Néstor Garcia Canclini en la Contra de la Vanguardia
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LA CONTRA
¿Edad?Querersaberrejuveneceycreersaberenvejece:amímequedamuchoporaprender.Soyargentinoyhe investigadoenStanford, BarcelonayahoraenMéxico. Internetgana lectoresenAméricapara la prensadepapel. Google es tanmaravillosoquedebemos crearunadocena
“Yanadieaguantamonólogosdepartido;ni siquieradel suyo”
ÀLEX GARCIA
NéstorGarcía Canclini, antropólogo investigador de la sociedad digitalVÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET
C ómo cambia la era digitalnuestra vida ?Pues haciéndonos leer y es-cribir más que nunca en to-dos los medios para enterar-nos incluso de lo que nos dis-
gusta: ya no aguantamos los monólogos departido, aunque sea el nuestro, y esperamospluralidad.
¿Por qué ahora?Porque hemos probado la diversidad digitalal entrar en la red y ahora ya queremos quenos hablen con voces distintas y nos gustaescuchar incluso a quienes discrepan abier-tamente de nosotros.
Lasociologíadecíaqueen laprensasólobuscamos confirmar lo que pensábamos.Pues eso ha cambiado. También están lascomunidades de quienes se interesan porasuntos específicos en la red, pero ni siquie-ra dentro de ellas nadie busca unanimidad.
Algo de consenso y cohesión ayuda.Por eso, el precio de tanta diversidad y tole-rancia es que en los extremos de sociedadesmuy tolerantes surgen células de intoleran-tes a veces muy violentos.
¿Nuestros hijos leerán periódicos?Para acertar el futuro, hable con los viejos:
yo he visto anunciar la muerte de la radio ydel cine cuando llegó la televisión y yave...Todos están muy vivitos y dándose vidaunos a otros. Con diarios y libros pasaráigual: seguiremos leyéndolos en papel cuan-do valga la pena no desecharlos tras un vis-tazo digital compulsivo.
¿Todos los soportes sobrevivirán?Y mezclados. Es lo que ha ido pasando concada cambio tecnológico, como advierte elcomunicólogo barcelonés Miquel de Mora-gas: aumenta la diversidad de medios sinque ninguno sustituya al otro.
Pero disminuye la cuota de cada uno.De nuevo: atentos a la diversidad. Enmu-
chos países ya haymásmóviles que habitan-tes, pero en América lo que observamos esque internet está incorporando nuevos lec-tores de origen popular a la lectura y a laprensa digital y amenudo también de papel.
Allí son cada vezmás ymás lectores.Y muchos de ellos empiezan leyendo noti-cias cortas en sumóvil, y acaban leyendo ar-tículos de fondo y luego libros poco a pocomás exigentes. Si nosotros aprendimos...,¿por qué no ellos?
¿Qué ha cambiado, entonces?Que los contenidos llegan al lector demane-
ra muy diversa y ya no sólo empaquetadospor un solo editor, y vienen con sonido, ima-gen y textos, y algunos largos y exigentes.
Estoy atento a la diversidad.Ynoesque yo sepapor sabio, pero algo intu-yo por viejo: cuando nació la tele, todos losdiarios querían televisar susmaquetas: fotosen color grandes, formatos muy visuales...Yahora todos quieren digitalizarse y rápido.Sólo les digo que estén atentos a la compleji-dad. Y es que, en periodos como el nuestro,la inteligencia colectiva aumenta y tambiénla estupidez colectiva.
¿Ejemplos de papanatismo digital?Son los deslumbrados por la tecnología queno ven los monopolios que también crea.
¿Quién?Google, por ejemplo: es tan estupendo quedeberíamos crear ya media docena e impe-dir su monopolio de búsquedas en la red.
No es fácil improvisarlos.Claro que se puede haciéndole cumplir sim-plemente la legislación. Deberíamos ser tanestrictos con ellos como con cualquier em-presa que abusa de una posición de dominioy no paga impuestos.
Por eso ejerce unmonopolio de facto.Lo mismo digo de todas las demás platafor-mas digitales: twitters, amazons, youtubes,facebooks...Es muy bueno que existan, peroesmaloque sólo seanuna. ¡Multipliquémos-las como multiplicamos imprentas y libre-rías! Esto lo debería decir la Unesco.
A sus funcionarios los veo menos ope-rativos que a los empleados de Google.Eso no impide que las plataformas digitalesy los buscadores sean maravillosos y ya na-die lea ni escriba igual desde que existen:¿Ha visto usted videoblogueros mexicanos,argentinos, brasileños, chilenos...?
Nomuchos, la verdad...¿Va usted a las ferias de libros?
Paseé un ratito aquí en Sant Jordi.Pues en Guadalajara, los grandes protago-nistas son esos videobloggers que comentancon sencillez y autenticidad, por ejemplo, laúltima novela de Stephen King y luego losversos de un poeta local y después hacen al-guna entrevista y cuentan su vida...
Memiraré alguno.Y luego venden miles de libros y su cola defirmas es más larga que la de Vargas Llosa.
Vi a blogueros parecidos aquí.Digital, vídeo, texto, papel, firma en bolígra-fo... ¿Lo ve? Nadie sustituye a nadie.
Me alegro y pienso disfrutarlo.Por eso, hoy Argentina vuelve a ser un grancentro editorial con muchísimos traducto-res, como durante la posguerra española.
No todas sus traducciones eran buenas.Lo importante es que al mismo tiempo sur-gennuevas comunidadesdigitales en todoelmundo en torno a la lectura y están ham-brientas de leer, compartir lo leído, disfru-tarlo juntos.
Este mundo extrañoEnElmundo como lugar
extrañoCanclini es el
antropólogo quemira lo
visto como si acabara de
descubrirlo, pero sin
dejar de compararlo con
lo ya investigado. Por
eso está tan seguro de
que internet no hará
sino integrar e integrar-
se con losmedios que ya
teníamos: imprenta, ra-
dio, cine, televisión...
Ninguno sustituirá a
otro: al contrario, se
mezclarán y habrámás
lectores y creadores que
nunca. Sólome atrevo a
añadir que lo único que
ha cambiado respecto a
los días en que parecía
que el vídeo iba a acabar
con la estrella de la radio
es la aceleración: nues-
tra vida ya no transcu-
rre, se dispara, y si la
imprenta tardó 500 años
en ser universal, inter-
net lo ha sido en 20.
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LLUÍS AMIGUET
MIÉRCOLES, 17 JUNIO 2015