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ESCUELA DE ESTUDIOS JUDICIALES SAPERE AUDE 2 No. Enero-junio 2013 Atrévete a Pensar

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EscuEla dE Estudios judicialEs

SAPEREAUDE

Formación para la Justicia y la Paz

2No.

Escuela de Estudios JudicialesLote 12, finca San Gaspar, aldea Santa Rosita, zona 16

ciudad de Guatemala, C.A. PBX: 2426-7700

www.oj.gob.gt/uciEnero-junio 2013

Atrévete a Pensar

2No.

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Escuela de Estudios Judiciales de Guatemala

REVISTA Sapere Aude

–Atrévete a pensar–

Edición: Enero-junio 2013

2NÚMERO

Revista Sapere Aude / Atrévete a pensar

Escuela de Estudios Judiciales de Guatemala

Lote 12, finca San Gaspar, aldea Santa Rosita, zona 16, ciudad de Guatemala, C.A. PBX: 24267700www.oj.gob.gt/uci

Número: 2Edición: Enero-junio 2013

Diseño de portada:Helber García

Diseño de interiores:Oswaldo Morales

ISBN: 978-9929-651-01-2

Los contenidos de la presenta publicación no expresan necesariamente la opinión de la Escuela de Estudios Judiciales de Guatemala. Se permite su re-producción parcial o total para fines didácticos, siempre que se cite la fuente.

Distribución sin fines de lucro.

Diseño y edición: Magna Terra editores S.A.5a. ave. 4-75, zona 2Tels.: 2238-0175, y 2251-4048 251-4298 Fax: 2250-1031Sitio web: www.magnaterraeditores.comCorreo electrónico: [email protected]

Formación para la Justicia y la Paz

Gabriel antonio Medrano Valenzuela Presidente del Organismo Judicial y de la

Corte Suprema de Justicia

GustaVo adolfo Mendizábal MazarieGos Magistrado Vocal IV de la Corte Suprema de Justicia

Mynor Custodio franCo flores

Magistrado Vocal IX de la Corte Suprema de Justicia

VladiMir osMan aGuilar Guerra

Procurador General de la Nación

riCardo arMín Velásquez riVera

Director de la Escuela de Estudios Judiciales

Secretaria del Consejo Editorial María José roldán Velásquez

Consejo Editorial

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ÍNDICE

• PRESENTACIÓN 1

• INVESTIGACIONES

LOS SISTEMAS DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA, COMO EJES FUNDAMENTALES EN LA IMPLEMENTACIÓN DE PROYECTOS DE MODERNIZACIÓN JUDICIAL 5Mario Luis Román Coto

LAS DEBILIDADES DEL JUICIO POR DELITO DE ACCIÓN PRIVADA 29 Miriam Elizabeth Castillo Rivera

ACCIÓN CIVIL PROVENIENTE DE DELITO 41Moisés Emilio De León Díaz

CONSULTA PREJUDICIAL: MECANISMO PARA LA UNIFORME APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN DEL DERECHO COMUNITARIO CENTROAMERICANO 61Juan Luis Cano Chávez

LA CARRERA JUDICIAL, MICROCOMPARACIÓN: GUATEMALA Y ESPAÑA 77Gustavo Adolfo Sigüenza Sigüenza

LA FORMACIÓN JUDICIAL, UNA HERRAMIENTA PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN GUATEMALA 105Nidia Victoria Jordán Villeda

• DOCUMENTOS

ESTATUTO DEL JUEZ IBEROAMERICANO 135VI Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas de Justicia y Tribunales Supremos de Justicia, celebrada en Santa Cruz de Tenerife, Canarias, España, los días 23, 24 y 25 de mayo de 2001

MARCO DE INTEGRACIÓN Y DE REALIZACIONES A FAVOR DE LAS PERSONAS, CUMBRE JUDICIALIBEROAMERICANA 147Sergio Muñoz GajardoJaviera Ascencio de la Fuente

INICIATIVA DE LEY DE REFORMAS A LA LEY DE LA CARRERA JUDICIAL, DECRETO NÚMERO 41-99 DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA 159 Presentada por la Corte Suprema de Justicia el 10 de junio de 2013

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PRESENTACIÓN

La Escuela de Estudios Judiciales, creada mediante acuerdo número 40-92 de la Corte Suprema de Justicia, de fecha 25 de noviembre de 1992, es la Unidad de Capacitación Institucional del Organismo Judicial.

La Ley de la Carrera Judicial establece que la Unidad de Capacitación Insti-tucional es el órgano encargado de planificar, ejecutar y facilitar la capacitación y formación técnica y profesional de jueces, magistrados, funcionarios y em-pleados del Organismo Judicial y otras personas u organizaciones relacionadas o interesadas en el sistema de justicia, con el fin de asegurar la excelencia y actualización profesional para el eficiente desempeño de sus cargos. Esta res-ponsabilidad permite que los participantes amplíen sus conocimientos, asuman actitudes positivas y desarrollen sus habilidades en el desempeño efectivo de su rol laboral.

Su propósito fundamental, es ofrecer una formación integral, ordenada, sistemática, coherente, sostenible y basada en una adecuada evaluación diag-nóstica para desarrollar programas educacionales construidos sobre la base de las necesidades, características y problemas de los destinatarios.

La formación judicial es especializada porque responde a criterios ori-ginados en las necesidades existentes del sistema y aborda con especialidad el tratamiento de los temas jurisdiccionales, judiciales y administrativos. Es permanente porque se proyecta hacia el futuro y logra el suficiente grado de sostenibilidad que permite su permanencia. Y, es participativa porque, juntamente con los destinatarios involucrados en su proyecto educativo institu-cional, crea las estructuras para que los destinatarios tengan acceso directo en los procesos de formación y capacitación.

Los programas de formación y capacitación para el personal del Organis-mo Judicial son factores determinantes en la introducción de cambios positivos para la modernización del sistema de administración de justicia.

Por medio de la formación inicial y continua se desarrollan los conoci-mientos (el saber), las aptitudes (saber hacer), las actitudes (saber ser) y las habilidades sociales (saber estar). Sin embargo, no es la solución para todos los

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problemas institucionales, es solo un medio para que el mismo personal busque soluciones.

Las políticas de formación judicial, ante los desafíos de la nueva era, son consideradas guías generales de acción que orientan la toma de decisiones en la administración educativa judicial. Están diseñadas sobre la base de la de-terminación de necesidades, competencias, procesos de consecución, controles de ejecución y sistemas de evaluación, para el fortalecimiento institucional, el logro de la excelencia profesional y el cambio de paradigmas.

Por ello, la Escuela de Estudios Judiciales ofrece, como un aporte acadé-mico y científico, esta segunda edición de la revista “Sapere Aude” –Atrévete a Pensar– a magistrados, jueces, funcionarios judiciales, auxiliares, personal técnico-administrativo del Organismo Judicial y a los profesionales del derecho, investigadores y docentes de las ciencias jurídicas. El propósito es dar a conocer la opinión e investigación versadas de los autores, quienes voluntaria y espon-táneamente presentan sus artículos para informar sobre temas de interés rela-cionados directa e indirectamente con el Sistema de Administración de Justicia.

Es importante señalar, que esta revista viene a llenar un vacío en el im-portante campo de la formación especializada en nuestro país y, de manera particular, en el de la capacitación jurisdiccional.

En la presente edición, se publican artículos que refieren los conocimien-tos, opiniones, experiencias y vivencias jurídicas y jurisdiccionales de sus auto-res muy bien interrelacionados con el sistema de administración de justicia. El lector encontrará temas relacionados con los sistemas de gestión administrativa, como ejes fundamentales en la implementación de proyectos de moderniza-ción judicial; las debilidades del juicio por delito de acción privada; la acción civil proveniente de delito; la consulta prejudicial: mecanismo para la uniforme aplicación e interpretación del derecho comunitario centroamericano; la carrera judicial, microcomparación: Guatemala y España; la formación judicial, una he-rramienta para el fortalecimiento de la administración de justicia en Guatemala y temas conexos que permiten una visión macro del sistema de administración de justicia guatemalteca.

Guatemala, junio de 2013

Ricardo Armín Velásquez Rivera Director a.i

Escuela de Estudios Judiciales

INVESTIGACIONES

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Mario Luis Román Coto*

* Abogado y Notario (USAC). Magíster Artium en Derecho del Trabajo y Seguri-dad Social, con mención SUMA CUM LAUDE (USAC). Aprobado primer año del Doctorado de Derecho del Trabajo, Previsión Social y Derechos Humanos (USAC). Fue auxiliar judicial en los Tribunales de Trabajo y Abogado Asesor y defensor del Estado en asuntos laborales en la Procuraduría General de la Nación. Ha sido ponente en congresos jurídicos nacionales e internacionales. Seis años de ejercer la Docencia en la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala a nivel de pregrado y postgrado. Promovió la creación de la Maestría de Derecho del Trabajo y Adminis-tración Empresarial, habiendo diseñado la malla curricular del programa (UMG). Director Fundador del Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justi-cia Laboral, actualmente se desempeña como Director del mismo.

LOS SISTEMAS DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA, COMO EJES FUNDAMENTALES EN LA

IMPLEMENTACIÓN DE PROYECTOS DE MODERNIZACIÓN JUDICIAL

Tabla de contenido

1. INTRODUCCIÓN 7

2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS QUE MOTIVARON LA NECESIDAD DE SU CREACIÓN 8

3. ¿QUÉ SON LOS SISTEMAS O CENTROS DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA? 11

4. ALGUNOS ELEMENTOS GENERADORES DE LA MORA JUDICIAL 13

5. REINGENIERÍA DEL SISTEMA JUDICIAL LABORAL 14

6. DERECHO COMPARADO Y EXPERIENCIAS EN OTROS PAÍSES 22

7. BENEFICIOS DE LA CREACIÓN DE UN SISTEMA DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA 23

8. CONCLUSIÓN 27

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Resumen

El presente artículo aborda la ponencia que el suscrito postuló en el Segundo Encuentro de Salas de Trabajo de Centroamérica y República Dominicana, en representación del Organismo Judicial.

Dicha ponencia plantea un estudio científico-judicial respecto de la Administración de Justicia y la nueva tendencia internacional a la utili-zación de “los Sistemas de Gestión Administrativa”, los cuales a juicio del autor vienen a constituir un eje fundamental en la implementación de proyectos de modernización de los Poderes Judiciales.

Habiendo acontecido un proceso de Modernización o Reingeniería en el sistema judicial laboral guatemalteco es interesante dar a conocer el diseño y formulación de dicho Sistema de Gestión Administrativa y el modelo de Despacho Judicial, implementados por la Corte Suprema de Justicia. Este Sistema y Modelos han sido reconocidos y aplaudidos a nivel mundial por varios países y por la misma Organización Interna-cional del Trabajo, dado los resultados positivos que se han obtenido.

Palabras clave: Sistema de Gestión Administrativa, Centro Laboral, Celeridad Procesal, reingeniería, modernización, modelo laboral, infor-mática.

1. INTRODUCCIÓN

En el presente Congreso se formularon y expusieron diversos temas jurídi-cos relacionados con institutos del Derecho de Trabajo, otros relaciona-dos con los avances de diversas políticas y planes de Modernización Judi-

cial y las experiencias de los hermanos países Centroamericanos y de República Dominicana en la implementación y puesta en marcha de dichos proyectos.

Es meritorio aplaudir los Proyectos y Políticas de Modernización, en vir-tud que llevan inserta la decisión firme de fortalecer los respectivos sistemas y poderes judiciales en materia laboral, en pro de atender y responder a las nece-sidades de tutela judicial que claman los pueblos del istmo. Esto a la par de con-sensuar y mediar entre las necesidades del mundo moderno laboral globalizado, el que necesita, de igual forma, de la creación y establecimiento de una serie de nuevas instituciones jurídicas y prácticas que le permitan su desenvolvimiento y desarrollo económico.

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Ante tal escenario, y teniendo como actores a los típicos y antagónicos elementos personales del mundo laboral, aparece nuestro amado Derecho del Trabajo como salvaguardia, protector y mediador en las relaciones que aconte-cen entre dichos actores, buscando otorgar solución a la diversidad de conflictos individuales y colectivos que se generan en este campo económico social.

Solución que, en muchos de los casos, es dada mediante la correcta y acer-tada aplicación e interpretación de los Principios del Derecho del Trabajo, los cuales, lejos de divorciar, vienen y deben venir a consolidar el principio magno que inspira a esta misma norma jurídica, la “Justicia Social”. No puede pre-tenderse solucionar los conflictos individuales y colectivos, que acontecen en nuestras sociedades actualmente, si las soluciones que se postulen a los mismos no están revestidas o incluso se hallan separadas del referido principio Justicia Social.

Es pues necesario que, en el afán de otorgar una verdadera Justicia Social, los Poderes Judiciales, celosos guardianes e implacables otorgantes de la tutela judicial, estén, además de especializados, organizados y preparados para res-ponder a las necesidades de los sujetos en favor de quienes se deben. Tómese en cuenta, que esa necesidad lleva inmersa, como parte integrante y como ele-mentos inseparables, la respuesta pronta y efectiva; ya que, si carece de estos últimos elementos desvirtúa totalmente su esencia.

En ese contexto, aparecen los Sistemas de Gestión Administrativa, como entes de la misma Organización Judicial. Ellos vienen a coadyuvar con los Órga-nos Jurisdiccionales en los procesos de recepción y comunicación de los usua-rios de la administración de Justicia y se integran en el engranaje de la moderna administración de Judicial.

2. ANTECEDENTES HISTÓRICOS QUE MOTIVARON LA NECESIDAD DE SU CREACIÓN

Tanto en Guatemala, como en varios países de América Latina, la creación de los sistemas de gestión administrativa es motivada por la necesidad de agilizar los procesos de comunicación entre los Órganos Jurisdiccionales y las partes y sujetos procesales. Procesos de comunicación que, en muchos de los casos, afectaban el avance y celeridad en los procesos judiciales, repercutiendo direc-tamente en el acrecentamiento de la mora judicial, en perjuicio de la población y de la misma organización de justicia.

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En el caso particular de Guatemala, los puntos que motivaron la creación de los Sistema de Gestión Administrativa fueron los siguientes:

• El atraso en los procesos de notificación.

• La desigual distribución de procesos o expedientes entre los Órganos Ju-risdiccionales.

• Extravío y pérdida de Procesos Judiciales. (Caso particular en el Ramo Pe-nal).

En el año de 1997, mediante el Acuerdo 15-1997 de la Corte Suprema de Justicia, se crea el primer Centro de Gestión Administrativa de Guatemala, denominado Centro Metropolitano de Notificaciones; departamento que poste-riormente, en el año 1998, mediante el Acuerdo 27-1998 de la Corte Suprema de Justicia, fue nominado como “Centro de Servicios Auxiliares de la Adminis-tración de Justicia”. Departamento al cual se le delega la tarea administrativa de realizar la práctica de los actos de Notificación de los Tribunales del Ramo Civil de la Ciudad de Guatemala. Dicho proyecto fue desarrollado bajo la asesoría y el apoyo de la Cooperación Española.

No obstante las dificultades que se presentaron al inicio del funcionamiento de dicho departamento, el Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia, durante sus primeros tres años de labores, practicó varios actos de notificación de resoluciones judiciales dictadas en los periódos comprendidos de la década de los años cincuenta a los ochenta e, incluso, según compartiera la Licenciada Dora Lizet Najera Flores, actual Magistrada de la Sala Cuarta de la Corte Apelaciones del Tribunal de los Contencioso Administrativo de Gua-temala, quien fuera Directora de este Departamento, se practicaron actos de notificación de un proceso del año mil novecientos.

Definitivamente, los resultados esperados en la creación del Centro de Ser-vicios Auxiliares de la Administración de Justicia fueron satisfactorios. Esto se debió a que se logró reducir la mora judicial existente en aquella época, en los procesos que se tramitaban ante los Tribunales del Ramo Civil de la Ciudad de Guatemala; así también, se logró la reducción de los tiempos para practicar los actos de notificación de las resoluciones proferidas por los Tribunales.

Otra dificultad que se presentaba, en aquella época, era la saturación de expedientes judiciales en algunos Tribunales; esto debido a que los usuarios tenían la libertad de presentar sus demandas directamente ante el Tribunal que decidieran, lo que provocaba una desigualdad en la distribución de procesos y, por su puesto, la carga desmedida de los mismos. Esta situación era un factor más que provocaba la mora judicial e incidía en el desgaste del recurso humano.

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Es por ello, que a partir del año 2000, el Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia, mediante la utilización de un sistema informático, realiza la recepción y distribución equitativa entre los Tribunales del Ramo Civil y de Familia; proyecto al cual se adhiere al Ramo Laboral en el año 2001.

En el año de 1998, dados los resultados obtenidos en el Ramo Civil, se crea el Centro Administrativo de Gestión Penal, ente que es configurado con algunas variantes del Centro Civil. Adicional a la gestión de los actos de notificación, este departamento absorbe la tarea de custodia de los procesos judiciales, bus-cando con ello generar transparencia en la tramitación de dichos procesos. Este departamento fue concebido bajo la asesoría y colaboración técnica y econó-mica de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID.

Posteriormente, los Centros de Gestión Administrativa fueron difundidos e instalados en las Ciudades de Quetzaltenango, Huehuetenango y Cobán y, por último, en la cabecera departamental del Departamento de Escuintla, en la Ciudad de La Antigua Guatemala y en los Municipios del Departamento de Guatemala, específicamente, Villa Nueva y Mixco.

En el caso específico del Ramo de Trabajo y Previsión Social, con la crea-ción de los Juzgados Noveno al Décimo Sexto de Trabajo y Previsión Social en el Departamento de Guatemala en el año 2009, se crea el Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral, mediante el Acuerdo 01-2009 de la Corte Suprema de Justicia. A este Centro de Gestión Administrativa se le delegan las siguientes funciones:

• La Práctica de todos los Actos de Notificación de las Resoluciones dic-tadas por los Diecinueve Tribunales de Trabajo y Previsión Social del Departamento de Guatemala (dieciséis Juzgados de Primera Instancia y tres Salas de la Corte de Apelaciones) y, con ello, la obligación de practicar todas las diligencias especiales en materia laboral (Reinsta-lación de Trabajadores, Requerimientos de Pago, Embargo de Bienes Muebles, Secuestros de Bienes muebles embargados, Embargo con Ca-rácter de Intervención de Empresas Mercantiles, Recuento de Trabaja-dores que apoyen un Movimiento de Huelga, etc. (El Término Diligen-cias Especiales, en Materia Laboral, es un concepto que el postulante utilizó desde el año 2009, en la capacitación que sugirió y diseñó en conjunto con la Escuela de Estudios Judiciales, denominada : “Fun-ciones del Ministro Ejecutor”; término mediante el cual se distinguen cada una de las diligencias que en materia laboral deben practicar los Notificadores de esta materia. Término y concepto que es utilizado en el Artículo quinto del Acuerdo 26-2012 de la Corte Suprema de Justicia).

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• La recepción y distribución equitativa entre los Tribunales de Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala, de los despachos y exhortos provenientes de los Tribunales del interior del País.

• La recepción, asignación y distribución equitativa, entre los Tribuna-les de Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala, de todos los procesos nuevos que son materia de conocimiento de estos Tribunales.

Para los efectos de dar cumplimiento a estas funciones se ordenó el trasla-do, de un notificador de cada Tribunal de Trabajo y Previsión Social del departa-mento de Guatemala, (16 Juzgados de Primera Instancia y 3 Salas de la Corte de Apelaciones) al Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral, ente administrativo que inició sus operaciones el cuatro de mayo del año 2009, en su sede inicial ubicada en el noveno nivel de la Torre de Tribunales de la Ciudad de Guatemala.

3. ¿QUÉ SON LOS SISTEMAS O CENTROS DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA?

Reciben diversas nominaciones, en América Latina y Europa son más conoci-dos como Centros de Gestión Judicial o Centros de Gestión Administrativa. En Guatemala son nominados de dos formas: Centros de Servicios Auxiliares y Centros Administrativos de Gestión Judicial. Cualquiera que sea su nominación, se refiere a los Sistemas de Gestión Judicial o Administrativa que nacen en la Or-ganización Judicial, con la finalidad de absorber algunas tareas administrativas de los Órganos Jurisdiccionales, procurando con ello coadyuvar al desempeño del Despacho Judicial.

Es pues importante conocer algunas definiciones que se han formulado en torno de los sistemas de gestión administrativa que, como se dijera anterior-mente, es conocida fuera de nuestras fronteras como Gestión Judicial. Con estas definiciones se pretende arribar a una mejor comprensión de dichos sistemas de Gestión Administrativa, así como las tareas administrativas que se han asignado a dichos entes para apoyar la actividad de los Órganos Jurisdiccionales.

• Para el Doctor Claudio S. Castillo, escribiente mayor del Superior Tri-bunal de Entre Ríos, de la República de Argentina, “La gestión judicial es una cuestión práctica”, que se refiere: “…a métodos de trabajo y, por lo tanto, todo aporte teórico en esta materia tiene que acre-

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ditar su idoneidad en los hechos.”, estableciendo que “una nueva gestión judicial no solo ha de partir del estado actual de gestión, sino también del estado actual de sus recursos y herramientas.”

• Por su parte, el Tribunal Superior de la Provincia del Chubut de la Re-pública de Argentina, advierte que la Gestión Judicial es “…la función administrativa de asistencia de la función jurisdiccional, a través de una eficaz y eficiente dirección de los recursos humanos y materia-les disponibles”.

• La Abogada Sonia Navarro Solano, Directora del Programa de Moder-nización de la Administración de Justicia de Costa Rica, al referirse a la Gestión Judicial en su trabajo titulado como “La gestión judicial: sus límites y posibilidades en la reforma judicial”, considera que ésta pre-tende “…atacar la ineficiencia de la estructura organizacional y de la tramitación de los procesos judiciales, mediante la incorporación de criterios organizacionales y valores de la nueva gestión pública, como el de racionalización y economías de escala, eficiencia y ser-vicio público; en un afán de romper la frontera de producción es-tructural que, como señalaba Douglas North, se encuentra muy por debajo de las capacidades de producción técnica en nuestra región.”.

• El Maestro Jesús Valencia Peña, en la publicación que hiciera en la Revista del Instituto de la Judicatura Federal del Estado de México, trabajo jurídico que tituló “La gestión judicial y su implementación dentro del Poder Judicial de la Federación” puntualiza que: “La ges-tión judicial comprende toda la actividad organizacional de índole administrativa, que sirve de apoyo a la labor jurisdiccional de los jueces, pues su implementación y estudio permiten la adecuada administración de los recursos humanos y materiales destinados a dicha función.”

Puede distinguirse que la gestión Administrativa involucra aquel conjunto de actividades operativas y de comunicación que parten de la misma Función Judicial, actividades que, en una organización judicial común o antigua, realiza un Órgano Jurisdiccional. Tales actividades se refieren principalmente a las si-guientes funciones:

1. Recepción, documentación, guardado y seguimiento de demandas y escritos de trámite.

2. Comunicación a las partes y sujetos procesales, de las resoluciones emitidas por el Órgano Jurisdiccional.

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3. Información del trámite y estado actuarial de los procesos.

4. Seguimiento y ejecución de lo ordenado por el Órgano Jurisdiccional.

Dichas actividades comúnmente son desempeñadas por un Órgano Juris-diccional, pero, ante el crecimiento de nuestras sociedades y, con ello el incre-mento de las relaciones civiles, comerciales, mercantiles y laborales y, ante la difusión y conocimiento de los Derechos que le asisten a los habitantes de nuestras ciudades, provocan en la actualidad el acrecentamiento de demandas y procesos judiciales, cantidad de causas que provocan la saturación de los pro-cedimientos y actividades de los Órganos Jurisdiccionales.

4. ALGUNOS ELEMENTOS GENERADORES DE LA MORA JUDICIAL

En prima facie se podría pensar que la solución inmediata es la creación de más Órganos Jurisdiccionales y la modificación de las leyes para crear procedimien-tos judiciales más sencillos. Sin embargo, en algunos países de Suramérica no ha sido esta la solución y respuesta generada, mas bien, se ha optado por la optimización de los recursos y procedimientos, buscando motivar una nueva gestión del Despacho Judicial, en la cual se separan del mismo aquellas activi-dades que provocan la saturación de procedimientos del Órgano Jurisdiccional. Si a lo analizado, le agregamos el ingrediente propio de nuestra región, que es la limitación económica de nuestros pueblos y Poderes Judiciales; debemos repa-rar que, definitivamente es más importante la generación de una nueva forma de trabajo que responda a nuestras necesidades y realidades.

Nuestros pueblos claman por la obtención de una respuesta inmediata a sus demandas judiciales y a una solución efectiva de los conflictos individuales y colectivos que, en el seno de las relaciones laborales, se presentan en la socie-dad moderna. En nuestras Constituciones tenemos en común el compromiso a otorgar una “Justicia Pronta y cumplida”, no obstante las limitaciones económi-cas que se tengan. El compromiso es, el otorgamiento de una verdadera tutela judicial efectiva.

En ese escenario, aparece como una solución los Sistemas de Gestión Ad-ministrativa, los cuales han sido adoptados por los Poderes Judiciales, con el objeto primordial de realizar la modernización de los sistemas y, en algunos casos, llegar hasta el punto de una reingeniería de los mismos. Se convierten en una verdadera herramienta para implementar cambios y nuevos proyectos de

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modernización, esto, sin afectar la labor judicial, ya que estos sistemas constitu-yen herramientas de apoyo a la judicatura, que le permiten optimizar el tiempo que les ocupaba la gestión administrativa en la labor propia y pura del despacho judicial.

5. REINGENIERÍA DEL SISTEMA JUDICIAL LABORAL

El suscrito, respecto al caso particular de Guatemala, afirmó en diversos esce-narios científicos y académicos que ha acontecido un proceso de reingeniería a su sistema Judicial Laboral, el cual es resultado de cambios en la organización habitual del despacho judicial y en el reordenamiento de tareas y servicios que son adoptados por un sistema de gestión administrativa; teniendo por fin la ob-tención de mejores resultados en los procedimientos de gestión administrativa.

Respecto a la reingeniería, este es el procedimiento administrativo median-te el cual se reformula o readecuan las estructuras orgánicas de una empresa o institución, tanto físicas como de recursos humanos, con la finalidad de garanti-zar la prestación de un buen servicio para los usuarios internos y externos de la Organización. Con ello se busca: La elevación de la productividad, la optimiza-ción y ahorro de insumos y la identificación del recurso humano con la misma Organización.

Los procedimientos de reingeniería son implementados regularmente bajo condiciones de emergencia, aunque esta no es la norma. Ahora bien, en cuanto a su implementación, tómese en consideración que existen dos niveles de im-plementación:

En el Primero: Se reformulan totalmente los procesos organizacionales y de funcionamiento de la empresa o institución. Se cambia la Organización en materia de recursos humanos, desde los mandos altos a los más bajos niveles; y, en materia de funcionamiento, se cambian las formas de producción y de prestación de servicios.

En el Segundo: Se realizan cambios significativos a los procedimientos de producción y de prestación de servicios, realizando cierta reestructuración en el Recurso Humano. No se registran cambios tan drásticos en la organización, ya sea porque no lo requiera el caso o porque exista algún elemento externo que se lo limite.

En el caso de Guatemala se registra el segundo nivel de implementación, esto debido a que el proceso de reingeniería se realiza sin la necesidad de tener

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que efectuar cambios en su legislación ordinaria: Código de Trabajo. La reinge-niería acontece únicamente en el escenario judicial, quien lo motiva y lidera, pero, de igual forma, lo comparte e invita a las Instituciones administrativas a involucrarse. La Corte Suprema de Justicia de Guatemala motiva un proceso de reingeniería en el sistema judicial laboral, el cual cumple con dos fases iniciales:

La primera: acontece en el año 2009 con los siguientes cambios:

• Creación de ocho Tribunales de Trabajo y Previsión en el Depar-tamento de Guatemala (del Juzgado Noveno al Décimo Sexto).

• Creación del Centro de Servicios Auxiliares de la Administra-ción de Justicia Laboral. Con las tareas de: práctica de los actos de notificación, recepción de demandas nuevas y distribución de Despachos y Exhortos.

La segunda: acontece en el año 2011 con los siguientes cambios:

• Centralización de Tribunales de Trabajo y Previsión Social y Centro Laboral en un mismo Edificio. (Centro de Justicia La-boral).

• Transformación de los Juzgados Décimo Quinto y Décimo Sex-to en Juzgados Primero y Segundo para la Admisión de De-mandas.

• Incorporación de Comisarios de los Tribunales de Trabajo al Cen tro Laboral.

• Creación de la sede del Ministerio de Trabajo en el Centro de Justicia Laboral.

• Creación del Centro de Mediación Laboral.

Pero, para que la administración de justicia responda a las necesidades de la sociedad y el pueblo, a favor de cual se debe, ésta debe reformularse, debe motivar una reingeniería como el caso guatemalteco. De esto ya había adver-tido el Doctor Roberto O. Berizonce en la disertación que realizara en el XVI Congreso Nacional de Derechos Procesal, realizado en Buenos Aires, Argentina en el año 1991 al decir: “El Poder Judicial debe ser concebido y organizado como una verdadera empresa de servicios, sometida a estrictas reglas de organización que aseguren su eficiencia y el adecuado aprovechamiento de los recursos humanos y materiales disponibles.”

Y en efecto, en la administración de justicia se pretende el otorgamiento de un servicio de calidad, en el cual se busca satisfacer las necesidades (pretensio-

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nes) de los clientes (usuarios de la administración de Justicia); pues claro, con algunas diferencias lógicas, aquí el cliente, en cuanto a su solicitud (pretensio-nes), no siempre tendrá la razón, y esto no porque se brinde un mal servicio, sino porque la Ley no lo permite en algunos casos; y aquel cliente satisfecho, ya no regresa como el caso del sector privado.

Sin embargo, la apreciación de la sociedad respecto a la organización ju-dicial cambia drásticamente y le genera mayor confianza por la transparencia y rapidez en su actuar. Esto, tal como lo afirmara Rafael A. Bielsa y Roberto J. Vernengo en el Boletín La Ley, publicado el cinco de mayo del año 1999: “La justicia, además de las características típicas tradicionales de imparcialidad y objetividad, debe ser democrática, transparente, rápida, poco formalista, racional, dinámica, efectiva y económica”.

La concepción empresarial en el servicio de la administración de justicia, más las características de transparencia, rapidez, poco formalista, dinámica y económica son las que, al insertarse en los sistemas de gestión administrativa, dan como resultado un ente ideal por excelencia para realizar la renovación constante de los servicios de la administración de justicia. Esto debido a que, la finalidad de los sistemas de gestión administrativa no es solamente motivar un procedimiento de Reingeniería o Modernización en los Poderes Judiciales, sino de mantener una constante revisión a los procedimientos insertados en los nuevos modelos, ya sea para ser celosos guardianes del nivel de servicio imple-mentado o para generar nuevas readecuaciones al mismo servicio.

En una de las visitas que realizara a Guatemala el Experto de la Organi-zación Internacional del Trabajo (O.I.T.), Doctor Miguel Canessa, expresó su admiración a los cambios tan drásticos que se implementaron en Guatemala, tanto en infraestructura como en la forma y nueva filosofía de servicio; mucho de lo cual se realiza bajo la asesoría de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional ( USAID) y del Programa para el fortalecimiento de la Justicia Laboral para CAFTA-DR.

De igual forma, mostró su preocupación debido a que, por la experiencia vista por él en otras partes del mundo, en donde se habían desarrollado muchos proyectos positivos por diversos cooperantes; a la terminación de la gestión del ente patrocinador, aquellos proyectos se desvirtuaban hasta desaparecer por la absorción a la habitual forma de trabajo, que fue precisamente la que motivó el cambio.

El caso que no ocurrió en Guatemala, ya que la Corte Suprema de Justicia, con la finalidad de consolidar los proyectos desarrollados bajo la asesoría del cooperante, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Social (USAID),

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los institucionalizó, por medio del Acuerdo 26-2012, el cual Reestructura las funciones del Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia La-boral y, de igual forma, crea la Dirección de Gestión Laboral (Unidad Específica de Modernización Judicial del Ramo Laboral, que da seguimiento y evaluación constante a los servicios que se brindan en el Centro de Justicia Laboral). Estos ingredientes dan como resultado que en Guatemala se configure una organiza-ción de autogestión y evaluación permanente, propias de un sistema de gestión administrativa ideal.

De esa cuenta, hoy por hoy, el Sistema de Gestión Administrativa Laboral de Guatemala, no solamente es desarrollado por el Centro de Servicios Auxilia-res de la Administración de Justicia Laboral, sino que involucra a la Dirección de Gestión Laboral, entes que en el engranaje desarrollan los servicios que más adelante se describirán, los que , en otros sistemas de gestión, son considerados como ejes fundamentales.

La nueva conformación, en el Sistema de Gestión Administrativa Laboral de Guatemala, viene a garantizar su permanencia, ya que Institucionaliza los proyectos desarrollados, a la par de generar un proceso de auto evaluación, mo-nitoreo de procedimientos y control de calidad; con ello se concibe un Sistema de Gestión Administrativa Propio, tanto en el país como a nivel Internacional que, a la par de procurar la continuación de los proyectos incorporados, se autoevaluará y medirá su impacto, con la finalidad de mantener un estándar de servicio de calidad, en beneficio de los usuarios externos e internos de la administración de justicia laboral.

En ese orden de ideas, a continuación se describen los proyectos y servi-cios que conforman el sistema de gestión administrativa laboral desarrollado y establecido en Guatemala; descripción que especifica, en principio, el ente administrativo que se encarga de cada proyecto.

5.1. Servicios que brinda el Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral

5.1.1 Formación del Expediente Electrónico

El primer paso es la formación del expediente, para lo cual se realiza la Re-cepción, Digitalización y Distribución de Demandas nuevas y escritos, de los procesos Judiciales que se tramitan ante los Tribunales de Trabajo de la ciudad

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de Guatemala. Haciendo la aclaración que, en la actualidad, aún se lleva el expediente físico.

El Centro Laboral cuenta con un sistema informático que le permite recibir digitalmente, vía Internet, demandas nuevas y escritos de trámite; de hecho, este servicio fue contemplado en el Convenio Institucional que firmara, el diez de enero del año 2012, la Corte Suprema de Justicia con el Ministerio de Traba-jo y Previsión Social.

Actualmente, los usuarios internos de los Tribunales de Trabajo y Previsión Social trabajan el Expediente Electrónico mediante el Sistema de Gestión de Tribunales (SGT); sistema que permite consultar y visualizar las resoluciones, escritos o memoriales y documentos que presentan las partes procesales en la tramitación de un proceso. Expediente electrónico que podrá ser consultado por las partes procesales desde la página web de la Corte Suprema de Justicia; y, por supuesto, la consulta de dichas actuaciones únicamente podrán hacerla las partes procesales que actúen en los respectivos procesos, siempre y cuando ya hayan sido notificadas las resoluciones judiciales.

5.1.2 Notificación Electrónica

Desde el mes de febrero del año 2012, el Centro Laboral practica actos de no-tificación electrónica que, adicionalmente a enviar en formato de documento portable, por sus siglas en inglés (Portable Document Format, PDF) las reso-luciones emitidas por los Tribunales, envía también en el mismo formato los memoriales, escritos o documentos que motivan las respectivas resoluciones. Contrario a otros sistemas de notificación electrónica, en los cuales únicamente se remite un aviso electrónico de la existencia de una resolución y documentos para una parte procesal en el Tribunal; este sistema sí responde a las necesida-des de las partes procesales y del Tribunal; ya que, al poderse remitir en forma íntegra, tanto las resoluciones como los memoriales, escritos y documentos que motivan las resoluciones judiciales, puede establecerse con certeza, que los pla-zos judiciales se inician a partir del momento en que la parte procesal recibe la notificación electrónica en el servidor o casillero electrónico que se determine para el efecto; extremo este que se configura en los sistemas informáticos, para dar certeza jurídica.

Oportuno es mencionar que, en el caso de Guatemala, el Centro de Ser-vicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral, en los años 2010 y 2011 estuvo generando “Avisos Electrónicos” con las Unidades del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, la Procuraduría de Defensa del Trabajador y la Ins-

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pección General de Trabajo, algunos abogados particulares, centrales sindicales y la Unidad Laboral de la Procuraduría General de la Nación; los cuales no ge-neraban carga procesal y remitían, en los mismos, únicamente las resoluciones que se dictaban en los procesos judiciales.

Este fue un servicio de prueba, que se motivó con el fin de generar confian-za en dichos usuarios hacia los futuros medios de comunicación electrónica: la notificación electrónica. El primero en generar el Sistema de Notificación Elec-trónica, implementado en Guatemala, fue el Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral.

Actualmente se está por adoptar un nuevo sistema de notificación electró-nica, el cual permitirá crear, a cada usuario, un casillero electrónico en la página web de la Corte Suprema de Justicia, desde la cual las partes procesales podrán consultar y recibir las notificaciones electrónicas enviadas por el Centro de Ser-vicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral.

Respecto al desenvolvimiento del sistema de Notificaciones Electrónicas, el ponente se permite informar que, a la fecha en la que se realiza la actualiza-ción de la presente ponencia, veintiuno de marzo del año 2013, los resultados obtenidos en todos los Tribunales de Trabajo y Previsión Social del Departa-mento de Guatemala (16 Juzgados de Primera Instancia y 3 Salas de la Corte de Apelaciones), a través del Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral se han practicado un total de: Veinte mil seiscientos ochen-ta y cinco (20,685) notificaciones electrónicas; nueve mil doscientas veintidós (9,222) por el portal de Notificaciones Electrónicas del Organismo Judicial (Del siete de enero al veintidós de marzo del año 2013).

Once mil cuatrocientas sesenta y tres (11,463) por el sistema informático que se creó para el Ramo Laboral por el Centro de Informática y Telecomuni-caciones del Organismo Judicial (Del mes de Febrero del año 2011 al veintiuno de marzo del año 2013).

5.1.3 Práctica de Actos de Notificación

Fue este servicio el que motivó la creación del Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral, el cual se encarga de notificar a las partes procesales, que actúan ante los Tribunales de Trabajo y Previsión Social de la Ciudad de Guatemala, las resoluciones que emanan de dichos Tribunales. Para el efecto cuenta con un equipo de notificadores, los cuales antes se encontraban asignados en los Tribunales de Trabajo y Previsión Social; pero, en virtud de la creación del Acuerdo 01-2009 de la Corte Suprema de Justicia, son trasladados

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a este departamento administrativo. Lugar en el cual, se distribuye y organiza dicho recurso humano en las diferentes rutas de notificación, con las cuales se cubre diariamente el recorrido en la Ciudad de Guatemala. Se procura la rota-ción diaria de dicho recurso humano, lo cual permite generar formas de control efectivo a la labor de los notificadores.

5.1.4 Práctica de Diligencias Especiales y Actos de Verificación

Nominamos diligencias especiales a las siguientes: requerimientos de pago, em-bargo de bienes muebles, secuestro de bienes muebles, embargo de empresas mercantiles con carácter de intervención y reinstalación de trabajadores des-pedidos, no obstante gozar del derecho de inamovilidad o estabilidad relativa. Dichas diligencias son ordenadas por los respectivos Tribunales de Trabajo y Previsión Social y ejecutadas por los Notificadores de la Unidad Especial de Ejecución y Verificación de Reinstalaciones y Diligencias Especiales en materia laboral; Unidad especializada creada para llevar a cabo esta función.

La Unidad citada debe realizar los actos de verificación, los cuales realiza dentro de los quince días seguidos a la ejecución de una reinstalación. Se bus-ca con este servicio establecer el cumplimiento de la orden emanada por el Órgano Jurisdiccional competente, ya que permite dar seguimiento a los casos laborales en Guatemala y le provee de una importante herramienta al Tribunal, para tomar las medidas pertinentes ante el incumplimiento de lo Ordenado en algún proceso judicial laboral.

5.1.5 Práctica de Notificaciones Internas

Los Juzgados de Trabajo y Previsión Social para la Admisión de Demandas, al ser creados fueron ubicados físicamente en el primer nivel del Centro de Justicia Laboral, junto al Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral, ente que tiene una Unidad específica que trabaja con dichos Tribunales en la tramitación inicial de todas las demandas laborales nuevas que ingresan en la Ciudad de Guatemala. Esta unidad coadyuva en la celeridad que se da a todos los expedientes judiciales nuevos, en virtud que tiene la finalidad de notificar inmediatamente a la persona que acaba de presentar una demanda; estableciéndose como forma de trabajo: que entre el momento de la presenta-ción de una demanda nueva, al acto de notificación de la resolución de trámite de dicha demanda, no deben transcurrir más de cuarenta y cinco (45) minutos.

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De igual forma, esta Unidad de Notificación Interna deberá trasladar, a la Unidad de Notificación Externa, las Notificaciones dirigidas a la parte demanda-da y demás partes, las cuales se deberán realizar al día siguiente de la recepción del expediente por parte de esta Unidad. Por último debe trasladar el expedien-te al Juzgado que seguirá conociendo en definitiva sobre dicho proceso.

La Dirección de Gestión Laboral se encarga de brindar el servicio de Me-dición o Coeficiente de Gestión Judicial y Administrativa. Tarea novedosa y de gran importancia para la Corte Suprema de Justicia, ya que consolida e institu-cionaliza los proyectos recientemente desarrollados y da seguimiento al proceso de Reingeniería que se ha realizado en el sistema de justicia laboral de Guate-mala. Tarea que permitirá garantizar la permanencia de los proyectos genera-dos, así como también la realización de mediciones periódicas a los servicios que brindan los Tribunales de Trabajo y Previsión Social y el Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral.

Este ente administrativo tiene la tarea de realizar un Sistema de Control de Calidad del servicio de la administración de justicia laboral, teniendo para el efecto la facultad de proponer modificaciones a los manuales de procedimien-tos, a efecto de que se puedan redistribuir las tareas administrativas y operativas de los Tribunales de Trabajo y Previsión Social y del Centro Laboral. Con ello se busca, la obtención de la eficiencia y eficacia de los recursos humanos y materiales, así como la reducción de los tiempos en la realización de dichos procedimientos y prestación de servicios.

Esto busca, a la par de motivar la difusión de los proyectos en todos los Tribunales de Trabajo y Previsión Social de la República de Guatemala, lograr una estandarización del servicio de justicia laboral guatemalteco. Importante es mencionar, que las personas que integran dicha Unidad trabajaron en el proce-so de asesoría, diseño y puesta en marcha de los actuales modelos del despacho judicial y sistema de gestión administrativa vigentes en la ciudad de Guatemala.

Los entes administrativos y proyectos citados son los que, en su conjunto, conforman el actual y moderno Sistema de Gestión Administrativa de Guate-mala. Departamentos y proyectos que se convierten en las herramientas de apoyo directo a la función Judicial de los Tribunales de Trabajo y Previsión Social, que son los entes judiciales a favor de los que se genera este conjunto de implementaciones.

El siguiente paso, a la par de la institucionalización de este modelo y su difusión en los demás Tribunales de Trabajo y Previsión Social de la República de Guatemala, es la obtención de la acreditación y certificación internacional de los Tribunales de Trabajo y Previsión Social y del Centro de Servicios Auxiliares

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de la Administración de Justicia Laboral, los cuales, en su conjunto forma un Sis-tema de Gestión Único en el Mundo. Este paso es desafiante, por las exigencias y arduas horas de trabajo que representan, pero es importante porque, a la par de ser el primer Ramo de Justicia de Guatemala que se anima a iniciar con este proceso importante, se logrará garantizar a la población guatemalteca que su sistema de justicia laboral sí responderá a las necesidades del otorgamiento de una Verdadera Justicia Pronta y Cumplida.

6. DERECHO COMPARADO Y EXPERIENCIAS EN OTROS PAÍSES

El establecimiento de modelos o sistemas de gestión administrativa ágiles e ideales, y la acreditación y certificación de los mismos es una corriente actual en América Latina, por ello se cita brevemente lo que está ocurriendo en otros países:

Argentina, en el año 2007 creó la Comisión Nacional de Gestión Judicial, la cual impulsa el rediseño de la organización del Poder Judicial de aquel país. Ella se ha centrado actualmente en los siguientes ejes: Los sistemas de gestión admi-nistrativa, organizacional-rediseño de procesos; coeficiente de gestión judicial; firma digital; notificación electrónica y expediente digital.

Costa Rica se encuentra generando un sistema de gestión de calidad de la administración de justicia, sistema que lo basa en tres pilares: las políticas públicas en el servicio; el derecho de las personas usuarias y el desarrollo de un enfoque sistémico integral. Dichos pilares han sido determinados por la Comisión de Gestión Integral de Calidad y Acreditación de Justicia (Comisión GICA-Justicia), coordinada por el Magistrado Rolando Vega Robert. Esto a la par de haber incorporado un sistema de notificación electrónica.

En Honduras, recientemente se estableció, en el sistema judicial laboral, la Conciliación obligatoria, sistema que ya ha iniciado a dar los resultados espera-dos, en virtud que se ha registrado la conciliación en buena parte de los proce-sos nuevos. Esto, a la par que se encuentran realizando actualmente un proceso de modernización del despacho judicial en vías a un proceso de acreditación de los Tribunales de Trabajo.

En Nicaragua, con la creación del nuevo Código Procesal del Trabajo, se realiza un nuevo ordenamiento legislativo al ramo laboral, el cual lleva apa-rejado el impulso de la modernización a los sistemas de gestión judicial y la utilización de los sistemas informáticos.

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En Guatemala, adicional al Centro de Servicios Auxiliares de la Administra-ción de Justicia Laboral, existen los siguientes centros de Gestión Administrati-va, los cuales, en sus respectivas competencias desarrollan la función de apoyo a la función judicial:

• Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia (cono-cido como Centro Civil).

• Centro Administrativo de Gestión Penal. (Actualmente nominado, Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Penal)

• Centros Administrativos de Gestión Penal de los Diversos Municipios y Departamentos de la República de Guatemala.

Los departamentos citados son los que llevan a cabo en Guatemala, la ges-tión administrativa judicial que le ha sido encomendada por la Corte Suprema de Justicia, la cual involucra y contempla las siguientes tareas:

• Recepción y Distribución de Demandas.

• Práctica de Actos de Notificación.

• Custodia de Expedientes Judiciales (solo en el Ramo Penal).

• Recepción de Escritos de trámite (Ramo Penal y Laboral).

7. BENEFICIOS DE LA CREACIÓN DE UN SISTEMA DE GESTIÓN ADMINISTRATIVA

Los principales beneficios que ha generado la creación del Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral para la Corte Suprema de Justicia son los siguientes:

7.1. La eficiencia y eficacia del Recurso Humano (Notificadores y Comisarios del Ramo Laboral)

Con anterioridad los Notificadores, al encontrarse en los Tribunales de Trabajo y Previsión Social, en la mayoría de los casos debían desplazarse a los mismos lugares a Notificar (Inspección General de Trabajo, Bufetes Populares de las Universidades, Gremiales Sindicales, Bufetes Corporativos, Instituciones Esta-tales, etc.), provocando con ello el desgaste innecesario del recurso humano

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y su desaprovechamiento, lo cual se evidenciaba en el atraso en los procesos Judiciales.

La centralización de los Comisarios en el Centro Laboral permite la genera-ción de nuevos proyectos, como lo son la formación del expediente electrónico, la optimización del recurso humano y la unificación de procedimientos admi-nistrativos en la documentación y registro de demandas y escritos.

7.2. Especialización de los Notificadores del Ramo Laboral

Es evidente que las actividades que realizan los Notificadores en materia de Trabajo y Previsión Social son distintas a las que efectúan los Notificadores de otros Ramos (Civil, Penal, Familia, etc.). Por lo cual, la concentración de los Notificadores en el Centro Laboral, ha permitido la inversión eficaz en la Capaci-tación constante de los Notificadores. Se han planificado y ejecutado para ellos diversos cursos de especialización, lo cual permite garantizar la calidad del ser-vicio que prestarán. Los cursos que a la fecha se les han impartido, entre otros, son : Juicio Ordinario Laboral, Conflictos Colectivos de Trabajo, Funciones del Ministro Ejecutor, Proceso Constitucional de Amparo, Integración y trabajo en equipo.

7.3. La rapidez en la práctica de los Actos de Notificación y Diligencias Especiales

Ello se debe a que todos los actos de notificación y Diligencias Especiales en materia laboral son practicados al día siguiente de la recepción de las resolu-ciones en el Centro Laboral. (Reinstalación de trabajadores, requerimientos de pago, Intervenciones de Empresas Mercantiles, Embargo de Bienes Muebles, Secuestros de Bienes Embargados).

7.4. La rapidez en la práctica de los Actos de Notificación y Diligencias Especiales ordenadas en los Exhortos

La Creación del Centro de Servicios Auxiliares de la Administración de Justicia Laboral es de beneficio a todos los Tribunales del Interior del País, dado que desde el mes de Septiembre del año 2010, para agilizar el diligenciamiento de los actos de Notificación y práctica de diligencias especiales en materia laboral, ordenadas por los Tribunales de Trabajo y Previsión Social del interior del país,

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el noventa y cinco por ciento de los Exhortos y Despachos son diligenciados al día siguiente de su recepción en el Centro Laboral.

7.5. La Eliminación de la Mora Judicial y el Fomento de la Celeridad Procesal

Como consecuencia de la rapidez en la práctica de los actos de notificación (al día siguiente de la recepción de las resoluciones en el centro laboral), el trámite de los procesos judiciales, por parte de los Tribunales de Trabajo y Previsión Social en el Departamento de Guatemala, es mucho más ágil. Además de per-mitir que aquellos expedientes judiciales, cuyo trámite se encontraba rezagado, fueran nuevamente reactivados y finalizados. Lo cual permitió el fomento de la verdadera celeridad procesal en la tramitación de los procesos judiciales en materia laboral.

7.6. Distribución Equitativa de Procesos Judiciales entre los Tribunales de Trabajo

Mediante la utilización del Sistema de Gestión de Tribunales (sistema informá-tico del Organismo Judicial) y la configuración en el mismo de los diferentes procesos que deben conocer los Tribunales de Trabajo, este departamento dis-tribuye, sin mediar voluntad humana, en la distribución equitativa de los proce-sos judiciales, entre los diecinueve Tribunales de Trabajo y Previsión Social del Departamento de Guatemala (16 de Juzgados de Primera Instancia y 3 Salas de las Corte de Apelaciones).

7.7. Traslado de Actividades Administrativas de los Tribu-nales de Trabajo y Previsión Social al Centro Laboral

Gracias a la creación de este Departamento, que atiende las actividades admi-nistrativas, se ha logrado que los Tribunales de Trabajo y Previsión Social se dediquen exclusivamente a su actividad jurisdiccional.

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7.8. La innovación de servicios

Se han creado nuevos servicios, acordes con las necesidades que se perciben en el desarrollo de sus actividades, lo cual busca generar la eficacia de los recursos, en virtud que la actividad administrativa y servicios de apoyo a los Tribunales se concentra en este Departamento (Centro Laboral). Tal es el caso de las Notifi-caciones Electrónicas, la formación del expediente electrónico y publicación de este en la página Web de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala.

Y como un servicio novedoso, en Guatemala existe viabilidad legal al res-pecto en materia laboral, se encuentra la recepción digital de Demandas Nuevas y Escritos de trámite, servicio que se prestaría de igual forma a través de la Pagina Web del Organismo Judicial.

7.9. Elevación del Prestigio Institucional del Organismo Judicial y la Corte Suprema de Justicia de Guatemala

De igual forma, como consecuencia de las bondades en la agilización de los procesos judiciales en materia laboral, la misma permitió fortalecer el prestigio Institucional del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia en el ám-bito laboral, colocándola como una de las mejores Instituciones del Estado de Guatemala, por la promoción e instauración de políticas públicas que fomentan la elevación de la prestación de servicios de calidad para sus usuarios y la efi-ciencia y eficacia en la administración de sus recursos.

Prueba de esto es la suscripción del Convenio con la Corte Suprema de Justicia de la hermana República de Honduras, por medio del cual, la Corte Suprema de Justicia de Guatemala, ofrece la colaboración y asesoría para la construcción y formulación de un sistema de Gestión Administrativa y Judicial para los Tribunales de Trabajo de San Pedro Sula.

Importante es citar la reciente visita efectuada, en el mes de febrero del año 2013, por la Directora de Normas Internacionales del Trabajo, Doctora Cleopa-tra Doumbia Henry, y altos Funcionarios de la Organización Internacional del Trabajo, al Centro de Justicia Laboral de Guatemala; visita en la cual, tanto la Doctora Doumbia como los funcionarios de la O.I.T., expresaron su admiración al Sistema y Organización que la Corte Suprema de Justicia de Guatemala ha instalado en el Ramo Laboral. Reconocieron que es un Sistema Único en su género en el Mundo, no solo por la existencia de un Centro de Justicia Laboral con nuevos servicios y Tecnología, sino también por la inclusión de políticas

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de gestión ágil, que fomentan Buenas Prácticas en el sector Judicial de Trabajo y Previsión Social. Un delegado de la Organización Internacional de Trabajo formuló la recomendación, de procurar la generación de convenios de entendi-miento entre la Corte Suprema de Justicia de Guatemala y la O.I.T., para que los proyectos desarrollados en el sector de Justicia de Guatemala (Sistema de Ges-tión Administrativa y Organización de Tribunales de Trabajo), por intermedio de la O.I.T., sean ofrecidos como un Sistema Modelo a los demás Estados parte de tan importante Organización.

8. CONCLUSIÓN

Concluyo diciendo que la existencia de los Sistema de Gestión Administrativa permitirá, a los Poderes Judiciales, la implementación de proyectos de Moder-nización e incluso a la generación de sistemas de Reingeniería, sin afectar la propia función judicial.

Los sistemas de Gestión Administrativa son verdaderas herramientas de apoyo a la función judicial; no vienen a desvirtuar aquella, por el contrario, bus-can modernizar la forma de documentación y comunicación de las actuaciones judiciales, ya que permiten generar y establecer mejores sistemas de control de calidad, transparencia y celeridad procesal. Ello, al final, contribuye a que los Órganos Jurisdiccionales y los Poderes Judiciales respondan a las necesidades de obtención de justicia laboral de sus respectivas sociedades y países.

MIRIAM ELIZABETH CASTILLO RIVERA*

* Abogada y Notaria (USAC). Pensum cerrado de la Maestría de Derecho Penal (USAC). Con 27 años de laborar en el Organismo Judicial y trece años de fungir como jueza de sentencia. Actualmente se desempeña como Jueza Vocal y Uniper-sonal del Tribunal Primero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Quetzaltenango.

LAS DEBILIDADES DEL JUICIO POR DELITO DE ACCIÓN PRIVADA

Tabla de contenido

1. INTRODUCCIÓN 31

2. CONCEPTO DELITOS DE ACCIÓN PRIVADA 31

3. ADMISIBILIDAD DE LA QUERELLA 32

4. TRÁMITE DEL JUICIO DE ACCIÓN PRIVADA 33

5. INCIDENCIAS QUE SE PRESENTAN DURANTE EL TRÁMITE DEL JUICIO DE ACCIÓN PRIVADA 35

6. CONCLUSIÓN 39

7. NORMATIVAS 40

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1. INTRODUCCIÓN

Como juzgadora y dentro de la práctica tribunalicia, se ha establecido que el Juicio de Acción Privada ha generado una serie de interrogantes, al haber dejado, el legislador, lagunas legales que el juzgador debe solventar

a su prudente criterio y con apego a la ley. En consecuencia, no existe unidad de criterios en cuanto a su tramitación y en específico a las incidencias que dentro del mismo se presentan. En el curso del tema se intenta puntualizar sobre las mismas y aportar soluciones que ayuden en el diario quehacer de los jueces.

Se describirán, paso a paso, cada una de las circunstancias que pueden suscitarse durante el trámite del juicio de acción privada y que todos saben es un juicio entre partes.

2. CONCEPTO DELITOS DE ACCIÓN PRIVADA

Los delitos de acción privada han surgido como una alternativa a la resolución del conflicto que surge con ocasión de la comisión de un delito –enfocado en un punto de vista de una política criminal determinada–. Es un ámbito de apli-cación especial. (Calderón, Maldonado, Luis Alexis. Delitos de Acción Privada, Págs: 15, 145).

En consecuencia, de conformidad con el artículo 24 quáter, 122, 332 bis y 474 del Código Procesal Penal, quien pretenda perseguir por un delito de ac-

Resumen

El trabajo versa sobre el procedimiento establecido para tramitar los delitos de acción privada que, mediante la práctica tribunalicia, de una u otra forma, ha generado ciertas incidencias que dicho procedimiento específico no contiene expresamente.

Palabras claves: Querellado, Querellante Exclusivo, Audiencias, So-breseimiento, Desistimiento, Ampliación escrito acusación.

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ción privada, entiéndase los relativos al honor (calumnia, injuria y difamación), daños, violación y revelación de secretos y estafa mediante cheque, siempre que no produzca impacto social, formulará acusación por sí o por mandatario especial, directamente ante el tribunal de sentencia competente para el juicio, indicando el nombre, domicilio o residencia del querellado. Debe cumplir, ade-más, con lo establecido en el artículo 302 del Código Procesal Penal. De confor-midad con las reformas al Código Procesal Penal, relativas a la reparación digna, el procedimiento de acción privada también se somete a estas reglas, por lo cual, después del debate de responsabilidad penal debe realizarse la audiencia de reparación correspondiente.

3. ADMISIBILIDAD DE LA QUERELLA

Uno de los supuestos por los cuales se puede declarar inadmisible una querella, por delito de acción privada, es el “incumplimiento de alguno de los requisitos previsto”. Ahora bien, de la lectura de todas las normas jurídicas relativas al título III, del libro cuarto del Código Procesal Penal, se advierte que no existe un solo apartado referente a los requisitos que debe cumplir la querella en este procedimiento. Esta laguna legal ha sido superada correctamente por la práctica forense, al aplicar contextualmente los artículo 302 y 332 bis del indicado códi-go; toda vez que la primera establece los requisitos de toda querella y la segunda la imputación de cargos, a través de la fijación de los hechos en la acusación. Claro está, adecuando los requisitos a manera que presenten una estructura inteligible.

Esta aplicación contextual de la norma jurídica genera, en no pocos casos, el incumplimiento de algunos requisitos, en especial lo relativo a una “clara, pre-cisa y circunstanciada relación de los hechos imputables”; razón por la cual, en un alto porcentaje, las querellas son desestimadas, lo cual genera gastos inútiles a los interesados, no obstante que se puede repetir la misma haciendo alusión del rechazo anterior y cumpliendo con el requisito formal cuya inobservancia dio motivo al rechazo.

Otra razón, por la cual las querellas son desestimadas, lo constituye la in-terpretación de los requisitos de la querella de acción privada, que realizan los jueces, siendo el caso que algunos son más rigoristas que otros, lo que, con-secuentemente, provoca la falta de aplicación certera de la ley y se someten a la impredecibilidad del criterio jurisdiccional. Una de las soluciones a este res-pecto se estructura bidimensionalmente: primero en el acervo jurisdiccional, a razón que los jueces inteligiblemente establezcan los requisitos de las querellas

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de acción privada e interpreten el rigor de su contenido, para así, mantener la predicibilidad de la decisión y la coherencia del derecho. Y, en un segundo mo-mento, a través de foros jurídicos con abogados litigantes, con el objeto de dar a conocer los requisitos formales de toda querella por delito de acción privada y el criterio prudente de los órganos jurisdiccionales al respecto.

4. TRÁMITE DEL JUICIO DE ACCIÓN PRIVADA

Se tratará de ir en orden y dar el aporte que se ha planteado, a fin de coadyuvar en algo en el trámite del juicio de acción privada y sus incidencias.

• La querella debe llenar los requisitos contenidos en los artículos: 302, 332 bis y 474 del Código Procesal Penal. Entendiéndose que dentro de la querella va inmersa la acusación.

• Si la misma, llena los requisitos legales, se admite y se señala día y hora para la audiencia de conciliación, misma que se notifica al querellante y querellado.

• A la audiencia de conciliación, las partes asistirán personalmente o re-presentadas legalmente con sus respectivos abogados, para no violen-tar el derecho de defensa, contenido en el artículo 12 de la Constitu-ción Política de la República de Guatemala. Si el querellado comparece sin abogado se le provee de defensor público, conforme el artículo 92 del Código Procesal Penal.

• En la audiencia de conciliación, el juez da oportunidad a las partes para que dialoguen sobre el asunto y propongan fórmulas de arreglo. Si se arriba al acuerdo o convenio, el mismo se aprueba y se ordena el archivo del proceso.

• Si el querellado incumple el arreglo, el querellante tiene derecho de acudir a la vía civil, para ejecutar éste en la vía de apremio, conforme a lo establecido en el artículo 294 numeral 7 del Código Procesal Civil y Mercantil. Al respecto, algunos juzgadores consideran que, por ser un delito de acción privada, debe ponderarse que es un delito entre partes y que lo procedente es continuar con el trámite ordinario de la querella; es decir, citar al procesado para su sujeción al procedimiento, previa identificación del mismo. Incluso lo anterior, en atención a lo preceptuado por el artículo 29 constitucional, en acceso a la justicia

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que se integra con el artículo 5 del Código Procesal Penal o sea la tutela judicial efectiva a la víctima.

• Si el querellado ha sido legalmente citado, se le convoca para identifi-carlo, para que señale lugar para recibir notificaciones, nombre aboga-do defensor de su confianza y, de no hacerlo, se le nombra de oficio y se le informa sobre su sujeción al procedimiento.

• Posteriormente se señala audiencia dentro del plazo de tres días, para que las partes ofrezcan los medios y órganos de prueba que estimen pertinentes. En dicha audiencia opera el contradictorio. Agotado éste, el o la juzgadora, admite la prueba que sea pertinente, necesaria, legal y legítima y rechazará la abundante, innecesaria, impertinente e ilegal. Señalará día y hora para el debate, ello de conformidad al artículo 343 del Código Procesal Penal, toda vez que es necesario discutir adver-sarialmente sobre la imputación probatoria, extremo por el cual los jueces deben realizar esta audiencia.

• Cualquiera de las partes pueden plantear recurso de reposición, el cual será rechazado in limine con apego al artículo 66 inciso c) de la Ley del Organismo Judicial, si resulta espurio o bien no especificare el agravio que exige el segundo párrafo, artículo 281 del Código Procesal Penal, lo que se notificará en audiencia a los sujetos procesales.

• Si se plantea conforme el 403 y 281 del Código Procesal Penal, se corre audiencia a la otra parte, declarando con lugar o no el recurso de reposición. Este puede ser parcial al acoger únicamente parte de las pretensiones del interponente.

• Para la realización del debate se procede conforme a lo establecido en los artículos: 354 al 382 del Código Procesal Penal.

• Debe realizarse la audiencia de reparación digna, conforme lo estable-ce el artículo124 del Código Procesal Penal, a efecto de cumplir con la tutela judicial efectiva, que le asiste a toda persona víctima de delito.

• La sentencia que se dicte puede ser impugnada ante la sala jurisdiccio-nal respectiva.

• Al quedar firme la sentencia, se agota la fase de ejecución de los fallos.

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5. INCIDENCIAS QUE SE PRESENTAN DURANTE EL TRÁMITE DEL JUICIO DE ACCIÓN PRIVADA

A continuación se describen algunos incidentes que se han podido percibir en la tramitación del juicio de acción privada.

• Inadmisibilidad. La querella será desestimada por auto fundado, cuan-do sea manifiesto que el hecho no constituye delito, cuando no se puede proceder o faltare alguno de los requisitos establecidos en el artículo 302 del Código Procesal Penal. En estos casos se devolverá al querellante el escrito y copias acompañadas, incluyendo la resolución judicial.

• El querellante podrá repetir la querella corrigiendo sus defectos, si es posible, con mención de la desestimación anterior.

• La investigación preparatoria se efectúa cuando es imprescindible identificar o individualizar al querellado o determinar su domicilio, re-sidencia o fuere necesario establecer, en forma clara y precisa, el hecho punible. El tribunal lo acordará y enviará el expediente al Ministerio Público, para que efectúe la investigación preparatoria, quien lo devol-verá al concluir las diligencias. Cabe destacar que, este extremo, muy raras veces se presenta; toda vez que, en la mayoría de casos, quien presenta la querella tiene individualizada a la persona en contra de quien acciona penalmente.

• Mediación y conciliación. Las partes, previo a acudir al órgano jurisdic-cional, pueden ventilar el conflicto en centros de mediación y concilia-ción. El arreglo a que se llegue constará en acta o en registro magne-tofónico, que se remitirá al tribunal para su homologación siempre y cuando no se violen preceptos constitucionales o tratados internacio-nales en materia de derechos humanos. Si en el plazo de treinta días el acuerdo de mediación no se suscribe, las partes quedan en la libertad de acudir al órgano jurisdiccional.

• Admitida la querella y citado a conciliación a las partes, si el querellan-te no se presentara, se tendrá por desistido tácitamente de la acción o se decretará el abandono de la acción penal a pedido de la defensa del querellado.

• Si el querellado justifica su incomparecencia y el juez la encuentra ajustada a derecho, admite la excusa y señala nuevo día y hora para la audiencia de conciliación, dejándose sin efecto la declaratoria de abandono a la acción intentada.

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• Si el querellado no fue citado por dirección inexacta, se le solicita al querellante que establezca dichos extremos. Si no obstante hacerlo, el querellado no es habido, se puede comisionar, conforme el artículo 33 y 71 del Código Procesal Civil y Mercantil, y designar a un notario particular, ajeno al proceso para que ubique al querellado y le notifi-que. Para el efecto se le remitirá el original, copias del memorial de querella y resolución respectiva, debiendo el notario firmar el libro correspondiente. El notario asentará la notificación a continuación de la resolución respectiva.

• Ejecutado lo anterior con resultado positivo, sin que el querellado comparezca a la audiencia de conciliación señalada, se decretará su re-beldía y se ordenará su detención preventiva. Se paraliza el proceso en tanto es habido. Al detenérsele se pondrá al querellado a disposición del juez competente, en el plazo de seis horas, conforme al artículo 6 de la Constitución Política de la República de Guatemala. En este momento procesal, el juez de la causa, le hará saber el motivo de su detención, lo identificará, requerirá que señale lugar para recibir cita-ciones, el nombre del abogado defensor y le informará sobre su suje-ción al proceso. Posteriormente se señala la audiencia de ofrecimiento de prueba, se discute y resuelve al respecto. Luego se señala día y hora para el debate.

• Si al ser habido el querellado, fueren días y horas inhábiles, se pondrá a disposición del juez de paz de turno, quien le hará saber el motivo de su detención y cursará lo actuado al juez de sentencia respectivo, a primera hora hábil siguiente.

• Si fueren varios los querellados, el proceso, en caso de rebeldía, solo se paralizará en cuanto a los rebeldes. Se juzga conforme al procedi-miento de acción privada a los que comparecieron a la audiencia de conciliación y subsiguientes.

• Puede ser que en la primera audiencia de conciliación el defensor par-ticular se haga presente, no así el querellado legalmente citado. En consecuencia el querellante pide se declare su rebeldía, ante lo cual el juez corre audiencia al defensor y éste pide tiempo para establecer los extremos de la incomparecencia de su defendido. Se ampara en lo que para el efecto establece el artículo 79, segundo párrafo del Código Procesal Penal, que dice: La declaración de rebeldía será emitida por el Juez de Primera Instancia o Tribunal competente, previa constatación de la incomparecencia, fuga o ausencia… Por tanto se accede a lo

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pedido. Si justifica su incomparecencia, se señala nueva audiencia de conciliación, notificando la decisión a las partes.

• Si no halla el defensor al querellado y lo comunica al tribunal, éste declara la rebeldía y hace los pronunciamientos de ley. La declaratoria de rebeldía implica la revocación de la libertad simple o la aplicación de medidas sustitutivas de prisión preventiva. El proceso se paralizará solo en cuanto a dicho procesado, porque si fueren varios, a estos se les juzgará en esa oportunidad.

• En la audiencia de conciliación, el defensor particular puede requerir que se le admita la renuncia, porque no ha logrado contacto con el querellado. El juez o jueza tiene por presentada la renuncia a la defen-sa técnica del querellado, misma que se le hace saber al procesado. Se le fija plazo para que nombre un abogado defensor particular de su confianza que sustituye al actual, advirtiéndole que se le nombrará de oficio si no lo hace. En tanto esto se resuelve, el defensor renunciante no puede abandonar la defensa hasta que no intervenga su sustituto. Dicha decisión se notifica al querellante y defensor presentes en la audiencia y al procesado en la forma legalmente establecida.

• En cuanto a la renuncia de la defensa, en la audiencia de conciliación o antes, se debe tener por planteada la misma conforme al artículo 102 del Código Procesal Penal. El defensor técnico no puede renunciar durante el debate o audiencias. Esto no debe entenderse radicalmente porque, tómese en cuenta que el debate aún no se ha abierto e incluso hay que tener presente lo opinado por el Colegio de Abogados al res-pecto, quien sostiene que se puede renunciar a la defensa en cualquier momento. Esto es así, pero el renunciante debe proponer un sustituto y pedirle la anuencia al querellado sobre si acepta o no tal designación. Así, el tribunal tiene por planteada la renuncia, pero fija un plazo al querellado conforme el artículo 153 del Código Procesal Penal, para que nombre abogado particular de su confianza y, si no lo hiciere, se le nombrará uno de oficio; pero, el defensor titular no puede abandonar la defensa hasta que no comparezca el abogado que lo reemplace.

• Luego de la identificación y sujeción del procesado a procedimien-to, algunos tribunales convocan a las partes para la apertura a juicio y ordenan que el querellante haga saber el hecho al querellado. Lo cual, obviamente no procede, porque el querellado ya está enterado del contenido de la querella al momento de notificársele y entregarle copia del escrito respectivo. Esto tiene su razón de ser, en virtud que la querella ha pasado por el proceso de depuración previa admisión.

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De actuar así, se quebrantaría el procedimiento al variar las formas del proceso, violentando de esta manera el principio de imperatividad contenido en el artículo 3 del Código Procesal Penal. Lo anterior así debe ser, porque la ley regula el procedimiento específico, a efecto de no correr el riesgo que se ataque la acusación, conforme a lo estableci-do en los artículos: 336 al 339 del Código Procesal Penal. Amen que, conforme al artículo 10 del Decreto 7-2011 del Congreso de la Repú-blica, dicho extremo se subsume en el alegato de apertura que hace la parte acusadora y la defensa, donde cada quien presenta su teoría del caso y su anti tesis. (Arto. 368 CPP). En el caso que el querellado ma-nifieste que no lo ha comprendido, el juzgador debe resumir el hecho.

• El querellante puede, en el debate, pretender ampliar la acusación, por inclusión de un nuevo hecho o una nueva circunstancia que no hubie-re mencionado en la acusación. Acá surge la interrogante, ¿Procederá? La ponente del tema considera que sí. En consecuencia, deja en el uso de la palabra al querellante para que amplíe la acusación y, de la misma, se le da audiencia al procesado, misma que evacua su defensor.

• Posteriormente, si el juez lo estima pertinente, admite la ampliación que integrará la acusación inicial y se lo da a conocer al querellado. Subsiguientemente procede a recibir la declaración del procesado, si es el caso, luego se somete al interrogatorio. El juez hace saber a las partes el derecho que les asiste de pedir la suspensión del debate, para ofrecer nuevas pruebas o preparar su intervención. Ante esto, el juez fija un plazo prudencial, conforme el artículo 152 del Código Procesal Penal.

Al respecto de las incidencias que se dan en la tramitación del Juicio de Acción Privada, la ponente del tema consultó el Código Procesal Penal Peruano, del Instituto de Ciencia Procesal Penal del año dos mil cuatro y le pareció im-portante establecer que, en el artículo 459 se habla de la querella que debe ser formulada ante el juez penal unipersonal. Extremo que da sustento a las últimas reformas introducidas al procedimiento penal guatemalteco. El artículo 460 re-gula sobre la admisibilidad de la querella, misma que, si no es clara y completa, dispone que dentro de tercero día, el querellante subsane o aclare la misma. De no hacerlo, ordena el archivo definitivo. Consentida dicha decisión no puede volver a renovarla. El artículo 462, del citado cuerpo legal, regula lo atinente al auto de citación a juicio y audiencia, en el cual se observa mayor avance en Guatemala, pero, lo que sí me parece bien es, que si el querellante injustificada-mente no asiste a la audiencia o se ausenta de ella, se sobresee la causa.

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Se consultó además los códigos penales de Colombia y Chile. El nuevo Código Penal y de Procedimiento Penal, Nuevo Sistema Penal Acusatorio, de Colombia, en su artículo 71 regula lo del querellante legítimo que, en nuestro medio, es el querellante exclusivo. El Código Procesal Penal de Santiago de Chile, en su artículo 401, regula el Desistimiento de la querella y dispone: “Si el querellante desistiere de la querella, se decretará sobreseimiento definitivo en la causa y el querellante será condenado al pago de las costas, salvo que el desistimiento obedeciere a un acuerdo con el querellado”.

Con todo, una vez iniciado el juicio no se dará lugar al desistimiento de la acción privada, si el querellado se opusiere a él. Comparado dicho artículo con el 483 del Código Procesal Penal guatemalteco, se estima que está mejor redac-tado en Guatemala el desistimiento expreso, porque se requiere la anuencia del querellado para desistir expresamente y así no incurrir en condena de costas procesales.

El artículo 402 del citado cuerpo normativo me pareció importante, porque versa sobre el abandono de la acción y dice: La inasistencia del querellante a la audiencia del juicio, así como su inactividad en el procedimiento por más de treinta días, entendiendo por tal falta de realización de diligencias útiles para dar curso al proceso que fueren de cargo del querellante, producirán el abando-no de la acción privada. En tal caso el tribunal deberá, de oficio o a petición de parte, decretar el sobreseimiento de la causa. Lo novedoso de este artículo, es que en forma expresa se decreta el sobreseimiento.

El artículo 404 tiene como lo relevante en cuanto a la conciliación, que si se trata de delitos de calumnia o injuria se otorgará, al querellado, la posibilidad de dar explicaciones satisfactorias de su conducta, lo cual denota el juego limpio con que se insta a las partes a litigar y que se regula en el ordenamiento guate-malteco, en el artículo 17 de la Ley del Organismo Judicial.

6. CONCLUSIÓN

El proceso penal guatemalteco, en lo que respecta a los delitos de acción priva-da, al momento de ventilarlo, da margen a una serie de incidencias que deberán los juzgadores resolver de acuerdo al imperio de la ley, la experiencia en la emisión de fallos precedentes y correcto entendimiento humano, ya que hay circunstancias no previstas expresamente por el legislador.

Se espera que el presente aporte brinde alternativas óptimas para la solu-ción de circunstancias procesales, que tengan que resolver los jueces de senten-

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cia unipersonales y que el legislador no contempló, o bien, que a tan delicado tema a juicio de la ponente, se hagan las observaciones o aportes que coadyu-ven a optimizar aún más el trámite del proceso de acción privada o bien mejorar dicho trabajo.

Finalmente, se recomienda que la Escuela de Estudios Judiciales propicie un curso al respecto, en donde se desarrolle el conversatorio, fáctico, probatorio, jurídico y doctrinario.

5. NORMATIVAS• Código Procesal Penal de Guatemala.

• Código Procesal Civil de Guatemala.

• Ley del Organismo Judicial de Guatemala.

• Código Procesal de Perú.

• Código Procesal Penal y de Procesamiento Penal. Nuevo Sistema Penal.

• Acusatorio de Bogotá Colombia. Editorial Unión.

• Código Procesal Penal de Chile.

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* Abogado y Notario (USAC). Magister Artium de Procesal Civil y Mercantil (UMG). Maestro en Criminología, doble titulación, con distinción Magna Cum Laude (USAC y Universidad de la Habana, Cuba). Juez de Sentencia Penal, con veinte años de servicio para el Organismo Judicial; Catedrático Universitario.

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Tabla de contenido

1. CONCEPTOS TRADICIONAL Y MODERNO DE LA ACCIÓN 43

2. DEFINICIÓN DE LA ACCIÓN CIVIL 44

3. DEFINICIÓN DE LA ACCIÓN CIVIL PROVENIENTE DE DELITO 44

4. CONSIDERACIONES EN TORNO A LA REPARACIÓN DEL DAÑO A LA VÍCTIMA DEL DELITO 44

5. LA VÍCTIMA DEL DELITO CONSTANTE Y RECURRENTEMENTE SUFRE DAÑOS DE DIFERENTE ÍNDOLE 46

6. TRATAMIENTO LEGAL A ESTA PROBLEMÁTICA DE REPARACIÓN DEL DAÑO A LAS VÍCTIMAS DEL DELITO, A TRAVÉS DEL DEVENIR HISTÓRICO DE LA HUMANIDAD Y SUS FORMAS DE ORGANIZACIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN 48

7. NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACCIÓN CIVIL Y LEGISLACIÓN NACIONAL VIGENTE 51

8. CONTENIDO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL 53

9. FORMAS DE REPARACIÓN DEL DAÑO 54

10. NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EX DELICTO Y ELEMENTOS CARACTERÍSTICOS DE DICHA RESPONSABILIDAD CIVIL 55

11. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 58

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Resumen

El presente artículo contiene una visión panorámica de lo que constitu-ye la acción civil proveniente del delito. Daños que sufren las víctimas del delito; lo relativo a sus derechos resarcitorios; reparación de daños y perjuicios y, finalmente lo que concierne a la audiencia de la repara-ción digna.

Palabras Claves: Responsabilidad civil, víctima del delito, procesado, acusado, condenado, agraviado, acción civil, daños, perjuicios, patrimo-nio, moral, psicológico, resarcimiento, reparación, restitución.

1. CONCEPTOS TRADICIONAL Y MODERNO DE LA ACCIÓN

LA ACCIÓN, es la forma legal de ejercitar una potestad, a través de la jus-ticia. El Derecho Romano, artífice quizás inigualado en la materia, com-pendiaba la esencia de la acción procesal en estas palabras: “Nihil aliud est

actio, quam jus quod sibili debeatur juicio persequendi” (la acción no es sino el derecho de pedir en juicio lo que a uno se le debe). (Diccionario de Derecho Usual. Guillermo Cabanellas).

Los modernos procesalitas de mayor relieve internacional definen así la acción: “Un derecho público subjetivo, que tiene el individuo como ciudadano, para obtener del Estado la composición del litigio (Carnelutti1994).

La acción es cuando se está ante la potestad jurídica de darle vida a la condición para la actuación de la ley (Chiovenda). En opinión de Bulow, “el derecho a obtener una sentencia justa, en lo cual consiste la acción, solo nace con la demanda”.

En 1939, el profesor florentino, Piero Calamandrei, citado por el Doctor Erick Alfonso Álvarez Mancilla, en su libro Fundamentos Generales del Derecho Procesal, publicó su ensayo “la relatividad del concepto de acción”. En él sienta la hipótesis de que todas las teorías que se han formulado sobre el concepto de

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acción, encuentran todas ellas su justificación histórica, en cuanto que cada una de ellas debe entenderse como relativa a una entre las diversas concepciones de las relaciones entre ciudadano y Estado. De esta suerte cada una de las teorías no se puede considerar en sí misma ni absolutamente verdadera ni absoluta-mente falsa, porque sirve para recoger, desde un diverso punto de vista, una diversa porción de verdad.

2. DEFINICIÓN DE LA ACCIÓN CIVIL

La acción civil es aquella que compete a uno para reclamar, en juicio, sus bie-nes o intereses pecuniarios; nace del derecho sobre las cosas y de las mismas fuentes que de las obligaciones; es decir, de la ley, de los contratos, de los cuasi-contratos, de los delitos y de los cuasidelitos. En la jurisdicción criminal, la que entablan la víctima de un delito o sus derechos habientes para conseguir la resti-tución de lo arrebatado, la reparación del daño y la indemnización de perjuicios.

3. DEFINICIÓN DE LA ACCIÓN CIVIL PROVENIENTE DE DELITO

Es aquella que se otorga al perjudicado por un delito, para exigir la reparación del daño o su indemnización. Toda persona criminalmente responsable lo es también civilmente, por razón de sus hechos. La extinción de la responsabilidad criminal no anula la civil, a no ser que expresamente se establezca. Utilizada la acción penal, se entiende iniciada la acción civil, salvo que el interesado renun-cie a ésta, o se reserve el derecho a plantearla cuando mejor le conviniera.

4. CONSIDERACIONES EN TORNO A LA REPARACIÓN DEL DAÑO A LA VÍCTIMA DEL DELITO

Al tomar en cuenta ciertas consideraciones sobre la reparación del daño a la víctima, en la legislación penal guatemalteca, las consecuencias que emanan de la comisión de delito o falta no se detienen en tan solo la pena, sino que también, de su comisión, se derivan las sanciones civiles de carácter reparatorio, como consecuencia del daño que se haya producido. Es en el Código Civil,

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en su artículo 1646, donde se establece la consecuencia reparadora del daño producido por un delito doloso o culposo, lo que se complementa con el artí-culo 112 del Código Penal. Personas responsables. “Toda persona responsable penalmente de un delito o falta, lo es también civilmente”. Con lo que se acoge esta responsabilidad.

De conformidad con lo anterior, nos encontramos ante una acción civil que nace como consecuencia del daño ocasionado, derivado de un delito o falta. Este sistema, al permitir la exigencia de las responsabilidades civiles, por medio de la vía penal, vulnera el principio de autonomía de las esferas pública y privada, tomando en consideración que la responsabilidad civil retribuye un daño privado y, la responsabilidad penal, un daño público. Sin embargo, es ne-cesario partir de que existen poderosas razones de oportunidad y utilidad que lo hacen indispensable, sobre todo, para evitar que la víctima se vea inmersa en una actividad que le dificulte y le empantane la reparación del daño del que ha sido objeto y sea sometida a una actividad engorrosa, burocrática y molesta.

La reparación del daño es el contenido de la responsabilidad civil, que sig-nifica la sujeción de una persona, que vulnera un deber de conducta impuesto en interés de otro sujeto, a la obligación de reparar el daño producido.

Es importante que tanto abogados litigantes, como fiscales, jueces y quie-nes tengan intervención en el proceso penal, cuenten con las herramientas re-levantes a los derechos resarcitorios de las víctimas del delito, el tipo de daños ocasionados y las formas de resarcimiento de los mismos.

Me ha llamado poderosamente la atención que en los fallos judiciales, los jueces, en su mayoría, hasta el día de hoy, incluyen en el rubro de Responsabi-lidad civil proveniente del delito, lo relativo al cobro de honorarios de los abo-gados litigantes que auxilian a la víctima; cuando, en realidad, este es rubro de costas procesales que, por imperativo legal, se deben imponer a la parte vencida en juicio y, el momento procesal oportuno para que se hagan valer es, precisa-mente, en la liquidación de costas en el Juzgado de Primera Instancia Penal. En el supuesto que los jueces de los tribunales de sentencia no impusieran el pago de costas al vencido y que ello sea la causa de que se limite al cobro de costas procesales, es aquí donde, el abogando litigante, debe hacer uso de sus recursos y apelar la sentencia que exime del pago de costas al vencido.

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5. LA VÍCTIMA DEL DELITO CONSTANTE Y RECURRENTEMENTE SUFRE DAÑOS DE DIFERENTE ÍNDOLE

“Lesión moral. Daño en los intereses patrimoniales. Deterioro. Pérdida. En sen-tido técnico estricto, la ganancia lícita que se deja de obtener, o los gastos que origina una acción u omisión ajena, culpable o dolosa; a diferencia del daño, o mal efectivamente causado en los bienes existentes, y que debe ser reparado” (Cabanellas, 1979: Pág. 203).

Los daños provocados por un acto delictuoso, pueden ser objeto de resar-cimiento, mediante el ejercicio de la acción civil.

5.1. Daños patrimoniales

Se consideran como el menoscabo, demérito, destrucción o pérdida que sufre una cosa material en el patrimonio económico de una persona (física o jurídica) a consecuencia de un ilícito penal y que, en virtud al acto penal que motivó el perjuicio, surge la correspondiente obligación civil. Su fuente es en el ámbito pe-nal, con el objeto de restablecer el equilibrio patrimonial de la persona afectada por la comisión del delito, de acuerdo con la situación de hecho y de derecho preexistente a perpetración de la infracción criminal.

5.2. Daños cuasi patrimoniales o indirectamente patrimoniales

Esta categoría doctrinal, al igual que las otras, tiene el mismo origen. A criterio de quien realiza la presente investigación, el daño carece de graduaciones o de categoría en cuanto a su razón de ser, ya que se parte del punto de vista de esti-mar al daño como un concepto unitario, respondiendo a aquellos perjuicios que se producen en la víctima del delito y, que no tienen una graduación determina-ble en metálico, a diferencia de la categoría anterior (daño patrimonial), puesto que la realidad es que aquí lo que se quita carece de una tarifa económica que permite hacer, de forma adecuada y exacta, la correspondiente compensación, a efecto de establecer ese equilibrio patrimonial, precedente a la comisión de la infracción penal.

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De conformidad con lo anterior se puede decir que son aquellos que no atacan en sí a un patrimonio material; es decir, que no menoscaban directamen-te el aspecto económico del sujeto pasivo del delito, sino que lo que se lesiona son intereses no metálicos que repercuten o trascienden a valores económicos del agraviado. Derivado de lo anterior se puede decir: lo inmaterial no es el daño en sí, sino el acto que lo produce. Como supuesto de daños o perjuicios patrimoniales impropios suelen citarse: la pérdida de un cargo o trabajo, por causa de calumnia o injuria vertida; la necesidad de tener que trasladarse o mudarse de domicilio o más aún de una población a otra, por la misma causa.

5.3. Daños morales

Resulta complejo dar un concepto de perjuicio o daño moral, puesto que, si para ello se acude a la vía de una solución descriptiva, se consideran como tales: los males psíquicos, dolores físicos y mentales, afectaciones estéticas, su-frimientos, entre otros. Siendo su ambigüedad excesiva y, por tanto, adolecen de la falta de precisión jurídica suficiente para sustentar su basamento. Si por el contrario se acude a determinados males personales, lesiones, incapacidades o cualquier otra figura, que puedan afectar a la obtención de los medios para la subsistencia, se hallaría dentro de los llamados daños o perjuicios morales impropios; aunque esta categoría no deje de estar en entredicho. Por ello, tal vez la mejor explicación la da la vía negativa o de exclusión, es decir: son daños morales aquellos que no lo son patrimoniales, en cierto aspecto. Definición que, si en principio pareciera ser buena, no deja de presentar inconvenientes, ya que existen daños que aun siendo morales, de forma indirecta vienen a repercutir en el patrimonio de la víctima del delito; por lo que, ante ello, se hace difícil aceptar como viable la solución conceptual propuesta. Se debería dejar sentado, por una parte que, cuando nos referimos a los perjuicios o daños morales, se estima como tales, no sólo los que realmente son daños de esta clase, sino tam-bién los perjuicios de tal índole que con el delito se causan a la víctima directa e indirecta del mismo.

Es oportuno aclarar que, el monto de esta indemnización (daños morales) debe ser por equivalencia. Esto significa que se debe buscar un equivalente, que va a tener la función compensatoria, y que trate de poner en una situación no idéntica, pero sí lo más igual posible a la que se tenía antes del acontecimien-to dañoso. El mejor equivalente que cumple esa función es el dinero. Debe advertirse que en ningún momento se está comerciando con los bienes que integran el daño moral, sino que el fin de la reparación por este medio, es el

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de otorgar una satisfacción por la lesión que sufrió un individuo, considerando las condiciones personales de éste y la entidad de los procedimientos sufridos. Así, cobra vital importancia el análisis de la gravedad objetiva del daño, la edad y personalidad de la víctima, su situación familiar, social, cultural, etc. (Malváez Contreras s.a)

En la legislación guatemalteca se le da la denominación de perjuicios, a las ganancias lícitas que deja de percibirse y que deben ser consecuencia inmediata y directa de la contravención, ya sea que se hayan causado o que necesariamen-te deban causarse1. Pretensión que debe ser reclamada en el proceso penal, pero que se debe puntualizar el monto de los perjuicios, a través de argumentos fácticos y jurídicos.

6. TRATAMIENTO LEGAL A ESTA PROBLEMÁTICA DE REPARACIÓN DEL DAÑO A LAS VÍCTIMAS DEL DELITO, A TRAVÉS DEL DEVENIR HISTÓRICO DE LA HUMANIDAD Y SUS FORMAS DE ORGANIZACIÓN E INSTITUCIONALIZACIÓN

La reparación del daño producido por una conducta ilícita es conocida desde los más remotos tiempos, la encontramos en el código de Hammurabi (l728-1686 AC), en las Leyes de Manú (s VI AC) y en las Doce Tablas Romanas (s.V AC).

En el Código de Hammurabi se obligaba al delincuente a compensar a su víctima. En casos de robo o daño debía restituir treinta veces el valor de la cosa. Cuando el delincuente era insolvente el Estado (la ciudad) se hacía cargo de reparar el daño a la víctima o, a su familia en los casos de homicidio.

En las leyes de Manú, la compensación es considerada como penitencia, y se extiende a los familiares en caso de desaparición de la víctima.

En las Doce Tablas el ofensor está obligado, en todos los casos de delito y cuasi delito, al pago de daños y perjuicios. Así, en los casos infraganti de robo, se paga el doble de lo robado, en los demás, será el triple. En otros delitos se toma en cuenta la calidad de la víctima y las circunstancias del hecho.

1 Código Civil, Decreto Ley 106. Artículo 1,434.

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En el Congreso Penitenciario de Roma (noviembre 1885), Garófalo, que propuso las multas en beneficio de una caja, que sirviera para compensar a las víctimas del delito, esta multa sería proporcional a la fortuna del delincuente. Los deudores solventes serán detenidos hasta que paguen y los insolventes su-frirán descuentos de su salario, hasta extinguir la deuda.

En 1885, en el célebre Primer Congreso de Antropología Criminal cele-brado en Roma, Garófalo presenta las mismas conclusiones y Ferri, Fioretti y Venezian propusieron que la reparación es de interés inmediato para el perju-dicado y para la defensa social preventiva y represiva del delito; por lo tanto, manifiestan el deseo de que las legislaciones positivas pongan en práctica en los procesos, lo más pronto posible, los medios más convenientes contra los auto-res del daño, los cómplices y los encubridores, considerando la realización de la reparación como una función de orden social, confiada de oficio a las siguientes personas: Al Ministerio Fiscal durante los debates, a los jueces en las condenas y a la administración de las prisiones, en la recompensa eventual del trabajo penitenciario y en las propuestas de liberación condicional2.

En 1889, el tema vuelve a tratarse en el Congreso de Derecho Penal en Bruselas y en el Congreso Jurídico de Florencia de 1891, en el que se contempla el embargo preventivo y la hipoteca de los bienes del victimario para garantizar la reparación a la víctima.

En 1891, el Congreso de la Asociación Penal Internacional (Cristiania) in-siste en la utilización y el trabajo del reo para la reparación. El Congreso Pe-nitenciario de París (1895) reitera la preocupación del abandono a la víctima.

En el momento actual, la reparación existe como obligación material en todas las legislaciones del mundo y se encuentra también en prácticas tradicio-nales, como en el Derecho Consuetudinario Africano, en el Sariah Islámico y en los países asiáticos (India, Pakistán, Filipinas, etc.)3.

En el Derecho consuetudinario africano se utilizaría dinero de sangre, que debía pagarse en los casos de homicidio; obligación que recaía sobre todos los hombres adultos del grupo al que pertenecía el infractor (Somalia).

La diyya es la indemnización que paga el infractor o sus familiares a la víc-tima o a la familia de esta y la kassana que prevé la compensación de la víctima a cargo del Estado, ambas en el Shariah Islámico.

2 Garófalo, Raffaele, Op. Cit. (indemnización), p 126.3 Cfr ONU. Op. Cit. (Directrices), E/AC 57/1984/14,t 15.

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En los países asiáticos se prevén el arreglo de controversias, sin recurrir a los tribunales ordinarios, mediante la mediación y el arbitraje, como por ejem-plo: los panchayats, indios; los diyats, pakistaníes y los baranguays,filipinos.

En Alemania se maneja el Wiedrgutmachung, que es la compensación e indemnización a las víctimas de violaciones masivas de derechos, y a la Weltans-chawng que es el “remediar una injusticia”.

En nuestra legislación actual, lo relativo a la responsabilidad civil y conse-cuente reparación del daño, tiene sus antecedentes en el Código Penal de 1877, en el artículo 13, el cual establecía: “Toda persona responsable criminalmente de un delito o falta, lo es civilmente”. Asimismo, el artículo 33 del Código Penal de 1889 señalaba idéntica regulación, en los artículos posteriores, además de “. . .si fueren dos o más los responsables de un delito o falta, los tribunales seña-larán la cuota de que deba responder cada uno”.

Como se puede observar en el Código Penal de 1877, la responsabilidad ci-vil ex delicto pasó al Código Penal de 1889, adoptándose una estructura seme-jante en el Código Penal de 1936, en el que se contemplaba, por un lado, a las personas responsables civilmente de los delitos y faltas y por otro se regulaba el contenido de las responsabilidad civil y las costas procesales.

Cabe afirmar, en términos generales y de acuerdo con documentos de la Organización de las Naciones Unidas que reflejan el sentir general, que el de-lincuente, bien se trate de una persona individual o colectiva, es decir una orga-nización económica o entidad comercial, un estado o un grupo de individuos, a quien quepa imputar una conducta que resulte en una violación de derecho, debe considerarse responsable de la reparación debida a la víctima de dicha conducta, y debe estar sujeto a cualquier otro tipo de sanciones y medidas co-rrectivas que, al tenor de las circunstancias, resulte justo y adecuado imponerle.

Así, la norma 5 de la Declaración dice: Se establecerán y reforzarán, cuando sea necesario, mecanismos judiciales y administrativos, que permitan a las vícti-mas obtener reparación mediante procedimientos oficiales u oficiosos que sean expeditos, justos, poco costosos y accesibles. Se informará a las víctimas de sus derechos para obtener reparación mediante esos mecanismos.

Y la norma 8 agrega: Los delincuentes o los terceros responsables de su con-ducta resarcirán equitativamente, cuando proceda, a las víctimas, sus familiares o las personas a su cargo. Ese resarcimiento comprenderá la devolución de los bienes o el pago por los daños o pérdidas sufridos, el reembolso de los gastos realizados como consecuencia de la victimización, la prestación de servicios y la rehabilitación de derechos.

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Zaffaroni, en su notable informe sobre sistemas penales y derechos hu-manos en América Latina (1986, Pág. 96) se ocupa del tema, señalando que la reparación del daño es una medida de planificación social, por lo que debe fomentarse, haciendo que el condenado pruebe haber indemnizado a la víctima antes de obtener cualquier beneficio, creando fondos de reparación, posibilitan-do la extinción o suspensión de la acción penal, cuando el procesado hubiere reparado el daño, extendiendo el plazo de la prescripción a la acción civil emer-gente, etc.4

7. NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACCIÓN CIVIL Y LEGISLACIÓN NACIONAL VIGENTE

Con carácter previo al análisis de las cuestiones fundamentales, que presenta el ejercicio de la acción civil en la práctica forense, es conveniente realizar algunas consideraciones acerca de su naturaleza. La cuestión no debiera plantear espe-ciales dificultades, como se ha dicho, pues basta con acudir al artículo 112 del Código Penal. Siendo evidente que en la ley sustantiva penal otorga una legi-timación para el ejercicio de una acción de naturaleza privada, cuyo contenido debe suscribirse a la institución resarcitoria.

El hecho de que la responsabilidad civil, cuyo contenido puede reclamarse en el proceso penal, encuentra su regulación sustantiva en el Código Penal, ha oscurecido durante años la comprensión de esta Institución. A ello ha con-tribuido, sin lugar a dudas, el peculiar régimen procesal al que se encuentra sometida la pretensión reparadora de las secuelas de la actividad ilícita de los defensores. A estas circunstancias, que históricamente propiciaron una cierta confusión acerca de la naturaleza de la institución, se han sumado la entrada en vigencia, a partir de 1 de julio de 1994, del sistema procesal que rige en Guate-mala, en el cual se estatuyen momentos procesales y formas específicas para su reclamación. En el mismo sentido, se perfilan las reformas del Código Procesal Penal, contenidas en los decretos Números 18-2010 y 7-2011, del Congreso de la República de Guatemala. En ellos se aprecia, de manera más sencilla e inme-diata, la intervención de la víctima y lo relativo a la reparación del daño sufrido a consecuencia del delito.

4 Vid. Rodríguez Manzanera, Luis. (2010). Victimología. Décimo segunda edición. México, Editorial Porrúa.

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Dentro de los artículos que se refieren a este tema encontramos, especí-ficamente, el artículo 5 Fines del Proceso. “El proceso penal tiene por objeto la averiguación de un hecho señalado como delito o falta... La víctima o el agraviado y el imputado, como sujetos procesales, tienen derecho a la tute-la judicial efectiva”. 117. Agraviado, este Código denomina agraviado: 1. A la victima afectada por la comisión del delito; 2. Al cónyuge, a los padres o a los hijos de la víctima, y a la persona que conviva con ella en el momento de cometerse el delito; 3. A los representantes de una sociedad por los delitos cometidos contra la misma y a los socios respecto a los cometidos por quienes la dirijan, administren o controlen. Y, 4. El agraviado, aun cuando no se haya constituido como querellante adhesivo, de conformidad con el presente código, tiene derecho a: a). Ser informado sobre los derechos que le asisten en el proce-dimiento Penal. b). Recibir asistencia médica, psicosocial, o cualquier otra que tenga por objeto reducir las secuelas del hecho delictivo. c). . . d). . . e). A recibir resarcimiento y/o reparación por los daños recibidos. f). A recibir protección cuando su integridad física corra peligro, como consecuencia de la persecución penal en contra del sindicado. g). A que existan mecanismos que disminuyan los riesgos de victimización secundaria durante el proceso penal. El Ministerio Público estará obligado a garantizar estos derechos por medio de sus órganos correspondientes pudiendo, para el efecto, realizar convenios con instituciones públicas o privadas”. 124. Derecho a la reparación digna. La reparación a que tiene derecho la víctima comprende la restauración del hecho afectado por el hecho delictivo, que inicia desde reconocer a la víctima como persona, con to-das sus circunstancias como sujetos de derechos contra quien recayó la acción delictiva, hasta las alternativas disponibles para su reincorporación social, a fin de disfrutar o hacer uso lo más pronto posible del derecho afectado, en la medi-da que tal reparación sea humanamente posible y, en su caso, la indemnización de los daños y perjuicios derivados de la comisión del delito.

La declaración de responsabilidad civil será ejecutable cuando la sentencia condenatoria quede firme. Si la acción reparadora no se hubiere ejercitado en esta vía, queda a salvo el derecho de la víctima o agraviado a ejercerla en la vía civil.

Ha quedado claro que la responsabilidad civil, de la que se habla, es la derivada del delito, la que se ha producido en forma lenta a través de los siglos, partiendo de la Lex Aquilia, la que alcanza su máximo desarrollo en la época actual, como consecuencia del desarrollo industrial y la necesidad de evitar que existan daños no resarcidos, porque su autor no resulta fácilmente identificable.

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8. CONTENIDO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Resulta de utilidad describir el contenido de la responsabilidad civil, siendo lo más relevante:

8.1. La restitución

La acción de restitución hace referencia a la acción de volver una cosa a quien la tenía o a restablecer una cosa al estado que antes tenía. Su función, en con-secuencia, no es la de eliminar o neutralizar el daño causado mediante la pres-tación de un equivalente o compensación, sino propiamente la de dejar las cosas como estaban, suprimiendo o borrando el daño causado. Su objeto, más que reparar los efectos nocivos del delito, es evitarlos en todo o en parte. Por lo tanto, la restitución es siempre obligatoria, sí puede hacerse, y la misma debe ser ordenada en la parte dispositiva del fallo, si la cosa sustraída se recuperó y, si por cualquier circunstancia no hubiere sido entregada a su dueño (que puede ser o no la víctima), durante el curso del proceso. La restitución se entiende, no necesariamente, con el autor del delito sino con quien tenga el bien en su poder. La restitución consiste en que el delincuente o la persona que, sin serlo, responde civilmente de sus hechos, devuelva al dueño las cosas u objetos de que, por los actos de aquel, quedó privado (Reyes, 1958: Pág. 220). Definición que, como bien lo afirma dicho autor, abarca tanto los supuestos de unidad de responsable civil y penal, como aquellos casos en que desdobla la figura de am-bos responsables y, además, contiene un aspecto totalitario, en cuanto requiere que se devuelva a su dueño todo aquello de lo que el mismo quedó privado por el delito (Reyes, 1958: Pág. 220).

8.2. La reparación de daños causados

Es importante tener presente que la restitución se distingue de los conceptos de reparación de daños e indemnización de perjuicios, porque aquella, “. . .No pertenece técnicamente a la institución jurídica de la reparación del daño” (Aranguena,1991:Pág. 243). A este respecto basta tener presente, y al margen de otras consideraciones, que mientras el derecho a la restitución se circuns-cribe, específicamente a la devolución de la cosa, el resarcimiento abarca, no solamente la indemnización de la disminución del valor que hubiere sufrido la cosa por deterioro o menoscabo, o el pago de su valor equivalente, en caso de

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no ser posible su devolución, sino también la indemnización de los daños no patrimoniales. En resumen, el resarcimiento se extiende tanto a los daños sufri-dos por la cosa, incluyendo la eventual devolución de su valor, en caso de que desaparezca (daños patrimoniales), como a los no patrimoniales o morales5.

8.3. La indemnización de perjuicios

Por su parte, la acción de indemnización de perjuicios, que comprende tanto los materiales como los morales, abarcará, no sólo los que se hubiesen causado al agraviado, sino también los que se hubieren irrogado por razón del delito, a su familia o a un tercero. Los tribunales regularán el importe de la indemnización (Landrove, 1976: Pág. 159).

La reparación del daño, causado a la víctima de un delito, es una antigua preocupación entre los juristas y criminólogos. La necesidad de la reparación del daño es un tema en que todos los autores de todas las escuelas están de acuerdo. No parece haber excepción. El tema de la reparación ha sido uno de los favoritos en materia Victimológica, se ha tratado en diferentes simposios y se han ocupado de él todos los victimólogos.

9. FORMAS DE REPARACIÓN DEL DAÑO

Al decir del doctrinario Jorge Malvaez Contreras, que se debe tener bien cla-ro que existen diversas formas de reparación del daño, dependiendo del bien jurídico lesionado por el hecho, podemos decir que las más comunes son: la reparación natural y la reparación por equivalencia.

9.1. La reparación natural, es aquella que hace posible que las cosas vuel-van al estado en que se encontraban antes de producirse el evento dañoso, es decir, mediante el desagravio, existe una igualdad de con-diciones antes y después del hecho ilícito, aquí nos referimos al verbo daré, es decir, restaurar las cosas a su primitivo estado.

5 Lo anterior aconseja deslindar la acción de restitución de la de resarcimiento, pu-diendo decirse, que esta última está dirigida a poner un acto la responsabilidad civil estictu sensu. La restitución, por tanto, habida cuenta de las importantes peculiari-dades que connota, no formaría parte de la aludida responsabilidad, sino que sería un concepto más, integrante del grupo de las responsabilidades pecuniarias.

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9.2. La reparación por equivalencia se da cuando no es posible el des-agravio perfecto, ya que las cosas no pueden estar en una situación idéntica a la que tenían antes del daño. En este caso se buscará un equivalente, que va a tener una función compensatoria, que trate de poner en una situación si no idéntica, lo más igual posible a la que tenía antes del acontecimiento dañoso. El medio mejor que cumple con esa función es el dinero. Aquí entra en juego el verbo facere, es decir, una indemnización adecuada en dinero y fijada de acuerdo a la gravedad del daño causado. Debido a la facilidad que ofrece la indem-nización en dinero, esta es la más usual en nuestro sistema jurídico.

10. NATURALEZA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL EX DELICTO Y ELEMENTOS CARACTERÍSTICOS DE DICHA RESPONSABILIDAD CIVIL

Desde tiempos inmemorables se discute la naturaleza de la responsabilidad ci-vil, derivada de un delito o falta, dando una serie de soluciones no fácilmente conciliables. Dentro de ellas están: a) se trata de una exclusividad del Derecho Penal, porque proviene de un delito o falta; b) se estima su manutención en la materia civil; y c) se le otorga una naturaleza mixta, dado que la responsabilidad es eminentemente civil, pero que se ejercita y se desarrolla en lo penal.

Como parte final del presente trabajo, considero necesario discurrir en lo que respecta a los elementos característicos de la responsabilidad civil ex delic-to, los que se resumen de la forma siguiente: a) existencia real de daños o per-juicios; b) cuantía de los mismos; c) fundamentación de los hechos que motivan el resarcimiento; d) existencia de la relación causal entre los hechos delictivos con el daño o perjuicio que se pretende reparar; e) identificación de la persona civilmente imputable.

De conformidad con el artículo 124 del Código Procesal Penal, reformado por el Decreto número 7-2011 del Congreso de la República, para el ejercicio de la acción civil se lleva a cabo, dentro del tercero día, una audiencia para dis-cutir lo relativo a la Reparación digna a la víctima, siempre que la sentencia de responsabilidad penal haya sido de condena; en la cual la víctima, a través de su abogado auxiliante o en su defecto por el fiscal del Ministerio Público, presenta-rán sus respectivos medios probatorios para acreditar lo pedido. Su fundamento lo encontramos en el artículo 126 del Código Procesal Civil y Mercantil, el cual dice: “Las partes tienen la carga de demostrar sus respectivas proposiciones de

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hecho. Quien pretende algo ha de probar los hechos constitutivos de su pre-tensión. . .”. Ello es congruente con el numeral 2 del citado artículo 124, el cual preceptúa: “. . . En la audiencia de reparación se deberá acreditar el monto de la indemnización, la restitución y, en su caso, los daños y perjuicios conforme a las reglas probatorias y,. . .”

El juzgador debe ser muy cuidadoso, al momento de resolver lo relativo a la Reparación digna, a efecto de mantener el equilibrio entre los sujetos proce-sales. De esta manera hace valer la tutela judicial para cada una de las partes actuando, ante todo, con justicia. La Corte Suprema de Justicia ha sustentado: … la responsabilidad penal y, por tal razón, a nadie puede condenarse al pago de la primera, sin haber sido declarado, previamente, autor responsable de UN DELITO DETERMINADO […]” Sentencia del 7 de enero de 1982, Gaceta de los Tribunales, primer semestre 1982, 19-25. En la misma dirección se puede ver en la sentencia del 14 de enero de 1982, Gaceta de los Tribunales, primer semestre 1982, 47-51. El Juzgador, utilizando la sana crítica razonada, debe valorar la prueba que para el efecto aporten las partes y tener muy claro qué aspectos en-tran en este rubro de Responsabilidad civil. Tomar en cuenta que la reparación civil, derivada del delito, aparece como cuestión secundaria frente a la Teoría del Delito y de la Pena cuando, en realidad, esa reparación económica es el interés primordial o único que lleva a muchos ante la jurisdicción penal.

En relación con el tema de la reparación digna, establecida en el Código Procesal Penal, a través de la reforma contenida en el Decreto número 7-2011, la cual tiene por objeto eliminar las injusticias que de manera permanente y recurrentemente, soportan las víctimas de delitos, en la búsqueda de la tutela judicial efectiva, mediante las normas contenidas en la Constitución Política de la República, en tratados o convenios internacionales en materia de derechos humanos; en leyes ordinarias y especiales de la legislación interna; asimismo mediante la solución de conflictos como lo es la mediación y la conciliación. Y, finalmente, lo relativo a la reparación del daño causado a las víctimas del ilícito penal.

Con dicha reforma a la ley procesal ya relacionada, se ha dado un paso tras-cendental a los derechos resarcitorios de la víctima de delitos, pues, en el mismo sentido, dicha reforma ha derogado artículos que han constituido un obstáculo al pleno y efectivo ejercicio de los derechos de las víctimas en el proceso. La nueva normativa constituye un punto de partida para la realización de la jus-ticia de las víctimas de delitos. Derivado de ello, la interpretación de la norma ha de realizarse de manera extensiva en beneficio de las víctimas de delito, por supuesto siempre que no se vulneren o conculquen derechos fundamentales de las otras partes del proceso.

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De conformidad con el artículo 124 del Código Procesal Penal entendemos por derecho a la reparación digna de la víctima, lo relativo a restauración del de-recho afectado por el hecho delictivo, hasta las alternativas disponibles para su reincorporación social, a fin de disfrutar o hacer uso, lo más pronto posible, del derecho afectado, en la medida que tal reparación sea humanamente posible y, en su caso, la indemnización de los daños y perjuicios derivados de la comisión del delito. Dicho precepto legal tiene plena congruencia con el artículo 117 del mismo cuerpo legal; de donde se infiere que los juzgadores estamos llama-dos a eliminar y excluir todo obstáculo o dilatación indebida del proceso, que, aún y cuando sean opuestas por el imputado o la misma víctima, las que no constituyen legítimas pretensiones, sino por el contrario, pretensiones espurias que inhiben o postergan la respuesta que el proceso debe proveer en un caso concreto, debiendo impulsar el proceso por parte de los juzgadores a una tutela judicial efectiva de la víctima conforme a las legítimas pretensiones, resolviendo de una manera más justa el conflicto sometido a la jurisdicción penal; siendo la reparación digna un derecho fundamental de las víctimas de delito y una de las manifestaciones más idóneas de la justicia restaurativa.

El sujeto activo del delito, especialmente en aquellos que delinquen de ma-nera reiterada, por ser el crimen su modus vivendi; regularmente eligen su vícti-ma dentro de los grupos vulnerables, por ejemplo: la víctima femenina: mujeres golpeadas, mujeres abusadas, mujeres indígenas, mujeres marginadas, mujeres sin instrucción, ancianos, la víctima menor de edad; niños de 0 a 13 años, en todas sus manifestaciones, tal como el maltrato por sus propios progenitores, hasta violaciones por sus parientes dentro de los grados de ley y por quienes tienen la representación de dichos niños. Ante tales violaciones a los derechos de las víctimas de grupos vulnerables, como los apuntados con anterioridad, es de carácter urgente y obligatorio que el Estado cumpla con su deber de brindar la seguridad respectiva a sus ciudadanos. Ante tal omisión debe cumplir con apoyar a las víctimas de delitos en lo que respecta al derecho de la Reparación Digna, a consecuencia del delito. Es atribución de los juzgadores velar por una pronta y cumplida justicia en el tema de los derechos resarcitorios de las víc-timas del delito, garantizando, de esta manera, la tutela judicial efectiva de la parte vulnerable que ha sido afectada por la comisión del delito.

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11. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Álvarez Mancilla, Erick Alfonso (2005). Teoría General del Proceso. Guatemala. Centro Editorial Vile.

Aranguena Fanego, Coral. (1991). Teoría General de las medidas cautelares en el Proceso Penal. España, J.M Bosch editor S.A.

Cabanellas, Guillermo. (1979). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. 14ª. Edición. Editorial Heliasta S.R.L.

Carnelutti, Francesco (1994). Sistema de derecho procesal civil, Argentina, Edi-torial UTHEA.

Couture, Eduardo J., (1978). Fundamentos del derecho procesal civil. Argen-tina, Editorial Depalma.

González Álvarez, Roberto. (2008). El derecho a una tutela jurisdiccional efec-tiva: el mito de una serendipia procesal. Perú, Revista Iberoamericana de Derecho Procesal Garantista.

González Pérez, Jesús. (1985). El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva.segunda edición. España, Editorial Civitas.

Landrove Díaz, Gerardo. (1976). Las consecuencias jurídicas del delito. Espa-ña, JM. Bosch Editor, S.A.

Malváez Contreras, Jorge. La Reparación del Daño al Ofendido o víctima del delito. México, Editores Porrúa.

Reyes Montereal, Juan María. (1958). Acción y responsabilidad Civil deriva-das de delitos y faltas. España, Gráfica menor.

Rodríguez Manzanera, Luis. (2010). Victimología. México, Editorial Porrúa.

Zaffaroni, Raúl (Coordinador). (1986). Sistemas Penales y derechos Humanos en América Latina. Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Argentina. Editorial de Palma.

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Normativa

Asamblea Nacional Constituyente, Guatemala, (1985) Constitución Polí-tica de la República de Guatemala,

Congreso de la República de Guatemala (1989) Ley del Organismo Judi-cial, Decreto 2-89.

Congreso de la República de Guatemala (1973) Código penal, Decreto 17-73,

Congreso de la República de Guatemala (1992) Código Procesal Penal, Decreto número 51-92 y sus reformas.

Declaración Universal de Derechos Humanos.

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JUAN LUIS CANO CHÁVEZ*

* Abogado y Notario (URL) graduado con distinción cum laude, reconocimiento a la excelencia landivariana, así como mención honorífica en su tesis de gradua-ción. Magíster Artium en Derecho Penal y Procesal Penal con distinción cum laude (UMG). Doctorado en Derecho Constitucional (pensum cerrado, UMG). Asesor jurídico en la Cámara de Amparo y Antejuicio, en la Presidencia del Organismo Judicial. Actualmente desempeña el cargo de Letrado en la Vocalía I de la Corte Suprema de Justicia (Cámara Civil).

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INTERPRETACIÓN DEL DERECHO COMUNITARIO CENTROAMERICANO

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Tabla de contenido

1. GUATEMALA Y EL PROCESO DE INTEGRACIÓN REGIONAL 63

2. CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA Y SUS FUNCIONES 64

3. CONSULTA PREJUDICIAL 66

4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 76

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1. GUATEMALA Y EL PROCESO DE INTEGRACIÓN REGIONAL

Guatemala y resto de Estados centroamericanos, desde hace más de se-senta años, han buscado la integración de la región, principalmente en el plano económico y político. Para tal efecto, fue indispensable su

estructuración en el plano normativo, esto a través de un tratado marco o fun-dacional, el cual quedó establecido en la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) de 19511. Derivado de éste, es viable encontrar una serie de cuerpos normativos (tratados) principalmente en materia económi-ca (Tratado de Integración Regional Económica de 1960).

Posteriormente, en 1962, dicha Carta fue reformada para hacer más ex-plícito el proceso de integración regional y crear órganos que facilitaran dicho

1 Este instrumento constituye el primero que busca el establecimiento de una inte-gración política, para dar paso a una Comunidad de Estados; pues, si bien en Eu-ropa se suscribió, aproximadamente seis meses antes el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), este se limitaba a establecer un mercado común entre los estados miembros, sobre dichos bienes. Es hasta con el Tratado de la Comunidad Económica Europea (CEE) de 1957, que en Europa se establece un tratado marco.

Resumen

Este trabajo aborda, de forma sucinta, lo relativo a la consulta prejudi-cial. Se analizan sus elementos más relevantes, así como las funciones que desarrolla dentro de un ordenamiento jurídico comunitario, espe-cialmente para la uniformidad en la interpretación y aplicación de dicho derecho y para la convivencia pacífica de los órganos jurisdiccionales.

Se describe el procedimiento al verificar cuáles son los presupuestos de procedencia, las fases procesales y los efectos jurídicos de la sentencia. Todo lo anterior con base en un análisis jurídico y doctrinario, que se auxilia del examen comparativo de la legislación europea.

Palabras clave: Corte Centroamericana de Justicia, derecho comuni-tario, consulta prejudicial, unificación de la interpretación, cooperación entre órganos jurisdiccionales.

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objetivo, lo cual influyó en la emisión de una gran cantidad de tratados que ver-saban sobre aspectos de integración regional2. Es a partir de dicho instrumento internacional, hasta la suscripción de su protocolo, con posterioridad, que se emite la mayor cantidad de normativa regional.

Finalmente, en diciembre de 1991, se suscribió el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos, que vino a renovar la estructura organizativa del proceso de la integración regional. Por la finalidad del presente artículo, únicamente se referirá a uno de ellos.

2. CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA Y SUS FUNCIONES

La Corte Centroamericana de Justicia (en lo sucesivo CCJ) desempeña la fun-ción de ser el órgano jurisdiccional comunitario, esto implica que a ella se le ha encomendado garantizar el respeto del derecho, en la interpretación y ejecución del Protocolo de Tegucigalpa, así como de los textos complementarios o deriva-dos de aquel (artículo 12 de ese instrumento).

El artículo relacionado le confiere a dicho órgano supranacional, la jurisdic-ción en materia de derecho comunitario. Aunado a lo anterior, el artículo 35 del Protocolo relacionado, en su párrafo segundo regula: “Toda controversia sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el párrafo anterior, deberá someterse a la Corte Centroamericana de Justicia”.

Ahora bien, las competencias de dicha Corte se encuentran contenidas en el Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia (en lo sucesivo el Estatuto). Este fue suscrito en diciembre de 1992, aprobado mediante el Decreto número

2 En el presente artículo se podrá observar que, para referirse a las normas emanadas de los órganos establecidos dentro del proceso de integración regional, en algunas ocasiones se les identifica como tratados y, en otros apartados se les denomina nor-mas comunitarias o de derecho comunitario. La distinción se debe, al menos para el caso de Guatemala, que hasta la entrada en vigencia de la actual constitución (artículo 171 literal l) numeral 2), que reconoce la existencia de un ordenamiento jurídico centroamericano, en los textos constitucionales previos no se hacía refe-rencia a dicho aspecto, sino únicamente a los tratados, con lo cual no se le confería el reconocimiento de supranacionalidad.

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78-2007 del Congreso de la República y ratificado por el Ejecutivo. Este empezó a surtir sus efectos jurídicos el 20 de febrero de 20083.

En su artículo 22 del Estatuto se establecen las competencias de la CCJ, las cuales pueden considerarse muy amplias (doce competencias específicas), espe-cialmente si se compara con otros órganos jurisdiccionales, de la misma natura-leza. Estas implican que dicho órgano pueda asumir las siguientes funciones: a) tribunal internacional (resolución de conflictos -territoriales- entre Estados par-te, así como entre uno parte y otro no); b) tribunal comunitario (contencioso y consultivo); c) tribunal administrativo; d) órgano encargado de la armonización de la legislación nacional de los estados parte; y, e) tribunal constitucional y ordinario (resolver conflictos entre poderes de un Estado y verificar el respeto de los fallos judiciales).

Ahora bien, como se señaló previamente, la competencia derivada como tribunal de justicia comunitaria se integra por: a) casos contenciosos; y, b) eva-cuación de consultas que le son efectuadas. En cuanto al primer inciso son todos aquellos casos, en los que alguna de las partes expone como pretensión la vulneración a la normativa comunitaria (literales b), c) y g) del artículo 22 del Estatuto). En torno a la función consultiva, ésta se refiere a las consultas que son sometidas por los órganos facultados legalmente, a efecto que la Corte se pronuncie sobre las mismas (literales d), e) y k) del artículo 22 del Estatuto).

Es pertinente traer a colación lo establecido en el artículo 3 del Estatuto referido, en el cual se indica que lo resuelto por dicha Corte causa cosa juzgada, aunado a que la doctrina (sentencias) que emita, tendrá efectos vinculantes para todos los estados y órganos del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), así como los sujetos de derecho privado. Esto incluye las consultas que le sean efectuadas, pues el artículo 24 del Estatuto señala que las consultas que sean evacuadas por la CCJ, relativas al SIC, serán obligatorias.

El presente artículo tiene por objeto enfocarse únicamente en una de las competencias de la Corte relacionada, específicamente en aquella consultiva, en cuanto a la consulta prejudicial, precisamente por la íntima relación que tiene con el devenir de los procesos judiciales que versan sobre normas comunitarias.

3 El Decreto del Congreso de la República, que incorporó el Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, fue derogado parcialmente por el Decreto número 36-2008, por lo que quedó vigente únicamente el artículo 1, que es precisamente el que aprueba dicho Estatuto; por lo que éste no se ve afectado.

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3. CONSULTA PREJUDICIAL

Previo a entrar a profundizar sobre este mecanismo comunitario de consulta, es pertinente hacer referencia a ciertos aspectos generales, que permitirán com-prender de mejor manera dicha consulta.

El derecho comunitario, como bien lo indica el profesor Guy Isaac, es “un conjunto organizado y estructurado de normas jurídicas que dispone de: a) fuentes propias, b) órganos de producción normativa también propios, sujetos a procedimientos y esquemas de relaciones reglados y c) un sistema judicial de garantía de su aplicación interpretación uniforme” (1991: p. 61).

En el caso de la región centroamericana, el desarrollo de un derecho co-munitario tiene su punto de partida a partir de las Cartas de la ODECA y, en la actualidad, por medio del Protocolo de Tegucigalpa (SICA). ‘En este último se indica qué estados son miembros, y que ellos accedieron a la creación de una estructura para reforzar la integración regional y le confirieron competencias propias a cada uno de los órganos, así como un ente encargado de garantizar el cumplimiento del ordenamiento jurídico comunitario. Esto permite apreciar la existencia de un verdadero derecho comunitario centroamericano.

Esto es acorde a lo regulado en el artículo 171 literal l) numeral 2 de la Constitución Política de la República de Guatemala, que reconoce la existencia de un ordenamiento jurídico centroamericano (derecho comunitario); además, faculta la cesión o transferencia de competencias, siempre y cuando se cumplan los presupuestos contenidos en dicha norma constitucional.

Ahora bien, la existencia de un ordenamiento de esta índole, no implica que la comunidad de estados absorba todas las atribuciones y competencias de los estados, o inclusive a los mismos estados, ya que esto sería propio de una confederación, o una, federación; por lo que, la aplicación y garantía del dere-cho comunitario le corresponde a los órganos nacionales competentes. Lo an-terior, constituye el principio de subsidiariedad del derecho comunitario (como también acontece con el derecho internacional).

Este principio cobra especial relevancia en el ámbito jurídico, ya que las diversas normas que emanan de los órganos comunitarios centroamericanos deben ser aplicadas y, en caso de incumplimiento, el mismo debe ser requerido ante los órganos competentes (administrativos o jurisdiccionales). Únicamente, si estos inobservan aquellas, pueden acudir ante el órgano jurisdiccional comu-nitario.

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Es precisamente por este principio, que se reguló como competencia de la CCJ la consulta prejudicial. Porque a través de ésta se pretende lograr la aplica-ción e interpretación uniforme del derecho comunitario, por parte de todos los órganos jurisdiccionales competentes de los estados miembros.

Para tal efecto, la literal k) del artículo 22 del Estatuto contempla la figura de la consulta prejudicial, como competencia de dicho órgano; sobre el parti-cular establece:

Resolver toda consulta prejudicial requerida por todo Juez o Tribu-nal Judicial que estuviere conociendo de un caso pendiente de fallo, encaminada a obtener la aplicación o interpretación uniforme de las normas que conforman el ordenamiento jurídico del “Sistema de la Integración Centroamericana”, creado por el “Protocolo de Tegucigal-pa”, sus instrumentos complementarios o actos derivados del mismo.

Resulta ineludible hacer referencia, a que dicha competencia encuentra su origen en el derecho comunitario europeo, específicamente en el Tratado de Roma (que estableció la Comunidad Económica Europea), así como el de Maas-tricht, el cual, en su artículo 234 establecía dicha competencia al Tribunal de Justicia para interpretar dicho derecho. Aunque cabe señalar que se establecía la existencia de una consulta prejudicial facultativa y una obligatoria (cuando las decisiones emitidas no son susceptibles de ulterior recurso)4.

3.1. Funciones de la consulta prejudicial en el derecho comunitario

Se ha expuesto que el derecho comunitario debe ser aplicado por los órganos de los estados miembros, a esta actividad jurisdiccional se le ha denominado con-trol de comunitariedad (Fernández Segado, 2009: p. 1205). En efecto, los dere-chos emanados de aquellas normas tienen como destinatarios no a los estados, sino a los particulares de éstos, por lo que estos son exigibles ante los órganos nacionales, porque forman parte del ordenamiento jurídico de los estados5.

4 En la actualidad se encuentra regulado en el artículo 267 del Tratado de Lisboa, cuya redacción es idéntica a la anterior.

5 A esta conclusión arribó el Tribunal de Justicia en el caso Simmenthal, por lo que al ser normas positivas le compete a los órganos jurisdiccionales nacionales su aplicación. De igual forma se indicó: “El juez nacional encargado de aplicar, en el marco de su competencia, las disposiciones del Derecho comunitario, está obliga-

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Esta particularidad conlleva una serie de problemas, entre ellos, la interpre-tación y aplicación, con criterio propio, del derecho comunitario por los órganos jurisdiccionales nacionales; esto implica, una posible falta de uniformidad en los diversos estados, pese a ser normas comunes a todos estos. Y también la existencia de un conflicto entre la aplicación del derecho comunitario frente al derecho interno (aunque aquel forme parte de éste).

Para evitar lo anterior se estableció la consulta prejudicial, que también es denominada doctrinariamente como cuestión prejudicial (no debe confundirse con el obstáculo a la persecución penal regulado en nuestro Código Procesal Penal), incidente de prejudicialidad o reenvío prejudicial. Ya que ésta, por su naturaleza, permite solventar aquellas dificultades.

3.1.1. Función unificadora de la interpretación

Al inicio del presente se indicó, que si bien el proceso de integración regional se desarrolló en dos grandes ejes: el económico y el político, también es cierto que el mismo, para su impulso, debía sustentarse en el marco de un ordenamiento jurídico, por lo que podría afirmarse que la comunidad posee una esencia de naturaleza normativa.

El sistema jurisdiccional encargado de la aplicación del derecho comuni-tario tiene como característica ser descentralizado, en el sentido que todos los órganos jurisdiccionales de los estados miembros son los competentes para conocer y resolver las controversias que se deriven de la inaplicación de aquel derecho.

Uno de los objetivos de la integración regional es la unificación, como acontece en el ámbito del derecho, a través de la cual se buscan establecer cuer-pos normativos homogenizados para todos los miembros. Pero esto constituye únicamente el primer elemento, ya que la existencia de normas comunitarias per se no implica que exista una unificación de dicho derecho.

A la vez, es pertinente que los entes encargados por la aplicación del mismo resuelvan las controversias que se susciten ante ellos, con criterios uniformes; caso contrario, la existencia de normativa comunitaria carecería de sentido, por-que tendría más un carácter ordinario nacional. Esto implicaría la falta de certe-

do a garantizar la plena eficacia de dichas normas dejando, si procede, inaplica-das, por su propia iniciativa, cualesquiera disposiciones contrarias de la legislación nacional…”.

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za y seguridad jurídica frente a los propios nacionales de los estados miembros y terceros Estados (esto, principalmente en materia aduanera, sin excluir otras).

Como lo expuso Robert Lecourt, quien fue presidente del Tribunal de Justi-cia de la Unión Europea, al manifestarse sobre este extremo: “la piedra angular de la Comunidad no era tan sólo una misma norma común, sino que esa norma fuera interpretada y aplicada de igual manera en toda su extensión territorial por los Tribunales de los Estados miembros” (Fernández Segado, 2009: p. 1211).

Precisamente por lo anterior, la importancia de la figura de la consulta prejudicial es notoria, ya que a través de ésta se viabiliza garantizar la unidad del derecho comunitario, tanto en su interpretación como en su aplicación6, como bien lo indicara Pierre Pescatore “se refiere no sólo al contenido material de las disposiciones del Derecho comunitario, sino también, e incluso de modo espe-cial, a la determinación uniforme de su alcance, de sus efectos y de su eficacia” (Fernández Segado, 2009: p. 1213).

3.1.2. Función conciliatoria entre los órganos jurisdiccionales nacio-nales y el tribunal comunitario

Se ha establecido el carácter subsidiario en la intervención de la CCJ, para la re-solución de conflictos derivados de la interpretación y aplicación de normas co-munitarias, al menos en lo relativo a la competencia de la consulta prejudicial.

Ya que dicha consulta operará únicamente si es instada por el órgano juris-diccional del estado miembro, caso contrario si no la ejercita, le corresponderá a aquel resolver la controversia, aspecto este que es acorde al principio previa-mente relacionado.

Ahora bien, cabe efectuarse una pregunta ¿Qué acontece cuando se omite la consulta prejudicial y el órgano jurisdiccional resuelve en contravención de la normativa comunitaria, y dicho actuar es avalado por los tribunales de mayor jerarquía de los estados (ordinarios y constitucionales), pero posteriormente el órgano jurisdiccional regional emite otra resolución contraria a la interna?

6 En este sentido, se ha pronunciado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en los casos Schwarze (sentencia del 1 de diciembre de 1965) y en el caso Rhein-mühlen-Düsseldorf (sentencia del 16 de enero de 1974). Sobre la función unifica-dora, no ha existido pronunciamiento por parte de la Corte Centroamericana de Justicia, pese a haber resuelto varias consultas prejudiciales.

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Para dar respuesta a esta interrogante existen varios criterios, que atienden a la naturaleza de las normas que estén en colisión (constitucionales, interna-cionales, ordinarias, etc.); únicamente se hará una breve mención a las postu-ras, al no ser éste el objeto del presente artículo. En el caso de colisión entre una norma constitucional y una comunitaria, existen dos posturas antagónicas: quienes establecen la supremacía de la constitución; mientras que la otra, en atención al principio de primacía (propio del derecho comunitario), indicarán la prevalencia de éste sobre aquella (fenómeno similar al que acontece con las normas internacionales en materia de derechos humanos). Si el conflicto versa entre normas ordinarias y comunitarias podría decantarse por los métodos de solución de conflictos en la aplicación de norma (especialidad, ley posterior deroga a la ley anterior; etc.); aunque quienes defienden la primacía del derecho comunitario sostendrán que éste prevalece sobre el interno.

O bien, también es viable sostener que cada órgano jurisdiccional se en-cuentra facultado para conocer y resolver determinados asuntos, en atención a su materia. En este sentido, algunos tribunales constitucionales europeos (España, Alemania, entre otros), en su jurisprudencia, han sostenido que ellos están facultados para efectuar una revisión de la constitucionalidad de los actos comunitarios, pero su ámbito se encuentra reducido a aspectos muy puntuales, caso contrario, si la supuesta violación no encuadra en aquellos, se ha determi-nado que esta debe ser analizada por el órgano específico competente.

De lo anterior se establecen las dificultades que conllevan la convivencia de los ordenamientos jurídicos (interno y comunitario), en cuanto a la prima-cía de alguno de ellos; esto, a su vez, deriva en uno punto problemático. Si se ha optado por la aplicación preferente de alguna de las normas que integran aquellos ordenamientos, esto en detrimento de la otra (propio de los conflictos entre reglas jurídicas, mas no así de los principios), y se han agotado todos los medios procesales de defensa contemplados, pero, a la vez, es viable acudir a los del otro ordenamiento, esto implica la posibilidad de la existencia de dos re-soluciones que pudieran ser contradictorias. Derivado de esto, puede existir un enfrentamiento entre los órganos jurisdiccionales ordinarios y el comunitario7.

7 Lo expuesto no acontece únicamente en un marco teórico, sino que en la práctica puede observarse esta situación. Por ejemplo, en el caso de Guatemala, la Corte de Constitucionalidad dentro de los expedientes acumulados 12-2004 y 213-2004, declaró la inconstitucionalidad de los artículos 2, segundo párrafo y las literales b) y c), así como el inciso a) del artículo 27 del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas, en el sentido que dichas normas jurídicas eran inaplicables para el Estado de Guatemala; por su parte, la Corte Cen-troamericana de Justicia, dentro del expediente 4-8-96, resolvió dejar sin efecto

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Con el afán de evitar la concurrencia de estos problemas, así como de otros que no fueron expuestos, se determinó crear un mecanismo procesal que per-mitiera la convivencia armónica y pacífica de los órganos jurisdiccionales, ya que, una vez concurren los problemas relacionados, la resolución de estos es sumamente compleja.

Aunado a lo anterior, existe cierta reticencia por parte de los órganos nacio-nales, para efectuar consultas al ente comunitario competente, principalmente de aquellos tribunales de mayor jerarquía; al estimar que, con dicho actuar, ellos pierden independencia y primacía (aunque esto no únicamente acontece en el plano comunitario, sino también en cuanto a órganos internacionales).

Debe tenerse en consideración, por parte de los tribunales nacionales, que sus estados se encuentran inmersos dentro de un proceso de integración regio-nal, reconocido por sus propias constituciones, las cuales les han cedido algu-nas competencias; por esto, no es admisible ignorar el ordenamiento jurídico comunitario, pues ellos son los principales encargados de velar por su efectivo cumplimiento.

De las razones expuestas se establece que, la consulta prejudicial es un me-canismo innovador que permite la convivencia de dos ordenamientos jurídicos con características propias, que permite brindar certeza y seguridad jurídica. Pese a esto, es pertinente señalar que su regulación, en los diversos cuerpos normativos comunitarios centroamericanos, es deficiente y no logra cumplir con sus objetivos plenamente; ya que, al regularse únicamente la consulta facul-tativa, queda a discreción de los diversos órganos jurisdiccionales de los estados miembros hacer uso de aquella8.

Es por esto que debió seguirse el modelo europeo, en cuanto a establecer una consulta facultativa y otra obligatoria; esta última cuando la decisión a tomar derivara del máximo tribunal (que ya no fuera susceptible de ulterior re-curso), ya que esto garantizaría el acceso a la tutela judicial efectiva del derecho comunitario.

aquella sentencia de la Corte de Constitucionalidad, porque contravenía el derecho comunitario.

8 Por tal motivo, según la página oficial de la Corte Centroamericana de Justicia, en su apartado de jurisprudencia, y más específicamente en lo relacionado a los expe-dientes de consultas prejudiciales, únicamente constan nueve consultas efectuadas, de las cuales dos están en trámite. Lo cual constituye un número muy reducido, si se toma en consideración que dicha corte inició funciones desde octubre de 1994.

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3.2. Procedimiento para la formulación

Al haber establecido la importancia de dicho mecanismo procesal de consul-ta, es pertinente hacer referencia al procedimiento requerido para efectuar la misma, al tenor de la normativa aplicable, sin perjuicio de hacer referencia a aspectos de legislación comparada.

3.2.1. Legitimación para efectuar la solicitud

Al tenor de lo regulado en el artículo 22 literal k) del Estatuto, le corresponde a esta “Resolver toda consulta prejudicial requerida por todo Juez o Tribunal Judicial…”; lo anterior, es acorde con lo plasmado en la Ordenanza de Procedi-mientos (en lo sucesivo la Ordenanza), que en su artículo 57 prevé: “La solicitud que los jueces o tribunales nacionales formulen a la Corte…”.

De los artículos relacionados se determina que los únicos facultados para requerir la consulta prejudicial son los órganos judiciales nacionales de los es-tados miembros. Sobre este particular, existe similitud respecto a la regulación comunitaria europea, en la que se hace referencia a órganos jurisdiccionales. Si bien la CCJ no ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre el particular; por el contrario, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha mostrado un criterio flexible y amplio a lo que debe entenderse por órgano jurisdiccional9.

En este sentido se ha expuesto: “el concepto comunitario de ‘órgano ju-risdiccional’ no incluye tan sólo a los órganos jurisdiccionales ordinarios sino también a los especializados (…) Incluso se ha de incluir entre tales órganos a los Tribunales Constitucionales” (Fernández Segado, 2009: p.1215).

Luego de establecer el alcance del órgano jurisdiccional, se concluye que únicamente dichos órganos poseen legitimación activa para efectuar la con-sulta relacionada, y a estos les compete determinar la pertinencia de solicitar la misma, es decir, es una facultad discrecional, en la cual no pueden influir las partes procesales, ni los Gobiernos de los estados miembros, ni cualquier otras persona o ente10.

9 Sobre el particular pueden consultarse las sentencias en los casos Vaassen-Gübbels (sentencia de 30 de julio de 1966) y Pretore di Salò (sentencia de 11 de junio de 1987).

10 Respecto a la legitimación exclusiva que poseen los órganos jurisdiccionales con-sultar las sentencias emitidas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en los casos CILFIT (sentencia del 6 de octubre de 1982) y Pigs Marketing Board (sentencia del 29 de noviembre de 1978).

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3.2.2. Etapa procesal para su planteamiento

La consulta prejudicial, si se estima pertinente solicitarla, debe efectuarse previo a la conclusión del proceso judicial nacional, tal y como lo establece la literal k) del artículo 22 del Estatuto, que en su parte conducente indica: “… que estuvie-re conociendo de un caso pendiente de fallo…”.

Si bien, dicha normativa no es clara al indicar el momento preciso en el cual debe efectuarse, esto se debe a que no todos los procesos judiciales de los estados miembros cuentan con las mismas fases procesales; no obstante lo anterior, el momento procesal oportuno sería luego de desarrollarse la última fase procesal y previo a dictar sentencia, lo anterior se debe a que es, en ese momento, cuando el juzgador tiene conocimiento de todos los aspectos fácticos de la litis y únicamente está pendiente de resolver esta, a través de la selección de las normas aplicables, de su interpretación y aplicación.

La doctrina considera que esta consulta constituye un incidente que surge dentro de un proceso judicial, al ser una cuestión accesoria a la principal; no debe entenderse que dicha incidencia deba sustanciarse de la forma prescrita por cada ordenamiento interno, sino que esta posee un procedimiento propio, que se detalla a continuación. Otro aspecto diferenciador es el sujeto que la solicita, ya que dentro de un proceso son las partes procesales quienes lo pro-mueven; mientras que en el presente caso es el propio órgano jurisdiccional.

3.2.3. Formalidades y requisitos para presentar la solicitud

La solicitud de consulta prejudicial debe efectuarse por escrito (al tenor del artículo 9 de la Ordenanza)11, la misma puede presentarse en dos lu-gares diferentes, el primero de ello sería la Secretaría de la CCJ, o bien, se debe presentar ante la Secretaría de la Corte Suprema de Justicia de cual-quiera de los estados miembros. Este segundo supuesto es el que más se ha utilizado, esto en virtud que la sede de dicha Corte se encuentra en Managua, Nicaragua.

11 Se estima que la obligatoriedad de la presentación por escrito, como única forma para la presentación de la solicitud no es compatible con el principio de celeridad, por ejemplo podría remitirse copia del escrito por algún medio electrónico, eso sí, con la obligación de remitir, dentro de un plazo pertinente, el documento o docu-mentos originales, como se regula en los artículos 57 numeral 7 y 106 numeral 1 del Reglamento de Procedimiento del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

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Si la consulta se presenta en el país del órgano jurisdiccional, la misma debe ser remitida por la Corte Suprema de Justicia a la Secretaría de la CCJ dentro de las veinticuatro horas siguientes, por cualquier medio que estime pertinente, siempre y cuando se garantice la autenticidad y reserva del mismo (esto queda a criterio de cada Corte Suprema de Justicia). Al respecto, se estima que el plazo para su remisión es muy reducido, porque se omite tomar en consideración la existencia de procedimientos internos establecidos en las normativas aplicables a dicha situación; a efecto de no incurrir en alguna responsabilidad derivada del incumplimiento de dicho plazo perentorio, se ha optado por comunicar vía te-lefónica, o bien a través de un medio análogo, la existencia de la consulta y, pos-teriormente, se ha remitido el expediente físico (expediente 73-05-28-09-2005).

De conformidad con el artículo 57 de la Ordenanza, la solicitud de inter-pretación, que los jueces formulen a la Corte, debe cumplir con los requisitos siguientes:

• La designación del juez o tribunal nacional que hace la consulta.

• La relación de las normas del ordenamiento jurídico cuya interpreta-ción se solicita.

• La identificación de la causa que origina la solicitud y una relación sucinta de los hechos, que el juez considere fundamental para la in-terpretación.

• El lugar y dirección en que el juez o tribunal recibirá toda comunica-ción de la Corte.

Recibida la solicitud, el Secretario debe asentar la razón de presentación, y la traslada inmediatamente al Presidente para que sea conocida por la Corte, la que deberá evacuar dicha consulta, dentro de los treinta días posteriores a la recepción de la solicitud, y se deberá poner en conocimiento del juez solicitante, esto a través de la emisión de una certificación.

Cabe señalar, respecto al segundo de los requisitos enumerados (relación de las normas cuya interpretación se solicita), que las normas jurídicas que pue-den ser objeto de consulta son las expresamente contenidas en la literal k) del artículo 22 del Estatuto; es decir, “las normas que conforman el ordenamiento jurídico del ‘Sistema de la Integración Centroamericana’, creado por el ‘Proto-colo de Tegucigalpa’, sus instrumentos complementarios o actos derivados del mismo”.

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Si las normas cuya interpretación se solicita no son de las contenidas en el párrafo anterior, la CCJ se encuentra impedida para emitir un pronunciamiento al respecto.

De igual forma, si la solicitud de consulta incumple con alguno de los re-quisitos señalados, la misma no puede ser objeto de análisis, ni de pronuncia-miento. La Ordenanza no contempla la posibilidad de subsanar las deficiencias en que se incurra, al momento de su interposición.

3.2.4. Efectos de la sentencia

Las sentencias que resuelven las consultas prejudiciales conllevan efectos para diversos sujetos. En cuanto al órgano jurisdiccional que la solicita, este se en-cuentra obligado a atender el sentido en el que ha de interpretarse la norma comunitaria, sin que pueda separarse de aquella.

Pero, no únicamente dicho órgano jurisdiccional se ve sujeto a lo dispuesto en dicha sentencia, también se encuentran sujetos a la observancia de dicho fallo todos los Estados miembros; por ende, todos los órganos jurisdiccionales, esto al tenor de lo contemplado en el artículo 24 del Estatuto, el cual le confiere a las consultas el carácter de vinculantes y obligatorias.

Lo anterior, no implica que otros órganos no puedan formular nuevas con-sultas sobre las normas que ya fueron objeto de interpretación. Contra la sen-tencia que resuelve la consulta no cabe recurso alguno.

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4. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bou Franch, V. & Cervera Vallterra. M. (2010). Normativa y Jurisprudencia Básica del Derecho de la Unión Europea. Valencia: Tirant lo Blanch.

Escobar Hernández, C. (Directora). (2006). Instituciones de Derecho Comuni-tario. Valencia: Tirant lo Blanch.

Fernández Segado, F. (2009). La Justicia Constitucional: una visión de dere-cho comparado. Tomo I. Los sistemas de justicia constitucional. Las “Dis-senting Opinions”. El Control de las omisiones legislativas. El control de “comunitariedad”. Madrid: Dykinson, S.L.

Isaac, G. (1991). Manual de derecho comunitario general. Barcelona: Ariel.

López Castillo, A. (1996). Constitución e Integración. El fundamento cons-titucional de la integración supranacional europea en España y en la RFA. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.

Tajadura Tejeda, J. y Miguel, J. (coordinadores). (2008). Justicia Constitucional y Unión Europea. Un estudio comparado de las experiencias de Ale-mania, Austria, España, Francia, Italia y Portugal. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.

Martínez Sierra, José Manuel. (2007). La recepción constitucional del derecho comunitario. Valencia: Tirant lo Blanch.

Normativas

Constitución Política de la República de Guatemala.

Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (1951).

Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (1962).

Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroame-ricanos.

Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia.

Ordenanza de Procedimientos de la Corte Centroamericana de Justicia.

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EL JUICIO

POR D

ELITO D

E ACCIÓN

PRIVADA

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GUSTAVO ADOLFO SIGÜENZA SIGÜENZA*

* Abogado y Notario, con mención Magna Cum Laude (URL). Fue consultor en el proyecto URL/NPT del Programa Neerlandés para el Fortalecimiento Institucional de la Educación y Capacitación Post Secundaria e investigador de dedicación completa en el IIJ/URL. Publica-ciones: Código Civil anotado y concordado, Código de Notariado –Concordado y anotado- (Notario Coautor), “Juicio de ponderación constitucional” en tomo VII del Opus Magna Constitucional. Actualmente, se desempeña  como docente de Derecho Civil y Coordinador de Área para la Universidad Rafael Landívar.

LA CARRERA JUDICIAL, MICROCOMPARACIÓN: GUATEMALA Y ESPAÑA

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1. CARRERA JUDICIAL 79

2. LA CARRERA JUDICIAL EN GUATEMALA 83

3. LA CARRERA JUDICIAL EN ESPAÑA 95

4. CONCLUSIONES 99

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 102

Tabla de contenido

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Resumen

El trabajo de investigación que a continuación se presenta, contiene una microcomparación de aspectos fundamentales que, mediante el método comparativo, identifica las analogías y diferencias entre la Ca-rrera Judicial guatemalteca y la española. En él se establece, como pun-to de enfoque central, el estudio de la forma de regulación de las Ca-rreras Judiciales para que los jueces o magistrados, según sea el caso, puedan ascender y ser promovidos a magistraturas altas en función a la experiencia judicial adquirida por los años laborados en la institución jurisdiccional.

Palabras claves: Carrera Judicial, ingreso, selección, ascenso y nom-bramiento.

1. CARRERA JUDICIAL

1.1. Concepto

Es menester iniciar el estudio de tan importante institución, realizando acercamientos preliminares respecto a la acepción del término o del nombre carrera judicial. Este se concibe como aquella oportunidad que

poseen los jueces o magistrados de progresar o subir a un cargo o categoría su-perior dentro de un sistema jurisdiccional respectivo, lo cual presupondría que al subir de jerarquía se construye paso a paso una carrera que da inicio desde el nivel mínimo de ingreso.

Eduardo Pallarés, citado por Ana Margarita Monzón Paredes, indica que Carrera Judicial consiste en la: “serie de grados, desde el más inferior hasta el superior, por los cuales van ascendiendo los funcionarios judiciales” (2000: pág. 88).

Por su parte, Luis Fernando Solano Carrera indica que Carrera Judicial po-dría ser definida como: “el conjunto de normas, órganos y procedimientos en base a los que se establecen los requisitos de ingreso a ella, las promociones y ascensos con base en el mérito y la aptitud; los traslados; así como los derechos,

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deberes y sanciones disciplinarias aplicables a sus miembros” (Monzón, 2000: pág, 88).

Para César Parodi, Carrera Judicial es: “el conjunto de principios, normas, derechos y obligaciones relativos a los funcionarios judiciales que ejercen la ju-risdicción. Tiene por objeto normar las relaciones de los funcionarios judiciales con el órgano judicial; regular la forma y requisitos de ingreso a ella, las promo-ciones y ascensos con base en el mérito y la aptitud; los traslados; así como los derechos, deberes y sanciones disciplinarias aplicables a sus miembros” (Mon-zón, 2000: pág. 88).

De las definiciones proporcionadas por los tratadistas se puede establecer que la Carrera Judicial está integrada por todos aquellos principios, normas, órganos e instituciones que norman todo lo relativo al ingreso, permanencia, promoción, ascenso, capacitación, disciplina y otras actividades de los jueces y magistrados.

1.2. Fines de la Carrera Judicial

Doctrinariamente existen acercamientos para establecer los principales fines que busca la Carrera Judicial:

César Parodi, citado por Ana Margarita Monzón Paredes (2000: página 89), señala que la Carrera Judicial tiene por fines:

a) “Asegurar que la selección de los jueces y magistrados permita la incorpo-ración de los profesionales más idóneos.

b) Promover la capacitación y profesionalización de los jueces y magistra-dos que permita su promoción y ascenso con base en sus conocimien-tos y méritos.

c) Garantizar la permanencia en la Carrera Judicial, en tanto se observe conducta e idoneidad propias de la función.

d) Otorgar a jueces y magistrados la seguridad de no interferencia en su independencia e imparcialidad.

e) Incentivar por medio de ascensos los logros académicos”.

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1.3. Requisitos de existencia de la Carrera Judicial

Como condición necesaria e indispensable para la existencia de una auténtica carrera judicial es menester tomar en cuenta que: “sólo puede con propiedad hablarse de la existencia de una genuina carrera judicial, ahí donde se den, sin lugar a dudas y en forma plena, los dos extremos siguientes: a) los sistemas institucionales de selección, designación y ascenso de la judicatura; b) diversas garantías que deben otorgarse al juzgador. Si falla o es insuficiente alguno de los dos extremos anteriores, no podrá hablarse propiamente de la existencia de una carrera judicial” (Lara, 2005: pág. 213).

1.3.1. Sistemas Institucionales de selección y ascenso

Este requisito existencial requiere el desarrollo de un verdadero y efectivo pro-ceso de selección y ascenso de jueces y magistrados, en donde debe existir un método de exámenes de méritos o bien concursos por oposición que respondan a criterios estrictamente objetivos, y que se adecuen a la realidad política y social de un país.

1.3.2. Garantías del juzgador

a) Económicas. Para fomentar una efectiva carrera judicial es indispensa-ble que los jueces y magistrados cuenten con una remuneración digna y decorosa, pues de no ser así, existirían graves peligros de fomentar el detrimento en la impartición de justicia y en todo su sistema “el fun-cionario bien remunerado puede desempeñar su delicado encargo con mayor dignidad y señorío, si tiene resuelto el problema del ingreso su-ficiente para que él y su familia puedan llevar una vida digna” (Lara, 2005: página 214).

b) Sociales. Estas garantías atañen al libre acceso de jueces y magistrados a programas de seguridad social, jubilación, servicios médicos, en sí, todo lo relativo al derecho de seguridad social para garantizar su bienes-tar y retiro digno y remunerado.

c) Autonomía e independencia judicial. La autonomía viene concate-nada con las dos anteriores, pues, en tanto se le garantice a los jueces y magistrados su cobertura económica, se está fomentando su autono-mía en el desempeño de su cargo jurisdiccional. Ahora bien, la labor judicial está sometida a constantes presiones de tipo externo, que van desde opiniones de Instituciones, injerencias políticas hasta presiones de medios de comunicación, entre otras. Para garantizar la efectiva ca-

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rrera judicial es fundamental dotar al juez y magistrado de una integral seguridad y certeza que, su actuar y desempeño judicial, será evaluado con objetivad, y que jamás responderá a influencias de tipo político, económico o de cualquier otra índole que le creen zozobra en su fun-ción judicial.

1.4. Sistema de selección en la Carrera Judicial

Es menester que toda carrera judicial cuente con sistemas encaminados de se-lección, nombramiento, promoción y garantías que deben otorgársele al juz-gador. Como premisa fundamental es requerido que los sistemas se sustenten objetivamente en los procesos de selección. Un ensayo de clasificación de los sistemas de selección puede materializarse de la siguiente manera:

1.4.3. Ascenso

Este sistema propugna que la antigüedad en el desempeño de una judicatura equivale a mayor experiencia en el juez y magistrado, en relación al recto y adecuado desempeño de su función jurisdiccional. Todo ascenso que responda al criterio de antigüedad y experiencia, erradica la parcialidad en los nombra-mientos.

1.4.4. Concurso

Procedimiento selectivo, en donde los candidatos se someten a una serie de requisitos, que se deben cumplir para poder formar parte del llamamiento o convocatoria que se realiza con fines selectivos. Esta clasificación, a su vez, se subclasifica en:

a) Selección cerrada. Cuando el concurso de selección se realiza a nivel interno, entre los jueces existentes de categorías inmediatas inferiores y que posean los más altos méritos académicos, técnicos, profesionales y éticos. Requiere la existencia de un sistema de evaluación objetivo, imparcial y transparente, que garantice la idoneidad de los que puedan ser promovidos.

b) Selección abierta. Este sistema abre el concurso a toda persona que cum-pla con los requisitos establecidos para optar a una judicatura. No limita la participación a aquellos que ya conforman el cuerpo judicial, sino

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invita a profesionales a ingresar a la carrera judicial, siempre y cuando reúnan las condiciones mínimas requeridas por la ley y el concurso de oposición.

1.4.5. Elección popular

Defiende la elección directa de magistrados y jueces por parte del pueblo, como un ejercicio de eminente tinte democrático, sin embargo, la historia ha demos-trado el fracaso de dicho sistema, tal como ocurrió en su momento en Francia.

1.4.6. Nombramiento propio

Es la designación que realiza un tribunal de sus propios integrantes o bien de jueces de primera instancia, si estos últimos fueren de segunda instancia.

1.4.7. Nombramiento por el ejecutivo

Cuando se le confiere tan delicada tarea de nombramiento de jueces y magis-trados al organismo ejecutivo.

2. LA CARRERA JUDICIAL EN GUATEMALA

2.1 Antecedentes normativos de la Carrera Judicial en Guatemala

Uno de los primero antecedentes en materia de Carrera Judicial en Guatemala se dio en el Decreto-Ley 24-82, de la Junta Militar de Gobierno, emitido el vein-tisiete de abril de 1982, el cual, en su artículo 88 estableció, por primera vez, la Carrera Judicial en Guatemala. El referido artículo establecía que la Carrera Judi-cial debía desarrollarse por medio de la legislación ordinaria que incluiría: “todo lo relativo al ingreso, ascensos, traslados, garantías para los jueces propuestos para optar a otros cargos y motivos de remoción.” Además, el artículo 86 del mismo cuerpo legal, en su último párrafo, establecía: “La Corte Suprema deberá tomar las medidas necesarias para crear, en su oportunidad, un sistema que permita la escogencia de los jueces, mediante calificación de méritos personales y exámenes de competencia”. Las anteriores disposiciones nunca fueron tomadas en cuenta y se quedaron sin ninguna aplicación a la realidad jurisdiccional de Guatemala.

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Es importante destacar que la Carrera Judicial es concebida constitucional-mente, con especial importancia, en el artículo 209 de la Constitución Política de la República de Guatemala de 1985; el que, en su parte conducente dispone: “Se establece la carrera judicial. Los ingresos, promociones y ascensos se harán mediante oposición. Una ley regulará esta materia”.

Como marco idóneo de discusión y diálogo de las conversaciones de Paz, entre el Gobierno y la Guerrilla, producidas en el Acuerdo sobre Fortalecimien-to del Poder Civil y Papel del Ejército en una Sociedad Democrática (AFPC y PESD), definió al sistema de Administración de Justicia como una de las gran-des debilidades estructurales del Estado guatemalteco: “la marcha de los proce-sos judiciales adolece de fallas y deficiencias. La obsolescencia de los procedi-mientos legales, la lentitud de los trámites, la ausencia de sistemas modernos para la administración del despacho y la falta de control sobre los funcionarios y empleados judiciales, propician corrupción e ineficiencia”. Es, en este mar-co de las negociaciones de paz, en donde el tema de la Carrera Judicial toma nuevos impulsos y, es trece años después del mandato constitucional de 1985, que el Congreso de la República de Guatemala, mediante Decreto No. 41-99 emite la Ley de la Carrera Judicial, busca establecer los principios, normas y procedimientos; así como crear los órganos necesarios para la administración y operación de la Carrera Judicial en Guatemala.

2.1. La Ley de la Carrera Judicial, Decreto 41-99 del Con-greso de la República de Guatemala

2.1.1. Definición de Carrera Judicial

Al respecto, la Ley de la Carrera Judicial, en su artículo 1 contiene una acertada concepción inicial sobre lo que se debe entender por Carrera Judicial:

2.2 Definición

La Ley de la Carrera Judicial, Decreto 41-99 del Congreso de la República de Guatemala, en su artículo 1, proporciona una acertada concepción inicial sobre lo que se debe entender por Carrera Judicial al decir: “el sistema que regula el ingreso, permanencia, promoción, ascenso, capacitación, disciplina y otras actividades de los jueces y magistrados, cualquiera que sea su categoría o grado,

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con el fin de garantizar su dignidad, independencia y excelencia profesional en el ejercicio de su función jurisdiccional”.

Por su parte, la Declaración Principal del III Encuentro Iberoamericano de Consejos de la Judicatura, celebrado en la ciudad de Zacatecas, México, a los veinticinco días del mes de octubre del dos mil dos, concibe la Carrera judicial como: “el sistema que dentro de un marco jurídico regula el ingreso, permanen-cia, promoción, traslado, ascenso, capacitación y disciplina de jueces y magistra-dos y/o de todo el personal al servicio de la justicia, según sea el caso, tomando en consideración los méritos, aptitudes, conducta y desempeño, garantizando con ello su estabilidad, independencia y excelencia profesional, con el objeto de fortalecer la impartición de justicia”.

2.1.2. Principios de la Carrera Judicial en Guatemala

El artículo 2 de la Ley de la Carrera Judicial establece, como principios rectores de la misma, los siguientes:

a) Independencia

La independencia judicial encuentra su fundamento constitucional en el artícu-lo 203, mismo que establece: “…Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra la independencia del Organismo Judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les inhabilitará para ejercer cualquier cargo público”.

El aludido principio es fundamental para una sólida Carrera Judicial, pues de nada sirve la existencia de un organismo encargado de administrar justicia, si a sus jueces y magistrados se les veda la libertad de resolver única y exclusi-vamente con apego a la Constitución Política de la República de Guatemala y la ley y, peor aún, resolver con intereses de terceras personas o por influencias de otro tipo.

En relación con la Independencia Judicial, Manuel Ossorio indica: “Es ésta, atributo esencial de los Estados de Derecho de aquellos que se asientan en la división y equilibrio de los poderes públicos (Legislativo. Ejecutivo y Judicial). La independencia de los jueces es tan fundamental, que de modo rotundo puede afirmarse que, allí donde no existe, no hay verdadera administración de justicia; como sucede en los países de régimen autocrático totalitario” (1981: pág. 375).

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Se busca, con la independencia, que todo juez pueda decidir según las pruebas presentadas a los casos concretos, en donde, no exista ninguna coer-ción externa, injerencia, interferencia, amenaza o represalia que influyeren en su actuar jurisdiccional.

Otro fundamento constitucional es el artículo 205 Garantía del Organismo Judicial, literal a) Independencia funcional. En este tema la Corte de Constitu-cionalidad ha señalado: “En el campo jurisdiccional, ciertamente magistrados y jueces están protegidos por el principio de independencia, gracias al cual tienen potestad de resolver con criterios fundados en la ley, ajenos a la interferencia de otras autoridades, así se trate de los de su órgano jerárquicamente superior, independencia que, en manera alguna, los desliga de responder legalmente de tal función” (Sentencia de fecha 19 de agosto de 1998, dictada en el Expediente 178-98).

Por su parte, el artículo 60 de la Ley del Organismo Judicial establece: “Los jueces y magistrados que se consideren inquietados o perturbados en su inde-pendencia lo pondrán en conocimiento de la Corte Suprema de Justicia, dando cuenta de los hechos al tribunal competente, para seguir el procedimiento ade-cuado, sin perjuicio de practicar por sí mismos las diligencias estrictamente in-dispensables para asegurar la acción de la justicia y restaurar el orden jurídico”.

b) Imparcialidad

La imparcialidad en el ejercicio jurisdiccional requiere que la actuación del juez y magistrado no sea condicionada por otros criterios ajenos a la propia interpre-tación jurídica y estrictamente apegados a derecho.

Según el artículo 123 -Excusas.- de la Ley del Organismo Judicial, los jueces deben excusarse: “… a) Cuando tengan amistad íntima o relaciones con alguna de las partes, que a juicio del tribunal, según las pruebas y circunstancias, hagan dudar de la imparcialidad del juzgador”.

La imparcialidad puede ser comprendida como: “un hábito de conducta y disposición objetiva que bien puede obtenerse con el desempeño de las labores, dentro de una carrera judicial y que va madurando el raciocinio, por encima de la posición particular, natural a las partes en conflicto para poner al juzgador por encima de la litis y sometido sólo al imperio de la ley” (Rosales, 2005: pág. 45).

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c) No Subordinación

Este principio se enuncia taxativamente en la parte final del artículo 2 de la Ley de la Carrera Judicial, al establecer: “Los jueces y magistrados ejercen por igual, aunque con competencia distinta, el poder jurisdiccional que la Constitución Política de la República asigna al Organismo Judicial, razón por la que, en su ejercicio no existe diferencia jerárquica ni dependencia entre ellos”.

Es menester aclarar que dicha inexistencia jerárquica, no hace alusión a las diferentes instancias que conforman un proceso, se refiere a la igualdad de tratamiento con que la Constitución Política de la República de Guatemala trata a todo juez y magistrado.

d) Permanencia e Inamovilidad

Este principio se establece en el artículo 3 de la Ley de la Carrera Judicial: “Los jueces y magistrados ejercerán sus funciones de forma permanente e inamovi-ble, hasta que cesen en las mismas con arreglo a lo que dispone la Constitución Política de la República y esta ley. Los jueces de primera instancia y los magis-trados, cualquiera que sea su categoría o grado, durarán en sus funciones cinco años, pudiendo ser nuevamente nombrados o reelectos, según corresponda. Los jueces y magistrados, cualquiera que sea su categoría o grado, sólo podrán ser removidos o suspendidos en el ejercicio de sus funciones en los casos y mediante el procedimiento que determina la presente ley…”.

2.2. Órganos de la Carrera Judicial en Guatemala

Los órganos responsables de la Carrera Judicial en Guatemala son: el Consejo de la Carrera Judicial, la Junta de Disciplina Judicial, las Comisiones de Postulación y la Unidad de Capacitación Institucional.

Como administrador y rector de la Carrera Judicial se encuentra el Consejo de la Carrera Judicial, sin embargo, el resto de órganos actúa en coordinación y cooperación entre sí, no siendo necesaria la jerarquización entre ellos por su eminente relación de coordinación y cooperación recíproca.

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2.2.3. Consejo de la Carrera Judicial

Según el artículo 5 de la Ley de la Carrera Judicial, esta: “es administrada por un Consejo que se integra con cinco miembros, así: a) El Presidente del Organismo Judicial, quien podrá ser sustituido por un magistrado de la Corte Suprema de Justicia designado por ésta, con carácter de suplente; b) El titular de la Unidad de Recursos Humanos del Organismo Judicial o quien lo sustituya con carácter de suplente; c) El titular de la Unidad de Capacitación Institucional del Organis-mo Judicial, o quien lo sustituya con carácter de suplente; d) Un representante y un suplente, electos por la Asamblea de Jueces; e) Un representante y un suplente, electos por la Asamblea de Magistrados. El juez y magistrado electos para el Consejo durarán en sus cargos un año pudiendo ser reelectos por un período igual”.

Entre las principales funciones del Consejo de la Carrera Judicial de Gua-temala están: Dar aviso al Congreso de la República del vencimiento del perío-do constitucional de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, de igual forma avisar al Congreso de las vacantes definitivas que se produzcan en dicha Corte y en la Corte de Apelaciones, efectuar convocatorias para los concursos por oposición, para el ingreso a la Carrera Judicial de jueces y magistrados y evaluar el desempeño de jueces y magistrados, de conformidad con un sistema idóneo que se establezca para el efecto.

2.2.4. Junta de Disciplina Judicial

Se integra por dos magistrados de la Corte de Apelaciones y sus respectivos suplentes y un juez de primera instancia y su respectivo suplente, designados para un periódo de un año, por sorteo practicado por el Consejo de la Carrera Judicial.

Corresponde a la Junta de Disciplina Judicial el conocimiento y ejercicio de la función y acciones disciplinarias y correctivas previstas en esta ley y sus reglamentos.

2.2.5. Comisiones de Postulación

Son los órganos colegiados encargados de la elaboración de las nóminas de candidatos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia y magistrados de Corte de Apelaciones y Tribunales de similar categoría. Las mismas deben ser convocadas por el Congreso de la República de Guatemala, con al menos cuatro meses de anticipación al vencimiento del período de los funcionarios a elegir, y se deben integrar a más tardar a treinta días de efectuada la convocatoria.

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El fundamento constitucional de dicha nómina y Comisión de Postulación se encuentra en el artículo 215 de la Constitución Política de la República de Guatemala, el cual establece: “Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia serán electos por el Congreso de la República para un período de cinco años, de una nómina de veintiséis candidatos propuestos por una comisión de pos-tulación integrada por un representante de los Rectores de las Universidades del país, quien la preside, los Decanos de las Facultades de Derecho o Cien-cias Jurídicas y Sociales de cada Universidad del país, un número equivalente de representantes electos por la Asamblea General del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala y por igual número de representantes electos por los magistrados titulares de la Corte de Apelaciones y demás tribunales a que se refiere el artículo 217 de esta Constitución”.

De igual manera se establece en el artículo 217 Constitucional respecto a los Magistrados de las Cortes de Apelaciones: “Los magistrados titulares, a que se refiere este artículo, serán electos por el Congreso de la República, de una nó-mina que contenga el doble del número a elegir, propuesta por una comisión de postulación integrada por un representante de los Rectores de las Universidades del país, quien la preside, los decanos de las facultades de Derecho o Ciencias Jurídicas y Sociales de cada Universidad del país, un número equivalente de miembros electos por la Asamblea General del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala y por igual número de representantes electos por los magistrados de la Corte Suprema de Justicia”.

La principal función de las Comisiones de Postulación, según el artículo 10 de la Ley de la Carrera Judicial, es: “el examen de los expedientes formados por el Consejo de la Carrera Judicial y los demás que les sean presentados para los efectos de la elaboración de los listados de candidatos a magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Corte de Apelaciones y tribunales de igual categoría…”.

Todo lo relacionado a las Comisiones de Postulación está normado en el Decreto 19-2009 del Congreso de la República de Guatemala, Ley de Comisio-nes de Postulación.

2.2.6. Unidad de Capacitación Institucional

De conformidad con el artículo 12 de la Ley de la Carrera Judicial: “La Unidad de Capacitación Institucional es el órgano encargado de planificar, ejecutar y facilitar la capacitación y formación técnica y profesional de jueces, magistra-dos, funcionarios y empleados del Organismo Judicial y otras personas u or-ganizaciones relacionadas o interesadas en el sistema de justicia, con el fin de asegurar la excelencia y actualización profesional para el eficiente desempeño de sus cargos”.

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2.3. Ingreso, Permanencia, Ascenso de Jueces y Magistrados

Parte importante de la Carrera Judicial en Guatemala lo constituye el ingreso y permanencia en la misma, para lo cual, se parte del principio que la Carrera Judicial está dirigida exclusivamente para aquellos que, por mandato constitu-cional, ejercen jurisdicción y competencia. En consecuencia, la Ley de la Carrera Judicial clasifica en 4 categorías la Carrera Judicial los cuales no forman grado jerárquico, así:

a) Magistrados de la Corte Suprema de Justicia

b) Magistrados de la Corte de Apelaciones y otros tribunales colegiados

c) Jueces de primera instancia

d) Jueces de paz

El ingreso a la Carrera Judicial posee dos alternativas: a. Mediante nombra-miento de la Corte Suprema de Justicia para el caso de los jueces, cualquiera que sea su categoría o grado; y, b. Mediante elección por el Congreso de la República para el caso de los magistrados, cualquiera que sea su categoría

2.3.1. Ingreso a Jueces de Paz

Corresponde al Consejo de la Carrera Judicial convocar los concursos por oposi-ción para el ingreso a la Carrera Judicial de jueces y magistrados. Los requisitos que enuncia el artículo 207 de la Constitución Política de la República de Gua-temala para ser juez son los siguientes:

a) Ser guatemalteco de origen.

b) Abogado colegiado activo.

c) Estar en el ejercicio de sus derechos ciudadanos.

d) Reconocida honorabilidad.

En la convocatoria que publica el Consejo de la Carrera judicial, los requisi-tos de participación en el concurso público por oposición en la categoría de Juez de Paz (Convocatoria CCJ-02-2013) son los siguientes:

a) Guatemalteco de origen.

b) De reconocida honorabilidad.

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c) Estar en el goce de sus derechos ciudadanos.

d) Tener la calidad de abogado, colegiado activo.

e) No haber sido sancionado por el Tribunal de Honor del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala.

f) No haber sido sancionado por la Unidad del Régimen Disciplinario, ni tener expedientes disciplinarios en trámite, iniciados antes de la 1ª. publicación de la convocatoria (para trabajadores del Organismo Judi-cial).

g) No haber sido sancionado por el órgano disciplinario correspondiente a la institución donde labora, ni tener expedientes disciplinarios en trámite, iniciado antes de la 1ª. Publicación (para trabajadores de otras instituciones del Estado, entidades autónomas y descentralizadas).

h) Tener la disponibilidad para prestar el servicio como juez de paz en cualquier lugar del país.

i) Someterse a todas las evaluaciones que comprenden el proceso de selección: psicométricas, técnico-jurídicas, entrevistas y otras que el Consejo determine necesarias.

j) De preferencia, con estudios de maestría en Derecho Constitucional, Penal, Civil, etc.

En este punto, le corresponde a la Unidad de Capacitación Institucional, según el artículo 18 de la Ley de la Carrera Judicial, la evaluación de los aspi-rantes al cargo de juez, cualquiera que sea su categoría, la cual se basará en las pruebas que se consideren convenientes y en entrevistas personales, públicas o privadas. Concluida la evaluación, se elaborará la lista de aprobados como elegibles, según el orden de las calificaciones obtenidas por cada aspirante, a partir de la más alta. Todos los aspirantes que hayan aprobado, participarán en el Programa de Aspirantes a Jueces, en la Unidad de Capacitación Institucional del Organismo Judicial, el cual tendrá una duración mínima de seis meses.

Concluidos los cursos respectivos, según las vacantes existentes: “Los can-didatos que aprueben el curso impartido por la Unidad de Capacitación Insti-tucional del Organismo Judicial, serán declarados elegibles y nombrados por la Corte Suprema de Justicia, según proceda: jueces de paz, de primera instancia y destinados a las vacantes que existan, de las que tomarán posesión dentro del mes siguiente de haber prestado la protesta respectiva” lo anterior al tenor del artículo 19 de la Ley de la Carrera Judicial.

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2.3.2. Permanencia de Jueces de Paz

Respecto a los jueces de paz, una vez nombrados, detentarán su cargo de ma-nera estable, siempre y cuando sus funciones se adecuen a lo estrictamente normado por la ley y reglamentos respectivos, salvo que, durante el ejercicio busque la promoción a Juez de instancia de conformidad con la Ley de la Ca-rrera Judicial.

2.3.3. Nombramiento como Juez de Primera Instancia

Existen dos opciones para poder optar a una judicatura de primera instancia, ambas deben ser convocadas por los concursos respectivos a través del Consejo de la Carrera Judicial.

a) Convocatoria externa. En doctrina se conoce como selección abierta y es aquella mediante la cual se abre la posibilidad que cualquier profe-sional del derecho, que reúna los requisitos respectivos, pueda ingresar a una judicatura de instancia, siempre y cuando sea elegible en función a los resultados de las pruebas realizadas, según el artículo 18 de la Ley de la Carrera judicial.

b) Por Convocatoria a concurso por oposición interna. En doctrina co-nocida como selección cerrada, donde se convoca a los jueces de paz en servicio, a participar en el concurso por oposición, para ascender a la categoría de Juez de primera instancia.

De conformidad con el artículo 25 de la Ley de la Carrera Judicial: “Se considera ascenso el acto por el cual un juez o magistrado pasa a desem-peñar un cargo judicial de competencia diferente por razón de categoría o grado según lo establecido en esta ley, con la aprobación de la auto-ridad nominadora respectiva, previo cumplimiento de los requisitos y calidades que corresponden”.

Según el artículo 37 del Reglamento de la Ley de la Carrera Judicial: “Cuando se produzca alguna vacante definitiva en la categoría de juez de instancia o de paz, el Consejo de la Carrera Judicial lo hará del co-nocimiento de los funcionarios judiciales en servicio activo que deseen ascender o trasladarse, por medio de boletín al que le dará la publicidad correspondiente, requiriendo a los interesados presentar la documen-tación a que se refiere el artículo 16 de la Ley de la Carrera Judicial. Posteriormente deberá practicar la evaluación del rendimiento y com-portamiento profesional del candidato y declararlo elegible para ocupar el cargo de diferente categoría o grado. Para el efecto deberá tener a la

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vista la evaluación anual o extraordinaria que haya realizado el propio Consejo de la Carrera Judicial de conformidad con el artículo 32 de la Ley de la Carrera Judicial.”

Requisitos de participación para convocatoria interna, ascenso a Juez de Primera Instancia.

a) Guatemalteco de origen.

b) De reconocida Honorabilidad.

c) Estar en el goce de sus derechos ciudadanos.

d) Ejercer el cargo de juez de paz, titular o suplente, y haberlo ejercido por un período de al menos cuatro años.

e) Título de abogado, con al menos dos años de graduado.

f) Estar incorporado a la carrera judicial, mediante la aprobación satisfacto-ria de su evaluación del desempeño y comportamiento profesional.

g) No haber sido sancionado por la Junta de Disciplina Judicial, por la co-misión de faltas graves o gravísimas en los últimos dos años.

h) No haber sido sancionado por el Tribunal de Honor del Colegio de Abo-gados y Notarios de Guatemala, en casos graves calificados por el Conse-jo de la Carrera Judicial.

2.3.4. Permanencia de los jueces de primera instancia

Vencido el período de funciones de los Jueces de primera instancia, de confor-midad con el periódo de servicio y garantía de estabilidad -5 años - de confor-midad con el artículo 3 de la Ley de la Carrera Judicial-, la Corte Suprema de Justicia renovará o no el nombramiento de los jueces, para lo cual deberá tener en cuenta la previa evaluación de su rendimiento y comportamiento profesio-nal elaborado por el Consejo de la Carrera Judicial.

2.3.5. Elección de Magistrados de la Corte de Apelaciones

Los candidatos a magistrados deben ser guatemaltecos de origen, de reconocida honorabilidad, estar en el goce de sus derechos ciudadanos y ser abogados co-legiados, además, ser mayor de treinta y cinco años, haber sido juez de primera instancia o haber ejercido por más de cinco años la profesión de abogado

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Los magistrados titulares, a que se refiere el artículo 217 constitucional, serán electos por el Congreso de la República, de una nómina que contenga el doble del número a elegir, propuesta por una comisión de postulación integra-da por un representante de los Rectores de las Universidades del país, quien la preside, los decanos de las facultades de Derecho o Ciencias Jurídicas y Sociales de cada Universidad del país, un número equivalente de miembros electos por la Asamblea General del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala y por igual número de representantes electos por los magistrados de la Corte Supre-ma de Justicia.

La elección de candidatos requiere el voto de por lo menos las dos terceras partes de los miembros de la Comisión. En las votaciones, tanto para elegir la Comisión de Postulación como para la integración de la nómina de candidatos, no se aceptará ninguna representación.

2.3.6. Elección de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia

Los candidatos a magistrados deben ser guatemaltecos de origen, de reconocida honorabilidad, estar en el goce de sus derechos ciudadanos y ser abogados colegiados; además, ser mayores de cuarenta años y haber desempeñado un período completo como magistrado de la Corte de apelaciones o de los tribu-nales colegiados que tengan la misma calidad, o haber ejercido la profesión de abogado por más de diez años.

Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia serán electos por el Con-greso de la República para un período de cinco años, de una nómina de veinti-séis candidatos propuestos por una comisión de postulación, integrada por un representante de los Rectores de las Universidades del país, quien la preside, los Decanos de las Facultades de Derecho o Ciencias Jurídicas y Sociales de cada Universidad del país, un número equivalente de representantes electos por la Asamblea General del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala y, por igual número de representantes electos por los magistrados titulares de la Corte de Apelaciones y demás tribunales, a que se refiere el artículo 217 de la Constitución.

La elección de candidatos requiere el voto de por lo menos las dos terceras partes de los miembros de la Comisión.

En las votaciones, tanto para elegir la Comisión de Postulación como para la integración de la nómina de candidatos, no se aceptará ninguna representa-ción.

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La elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de los magis-trados titulares de la Corte de Apelaciones y otros tribunales de igual categoría corresponde, con exclusividad, al Congreso de la República y se hará, tal como quedó manifestado, entre la lista de candidatos elegibles que le presenten las respectivas comisiones de postulación, con el voto favorable de las dos terceras partes de sus miembros. Los magistrados podrán ser reelectos para un nuevo periódo de 5 años, siempre y cuando reúnan los requisitos y formalidades que establece la ley.

Con la forma en que se sustancian las elecciones de Magistrados de las Salas de Apelaciones y de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, surgen las principales falencias del sistema de la Carrera Judicial en Guatemala; pues dicha Carrera Judicial termina con un único ascenso, mismo al que puede optar un juez de paz al momento de ser ascendido a Juez de Primera Instancia. No está al alcance de los Jueces de primera instancia el buscar una auténtica Carrera Judicial, al optar por una magistratura de Sala de Apelaciones o en la Corte Su-prema de Justicia. Como ya se indicó, el nombramiento de dichas magistraturas corresponde al Congreso de la República, en donde, el tiempo ha demostrado que el acceso a las magistraturas está más al alcance de profesionales liberales –abogados con experiencia en años- que jueces de auténtica carrera. Además de responder, dicha elección, a las diversas influencias de tipo político que se manejan en el Congreso de la República. Todo lo expuesto viene a desvirtuar por completo, los principios rectores de una auténtica Carrera Judicial.

3. LA CARRERA JUDICIAL EN ESPAÑA

Lo relativo a la Carrera Judicial en España se regula en la Ley Orgánica del Poder Judicial, 6/1985 del 1 de julio, que en su exposición de motivos en el numeral VII establece: “el sistema básico de ingreso en la carrera judicial sigue siendo el de oposición libre entre licenciados en Derecho, completada por la apro-bación de un curso en el Centro de Estudios Judiciales y con las prácticas en un órgano jurisdiccional.

El acceso a la categoría de Magistrado se verifica en las proporciones si-guientes: De cada cuatro vacantes, dos se proveerán con los Jueces que ocupen el primer lugar en el escalafón dentro de la categoría; la tercera, por medio de pruebas selectivas y de especialización en los órdenes contencioso-administrativo y social entre los Jueces, y la cuarta, por concurso entre juristas de reconocida competencia y con más de diez años de ejercicio”

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El ejercicio de la potestad jurisdiccional se atribuye en España a los siguien-tes juzgados y tribunales:

• Juzgados de paz.

• Juzgados de Primera Instancia e Instrucción, de lo Mercantil, de Violencia sobre la Mujer, de lo Penal, de lo Contencioso-administrativo, de lo Social, de Menores y de Vigilancia Penitenciaria.

• Audiencias Provinciales.

• Tribunales Superiores de Justicia.

• Audiencia Nacional.

• Tribunal Supremo.

Según el artículo 299 de la Ley del Poder Judicial, la Carrera Judicial consta de tres categorías así:

• Magistrado del Tribunal Supremo

• Magistrado

• Juez

La carrera Judicial en España es una función del Consejo General del Po-der Judicial, a través de su propia academia. Como parte de sus funciones está aprobar, cada tres años como máximo, y por períodos menores cuando fuere necesario, el escalafón de la Carrera Judicial.

3.1. Ingreso y ascenso en la Carrera Judicial

a) El ingreso en la Carrera Judicial está basado en los principios de mérito y capacidad para el ejercicio de la función jurisdiccional.

b) El proceso de selección para el ingreso en la Carrera Judicial garantizará, con objetividad y transparencia, la igualdad en el acceso a la misma de todos los ciudadanos que reúnan las condiciones y aptitudes necesarias, así como la idoneidad y suficiencia profesional de las personas seleccio-nadas para el ejercicio de la función jurisdiccional.

c) El ingreso en la Carrera Judicial, por la categoría de Juez, se producirá mediante la superación de oposición libre y de un curso teórico y prácti-co de selección, realizado en la Escuela Judicial.

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También ingresarán en la Carrera Judicial, por la categoría de Magistrado del Tribunal Supremo o de juristas de reconocida competencia en los casos, for-ma y proporción respectivamente establecidos en la ley. Quienes pretendan el ingreso en la Carrera Judicial en la categoría de Magistrado precisarán también superar un curso de formación en la Escuela Judicial.

Para concurrir a la oposición, libre de acceso a la Escuela Judicial, se re-quiere ser español, mayor de edad y licenciado en Derecho, así como no estar incurso en alguna de las causas de incapacidad que establece la ley.

El artículo 307 de la Ley del Poder Judicial crea: “La Escuela Judicial, configurada como centro de selección y formación de Jueces y Magistrados dependiente del Consejo General del Poder Judicial, tendrá como objeto proporcionar una preparación integral, especializada y de alta calidad a los miembros de la Carrera Judicial, así como a los aspirantes a ingresar en ella.”

Carlo Guarnieri y Patrizia Pederzoli, citados por Carlos Rosales, afirman: :“En España el Centro de Estudios Judiciales se ocupa sólo de la formación de los jueces, seleccionados, también aquí, mediante un concurso abierto a los jóvenes licenciados en derecho. Las normas del ordenamiento judicial también prevén, sin embargo, una forma de reclutamiento personal destinado a juristas de reconocida competencia y cuya selección tiene lugar mediante un concurso ad hoc” (2005: página. 55)

Se requiere, en todo caso, aprobar el curso teórico práctico que se imparte en la Escuela Judicial. Para poder ser nombrados como jueces, y según el orden de propuesta realizado por la Escuela Judicial, se elevará al Consejo General del Poder Judicial.

3.2. Ascenso a Magistraturas

La selección para el ascenso en la Carrera Judicial recae en los jueces, tomando en cuenta la antigüedad y los resultados de las pruebas selectivas. El paso de la categoría de juez a la de magistrado es automático por el transcurso del tiempo.

Según el artículo 311 de la Ley del Poder Judicial, “de cada cuatro va-cantes que se produzcan en la categoría de Magistrado, dos darán lugar al ascenso de los Jueces que ocupen el primer lugar en el escalafón dentro de esta categoría.”

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El Magistrado, así ascendido, podrá optar por continuar en la plaza que venía ocupando o por ocupar la vacante que en el momento del ascenso le sea ofertada, comunicándolo al Consejo General del Poder Judicial en la forma y plazo que éste determine. En el primer supuesto no podrá participar en los con-cursos ordinarios de traslado durante tres años, si la plaza que venía ocupando es de categoría de Juez y un año si es de categoría de Magistrado.

La tercera vacante se proveerá entre Jueces, por medio de pruebas selectivas en los órdenes jurisdiccionales civil y penal y de especialización en los órdenes contencioso-administrativo, social y mercantil.

La cuarta vacante se proveerá por concurso entre juristas de reconocida competencia y con más de diez años de ejercicio profesional que superen el curso de formación respectivos.

Para el ascenso por escalafón será necesario que hayan prestado tres años de servicios efectivos como Jueces. Para presentarse a las pruebas selectivas o de especialización bastará, sin embargo, con dos años de servicios efectivos, cualquiera que fuere la situación administrativa del candidato.

3.3. Magistrados del Tribunal Supremo

Sus disposiciones se norman del artículo 342 al 347 de la Ley del Poder Judicial, mismas que en extracto establecen.

En las distintas Salas del Tribunal, de cada cinco plazas de sus Magistrados, cuatro se proveerán entre miembros de la Carrera Judicial con diez años, al menos, de servicios en la categoría de Magistrado y no menos de quince en la Carrera, y la quinta entre Abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia

Podrán ser nombrados Magistrados del Tribunal Supremo los Abogados y juristas de prestigio que, cumpliendo los requisitos establecidos para ello, reúnan méritos suficientes a juicio del Consejo General del Poder Judicial y ha-yan desempeñado su actividad profesional por tiempo superior a quince años, preferentemente en la rama del Derecho, correspondiente al orden jurisdiccio-nal de la Sala para la que hubieran de ser designados.

Las vacantes se producen cuando los magistrados o los jueces se jubilan o bien son promocionados a una judicatura superior dejando vacante, por consi-guiente, la judicatura actual.

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El artículo 433 bis, de la Ley del Poder Judicial de España, establece la for-mación continua de los jueces y magistrados:

“1. El Consejo General del Poder Judicial garantizará que todos los Jueces y Magistrados reciban una formación continuada, individualizada, especia-lizada y de alta calidad durante toda su carrera profesional.

2. El Consejo General del Poder Judicial establecerá reglamentariamente un Plan de Formación Continuada de la Carrera Judicial en el que se deta-llarán los objetivos, contenidos, prioridades formativas y la programación plurianual de estas actuaciones.

3. Cada miembro de la Carrera Judicial contará con un Plan Especializado en Formación Continuada mediante el cual se programarán de forma in-dividualizada, en períodos de cinco años, los objetivos formativos, garan-tizándose la plena adaptación a las innovaciones jurídicas con incidencia en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.”

4. CONCLUSIONES

Sobre la base del microanálisis realizado en el presente trabajo, se puede con-cluir que en Guatemala únicamente existe la oportunidad de ascenso en un único nivel dentro de la Carrera Judicial, pues el Juez de paz puede, por convo-catoria interna, ascender a Juez de Primera Instancia. Sin embargo, el acceso a una magistratura de sala de apelaciones significa, para el Juez de Instancia, que-dar a merced de la Comisión de Postulación, en donde, si es preseleccionado en el listado respectivo, queda a completa suerte de una decisión política que se toma en el Congreso de la República de Guatemala. En todo caso, de ser electo, garantizaría un virtual ascenso en su carrera que durará cinco años, pues nadie ni nada le garantiza que al concluir dicho periódo vuelva a ser nombrado y seleccionado nuevamente como magistrado, lo cual significaría poner fin a una Carrera Judicial truncada. En ese mismo presupuesto, se desarrolla la opción a una magistratura de la Corte Suprema de Justicia pues, en todo caso, los jueces de instancia que reúnan el requisito de la edad correspondiente, quedan nueva-mente a merced de la Comisión de Postulación y del Congreso de la República de Guatemala. Lo anterior, evidencia naturalmente la imposibilidad del Consejo de la Carrera Judicial de ejercer plenamente la rectoría de dicho régimen.

Aunado a lo anterior, la Carrera Judicial en Guatemala no garantiza la per-manencia en la misma pues, por mandato Constitucional, tanto los magistrados de la Corte Suprema de Justicia como los Magistrados de las Cortes de Apela-

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ciones deben durar 5 años en su función jurisdiccional, pudiendo ser reelectos; pero, se puede dar el presupuesto que simplemente no sean reelectos o, en el caso de los jueces de primera instancia, no ser nombrados nuevamente para dicho cometido. Tal como se ha manifestado, en Guatemala no ha existido, hasta la fecha, un magistrado de la Corte Suprema de Justicia que haya logrado su reelección. Se puede concluir, que en Guatemala no existe una auténtica Carrera Judicial, pues no se garantiza una genuina permanencia, promoción y ascenso dentro del sistema judicial.

La Carrera Judicial guatemalteca es, a todas luces, frágil y relativamente inexistente, pues, como se ha manifestado, se corre el riesgo de que el sistema de evaluación de jueces de instancia no responda a parámetros objetivos, en cuyo caso, la efímera carrera de un juez de instancia puede terminar en función a dicho riesgo.

En España se da la existencia de un sistema de escalafón que permite el ascenso a magistraturas en función al puesto escalafonario. En Guatemala no existe dicha cuestión, pues los únicos que gozan de inamovilidad real son los jueces de paz, quienes son nombrados por la Corte Suprema de Justicia por un periódo indefinido. Ellos deben ajustar su función jurisdiccional a la Cons-titución Política de la República de Guatemala y las leyes, para garantizar su continuidad indefinida en una judicatura de paz; sin embargo, sus aspiraciones a ser promovido como juez de instancia pueden terminar con su primer nom-bramiento, ya que, de no ser nombrados por otros 5 años su carrera finaliza.

El mandato jurisdiccional a término en Guatemala no responde a los prin-cipios básicos de la Carrera Judicial, pues un juez o magistrado nombrado por cinco años realiza una función de paso, que no permite generar una verdadera especialización e identificación con la judicatura o magistratura de que se trate. Se sostiene que, garantizado un efectivo sistema de selección de jueces y pro-moción de los mismos a magistraturas, es muy beneficioso apostar por la per-manencia por períodos de tiempo más prolongados para un efectivo ejercicio de su función.

El sistema de ingreso a la Carrera Judicial en Guatemala y España compar-ten la similitud desde la perspectiva de la realización de concursos externos de oposición. Ahora bien, respecto a la oportunidad del ascenso a una magistratu-ra, únicamente en España se garantiza, mediante una formación respectiva que permite adquirir el status de magistrado por el transcurso de un tiempo esta-blecido dentro de la propia carrera. Esta situación en Guatemala es inexistente, pues, para que un juez de instancia pueda optar a una magistratura, significa poner en riesgo su carrera al no tener certeza de ser seleccionado como un

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candidato efectivo por la Comisión de Postulación, para la posterior elección definitiva por parte del Congreso de la República.

En la Carrera Judicial española el paso de juez a magistrado es automático, por el transcurso del tiempo respectivo y el ascenso de magistrado de apela-ciones a magistrado del Tribunal Supremo, el cual es decidido por el Consejo General del Poder Judicial, con base en el desempeño profesional y experiencia judicial. Ello evidencia un paso en pro de la auténtica independencia del Or-ganismo Judicial Español, pues goza de una sistema de Carrera Judicial más apegado a los principios fundamentales e inspiradores de dicha institución, en función a la permanencia, promoción y ascenso; claro está, configurando entre cada sistema un modelo que responde a la estructura de un Estado social y democrático de Derecho en cada país.

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5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Corte de Constitucionalidad. (1998) Independencia Judicial.

http://www.cc.gob.gt/sjc/frmConsultaW.aspx. Recuperado el 11 de marzo de 2013 a las 11:00 horas.

Lara, Cipriano Gómez. (2005) Carrera Judicial, Consejos de la Judicatura y Escuelas Judiciales. Recuperado el 11 de marzo de 2013 a las 9:45 hrs. de http://enj.org/portal/biblioteca/funcional_y_apoyo/carre-ra_judicial/2.pdf

Monzón Paredes, Ana Margarita, (2000) La Carrera Judicial como medio para garantizar los medios de los jueces. Guatemala, n.d.

Ossorio, Manuel, (1981) Diccionario de Ciencias jurídicas, políticas y so-ciales. Argentina. Editorial Heliasta S.R.L.

Rosales Carlos, (2005) El ingreso a la carrera judicial. El buen juez por su casa empieza. Recuperado el 11 de marzo de 2013 a las 10:45 hrs., de http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/refjud/cont/8/pjn/pjn5.pdf

Normativa:

• Acuerdos de Paz: Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Papel del Ejército en una Sociedad Democrática (AFPCyPESD).

• Acuerdo Número 6-2000, Corte Suprema de Justicia, Reglamento Gene-ral de la Ley de la Carrera Judicial de Guatemala.

• Asamblea Nacional Constituyente, Constitución Política de la República de Guatemala.

• Basic Resources International (Bahamas) Limited contra la Corte Supre-ma de Justicia, Cámara Civil, Expediente No. 734-00, Corte de Constitu-cionalidad de Guatemala, Amparo en única instancia.

• Declaración principal del III Encuentro Iberoamericano de Consejos de la Judicatura, Carrera Judicial, Declaración Primera. (2002), Recuperado el 11 de marzo de 2013 a las 9:50 hrs., de http://www.cumbrejudicial.org/web/guest/29

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• Decreto No. 41-99 del Congreso de la República de Guatemala y sus reformas, Ley de la Carrera Judicial.

• Decreto No. 2-89 del Congreso de la República de Guatemala y sus reformas, Ley del Organismo Judicial.

• Ley Orgánica 6/1985 y sus reforma, Juan Carlos Rey de España.

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NIDIA VICTORIA JORDÁN VILLEDA*

* Abogada y Notaria con mención Cum Laude (URL). Cierre de Pensum de la Maestría de Ase-soría en Tributación (URL). Estudiante del Doctorado en Derecho Constitucional (UMG). Se desempeñó como Encargada de la Unidad de Detección de Necesidades de Capacitación de la Escuela de Estudios Judiciales y Secretaria Ejecutiva de la Revista SAPERE AUDE.

LA FORMACIÓN JUDICIAL, UNA HERRAMIENTA PARA EL

FORTALECIMIENTO DE LA ADMINIS-TRACIÓN DE JUSTICIA EN GUATEMALA

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1. INTRODUCCIÓN 107

2. LA EDUCACIÓN DE ADULTOS, UNA NECESIDAD SOCIAL 108

3. LA FORMACIÓN: MODALIDADES Y CLASIFICACIÓN 110

4. LA FORMACIÓN JUDICIAL 117

5. EL ROL DE LA ESCUELA DE ESTUDIOS JUDICIALES EN EL FORTALECIMIENTO DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA EN GUATEMALA 119

6. CONCLUSIÓN 128

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 130

Tabla de contenido

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Resumen

El presente aporte se enfoca en la trascendencia que tiene la forma-ción del capital humano del personal del Organismo Judicial, para el fortalecimiento de la administración de Justicia guatemalteca. Para po-der lograr lo anterior, el Organismo Judicial cuenta con la Unidad de Capacitación Institucional, dependencia administrativa denominada Escuela de Estudios Judiciales, encargada de planificar, ejecutar y faci-litar la capacitación y formación técnica y profesional de funcionarios judiciales, así como de auxiliares judiciales y demás empleados del Or-ganismo y de otras personas vinculadas a la administración de justicia en Guatemala.

Palabras claves: educación de adultos, formación, formación judicial, fortalecimiento, administración de Justicia, Escuela de Estudios Judi-ciales

“Un poder judicial independiente, bien formado y eficaz es esencial para el buen funcionamiento de un espacio de justicia (…)

Garantiza resoluciones correctas y ágiles y seguridad jurídica (…) Ciudadanos y empre-sas quieren saber que pueden contar (…) con un cuerpo judicial competente

(…) que les permita ejercer sus derechos y obtener justicia”.

Vivianne Reding, Comisaria de Justicia de la Unión Europea.

1. INTRODUCCIÓN

Siempre que se aborda el tema de fortalecimiento y desarrollo de un país, surge en la mente la necesidad de la educación o formación, entendién-dose esta como la capacitación constante que debe recibir y procurar la

persona para crecer tanto individual como socialmente.

De acuerdo con las vivencias laborales, como trabajadora de la Escuela de Estudios Judiciales, se ha podido percibir el papel importante que juega la Unidad de Capacitación Institucional, en el fortalecimiento de la administración de Justicia.

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El desarrollo del presente aporte, parte de una aproximación de lo que es la educación de adultos, las modalidades y clasificación de la formación general, la utilización de la tecnología, la formación judicial, concluyendo con el rol que juega la Escuela de Estudios Judiciales en este tema.

2. LA EDUCACIÓN DE ADULTOS, UNA NECESIDAD SOCIAL

Anteriormente, la educación estaba enfocada en el conjunto de conocimientos y valores que se les transmitían únicamente a niños y jóvenes. Pero con el paso del tiempo, esto ha ido cambiando y la satisfacción de la demanda educativa se ha convertido en un elemento esencial y necesario para el correcto desarrollo de la sociedad y, por consiguiente, dirigido al conjunto de la población, niños, jóvenes y adultos.

Los procesos educativos hasta hace poco tiempo sufrían un estancamiento, ya que al finalizar la educación escolar, los jóvenes ingresaban al sector pro-ductivo de la sociedad, dedicando todo su tiempo al trabajo y, por lo tanto, dejaban de ser un sujeto activo en los procesos educativos. La experiencia ha demostrado que la educación no puede sujetarse solo a una característica etaria y que la formación y la educación permanente llevan a un mejor desarrollo de la sociedad. La educación beneficia, no solo al individuo al mejorar su nivel de vida (al tener la posibilidad de optar a un mejor trabajo), sino a la sociedad en conjunto, al mejorar el servicio desempeñando con eficiencia y profesionalismo la labor designada, lo anterior, llevó a convertir la educación de adultos, en una necesidad social.

En ese contexto, se hizo necesaria una ciencia que específicamente se en-cargara del estudio de la educación de adultos, en virtud que la formación de este grupo etario implica una metodología completamente distinta a la pedago-gía, que se enfoca en la educación de la niñez y adolescencia. Esta ciencia fue denominada Andragogía (andros, adulto y logos, ciencia).

Aportar un concepto de andragogía es complicado por ser un concepto nuevo en el ámbito educativo, aunque su desarrollo e implementación no lo sean. Adriana Márquez, en la ponencia presentada en el Primer Encuentro Na-cional de Educación y Pensamiento, realizado en Santo Domingo, República Dominicana, indicó que andragogía es: “la disciplina educativa que trata de comprender al adulto(a), desde todos los componentes humanos, es decir como un ente psicológico, biológico y social” (1998).

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A diferencia de la pedagogía, cuyo sistema en cierta manera es autoritario, en el cual predomina la superioridad del maestro sobre el alumno; en la an-dragogía el sistema es democrático, pues el maestro funge más bien como un facilitador del aprendizaje y el participante como una persona con igualdad de capacidades y limitaciones que el docente. Nótese que no se utiliza la definición estudiante, sino participantes o discente y no se utiliza maestro sino docente o facilitador ya que la Andragogía trabaja bajo dos principios: la horizontabilidad y la participación activa del discente.

La horizontalidad en la andragogía rompe con el esquema pedagógico de profesor-estudiante y coloca tanto al facilitador como al discente al mismo ni-vel, ya que en la andragogía lo que se pretende es la participación activa de la persona, tomando en cuenta su experiencia, nivel de vida, etc.

La metodología utilizada en los adultos difiere a la utilizada en los niños y jóvenes en virtud que las características que presentan los adultos son distintas. El adulto se diferencia no solo en su edad biológica, sino en su edad social, psicológica y en los roles que desempeña en la vida. A diferencia de los niños y adolescentes, los adultos desempeñan en su vida diaria varios roles como el del trabajo, la familia, y el estudio. Los adultos que se proponen estudiar, tienen un propósito definido, un deseo de superación que hace que su motivación al aprendizaje sea mayor, pretendiendo que el aprendizaje adquirido tenga un uso inmediato en situaciones de su vida diaria.

La metodología de aprendizaje para el adulto, debe estar enfocada a refor-zar conocimientos ya adquiridos, a profundizarlos o actualizarlos y a evaluarlos continuamente, por ello se le debe dar participación activa en el logro de objeti-vos e involucrarlos activamente en el proceso de enseñanza - aprendizaje.

El facilitador debe tener presente que existen ciertos aspectos que se deben evitar en la enseñanza para adulto, por ejemplo: el exceso de tareas, debido a que el adulto comparte su tiempo con el trabajo y la familia; desvincular la ense-ñanza con la realidad; y la utilización intensiva o única de la memoria, ya que, lo que se pretende es que el adulto analice y utilice los conocimientos adquiridos y los emplee de acuerdo con las experiencias previamente adquiridas.

De acuerdo con lo anterior, se puede determinar que el docente, en la edu-cación de adultos a nivel superior, adquiere un papel de facilitador. Su participa-ción se centra en dar confianza, estimular la reflexión crítica en el participante y motivarlos a que se superen. Esta tarea constituye un reto para el facilitador, quien recibe un adulto ya formado y debe ayudarle a desarrollar la habilidad de relacionar las experiencias nuevas con los conocimientos ya adquiridos.

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3. LA FORMACIÓN: MODALIDADES Y CLASIFICACIÓN

La palabra formación es un concepto que en nuestro idioma admite diversos usos dependiendo el contexto en el cual se use, el Diccionario de la Real Acade-mia Española se define la formación como la “acción y efecto de formar o for-marse” (2000: Pág. 985), esta definición por sí sola no refleja mayor detalle de lo que se entenderá por formación, por lo que para el contexto de este aporte, se define la formación como la acción de desarrollar y fortalecer en la persona el conjunto de habilidades aptitudinales, actitudinales y procedimentales y con-ceptuales, que le servirán para el correcto desempeño de una profesión, oficio u ocupación.

Fred Fluitman, experto de la OIT, en la exposición denominada La forma-ción para el trabajo en el sector informal: tema de actualidad para los años noventa, indicó que la “formación (en sentido general), es toda transferencia de conocimientos teóricos y prácticos y actitudes, organizada para capacitar a los individuos con miras a la realización de actividades productivas, o para cambiar su comportamiento laboral. Por consiguiente, puede referirse a quienes apren-den por primera vez en su vida y a los que han trabajado siempre; abarca las tareas escolares y las extraescolares, así como la formación profesional, técnica, de empresa, de gestión…” (Ander-Egg, Ezequiel; Fluitman, Fred; Gelpi, Ettore y Kambarage Nyerere, Julius, 1996: Pág. 74).

3.1. Modalidades

La formación brindada a las personas adultas, en la actualidad, puede desarro-llarse por medio de modalidades como la presencial, semi presencial y no pre-sencial. Algunos aspectos que caracterizan a cada una de estas modalidades son:

3.1.1. La formación presencial

Es la formación en la que toda la actividad académica se desarrolla en ambien-tes en los que se encuentran presentes físicamente tanto el facilitador como los discentes.

Entre las principales características de esta modalidad, se puede mencionar:

a) Se planifica la acción formativa a través de sesiones en las que se encuen-tran presentes tanto facilitador como participantes.

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b) El ritmo de aprendizaje es el mismo para todos los discentes, sin tomar en consideración sus diferencias individuales.

c) Se utilizan recursos didácticos como pizarrón, rotafolios, marcadores, equipo multimedia, etc.

d) Constituye un costo más elevado para la dependencia que la brinda.

e) Requiere de un espacio físico que cuente con las características básicas que permitan, de manera cómoda, recibir dicha formación.

f) Un aspecto básico de la formación presencial, es que permite el contacto directo entre el discente y el facilitador. Lo que podría permitir de una mejor manera el desarrollo de las habilidades, ya que se pone en práctica inmediata lo que se va aprendiendo.

g) El discente puede plantear y resolver sus dudas inmediatamente con el consiguiente beneficio individual y colectivo.

3.1.2. La formación semi presencial

También recibe el nombre de educación b-learning. En ella, parte del desarro-llo de la actividad formativa, se realiza en sesiones presenciales y la otra, a distancia, vía virtual. Esta es una de las metodologías más utilizadas por las instituciones en los procesos educativos modernos, por las características que se presentan a continuación:

a) Genera un menor costo de recursos tanto para el ente facilitador como para los participantes. El ente facilitador evita gastos de alimentación, logística, pago de horas presenciales al facilitador, lo que permite cubrir más población e implementar cursos en menos tiempo. Los discentes gastan menos en transporte, hospedaje, alimentación y otros.

b) Se planifica tomando en cuenta tanto las actividades para las sesiones presenciales como para el desempeño a distancia en la plataforma vir-tual.

c) Por la flexibilidad que brinda esta modalidad, el ritmo de aprendizaje es pautado por el mismo discente, quien dosifica su actividad de acuerdo con el tiempo del que dispone y a su potencial de aprendizaje.

d) Permite el contacto directo entre el participante y el facilitador en las sesiones presenciales, lo que crea un vínculo de confianza al trabajar a distancia.

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3.1.3. La formación no presencial

Esta modalidad es la denominada e-learning, virtual o a distancia. Todo el de-sarrollo del proceso se lleva a cabo virtualmente, vía Internet, utilizando una plataforma educativa.

El e-learning se presenta como una de las estrategias formativas que puede resolver muchos de los problemas educativos con que se encuentran los países como los nuestros, que van desde el aislamiento geográfico de los centros del saber, hasta la necesidad de perfeccionamiento constante que exige la sociedad del conocimiento; sin olvidarnos del ahorro de dinero y de tiempo que supone, o la magia del mundo interactivo en que nos introduce (CABERO, 2006).

Entre las características de la formación no presencial, se enumeran las siguientes:

a) El papel del docente se perfila más como orientador o tutor que como depositario del saber, ya que se avanza al paso y disciplina del discente.

b) El peso de la transmisión de conocimiento está en los materiales que se proporcionan, porque constituyen el vínculo directo entre el participante y los conocimientos que adquirirá. En este tipo de formación, nunca se tiene un contacto físico directo con el facilitador, ya que todo lo nece-sario para aprender está en los materiales y en la información que se proporciona.

c) El ritmo de aprendizaje es flexible y se adapta a la disponibilidad perso-nal de cada participante.

d) No se necesita de un espacio físico ya que lo que se utiliza es un espacio virtual.

e) Se obtiene una cobertura geográfica mayor ya que la formación llega al lugar de trabajo o al domicilio del participante.

f) Requiere de un proceso previo de aprendizaje en el manejo básico de los TIC (técnicas de informática y comunicación).

g) Y principalmente, favorece la autoformación.

El “e-learning” combina tecnologías de base computarizada como la Inter-net, el correo electrónico y los discos compactos, para desarrollar y mejorar el aprendizaje formal e informal y compartir conocimientos en cualquier tiempo, cualquier lugar y a cualquier ritmo (Vargas, 2006).

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La formación a distancia utiliza el software (programa informático), que proporciona la logística necesaria para llevar a cabo la formación en línea (Anónimo. 2011). La mayoría de los centros de formación o escuelas judicia-les utilizan la plataforma virtual Moodle. La plataforma Moodle es un Sistema de Gestión de Cursos de Código Abierto (Open Source Course Management System, CMS), conocido también como Sistema de Gestión del Aprendizaje (Learning Management System, LMS) o como Entorno de Aprendizaje Virtual (Virtual Learning Environment, VLE). Es una aplicación web gratuita que los educadores pueden utilizar para crear sitios de aprendizaje efectivo en línea (Moodle, 2013).

Un aspecto importante que se debe tomar en cuenta en la educación a distancia, es el tema del tutor virtual; a continuación se presenta un cuadro resumen que contiene las funciones que desempeñe el tutor virtual (Llorante, 2011).

FUNCIONES COMPETENCIAS

Andragógica - Crear un ambiente propicio dentro del aula virtual.

- Sensibilizar a los participantes para que se conozcan e intera ctúen, creando una atmósfera de aprendizaje colaborativo.

- Propiciar actividades que rompan el hielo, el temor a la máquina y a la formación a distancia.

Académica

- Dar información, extender, clarificar y explicar los contenidos presentados.

- Responder las dudas planteadas por los estudiantes.

- Asegurarse que los alumnos están alcanzando el nivel adecuado.

- Diseñar actividades y situaciones de aprendizaje de acuerdo a un diagnóstico previo.

- Resumir en los debates en grupo las aportaciones de los estudiantes.

- Hacer valoraciones globales e individuales de las actividades realizadas.

- Motivar el desempeño eficiente.

- Evaluar las tareas realizadas en línea.

- Dar la realimentación necesaria para mejorar el aprendizaje.

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Técnica

- Asegurarse que los alumnos comprenden el funcionamiento técnico del entorno telemático de formación.

- Dar consejos y apoyos técnicos.

- Realizar actividades formativas específicas.

- Gestionar los grupos de aprendizaje que forme para el trabajo en la red.

- Incorporar y modificar nuevos materiales al entorno formativo.

- Mantenerse en contacto con el administrador del sistema.

- Utilizar adecuadamente el correo electrónico.

- Saber dirigir y participar en comunicaciones asincrónicas.

- Utilizar el software con propósitos determinados.

Organizativa

- Establecer el calendario del curso, de forma global como específica.

- Explicar las normas de funcionamiento dentro del entorno.

- Mantener contacto con el resto del equipo docente y organizativo.

- Organizar el trabajo en grupo y facilitar la coordinación entre los miembros.

- Como encargado de la docencia a distancia, es el responsable de contactar con expertos en el tema.

- Establecer estructuras en la comunicación online con una determinada lógica.

Orientadora

- Facilitar técnicas de trabajo intelectual para el estudio en red.

- Dar recomendaciones públicas y privadas sobre el trabajo y la calidad del mismo.

- Asegurarse que los alumnos trabajan a un ritmo adecuado.

- Motivar a los estudiantes para el trabajo.

- Informar a los estudiantes sobre su progreso en el estudio.

- Ser guía y orientador del estudiante.

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Social

- Dar la bienvenida a los estudiantes que participan en el curso en red.

- Incentivar a los estudiantes para que amplíen y desarrollen los argumentos presentados por sus compañeros.

- Integrar y conducir las intervenciones de los participantes.

- Animar y estimular la participación.

- Proponer actividades para facilitar el conocimiento entre los participantes.

- Dinamizar la acción formativa y el trabajo en red.

3.2. Clasificación de la formación

La clasificación que se indica a continuación, surge de la interpretación al artícu-lo 12 de la Ley de la Carrera Judicial y de la clasificación utilizada en las Escuelas Judiciales a nivel Iberoamericano.

3.2.4. En atención al nivel académico

Esta clasificación responde al grado académico de los discentes, la cual puede ser técnica o profesional.

a) Formación Profesional

Cabanellas define la formación profesional como: “la que tiende a preparar a los trabajadores, capacitándolos para ejecutar sus tareas mediante estudios, métodos y procedimientos de carácter científico; se orienta y perfecciona a los trabajadores instruyéndolos, tanto teórica como prácticamente, para lograr su mejor formación técnica, adelantándose al ejercicio profesional que correspon-de. Se debe tener presente que esa formación está de acuerdo en cada caso con las modalidades propias de la actividad de que se trate, y con las circunstancias del desarrollo técnico y económico de cada país” (2001, Pág.96).

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura –UNESCO–, la formación profesional se define como: “todas las formas y niveles del proceso educativo que incluyen además del conocimiento general, el estudio de las tecnologías y de las relacionadas, la adquisiciones de habilidades prácticas de competencias actitudes y comprensivos relacionadas con las ocupaciones en los diferentes sectores de la vida social” (Ibarrola, 1989).

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Es opinión de la autora que la formación profesional, atendiendo al nivel académico de los discentes, puede definirse como la que reciben los profesiona-les, egresados de una universidad, previo a desempeñarse en un nuevo oficio o cargo, contraria a la formación que reciben los demás empleados que no poseen un título universitario, que se denominaría formación técnica.

b) Formación Técnica u Ocupacional

Es opinión de la autora que la formación técnica puede definirse como la que reciben los trabajadores de las distintas dependencias u organizaciones, que no poseen un título universitario, para prepararlos previo a iniciar una nueva ocupación o desempeñar un puesto laboral.

3.2.5. En atención a las necesidades de formación

La formación también se ha clasificado en dos categorías: formación inicial y formación continua, que son las que actualmente se imparten en las Escuelas Judiciales de Iberoamérica.

a) Formación inicial

Denominación que recibe la primera formación brindada a la persona que se va a incorporar a un nuevo puesto de trabajo, la cual responde a aspectos generales que lo preparan adecuadamente para el correcto desempeño en dicha especia-lidad. (Ander-Egg, Ezequiel; Fluitman, Fred; Gelpi, Ettore y Kambarage Nyerere, Julius, 1996: Pág. 45).

b) Formación continua

Es la educación permanente y tiene como finalidad fortalecer los conocimien-tos, habilidades y destrezas que no se desarrollaron con la formación inicial. La formación continua llena las lagunas dejadas por la formación inicial, o satisface las necesidades de actualización detectadas en el diario desempeño de las fun-ciones. Es necesaria una relación permanente entre estas dos formaciones para permitir un enriquecimiento recíproco en los contenidos.

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4. LA FORMACIÓN JUDICIAL

Es de conocimiento público que los países que tienen menor índice de analfabe-tismo son los más desarrollados, por lo que utilizando este mismo razonamien-to, un país que prepara y educa a su población se desarrolla mejor. Utilizando esta misma idea, se tiene la convicción que la formación judicial se constituye como una herramienta para fortalecer la administración de justicia, coadyu-vando a lograr el cambio institucional que se requiere para prestar un mejor servicio a la ciudadanía. Si bien la formación no es la única solución, pero es un factor determinante para lograrlo.

La inversión que se ha venido haciendo en los últimos años en la formación del personal del Sistema de Justicia en nuestros países, y la problemática que aún persiste en cuanto a la baja eficiencia y agilidad de los servicios que prestan las instituciones del Sistema, nos llevan a reflexionar sobre la utilidad y la efec-tividad de este gran y continuo esfuerzo de capacitación que se lleva a cabo en la región iberoamericana (Müller, 1999: Pág. 72).

La formación no se contempla únicamente en aspectos conceptuales, la misma es holística y busca también el desarrollo de habilidades procedimenta-les y actitudinales, de aplicación práctica y sobre todo con un enfoque ético. En ese sentido, la formación judicial debe ser integral y no enfocarse únicamente en temas relacionados con las funciones que ejercen o ejercerán los trabajado-res, dejando a un lado temas esenciales como organización y planificación del juzgado, integridad, transparencia, ética, relaciones humanas, por lo que es ne-cesario, al realizar la oferta académica, tomar en cuenta tanto los temas legales, gerenciales, interpersonales como éticos.

La formación que se le proporciona al personal en servicio y principalmen-te de nuevo ingreso, es una base para el buen desempeño de la función. Las distintas actividades académicas, buscan superar el nivel de conocimientos, la aptitud técnica o la habilidad de los operadores de justicia, porque la formación bajo el enfoque por competencias es holístico. La formación, por lo tanto, es una de las herramientas para lograr el fortalecimiento de la institución y en consecuencia la modernización del mismo.

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4.1 Antecedentes de la Formación Judicial en Guatemala

En materia de formación, el Organismo Judicial ha tenido una trayectoria que inicia en el año 1986. Como primer antecedente de la formación de los colabo-radores de justicia, se crea la Unidad de Recursos Humanos, la cual tenía como propósito impulsar, por medio de la capacitación, el desarrollo del personal del Organismo Judicial. Posteriormente, en 1989 esta unidad se transformó en la Dirección de Formación y Capacitación (FORCAP) cuya función principal fue desarrollar planes, programas de formación, capacitación y adiestramiento al personal en servicio.

Tres años después, en 1992 se creó la Unidad de Planificación y Transfor-mación de la Justicia Penal, con el único objetivo de capacitar en la implementa-ción del nuevo Código Procesal Penal, unidad que funcionó paralela a la Direc-ción de Formación y Capacitación. –FORCAP–. Posteriormente se transformó en la Escuela de Estudios Judiciales por el acuerdo 40-92 de la Corte Suprema de Justicia.

En el año 1996, con la firma de la paz en Guatemala, se consideró a la Unidad de Capacitación del Organismo Judicial, como el ente encargado de la selección y formación continua de jueces y magistrados. Y es desde esa fecha, la principal institución para la formación y capacitación técnica y profesional de los empleados del Organismo Judicial.

Con la entrada en vigencia del Decreto 41-99 del Congreso de la Repú-blica de Guatemala, que contiene la Ley de la Carrera Judicial, se le otorga a la Unidad de Capacitación Institucional del Organismo Judicial, a través de una ley ordinaria, un papel fundamental dentro de dicho Organismo ya que se especifica que es el órgano encargado de planificar, ejecutar y facilitar la capaci-tación y formación técnica y profesional de jueces, magistrados, funcionarios y empleados del Organismo Judicial y otras personas u organizaciones relaciona-das o interesadas en el sistema de justicia, con el fin de asegurar la excelencia y actualización profesional para el eficiente desempeño de sus cargos.

4.2 Los Acuerdos de Paz y la Excelencia Profesional

El 29 de diciembre de 1996 se firma la paz entre el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), con lo cual se da fin a más de treinta años de conflicto armando interno. En dichos acuerdos, específicamente en el Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, se estableció el fortalecimiento de la

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justicia bajo el subtítulo de Excelencia Profesional, en los siguientes términos: “El fortalecimiento de la Escuela de Estudios Judiciales y de la Unidad de Capa-citación del Ministerio Público, como lugares centrales en la selección y forma-ción continua de jueces, magistrados y fiscales” (COPREDEH, 1997: Pág. 100).

En dicho acuerdo no solo se le da a la Escuela de Estudios Judiciales un papel primario, sino central dentro del Organismo Judicial, como el ente encar-gado de la selección y formación de jueces y magistrados. La intención de los Acuerdos de Paz es el fortalecimiento de la administración de justicia, a través de la formación y selección de sus colaboradores, lo que implicará mejorar el servicio que prestan.

Si bien, los Acuerdos de Paz establecen que la Escuela de Estudios Judicia-les será el ente encargado de la selección del personal que ingrese al Organismo Judicial, por mandato legal, la dependencia del Organismo Judicial encargada del proceso de selección de juezas y jueces es el Consejo de la Carrera Judicial y de los auxiliares judiciales y personal técnico-administrativo, es la Gerencia de Recursos Humanos. La Escuela de Estudios Judiciales únicamente participa en la elaboración y aplicación de la prueba técnico-jurídica tanto para funcionarios judiciales (jueces) como para auxiliares judiciales (secretarios, oficiales, notifica-dores y comisarios).

5. EL ROL DE LA ESCUELA DE ESTUDIOS JUDICIALES EN EL FORTALECIMIENTO DE LA ADMINISTRA-CIÓN DE JUSTICIA EN GUATEMALA

El rol de las escuelas judiciales en el fortalecimiento de la administración de Justicia no es un tema nuevo, pero sí de mucha relevancia, lo anterior se ve reflejado en la primera reunión de la Cumbre Judicial Iberoamericana1 de 2004, en la que se estableció que la sociedad tiene derecho a un mejor servicio de Justicia, el cual se logrará mediante la capacitación y ascenso de los Jueces, su supervisión y la evaluación del desempeño.

Los Presidentes de las Cortes Supremas y de los Consejos de la Judicatura de Iberoamérica, convencidos que la capacitación de los jueces/zas y magistra-

1 En el 2004 fue el primer año que se llevó a cabo, en una misma y única conferencia in-ternacional, la Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia y el Encuentro Iberoamericano de Consejos de la Judicatura, denomi-nándose a esta actividad CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA.

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dos/as es prioridad para los Sistemas Judiciales, por considerar que en la me-dida en que ellos estén mejor preparados estarán en condiciones de responder óptimamente en su desempeño a las expectativas de la sociedad, declararon la necesidad de establecer Escuelas Judiciales para el ingreso a la Judicatura y actualización o especialización de los jueces/zas y magistrados/as. Vincular la capacitación recibida con el ingreso a la carrera judicial, así como con el ascenso en ella, es un buen medio para reforzar la eficacia y el prestigio del Sistema Judicial (Cumbre Judicial Iberoamericana, 2004: Pág. 14).

Conscientes de esa necesidad, la Escuela de Estudios Judiciales, Unidad de Capacitación Institucional del Organismo Judicial de Guatemala, encuentra su naturaleza y función en el artículo 12 de la Ley de la Carrera Judicial, la cual señala: “la Unidad de Capacitación Institucional es el órgano encargado de pla-nificar, ejecutar y facilitar la capacitación y formación técnica y profesional de jueces, magistrados, funcionarios y empleados del Organismo Judicial y otras personas u organizaciones relacionadas o interesadas en el sistema de justicia, con el fin de asegurar la excelencia y actualización profesional para el eficiente desempeño de sus cargos. Su organización y funcionamiento se regirán por la presente ley y el reglamento respectivo”2.

De igual manera, el artículo 22 de la Ley del Servicio Civil del Organismo Judicial, (año) instituye lo siguiente: “se establece un sistema de capacitación y actualización para los empleados y funcionarios judiciales, el cual deberá ser permanente y obligatorio”.

5.1. El proceso educativo de la Escuela de Estudios Judi-ciales

Con la entrada en vigencia de la Ley de la Carrera Judicial en el año 1999, se le da un nuevo giro a la formación y capacitación del recurso humano del Organismo Judicial, ya que desde ese momento, la única dependencia dentro de este Organismo que tendrá a su cargo tal función, es la Escuela de Estudios Judiciales.

En ese contexto de ideas, la Unidad de Capacitación Institucional propone una oferta académica conformada por tres niveles de formación.

2 A manera de aclaración, aunque la ley de la Carrera Judicial establece la denominación de Unidad de Capacitación Institucional, se está haciendo relación a lo que nacional e interna-cionalmente se denomina Escuela de Estudios Judiciales.

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A partir del 2010, el proceso educativo de la Escuela de Estudios Judiciales ha venido sufriendo una reestructuración académica. Para el efecto, se esta-bleció un proceso científico y sistematizado para ofrecer a las y los usuarios un servicio de calidad y excelencia, pero acorde con sus necesidades y compe-tencias, iniciando con una detección de necesidades de capacitación, que da como resultado la elaboración de actividades académicas relevantes al quehacer judicial y administrativo, utilizando la metodología constructivista y el enfoque por competencias en toda la oferta académica.

Los tres niveles de formación que maneja la Escuela de Estudios Judiciales de Guatemala son los siguientes:

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5.1.1. Programas de Formación Inicial

La Unidad de Capacitación Institucional, por ley y en cumplimiento de los Acuerdos de Paz, es la institución encargada de velar por la excelencia profe-sional, y esto lo lleva a cabo a través de los distintos Programas de Formación Inicial.

Según lo establecido por la Cumbre Judicial Iberoamericana, los objeti-vos de la formación inicial son los siguientes (Cumbre Judicial Iberoamericana, 2004: Pág. 16).

• Contribuir a la determinación del perfil o modelo del Juez previamente definidos en el Estatuto del Juez Iberoamericano.

• Complementar la formación jurídica de los aspirantes, a través de la capa-citación de sus habilidades y destrezas necesarias para el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales.

• Complementar la capacitación de los aspectos administrativos, concernien-tes a la organización judicial (gestión del despacho).

• Formar la personalidad del Juez, reafirmando los principios éticos básicos del sistema judicial (independencia, autonomía, autoridad, responsabili-dad).

Los programas de formación inicial de la Escuela Judicial de Guatemala, han sido diseñados adoptando la metodología constructivista y el enfoque por competencias, la red curricular es dinámica, tomando en cuenta las necesidades tanto internas como externas del aspirante y la sociedad. El contenido curricular está dividido en tres grandes áreas: axiológica, metodológica y de aplicación ju-risdiccional, distribuidas en ciclos en los que se imparten cursos: fundamentales, especiales de aplicación jurisdiccional, complementarios a la función jurisdiccio-nal, así como dos momentos que permiten poner en práctica los conocimientos adquiridos, los cuales se han denominado estancias judiciales y práctica judicial supervisada o tutelada.

La práctica judicial tutelada es una actividad formativa que consiste en el proceso de obtener la experiencia directa y vivencial del rol profesional del juez o jueza, mediante su inserción en la realidad y ambiente laboral de la judicatura, que le posibilite para la aplicación integrada de los conocimientos adquiridos a través de la formación académica.

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La práctica se realiza dependiendo de la situación en que se encuentre la o el aspirante: si las y los aspirantes han sido nombrados temporalmente en el cargo de Juez (paz o instancia), la práctica se realiza in situ en el órgano jurisdiccional a su cargo, y las y los tutores únicamente supervisan al aspirante, con base en un instructivo previamente entregado. Si las y los aspirantes no han sido nombrados, son designados a las distintas judicaturas del país, para realizar sus prácticas bajo la tutela del juez/za titular. La finalidad de la práctica judicial, es que las y los aspirantes unan los conocimientos obtenidos durante la fase académica, con la realidad de las judicaturas, con el acompañamiento de un juez con amplia experiencia, que los oriente y supervise en los aspectos que la teoría no puede abarcar.

La práctica finaliza con un informe de la misma y la elaboración de un trabajo de investigación jurisdiccional. Luego de haber concluido y aprobado sa-tisfactoriamente el programa, las y los aspirantes cumplen los requisitos para ser considerados elegibles para una plaza en una judicatura de paz o de primera ins-tancia, según el caso, o ser confirmado en el cargo que ejerce provisionalmente.

Los programas de formación inicial que implementa la Escuela de Estudios Judiciales son los siguientes:

a) Programas de formación inicial para aspirantes a Jueces de Paz (PROFI)

Los programas de formación inicial constituyen la parte final de los procesos de selección para el ingreso a la Carrera Judicial, los cuales dan inicio con la convocatoria que realiza el Consejo de la Carrera Judicial.

Los Programas de Formación Inicial para Jueces de Paz están dirigidos a todos los profesionales del derecho que llenen los requisitos establecidos, sean parte del Organismo Judicial o abogados litigantes. El PROFI forma a los profe-sionales que desean ingresar al primer eslabón de la Carrera Judicial.

b) Programa de formación inicial para aspirantes a Jueces de Primera Ins-tancia (PROFINS)

El programa, dirigido a jueces de paz que desean optar a un ascenso en una judicatura de primera instancia, también consiste en la parte final del proceso de ascenso que realiza el Consejo de la Carrera Judicial. El Consejo de la Carrera Judicial, en ejercicio de la función delegada en la literal “c” del artículo 6 de la Ley de la Carrera Judicial, y lo establecido en sus artículos 15, 16, 17, 18 y

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25, así como el artículo 37 del Reglamento de Traslados y Ascensos, Acuerdo 1-2005 del Consejo de la Carrera Judicial, realiza la Convocatoria a los Jueces de Paz interesados en ingresar al Programa de Formación Inicial para Aspirantes a Jueces de Primera Instancia (PROFINS).

c) Programas de Inicial para Auxiliares Judiciales –PFIAJ-

La Escuela de Estudios Judiciales consciente de la brecha existente entre los conocimientos, habilidades y aptitudes con los que ingresan los nuevos traba-jadores judiciales y los que necesitan para desempeñar con excelencia el cargo en el que se les nombre, implementó juntamente con la Gerencia de Recursos Humanos el Programa de Formación Inicial para Auxiliares Judiciales. Como su nombre lo indica, este programa está dirigido a los futuros auxiliares judiciales y tiene como finalidad capacitar, actualizar y fortalecer los conocimientos tecno-lógicos, teóricos, prácticos y éticos de conformidad al cargo, logrando así, que cuando sean nombrados en algún órgano jurisdiccional, ya posean los conoci-mientos mínimos indispensables para ejecutar su cargo.

5.1.2. Formación Continua

La formación continua es el proceso académico que pretende la adquisición per-manente de conocimientos, el desarrollo de actitudes y habilidades, requeridas para el desempeño de las funciones de jueces, auxiliares judiciales y personal administrativo. Su propósito es mejorar la prestación del servicio en la actividad jurisdiccional.

Según lo establecido por la Cumbre Judicial Iberoamericana, los objetivos de la formación continua son los siguientes (Cumbre Judicial Iberoamericana, 2004: Pág. 17).

• Facilitar la actualización en las materias jurídicas de más frecuente aplica-ción.

• Organizar actividades de actualización para apoyo de los jueces.

• Capacitar en reformas normativas y/o nuevas tendencias doctrinarias o ju-risprudenciales.

• Formar en áreas de conocimiento no estrictamente jurídicas pero que se consideran de importancia en la prestación del servicio.

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La formación continua va dirigida a los destinatarios siguientes:

a) Funcionarios Judiciales: el área encargada de la capacitación de los funcionarios judiciales coordina cursos dirigidos a los magistrados y jueces del Organismo Judicial.

b) Auxiliares Judiciales: esta área desarrolla capacitaciones para el per-sonal auxiliar que integra los juzgados.

c) Personal Administrativo: la capacitación va dirigida al personal téc-nico y administrativo del Organismo Judicial.

Aunque la función de la Escuela de Estudios Judiciales se centra en la forma-ción del recurso humano del Organismo Judicial, en cumplimiento a la proyec-ción social que deben tener las escuelas judiciales según la Red Iberoamericana de Escuelas Judiciales, se ha brindado capacitación a otras personas vinculadas con la administración de justicia (abogados, estudiantes universitarios, periodis-tas, personal de otras dependencias estatales, etc.).

5.1.3. Programa de Especialización

El nivel de especialización tiene como finalidad fortalecer las especialidades que demanda el medio laboral, así como incrementar la excelencia en el desenvolvi-miento de las actividades de trabajo.

En este nivel de formación, se han realizado y se están realizando las si-guientes actividades:

a) Maestría en Gestión Jurisdiccional

b) Diplomado en Argumentación Jurídica

c) Diplomado La Justicia Constitucional del Siglo XXI

d) Diplomado semipresencial “Actualización y especialización sobre femi-cidio, violencia contra la mujer en el marco de los Derechos Humanos”

e) Diplomado en Derechos Humanos de la Niñez, Mujeres y Pueblos Indígenas

f) Diplomado en Derecho Tributario

g) Diplomado Corte Penal Internacional

h) Especialización en el Recurso de Apelación Especial

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5.2. La metodología constructivista y el enfoque por competencias

El constructivismo es una teoría del aprendizaje que concibe a la persona, como un ser racional, activo y competente, quien procesa la información obtenida del entorno, la interpreta con base con lo que ya conoce y lo convierte en un nuevo conocimiento. De acuerdo con la metodología constructivista, la persona participante es el protagonista de su propio aprendizaje; su papel es activo, al ser el constructor de su conocimiento. La persona participante es el centro del aprendizaje porque es él quien construye su aprendizaje partiendo de sus cono-cimientos y experiencias previas, para realizar nuevas construcciones mentales.

En el constructivismo el análisis crítico y reflexivo es dinámico, porque la crítica ayuda a saber que los conocimientos, habilidades y hábitos adquiridos en el aula serán los adecuados para la realidad en que se mueve el participante; por lo que en el aula, no solo se debe aprender a leer, escuchar y memorizar, sino debe servir para comprender el mundo y ajustarse a vivir en él.

Es una metodología de aprendizaje que se opone a la metodología memo-rística, da valor a la experiencia y a los conocimientos previos del estudiante. Se necesita de la disposición del participante para aprender, ya que él es el protago-nista del proceso, por lo que se debe tener la lógica, organización y articulación de conceptos. En ese sentido, el aprendizaje debe ser funcional, debe servir para algo. En el constructivismo, el participante aprende haciendo.

De la mano de la metodología constructivista, se encuentra el enfoque por competencias; es importante tener presente que las Escuelas Judiciales de Iberoamérica están haciendo un esfuerzo significativo para tener un cambio de paradigma curricular en la formación judicial y es por eso que es tan importante la actualización en los nuevos enfoques educativos.

Las nuevas tendencias educativas se inclinan por el enfoque por competen-cias, en primer lugar, porque es el enfoque educativo que está en el centro de la política educativa y esto hace que sea necesario que todo docente aprenda a desempeñarse con idoneidad en este enfoque. En segundo lugar, porque las competencias son la orientación fundamental de diversos proyectos internacio-nales de educación, como el Proyecto Tuning de la Unión Europea o el proyecto Alfa Tuning Latinoamérica. Y tercero, porque las competencias constituyen la base fundamental para orientar el currículo, la docencia, el aprendizaje y la evaluación desde un marco de calidad, ya que brinda principios, indicadores y herramientas para hacerlo, más que cualquier otro enfoque educativo (Tobón, 2006: pág. 1).

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Lo importante del enfoque por competencias es que es un modelo holís-tico, porque se centra en todos los elementos esenciales del proceso de forma-ción, como lo son: el estudiante (participante), el aprendizaje, la evaluación y la docencia; es por eso que se dice que “seguir este enfoque es comprometerse con una docencia de calidad, buscando asegurar el aprendizaje de los estudian-tes (Tobón, 2006: pág. 1).

Aunque en el enfoque tradicional el docente dirige la clase, da exposicio-nes magistrales y, básicamente todo gira en torno a él, esto no se aplica en el enfoque por competencias, ya que el docente se convierte en un facilitador del aprendizaje, en un guía que debe motivar y ayudar a los discentes en el desarro-llo de las competencias establecidas.

Para entender cuál es el rol del facilitador en el enfoque por competencias, también es necesario tener presente que se necesita ir de la mano del enfoque constructivista, el cual consiste en construir conocimientos, a partir de conoci-mientos previos. En ese sentido, entre las atribuciones que tiene el facilitador, tomando en cuenta estos dos enfoques están:

a. Organizar el currículo en forma de espiral para que la persona cons-truya nuevos conocimientos con base en los que ya adquirió ante-riormente.

b. Transformar la información en un formato adecuado para su com-prensión.

c. Motivar a quien participe de la actividad a descubrir conocimientos por sí mismo.

d. Diseñar y coordinar actividades de aprendizaje que sean atractivas para los discentes.

e. Estimular el respeto.

f. Guiar al estudiante en el proceso de aprendizaje.

También es de vital importancia que el facilitador proporcione las reglas que se aplicarán durante el proceso de aprendizaje, informe cuáles son las competencias a desarrollar durante el programa, prepare el material didáctico, diseñe las metodologías de enseñanza que logren desarrollar y/o alcanzar las competencias determinadas y, finalmente, aplique los instrumentos de evalua-ción antes, durante y después del proceso educativo para monitorear el proceso y corregir las desviaciones indeseadas (Zambrano. Pág. 1).

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Para lograr lo anterior, es necesario que el docente cuente con los conoci-mientos, habilidades y destrezas que le permitan llevar a cabo su rol y es por eso que las escuelas judiciales deben facilitar cursos de formación docente para desarrollar las competencias deseadas en sus facilitadores y, de esta forma, ellos puedan cumplir con eficiencia y eficacia su rol de guía del aprendizaje.

Tomando en cuenta las atribuciones antes señaladas, una de las principa-les habilidades que debe tener un facilitador es saber comunicarse para poder transmitir sus conocimientos. También es necesario que sepa redactar las com-petencias que desea lograr con su programa; diseñar los instrumentos de eva-luación que le permitan tanto medir el nivel con el que ingresan sus estudiantes, el desarrollo de su curso o medir el resultado del proceso de aprendizaje.

Con base en todo lo anterior, la Escuela de Estudios Judiciales de Guatema-la diseñó una serie de cursos, que forman parte de un Programa de Formación Docente cuya finalidad fue poner en práctica en todos los niveles de formación de la escuela el enfoque por competencias y la metodología constructivista. El primer módulo de este programa se centró en la formación por competencias, ya que era necesario dotar a las y los docentes de la Unidad de Capacitación del Organismo Judicial los conocimientos, habilidades y actitudes que les per-mita formar con base en este nuevo enfoque. Lo interesante es que no solo es importante dar a conocer qué es una competencia y cómo se redactan, también es necesario dotar de las herramientas metodológicas que les permita lograr las competencias de los cursos que impartan y es por eso, que los siguientes módulos del Programa de Formación Docente están enfocados en fortalecer las metodologías educativas y la evaluación en el enfoque por competencias.

6. CONCLUSIÓN

Valioso resulta indicar que la formación del recurso humano del Organismo Judicial no debe enfocarse como un fin, sino como un medio para el fortale-cimiento y la correcta aplicación de la justicia. Los mejores sistemas judiciales del mundo reposan sobre un sistema que parte de la noción que es necesario que todo profesional continúe formándose en su especialidad, ya que la capa-citación continua persigue la excelencia en el desempeño (Comisión Nacional para el Seguimiento y Apoyo al Fortalecimiento de la Justicia, 2000: Pág. 15). Por ello, la formación que proporcione la Escuela de Estudios Judiciales, debe ir orientada a fortalecer las competencias de las personas y capacitar en el des-empeño de las funciones y atribuciones propias del cargo y la materia, con base en una detección de necesidades de capacitación que contribuya a fortalecer la

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administración de justicia, supliendo las necesidades detectadas o manifestadas por los actores y principales involucrados en la prestación del servicio.

Es importante resaltar que el objetivo principal de la Unidad de Capacita-ción Institucional del Organismo Judicial es la búsqueda de la excelencia profe-sional, lo cual se convierte en un factor determinante en el fortalecimiento de la administración de justicia y el mejoramiento de la imagen de la justicia. Por lo anterior, se hace necesario fortalecer, tanto administrativa como académica-mente, a la Escuela de Estudios Judiciales, contemplando su autonomía acadé-mica y funcional, dando seguimiento a procesos de investigación y proyección social como lo es la revista SAPERE AUDE, difundiendo las actividades de formación programadas a todos los interesados y ampliando la cobertura de la formación, para poder llevar a cabo su finalidad.

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7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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NORMATIVAS

Constitución Política de la República de Guatemala.

Ley de la Carrera Judicial. Decreto número 41-99 del Congreso de la República de (1999) .Guatemala.

Ley del Servicio Civil del Organismo Judicial. Decreto Número 48-99 del Congreso de la República. (1999) Guatemala.

DOCUMENTOS

135

ESTATUTO DEL JUEZ IBEROAMERICANO

VI CUMBRE IBEROAMERICANA DE PRESIDENTES DE CORTES SUPREMAS Y TRIBUNALES

SUPREMOS DE JUSTICIA

Celebrada en Santa Cruz de Tenerife, Canarias España, los días 23, 24 Y 25 de mayo de 2001

TOMANDO EN CUENTA que la evolución de nuestras sociedades ha llevado a un mayor protagonismo del juez, lo cual exige que el Poder Judicial responda a la demanda de apertura y sensibilidad en relación con las necesidades expresa-das por diversos sectores y agentes sociales y adapte sus tradicionales métodos de trabajo y actitudes a esas nuevas necesidades.

CONSIDERANDO que el Poder Judicial debe evolucionar hacia la consecuencia o consolidación de su independencia, no como privilegio de los jueces, sino como derecho de los ciudadanos y garantía del correcto funcionamiento del Estado constitucional y democrático de Derecho que asegure una justicia acce-sible, eficiente y previsible.

CONSIDERANDO, además, que, a la par de los esfuerzos que se realizan en lo que se ha denominado <<Reforma Judicial>>, con la diversidad que en el ámbito iberoamericano se observa, es indispensable dar respuesta a la exigencia de nuestros pueblos de poner la justicia en manos de jueces de clara idoneidad técnica, profesional y ética, de quienes dependen, en último término, la calidad de la justicia.

CONVENCIDA de que para el mejor desempeño de la función jurisdiccional, y junto a las disposiciones constitucionales y legales de cada uno de los Estados que componen la comunidad iberoamericana, es necesario que los jueces, in-dependientemente de su orden jerárquico, dispongan de un instrumento que condense, lo más precisamente posible, los derechos, deberes, condiciones y requisitos que han de acompañarlos y orientarlos en el ejercicio de sus delicadas tareas.

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DESEANDO, por último, ofrecer un referente que identifique los valores, princi-pios institucionales, procesos y recursos mínimos necesarios para garantizar que la función jurisdiccional se desarrolle en forma independiente, defina el papel del juez en el contexto de una sociedad democrática y estimule los esfuerzos que en ese sentido desarrollan los Poderes Judiciales de la región.

Aprueba y promulga el siguiente

ESTATUTO DEL JUEZ IBEROAMERICANO INDEPENDENCIA

Art. 1. Principio general de independencia

Como garantía para los justiciables, los jueces son independientes en el ejer-cicio de sus funciones jurisdiccionales y se encuentran tan sólo sometidos a la Constitución y a la ley, con estricto respeto al principio de jerarquía normativa.

Art. 2. Obligación de respeto a la independencia judicial

Los otros poderes del Estado y, en general, todas las autoridades, instituciones y organismos nacionales o internacionales, así como los diferentes grupos y organizaciones sociales, económicos y políticos, deben respetar y hacer efectiva la independencia de la judicatura.

Art. 3. Independencia judicial y medios de comunicación

La utilización de los medios de comunicación social con el objeto de suplantar funciones jurisdiccionales, imponer o influir el contenido de las resoluciones judiciales, en condiciones que excedan el legítimo derecho a la libertad de ex-presión e información, se considera lesiva para la independencia judicial.

Art. 4. Independencia interna

En el ejercicio de la jurisdicción, los jueces no se encuentran sometidos a auto-ridades judiciales superiores, sin perjuicio de la facultad de éstas de revisar las decisiones jurisdiccionales a través de los recursos legalmente establecidos, y de

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la fuerza que cada ordenamiento nacional atribuye a la jurisprudencia y a los precedentes emanados de las Cortes Supremas y Tribunales Supremos.

Art. 5. Defensa de la independencia judicial

Los atentados a la independencia judicial han de ser sancionados por ley, que deberá prever los mecanismos por medio de los cuales los jueces inquietados o perturbados en su independencia puedan obtener el respaldo de los órganos superiores o de gobierno del Poder Judicial.

Art. 6. Condiciones materiales de la independencia

El Estado garantizará la independencia económica del Poder Judicial, mediante la asignación del presupuesto adecuado para cubrir sus necesidades y a través del desembolso oportuno de las partidas presupuestarias.

IMPARCIALIDAD

Art. 7. Principio de imparcialidad

La imparcialidad del juez es condición indispensable para el ejercicio de la fun-ción jurisdiccional.

Art. 8. Imparcialidad objetiva

La imparcialidad del juez ha de ser real, efectiva y evidente para la ciudadanía.

Art. 9. Abstención y recusación

Los jueces tienen la obligación de separarse de la tramitación y conocimiento de asuntos en los que tengan alguna relación previa con el objeto del proceso, partes o interesados en el mismo, en los términos previstos en la ley.

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Art. 10. Incompatibilidad

El ejercicio de la función jurisdiccional es incompatible con otras actividades, a excepción de aquellas admitidas por la ley.

SELECCIÓN DEL JUEZ, CARRERA JUDICIAL E INAMOVILIDAD

Art. 11. Órgano y procedimiento de selección de los jueces

Los procesos de selección y nombramiento deben realizarse por medio de órga-nos predeterminados por la ley, que apliquen procedimientos también prede-terminados y públicos, que valoren objetivamente los conocimientos y méritos profesionales de los aspirantes.

Art. 12. Objetividad en la selección de jueces

Los mecanismos de selección deberán adaptarse a las necesidades de cada país y estarán orientados, en todo caso, a la determinación objetiva de la idoneidad de los aspirantes.

Art. 13. Principio de no discriminación en la selección de jueces

En la selección de los jueces, no se hará discriminación alguna por motivo de raza, sexo, religión, ideología, origen social, posición económica y otra que vul-nere el derecho a la igualdad que ampara a los aspirantes. El requisito de nacio-nalidad del país de que se trate no se considerará discriminatorio.

Art. 14. Principio de inamovilidad

Como garantía de su independencia, los jueces deben ser inamovibles desde el momento en que adquieren tal categoría e ingresan a la Carrera Judicial, en los términos que la Constitución establezca.

No obstante, podrán ser suspendidos o separados de sus cargos por incapa-cidad física o mental, evaluación negativa de su desempeño profesional en los

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casos en que la ley lo establezca, o destitución o separación del cargo declarada en caso de responsabilidad penal o disciplinaria, por los órganos legalmente establecidos, mediante procedimientos que garanticen el respeto del debido proceso y, en particular, el de los derechos de audiencia, defensa, contradicción y recursos legales que correspondan.

Art. 15. Nombramiento a término de los jueces

Con conocimiento de que algunos países admiten el nombramiento a término de jueces, se aspira a que esta situación se modifique para alcanzar la garantía de inamovilidad en los términos del artículo anterior.

Art. 16. Inamovilidad interna

La garantía de inamovilidad del juez se extiende a los traslados, promociones y ascensos, que exigen el libre consentimiento del interesado.

Excepcionalmente, podrá establecerse en la ley la posibilidad del ascenso o traslado del juez por necesidades del servicio o modificaciones de la organiza-ción judicial o el destino temporal de aquél, por iguales motivos, para reforzar otro órgano jurisdiccional. En casos como estos, en que prevalece el interés sobre el particular, deberá garantizarse el respeto del debido proceso.

Art. 17. Objetividad en la conformación de la carrera judicial

Los traslados, promociones y ascensos de los jueces se decidirán con criterios objetivos predeterminados en la ley, basados, fundamentalmente, en la expe-riencia y capacidad profesionales de los solicitantes.

Art. 18. Inamovilidad <ad hoc>

La inamovilidad del Juez garantiza también, como principio general y salvo aquellos casos expresamente previstos en la Ley que no podrá ser apartado del conocimiento de los asuntos que le están encomendados.

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RESPONSABILIDAD, INSPECCIÓN Y EVALUACIÓN DEL JUEZ

Art. 19. Principio de legalidad en la responsabilidad del juez

Los jueces responderán penal, civil y disciplinariamente de conformidad con lo establecido en la ley.

La exigencia de responsabilidad no amparará los atentados contra la inde-pendencia judicial que pretendan encubrirse bajo su formal cobertura.

Art. 20. Órgano y procedimiento para la exigencia de responsabilidad

La responsabilidad disciplinaria de los jueces será competencia de los órganos del Poder Judicial legalmente establecidos, mediante procedimientos que ga-ranticen el respeto del debido proceso y, en particular, el de los derechos de audiencia, defensa, contradicción y recursos legales que correspondan.

Art. 21. Sistema de supervisión judicial

Los sistemas de supervisión judicial han de entenderse como un medio para verificar el buen funcionamiento de los órganos judiciales y procurar el apoyo a la mejora de la gestión de los jueces.

Art. 22. Evaluación del desempeño

En garantía de la eficiencia y calidad del servicio público de justicia, puede es-tablecerse un sistema de evaluación del rendimiento y comportamiento técnico profesional de los jueces.

Art. 23. Consecuencias de la evaluación negativa del desempeño

El desempeño inadecuado o deficiente en el ejercicio de la función jurisdic-cional, debidamente acreditado mediante procedimiento legal y reglamentaria-

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mente establecido que prevea la audiencia del juez, puede conllevar la aplica-ción de periódoss de capacitación obligatoria o, en su caso, la aplicación de otras medidas correctivas o disciplinarias.

CAPACITACIÓN

Art. 24. Capacitación inicial

La capacitación inicial tiene por objetivos la selección de los candidatos más aptos para el desempeño de la función judicial en una sociedad democrática, a través de mecanismos que permitan comprobar las condiciones que debe reunir todo aspirante a la judicatura y la formación de éste en los conocimientos y las destrezas propias de su función, con una orientación teórico-práctica que incluya, en la medida de lo posible, un período de pasantías en órganos juris-diccionales.

Art. 25. Centros de capacitación

Las Escuelas Judiciales, sea cual sea la denominación que en cada país reciban, deben asumir la responsabilidad de la formación inicial de los jueces, y, en su caso, de los que pertenecen a la carrera judicial siguiendo las indicaciones, en su caso, del órgano superior de gobierno judicial, en cuanto a los propósitos que deben perseguirse con esa formación, diseñando, planificando y ejecutando los programas educativos y valorando sus resultados.

Art. 26. Costos de la capacitación inicial

Los costos de la formación inicial deben ser asumidos por el Poder Judicial, con colaboración, en su caso, de instituciones públicas y privadas procurando, tam-bién si sus posibilidades económicas lo permiten, facilitar fórmulas de apoyo financiero a los aspirantes a jueces.

Art. 27. Naturaleza y costos de la capacitación continua

La formación continuada o capacitación en servicio constituye un derecho y un deber del juez y una responsabilidad del Poder Judicial, que deberá facilitarla en régimen de gratuidad.

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Art. 28. Voluntariedad de la capacitación continuada

La capacitación continuada puede ser concebida como obligatoria o como vo-luntaria para el juez, pero habrá de revestir carácter obligatorio en casos de ascenso, traslado que implique cambio de jurisdicción, reformas legales impor-tantes y otras circunstancias especialmente calificadas.

Art. 29. Órgano que tiene encomendada la capacitación continua

La formación continuada o capacitación en servicio debe ofrecerse a jueces y magistrados a través de las Escuelas Judiciales, sin perjuicio de que éstas recu-rran a la colaboración de otras instituciones, públicas o privadas, cuando fuere necesario.

Art. 30. Evaluación en la capacitación

La evaluación de los aspirantes que realicen procesos o sistemas de formación inicial se realizará atendiendo a criterios objetivos, para determinar la posibili-dad o imposibilidad del ingreso a la función.

La evaluación de la formación continuada, incorporada al expediente per-sonal del juez, puede constituir un elemento de valoración del desempeño judi-cial y un criterio de decisión para la promoción y ascenso de los jueces.

Art. 31. Participación judicial en la programación de la capacitación

En la definición de políticas de formación judicial, los órganos competentes deberán tomar en cuenta la opinión de los jueces.

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RETRIBUCIÓN, SEGURIDAD SOCIAL Y MEDIOS MATERIALES

Art. 32. Remuneración

Los jueces deben recibir una remuneración suficiente, irreductible y acorde con la importancia de la función que desempeñan y con las exigencias y responsa-bilidades que conlleva.

Art. 33. Seguridad Social

El Estado debe ofrecer a los jueces su acceso a un sistema de seguridad social, garantizando que recibirán, al concluir sus años de servicio por jubilación, en-fermedad u otras contingencias legalmente previstas o en su caso de daños personales, familiares o patrimoniales derivados del ejercicio del cargo, una pensión digna o una indemnización adecuada.

Es recomendable, en la medida en que las posibilidades económicas lo permitan, la previsión de un sistema de seguridad para los jueces que incluya un seguro de riesgos múltiples.

Art. 34. Recursos humanos, medios materiales y apoyos técnicos

Los jueces deberán contar con los recursos humanos, medios materiales y apo-yos técnicos necesarios para el adecuado desempeño de su función.

El criterio de los jueces debe ser tomado en consideración en las decisiones que se adopten sobre el particular, para lo que debe oírse su opinión.

En particular, los jueces deben tener fácil acceso a la legislación y a la juris-prudencia y disponer de los demás recursos necesarios para la rápida y motiva-da resolución de litigios y causas.

Art. 35. Seguridad personal y familiar

En garantía de la independencia e imparcialidad que han de presidir el ejercicio de la función judicial, el Estado proporcionará los medios necesarios para la

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seguridad personal y familiar de los jueces en función de las circunstancias de riesgo a que se vean sometidos.

DERECHO DE ASOCIACIÓN PROFESIONAL

Art. 36. Derecho de asociación de los jueces

La imparcialidad es compatible con el reconocimiento de la libertad de asocia-ción de los jueces salvo las excepciones que establezca la Constitución o legis-lación de cada país.

ÉTICA JUDICIAL

Art. 37. Servicio y respeto a las partes

En el contexto de un Estado constitucional y democrático de Derecho y en el ejercicio de su función jurisdiccional, los jueces tienen el deber de trascender el ámbito de ejercicio de dicha función, procurando que la justicia se imparta en condiciones de eficiencia, calidad, accesibilidad y transparencia, con respeto a la dignidad de la persona que acude en demanda del servicio.

Art. 38. Obligación de independencia

El juez está obligado a mantener y defender su independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional.

Art. 39. Debido proceso

Los jueces tienen el deber de cumplir y hacer cumplir el principio del debido proceso, constituyéndose en garantes de los derechos de las partes y, en parti-cular, velando por dispensarles un trato igual que evite cualquier desequilibrio motivado por la diferencia de condiciones materiales entre ellas y, en general, toda situación de indefensión.

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Art. 40. Limitaciones en la averiguación de la verdad

Los jueces habrán de servirse tan sólo de los medios legítimos que el ordena-miento pone a su alcance en la persecución de la verdad de los hechos en los casos de que conozcan.

Art. 41. Motivación

Los jueces tienen la inexcusable obligación, en garantía de la legitimidad de su función y de los derechos de las partes, de motivar debidamente las resolucio-nes que dicten.

Art. 42. Resolución en plazo razonable

Los jueces deben procurar que los procesos a su cargo que resuelven en un plazo razonable. Evitarán o, en todo caso, sancionarán las actividades dilatorias o de otro modo contrarias a la buena fe procesal de las partes.

Art. 43. Principio de equidad

En la resolución de los conflictos que lleguen a su conocimiento, los jueces, sin menoscabo del estricto respeto a la legalidad vigente y teniendo siempre presente el trasfondo humano de dichos conflictos, procurando atemperar con criterios de equidad las consecuencias personales, familiares o sociales desfavo-rables.

Art. 44. Secreto profesional

Los jueces tienen obligación de guardar absoluta reserva y secreto profesional en relación con las causas en trámite y con los hechos o datos conocidos en el ejercicio de su función o con ocasión de ésta.

No evacuarán consulta ni darán asesoramiento en los casos de contienda judicial actual o posible.

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LA CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA

Marco de integración y de realizaciones a favor de las personas

SERGIO MUÑOZ GAJARDOMinistroCorte Suprema República de Chile

JAVIERA ASCENCIO DE LA FUENTEAbogadaSecretaría Pro Tempore

SUMARIO: I. Presentación. II. Antecedentes históricos. III. La actual edición de Cumbre: a) Desafíos iniciales; b) Lo realizado hasta ahora, c) Lo que queda por hacer. IV. La Cumbre y las personas. V. Razonamiento final.

I.- Presentación

Afrontando el desafío de ejecutar una exposición de lo que ha sido y pretende la Cumbre Judicial Iberoamericana, nos corresponde dejar de manifiesto el re-conocimiento inmediato a quienes participan en ella. Es una comunidad viva, es una institucionalidad que excede a sus integrantes, que dignifica a quienes la han servido, puesto que han cooperado en una obra que está llamada a ser un referente de realizaciones en el ámbito internacional en todo lo relacionado con la administración de justicia.

En la actualidad, estamos muy próximos en el tiempo para reconocerle su real importancia, pero resulta necesario contar su historia y actuales desafíos.

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II.- Antecedentes históricos1

Las Presidentas y los Presidentes de las Cortes y Tribunales Supremos o Supe-riores de Justicia y de los Consejos de la Judicatura o Magistratura, del Principat d’Andorra, República Argentina, Estado Plurinacional de Bolivia, República Fe-derativa do Brasil, República de Colombia, República de Costa Rica, República de Cuba, República de Chile, República Dominicana, República del Ecuador, Reino de España, República de El Salvador, República de Guatemala, República de Honduras, Estados Unidos Mexicanos, República de Nicaragua, República de Panamá, República del Paraguay, República del Perú, República Portuguesa, Es-tado Libre Asociado de Puerto Rico, República Oriental del Uruguay y República Bolivariana de Venezuela se han unido en la Cumbre Judicial Iberoamericana.

Esta Cumbre nace de la fusión de las Cumbres de Presidentes de Tribunales y Cortes Supremas de Justicia y de los Encuentros de Consejos de Justicia de la Comunidad Iberoamericana.

Esta estructura es fruto de una evolución que se inicia el año 1990 en Ma-drid, con motivo de la “I Cumbre de Presidentes de Cortes Supremas de Justicia de Iberoamérica, España y Portugal”, a la cual le siguieron dos más, también en Madrid, y de similares características, en los años 1994 y 1997.

Por otra parte, en el año 1998 se desarrolla en Caracas la I Cumbre Ibe-roamericana de Presidentes de Cortes y Tribunales Supremos de Justicia. Al año siguiente, también en Venezuela, se llevó a cabo la II Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Tribunales Supremos de Justicia.

Luego, en el año 2001, España convoca a la VI Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas y Tribunales Supremos, la cual se celebró en Canarias. A esta Cumbre le siguieron otras dos en los años 2002 y 2004 en Cancún y Copán - San Salvador.

Paralelamente, en el año 1998 se llevó a cabo en Sucre el I Encuentro Ibe-roamericano de Consejos de la Judicatura, al que le siguieron otros tres más en los años 2001, 2002 y 2004, en Barcelona, Zacatecas y Copán – San Salvador, respectivamente.

La actual Cumbre Judicial Iberoamericana es precisamente el resultado de la fusión o convergencia, a partir del mes de junio de 2004, de las dos estructu-ras anteriores: la Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia y el Encuentro Iberoamericano de Consejos de

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la Judicatura. Esta integración operó a partir de las trascendentales declaracio-nes de Copán-San Salvador, en las que los Presidentes y Presidentas tomaron el acuerdo de formar una sola estructura en la que radicaría la voz unificada de las máximas instancias de los Poderes Judiciales de la región Iberoamericana.

Para la numeración de las sucesivas ediciones se sumaron las reuniones celebradas hasta ahora, tanto a nivel de Cortes como de Consejos.

De esta forma la XIII Cumbre unificada se desarrolla en Santo Domingo, República Dominicana el 21 y 22 de junio de 2006; la XIV Cumbre se realiza en Brasilia el 4, 5 y 6 de marzo de 2008; la XV Cumbre se efectúa en Montevideo el 28, 29 y 30 de abril de 2010, y la XVI Cumbre en Buenos Aires durante este año.

En la última edición de esta Cumbre, realizada en la Ciudad de Buenos Aires los días 25, 26 y 27 de Abril de 2012, la Secretaría Permanente la ocupó España y la Secretaría Pro Tempore la ejerció Argentina.

En tal evento, a la Asamblea Plenaria le correspondió ratificar la designa-ción de Chile como Secretaría Pro Tempore de la XVII Cumbre. En efecto, la candidatura chilena fue presentada en la XIV Cumbre y aprobada en la XV Cumbre desarrollada en Montevideo.

Los trabajos responden a los lineamientos estratégicos de la Cumbre Judi-cial Iberoamericana, tal como quedaron definidos en la Declaración de Santo Domingo, con ocasión de la XIII Cumbre Judicial Iberoamericana y ratificados en la Declaración de Brasilia en el marco de la XIV edición y en la de Montevi-deo en el marco de la XV edición.

Conforme a la primera de las declaraciones señaladas, la Misión de la Cum-bre Judicial Iberoamericana es: “Generar proyectos y acciones concertadas en el ámbito de las políticas judiciales de la comunidad iberoamericana de naciones. Acciones y proyectos que desde la legitimidad que les otorga su origen, tengan también asegurada su sostenibilidad y desarrollo posterior para alcanzar en Ibe-roamérica una administración de Justicia independiente e imparcial, accesible al ciudadano, eficaz, eficiente, pronta y equitativa, que garantice los Derechos Humanos y el respeto a la seguridad jurídica”.

Uno de los lineamientos estratégicos que establece esa misma declaración es: “La conformación de un acervo judicial iberoamericano mediante la pro-ducción de textos de carácter referencial o paradigmático, que se sumen a los aprobados en ediciones anteriores: el Estatuto del Juez Iberoamericano, la Carta de Derechos de las Personas en el Espacio Judicial Iberoamericano y el Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial”

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De este modo, a lo largo de las distintas ediciones de la Cumbre Judicial Iberoamericana, se ha formado un acervo de proyectos, los cuales se han con-cretado en la aprobación de:

• Estatuto del Juez Iberoamericano.

• Carta de Derechos de las Personas Usuarias de la Justicia.

• Código Modelo Iberoamericano de Ética Judicial.

• Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad o las normas mínimas sobre seguridad jurídica en el área iberoamericana.

• Decálogo Iberoamericano para una Justicia de Calidad.

• Carta Iberoamericana de Derechos de las Víctimas.

• “Participación, información, transparencia y acceso a la Justicia en ma-teria ambiental”.

• “Recomendaciones en materia de transparencia, rendición de cuentas e integridad de los sistemas de justicia iberoamericanos”.

Asimismo, se han creado las siguientes estructuras organizativas:

• Comisión Iberoamericana de Ética Judicial,

• Aula Iberoamericana,

• Red Iberoamericana de Escuelas Judiciales (RIAEJ),

• Red Iberoamericana de Información y Documentación Judicial (Ibe-rIUS).

• Centro Iberoamericano de Capacitación Judicial Virtual.

• Sistema Iberoamericano de Información Judicial.

• e.Justicia.

• Comisión de seguimiento de las Reglas de Brasilia sobre acceso a la justicia de las personas en condición de vulnerabilidad.

• Comisión conjunta de trabajo entre poderes judiciales europeos y lati-noamericanos.

• Comisión Iberoamericana para la Calidad de la Justicia

• Comisión de Justicia Ambiental

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Por último, cabe destacar que se ha concurrido también a la creación de la Red Iberoamericana de Cooperación Jurídica Internacional (IberRed).

III.- La actual edición de Cumbre

a) Desafíos iniciales.

En abril de 2012, Chile asumió la responsabilidad de ejercer la Secretaría Pro Tempore de la XVII Cumbre Judicial Iberoamericana, lo que implica cumplir con una serie de obligaciones en materia de organización, con miras a la celebración de la referida Cumbre reunida en Asamblea Plenaria. Sin embargo, más allá de las labores inherentes al cargo, el desafío de la Corte Suprema de Chile fue orga-nizarse de tal manera de lograr sacar el máximo provecho a las múltiples opor-tunidades que representa el trabajo mancomunado de los Poderes Judiciales de Iberoamérica, abriendo espacios para la discusión, fomentando la participación a través de métodos no presenciales, reubicando y revitalizando recursos que se mantenían un poco en el olvido, entre otras acciones.

El eje temático que Chile propuso y que fue aceptado por la Asamblea Plenaria de Buenos Aires, es Una Justicia de Futuro: Planificada, integrada y tec-nológicamente desarrollada” resumido en el slogan “Justicia de Futuro”. Este eje fue definido en función de la necesidad de dotar al juez de mayores herramien-tas y prerrogativas para que ejerza su labor con independencia, imparcialidad y celeridad, permitiéndole plasmar en sus actos todos aquellos valores y virtudes que una sociedad democrática espera ver en ellos, en lo cual indudablemente tienen importancia fundamental las funciones de gobierno llevadas adelante por las Cortes y Tribunales Supremos, como por los Consejos de la Magistratura en los respectivos países.

En consecuencia, para esta edición, sin perder de vista los actuales produc-tos y proyectos aprobados por Cumbre, se planteó poner el énfasis en el juez, y mostrar que los objetivos de Cumbre se pueden lograr si lo miramos a él en su conjunto, y lo reconocemos como el gran impulsor de los cambios, como el verdadero agente modernizador, innovador y creador, respecto del cual deben generarse las condiciones para que pueda desempeñarse de manera óptima y con la menor cantidad de obstáculos posibles.

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b) Lo realizado hasta ahora

Con esta propuesta llegamos a la Primera Reunión Preparatoria de Coordinado-res Nacionales, en Guadalajara, México, en la cual se decidió la creación de nue-vos grupos de trabajo y la continuidad de otros creados en ediciones anteriores.

En efecto, se dio continuidad a los siguientes proyectos:

• “Participación, información, transparencia y acceso a la Justicia en ma-teria ambiental”.

• “Instituto Iberoamericano de Altos Estudios Judiciales”.

• “Transparencia, Rendición de Cuentas e Integridad de los sistemas de Justicia Iberoamericanos“.

• “Plan Iberoamericano de Estadística Judicial y Mapa Tecnológico”.

• “Brecha tecnológica (incorporado al nuevo grupo sobre tecnología de los poderes judiciales).

• “Portal Iberoamericano del Conocimiento Jurídico”.

• “Red Iberoamericana de Cooperación Jurídica Internacional IberRed “.

• “Red Iberoamericana de Gestión e Investigación para la Calidad de la Justicia RIGIC-Justicia”

Y se aprobó la constitución de los grupos de trabajo sobre los siguientes proyectos:

• “Protocolo Iberoamericano de Actuación Judicial para mejorar el acce-so a la justicia de las personas y grupos en condiciones de vulnerabili-dad, con especial énfasis en justicia con enfoque de género”.

• “Cooperación Judicial Internacional”.

• “Tecnología de los Poderes Judiciales”.

• “Buenas Prácticas en Planificación Estratégica de los Poderes Judicia-les”.

• “Protocolo Iberoamericano para Garantizar la Independencia de las Resoluciones Judiciales a través de la seguridad e integridad de las y los impartidores de Justicia”.

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En esta edición se ha querido, además, seguir las recomendaciones emana-das del Informe de la Comisión de Coordinación y Seguimiento de 2012 (previo a la Cumbre de Buenos Aires) en orden a fomentar la participación a través de mecanismos que impliquen menores costos, y sobre la base de las mismas re-comendaciones, se acordó realizar 2 reuniones preparatorias de coordinadores nacionales y 2 rondas de talleres. Lo anterior ha significado priorizar e inten-sificar el trabajo virtual, de modo de no disminuir la calidad de los productos esperados sino por el contrario, aumentarla, dada la concepción de un trabajo continuo en el tiempo, y no solo limitado a las reuniones presenciales. Asimis-mo, se ha distinguido entre grupos que requieren reunirse presencialmente en rondas de talleres y aquellos que coordinan sus labores utilizando la tecnología. En la primera ronda de talleres llevada al efecto en Antigua, Guatemala, fue fundamental el uso de la tecnología de la videoconferencia, empleada por la mayoría de los Poderes Judiciales, herramienta que permitió la participación activa de integrantes de grupos de trabajo en las sesiones de la Ronda de Talle-res que le tocó organizar. Así la modernidad ha llegado al trabajo desplegado en la Cumbre.

Por otra parte, un rol muy importante ha cumplido en esta edición la Co-misión de Coordinación y Seguimiento, quien ya se ha reunido tres veces, y ha podido evaluar de manera permanente el desarrollo de los proyectos, generan-do las recomendaciones que permitan orientarlos de la mejor manera.

Cabe destacar también la Reunión del grupo a cargo de la creación del Instituto Iberoamericano de Altos Estudios Judiciales, que se llevó a cabo en Venezuela, en julio de 2012, y cuyos resultados ya se están haciendo patentes. En efecto, durante este mes se da inicio a dos cursos virtuales piloto de este Instituto: Un curso sobre Derecho Constitucional Iberoamericano, y un curso sobre Derecho Procesal Civil Iberoamericano, ambos destinados a mejorar la formación de los jueces de nuestros países.

En la misma dirección, la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial dio inicio este año al primer curso virtual sobre ética judicial, seleccionando magis-trados de todo Iberoamérica.

Ambas experiencias dan cuenta de las ventajas del uso de las plataformas digitales, tanto en el costo de los cursos (gratuitos, salvo los pocos días presen-ciales del curso de ética, que no son obligatorios para obtener el certificado res-pectivo), como en la posibilidad de ampliar el número de participantes en ellos.

En tanto, dentro de las próximas semanas se dará inicio a la convocatoria para la participación en el curso virtual sobre medioambiente, que se imparte

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en el contexto del trabajo del grupo “Participación, información, transparencia y acceso a la Justicia en materia ambiental”.

Otra reunión que se llevó a cabo de manera presencial fue la I Reunión de la Comisión Iberoamericana de Calidad para la Justicia (CICAJ) celebrada en San José de Costa Rica los días 7 y 8 de febrero del año en curso.

Por otra parte, a través del sistema de videoconferencia, se han llevado a cabo ya dos reuniones ordinarias del Grupo de Apoyo a Iberred, así como nu-merosas reuniones ordinarias de los grupos de trabajo.

c) Lo que queda por hacer

Como parte del programa aprobado por todos los Presidentes en Buenos Aires, queda celebrar una segunda ronda de talleres, en Colombia, los primeros días de septiembre, y la segunda reunión preparatoria de coordinadores nacionales, a fines de este año en Bolivia. La idea es entonces enfrentar esta recta final hacia la Asamblea Plenaria intensificando el trabajo de cada grupo y comisión, de modo de tener cada uno de los productos consensuados y aprobados por los coordinadores en la Reunión de diciembre. Para esta Secretaría Pro Tempore esto implica apoyar y promover la coordinación al interior de los grupos así como colaborar con las distintas iniciativas que surjan de ellos. Así, se llevarán a cabo en Chile dos importantes encuentros durante el curso de este año:

• Reunión preparatoria de la V Feria de Justicia y Tecnología

• VIII Reunión ordinaria de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial

La primera, consiste en Reunión previa con empresas tecnológicas y en-cargados de informática de los Poderes Judiciales Iberoamericanos, así como con los empresarios líderes en materia de tecnología e innovación. El objeto de esta reunión es que los Poderes Judiciales expongan sus planes estratégicos en materia de tecnología, además de su capital tecnológico, lo que permitirá a las empresas asistentes detectar las eventuales necesidades de los Poderes Judi-ciales y así llegar a la feria con propuestas realmente innovadoras, concretas y hechas a medida para los miembros de la Cumbre.

La segunda, es la Reunión que anualmente congrega a comisionados y delegados de la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, y en la cual se da cuenta del estado de la ética judicial en cada uno de los países miembros y se discuten y acuerdan distintas acciones relativas a su órbita de competencia. Asi-mismo, se realizan conferencias magistrales de connotados juristas iberoameri-

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canos sobre algún tema vinculado a la ética judicial, conferencias que se abren a la comunidad.

Otro desafío asumido por esta Secretaría es dar un nuevo impulso a la Red de Ibercomunicadores, en orden a fortalecer y difundir las buenas prácticas en comunicación; generar una nueva página web para desarrollar el mapa de las comunicaciones; difundir el trabajo de los gabinetes de comunicaciones de los países miembros (de sus poderes judiciales y consejos de la judicatura); y, por último, realizar las gestiones necesarias para fortalecer el Canal Judicial Ibe-roamericano. En este camino hemos avanzado, y ya tenemos 14 de 23 países con los antecedentes de sus gabinetes de comunicaciones (el mapa de las comu-nicaciones, con datos sobre la cantidad de personas que trabajan, la cobertura, las labores que desempeñan), existe un repositorio de buenas prácticas, donde han colaborado España, Paraguay, México, Puerto Rico y Chile; el Poder Judicial chileno compró el dominio www.ibercomunicadores.org y estará prontamente disponible para alojar la página. Una vez que esté operativo el sitio web pasa-remos a la segunda etapa que es poblarlo con información de todos los países a través de un monitoreo de los distintos instrumentos de comunicación de los países. Junto con ello, se estructurará un sistema de newsletter donde estarán incorporadas noticias de la Secretaría Pro Tempore y de asuntos asociados a la Red de Comunicadores, que será remitido a los miembros de la red y que se solicitará que se envíe a los coordinadores nacionales de cada país.

Por último, queda culminar estos dos años de trabajo con la Cumbre Judi-cial Iberoamericana, a realizarse en Santiago de Chile, y llevar a cabo la V Feria de Justicia y Tecnología en esta misma ciudad.

IV.- La Cumbre y las personas

La elección del eje temático y la orientación que esta Secretaría ha querido seguir, es precisamente la que deriva de la Misión de Cumbre, que tal como consignara anteriormente, es “Generar proyectos y acciones concertadas en el ámbito de las políticas judiciales de la comunidad iberoamericana de naciones. Acciones y proyectos que desde la legitimidad que les otorga su origen, tengan también asegurada su sostenibilidad y desarrollo posterior para alcanzar en Ibe-roamérica una administración de Justicia independiente e imparcial, accesible al ciudadano, eficaz, eficiente, pronta y equitativa, que garantice los Derechos Humanos y el respeto a la seguridad jurídica”.

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En este sentido, los proyectos que hoy se encuentran siendo objeto de trabajo por parte de los países miembros de Cumbre, están claramente enfoca-dos hacia los usuarios de la justicia y los derechos que les corresponden en tal calidad.

Por ejemplo, en materia de cooperación judicial, el proyecto apunta a au-nar los esfuerzos entre los países para eliminar los obstáculos que puedan eli-minarse y agilizar los procesos que puedan agilizarse, de modo de ofrecer a las personas un servicio expedito en la tramitación de los asuntos que involucran a jurisdicciones de distintos Estados Iberoamericanos, de modo de cumplir con el compromiso asumido por ellos en la Declaración Universal de Derechos Hu-manos y en otros Pactos y Convenciones Internacionales.

En materia de acceso a la justicia se hace aún más patente al elaborar un proyecto particular para garantizar este derecho a aquellos grupos especialmen-te vulnerables o históricamente desaventajados, y propiciar además el enfoque de género.

Por último, hay que destacar que el trabajo desarrollado en ellos sirve cons-tantemente de orientación para la labor de los tribunales.

Así, en materia de transparencia, se está trabajando en una Mesa de Ex-pertos Nacionales para la construcción de indicadores, que reúne a distintos representantes del Estado y de organismos de la sociedad civil, y que permite no solo aportar a la Cumbre, sino también recibir la percepción de los usuarios externos al Poder Judicial. En el mismo sentido, para rescatar las sentencias que recogen los principios en materia de acceso a la Justicia que ha solicitado el país coordinador de dicho grupo, se ha convocado a toda la comunidad a participar de un concurso de jurisprudencia comentada.

En fin, así como éstas, son múltiples las iniciativas que pueden desarrollarse a partir del trabajo que se genera en el seno de la Cumbre, y que van en directa relación y beneficio del vínculo que se establece entre los tribunales y las ciuda-danas y ciudadanos.

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V.- Razonamiento final

La Cumbre Judicial Iberoamericana se ha constituido en la actualidad en un foro necesario, indispensable, puesto que en él se integran las visiones de toda Iberoamérica, en condiciones de igualdad, ánimo constructivo, procurando la integración, la participación y el desarrollo del conocimiento de las buenas prác-ticas.

Todo lo anterior configura un estado de la situación y principios que inspi-ran sus labores, sin embargo, lo trascendente es que siempre se ha puesto a las personas como el centro de las preocupaciones, quienes están representadas en los usuarios de la justicia y quienes la imparten. Es por lo anterior, que sin dudar un instante se busca reconocer y generar mejores condiciones substanciales que eleven la dignidad de esas personas. Ese es el postulado final.

Del mismo modo, resulta pertinente destacar la entrega, compañerismo y activa participación de toda la comunidad, en que el mayor interés se encuentra en cooperar y contribuir.

La trascendencia de las labores llevadas adelante han permitido que hable-mos de un acervo de cumbre, de distintos hijos que le entregan contenido a las acciones desarrolladas, que han adquirido un vuelo que sobrepasa nuestro ámbito y se instala como referente obligado en la definición de las políticas públicas de acceso a la justicia, ética y contenido sustancial del ejercicio de la función jurisdiccional, la cual busca cada día su legitimación ciudadana sobre la base de su prontitud y excelencia.

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INICIATIVA DE LEY DE REFORMAS A LA LEY DE LA CARRERA JUDICIAL,

DECRETO NÚMERO 41-99 DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA1

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

La Ley de la Carrera Judicial establece un sistema para regular el ingreso, per-manencia, promoción, ascenso, traslado, capacitación, disciplina y o tras activi-dades de los jueces y magistrados para garantizar su indepen den cia, estabilidad y excelencia profesional en el ejercicio de sus cargos, teniendo como órganos de la carrera judicial al Consejo de la Carrera Ju di cial, la Junta de Disciplina, la Supervisión General de Tribunales y la Escue la de Estudios Judiciales.

El Pleno de la Corte Suprema de Justicia, consciente de las debilidades y carencias que desde la vigencia de la ley han detectado los mismos jueces y las instituciones relacionadas con sus funciones y tomando en cuenta las reco-mendaciones de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, decidió estudiar, analizar y redactar una propuesta de reforma a la ley vigente que se encuentre congruente con los estándares internacionales en materia de derechos humanos relacionados con el tema judicial, para lo cual contó con el apoyo de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. La propuesta inicial de la Corte Suprema de Justicia fue socializada con diferentes sectores y enriquecida a partir de aportes que pudie-ron ser integrados en el presente proyecto.

La presente iniciativa propone reformas en los temas más importantes que abarca la Ley de la Carrera Judicial, siendo los siguientes:

1 Presentada al Honorable Congreso de la República de Guatemala con fecha 10 de junio de 2013.

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PRINCIPIOS RECTORES DE LA CARRERA JUDICIAL

Para fortalecer la fundamentación de los principios de independencia e impar-cialidad judicial se propone la modificación del que contienen un detalle de los principios rectores de la carrera judicial, incluyendo aquéllos que deberían regir el procedimiento disciplinario, dichos principios se refieren a transparen-cia, imparcialidad, idoneidad, capacidad, objetividad, debido proceso, legalidad, proporcionalidad e igualdad.

Asimismo, se establece que en los procesos de selección de jueces, juezas, magistrados y magistradas de Corte de Apelaciones y otros tribunales de igual categoría y Corte Suprema de Justicia, mediante acciones afirmativas, deberá promoverse la equidad de género y la participación multicultural.

En lo que respecta a la función jurisdiccional, se reafirma que los jueces y magistrados son independientes y resolverán los asuntos que conozcan en base a los principios de imparcialidad y objetividad, estando sujetos únicamente a la Constitución Política de la República, a las leyes y a los convenios internaciona-les ratificados por Guatemala.

CONSEJO DE LA CARRERA JUDICIAL

1. Carrera Judicial

Se propone la reforma del artículo 3, relacionado con la elección de magistrados de Corte Suprema de Justicia y Corte de Apelaciones y otros tribunales de igual categoría, que persigue que la Comisión de Postulación tome en cuenta prefe-rentemente candidatos provenientes de la carrera judicial, con lo cual se busca su fortalecimiento dadas las limitaciones constitucionales existentes.

Con relación a lo establecido en el artículo 31 relativo a la situación en el servicio, se propone que los jueces que hayan sido nombrados como magistra-dos no estén en situación de excedencia durante el período del ejercicio de la magistratura, buscando con ello que al no ser reelectos, puedan volver a ocupar un cargo en la judicatura siempre y cuando se cumpla con los requisitos siguien-tes: a) haber ejercido como mínimo cinco años, en los cuales no hubiesen sido sancionados por falta grave o gravísima; b) hayan aprobado satisfactoriamente las evaluaciones de desempeño practicadas, si fuera el caso y c) que exista dis-ponibilidad de plazas; para lo que se aumenta la duración de la excedencia al período constitucional con el propósito de fortalecer la carrera judicial.

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2. Órgano responsable de la carrera judicial

La ley vigente contempla cuatro órganos responsables de la carrera judicial. Entre ellos, se consideró pertinente suprimir la regulación de las comisiones de postulación por estar actualmente reguladas por una ley específica. Para asegu-rar políticas uniformes de dirección y gestión de la carrera judicial, la reforma designa como único órgano responsable al Consejo de la Carrera Judicial, el cual será coadyuvado en su función por las Juntas de Disciplina Judicial y las unidades administrativas que estime convenientes. El proyecto prevé que en se-gunda instancia de los procesos administrativos disciplinarios conozca la Junta de Disciplina de Apelación.

3. Integración del Consejo de la Carrera Judicial

Dadas las notas que caracterizan la conformación del Poder Judicial Nacional, establecidas constitucionalmente y la divergencia en la forma en que jueces y magistrados ingresan al sistema, se estimó conveniente reestructurar la integra-ción del Consejo de la Carrera Judicial, de suerte que se incluyera la participa-ción de jueces de primer grado y jueces de paz. También se establece expresa-mente que los miembros suplentes únicamente pueden asistir a las sesiones en ausencia del titular.

4. Atribuciones del Consejo de la Carrera Judicial

En armonía con los Acuerdos de Paz y los estándares internacionales en materia de independencia judicial y en atención a las recomendaciones formuladas por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Hu-manos –OACNUDH-; se incluyen dentro de las atribuciones del Consejo de la Carrera Judicial, la de convocar a concurso público por oposición a los integran-tes de las Juntas de Disciplina Judicial, al Secretario Ejecutivo del Consejo de la Carrera Judicial, al Director de la Escuela de Estudios Judiciales y al Supervisor General de Tribunales.

Como parte integrante de la evaluación del desempeño de jueces y ma-gistrados, se adiciona un párrafo para que el Consejo de la Carrera Judicial califique la calidad, juridicidad y motivación de las resoluciones, con el fin de garantizar la independencia judicial.

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SELECCIÓN, EVALUACIÓN, FORMACIÓN Y NOMBRA-MIENTO DE ASPIRANTES AL CARGO DE JUECES

1. Ingreso a la carrera judicial

En primer orden, las reformas persiguen optimizar el sistema de ingreso a la ca-rrera judicial, en busca de incorporar profesionales idóneos para el desempeño de la función judicial. Como una medida excepcional, se viabiliza y simplifica el ingreso de abogados con anterior experiencia en el desempeño satisfactorio de alguna judicatura, quedando sujetos a actualizarse en el área jurisdiccional que les correspondiere, así como a otros requisitos de ingreso, que aseguren su idoneidad para el cargo, adicionando la condición que dichos ex jueces y ex magistrados hayan sido titulares, en concordancia con los artículos 14 y 31 de la propuesta de reforma a la Ley de la Carrera Judicial.

Respecto a la convocatoria a concursos, se precisa que ésta deberá reali-zarse con base en un diagnóstico previo que permita determinar el número y calidad de plazas vacantes dentro del Organismo Judicial, con el fin de lograr mayor certeza en el nombramiento de los funcionarios judiciales.

2. Evaluación y elegibilidad

Se estimó importante establecer en el artículo 18, que el proceso de evaluación y elegibilidad debe procurar la idoneidad y honorabilidad de los postulantes, a través de la aplicación de pruebas objetivas, técnicas, científicas y jurídicas.

EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO PROFESIONAL

Una importante falencia detectada por la Corte Suprema de Justicia, también señalada por funcionarios judiciales y expertos tanto nacionales como interna-cionales en la materia, ha sido la forma de evaluar el desempeño de los fun-cionarios judiciales. Con el objeto de subsanarla, se dispone un método de evaluación integral que englobe todos los aspectos de la función del evaluado y que tome en consideración la calificación tanto de los usuarios del sistema como de examinadores independientes, lo que redundará en una evaluación más efectiva, certera y exhaustiva.

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Asimismo, se propone en el artículo 36 que la evaluación del desempeño sirva como criterio para los ascensos de jueces, con el fin de fortalecer la carrera judicial sobre la base de méritos y capacidades.

RÉGIMEN DISCIPLINARIO

1. Junta de Disciplina Judicial

El modelo actual de las Juntas de Disciplina Judicial ha probado ser infuncional para los fines para los cuales se crearon; por ende, su estructura también re-quiere ser reformada a efecto de que estén integradas por funcionarios especia-lizados en materia de derecho administrativo disciplinario, independientes de cualquier otra función jurisdiccional, lo que entraña la creación de un auténtico tribunal de «jueces de los jueces».

En el artículo 8 inciso b) relacionado con la función de imponer sanciones por las Juntas de Disciplina Judicial, se precisó que además de atender al princi-pio de proporcionalidad, se respete el debido proceso.

La Junta de Disciplina de Apelación será un órgano no permanente que se integrará cada vez que sea requerido por el Consejo de la Carrera Judicial por haberse apelado una decisión de las Juntas y estará integrada por tres titulares y tres Suplentes. La Presidencia se decidirá por sorteo que celebrará el Consejo de la Carrera Judicial y tendrá un período de cinco años. Los requisitos para ser miembro de la Junta de Disciplina de Apelación serán los mismos que para ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia.

2. Supervisión General de Tribunales

Se norman con mayor claridad y precisión las funciones de la Supervisión Ge-neral de Tribunales, así como su intervención en el procedimiento disciplinario, lo que favorecerá el ejercicio de investigaciones apropiadas y a su vez, facilitará la labor de las Juntas de Disciplina Judicial.

La Supervisión General de Tribunales estará a cargo de un supervisor gene-ral nombrado por la Presidencia del Organismo Judicial, de una nómina de tres candidatos propuestos por el Consejo de la Carrera Judicial y se integrará con personal especializado.

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La Corte Suprema de Justicia deberá incluir en el presupuesto correspon-diente, el monto necesario para fortalecer y reestructurar la Supervisión Gene-ral de Tribunales.

3. Faltas disciplinarias

Siendo que la función judicial debe desempeñarse apegada a altos estándares de calidad profesional, decoro, legalidad y respeto por los derechos de los ciuda-danos, se ha estimado pertinente proponer una serie de reformas en el ámbito disciplinario.

De esa cuenta, se realizó una revisión integral del tema de faltas, tipifican-do nuevas infracciones, con el objeto de incluir conductas que se han identifica-do como perniciosas para el Organismo Judicial y los derechos de sus usuarios, que con la ley vigente no pueden ser sancionadas, especialmente en los artícu-los 40 literales d) y h) y 41 incisos e), f), g), i), j), k) y p) con el fin de garantizar el principio de legalidad y dar respuesta a problemas derivados de los casos de corrupción que se presentan en la práctica judicial, relativos a la discriminación de cualquier tipo y en cualquier forma, uso de substancias ilegales, así como actuaciones diversas y contrarias a la independencia judicial, reconociendo ple-namente los estándares internacionales aplicables.

4. Procedimiento Disciplinario

En lo que al procedimiento respecta, este se ha modificado con el afán de acele-rarlo y hacerlo eficiente, restringiendo el uso indebido del recurso de apelación, respetando el principio del debido proceso.

ESCUELA DE ESTUDIOS JUDICIALES

En el artículo 12, se mantiene la capacitación interna de jueces y magistrados por parte de la Escuela de Estudios Judiciales, permitiendo la posibilidad de capacitar a otros funcionarios públicos relacionados con el sistema de justicia para coadyuvar al fortalecimiento de la coordinación interinstitucional.

Con el fin de fortalecer la función de la Escuela de Estudios Judiciales, en dicho artículo, se establecen los procedimientos para recabar información sobre

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las necesidades de formación y actualización que tengan los órganos jurisdiccio-nales y administrativos del Organismo Judicial.

Se propone que el nombramiento del Director de la Escuela de Estudios Judiciales lo haga la Presidencia del Organismo Judicial, de una nómina de tres candidatos propuestos por el Consejo de la Carrera Judicial.

Finalmente, se proponen reformas a las normas de la Ley del Organismo Judicial que se refieren a funciones disciplinarias de la Corte Suprema de Justi-cia, con el fin de armonizar ambas leyes.

El proyecto es el siguiente:

DECRETO NÚMERO ____DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA

CONSIDERANDO

Que la Constitución Política de la República de Guatemala y los tratados y convenios internacionales ratificados por Guatemala establecen los principios básicos en que se sustenta la administración de justicia y que deben ser incor-porados adecuadamente en el marco del ordenamiento jurídico interno con el afán de asegurar su observancia en atención a las necesidades y posibilidades del Estado de Guatemala.

CONSIDERANDO

Que la consolidación del Estado democrático y constitucional de derecho re-quiere del fortalecimiento de las instituciones que conforman el sector justicia a efecto que guarde congruencia con las condiciones de estabilidad, credibilidad, transparencia y confianza que la sociedad demanda de las mismas.

CONSIDERANDO

Que por disposición constitucional, el Congreso de la República de Guatemala tiene la atribución de decretar, reformar y derogar las leyes, y, habiéndose de-terminado en la práctica las deficiencias en la aplicación de la Ley de la Carrera Judicial, deviene necesario proceder a la reforma y adición de artículos de dicho cuerpo legal.

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POR TANTO

El Congreso de la República de Guatemala, en ejercicio de la facultad que le confiere el artículo 171 inciso a) de la Constitución Política de la República de Guatemala,

DECRETA

Las siguientes:

REFORMAS A LA LEY DE LA CARRERA JUDICIAL, DECRETO NÚMERO 41-99 DEL CONGRESO

DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA

Artículo 1. Se reforma el artículo 2, el cual queda así:

“ARTÍCULO 2. Principios y valores rectores. En el ejercicio de la fun-ción jurisdiccional los principios que rigen la carrera judicial son los de independencia, transparencia, idoneidad, capacidad, objetividad, imparcialidad y demás valores éticos y morales. Constituyen enfoques de política judicial la perspectiva de género y la multiculturalidad.

En los procesos de selección de jueces, magistrados de Corte de Apela-ciones y otros tribunales de igual categoría y Corte Suprema de Justicia, se procurará la equidad de género y la participación multicultural.

En el ejercicio de la función jurisdiccional, los jueces y magistrados son independientes; resolverán los asuntos que conozcan de acuerdo a los principios de imparcialidad y objetividad, y están sujetos únicamente a la Constitución Política de la República, a las leyes y a los convenios internacionales ratificados por Guatemala. Los jueces y Magistrados ejercen por igual, aunque con competencia distinta, el poder jurisdic-cional que la Constitución Política de la República asigna al Organismo Judicial, razón por la que, en su ejercicio no existe diferencia jerárquica ni dependencia entre ellos.”.

Artículo 2. Se reforma el artículo 3, el cual queda así:

“ARTÍCULO 3. Período de servicio y garantía de estabilidad. Los jueces y magistrados ejercerán sus funciones de forma permanente e

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inamovible hasta que cesen en las mismas con arreglo a lo que dispo-nen la Constitución Política de la República y esta ley.

La nómina que elabore la Comisión de Postulación con la propuesta de candidatos al cargo de magistrados de la Corte de Apelaciones y de tribunales de igual categoría, se integrará preferentemente con miem-bros de la carrera judicial y con quienes hayan ejercido la judicatura y la magistratura, teniendo en cuenta la especialidad de quienes se postulen.

La nómina que elabore la Comisión de Postulación con la propuesta de candidatos al cargo de magistrados de Corte Suprema de Justicia, se integrará equitativamente con quienes hayan ejercido la magistratura y con abogados que se postulen y que reúnan los requisitos constitu-cionales y legales para el cargo. En ambos casos se deberá aplicar el procedimiento y los principios establecidos en la Ley de Comisiones de Postulación.”.

Artículo 3. Se reforma el artículo 4, el cual queda así:

“ARTÍCULO 4. Órgano responsable. El órgano responsable de la ca-rrera judicial es el Consejo de la Carrera Judicial, el cual será coadyuva-do en su función por las Juntas de Disciplina Judicial. El Consejo de la Carrera Judicial podrá auxiliarse por las unidades administrativas que estime conveniente.”.

Artículo 4. Se reforma el artículo cinco, el cual queda así:

“ARTÍCULO 5. Integración del Consejo de la Carrera Judicial. La Carrera Judicial será administrada por un Consejo que se integrará así:

a) El Presidente del Organismo Judicial y de la Corte Suprema de Justicia, quien durará en el cargo el tiempo que desempeñe la presidencia y podrá ser sustituido, por quien corresponda hacerlo, conforme el artículo 214 de la Constitución Política de la Repúbli-ca de Guatemala;

b) Un magistrado titular y un suplente de la Corte Suprema de Justi-cia, designados por ésta;

c) Un Magistrado titular y un suplente electos por la Asamblea Ge-neral de Magistrados de la Corte de Apelaciones y tribunales de igual categoría;

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d) Un juez titular y un suplente electos por la Asamblea General de Jueces de Primera Instancia;

e) Un juez titular y un suplente electos por la Asamblea General de Jueces de Paz;

f) El titular de la Escuela de Estudios Judiciales del Organismo Judi-cial, o quien lo sustituya con carácter de suplente; y

g) El titular de la Unidad de Recursos Humanos del Organismo Judi-cial o quien lo sustituya con carácter de suplente.

Salvo el caso de los incisos a), b), f) y g), los demás representantes du-rarán en sus cargos dos años y seis meses, pudiendo ser reelectos por un periódo igual; si dichos miembros no terminaran su periódo por cualquier causa, se convocará a la elección correspondiente para com-pletarlo o, en su caso, se hará la designación respectiva.

Las decisiones deberán tomarse por mayoría simple del total de los pre-sentes. Los integrantes del Consejo de la Carrera Judicial electos, que tengan la calidad de suplentes, únicamente podrán asistir a las sesiones en ausencia de los titulares.”

Artículo 5. Se reforma el artículo 6, el cual queda así:

“ARTÍCULO 6. Atribuciones del Consejo. Son atribuciones del Con-sejo de la Carrera Judicial:

a) Dar aviso al Congreso de la República, con al menos seis meses de anticipación, del vencimiento del periódo constitucional de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Apelaciones y otros tribunales de igual categoría, a fin de que convoque a las comisiones de postulación respectivas;

b) Elaborar y remitir oportunamente a las Comisiones de Postu-lación, la nómina con los respectivos expedientes de jueces y magistrados para los efectos legales correspondientes;

c) Dar aviso al Congreso de la República respecto a las vacantes definitivas que se produzcan en la Corte Suprema de Justicia, en la Corte de Apelaciones y demás tribunales de igual categoría o grado; el aviso se dará dentro de un plazo de diez días de haber-se producido la vacante definitiva;

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d) Efectuar la convocatoria a que se refiere el artículo 16 de esta ley relacionada con los concursos de oposición para el ingreso a la carrera judicial;

e) Convocar a concurso por oposición para elegir a los integrantes titulares y suplentes de las Juntas de Disciplina Judicial y de la Junta de Disciplina de Apelación, quienes serán nombrados por la Corte Suprema de Justicia, entre una nómina de seis candida-tos para cada junta. Podrán ser removidos por la Corte Suprema de Justicia de acuerdo a las causas y procedimientos estableci-dos en la Ley;

f) Convocar a concurso por oposición para elegir al Director de la Escuela de Estudios Judiciales y, con base en sus resultados, proponer, a la Presidencia del Organismo Judicial, una nómina de tres candidatos para su nombramiento;

g) Convocar a concurso por oposición para elegir al Secretario Eje-cutivo del Consejo de la Carrera Judicial, nombrarlo y, sin su presencia, removerlo de conformidad con las causas y procedi-mientos establecidos en la Ley del Servicio Civil del Organismo Judicial;

h) Evaluar el desempeño de jueces, magistrados e integrantes de las Juntas de Disciplina Judicial de conformidad con lo estable-cido en el artículo 32 de esta ley;

i) Definir las políticas de la Escuela de Estudios Judiciales y revi-sarlas anualmente de acuerdo con los fines y propósitos de esta ley;

j) Aprobar en el mes de enero de cada año el programa de for-mación judicial y administrativa, a propuesta de la Escuela de Estudios Judiciales;

k) Convocar a concurso por oposición para elegir al Supervisor General de Tribunales y, con base en sus resultados, proponer para su nombramiento, a la Presidencia del Organismo Judicial, una nómina de tres candidatos. Podrá ser removido por las cau-sas y procedimientos establecidos en la Ley del Servicio Civil del Organismo Judicial;

l) Emitir los acuerdos inherentes a su objeto y naturaleza; y

m) Las demás que determine la ley.”

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Artículo 6. Se reforma la denominación del Capítulo III del Título II, el cual queda así:

“ÓRGANOS DISCIPLINARIOS”.

Artículo 7. Se reforma el artículo 7, el cual queda así:

“ARTÍCULO 7. Integración de los Órganos Disciplinarios.

a) Juntas de Disciplina Judicial: son órganos colegiados de carác-ter administrativo y sus miembros actuarán con total indepen-dencia, imparcialidad y transparencia. Se integrarán por tres miembros titulares y tres suplentes, seleccionados mediante el proceso de oposición correspondiente, quienes tendrán las mis-mas calidades de los magistrados de la Corte de Apelaciones. Para favorecer la descentralización y facilitar el acceso a estos órganos, se integrarán tantas juntas como las necesidades y la conveniencia del servicio lo haga necesario, atendiendo a cri-terios de carácter geográfico, por materia u otros que resulten convenientes. La duración en el cargo de los miembros de las Juntas de Disciplina Judicial será por un periódo de cinco años. La presidencia será por un período de cinco años y se decidirá por sorteo, realizado por el Consejo de la Carrera Judicial. A los integrantes titulares de las Juntas de Disciplina Judicial les son aplicables las prohibiciones contempladas en el artículo 70 de la Ley del Organismo Judicial.

b) Junta de Disciplina de Apelación: es un órgano colegiado de carácter administrativo y sus miembros actuarán con total inde-pendencia, imparcialidad y transparencia. Se integrará con tres titulares y tres Suplentes, acorde con lo descrito en la literal e) del artículo 6 de la presente ley. La Presidencia será por un período de cinco años y se decidirá por sorteo, realizado por el Consejo de la Carrera Judicial. La duración en el cargo de los miembros de la Junta de Disciplina de Apelación será por un período de cinco años. La Corte Suprema de Justicia decidirá acerca de la sede de la Junta de Disciplina de Apelación, así como respecto del Secretaria o Secretario, en su caso, y del per-sonal administrativo que la apoyará. Para ser miembro titular o suplente de la Junta de Disciplina de Apelación se requieren los

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mismos requisitos que para ser Magistrados de las Corte Supre-ma de Justicia y tendrán las mismas calidades que éstos. En el reglamento de la presente ley se regulará lo relacionado con el funcionamiento de la Junta de Disciplina de Apelación, inclusi-ve lo referente a la forma de remuneración de sus integrantes.

Todos los integrantes de las Juntas de Disciplina Judicial y de la Junta de Disciplina de Apelación, quedan sujetos al régimen de impedimentos, excusas y recusaciones contemplados en los artículos del 122 al 132 de la Ley del Organismo Judicial.

La Escuela de Estudios Judiciales deberá impartir capacitación en mate-ria administrativa disciplinaria a los integrantes de las Juntas de Discipli-na Judicial y a los de la Junta de Disciplina de Apelación.”

Artículo 8. Se reforma el artículo 8, el cual queda así:

“ARTÍCULO 8. Atribuciones de las Juntas de Disciplina Judicial. Las Juntas de Disciplina Judicial tienen las siguientes atribuciones:

a) Conocer de las faltas administrativas que sean denunciadas;

b) Imponer las sanciones que establece la ley de acuerdo a los principios de proporcionalidad y del debido proceso;

c) Formular a las autoridades del Organismo Judicial, las recomen-daciones para corregir y prevenir las faltas que se atribuyan a los funcionarios judiciales; y

d) Cuando la sanción que corresponda sea la destitución del fun-cionario, remitir el expediente respectivo a la autoridad nomi-nadora para que resuelva lo que corresponda.”.

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Artículo 9. Se reforma la denominación del Capítulo V, del Título II, que queda así:

“CAPÍTULO V

ESCUELA DE ESTUDIOS JUDICIALES Y SUPERVISIÓN GENERAL DE TRIBUNALES”.

Artículo 10- Se reforma el artículo 12, el cual queda así:

“ARTÍCULO 12. Escuela de Estudios Judiciales. La Escuela de Estu-dios Judiciales es la unidad encargada de planificar, ejecutar y facilitar la capacitación y formación técnica y profesional de jueces, magistrados, funcionarios y empleados del Organismo Judicial y otros funcionarios públicos relacionados con el sistema de justicia, con el fin de asegurar la excelencia y actualización profesional para el eficiente desempeño de sus cargos. Su organización y funcionamiento se regirá por la presente ley y el reglamento respectivo.

Para la identificación, diseño y ejecución de las políticas en materia de capacitación, la Escuela de Estudios Judiciales deberá establecer procedi-mientos para recabar información sobre las necesidades de formación y actualización que tengan las Cámaras y demás órganos jurisdiccionales y administrativos del Organismo Judicial y dar respuesta a las mismas.

Los jueces y magistrados podrán ser designados por el Consejo de la Carrera Judicial para apoyo como docente-investigador de tiempo com-pleto en la Escuela de Estudios Judiciales, por períodos que no excedan de un año, en cuyo caso su situación será de licencia, en los términos del artículo 31 de esta ley.”

Artículo 11. Se adiciona el artículo 12 Bis, el cual queda así:

“ARTÍCULO 12 Bis. Supervisión General de Tribunales. La Supervi-sión General de Tribunales estará a cargo de un Supervisor General y se integrará con personal especializado para realizar las funciones siguien-tes:

a) De prevención: tiene como objetivo identificar las necesidades de recursos materiales y humanos tomando en cuenta aspectos socioculturales del lugar, así como la existencia de indicios de hechos constitutivos de faltas. Los resultados de la supervisión

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se documentarán en acta y se pondrán en conocimiento inme-diato de la autoridad correspondiente; y

b) De investigación: tiene como objetivo llevar a cabo la investiga-ción a la que se refiere el artículo 49 de esta ley. Un reglamento desarrollará la estructura y funciones de la Supervisión General de Tribunales para cumplir su cometido.”

Artículo 12. Se reforma el artículo 14, el cual queda así:

“ARTÍCULO 14. Ingreso. El ingreso a la Carrera Judicial se hará por alguna de las formas siguientes:

a) Mediante nombramiento de la Corte Suprema de Justicia para el caso de los jueces, cualquiera que sea su categoría o grado;

b) Mediante elección por el Congreso de la República para el caso de los magistrados, cualquiera que sea su categoría.

Todos los aspirantes a cargos de juez deberán reunir los requisitos y cali-dades establecidas en la Constitución y las leyes y someterse al concurso por oposición que en cada caso se establezca por el órgano competente.

Después de agotado el procedimiento y en caso de existir vacantes, el Consejo de la Carrera Judicial, si lo estima necesario y por razones del servicio, puede convocar a ex jueces y ex magistrados que hayan ejer-cido tales cargos como titulares, quienes podrán ingresar a la carrera judicial sin el requisito de aprobación del curso de formación inicial. Para el efecto deberán cumplir con los requisitos siguientes:

a) Haber ejercido la judicatura o la magistratura como mínimo cin-co años, en los cuales no hubiesen sido sancionados por falta grave o gravísima y hayan aprobado satisfactoriamente las eva-luaciones de desempeño practicadas, si fuera el caso; y

b) Someterse a los cursos de actualización a cargo de la Escuela de Estudios Judiciales, así como a las evaluaciones especiales que disponga practicar el Consejo de la Carrera Judicial previo a su nombramiento.”.

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Artículo 13. Se reforma el artículo 15, el cual queda así:

“ARTÍCULO 15. Requisitos y calidades. Los aspirantes al cargo de juez o magistrado, cualquiera que sea su categoría, deberán reunir los requisitos y calidades que establecen la Constitución Política de la Re-pública de Guatemala y las leyes. Los jueces de paz comunitarios se re-girán de acuerdo a lo establecido en el Código Procesal Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala y por la presente ley, en lo que les sea aplicable.”.

Artículo 14. Se reforma el primer párrafo del artículo 16, el cual queda así:

“ARTÍCULO 16. Convocatoria a concursos. Corresponde al Consejo de la Carrera Judicial convocar los concursos por oposición, para el in-greso a la carrera judicial con base en la elaboración de un diagnóstico previo, que permita determinar el número y calidad de plazas vacantes dentro del Organismo Judicial.”

Artículo 15. Se reforma el artículo 17, el cual queda así:

“ARTÍCULO 17. Información y listas. El Consejo de la Carrera Judicial elaborará la lista de elegibles tomando como base la nómina de aspiran-tes correspondiente y verificará, en cada caso, el cumplimiento de los requisitos exigidos por la presente ley. Efectuada la verificación notifica-rá a los interesados su decisión. Dentro de los quince días siguientes de realizada la última notificación, la lista será publicada en el diario oficial y como mínimo en dos diarios de mayor circulación.

Dentro del plazo de tres días contados desde el día siguiente al de la úl-tima publicación, cualquier persona podrá presentar ante el Consejo de la Carrera Judicial, información documentada respecto a los aspirantes, quienes contarán con el plazo de tres días para aportar las pruebas de descargo pertinentes. El Consejo de la Carrera Judicial resolverá en el plazo de tres días. Contra dicha resolución no procede recurso alguno.”

Artículo 16. Se reforma el artículo 18, el cual queda así:

“ARTÍCULO 18. Evaluación y elegibilidad. Corresponde a la Escuela de Estudios Judiciales la evaluación de los aspirantes al cargo de juez, cualquiera que sea su categoría, la cual se basará en pruebas objetivas

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técnicas, científicas y jurídicas así como en entrevistas personales, para dictaminar ante el Consejo de la Carrera Judicial sobre la idoneidad y honorabilidad de los postulantes. Los métodos, técnicas, modalidades, contenidos, criterios de aprobación y valoración se desarrollarán en el reglamento específico. La Escuela de Estudios Judiciales para el efecto de la evaluación indicada, si lo considera pertinente, podrá tener auxilio técnico externo.

Concluido el proceso de evaluación, se elaborará la lista de aprobados como elegibles, según el orden de las calificaciones obtenidas por cada aspirante, a partir de la más alta.

Los aspirantes aprobados como elegibles recibirán el curso de forma-ción inicial que corresponda en la Escuela de Estudios Judiciales, el cual durará como mínimo un periódo de ocho meses.

Los aspirantes que no fuesen aprobados dispondrán de tres días para manifestar su inconformidad acompañando los medios de prueba que consideren pertinentes, ante el Consejo de la Carrera Judicial, el cual solicitará a la Escuela de Estudios Judiciales que dentro del plazo de tres días, rinda informe circunstanciado acompañado de la documentación pertinente. El Consejo de la Carrera Judicial resolverá en el plazo de tres días posteriores a la entrega del informe circunstanciado. Contra dicha resolución no procede recurso alguno.”

Artículo 17. Se reforma el artículo 19, el cual queda así:

“ARTÍCULO 19. Nombramiento de jueces. Atendiendo al orden des-cendente a partir de la calificación más alta de la lista de elegibles, la Corte Suprema de Justicia nombrará a los jueces de paz o de primera instancia destinados a llenar las plazas vacantes que existan o las nuevas judicaturas que fuesen creadas.

La Corte Suprema de Justicia de acuerdo al criterio anterior y a la dispo-nibilidad de plazas vacantes, efectuará los nombramientos de conformi-dad con lo preceptuado en el artículo 24 de la ley.

Los nombrados tomarán posesión dentro del mes siguiente de haber prestado la protesta respectiva; también podrán ser nombrados para ocupar el cargo de jueces suplentes, conforme lo establecido en el artí-culo 34 de esta ley.”

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Artículo 18. Se reforma el artículo 20, el cual queda así:

“ARTÍCULO 20. Renovación de nombramiento de jueces. Vencido el periódo de funciones de los jueces de primera instancia, la Corte Suprema de Justicia renovará el nombramiento de los jueces cuyo des-empeño haya sido satisfactorio de acuerdo con la evaluación de su ren-dimiento y comportamiento profesional practicado por el Consejo de la Carrera Judicial.”.

Artículo 19. Se suprime el segundo párrafo del artículo 22.

Artículo 20. Se reforma el artículo 26, el cual queda así:

“ARTÍCULO 26. Traslados y permutas. Los jueces y magistrados po-drán ser trasladados en los casos siguientes:

a) Por razones de servicio, calificadas mediante resolución motiva-da del Consejo de la Carrera Judicial, previa audiencia y com-pensación económica de los gastos de traslados;

b) Por solicitarlo así el interesado, y si a juicio del Consejo de la Carrera Judicial haya acumulado méritos en el ejercicio del car-go, tenga una causa justificada y el traslado no sea inconvenien-te para el servicio de la administración de justicia; y

c) En los casos de preferencia a que se refiere el literal c) del artí-culo 24 de esta ley.

Mediante la permuta los jueces y magistrados de igual categoría y sala-rio pueden voluntariamente solicitar el intercambio de sus respectivos puestos al Consejo de la Carrera Judicial, el cual calificará la solicitud siempre que no afecte las necesidades del servicio y, la Corte Suprema de Justicia, mediante resolución motivada, decidirá sobre la permuta solicitada.

En todos los casos se atenderá preferentemente la especialidad en el ramo en que se desempeñen.”

Artículo 21. Se reforma el inciso d) del artículo 30, el cual queda así:

“d) Por jubilación, que podrá ser voluntaria a los 50 años; y,”

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Artículo 22. Se reforma el artículo 31, el cual queda así:

“ARTÍCULO 31. Situación de servicio. Los jueces y magistrados pue-den encontrarse en alguna de estas situaciones:

a) Servicio activo;

b) Excedencia;

c) Licencia; o,

d) Suspensión.

Se encuentran en situación de servicio activo quienes desempeñen un cargo correspondiente a la Carrera Judicial.

La situación de excedencia tiene lugar cuando un miembro de la carrera judicial, sin renunciar a tal condición, solicita dejar de prestar servicio activo en la misma, después de haberlo desempeñado en forma satisfac-toria por lo menos durante dos años, le serán aplicables las prohibicio-nes y sanciones contempladas en esta ley. El tiempo de duración de la excedencia no puede ser mayor de cinco años, transcurridos los cuales se entenderá perdida la condición de miembro de la carrera. El tiempo de duración de la excedencia no se acreditará al tiempo de servicio para efectos de determinar antigüedad. Los jueces que hayan sido nombra-dos como magistrados, no están en situación de excedencia durante el período del ejercicio de la magistratura; sin embargo, al concluir el pe-ríodo constitucional y no fueren reelectos, podrán ser nombrados como jueces de primera instancia en base a su especialidad, siempre que haya disponibilidad de plazas.

La licencia se produce cuando el miembro de la carrera judicial, por algún motivo justificado, solicitare pasar a esta condición.

La suspensión se produce como consecuencia de resoluciones adopta-das en procesos penales o en procedimientos disciplinarios.

Las resoluciones relativas a estas situaciones serán competencia del Consejo de la Carrera Judicial y son aplicables supletoriamente las dis-posiciones de la Ley de Servicio Civil del Organismo Judicial.”.

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Artículo 23. Se reforma el artículo 32, el cual queda así:

“ARTÍCULO 32. Evaluación del desempeño. El Consejo de la Carrera Judicial, mediante la aplicación de instrumentos y técnicas objetivamen-te diseñados, certificados y de conformidad con estándares nacionales e internacionales, acordes en cada área, evaluará el desempeño de los jueces y magistrados, anualmente o cuando el Consejo de la Carrera Ju-dicial lo determine. El Consejo de la Carrera Judicial tomará en cuenta, como mínimo, los siguientes aspectos:

a) Evaluación disciplinaria: se integra por el comportamiento apegado a la disciplina del Organismo Judicial. Se descontarán puntos por las sanciones firmes emitidas por las Juntas de Dis-ciplina Judicial, antes de transcurrido el plazo de prescripción;

b) Gestión de despacho: se refiere a la cantidad de resoluciones dictadas durante el periódo de evaluación de la administración y gerencia de los despachos, en forma directamente proporcio-nal a la cantidad de casos que han ingresado al órgano jurisdic-cional correspondiente;

c) Calidad: Se calificará la calidad y motivación de los autos y sen-tencias emitidas por el juez o magistrado;

d) Evaluación directa: comprende la calificación de entrevista per-sonal que se haga al evaluado por el Consejo de la Carrera Judi-cial;

e) Evaluación interna y externa: es la calificación otorgada por los usuarios del servicio de administración de justicia, así como au-xiliares judiciales del juez evaluado; y

f) Evaluación académica: comprende los créditos obtenidos en los cursos teóricos y prácticos diseñados e impartidos por la Escuela de Estudios Judiciales, la cual se puede complementar con los estudios del juez a nivel de postgrado y méritos por conocimientos adquiridos de carácter general.

Los resultados de la evaluación de desempeño también servirán como criterio para los ascensos de jueces, así como para el diagnóstico de necesidades de capacitación, las cuales deberán ser atendidas por la Es-cuela de Estudios Judiciales.”

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Artículo 24. Se reforma el último párrafo del artículo 37, el cual queda así:

“La responsabilidad disciplinaria es independiente y sin perjuicio de las que deriven de la responsabilidad penal, civil y gremial que se determi-ne conforme a la legislación ordinaria.”

Artículo 25. Se reforma el artículo 40, el cual queda así:

“ARTÍCULO 40. Faltas graves. Son faltas graves:

a) Abandonar total o parcialmente las tareas propias del desempe-ño del cargo judicial;

b) Incurrir en retrasos y descuidos injustificados en la tramitación de los procesos o diferir las resoluciones, por motivos que no sean los señalados en la ley procesal de la materia;

c) No guardar la discreción debida en aquellos asuntos que por su naturaleza o en virtud de leyes o reglamentos, requieran reser-va;

d) Insultar o proferir frases discriminatorias basadas en motivos de raza, etnia, prácticas culturales, religión, género, sexo, edad, idioma o de otra índole en el ejercicio del cargo en contra del personal de la institución, partes procesales, sus abogados o pú-blico en general;

e) La falta de acatamiento de las disposiciones contenidas en los reglamentos, acuerdos y resoluciones que dicte la Corte Supre-ma de Justicia en materia jurisdiccional;

f) Ocultar a las partes documentos o información de naturaleza pública;

g) Ausencia injustificada a sus labores por un día;

h) Asistir a sus labores en estado de embriaguez, o bajo el efecto de estupefacientes, drogas o en cualquier otra condición anor-mal análoga, salvo que tenga prescripción médica;

i) Faltar a la verdad en la solicitud de obtención de cualquier tipo de permiso, traslado, autorización, dietas, viáticos y cualquier tipo de ayuda o beneficio económico;

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j) El abuso de la condición de juez o magistrado para obtener un trato favorable e injustificado por parte de profesionales, auto-ridades y funcionarios públicos de cualquier naturaleza;

k) Usar ilegítimamente o permitir a otros el uso ilegítimo de bie-nes, herramientas, útiles, distintivos o placas de identificación del Organismo Judicial;

l) El incumplimiento injustificado de los horarios señalados para la celebración de audiencias;

m) La inasistencia injustificada a los actos procesales con audiencia pública que estuvieren señalados;

n) Hacer propaganda política partidista; y,

o) La segunda falta leve que se cometa dentro de un mismo año, cuando la primera haya sido sancionada”.

Artículo 26. Se reforma el artículo 41, el cual queda así:

“ARTÍCULO 41. Faltas gravísimas. Son faltas gravísimas:

a) Desempeñar simultáneamente a la función jurisdiccional cual-quier otro empleo o servicio profesional, salvo el ejercicio de la docencia universitaria;

b) Interferir en el ejercicio de funciones de los otros Organismos del Estado, sus agentes o representantes o permitir la interfe-rencia a cualquier organismo, institución o persona, que atente contra el Organismo Judicial;

c) Ocultar prohibición que le sea imputable para el ejercicio de la función o abstenerse de informar una causal sobrevenida;

d) Faltar injustificadamente al trabajo durante dos o más días con-secutivos, o tres días en el mismo mes;

e) Intentar influir o influir ante otros jueces o magistrados en cau-sas que tramitan en el marco de sus respectivas competencias así como aceptar o admitir dichas influencias;

f) Interferir en el criterio de los jueces de grado inferior, en cuanto a la interpretación o la aplicación de la ley en casos concretos,

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salvo cuando se conozca a través de los recursos legalmente es-tablecidos;

g) Aceptar o admitir influencias cuando estas provienen de un tercero, en causas que los jueces o magistrados tramitan en el marco de sus respectivas competencias;

h) Cometer cualquier acto de coacción, especialmente aquellos de índole sexual o laboral;

i) Solicitar o aceptar favores, préstamos, regalías o dádivas en di-nero o en especie: a las partes, a los abogados que actúen en casos que conozca o a un tercero;

j) Solicitar, fomentar o tolerar que el personal a su cargo solicite favores, préstamos o dádivas en dinero o especie a las partes, a los abogados que actúen en casos que conozca o a un tercero;

k) Emitir resoluciones con manifiesta incompetencia;

l) Revelar hechos, datos o cualquier información conocida, en vir-tud del ejercicio de la función judicial o con ocasión de ésta, cuando se cause algún perjuicio en la tramitación de un proceso o a cualquier persona;

m) Alterar indebidamente registros electrónicos o de cualquier otro tipo;

n) La conducta y trato discriminatorio basado en motivos de raza, etnia, prácticas culturales, religión, género, sexo, edad, idioma o de otra índole en el ejercicio del cargo en contra del personal de la institución, partes procesales, sus abogados o público en general;

o) Extraer, permitir o facilitar la salida de la sede del tribunal de expedientes o documentos a su cargo; salvo lo establecido en el artículo 171 de la Ley del Organismo Judicial;

p) Otorgar medidas precautorias en casos en los cuales conforme a la ley deba inhibirse, cuando sea evidente su incompetencia;

q) Incurrir en cualquiera de las prohibiciones contempladas en los incisos a), b), c), d) y f) del artículo 29 de esta ley; y,

r) La segunda falta grave que se cometa en el plazo de un año, cuando la primera haya sido sancionada.”

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Artículo 27. Se reforma el inciso c) y se adiciona el inciso d) del artículo 42, el cual queda así:

“c) Suspensión sin goce de salario de veintiún (21) días a tres meses; y

d) Destitución para faltas gravísimas.”

Artículo 28. Se reforma el artículo 44, el cual queda así:

“ARTÍCULO 44. Suspensión. La suspensión sin goce de salario consiste en la separación temporal del juez o magistrado del ejercicio del cargo.

Atendiendo al principio de proporcionalidad, podrá acordarse hasta por un máximo de veinte días por las faltas graves y tres meses por faltas gravísimas. En ambos casos debe dejarse constancia en el registro per-sonal respectivo.”

Artículo 29. Se reforma el artículo 46, el cual queda así:

“ARTÍCULO 46. Prescripción. Las faltas establecidas en la presente ley prescriben en el plazo de seis meses contado a partir de que la autoridad competente tenga conocimiento de la falta sin que se haya iniciado el procedimiento disciplinario.

Este plazo se interrumpe por la presentación de la respectiva gestión es-crita ante quien corresponda. Constarán en los registros de los órganos disciplinarios del Organismo Judicial, las faltas que sean declaradas con lugar y sin lugar.

En las certificaciones que extiendan los órganos disciplinarios no se ha-rán constar aquellas que se declaren sin lugar ni las declaradas con lugar después de un año de haber sido sancionadas.”

Artículo 30. Se reforma el artículo 47, el cual queda así:

“ARTÍCULO 47. Competencia. Las sanciones disciplinarias previstas en la presente ley las impondrán las Juntas de Disciplina Judicial, salvo el caso de la destitución, la cual deberá ser impuesta por la Corte Supre-ma de Justicia o el Congreso de la República, según corresponda, por recomendación de las Juntas de Disciplina Judicial.”

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Artículo 31. Se reforma el artículo 49, el cual queda así:

“ARTÍCULO 49: Trámite. Conocido el hecho presumiblemente cons-titutivo de falta o recibida la denuncia, la Junta de Disciplina Judicial ordenará su traslado inmediato a la Supervisión General de Tribunales para que en un plazo no mayor de diez días realice los actos de investi-gación necesarios e informe a la Junta, la que decidirá en forma razona-da sobre su admisibilidad tomando en cuenta los hechos expuestos y la investigación realizada por la Supervisión General de Tribunales. Dicho traslado no será necesario cuando la denuncia se hubiere presentado directamente ante la Supervisión General de Tribunales, en cuyo caso, dentro del plazo establecido, ésta deberá enviarla a la Junta con el repor-te derivado de su investigación.

Si la denuncia no se admitiere para su trámite, la parte denunciante, dentro de los tres días siguientes de haber sido notificada de la resolu-ción respectiva, podrá interponer recurso de apelación ante la Junta de Disciplina Judicial, del cual conocerá la Junta de Disciplina de Apela-ción.

Si la denuncia fuere admitida para su trámite, la Junta citará a las partes a una audiencia, que se celebrará en un plazo que no exceda de quince días, la que será concentrada, oral y pública; el denunciado, previa no-tificación, deberá comparecer bajo el apercibimiento de ser declarado rebelde si dejare de hacerlo sin justa causa, aceptándose únicamente una excusa justificada. La audiencia se desarrollará con los demás in-teresados que asistan, pero, en todo caso, deberá comparecer obliga-toriamente la Supervisión General de Tribunales, que participará como parte, para lo cual presentará las pruebas pertinentes, tarea con la que puede coadyuvar el denunciante. En esa única audiencia contradictoria se recibirá la prueba propuesta por las partes y los alegatos de quienes participen en la misma.”

Artículo 32. Se reforma el artículo 50, el cual queda así:

“ARTÍCULO 50. Resolución. Si al inicio de la audiencia el juez o ma-gistrado aceptare haber cometido la falta, la Junta de Disciplina Judi-cial resolverá en forma razonada sin más trámite. Si no se diere este supuesto, la Junta continuará con el desarrollo de la audiencia, dando la palabra a las partes involucradas y recibiendo los medios de prueba que las mismas aporten o que se hayan acordado de oficio, los que de-berán ser analizados y valorados integralmente y de manera objetiva. El

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procedimiento disciplinario se impulsará y actuará de oficio, y la Junta pronunciará su resolución o recomendación en forma razonada en la propia audiencia o dentro del plazo de tres días. Cuando la sanción a imponer sea la de destitución, la Junta de Disciplina Judicial enviará el expediente completo con su recomendación a la Corte Suprema de Justicia o al Congreso de la República, según se trate de un juez o un magistrado, para su resolución en forma motivada.”

Artículo 33. Se reforma el artículo 51, el cual queda así:

“ARTÍCULO 51: Derecho de apelación. Contra las resoluciones defi-nitivas emitidas por la Junta de Disciplina Judicial se podrá interponer Recurso de Apelación, dentro de los tres días hábiles siguientes a la no-tificación. El mismo será interpuesto ante la Junta de Disciplina Judicial, la cual lo admitirá para su trámite, y de inmediato, lo remitirá a la Junta de Disciplina de Apelación, por intermedio de su Presidente, para que previa convocatoria de éste a los otros miembros de la Junta de Discipli-na de Apelación, ésta conozca del recurso interpuesto.

La Junta de Disciplina de Apelación citará a las partes a una audiencia en un plazo que no excederá de cinco días, para que se manifiesten sobre el recurso interpuesto, concediendo la palabra en primer lugar al apelante. No se admitirán réplicas. La Junta resolverá, sin más trámite, preferentemente en la propia audiencia o en el plazo de tres días, con-firmando, revocando o anulando la resolución recurrida. Contra lo re-suelto por la Junta de Disciplina de Apelación no cabrá recurso alguno.”

Artículo 34. Se adiciona el artículo 57 Bis, el cual queda así:

“Artículo 57 “Bis”. Convocatoria. El Consejo de la Carrera Judicial convocará dentro de los seis meses siguientes a la vigencia del presente decreto, a concurso por oposición de los siguientes cargos: integrantes de las Juntas de Disciplina Judicial, Junta de Disciplina de Apelación, Secretario del Consejo de la Carrera Judicial, Director de la Escuela de Estudios Judiciales y Supervisor General de Tribunales; dicho concurso deberá concluir en un plazo no mayor de tres meses contados desde la fecha de convocatoria.”

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Artículo 35. Se adiciona el artículo 57 Ter, el cual queda así:

“Artículo 57 “Ter”. Cesación. Las personas que actualmente integren la Junta de Disciplina Judicial y aquellas que ocupen los cargos de Se-cretario del Consejo de la Carrera Judicial, Director de la Escuela de Estudios Judiciales y Supervisor General de Tribunales cesarán en sus funciones al tomar posesión las personas designadas de conformidad con lo dispuesto en el artículo anterior.”

Artículo 36. Se adiciona el artículo 57 Quáter, el cual queda así:

“Artículo 57 “Quáter”. Procedimientos pendientes. Los procedi-mientos que estén en trámite a la fecha en que entre en vigencia el pre-sente decreto se sustanciarán y resolverán conforme a la norma vigente al momento de su iniciación.”

Artículo 37. Se adiciona el artículo 57 Quinquies, el cual queda así:

“Artículo 57 “Quinquies”. La Corte Suprema de Justicia deberá incluir en el presupuesto correspondiente, el monto necesario para fortalecer y reestructurar la Supervisión General de Tribunales, y para el funcio-namiento de las Juntas de Disciplina Judicial y la Junta de Disciplina de Apelación.”

Artículo 38. Se reforma el inciso m) del artículo 54 de la Ley del Organismo Judicial, Decreto Número 2-89 del Congreso de la República, el cual queda así:

“m) Cuando lo considere conveniente o a solicitud de parte inte-resada, pedir informe sobre la marcha de la administración de justicia.”

Artículo 39. Se reforma el inciso d) del artículo 88 de la Ley del Organismo Judicial, Decreto Número 2-89 del Congreso de la República, el cual queda así:

“d) Cuidar que los jueces de primera instancia, jueces menores o cualesquiera otras personas cumplan sus funciones y los plazos con apego a la ley o evacuen las diligencias que por despacho o en otra forma se les encargue.”

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Artículo 40. Emisión y actualización de reglamentos. El reglamento general de la Ley de la Carrera Judicial y demás cuerpos normativos conexos, deberán ser actualizados en el plazo de seis meses, a efecto de que guarden congruencia con las reformas contenidas en el presente decreto. Los reglamentos específicos que a la fecha no se hayan emitido, deberán aprobarse en el plazo de diez meses después de la vigencia de la presente ley.

Artículo 41. Derogatorias. Quedan derogados:

a) Los incisos b), c) y d) del artículo 100 de la Ley del Organismo Judicial, Decreto Número 2-89 del Congreso de la República de Guatemala,

b) El capítulo IV “Comisiones de Postulación”, que comprende los artículos 9, 10 y 11 de la Ley de la Carrera Judicial, Decreto Número 41-99 del Congreso de la República de Guatemala.

Artículo 42. Vigencia. El presente decreto entrará en vigencia treinta días des-pués de su publicación en el diario oficial.

Guatemala, Palacio de Justicia, diecisiete de abril de dos mil trece.

PONENTE:CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

La presente edición de Sapere Aude –Atrévete a pensar– se realizó en Magna Terra ediTores, (5ta. avenida 4-75 zona 2,

Ciudad de Guatemala, teléfono (502) 2238-0175) en junio de 2013. El tiro sobre papel bond beige 80 gramos

consta de 2,000 ejemplares.

EscuEla dE Estudios judicialEs

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Formación para la Justicia y la Paz

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Escuela de Estudios JudicialesLote 12, finca San Gaspar, aldea Santa Rosita, zona 16

ciudad de Guatemala, C.A. PBX: 2426-7700

www.oj.gob.gt/uciEnero-junio 2013

Atrévete a Pensar

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