn de torma exclusiva. Punle rm1~i­dcror,,_, tamhiér. !J trastada Jdtad;:i por el ~acri~!:in y !os momgui­

llos ,J ~urn. dd ?U<:blo. qLx.: tenía la <::osiumbre de prcdk:ar d ~cr­

inó□ en la fiesta dd ~aoto con la calaver" de és:e en b mano. l~ llcni,,n d..: :i,oscas (Cl.'Cl ;',99; d. Cf'Cl 4H p. 3'13). Reopecto a la

prcst'□ua de crár.co~, tc;timonio dd culto a la~ ánimas, hJ.y cla­

ros ejemplo~ en la geugrafía ca~1dlar.a: cruces de cafavcra.s e:1 las

Lgleahs de Uwne~ de Ca~Lrnponce )' Mdgar ée Aba¡o, lJU'-' fácil­,n,.,,ce puetlf'n ponerst> t>n paralelo ,·nn t,¿,stimonios célrio,~ (vid

1"5 c~rudin~ de CL Srerr.-<X, la rete m fos sems. La mur;kuion ntue /!(' de.e P1wmis ('/ fp rnncept de !'ám,e che2· Íé'S c€'!tes, Surcbuck

198J ·'l .... s Tftes Crmpfrs et le GrJJJ·· Smd,a cdw·a 20-21, J985-

Mh. 1--í,~)

lt1'J'J. CPCL 291--m: ct. J. Camarena. op cu. 172 y J l. "1._gún­

écz, up. ur. 1i. Vid. Cl'l: JI p. 355 ss. para e~u pe(.u~ia, ver.,ión

de la mu1cr infiel, ~unL><.:i<la tamhién por la pmra¡,,,:miMa d<" Pf"1m­

nlu cn ,u Sutiricc),; l'UffiO la Matrona de f:te~o, si bien las formas

fundarnenla.ka, mit.s anllgua~ y cumplctas del cuento hay quL

é,u~s:arla,,, al parc(:er, en China. Cun\"lcnl' 3eñafac que en !a., rek~ , ,,m ia., d<> Fs¡)Ílk»;1 1·0 hay &lu~[{ln alguna ,.1 1notiv,_, peculiar .;iue

d([llÍ nos ocup,1, .salvo el h...--ho de (Jllf" ten un n1e1tn .ilema1J la

rrn1ene del muir-lo apcn3 rarto a b <"~posa que h,ice una ,nng:Fn

de> palo v se- a<"ue~:a n,~ <>Ha <en ::i ,·3nn l'.d:,\'& que '.·,1 nimfa ea

.sf'neto intmduc,. a ;;u hf'rm~110 ['f'([11e>l10 e:1 el le>cho y el P"k,

termina en el horno.

181). CPCI. 359. E.spmn.sa (f'.J'E 11T p 191 A&.) no r<>mge> eST<'

rnoti•·u <:cnlr<.: la~ múll1pks \·aria'll<.:~ de cucntedllos o chisre>~ de

tontu~. La~ m:ís próximas ~crí~n aquélla., fn que el ronro vend<"

un(),', pcmiks de Cücbo J dos perros y al nu pagárselos le~ da

uoa j)~b.:a, a.,í como d <::aso de b vema de do., cabrns a dos imá­

gcn(c's Ji; ~amos, cuando ve que ::io p.¡gan. las rompe y halla una 1".Jb>l Lle Llinero Je11á~ <l>; la irrwgen. De otro lado, l:i. vcma <l,:

111n vara m11f'1ta a un:: <>nema arawcl:' como ele,nenro »mable

en otr.1 snie> de cuento., (CPE IlI p 171)).

(f!2). CPf~L 3:\0 Nns ·eferi1t'mos rlesput', a <:,Ste mismo lUento.

it¡fe·,, p 23 Co1w1ef\f" tamhit'n seliabr qwz, <en u11'1 vmiJm,e <ld ffllb

mn i'CPCL 331) b dc.~f'nlinr:in porque \H\O de ~1.is h,jos, "que f"ra poco listo', la entierra con toda, la., "Santa~ ll<>ginas (on?a.s)" <JUe

tenia mcddas en una.1 ollas "porque ella las quería mucho y a no­

sorro~ no nos valían parn nada' Espinosa (CPE III p. 170) califica

de extraordinario el tlpo h:spánico de esi:o.~ do.s cuemo.s ca~tellano,<;

y señala una versión mejicana en que el marido entierra a .,u mu:er

con ü,:n pe.sos para que "vava al ciclo", ;\o es un dineru para pa­gar H Carli:ii.,: a la manera clásica ~,no para procornr :,u salvación.

(_83). CPCL 4_'½ Ko 1CCO¡jC l";spmosa (Cl'E Jll p. ~jj ~s.·, c~Lt

d':'n7<'nln. lú non:,~l en e~te cue;llo de en¡iaúu es c:ue lo, pk,Hos obten:zyn vioo, :")3fi, uc~cadr, un pollo. et<". dicii,mlo que el cur.1.

el obi.:;po u otro señor pagad (i/;J, p 234) lln;i vari:rnte ~in em­

bargo, ¡parda cierta .1i:nilitud con el episodio de: cuento ram::la­

no ayuí Lrntado, 'ii bien el :c.f!aJO no procede del diablo .;ir_o de; propio [hus· un püGre lL<Jmbrc oyl· decir que el que d:i. ll:no.ma J<cul"l<-' f'I triple de Di(,s. n ,m,Jo a,i lu ha~,:. llega ,.na vaca por

ca~L1alidad a 'iu casa, que é. ,nrerp,·e·a como don rliv,no lf/1. p. 2381. Er. geoer.:l, ,;obre mensaje,~ ultramL1nd;inr-..s, pL:f"rle verse e-1

:trtículo de G. "Pt>tschel. 'i v. BnC'icrlaH"en ins Te11sf"its en EnZ)­

.l?lop.idie aes Milrc/Je11s, fünd 2, 1979. col. (,J9-fí43.

(~4). Júz.11ucse por el Cllento en que una muier prepar,1 unrn

L<Jrr(•¿uo, Lem~·ndo 1, se, marido Je cue:_oo prc5enLC pero los cs­cq1de avf"rgnn1ada dt>h~jo dt' la ·1,eq al llegat h genle. Da así

l11_g.1r a un gracio,;o t'([l!Ívoro y.1 q1w sus ex< bmnuone~ "¡Ay

\f1111do ~1H11c,n' ¡Cómn r,- lr:is vas 11,,,,amlo uno por unu' ¡Y lo, m)_~ gordoF y \0,~ rná.~ nw.¡,,.-,,~ (sic)• srn, 1nterpr<>rnd;,c, como rn,i

nifescaelón de duelo por ~u f"~poso ruando son de rean~ y r,:h,.a poquc el g:ato st: está comiendo los mrrezno~ íCPC:L '152-453•.

S,o emb<1rgo. lia~ta f'ech~-~ muy r"cic:IClc:~ scguí;,. aiva, qut7.á6 aLJu,

,., co.s!Limhre de ofrffer .S:quie.ra unos bo:Jos después del cnti,:;co

.1 quit>nea., hJbfan e.,1.1cio p:esentes en el ve'.atorio Vtd ir:te1e~an­

tcs rder,,nri:is a e~,. -r-e<recto a cargo de J L. Alonso Pon¡,a, El 'dar caridad' y otras co:nida~ rirwle., relanomch.~ con los <l1luJ1tos

en !a licrra llana leonc,a '¡' a)gunos datos hisróricos para su f'Stu­

d10" en L. Diaz VLtn,i. coord, T:./1W!ugia yjo/klore en Castilfa y f,,,;n Jllnt.a de C"till,1 y L,·úu l~BG, PJ-l- lj')-HG 1-' HC1 ti.; d. ib.

,-,, U3 y p. 1 F. De orro bdci, si .,e p:e1c,;a "" d pro,ed1u 4uc ub­

tendría el difunto df' r:,lecs man1ares en el ni-h ~lb. u,m1e□ <e rq,.t­

r;ir e>n laF exc·a111ncio11e~ df" ·,, ~iuda ron que lupa El Luan!lode

To'.roe~, "MarLdo y señor mío. ,dónde os me \lc~crn' ,-1. b casa lrLS­ie y ctc,d,chad.t, a la casa Jóbrcga y oscura, a ti ca~a drm<l<> nun­ca c·omen ni bclxn" (M. C.hnalier. Cur,;n!u., '!:ij¼/iw/e, de !v~ s{qlo:;

)(Hy )(VJ/ p 84) así como en el cu,·ntecillo rn.,tellano en d que

un pr1je hace creet a su señor que las ranas que cantan CH unc1. la­

gur,a ,on '.as ánitnas benditas que tienen ha,nhre y no h<cnen

<]Uien la~ d<' de come< (C"PCL jq7). En un mento Jc"<.og,do ?'-'r J. D'.az ( Cuentos castellanw de tradición ornl p 6fl s.) un rc,rpintcm

iCca la s1g:u1emc 1r,,:l~ para com.:roc :~ maianza de lo.; vecinos, descfr In ~lto d<c la chinienea 1e,ponde a la 111u1er c.¡u,;, la.nene, 1~,

muene rif' 511 h,jci. se> h.1ee pa.,sar por d y v: <.:onf,esa envi:u.io pur

~an Pedm JlDf{JL e e>n <>I cielo lieuerJ mudrn h:m1bre Ella, crédula y hnena mar!,,., k m:rn(L1 unos chor11-os ~ jamón en .11, <.:UDO a

través de la chimer1ea Sefl:in:i J. Día7. (lh 11. 136) ;;1 rebcióu cnn

un cu<:nlo <en que la viuda ir'genua entre,,;a ropa y di,wrns n un <c~tudiame- para que .s<> los lleve a ~u mando difunto. un cuemo aprovechado por el mismo Cervantes y bic,: c,xJ[lOCido c,,11 la lr:1Ji­

<.i<Ín americana ca::ie reco1da1 t"mbJén d ca,'O konó co 4uc

linos mnzos se di.s'.r:.,23n con sábanas y fingen venir a comer~<.'" al

rluei\0 de"'ª higuf'.ra i,tual que f'n ~·icb haclan con los hi¡;u~ (J

Camarcna, op. cit. 256). -~imi,1mo el reparto ,-t., unos h,gos "" un <.cmeuleno sc.; pr<e'ila a uo malenccndido en el que una pareja de

la Gu~1dia Civil ~rr:"e que'"' los Wlll a ~01::icr Jas i:mma; (J. Cama­

r<cm,, op. cit. 259); mas ~nib~ (p 14) veíamos a la ML-crtc rcrn­

giendo higos. En otms caso~ la m't.-ig,1a para rol1ar b m~:.aoza es colocar las e~t.atuas rif' unos wnro.s como si é~lu5 hubieran ,·,:nido

a co:ner a la igle.sia, dondt> el n1ra cer1:a colg~dos los rho1i:,o,; (J. Carr.arrna, op. cir. ~(il y .:681.

-34-

Page 21: N.º 259 - gredos.usal.es

(S~J. CPCL i)'¡

lC:!1) CPCI j\¡~, :\\/1· J C.1n;1n·,rn up ,,t 2:\:\, el 15:J \·irl

Cl'l-: JII p. 160 ~li. (:f J. Dlaz. c·u,mtn~ n:r.sie!!anr,s de twdfd,,ín

rm;¡/ n" .;:u p. 73 ,. Conviene s'-'Trnlar ~qui otro,; a,pecto, de e,;rps

cuento~: !ab ánimas son en realidad u11 z.ipal.Cro que .se Ln¡lc

n:ucrtc, nara m-' ?agar sus r.lt'Udll..', )' uno de !'US accc<lores (me no

~e la.-< p,:,rdona y va a vdark. bto p,·c,;upone lws:.a licrto pumo

la vi¡,.enoa de ia ueenu>L de- qu<c las <.:Ut'HC;tS pue<l"" ¡H~H.s<, lrl

d11.,o en el otro mnmln, .~er.r1r ']Ut' lo., .rntnn•,1 clásicns ;irr,'1111;,•1 a

lo, celcas (l'ompor.io \kld Ill 2. 19, V,d,•rio :,,.1:íximo TI 6, 10, ,-id.

El Paisaje de{ Mt/,, Alió r,. /.79 n. 128:• lo~ mismos cuyo ún.rn te­

mor cr_. '-l'·"' d lido oc k., carera u:cima if'~lrabó:1 \,lI, 3, ~. H1->io Alriano. ,11111/Jusi,· de .'\hj,mdro 1, 4, 7s.J. Un relato ta,nbién

<,,dtico (,~1 üoobs, '·On drnno(-0\.ni,ü in Andui.t lrd~.nd" ZCP t!. l~'U. 278 S'!) guarda al;:1,u, sernc,j,in~" ,,;un 1,, r~,~" cid z:,pali:FY

al'i C"I p-n•cigonist~ tingt' ~,, nrnf"rtf" e$ culo<"arlo 1:'D su cu-.-o con

su cuchillo y al acerc.,rse su herma:10 par:i llorarle le a.<esi:ia.

acuí e! supuesto dili..mto, el zapatero, fe levanu; del :LtJú::l numlo

uno de los ladrones se dispone a propinarle una pui'_ala<la. Por su

parte. un rnentecdlo leont'~ lj. Ca:narcna, oµ. cit. 173) .sf- ha,e t'LO d<= h cu~Lumbrc de LO[lÍLHr r~c:c.dos a los n,onbundos parct

que¡,,~ t,orn.sm,tm: e\ lu~ .-:1,fLrntos Vid la:Jlhien _I L .-l.gCmLle7,

C"P"tr!s p0pularn., ,x1/!1mleranr,.< 2~ ~- 85 S5. ron r,.fr, <ccr1,1b 11:uy

imec.,santes; corre.,po~rle al tir,, 1~1r1 (Thou1pson, F./ cuC'mofoi­

kM•ico p. 22';))

W8>. r:n CPCL _'.2--1 !o~ camero5 sur,uest,1men1e han salido del

¡,u¿o, En Cl-'l.L _1:C5 no ~L- -=~p,:,~ilka la n:.llu:~l<e/.<t del n:'b3ño v e, un 1íu Fn CPCL )26 ,:,¡¡ lugm c\e ,olver d<:ja une¡ GHLC. csnlla dt­

oendo ']HF cª·.1 d pu,:o liay un resu,,_,_ .En Cl:'CL JJ-;- t'~ u:i ¡¡can rc

bmiu ele> ovc1as .,J yu,:, J1n• b1Ut'r .s>Lc,ido Jd 1íu. El cucnw, mur

djf.mdk'o en d área h.spiinlca, er,, !'.l mu,· popular ¿urn11\e el ~i­

glo de Oro. vid. M. 01evalier, C11e1110., w,~wwlesd~ lm s,g,·,,_, XH

-~•XVII p. 61) y n. l.

(S'.,'!. Cl'Cl :~2"' p. 206. fa mmbién :nuy nornblc que en alguna

varrnnle;, J,:, t'~lc <.:Lento d prolagoms1a coc~cntc al créd'Jlo v:an­

s-antc ¡.,ar .. yuc ocupe su lugar en el sac:-i no diciéndole, rnmo

ac¡uí. que le lle;,,•a11 a caoar LU!l b l11ja dd rey, .sino 4uc cst:í esp...,~

randn ser trasb,bdo ~I cielo ~id ~t "lhum¡.,so11. F/ cur111ufulk!á

1im p. 23-, tamhién p 22{1. Lspi,·o,c, (CPF lll p 15") .. si bien nn

;e de:icne en el Jn:.li~is. 1.1illiza la prescnci:o de este cpi.,o.!10 ¡-,,11·a

da6ifit:.,r d Lipo l de este cuc:ito cuyaF v,;r1;ionc., má,i anri_gLLa., (,;;,

XI f e;_ XVIJ ~n europea:,, füoque no descarta que desarrollen

□ot1\'é.>"' de ori!J;cr. oriental. De oiro !J.<lo, los ekmemru del er,fao­

dio ql•e ayu, nu_s intcrcs;,. ªFH<xcn en m.:m<:rosos cucmo~. vid

CPE lll ¡-, 213 s ~- p 136s. el lug.u dcandcc t'~tá ~ punto de .,cr

acmiada ;)uéde ser ram11i¿n el mar o 11,1 l"fº• d. CPE 11 ¡-, 1--:,,.

i9\). Tlrnm¡1son (JJ cue,//c,jO/k/ónw p. --,2 y p. )52'.· ~clrnla

];i.s <l'-icir.w~ rnnre-pro, qu<> ,,. r011fonc'en en d "diablo" de los

cJcnws: ogro. dc:nonio oricrJal, Sa:aná~ cris1:~no y remini,scer1-

u;i-; dt' Pan y d<:1 oUiro et: l:c. lrncicirín gr:cga. Aquí apur.¡a;emos

ra~gos '-1"" l-= ~0~mqan al "'"c,guu cLios de k>ó muerto.,. Tamt-iin Thomp,on (i/,_ p -rsi, ajeno a n11e~t:a lí11e-.t de ,11¡;;unw11L>-u<Í'.1, ir;

<licc. gnf-. ,\ v .. ~·es e! cii,i.b,ll ,-_, el equc,,•oloCnl,: ·,1 b ,m,,,,,_., o ~u ¡x;i·

~0111f10-aci(,i1 N<J dd,c, ,01pre"nde1 t'~:u ye. q,w seg.,r: dicho ,rnwr

\1/, p. 2~5 cf p . .316J, la mayu1ia Je k,:, cul'nlc., ch,t.n¡.;uc: L~c,

mu:1Jc,s, d reJJ. e;: sup0crÍ<Jr <\L-e ,:;omu,k L''-'" el ()do y d 11lÍ<c1s)r

""" c11:,a uJnfigurarinn ,-onílu)'<' l;i lit,co,,t,_,rd ele vis,nn<'~. b •·1e1a

conc<>lKH:i11 gr,,.g~ ¿,,1 H,i(is,:, r q,;i~,i, cretcnci,1:, m,is .rnt,guus su

::,,e- hi jt,1:uqul,1 ck los mu"Ju,. '\qui e:,tarnus lrac11ndo ele planle­

ar LÓmo llJsuno~ de e.,o~ cas¡ios son '.d.slres.bles )'J en la.s trad,,;10-

:1~5 indoeumpe;1s miis anhg_l'JS. "F<; s1gmfin,1,~a. entonce:,_ e11 rt'­

bu(>n l'Ull los :rnllivc)s .1:1.lc,1 ~enab<lu,, LJn¡,. de la, HL<lllCf'"JS de

1rnped1r r.¡u,· L geme;, lllll<'rtd (•U el 'J'1µu Jj(I: el diaUlu-11,ut'rlt; c~

:-'~galo d 11n :Íl::,~,l !'>Jrect' el r,:ve,:,u lle;,'. ,h11l ,lifuntu-d1h,I e;,n

cuanto que el hon:bre al mo::r s1g:ue existien,:o ¡)erc privado de

n1 ve1dad~1·;i 1·Jttualcza, a,í k s11cedc Jl cli>'.lu,. ir:n1;:u.c ele de­

·'"'lll]'dl.ir Sll f,,nci,i,_, y¡c no ¡.,,,ede 11wlJc poryuc pe¡;,.du a un ü­

bol d:li:L~C que e~ l~ >'ida rr.irnrn.

(')2), Ad,:,iü,., Lit' reLordar ac¡uí b r,:,lación de c.>l,:, an:ma. con

<;"] o[;o munJu. t'Il "'·'?<'Crnl entre ll>-s L-eltao (vid. El f'ui~(IJe del Más

.11/a p. 16"' .s.), connc,w 1q,.,,a1 en hll cucr1;0 lCPCL 42"71 en -..:1

r.¡ue _111 Lc'rdo ~e rnelt' e;,11 h1 i,l!eb:a de nuLhc y ~e e.,cor:de;, en Jna

tun:ba, d o.1en~tán ve moverse algo y a,rrc a. llam~r al acñc,r cura;

cmran arr.bcs y c•;ando lkva\-ian hasldme tlemr,P 'ha.ciemto mo­

•·1uoncs \' L'flKC~ para cspanwr a los dcm0n:os , sale el cerdo co­

n1e1LdL,, ~,:, le me(e t'llllc' la~ p1é•:1rn~ al n1rc. y s<: !u lle~a cornen­

du. micmrns e.,te t'J<d:c1..ma '·;Sc,cn~1t,n, yuc me lln,n1 los <lcmo­

n:o~!", r_o curre Ll ~:1nhtán en ~u au:,.ilio sin0 que ~e .imita a res­

ponde: J:¡ comcotación que le dijo cenia que, dJr J sus pre.L'.unta.5.

"·,A~í ~C'.1. oc:'\.or tura! Con un m:iJa suerte que rm ~ aahc ~¡ hJhri

·,ue.to."

194). Conv1L·oe tamhién teno:r pre,,ente ,Luc J vece,, una rua­

<l~a puede ocr concch,ct,¡ ,~,mo J-Jg3r de <"nn1enrro (con hrnj.~~

muy honiU con un arca qu,-. ~1 modo <le h, 1111w<>ca~ ,-,_,~a~ <"tYi<":­

rra una cJjüa muv pequeha t!ue, c1a: liirr.par,1 d,-. Alad.no rn,1~ -

/.lUC lo que uno r.¡uicrc (CPO. 126). Los c.ue11d~., pueden ren...r .s.1

caoa debajo del cstal)lo v. en relaCL611. con lo dicto mJs arriha,

c0ov1ene recordar que de an1erdo co:"1 Lna cwe,Kia ~e "l'Jnsfor­

m,m <'n piedras 21 a11u11Pcer (Thomp.so11 E.I cu~'/1/rl fr,/k/ónrn p j28)_

(95) Sr.1pra r,. 4 ,·,_ i;J, c.--,nvieoe te,wr ,.,, n1cnt:, 'l"" en ,a

vcrs,6,i le,me~a de "'_Juanillo,.¡ Oso" (J Cu,1,11e:1:i, op dt í:'i p.

J',~) Je~pués de m:ttar J Ln2 ~erpiente quf- ri..,,w amedrerud""

todo un pueblo .,e ahrt' un ;.guiero gr,inde dnnde h,1v 111 tesoro,

,lu~n logrn ~"e' r et ll'50!TJ ) ,e lo entreg,. a .sus t·on:pc_úeru, r:iab

.,~;-o< lo .Jb:indrn1,rn ,dh hasta <.¿ne [l mcilk '"' aLw,:1d,i del chah!o ~

<"~ce S<' _e- pre,err:1 en figurarle h.-1rrko" le' .sacc ,-\e !J c.1ev~ ".i

tabJllo" con lü tua! proVOGl la espan'oJd:1 ,l,. su.~ sompalwms y

se qll<"cb con todo c>I din<"m. Tamb,e'n, ,·,e ,,¡¡na p --¡ 11. ;',!

(_9ú) );o t"st,in 1ecog1d,cs <"n CPCL 1.v1d .w¡,ra p (i s.J, :,iriu

r.¡ue la~ (LWS CUJle~ponde;,n fiC~pe<.:lJVCLHl1.'nlr: a Cl'E ]2j p. 2Ó7 y r PE 12~ ,,_ ns ,_

(':)"7) J. L11n.lren;; op cit. R'Í p. 1 ~5- l'.Jr~ uL~,15 ,ef.,,-e,KÜ.~ a

lo, Lalv~J,,s riel di.,,blo. \'ld TLomµ,uu. El ,ut·rrlujullc!ó,-,~(, p '.H,

p. 127. p 183. Tén¡pse en cuenta también qu-: los caballos pue­

den~'" espec,ahne1,le sen·,ibh:,c -~ b pterccµ·.-:6n J., le, ~obr;.T:c1\u­

r,ol, por <.:jcu1plo, de;, 1.tnta,;ma.-; (M<kHl E 421.1.2)

Page 22: N.º 259 - gredos.usal.es

(98) Tt.ompson, E{ cuemr,_l()lk/6rirn p 333- Pm otro b<ln,

tamoién rn.be '°""fr;,h1r la a¡illgü<cr.la<l r.lic, OC"Sl.at< Lrnr.liciunca dentro de

la proph litE''.;lfnr;i <'spa1lnb. Así l:"H eljmdin d,_,J'ion•s curio,ru Je

Amon:o de Torquemada encontramrn; el episodio del esr.u<l,ar,re

que sale <le Gl.a<lah1p0; y rnmmo de Granada encuentra a un

homh1e en h~b,to de 1digiu.su Lun u11 ~aballu tan Oaco (!UC ap1.:­

na~ parece que pueda sos:enerse en pie. mas re~ulu. que no sólo plltcrk lkva, a los dos sino 4uic, d esULiianl<; ~e 11:.mnill~ drc su

veloc1dad, pues llegan a la vega granadi,u en una ncx·hsc. Fl Jine­

te k ruega q·x en pago no revele nada <le él ni su caballo y el

e.studwnte se queda pens,rndu 4ue ·'en .u.¡uel rodn H:nfa rr.d;r.l.o algún aemonio. que de nm. manera funa im~o~ihl,-: h~,,.rlo" (M

Chevalier, G"ui·n/1.k, ~putitJl<'ó· dt: fo;; sig!tJ!; )."U y X~7J p. 1 '\6 ss.). También en la MLsceldnea de Lui,,; 7ap,Ha ~11tr,-: :a.s vi.sin11f',s q1w

,e aparcdan en una <.:asa <.:n V,1.l<.:ncrn dd Cid (difuntos cnsabana­

Uüs, gigame,. enanos, gcnle~ que Je ;:ionen la mesa y todo es mf'nlira, j11.-go.s de' cafla. combatientes a pie}. figurnn leml;l,;~ la­

balleros armados a caballo y se cita el hecho de que e: ¿uei10 pi­

de su cal,allu e 1gu;,l qu<c lc suc<.:r.li<.:ra con d servido de mesa, de~pt.és de verle venir relinchando ro,~ sw; b,·ayo.s, a' pn11f'1 f'I

p,e para sulnr. "º lmhfa m lé.la:,.o~ m cal,:,llo.

(99). CPO. ',5"7: dicho "'set1or ,i caballo' sale al ennienlru de

un labrador dispues10 a □andar el alma al demonio a camhio <l,­Jineru lulr<'. rdt<renlia a I:, rn.¡ueza (!Ue ,e le s·.ipone), a ,;al se com;:iromete en 1111,1 f'.'icrit11rd q1w firmc,n con sangre. M~s ,iclebn ¡e, mando ya cumple el plazo, se presentar.i un pobre al q'~e re­

<ngf'n. A med1a:1oc'.1e. el labrador o~e una ,·o:, yu,; pn.m,cle per­donarle el alma~¡ dice "la~ dore palal;ra,,; dirh;is y ·dorne;1cfas",

un:c suerte de jac;;ilawrias cristianas (..:J. CPCL '158-460) a las que

se ,1?:mde- "'Las oece lo:, tre~e r&)'Oo Jcl ,ol, j'-JLI!:' r<.:~Lcnlc el demo­

nio por el corazón:•·. Al derirlo, "<la un eMa1'lpido ,.] d1al:ilo' r

(!Ue<lú ~u mano -estampada en la cab1..x:ua" Esta apostilla, a buen 1,eg,.iro, ha de ponerse en relación con orros eng,1.~os p;1r.1

enlrel.ent<r a o<cn:, sobrcnamr:..Jc~ mientras dura Ja noche. ya que

a la ~llZ del día con la llega<la Ud ~ol. pierdt<n su puJ<cr. Sobre d nrigen y <l•fns,ón ele tcste C\lento o canto doc11iHal <le nC,111<;<,us

con pervLvenc1as de elementos muv antiguos, no en vano e.srf,

documeutaJu )'ª en un lcxLu pahla,-L 111<l. Cl'E ll p. 111 s. Indic:i.

Espinosa que el número trece en la serie, cuando lo hay. significa el drnbio (p 117)_ Seúala taml.>i61 e~c<; auLur un:, lrt<enda a~turia­

na sf'glln la n1.1I hay 'l\W conocer bs doce palabras retorneadas

porque al morir el alma ha de pasar un puente éonde aguarda el di>1blu para fonnu[¡1rle t<~a~ pr<-'gunl:..s (p. 116.>.

(100). J. Camarena, op. cit. 91, quien ~eñala p ,¡¡3 q,w tes un;1

recrt<aLéún <le un ~·uenlo r.l<c Grimm. J\"o obsmntc, merece la pena

llam;1r lfl atención sobre algunos detalle~· otrus Ju.s ,,bjelus i<.!cD-

rif,rnn ,¡J dernuICiu, um, l""P" ,·erde y ,m c·lgaJTO rr.uy grande (d.

//;, fi9 p 178. ~i hien h c1r~ ""·' neg:a}. Al 1mcio clel cu<;<1tlu ""'

pre,,enta con eFo~ m:~mo~ atrihutr,s, sin gutc -5<:' mencmne d udm­

llo; se k aparece a un l,uen mozo, r:n<> v11,.Jv,-: de la gue::a. e11 medio de un remoli:10 de hojas mo"ial<>.s ,,.,., núad de un bosyuc,

Se compromeie el soldado a servir al diah:o du,ant<' ,i,.r,. ~•·ns a

em11b10 <lt' umL bol~ siempre llena de moncd.l.s de oro (otra aJu­

·"';,, ~ h,~ r1qtctc2as ultnnnundanas\ duia!l\.l; esrc li'-'mpu no puede

af<'iTarsf', ni b~-arse, ni cortarse bs ull.as m el pelo. b ckur. '-'~

1ma e~pede <l,, ,,,rUvf'r v1111enttc. un mun:,two t¡ue e~p,-mla a Lu<lo

el mundo, meno.sala que .ser:i ~11 espos~.

( 101;,. Vid. M, Garcfa Telje1ro, "Po~ihles elemenros in<lof'urn­

peus eu d HaLles gnegu", t<n J.L .\1ELENA. ed., Sym/:Jolae ludoi•f­cr, .\fitxelr>-na .,,.ptua€t'tU:lrio ,,Nalm' Vitmifl, 1')85, pp. 135-42; H.

Vebsco Lope:,. J;'[ 1:-'ulSiljt: tkLMiís Allá p. 98, p. 16•) s, y p. 286 en­tre otms.

(102). :\fá.s snrprtcnde b rnencii'.ii1 Lle un L1111eo Lon el '-[Lite el

diablo llega por lo.~ ai:e., para casar;;e con ,rna JOV<cn v1rtuos,1.

úm~a forma <le g,mar s.i alma (CPCL 91) y la modernización de

otrn ~ersión. "un.>~ au1.00" (CPlL 9:!l. l::licn una golondrina. bien

una palonm recumKe al ~upu<cslo mll~(!LIC:~} logra que el padre

s" Jv,. ;1 fo nmdrncha sustilU)'éndola pm ,ma rnu1k1..'l! que cae a la

caldera df' p<"7 lbjo .rn rnlo,,do. nertamente peculrn1. ,e <;<si;on­

de f'I vie>jo r<"ma el,.] r.apm rk- 1ma joven ¡:,or parte del dios de los

muertos, sci Hades en Grecia o un nov,o feérico en las rradicio­

nt<~ edticas. Para otros g,1/anc-, □ucr:os a caballo en cuento,; eu­

rnpeo~. vi<l. 'lhompson, h'f cuent() fofk!6ricv p, 71, p. 3r.

(l,Jj). l'<er.!10 .\kxia. U,!uquius (15-í7), rc(ogido por /11, Chcva­

lie1. Cuenlosespafwk•sdelo~,-;g/r.JsXVly.\VIIp. 77 s.

(104). J. Camarena, op. cu 90. lnd,ra ,-:.sr,-. ~urrn (p. •i 12} que

rnmbié:i hay vcrsionc-, gallegas e hispanoamericana~, siendo co­

nuci<la también la variante cspcc!fica leonesa en Francia.

005/, CPCL 3?,0 y también CPCL 329 y 331. Espinosa (CPE 11T

p. 169) se limita a ~efialar que la colocación del muerto sohre un

cabal.o cs un cp,~o<liu espccL~l Ues:ilTO!lar.l.o en algunos tipo.~ mc­

dievale,s y moderno.s del cuento, n<l en? 171 ss. mlllhpleb ~~­

riantcs del lllOliVO.

(106.>, El cuento /0/klórlco p. 316.

(10-:'1. Ahordamos esta cueslión en el artículo ya cltado "Meta­

rnmfo.sb 'i vi<lcncia en ra~ trndldon<.:~ gr:cga c irlandesa" y hemos heguido ~u pi.,tc. f'n "l.,1 pi,al ,id1Vim1 ·rrnsfon<lo rnÍl!Lo de un

rnenrD pnpubr" J1:f¡Vlj (c'rJ prtcn~a}.

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