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    Facultad de Ciecias Humaas

    UNLPam

    Introduccin

    Este artculo se inscribe en la lnea de investigacin que estamosdesarrollando sobre la cultura organizacional universitaria1.El campo de los estudios sobre la Educacin Superior ha gene-rado en la ltima dcada un conjunto de herramientas analticasque permiten comprender las transformaciones operadas en lasinstituciones universitarias en el mbito internacional. Entre esascategoras comprensivas se destaca la nocin de cultura de la audito-ra nocin en la que convergen los aportes de la antropologa, losestudios sociales y culturales y las ciencias polticas. Sobre la base

    de trabajos etnogrficos realizados en sistemas universitarios dedistintos pases y regiones geo-polticas, se fue abonando esta lneade investigacin cuya hiptesis central seala que los procesos dereformas de la educacin superior de las ltimas dcadas tienden areconfigurar la nocin misma de Universidad, mediante la especia-lizacin de dispositivos de control por medio de los cuales no slo seinstituyen nuevas prcticas, sino que se performan subjetividades,se re-estructuran las agendas de las polticas universitarias y se re-

    Audit culture as disruptive praxis of uni-versity practices

    AbstractTepurpose of this paper is to presentan analysis of the transformations of ac-ademic practices based on an examina-tion of an emergent notion in the fieldof Higher Education: audit culture. Weposit some structuring facets of the tra-ditional organisation of university cultureand then we concentrate on the centralaspects of what is known as audit cul-ture, implemented globally in the lastdecades. Te re-configuration of highereducation policies and the means gen-erated from the disruptive rationality ofaudit culture show a change to a concep-tion of university organisation which iscongruent with the pragmatic values ofliberal capitalism. At the end of this pa-per we present some of the transforma-

    tions carried out in university practicesdue to the implementation of new man-agement issues.

    Key Words:Organisational Culture, Uni-versity, Audit Culture, OrganisationalChange.

    La cultura de la auditora como praxis disruptivade las prcticas universitarias

    Jos YUNI* y Mara Mnica CATOGGIO**

    ResumenEn este artculo proponemos un anli-sis de las transformaciones de las prc-ticas acadmicas a partir del examen deuna nocin emergente en el campo de losEstudios sobre la Educacin Superior: lacultura de la auditora. Se plantean al-gunos rasgos estructurantes de la culturaorganizacional universitaria tradicional yluego se delinean los aspectos centrales dela llamada cultura de la auditora, im-plementada en las ltimas dcadas a nivelglobal. La re-configuracin de las polti-cas de la educacin superior y los disposi-tivos generados desde la racionalidad dis-ruptiva de la cultura de la auditora dancuenta del pasaje a una concepcin de or-ganizacin universitaria congruente conlos valores pragmticos del capitalismo li-beral. En la parte final del artculo se bos-quejan algunas de las transformacionesoperadas en las prcticas universitarias a

    partir de la implementacin de los nuevosdispositivos de gerenciamiento.

    Palabras Clave:Cultura Organizacio-nal, Universidad, Cultura de la audito-ra, Cambio Organizacional.

    * Lic. en Ciencias de la Educacin

    (Univ. Catlica de Crdoba). Dr. enFilosofa y Ciencias de la Educacin(Univ. de Granada, Espaa). Miem-bro de la Carrera de Investigadordel CONICET. Profesor Titular Or-dinario de Teora de la Educacin yde Metodologa de la Investigacin.Director del Proyecto Cultura Orga-nizacional Universitaria, creenciaspedaggicas y subjetividades do-centes. Director del Doctorado en

    Ciencias Humanas, Facultad de Hu-manidades UNCa.

    [email protected]

    ** Lic en Antropologa (Univ.Na-cional de La Plata). Especialista enGestin de la Educacin Superior(Univ. Nacional de Catamarca).

    Ex-Directora de la Escuela de Ar-queologa de la UNCa. ProfesoraTitular de Antropologa Cultural yEtnografa. Investigadora y co-di-

    rectora de proyectos sobre gestinuniversitaria.

    Detalle obra Entrada al campo,Nstor Salamero

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    signan las funciones tradicionalmente asignadasa la Universidad. Este trabajo recupera y exponela nocin cultura de la auditora a fin de analizarlas tensiones que genera su implementacin enlas prcticas universitarias y los efectos disrup-tivos que sta produce sobre la cultura organi-zacional.

    Un esquema para el anlisis

    de la cultura organizacional

    Las organizaciones se pueden abordar desde

    distintas perspectivas. Segn Schvarstein (1995)la organizacin no es los individuos que la com-ponen, sino las relaciones que stos establecenentre s. Puede, asimismo, definirse como un sis-tema, que va a funcionar de acuerdo a regulacio-nes externas dadas por la incidencia del contex-to en ella, y por regulaciones internas que sernaquellas que genere o cree el propio sistema a fin

    de poder reproducirse. Actualmente seha desarrollado una nueva perspecti-

    va sobre el anlisis organizacional quehace hincapi en la necesidad de con-siderar a las organizaciones en ntimarelacin con su entorno y con fuertes

    y verdaderos vnculos internos, en-tendindolas como sistemas abiertos,flexibles, como estructuras orgnicas(Morin, 1983).

    Como consecuencia de estas nue-vas perspectivas se incorpora con fuer-za en los anlisis organizacionales losconceptos de culturay cultura orga-nizacional. Esta visin de la cultu-ra organizacional es compatible con

    los aportes orientados a comprenderlas instituciones universitarias y susprcticas, de autores como Bourdieu(1997) para el caso del sistema educa-tivo francs, Bruner (1997) en el con-texto latinoamericano o Clark (1987)en la comparacin entre pases euro-peos. A partir de sus contribucioneshan generado una serie de conceptosbsicos para una mejor comprensindel campo universitario y la profesinacadmica.

    La cultura organizacional, enton-ces, no es considerada como una va-riable ms de la organizacin, sino quecualquier organizacin es por s mis-ma cultura. Esta es concebida como

    una forma de manifestacin de la conciencia hu-mana, expresada mediante aspectos simblicos eideativos (Gallardo Velsquez et al.1998). SegnSchvarstein (1995) una organizacin se puede en-tender desde tres dimensiones que no se excluyenentre s y que coexisten en su cotidianeidad. Talesdimensiones se pueden expresar considerando ala organizacin como: a) un establecimiento he-cho para cumplir un fin especfico (en nuestrocaso la universidad); b) un sistema compuestode unidades en interaccin (departamentos, fa-cultades, reas, etc.); y c) una construccin so-

    cial resultante de un conjunto de preceptos, deimgenes hechas por quienes las perciben y lesdan sentido.

    Es esta ltima dimensin, la que hace a la cul-tura organizacional, la que define el imaginarioinstitucional. Si consideramos que toda organi-zacin es cultura, es necesario encarar su estu-dio desde una mirada ms etnogrfica que de

    Callecita perdida, acuarelaEliana Soulages de Leiva

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    cuenta del sentido que tiene para sus miembrosla cultura compartida.

    Desde esta perspectiva, la nocin de culturarefiere a la dimensin simblica presente en to-das las prcticas humanas. Por ello, nuestro en-foque toma como punto de partida para el an-

    lisis de la cultura organizacional de la institucinuniversitaria las definiciones de cultura de Gar-ca Canclini (1995) quien la entiende como unmbito de produccin, circulacin y consumo designificados y de Geertz (1973), que la consideracomo un patrn de significados histricamentetransmitidos y un sistema de concepciones ex-presadas en formas simblicas.

    Este enfoque de cuo antropolgico ha en-riquecido el concepto de cultura organizacional.

    As, se la puede definir como

    el conjunto de procesos de produccin, circula-cin y consumo de patrones de conducta signi-

    ficativos y simblicos de la filosofa e identidadque permea a una organizacin, cada uno de loscuales tiene formas especficas de ser generado,transmitido y reconocido/ apropiado (GallardoVelsquez et al, 1998).

    Por su parte, Robbins (1987) se refiere a la

    cultura organizacional como un conjunto de va-lores y creencias compartidas que representa lapercepcin comn que tienen los integrantes deuna organizacin. Para el mismo autor, esta cul-tura tiene por funciones el transmitir un sentidode identidad a sus integrantes, crear un sentidode compromiso institucional por encima de losintereses individuales, incrementar la estabilidaddel sistema social y modelar actitudes y compor-tamientos.

    La cultura organizacionalde una institucinse pone de manifiesto en las normas, conocimien-tos, creencias y valores aceptados y compartidospor un grupo de trabajo: valores que indican elmodo esperado de pensar y actuar frente a situa-ciones concretas. Es la red de significados com-partidos por un grupo, reunidos con un mismoobjetivo (en nuestro caso la educacin superior).La cultura organizacional refleja el modo particu-

    lar en que las instituciones bsicas de la sociedadatraviesan la organizacin en tanto sistema. Me-tafricamente es lo que constituye la personali-dad de una institucin y que se trasunta en todoslos niveles de la organizacin. Es el producto deprocesos socio-histricos y, por lo tanto, es unaconstruccin dinmica y en permanente tensio-nes de reconfiguracin. De all, que toda organi-

    zacin elabore una novela institucional en unintento de historizar los significados y prcticasque la caracterizan.

    La cultura organizacional se sustenta/se ma-nifiesta en un ethos institucional dado por lasnormas explcitas e implcitas. Estas son el con-

    junto de reglas, pautas y expectativas que generany regulan la interaccin y la comunicacin socialentre sus miembros y entre la organizacin y suentorno. Los valores representan los cdigos dereconocimiento, categoras conceptuales signifi-cativas y juicios relativos a atributos percibidossobre objetivos que normalmente se asocian conlos comportamientos. Asimismo, en el conceptode cultura organizacional intervienen y podemosreconocer, aquellos factores que hacen al medio

    social ms amplio: factores religiosos, educativos,smbolos de prestigio, entre otros.

    En el anlisis de la cultura organizacional sepueden distinguir diferentes elementos, entreellos: a) las caractersticas exgenas o del entor-no, las que son compartidas en tanto es una insti-tucin abierta; b) los hbitos y modos de conduc-ta aprendidos dentro de la vida organizacional; c)los roles asumidos por los distintos actores; roles

    que, de alguna manera, permiten mantener cohe-sionados a los grupos, d) la valoracin social delos puestos de trabajo y funciones, lo que impli-ca cierta estratificacin; e) la tecnologa; f) las re-des de comunicacin que no slo permiten la co-nexin entre los miembros del grupo por motivostcnicos o burocrticos sino que se establecen,tambin, fundndose en motivaciones afectivas oemocionales; g) los sistemas de valores, creenciasy mitos compartidos y h) los actos simblicos que

    comprenden aquellas prcticas no preestableci-das o normatizadas pero que funcionan comorutinas, tales como ceremonias o ritos.

    Algunos rasgos de la cultura

    organizacional universitaria

    Numerosos estudios sobre la organizacinuniversitaria coinciden en sealar la existenciade algunos elementos comunes que en este art-culo nominaremos como rasgos estructurantes.No es nuestra intencin agotar su descripcin,sino exponer los aspectos ms relevantes con elfin de mostrar las tensiones y redefiniciones questos han experimentado en la dcada de los no-

    venta y que han producido la apertura de nuevassignificaciones y sentidos acerca de la Universi-

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    dad a partir de la implementacin de la Culturade la Auditora.

    La Universidad es la institucin que ocupa laposicin dominante en la jerarqua de las insti-tuciones de produccin del conocimiento del sa-ber y de la cultura posicin de la que deviene su

    prestigio y su poder sobre el resto de la sociedad yque se expresa en metforas como Casa de AltosEstudios, Centro de Excelencia, entre otras.

    El sentido de identidad de sus miembros seconfigura a partir del valor social y el prestigioasignados por la sociedad que se autoafirman enlas prcticas cotidianas a travs de mecanismos yestrategias de consagracin y legitimacin.

    Tradicionalmente, en el plano discursivo, lasrelaciones de la universidad con su entorno se

    han justificado en la bsqueda de valores uni-versales tales como la conquista de la verdad yla produccin desinteresada del conocimien-to. Este estar ms all de, se puede interpretarcomo des-compromiso social aunque, paradji-camente, es el argumento en el que se sostiene laautonoma relativa del campo acadmico de losmbitos de la produccin, del poder y del traba-

    jo (Bourdieu, 2003).La Universidad es la institucin social legiti-

    mada como depositaria de la racionalidad social.La organizacin universitaria y las interaccionesentre sus miembros son reguladas y sostenidas apartir de la norma ordenadora de la Razn. Ellosupone que la racionalidad sustenta la trama deacciones y decisiones individuales y colectivasde sus miembros.

    La cultura organizacional universitaria se or-dena en base a relaciones jerrquicas y jerarqui-zadas cuya base es el mrito. La estructura dectedras, el rgimen de concursos, la asimetraen las relaciones docentes-alumnos-personal deadministracin, las diferencias entre campos dis-ciplinares constituyen diferentes mecanismos dedistribucin de honores acadmicos que consa-gran a aquellos que demuestran poseer cualida-des personales y profesionales.

    Cultura de la auditora:

    gnesis y racionalidad

    La produccin terica en el campo organiza-cional viene dando cuenta desde fines de los 90 deun fenmeno amplio y de extensin universal quese denomina cultura de la auditora (Audit Cul-ture). Desde distintas, aunque convergentes pers-pectivas, los autores enrolados en los enfoques de

    la crtica social han acuado este trmino paradar cuenta de los procesos socio-organizacionalessurgidos al amparo de las polticas neoliberalesimpulsadas por los organismos internacionales yoperativizadas a travs de los programas de mo-dernizacin y reforma del Estado.

    Apple (2005:11) caracteriza la orientacin delos procesos de reforma educativa como una mo-dernizacin conservadora que enfatiza un fuertecontrol neoconservador sobre el currculo y los

    valores, e instala un nuevo gerenciamiento quepropone formas rigurosas de rendicin de cuen-tas en todos los niveles de la educacin. El mis-mo autor sugiere que la cultura de la auditoriaesparte de los dispositivos que pretenden extenderla lgica econmica del mercado a la sociedad y

    la cultura.

    Por su parte, la perspectiva de los autores bri-tnicos se inspira en la concepcin foucaultianade tecnologas de biopoder, que tienen por fina-lidad el logro de la gobernabilidad de los sujetos.Por ello, autores como Strathern (2002) sostienenque la cultura de la auditorada cuenta de unatransformacin del orden de la cultura, de las or-ganizaciones y de la misma sociedad.

    En este sentido, la extensin de la auditoria,como una tecnologa social no tiene un carcterinocuo y no es una prctica social neutral; ella esun instrumento de nuevas formas de gobierno ypoder. Es una reformulacin de las tecnologasdel yo y del biopoder a travs de las cuales se pre-tende engendrar en el cuerpo acadmico nuevasnormas de conducta, nuevos modelos de profe-sionalidad y nuevas identidades colectivas.

    En lo que sigue, intentaremos esbozar una

    caracterizacin de los rasgos salientes de la cul-tura de la auditoria, a partir de los significadosetimolgicos que se enraizan en la expresin la-tina audire, que significa escuchar o audiencia.Tanto en la lengua espaola como en la inglesa,el concepto auditora remite a las siguientes acep-ciones: estado de cuenta; rendicin peridica decuentas entre el seor y los siervos; examen ofi-cial o verificacin; y calcular o efectuar un ajustede cuentas. Durante varios siglos predominaron

    las acepciones ligadas a la rendicin de cuentasen un sentido econmico. Es a partir de la dca-da de los 90 cuando se produce una migracinde su sentido hacia diferentes mbitos de la vidasocial y profesional, producindose en ese pro-ceso su resignificacin.

    No obstante, una lectura genealgica permi-te observar cmo en este proceso de resignifi-

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    cacin anidan sentidos vinculados alas acepciones que desbordan la di-mensin econmica. Por ejemplo, elsentido de or, escuchar, examen ju-dicial puede vincularse a una ins-peccin de carcter pblico sosteni-

    do en rituales de verificacin y en laexposicin de pruebas, tal como losque definen la evaluacin de pares,los sistemas de acreditacin institu-cional o de trayectorias acadmicasparticulares.

    Por su parte, el sentido de ren-dicin invoca la naturaleza polticade la relacin creada por el procesode auditora entre los auditados y los

    auditores; entre las agencias de eva-luacin, las instituciones y los suje-tos. Relaciones de poder marcadaspor la jerarqua y la asimetra; rela-ciones en las que el evaluado (las ins-tituciones y las personas) son siem-pre objetos de informacin y nuncasujetos de comunicacin.

    El monitoreo, en tanto, evoca elprincipio de escrutinio, de examen,de atravesar una situacin de demos-tracin que culmina en un juicio de

    valor. Juicio que nombra, clasifica, je-rarquiza, diferencia, consagra y tam-bin deslegitima y desvaloriza todoaquello que no tiene valor de inter-cambio.

    La clave de este sistema de gober-nabilidad se apoya en la inculcacin de nuevasnormas y valores, los que a travs de mecanis-mos regulatorios externos transforman la vidade las organizaciones y de los sujetos, afectan-do su capacidad como agentes de autoactualiza-cin. Se crean, as, nuevas formas de subjetividadlos profesores devienen sujetos autogestionarios(como producto de una lgica individualista ycompetitiva) que los vuelve a ellos mismos audi-tables. Como sostienen Shore y Wright (2002:77)la racionalidad de la auditora aparece como la

    del panptico: ordena todo el sistema mantenien-do a cada uno dentro de l.

    Tensiones organizacionales generadas

    por la cultura de la auditora

    La irrupcin de la cultura de la auditoraenlos discursos, las normativas, los dispositivos y

    las prcticas, impulsadas a nivel global a partir dela dcada de los 90, ha producido una disputa enlos significados histricos estructuradores de lacultura organizacional universitaria2. Si bien escierto que en la cultura acadmica tradicional elexamen, las calificaciones y clasificaciones tam-bin existan, los nuevos enfoques de gerencia-miento, que portan los supuestos de la auditora,les otorgan nuevas significaciones y las inscribenen otro tipo de prcticas sociales.

    En lo que sigue, presentaremos algunas ten-

    siones producidas por la cultura de la auditoraque se visibilizan en el contexto universitario deformas especficas. Shore y Wright (2002) sostie-nen que los efectos de la cultura de la auditorasobre la gestin universitaria se expresan a travsde tres fenmenos:

    El intento de reemplazar la autonoma aca-dmica por crecientes niveles de control ad-

    Entrada al campo, leoNstor Salamero

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    ministrativo. El concepto de autonoma hasido central en la cultura universitaria tra-dicional en tanto sostena a este valor comouna condicin necesaria para la creacin, lainnovacin, la libertad creativa. La autonomaacadmica, tanto en lo institucional como en

    lo individual, sustentaba ideales sociopolti-cos de democratizacin y de una bsqueda desoluciones colectivas, basadas en el ejerciciode la libertad y la autonoma personal.

    La cultura de la auditorainstaura, a travsde distintas modalidades de estandarizacin,una creciente homogeneizacin curricular einstitucional. Por ejemplo, la implementacinde procesos de acreditacin de carreras deinters social segn distintos estndares de

    aseguramiento de la calidad produce unanormalizacin y normatizacin de dispositi-

    vos educativos, que se organizan en funcinde la lgica implcita en los instrumentos derendicin de cuentas y de los indicadoresque permiten establecer/asignar niveles decalidad.

    Otro ejemplo de restricciones sutiles de laautonoma puede encontrarse en los proyec-tos de familias de carreras3, en tanto afectadirectamente el campo de las decisiones es-tratgicas del docente al definir no slo con-tenidos sino tambin estrategias didcticas y,especialmente, preestablecer competenciasque deben alcanzar los alumnos de cada disci-plina. Competencias generales, homogneas,descontextualizadas, a partir de las cuales sedefinen los alcances del proceso formativo enel nivel superior universitario.

    La autonoma, como valor estructuradorde la identidad de los acadmicos, se ha tra-suntado histricamente en una serie de rasgosque caracterizan su desempeo. Las autorascitadas anteriormente afirman que, en gene-ral, los acadmicos siempre han sido profe-sionales flexibles, multifacticos, capaces deautodirigir su accionar y de autorregular susprcticas y procesos de produccin y transmi-sin de conocimientos caractersticas que la

    cultura de la auditora va modelando a travsdel re-disciplinamiento que se opera a travsde los procedimientos tcnicos estandariza-dos, unificadores y simplificadores de progra-macin-informacin-rendicin-valoracin.Diferentes autores sealan que la cultura dela auditora, al limitar la autonoma, va ero-sionando el compromiso de los acadmicoscon la institucin y con metas colectivas.

    El carcter interventivo y regulador de la cul-tura de la auditorasobre el sistema de valoresexpresa un pasaje de una concepcin de unsujeto orientado por la bsqueda y realizacinde sus intereses hacia un sujeto manipulable,que es creado por los propios dispositivos de

    control y que est permanentemente obligadoa dar cuenta de sus actos. Esta concepcinparte del supuesto antropolgico de que losseres humanos son perezosos e indolentes y,por ello, se deben crear nuevas formas de vi-gilancia y de valoracin de su desempeopara poder premiarlo (especialmente a travsde incentivos econmicos) o de sancionarlo.

    Se impone as una visin individualista quese sostiene en un modelo de relaciones com-

    petitivas. A travs de distintas formas de coer-cin los individuos quedan atrapados en unsistema disciplinario que genera un sentidocomn por el que se naturaliza este sistemade valores. De esta manera, se practican y sereplican acciones que lesionan la integridadprofesional y personal de los acadmicos.

    Una de las formas en que se manifiesta estevaciamiento de sentido individual y colectivoes a travs de la ritualizacin del desempeoy el cumplimiento de ademanes simblicosde rendicin de cuentas (Power, 1997:81).

    Intervencin y coercitividad, como rasgosdefinitorios de la cultura de la auditora,producen un clima de inseguridad en lasorganizaciones y en las subjetividades de losacadmicos. Las interacciones e intercambiosse basan en relaciones de competencia, en lainstauracin de procesos de cooptacin quepretenden reducir las tendencias contrahe-gemnicas en lo que hemos dado en llamarcanibalismoacadmico(Catoggio, Yuni, Pe-rea, 2006).

    El orden moral y los valores emergentes deesta lgica de relaciones se traducen en: el debili-tamiento de las posibilidades de construccin delo colectivo y la dificultad para generar relacionesde confianza hacia la organizacin y los pares, y

    de lealtad hacia la propia institucin. Todo lo cualmina su propio desempeo y afecta los procesosde identificacin profesional y personal.

    Los procesos de clasificacin y jerarquizacinde instituciones, carreras y trayectorias acadmi-cas, con sus consiguientes efectos de consagra-cin y de diferenciacin, producen una insegu-ridad, vinculada a la inestabilidad de la posicinlograda. Ello genera ansiedad y habilita a una ac-

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    titud de disponibilidad para ser auditado dan-do cuenta permanentemente del cumplimientode los patrones de desempeo que establecen lospropios estndares de acreditacin y las grillasde evaluacin.

    Es esta lgica la que va a definir las eleccio-

    nes y las decisiones vinculadas al diseo de lastrayectorias institucionales e individuales. La gri-lla de evaluacin se convierte en la gua quepermite evaluar lo que an falta para, de esemodo, decidir (forzadamente) el camino a seguir.Se hace efectiva, as, la internalizacin del siste-ma de normas y valores que predispone a losacadmicos a ser auditados, en tanto son capa-ces de auto-observarse, de proponerse planes demejora para ellos mismos. En definitiva, de au-

    togobernarse.La cultura de la auditoralogra as su come-

    tido en tanto configura una suerte de procesoreflexivo que, sin embargo, oculta que ese su-

    jeto reflexivo se encuentra atrapado entre par-metros limitados, limitantes y ajustados (Shorey Wright, 2002).

    La cultura de la auditorapromueve meca-nismos de normalizacin y estandarizacin delos procesos de organizacin institucional y deproduccin fordista del conocimiento. La lgicahomogeneizadora y uniformadora de los dispo-

    sitivos de las auditoras acadmicas, administra-tivas y de trayectorias docentes e institucionalesproduce un borramiento de las particularidadescontextuales.

    La eficacia del dispositivo de gerenciamientode la Educacin Superior, se halla en su capacidad

    generativa de nuevas jerarquas definidas sobre labase de parmetros pretendidamente universalesy descontextualizados de sus condiciones de pro-duccin. Son los dispositivos de la auditora losque consagran y cristalizan la distincin estrati-ficadora en categoras y rankings, que aseguran elacceso a unos pocos y la exclusin de muchos.

    Una enorme masa de energa (fsica, emocio-nal, intelectual, poltica) se disipa en actividadesque se realizan para cumplir con las exigencias

    que el dispositivo tecno-burocrtico de la audi-tora instala en diferentes espacios de la vida co-tidiana de la Universidad. Llenar planillas, hacerinformes, hacer entrar la trayectoria profesionalen los estrechos formatos del programa infor-mtico, se convierten en rutinas que expropianprogresivamente el sentido de ensear, investigar,gestionar, etc. Energa individual y colectiva quese invierten en realizar acciones en parte iluso-rias y en parte mistificadas y que en gran medi-da son destructivas y auto-destructivas, en tantoproducen una desvalorizacin y debilitamiento

    Pampa y cardos, leoLita Beanatte

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    de la identidad como acadmicos y, por ende, ge-neran una prdida de sentido y de posibilidadesde agenciamiento profesional.

    Las identidades y las subjetividades de losacadmicos expresan esta conflictiva a travs dela puesta en escena de rutinas de enseanza, deinvestigacin, de participacin en actividades de

    distinta ndole, que no encuentran posibilidadesde resignificacin y que se traducen en una dra-mtica puesta en escena que se expresa a travsde discursos como todos contra todos, slvesequien pueda y que remiten a modos de articu-lacin socio-cultural atribuidos a organizacionesde carcter tribal (Becher, 2001).

    Algunas reexiones fnales

    En este artculo se ha realizado una revisinconceptual que propone a la cultura organiza-cional como uno de los potenciales analizadoresde las dinmicas de transformacin de las insti-tuciones universitarias, acontecidas a partir dela implementacin de las polticas neoliberalesen las ltimas dcadas. El carcter global de estaorientacin de las polticas pblicas en el sec-tor educacin ha puesto en evidencia que, ms

    all de las particularidades nacionales de la im-plementacin de los procesos de Reforma de laEducacin Superior, estas polticas han promovi-do nuevos modelos de gerenciamiento. Estos sebasan en un conjunto de procedimientos, tcni-cas y supuestos que los estudios organizaciona-les han rotulado como cultura de la auditora.Precisamente, el uso del concepto cultura re-

    sulta apropiado en tanto designaun conjunto de significados queexpresan una visin de lo social,de la organizacin universitariay de los modos de realizacin desu misin. La cultura de la audi-

    tora sustenta sentidos, signifi-cados, valores y prcticas que secontraponen con aquellos que ca-racterizaban la cultura universita-ria tradicional. De esta manera seinstaura un conflicto, una disputade sentidos acerca de los rasgosestructurantes de la cultura or-ganizacional universitaria lo quegenera mltiples tensiones que

    afectan tanto las prcticas comolas identidades personales e institucionales, y lassubjetividades.

    Estas tensiones generan en el cuerpo acad-mico reacciones ambivalentes frente a los proce-sos y dispositivos instaurados por la cultura de laauditora. Ambivalencia que es, a la vez, efectoy condicin de posibilidad para que los nuevosmodos de gestin universitaria sean eficaces parala generacin de una nueva moral profesional. Elsistema de prcticas generado por la auditoraes calificado por el cuerpo profesoral como lainstitucin de lo perverso. Sin embargo, a pesarde la perversin, este se incluye y participa en el

    juego, con las reglas establecidas por el sistema.La justificacin de su participacin revela la in-ternalizacin de valores individualistas y espe-culativos, fundados en una racionalidad econ-mico-instrumental de incentivos y premios a laproductividad.

    En la vida cotidiana de las instituciones, de losgrupos y de los sujetos, las prcticas acadmicasy cientficas quedan sujetas al cumplimiento delos indicadores y parmetros de evaluacin queestablecen los diferentes dispositivos de gerencia-miento. No obstante, este cumplimiento podrano expresar una transformacin cualitativa de lasprcticas sino un mero formalismo. Llenar bienlos papeles, hacer las cosas como esperan los

    evaluadores, juntar cartones, tener producti-vidad en la docencia y en la investigacin a travsde productos medibles, demostrables y cuantifi-cables son expresiones que circulan en los dis-cursos oficiales y en los intercambios cotidianosen los claustros. Ellas dan cuenta de acciones ri-tualizadas que carecen de sentido pero que ad-quieren legitimidad al ser ejecutadas apelando a

    Tapera, leoLita Beanatte

  • 7/25/2019 n13a03yuni.pdf

    9/9

    La cultura de la auditra cm praxis disruptiva

    33

    N 13 (2009)

    pp. 25-33

    Facultad de Ciecias Humaas

    UNLPam

    los valores subyacentes de la racionalidad de lacultura de la auditora. En la interaccin entre lasagencias de evaluacin, los evaluadores, las ins-tituciones y los evaluados se produce un espacioficcional que puede nominarse simulacro aca-dmico (Yuni y Catoggio, 2007), en tanto des-

    pliegan formas, procedimientos y acciones orien-tadas a satisfacer los requisitos del control y lagobernabilidad sustentadas en la auditora (aun-que paralelamente estas instancias son progresi-

    vamente devaluadas). Estos simulacros permitenenmascarar la pervivencia de prcticas acadmi-cas tradicionales y, a la vez, sostener la ficcin deuna cultura organizacional moderna que se au-tojustifica a travs del logro de ciertos estndaresen sus procesos acadmicos y cientficos.

    En la dinmica descripta, los dispositivos dela cultura de la auditora en las organizacionesuniversitarias producen una recentralizacin delcontrol, una erosin de los procesos colectivos ydemocrticos y alimentan y sostienen a los nue-

    vos tecnogerentes que conservan su propiaposicin en la medida en que pueden mantenerla coercitividad y la capacidad de intervenir enlas rutinas institucionales y personales que defi-nen la vida cotidiana y el sentido de la actividaduniversitaria.

    Notas

    1 Proyecto de investigacin trianual Cultura organizacio-nal universitaria, creencias pedaggicas y subjetividadesdocentes, financiado por SEDECyT UNCa.

    2 Un pormenorizado anlisis sobre las transformacionesde los sentidos asociados a la universidad desde la pers-pectiva de las polticas de Educacin Superior en Amri-ca Latina es presentado por Rama (2006) en su obra LaTercera Reforma de la Educacin Superior en AmricaLatina.

    3 El Programa de Familia de Carreras es una iniciativa delMinisterio de Cultura, Educacin y Ciencia de la Rep-blica Argentina. El mismo tiene por objeto definir ciclosbsicos comunes (tanto en lo que hace a estructura cu-rricular, contenidos, estrategias metodolgicas y de eva-luacin, y competencias formativas de los estudiantes)en las distintas Universidades asociadas. El propsito espermitir la movilidad estudiantil, garantizar el recono-cimiento y acreditacin automtica y asegurar mnimosformativos para determinadas reas profesionales. Unade las reas en las que ms avances se han realizado es enlas Carreras de Ingeniera y actualmente en las carrerasde Ciencias Econmicas.

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    Fcha d rcpcin: enro 2009Fcha primra valuacin: Frro 2009Fcha sgunda valuacin: Frro 2009