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Navidad en Ecuador. Manifestaciones de religiosidad popular en torno al Niño Jesús

Félix CARMONA MORENO, OSA Real Monasterio del Escorial

I. Introducción.

II. Novena al Niño Jesús.

2.1. Normas recientes de la jerarquía eclesiástica. 2.2. Experiencia personal de la novena popular.

III. El Pase del Niño Jesús.

3.1. Pase del Niño en Quito. 3.2. Pase del Niño en Riobamba.

3.2.1. Desarrollo del Pase.

3.3. Pase del Niño en Cuenca.

3.3.1. Pase del Niño Viajero.

3.4. La tradición del “Pase del Niño” viaja con emigrantes

ecuatorianos al exterior.

IV. Misas del Niño Jesús.

4.1. Algunos valores de estas celebraciones.

V. Apéndice.

5.1. Muestras de imaginería del Niño Jesús en Ecuador.

I. INTRODUCCIÓN

Navidad es la misma realidad en todas las partes del mundo cristiano, es decir, la celebración del trascendental acontecimiento del nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, misterio que cambia radicalmente el giro de la historia de la humanidad. No obstante varían las formas externas de celebrarla. Cada país, incluso cada región y comarca, tiene sus manifestaciones y modo de resaltar este acontecimiento cristiano, que se presenta envuelto en detalles o matices culturales. Por mi parte, aquí debo dar por supuesta la historia de este hermoso y reconfortante misterio de nuestra fe, anunciado en las promesas proféticas de la Biblia y descrito en los evangelios, sobre todo los de San Mateo y San Lucas, en cuanto se refiere al hecho del nacimiento. Sabemos además que en el transcurso de la historia han tenido origen algunas expresiones externas de celebración gozosa del mismo; las primeras y universales en la liturgia, otras de tipo popular, como son los nacimientos, belenes o pesebres, que surgen en la Edad Media y se han generalizado después, aunque con una riquísima variedad de matices, conforme al gusto o estilo de los artistas y los pueblos.

Evidentemente el Ecuador tiene como base cosas comunes en la celebración de la Navidad, como la novena ordinaria de preparación, la “Misa de Gallo”, el montaje de los llamados nacimientos o belenes y el canto de villancicos. Bastante común es la ambientación externa, sobre todo en las ciudades; pero se han creado unos elementos populares y costumbristas propios. Se ven en las casas familiares, en los mismos templos y en lugares públicos. Precisamente a estos factores propios son a los que quiero referirme hoy, teniendo presente mi experiencia de doce navidades gozosamente vividas en el Ecuador. Tomaré tres elementos: “Novena del Niño”, “Pase del Niño” y “Misas del Niño” más un apéndice sobre iconografía. II. NOVENA DEL NIÑO JESÚS

Se hace en los templos, capillas y en las casas particulares de familia.

En el primer caso, es atendida y cuidada directamente por sacerdotes o religiosas responsabilizadas para la atención pastoral fundamental. Otras

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veces se hacen de forma popular, por costumbre inmemorial, allí donde no hay sacerdote permanente; pero siempre se halla una persona bien dispuesta, para dirigir este movimiento religioso. Según eso nos encontramos celebraciones de la novena en una casa del pueblecito o recinto, que acoge a vecinos, que asisten en grupo, con sencillez y fervor. En pueblos grandes o ciudades, se estila también hacer la Novena en estricta familia. Otras veces se hace cada día en una de las casas del lugar. 2.1. Normas recientes de la jerarquía eclesiástica

“La jerarquía y los equipos sacerdotales de zona en distintas diócesis han

buscado canalizar lo positivo de este hecho de religiosidad popular”1. Para esto han dado algunas orientaciones pastorales prácticas y se han editado algunos folletos sencillos al alcance todos. Recientemente la Conferencia Episcopal ecuatoriana ha editado una novena a fin mantener la sana y útil forma de celebrar la Navidad. Se titula NOVENA: NAVIDAD EN FAMILIA, bajo el lema: “Se hizo uno de nosotros para ser misionero del Padre”. Se trata de un folleto de 40 páginas a dos tintas muy bien presentado a color. Cada día encabeza la oración una sencilla y expresiva ilustración alusiva al tema que corresponda. Indicio de la fuerte vigencia de esta práctica, es el número de la primera tirada, 30.000 ejemplares. Para cada día sugiere una ambientación en la salita de reunión, oportuna oración con el canto de villancicos. Sugiere también la lectura de un pasaje del evangelio alusivo al anuncio o las circunstancias del Nacimiento de Jesús, etc.2 En la presentación dice, entre otras cosas: “Esta obra es para ser rezada particularmente en el seno del hogar, con la participación de todos los miembros de la familia. Está dirigida a todos, grandes y chicos”3.

2.2. Experiencia personal de la novena popular

Antes de relatar esta experiencia, quizás sea bueno dar una idea de la formación humana de la parroquia, en la que tuvo lugar. El año 1965 y siguientes, me encontraba como párroco en una parroquia de barrio de la ciudad

1 CARMOMA. F., Estampas del Ecuador, en el arca de mis recuerdos, Ermua 1995, p. 85. 2 CONFERENCIA EPISCOPAL DEL ECUADOOR, Novena. Navidad en familia, Quito

2008. Firman tres obispos: Mons. Luis Sánchez Armijos Presidente de la Comisión Episcopal de Magisterio de la Iglesia, Mons. Lorenzo Voltorini, Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia y Mons. Germán Pavón Puente, Presidente de la Comisión Episcopal de de la Pastoral de la Familia, Infancia y Adulto Mayor.

3 CONFERENCIA EPISCOPAL, Novena. Navidad en familia, p. 3.

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de Quito en compañía de otro sacerdote agustino y un hermano no clérigo. El barrio era una nueva urbanización denominada Villa Flora, al sur de la capital, de unos 9.000 habitantes, generalmente familias jóvenes, de tipo social medio, con numerosos hijos. La parroquia era de reciente erección, tanto que no contábamos con iglesia, ni con local propio para el culto. Los domingos y festivos la primera misa la teníamos al aire libre, si el tiempo no lo impedía, otras dos en un salón-capilla prestado por el colegio regentado por Hnos. de la Salle. Los días ordinarios la sala de la casa parroquial, como una más del barrio, era la capilla habitual, en la que, fuera del momento de culto, una cortina separaba la reserva del Señor en el Sagrario.

Al acercarse la Navidad del segundo año de vida parroquial, surgió la idea de prepararnos a la gran solemnidad con una novena, que fuera al mismo tiempo familiar y parroquial. Contábamos con la buena disposición de la feligresía profundamente religiosa. Pocos meses antes se había formado un grupo de matrimonios del Movimiento Familiar Cristiano y todos sus miembros se ofrecieron para celebrar en sus casas un día de la novena e invitar a cuantos feligreses quisieran unirse. Así se realizó con un éxito de participación admirable. Una imagen del Niño Jesús en su cuna se colocaba en el nacimiento montado en cada hogar por los miembros de la familia, como es tradicional. El padre y la madre de la casa alternaban las oraciones y lecturas bíblicas alusivas al tema del día correspondiente y dirigían las plegarias. Todos los concurrentes participábamos en el canto de los villancicos, ordinariamente acompañados por instrumentos musicales, alguna vez se tocaba el acordeón, la guitarra, el violín, las panderetas, el rondador típico de los Andes, etc. El sacerdote daba al final la bendición, que en su ausencia, en otras partes, suele darla el más anciano del hogar.

Terminada la ceremonia religiosa, la familia acogedora daba un canelazo

con galletas a los adultos, a los niños les obsequiaban dulces y caramelos. El canelazo es típico en la Sierra ecuatoriana para contrarrestar el frío de la tarde, que se nota debido a la mucha altura; no olvidemos que estamos a 2850 metros de altitud. Es una infusión de canela con un chorrito de aguardiente de caña. Todo esto en un ambiente festivo y de amistad, entre la recitación de pequeños poemas y canto de villancicos populares. La imagen del Niño quedaba aquella noche en aquel hogar.

El día siguiente salíamos en procesión informal de la casa del día anterior

con el Niño Jesús en brazos del padre o madre de familia, en medio de cantos de villancicos, cuya música se inspira en melodías ecuatorianas, hasta llegar a la casa de turno. Éstos entregaban la imagen a los anfitriones de la nueva familia, que la entronizaba en la sala más digna y seguía el rezo del día correspondiente


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de la novena, según el programa establecido. El último día, 23 de diciembre, terminamos la novena en la casa parroquial. Todo como en los días precedentes, con la diferencia de que concluíamos con una misa, en la cual se daba la mayor participación a niños y adultos, bien en las lecturas, presentación de ofrendas, preces, etc. Naturalmente, al terminar, se ofrecía el consabido canelazo y, para los niños, abundantes caramelos. Todos quedaban invitados para la Misa de Gallo del día siguiente, Vigilia de Navidad. III. EL PASE DEL NIÑO JESÚS

Estamos ante una ceremonia muy común en casi todo el país, pero reviste muy variadas formas según los lugares, como ambientes populares de pueblos pequeños y centros urbanos más grandes y ciudades importantes. Su origen se remontarse a la época de la evangelización, realizada por los misioneros españoles en las parroquias y doctrinas. Para hacer más atractiva y práctica la catequesis, sabemos que aquellos recurrían con frecuencia a métodos un tanto teatrales, escénicos. Para ello utilizaban imágenes y hacían representaciones de los misterios cristianos, utilizando elementos autóctonos, como adornos, música y expresiones tomadas de la vida común. Por vía de ejemplo, expondré esta forma de celebración en los lugares más representativos y conocidos a fin de concretar mejor las formas de celebrar la Navidad con el “Pase del Niño”. 3.1. Pase del Niño en Quito

Quito, capital de la Real Audiencia desde el siglo XVI, se convirtió en capital

del nuevo Estado nacional desde el primer momento de la independencia. Es un centro urbanístico, admirablemente diseñado, con trazado equilibrado, artístico y armónico en sus calles, plazas y edificios, según puede admirarse hoy en su casco antiguo, al que dan realce las iglesias y conventos de época colonial. Sede episcopal en el mismo siglo XVI (1545), Quito fue un referente religioso para el subcontinente sudamericano. Sin embargo no podemos hablar de una celebración del “Pase del Niño”, que comprenda o implique a la ciudad como tal. Más bien se vive en barrios y pueblos de la zona4. En su aspecto institucionalizado existen datos de estas celebraciones en el sur de Quito a partir de 1577. Según tales datos, ese año se realizó el primer “Pase del Niño” en la antigua parroquia de Machangarilla, una de las primeras parroquias de la

4 DIARIO HOY, “Pase del Niño reúne a la comunidad”, primer Diario en línea de

América del Sur. Publicado el 23 de diciembre de 2007, p.1:htt://www.hoy.com.ec/wphoy-imprimir.php?id-2211758.


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ciudad, que existía en lo que hoy es el populoso barrio de La Magdalena, el cual absorbió aquella parroquia y otros pequeños núcleos de población. Durante siglos la parroquia llevó aquel nombre por hallarse al borde del río Machángara, que pasa por el sur y oriente de la capital.

A grandes rasgos, podemos describir la fiesta como sigue. Se reúnen los

participantes en un punto determinado ya por la tradición en torno a las 14 h. y se pone en marcha la comitiva formada por miembros afiliados a la cofradía del Niño, algunos grupos de carácter cultural y comparsas, que danzan, mientras otros tocan y cantan. Presiden los Priostes, uno de los cuales lleva la imagen del Niño Jesús; siguen numerosos niños y adultos, ataviados con trajes típicos, que tiran flores al Niño. Al final del recorrido llegan al parque central, frente a la iglesia parroquial de la Magdalena, donde entra la venerada imagen del Niño y se celebra la misa solemne. En la plaza seguirá un ambiente festivo animado por las comparsas y grupos musicales. Cada año se nombran nuevos Prioste o Mayordomos, que se dice en otras partes. Éstos siguen el compromiso de organizar la fiesta para el año próximo.

De forma semejante se realiza esta fiesta navideña en la zona del Panecillo,

también al sur de la ciudad, donde igualmente se sigue la tradición hasta nuestros días. El desarrollo de la celebración es muy parecido al anterior. Otro tanto podríamos decir muchos pueblos cercanos. Se citan como más conocidos Zámbiza, Nayón, Atahualpa, Perucho5, entre otros. 3.2. Pase del Niño en Riobamba

Riobamba es una de las poblaciones más antiguas, con esta categoría de ciudad, levantadas por los conquistadores españoles en el siglo XVI a lo largo del callejón interandino. Ésta se ubica en una planicie, que tiene como fondo el coloso nevado Chimborazo, el más alto del Ecuador, que se levanta majestuoso con 6.310 metros de altitud. Como todas las demás, desde su fundación, se traza considerando centro de la vida ciudadana y punto de partida la sede gubernamental y un templo, que se la llamaría iglesia matriz al levantar otras, ya fueran parroquiales, ya conventuales. La llegada de los españoles iba acompañada del sacerdote, cuya presencia era requerida para atender el culto entre los soldados y familias cristianas y sentar las bases, que pedía la misión evangelizadora entre los naturales, como fin principal. Dentro de la evangelización se organizaba la catequesis para la formación de los ya cristianos y cultivarla en los convertidos a la fe. En esta catequesis tenían, como es lógico,

5 Ibidem.


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su primer puesto los misterios fundamentales, nacimiento de Jesús, su pasión, muerte y resurrección.

Al igual que otras ciudades y pueblos, Riobamba había recibido la catequesis a través de representaciones o escenificaciones, según hemos dicho unas líneas más arriba. La Navidad para recordar el nacimiento del Hijo de Dios en Belén, adquirió aquí mucha fuerza. Si en todo el Ecuador, hemos dicho, se manifestó muy pronto la devoción al Niño Dios con celebraciones en su homenaje, con el tiempo fue alcanzando solidez y raigambre esta fiesta popular del “Pase del Niño”. Si bien se hacen novenas para preparar la solemnidad del día de Navidad, conforme hemos visto en otros sitios, en Riobamba se distingue la Novena que precede al referido “Pase del Niño”, que tiene lugar el 6 de enero, fiesta de la Epifanía, conocida también por los Reyes Magos. De ahí, parece ser, nace el que se haga este homenaje al Niño Jesús con este significativo título de Rey de Reyes. A esta imagen “se la llama también, entre sus de votos, Rey de Reyes de Chimborazo”6. Ahora se hace en esa fecha siempre que cae en domingo, de lo contrario se pasa al domingo inmediato.

La fiesta con la imagen del Rey de Reyes remonta a fechas anteriores de

1797, año del tristemente recordado terremoto. La iniciativa de esta fiesta del 6 de enero partió de arraigada familia riobambeña de los Mendoza, que en siglos XVIII era dueña la escultura del Niño Jesús, efigie de escuela quiteña, dedicada a su devoción personal. La talla de unos 40 centímetros, es de cuerpo entero denudo y de bella factura. Tiene un hermoso rostro y levanta la mano derecha en actitud de bendecir. Se le presenta habitualmente vestido con alguna de esas muchas túnicas regaladas por sus fieles devotos. Sobre la cabeza lleva una corona de oro, decorada con piedras preciosas. Lo que comenzó en ambiente familiar, hace más de 200 años, se extendió a un círculo de amigos y devotos, que se sumaron al homenaje, fue adquiriendo numerosos adeptos y fue implicando a la ciudad entera y así viene celebrándose desde tiempo inmemorial. Tiene su propio oratorio, donde se le guarda y tributa culto durante el año, ya que la gente acude a presentarle ofrendas y pedirle gracias y favores.

Desde hace unos años, se celebran dos pases o procesiones paralelas, ambas

de gran repercusión en la ciudad. La tradicional, dedicada al Niño Rey de Reyes de la familia Mendoza y la otra, organizada, bajo la misma advocación, por el obispado o curia diocesana, de acuerdo con varias instituciones locales. Según informe de la prensa del 8 de enero de 2005, el Prelado diocesano habría querido evitar ciertos abusos, que pensaban corregir con un nuevo enfoque popular. No obstante, ese mismo año el mismo Prelado declaró públicamente que “las dos

6 GARBAY, D., en carta personal de 31 de marzo de 2009.


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celebraciones son manifestaciones de fe.... La familia Mendoza puede continuar con su festejo (con el tradicional Niño Rey de Reyes); sin embargo hay una celebración oficial, la que se realiza en la iglesia catedral, que se celebra el 6 de enero todos los años”7. 3.2.1. Desarrollo del Pase

Terminada la Novena en la víspera de Reyes, a la que asisten numerosos fieles en clima de piedad popular, tanto en la catedral como en el oratorio de los Mendoza, tendrá lugar la procesión o “Pase del Niño”. En uno y otro caso la novena comprende oraciones adecuadas, canto de villancicos acompañados con música local y predicación cada día, que suele estar a cargo de los franciscanos de la ciudad, en el oratorio; en la catedral se desarrolla bajo la dirección de la curia episcopal, en la cual cada día corre a cargo una institución, que hace de Prioste8. El Pase del Niño Rey de Reyes, parte del oratorio de los Mendoza, recorre algunas calles principales hasta llegar a la Loma de Quito, pequeño cerro dentro de la ciudad, donde se encuentra la iglesia de San Antonio. Preside la comitiva la histórica imagen vestida de sus mejores galas. Si en Cuenca se lleva la imagen en una elegante carroza, en Riobamba mantienen la tradición de llevarla en brazos los Priostes de turno, arropados por otros miembros de las asociaciones religiosas. Acompaña una multitud de fieles, entre los cuales van niños y niñas ataviados de trajes típicos, que representan personajes bíblicos y grupos sociales del país. Mucha gente llega de otras ciudades y pueblos para participar en estas manifestaciones fe, entre los cuales no faltan turistas y curiosos. Son características las numerosas comparsas, que bailan y danzan en homenaje del Niño, distinguidas por su atuendo y bandas musicales. El 2005 señala la prensa estas comparsas que eran 40. En el 2008 habla de cinco mil personas que bailaron en el desfile y 2009 habla de la presencia de unos 20.000 turistas9. Lo mismo que en Quito, Cuenca y otras partes, aquí es fundamental el canto de villancicos populares ecuatorianos y clásicos.

7 DIARIO HOY, “Noticias del Ecuador”, “Dos fiestas del Rey de Reyes en Riobamba”, http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/dos-fiestas-del-rey-de-reyes-en-riobamba-19.17/03/2009.

8 La información se la debo citada Srta. Dora Garbay en carta personal, 31-3--2009. A ella debo también algunas fotografías.

9 EL COMERCIO, Edición virtual, pg. 2 de 2.. Diciembre 31, 2008. “Riobamaba venera al Rey de Reyes”. http:/www.elcomercio.com/noticiaEC..asp?id_noticia-246877&id_seccion-10.


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El pase del Niño de le curia diocesana sale del Mercado Mayorista, junto al convento de religiosas Dominicas, recorre calles céntricas de la ciudad para terminar en la catedral. Sus Priostes son siempre miembros representantes de las instituciones comprometidas, uno de los cuales lleva la imagen, seguido, al igual que en de la familia Mendoza, por comparsas, danzas con música tradicional ecuatoriana. Las imágenes del Niño Jesús de una y otra son muy semejantes, ambas reciben la denominación de Rey de Reyes. Por eso describiendo una queda descrita la otra, que se diferencia en al atuendo y, sin duda, pequeños detalles propios del escultor y de las manos que realizan el decorado. 3.3. Pase del Niño en Cuenca

Cuenca es la tercera ciudad en importancia del Ecuador, después de Quito y Guayaquil, ya desde la primera época hispánica. Es sede arzobispal y cuenta con una bella catedral y numerosos templos parroquiales y conventuales. Tiene fama bien ganada de ser ciudad cultural de primera línea con abundantes centros de enseñanza primaria, segundaria y universitaria. Cuenta con dos centros de estudios superiores muy bien cotizados: Universidad Civil y Universidad Católica. Es cuna de grande escritores, de ilustres políticos y presientes de la República, además de un gran santo, San Miguel Febres Cordero. Se la llama la Atenas del Ecuador.

La fiesta del “Pase del Niño” tiene una larga tradición en esta ciudad. Desde

tiempo inmemorial celebra con solemnidad esta fiesta con sus desfiles por sus calles, convirtiéndose en una de las manifestaciones de religiosidad popular más importante de todo el Ecuador. Se dice que hay pases mayores y menores de acuerdo a la dimensión externa de la fiesta, como el número de asistentes, presencia de carrozas, bandas, etc. Se habla de unos 400 pases menores, que se hacen, como decíamos más arriba. En todo caso, en unos y otros, siempre se lleva en procesión la imagen del Niño-Dios, vestido y adorando, escoltado por niños y adultos, portadores de velas encendidas, flores y diversas ofrendas, seguidos de pequeñas o grandes bandas musicales, que acompañan a la comitiva tocando música autóctona y villancicos tradicionales, con su sello ecuatoriano los más, sin que falten villancicos internacionales. En la ciudad de Cuenca y su provincia, Azuay, existe una especie de rito ante la proximidad de esta fiesta de Navidad, que consiste en una original invitación. Los priostes y promotores del “Pase del Niño” suelen invitar, tanto a la gente del campo como la de la ciudad, mediante un pequeño regalo, que consiste en un pan dulce, llamado “la costra”, y “chicha”, cuya aceptación conlleva el compromiso de participar y colaborar con su presencia y ayuda. La noche anterior se hace la vela ante la


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imagen de Niño Jesús en una iglesia, si se trata de pases mayores o en las casas particulares, si es de pases menores10. 3.3.1. Pase del Niño Viajero.

Entre los considerados pases mayores, tenemos el conocido por “El Niño viajero”, al que vamos a dedicar nuestra atención, ya que entorno a esta imagen se desarrolla el más grandioso festival en homenaje al Niño Jesús en esta ciudad ecuatoriana. Es el homenaje al nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre, nacido de una admirable Virgen llamada María, tan familiar para los cristianos. Toda la ciudad se desborda y se vuelca en la procesión-desfile del “Pase del Niño” el día 24 de diciembre.

El “Niño Viajero” es una imagen del Niño Jesús, cuya escultura data de 1823. Consta documentalmente que la Sra. Dª Josefa Heredia, ciudadana de Cuenca, la encargó a un escultor local11. Esta señora inicia el culto a esta imagen en el ambiente familiar y con un pase del Niño en plan menor. Tras una cuarta generación este Niño Jesús fue heredado por el sacerdote D. Miguel Cordero Crespo, que tuvo la ocurrencia de llevarlo consigo en un viaje por viejos países de Europa y Tierra Santa. La escritora Leticia Córdova Molina cuenta que D. Miguel paseó su Niño Jesús por santuarios marianos y otros de fama por su religiosidad “en España, Portugal, Italia, Grecia, Palestina, Egipto y México, entre otros. Un detalle de profundo significado fue colocarlo durante unos momentos en el mismo lugar donde hace dos mil años naciera Jesús, en Belén. Después pasó por Roma y el clérigo consiguió que el P. Juan XXIII, bendijera esta escultura”12. A su retorno a Cuenca, el dueño de la imagen la presentó a los fieles contándoles su histórico viaje por los Santos Lugares, y comenzaron a llamarle “El Niño Viajero”, quizá por sugerencia del mismo propietario. De aquí surgió una especial devoción popular tan fuerte que consiguió que el tradicional “Pase del Niño” se celebrara en la ciudad con esta histórica imagen, como protagonista.

La primera vez, que se celebró el Pase del “Niño Viajero” fue el 24 de diciembre de 1961, de acuerdo al testimonio de una anciana de 80 años, llamada Rosa Pulla, recogido por la prensa local, la cual considera esta

10 GUÍA OFICIAL DE CUENCA: El Pase del Niño. http://www.cuenca.com.ec/index.php/ 526/0/.

11 Tomado de la página de Internet Guía de Cuenca Ecuador. Cuenca y su gente. El Pase del Niño http://www.cuenca.cm.ec/index.php/508/0/.

12 CÓRDOVA MOLINA, L., Pase del Niño en Cuenca Internet. http://www.edufuturo.com/ imprime.phpc=935& .


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ceremonia “la fiesta religiosa más importante de Cuenca y, probablemente, la más atractiva por su magnitud en el país”13.

La magna procesión o solemne Pase del Niño se realiza con extraordinaria

pompa entre las 10 y 15h. del 24 de diciembre. Sale de la iglesia de San Sebastián, recorre buena parte de centro colonial y termina en el Carmen de la Asunción, iglesia de las Carmelitas descalzas. Acuden miles de feligreses, generalmente devotos; rezan unos, aplauden otros y todos contemplan con admiración el arte derrochado para adornar las carrozas y típicos vestidos con objeto de rendir homenaje a Cristo, Hijo de Dios, nacido en la primera Navidad de la historia, representado en aquella imagen. El desfile se centra en la carroza principal, la portadora del Niño Viajero, acompañada del Prioste, mantenedores y mayorales, precedida de numerosos carros alegóricos, hasta unos cincuenta, conducidos por caballos ricamente enjaezados con mantas tejidas de lana y seda. Los carruajes se adornan con cortinas o tapices decorados por motivos bíblicos alusivos a las profecías y representaciones del nacimiento de Jesús. Todos ellos transportan imágenes del Niño Jesús custodiadas por niños y niñas, ataviados de atuendos típicos, que representan a la Virgen María, San José, ángeles, pastores, reyes magos, cholas cuencanas, españolas y otros personajes de tradición andina o de grupos indígenas. En canastas llevan regalos u ofrendas formadas por productos típicos de la tierra para el Niño Dios. Organizan así mismo cabalgatas, acompañadas de danzas, y conjuntos musicales que amenizan la marcha14. 3.4. La tradición del “Pase del Niño” viaja con emigrantes ecuatorianos al

exterior

En Madrid se celebra el “Pase del Niño” ecuatoriano en un domingo del mes de diciembre, desde hace unos seis años. El Ministerio de de Relaciones Exteriores informaba de este hecho, como acontecimiento ejemplar15. Estos años, muchos cientos de ecuatorianos residentes en Madrid se reúnen en los recintos feriales de la Casa de Campo el domingo anterior a Navidad en torno a las 10 de la mañana. La Asociación Cultural Ecuatoriana PURICCUNA, es la promotora de este evento. El año 2006 ofrecieron la función de “Prioste” o madrina a la Sr. Dª Ana Botella, Consejera del Ayuntamiento de Madrid, que

13 EL MERCURIO.com.ec, en su edición digital. http://www.elmercurio.com.ec/web/ romance.php?seccion=nx5edDi&codigo=WiPCf...

14 RENGEL, M., en http://www.ciudadaniainformada.com/ciudadania/ciudadania-despliegue-noticias/bro...

15 BOLETÍN DE PRENSA, nº 1096, Quito 11 de diciembre de 2006. http//mmrree.gov.ec/ Templates/print.asp.


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aceptó complacida. Concentrados en el pabellón “La Pipa”, tienen preparado su Niño Jesús. De allí parte la procesión, el “Pase del Niño”, con su venerada imagen, que llevará la distinguida Prioste o madrina escoltada por los llamados “mantenedores” y “mayorales”, seguidos de la multitud de devotos y coros que cantan villancicos populares hasta el altar preparado para celebrar la misa de niño, una misa campal, que constituye el acto central de esta celebración. Al finalizar ésta, después de adorar todos al Niño Dos, la ilustre Prioste designa la persona que desempeñará esta función para el próximo año. Naturalmente, esa persona ha debido aceptar de antemano el compromiso. El encuentro de ecuatorianos y otros invitados continúa en ambiente festivo hasta el atardecer. La mencionada Asociación Cultural obsequia a los asistentes con viandas típicas como “cucayos”, “fiambres”, “jamás”, dulces y viandas diversas, que se comparten en una gran mesa común16. IV. MISAS DEL NIÑO JESÚS

El tercer aspecto de la Navidad en Ecuador, que apuntaba al principio y que deseo presentar aquí, es el de las misas del Niño Jesús o del Niño Dios, tradición tan característica en esa tierra durante el tiempo de Navidad. Es una manifestación más de la importancia, que se da entre los cristianos ecuatorianos a esta fiesta del nacimiento del Salvador, y se extiende desde la Noche Buena hasta vísperas de la Cuaresma. En este apartado prevalecerá la información de mi experiencia personal sobre los datos escritos.

Se trata de una tradición que se remonta, al igual que los solemnes “Pases del Niño”, a siglos pasados, trasmitida a través de la vida en familia. La mayoría de las casas conservan imágenes del Niño Dios, que han ido pasando de padres a hijos ininterrumpidamente. En muchos hogares se habla de imágenes heredadas de varias generaciones de antepasados. Hay efigies de talla, a las que se les atribuye cientos de años. Las hay más modernas, unas esculturas en madera policromada, otras realizadas en moldes de escayola o pasta. La literatura, que aparecen en diarios y revistas, suele afirmar que entroncan a costumbres ancestrales, generalmente con las catequesis de los primeros misioneros, como queda dicho, pero luego se han conjugado con detalles de formas indígenas, que le dan la característica propia del Ecuador.

Estas celebraciones de misas llevan consigo un sencillo “Pase del Niño”, pues se le lleva en manos de la madrina o padrino desde la casa de la familia a la iglesia, acompañados de familiares y a veces de amigos y se vuelve de la

16 Ibidem.


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misma manera. Los niños y mayores, que van a los lados, llevan bandejas o pequeñas cestas con pétalos de flores, que van tirado como homenaje al Niño Jesús. En sectores más populares, llevan incienso a sahumerio, humeando en pebeteros durante el “pase” y en el mismo templo. En ocasiones acompaña a la pequeña procesión una banda, que toca villancicos, muchas veces acompañado por las voces de los participantes. Esto de las bandas musicales es más fácil y se ve ordinariamente en los pueblos y en los barrios. Evidentemente tales celebraciones, incluido el Pase del Niño, tienen un significado religioso, son manifestaciones de fe y amor al Dios que se hace Niño para realizar la misión que el Padre encomendó su Hijo en el misterio de la Encarnación. El pueblo ecuatoriano en general mantiene vivo el sentido cristiano en su vida y lo mantiene en diversas formas, una de las cuales es ésta.

En el templo se observa un sencillo rito, quizá también para mantener un orden. Los padrinos entregan la imagen al sacerdote o a un sacristán, que la colocan en una mesita o, si hay muchas, en el presbiterio junto al altar de la celebración de la misa. Esta misa debe de estar siempre armonizada con villancicos, unos típicamente ecuatorianos, otros, clásicos y universales. En un momento dado se proclaman los nombres de los que ofrecen aquella misa al Niño Dios.

Si es posible se celebra la misa por una sola familia con una sola imagen, si

no se da esa posibilidad, se opta por la forma colectiva con varias imágenes, cosa que se va haciendo más frecuente ante la dificultad para atender con una misa para cada uno. Las imágenes del Niño Jesús son de lo más variado en tamaño y formas. Algunas van en su cunita, adornada con el mayor esmero, con su ropa en miniatura. Otras llevan imágenes que representan al Niño en pide. En uno y otro caso, aunque sean tallas completas, siempre se les viste con trajes adecuados, siempre bien confeccionados y decorados, que suelen ser regalo de los padrinos.

Terminada la ceremonia religiosa, la madrina o padrino recogen la imagen, que dan a besar a los suyos, salen del templo entre una lluvia de flores y, en forma procesional; todos los invitados acompañan a la casa de los anfitriones para celebrar la fiesta externa en familia. Es la otra parte de la celebración. En muchos casos se muestra más ruidosa y tiran cohetes o voladores. Ya en casa se entroniza la imagen en el lugar más digno para que presida y bendiga a todos. En muchos casos la fiesta se prolonga todo el día, con comida, bebidas y el baile, que no puede faltar. De cualquier manera toda esta parafernalia es prolongación de la Navidad, son manifestaciones de ese trascendental acontecimiento de la salvación realizada por Cristo. De otra manera no tendría ningún sentido para tanta gente creyente como lo celebra.


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4.1. Algunos valores de estas celebraciones

Quizá no sea momento de hacer una valoración; no obstante me permito resaltar algunos valores, que, si se vive o se ha vivido en el país, se apreciarán fácilmente, si bien reconocerá algún defecto. En primer lugar, “El Pase del Niño une a la comunidad”, dice algún periodista observador. En efecto, se advierte cómo la gente de la ciudad entera se reúne en torno a estas manifestaciones en plan de amistad y gozo colectivo; se olvidan diferencias y quizá enfrentamientos egoístas de sectores. En las celebraciones de las Misas de Niño se une la familia, con frecuencia muy numerosa, donde entran varias generaciones, que disfrutan del encuentro. En ese ambiente se fomentan los lazos de fraternidad entre familiares, niños y adultos. Hay ocasiones en que se convierte en motivo de reconciliación. De vez en cuando se han visto escenas de abrazos y lágrimas de perdón mutuo y renovación de promesas de amistad y afecto17. En ocasiones se extiende el círculo y se hacen partícipes a vecinos y amigos más allegados.

Es digno de destacarse la riqueza de la simbología. Desde las imágenes, elemento central, hasta los ritos, vestidos y otros detalles. “La imagen simboliza la vida del Hijo de Dios hecho hombre”, la cercanía del mismo Dios, que de ese modo llega hasta nosotros. Las flores, los cirios, el incienso son símbolos de una ofrenda personal del hombre, que reconoce a la divinidad e implora su ayuda18. Expresan la belleza, la luz, el perfume y aroma de una vida contemplativa.

Algunos dicen que, al menos en medios de menor nivel cultural, se dan indicios de mezcla de lo religioso y lo supersticioso. No comparto la idea tajante. Hay cierto prejuicio en este tipo de opiniones en gente de los pueblos de llamados del “primer mundo”, que sólo conocen por encima esta realidad y juzgan sin conocer de cerca el hecho. En cambio no ven que en sus países del norte y sur de este viejo continente europeo se encuentra bastante la superstición en ciertas creencias y prácticas. Quizá no se ha calado en el corazón de aquellas tradiciones, que hoy clarifican los estudios antropológicos. Es cierto, sin embargo, que en capas más populares de la sociedad de poca cultura, se perciben tales síntomas, pero no se puede generalizar. Lo más negativo, en estas ocasiones, suele ser el abuso de bebidas alcohólicas, sea de la típica chicha fermentada, sea de otras, que pueden degenerar en la embriaguez. A veces se oye decir, medio en broma, que tienen que ofrecer esas misas “para que el Niño no se ponga bravo y haga una travesura”. Con todo lo más saludable y las expresiones más genuinas de religiosidad y fraternidad son las que prevalecen en estos actos

17 CARMONA, F., Estampas del Ecuador..., p. 84. 18 Ibidem,


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de tan arraigada tradición. Por lo demás, los obispos, sacerdotes y gente con buena formación tratan de purificar esta importante tradición de mezclas incorrectas y de abusos. V. APÉNDICE 5.1. Muestras de imaginería del Niño Jesús en Ecuador

La iconografía navideña es muy amplia y la encontramos en todos los países, ya sea en esculturas, ya en cuadros de célebres pintores. Son famosos los nacimientos napolitanos de Italia o el “Nacimiento de Salcillo” en Murcia, por citar tan solo dos ejemplos entre muchísimos. Bien conocidos son los concursos de belenes con valiosas figuras del Niño, de la Virgen, San José, Reyes Magos, como figuras principales y otras muchas secundarias. Puesto que es tan abundante el material en este ramo del arte en Ecuador, aquí sólo intento dar unas muestras, especialmente de imágenes del Niño Jesús, muchos de los cuales forman parte de belenes compuestos de una gran diversidad de figuras, artísticas esculturas, que han proliferado en las iglesias del país y en los hogares cristianos, como queda indicado arriba. Se conocen obras de grandes escultores y de escuelas de arte en Ecuador, sobresale la célebre escuela quiteña. Caspicara es el principal representante de la misma. Suelen ser imágenes talladas en madera policromada, algunos modelados en cera.

He aquí algunas muestras, aparte de las imágenes del Pase del Niño en Riobamba y Cuenca, ya mencionadas, son las que he tenido a mano, todas de Quito.

1. Monasterio del Carmen Bajo o de la Santísima Trinidad. Es el de mayor

riqueza iconográfica navideña, de los que conozco. Nacimiento quiteño, compuesto por más de 50 figuras entre la Sagrada Familia, ángeles, soldados romanos, Reyes, pastores... Ofrecen aparte, cuatro imágenes principales del Niño Jesús. Uno modelado en cera, llamado el Niño Europeo, anónimo s. XVIII. Niño Jesús de pie, parte de la Sagrada Familia, atribuido a Caspicara, s. XVIII. Y un Niño Jesús acostado de lado y vestido, dormido, anónimo s. XVIII, que pertenece al Belén.

2. Monasterio del Carmen Alto. Destacan dos Niños, uno que pertenece

al bello nacimiento, donde resalta el misterio con el Niño Jesús, acostado con sus potencias doradas en la cabeza, entre la Virgen y San José, atribuido a Casapicara. Es una imagen vestida posteriormente. El otro se halla en un pesebre con la Virgen y San José en actitud orante, dentro de urna o capillita ricamente adornada.


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3. Monasterio de Santa Clara. Niño Jesús dormido y desnudo, que se halla en la Sala Capitular, adornado de sus potencias y obra de Caspicara hacia 1788. Guarda otro Niño Jesús de pie, vestido de túnica blanca y capa, una y otra ricamente bordadas. Caspicara hacia 179419.

4. Monasterio de la Concepción. Niño desnudo y dormido, obra de

Caspicara, hacia 179020. 5. Catedral: Niño Jesús desnudo, atribuido al Padre Carlos, hacia 1668.

Altar de Santa Ana21. 6. Convento de San Francisco: Niño Jesús en cera, fina imagen en su cuna,

14 cm., cubierto parcialmente por un cobertor y colcha policromada, obra de Toribio de Ávila. Niño Jesús despierto y desnudo, lleva en su cabeza las tres potencias de plata. Preciosa figura de 42 centímetros, obra de Caspicara, hacia 1795. Museo de convento22.

7. Convento de Santo Domingo: Niño Jesús dormido, 25 centímetros. Imagen

en madera policromada desnudo, del taller de Caspicara hacia 178023. 8. Convento de San Agustín: Niño Jesús acostado y desnudo, convento de

San Agustín. Taller de Caspicara (s. XVIII). 9. Convento de la Merced: Niño Jesús de nacimiento, 30centímetros,

acostado; imagen desnuda de autor anónimo, s. XVIII24. 10. Colección particular, Antigüedades. Niño Jesús sentado en sillón

floral. Vestido de túnica verde con encajes en el cuello y la orla. s. XIX.

19 MORENO, A. Quito Eterno... pp. 320 y 322. 20 Ibidem, p. 314. 21 Ibidem. 22 Ibidem, pp. 99 y 103. 23 Ibidem, p. 229. 24 Ibidem, p.129.


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