NARRATIVA DE LA GENERACIÓN DEL 50

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NARRATIVA DE LA GENERACIÓN DEL 50 I. CONTEXTO HISTÓRICO SOCIAL En el Perú, la modernización de la narrativa peruana comienza con la 'Generación del 50, enmarcada políticamente con el golpe del General Manuel A. Odría en 1948 y las elecciones de 1950 en las que se autoelige Presidente de la República. Durante la década anterior había comenzado un movimiento migratorio del campo a la ciudad (preferentemente a la capital), que durante los años cincuenta se potencializa al máximo y resulta en la formación de barriadas y pueblos jóvenes, la aparición de sujetos marginales y desplazados socialmente. La literatura producida en este período estuvo influida notablemente por las vanguardias europeas; en particular, el llamado modernismo anglosajón de Joyce y en el ambiente norteamericano la obra novelística de Faulkner y la Generación Perdida. También influyó notablemente la literatura fantástica de Borges y Kafka. A esta generación pertenecen Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, Mario Vargas Llosa, Enrique Congrains y Julio Ramón Ribeyro, entre otros. Sucediendo a la Literatura indigenista, tras la decadencia de la agricultura descuidada por los gobiernos de turno, emerge apartir de los años 50 la narrativa urbana. Los narradores de la Generación del 50 registraron personajes y problemas visibles en esa época producto de las grandes migraciones campesinas y el crecimiento vertiginoso y desordenado de Lima. El gobierno militar del general Odría inicia una abultada labor de construcciones (Grandes Unidades Escolares, hospitales, etc.) valiéndose de grandes préstamos. La oferta laboral y la supuesta posibilidad de una vida mejor «con salud, educación y trabajo» atraer ingentes cantidades de provincianos, gente de campo que además de emplearse en

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NARRATIVA DE LA GENERACIÓN DEL 50

I. CONTEXTO HISTÓRICO SOCIAL

En el Perú, la modernización de la narrativa peruana comienza con la 'Generación del 50, enmarcada políticamente con el golpe del General Manuel A. Odría en 1948 y las elecciones de 1950 en las que se autoelige Presidente de la República. Durante la década anterior había comenzado un movimiento migratorio del campo a la ciudad (preferentemente a la capital), que durante los años cincuenta se potencializa al máximo y resulta en la formación de barriadas y pueblos jóvenes, la aparición de sujetos marginales y desplazados socialmente. La literatura producida en este período estuvo influida notablemente por las vanguardias europeas; en particular, el llamado modernismo anglosajón de Joyce y en el ambiente norteamericano la obra novelística de Faulkner y la Generación Perdida. También influyó notablemente la literatura fantástica de Borges y Kafka. A esta generación pertenecen Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, Mario Vargas Llosa, Enrique Congrains y Julio Ramón Ribeyro, entre otros.

Sucediendo a la Literatura indigenista, tras la decadencia de la agricultura descuidada por los gobiernos de turno, emerge apartir de los años 50 la narrativa urbana. Los narradores de la Generación del 50 registraron personajes y problemas visibles en esa época producto de las grandes migraciones campesinas y el crecimiento vertiginoso y desordenado de Lima.

El gobierno militar del general Odría inicia una abultada labor de construcciones (Grandes Unidades Escolares, hospitales, etc.) valiéndose de grandes préstamos. La oferta laboral y la supuesta posibilidad de una vida mejor «con salud, educación y trabajo» atraer ingentes cantidades de provincianos, gente de campo que además de emplearse en albañilería, irá a engrosar las filas del proletariado fabril de Lima. El migrante se convierte en mano de obra barata para el comercio y la industria. La ciudad que no había sido preparada para un crecimiento tan vertiginoso se tuguriza e inicia su expansión por efecto de las urbanizadoras por un lado y las invasiones, por el otro. Los tenemos de cultivo son sembrados con fierro y cemento, los arenales y las faldas de los cerros cobijan a quienes no pueden acceder al mercado inmobiliario. La fisonomía de la ciudad se altera dando lugar a la formación un gigantesco sector suburbano: barriadas, asentamientos humanos o eufemísticamente pueblos jóvenes.

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II. CARACTERÍSTICAS

1. El escenario foco de la narración es la ciudad.

2. En fataliza el tema urbano: privilegiando la visión de las barriadas

3. El personaje principal es el migrante provinciano

4. Estudia los problemas de la clase media.

5. Favorece el psicologismo como punto de vista del autor.

III. REPRESENTANTES

Eleodoro Vargas Vicuña: Taita Cristo Eduardo Zavaleta: Los Ingar Oswaldo Reynoso: Los Inocentes Enrique Congrains: Lima, Hora cero Julio Ramón Ribeyro: La palabra del mudo Alejandro Romualdo: Edición extraordinaria Washington Delgado: Un mundo divino Blanca Varela: Canto Villano Enrique Solari Swayne: Collacocha Salazar Bondy: El fabricante de deudas

ENRIQUE CONGRAINS MARTIN

Nace en Lima, en el seno de una familia de clase inedia, que se preocupó en darle una esmerada educación" En el campo literario es uno de los primeros narradores en manifestar en su obra su interés por los problemas humanos, sociales y éticos que aquejan a la población de los barrios urbano-marginales.

En 1954 publica un libro de relatos: Limen hora cero, en donde revela ese rostro oculto, casi irreal de las barriadas, el lado oscuro del poblador desposeído.

En 1957 publica "No una sino muchas muertes", en donde hace uso de grandes recursos expresivos, descripciones de personajes, escenarios y situaciones conflictivas que dan una imagen real, casi fotográfica de lo narrado o Muestra una sociedad alterada por el crecimiento social, por la explosión demográfica que irrumpe con sus problemas de urbe la capital que hasta entonces había mantenido una tranquilidad un tanto pueblerina" En 1970 reinicia su labor literaria con una Antología del cuento hispanoamericano. En 1971 publica biografías de científicos y filósofos.

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También pertenecen a su pluma Kikuyo (1955), El niño de junto al cielo y domingo en jaula de esteras.

La obra narrativa corta de ENRIQUE CONGRAINS MARTIN (1932), se ha abierto lentamente paso los lectores, mas por su persistente reconocimiento En antologías que por las opiniones de los críticos, mas bien renuentes a encontrarle meritos.

El profesor AMERICO MUDARRA ha señalado que el punto de vista de CONGRAINS difiere el de su generación. El suyo no pertenece al de la clase media, es más bien una visión desde dentro de las clases marginales.

Como escritor, CONGRAINS fue primero que se internó en el análisis de esa marginalidad; hace evidente como ningún otro escritor, el territorio de los barios populares de la gran urbe que va creciendo.

Sus textos evidencian el conflicto, lo sacan a la luz y denuncian a una sociedad despiadada.

Falleció el 6 de julio de 2009.

LIMA HORA CERO

Enrique Congrains Martín introduce el tema de las barriadas limeñas en el relato peruano contemporáneo, y es una figura paradigmática y esencial de la literatura urbana del Perú. Literatura y documento urbano insertado en la encrucijada de retratar la Lima barrial. En Lima Hora Cero es la primera obra narrativa que retrata el drama de las barriadas, el provincianismo, formando en los cerros, covachas y arenales.

Practica la prosa psicológica, no concede a la técnica narrativa su tributo, ni se preocupa por nombrar estilísticamente. En Lima Hora Cero, inserta el dialogo de diálogos excesivos, pero es a través de ello que se comunica nuestra realidad. Provincianos que vienen del interior del país, en busca de nuevas posibilidades, al enfrentarse con la ciudad no duran las ilusiones, solo ellos saben cómo sobreviven en su lucha interna; habría que decir que Congrains es el primero que también enfoca estas escenas de la capital, ubicados en los 50 años, la edificación de la unidades vecinales, donde no hay remedios y los casos de la promiscuidad sobre todo a Cuatro pasos, mil esperanzas.

EL NIÑO JUNTO AL CIELO

Un día el niño Esteban llega al cerro Agustino de Lima, procedente de Tarma. Al día siguiente baja del cerro, para conocer la ciudad de Lima, y se encuentra junto a la pista un billete de 10 soles. Esteban lo recoge y lo acaricia suavemente emocionado y lo mete en uno de sus bolsillos.

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Cruzó la pista y se internó en un terreno salpicado de basura, desperdicios de albañilería y excremento; llegó a una calle y desde allí divisó al famoso mercado, el mayorista, del que tanto había oído hablar, ¿eso era Lima, Lima, Lima...?su tío le había dicho que Lima era una ciudad muy grande, tan grande que en ella vivía un millón de personas (La bestia con un millón de cabezas). Estuvo dando algunas vueltas, atisbando dentro de la bestia, hasta que llegó a sentirse parte de ella. La gente se movía, se agitaba unos iban en una dirección, otros en otra y él. Esteban con el billete anaranjado quedaba siempre al centro de todo, en el ombligo mismo.

Unos muchachos de edad jugaban en la vereda, Esteban se detuvo a unos metros de ellos y quedó observando el ir y venir de las bolas. ! Hola, hombre! ,_hola..- respondió Esteban susurrando, casi

El chico era más o menos de su edad, se llamaba Pedro de 10 años, sin casa sin padres, Esteban y Pedro se hacen amigos. Pedro es un niño pícaro y hábil y sabe ganarse la vida en la calle. Esteban le cuenta a Pedro que se ha encontrado un billete de diez soles. La plata despierta en Pedro una gran ambición, Pedro convence a Esteban para emprender un gran negocio, comprar revistas y venderlas en la plaza San Martín. Ellos viajan en tranvía para allá y realizan el negocio de las revistas. Cuando ya casi todas se habían vendido y la plata estaba en poder del pícaro Pedro, este dijo que no ha almorzado y le encarga a Esteban que vaya a comprar un pan o un bizcocho. El niño Esteban muy inocentemente obedeció y se va a comprar y, al regresar, no encuentra ni a Pedro, ni las revistas. Espera un buen tiempo y no regresa Pedro. Esteban regresa a su casa ``junto al cielo´´.

JULIO RAMÓN RIBEYRO

Es nuestro más notable cuentista. Hombre de vida sombría, sencilla, pero a la vez sensible a los aconteceres sacrificados y de angustia del ciudadano común en un medio pauperrizado como el nuestro, y también atento a las luchas reinvindicativas del trabajador peruano.

Se dedica desde el comienzo su obra literaria a la renovación de los géneros narrativos en el Perú. Como Congrains, es un narrador eminentemente urbano. Se diferencia de sus coetáneos por la elaboración de una tenaz obra, amplia y continua que crece incesantemente, y por el uso de unas técnicas lógicas, diáfanas y exactas que permiten la fluidez justa del relato y también la penetración en diversos planos psicológicos sociales e imaginativos.

En sus primeras narraciones, publicados en revistas a partir de 1951, Ribeyro muestra preferencia por los cuentos fantásticos. Posteriormente, a partir de su primer libro, “Los gallinazos sin plumas” (1955) Ribeyro se dedica al realismo urbano y a la descripción de diversos tipos psicológicos y clases sociales de la ciudad de Lima principalmente de su clase media y del lumpen marginal de las barriadas. Posteriormente agrega a su obra numerosos libros de cuentos que luego

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ha reunido en cuatro tomos bajo el título general de “La Palabra del Mudo”. Julio Ramón Ribeyro es un gran narrador, pero principalmente es un cuentista extraordinario por su dedicación a este género. En sus últimos relatos demuestra un dominio total de su lenguaje literario y de sus procedimientos narrativos.

Su obra novelística no es desdeñable aunque no igual a la perfección estilística y el punzante contenido de sus cuentos. Su primera novela “Crónica de San Gabriel” (1960) exhibe un gamonalismo decadente, muy distinto al de los señores de horca y cuchillo que aparecen a “El Mundo es ancho y ajeno”. Las siguientes novelas de Julio Ramón Ribeyro “Los Geniecillos Dominicales” (1965) y “Cambio de Guardia” (1976) son de temática netamente urbano y se mueven en diversos ambientes: casas modestas, casas ricas, iglesias y burdeles, la vieja universidad, calles, plazas, bares y cafés del Centro de Lima o de Miraflores.

Julio Ramón Ribeyro no sólo acierta con su descripción general de la realidad urbana, sino demuestra, sobre todo, su maestría en la acumulación de pequeños detalles que le prestan al relato rapidez, luz y armonía. Otro género por el cual Julio Ramón Ribeyro se siente atraído es el teatro. Su primera obra teatral es “Santiago, el pajarero”, donde muestra influencia del teatro de Bertolt Brecht.

En 1994 se le otorgó el premio “Juan Rulfo”. En ese mismo año fallece en Lima.

Obras:

1. Novelas

• Crónica de San Gabriel (1960)

• Los geniecillos dominicales (1965)

• Cambio de guardia (1976)

2. Cuentos

• La palabra del mudo (Colección de cuentos de IV volúmenes, 1955)

• Sólo para fumadores (1985)

3. Ensayos

• La caza sutil (1975)

• Prosas apátridas (1975)

• Santiago, el pajarero (1965)

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4. Teatro

• Confusión en la prefectura (1968)

• Atusparia

ESTILO

• Linealidad en el relato.

• Sencillez, fluidez, vivencias de fino humor.

• Su inverso narrativo es la ciudad mostrando angustias y frustraciones de sus personajes.

• Destacan dos mundos: la oficialidad versus la marginalidad.

LA PALABRA DEL MUDO

¿Por qué la palabra del Mudo?

“Porque en la mayoría de mis cuentos se expresan aquellos que en la vida están privados de la palabra, los marginales, los olvidados, los condenados a una existencia sin sintonía y sin voz. Yo les he restituido ese hálito negado y les he permitido modular sus anhelos y sus arrebatos y sus angustias”.

(De una carta de J.R. Ribeyro al Editor, 15 de Febrero de 1973)

“La palabra del mudo” es la obra de mayor envergadura de Ribeyro, es una colección de cuentos en cuatro volúmenes: Vol. I: “Los gallinazos sin plumas” (1955) “Cuentos de circunstancias” (1958); “Las botellas y los hombres” (1964). Vol. II: “Tres históricos sublevantes” (1964); “Los cautivos” (1972); “El próximo mes me nivelo” (1992). Vol. III: “Silvia en el rosedal”. Vol. IV: “Cuentos santacrucianos” (1992).

Tanto la fantasía como la marginalidad y la frustración son las constantes por donde van a discurrir sus innumerables historias. Todo esto nos está demostrando que las historias de Ribeyro se sostienen internamente por medio de un correlato tenue pero coherente; su estructura cuentista sería semejante a una deslumbrante y prodigiosa telaraña en la cual se percibe el secreto talento, la misteriosa sabiduría de un artífice que con paciente conocimiento ha sabido anudar cada uno de los hilos sin que nada, absolutamente nada, quede al azar.

La obra de Ribeyro trasunta una actitud escéptica; según Antonio Cornejo Polar, este escepticismo deriva del examen del entorno, examen que demuestra la intrascendencia de las acciones de los hombres y el sin sentido de la historia.

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En el mundo representado observamos una dicotomía fundamental: oficialidad, marginalidad. Donde el mundo oficial agrede insistentemente al mundo marginal. Las opciones son solamente individuales o particulares. No hay acciones colectivas.

“La palabra del mudo” reúne en una sola colección los cuentos que se publican en los siguientes libros:

1. Los gallinazos sin plumas (1955) (Conjunto de cuentos urbanos y marginales)

2. Cuentos de circunstancias (1958) (Libro de cuentos fantásticos)

3. Tres historias sublevantes (1964) (Simbolizan la Costa, Sierra y Selva)

4. Las botellas y los hombres (1964) (Habla de la fustración y soledad de la clase media capitalina)

5. Los cautivos (Relatos de escenarios europeizantes)

6. El próximo mes me nivelo (1972) (Temas didácticos nacionales)

7. Silvia en el rosedal (1977) (De notable perfección estilística)

LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS

Ribeyro se fijo en el nuevo rostro de la ciudad de lima: invadida cada vez mas por provincianos, especialmente de los andes, debido a la crisis agraria. Al igual que otros miembros de la generación del 50, como Enrique Congraris Martin o Luis Felipe Ángel, Ribeyro cultiva el realismo urbano, en el que muestra el lado injusto y horrible de la sociedad.

El cuento inicia durante un amanecer, en la hora celeste. A las seis de la mañana Efraín y enrique van en busca de alimento para el cerdo pascual.

Ambos niños, explotados por su abuelo, llegan a un muladar, donde se confunden con gallinazos y perros. Mas tarde, enfermos Efraín y Enrique, Don Santos les grita porque no pueden trabajar. A don santos solo le interesa su chancho; << ¡si se muere de hambre será por culpa de ustedes!>> Es significado que el cerdo tenga nombre de persona; pascual un <<monstro insaciable>>

Enrique, en el muladar, se sintió un gallinazo más. Lo coloca al nivel de estas aves carroñeras, de estos animales conocidos también como buitres. En la huida, este niño responde a su hermano acerca de adonde ir: << a donde sea, al muladar, donde podamos comer algo, donde los gallinazos. >>

Se ha visto a don santos un hombre cojo, como el explotador, al capitalista que vive del trabajo de otros. Asimismo la relación de los hermanos Efraín y Enrique esta

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teñida de solidaridad. En cierto pasaje el narrador referente que ambos se abrazan << hasta formar una sola persona>>

En este contexto, la ciudad es comparada con otro monstruo: << se dieron cuenta de la hora celeste había terminado y que la ciudad, despierta y viva, abría ante ellos su gigantesca mandíbula >>