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CONTENIDO

Editorial

p. 3Pedro Pablo Cepeda, un estratega al frente del Poder Legislativop. 4

La clase política le teme a un compromiso de ética: José Mario de la Garzap. 21

El Centro Históricoagoniza: Alejandro Pérez p. 12

En el caso MSX el pueblo hizo valer

la ley:JC Ruiz Guadalajara

p. 25

Si le va bien a Toranzo nos va bien a todos: Jaime Yáñezp. 37

Gobierno del Estadop. 40

Columbia, ejemplo de valor

y fuerzap. 42

Mi contacto con Imelda Marcos

p. 57Frases célebres:navidad

p. 60

La niña de Soledad:crimen sin castigop. 45

Rastro, pan-teón y otros servicios, nueva realidad municipal: F. Díaz de Leónp. 31

El misterio del ahorcado en San Sebastiánp. 51

�� entrevista

El pasado mes de octubre, José Mario de la Garza Marroquín, un ciudadano valiente y com-

prometido, tuvo la brillante iniciativa de presentar al Congreso del Estado y a los cabildos de la capital y de Sole-dad de Graciano Sánchez un código de ética para ser firmado por cada uno de los diputados y regidores.

El código establece, entre otros compromisos, utilizar adecuada-mente los recursos públicos, evitar la corrupción, el nepotismo, dar mejor atención al ciudadano y escucharlo, ser diligente con las inquietudes de

éstos últimos y transparentar su traba-jo. Sin embargo, a pesar del reiterado discurso de los políticos en el sentido de que actuarán con honestidad y transparencia, fueron pocos los que asumieron el compromiso.

Al respecto, José Mario de la Garza dijo en entrevista a Expresión San Luis que, no obstante la escasa respuesta, el saldo es positivo por-que ahora hay un selecto grupo de diputados y regidores que mostraron disposición a actuar bajo reglas claras y que no temen al escrutinio público. Lamentablemente, añadió, hubo

quienes incluso, en lugar de proponer, generaron un innecesario escenario de confrontación y descalificaciones.

—Licenciado, ¿qué experiencia le dejó este ejercicio ciudadano?—Hicimos un planteamiento ciu-dadano a los diputados y regidores para ver si aceptaban suscribir un código de ética, que está tomado de estándares internacionales, tanto de la ONU como de la OCDE, que se han preocupado mucho en el tema de la corrupción. Juntaron a exper-tos de todos los países para ver cuál

LA CLASE POLÍTICA LE TEME A UN COMPROMISO DE ÉTICA:

JOSÉ MARIO DE LA GARZA

• Pocos diputados y regidores aceptaron firmar el código propuesto por Limac• Lamenta que los ciudadanos carezcan de verdadera representación

“Las autoridades ignoran las iniciativas ciudadanas, prefieren atender a quienes buscan problemas y confrontaciones”.

��entrevista

podría ser un modelo en el tema de ética en los servidores públicos.

Lo que nosotros proponemos no es más que eso, nosotros no inventamos el código de ética, sólo usamos un modelo estándar mundial para aplicarlo en San Luis. Desafortunadamente, sólo siete diputados aceptaron el compromiso del total de 27 diputados y siete regidores.

—¿Qué argumento dieron los que no firmaron? —A los que no quisieron firmar les mandamos una carta pidiéndoles una explicación. Nos sorprendieron algunas de las repuestas, porque la gran mayoría nos confrontó y cuestionó por qué proponíamos un código de ética si no somos los representantes de los ciudadanos. Preguntaban de dónde venía la

legitimación, pues según ellos éste es un tema de “legitimidad”.

La primera reflexión es que los diputados se rigen por lo que se conoce como la “teoría del montón¨, es decir, tiene que haber un grupo de ciudadanos que desquicien la ciudad, que empiecen una confrontación, que causen un problema en una vialidad, que busquen un enfrentamiento, para ser escuchados.

Los ciudadanos que han encontra-do estos mecanismos, inclusive se han profesionalizado en la confrontación con el poder público, son a los que se les atribuye la representación popular. Son a los que se les dan salidas, ya sea a través de dinero, de obtención de dádivas o de beneficios, pero esos son los ciudadanos que en este país inciden en la clase política.

Por el otro lado, los ciudadanos como yo, que presentan propuestas por escrito, que presentan iniciativas y que pretenden incidir en la vida po-lítica, se nos cuestiona que de dónde surge su representación, que por qué se erigen como representantes.

Esto refleja el poco entendimien-to de la ciudadanía que tenemos en nuestro país, en el sentido que estamos acostumbrados a las firmas y a las listas de personas, esos son los únicos movimientos que consi-deramos legítimos.

Nos contestaron algunos en un contexto de confrontación, nos de-cían: “Ustedes no tienen representa-ción, ustedes no deben erigirse como los representantes de los ciudadanos”. Es decir, su respuesta aborda un tema colateral, pero el tema de fondo es el código de ética.

No dan un argumento que diga “no estoy de acuerdo con el código de ética, porque las obligaciones que este

José Mario de la Garza, presidente de Libertad e Información México, A.C., Limac. Su propuesta de Código de Ética, plausible iniciativa que no fue debi-

damente valorada por algunos diputados y regidores.

�� entrevista

contiene no son acordes a la vida po-lítica, porque los planteamientos que hacen no deberían estar en un código de ética, porque esto está regulado de otra manera, etcétera”.

Por un lado, tenemos el gran discur-so demagógico de los políticos cuando están en campaña, cuando nos invitan a estos eventos fastuosos que se hacen en todo el país, donde al hablar de los ciu-dadanos aseguran que sí importan, que los toman en cuenta, que se les escucha. Pero luego el discurso ciudadano des-aparece y entonces se les rechaza. Esto refleja que en San Luis Potosí no hay una verdadera cultura y mecanismos de participación ciudadana, por eso los ciudadanos están escondidos resolvien-do sus problemas personales.

—¿En nombre de quién hizo usted la propuesta de firmar el código de ética?—En nombre de Libertad e Infor-mación de México, A.C., Limac, que también fue cuestionada. Yo no pro-pongo que este sea el único código de ética, pero me llamó la atención que los que rechazaron el código tampoco generaron una reflexión como contra-propuesta.

Por ejemplo, los anunciantes de este país se han autoimpuesto un código de ética, la autoridad no se los ha impuesto. Tenemos muy pocos representantes populares que están dispuestos a asumir el compromiso de atender y escuchar a ciudadanía, a aceptar una propuesta ciudadana y a no confrontarse con los ciudadanos.

Parece que hay que litigar en contra de los ciudadanos, y entonces la con-testación se vuelve de tipo litigiosa.—¿Esto también es ignorancia?—Yo siento que no se ha logrado entender lo que es un ciudadano. En

el discurso si nos convocan a partici-par, he escuchado a muchos políticos quejarse de que no hay propuestas, se quejan de que los ciudadanos hacemos una crítica destructiva y que no trae-mos propuestas a la mesa. Y cuando tomamos la voz cantante y les deci-mos que vamos a llevar propuestas a la mesa, ahí nos damos cuenta que estas son rechazadas.

—¿Qué opina de los que acepta-ron firmar el código de ética?—Recibimos cartas de los que si aceptaron, felicitándonos por esta iniciativa ciudadana, diciéndonos que qué bueno que hay proyectos ciudadanos y que estaban dispuestos a firmar este código de ética, y nos lo devolvieron incluso como un docu-mento firmado.

Esto denota que también hay una minoría que ya ha reflexionado en el tema de los ciudadanos, que les parece que este tipo de proyectos habría que fortalecerlos, pero es una gran minoría.

Las democracias se construyen con mayorías, quiere decir que tene-mos una gran mayoría en San Luis Potosí de nuestros representantes que no están de acuerdo en propuestas ciudadanas y que manifestaron un rechazo, inclusive una confrontación. Es preocupante que la gran mayoría tenga una posición tan beligerante ha-cia los planteamientos ciudadanos.

—Algunos diputados desean me-jorar la imagen del Congreso del Estado ¿lo lograrán?

—No. La mayoría de los potosinos no conocen quiénes son sus repre-sentantes. La última encuesta que se hizo a nivel nacional señala que el 60 por ciento de las personas no se sienten representadas, la mayoría de los ciudadanos no han recibido comunicación de su diputada o dipu-tado en los últimos tres años. Hay un vínculo que está roto y no puedes construir un país democrático sin ese vínculo, entonces si alguien hace un

loS Que SI FIrMaron el CodIGo de ÉtICa Diputados: Manuel Lozano Nieto (PRI) Bernardina Lara Argüelles (PRI) Beatriz Benavente González (PRI-PVEM) Jesús Soni Bulos (PRI) Xavier Azuara Zúñiga (PAN) José Luis Montaño (PRI) Julio César Salinas. (PAN)

Regidores de la capital Sara Catalina Ramos (PVEM) Cristina Marti (PAN) Gonzalo Benavente González (PAN) Rogelio Bárcenas (PAN) Miguel Carlos Naya Guerrero (PRI) Luz Elena Arellano (PRI) Luis Isaac Rojas Montes. (PRI)

En el caso de Soledad sólo aceptó uno y fue Miguel Angel Bustamante Morales

La página en Internet es http://compromisodeetica.blogspot.com

��entrevista

planteamiento para acercar ese vín-culo, y tú en ves de potencializarlo, de utilizarlo como un ejercicio que pueda detonar otros.

—¿Qué lo mueve para ser un ciu-dadano participativo? Tan fácil que podría parecer no hacer nada…—Qué bueno que me haces esta pre-gunta porque me permite darte una explicación. Efectivamente algunos amigos me dicen que algunas perso-nas que no les gustó lo del código de ética salieron a la luz pública a poner un escenario de confrontación para desacreditarme y poner esto en un contexto diferente.

Y tienes mucha razón: ¿Cuál es mi reflexión personal? Quizá lo más cómodo sería sentarme en mi oficina a resolver los asuntos y continuar en el ejercicio de la profesión. Para mí salir a hacer esto implica asumir un com-promiso, implica incluso el posible descrédito, pero prefiero tomarme el riesgo. Los ciudadanos hemos asumi-do una posición cómoda, anodina, es-tamos agazapados, estamos sumidos en una sociedad donde se participa viendo la televisión, cambiando los canales y criticando al sistema.

Prefiero tomarme en riesgo de es-tos señalamientos hacia mí. Además, debemos entender que no todo mundo va estar de acuerdo. En el tema del proyecto de ética me hubiera gustado que en lugar de generar un escenario de confrontación, mejor hubiéramos generado uno de reflexión y análisis. Algunos me dicen que lo hago por protagonismo, pero ojalá hubiera más gente así, porque entre más protago-nistas más podríamos incidir. Yo pre-fiero seguir tomándome el riesgo.

En San Luis, podemos decir que hay muy poca gente con la intención

de transformar su entorno, es decir, tenemos la clase política que son muy pocos, pero la gran mayoría no están dispuestos a dar el “golpe de timón”, no están dispuestos a hacer una transformación. Hemos visto llegar a distintos políticos con diferentes colores y nos quedamos con el mis-mo sentimiento de estar insatisfechos con lo que se ha logrado.

—¿Qué mensaje le mandaría a los ciudadanos para que despierten?—Mira, los ciudadanos tenemos una responsabilidad enorme, y el país está entrando en una situación verdade-ramente crítica. Si los ciudadanos no entendemos esta obligación de enfrentar nuevos cauces, realmente el país va a enfrentar una situación muy delicada.

—¿Qué le inculcaron a usted sus padres para que sea participativo?—Yo me considero en este país una parte sumamente beneficiada, creo que esa es la parte de reconocer quién eres, y en dónde estás parado. Recuerdo que mi madre me incul-caba mucho a Ortega y Gaset, y la frase de él de “Yo soy yo y mis cir-cunstancias”. Y cuando tú reconoces quién eres y quiénes son los demás y cuál es tu entorno, hemos creado estos contextos individuales.

Cuando tú reconoces que es un país con 50 millones de pobres, con una desigualdad tremenda como yo les digo, no tienes que ir muy lejos. Yo les digo a mis alumnos de la ca-rrera de derecho en la UASLP y el Tec de Monterrey, que vayan a las colonias para que vean las injusticias que se dan, porque esto parece que se da en otro contexto, y no, resulta que se da al lado de tu casa.

Ahora viene la fiesta del bicente-nario, se hacen grandes eventos, pero día con día vemos la Constitución es letra muerta. Ahí está el tema de la prohibición del aborto, de no respetar el derecho de las mujeres a decidir, pero si te fijas no generó mucha discusión. Yo opino que debe reconocerse el derecho a la libre de-cisión, la cuestión religiosa tiene que permanecer afuera, es un error histó-rico mezclarlas, pero ya cada quien tomará sus respectivas decisiones.

Mi propuesta finales es que se les dé una capacitación a los diputados para que entiendan el tema ciudadano. l

“Prefiero tomarme el riesgo”.