Nº 247/22-II-2001 SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA La ... · La Iglesia ni ha sido ni es...

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NACIONAL SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 247/22-II-2001 Juan Pablo II con los obispos de la ex Unión Soviética Juan Pablo II con los obispos de la ex Unión Soviética Obispos, terrorismo y vida pública Obispos, terrorismo y vida pública La misma y única Iglesia La misma y única Iglesia

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NACIONALSEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 247/22-II-2001

Juan Pablo II con los obispos

de la ex Unión Soviética

Juan Pablo II con los obispos

de la ex Unión Soviética

Obispos, terrorismo y vida pública

Obispos, terrorismo y vida pública

La misma y

única Iglesia

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Etapa II - Número 248Edición Madrid

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10 La foto

11 Criterios

12 Cartas

13 Aquí y ahora

Ver, oír... y contarlo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

44 nuevos cardenales

Iglesia en Madrid

18 ¿Qué pasa en Davos?

19 La voz del cardenal arzobispo

19 Eutanasia y legalización

20-21 Mundo

Ley fundamental del Estado

de la Ciudad del Vaticano

22-23 La vida

Desde la fe

24-25 El pequealfa.

28 Teatro.

29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad

32 Contraportada

3/5

El cardenal Roucoa COPE:

No se puedeconfundir a laIglesia con un

sistema político.

Nota del ComitéEjecutivo

del Episcopado:La Iglesia,

ante el pactoantiterrorista

6-9

El encuentro entre Oriente y Occidente.Ucrania espera a Juan Pablo II

26-27

Mensaje del Papa para la Cuaresma:El único camino de la paz es el perdón

Alexander Solzhenytsin, conciencia

de la Santa Rusia

Don Antonio, ¿por qué no firma o por quéno quiere firmar la Conferencia EpiscopalEspañola el famoso pacto antiterrorista?

En primer lugar, eso ha sido una cuestión que nose nos ha planteado de manera explícita o expresa; noha habido una negación, en el sentido explícito deltérmino, porque no nos han pedido que firmásemosese pacto. Pero ése es el problema menor. El pro-blema mayor es que de ese hecho de que no lo hemosfirmado, se saquen las consecuencias tan curiosasy tan dolorosas de que los obispos y la Iglesia cató-lica en España es ambigua respecto a la condena delterrorismo, y ambigua respecto a la defensa del quin-to Mandamiento de la Ley de Dios. Eso ya es de-sorbitar de tal manera los hechos que uno se pre-gunta si siempre funciona el buen juicio y, yo casi nome atrevería a decirlo, pero también si funciona labuena voluntad.

Lo que es evidente es que están cayendo reac-ciones en forma de comentario, de titulares, deeditoriales, de una manera …

Pero en todos ellos hay de nuevo una clara con-fusión de la relación entre la Iglesia y la comunidadpolítica. A uno le suenan algunos comentarios y ar-gumentos a discursos en torno a este tema de finalesde los años 60. Yo les pediría a los comentaristas queleyesen el Concilio Vaticano II, el capítulo IV de laConstitución sobre la Iglesia en el mundo de nuestrotiempo, que dedica el Concilio a hablar de la Iglesiay la comunidad política. El texto dice, de forma muyclarividente: Es de gran importancia, sobre todo allídonde existe una sociedad pluralista, que se tenga unrecto concepto de la relación entre comunidad polí-tica e Iglesia, y que se distinga claramente entreaquello que los fieles cristianos hacen individual y co-lectivamente en su nombre, en cuanto ciudadanosguiados por la conciencia cristiana, y lo que hacenen nombre de la Iglesia, juntamente con sus pastores.La Iglesia, que, en razón de su función y de su com-petencia, no se confunde de ningún modo con la co-munidad política y no está ligada a ningún sistemapolítico, es al mismo tiempo signo y salvaguardiade la trascendencia de la persona humana. Y unas lí-neas más adelante prosigue: La Iglesia, fundada en elamor del Redentor, contribuye a que estén más am-pliamente vigentes, en el seno de una nación, y entrelas naciones, la justicia y la caridad, predicando laverdad evangélica, iluminando todas las áreas de laactividad humana por medio de su doctrina y deltestimonio prestado por los fieles cristianos, y asírespeta y promueve también la libertad y la respon-sabilidad política de los ciudadanos.

Creo que hay que distinguir bien los planos, y laIglesia, en este momento, con más o menos fallos,como lo ha hecho a lo largo de la Historia, proclama

el principio del respeto claro, neto, e incondicionala la vida en todas sus circunstancias, con todos suscontenidos y en todos sus objetivos, inspirada en elEvangelio. Evidentemente, si no lo hiciera, estaría fa-llando; pero la Iglesia lo está haciendo, y lo que ne-cesita es libertad para hacerlo, y para hacerlo consus propios medios, en el ámbito de su propia vida yde su propia existencia, y trascendiendo los ámbitossociopolíticos. No escapándose o huyendo de ellos,pero tampoco confundiéndose con ellos, ni identi-ficándose, en sus formas concretas de actuación,con ellos.

Condena del terrorismo desde que nació

Yo tengo en la memoria pronunciamientosmuy recientes de la Conferencia Episcopal Es-pañola y declaraciones suyas y, por supuesto, delPapa también, condenando de manera explícita,inequívoca y nada tibia el terrorismo y, en con-creto, el terrorismo de ETA.

Pero eso ha sido así desde que nació el fenóme-no del terrorismo; a la hora de anunciar el Evange-lio de la vida y de aplicar ese anuncio a la realidad delterrorismo de ETA, la rotundidad, la claridad y la

firmeza han sido siempre la constante del magiste-rio de los obispos españoles. Pero no sólo de ellos,sino también de sus sacerdotes, de los responsableslaicos; la Iglesia somos todos. Creo yo que la Iglesiaen España, ante el fenómeno del terrorismo, ha re-accionado siempre como tenía que reaccionar: di-ciendo esto es un gravísimo atentado contra la Leyde Dios, no tiene justificación alguna de ningún ti-po, de ningún género; no se puede construir la co-munidad política ni el Estado sobre la base de un su-puesto ético, o jurídico, en el que se desprecie y seviole el Mandamiento de la Ley de Dios o el derechoa la vida.

De todos modos, si me permite una opiniónpersonalísima, yo creo que estos lodos vienen deunos viejos polvos, en los cuales el señor Setién hahecho un discurso que no siempre se ha entendi-do bien.

Monseñor Setién… Vamos a prescindir de cita-ciones personales, y de casos individuales. Lo que nose puede es enjuiciar toda la acción de la Iglesia enEspaña por la actuación de uno de sus miembros,sobre el cual tampoco quiero yo hablar en este mo-mento.

En portada Alfa y Omega 22-II-2001 3

Declaraciones del cardenal Rouco a COPE:

No se puede confundira la Iglesia con un

sistema políticoLa Iglesia ni ha sido ni es ambigua en su condena del terrorismo, afirmó el cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid,

en la conversación que mantuvo, el lunes pasado, con Luis Herrero en La Mañana, de COPE, que por su actualidad y máximo interés reproducimos:

Yo no pretendo hablar de una persona con-creta, sino del papel que, en un momento deter-minado, puede haber provocado una cierta in-comprensión, y lo digo porque he leído reciente-mente algunas declaraciones de algunos obisposque han sido muy destacadas también, yo no sé side una manera muy bien intencionada, no mecorresponde a mí juzgarlo, por algunos medios decomunicación; por ejemplo, las recientes decla-raciones de monseñor Estepa diciendo que algu-nos obispos no han sabido conectar, digamos, conla manera de pensar de los ciudadanos españoles.

Puede ser. Nadie de entre nosotros se reconocelimpio de toda culpa y de todo fallo, pero yo diríaque el que esté libre de toda culpa que tire la primerapiedra, como decía Nuestro Señor en el evangelio.Es decir: de posibles fallos de imagen, o no de imagende algunos de los miembros de la Iglesia, deducir lasconsecuencias y las conclusiones sobre el compor-tamiento de la Iglesia en España en relación con lacondena del terrorismo, eso es saltar todos los límitesde la justicia, de la prudencia y del buen juicio. Es

más, yo pienso que, si detrás y en medio de la socie-dad española, la Iglesia no hubiera anunciado el Evan-gelio de la vida, no hubiera enseñado la Ley de Dios,no hubiese formado a las jóvenes generaciones y alos que ahora ya han entrado en edad adulta y sonresponsables de los destinos del país y del bien comúnde sus conciudadanos… , si eso no hubiese ocurri-do, ¿dónde estaría la sensibilidad y la conciencia mo-ral y ética de la sociedad española para enfrentarsecon esta terrible amenaza del terrorismo?

Desde el Evangelio, mucho más que el pacto

Don Antonio, corríjame si me equivoco, peroyo le he entrevistado varias veces y pocas he po-dido detectar una sensación tan de dolor en suspalabras por la incomprensión y por la injusticiade algo que usted considera clarísimamente des-proporcionado, tal y como se está vendiendo en laopinión pública.

Pues, evidente; porque de lo que se nos acusaahora es de que no firmamos el pacto antiterrorista.Bueno, el pacto es una actuación de dos partidos

políticos en torno a unos objetivos, con contenidosde una clara coherencia con el principio del respetodel derecho a la vida, ejerciendo su responsabili-dad, y muy bien; pero otra cosa es que esa fórmulasea la que se deduzca directamente de la ley de Dios,y que se deduzca como una necesidad concluyentepara el comportamiento en todos los ámbitos de la vi-da de todos los cristianos. Lo que se dice en el pac-to antiterrorista sobre la defensa del derecho a la vi-da es parte del patrimonio común de la doctrina mo-ral de la Iglesia, pero sólo parte, porque la doctrinamoral de la Iglesia sobre el derecho a la vida, y el res-peto a la vida, y la negación de la legitimidad deluso de la violencia para defender la vida y el bien co-mún se queda corto al lado de lo que exige el Evan-gelio. Nosotros, a un cristiano, en una conversaciónde tú a tú, en el sacramento de la Penitencia, en unaconversación pastoral, en una predicación, tenemosque decirle que tiene que hacer mucho más de loque se dice ahí en relación con la defensa de la vida,y yo tengo que hacer mucho más en relación coneste tema en este marco concreto del terrorismo.

Yo creo que, a veces, ustedes no son conscien-tes de hasta qué punto sí que clarifican su men-saje; otra cosa es que haya gente con ganas dedistorsionarlo. Por ejemplo, se habla de la inmi-gración, y la única voz que está tratando de de-fender una posición que no sólo defiende el de-recho a una vida, sino también a una vida dig-na, es la voz de la Iglesia, que es la única que es-tá diciendo en este momento que el Gobiernodebe atender a unos criterios que políticamenteno está atendiendo. Lo digo por poner un ejemplode actualidad.

Sí; se nos dice muchas veces que no sabemospresentar el mensaje, que no sabemos comunicar.Puede ser; pero, de todos modos, vivir el Evangelio,mostrar la verdad del Evangelio de Jesucristo y el va-lor de lo cristiano, de la comunión y de la pertenen-cia a la Iglesia católica es un asunto de vida. Cuan-do nosotros vivimos consecuentemente todas lasexigencias de la existencia cristiana, tal como nosvienen del Evangelio, muchas veces se encuentraincomprensión. La historia del cristianismo es unahistoria de incomprensiones, y no porque lo hayanhecho mal los cristianos, sino porque es un mensa-

je que a veces está en contraste con las posiciones ycon los valores de este mundo

De todas maneras, a mí me parece que uno delos orígenes de ese posible mal entendido, o deesa falta de comunicación, está en una acusaciónque muchas veces se ha hecho –yo creo que tam-bién de manera básicamente injusta, pero se hahecho–, al establecer una cierta complicidad en-tre algunas diócesis y algunas posiciones nacio-nalistas. En este momento se está discutiendo si sepuede o no crear una región eclesiástica en Ca-taluña, lo cual nos vuelve a plantear la cuestiónque se planteó en otra situación histórica distin-ta, en el País Vasco. Ahí es donde yo creo, parti-cularmente, que está el nudo del problema.

Una confusión evidente

Sí, ahí hay un aspecto de la problemática, peroque está dentro de la general a la que alude el textodel Concilio Vaticano II. No se puede confundir a laIglesia con la comunidad política, con un sistemapolítico; tampoco con un sistema y con una con-cepción nacionalista, en el sentido al que usted alu-de de la política. La Iglesia no es catalana, españo-la, ni alemana. La Iglesia es una, santa, católica yapostólica, que vive, existe, trata de entrar en la vi-da de todos los pueblos, pero siendo siempre la mis-ma y no estando, en su ser, en sus estructuras y en sufunción íntima, esencialmente condicionada por elfactor histórico o por el ambiente histórico-políticoen el que está. Y yo creo que ése es el gran servicioque, por otro lado, hace la Iglesia a lo que podríamosllamar el contexto, la atmósfera, la calidad moralde un pueblo, de una nación; y lo ha hecho así a lolargo de toda la Historia.

Don Antonio, usted se explica muy bien, ¿porqué no sale con más reiteración a los medios decomunicación?

Yo salgo siempre que puedo y que sea necesario,pero yo salgo todos los días a predicar el Evangelioen mis parroquias y a mis gentes. Los obispos so-mos pastores de la Iglesia. Estamos en el día a día, enla cercanía con nuestra gente; pero claro, con unas po-sibilidades de comunicación condicionadas por elcontexto inmediato. Si estoy en una iglesia, no habloa un millón de personas, hablo a las mil personasque haya; pero eso es la labor de fondo que la Iglesiahace, y el tejido del alma que va trenzando, a lo lar-go del tiempo y de los siglos. ¡Hombre, que se digaque la Iglesia lleva dos mil años haciendo política, meparece a mí que eso un católico no lo puede decir!

Bueno, un católico despistado puede decir mu-chas barbaridades; otra cosa es que, al decirlo, di-ga la verdad.

Que eso defina la vida de la Iglesia, dos mil añosde vida de la Iglesia definidos como dos mil ha-ciendo política, pues, verdaderamente, eso causa unprofundísimo dolor, sobre todo cuando viene de laboca de alguien que se dice católico.

A veces es que los acontecimientos te desbor-dan…; no sabes…, tienes la impresión de que hayuna especie de concertación, no se sabe si espontá-nea o preparada, en torno a la explicación y a la acla-ración de sucesos, o de textos, o de palabras. Tra-taremos, ciertamente, de responder lo más ágilmenteposible a las cuestiones cuando surjan, como ésta.Realmente uno comprende, por otro lado: cuandotanta gente está amenazada, cuando tantos estamosamenazados, a veces mantener la serenidad del al-ma y la paz y la esperanza no es fácil. Por eso, aun-que uno se sienta dolorido, tampoco está enfadado,ni quiere polémicas, ni quiere responder con los mis-mos argumentos... El evangelio del domingo es elEvangelio del amor cristiano: si te dan en una meji-lla, pon la otra.

En portadaAlfa y Omega4 22-II-2001

En portada Alfa y Omega 22-II-2001 5

La Conferencia Episcopal Espa-ñola no se ha adherido formal-mente al acuerdo por las liber-

tades y contra el terrorismo, pactadopor el Partido Popular y el Partido So-cialista y firmado el 8 de diciembrede 2000. Este hecho ha sido interpre-tado, en los últimos días, en el sentidode que la Iglesia no está claramenteen contra del terrorismo. Se ha insi-nuado también que su posición, su-puestamente ambigua o tibia en estepunto, debilita la lucha del Estado yde la sociedad contra el problema másgrave de nuestra convivencia en pazy libertad.

Ante estas gravísimas imputacio-nes, queremos manifestar lo si-guiente:

1. Ninguna persona informada pue-de argumentar con buena fe que la je-rarquía de la Iglesia no haya conde-nado con todo rigor, claridad y una-nimidad el terrorismo en numerosísi-mas ocasiones. Así se hizo desde losprimeros asesinatos de ETA, antes in-cluso de la promulgación de la Cons-titución en 1978, y así se ha venidohaciendo cada vez que el terror deETA atenta sistemática y criminal-

mente contra la vida y la libertad delos españoles.

En solemnes actos institucionales,la Conferencia Episcopal ha dejadooír su voz de modo inequívoco. Re-cordamos, a modo de ejemplo, la úl-tima intervención de su Presidente:

El fenómeno del terrorismo es, sinduda alguna, nuestro más grave pro-blema; atenta vilmente contra el mássagrado e inviolable de los derechosde la persona humana: el derecho ala vida; contra la verdad y la libertadde las personas y de los grupos y, portanto, contra los fundamentos de laconvivencia social. El terrorismo esla mayor de las negaciones de la jus-ticia y de la caridad: una gravísimainmoralidad. No admite coberturaideológica alguna (Discurso de Aper-tura de la LXXV Asamblea Plenaria.Noviembre de 2000).

2. Nadie nos ha pedido formal-mente que suscribamos el Acuerdomencionado. Con buen criterio, no senos ha puesto en la coyuntura de te-ner que responder. Pero, ante insinua-ciones o peticiones indirectas de di-versa procedencia, los obispos deli-beramos en su momento sobre esta

eventualidad, llegando a la conclusiónde que la Iglesia no debe tomar parteactiva en las legítimas iniciativas quecompeten a los actores de la vida po-lítica, como son, en este caso, los par-tidos.

3. Es misión ineludible de la Iglesiala predicación del Evangelio y de lasexigencias morales que de él se deri-van, que van mucho más allá en suscontenidos que las que se recogen endicho Acuerdo. Esta predicación serealiza de muchos modos, entre ellos,las declaraciones y exhortaciones pú-blicas, como aquellas a las que noshemos referido. Pero también la ora-ción pública y litúrgica, la educaciónde las personas y, en particular, la for-mación de las conciencias, son mo-dos de expresión de la obra evangeli-zadora de la Iglesia.

La evangelización tiene, sin dudaninguna, implicaciones y consecuen-cias políticas, pero no es una activi-dad política. La Iglesia anunciarásiempre el Evangelio, aunque ello leacarree incomprensiones y ataques.Pero la política en sentido estricto noes competencia de la Iglesia en cuan-to tal. De acuerdo con el Concilio Va-

ticano II, es necesario distinguir connitidez entre aquello que los fielescristianos hacen, individual o colec-tivamente, en su nombre en cuantociudadanos, guiados por la concienciacristiana, y lo que hacen en nombrede la Iglesia conjuntamente con suspastores (Constitución Gaudium etspes 76).

4. El hecho de no prestar su adhe-sión formal a un acuerdo legítimo, quepuede favorecer la cooperación entrelos actores de la vida política, no sig-nifica que la Conferencia Episcopalsea neutral, o se despreocupe del gra-vísimo problema del terrorismo. Muypor el contrario, pensamos que man-teniéndonos en el ámbito de nuestramisión es como mejor podemos con-tribuir a la erradicación del terroris-mo y de sus causas. La Iglesia, ac-tuando como tal, salvaguarda la dig-nidad de la persona humana y contri-buye a la justa convivencia social,ofreciendo una aportación insustituibley peculiar.

Por eso, reclamamos la libertad y elrespeto necesarios para que la Iglesiase exprese con los gestos y palabrasque le son propios. Así cumple mejorsu misión específica.

5. Reconocemos que, ante la dra-mática realidad del terrorismo y ante laamenaza inmediata que sufren mu-chos ciudadanos, y aun toda la socie-dad, no es fácil explicar y compren-der la distinción entre la misión de laIglesia y la actividad política. Sin em-bargo, esto no justifica las acusacio-nes absolutamente injustas y despro-porcionadas vertidas en estos días con-tra la Conferencia Episcopal y contrala Iglesia. Quienes programan y di-vulgan tales versiones de los hechosdeberían saber que, por ese camino,no se contribuye a desenmascarar lasraíces morales e ideológicas del ho-rrible pecado del terrorismo. Por elcontrario, se debilita de modo absurdola resistencia espiritual y social contrael mismo. El escándalo injustificadotiene su precio.

6. Una vez más, invitamos a las co-munidades cristianas a la acogida y alservicio fraterno de todas las víctimasdel terrorismo, a las que debemos to-do nuestro afecto y toda la ayuda quenos demanda la caridad de Cristo. Lesinvitamos también a la plegaria pú-blica y privada por la paz y el final delterrorismo. Porque creemos firme-mente en el poder de la oración, en-comendamos a Jesucristo, Señor de laHistoria, que escruta las verdaderasintenciones de los corazones, la con-versión de los terroristas y la paz y li-bertad de nuestro pueblo.

Madrid, 20 de febrero de 2001

Nota del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española

La Iglesia,

ante el pacto antiterrorista

En portadaAlfa y Omega6 22-II-2001

Alfa y Omega, desde Moscú

Como ha recordado precisa-mente en estos días el PatriarcaAlexis II, en una entrevista

concedida al diario ruso Hoy, es ne-cesario que los cristianos se unan, su-perando con sentido común todos losmotivos de desacuerdo, para hacerfrente al ataque cada vez más extensode las varias sectas totalitarias, queaprovechan las dificultades de las per-sonas sencillas para alejarlas de la feen Cristo. Está claro que un encuentroal máximo nivel entre el Papa de Ro-ma y el Patriarca de Moscú sería unsigno potente de esta unidad, y el mis-mo Patriarca demuestra ser conscien-te, deseando que las incompresionescon Roma se superen antes o después.

En realidad, son muchos los queen Rusia comparten los deseos del Pa-triarca, incluso a altos niveles del Go-bierno y de la oficialidad. Hay en talespera un elemento simbólico quehunde sus raíces mucho más a fondoque las problemáticas actuales, y seremonta a antes incluso de la Revolu-ción, como testimonia en sus proféti-cas visiones el gran filósofo ruso Vla-dimir Soloviev, que veía en la uniónentre el cristianismo ruso y el occi-dental la única vía para defender efi-cazmente la fe cristiana de los ataquesdel príncipe de este mundo, que So-loviev identificaba en una forma depoder mundial inspirado en un huma-nitarismo hipócrita, bastante similaral que se está instaurando cada vezmás en estos tiempos de globaliza-ción. También la famosa afirmacióndel cristianismo que debe respirar condos pulmones, el oriental y el occi-dental, tantas veces citada por el mis-mo Juan Pablo II, se debe atribuir algran pensador ruso Vjaceslav Ivanov.Rusia cultiva, en realidad, una con-ciencia aguda del propio papel me-siánico en la historia del cristianismo,papel que podría ser exaltado sólo porla autorizada confirmación del Pa-triarca de Occidente.

La Rusia de hoy, por otra parte, es-tá reconstruyendo fatigosamente supropia dignidad espiritual, tan brutal-mente pisoteada por casi un siglo dedictadura atea y de persecución de laIglesia. Es ésta la causa de los muchosrecelos que la misma Iglesia ortodoxamanifiesta respecto a la penetraciónde usos y costumbres de Occidente,incluidas las tradiciones religiosas, yque han impedido hasta ahora el es-clarecimiento también con la Iglesiacatólica y la realización de la visita

del Papa. Sólo el tiempo podrá sanarlas muchas heridas del siglo XX, quea menudo han hecho sangrar nueva-

mente antiguas cicatrices, como en elcaso de los conflictos religiosos enUcrania, tierra originaria de la orto-

doxia rusa. Quizá precisamente el via-je de Juan Pablo II a esta tierra, el pró-ximo junio, que hoy suscita fuerte per-plejidad entre los ortodoxos, podráayudar a superar algunas de estas di-ferencias, ofreciendo un testimonio deamor sincero a la unidad de los cris-tianos.

La gran personalidad de Juan Pa-blo II, en todo caso, no puede quedarencerrada en el ámbito angosto de lasdisputas de campanario: muchos ru-sos, sobre todo los jóvenes, esperancon curiosidad, o mejor con entusias-mo, la posibilidad de ver y escucharal líder espiritual más grande del mun-do contemporáneo, el verdadero he-raldo de la nueva evangelización. Trasla desolación del largo invierno ateo,hay, de hecho, un gran deseo de en-contrar nuevas fuentes de inspiraciónpara un renacimiento espiritual verda-dero y un descubrimiento del mensajede Jesucristo. Muchos tienen, además,un sincero respeto a la tradición cris-tiana de Occidente, que pertenece enuna cierta medida también a la historiamisma del pueblo ruso, por no hablardel orgullo de un pueblo tan impor-tante, que ocupa un territorio equiva-lente a la sexta parte de la tierra firme,y que quiere ser protagonista en laconstrucción de una sociedad interna-cional más justa y menos esclava delas dictaduras de los mercados finan-cieros y de los poderes fuertes. Tal mo-tivación política de una visita del Papaa Rusia no escapa tampoco a la aten-ción del Presidente Putin, deseoso dedevolver a Rusia a los esplendores desu historia y que, curiosamente, aca-ba de visitar Ucrania estos días.

Stefano Caprio

¿Qué significaría una visita del Papa a Moscú?

El encuentro entreOriente y Occidente

NuestraSeñora de Kazán, un veneradoicono

Este venerado icono de la Madre de Dios data del siglo XIII, y es originario probablemente de Cons-tantinopla, según los expertos. Escondido durante la ocupación de los tártaros, una niña encontró la

imagen en las ruinas de Kazán en 1579. El arzobispo lo llevó a la iglesia de San Nicolás, y junto a uncreciente fervor popular, se sucedieron numerosas curaciones milagrosas. En honor a ella se levantaroncatedrales en Kazán, Moscú y San Petersburgo, donde en 1904 fue robado, hasta que en 1950 aparecióen Inglaterra. Tras verlo en el pabellón soviético en la Feria Mundial de Nueva York de 1964, el Ejérci-to Azul de Fátima logró reunir los varios millones de dólares necesarios para comprarlo y llevarlo alsantuario portugués el 21 de julio de 1970.

El ciclo de los acontecimientos de Fátima no se cerraron al conocerse, el pasado 13 de mayo, la ter-cera parte del secreto, que la Virgen reveló a los tres pastorcillos en 1917. Como claramente aparece enesta tercera parte del secreto, el Papa vio en el atentado sufrido en 1981 la mano de la Virgen de Fáti-ma que le salvó milagrosamente la vida, y a quien se lo agradeció. El Ejército Azul donó entonces esteicono a Juan Pablo II, y hasta ahora ha permanecido en el estudio privado del Papa. Pese a las invitacionesde Gorbachov y Yeltsin a Juan Pablo II para visitar Rusia, hasta ahora el Patriarcado ortodoxo se ha mos-trado receloso a tal visita. Aunque Vladimir Putin no renovara esta invitación en su primer encuentrocon el Papa, el pasado mes de junio, esto se considera implícito, a la espera de que el Presidente rusologre que el Patriarcado cambie de actitud. Juan Pablo II ha afirmado que, en su soñado viaje a Moscú,se llevaría con él el icono de la Madre de Dios, que regalaría al pueblo ruso, entregándoselo personal-mente al Patriarca Alexis II.

En portada Alfa y Omega 22-II-2001 7

Benjamín R. Manzanares

Se trata del tercer viaje del SantoPadre a un país de mayoría or-todoxa, y el primero a un país

ortodoxo dependiente del Patriarcadomoscovita. A pesar de que la visita deJuan Pablo II haya provocado reac-ciones en contra por parte de algunosortodoxos, es más necesaria que nun-ca para resolver contenciosos antiguosy nuevos, y para estimular a los fielesen la obra de re-evangelización de lasociedad.

Los católicos de rito oriental –ouniatas– presentes en la parte occi-dental de Ucrania están unidos a Ro-ma. Como en la mayoría de los paí-ses del antiguo bloque del Este, sóloun milagro ha logrado que medio siglode comunismo en Ucrania no hayaconseguido asfixiar al cristianismo, yque, a pesar de generaciones forma-das en escuelas comunistas, no se ha-ya perdido la fe.

La visita a Ucrania es un paso cla-ve en el diálogo católico-ortodoxo. LaIglesia católica no entiende la preten-sión ortodoxa de considerar anormal elestatuto eclesial de la Iglesia greco-católica. Ésta es la principal dificul-tad para el acercamiento entre la San-ta Sede y el Patriarcado ortodoxo deMoscú. Aunque el Patriarca ruso Ale-

xis II acusa a los greco-católicos deperseguir a los ortodoxos en Ucraniaoccidental, el recien nombrado car-denal y obispo auxiliar del arzobispoMayor católico-oriental de Lvov, mon-señor Husar, considera que no deja deser natural que la gente regrese a susorígenes. Tras la caída del telón deacero la Iglesia ruso-ortodoxa sufrióun grave revés, ya que, de pronto, másde mil parroquias volvieron a ser gre-co-católicas.

El diálogo católico-ortodoxo estáestancado. La última reunión oficialde la comisión mixta, que tuvo lugaren Baltimore, resultó un fracaso.

Ucrania es considerada la cuna his-tórica del cristianismo de la antiguaRus. Este país está ligado estrecha-mente a Rusia; los acontecimientosucranianos tienen notable influenciatanto en la vida interna de la Ortodoxiacomo en las relaciones ecuménicas, acausa también de la disputa sobre lasdiócesis y parroquias de la zona deLvov, que ve alineados en frentes con-trapuestos desde hace más de cuatrosiglos a ortodoxos, católico-orienta-les y católico-latinos.

Respecto a la restitución de temploso edificios eclesiales, monseñor Husarseñala: Hemos recuperado muchos, so-bre todo allí donda la comunidad en-tera optó por nuestra Iglesia. A partir

de 1989, y a raíz de la visita de Gor-bachov al Papa, las parroquias cató-lico-orientales obtuvieron permiso pa-ra registrarse oficialmente. Más de milpueblos decidieron unánimemente re-gresar a la Iglesia católica. Otras co-munidades se dividieron. Una partequería permanecer ortodoxa y la otrase registró como greco-católica. En es-tos lugares a veces sólo hay un edifi-cio y dos comunidades diferentes que lonecesitan. En ocasiones hay acuerdopacífico; en otras, se provocan con-flictos bastantes graves, aunque ya nose dan situaciones extremas.

Los católicos, tanto orientales co-mo latinos, han celebrado el recientenombramiento de dos cardenales –am-bos arzobispos de la misma ciudad,Lvov, uno latino y otro greco-católico.La decisión de Juan Pablo II es unejemplo de sabiduría histórica: esperóla elección del arzobispo greco-cató-lico, antes de hacer público el nom-bre del cardenal in pectore (el arzo-bispo latino), para no herir de ningúnmodo las respectivas susceptibilida-des. Las personalidades llamadas alColegio cardenalicio están más alláde toda polémica: el cardenal Ja-worsky, compañero de estudios y ami-go de juventud del Papa, es uno de losgrandes héroes de la resistencia al fu-ror del ateísmo militante; y el cardenal

Ucrania, ¿antesala de Moscú?

Ucrania espera a Juan Pablo II

La visita del Santo Padrea Ucrania, del 21 al 24de junio de 2001, parecemás necesaria que nuncapara resolver diversascuestiones y, sin duda,repercutirá en el ahoraestancado diálogocatólico-ortodoxo.Ucrania, cuna históricadel cristianismo de Rusia,celebra el nombramientode los dos cardenalesucranianos, unopara los orientalesy otro para los latinos.Muchos ven en este viajea Ucrania, el paso previoa la deseada visitade Juan Pablo II a Moscú,soñada desde hacetantos años…

Misa dominical en Tula, Rusia

En portadaAlfa y Omega8 22-II-2001

uniata, monseñor Lubomyr Husar,desde hacía muchos años hermano enel episcopado, fue estrecho colabora-dor del cardenal Lubachivsky, que des-de el extranjero guiaba la diáspora delos greco-católicos ucranianos, con-servando en lo posible relaciones conla madre-patria.

La hora de la esperanza

El exilio ha permitido a muchosfieles uniatas prepararse mejor al re-nacimiento de la Iglesia de Lvov quehoy es testigo de un florecimiento devocaciones sacerdotales y monásticas,un clero y un episcopado mucho me-jor preparado que el de la Iglesia or-todoxa, que no ha podido acceder alos institutos y estructuras del mundolibre. La Iglesia ucraniana se preparaa recibir al Papa, dando una señal de lacapacidad de renacer a la fe partien-do de la unidad en Cristo y en susapóstoles, a pesar de las mil polémicasdel pasado y del presente.

El pasado 8 de diciembre, el car-denal Roger Etchegaray, que asistióen Moscú al congreso Juan XXIII y elecumenismo, se encontró, a puerta ce-rrada, con el Patriarca ortodoxo AlexisII. Sin duda alguna se hablo de la visitadel Papa a Ucrania, que es vista conaprensión por parte del Patriarcado.Tradicionalmente éste ha sido muy se-vero en materia de ecumenismo. Estose complica aún más al mezclarse elproblema religioso con el nacionalis-mo. Por una parte, existe un senti-miento antirruso, y, por otra, en Ucra-nia hay dos escisiones ortodoxas encompetición con el Patriarcado deMoscú. Éste teme perder su funda-

mental jurisdicción sobre Ucrania,donde están más de la mitad de las pa-rroquias del Patriarcado de Moscú.Además, más del 20 por ciento de losobispos son ucranianos. Con las co-sas así, y con un Sínodo de la Iglesiarusa que considera Ucrania asunto desupervivencia, el Patriarcado de Mos-cú acusa a los greco-católicos de serlos primeros en abrazar el nacionalis-

mo ucraniano antirruso, influenciandoasí a las Iglesias ortodoxas cismáti-cas. Para el obispo auxiliar de Lvov,entre los retos actuales, está la prepa-ración de los candidatos al sacerdo-cio, y en el caso de los laicos, la for-mación en la fe. Debemos armar a lagente de valores cristianos, transmi-tirles lo que significa la dignidad hu-mana, la justicia, la confianza, etc…

El pasado 1 de diciembre, Juan Pa-blo II dijo, en su discurso a los obisposde la Iglesia católica de rito bizanti-no-ucraniano: Vuestro proyecto pas-toral deberá privilegiar ese espíritude paz y fraternidad cristiana que hade caracterizar a todo creyente en Je-sucristo. Conforme al común legadode diez siglos y a la inspiración devuestros obispos, que quisieron launión con Roma, estáis llamados a vi-vir un impulso de desarrollo y gene-rosidad que se ponga también al ser-vicio de los hermanos ortodoxos, convistas a la recomposición de la plenacomunión conforme a la voluntad deJesucristo; junto con sus pastores bus-caréis nuevos caminos de testimoniocomún evitando las contraposicionesestériles, conscientes de que el Padrellama a todos a la caridad para queel mundo crea. Con la vitalidad arro-lladora que le caracteriza, añadió: Es-pero estar pronto en tierra ucranianapara anunciar, junto con todos loscristianos, el deseo común de hallar enCristo la respuesta a las inquietudesdel hombre y la única luz auténticaque no se apaga.

Los cuatro obispos católicos re-sidentes en la Federación Rusa rea-lizaron la visita ad limina Apostolo-rum del 4 al 10 de febrero. Las cua-tro Administraciones Apostólicas enlas que está dividido este vasto paísson: la Administración Apostólicade la Rusia europea septentrional,con sede en Moscú, la de la europeameridional, en Saratov, la de Siberiaoccidental, en Novosibirsk, y la deSiberia oriental y el Extremo Orien-te, con sede en Irkutsk. Hoy día, Ru-sia cuenta con cerca de medio mi-llón de católicos de rito latino, aun-que las estadísticas, que calculan losporcentajes según la proveniencia ét-

Desde Azerbaiyán

Tras el régimen soviético, en Azerbaiyán no quedan más que unas cuantas decenas de católicos. Vein-te personas recibirán pronto el Bautismo. En la antigua Unión Soviética, la Iglesia atrae sobre todo a

los intelectuales: médicos, maestros, hombres de ciencia; también personas sencillas se convierten porquebuscan el sentido de la vida. Desde la caída del muro de Berlín ha habido cambios, pero a peor. Teóri-camente hay libertad para testimoniar a Cristo, pero el fracaso del comunismo en todos estos países hatraído también miseria, delincuencia, corrupción, criminalidad. En muchos, queda un recuerdo nostálgicode un pasado de presiones y de opresión. La gente busca, sobre todo, comida y seguridad. En estos cua-tro últimos años se ha difundido muchísimo la corrupción, en la que sectores del Gobierno están implicados,y que concentra todo el poder económico en manos de unos pocos mafiosos.

La miseria social es consecuencia de la crisis espiritual. Después del comunismo se ha perdido la con-ciencia de la búsqueda del bien común. El mayor bien que la Iglesia puede aportar es precisamente laeducación de la persona, ayudar a reconstruir la conciencia. El comunismo ha destruido la naturaleza,la cultura del pasado, la personalidad. La gente me repite siempre: el hombre sin fe es el peor hombre.El hombre sin fe no tiene moral ni ideales: se limita a satisfacer sus propias necesidades. En Nagorno Ka-rabah hay un millón de prófugos, de los cuales 200.000 en Bakú. La pobreza es terrible: la gente no tie-ne nada que comer, mientras los que tienen el poder continúan construyendo palacios y comprando au-tomóviles lujosos. Los niños ya no van a la escuela, pues no tienen vestidos. Afortunadamente, el sentidode familia es todavía vivo, la gente se ayuda, comparte lo que tiene. Los católicos estamos registrados co-mo comunidad católica, aunque no como Iglesia. Tenemos una capilla y algunas habitaciones para ac-tividades sociales. En el mismo edificio está también la casa de la comunidad salesiana, donde damoscatecismo y nos ocupamos de los pobres. Hay que ser ante todo testigos. Como extranjeros, no podemosmisionar, aunque haya una ley sobre la libertad de conciencia. Azerbaiyán se define como Estado de-mocrático y laico, pero la ley limita la actividad de los misioneros extranjeros. Las personas pueden ve-nir a nuestra casa, pero nosotros no podemos ir a las suyas. Hay también presión social: quien se hacecatólico es considerado un renegado de su cultura.

JJoosseepphh DDaanniieell PPrraavvddaa, salesiano y superior de una Misión católica

Una boda en Magadan, Rusia

En portada Alfa y Omega 22-II-2001 9

nica de la población, presentan co-mo cifra probable el 1 por ciento decatólicos, es decir, cerca de un mi-llón y medio. La mayoría de la po-blación, alrededor del 60 por ciento,profesa la religión cristiana ortodoxa,con asistencia dominical a la iglesiadel 5-6 por ciento.

Las diversas comunidades protes-tantes (baptistas, pentecostales, lute-ranos, adventistas y otras) alcanzan el2-3 por ciento, frente al 15 por cientode musulmanes, 2 millones de budis-tas y un millón de hebreos. Son muyactivas las sectas de relevancia mun-dial.

Los católicos han conseguido, enestos años, reabrir cerca de 190 pa-rroquias. Más de 200 sacerdotes tra-bajan en las 4 Administraciones, lagran mayoría extranjeros, con preva-lencia de polacos (lo que correspon-de al origen polaco de muchos cató-licos rusos). Entre las Congregacio-nes y Órdenes religiosas destacan por

número y energía misionera los sale-sianos, franciscanos, jesuitas y misio-neros del Verbo Divino. Hay tambiénvarios misioneros de movimientoseclesiales, como focolares, neocate-cumenales, Comunión y Liberación,etc…

La mayoría de las parroquias notienen estructuras, ni siquiera edifi-cios para el culto, que con frecuenciahan sido destruídos o confiscados. Lasautoridades no favorecen la actividadreligiosa de las comunidades más dé-biles, privilegiando claramente a laOrtodoxia. Los obispos rusos se venobligados a dirigirse a asociacionesde ayuda fraterna, o a las Conferen-cias Episcopales de países católicos,para abrir o mantener sus estructuras.

Las relaciones con todas las otrasconfesiones cristianas son óptimas,excepto con los ortodoxos, quienes sehan ido aislando cada vez más de cual-quier forma de diálogo ecuménico. Laley sobre la libertad religiosa de 1997

concede un claro privilegio a la Orto-doxia.

Un firme renacer

Juan Pablo II se ha encontrado conobispos y sacerdotes de Rusia, Arme-nia, Georgia, Azerbaiyán, Tayikistán,Kirguizistán, Turkmenistán, Mongoliay Uzbekistán, nueve países surgidosde la Unión Soviética, unidos por ellargo y doloroso monopolio políticodel marxismo militante. Después dehaber escuchado, en diálogos perso-nales, los problemas e inquietudes delos pastores de esas Iglesias, el Papaquiso dirigirles unas reflexiones entres mensajes para cada una de las tresConferencias Episcopales que con-forman la región: la del Cáucaso, lade Asia Central y la de Rusia. El men-saje más amplio es el dirigido a mon-señor Tadeusz Kondruszewicz, obispocatólico de Moscú, y a los otros tresAdministradores Apostólicos de la Fe-deración Rusa.

El Papa no se queda en la consta-tación de los dramáticos efectos delateísmo militante, sino que mencionatambién los esfuerzos de la Iglesia lo-cal, que ha tenido que traducir, porejemplo, toda la liturgia, el catecismo,y el magisterio papal, acercando asípor primera vez desde hace décadas alos hombres y mujeres rusos la ense-ñanza de la Iglesia católica. Tras haberperdido prácticamente a todos sus sa-cerdotes rusos, la Iglesia tiene ahoraentre sus prioridades la formación deun clero nacido en Rusia (el renaci-miento católico en estas tierras se de-be sobre todo a misioneros extranje-ros), capaz de comprender en profun-

didad la mentalidad y la herencia delgran pueblo al que pertenecen.

La otra gran prioridad propuestapor Juan Pablo II a los obispos católi-cos rusos es la ayuda a la familia, des-trozada en ese país por la desolaciónespiritual y moral dejada en herenciapor el siglo que acaba de transcurrir.Les exhortó: Abrid a las familias lostesoros de la misericordia divina ypartid para ellas el pan de la verdadde Cristo. Ésta es la gran acción apos-tólica que estáis llamados a llevaradelante con aquellos que Dios hapuesto a vuestro lado: sacerdotes, per-sonas consagradas y laicos colabo-radores.

El Papa no dejó de mencionar eldiálogo con la Iglesia ortodoxa rusa.Recomendó a los obispos entablar undiálogo respetuoso y paciente. Porello –añadió–, buscad aquello que fa-vorece una comprensión recíproca y,cuando sea posible, la colaboración.Como regla concreta de diálogo ecu-ménico les dejó la fórmula acuñadapor Juan XXIII, quien solía repetir:Es mucho más lo que nos une que loque nos separa.

Se dirigió también a las Iglesias delCáucaso, y a las pequeñas pero pro-metedoras comunidades de Asia Cen-tral, donde los cristianos son una exi-gua minoría, en sociedades islámicas.A esas comunidades les afirmó queha llegado la hora de la esperanza. Trasel período de la persecución y del mar-tirio, para estas jóvenes Iglesias co-mienza una tímida primavera. Eso sí,el obispo de Roma reivindicó para es-tos cristianos un reconocimiento jurí-dico que respete su libertad.

El año 2001 tiene que dar un im-pulso decisivo al camino hacia la uni-dad de los cristianos separados. Asílo deseó el pasado 25 de enero JuanPablo II, al presidir una celebraciónecuménica de la Palabra en la que par-ticiparon representantes de todas lasIglesias y comunidades cristianas, en-tre ellos delegados de las Iglesias or-todoxas de Constantinopla, Moscú oGrecia. La ceremonia en la basílicaromana de San Pablo Extramuros seconvirtió en el broche de oro de la Se-mana de Oración por la Unidad de losCristianos, que ha interpelado a loscasi dos mil millones de bautizadosdel planeta.

Entre los grandes momentos ecu-ménicos, que Juan Pablo II promove-rá en este año, destacó ante todo la ce-lebración en las mismas fechas por ra-zones de calendario de la Resurrec-ción de Cristo. Una coincidencia,añadió, que debería animarnos a lle-gar a un acuerdo para celebrar estafiesta en una fecha común.

El Papa afirmó que con las pere-grinaciones de este año –hasta aho-ra–, al menos a dos países con impor-tantes comunidades cristianas que noson católicas, Ucrania y Siria, buscacontribuir a la reconciliación y a lapaz entre los cristianos. Una vez más–añadió–, me echaré como peregrinoa los caminos del mundo para testi-moniar a Cristo «Camino, Verdad yVida».

Una prioridad propuesta por Juan Pablo IIa los obispos católicos rusos es la ayudaa la familia, destrozada en aquel paíspor la desolación espiritual y moral dejada en herencia por el siglo que acaba de transcurrir. Les exhortó:Abrid a las familias los tesorosde la misericordia divina y partidpara ellas el pan de la verdad de Cristo

El Presidente Putin con el Patriarca Alexis en el Kremlin

Le doy gracias a Dios porque Él es el únicoque me tiene viva, contando este problema…Lo decía, llorando a lágrima viva, sobre lasruinas de su casa, tras la última y enésimasacudida sísmica que ha vuelto a sembrar elpánico y la angustia en el querido paíshermano de El Salvador, una buena señora, através de las cámaras de televisión. El pueblosalvadoreño, en medio de la tragedia másespantosa, está dando un ejemplo y untestimonio admirables de fe verdadera y deesperanza firme. La presencia de Su Majestadla Reina Doña Sofía –en la foto–, rezandoprofundamente conmovida, ha sido tambiénun ejemplo de compromiso inmediato, eficaz,personal y concreto al servicio de losnecesitados, en la línea de admirable sencilleza la que la Reina ya nos tiene acostumbrados.España, y en primera línea la Iglesia, a travésde Cáritas, y otras organizaciones, ha sabidoresponder de nuevo con la urgencia y eficaciarequeridas.

Teléfono de Cáritas información permanente:902 33 99 99

La fotoAlfa y Omega10 22-II-2001

La fe de

El Salvador

La reacción, sospechosamenteunilateral, que ha suscitado elhecho de que la Conferencia

Episcopal no firme el pacto antiterro-rista acertadamente promovido pordos partidos políticos, el PP y elPSOE, parte de un presupuesto, o devarios, rotundamente falsos y, en con-secuencia, radical e intolerablementeinjustos. Señalar, como se señala conuna frivolidad e irresponsabilidad des-concertante, que ello se ha debido alas declaraciones de monseñor Setiéna la TV vasca es, por falso, injusto.Aplicar a esta situación el post hoc,ergo propter hoc –después de, luegoa causa de– es, a decir poco, una ter-giversación de la verdad de los he-chos; por tanto, una mentira y una fal-ta de honradez. Tanto más si se sabe–como se sabe– que no ha sido así.

Deducir del hecho de la no firmay hacer correr insensata o interesada-mente el bulo de que la Iglesia es am-bigua en su condena del terrorismo,o, lo que es peor, que no está a favor dela vida de las víctimas y al lado de susfamiliares, es de una indignidad y ba-jeza moral incalificable. Nadie, ni losdos partidos del acertado pacto, ni elParlamento, ni el Gobierno ni institu-ción alguna se ha manifestado, no aho-ra sólo, sino desde que surgió el te-rrorismo, en términos de tan tajante,rigurosa y argumentada condena comola Iglesia católica. Basta con ir a la he-meroteca para comprobarlo. Lo ha he-cho de palabra y por escrito, en docu-mentos refrendados por el Pleno de laConferencia Episcopal, ya desde aquelde fondo sobre La Iglesia y la comu-nidad política, o desde el de La verdados hará libres, hasta los últimos dis-cursos del cardenal Presidente ante elPleno de los obispos, y lo ha hechocada obispo en su diócesis y cada sa-cerdote en su homilía. La triste reali-dad de alguna lamentable excepciónno hace más que confirmar la regla.

Dicho esto, para la buena salud ygobernación de los espíritus, y paraque el resplandor de la verdad no que-de oscurecido por no se sabe qué tur-bios intereses que, antes o después,pasarán factura a la propia sociedadespañola, tan a merced de rentables

manipulaciones, conviene precisar quela Iglesia católica es una; no varias,aquí y allá. Y somos Iglesia todos loscatólicos, también las víctimas del te-rrorismo, y sus familiares que rezanpor ellas en los funerales –¿por quése olvida algo tan elemental?–; y tam-bién dicen ser Iglesia quienes, procla-mándose católicos, proponen extra-ños boicots contra sí mismos, en unalucinante ejercicio de masoquismosuicida. Allá ellos con su conciencia.Hagan en buena hora, con su dinero, loque su conciencia les dicte. La Igle-sia –que, insistimos, somos todos losbautizados– siempre ha sobrevivido

–véase en este mismo número lo ocu-rrido en la ex-Unión Soviética– a pe-sar de sus detractores de fuera, o, loque es peor, de dentro. Desde el Evan-gelio, dando al César lo que es del Cé-sar, pero a Dios lo que es de Dios –esdecir, todo–, los poderes del Malignono prevalecerán contra ella. Y es pre-ciso señalar que una cosa son quienesdicen pertenecer a la Iglesia, sean per-sonas o extrañas coordinadoras, y otracosa es el pueblo santo de Dios en co-munión con el Papa y sus obispos.

Si el PP y el PSOE, cuando redac-taron el acertado pacto antiterrorista,pensaban en la adhesión de la jerar-quía de la Iglesia que, desde muchoantes que ellos, les había dado argu-mentos de fondo para hacerlo, lo me-nos que podían haber hecho es invi-tarla a sentarse a la mesa del pacto. Sino lo hicieron, sin duda sería porqueestaban convencidos de que la natu-raleza propia de la Iglesia no es la de

un partido político, ni la de un sistemapolítico, sino que va mucho más allá,en las exigencias morales, que cual-quier sistema o partido político. ¿LaIglesia interesa cuando sólo les inte-resa a algunos? ¿Cuándo respaldanuestra política concreta, sí, y cuan-do no la respalda, no? ¿Acaso se quie-re retrotraer a la Iglesia a lo peor deaquel nacional-catolicismo –tan de-nostado por algunos de los que ahorase rasgan las vestiduras–, que el Con-cilio y el sentido común y la madurezeclesial lograron superar? ¿Nos va atener que decir la Iglesia a quién votar,y firmar el pacto de la inmigración, yel de la justicia, y el hidrológico y el delas vacas locas?

No se puede erosionar impune-mente el potencial moral que a un pue-blo sólo la Iglesia le puede dar. Se haentrado en una peligrosa e insensataespiral de falsedad y de injusticia. Losintereses son comunes, pero los ám-bitos y modos de actuación, distintos.¿Se han sumado acaso el PSOE y elPP a la campaña de oración determi-nada por la Iglesia?

El pacto partidista es magnífico,positivo, pero partidista, de dos parti-dos. Los obispos no sólo se adhieren alos criterios de ese pacto –para eso nohace falta firmarlo explícitamente, ysentar un precedente peligrosísimo–,sino que han sido históricamente losprimeros en señalar esos criterios y losiguen siendo, con más radicalidad ymayor exigencia que el propio pacto.

Ante tal carnaval de irresponsabi-lidad como el que insensatamente cir-cula estos días por los medios más di-versos, urge poner las cosas en su sitio,devolver la fama robada y recordarque hay cosas que se sabe cómo em-piezan, pero no cómo terminan; queluego se lamenta lo que ya no tieneremedio; y que, cuando alguien vul-nera principios elementales, quienespagan las consecuencias y la facturahistórica no son ellos solos. Somos to-dos.

Criterios Alfa y Omega 22-II-2001 11

Las relacionesIglesia-Estado

Dos criterios fundamentaleshan de regular, según la doc-

trina del Concilio Vaticano II, lasrelaciones entre la Iglesia y lacomunidad política: la mutua in-dependencia y la sana colabo-ración en el común servicio a loshombres. La comunidad políticay la Iglesia –dice– son indepen-dientes y autónomas, cada unaen su propio terreno. Ambas, sinembargo, aunque por diverso tí-tulo, están al servicio de la vo-cación personal y social del hom-bre. Este servicio lo realizaráncon tanta mayor eficacia, parabien de todos, cuanto más sanay mejor sea la cooperación entreellas, habida cuenta de las cir-cunstancias de lugar y tiempo(Constitución Gaudium et spes,76).

Enseña, por otra parte, el Con-cilio que la Iglesia, como conse-cuencia de su misma naturalezay misión, no está ligada a nin-guna forma particular de cultu-ra humana, ni a ningún sistemapolítico, económico o social, sibien, por su universalidad, es unvínculo de unión entre las dife-rentes comunidades humanas.Por tanto, dondequiera la cola-boración Iglesia-Estado adopteformas que pudieran estar justi-ficadas en un determinado tiem-po o lugar, si hoy de hecho tu-viesen aunque sólo sea la apa-riencia de ligar a la Iglesia conuna particular cultura o un de-terminado sistema político, se ha-ría necesaria una clarificaciónque salvaguardase la mutua in-dependencia, garantizada en elordenamiento jurídico. Y estoaunque, en el proceso de clarifi-cación, se originaran dificulta-des, cuya solución habría queafrontar con la mayor prudenciay comprensión. De otra forma,la colaboración que pide el Con-cilio entre ambas sociedades nosería fecunda ni prestaría un efi-caz servicio a la vocación per-sonal y social del hombre. Porotra parte, no sería lícito tacharde vinculación indebida lo queconstituye precisamente una for-ma de presencia y de sana coo-peración.

CCoonnffeerreenncciiaa EEppiissccooppaall EEssppaaññoollaa

del documento Sobre la Iglesia y la comunidad política

(23-I-1973)

ΑΩ Falso e injusto

CartasAlfa y Omega12 22-II-2001

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Dad al César lo que es del César

El controvertido asunto de la firma del pacto antiterrorista por parte de la Conferencia Episcopal Es-pañola, nos recuerda el episodio evangélico del tributo al César, que le propusieron a Jesús los fa-

riseos y los herodianos para tentarlo. Es conocido de todos, el modo con que Jesús se zafó de la tram-pa que le tendieron.

Servatis servandis las circunstancias de tiempo y lugar, referidas a Cristo, podemos comparar su ac-tuación con la de los obispos y los partidarios del PP, del PSOE, y otros. Les han presentado para firmarel documento-pacto antiterrorista a los obispos. ¿De quién es este pacto? –De los políticos y de los delPP y PSOE, les contestaron. Ellos, tras una común y seria consideración del asunto, dieron idénticarespuesta a sus interlocutores: Dad a los políticos y a los del PP y PSOE lo que es de la política y de lospolíticos, y a Dios, y a su Iglesia, lo que es de Dios y de su Iglesia.

Hay una pequeña diferencia entre ambos episodios. Dice el evangelio que quedaron maravilladosy dejándole, se fueron. En el caso de los obispos, algunos católicos (?) se han soliviantado, han arre-metido inmisericordes contra la CEE, han hablado de boicot y han demonizado a los obispos por serconsecuentes con el Evangelio y con la doctrina del Concilio Vaticano II. Para ser justos, hay que decirque en modo alguno los obispos han sido ni ambiguos ni equidistantes en defensa de la vida. Tienenmuy clara la doctrina conciliar en la que se señala y diferencia como ámbitos distintos la comunidad po-lítica y la comunidad eclesial. En fin, después de escuchar a monseñor Rouco en la Cope, el episodiodel pacto antiterrorista ha sido más bien una tormenta en un vaso de agua.

MMiigguueell RRiivviill llaa SSaann MMaarrttiinnMadrid

Una vida de servicio

La muerte de Abelardo Algora Marco me ha sobrecogido. La amistad y cercanía de más de cuaren-ta años con mi padre, a la sazón Secretario de la A.C. de P. de Cádiz, el testimonio de una vida de

entrega a la Asociación, y su docta palabra en los años que compartí con él las sesiones en el ConsejoNacional, crearon en mí un profundo reconocimiento a su valía y la admiración y el respeto a su per-sona.

Durante su corta, pero cruel, enfermedad hablamos con frecuencia del futuro de la Asociación y desus Obras docentes. Siempre me animó a ilusionarme en la acción apostólica. Mantuvo la esperanzade seguir trabajando, pero dejando, como ferviente creyente, la última palabra al Señor, en el que siem-pre confió.

Descansa en Paz, Abelardo; los Propagandistas de Cádiz te recordaremos siempre.AAnnttoonniioo RReennddóónn

Propagandista de Cádiz

Releer y pensar

De la oración que hizo Juan Pablo II, juntocon 1.500 obispos de todo el mundo, ante

la venerada imagen de Nuestra Señora de Fá-tima, el domingo 8 de octubre pasado, conmotivo del Jubileo de los obispos:

Somos hombres y mujeres de una época ex-traordinaria, tan apasionante como rica en con-tradicciones. La Humanidad posee hoy instru-mentos de potencia inaudita. Puede hacer de es-te mundo un jardín o reducirlo a un cúmulo de es-combros. Ha logrado una extraordinariacapacidad de intervenir en las fuentes mismasde la vida: puedes usarlas para el bien, dentro delmarco de la ley moral, o ceder al orgullo miopede una ciencia que no acepta límites, llegando in-cluso a pisotear el respeto debido a cada ser hu-mano. Hoy, como nunca en el pasado, la Hu-manidad está en una encrucijada.

Al repasar este texto, se me ha ocurrido pen-sar que está formulando una interrogante con-creta a cada persona en singular: ¿Haces todolo que puedes para llegar a ese jardín? ¿Sí, ono? Responde en conciencia.

JJuuaann MMuuññoozz CCaammppoossMadrid

¡Te lo pedimos,Señor!

Leo con horror un artículo sobre la le-galización de la píldora RU-486 pa-

ra este mes de febrero. Mi espíritu cris-tiano, respetuoso con las vidas de los nonacidos, mi condición de farmacéuticadesde hace más de 50 años, se me hansublevado, y desde el fondo de mi almaescribo estas consideraciones:

La píldora RU-486 no tiene en ab-soluto efectos terapéuticos, no cura na-da. Es sólo un abortivo, una píldoraasesina. Así lo ha conceptuado la Co-misión Permanente de la ConferenciaEpiscopal: es un fármaco abortivo queelimina vidas desde los primeros minu-tos de su concepción; su misión es im-pedir, por la sustancia química que locompone, la implantación de las célulasvivas en su nido natural y puedan de-sarrollarse. Es, además, peligroso parala madre pues puede producir hemo-rragias o trombosis.

Yo apelo con toda mi alma a nuestrasociedad, a vosotros mis compañerosde fe, que me ayudéis a pedir con fer-vor, ahora, ¡ya!, antes de que sea tar-de, que las personas que han de auto-rizar su venta, recapaciten sobre susefectos.

MMªª CCaarrmmeenn RRooaa EEssttéévveezz.. Madrid

Aquí y ahora Alfa y Omega 22-II-2001 13

La ceremonia de la confusióno palabras que no pasan

y contarlooír...Ver

José Francisco [email protected]

La desorientación ética y moralen el orden social y comunica-tivo responde, las más de las ve-

ces, al borroso perfil de las institucio-nes enunciadoras del mensaje, respec-to al objeto de unos intereses no con-fesados. La Iglesia lleva en su corazónel Evangelio de la vida, pero no ofrecelos modos técnicos de las plurales po-líticas de la vida, propios de un plura-lismo que nace de la autonomía per-sonal y comunitaria de los cristianos.Una autonomía de las realidades so-ciales y políticas de la que, en muchasocasiones, abdicamos por un falso pa-ternal clericalismo, o por una equívo-ca concepción de la secularidad. Si laIglesia, con sus pastores a la cabeza,no predicara el Evangelio de la vida,estaría siendo infiel a su naturaleza y asu misión. ¿Quién se atreve hoy a decir,con un minimum de honradez intelec-tual, después de haber dedicado másde cinco minutos a leer los documentosde la Conferencia Episcopal Españolay de los obispos, al alcance de todosen los boletines diocesanos, que estapredicación no existe, que no es real?Dibujar un borroso perfil de la procla-mación del citado Evangelio de la vidapor parte de los pastores de la Iglesiano es más que la confirmación de ladeficiente e interesada capacidad devisión de quienes realizan tales aseve-raciones. O de una oportuna coyuntu-ra que ha puesto en marcha la dinámi-ca de la difamación, de la confronta-

ción de los contarios en los titularesperiodísticos, que se traduce en la leydel cuanto más y cuantos más, mejor,responda o no a la verdad histórica.

Lo dijo muy claro José Luis Res-tán en el informativo Mediodía, de laCadena COPE, el pasado lunes. La ar-gumentación que hizo monseñor Se-tién en contra de la firma del pacto,tiene muy poco que ver con la que ha-ce la Conferencia Episcopal. Los obis-pos han reconocido los valores éticosque están contenidos en el Pacto. Loque dicen es que no pueden ampararun pacto que tiene una naturaleza par-tidista, sin darle a este término unaconnotación negativa. La Iglesia quie-re expresar su condena al terror y re-alizar su aportación en favor de la pazconforme a lo que le es propio, congestos, con palabras que le son pro-pias. Igual que, por ejemplo, los Rec-tores de las universidades se han reu-nido en un acto académico, en un ám-bito propio y con palabras propias, yhan expresado ese rechazo al terroris-mo. Y quiero recordar que la Iglesiaen el País Vasco lo ha hecho en lascampas de Vitoria, no hace demasiadotiempo, por decir un solo ejemplo. Por-que lo está haciendo continuamente.

En el editorial del diario El Mundo,también el pasado lunes, se podía leer:No es justo reprochar a la Conferen-cia Episcopal que no haya suscrito elPacto antiterrorista y menos aún queno lo haya hecho por las presiones deSetién. Nadie ha censurado por ello alos sindicatos, las asociaciones de con-sumidores o las federaciones deporti-

vas. La Iglesia no tiene por qué sus-cribir un acuerdo, no ya de naturalezapolítica, sino entre partidos. Pero elmalestar de Rajoy y de muchos ciuda-danos no deriva probablemente tantode que los obispos no hayan queridosecundar la iniciativa de PP y PSOEcomo de la actitud cotidiana que laIglesia vasca está manteniendo res-pecto a discursos nacionalistas quealientan o justifican a ETA.

El arzobispo de Pamplona y obis-po de Tudela, monseñor Fernando Se-bastián, ha confesado, en una carta es-crita, al director del Diario de Nava-rra, que, por mi parte, he manifesta-do mi condena de los atentados de ETAsiempre que ha habido ocasión. Hepresidido los funerales de las víctimasy he estado personalmente con sus fa-miliares. He dicho varias veces que nose puede apoyar ni colaborar con losque justifican el terrorismo o colabo-ran con él de cualquier modo que sea.Participé en el acto de oración de Vi-toria al que acudieron más de 50.000personas y tuve el honor de leer elmensaje del Papa. Algunos han que-rido contraponer la voz del Papa a lade los obispos. Sólo las ganas de fas-tidiar hacen que no se reconozca que siel Papa se hizo presente en Vitoria conun mensaje, es porque así se lo pedi-mos los obispos y porque quisimos quefuera su palabra la que expresara ladoctrina de la Iglesia, por encima detoda sospecha. Pero ni aun así.

Esta ceremonia de la confusión po-lítica y mediática nos trae a la memo-ria, de la que parece carecemos cada

vez más, aquel texto firmado por laConferencia Episcopal Española,en 1973, el documento sobre la Igle-sia y la comunidad política, que de-biéramos meditar, quizá en lo pro-fundo de nuestro corazón: Piensen loscristianos que intentan desautorizar-nos ante el pueblo cuando aborda-mos problemas sociales o políticos,si les mueve un genuino espíritu de feo si, por el contrario, se dejan arras-trar por sus intereses personales opreferencias políticas, que desearíanimponer al resto de los cristianos yde los ciudadanos en general, con laanuencia o, al menos, con el silenciode la jerarquía de la Iglesia. Los obis-pos pedimos encarecidamente a to-dos los católicos que sean conscientesde su deber de ayudarnos, para que laIglesia no sea instrumentalizada porninguna tendencia política partidis-ta, sea del signo que fuere. Queremoscumplir nuestro deber libres de pre-siones. Queremos ser promotores deunidad en el pueblo de Dios, educan-do a nuestros hermanos en una fecomprometida con la vida, respetan-do siempre la justa libertad de lasconciencias en materias opinables.Hay palabras que no pasan...

(Nota de última hora, al cierre deesta edición: Si les habrá aclarado lascosas a los nacionalistas la Nota delComité Ejecutivo de la ConferenciaEpiscopal Española, que han reaccio-nado a lo perro de Paulov, oscurecien-do informativamente el texto, convo-cando las elecciones en el País Vasco).

Toni Batllori, en La Vanguardia

TestimonioAlfa y Omega14 22-II-2001

Yo era muy joven. Siendo ya sacer-dote, me enviaron a un pueblo de laprovincia de Castellón. A los 15

meses de estar en aquel pueblo, Zucaina,vino la guerra.

Yo me enteraba de las noticias y es-condí todas las imágenes de la parroquia encasas particulares, en pajares. Salía de micasa, pero iba a la iglesia sin tocar la cam-pana: habían matado a muchos curas delos pueblos. Un día vinieron a matarme,una cuadrilla que iba matando de pueblo enpueblo. Cuando llegaron a Zucaina, en-contraron a unos chiquitos, jugando en laplaza, y les preguntaron: ¿Habéis visto alcura?; les dijeron que no sabían. Y se fue-ron a un bar pensando que ya no estaba elcura. El señor del bar se enfadó con ellos:¿Por qué tenéis que matar al cura? Si es-te cura es muy buena persona. Dijeron:¡Basta que sea un cura para que lo mate-mos! Y se fueron.

Me enviaron un recado para que supie-ra lo que había ocurrido, y me preparé esanoche para esconderme en una masía, queestaba a más de una hora y media del pue-blo, andando. El dueño de la masía era eltío Bernabé, un señor mayor. Estaba ama-neciendo cuando llegué. Y, le dije al tíoBernabé: Ya sabe a lo que vengo, a escon-derme. Y él me contestó: Es un compro-miso muy grande tenerle aquí, nos pue-den matar a todos. Le dije: Mire, tío Ber-nabé, yo no le he dicho a nadie que veníaaquí. Así que, si ustedes no dicen nada anadie, no pasará nada. Ya estaba amane-ciendo el día. Entonces, la mujer, al escu-charnos, llamó a su marido desde la cama:Bernabé, Bernabé, ¿quién es? Dijo él: Elcura. Preguntó la mujer: ¿El cura? Perosi los han matado a todos. ¿Qué quería elcura? Respondió el tío Bernabé: Que letengamos aquí escondido hasta que pasetodo esto. Le he dicho que puede quedar-se siete u ocho días, pero nada más, porquees un compromiso muy grande. Y dijo ella:¡Nada de eso, no unos días, sino todo eltiempo que haga falta! Y como en las ca-sas mandan las mujeres más que el marido,me acogieron.

Nadie sabía que estaba allí, pero, co-mo pensaban meter dos compañías de sol-dados en aquella masía, me marché porlas montañas, camino de Valencia. Y alpasar cerca de Segorbe, me cogió una pa-reja de soldados. Iban buscando a un pre-so que se había escapado. Y me pregun-

taron: ¿Dónde va usted? Dije: A Valencia.Y enseguida pensaron mal de mí. ¡Dinos laverdad! ¿Quién eres? Entonces, dije queera sacerdote. Me cogieron de los brazos,me registraron y encontraron el breviario.Uno de ellos me pegó un culatazo en lacara, me rompió la nariz y me dejó el ojoizquierdo sin vista durante tres meses. Caíen tierra. Me pegaban y me hacían levan-tarme, hasta que ya no pude. Y, entonces,uno de ellos me dio un tiro en la cabeza. Labala me entró por debajo del ojo izquierdo,me atravesó el paladar, la lengua, el cuelloy quedó alojada en el pulmón. El otro ledijo que me volviera a dar otro tiro, porqueestaba vivo, pero ya no me lo dio. Me echa-ron a un barranquito cerca de la carretera.Yo oía cómo se iban, riéndose de cómo yorezaba a la Virgen.

Cuando se perdieron sus voces, inten-té subir a la carretera y, al ponerme depie, me caí. Estaba muy grave. Me dije:Es preciso subir a la carretera. Subí a ga-tas, cogiéndome a la hierba, poquito a po-co, y, por fin, llegué a la carretera. Ense-guida se formó un charco de sangre. Lagente pasaba de largo y, por fin, pasó unautobús. Eran las doce de la noche. Comola carretera era algo estrecha y el auto-bús era ancho, pararon y bajaron. Les di-je que era sacerdote y que me habían mar-tirizado. No sabían qué hacer; por fin, mecargaron al autobús y me llevaron haciaCastellón para dejarme en un hospital.Estaba muy herido. Y al pasar por Ná-quera, a la una de la mañana, estaban losdos matones sentados en la carretera; pa-raron el autobús y hablaron con el chó-fer. Yo iba en los asientos de los pasajeros,muriéndome: ¿Dónde vas ahora?, pre-guntaron al chófer. Voy al hospital, a lle-var a un herido que he recogido allí arri-ba. Un sacerdote. Ellos gritaron: ¡Es elsacerdote que nosotros hemos matado!¿Aún vive? Hay que acabar con él. Pero,por fin, el chófer se impuso, los dos ma-tones se quedaron allí, y me llevó a Cas-tellón. Enseguida me recibieron en el hos-pital.

Cuando terminó la guerra, juzgaron aesos dos matones y los condenaron amuerte. Y, estando ya en Zucaina, vinierona verme el padre de uno y la madre delotro, y se arrodillaron en cruz delante demí, diciéndome: Padrecito, tenga compa-sión de nuestros hijos, que están en la cár-cel y los van a matar por lo que le hicierona usted. Enseguida, cogí un papel y escri-bí al juez, diciéndole que yo estaba bien yque quería que les quitaran la pena demuerte. Y, al ver el documento con mi fir-ma, les conmutaron la pena. No sé si aúnvivirán, ha pasado mucho tiempo. Estoymuy agradecido a Jesús porque me salvóla vida. Ahora, me llaman el muerto re-sucitado.

Don Eugenio Laguarda, sacerdote valenciano, cuenta a Alfa y Omega su martirio

Me llaman el muertoresucitado

A las siete de la mañana, todos los días, don Eugenio Laguarda celebra misa en la basílicade la Virgen de los Desamparados. Después, entra en el confesionario y está confesandohasta que regresa a casa, por la tarde. Tiene 90 años y fama de santo. Merece la pena mucho,mucho, sufrir por Jesús, nos dice, mientras relata cómo sobrevivió a su propio martirio, el 17de junio de 1938. Ahora, ante la próxima beatificación de 226 mártires valencianos en Roma,ofrece su impresionante testimonio a nuestra compañera Inés Vélez:

El Día del Señor Alfa y Omega 22-II-2001 15

Jesús es un buen peda-gogo y un excelenteeducador. El pasaje

evangélico de este domin-go desea mostrar a los dis-cípulos cuáles son las cua-lidades o actitudes que de-bemos cultivar. Y lo hacecon varios ejemplos, muysugerentes. Lo primero, pa-ra darnos a entender que eldiscípulo no es más que elmaestro y que nadie da loque no tiene, nos recuerdaque un ciego no puede guiara otro ciego porque los dostropezarán y caerán al ho-yo. Importante esta primeraenseñanza en nuestros días,

cuando el invernadero se hapuesto de moda, símbolo decrecimiento rápido sin im-portar el sabor y la calidaddel producto. La naturalezano da saltos, y en la vida es-piritual o de seguimiento yexperiencia de Dios, tam-poco.

Seguidamente, Jesús nosinterpela fuertemente conlas siguientes palabras:¿Por qué te fijas en la motaque tiene tu hermano en elojo y no reparas en la vigaque llevas en el tuyo? Merecuerda la historia de unpaciente que fue a visitar asu psiquiatra y, después de

recetarle unos eficaces tran-quilizantes, le mandó re-gresar al cabo de dos me-ses. De nuevo en la consul-ta, el facultativo le pregun-tó cómo se sentía y sirealmente había observadoalgún cambio. A lo que elpaciente respondió: Ningu-no, doctor, pero he obser-vado que los demás pare-cen mucho más relajadosque antes. El doctor no pu-do menos de sonreir y re-flexionar sobre el gran des-conocimiento que manifes-tamos de nosotros mismos.Ya lo decían los clásicos:cada uno percibe la reali-

dad y a los demás según supropia capacidad.

Un tercer dicho de Jesúsen: No hay árbol sano quedé fruto dañado, ni árboldañado que dé fruto sano.Por sus frutos los conoce-réis. Es una llamada a cui-dar nuestro corazón, nues-tro interior. A vivir desdelo positivo y desde lo queunifica. A desterrar som-bras, odios y violencias. Asanar heridas que nos vanminando por dentro. Denuevo tenemos que recor-dar que es una gracia o donque el Espíritu concedecuando se pide de verdad.

¡Qué sabio es el Maes-tro! Con las urgencias quehoy nos señala sale al pasode un defecto que, a medidaque avanzan los años, seagranda: la hipocresía, eldesencanto, la tibieza, ladoble vida. Que el Espíritunos conserve la frescura ytransparencia de quien sesabe siempre aprendiz ysiempre en camino, ligerode equipaje. Suelo repetirque en la vida hay que ircon ojos de buho, para verincluso en la noche, con co-razón de niño para admi-rarnos de todo, manos demadre llenas de ternura, ypies de peregrino.

Raúl Berzosa Martínez

VIII Domingo del tiempo ordinario

Guía de peregrinosEvangelio

En aquel tiempo ponía Je-sús a sus discípulos esta

comparación: ¿Acaso puedeun ciego guiar a otro ciego?¿No caerán los dos en el ho-yo? Un discípulo no es másque su maestro; si bien, cuan-do termine su aprendizaje, se-rá como su maestro.

¿Por qué te fijas en la mo-ta que tiene tu hermano en elojo y no reparas en la vigaque llevas en el tuyo? ¡Cómopuedes decirle a tu hermano:«Hermano, déjame que te sa-que la mota del ojo», sin fi-jarte en la viga que llevas enel tuyo? ¡Hipócrita! Sácateprimero la viga de tu ojo, yentonces verás claro para sa-car la mota del ojo de tu her-mano.

No hay árbol sano que défruto dañado, ni árbol daña-do que dé fruto sano. Cadaárbol se conoce por su fruto:porque no se cosechan higosde las zarzas, ni se vendimianracimos de los espinos. El quees bueno, de la bondad queatesora en su corazón saca elbien, y el que es malo, de lamaldad saca el mal; porquelo que rebosa del corazón, lohabla la boca.

Lucas 6, 39-45

La Iglesia católica valora altamente las instituciones, ritos litúrgicos, tradiciones eclesiásticas y modo de vi-da cristiana de las Iglesias orientales. Son insignes éstas por una venerable antigüedad que nos transmi-

te por medio de los Padres la tradición apostólica, parte constitutiva del patrimonio indiviso de la Iglesia uni-versal revelado por Dios. Este santo y ecuménico Sínodo, solícito por las Iglesias orientales, testimonios vi-vos de esta tradición, desea que florezcan y desempeñen con renovado vigor apostólico la función que lesha sido encomendada. La Iglesia santa y católica consta de fieles que se unen orgánicamente en el Espíri-tu Santo por la misma fe, los mismos sacramentos y el mismo gobierno. Estos fieles se agrupan en varias co-lectividades, unidas por la Jerarquía, que constituyen las Iglesias particulares o ritos. Entre ellas rige una ad-mirable comunión, y así, la variedad en la Iglesia, lejos de ir contra su unidad, la manifiesta mejor. Es de-seo de la Iglesia católica que las tradiciones de cada Iglesia particular o rito se conserven y mantengan ín-tegras, y quiere igualmente adaptar su propia forma de vida a las diferentes circunstancias de tiempo y lugar.

Estas Iglesias particulares de Oriente y de Occidente, aunque en parte difieran entre sí en los ritos: en laliturgia, disciplina eclesiástica y patrimonio espiritual, sin embargo están encomendadas por igual al gobiernopastoral del Romano Pontífice, que por institución divina sucede a san Pedro en el primado sobre la Iglesiauniversal. Gozan, por tanto, de igual dignidad: ninguna de ellas aventaja a las demás por razón del rito,y todas disfrutan de los mismos derechos y están sujetas a las mismas obligaciones, incluso en lo referentea la predicación del Evangelio por todo el mundo, bajo la dirección del Romano Pontífice.

DDeeccrree ttoo OOrriieennttaalliiuumm EEcccclleessiiaarruumm,, 11--33

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

RaícesAlfa y Omega16 22-II-2001

44 nuevos cardenalesEl Papa ha impuesto el birrete cardenalicio, en el Consistorio celebrado ayer, en la Plaza de San Pedro, a estos 44 nuevos cardenales. Publicamos

la foto de todos y cada uno de ellos por gentileza de Ecclesia. De esta forma, el actual Colegio Cardenalicio es el más numeroso de la Historia (184 miembros); entre ellos, los monseñores Jaworski y Pujats, cardenales in pectore desde 1998

Presidente de la Administración del Patrimo-niode la Sede Apostólica

AgostinoCacciavillan

Prefecto de la Congregación para los Obispos

GiovanniBattista Re

Presidente del Consejo Pontificio de Justicia yPaz

FrançoisXavierNguyênVan Thuân

Secretario General del Comité Centraldel Gran Jubileo del Año 2000

CrescenzioSepe

Secretario del Consejo Pontificio para la Pro-moción de la Unidad de los Cristianos

WalterKasper

Arzobispo de Bogotá (Colombia)

Arzobispo de Santiago de Chile (Chile)

PedroRubianoSáenz

FranciscoJavierErrázurizOssa

Presidente de la Prefectura para los AsuntosEconómicos de la Santa Sede

SergioSebastiani

Archivero y Bibliotecario de la SantaRomana Iglesia

JorgeMaríaMejía

Arzobispo de Quito (Ecuador)

AntonioJoséGonzálezZumárraga

Arzobispo de Washington (Estados Unidos)

Arzobispo de Tegucigalpa (Honduras)

TheodoreEdwardMcCarrick

ÓscarAndrésRodríguezMaradiaga

Prefecto de la Congregación para la Educa-ción Católica

ZenonGrocholewski

Prefecto de la Congregación para las IglesiasOrientales

IgnaceMoussaDaoud

Arzobispo de Bombay (India)

Ivan Dias

Arzobispo de Dublín (Irlanda)

Arzobispo de Abidjan (Costa de Marfil)

DesmondConnell

BernardAgré

Prefecto de la Congregación de las Causasde los Santos

JoséSaraivaMartins

Prefecto del Tribunal Supremo de la SignaturaApostólica

MarioFrancescoPompedda

Arzobispo de San Salvador de Bahía (Brasil)

GeraldoMajellaAgnelo

Arzobispo de Vilnius (Lituania)

Arzobispo de Lyon (Francia)

AudrysJuozasBackis

Louis-MarieBillé

Raíces Alfa y Omega 22-II-2001 17

s cardenales ayer, en la Plaza de San Pedro, a estos 44 nuevos cardenales. Publicamos

a forma, el actual Colegio Cardenalicio es el más numeroso de la Historia worski y Pujats, cardenales in pectore desde 1998

Arzobispo de Paderborn (Alemania)

Arzobispo de Toledo y Primado de España

FranciscoÁlvarezMartínez

Patriarca de Lisboa (Portugal)

Joséda CruzPolicarpo

Patriarca de Alejandría de los Coptos (Egipto)

Stéphanos IIGhattas

Miembro de la Comisión Teológica Internacio-nal (Nueva York, Estados Unidos)

Avery-RobertDulles

JohannesJoachimDegenhardt

Arzobispo de Santa Cruz de la Sierra (Boli-via)

Arzobispo de Sao Paulo (Brasil)

Arzobispo de Lima y Primado de PerúArzobispo de Caracas (Venezuela)

CláudioHummes

Arzobispo de Westminster (Gran Bretaña)

CormacMurphy-O’Connor

Arzobispo emérito de Tours (Francia)

JeanHonoré

Arzobispo católico-latino de Lvov (Ucrania)

MarianJaworski

JulioTerrazasSandoval

Arzobispo de Durban (Sudáfrica)

Arzobispo Mayor de Ernakulam-Angamalyde los Siro-Malabares (India)

VarkeyVithayathil

Arzobispo de Turín (Italia)

SeverinoPoletto

Organizador de los viajes del Papa y Presidentedel Comité de Administración de Radio Vaticano

RobertoTucci

Arzobispo de Riga (Letonia)

Janis Pujats

Wilfrid FoxNapier

Obispo de Maguncia (Alemania)

Arzobispo de Buenos Aires (Argentina)

JorgeMarioBergoglio

AntonioIgnacioVelascoGarcía

Juan LuisCiprianiThorne

Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos)

EdwardMichaelEgan

Teólogo de la archidiócesis de Munich y Frei-sing (Alemania)

LeoScheffczyk

Arzobispo católico-oriental de Lvov (Ucrania)

LubomyrHusar

KarlLehmann

Iglesia en MadridAlfa y Omega18 22-II-2001

En la última reunión de este ForoEconómico Mundial –que, además,efectúa investigaciones y tiene pu-

blicaciones, y que ahora está dirigido porClaude Smadja– se anunció que el grantema central del que iba a ocuparse en es-te año 2001 era el del crecimiento econó-mico y cómo unir lo que estaba dividido,escudriñando el posible marco de un nue-vo futuro global, porque –señaló Smadja–la Nueva Economía no ha sido exacta-mente lo que se esperaba, y la mundiali-zación no ha caminado siempre por el ca-mino que debiera. Como comprobación,se refirió al posible estallido de la burbujafinanciera bursátil y, también, al poco, onada, resuelto problema muy serio de laeconomía japonesa. Naturalmente que es-to exige observar de cerca la situación de laeconomía norteamericana, porque una cri-sis en ella saltaría por encima de todas lasfronteras.

Además, todo esto, poco a poco, se hacolocado, en esta localidad alpina, en unestuche parcialmente nuevo. Como tam-bién señaló Smadja, a lo largo de los años,han ido evolucionando los trabajos que sedesarrollan en Davos. Aproximadamenteun tercio de los mismos es de reacción an-te los acontecimientos, y dos tercios, deanticipación. Este año, ésta ha sido prác-ticamente la proporción. Para tener másclaras las cosas, en la pasada reunión hatenido lugar, además, la exposición de lametodología de un Índice de Buen Go-bierno (IBG), referido a las políticas eco-nómicas de los Estados. Es de esperar quesu inmediata puesta en marcha provoquemultitud de comentarios. En este sentido vaa ser importante la aparición del Foro Plus,que va a dedicarse a profundizar en los re-sultados de aquellos trabajos presentadosen el Foro que se consideren especialmenteinteresantes.

Se sospecha que este año 2001 puedenampliarse éstos en relación con el conceptode clase ansiosa, vinculado a ese conjun-to directivo de las empresas, que está re-sultando zarandeado por el fenómeno de laglobalización. Fusiones, ampliaciones,frondas en Juntas Generales de accionistas,intervencionismos, han provocado que, só-lo en el año 2000, prácticamente el 20%de los grandes directores generales de lasmayores empresas mundiales han sido re-movidos de sus puestos. En España es po-sible encontrar muchas situaciones pare-cidas. Recordemos el caso Villalonga en elgrupo Telefónica, sin ir más lejos. Por su-puesto que esta ansiedad se une a la de losasalariados de estas empresas, así como aaltos miembros de la tecnoestructura delas mismas, lo que se relaciona, más deuna vez, a fenómenos de jubilación anti-cipada. Un análisis parcial de sus secue-

las, por ejemplo, acaba de ser presentadoen Oviedo el 14 de febrero de 2001, al dar-se conocimiento al trabajo dirigido por elprofesor José Antonio Flórez Lozano, ca-tedrático del Departamento de Medicinade la Universidad de Oviedo: Repercusio-nes psicopatológicas y sociales de la ju-bilación anticipada y la prejubilación enAsturias.

Esto es, sencillamente Davos. ¿Y porqué, si sólo es esto, el escándalo produci-do en torno a él? La explicación ha de dar-

se. Desde 1945 a 1989 –hundimiento delMuro de Berlín–, se ha producido una ole-ada de liquidación de utopías con raícesya lejanas en el siglo XIX. En ellas se co-deaban los pensamientos estúpidos másabsolutos con ideas generosas, los trabajosde cierto interés con otros que eran abo-minaciones, de todo lo cual se derivó unconjunto de planteamientos de política eco-nómica unánimemente estériles.

Como herencia de todas esas utopíasmuertas o moribundas, ha quedado una es-pecie de reacción instintiva frente a lo quese considera que huele a capitalismo y,también, enemiga de lo que viene bien aNorteamérica. Ahí se encuentra el agluti-nante primero y, después, cada uno barrepara su casa. En Seattle y Praga lograroncierta algarabía. En Davos, la policía sui-za impidió de tal modo el alboroto que sedecidió que existiese una reunión en Por-to Alegre. La olla de grillos que allí se aca-ba de producir bordearía sencillamente loridículo, si no fuese que Francia, en eserío revuelto, intentó pescar a manos llenasen beneficio propio. Pero, como decía Rud-yard Kipling, ésa es otra historia.

Juan Velarde Fuertes

XXXI reunión del Foro Económico Mundial

¿Qué pasa en Davos?Del 25 al 30 de enero de 1991 se ha desarrollado, en Davos, la XXXI reunión del denominado Foro Económico Mundial de Davos.

En las sucesivas ediciones, a partir de la primera, organizada por Klaus Scwab, lo que se ha intentado es convocar en esta localidadsuiza a un conjunto muy variado de expertos y de protagonistas de la economía mundial, de especial relieve, para que libremente

opinen sobre los sucesos más próximos e importantes de la economía mundial

De 1945 a 1989 –hundimiento del Murode Berlín–, se ha producido una oleadade liquidación de utopías con raícesya lejanas en el siglo XIX. En ellasse codeaban los pensamientos estúpidosmás absolutos con ideas generosas,los trabajos de cierto interéscon otros que eran abominaciones,de todo lo cual se derivó un conjuntode planteamientos de política económicaunánimemente estériles

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 22-II-2001 19

De nuevo hemos sentido muyde cerca la amenaza terroristaen Madrid. Una especial pro-

videncia de Dios evitó que el atentadocon coche-bomba, preparado minu-ciosamente para su explosión en unacalle muy populosa de la ciudad, seconsumase, con las terribles conse-cuencias para la vida y los bienes delas personas que cualquiera puedeimaginar. Por otro lado, sigue viva enla opinión pública la conciencia delproblema, como el más grave con elque se enfrenta la sociedad española.Así lo afirmábamos también en el dis-curso de apertura de la última Asam-blea Plenaria de la Conferencia Epis-copal Española el pasado mes de no-viembre: El fenómeno del terrorismoes, sin duda alguna, nuestro más gra-ve problema; atenta vilmente contrael más sagrado e inviolable de los de-rechos de la persona humana: el de-recho a la vida; contra la verdad y lalibertad de las personas y de los gru-pos y, por tanto, contra los funda-mentos de la convivencia social. Elterrorismo es la mayor de las nega-ciones de la justicia y de la caridad:una gravísima inmoralidad. No ad-mite cobertura ideológica alguna.

Y en la homilía de la Vigilia por lavida en la catedral de La Almudena, elpasado 4 de febrero, volvíamos a re-cordar que la amenaza a la vida quepreocupa con especial gravedad a lainmensa mayoría de los ciudadanoses la del terrorismo practicado consuma crueldad por ETA. Y añadía-mos: La respuesta cristiana, la quebrota del «Evangelio de la vida», noadmite ni duda teórica, ni vacilaciónpráctica alguna. El «No matarás» dela Ley de Dios, renovado en lo máshondo de su inspiración y de sus con-tenidos por el Evangelio de NuestroSeñor Jesucristo –es decir, por la Leynueva del amor–, no admite reserva ocondición alguna, a la hora de enjui-ciar conductas que lo quebranten, ni ala hora de cumplirlo en la existenciadiaria de las personas y de los pue-blos. La vida le pertenece al hombrecomo un don inherente a su persona;y el hombre sólo es de Dios. Por ello elderecho a la vida de cada ser humanoes inalienable e inviolable. El que pre-tenda construir una ideología o unproyecto político en el que se niegue ose relativice este sagrado derecho fun-damental del hombre , que no invo-que o apele a moral o ética alguna,digna de tal nombre.

Una exigencia inapelable

En esa respuesta cristiana destacá-bamos una exigencia que calificába-mos de inapelable para la concienciade todos y, singularmente, para loscristianos –sea cual fuese su vocación,misión, profesión, lugar de trabajo yresidencia, etc.–: la de la claridad y dela caridad evangélicas, traducidas enun compromiso perseverante por lajusticia de los derechos fundamentalesdel hombre, de los que es llave maes-tra el derecho a la vida. Y para serfieles a esa interpretación actualísi-ma, nacida del «Evangelio de la vi-da», ante su gravísima violación y des-precio por el terrorismo, exhortába-mos a no desfallecer en la oración. Enla Carta pastoral dirigida a la comu-nidad diocesana en la víspera de laJornada Mundial por la Paz, habíamosdispuesto ya que se pusiese en mar-cha en todas las comunidades dioce-sanas una Campaña de Oración por elcese del terrorismo. En todas las pre-ces litúrgicas públicas se incluye lapetición por el cese del terrorismo con

la fórmula aprobada, ya familiar paratodos, y diariamente se prosigue conlas vigilias de oración en las comuni-dades de vida contemplativa y en lascomunidades parroquiales.

Reiteramos hoy la llamada a lasconciencias y a la responsabilidad detodos los católicos madrileños ante elreto que supone la negación radical ysistemática del mandamiento de Diosy del Evangelio de Jesucristo por par-te de los terroristas y de sus inductores.Y volvemos a encarecer nuestra ex-hortación de no cesar en la oración,ni ceder a la rutina o al cansancio en laCampaña emprendida.

A la luz del Concilio

La Iglesia ha proclamado siemprela Ley de Dios en todos sus contenidosy exigencias, a la luz del Evangelio dela gracia y del amor. En todo tiempooportuna e inoportunamente; y en to-da su gravedad, especialmente cuandoha sido sistemáticamente ignorada yviolada. Lo ha hecho cuando el man-damiento atacado y negado ha sido el

de no matarás. Lo hace hoy y lo harásiempre, fiel al Evangelio y al Señor.Trata de que se viva y lo vivan todos–pastores y fieles– en todos los ám-bitos de la existencia, singularmenteen aquellos que afectan a la comuni-dad política y al servicio que la legíti-ma autoridad presta al bien común,del que es elemento constitutivo laprotección y defensa del derecho a lavida. Impulsa a vivirlo de modo quesu valor sea aceptado y compartidopor todos, creyentes o no. Lo hace conlos medios que le son propios: la pre-dicación de la Palabra, la educacióncristiana, la celebración de los sacra-mentos, la práctica del amor a Dios yal prójimo, ejercitada en el ámbito delo privado y en la vida pública. Se ale-gra de que sus hijos se empeñen en elejercicio de sus responsabilidades po-líticas y ciudadanas a fin de erradicarla violencia terrorista; y les apoya ensus propósitos de cooperar con leal-tad y recta conciencia en la consecu-ción del fin del terrorismo.

El Concilio Vaticano II definía lamisión de la Iglesia en relación con lacomunidad política en términos de unaclarividencia que no ha perdido un ápi-ce de actualidad: Es de gran impor-tancia, sobre todo allí donde exista unasociedad pluralista, que se tenga unrecto concepto de la relación entre co-munidad política e Iglesia, y que se dis-tinga claramente entre aquello que losfieles cristianos hacen, individual o co-lectivamente, en su nombre en cuantociudadanos, guiados por la concien-cia cristiana, y lo que hacen en nombrede la Iglesia juntamente con sus pas-tores. La Iglesia que en razón de sufunción y de su competencia no se con-funde de ningún modo con la comuni-dad política y no está ligada a ningúnsistema político, es al mismo tiemposigno y salvaguardia de la trascen-dencia de la persona humana... La Igle-sia, fundada en el amor del Redentor,contribuye a que estén vigentes, en elseno de una nación y entre las nacio-nes, la justicia y la caridad. Predican-do la verdad evangélica e iluminandotodas las áreas de la actividad humanapor medio de su doctrina y del testi-monio prestado por los fieles cristia-nos, respeta y promueve también la li-bertad y la responsabilidad política delos ciudadanos (Gaudium et spes, 76).

+ Antonio Mª Rouco Varela

La voz del cardenal arzobispo

La Iglesia ha proclamadosiempre la Ley de Dios

El día 28, Miércoles de Ceniza, comienza la Cuaresma. El señor cardenal presidirá la Eucaristía, con la imposición de la ceniza, en lacatedral de La Almudena, a las 19 h. De nuevo la amenaza del terrorismo en Madrid es el título de su exhortación pastoral esta semana:

Aquí y ahora Alfa y Omega 22-II-2001 19

La propuesta de legalizar la eutanasia–o su legalización efectiva, comoen el caso de Holanda– representa

un nuevo intento de dar respuesta, me-diante la legislación, a situaciones extre-mas, con la intención, a la vez, de mante-ner esas situaciones en su condición ex-cepcional. Para esto, se limita rigurosa-mente la aplicación de esa ley a ese tipode situaciones. Pero, en verdad, tal pre-tensión es vana.

La ley holandesa prevé que la eutanasiapueda aplicarse sólo cuando los sufri-mientos del enfermo sean insoportables.La pregunta que surge es quién y cómo sepuede medir la insoportabilidad de un su-frimiento. No parece posible evitar que, ala postre, se trate de una valoración sub-jetiva. El Tribunal Supremo de este paísya ha interpretado que esos sufrimientosincluyen también los de naturaleza psí-quica. Una limitación legal que es suscep-tible de apreciación subjetiva, está conde-nada a experimentar una imparable am-pliación.

Un ejemplo cercano lo tenemos ennuestra ley de despenalización del aborto.En nuestro país, el aborto procurado estádespenalizado en tres supuestos: violación,malformaciones del feto, grave riesgo pa-ra la salud de la madre. De los casi 50.000abortos que se realizan al año en España, el90% se amparan en el tercer supuesto: elmás susceptible, precisamente, de valora-ción subjetiva. Un peligro que, objetiva-mente, ha quedado reducido a una posibi-lidad excepcional por el desarrollo actualde la medicina, parece que se ha converti-do en España en una auténtica epidemia,con decenas de miles de casos documen-tados. Lejos de dar una respuesta toleran-te a casos que se presentan como extre-mos y dramáticos, lo que se consigue conla legislación es normalizar esos casos: ha-cer que sea normal que el feto suponga ungrave peligro para la salud de la madre.

Recientemente, se ha concedido el in-dulto a una mujer culpable de matar a sumarido, tras largos años de estar someti-da a malos tratos por él. La consideraciónde estas y otras circunstancias hizo que,desde el principio, la opinión pública fue-ra favorable al indulto y que la concesiónde éste haya sido acogida con satisfaccióngeneral. Pero, ¿sería razonable dar una res-puesta legislativa para casos como éste?¿Resultaría sensato despenalizar la ley porel asesinato del marido en el supuesto deque se dieran circunstancias dramáticasque la ley pasaría a determinar escrupulo-samente? A nadie se le escapa que una leyasí no haría otra cosa que fomentar la mul-tiplicación de tales casos, exponiendo ladeterminación restrictiva de esas circuns-tancias a una progresiva ampliación en fun-ción de estimaciones subjetivas. Dictar esaley sería algo así como levantar la veda delmarido agresivo.

La legislación, de suyo, nunca consti-tuye una mera respuesta a situaciones lí-mite. Un acto legislativo no es un acto ju-

risprudencial, que puede dar un tratamientocircunspecto, tolerante y atenuado a unproblema excepcional, manteniendo a lapar la excepcionalidad de éste. Legislar es,inevitablemente, definir la normalidad so-cial: incoar o confirmar, mediante la nor-ma, aquellas tendencias y conductas quequeremos o aceptamos que se consolidenprogresivamente como características denuestra sociedad. Por esta razón, propug-nar una medida legislativa, presentándolacomo una medida excepcional, válida só-lo para casos extremos, no pasa de ser unaestrategia falaz.

Toda ley entraña intencionalidades ob-jetivas o estructurales, que acaban por aflo-rar en la mente de los individuos como in-tenciones subjetivas y conscientes. Unaley que permite la eutanasia no apunta enverdad a la posibilidad de que un enfermodecida eliminar su sufrimiento, sino la po-sibilidad de que los demás –el médico, lafamilia, el Estado– decidan eliminar al en-fermo mismo por su sufrimiento: el delenfermo, inicialmente; al final, el que elenfermo les causa a ellos. Es esta segundaposibilidad lo que se consolida como pers-pectiva ante los enfermos, en la mente delos sanos. Y téngase en cuenta que es suefecto en los sanos lo que habría que va-lorar en una ley sobre la eutanasia, puesson éstos –y no los eliminados con la apli-

cación de la ley– quienes resultan ser losdestinatarios de una sociedad caracteriza-da por la existencia de dicha ley.

La eutanasia legal suscita en la mentedel ciudadano la idea de que, en ciertascircunstancias, una vida humana puedequedar sin valor ni dignidad, y la posibili-dad de sugerir a un enfermo, tácitamente,que ése es su caso, es decir, la posibilidadde sugerirle explícitamente que ponga fina su vida. Y lo decisivo es la presencia deesa idea en la mente del sano, y no la vo-luntad consintiente del enfermo, pues, co-mo la experiencia holandesa ya demues-tra –con más de mil casos conocidos–,frente a la convicción del sano de estar an-te un caso en el que se cumple esa idea, elconsentimiento del enfermo se convierteen un trámite fácil de cumplir… y de elu-dir.

Por el contrario, descartar el recurso a laeutanasia, nos empuja a buscar la formano sólo de aminorar los sufrimientos deun enfermo, sino también de comprender–y hacerle comprender– el sentido y va-lor de la vida sufriente: la forma de mani-festarle convincentemente que su vida nosimporta, que él no nos sobra; tal y como in-tentamos hacer para disuadir al que quieresuicidarse de manera violenta. Es este im-pulso el que debe conducirnos hacia unprogreso en nuestra capacidad de descu-brir y dar sentido a la vida humana en susmás diversas y numerosas condiciones, sindiscriminación alguna. Este progreso sí esun verdadero progreso humano, y es el quecorresponde ser ambicionado por una so-ciedad que quiera ser progresivamente máshumana.

Alfredo Cruz PradosProfesor de Filosofía Política

de la Universidad de Granada

Una estrategia falaz

Eutanasia y legalización

Propugnar una medida legislativa,presentándola como excepcional,válida sólo para casos extremos,no pasa de ser una estrategia falaz

MundoAlfa y Omega20 22-II-2001

Art. 1

Art. 2 Art. 5Art. 11

Art. 10Art. 4

Art. 3Art. 9

Art. 8

Art. 7Art. 6

Como bien se ilustra en la intro-ducción de la nueva Ley, el Su-mo Pontífice ha «tomado acta

de la necesidad de dar forma siste-mática y orgánica a las mutacionesintroducidas en las sucesivas fases delordenamiento jurídico del Estado de laCiudad del Vaticano». Con vistas, portanto, a «adecuarlo cada vez mejor alos fines institucionales del mismo,que existe como conveniente garantíade la libertad de la Sede Apostólica ycomo medio de asegurar la indepen-dencia real y visible del Romano Pon-tífice en el ejercicio de Su misión en elmundo», por «Motu Propio» y cono-cimiento cierto, con la plenitud de Susoberana autoridad, ha promulgadola siguiente Ley:

Art. 11. El Sumo Pontífice, Soberano del

Estado de la Ciudad del Vaticano, tie-ne la plenitud de los poderes ejecutivo,legislativo y judicial.

2. Durante el período de Sede va-cante, esos mismos poderes pertene-cen al Colegio de los Cardenales, elcual sin embargo podrá emanar dis-posiciones legislativas sólo en caso deurgencia y con eficacia limitada a laduración de la vacante, salvo que éstassean confirmadas por el Sumo Pontí-fice sucesivamente elegido según lanormativa de la ley canónica.

Art. 2La representación del Estado en

sus relaciones con los Estados extran-jeros y con otros sujetos del Derechointernacional, por las relaciones di-plomáticas y por la conclusión de losTratados, está reservada al Sumo Pon-tífice, que la ejercita por medio de la

Secretaría de Estado.Art. 31. El poder legislativo, salvo los ca-

sos que el Sumo Pontífice quiera re-servarse a Sí mismo o a otras instan-cias, lo ejercita una Comisión com-puesta por un cardenal Presidente ypor otros cardenales, todos ellos nom-brados por el Sumo Pontífice por elperíodo de un quinquenio.

2. En caso de ausencia o de impe-dimento del Presidente, la Comisiónestá presidida por el primero de loscardenales miembros.

3. Las asambleas de la Comisiónson convocadas y presididas por elPresidente y en ellas participan, convoto consultivo, el Secretario Gene-ral y el Vicesecretario General.

Art. 41. La Comisión ejercita su poder

dentro de los límites de la Ley sobrelas fuentes del Derecho, según las dis-posiciones seguidamente indicadas yel propio Reglamento.

2. Para la elaboración de los Pro-yectos de Ley, la Comisión se acoge ala colaboración de los Consejeros deEstado, de otros expertos además delos organismos de la Santa Sede y delEstado que puedan estar interesados.

3. Los proyectos de ley son pre-viamente sometidos, a través de la Se-cretaría de Estado, a la consideracióndel Sumo Pontífice.

Art. 51. El poder ejecutivo lo ejercita el

Presidente de la Comisión, de confor-midad con la presente Ley y con lasdemás disposiciones normativas vi-gentes.

2. En el ejercicio de tal poder, elPresidente es coadyuvado por el Se-

cretario General y el VicesecretarioGeneral.

3. Las cuestiones de mayor im-portancia serán sometidas por el Pre-sidente al examen de la Comisión.

Art. 6En las materias de mayor impor-

tancia se procede en concierto con laSecretaría de Estado.

Art. 71. El Presidente de la Comisión

puede emanar Ordenanzas, para ac-tuación de normas legislativas y re-glamentos.

2. En caso de urgente necesidad, élpuede emanar disposiciones que ten-gan fuerza de ley, las cuales sin em-bargo pierden eficacia si no son con-firmadas por la Comisión en el plazode noventa días.

3. El poder de emanar Reglamen-tos generales queda reservado a laComisión.

Art. 81. Excepto en lo dispuesto en los

artículos 1 y 2, el Presidente de laComisión ostenta la representacióndel Estado.

2. Él puede delegar la representa-ción legal al Secretario General pa-ra la actividad administrativa ordina-ria.

Art. 91. El Secretario General coadyuva

en sus funciones al Presidente de laComisión. Según las modalidades in-dicadas en las Leyes y bajo las di-rectivas de la Comisión, él:

a) supervisa la aplicación de lasLeyes y de otras disposiciones nor-mativas y la puesta en práctica de lasdecisiones y de las directivas del Pre-sidente de la Comisión;

b) supervisa la actividad adminis-trativa del Governatorato y coordi-na las funciones de las diversas Di-recciones;

2. En caso de ausencia o de impe-dimento sustituye al Presidente de laComisión, excepto en lo dispuesto enel art. 7, n. 2.

Art. 101. El Vicesecretario General, de

acuerdo con el Secretario General,supervisa la actividad de preparacióny redacción de las actas y de la co-rrespondencia y desarrolla las demásfunciones a él atribuidas.

2. Sustituye al Secretario Generalen caso de ausencia o impedimento.

Art. 111. Para la predisposición y exa-

men de los presupuestos y para otrosasuntos de orden general relativos alpersonal y la actividad del Estado, elPresidente de la Comisión es asistidopor el Consejo de los Directores, porél convocado periódicamente y porél presidido.

2. De este Consejo forman partetambién el Secretario General y el Vi-

Acta Apostolicae Sedis, donderegularmente se publican losdocumentos oficiales de laSanta Sede, ha publicado, elpasado 1 de febrero, el textode la nueva Ley fundamentaldel Estado de la Ciudad delVaticano, que hoy 22 defebrero, fiesta de la Cátedrade San Pedro, entra en vigor.Este ordenamiento sustituye ala Ley hasta ahora vigente, queregía desde 1929, en que fuepromulgada por el Papa Pío XI

Hoy entra en vigor. La anterior regía desde 1929

Ley fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano

La ciudad del Vaticano, vista desde la cúpula de la Basílica de San Pedro

Mundo Alfa y Omega 22-II-2001 21

Art. 12

Art. 13

Art. 14

Art. 19Art. 20

Art. 15

Art. 16

Art. 17

Art. 18

cesecretario General.Art. 12Los presupuestos y balances finales

del Estado, tras su aprobación por par-te de la Comisión, son sometidos alSumo Pontífice a través de la Secre-taría de Estado.

Art. 131. El Consejero General y el Con-

sejero de Estado, nombrados por elSumo Pontífice para un período de unquinquenio, prestan su asistencia enla elaboración de las Leyes y en otrasmaterias de particular importancia.

2. Los Consejeros pueden ser con-sultados sea singularmente sea de for-ma colegial.

3. El Consejero General preside lasreuniones de los Consejeros; ejercitaademás funciones de coordinación yde representación del Estado segúnlas indicaciones del Presidente de laComisión.

Art. 14El Presidente de la Comisión, ade-

más de valerse del Cuerpo de Vigi-lancia, para los fines de la seguridad yde la policía puede requerir la asis-tencia de la Guardia Suiza Pontificia.

Art. 151. El poder judicial es ejercido, en

nombre del Sumo Pontífice, por losórganos constituidos según el ordena-miento jurídico del Estado.

2. La competencia de los órganosindividuales está regulada por la ley.

3. Los actos jurisdiccionales debenser realizados dentro del territorio delEstado.

Art. 16En cualquier causa civil o penal y

en cualquier estadio de la misma, elSumo Pontífice puede definir el su-mario y la decisión a una instanciaparticular, incluso con la facultad depronunciar en justicia y con exclusiónde cualquier impugnación ulterior.

Art. 171. Excepto en lo dispuesto en el ar-

tículo siguiente, quienquiera que con-sidere lesionado un derecho propio ointerés legítimo por un acto adminis-trativo puede oponer recurso jerár-quico o recurrir a la autoridad jurídicacompetente.

2. El recurso jerárquico impide, enla misma materia, la acción judicial,a no ser que el Sumo Pontífice no loautorice en el caso particular.

Art. 181. Las controversias relativas a la

relación laboral entre los dependientesdel Estado y la Administración son dela competencia del Gabinete de Tra-bajo de la Sede Apostólica, según lasnormas de su propio estatuto.

2. Los recursos contra las disposi-ciones disciplinarias dispuestas en re-lación con los dependientes del Esta-do pueden ser propuestos ante la Cor-te de Apelaciones, según sus propias

normas.Art. 19La facultad de conceder amnistías,

indultos, condonaciones y gracias es-tá reservada al Sumo Pontífice.

Art. 201. La bandera del Estado de la Ciu-

dad del Vaticano está constituida pordos bandas divididas verticalmente,una amarilla adherida al asta y la otrablanca, y lleva en esta última la tiaracon las llaves, todo según el modelo

que constituye el alegato A de la pre-sente Ley.

2. El escudo está constituido por latiara con las llaves, según el modeloque constituye el alegato B de la pre-sente Ley.

3. El sello del Estado lleva en elcentro la tiara con las llaves y en tornolas palabras Estado de la Ciudad delVaticano, según el modelo que cons-tituye el alegato C de la presente Ley.

La presente Ley Fundamental sus-tituye íntegramente la Ley fundamen-tal de la Ciudad del Vaticano del 7 dejunio de 1929, n. I. Igualmente que-

dan derogadas todas las normas vi-gentes en el Estado que estén en con-traste con la presente Ley.

Ésta entrará en vigor el 22 de fe-brero de 2001, fiesta de la Cátedra deSan Pedro Apóstol.

Mandamos que el original de lapresente Ley, dotado con el Sello delEstado, sea depositado en el Archivode las Leyes del Estado de la Ciudaddel Vaticano, y que el texto corres-pondiente sea publicado en «Acta

Apostolicae Sedis», mandando a quiencorresponda el observarla y hacerlaobservar.

Dado en nuestro Palacio Apostó-lico Vaticano, el veintiséis de no-viembre de 2000, solemnidad deNuestro Señor Jesucristo, Rey delUniverso, en el año XXIII de nuestroPontificado.

Ioannes Paulus II, PP

HA

BLA

EL

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Inmigrantes:Derecho a unfuturo mejor

Los emigrantes son imagenelocuente del camino de

todo el pueblo de Dios ha-cia el Padre, que quiere re-velar su rostro a quien lo bus-ca. Su situación adquiere unvalor simbólico sobre el queconviene reflexionar.

Las migraciones moder-nas son consecuencia de fe-nómenos sociales vastos ycomplejos, que afectan enmayor o menor medida a to-das las sociedades. Los de-sequilibrios económicos y so-ciales, que repercuten sobretodo en los más débiles, obli-gan a millones de mujeres yhombres a buscar posibili-dades de supervivencia enotros lugares. Los conflictosétnicos, los desastres natu-rales y la opresión políticaobligan a poblaciones ente-ras a solicitar asilo en otrasnaciones. Por el contrario,el miedo al extranjero lleva ala sociedad del bienestar arestringir el ingreso de losemigrantes, dificultando suacogida e integración.

Pero las barreras no pue-den frenar la esperanza dequien tiene derecho a un fu-turo mejor. De hecho, la pre-sencia de los emigrantes hatransformado muchos paísesen sociedades multiétnicasy multiculturales. Esta diver-sidad se percibe a menudocomo amenaza a la identi-dad cultural y religiosa delos países de acogida. An-te el riesgo de enfrenta-mientos étnicos, todos estáninvitados a una convivenciacon diálogo y participación.La verdadera integración exi-ge construir una sociedadcapaz de reconocer las di-ferencias sin radicalizarlas,y promover una generaciónde ciudadanos formados enla cultura del diálogo.

(9-II-2001)

e la Ciudad del Vaticano

La vidaAlfa y Omega22 22-II-2001

La dirección de la semanaLa recién creada productora audiovisual RTV Universidad San Pa-

blo-CEU ha puesto en Internet varias conferencias del II CongresoCatólicos y vida pública sobre Educar para una nueva sociedad; en-tre otras, la inaugural del Congreso, o la ponencia de la Presiden-ta del Parlamento Europeo, Nicole Fontaine.

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CCoommeennttaarriioo:: Aunque es necesario el reproductor RealPlayer 8Basic (gratuito), es muy fácil descargar este programa en el ordenadordesde la dirección hhttttpp::////wwwwww..rreeaall..ccoomm//ppllaayyeerr

INTERNET

http://www.ceu.es/Fnd/congreso.htm

Nombres propios

El obispo de Osma-Soria, monseñor FFrraanncciissccoo PPéérreezz GGoonnzzáálleezz,ha sido nombrado por Juan Pablo II Director Nacional para España

de las Obras Misionales Pontificias para la Propagación de la Fe (pro-motora, entre otras iniciativas, del DOMUND), la Obra de San Pe-dro Apóstol, Infancia Misionera, y la Pontificia Unión Misional. Senombrará un subdirector de las Obras Misionales Pontificias, bajola coordinación de monseñor Francisco Pérez. Hasta ahora estecargo lo ha desempeñado don José Luis Irízar.

El cardenal FFrraanncciiss GGeeoorrggee,, arzobispo de Chicago, predicará losEjercicios Espirituales a Juan Pablo II y a la Curia vaticana desde el4 al 10 de marzo, en la capilla Redemptoris Mater del PalacioApostólico Vaticano.

Ha fallecido en Roma, a los 92 años de edad, el cardenal GGiiuu --sseeppppee CCaassoorriiaa.. Juan Pablo II, al expresar su condolencia, se ha re-ferido a él como servidor abnegado del Señor, de íntegra fidelidada Cristo y a la Iglesia.

Monseñor AAgguussttíínn GGaarrccííaa GGaassccoo,, arzobispo de Valencia y Pre-sidente de la Comisión episcopal de Relaciones Interconfesionales,ha presidido en Madrid las XI Jornadas de Delegados diocesanos derelaciones interconfesionales.

Monseñor AAddoollffoo GGoonnzzáálleezz MMoonntteess,, obispo de Ávila y GranCanciller de la Universidad de Ávila, en una carta que publica el nú-mero 2 del boletín de dicha Universidad, informa que está en ges-tación el Instituto de Ciencias Religiosas, y una nueva sede central dela Universidad en Ávila, donde comienza a dejarse sentir la reper-cusión social sobre la ciudad que nos acoge.

El Presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y dela Fundación San Pablo-CEU, don AAllffoonnssoo CCoorroonneell ddee PPaallmmaa, im-partirá hoy jueves una charla coloquio sobre Tomás Moro, un modelopara el mundo político. El acto, organizado por Profesionales por laÉtica, tendrá lugar a las 19 horas en el madrileño Hotel NH Zurbano(calle Zurbano, 79).

El Santo Padre ha nombrado a monseñor RReennaattoo BBooccccaarrddoo Jefedel Protocolo con encargos especiales, de la Secretaría de Estado va-ticana. Sustituirá en el cargo al padre jesuita RRoobbeerrttoo TTuuccccii,, encar-gado de organizar los viajes apostólicos del Papa y que ha sidocreado cardenal.

Monseñor AAttiillaannoo RRooddrríígguueezz MMaarrttíínneezz,, obispo auxiliar de Ovie-do, y responsable de la Pastoral Penitenciaria en España, ha presi-dido en Madrid las XIII Jornadas Nacionales de Capellanes de pri-siones. Han participado 140 capellanes que ejercen su ministeriopastoral en los 81 centros penitenciarios de España. Han analiza-do las causas del creciente número de personas presas (44.929–41.338 varones y 3.591 mujeres–, a 3 de febrero de 2001), asícomo el alto índice de reincidencia (55 %).

El Cabildo compostelano, según informa O Cruceiro, ha trasla-dado el mausoleo de TTeeooddoommiirroo, obispo de Iriaflavia a principios delsiglo IX y descubridor de la tumba del apóstol Santiago, ubicado has-ta ahora junto al tesoro de su catedral, a la nave de Platerías. En elespacio libre será abierto un nuevo acceso al claustro de la catedral.

Don JJoosséé LLuuiiss PPéérreezz ddee AAyyaallaa, Rector de la Universidad San Pablo-CEU, ha ingresado, como Académico de Número, en la Real Aca-demia de Jurisprudencia y Legislación.

Beca de Honor

Doña Esperanza Aguirre, Presidenta del Senado, ha recibido la Beca deHonor del cincuenta aniversario del Colegio Mayor San Pablo, que le

fue impuesta por el Director del Colegio, don Javier López Galiacho.

Setenta años de Radio Vaticano

Juan Pablo II ha presidido la celebración de un aniversario muy particular:los 70 años de Radio Vaticano, la emisora que transmite la voz del Pa-

pa a los cinco continentes. El Santo Padre se reunió con todos los que tra-bajan en la emisora: 400 personas, 200 de ellas periodistas de 58 na-cionalidades diversas. Radio Vaticano nació en un momento históricomuy difícil, cuando regímenes totalitarios limitaban a la Iglesia su derechoa la libertad de expresión. Juan Pablo II exhortó así a quienes trabajan enRadio Vaticano: No os desaniméis por las dificultades, por los recursos li-mitados, ni por vuestras propias limitaciones. No os dejéis turbar por el cam-bio, cada vez más acelerado, de escenarios, estructuras, métodos y mo-dos de vivir. No estáis solos. Estáis en el corazón de la Iglesia. El sitio ofi-cial de Radio Vaticano en Internet es: http://www.radiovaticana.org

El espíritu de Pentecostés 98

La iniciativa que el Papa lanzó en Pentecostés de 1998, al proponer lacomunión entre los nuevos movimientos y comunidades eclesiales, ha da-

do un nuevo paso en Roma, al reunirse fundadores y líderes como el pa-dre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y de Regnum Christi, Je-sús Carrascosa, de Comunión y Liberación, Andrea Riccardi, de la Co-munidad de San Egidio, Chiara Lubich, de los Focolares, Frances Ruppert,de Cursillos de Cristiandad, y Salvatore Martínez, de la Renovación Ca-rismática, que representan carismas que animan la vida espiritual deunos 70 millones de católicos. Una propuesta común fue colaborar conhumildad y sencillez en el florecimiento de la caridad de Cristo tal y comola vivieron los cristianos del primer siglo de la historia de la Iglesia, en lalínea de la «Novo millennio ineunte», que dice: Muchas cosas serán ne-cesarias para el camino histórico de la Iglesia también en este nuevo siglo;pero si faltara la caridad, todo sería inútil.

RTVE-música

Ballets clásicos. Momentos mágicos yZortziko son los títulos de los dos nue-

vos CD editados por RTVE-música, ensu ya prestigiosa y, a la vez, popularcolección de música clásica y de folklo-re popular. En el primero, bajo la di-rección del maestro Enrique GarcíaAsensio, la Orquesta Sinfónica de RT-VE interpreta selecciones de música in-mortal como: El lago de los cisnes, Elamor brujo, Cascanueces, El sombrerode tres picos, etc. En el segundo, y pa-ra celebrar el 700 aniversario de la fun-dación de la villa de Bilbao, ofrece una antologia de zortzikos cantadospor el tenor José Antonio Urdiain, junto a la Orquesta Sinfónica y Coro deRTVE.

La vida Alfa y Omega 22-II-2001 23

Los lectores de Alfa y Omega han podidoconocer, en primicia exclusiva, uno de los

capítulos de este libro que, en Planeta Testi-monio, acaba de publicar monseñor JavierEchevarría, Prelado del Opus Dei: el que serefiere a la vocación del cristiano en la so-

ciedad. Son, sinduda, estas 260páginas, unoportuno alda-bonazo a la con-ciencia del lectorcristiano de caraa la vida ordina-ria de cada día.

En estas pági-nas se habla, pri-mero, de Dios,Padre, Hijo y Es-píritu Santo; des-pués, de María

Santísima Madre de Dios y Madre nuestra; yya, a continuación, del amor a la Iglesia, dela responsabilidad en la Iglesia y del caminode encuentro con Dios: la conversión, el pe-cado y el perdón, la oración, la Eucaristíay la vida teologal del cristiano, el valor y elsentido de la interioridad y de la corporali-dad, el don de la paternidad y de la mater-nidad, el sufrimiento, la enfermedad y lamuerte, el sentido del tiempo para el cristia-no, la fuerza de la caridad, la santificacióndel trabajo y la vocación del cristiano.

Concluye este libro espléndido y esencialcon un capítulo que habla por sí solo: Laesencia de la alegría.

Estas 320 páginas, que Ignacio Arellanoacaba de editar, para la Universidad de

Navarra, en Reichenberger.Kasel 2000,constituyen, sin lugar a dudas, una de lasmás importantes novedades de esta presti-giosa editorial, y también un magnífico co-lofón a la recién concluida celebración delaño dedicado a Calderón de la Barca.

Es un diccio-nario en el queel lector puedeencontrar todosobre los AutosSacramentalesde don PedroCalderón de laBarca. Ha sidoconcebido conuna dimensiónmuy práctica,porque quiereser un instru-mento auxiliarindispensable para acercarse a los princi-pales conceptos, imágenes y motivos de losAutos Sacramentales calderonianos, y tam-bién porque su completísimo índice de en-tradas o de voces procede del conjunto de lasnotas que los 25 volúmenes que reproducenlos Autos completos han requerido como par-te de su aparato crítico.

Se trata, pues, de una condensada y se-lectiva reelaboración de definiciones cuyanecesidad ha sido contrastada por las pro-pias exigencias que los textos plantearon asus editores.

El chiste de lasemana

Libros de interés Un ejemplo de familia

Juan Pablo II acaba de denunciar, una vez más, el hecho triste de que la actual es una sociedadlaica en la que se habla cada vez menos de Dios. No se habla del plan de Dios para la fa-

milia, mientras que hay muchos frentes interesados en hablar del divorcio, de las parejas de he-cho, etc., que pretenden hacer creer que la unidad y cohesión de la familia es poco menos queimposible. Afortunadamente no es así: existen muchas familias en las que el sacramento del Ma-trimonio sigue actuando y fortaleciendo la unidad familiar. Esta foto es un testimonio vivo y con-creto de ello: según nos cuenta doña María del Carmen García Zapater, cuarenta miembrosde una familia, todos los que la constituyen (dos no se ven porque están en el vientre de su ma-dre y otros dos estaban haciendo la foto), posan ante el atrio de la catedral de Huesca, despuésde participar en la Santa Misa para dar gracias a Dios y pedirle que siga manteniendo en suGracia a esta familia y a todas las familias del mundo.

Anuario radiofónicoCope 2000

Poco a poco la Cope está creando una au-téntica fonoteca para el futuro. Como to-

dos los años, acaba de editar el Anuario Co-pe del recién terminado 2000. Es el únicoAnuario radiofónico en España y constituye,además de un magnífico resumen de lo acon-tecido en el año, con las voces originales desus protagonistas (de Juan Pablo II y el car-denal Rouco al Rey, el Presidente Aznar,Bush, Carlos Cano etc.), un documento in-sustituible para conservar el recuerdo sonorode los momentos más destacados del año:el Papa y el Año Santo, el terrorismo, el artey la cultura, la economía y los deportes.

Mingote, en ABC

Desde la feAlfa y Omega24 22-II-2001

Textos: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Pablo Bravo

EEEEllll ppppeeeeqqqquuuueeeeaaaallllffffaaaa

eguro que habéis visto yaen la tele las imágenes delos terremotos en El Salva-dor y en la India. A lo me-jor vuestros padres os hanexplicado qué es lo que hasucedido, y probablemen-te en el cole habéis habla-do de ello con los profes.

Lo que ha ocurrido esque en dos zonas muy po-bres del mundo, como son

la India y Centroamérica, la tierra se ha movidode una manera tan fuerte, que muchas casas sehan caído dejando sepultadas a muchas perso-nas.

¿Y por qué se ha movido tanto la tierra? Puesporque dentro de ella existen grandes placas,sobre las cuales se apoyan los continentes y losmares. A veces, estas placas chocan fuertemen-te entre sí y se producen los terremotos: comofuertes sacudidas de la superficie de la tierra, odel mar (en ese caso serían maremotos).

Debajo de El Salvador se juntan tres placasgrandes, al igual que debajo de la India, y estohace que los dos lugares sean muy propensos alos terremotos, que, si son fuertes, acabansiendo grandes catástrofes, con muchosmuertos y heridos.

A veces tenemos que oír enla radio o ver en la tele este tipode desgracias que nos causantanta impresión, pero, aunque pa-rezca mentira, desde aquí, estandotan lejos, también podemos ayu-dar.

El pasado 13 de febrero El Salva-dor sufrió de nuevo un temblor de tie-rra muy fuerte. Hay muchos muertos yheridos, pero se teme que se descubranmuchos más debajo de las casas derrui-das, los escombros. La catástrofe se haceaún más dura si tenemos en cuenta que haceun mes este país de Centroamérica había sufridoun gran terremoto, y todavía se estaban recu-

perando de los daños que causó. Al ser una zo-na bastante pobre, muchas casas están hechascon adobe (barro seco y paja) y son muy ende-bles.

India ha sufrido también, en este último mes,un gran terremoto con muchísimos muertos y he-ridos, algunos de los cuales estuvieron varios días bajo los escombros y lograron sobrevivir, loque dejó al mundo entero perplejo.

Ahora, estos países deben empezar desdecero a reconstruir sus hogares y su vida, peropara ello necesitan ayuda, y ahí es dondecomienza nuestro papel. Desde nuestropueblo o ciudad podemos rezar y acor-darnos constantemente de las perso-nas de El Salvador y de la India, porqueeso es lo que hacemos los católicos connuestros hermanos del mundo. Si so-mos hermanos, como dijo Jesús, nosqueremos y nos tenemos presen-tes en el dolor y en la feli-cidad. Además,orga-

nizaciones como Cáritas o Manos Unidas hanabierto cuentas en diferentes bancos como BilbaoVizcaya Argentaria, Central Hispano, Banesto,Santander, Caja Madrid, Popular, La Caixa, etc.Gracias a las aportaciones que hagamos a estas

cuentas, podemos procurar anuestros hermanos comida,

ropa, medicinas y to-do lo que necesiten

para que los he-ridos se recu-

peren pronto,para que nobroten epi-demias ypara quepuedan co-menzarpronto areconstruirsus ciuda-des. Necesi-tan muchos

apoyos mate-riales, pero tam-

bién ¡doble raciónde amor!

¡S.O.S.

SEl Salvador y la India!

Dibujo de Susana Sala

Desde la fe Alfa y Omega 22-II-2001 25

Quique tiene 12 años y se siente un poco perdido. Tiene una enorme afición por el fút-bol, y es hincha de un gran equipo, el Majestic, pero una serie de acontecimientos le

hacen conocer a fondo el mundo de los hinchas radicales de fútbol, a los que les gusta me-terse en peleas y beber en los partidos. Al principio, se deja fascinar por las vidas de es-tos jóvenes que viven tan a fondo este deporte, pero, poco a poco, se da cuenta de que losfanatismos no llevan a nada bueno, y que sentir los colores de su equipo favorito no significaarriesgar la vida o meterse en líos. Contará para ello con la ayuda de sus padres, suabuelo, su hermana y su amiga María. María del Carmen de la Bandera tiene mucha ex-periencia en el trato con los jóvenes, por su labor docente, y su dedicación a la llamadaanimación a la lectura. Un libro para leer a partir de 12 años, y aprender a discernir has-ta dónde llega la afición y comienza el radicalismo.

LLiibbrrooss

¿Por qué no os animáis y escribís al Pequealfa? Podéis enviar todo lo que queráis: relatos, dibujos, fotos divertidas... Os lo publicaremos, ¡y podréis verlo más tarde aquí! Algunos amigos ya nos han enviado sus creaciones.

Sólo tenéis que escribir a:

PPeeqquueeaallffaa AAllffaa yy OOmmeeggaa.. PPzzaa.. CCoonnddee ddee BBaarraajjaass,,11 2288000055 MMaaddrriidd

CCCCaaaajjjjaaaa ddddeeee SSSSoooorrrrpppprrrreeeessssaaaassss

Nuestra amiga Nu-ria Ruiz, de 6

años, nos envía desdeTui, Pontevedra, un di-bujo muy bonito de laVirgen con el niño enbrazos, en la huída aEgipto. ¿A que dibujabien?

TTííttuulloo: Sentir los coloresAAuuttoorr: María del Carmen de la BanderaEEddiittoorriiaall: Magisterio Casals

Los papás de María Lourdes Alonso Ayuso, de 9 años, y de Juan Jesús Alon-so Ayuso, de 12 años, les han hecho a los dos hermanos un regalo muy, pe-

ro que muy especial. Como a María Lourdes le gusta mucho escribir, y a Jesúsle chifla pintar (y lo hace estupendamente), les han publicado un libro que re-coge las poesías de María Lourdes, y las ilustraciones de Juan Jesús. Aquí te-néis un ejemplo de las cosas tan bonitas que hacen estos hermanos:

BBrriill llaa,, bbrriill llaa eessttrreell lliittaa ddee eenneerroo

Brilla, brilla estrellita de enero.Brilla junto a las demás estrellas,que están en el cielo.En febrero serás otray en marzo también.Brilla, brilla,que aquí estamosy nos miramos.

PPrriimmaavveerraa yy eell ccaammppoo

La primavera le ha regalado al campoun vestido verde para ir al baile.Le ha mandado al solque le quite las nubes malasy se ponga un vestido de raso.La primavera y el camposon muy amigos.

Éste es el cuento que nos ha enviado Beatriz Álvarez, unaamiga de 11 años que vive en Madrid. ¡El aburrimiento

se puede transformar en un buen rato!

Era un día triste y lluvioso. Buscaba y buscaba, pero noencontraba nada para jugar, sólo mi soledad y el aburri-miento. Jugaba con una cosa, pero me aburría con una os-tra, entonces sacaba otra pero tampoco me gustaba. En-tonces me dije –voy a leer para distraerme–. Pero a los dossegundos oí a mi abuela Angelita hablar y tuve que dejar deleer. Pero no me importaba, porque pensé que podía es-cribir una historia:

Era una mañana calurosa donde la gente sudaba y su-daba. Buf, eso no me gusta. Mejor uno de misterio. ¡Sí!

A las 9 de la mañana, hora de ir al cole, nos íbamosque excursión a un palacio en ruinas.

–¡Vamos niños!–dijo nuestra profesoraLlegamos al palacio, y nos bajamos del autobús: ¡Adiós

señor autobusero! dije yo. Los niños y las niñas se empe-zaron a reir pero yo no sabía por qué.

Llegamos al palacio y de repente una niebla muy espesasobre nosotros hizo que yo me perdiera. Al final encontré ala profesora.

¡Hora de comer! dice mi madre. Me quedé con el cuen-to a medias, pero por lo menos no me he aburrido.

Mirad que subimos a Jerusalén (Mc 10, 33).Mediante estas palabras, el Señor invita alos discípulos a recorrer junto a Él el ca-

mino que, partiendo de Galilea, conduce hasta el lu-gar donde se consumará su misión redentora. Este ca-mino a Jerusalén, que los evangelistas presentan co-mo la culminación del itinerario terreno de Jesús,constituye el modelo de vida del cristiano, compro-metido a seguir al Maestro en el camino de la Cruz.Cristo dirige también esta misma invitación de subira Jerusalén a los hombes y mujeres de hoy. Y lo ha-ce con particular fuerza en este tiempo de Cuaresma,favorable para convertirse y encontrar la plena co-munión con Él, participando íntimamente en el mis-terio de su muerte y resurrección. Por tanto, la Cua-resma representa para los creyentes la ocasión pro-picia para una profunda revisión de vida. En el mun-do contemporáneo, junto a generosos testigos delEvangelio, no faltan bautizados que, frente a la exi-gente llamada para emprender la subida a Jerusalén,adoptan una actitud de sorda resistencia y, a veces,también de abierta rebelión. Son situaciones en lasque la experiencia de la oración se vive de manerabastante superficial, de modo que la palabra de Diosno incide sobre la existencia. Muchos consideraninsignificante el mismo sacramento de la Penitencia,y la celebración eucarística del domingo, simple-mente, un deber que hay que cumplir.

¿Cómo acoger la llamada a la conversión que Je-sús nos dirige también en esta Cuaresma? ¿Cómollevar a cabo un serio cambio de vida? Es necesario,ante todo, abrir el corazón a los conmovedores men-sajes de la liturgia. El período que prepara la Pascuarepresenta un providencial don del Señor y una pre-ciosa posibilidad de acercarse a Él, entrando en unomismo y poniéndose a la escucha de sus sugeren-cias interiores.

lHay cristianos que creen poder prescindir de di-cho constante esfuerzo espiritual, porque no ad-vierten la urgencia de confrontarse con la verdaddel Evangelio. Ellos intentan vaciar y convertir eninocuas, para que no turben su manera de vivir, pa-labras como: Amad a vuestros enemigos, haced biena los que os odien (Lc 6,27). Tales palabras, paraestas personas, resultan difíciles de aceptar y de tra-ducir en coherentes comportamientos de vida. Dehecho, son palabras que, tomadas en serio, obligana una radical conversión. En cambio, cuando se es-tá ofendido y herido, se está tentado de ceder a losmecanismos psicológicos de al autocompasión y dela revancha, ignorando la invitación de Jesús a amaral propio enemigo. Sin embargo, los sucesos huma-nos de cada día sacan a la luz, con gran evidencia, có-mo el perdón y la reconciliación son imprescindi-bles para llevar a cabo una real renovación perso-nal y social. Esto vale en las relaciones interperso-nales, pero también en las relaciones entre lascomunidades y entre las naciones.

l Los numerosos y trágicos conflictos que ate-nazan a la Humanidad, tal vez causados también pormalentendidas cuestiones religiosas, han hecho queprofundos fosos de odio y de violencia surgieranentre pueblos y pueblos. En algunas ocasiones, estose ha producido entre grupos y fracciones de unamisma nación. De hecho, a veces asistimos, con do-loroso sentido de impotencia, al reflorecer de con-flictos que creíamos definitivamente superados y se

Desde la feAlfa y Omega26 22-II-2001

Mensaje del Papa para la Cuaresma

El único camino de la paz

es el perdón

El perdón, según manifiesta Juan Pablo II, es la contribución que ofrecen los cristianos a la resolución de los conflictos,no sólo en situaciones de violencia armada, sino también en las confrontaciones y discusiones de la vida cotidiana. Así lo afirma elSanto Padre en el mensaje que ha escrito con motivo de la Cuaresma, que este año comenzará el 28 de febrero (Miércoles de ceniza).Se trata de algo realmente propio y específico del cristianismo y que se expresa en estas palabras de Cristo,sin duda escandalosas para el mundo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien.Ofrecemos el texto íntegro del mensaje del Papa Juan Pablo II para la Cuaresma de este año, 2001

Desde la fe Alfa y Omega 22-II-2001 27

tiene la impresión de que algunos pueblos vivenatrapados en una espiral de imparable violencia, quecontinuará cosechando víctimas y víctimas, sin unaconcreta perspectiva de solución. Y los auspiciosde paz, que se elevan de todas las partes del mundo,resultan ineficaces: el compromiso necesario paraencaminar la concordia deseada no logra afianzarse.

Frente a este inquietante escenario, los cristia-nos no pueden permanecer indiferentes. Por eso, enel Año Jubilar, apenas concluido, me he hecho ecode la petición de perdón de la Iglesia a Dios por lospecados de sus hijos. Somos conscientes de que, pordesgracia, las culpas de los cristianos han ofuscadoel rostro inmaculado, pero confiando en el amor mi-sericordioso de Dios, que no tiene en cuenta el mal,al ver el arrepentimiento, sabemos también que po-demos continuamente reanudar el camino llenos deesperanza. El amor de Dios encuentra su más altaexpresión, justo, cuando el hombre, pecador e in-grato, es readmitido a la plena comunión con Él.Bajo esta óptica, la purificación de la memoria es,ante todo, una renovada confesión de la misericordiadivina, una confesión que la Iglesia, en sus diferen-tes niveles, está llamada constantemente a hacer pro-pia con renovada convicción.

lEl único camino de la paz es el perdón. Acep-tar y ofrecer el perdón hace posible una nueva cua-lidad de relaciones entre los hombres, interrumpela espiral de odio y de venganza, y rompe las cade-nas del mal que atenazan el corazón de los contrin-cantes. Para las naciones en busca de reconciliacióny para cuantos esperan una coexistencia pacífica en-tre los individuos y los pueblos, no hay más caminoque éste: el perdón recibido y ofrecido. ¡Cuán ricasde saludables enseñanzas resuenan las palabras delSeñor: Amad a vuestros enemigos y rogad por losque os persigan, para que seáis hijos de vuestro Pa-dre celestial, que hace salir su sol sobre malos ybuenos, y hace llover sobre justos e injustos! (Mt 5,44-45). Amar a quien nos ha ofendido desarma aladversario y puede, incluso, transformar un campode batalla en un lugar de solidaria cooperación.

Éste es un desafío que concierne a cada individuo,pero también a las comunidades, a los pueblos y a laentera Humanidad. Afecta, de manera especial, alas familias. No es fácil convertirse al perdón y a lareconciliación. Reconciliarse puede resultar pro-blemático cuando en el origen se encuentra una cul-pa propia. Si, en cambio, la culpa es del otro, re-conciliarse puede incluso ser visto como una irra-zonable humillación. Para dar semejante paso es ne-cesario un camino interior de conversión; se precisael coraje de la humilde obediencia al mandato deJesús. Su palabra no deja lugar a dudas: no sóloquien provoca la enemistad, sino también quien lapadece debe buscar la reconcilliación (cf. Mt 5, 23-24). El cristiano debe hacer la paz aun cuando sesienta víctima de aquel que le ha ofendido y golpe-ado injustamente. El Señor mismo ha obrado así. Élespera que el discípulo le siga, cooperando de talmanera a la redención del hermano.

En nuestro tiempo, el perdón aparece principal-mente como dimensión necesaria para una auténti-ca renovación social y para la consolidación de lapaz en el mundo. La Iglesia, anunciando el perdón yel amor a los enemigos, es consciente de introduciren el patrimonio espiritual de la entera Humanidaduna nueva forma de relacionarse con los demás, unaforma ciertamente fatigosa, pero rica en esperanza.En esto, ella sabe que puede contar con la ayuda delSeñor, que nunca abandona a quien, frente a las di-ficultades, recurre a Él.

l La caridad no toma en cuenta el mal (1 Cor13,5). En esta expresión de la primera Epístola a losCorintios, el apóstol Pablo recuerda que el perdón esuna de las formas más elevadas del ejercicio de la ca-ridad. El período cuaresmal representa un tiempo

propicio para profundizar mejor sobre la importan-cia de esta verdad. Mediante el sacramento de laReconciliación, el Padre nos concede en Cristo superdón, y esto nos empuja a vivir en la caridad, con-siderando al otro no como un enemigo, sino como unhermano.

Que este tiempo de penitencia y de reconcilia-ción anime a los creyentes a pensar y a obrar bajola orientación de una caridad auténtica, abierta a to-das las dimensiones del hombre. Esta actitud in-terior los conducirá a llevar los frutos del Espíritu(cf. Gal 5,22) y a ofrecer, con corazón nuevo, laayuda material a quien se encuentra en necesidad.

Un corazón reconciliado con Dios y con el próji-mo en un corazón generoso. En los días sagradosde la Cuaresma la colecta asume un valor signi-ficativo, porque no se trata de dar lo que nos essuperfluo para tranquilizar la propia conciencia,sino de hacerse cargo con solidaria solicitud de lamiseria presente en el mundo. Considerar el rostrodoliente y las condiciones de sufrimiento de mu-chos hermanos y hermanas no puede sino impulsara compartir, al menos parte de los propios bienes,con aquellos que se encuentran en dificultad. Y laofrenda de Cuaresma resulta todavía más rica devalor, si quien la cumple se ha librado del resenti-miento y de la indiferencia, obstáculos que alejande la comunión con Dios y con los hermanos.

El mundo espera de los cristianos un testimoniocoherente de comunión y de solidaridad. Al respec-to, las palabras del apóstol Juan son más que nuncailuminadoras: Si alguno posee bienes de la tierra yve a su hermano padecer necesidad y le cierra sucorazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor deDios? (l Jn 3,7).

¡Hermanos y hermanas!, san Juan Cristósomo,comentando la enseñanza del Señor sobre el caminoa Jerusalén, recuerda que Cristo no oculta a los dis-cípulos las luchas y los sacrificios que les aguardan.Él mismo subraya cómo la renuncia al propio yo re-sulta difícil, pero no imposible cuando se puede con-

tar con la ayuda que Dios nos concede mediante lacomunión con la persona de Cristo.

He aquí por qué en esta Cuaresma deseo invitar a to-dos los creyentes a una ardiente y confiada oración alSeñor, para que conceda a cada uno hacer una renovadaexperiencia de su misericordia. Sólo este don nos ayu-dará a acoger y a vivir de manera siempre más jubilo-sa y generosa la caridad de Cristo, que no se irrita;no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia;se alegra de la verdad (l Cor 13, 5-6).

Con estos sentimientos invoco la protección de laMadre de la Misericordia sobre el camino cuares-mal de la entera comunidad de los creyentes, y de co-razón imparto a cada uno la Bendición Apostólica.

Desde la feAlfa y Omega28 22-II-2001

La acción se desarrolla en Ma-drid, 1940, pero vale igual se-senta años después...

Mariana (impaciente): Bueno; pe-ro, imagínate, que todos los de nuestrafamilia fuesen normales...

Clotilde: No tengo imaginaciónpara tanto...

Cuando el público, ante la réplica,magistralmente ironizada por Ana Ma-ría Vidal, estalla en una carcajada irre-primible –la enésima desde que co-menzó la función, y sólo estamos alcomienzo de esta comedia en un pró-logo y dos actos–, el sucederse de si-tuaciones y de diálogos inteligente-mente imprevistos ha sido tan conti-nuo e hilarante que el espectador nopuede reaccionar de otra manera.

Es tan sólo un ejemplo, pero sufi-cientemente expresivo, del chispeante,desternillante primer acto de Eloísa es-tá debajo de un almendro, sin duda,uno de los más fascinantes logros tea-trales de Enrique Jardiel Poncela. Hanvuelto a acertar de lleno Gustavo Pé-rez Puig y Mara Recatero al elegir estacomedia para iniciar, en el Teatro Es-pañol, las justas celebraciones del pri-mer centenario del nacimiento de Jar-diel. Este 2001 hubiera cumplido cienaños, y el 2002 se cumplirá medio siglode su muerte; y ocurre con sus obraslo que sólo ocurre con las de los clási-cos: que tienen validez y actualidadpermanente; por eso se puede hablar,en rigor, de lo jardielesco. Burla bur-lando, Jardiel supo dar con ese quid,que parece tan sencillo, pero que es tancomplicado, del meollo, del secreto–cabría casi decir del misterio– del granguiñol de la condición humana.

Marqueríe, que se había leído a fon-do La risa, de Bergson, para poder ca-lar a fondo en el teatro de Jardiel, supomuy bien lo que decía al escribir que larisa jardielesca es una risa de la que,el que se ríe, ni se avergüenza ni searrepiente después de haberse reido.No es fácil que hoy ocurra otro tanto. Ydon Jacinto Benavante, que de teatrotambién sabía un poco, dejó escritotextualmente: En su teatro, mi queridoJardiel, hay mucho que estudiar y mu-cho que aprender.

Es una risa fruto de un talento y deun ingenio singular, de la originalidadmás audaz, que sabe convertir la másdescabellada ficción en la más burbu-jeante realidad. En fin, una pura ca-tarsis, muy, pero que muy de agrade-cer en estos tiempos, tan mostrencos,de humoristas de nómina, que pare-cen estar reñidos con la gracia, y querecurren a chistes barriobajeros, cuar-teleros o de burdel, tan cutres como

dignos de conmiseración. Hasta el am-bigú del cine con público de bombóny pralinés y la cama-tren; hasta elnombre de los perros de la comedia(Caín y Abel) es ingenioso. Y hastael telón del No molesten.

Mara Recatero ha sabido dar laadecuada réplica a este exigente inge-nio con el suyo propio como directo-ra. Sólo un impecable y nada fácil ejer-cicio de dirección –y no sólo escénica–logra, con la eficacísima ayuda y lacreatividad profesional de Ana MaríaVidal y de Antonio Medina, mante-ner en vilo, después de un comienzoimposible de superar, el segundo actoen el que, como siempre, Jardiel seempeña en explicarlo todo, con pelosy señales, como en las películas deHitchcook, o en las novelas de AgathaChristie.

Todo está cuidado al máximo: es-cenografía y atrezzo, peinados y ves-tidos, música y montaje. Y, en espe-cial, una interpretación irreprochablepor parte del amplísimo reparto, peroen la que es de obligada justicia des-tacar a Ana María Vidal, Antonio Me-dina, Paloma Paso Jardiel, José Cara-bias, Licia Calderón y Ramiro Olive-ros. ¡Buen comienzo del merecido ho-menaje al inmenso Jardiel, adelantadodel teatro del absurdo y puntal insus-tituíble, con Mihura, Neville, LópezRubio y Tono, de la otra generacióndel 27! Es de esperar que el éxito obli-gue al Ayuntamiento a retrasar lasobras proyectadas para la Plaza deSanta Ana un rato largo...

Miguel Ángel Velasco

Teatro

El permanente ingenio de Jardiel

El mercader que no es de Venecia

No se puede servir a dos señores. El mercader de Venecia, de William Shakespeare, en cuidada traducciónde Vicente Molina Foix, que se representa en el Teatro La Abadía, dirigido por Hansgünther Heyme, nos

trae el pensamiento clásico de lo que significa el nuevo juicio de Salomón de la conciencia personal. Es laconfrontación de dos universos simbólicos, el del judío y el del cristiano, la que traduce las realidades de unasociedad mercantil emergente, el espíritu de un incipiente capitalismo para los discípulos de Max Weber, conla representación de los falsos dilemas del honor y de la amistad en torno al necesario y maldito dinero. Alfinal, la conciencia social, en el dictamen del juez justo, rmanifestación de la misericordia encarnada en unaley natural, hace que queden ratificados los presupuestos de una conciencia recta, y que se nos recuerde, unavez más, que no se puede servir a Dios y al dinero. El resto de polémicas que puedan plantearse en la reposiciónde esta obra quedan subordinadas a una comprensión más exacta de la original intención del autor, en sucircunstancia histórica. Ahora bien, la explosión simbólica con que cuenta esta adaptación, fundamentalmenteen lo referido a la dramaturgia, dirección y vestuario ahoga el texto. Se podría decir, una vez más, que el tex-to sustraído de un contexto ornamental con la elección de estéticas de dudosa legitimación, la homosexual,por ejemplo, acaba con varios de los valores intrínsecos del siempre antiguo y nuevo mercader de Venecia.Un ejemplo concreto, el agua, materia sacramental de regeneración del cuerpo y del espíritu, es capaz deinundar muchas de las escenas y muchas de las acciones de un escenario mediatizado por la potencia visualde símbolos que ya no simbolizan.

JJoosséé FFrraanncciissccoo SSeerrrraannoo

Desde la fe Alfa y Omega 22-II-2001 29

Más allá del pacto

Durante la tregua-trampa de ETA, ¿cuántoscriticaron con dureza, y con toda razón,

al señor Arzallus por su defensa de los te-rroristas que ya no mataban, quitando im-portancia al terrorismo de baja intensidadde los simpáticos chicos de la gasolina? ¡Yano matan! ¡Qué más queréis!

Pero, ahora, que siguen matando, ¿lo úni-co condenable son estos asesinatos? De mo-do semejante a esa violencia de la kale bo-rroca –signo evidente de una sociedad en-ferma– que engendra más violencia, ¿aca-so tantísimas otras violencias –y no son lasmenos dañinas las verbales, por muy in-cruentas que sean, o muy de guante blancoque parezcan– no van poco a poco gene-rando violencias mayores? Si la sociedad seescuda en el mero legalismo del No mata-rás –¡por cierto!, ¿quién levanta la voz antela matanza más terrible, la del ser más ino-cente e indefenso aún en el seno de su ma-dre?–, ¿no se le está dando de algún modola razón al señor Arzallus en sus citadas de-claraciones? ¿Y no se está quedando mor-talmente trasnochada y anquilosada en aque-lla antigua Ley que Cristo vino, no a abolir,sino a llevarla a plenitud?

El pacto antiterrorista bien está, pero, co-mo claramente ha señalado el cardenal Pre-sidente de la Conferencia Episcopal Espa-ñola, se queda corto, y si le faltara la savianueva de la Ley de Cristo, poco futuro puedeaugurársele. Ante los que parecen quererquedarse anclados en aquel insuficiente Nomatarás, incapaz de perdonar y dejandovía libre a todos esos males que hicieron a losfariseos ganarse a pulso el calificativo de hi-pócritas y de sepulcros blanqueados, con-viene recordar la Ley nueva, que precisa-mente proclamaba el Evangelio de este últi-mo domingo. En la versión de San Mateo di-ce así Jesús: Habéis oído que se dijo a losantiguos: «No matarás, y el que mate seráprocesado». Pero yo os digo: todo el que es-té peleado con su hermano será procesado.Y si uno llama a su hermano «¡Imbécil!», ten-drá que comparecer ante el Sanedrín, y silo llama «¡Renegado!», merece la condenadel fuego… Sabéis que está mandado: «Ojopor ojo y diente por diente». Pues yo os digo:no hagáis frente al que os agravia. Al con-trario, si uno te abofetea en la mejilla dere-cha, preséntale la otra… Habéis oído quese dijo: «Amarás a tu prójimo y aborrecerása tu enemigo». Yo, en cambio, os digo: amada vuestros enemigos, haced el bien a los queos aborrecen y rezad por los que os persi-guen y calumnian. Así seréis hijos de vuestroPadre que está en el cielo, que hace salir elsol sobre malos y buenos, y manda la lluviaa justos e injustos.

No se trata –entiéndase bien– de poner ellistón moral más alto que en el Antiguo Tes-tamento. Se trata de la novedad radical queCristo ha traído al mundo, y que lo hace au-ténticamente humano. Lo demás no es que-darse cortos, es quedar mutilados en la pro-pia humanidad.

AAllffoonnssoo SSiimmóónn

PUNTO DE VISTAL I B R O SÉste es un libro espejo. Un libro que refleja y

ratifica la naturaleza del hombre contempo-ráneo, de todos los hombres y de todo el hom-

bre, a las preguntas fundamentales de la existencia,a la causa de la búsqueda de la verdad, a la apertu-ra a la trascendencia, en palabras del teólogo Rahner.Es un libro espejo, porque en el cristal teñido de co-lores de ciencia confusa e infusa busca la explicaciónde la totalidad que dé sentido a la existencia huma-na. Partiendo del supuesto inicial de que la teolo-gía, denominada por Steiner sistemática, había ofre-cido una explicación coherente, global, del sentidode la existencia del hombre en la sociedad, profun-diza en los agujeros negros de las explicaciones detotalidad, sustitutivos de la teología, que han en-candilado al hombre contemporáneo. A saber, elmarxismo, la teoría psicoanalítica de Freud y el es-tructuralismo social de Levi-Strauss. Ofrece nuestrofilósofo polivalente un marco adecuado para la rea-lidad de muchas inquietudes que ocupan y preocu-pan. Tiene George Steiner la gran ventaja de hacerfilosofía con soltura, de ser capaz de atrapar el interésen una forma didáctica harto difícil para este arte: lasconversaciones radiofónicas, que, por otra parte,tanto han contribuído a la generalización de muchodel pensameinto social hoy en boga. La tesis prin-cipal del libro es que buscamos las explicacionesde totalidad de la existencia, porque buscamos laverdad. Sin embargo, la búsqueda de la verdad, co-mo queda ratificado en el párrafo final, es la bús-queda de un hombre que se siente sometido a laspresiones de su propia naturaleza. En este sentido, seecha de menos un paso atrás en la argumentación,que, por otra parte, se encuentra en varias de lasobras anteriores de este autor, en el que se explicitealgo más la perspectiva antropológica que está enel fondo de sus presupuestos gnoseológicos. Tam-bién la filosofía, y hoy más que nunca, debe con-tribuir a llamar a la realidad con su propio y puronombre: Dios, hombre y mundo.

Una obra más de divulgación teológica del sacerdote,Provicario general de Burgos y profesor de teología,

Raúl Berzosa, prolífico en escritos donde los haya. Paracomprender la creación en clave cristiana es una nuevapropuesta, en el mercado del acercamiento a los principiosde la fe cristiana, que ofrece una buena síntesis del pensa-miento teológico sobre la creación del hombre y del mun-do, y el principo de la nueva creación, la redención delhombre por Cristo. Como afirma el autor en el prólogo, denecesaria lectura en la medida en que ofrece interesantes cla-ves para la comprensión posterior del texto, no oculto missimpatías por la teología patrística en la línea de la Tra-dición de Ireneo de Lyon o san Justino. Como recuerdanH. de Lubac, A. Orbe, o E. Romero Pose, en estos tiemposde resurgimiento del neopaganismo y de las espiritualida-des ambiguas y sincretistas, la dimensión trinitaria cris-tiana, asumiendo la cosmocéntrica y antropocéntrica, só-lo se puede desarrollar desde una revalorización de lo cós-mico y de la carne, sabiéndolos preñados del Espíritu quelos empuja a su glorificación, participando ya de la gloriadel Hijo de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, están im-plicados en la creación redentora.

Sorprende que el autor, reputado teólogo no cuide al-gunas de sus expresiones. Acostumbrados, sobre todo en laprensa laica, a escuchar, cuando se refieren a Juan PabloII, el Papa Wojtyla, no parece oportuno el abundante uso deesta expresión en un libro de tanta cualificación teológica.

José Francisco Serrano

Nostalgia de la verdad

Título: Nostalgia del absolutoAutor: George SteinerEditorial: Siruela

La luzde la creación

Título: La creación en clavecristianaAutor: Raúl Berzosa MartínezEditorial: Verbo Divino

Desde la feAlfa y Omega30 22-II-2001

GENTES

Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San EgidioSe le acaba de conceder el Premio Internacional Cataluña por «asumir el cristia-nismo de una forma profunda y creativa, y que ha convertido su convicción y lavivencia de la fe en acción evangélica abierta y extendida por todo el mundo»«Más que para mí, el Premio es para el trabajo de la Comunidad de San Egi-dio, tanto por el que hace en Cataluña –donde estamos muy presentes desdeel servicio a los más pobres y desde la solidaridad– como por el desarrolla-do en el mundo. San Egidio es un movimiento de hombres y mujeres que vi-ve los valores evangélicos desde un gran humanismo y una gran solidaridada todos los niveles. Ahora el reto está en la lucha contra la pobreza, el trabajopor la paz y el diálogo en todo el mundo».

José Luis Salazar, Presidente de FERE Madrid«Para mí, el objetivo general de FERE (Federación Española de Religiosos deEnseñanza), de Madrid, se puede concretar en el propósito de configuraruna escuela católica renovada y comprometida que, en su acción educativadiaria y en el marco de la nueva evangelización, ofrezca a la sociedad ma-drileña y española una respuesta de calidad a las exigencias de las nuevas si-tuaciones sociales, la interculturalidad y la vivencia comunitaria de la fe».

Tarsicio Bertone, arzobispo Secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe«En relación a la publicación de la Instrucción de la Congregación para la Doc-trina de la Fe sobre las oraciones para obtener de Dios la curación, el docu-mento tiene una introducción muy positiva sobre las oraciones de curaciónen el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento, en la tradición de la Igle-sia y también en el momento actual. No se conecta automáticamente a laoración una curación necesaria e ineludible. Ha habido hombres de Dios,mujeres de Dios taumaturgos, que han realizado curaciones incluso prodi-giosas, incluso verdaderos milagros y que están dotadas de este carisma decuración. Hay que dejar que el Espíritu sople donde quiera».

La naturaleza no perdona

Caña a la Iglesia

Desde que un poderoso magnate de laprensa española dijera, hace casi veinte

años, que la Iglesia era un enemigo a batirpara que triunfase el proceso modernizadoren España, la cacería no parece tener fin.Sobre ninguna otra institución o realidad so-cial se concentra tal intensidad de fuego gra-neado, sin que el color ideológico de las ba-terías importe demasiado.

En unos casos se ridiculiza, por vía de lacaricatura, su defensa de la vida humana encualquier circunstancia, y se presenta comooscurantista y enemiga de la ciencia a quiencreó universidades, hospitales y observatoriosastronómicos. ¿Qué más da? El caso es queun voz que se levanta en defensa de los pi-lares mismos de la que ha sido nuestra civi-lización común se ve empujada, por los in-telectuales de turno, al cuarto oscuro de losmitos y los prejuicios.

Ya lo dice en una entrevista la escritoraSoledad Puértolas: La realidad se puede crear, y la verdad también… Pues eso, a cre-ar una realidad virtual compuesta de cama-rillas monacales, píldoras sacadas de con-texto, bajos rencores eclesiásticos, intrigasde púrpuras y funerales denegados. Conesas piezas haga usted su puzzle, y basta.

Una vez confeccionado este triste espan-tajo, cualquiera da la talla para practicarcon un sparring sonado. Por ejemplo, llega elfilósofo Savater y dice que la Iglesia ha am-parado más a los verdugos que a las vícti-mas. O Zapatero se descuelga con la de-mocrática afirmación de que el Estado tieneque ser más exigente con la actitud de laIglesia católica ante el fenómeno vasco. Se su-ma al coro el Defensor del Pueblo, para quiense trata de una institución poco progresista,debido a su rechazo del aborto (una cues-tión ideológica, Múgica dixit). En un arre-bato de escandalizado furor, Ussía llama ala insurrección fiscal contra sus terribles de-litos. Y por último (hasta hoy, claro, maña-na será otro día) El País nos obsequia conuna hermosa página para descubrir al Jesúsantiburócrata y amante de los pobres, que sinduda renegaría de esta Iglesia aliada de lospoderosos. Inspira ternura saber que quienahora nos enseñó al verdadero Jesús es pre-cisamente Juan Arias, uno de los agentesprincipales de la hostilidad programada con-tra la Iglesia, que ha sido una de las señas deidentidad del grupo PRISA. Bien está que seseñalen los pecados de la Iglesia en la plazapública, pero no creo que en ningún país denuestro entorno se produzca un caso de se-mejante distorsión, hostilidad y desprecio.

Precisamente por eso, la propia Iglesia (yme coloco humildemente dentro) tendría quedespabilar. La societas cristiana que quizásalguna vez ha sido España, no existe ya, y nopodemos seguir funcionando como si tal fue-se el caso. A veces tengo la impresión deque la impericia comunicativa, atonía cultu-ral, y lentitud de respuesta de que hacemosgala obedece a una especie de conformis-mo, que poco tiene que ver con la llamadadel Papa a un nuevo impulso misionero, querequiere saber en qué terreno nos movemos.

JJoosséé LLuuiiss RReessttáánn(De Libertad digital)

PUNTO DE VISTA

No sé dónde oí por primera vez la frase de que Dios perdona siempre, los hombres algunas ve-ces y la naturaleza nunca. Me viene a la memoria ahora que nos encontramos sumergidos en

ese complicado thriller alimentario de las vacas locas. Se ha cometido el crimen de alimentar a tanbenéficos como pacíficos animales con siniestras harinas de sus congéneres muertos, agrediendoasí la naturaleza de esa especie hervíbora, nacida para pacer y rumiar.

Diez o más años hace que dio la cara el caso en las brumosas tierras de la Gran Bretaña. Entremedias verdades supimos que se había producido el contagio de la enfermedad a ciudadanosbritánicos que habían comido carne de vaca loca y morían víctimas de la encefalopatía espongi-forme bovina. Ahora hemos conocido que en la cabaña española también tenemos casos de ganadoinfectado de EEB. El problema es grave.

El progreso, el desarrollo económico y social, tan deseado por todos, debe ser guiado más porel sentido común que por el afán de lucro. Sin restar elogios a quienes trabajan para conseguir elmilagro diario de la multiplicación de los panes y los peces, para producir más y mejores alimen-tos que satisfagan las necesidades de la Humanidad, hay que denunciar a quienes violan de esamanera la naturaleza porque en el pecado ecológico llevamos todos la penitencia.

MMeerrcceeddeess GGoorrddoonn

Desde la fe Alfa y Omega 22-II-2001 31

La campaña contra la Iglesia por su actitudfrente al terrorismo, tan manipulada como hábil,aunque deleznablemente, orquestada, resulta bas-tante sospechosa. Algún día se sabrá quién hamovido interesadamente los hilos de tan tristeguiñol, y por qué. Mientras tanto, de entre lasmuchas cosas que llaman la atención, por la vis-ceralidad y la falta de mesura que indican, hay al-gunas que sobrepasan con creces todos los índi-ces posibles de estupor. Nunca ha sido posiblepedir peras al olmo, pero uno, al menos hastaahora, tenía cierta confianza en un mínimo buensentido común de algunas personas a las que, des-de luego, es exigible pedírselo; por poner dosejemplos muy claros y representativos, al señorVicepresidente del Gobierno, don Mariano Ra-joy, y a un intelectual y escritor como el señorArmas Marcelo. Que el señor Vicepresidente delGobierno se disculpe y se dé por satisfecho hoy encontra de lo que dijo ayer, por el mero hecho deque ha escuchado lo que ha dicho el cardenalRouco Varela, que se supone que un Vicepresi-dente del Gobierno ya debía de saber, puesto quelo sabe cuaquier persona medianamente infor-mada, produce bastante perplejidad y desencanto.Si todas las convicciones del señor Armas Mar-celo son tan firmes como las, por lo que se ve,pretendidamente religiosas que inusitada, visce-ral y reiteradamente ha manifestado estos días enel magnífico programa que en Radio Nacional deEspaña dirige Julio César Iglesias, que Dios leayude, porque realmente es de compadecer.

Ha titulado La Vanguardia: Dura colisión Igle-sia-Gobierno por el terrorismo. No es verdad. Aquí

la Iglesia no ha colisionado con nadie. El Gobiernosabrá lo que ha hecho…, y, por cierto, me pareceque ya se ha empezado a dar cuenta.

No siempre es posible cumplir, en un periódico, lasaludable norma de echar los anónimos a su sitio na-tural, la papelera. Enfrascados en el trabajo, quienesabren el correo, electrónico o no, sólo se dan cuen-ta de que algo viene sin firma cuando ya lo hanabierto, y uno ve la subida indignación del valien-te comunicante ante una serie de realidades –abor-to, divorcio, corrupción, drogas, prostitución, por-nografía, etc. etc. – de todo lo cual es culpable –¿aque no saben ustedes quién?– ¡La Iglesia! Natu-ralmente, el indignadísimo valiente se siente Igle-sia, pero él no es culpable de nada. Y además dice,valientemente, que lo echa en cara sin tapujos. Tansin tapujos, que no tiene ni la más elemental ga-llardía de firmar lo que escribe. De esto, oigan, haymucho más de lo que ustedes pueden imaginar; pordesgracia.

La democratización interna es la gran asignaturapendiente de la Iglesia, afirma Andrés Torres Queirugaen reciente entrevista a El Diario Vasco, con ocasiónde un libro en el que sostiene que la fundación de laIglesia es premoderna, y que tiene que acomodarse alas nuevas circunstancias. Este profesor de TeologíaFundamental y Filosofía de la Religión (¡pobre teo-logía y pobre filosofía!), dice también que Ratzingeres un teólogo muy inteligente que ha tendido un pocoa confundir la Teología con su teología, y ése es suerror. En cambio, eso es algo que al señor TorresQueiruga jamás se le ha pasado por la imaginación. ¿Aque no? Eso sólo les pasa a los demás. A los demó-cratas de arte y ensayo, nunca... Seguro que ha leído esepanfleto publicado recientemente por The Economistsobre la Iglesia católica, en el que se define frustran-te el pontificado de Juan Pablo II. Pues, si es frus-trante, ¿de qué se preocupan los entusiastas del dividey vencerás? Deberían estar contentos.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

En España la programación religiosa es másbien escasa; en los entes privados, a ex-

cepción de la COPE, prácticamente nula. Ofre-cemos a continuación los resultados de un pe-queño rastreo de emisoras y cadenas a nivelnacional:De televisión:

TVE emite por La 2 los siguientes progra-mas: lunes, Pueblo de Dios, dirigido por Juliándel Olmo, de 17,25 a 18 h. (repetido los do-mingos de 9,30 a 10 h.); domingos: Tiempode creer (confesiones no católicas) dirigidopor Javier Santamaría, de 8,45 a 9 h.; Últi-mas preguntas, dirigido por María de losÁngeles Fernández, de 10 a 10,25 h.; Testi-monio, dirigido por Santiago Martín, de10,25 a 10,30; El día del Señor, dirigido porJesúsLópez Sobrino, de 10,30 a 11,30.

TV3 emite por el Canal 33 el programaSignes dels temps, dirigido por Francesc Ro-saura, los sábados de 9,30 a 10,15 h., y lo re-piten el domingo de 0,30 a 1,15 h.

Telemadrid no tiene.TVG emite A sentinela, dirigido por Andrés

García Vilariño, los domingos de 10,15 a 10,30

Canal 9 no tiene.ETB emite, por su primer canal, el progra-

ma Egi bidean, dirigido por Iñaki Beristain, de10,20 a 10,30 h. Seguidamente, de 10,30 a11,30 h., se retransmite la Santa Misa, cadavez desde una parroquia del País Vasco.

Canal Sur emite, por su primer canal, Testi-gos hoy, dirigido por José María Javierre, los do-mingos de 10,30 a 11 h., repetido de 2 a 2,30h. Emite otro programa los sábados, por su se-gundo canal: Diálogos en la vida, dirigido por elmismo Javierre, entre las 10,55 y 11 h.

Antena 3 y Tele 5 no tienen.

De radio:

RNE emite el programa Frontera, dirigidopor Rafael Ortega, los domingos entre las 6y las 7 h. Se retransmite el mismo día la misadominical, entre las 8,30 y las 9 h.

COPE: emite los siguientes programas breves:Comentario matinal, a las 5,58 h. y Línea COPE,a las 14,30 y a las 18,58 h., ambos de lunes aviernes; Angelus, todos los días a las 12 h.; San-toral y Guía dominical, dirigidos por ManuelMaría Bru, los sábados y los domingos respecti-vamente, dentro del informativo de la mañana

(7,20 h.) Emite los siguientes programas de granformato: El espejo, todos los días (de 15,05 h. a15,30 h., los lunes El espejo de nuestra fe, dirigidopor José Luis Restán; los martes El espejo de la edu-cación, dirigido por José Félix Blanco; los miér-coles El espejo de Cáritas, dirigido por MaríaEugenia Díaz; los jueves El espejo de la vida re-ligiosa, dirigido por Luis Esteban Larra; los viernes,de 15,05 a 16 h., El espejo de la Iglesia; los sá-bados, de 14,30 a 15 h., El espejo de la actuali-dad, dirigido por Eva Galvache, y de 15,05 a 16h. El espejo de la cultura, dirigido por Faustino Ca-talina; y los domingos de 15,05 a 16 h. El espe-jo del tercer mundo, dirigido María Eugenia Dí-az); Los decanos, de lunes a jueves de 15,30 a 16h., dirigido por Esteban Pérez Almeida; Es do-mingo, dirigido por Manuel María Bru, los do-mingos de 8,30 a 9 h.; Santa Misa, los domingosde 9 a 9,45 h.; Informativo diocesano, los do-mingos de 9,45 a 10 h.; Iglesia noticia, los do-mingos de 10,05 a 10,30 h., dirigido por Fausti-no Catalina; Letra y música, los domingos de14,30 a 15 h., dirigido por Eva Galvache; La lin-terna de la Iglesia, los domingos de 22,05 a 23h., dirigido por José Luis Restán. Ocasionalmentese emiten programas especiales (Navidad, Se-mana Santa, viajes del Papa, etc.)

Programación religiosa en radio y TV

Toni Batllori, en La Vanguardia

Alfa y Omega

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

Nuestra palabra de pastores se alza de nuevopara llevar un mensaje de esperanza y lla-mar a la reflexión ante una lacerante realidad,

que no vacilamos en calificar de desastre nacional.Pero, a la luz del Evangelio de Jesús y de la doctri-na de la Iglesia, vemos que, al terremoto físico, seune algo todavía más grave: el terremoto moral quese hace visible en una visión materialista de la viday el afán desmedido de lucro; en la plaga del se-cuestro, el robo y otras formas de violencia; en laindiferencia ante el dolor ajeno. En una palabra, esun terremoto que se manifiesta en la violación delas normas morales que deben regir la vida personal,familiar y social. Por eso nuestra primera palabrallama a la conversión. No basta tener el deseo sincerode atender a las víctimas; hay que hacerlo con res-ponsabilidad y eficiencia.

Hemos conocido gestos admirables de solida-ridad, tanto por parte de compatriotas y de extran-jeros que viven en el país, como de personas de lasmás diversas nacionalidades que han hablado unmismo lenguaje: el idioma de la entrega generosay desinteresada, de la mano tendida sin esperar re-compensa. Desgraciadamente, a veces se han he-cho evidentes actitudes y acciones que reflejan es-trechez de miras, incapacidad de deponer interesespersonales en aras de un bien mayor, cálculos polí-ticos inadmisibles, discriminación en la entrega de laayuda y otras deficiencias que los medios de comu-nicación social han dado a conocer.

Ha llegado la hora de elaborar juntos el plan dereconstrucción. Los problemas que acabamos de se-ñalar han dificultado la elaboración concertada de unproyecto global de reconstrucción, al que se pue-dan consagrar con pasión las mejores energías detodos y cada uno de los sectores y de las personas, sinexcluir a nadie.

Saludamos con esperanza los esfuerzos quese están realizando en los distintos sectores de la vi-da nacional. Expresamos nuestra plena disposicióna fin de facilitar el encuentro fraterno de todos entorno a una misma mesa para diseñar juntos el futurode la nación.

La ayuda internacional –tanto la que llega através del Gobierno como la que se canaliza por me-dio de las Iglesias y diferentes organizaciones de lasociedad civil– ha sido abundante, aunque no sufi-ciente. Que podamos recibirla y distribuirla con unsolo rostro para que tan valiosos recursos se emple-en sin demora en la construcción de un nuevo país enel que la justicia, la solidaridad y la reconciliaciónpuedan ser una luminosa realidad.

La crisis moral que padecemos tiene como unode sus síntomas la incapacidad de sentir como propioel dolor ajeno. Necesitamos un corazón como el deCristo cuando, al contemplar la multitud que le seguíasin tener el alimento necesario, dijo: Siento compa-sión de la gente. Ha llegado el momento de compar-tir. Compartir es, ante todo, tener un corazón com-pasivo; y es también poner al servicio del prójimonuestras manos, nuestras habilidades y destrezas.

Algunos podrían pensar que no tienen nadaque aportar. La doctrina social de la Iglesia nos en-seña que cada uno tiene que contribuir al bien comúnsegún su propia condición, porque todos podemoshacer algo. A la oración debe unirse, en la medida delo posible, la acción: desde la compañía y la palabrade consuelo al hermano que sufre, pasando por larecolección de información que facilite la entregade la ayuda, hasta la formulación de políticas so-ciales adecuadas y del plan global de reconstruc-ción.

Candelaria, departamento de Cuscatlán,13 de febrero de 2001

Mensaje de la Conferencia Episcopal de El Salvador

Compasión de la genteReconstruir el país lo antes posible, sin exclusiones ni marginaciones, es el mensaje que la Iglesia en El Salvador ha hecho llegar

al Gobierno. El número de damnificados es ya de 134.000 personas. He aquí lo esencial de este mensaje