Nihilismo y Desierto en Fritz

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A Parte Rei 56. Marzo 2008 http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei 1 Nihilismo y desierto en Nietzsche [Wildnis, Öde, Einöde, Einsamkeit, Wüsten] 1 Simón Royo Hernández 1. En el pensamiento de Friedrich Nietzsche la palabra castellana “desierto” ha venido a utilizarse como sinónimo de la experiencia y situación del hombre moderno ante la llegada del más incómodo de todos los huéspedes, el Nihilismo. Pero la hermenéutica del nihilismo en el pensamiento de Nietzsche se complica debido a que hay varias palabras en alemán para referirse a lo que en castellano siempre se traduce con el vocablo “desierto”. No vamos a sistematizar el pensamiento de Nietzsche en este punto, no era un pensador sistemático y no se le hace justicia al procurar sistematizarlo. Nuestra intención en la presente comunicación es más modesta, la de mostrar la necesidad de tener en cuenta los matices que existen en el tratamiento del Nihilismo por Nietzsche a través de la metáfora del desierto que enarbola en su tratamiento y meditación sobre el problema. Apuntamos así, sin pretensión de realizar el empeño, la necesidad de vislumbrar las distintas caras del nihilismo en el pensamiento de Nietzsche y de los que, como Heidegger, lo han proseguido. La extensión y consumación del Nihilismo profetizada por Hölderlin y recepcionada por Heidegger viene expresada con el mayor énfasis en la repetida sentencia que Nietzsche emplea para referirlo poéticamente: “el desierto crece” «Die Wüste wächst»). Pero nuestro filósofo emplea diversas acepciones alemanas en relación con el concepto que se nos transmite en español que resulta necesario matizar. En griego clásico la palabra para desierto es eremía, de donde proviene etimológicamente nuestra palabra eremita, el solitario que habita en los desiertos, quien desde los yermos, como en la travesía de los cuarenta años de desierto del pueblo de Israel hasta alcanzar la tierra prometida, lleva a cabo un proceso de purificación y renacimiento. El verbo griego eremoo ya implica un agente, significa devastación, desolación, despoblamiento, tras lo que resta la erémosis, la desolación. Con Heidegger veremos este agente de la desertización (die Verwüstung) como esencia del Nihilismo apuntado por Nietzsche. Éste, respecto a lo favorable del desierto para la creación utiliza la voz Wildnis, con el matiz de salvaje que tiene el adjetivo del que procede. La palabra significa actualmente naturaleza libre, silvestre, el desierto en el sentido de no roturado, no civilizado, no horadado por la técnica. En alemán se dice, por ejemplo, Tiere in der Wildniss para anunciar fotos y documentales de animales inmersos en la naturaleza salvaje o de los paisajes de esta misma, como la montaña helada, la sabana o la foresta. En un sentido semejante Nietzsche relaciona lo heroico con “el desierto” (esta vez, con la expresión: die Einöde) y luego, en varios lugares e incluso en el Zaratustra nuestro autor tratará también de un concepto romántico muy próximo al desierto, un concepto que ocasionalmente también tiene un carácter positivo en determinados 1 [La presente comunicación fue publicada en el libro colectivo de las Actas del Congreso “Nietzsche y la hermenéutica” celebrado en la Universidad de Valencia del 5 al 7 de noviembre de 2007. En: Nietzsche y la hermenéutica. Francisco Arenas-Dolz, Luca Giancristofaro y Paolo Stellino editores. Nau Llibres – Editions Culturals Valencianes. Volumen II, pp.841-850. Valencia 2007].

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    http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei 1

    Nihilismo y desierto en Nietzsche

    [Wildnis, de, Einde, Einsamkeit, Wsten]1

    Simn Royo Hernndez

    1. En el pensamiento de Friedrich Nietzsche la palabra castellana desierto ha venidoa utilizarse como sinnimo de la experiencia y situacin del hombre moderno ante lallegada del ms incmodo de todos los huspedes, el Nihilismo. Pero la hermenuticadel nihilismo en el pensamiento de Nietzsche se complica debido a que hay variaspalabras en alemn para referirse a lo que en castellano siempre se traduce con elvocablo desierto. No vamos a sistematizar el pensamiento de Nietzsche en estepunto, no era un pensador sistemtico y no se le hace justicia al procurarsistematizarlo. Nuestra intencin en la presente comunicacin es ms modesta, la demostrar la necesidad de tener en cuenta los matices que existen en el tratamiento delNihilismo por Nietzsche a travs de la metfora del desierto que enarbola en sutratamiento y meditacin sobre el problema. Apuntamos as, sin pretensin de realizarel empeo, la necesidad de vislumbrar las distintas caras del nihilismo en elpensamiento de Nietzsche y de los que, como Heidegger, lo han proseguido.

    La extensin y consumacin del Nihilismo profetizada por Hlderlin yrecepcionada por Heidegger viene expresada con el mayor nfasis en la repetidasentencia que Nietzsche emplea para referirlo poticamente: el desierto crece DieWste wchst). Pero nuestro filsofo emplea diversas acepciones alemanas enrelacin con el concepto que se nos transmite en espaol que resulta necesariomatizar.

    En griego clsico la palabra para desierto es erema, de donde provieneetimolgicamente nuestra palabra eremita, el solitario que habita en los desiertos,quien desde los yermos, como en la travesa de los cuarenta aos de desierto delpueblo de Israel hasta alcanzar la tierra prometida, lleva a cabo un proceso depurificacin y renacimiento. El verbo griego eremoo ya implica un agente, significadevastacin, desolacin, despoblamiento, tras lo que resta la ermosis, la desolacin.Con Heidegger veremos este agente de la desertizacin (die Verwstung) comoesencia del Nihilismo apuntado por Nietzsche.

    ste, respecto a lo favorable del desierto para la creacin utiliza la voz Wildnis,con el matiz de salvaje que tiene el adjetivo del que procede. La palabra significaactualmente naturaleza libre, silvestre, el desierto en el sentido de no roturado, nocivilizado, no horadado por la tcnica. En alemn se dice, por ejemplo, Tiere in derWildniss para anunciar fotos y documentales de animales inmersos en la naturalezasalvaje o de los paisajes de esta misma, como la montaa helada, la sabana o laforesta.

    En un sentido semejante Nietzsche relaciona lo heroico con el desierto (estavez, con la expresin: die Einde) y luego, en varios lugares e incluso en el Zaratustranuestro autor tratar tambin de un concepto romntico muy prximo al desierto, unconcepto que ocasionalmente tambin tiene un carcter positivo en determinados 1 [La presente comunicacin fue publicada en el libro colectivo de las Actas del CongresoNietzsche y la hermenutica celebrado en la Universidad de Valencia del 5 al 7 de noviembrede 2007. En: Nietzsche y la hermenutica. Francisco Arenas-Dolz, Luca Giancristofaro y PaoloStellino editores. Nau Llibres Editions Culturals Valencianes. Volumen II, pp.841-850.Valencia 2007].

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    casos, el de soledad, Einsamkeit. Dejaremos el ltimo sinnimo mentado un tanto delado en la presente comunicacin. de significa desierto en el sentido de vacoexistencial, tedio, nihilismo en su sentido abrumador y negativo y Einde significa eldesierto entendido como vaco, sobre todo topolgico y topogrfico. Se usacoloquialmente para, por ejemplo, sealar las habitaciones vacas de un hotel queesperan ser ocupadas, un lugar en blanco, como la pgina vaca que espera que se leimprima la grafa de la escritura.

    Ser sin embargo, finalmente, en su As habl Zaratustra donde Nietzscheemplea para la palabra desierto, Wsten, teniendo el adjetivo del que procede talsustantivo el matiz de desorden o libertinaje, lo que le otorga cierta ambigedad altrmino. Wste se usa para designar el desierto en el cual a causa de su sequedad oextremas temperaturas de calor y fro slo una vegetacin muy especial y resistentepuede sobrevivir. Entre los exegetas de Nietzsche se ha querido ver en susapelaciones a la resistencia y la fortaleza frente a verdades extremas un modelo liberalpara la determinacin poltica de su pensamiento, ya que parecera poder entenderseque un darwinismo social mejorara al hombre y que la pobreza y la miseria seran unterreno baldo del que slo saldran los ms fuertes; pero toda la remisin a Grecia deNietzsche, no slo Espartana, sino como en Platn, tambin ateniense, desmiente lapresuncin de que una vida buena sea una rmora para el crecimiento. Dentro deldesierto del nihilismo an pueden llegar a crecer hermosas plantas, robustas y desensibilidad extrema, a pesar de las condiciones adversas, como ha ocurrido siemprecon la cultura y el arte desde que Scrates solicit la manutencin en el Pritaneo y enlugar de ese premio se le castig con la muerte. Lo extraordinario es precisamente queen la mayor adversidad pueda surgir lo sublime, pero esto no surge gracias a laadversidad sino a pesar de ella. El cuidado de la cultura, la paideia griega de losjvenes muestra con cuanta delicadeza y dedicacin (epimeleia, Sorge) los griegosprotegieron su cultura. La situacin moderna, la situacin infame en la que se tuvo quedesenvolver el propio Nietzsche y todo poeta, msico, pensador y artista en general,bajo la historia de la metafsica no es otra que la del crecimiento en condicionesdesrticas, sin proteccin, sin respeto, a pesar del impulso a convertirlo todo en trabajoasalariado y capital. Tambin es notorio como las almas que han de habitar endesiertos extremos en lugar de sobrevivir robustecidas y mejoradas terminan por sufrirtan graves deterioros que su sensibilidad extrema se hipertrofia, quedando raquticas,torcidas, resquebrajadas hasta el punto de llegar a romperse arribadas en un sanatoriomental.

    Nietzsche emplea tambin la expresin el desierto crece, dos veces, en losDitirambos dionisacos, donde se aprecia ya no la muerte del hombre sino algo muchoms terrible an, esto es, que el hombre es la muerte, el desierto; empleando la mismaexpresin en el mismo sentido una vez ms, en los Fragmentos pstumos de 1884-1885.

    Veremos en lo que sigue lo que a los efectos de una reflexin sobre el nihilismopuede empezar a mostrrsenos a partir de un comienzo en la indagacinhermenutica de los sentidos de la metfora del desierto en Nietzsche y de la exgesisde uno de sus principales continuadores, Martn Heidegger.

    2. La esterilidad y la soledad se presentan como el anverso que Nietzsche detecta enla Genealoga de la moral y que l mismo padece como ideal asctico. Dada suvocacin sacerdotal a la filosofa Nietzsche seguir un peculiar camino de desierto,una vida en solitario. Decisin o imposibilidad en aras de la creatividad intelectual elfilsofo de la vida se retira del mundo, contraponiendo, dialcticamente, la afirmacinde la existencia a la realizacin esttica:

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    El filsofo siente horror al matrimonio []. Qu gran filsofo ha estadocasado hasta ahora? Herclito, Platn, Descartes, Spinoza, Leibniz, Kant,Schopenhauer no lo estuvieron; ms an, ni siquiera podemos imaginarloscasados. Un filsofo casado es un personaje de comedia, esa es mi tesis: y porlo que se refiere a aquella excepcin, Scrates, parece que el maliciosoScrates se cas por irona, justamente para demostrar esta tesis. []. En elideal asctico estn insinuados tantos puentes hacia la independencia, que unfilsofo no puede dejar de sentir jbilo y aplaudir en su interior al escuchar lahistoria de todos aquellos hombres que un da dijeron no a toda sujecin y semarcharon a un desierto (Wste) cualquiera: aun dando por supuesto que nofueran ms que asnos fuertes y todo lo contrario de un espritu fuerte2.

    El nihilismo moderno impulsa al desierto a todos aquellos que quieren llevar acabo una labor intelectual creativa, pero ese impulso cuyo precedente estriba en elcelibato monacal, no es un signo de fuerza sino el resultado de una situacin deconfrontacin entre la vida, el arte y el intelecto, una confrontacin que inocula laesterilidad, precisamente, en el espritu que se retira para poder preservarla, con elefecto de convertir al que pretenda ser un espritu fuerte en un asno fuerte. El propioNietzsche se habra de concebir como tal al haberse visto imposibilitado eincapacitado para conciliar, como el fondo de toda su propuesta filosfica defiende, laafirmacin de la existencia y la creatividad en la existencia. De ah que nuestropensador fuese consciente de una apora en la que no slo pensaba, sino en la queestaba inmerso: respecto a las necesidades intelectuales [] ahora veo siempre antem el abismo espantoso que existe entre el hombre que puede prestar ayuda y el quela necesita []. Pero dar vale ms que poseer; y qu es el hombre ms rico si viveen la soledad (Einsamkeit) de un desierto (Wste)?3. De donde la condicin delfilsofo que transita el nihilismo acabar por presentarse como una hibridacin: Elaniquilamiento de los ideales, el nuevo desierto (de), las nuevas artes parasoportarlo, nosotros, los anfibios4.

    El proceso del pensar de Nietzsche sobre el nihilismo a travs de la metforadel desierto se encontr con una positivacin de la nihilidad ya en su juventud:Ciertamente el gran hombre y la gran obra solamente se cran en la libertad deldesierto (Wildnis)5. La condicin silvestre del alma, el tiempo no roturado que se leresta al dios Cronos, requieren la libertad del desierto en esta acepcin que remite a loque no tiene historia. Un lugar incondicionado e inalienado, ahistrico, que entrar enconflicto con las enfermedades histricas, con el peso de la cultura y, entonces, sernecesaria una actitud heroica para no claudicar ni sucumbir: Lo heroico consiste enesto, en que se hacen grandes cosas (o, de manera grande, no se hace algo) sinsentirse en competicin con los otros y ante los otros. El hroe lleva siempre consigoel desierto (Einde) y la sagrada e insuperable zona fronteriza dondequiera quevaya6. La situacin del espritu libre ser la de la realizacin de una accin heroica enun mundo que slo las admite insertadas en una mecnica del trabajo, en unapequea rutina fabrilmente administrada que convoca la competencia pecuniaria delliberalismo como nico telos del mundo. Evitar la competencia y laborar en soledad esun requisito de hroe para el hombre moderno, as como la condicin anfibia aparececomo un requisito de ultrahombre para la superacin del nihilismo.

    2 Nietzsche, F., KGW VI.2.GM, III, 7, 368.3 Nietzsche, F., KGW IV.3.MA II, VM.333.4 Nietzsche, F., KGW VIII.1.NF.320.5 Nietzsche, F., KGW IV.2.NF.577.6 Nietzsche, F., KGW IV.3.MA II, WS, 337.

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    Porque finalmente nos enfrentamos al ms incomodo de los huspedes,posiblemente a algo que no dejar de experimentarse hasta que no se halla cerrado elciclo de experimentarlo hasta el final, por eso las reiteraciones de Nietzsche de la fraseen que lo manifiesta con mayor profundidad: El desierto crece (Die Wste wchst):ay de aquel que guardase desiertos! El desierto es hambre de quienes se renenjunto a los cadveres7. Los cadveres del pensamiento son sus filsofos y la historiade la filosofa siendo inicialmente una propedutica inestimable para que se produzcael pensamiento, puede convertirse en un impedimento, en una rmora. El desiertocrece: ay de aquel que dentro de s cobija desiertos!8, pero ay ms de aqul que nolos cobije! Al cobijar los desiertos se los tiene que cuidar, para poder transitar por ellos,amar las soledades, como peda Rilke, mientras que los extraamientos se disipan altiempo que se ensancha el espritu.

    Renunciemos a comentar la ltima vez que Nietzsche, ya a las puertas de lalocura, en sus Ditirambos de Dionisos, expres la sentencia con la que daba recepciny pensaba, pudiera decirse que por primera vez, en cuanto experiencindolo hasta elfondo y con todas sus consecuencias, el fenmeno del nihilismo. Algo en lo quetodava estamos inmersos:

    2. El desierto crece: ay de aquel que dentro de s cobija desiertos!. 3. El desierto crece: ay de aquel que dentro de s cobija desiertos!Una piedra hace crujir a una piedra, el desierto enlaza y estrangula.La monstruosa muerte mira ferviente pardeando y masticando, su vida es sutrituracinNo olvides, hombre, que has tomado prestada la voluptuosidad: tu eres lapiedra, el desierto, eres la muerte9.

    3. En su Was heit denken? nos conduce Heidegger a la reflexin sobre la ausenciade pensamiento de nuestros das, a focalizar el hecho de que estemos en el caminodel pensar desde hace mucho pero que no pensemos todava. El pensar no es algoque dependa del ser humano que quiere pensar y a ello consagra su tiempo ydedicacin. Al igual que un rbol para ser visto tiene que presentarse al pretendiente averlo -o de lo contrario slo podr ser re-presentado por el sujeto sin que se puedacontar con su presencia, que permanecer oculta- el pensar tiene que presentarse alpensador. Lo que impide pensar es lo mismo que impide ver un rbol, la desertizacin,la esencia del nihilismo. sta no es sino el proceso de devastacin en su raz y en sufuturo de las posibilidades de experiencia fenomenolgica a la que Heideggerdenomina Metafsica. El nihilismo como desierto, concretado en los mltiples desiertosresultantes, es la consecuencia de una devastacin de la tierra que hay quecomprender como ms terrible que la simple destruccin y aniquilacin de lo existente.

    Conocemos hasta la saciedad este tono en el enjuiciamiento denuestra poca. En la generacin inmediatamente anterior se hablaba delocaso de Occidente. Hoy se habla de la prdida del centro. Por doquier sepersigue y disea la decadencia, la destruccin, la amenazante aniquilacin delmundo. []. Se cree que el mundo no slo est fuera de quicio, sino queadems rueda hacia la nada del absurdo. Nietzsche, oteando la lejana desdela posicin ms alta, acu para esto ya en los aos ochenta del siglo XIX laexpresin sencilla, precisamente por haberla pensado: el desierto crece.Esto significa: la desertizacin se extiende. La desertizacin es ms que la

    7 Nietzsche, F., KGW VII.3.NF.7.8 Nietzsche, F., KGW VI.1.ZA.375.9 Nietzsche, F., KGW VI.3.DD.379.

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    destruccin, es ms terrible que sta. La destruccin elimina solamente lo queha crecido y lo construido hasta ahora; en cambio, la desertizacin impide elcrecimiento futuro e imposibilita toda construccin. La desertizacin es msterrible que la mera aniquilacin. sta elimina y pone en accin la nada, ladesertizacin, en cambio, pone en juego y difunde lo que estorba e impide. ElShara de frica, por ejemplo, es solamente una especie de desierto. Ladesertizacin de la tierra puede ir de la mano con la meta de un alto estndarde vida para el hombre, lo mismo que con la organizacin de un estadouniforme de dicha para todos los hombres. La desertizacin puede implicar lomismo en ambos casos y proceder en todas partes de la manera ms terrible, asaber, ocultndose. La desertizacin no es un simple cubrir de arena. Ladesertizacin es el rpido curso de la expulsin de Mnemosyne. La expresinel desierto crece no procede del mismo lugar que las condenas usuales denuestra poca. El desierto crece, deca Nietzsche hace casi setenta aos. Yaade: Ay de aquel que esconde desiertos!10.

    En nombre de una mejora de las condiciones de existencia de los hombres anivel planetario se han efectuado acciones de desertizacin con la ingenuidad y elcinismo de aquellos a quienes ya slo importa el presente, vaco de pasado y nopreado de futuro. La extensin de la democracia burguesa y capitalista a nivelplanetario se promueve como desarrollo de la lnea continua y ascendente de unaHistoria de Occidente que culminara con la globalizacin, pero tras la meta de latotalizacin de un modelo de vida lo que se extiende y crece es el desierto. Lasbombas con uranio enriquecido con las que Occidente ha condenado la vida futurapara miles de millones de aos en los Balcanes, Afganistn e Irak, son un buenejemplo materialista de un acto de desertizacin. No slo se ha aniquilado la vida queall haba sino que se han condenado lugares de la tierra en lo que se refiere a lasgeneraciones futuras y a la posibilidad misma de la regeneracin de la vida. Ladesertizacin (die Verwstung) se extiende. Pero la desertizacin materialista no vasola, corresponde a su esencia el haber sufrido ya Occidente un proceso dedesertizacin simblica bajo el pretexto de no recaer en idealismos y seguir losdictados de la razn y de la ciencia para eliminar toda supersticin de la faz de latierra. La ilustracin ha sido y es un agente de desertizacin caracterizado por la frasede Heidegger: La ciencia no piensa11, desarrollada a partir del tan simple comopensado apotegma nietzscheano: La ciencia, barbariza12. Lo que caracterizara laparadoja del progreso como inversin benjaminiana de lo referente a la civilizacin.Occidente, la civilizacin, la ciencia, ha creado el campo de concentracin yplanificado el exterminio, es la barbarie, propaga la desertizacin.

    Heidegger seala que hay otros modos de hacer ciencia, que sta tiene sulugar propio, por lo cual, el fenmeno de la desertizacin no se puede combatirmediante una simple inversin maniquea y un rechazo de la ciencias y el positivismoen beneficio de las sabiduras sapienciales. La lucha contra el nihilismo, la superacindel nihilismo, no debe situarnos en un Orientalismo idealizado que rechace lo propioexperimentado como decadencia y acuda a lo lejano idealizado como vivificacin. De

    10 Heidegger, M., Qu significa pensar? [Semestre de invierno 1951-1952]. Editorial Trotta.Madrid 2005. III, pg.28.11 Heidegger, M., o.c. p.19.12 Nietzsche, F., KGW VI.3.EH.315. Ecce Homo. Alianza Madrid, 1989, p.73. LasIntempestivas, 1: La segunda intempestiva (1874) descubre lo que hay de peligroso, decorrosivo y envenenador de la vida, en nuestro modo de hacer ciencia: -la vida enferma de esteengranaje y este mecanismo [], enferma de la impersonalidad del trabajador, de la falsaeconoma de la divisin del trabajo. []. El cultivo moderno de la ciencia, barbariza.

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    nuevo lo apolneo requiere de lo dionisaco, la voluntad de poder del eterno retorno yla incultura del trabajo slo se subvierte mediante el cuidado de una cultura del ocio13que subyace oculta en el momento fundacional que Grecia signific para Occidente;algo que puede rememorarse y reencontrarse en el corazn de nuestra propiatradicin. El trabajo y la disponibilidad tcnica de la tierra son ya un fenmenoplanetario para el que no hay distincin entre unas latitudes y otras, aunque laerradicacin de lo simblico se haya hundido ms en unos lugares que en otros,dejando para las grandes urbes tan slo su simulacro.

    4. Gianni Vattimo hizo hincapi llegando a los primeros aos 70 del pasado siglo en lalucidez con que Nietzsche ha planteado el problema de la servidumbre del trabajofabril, que no se mitiga con una mejora econmica de los salarios [], sino con uncambio radical14; citando para ello el pargrafo 206 del Aurora de Nietzsche: Es unoprobio creer que a travs de un salario ms elevado se pueda eliminar la sustanciade su miseria, es decir, su impersonal condicin servil! Es un oprobio dejarseconvencer de que mediante una potenciacin de esta impersonalidad dentro delmecanismo de una nueva sociedad se pueda transformar en virtud la ignominia de laesclavitud!. Con ello se rechazaba el reformismo socialdemcrata de corte liberaldesde unos principios que si bien se distanciaban del marxismo dogmtico no sealejaban del comunismo del Marx que afirmaba que: Un aumento masivo del salario[] no sera ms que una mejor remuneracin de los esclavos15. Nietzsche,Heidegger y Marx se dan la mano en este punto fundamental de diagnstico respectode los ndulos del nihilismo contemporneo. Pero la recepcin de dicha trada todavano ha sido hecha.

    Ya en su Superacin de la Metafsica16 nos indicaba Heidegger que elhombre, el ser vivo que trabaja, tiene que vagar errante por el desierto de ladesertizacin de la tierra (II). En consonancia con Marx y Nietzsche se llega a atisbarque el hombre de la Metafsica, el sujeto alienado de la ltima configuracin a escalaplanetaria del ciclo metafsico de Occidente, est asentado como animal de trabajo(III), lo que no slo remite al imperio del Capital como manifestacin delemplazamiento del hombre por medio de la tcnica, lo cual sera su determinacincomo entidad econmico-poltica, sino al ocaso, derrumbamiento y devastacin, deuna humanidad cuya voluntad de voluntad implica querer la nula Nada. El DerArbeiter de Jnger tiene que ser rememorado por una meditacin heideggeriana tras laque se oculta el espectro de Marx.

    La esperanza del retorno de dioses que reencanten el mundo y vuelvan a nutrirla tierra, trados por la figura simblico-buclica del pastor, de los pastores invisibles,viven fuera de los lmites del desierto de la tierra devastada (XXVII), puede no sersuficiente para las necesidades del parque humano. Ya no son los sacerdotes quehabitan las instituciones de monopolizacin de la salvacin quienes estn llamados alhabitar fronterizo que pastorease los rebaos. Ahora, son unos nuevos eremitas losque, viviendo en los mrgenes, sobre la lnea, pueden asistir al ocaso y ser parterosen el amanecer de otro comenzar. stos son los ltimos hombres. Los que conHeidegger se atreven a pensar si acaso la poca de la Metafsica consumada est a

    13 Royo Hernndez, Simn La sociedad capitalista como negacin del ocio: historia de unaparadoja actual. Logos 35 (2002) 193-222.14 Vattimo, G., El sujeto y la mscara. Nietzsche y el problema de la liberacin. J. Binagui (trad.esp.), Pennsula, Barcelona 1989. V. El ultrahombre y el mundo liberado, p.256.15 Karl Marx OME 5. konomisch-philosophische Manuskripte (1844/ Manuscritos de Paris,publicados en 1932). 1 XXV.16 Heidegger, M., Superacin de la metafsica, in Conferencias y artculos. E. Barjau (trad.esp.), Ediciones del Serbal, Barcelona, 1994.

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    punto de empezar (X). De donde surge el problema y la ambigedad de no podersaber si estaramos al final del nihilismo o tan slo en su comienzo.

    5. Ernst Jnger nos recordaba en Uber die Linie (1, 240)17, en un texto que dedica aMartin Heidegger en su sesenta cumpleaos, -escrito entonces en 1949 aunquepublicado algo ms tarde-, en un regalo, que Nietzsche se present a s mismo al finalde su vida como quien haba habitado el nihilismo hasta el fondo pleno de sus abisalesprofundidades y lo haba superado. Jnger indica tal cosa citando el clebre fragmentopstumo incluso en La Voluntad de Poder en el que Nietzsche declaraba ser el primernihilista pleno de Europa, pero que ya ha vivido en s el nihilismo mismo hasta el fin que le tiene detrs de s, bajo s, fuera de s. Una declaracin optimista de quiennumerosas veces haba bajado a las profundidades emergiendo siempre de nuevo conrenovadas energas.

    Lo mismo pudiera decirse al pensar en el trasunto colectivo de la gestaindividual. Una Europa enferma que habra bajado a las profundidades depresivas delas muchas atmsferas de presin de su dilatada y cruenta historia, encontrara en latravesa del desierto, una nueva luz. El acontecimiento de un brillo con el que aspirar ala curacin. De modo que los europeos de la segunda mitad del siglo XX y principiosdel XXI quiz pudieran aspirar a otro comienzo, a ese inicio que Jnger vislumbradesde las negras ruinas de la Segunda Guerra Mundial.

    El paralelismo entre el individuo Nietzsche y la Historia de Occidente, laontogenia del pensador que ha trasegado la filogenia de la Historia, sin embargo, nonos ofrece un modelo muy optimista, si nos atenemos a su final. Tras la granrecuperacin en que consisti La Gaya Ciencia y el recomienzo de la vida quesupondr As habl Zaratustra, Friedrich Nietzsche, el pensador barmetro, sehundira definitivamente, a los 45 aos -para no volver a emerger jams- en lasprofundidades de la locura; lugar donde permanecera apagado durante sus onceltimos aos de vida, hasta desaparecer por completo legando su obra. Quizs hayaque decir que realmente no era tan fuerte como para dividir en dos la historia de lahumanidad sin quebrarse y destruirse a s mismo, dividindose, cayendo en el pozo dela esquizofrenia. De ah que no haya que descartar un final, un Apocalipsis, unacatstrofe, un cataclismo, un final del hombre, del mundo, de la historia y del pensar,en el cual, Europa, siguiendo el modelo norteamericano, se volviese loca ypermaneciese catalptica durante once centurias u once milenios antes dedesintegrarse y desaparecer por completo. Dejando sus vestigios arqueolgicos parauna nueva humanidad.

    Si no hay cataclismo que sea absoluto no se desaparece por completo, al igualque no se crea ex nihilo, siempre quedan restos, cualquier cataclismo deja rastros y apartir de esas huellas la vida continua su trgico eterno retorno en medio de lavoluntad de poder. La teora cclica de la historia que Platn refiere en sus Leyes,Polibio en su Historia y Maquiavelo en sus Discorsi, alcanza rango ontolgico en lameditacin del eterno retorno de Nietzsche. De ah que tanto Jean Baudrillard comoFrancisco Rodrguez Adrados coincidan en declarar que se ha cerrado un ciclo o quese est cerrando un ciclo, aunque lo valoren en sentido diametralmente contrario. Locual, indica, si es que el cierre de ciclo no constituye la destruccin plena del planeta,que se tendr que abrir otro, que habr tarde o pronto, un nuevo comenzar, unaaurora, un alborear de un maana.

    El Nihilismo es y no es un acontecimiento histrico, acaece en la diacrona dela Historia con cada salto cualitativo de una epocalidad a otra al tiempo quesincrnicamente pertenece al ser. Kierkegaard llamar Cristo-Dios, los griegos, lo 17 Jnger, E., & Heidegger, M., Acerca del nihilismo. [Ernst Jnger Sobre la lnea & MartnHeidegger Hacia la pregunta por el ser]. Editorial Paids, Barcelona 1994.

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    divino, a ese paradjico acontecer de la eternidad en el tiempo que escandaliza a larazn. Pero Nietzsche y Heidegger, atendiendo a su reverso, desde la constatacin deuna teodicea negativa que tiene el valor de afrontar la idea de que el mal pertenece alser, detectarn, a la inversa, que es tambin el tiempo el que irrumpe en la eternidad,devastando lo pleno, destruyendo el instante y extendiendo la Nada, esto es,desertizando lo real, devastando el ser.

    De ah que el Nihilismo y la muerte de Dios sean acontecimientos equivalentes,una tragedia, nuestra tragedia, paradjica y ambigua en cuanto necesaria para la vidao en cuanto destino. Se puede entonces y se deba afirmar la muerte, integrar el mal,pero siempre y cuando se afirme con ello la existencia y el bien. El peligro fascista dela operacin es palpable si recordamos las cadas en los cultos a la muerte de lasideologas pretritas. Pero no menos totalitaria ha resultado la operacin contraria. Ladenunciada por Jean Baudrillard sin descanso a lo largo de su vida, la de la ciruga y lacosmtica de des-en-terramiento de la muerte, la operacin de su exhumacin visible,que lo que ha provocado es un desaparecer de la realidad en un Occidente virtual quepor medio del simulacro se dice realista, pragmatista, materialista. Si el mal perteneceal ser tambin el bien tendr los mismos derechos. Luego slo sorteando los peligrosde lo maligno mediante la afirmacin de lo bueno se podr mantener un optimismo,una esperanza y un afn por abrirse camino.