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ÍNDICE SOBRE MÍ……………………………………………………………………………1

¿QUÉ ES UNA SALUD DE ALTO RENDIMIENTO?............................2 Definiendo empoderamiento…………………………………………………..5 Una nación vulnerable…………………………………………………………..6

El panorama en el ámbito de la salud………………………………………8 LOS 10 PASOS PARA UNA SALUD DE ALTO RENDIMIENTO……….11 Paso 1: Come comida real…………………………………………………….11

Paso 2: Muévete como tus ancestros…………………………………..…15 Paso 3: A la industria no le interesas…………………………………..…19

Paso 4: Busca tu tribu. Cuídala. Quiérela. ………………………………21 Paso 5: Aprende a bailar con el estrés. ……………………………….….23 Paso 6: Un descanso de calidad, tu prioridad……………………..…...26

Paso 7: Practica la gratitud……………………………………………….….31 Paso 8: Tempus fugit, no lo olvides…………………………………….….34 Paso 9: Ten claro tu propósito………………………………………………37

Paso 10: Cultiva tu mentalidad………………………………………..……40 Vive desde el amor, no desde el miedo……………………………………...40

Cree……………………………………………………………………………….…41 Acepta…………………………………………………………………………...….42 Espera lo mejor de ti y de la vida………………………………………..……43

La positividad como filosofía de vida…………………………………………44 ADDENDUM……………………………………………………………………..…46

SOBRE MÍ

Hola, mi nombre es Borja Bandera y quiero darte las gracias por dedicar

parte de tu preciado y escaso tiempo a la lectura de este e-book.

Mis dos pasiones, por orden de aparición, son el potencial humano y la

salud. Con intereses amplios y diversos, soy igualmente feliz leyendo un

artículo científico de la revista Nature o del British Medical Journal que

un libro sobre Mindfulness, las meditaciones de Marco Aurelio o el último

best-seller sobre productividad.

Me dedico a la Medicina a tiempo (casi) completo, y actualmente me

preparo el examen MIR. Un “examencillo” al que todo médico aspirantes

a especialista debe enfrentarse en España.

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¿QUÉ ES UNA SALUD DE ALTO RENDIMIENTO?

El título de este e-book es: 10 pasos para una salud de alto rendimiento.

¿Y por qué este título?

En el ámbito deportivo, empresarial, musical o artístico existen

individuos de alto rendimiento. Esto ya lo sabemos. Son aquellas cuyo

desempeño en su ámbito es muy superior a lo habitual. Personas que se

salen de la media. “Outliers”.

Y se nos cae la baba viendo lo que son capaces de hacer.

Tengo completa fe en que en el ámbito de la salud también tiene cabida

hablar de individuos de alto rendimiento. Son personas con un

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conocimiento extenso y práctico sobre el ser humano y los determinantes

de salud que nos hacen prosperar.

Son personas que comprenden que invertir esfuerzo en tener un

conocimiento más profundo de su cuerpo y de su mente es la mejor

inversión que puedan realizar nunca. Personas que buscan un

conocimiento holístico, integrativo y completo de aquellas áreas del saber

que le empoderen.

Son individuos con un conocimiento profundo en fisiología, nutrición,

actividad física y psicología, por nombrar las áreas de empoderamiento

principales que trataremos.

Estos individuos son capaces de maximizar su potencial físico, cognitivo

y emocional. Son críticos con la información a la que se exponen. Son

capaces de debatir. Son incansables buscadores de la verdad. Pero, ante

todo, son prácticos.

Son capaces de aplicar el conocimiento que fervientemente acumulan día

tras día para convertirlo en soluciones y fórmulas que mejoren sus vidas.

Además, estos individuos, personas con un alto rendimiento en salud, no

tienen por qué ser psicólogos, médicos, nutricionistas o coaches. Pueden

serlo, pero no es condición necesaria.

Son madres, padres, hermanos, estudiantes, ingenieros, bomberos,

artistas, policías, jubilados, militares, profesores y cualquier persona que

dé a su salud una prioridad máxima.

De esta forma, y con estas ideas en mente, a comienzos de 2016 nació mi

primer proyecto personal: Empoderamiento por Bandera.

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La idea era crear un rincón virtual donde compartir mis dos pasiones y

ponerlas a disposición de todo aquel que quisiera. Un rincón virtual

donde formar a personas y transformarlas en individuos de alto

rendimiento en salud.

Así, bajo el vocablo malsonante de “empoderamiento” (en inglés suena

mucho mejor, “empowerment”) mi pequeño hijo virtual llego a este mundo

con una acogida bastante cálida.

El principal mensaje que lanzo, el que creo que me diferencia y aquel que

defiendo a capa y espada es que salud y crecimiento personal son las

dos caras de la misma moneda.

Una salud de alto rendimiento no se consigue sabiendo ajustar la

insulina o tomándose la pastilla de la tensión. No se consigue tampoco

asistiendo a consulta de nuestro médico de cabecera cada vez que la más

leve molestia nos visita.

Una salud de alto rendimiento se consigue aplicando de forma práctica y

sinérgica conocimientos en Medicina, Nutrición, Actividad física y

deportiva, Psicología, Motivación, Coaching, Epigenética, Neurociencia y

Técnicas mente-cuerpo. Un listado de áreas del conocimiento

apasionantes que pueden intimidar al no iniciado.

Sin embargo, ya no eres un no iniciado. Si estás leyendo estas líneas es

porque quieres que tu salud y la de los tuyos rinda al más alto nivel.

Así que enhorabuena, te has embarcado en un apasionante y gratificante

viaje que hará de tu vida una experiencia mucho más intensa y

memorable

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Definiendo empoderamiento

No nos engañemos. Empoderamiento es una palabra fea. De esas que

miras y se te revuelve el estómago.

Si elegí esta palabra para el título de mi blog y mi marca personal fue

porque pienso que engloba de forma muy versátil todo sobre lo que quiero

hablar y darte a conocer.

Con el empoderamiento pasará, pienso, lo que ocurre con la canción del

verano de todos los años. Al principio tu reacción es: ¡Vaya m*****! Pero

conforme la escuchas una y otra vez tu oído va acostumbrándose y

después de unas cuantas reproducciones parece que llevases

escuchándola toda tu vida.

Entonces, para entendernos, ¿qué es el empoderamiento?

El empoderamiento es un proceso de capacitación del individuo con el

objetivo de hacerlo más independiente.

Empoderar es devolver el poder a un individuo mediante la formación y

el conocimiento.

Empoderar es quitar vendas de ojos ajenos y abrir paso a un mundo de

oportunidades. Porque vivimos en un mundo de oportunidades.

Empoderar es quitar capas y capas de mugre acumuladas con el tiempo

y las experiencias para descubrir el verdadero potencial de la persona.

Empoderar es una actividad multidisciplinar, tremendamente amplia y

no limitada al ámbito de la salud.

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Empoderar es liberar, romper cadenas y grilletes. Grilletes impuestos por

la sociedad, pero más frecuentemente, por nosotros mismos.

Empoderar es aportar herramientas útiles y prácticas que aporten valor.

Herramienta con capacidad para transformar tu vida.

Empoderar es honrar, admirar y fascinarse por el potencial humano cada

día de tu vida.

Una nación vulnerable

Durante toda la historia de la humanidad los pocos han tratado de

controlar a los muchos. Es el incesante retorno de lo mismo de Nietzsche.

El ser humano, sumergido en el ego, ha desplegado siempre un afán

imparable por controlar, dominar y adquirir poder. Y esto es solo posible

quitándoselo a los demás. O eso hemos pensado hasta ahora.

Hoy seguimos haciéndolo de diversas formas, algunas más evidentes y

otras menos. No obstante, el poder de hoy no son las tierras, el dinero o

el reconocimiento.

El principal activo del siglo XXI y los que vienen es el conocimiento. El

verdadero diamante en bruto con potencial de transformarse en dinero,

tierras, reconocimiento, oportunidades y todo lo que nos podamos

imaginar.

Hace no mucho el conocimiento estaba ligado a unas pocas elites

intelectuales y sociales.

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Hoy no es así, el conocimiento ha sido democratizado. E internet ha sido

el medio para que esto ocurra.

Tenemos el poder al alcance de un teclado, pero no sabemos utilizarlo.

Además, nos llega sin filtrar, por lo que gran parte del conocimiento al

que nos exponemos es contraproducente o está al servicio del control de

los muchos por los pocos que hemos comentado.

Hemos confiado nuestra salud a los médicos y la industria farmacéutica.

Los médicos somos consejeros y nuestro objetivo siempre es ayudar y

nunca es hacer daño. Pero el único dueño de tu salud eres tú. Y el único

que puede transformarla para bien o para mal eres tú.

Hemos confiado nuestra alimentación a la industria alimentaria y a los

supermercados. ¿El resultado? Cada vez más gordos. Cada vez más

enfermos. Hay niños de 5 años que piensan que el pescado, la carne o

las verduras nacen en el Mercadona.

Así de duro.

Hemos confiado nuestros trabajos al estado, y esperamos vendernos al

mismo durante 40 años para poder tener un sueldo a final de mes en el

banco. Como el perro que espera todos los días a la misma hora que su

dueño le ponga pienso en el comedero. Solo que un día nos levantaremos

y no habrá dueño para alimentarnos. La mentalidad de nuestros padres

y abuelos no es sostenible mucho tiempo más.

Seguimos quejándonos día y noche de nuestra organización política y de

nuestros gobiernos. Sin embargo, somos incapaces de gobernarnos a

nosotros mismos.

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Confiamos en los medios informativos como forma de dispensación de la

información a la que nos exponemos, sin reparar en la intensa

manipulación a la que se somete dicha información.

Sin embargo, hoy podemos elegir.

Hoy, en el año 2016, era de la información, un ciudadano de a pie puede,

si así lo desea, volver a retomar todo y cada uno de los poderes que ha

ido delegando en organismos, organizaciones e instituciones a las que

poco le importamos.

Como vengo diciendo, la información se ha democratizado. Esto significa

que está a disposición de absolutamente todos y cada uno de nosotros.

Para ser libre solo necesitas un ordenador, conexión a internet y ganas,

muchas ganas.

¿Dispuesto/a?

El panorama en el ámbito de la salud

El control y la manipulación de la que hablamos ha llegado (sigue

llegando) al ámbito de la salud. Y pocos lo sospechan.

Si hay algún área en el que es necesario el empoderamiento, esta es, más

que ninguna otra, en el área de la salud personal.

Dejaré de lado triunfalismos. Estamos cada vez más enfermos. La

enfermedad cardiovascular, metabólica y el cáncer se llevan cada vez más

vidas de forma prematura. Están naciendo generaciones de niños que,

por primera vez en la historia, vivirán menos que sus padres y abuelos.

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Alerta roja. Nada de esto ocurría hace 100 años.

Es el reflejo de la sociedad en la que vivimos. Es el reflejo de la

manipulación en salud. Es el reflejo de individuos desvalidos.

Vulnerables.

El sistema de salud no está diseñado para tratar enfermedad crónica.

Está hecho para lidiar con problemas agudos y de importancia, como un

accidente de tránsito, una leucemia o una meningitis.

Hemos hecho pensar a la población que la salud, tu salud, depende de

los médicos y los sistemas sanitarios. Pero no, depende de ti.

Nos hemos creído que mediante fármacos, cirugías y artilugios

tecnológicos cada vez más modernos, pequeños y caros, podremos

alcanzar niveles de salud excelentes.

Nos hemos tragado que nutricionistas, fisioterapeutas o expertos en

actividad física y deporte no tienen cabida en el sistema de salud. Pero si

ellos estuvieran dentro, todo sería diferente, y tu estarías más sano.

Te han colado la historieta de que puedes comer de todo, que mientras te

muevas más, todo irá bien.

Que debes trabajar hasta caer desplomado para alcanzar el ideal de

“éxito” occidental.

Que lo único que vale si quieres hacer ejercicio es irte a andar/correr,

pero no muy rápido, te vayas a lastimar.

Mentiras. Burdas, peligrosas, infecciosas mentiras.

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Nos hemos convertido en monos enjaulados en un macrozoo, al servicio

de poderes que muy poco tienen que ver con tu bienestar.

Pero no hay sorpresas, misterios ni fórmulas mágicas en salud. Lo que

funciona hoy en día es lo que predicaban médicos clásicos como

Hipócrates, padre occidental de la Medicina, o más modernos, como Sir

William Osler.

Y esto es… (redoble de tambores):

Comer comida real, no demasiada y sobre todo vegetales

Moverte como tus ancestros

Tener una tribu, cuidarla y quererla

Cultivar una mentalidad positiva, resiliente, estoica

Tener un propósito vital

Asegurar un descanso de calidad

Así que no desesperes, aun puedes tomar el control de tu salud y tu vida.

Aun puedes multiplicar tus niveles de energía, dejar de tomar pastillas

para la diabetes o la depresión y empezar a vivir con propósito.

En esta guía en 10 pasos vamos a analizar brevemente estos elementos

generadores de salud.

No son sucesivos. Implementa uno, y habrás mejorado tu salud y vida.

Impleméntalos todos, y te convertirás en una persona diferente.

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LOS 10 PASOS PARA UNA SALUD DE ALTO RENDIMIENTO

PASO 1: COME COMIDA REAL

Cualquier interesado en nutrición es testigo de la ingente cantidad de

dietas, doctrinas, dogmas y mitos que rodean al mundo de la nutrición

humana.

Dieta paleolítica, Dieta mediterránea, Dieta DASH, Low-fat, High-fat,

Vegetariana, Vegana, Pescetariana (sí, has oído bien).

Una lucha encarnizada por demostrar a capa y espada quien es poseedor

de la verdad nutricional.

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Y si metemos conceptos como orgánico, biológico o ecológico, la cosa se

pone aún más chunga.

Sin embargo, cada vez que me preguntan qué dieta es la mejor o cómo

mejorar la forma de comer mi respuesta no está entre la lista superior.

Mi respuesta es más simple: come comida real.

Existen grupos humanos que gozan de una salud férrea alimentándose

principalmente de grasas y proteínas (Masai, Inuit), mientras que la dieta

de otros se compone hasta en el 70% de carbohidratos (Kitava).

Lo que diferencia las dietas de estos grupos ancestrales de la nuestra,

además del porcentaje y protagonismo de un macronutriente sobre otro

es, simplemente, que ellos comen comida real.

¿Pero Borja, que es eso de comida real? ¿Es que las Fontaneda que

desayuno no son comida?

No, no lo son.

Y si formas parte de la mayoría de españoles, gran parte de lo que comes

el resto del día tampoco es comida.

Para discernir qué es comida real y qué es pseudocomida, ten en cuenta

estos consejos:

La comida real muy pocas veces viene envasada en cajas, paquetes,

sobres o plásticos. Si necesita envase, ya se parece más a un

producto que a un alimento.

De la misma forma, si tiene código de barras, re-evalúa lo que

tienes delante.

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Puedes imaginar con facilidad a la comida real en su entorno

natural. No te costará imaginar el filete de salmón que te estás

cenando como un salmón feliz saltando en las aguas de un río (en

el caso de que se trate de salmón salvaje). Sin embargo, trata de

imaginar un tazón de chococrispies en su estado natural. ¿No es

tan fácil, ¿verdad?

Cuanta menor distancia TT (Tierra-Tenedor), mejor. Si vives en

Málaga y te dan a elegir un melocotón de Winsconsin o de la

Axarquía, elige el segundo. Estarás quitándote de en medio

conservantes, estabilizadores y demás números cuyo efecto sobre

la salud desconocemos.

Tiempo TT (Tierra-Tenedor): al igual que con la distancia TT, el

tiempo TT es un factor a considerar. Cuanto más tiempo dejes

pasar hasta que comes un alimento, menos nutritivo es.

Si algo tiene más de 2 o 3 elementos, es sospechoso de no ser

comida real. Coge un yogur natural (sí, de los amargos) y lee la

etiqueta. Leche, fermentos lácticos, para de contar. Coge un Activia

0% con trozitos de fruta y colorines rosa, super-sanísimo.

Tropecientos mil ingredientes, todos afectando negativamente tu

salud.

Prioriza calidad, no cantidad. No se trata de comer menos y de todo.

Come solo comida y olvídate de la cantidad, la cantidad se

preocupará de sí misma. Cuando comes comida real tu cuerpo sabe

cuándo parar, tu metabolismo ha sido diseñado a lo largo de

millones de año para eso mismo. No somos glotones por naturaleza,

la basura que comemos nos ha hecho glotones.

Aléjate de los procesados. Es lo mismo que decir: come comida real.

Dentro de los alimentos procesados existe un espectro a

considerar: no es lo mismo una lata de atún (alimento muy poco

procesado) que un kit-kat (pseudoalimento hiperprocesado).

El azúcar no es un alimento, es un tóxico.

No tomes nada que tus bisabuelos no reconocerían

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No bebas nada que tus bisabuelos no reconocerían: agua, café, té,

cerveza y vino entran en la carta.

Sáltate todas las reglas el 5% del tiempo. Lo cual quiere decir que

las cumplas el 95% del tiempo.

Sigue el consejo de Michael Pollan: come comida. No demasiada.

Sobre todo vegetales.

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PASO 2: MUÉVETE COMO TUS ANCESTROS

Somos seres diseñados para el movimiento.

Diciéndolo claro: si no te mueves, no funcionas. Tus genes están

esperando una señal para expresarse adecuadamente: movimiento.

Tu cerebro está esperando una señal para empezar a desplegar todo su

potencial: movimiento.

Tus vías metabólicas están esperando la señal que les mantenga

saludables: el movimiento.

Sabes que tienes que moverte, que todo movimiento es bueno y, dándole

la vuelta a la tortilla, que el sedentarismo es un asesino.

Muy bien, pero también debes saber cómo.

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Los líderes en salud en el entorno en que vivimos son los médicos. No

digo que esto deba ser así. Ni siquiera estoy orgulloso de ello por ser

médico. Todos nosotros deberíamos ser líderes en salud. Todos.

La salud es demasiado importante como para que sea expropiada a un

ámbito profesional determinado.

Exprópiame el conocimiento en Derecho y Jurisdicción. Exprópiame el

conocimiento en automóviles. Exprópiame el conocimiento en fontanería.

Pero no me expropies el conocimiento en salud.

Tu salud es tu hijo. Y no dejarías la crianza de tu hijo en manos de otras

personas así como así.

Pero lo hacemos con la salud.

El problema es que la Medicina y los médicos no tenemos formación

adecuada en actividad física. Somos inexpertos en ello.

Y a excepción de unos pocos, lo máximo que se recomienda en consulta

aún hoy es: camine todos los días. Como mucho trote. Y como mucho

mucho, nade.

Totalmente insuficiente para optimizar la salud.

Si quieres optimizar tu salud debes incluir en la ecuación otras formas

de ejercicio.

Ahí va la lista de consejos:

Ser activo no significa hacer deporte. Sube escaleras (¡no las

mecánicas!), aparca algo más lejos y anda, ve a la biblioteca que

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tienes a 10 minutos de casa con tus piernas, no con tu coche, en

los descansos de estudiar, haz unas cuantas sentadillas, estira,

salta, muévete. Nuestro estado natural es el movimiento. El

movimiento debería ser la norma, no la excepción. Incluso para

alguien que se tira sentado 10-12 horas al día estudiando hay

alternativas para ser más activo. Es cuestión de tomar la decisión.

Esta actividad no deportiva de baja intensidad y de carácter

funcional y utilitario debería asentar la base de tu pirámide de

actividad física.

Realiza ejercicio de baja-moderada intensidad 2-3 veces por

semana durante 20-30 minutos mínimo. Puede ser trotar, nadar,

caminar rápido, utilizar la bicicleta o cuidar de tu jardín.

Realiza ejercicio de alta intensidad 2-3 veces por semana durante

10-15 minutos. No le tengas miedo a la alta intensidad. Nos

corresponde movernos a estas intensidades de vez en cuando. Es

muy beneficioso para nosotros, y lo que nuestro cuerpo espera. El

abordaje más de moda es la metodología HIIT, o trabajo por

intervalos de actividad y descanso. Puedes hacer series de sprints,

subida de escaleras o introducir ejercicios como burpees, flexiones,

sentadillas o dominadas en dinámicos circuitos que eleven tus

pulsaciones y te hagan salir de la zona de confort.

Utiliza el músculo, trabaja la fuerza. Estás lleno/a de músculos. Si

quieres que tu cuerpo funcione bien. Si quieres estar

metabólicamente sano. Si quieres una imagen corporal estética. Si

quieres evitar dolores musculares al pasar los 40. Si quieres elevar

tu metabolismo y consumir más energía. Si quieres ser más

funcional. Si quieres vivir más años, con mayor calidad de vida (y

te lo digo yo, quieres), trabaja la fuerza, utiliza tus músculos.

Correr es una actividad pobre, involucra pocos músculos en un

rango articular muy escaso. Introduce en tu rutina ejercicios que:

1) involucren grandes masas musculares (sentadillas, press de

banca, dominadas, peso muerto, press militar), y 2) trabaja en un

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rango de fuerza, esto es, a altas cargas y pocas repeticiones. Y sí,

si eres mujer, también.

¿Crees que es demasiado? Hagamos cuentas, siendo conservadores:

- 30 minutos baja-moderada intensidad *2= 60 minutos

- 15 minutos de alta intensidad *2= 30 minutos

- 30 minutos de fuerza *2= 60 minutos

Distribúyelo como desees, pero no aconsejo incluir las sesiones de alta

intensidad (HIITs, circuitos metabólicos, functional training) en las

mismas sesiones que el entreno de fuerza. Espácialos. Tu sistema

nervioso necesita descanso para realizar las adaptaciones fisiológicas

adecuadas.

Total: 2h 30 minutos de ejercicio a la semana. Si crees que es mucho, te

invito a que cronometres el tiempo que pasas delante del televisor,

perdiendo vida, salud, tiempo y llenando tu cabeza de mierda.

Una gran salud está al alcance de tus manos. Pero no es gratis, amigo

mío.

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PASO 3: A LA INDUSTRIA NO LE INTERESAS

Seamos claros (y sensatos): el objeto de la industria no es empoderar al

ser humano. Ni tu bienestar. Ni tu salud. Ni tu alimentación. Ni tu

libertad. Ni tu seguridad.

Nada de eso.

El objetivo de la industria es el dinero. Punto.

No pierdas esa idea de la cabeza, y a partir de aquí, dialoguemos.

No se trata de esconderse en una cueva y renunciar a todo lo que

provenga del mundo moderno. Sin industria no podría estar escribiendo

en mi portátil. Sin industria muchos morirían de hambre. Sin industria

tendría que ir a la facultad en mulo. Sin industria el mundo como lo

conocemos hoy no existiría.

Pero hay que salvaguardar sus problemas. Los individuos, y más aún, los

médicos, tenemos que ponerle límites a la industria.

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De otra forma, la medicina se transforma en negocio. La salud se

mercantiliza. La corrupción llega a las asociaciones científicas. Panrico y

Nestle financian ese congreso de Endocrinología. Y después en la

consulta se dice que el azúcar no es tan malo, que comas de todo pero

con moderación.

Y al carajo tu salud.

Es hora de cuestionar la información que consumes. ¿Quién está detrás?

¿Quién financia este artículo que dice que el pan blanco es una

maravilla? ¿Quién financia a este doctor al que tanta estima le tengo y

me dice que puedo tomar refrescos de vez en cuando para “hidratarme”?

La era de la información trae sus peligros: toda la información está

disponible, la buena y la mala.

Olvídate de los títulos, másteres, doctorados, Cum laudems o premios

Nobel. Hasta el más experto puede dar malas recomendaciones si hay

intereses por medio. Y frecuentemente los hay.

Yo no culpo a nadie. Todos jugamos con las reglas del juego. Unos se

acercan más al límite de lo moral, legal y/o ético y otros lo hacemos

menos.

Es tu responsabilidad formarte en el desafío que supone saber discernir

el tipo de información que consumes.

De ello depende que te conviertas en un individuo empoderado o

vulnerable.

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PASO 4: BUSCA TU TRIBU. CUÍDALA. QUIÉRELA.

La soledad es la peor enfermedad crónica de nuestro tiempo. Una

verdadera asesina.

Las poblaciones más longevas no tienen mejores servicios sanitarios ni

fármacos más modernos. No tienen mejores ambulancias ni médicos más

sabios. No tienen más desfibriladores en cada esquina, ni tienen una

cartera de servicios quirúrgicos más amplia.

Las poblaciones más longevas son aquellas que consiguen mayor

cohesión social.

El budismo lleva miles de años diciéndonos que todos los seres vivientes

formamos un macroecosistema inseparable. Que todos y cada uno de

nosotros dependemos del que tenemos al lado.

Pero pocos escuchan.

Es más, nos lleva miles de años diciendo que el yo, la separación del

individuo, es una mera ilusión.

Curioso fenómeno que las sociedades más sociales, más interconectadas

(me refiero a interconexión real, no virtual), menos aisladas y más

volcadas en el servicio, en la comunidad, en el grupo, en la tribu, sean

las más longevas.

Cuantas veces he visto personas que no cuidan su salud, fuman, están

estresados y son sedentarios pasar la barrera de los 80 años.

Contraintuitivo y contra-científico. Pero ocurre.

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Pero frecuentemente, esas personas que tan poco se cuidan tienen una

red de contactos extremadamente rica y viva. Son personas volcadas al

servicio del otro, a la contribución a la comunidad. Estas personas están

condenadas a ser longevas.

Imagina que eres un roble. Cada raíz del roble es una conexión social

relevante. Cuantas más raíces, más difícil es arrancar al roble de la tierra

(la vida). Cuantas más raíces, cuanto más arraigado, más sujeto a la vida.

Estar conectado (de forma real, no virtual) es estar vivo.

Crea conexiones, establece relaciones de calidad, vive por y para los

demás.

Tu salud no volverá a ser la misma.

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PASO 5: APRENDE A BAILAR CON EL ESTRÉS

El estrés es otro verdadero asesino moderno. De forma insidiosa se cuela

en nuestras vidas y una vez dentro, es muy difícil echarlo.

Pero hay repelentes. Verdaderos antídotos que deben utilizarse como

píldora diaria.

Es decir, no sirve de nada que cuando estés a punto de saltar por el

balcón te pongas a meditar o a hacer 15 minutos de yoga.

Lo que sirve es, de forma hiperdisciplinada, cada día, dediques una parte

de tu tiempo (10, 20 o 30 minutos) a cultivar paz dentro de ti que te haga

afrontar el estrés de la mejor manera cuando aparezca (porque

aparecerá).

Tienes que ver el estrés como un requisito para estar vivo. La ausencia

de estrés es la muerte, literalmente.

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En la vida te sucederán cosas. Algunas menos importantes: suspenderás

exámenes, te harás algún esguince o te fracturarás algún hueso, se reirán

de ti, te sentirás perdido. Y otras más importantes: te despedirán del

trabajo, aquella persona que amas te abandonará, seres queridos

morirán, esperada o inesperadamente, enfermedades graves aparecerán

en escena cuando menos lo espera.

Esto, amiga y amigo, es la vida.

Y por ello, al igual que haces de comer, te lavas los dientes, haces tu cama

o estudias diariamente, debes desarrollar herramientas anti-estrés como

las que siguen.

Meditación. Ojalá todas y cada una de las personas que habitan

este planeta meditaran. Todo cambiaría radicalmente. Tienes mil y

un cursos para aprender a meditar, muchos gratuitos. Hay

tropecientos mil libros excelentes sobre el tema. Y además, tienes

mi entrada. 15 minutos sirven, 10 sirven, 5 sirven, 2 minutos,

sirven.

Yoga, Tai-Chi, Pilates “and the like”

Ejercicio físico. En exámenes, con un tocho de 1000 páginas sobre

la mesa y 4 días para estudiarlo, nada me ayudó más que 100 kilos

sobre mis hombros y unas cuantas sentadillas. En esta entrada

explico por qué el ejercicio, evolutivamente hablando, es una de las

mejores herramientas para combatir el estrés.

Pon las cosas en perspectiva. ¿Te has dado cuenta de que somos

un puñado de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno

dando vueltas, estresados, por una piedra diminuta en un

gigantesco universo del que no sabemos nada? Y nos matamos

entre nosotros. Y nos ponemos tristes. Y creemos que nuestros

problemas son los peores. ¡Pero no! Te vas a morir en menos que

canta un gallo. Esto es un pasaje a Disneyland, disfruta de las

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atracciones porque en cualquier momento te cierran las puertas y

te echan a patadas.

Echa mano de la comunidad. Hay mucha gente ahí fuera dispuesta

a escuchar. Como diría mi decano: alegría compartida, doble

alegría; tristeza compartida, media tristeza.

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PASO 6: UN DESCANSO DE CALIDAD, TU PRIORIDAD

La sociedad en la que vivimos y un descanso apropiado parecen no ser

compatibles. Pero tenemos que trabajar para que lo sean.

Cuando privamos del sueño a ratas en condiciones de laboratorio

durante unas dos semanas, ¿sabes qué ocurre?

Mueren.

Nosotros, los humanos, rara vez llegamos a esos extremos, pero la falta

de descanso crónico afecta y altera cada uno de nuestros sistemas,

principalmente el sistema nervioso y cardiovascular.

No es de extrañar que personas con insomnio crónico tengan una

probabilidad muy incrementada de depresión, o que los pacientes con

apnea del sueño tengan un riesgo de enfermedad cardiovascular

elevadísimo.

No dormir genera una elevadísima cantidad de estrés en tu sistema.

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Resumamos algunos de los “problemillas” que un descanso escaso o de

mala calidad produce en nuestro organismo:

Sistemas endocrino y cardiometabólico: mayor tendencia a

obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular (infartos de

miocardio e ictus). También aumenta la resistencia a la insulina en

los tejidos. Una sola noche sin dormir aumenta tu apetito y hará

que durante el día te comas hasta las piedras.

Sistema inmunológico: ¿te has resfriado alguna vez en una época

de estrés + falta de sueño? La melatonina, hormona que

producimos al dormir estimula la producción de citoquinas,

mensajeros esenciales para el sistema inmune.

Deterioro cognitivo: la falta de sueño deteriora tus neuronas y

ralentiza o detiene la neurogénesis y sinaptogénesis, el proceso de

creación de nuevas neuronas y conexiones entre ellas. ¿Dormir 4

horas en exámenes? Not a good idea.

Problemas psiquiátricos. La asociación con depresión y

trastornos por ansiedad está más que demostrada.

Inflamación sistémica de bajo grado. La llama que enciende la

mecha de la enfermedad crónica, como no me canso de decir.

Mayor riesgo de muerte por todas las causas. Dormir poco y mal

disminuye tu esperanza de vida. Así de claro.

En una frase: NO PUEDES ESTAR SANO SIN DORMIR LO QUE

NECESITAS

¿Y cuánto necesito? Pues el rango se mueve, en el 95% de las personas,

entre 6 y 8 horas.

-Es que mi amigo Pepote duerme 4 horas, saca matrícula en todas las

asignaturas y lee un libro al día. Yo quiero ser Pepote.

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-Repito, la mayoría de personas necesitan entre 6 y 8 horas. No debes ser

Pepote, debes ser tú. Detecta cuántas necesitas tú y amablemente

concédetelas todas las noches. Es lo mejor que puedes hacer por

conseguir tus metas y mejorar tu salud.

Tranquilo, puedes conseguir todo lo que te propongas durmiendo 7 u 8

horas. La vida es una carrera de fondo y en el largo plazo, aquel que

descansa lo que necesita aventajará a los reyes del “No Pain no Gain” que

se las pasan durmiendo 3 o 4 horas para sacar un par de horas de trabajo

más al día. Lo que te estoy contando es casi una garantía.

Trust me.

España es el subcampeón mundial en el consumo de psicofármacos, y

muchos de ellos son benzodiacepinas tomadas como hipnóticos (pastillas

para dormir).

Esto es un gran problema en aumento.

El origen del mismo podemos buscarlo una vez más en nuestra

“zoociedad”, que valora ante todo la productividad y el cuanto más mejor.

Nos pasamos el día corriendo como pollos sin cabeza de un lado para otro

y pensamos que cuando nos tumbemos en la cama nos pondremos

automáticamente a dormir a pierna suelta.

Pero nuestro sistema nervioso está en modo lucha o huida. Si no hacemos

algo conscientemente para salir de este modo los problemas de sueño

están casi asegurados.

Ahí van unos cuantos consejos para que tú y Morfeo os llevéis bien todas

las noches, entres en el modo descanso que tanto necesitas y des un

lavado de cara a tus niveles de energía y salud:

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Reduce tu exposición a luz artificial. Evita exponerte a pantallas

electrónicas (TV, PC, portátil, Tablets y Móviles) al menos 1 hora

antes de irte a dormir. Emiten luz azul que alterna tu ritmo

cronobiológico y distorsiona la secreción hormonal que

corresponde al descanso. Existen aplicaciones (como f.lux) de uso

gratuito que adaptan el espectro de luz que emite tu ordenador a

uno menos disruptivo con tus sistemas hormonales y ritmo

circadiano.

Apaga las luces (todas). Cualquier luz, por pequeña que sea, altera

la secreción nocturna de melatonina. No duermas con la puerta

entreabierta y cierra las persianas completamente. Otra vez más,

aniquila cualquier aparato que emita luz en tu habitación o échale

un paño por encima. No queremos luz. Queremos oscuridad.

No te cuestes lleno, ni vacío. 800 grs de ternera media hora antes

de dormir no te van a ayudar a conciliar el sueño. Dormirte tras 14

horas de ayuno tampoco. Evita los dos extremos.

Exponte a la luz solar durante el día. La exposición a luz natural

durante el día estimula la secreción de melatonina durante la

noche. Si te pasas el día en una oficina te costará más dormir de

noche. No se vosotros, pero soy incapaz de conciliar el sueño si no

salgo de casa, aunque sea durante unos minutos.

Entrena. Enlazando con el punto 2, la mejor pastilla para dormir

es llegar exhausto físicamente a la hora de dormir. El ejercicio

físico, si se realiza durante la mañana o al medio día es más efectivo

en la mejora del sueño que cuando se realiza en horas tardías. Es

más, evita hacer ejercicio de cierta intensidad en las dos horas

previas a dormir.

La infusión del trabajo bien hecho. La sensación de haber cumplido

con todos tus deberes de mujer u hombre a lo largo del día te

transportará a un estado Zen muy agradable que, mágicamente, te

ayudará a dormir. No hay nada peor que el “debería haber hecho X

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y no lo he hecho” para conciliar el sueño. Durante el día, trabaja.

Durante la noche, descansa.

Vacía tu mente antes de dormir. Me es de gran utilidad escribir en

mi agenda las tareas a realizar durante el siguiente día, sobre todo

las más importantes. De esa manera vacío mi mente y en vez de

charlar mentalmente conmigo mismo durante horas, cuando caigo

en horizontal ya estoy preparado para dormir.

Establece un ritual para entrar en “modo descanso”. Establecer

una rutina, siempre la misma, durante 10 o 15 minutos antes de

dormir puede ser el “trigger” o gatillo perfecto que le diga a tu

mente: es hora de pasar a modo descanso. Incluye, en función de

tus preferencias: meditación, estiramientos, ejercicios de

respiración, yoga, una infusión, escribir en tu diario o cualquier

cosa que se te ocurra que pueda actuar de punto de inflexión hacia

el descanso.

Infusiones, Magnesio o Melatonina. El Bien Dormir de Mercadona

y similares, 500-600 mg de Magnesio o un suplemento de

Melatonina pueden ayudar en los casos más difíciles. Pero úsalos

como soluciones a corto plazo. Ten especial cuidado con la

melatonina, es una hormona bastante inocua, pero sigue siendo

una hormona, y si la usas a largo plazo suprimirá la producción de

la misma por tu propio cuerpo.

Y cuando nada funciona: psicofármacos. Es y debe ser el último

recurso, pero antes de volvernos miserables a nosotros y los que

nos rodean por un insomnio incoercible utilizaremos una ayuda

bioquímica a corto plazo. La Medicina está ahí para usarla, pero

con conciencia.

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PASO 7: PRACTICA LA GRATITUD

La Medicina y psicobiología tienen claro que las emociones negativas y el

estrés afectan a nuestra salud física de forma negativa.

Existe incluso una rama de la Medicina, la Medicina Psicosomática,

dedicada al estudio de como los pensamientos y emociones negativas

afectan al cuerpo y generan enfermedad.

Hace unos años, a un psicólogo que admiro, Martin Seligman, se le

ocurrió que si estudiábamos la influencia de las emociones negativas en

la salud, deberíamos estudiar también el efecto de las emociones

positivas sobre la misma.

Y que razón tenía. Así nació la psicología positiva.

Una de las emociones más positivas que existen es la gratitud. Todos nos

hemos sentido bien inesperadamente al hacerle un favor desinteresado a

un amigo o presenciar un acto de gratitud o bondad.

En el Budismo, existen meditaciones en las que el objeto principal de las

mismas es generar un sentimiento de gratitud en la persona y mantenerlo

en el tiempo. Los Budistas no conocen la depresión.

Personas como Matthieu Riccard o el Dalai Lama son consideradas por

la comunidad científica como verdaderos prodigios de la felicidad. Y no

es casualidad.

Se dedican a entrenar emociones positivas como la gratitud durante

horas, todo lo cual altera su conectómica cerebral de tal manera que su

cerebro está diseñado (por ellos mismos) para sentir felicidad y muy mal

predispuesto para sentir odio, rencor u otras emociones negativas.

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El efecto que la gratitud tiene a nivel celular, tisular y orgánico no ha sido

demasiado estudiado por la ciencia, pero lo será. Por lo tanto, no puedo

aconsejar en este punto desde la evidencia científica.

Si aconsejo la gratitud como uno de los 10 pasos hacia el

empoderamiento en salud es porque he vivido sus efectos de primera

mano y conozco sus beneficios.

Permitidme que os prescriba unos minutos de gratitud al día, con el aval

de mi experiencia personal y el respaldo de líderes espirituales (y no

espirituales) clásicos y modernos, de todas las tradiciones y culturas.

Algunos consejos para traer la gratitud a tu vida son:

Haz caso a Bernardo de Chartres. Él decía que somos como

“enanos a hombros de gigantes”. Todo de lo que disfrutas hoy día,

absolutamente todo lo que te rodea, ha sido posible gracias a

personas como tú que han empleado sus vidas en hacer posible el

mundo en el que vivimos.

Las gracias matutinas. Nada más poner un pie en el suelo por las

mañanas (literalmente) da las gracias por las primeras 10 cosas

que se te ocurran, por poco importantes que parezcan (gracias por

poder lavarme los dientes, por tener agua en el grifo, por poder

desayunar, por poder dedicarme a mi pasión, etc.). Esto cambiará

tu “mindset” para todo el día y te transportará a un estado de

positividad muy distinto al de aquellos que se levantan poniendo el

grito en el cielo por lo pobrecitos que son.

Meditación de la gratitud. Siéntate en una silla con los pies sobre

el suelo y lleva tu respiración al área del precordio (la zona del

corazón). Imagina que respiras, en vez de a través de las fosas

nasales, a través del corazón. Mantén tu conciencia ahí y evoca

una imagen o escena mental que te produzca amor y

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agradecimiento. Puede ser, por ejemplo, tu familia dándote un

abrazo el día de tu graduación. Siente con todas tus fuerzas la

gratitud y trata de mantenerla en el tiempo. Con solo unos minutos

de este ejercicio al día verás la vida distinta.

Aprovecha cualquier excusa para dar las gracias, y dalas de

corazón. Dale las gracias a tus padres por hacerte la comida, a tu

hermano por hacerte ese favorcillo, a tu novia/o por aguantarte, al

sol por salir. ¡Cualquier excusa para dar las gracias es buena! Y

algo importante: no lo hagas como un autómata. Trata de sentir las

gracias en el corazón. Se trata al fin y al cabo, de evocar emociones

con un efecto positivo sobre nuestra salud.

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PASO 8: TEN CLARO TU PROPÓSITO

Estoy seguro que el ingeniero que nos diseñó, si es que tal cosa existe,

nos diseñó para que cumpliéramos una función, un propósito.

La única pega es que no hizo ningún manual de instrucciones ni nos dio

pista alguna de cuál iba a ser tal propósito.

Sin embargo, el ser humano llega a ser todo lo que puede ser únicamente

cuando tiene un por qué. Cómo decía Victor Frankl, aquel que tiene un

por qué, siempre tendrá un cómo.

Qué sabias palabras.

Ese por qué se conoce en Japón como Ikigai, tu razón de vivir o aquello

que te levanta cada día por las mañanas.

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Deambular a la deriva, perdido, sin propósito, sin saber qué hacer, tiene

un efecto muy negativo en tu salud.

En el polo opuesto, levantarte de la cama sabiendo que tienes una misión

que cumplir, sabiendo que si no te pones en marcha otras personas

sufrirán, es el factor motivador más potente que un ser humano pueda

conocer.

Siempre pienso que en el cuerpo humano no hay una sola célula que no

cumpla una función determinada. La naturaleza es muy buena

otorgando funciones. Cuando una pieza de nuestra biología ya no es apta

para cumplir la función para la que fue diseñada, rápidamente se

deteriora y recicla para dar paso a nuevas estructuras, células y

moléculas.

Creo que nosotros los humanos reflejamos esta maravillosa propiedad a

la perfección, solo que en un orden de magnitud y complejidad mayor.

Sin función, sin propósito, sin misión, nos deterioramos y rápidamente

desaparecemos.

Entonces, de la misma forma que buscas mejorar tu alimentación, hacer

más ejercicio, establecer relaciones sociales de calidad o generar

emociones positivas, debes encontrar tu propósito.

Los ingredientes de un gran propósito son 4:

1. Disfrutas realizándolo

2. Se te da bien, eres bueno/a haciéndolo

3. Ayuda a la comunidad/soluciona algún problema

4. Es monetizable/genera ingresos/puedes ganarte la vida con

él

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Busca, hazte preguntas, comienza a viajar interiormente en busca de ese

propósito.

El día en que lo encuentres, habrás nacido por segunda vez. Y ojo, está

dentro de ti, no busques fuera.

Una vez hayas elegido, creado o encontrado tu propósito, es hora de

aprender otro vocablo japonés: Kaizen.

Podría traducirse como mejora continua. No hay nada que despierte

más al espíritu humano y que genere tanta felicidad como la mejora. La

búsqueda de la mejora te mejora.

Tras conocer tu Ikigai debes adoptar una mentalidad Kaizen, es decir,

preguntarte cómo puedes hacer mejor lo que haces día y noche. Cómo

puedes ir más allá. Como puedes subir el siguiente escalón.

Ponte metas a corto, medio y largo plazo y trabaja a diario para

conseguirlas. Sin duda alguna esto te dará foco, claridad y energía.

Una vida a la deriva no es saludable.

Una vida con propósito es una vida empoderada.

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PASO 9: TEMPUS FUGIT, NO LO OLVIDES

La muerte es el mejor invento de la vida.

Saber que estamos de paso es un gran motivador. El gran problema es

que lo olvidamos constantemente.

La mayoría vive como si no fuese a morir nunca y cuando el momento de

la verdad llega, se deprimen, y se dan cuenta de que no han vivido en

absoluto, de que no han llevado la vida que hubieran querido. De que

han llevado la vida que otros han querido. De que no han vivido en sus

términos y bajo el único liderazgo de uno mismo.

Y podrían haberlo hecho.

A otros, de forma inesperada, un guantazo del destino les despierta, la

muerte asoma su nariz en sus vidas y les dice: yei, ¡que estoy aquí!

Es esa enfermedad potencialmente mortal que aparece en escena de la

noche a la mañana.

Ese accidente de tráfico que te hace visitar la UVI.

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Ese despido in extremis que te deja a ti y a los tuyos en la miseria.

Esa pérdida inesperada que te retuerce el corazón hasta dejarlo exangüe.

Es entonces y solo entonces cuando prestamos atención a la vida,

restamos importancia a lo accesorio y nos centramos en el presente. En

ese momento el mundo ha ganado un ser humano más. El resto son

muertos vivientes.

Frecuentemente me encuentro con personas que me presentan la misma

retórica una y otra vez:

-Borja, si tan presente tienes que vamos a morir, ¿Por qué te cuidas

tanto? ¿Por qué llevas una vida tan sacrificada? ¿Por qué trabajar tanto?

En ese momento se me viene a la cabeza Balú, el oso del Libro de la Selva,

cantándole a Mogwli en el río. Y les contesto:

-Me cuido porque quiero añadir vida a mis días, no días a mi vida. Sé que

en cualquier momento se puede acabar la partida y esto puede ocurrirle

tanto al que entrena hora y media diaria, come comida ecológica y no

prueba los procesados, como al cervecero vividor, sedentario y hedonista

sin arreglo.

Sin embargo, mientras vivo, quiero tener la mayor energía posible, quiero

sentirme bien el máximo tiempo posible, quiero que mi cuerpo y mi mente

sean lo más funcionales posibles, porque son las herramientas que me

permitirán conseguir mis propósitos vitales, quiero ver, sentir, oír y tocar

todo lo posible en el escaso tiempo que tengo. Y para hacer eso, querido

Balú, tengo que cuidarme.

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-Lo que para ti es una vida sacrificada, para mí es una vida de significado.

La fonética es similar pero no tiene nada que ver. Todos tenemos que

hacer sacrificios. La diferencia es que si decides no hacer sacrificios,

estarás sacrificando lo más preciado en tu vida: la posibilidad de

manifestar todo tu potencial. Y eso a mí al menos, me duele mucho,

mucho más que llevar una vida “de sacrificios”.

-Trabajo tanto porque lo que hago me reporta placer. Amigo, no soy

sadomasoquista. Trabajo tanto porque en mi vida no hay una clara

separación entre “trabajo” y “ocio”. La mayoría de personas comienzan la

semana deseando que llegue el viernes para poder hacer lo que les gusta.

Esto para mí es una de las mayores catástrofes del siglo XXI.

Entonces, la moraleja de este punto es que vas a morir. Sí, amigo y amiga,

vamos a morir. Y esto es bueno.

Vive con intensidad y con presencia. Muerde la vida.

Tu salud tiene mucho que ver con esta concepción de la realidad. Si sabes

que todo lo que tienes es un cuerpo y una mente, y quieres ver, oír y

experimentar todo lo posible durante los años que vas a estar encima de

este pedrusco rodante, tiene mucho sentido que dediques tus mejores

esfuerzos en mantener ese cuerpo y esa mente en una condición óptima.

No he dicho “buena”, “suficiente” o “adecuada”.

He dicho ÓPTIMA.

Es hora de alcanzar una salud de alto rendimiento. El tiempo se acaba.

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PASO 10: CULTIVA TU MENTALIDAD

Entrenar tu mente para servir a tu vida y tus propósitos es de lo mejor

que puedes hacer para rendir más en salud.

Hemos visto como el cuerpo afecta a la mente y la mente afecta al cuerpo.

Es más, de ahora en adelante quiero que te creas lo siguiente: Tu cuerpo

es tu mente.

Si eres capaz de vivir desde las premisas que aquí brevemente te describo,

te aseguro que tu salud y energía vital se transformarán de tal forma que

no volverás a ser el mismo.

Vive desde el amor, no desde el miedo

Vivir desde el amor significa cultivar tus deseos y achicar tus miedos.

Pregúntate diez veces qué es lo que quieres por cada vez que te preguntes

qué es lo que temes.

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Avanzar hacia lo que deseas genera motivación y bienestar psicológico.

Te hace sentir vivo. Y recuerda, tu mente es tu cuerpo. De esta forma,

avanzar hacia lo que deseas acabará aportándote a medio y largo plazo

vitalidad y salud. Mucha más de lo que imaginas. Mucha más de lo que

cualquier pastilla o receta pueda aportarte.

Por el contrario, huir de lo que temes provoca estrés. Mucho estrés. Y no

hace falta recordar los efectos del estrés a nivel de todos nuestros órganos

y sistemas.

¿Alguien te ha recomendado alguna vez ponerte metas grandes y

excitantes para mejorar tu salud?

¿Has pensado alguna vez que relación tienen tu cardiopatía, tu

enfermedad autoinmune o tu diabetes con tus metas, con tu perspectiva

de vida, con tu filosofía de vivir?

Pues párate y piénsalo.

Cree

Vivimos en mundo muy agresivo con las creencias. Oímos la palabra

creencia y nos entran escalofríos, oímos ciencia y nos relajamos,

equiparando “ciencia” a “verdad absoluta”.

Nada más lejos de la realidad.

Tus creencias moldean y dan vida a tu mundo. Son el filtro neurológico

que constituyen tu realidad.

Y aquí nadie se escapa. Todos tenemos creencias. Desde el premio Nobel

hasta el carnicero, todos actuamos en base a creencias.

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Estas creencias son fruto de tu ambiente, las personas con las que vives,

lo que has conseguido hacer hasta ahora, las experiencias que has vivido,

tu imaginación y tu personalidad.

Creer es el primer paso para cambiar. Y conseguir optimizar tu salud va

sobre eso mismo, sobre cambiar.

Si quieres dejar el tabaco, ganar músculo, perder grasa, entrenar a diario

o comer verduras, primero y ante todo tendrás que desarrollar, nutrir y

criar nuevas creencias que se sustenten con acciones.

Creer no es suficiente. Sin la cementación de la acción no llegaremos a

ningún lado. Pero oye, de la misma forma, acción sin creencia es

equiparable a cimentar un edificio con ladrillos de cartón piedra. En

cualquier momento se derrumbará.

Cree que puedes ser más, hacer más y tener más. El mundo es lo que

quieres que sea.

Creas el mundo que crees.

Acepta

Gran parte del sufrimiento que experimentamos en nuestras vidas viene

derivado del deseo de querer que el momento presente sea diferente a lo

que es.

Y queremos cambiar el presente constantemente. De forma casi

enfermiza.

Aceptar el momento presente no resignarse. Hay una diferencia abismal

entre los dos conceptos.

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Resignarte es agachar la cabeza y decirte que ya nada puedes hacer, que

te rindes, que las circunstancias han ganado.

Aceptar es alinearte con cualquier demanda o circunstancia que el

momento presente te trae. Sin resistencias. Y desde esta posición

virtuosa de aceptación, de no-resistencia, puedes empezar a actuar para

transformar el presente en algo de tu agrado.

Es muy distinto actuar desde la resignación o desde la aceptación. Y los

resultados obtenidos son también muy distintos. Desde la resignación

obtendrás estrés y resultados mediocres. Desde la aceptación obtendrás

espacio para construir la realidad que deseas sin sufrir más de la cuenta.

No podemos tener el control de las circunstancias el 100% del tiempo.

Pero sí podemos utilizar lo que nos ocurre de forma beneficiosa el 100%

del tiempo. Una enfermedad puede ser un castigo divino o una

oportunidad de autoconocimiento y crecimiento personal. Lo mismo

puede decirse de perder una extremidad, un accidente casi mortal o la

pérdida de un ser querido.

Sé un alquimista de las circunstancias adversas y transfórmalas en

aprendizaje.

Tu salud y resiliencia se verán reforzadas.

Espera lo mejor de ti y de la vida

Decía Michael Jordan que debes esperar grandes cosas de ti mismo antes

de poder realizarlas. Razón no le faltaba.

Tus expectativas siempre deben estar puestas en el cielo. Lo peor que

puede ocurrir es que no se cumplan.

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¿De verdad tienes tanto miedo de que algo que no exista, siga sin existir?

“Realista” es una palabra de moda. ¿Alguien me puede explicar para que

sirve ser realista?

¿Crees que los grandes saltos hacia delante en el campo de la ciencia,

tecnología o deporte se han originado en mentalidades realistas?

Ser realista es el camino más directo hacia la mediocridad. Prefiero mil

millones de veces ser inocente, iluso o estar en las nubes a ser realista.

Ser realista es una traba para el avance. Ser realista es una excusa

protectora de un ego que no quiere estamparse al no ver hechos realidad

sus deseos.

De verdad, no seas realista. Un realista no creería en transformar su vida

a nivel físico, mental, social y económico y eso es precisamente lo que

quiero que consigas.

La positividad como filosofía de vida

La positividad como filosofía de vida no va a solucionar todos tus

problemas.

Existe una falsa, compulsiva e ilusoria positividad. La portan aquellos

que siempre van con una sonrisa en la cara y todo les parece bien, al

menos de puertas hacia fuera. Son los yupi-woopies, personas que

quieren dar una imagen externa de felicidad. Las mismas personas que,

cuando nadie les mira, se derrumban.

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No buscamos ese tipo de positividad. No buscamos que los demás nos

vean felices a toda costa, ni obviar las problemas u obstáculos que

tenemos que solventar. Esa es una actitud huidiza.

La magia de la positividad es que te sitúa en un estado mental proactivo,

dirigido al cambio, al hacer, al solventar, al avanzar.

La positividad es el combustible de la mejora.

Ser positivo no va a solucionar todos tus problemas, pero va a hacer más

probable que los soluciones, puesto que aquel que se enfoca en el mejor

resultado posible accede a recursos internos que el negativo y plomizo no

puede ni atisbar.

Hablo de la motivación interna generada cuando en tu mente solo existen

los resultados que quieres obtener. Cuando en tu mente solo hay victoria,

pero a la vez estás dispuesto a aceptar la derrota si se presentase, ya has

ganado.

Este es un estado mental imparable, motivado y generador de resultados.

Aplica este estado mental, entrénalo, es un músculo.

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ADDENDUM

Si las ideas y consejos leídos aquí resuenan verdaderos en ti,

enhorabuena. No eres uno más. No eres una pieza más de la maquinaria

que otros han creado. Eres un individuo libre.

El mundo necesita muchos, muchísimos más individuos como tú. Una

revolución en salud comienza con una revolución mental, un cambio de

perspectiva. Todo cambio comienza dentro, para después manifestarse

fuera.

Difunde el mensaje, crear una legión de personas empoderadas es trabajo

de todos.

Muchas gracias por tu lectura, y nos vemos en

www.empoderamientoporbandera.com

Por tu empoderamiento

Borja Bandera