Nombre de La Rosa de Eco. Inés de Casagne. Suplemento Cultural.

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-';"6 - 05 -: 93 . UMJlERTO ECO, II nome de/la rosa, Bompiani, Milano, 1984, 503 págs. Nominalismo y parodia En El nombre de la Rosa (en adelante NR) Umberto Eco trabaja con materiales que provienen de la historia, de la literatura, de la filosofía, y del arte de la Edad Media, y, además, de Padres de la Iglesia, de la Biblia y de la liturgia. Muchos toman su obra como una novela histórica, de historia del Medioevo. ¿Lo es? Oigamos a Eco: en sus Apostillas .' ] dice 'lue la "Iden sernlnul" fue "ganas de enveneunr a un monje "~Y contenta: "Creo que una novela nace de una idea de esta clase, y el resto es pulpa que se agrega por el camino" (A., p. 12). Un monje envenenado, pues, para tejer una narración de tipo policial. Pero -prosigue Eco- mejor que un monje actual sería un monje medieval,. ya que siempre le atrajo el Medioevo, en el '1ue se encuentran -dice- "tantas cosas cuntradictor-ius", como por ejemplo "un Tomás de Aquino regordete y racionalista". Le atrae el Medioevo como un "hobby" ;puesto que ser "medievalista" exigiría largas investigaciones. Con todu, Eco hizo estudios de filosofia medieval y tiene un ensayo sobre la Estética de Santo Tomás. Sub re esta base de conocimientos acerca de la realidad medieval, cl escritor proyecta un enfoque: fIue In novela sea una "nuiquina para genl'rar lntcrpretaclones u .• En cuanto a él mismo, corno narrndor, quiere narrar "enmascarndo " . detrás de otros narradores: entonces finge haber encoll_tmdo un manuscrito en un monasterio, a su vez recoplado de otro manuscrito de fines de siglo XIV. El supuesto autor del original es un monje de la abudín de Mdk,.llallludo Adso. Y ésta es la voz nnrrutlvn, Pero no es sólo una voz narrativa, son dos. Sigamos a Eco en las Apostillas: Adso narra a los 80 míos lo (Iue vio a los 18 años. ¡.Quién habla, el Adso de los 18 o el Adso de los SO·? Los dos, es obvio, y es intencional. Eljuego estaba en poner en escena continuamente a Adso viejo sobre lo que recuerda haber visto y oído como Adso joven .•• Este doble juego me fascinó y apasionó . muchísimo, también porque, volviendo a lo dicho sobre la máscara, duplicando a Adso, duplicaba. una vez más la serie de pantallas ... me sentía más protegido ... " (A., pp. 21-23). Pero aquí no termina el elenco de voces que oímos en la novela, Hay que agr-egar otro subterfugio más de la flcclón: Adso "no entiende nada" de lo que está relatando -ni el Adso joven ni el viejo- usa palabras prestadas, dice lo que ha oído y le han enseñado, intercala Iatines, repite textos de la Biblla, de la liturgia, de los Santos Padres, de los teólogos, místicos y fllósofos ... Los lectores ¿reconoceremos tantas voces? Una de las propuestas de juego, en este libro, sería ésta: rastrearlas. Como se ve, en esta obra importa mucho el armado. Se trata de una novela de tipo comhínaterio: se combinan infinidad de materiales. El A. ha aprendido el nrtlficio de Joyce, él mismo lo confiesa. En el discurso ínter- textual, él maneja todos esos materiales, muy bien escondido, muy" protegido". ¿De qué se defiende? El dice: "El arte está en la fugo de la emoción personal, me lo había enseñado Joyce ... " y "esta lucha contra la emoción fue duríslma" (A., p_ 23- 4). En suma: la postura del A., es demiúrgica. La realidad histérica y los textos literarios son .: manejados como materiales a los que se combina y manipula. Es un juego en el que no hay .. compromiso afectivo. "El libro asume -dice Eco" un~ es~nretura de melodrama bufo, con largos recitatlvos y amplias arias. Y las arias rernedan la gran retdrica de la Edad Media, la de San Bernardo ... u ete., etc. (A., p. 22). Y, por supuesto, las que se toman de la Sagrada Escritura y de la . liturgia. El autor: se divierte co estas corublnaclones y propone IIn cf vertimientoa los lectores: divertirse con todo ,,~ ':. No hay Legos, sólo Palabras Desnudas en torno al la Rosa de Eco fD por IN ES DE CASSAGNE Una enorme biblioteca Quizás convenga, ante todo, relaclonar este enfo<)ue de la realidad y esta propuesta de la flcclón COII el argumento mismo y con el lugar donde se desarrollan los hechos. En una Rh;,,!fa del norte de Italia, en el aiío 1327, se producen misteriosamente varias muertes en pocos días. Allí hay una enorme biblioteca, mucho más grande que la igles.ia abacial -lo cual da qué pensar- y sobre todo mucho más protegida, más resguardatla, 'en realidad casi inaccesible, pues está nhlncada en 1:1 roca y armada en forma de . laberinto. Su clave la posee sólo el bibliotecario, Y bien, nada Impediría presentar monjes así desviados. Pero elnwnejo abusivo de la realidad no está allí, sino en desplazar el ideal monástico en sí mismo: en lugar de vida de unión con Dios, se lo da como vida de unión con el saber. Es un sutil desp lnzamicnto, ya '1ue la hlstnrín de la Orden de San Benito durante la Edad Media destaca ciertnmente su preocupación por salvar y . trunsmit ir la herencia intelectual del pasado -es sabido '1ue en sus bibliotecas se guardaron y recopiuron las obras de la Antigüedad y se ngreganlll otras- pero esto no era lo único ni lo principal, Sin embargo, aquí aparece como lo principal, y con el matiz de desprecio hacia las por lo cual éste resulta ser la flgura-clave del monasterio. Esto también da (Iue pensar: allí los monjes aparecen mucho más inter-esados por los libros de la biblioteca que por los oficios que celebran en la iglesia. Notable, ya que en la Orden de S'In Benito, a estas alabanzas divinas que se hacen en común siete veces ni día y una en la noche se lus llama la "Obra de Dios" -Opus Dei- y se la considera el "quid" de la vida monástica. . Para eso deja el monje el mundo: para orar en nombr-e de los que están en el mundo. Y también para santilicarse en la. obediencia, asumiendo la ley humana común del trahn]o. El resumen de la vida benedictina es "ora el labora ". Y su lema es "Pax": la paz de Cristo vivida, que reconcilia con Dios y con los hermanos. Pero, según lo dicho, en esta abadía no hay paz, y quizás es porque no se encuentra por ninguna parte ni el espíritu de oración ni la actitud de trabajo. Las tareas las hacen las familias de campesinos que viven allí, y los monjes, si bien. van a los oficios, piensan . . durante los mismos en otras cosas, se muestran 'más atraídos por los estudios, se enorgullecen de lo (!ue saben, se sienten por ello superiores, y olvidan los grados de humildad que San Benito, siguiendo al. Evangelio, les indica en su Regla como escala para llegar ni Cielo: "porque el humilde sube, y el que se ensalza baja". Muy bajo, de acuerdo con esto, habrían caído los monjes de esta abadía, arrogantes, atrapados en la concupiscencia de alcanzar todo el saber que encierra su biblioteca, -¡;; a. eo a. CIJ .o o '" ru "' e " ¡:: "' rn ~ '" t'J o e :;¡ m obras de las manos, Se las da como cosa de "mecánico", sobre lu que comenta, como al pasar, el novicio: "...y me habían enseñado que el mecánico es moechus y que comete adulterio respecto de la vida intelectual a la que debería estar unido en esponsales castísimos" (N.H., p. 25). El concepto de esponsales es aplicado mal, desplazándolo de lo rdigioso a lo intelectual, y la palabra latina es deslizada insidiosamente, ya que es poco probable que .el lector sepa latín o que vaya o controlada en un diccionario. En efecto, moechus quiere decir adúltero, pero nada tiene Ilue ver con mechanicus, que designa al que produce como artesano, artista, arquitecto, ingeniero, constructor, lo que sí eran los monjes medievales. Sería un Juego de palabras, pero inapropiadu para la realidad benedictina: la prueba está en las abaclales románicas con todo su despliegue artesanal y de albafiilerfu. Esquema de poder Es necesario para la ficción mostrar el saber como fuente de poder. En la novela aparecen dos grupos de monjes: los que se aferran al saber untiguo, heredado.iy los que barruntan un saber nuevo que echaría por tierra el anterior- y subvernría las estructuras del poder, con el consecuente cambio de los que lo detentan. ¿Cuál. en este nuevo saber y este nuevo poder? Es importante aclarnrlo, porque en ello se cifra la Pasa a la págIna siguIente ---------- ~--J(I

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El texto hace una aproximación hermenéutica a la novela de Umberto Eco, El Nombre de la Rosa. Una comprensión que cruza lo filosófico, lo estpetico, lo histórico y lo teológico. La autora no deja de asumir una postura crítica frente a la visión del autor.

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. UMJlERTO ECO, II nome de/la rosa, Bompiani,Milano, 1984, 503 págs.

Nominalismo y parodia

En El nombre de la Rosa (en adelante NR)Umberto Eco trabaja con materiales queprovienen de la historia, de la literatura, de lafilosofía, y del arte de la Edad Media, y, además,de Padres de la Iglesia, de la Biblia y de la liturgia.Muchos toman su obra como una novela histórica,de historia del Medioevo. ¿Lo es? Oigamos a Eco:en sus Apostillas .'

] dice 'lue la "Iden sernlnul" fue "ganas deenveneunr a un monje "~Y contenta: "Creo queuna novela nace de una idea de esta clase, y elresto es pulpa que se agrega por el camino" (A., p.12). Un monje envenenado, pues, para tejer unanarración de tipo policial. Pero -prosigue Eco-mejor que un monje actual sería un monjemedieval,. ya que siempre le atrajo el Medioevo, enel '1ue se encuentran -dice- "tantas cosascuntradictor-ius", como por ejemplo "un Tomás deAquino regordete y racionalista". Le atrae elMedioevo como un "hobby" ;puesto que ser"medievalista" exigiría largas investigaciones.Con todu, Eco hizo estudios de filosofia medieval ytiene un ensayo sobre la Estética de Santo Tomás.Sub re esta base de conocimientos acerca de larealidad medieval, cl escritor proyecta unenfoque: fIue In novela sea una "nuiquina paragenl'rar lntcrpretaclones u .• En cuanto a él mismo,corno narrndor, quiere narrar "enmascarndo " .detrás de otros narradores: entonces finge haberencoll_tmdo un manuscrito en un monasterio, a suvez recoplado de otro manuscrito de fines de sigloXIV. El supuesto autor del original es un monje dela abudín de Mdk,.llallludo Adso. Y ésta es la voznnrrutlvn, Pero no es sólo una voz narrativa, sondos. Sigamos a Eco en las Apostillas: Adso narra alos 80 míos lo (Iue vio a los 18 años. ¡.Quién habla,el Adso de los 18 o el Adso de los SO·? Los dos, esobvio, y es intencional. Eljuego estaba en poneren escena continuamente a Adso viejo sobre lo querecuerda haber visto y oído como Adso joven .••Este doble juego me fascinó y apasionó .muchísimo, también porque, volviendo a lo dichosobre la máscara, duplicando a Adso, duplicaba.una vez más la serie de pantallas ... me sentía másprotegido ... " (A., pp. 21-23). Pero aquí no terminael elenco de voces que oímos en la novela, Hay queagr-egar otro subterfugio más de la flcclón: Adso"no entiende nada" de lo que está relatando -ni elAdso joven ni el viejo- usa palabras prestadas,dice lo que ha oído y le han enseñado, intercalaIatines, repite textos de la Biblla, de la liturgia, delos Santos Padres, de los teólogos, místicos yfllósofos ... Los lectores ¿reconoceremos tantasvoces? Una de las propuestas de juego, en estelibro, sería ésta: rastrearlas.

Como se ve, en esta obra importa mucho elarmado. Se trata de una novela de tipocomhínaterio: se combinan infinidad demateriales. El A. ha aprendido el nrtlficio deJoyce, él mismo lo confiesa. En el discurso ínter-textual, él maneja todos esos materiales, muy bienescondido, muy" protegido". ¿De qué se defiende?El dice: "El arte está en la fugo de la emociónpersonal, me lo había enseñado Joyce ... " y "estalucha contra la emoción fue duríslma" (A., p_ 23-4).

En suma: la postura del A., es demiúrgica. Larealidad histérica y los textos literarios son .:manejados como materiales a los que se combina ymanipula. Es un juego en el que no hay ..compromiso afectivo. "El libro asume -dice Eco"un~ es~nretura de melodrama bufo, con largosrecitatlvos y amplias arias. Y las arias rernedan lagran retdrica de la Edad Media, la de SanBernardo ... u ete., etc. (A., p. 22). Y, por supuesto,las que se toman de la Sagrada Escritura y de la .liturgia. El autor: se divierte co estascorublnaclones y propone IIn cf vertimientoa loslectores: divertirse con todo ,,~ ':.

No hay Legos, sólo Palabras Desnudas en torno al

laRosa de Eco fDpor INES DE CASSAGNE

Una enorme biblioteca

Quizás convenga, ante todo, relaclonar esteenfo<)ue de la realidad y esta propuesta de laflcclón COII el argumento mismo y con el lugardonde se desarrollan los hechos. En una Rh;,,!fadel norte de Italia, en el aiío 1327, se producenmisteriosamente varias muertes en pocos días. Allíhay una enorme biblioteca, mucho más grandeque la igles.ia abacial -lo cual da qué pensar- ysobre todo mucho más protegida, másresguardatla, 'en realidad casi inaccesible, puesestá nhlncada en 1:1 roca y armada en forma de

. laberinto. Su clave la posee sólo el bibliotecario,

Y bien, nada Impediría presentar monjes asídesviados. Pero elnwnejo abusivo de la realidadno está allí, sino en desplazar el ideal monástico ensí mismo: en lugar de vida de unión con Dios, se loda como vida de unión con el saber. Es un sutildesp lnzamicnto, ya '1ue la hlstnrín de la Orden deSan Benito durante la Edad Media destacaciertnmente su preocupación por salvar y .trunsmit ir la herencia intelectual del pasado -essabido '1ue en sus bibliotecas se guardaron yrecopiuron las obras de la Antigüedad y sengreganlll otras- pero esto no era lo único ni loprincipal, Sin embargo, aquí aparece como loprincipal, y con el matiz de desprecio hacia las

por lo cual éste resulta ser la flgura-clave delmonasterio. Esto también da (Iue pensar: allí losmonjes aparecen mucho más inter-esados por loslibros de la biblioteca que por los oficios quecelebran en la iglesia. Notable, ya que en la Ordende S'In Benito, a estas alabanzas divinas que sehacen en común siete veces ni día y una en lanoche se lus llama la "Obra de Dios" -Opus Dei- yse la considera el "quid" de la vida monástica.

. Para eso deja el monje el mundo: para orar ennombr-e de los que están en el mundo. Y tambiénpara santilicarse en la. obediencia, asumiendo laley humana común del trahn]o. El resumen de lavida benedictina es "ora el labora ". Y su lema es"Pax": la paz de Cristo vivida, que reconcilia conDios y con los hermanos. Pero, según lo dicho, enesta abadía no hay paz, y quizás es porque no seencuentra por ninguna parte ni el espíritu deoración ni la actitud de trabajo. Las tareas lashacen las familias de campesinos que viven allí, ylos monjes, si bien. van a los oficios, piensan .

. durante los mismos en otras cosas, se muestran'más atraídos por los estudios, se enorgullecen delo (!ue saben, se sienten por ello superiores, yolvidan los grados de humildad que San Benito,siguiendo al. Evangelio, les indica en su Reglacomo escala para llegar ni Cielo: "porque elhumilde sube, y el que se ensalza baja". Muy bajo,de acuerdo con esto, habrían caído los monjes deesta abadía, arrogantes, atrapados en laconcupiscencia de alcanzar todo el saber queencierra su biblioteca,

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obras de las manos, Se las da como cosa de"mecánico", sobre lu que comenta, como al pasar,el novicio: " ...y me habían enseñado que elmecánico es moechus y que comete adulteriorespecto de la vida intelectual a la que deberíaestar unido en esponsales castísimos" (N.H., p. 25).El concepto de esponsales es aplicado mal,desplazándolo de lo rdigioso a lo intelectual, y lapalabra latina es deslizada insidiosamente, ya quees poco probable que .el lector sepa latín o quevaya o controlada en un diccionario. En efecto,moechus quiere decir adúltero, pero nada tieneIlue ver con mechanicus, que designa al queproduce como artesano, artista, arquitecto,ingeniero, constructor, lo que sí eran los monjesmedievales. Sería un Juego de palabras, peroinapropiadu para la realidad benedictina: laprueba está en las abaclales románicas con todo sudespliegue artesanal y de albafiilerfu.

Esquema de poder

Es necesario para la ficción mostrar el sabercomo fuente de poder. En la novela aparecen dosgrupos de monjes: los que se aferran al saberuntiguo, heredado.iy los que barruntan un sabernuevo que echaría por tierra el anterior- ysubvernría las estructuras del poder, con elconsecuente cambio de los que lo detentan. ¿Cuál.en este nuevo saber y este nuevo poder? Esimportante aclarnrlo, porque en ello se cifra la

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actitud peculiar del autor en esta obra, su críticade In Edad Media, de la sabiduría tradicional y dela misma Iglesia. Es la clave de los sucesosacaecidos en la abadía, la razón por la cual se hanr-ealizado los nsexiuatos.

lIay que releer el capítulo correspondiente al70día, noche. El detective de la novela, Guillermo deBaskcrville, que no es un monje benedictino sinoUIl trunclscuno huésped de la abadía al que se lecntarga investigar-, llega por fin a penetrar en elsancto sanctorum de la biblioteca, que, como yasabemus, está defendida por su forma delaberinto. Allí encuentra a Jorge Burgos, el monjenuis anciano de l monasterto, ya ciego peroposccdur de todos los secretos de la biblioteca. Else orÍl..'nta pc rfcctnmcntc en ella, 111nl1(:oJn susmecanismos de ocultamiento y sabe de memoria elcontenido de sus llbros. (Recordemos de paso queesta figum está inspirada en nuestro compatriotaBorges, por su ceguera y por su memoria de librosque es como una gran hiblioteca; de ahí sunombre, Jor-ge de Burgos, .Jorge Borges, aunqueot rus curncter-isticns son distintas). Este personaje,<¡ue se mueve en la sombra, es en realidad el único(Jue tiene conciencia del nuevo saber y del nuevopoder. Quiere proteger a la Cristiaudad de ese'poder que, según él, la destruiría. Curiosamente,este saber subversivo se hallaría contenido en unpcqueiio libro: el 20 libro de la Poética deAristóteles, Todos conocemos el l er, libro, quetrata de la tragedia y la epopeya; pero el 20, quetrataba de la comedia, se perdió. Y bien, el autorilllagina <¡ue la única copia que se habríaconservado la poseía esta biblioteca, y que estepersonaje, Jorge de Burgos, la protegíacelosamente, por temor ... Todo esto es ficción,pero veamos cómo el autor maneja en ella lasrealidades de las que parte. El diálogo entre losdos hombres tiene lugar en las tinieblas, a la luz deuna magra candela, en una atmósfera de terroresy juiclos apocalípticos. ,

El frunciscano Guillermo le pregunta: "¿Por'qué has querido proteger este libro ...? ¿Por qué teespantaba?" J ot-ge contesta: "Porque era delfil<ísofo. Cada uno de los Iibros de este hombre hadestruido una parte de la sabiduría que laCr-istiandad había acumulado a través desiglos ... ". El filósofo es Aristóteles, y de laexplicación que da el viejo monje surge que supunto de vista, por ser filosófico, es decir, por'partir de los datos de la naturaleza y trabajar conla razón, se opondr-ía al punto de vista de larevelación y de lu teología que parte de la palabrade Dios. Su efecto ya habría sido corruptor en elpasado, en autores como Boeclo, Averroes yTomás de Aquino, En realidad no es exactamenteasí. Los pensadores cristianos valoran la razónhumana pues es obra de Dios ordenada a conocer,y lo típico de su actitud es afirmar el acuerdoentre sus conclusiones y la fe recibida, y que,partiendo de arriba -de la fe- o partiendo de abajo-de la razón- no se puede llegar sino a una únicaver-dad: la verdad que Dios ha puesto en las cosas,la verdad de las cosas. De todos modos (y dejandode lado la interpretación del aristotelismo que'hace Averroes, que no es cristiano sinomusulmán), lo que interesa a nuestro tema, que es'~I tema de esta novela, es la hipotética acción'corruptora dcl Iihrn sobre la comedia.

Guillcnno insiste: "Pero ¿<i,Uéte espanta en estediscurso sobr-e la risa? No eliminarás la risu ... ",Jorge se lo concede, pero en seguida tambiénpresenta a la risa como cosa de abajo, camal e'indigna, que se opone a lo de arriba, a lo ,que vienede Dios. Ahora bien, esta dualidad no es cristlana •ya que la carne asimismo es creación divina- sinomaniquea, catara. Jorge, instalado en una visióndnalista no cristiana, da a la risa por mala, y lacompara con el matrimonio, también malo aunque"permitido" (omite que el matrimonio es unsacramento). La risa -explica- es permitida,porque es inevitable, pero la Iglesia la controla.Siempre según Jorge, la Iglesia permite en la plebemomentos de solaz, el carnaval por ejemplo, comopara (Iue, deleitándose "en sus inmundicias", elhombre cobre conciencia de su bajeza eindignidad y acepte mejor lo que viene de nrrtba,ese control (lue ejerce la Iglesia en nombre de

Dios. Y este tipo de risn se COII\ pagina bien con elmiedo, que es el modo de imponer la ley ..• Comose ve, este es(!uema ideológico es un esquema depoder. Los que saben manejan a los ignorantesmediante una adecuada dosificación del miedo yde la risa, ingredientes para esclavizar, paramantener a la gente en un estado de inferlorldnd.Es un esquema de n amo y esclavo ",

Puede que cl Iector quede atrapado por estosargumentos. Pero quizás alguno se detenga yreflexione: ¿es ésta la realidad de la Iglesia? ¿esesto lo que enseñaron los Padres, como se diceaquí?

Continuemos con el razonamiento del viejomonje: así puede aceptarse la rísa, mientras se lacontrole. Pero el peligro del libro de Aristételes -(lltC nadie leyt'i- est:í en que "subvierte la funcldnde la risa". Avalada por la autortdud del filósofo,la risa quedaría instauruda como arte, "seconvertiría en el arte nuevo" para "anular elmiedo". Enseñaría a mofar-se de todo, aun de loque no hay que mofarse, justificaría todos losjuegos de la imaginación, sin regla ni límitealguno, y entonces, gr-acias a esta nueva "retóricade la irrisión", gracias a esta" arma sutil", sederrurnbarfa ese edificio tan bien armado yortlenudo que mantiene la Iglesia para mandar, enel que hay cosas intocables, a las que ella llamaverdades, sin admitlr dudas. La Iglesia, en estavisión, sería la dueña de la verdad, de una verdadrígida, pero por cierto frágil, ya que esta tensiónpara imponerla delata muy poca seguridad en sucapacidad de ir-radiar y convencer por sí misma.Desde esta perspectiva, Jorge tiene razón deespantarse, porque vendríun otros amos,ndquirirfnn poder los que hasta entonces estabansuhyugados: "los siervos dictarían las leyes".Precisamente porque en el monasterio hay ungrupo de monjes jóvenes que han descubierto laexistencia de ese libro y pudiera ser que fueran los,primeros en aplicar el nuevo poder de la mofa y la 'ironía, él, .Jorge de Burgos, ha asumIdo la mIsiónde hacer-los desaparecer, empapando el librovenenoso, el libro que envenena las mentes, conveneno que envenena los cuerpos para que así altocnrln, mueran. Este es el secreto de las muertes:Jorge, guardlún del orden Intocable, los haenveuado -dlce- "en el nombre del Padre y delHijo y del Espíritu Santo" ", ' No Dios Padre Todopoderoso, sino Dios puro

Poder \'-' , .,' , ,,'Tanta locura 'causa horror, y uno se horroriza

como se horroriza en la escena el franciscanoGuillermo de Baskervílle, y uno espera tambiénque él responda a este esquema de im posición y demiedo reivindicando la auténtica actitud,trndiciunal de la Iglesia, depositaria de la verdadrevelada, y al mismo tiempo abierta a los aportesde los filósofos; verdades alcanzadas con la razón,extraídas del gran libro de.la naturaleza creadapor Dios en la cual El asimismo se expresa. Comofranciscano, Guillermo podría haber glosadoquizás élllimno de [as creaturas de San Franciscode Asís; en el que' todas son llamadas "hermanas"por provenir de un Dios que es Padre, nuestroPadre, que nos habla a través de ellas:

"Alabado seas, mi Señor, con todas tuscreaturus, ,

especlalmertte el seiíor sol, mi hermano,que trae el día, y tú iluminas mediante

.': él, ,y él es bello y radiante, con gran

esplendor;a ti, Altísimo, te significa ... "San Francisco, hombre del Medioevo,

hablando del sol, dice cómo es, dice su función ydice también que se parece a Dios. Mira desde

, abajo, con sus ojos y con su inteligencia, y afirma, una verdad: el sol es así; y mira desde arriba, o, mejor dicho, iluminado desde arriba por la fe, y ve" que el sol es una imngen privileglada del Dios- bueno. El sol, que da luz a los ojos y a las cosas, esfuente de con-ocimiento y de verdad; y no se'coptrndice esto con el otro conocimiento, la otra'ver-dad recihida por la fe: que Dios nos ilumina. El, Dios de San Francisco, que es el Padre reveladopor Jesucristo, el Dios que vive en la Iglesia y queella pr-edica, es un Dios omnipotente y a la vez unseñor- bueno:

______________________ ~~16~-,05-~

u Altísimo, omnlpotcnte, buen señor ... "

Es un buen seiíor, no un amoterrorífico. El himno va enumerando losbeneficios de este señor: el agua" útil y casta", elfucgo "fuerte y alegre", la tierra nutrlcla con susfrutos y sus llores coloreadas ... Aquí hay undiálogo: las cosas hablan de Dios, Dios habla atrnvés de las cosas, que son para el hombre, suhijo; y el hijo responde: las aprecia y agradece ylilaila. Aquí cstá dicho todo: la omnipotencia deDios y su carácter de Pudre que se comunica, quehace comprensible su cr-eación y que le da a suhijo la capacidad de comprender y de alegrarsecon ella. ¡.Por qué no contesta esto Gulllermo deHaskcrvil!c? Esta fue una convicción y unavlvencla en In Edad Media. Y no s610 de San 'Francisco. Desde esta convicción de verdad y estavivencia de admiración y agradecimiento hizoteología otro frunclscano, San Buenaventura,quien además completó la obra del santo de Asís, 'dando estabilidad a su Orden COII una Regla devida conventual y estudios, para evitardeformaclones de ignorancia o mendicidad. Fueuna convicción y una vivencia en Dante, quienrecoge en la Divina Comedia todo el acervo desabidurfa de la Edad Media, incluida la que éstarecibió y remozó de la Antigüedad. Dante, quien,siguiendo 11 Tomás de Aqulno, no desdeñó el

, aporte de Aristóteles que venía a través de" Averroes, sino al contrario, siguiendo al Aqulnate,

lo tomó como maestro en lo que no contradecíasino enrtquecía al saber tradicional. El viaje quedescribe Dante en la Divina Comedia es unaprendizaje acerca de la realidad, undescubrlmlento de la verdad del hombre y laverdad de las cosas. Y gracias al aporte deAristóteles, el hombre y las cosas todas de larealidad son reafirmadas como substancias con

, una densidad propia Inalienable: Insertadas, esosí, en un orden que es el orden del Amor delPadre. En su vla]e, Dnnte hace la experiencia d~1designio paternal: él, hijo descarriado, es llamado,es buscado, es conducido, y al final: el encuentro.El hombre asumido en la intimidad divina, el hijoadoptado introducido en la familia divina, pues enla Trinidad hay un hombre para siempre, elCristo encarnado para siempre, cabeza de muchoshermanos, muchos de los cuales ya gozan comoalmas, pero que gozarán mucho más cuandoreasuruun su cuerpos. '

Esta vivencia y esta convicción de la verdad delas cosas, de lo que son y han de ser cuando seancabalmente, es lo que está escamoteado en lanovela, junto con la verdad del Dios Padre. ¿Quéhace un padre? Jesús dice: "Si le pedís un huevo,no os da un escorpión". ¿Qué hace el Padre de losciclos? "Si vosotros que sois malos -prosigueJesús- dais cosas buenas 11 vuestros hijos, ¡cuántomás mi Padre que está en los cielos!". y además:Dios amó tanto al mundo que envió a su propioHijo para sal vario ", Dios es un PadreOmnipotente, como dice el Credo. Suomnipotencia hace ese tipo de cosas que sólo haceun padre. Dios da cosas estables y buenas. Dios noengaiía ni cambia de idea. Pone en las cosas

,verdad y bondad. Como un padre, una vez queengendró, se ata a la realidad que crea y al destinode SIIS hijos. Es garante y responsable de locreado, .

Pero, en la novela, desaparece el Padre y quedasólo el "Todopoderoso" . Entonces, ese Dios puedehacer cualquier cosa. Ese Dios no podría "atarse"a ningún diseño estable. "No puede haber unorden en el universo porque ofendería la librevoluntad de Dios y su omnipotencia" .Son

,palabras del franciscano Guillenno de ':Baskerville, Es "soberbia nuestra" pretenderacceder a la verdad. ¿A qué llamamos verdad?¡Lo que pensamos no es sino alguno de los '"posibles" que bullen en el querer divino! Y estoes precisamente lo que le lanza como respuesta alenloquecido Jorger

" ...y yo te digo que Dios, en el vértigo infinito delos posibles, te consiente imaginartambién un mundo en el cual el presuntointérprete de la verdad no sea más quequien repite palnhras aprendidas desdehace tanto tiempo". (N. H., p. 482). II!I

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"ULTIMAS NOTICIAS" 34

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No hay Logos, sólo Palabras Desnudas en Torno al

NOMBRE de ta ROSA de ECO (y 11)

Nominulismo y empirismo

Cuillermo de Baskerville, en la novela, es elportavoz <le una nueva filosofía que asoma aprincipios del siglo XIV -y esto sí responde" la':'realidad hístértcu-: una filosofía que viene deOxford, como él mismo; y que justamente hacehincapié solamente en el Dios Omnipotente. En '",'part; viene de Roger Bacon (1220-1292), en parte,de Guillerrno de Occam, u Ockham (1290-1349), .; 'los dos frunciscanos COJllO el personaje de la' =rÓ;

novela. El se llama Guillermo, como Ockhnm y suapellido empieza con !l., como !lucon: y hnbl; de ,ellos muchas Veces. Por una exigencia de . '1, ,~

"ccrtezn 11 (IUC, según él, no puede dnr nIngúnmzonamlento, Bacon Invitaba a estudiar sóloempíricamente la creación; y la devoción al DiosQll1l1ipotente le daba n este estudio un impulsopeculiar de creatividad, ya que Dios querría quedescubrnmos en las cosas potcnclulidndes aúndesaprovechadas (una especie de Itmagia, 'uatural", dice el franciscano de la novela). De estemodo, alentaba las ciencias físicas y naturales quellevarían u las técnicas y a la realización de nuevas"máquinas" útiles. Con ello se dará más gloria aDios, Investiguemos el campo de las cosas '.sensibles, pero no nus metamos en los significados. :....Dejemos esto para la experiencia espiritual' ", ,:,'interior, con ayuda de la inspiración divina. .Entonces, los dos campos quedan desligados.Ciencia sola, estudio de la naturaleza, pero nontTirsgnrsc 11interpretar a Dios. Esta cautelatilus()!icH prohibía ul pensamiento arlentrurse en lahondura de las cosas, allí donde se percibe lamano del I'adre creador '

Pero Ockhnrn prohihió mucho más. OCkI13m, "cunteruporúnco de Guillermo ·quc en In novela lollama su "amigo Ockharu"- tnmhíén por extremadevocítiu ni Dios Omnipotente, dice que a estaornniputeucia divina no se le ha de poner límites.Dios sería pura omnipotencia, una omnipotenciaque no está atada a nada, ni siquiera a sus propiasideas (si ,las tieue). Ha de poder hacer cualquiercosa. Suceder-ía en Dios como en el '1ue sueña o'funtasea Iíbremeute: no hay límites para lasocurrencias. Un Dios así, emInentemente 'voluntarista, no tiene nada que ver con el DiosTrinitario: 1111 Padre que se ve en la imngcn de suHijo )', viéndose, ve posibles realizacionesparecidas n él, Cjue "partlclpan" de lo que El es -loque los uutiguns llamaron "esenclas". Una "ideal!o una "cseuciu" es algo con contornos; y pareceríaque Ockham postula, de acuerdo con un Credorestringido al sólo "omnipotente", que algo concontornos fijos ntnr-ia la voluntad divina. 1·e14oentonces, ¡,íJué serían las realidades de este.numdu? Nada nuis que mandatos arbitrarios, sinley ni urden, Las cosas no tendrfnn ideas, notendrf.m esencias, no tendrían verdad-Por lo 'tanto, cn vano buscan. el hombre lu esenciasecreta de las cosas. ¿A qué hablar de la verdad?

Este modo de pensar contrnría toda la tradiciónccclde ntal. Los griegos llamaron a la verdad"alé thcin", que literalmente quiere decir ' I

"dcvclamieutu", lides-ocultamiento" (y también"des-olvido"), lo cual presuponía creer que lascosas tienen una secreta e Íntima médula, quepuede transparentar en las apariencias. Nombrarul~ncosa es aludir u su secreto, decir lo que es eo sí .nusrnu. Pero en la nUeY8 concepción de Ockham ,nu habría nada secreto, y si lo bay no sería nadafirme o consistente. Dios podría cambiar de idea.Además, ¿.qlli~n nos asegura que un b'TUPO de.cosas a las que nosotros llamamos con un nombreconrúu -pC1TO, cul)11110,peral, rosa ..~tienco

por IN ES DE CASSAGNE

~',.; "

realmente entre sí una esencia común? Somosnosotros quienes les asiguamos un nombre, poreconomía de comunicación. Este nombre cornún »

que la filosofía tradicJonalllamnha "unlversal"-debe ser cnus iderutlo C{)I1IOnrlJítnlrio: es unamera convención del le nguu] e. No está mal ponerun nombre universal; lo malo estaría en la ",-preteusión.de que hubiera al~o universal en lascosas mismas. Los nombres son merascunvencíunes. Y este modo de pensar no 5610 seaplica al couocimiento, sino turnhién a la moral, ala legislación, u la sociabilidad. Esto esescepticismo, o al menos llevo al escepticismo,cuando se descarta lo '1ue todavía no descartabaOckhum, la ver-dad de la revelación. Luego, comono hay nada lirmc, todo puede curuhlar. Y u.nosotros, que vivimos en un mundo escéptico ynihilistn, 110 nos llaman tanto la uteuchin losnrgumentos del Francíscan» GUilltTIJIO deIlaskervíl!«, Somos herederos de Ockham, el"nnmínalixtu". Lo que hoy pan'ce bueno, mañana

'será llamado malo. Lo que ayer fue tenido po,-justo, hoy nos resulta unn injusticia. Y, para nocaer en el caos, tratamos de poueruos de acuerdoen las convenciones. Hoy se usa esto, mañanaaquello, así es la moda ... Pero ¿realmente todo esmoda, todo es convencional? Hay cosas que lo son,y otras no. lIay cosas estnbles,

Pero para Cuillermo de Baskerville todo esmudable, todo es posible. No sea que se Ieponganlímites a Dios. Y dentro de los posibles estarfa el

, mundo rígidamente ordenado)' definido queconcibe Jorge de Burgos. Guillermo le habíahecho notar que "Dios le consentía iOlnginnrse" él,JOI'g~ de Uurgos, como "intérprete de la verdad"

por" repetir palabras aprendidas desde hace tantotiempo" ... Sería una de las infinitas posibilidadesde Dius, no la única. Ahora lIegurín el.momento de

-r- darse cuenta de ello. Dios hnln-ía permitido queexistan hombres que repiten definicionesaprendidus y que crean 'lúe ellas enclerran laverdad. Pero uhnru convendría que tomemoscontienda de su curúctvr ur-lrlrru r!u y pasnjero,J'ura tilo, la novela descr lbe un mundo dehombres repetidores y seguros de sí mismos, y noslince sentir que en reulidnd no entienden ni sientennada de lo que nfirm an , Esuin rídícullzados. ¡,Quéhace continunmeute el ubud sino enhebrnr citas ydefiniciones sin ton n' son? I)o.r ejemplo:

"Monnster¡o sine lihris est sicut civitns sine '.opíhus, castrum sine numer-is, coquínnsine supcllectili, meusa sine cihis, hortosine herbls, pratum sine Ilor'ibus, arborsine f'ollis ... rte. Y nuestra orden,creciendo cn torno al doble mandamientode la orucidn y del trabajo, fue luz paratodo el muudu conocido, reserva de saber;salvuclóu de la doctrlnu antiguanme nazad» pur incendios, saqueos y·tcITeJ1lotos, fl'ugua de nuevos escritos elucremcnto de los antlguos .•• etc, de ..."(N. R, p. 44). .

Ah, ¡con razón ternfu jorge de Burgos!:el arte de la irrisic'ill, ú11 como es aplicudo porejemplo en esta novela, ridiculiza y puede hacercaer una nrmazún cumo ésta, hecha de rónllulasvacuas que se repiten y se impo nenv Peru, otra vez,alguien quizás podría inquirir: ¿en realidadfueron los monasterios nsí? ¿Fue así el monasteriode Cluny en el tiempo en 'lue era uhud Pedro elvenerable, quien l>rindii hospitalidad a un hombretan discutido como Abelnrdo? Abelnrdo trafuIdeas nuevas '1 ue se debntteron, como era habltualen la Edad Media, en disputas públicas y enculuquíos de profesores, estudiantes y obispos ..•¡.Fue así Pedro el Veneruble de Cluny, quien supocorn prender el drnma tic amor de Klnísn, y hacer'juxticin u su intl'ligencJa y cnJ(Jil"Í(Jh, en tartas quehoy todavía se pueden leer y (Iue quedan COmOtestimonio de amplitud, de entendimiento y decorazón, sin que por ello se diga en ellas '1ue loverdad es relutivu? ¿.Fue .así entre los nuis severoscistcrcienses que ('11 e l siglo XII r-enovuron lamísficn y la teología en un esfuerzo hacin laV"nlad 'Iue em " la vez umor a la Verdad? Allí nohubo meros repetidores ni gente impositiva, comotampoco lo fueron en el siglo XIII Alberto Magno,ni 'I'unnis de Aqulno, ni Ilueuaventura ...Justamente en las Sumas que escribieron se puede"preciar un método de trabajo con los estudiantesque es todo lo contrnr!o de la repeticiónimpusiciún. Las Sumas tienen estr-uctura de'discusión: C0l110 di:ílogos en que se convoca a losautores nnteríures n presentar cnda uno suupinkin; carlu uno upur-tn algo al tema, y entretodos se reulízn la húsquvdu de la verdud, Y lasSumas quedan ablertas a nuevos aportes .. , y estemétodo se empleaba en la enseñanza, además dedebates libres, en las universidades ... Esto seescamotea en la novela.

También el novíclo Adso, voz narrntlvn, repitefrases nprcndldns de IIIel110141n y las <la comopalallra santa e Inconmovible. De allí su asombrocuando lo oye n Guillvrmo de Basktrville. En unode los muchus di.ílugos, éste le dice que no es que'los profesores de }Jui'ís tengan respuestasverdaderas, sino que "están muy seguros <le suserrores", i.Y usted", inquiere desconcertado elnovicio. 11 Yo ... -contcsta el frnnclscano- en lugar'de concebir un solo errur, me imagino muchos, nsíno me vuelvo esclavo de ninguno". Lo cual refle]ula postura de Ockham: así como Dios no se nta, yo"no me uto ", ¿Entonces? Pura hacer resaltarcomo arrogante la confianza realista en la verdad,el novelistu hace que su voz nnrratíva repitaingenuamente una deflnicién aprendida y la .confronte con lo que hace el Iranclscnno: !I ••• enILlgar de interesarse por la verdad, que esadccuacién entre la cosa y el intelecto", "sedivertin en imaginar cuantos mús posibles fueran

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vlcno de lo páqlnu onterlor

pus ihlcs", (N. H., p. 309). Clam, como e! DiosOmnipotente no infunde verdad en.las cosas,todas las teorías son pretensiones, todas soncrrures. Lo mej or scría rcconoccr!o, e intentar- elcamino del em p ir-ixta (que enseñaba Bacon): hacerhip(ítt.'sis pruhuhles, por si alguna resulta en sus.ap!ica<"iolll'S H la realidad. Si alguna funcidn lequeda todavía a la razrin humana -descnrtando elpenetrar en la verdad profunda- sería una funciónpníctk:L Y l-sla es la que Guitlcrmo dice huhcr-l:i('l"i.:ido t..'11 xu turca dvtvettvcscn. Cuando elnuvlcio dcscun cc rtndc le re plicu que ni mcuns hadescuhíerto "una verdad", que es lila traman queha urdido Jorge, Cuillermo niega que hubiera unatrama por ti encontrada: encontró, dice, "porequivocación ''. Y como Adso insiste en lasverdades descubicrtus , el frnucíscnuo n su vezÍnSi!i(l' l'l1 que 1I1l0 hubo ningún <h'sil!.nio", l1ínguIl1tt'lHlL'Il11 cuuxnl, sino nu-rns cucuulidudcc. A losrft'L"los pr.ictlcos, ~I utilizú los signos, las trnzus, nosl'gún ruzonnmicuto, de cuuxu a-efecto, sino parahnccr cunjcturus, impulsado p{~r su cbstlnucióu:

"Me comporté c~mo un obst inado, siguiendouna apariencia de orden, cuando debfasaber hicu que no huy un orden en eluniverso TI.

Adso replica:

"Per-o il1111~il1al1do dr-dcucs crrndos, sinl'llIhargo l'llc{illln) algo"." .

y Guillermo:

I1Has dicho una cosa muy bella. Adso,te 111-:ra,h-zco. !~Iurden ,!uc nuestra menteimagina ('S COIHO una red, o una escalera,que se c.n<!nJYt para akanZJir algo. Pero·-

i:· después se debe tirar la escalera, porquese dcxculn-e que, si bien servía, carecía. desentido". (N. R., p. 495).¡

El arte de la irrisián

¡,Y el al'lc de la irdsi(ín? Se diría que nos hemosalejado mucho de él. Con todo, lo 'lue acaba dedecir Gullle rmo es como una explicación quejustillca el arte de la irrisión. El y Adso estrincontemplando cómo arde la biblioteca y todo elmounstcrlo CQIlH) consecuencia (;'0 habría quedecir por casuulidad'i) de In acción de Jorge deUlT(J.iar una vela que cayó sobre los libros.Culllerruo rellexiona:

"Jorge temía el segundo libro de Aristótelesporque quiz.is ensciiaba de veras adcfurmar t'I rostro de cada verdad, a [inde que 110 !lOS volvamos esclavos denuestros fantasmas. Quizás la misitin delque ama a los hom bres es hacer reír de laverdad, hacer reír la verdad, porque laúnica ver'dnd es conseguir libern rnos de lapnxkin insuna de la verdad ti (N. R., p.494).

Estojustlflcu toda la novela. Una. vezpostulada la inexistencia de la verdad, seríaorgullo de la mente humana pretender; no sóloteuorla sino tamb;"n buscarla.tEco, tambiénconsclemcmcnte, quiere "hacer reír la vcrdud", y,como GUillCI1110, "rlívcrtirse" imaginando"posibles". Iuntasc andc. Pero puesto que lafuntasía, aun la m.is alocada, no construye en elvacío, sino sobre la base de la realidad -mezcl.indo!a, coufundiéndula o deformándola-entonces el novelista hará e-SQ. Tomará la realidad,en este caso el ,pasado, los libros, los personajes dela Edad Media, y se reirá de ellos, Eco hace teoría.y quiere algo antes de escribir su novela. Y lo quequiere es servirse de lo que es, o lo que fue, comosi 110 fuvit.'se Ulla (·sh·uctura propia, como si notuYiera tlnn forma y un contcnido propios, como si

.fuera pUl"O material informe y :mnnipulnble. Heaquí lo que dcclanl en las ApostiflIlS: se tnlta defa"ri("~u'lI11aoI)J"u de "ruptura" y de"contestación" . Se cntiende: de 11ruptura 11 con el

pnsndo, de "cout cs tacidu " u lo que antes seconsideró un orden estable. Ahnrn liien, esto es loque huce toda "vunguurdiu ". Observa Eco: .

u La vanguru-d¡a destruye el pasado, lodesfigura. Las Scñoritasiíc Aviñón son elgesto típico de la vnngunrdiu 11 (es elcuadro de Picnsso t.'11 el cual se desflgu rnnlos gC!-itos, se agrandan c xugcrudumcutelas 11:tT"l~'s <Id l'lIl'¡·pO humunn J>III'U hlt'go,cnmbim-lus de lug.ar) ... I1dl'SPU(.S_co nüuún Eco- la vanguardia va nuis lejos:destruídu la figuI'.iI, la anula, llega a loabstracto, a lo informe, a la tela blanca, ala tela rota, a la tela quemada, .. ; y enliteratura, tras destruir el flujo deldiscurso) se IIt'ga al silencio, n fa p:íginn enhluncn ... " (A., p. J~).

He nquf la obra de la "cnntestncidn ",I'cro, cl urtixtu () l'I escritor ya IW tc ndr-Ia más quehuccr-. Si 110 pinta o nu escr-ibe, ya 110 ('S nnis pintoro escritor. Evidentemente, la Iuutaxía no puedefuuciouar en el vacío, necesita de la realidad.al

·menos para armnr las im,igcllt.""s, Entonces ¿cllJéhaní? Sigamos el razonamiento de Eco: .

"Llega el momento en 'tue la vnugunrdía (o loque se ¡brilla tumbién "moderno" nrtelHodl'rno) no puede ir ruús n llú.¿(¿enlollces'!, cntnu ccs viene lo "post-

Me comporté como un·obstinado, siguiendo

. una apariencia deorden, cuando debin saber- '-bien que no hay orden en eluniverso.

modcruo ") la r-cspues tn poxt-mndcrnuconsiste en reconocer que cl pasudo (o larealidad), puesto que no puede serdestruido (a menos que 110 tengamos dequé hablar), porque su destr'ucciriu llevaal silcncln, debe se¡- revisado: con ironía,de una manern 110 inocente ... " (id.).

¡,Qué quiere dcclr lino inocente"? Queel que escribe no cree in~enunmente lo que lecontaron ~C011l0 creía Adso adolescente- y nisiquie ra como Adso viejo, quien, alcrtad« porGuillcrmo, escribe escéprícumentc m1l<:I105añosdespué», sino como escr-ibe l'I {lue mnuejn a los dosinter-locu tut-cx, huctendu nuccr, de Ja constantecoufrontaclún de las dos posturas, la risa, la mofa:"Ironía, juego, enunciación al cuadrado ", explicaEco. .

Entonces, ridiculizando la realidad, se InCOIt!it..TV:l, Y esto tiene asimismo una doble ventnjapriictica. Sirve panl dos clases de lectores: purnlos que captan el jUl'gO y par--u los que no locaptan. Mientras 'Iue en el caso de las obras devanguardia los que 110 las entienden protestan,uqu] -prosigue Eco- "con el post-moderno también

· es posible 110 entender e lj uego y tomar las cosas· en serio ... Siempre hay alguien que tomu el

discurso irónico como si fuese serio ". Al conservarla, realidad -o en este cnso del Nombre de la Rosa, elpasado medieval y los textos medievales, bíblicos ylitíll"gicos) además de la arquitectura- algunospercihir.in el j ucgn irónico que se aplica sobre ella,y O~l'OS tomurúu todo como sí fuera un retrutoverídico del Medioevo. Unos y otros hallanínplacer en la novela, lo que era también intencióndel A.

COIllO se advierte, el escritor- maneja, no sólo famateria de la rculidnd con la que u rmn la ficción,sino tamlJi~n ni lector. El lector es t.amhi¿:n unarealidad de la que se usa y se abusa. Oigamos lo·que dÍl'e Eco·u rn'opósilo de esto: Un lIove!isL'l -postula- tiene ante sí dos opciones nntes deescrilJir una no\'(~la: o hacer "un estudio de

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mercado " pnrn ver ((lié estú esperando el público,a qué tipo tic lector va a dirigirse; o, en cambio,hncer' lo que él quiere y entonces "construlr, através del texto, su propio modelo de lector".Observemos, de paso, que en los dos casos se tratade u uso ": en el prtmero, ni modo 11 comercial", seusan los deseos del lector, y el mntertal se disponepara utrner!o: en el segundo caso se utiliza unmaterial para "atrapar" ni lector y lmccrlo "suIH'l'Sa '', J':-; lo que dice Eco el] lus Ap().\"lifltl~·:

"I.QlIé lector modelo quería yo mlentrasescrihía? Un cómplice, por cierto, quesigul~se mijuego. Yo quería volvermecompletamente medieval y vivir en elMedioevo como si fuese mi tiempo yviceversa .. ,

(hhS('I""Vl'IUOS desde ya el "Yo quiero"de la voluntad que se desentiende de lo 'lile es, Y d

·1)(\.'I\je de pusndo U presente 'lile los confunde)

.. Pero ul mismo tiempo queda, con todas misfuerzas, que se diseñase unu figura delector '11lC, superada la iniciación, sevolviese mi presa, O en verdad presa deltexto, y pensase '1ue no quería otra cososino lo que el texto le ofrecía ... Tú crees

. querer seso y tramas criminales en lascuales al fin se descubre al culpable, ymucha acción, pero ni mismo tiempo te1\vcl~{JlJ'rJlI'ías de nceptnr unu vcnernhlepucutitla hecha por mono de los muertos y

. de los fabricantes del convento. Y bien, yote daré latín; y pocas mujeres, y teología amontones y litros de sangre como en elb.ran·CuÍlíol, de modo <lIÚ!tú digns '¡Pe¡-o('S falso. no lo quicru! I'ero en este Jl1l11~.

' i , ; ~1"rÚJi ser.mio y P'l'J.>.u-1a Uo¡4ida <k la.• infinita omnipotencia de Dios que hace

vano el orden del muudo. Y luego, si eresbueno, durte cuenta de la manera en quete atrapé Cilla trampa, porque, 01 fin, te lodecía a cada paso, hien te lo advertía qucte extnbu trayendo a la condcnnclén, pt'l'Olo lindo del pacto con el diuhlo es que seIirmu sabiendo bien con quién se trata. Si110, ¡,por qué ser premiado con elInfierno?". (A., p. 30-1).

Todo está dicho nqu], y del modo enque conviene decido según la intenclrin irónica deeste tipo de narrntlva. I'or de pronto, elimperativo absoluto, la pretcnslún deomnipotencia que ya 110 la detente Dios sino elautor: lo '1"r dice de ese Dios vale para él. Se veclarnmente aquí (Jue no tiene interés ni amor por111 n'alida'¡ o po,· lns personus. No hay mirada niinteligencia ni coruzrin. Su intención no es decir lo'1ue él ve, e invitar al otro a ver junto con él. Unavoluntad arbitrurin lo arrolla todo,desvalcrlzaudo todo, sin mirnr, sin il1teligir, sinamar. El uarrador no mira dentro de sí mismo,C0ll10 quien tiene algo que numifestar ytrunsmith-; nnrnira ·afuera de sí mismo) comoquien dosculne algo que vale la penn hacer notar ycompurtir ti los demús; no mira a los dermis, comoquien invita a otro a participar de una experiencia0. un dcscubrímtcnto, como quien, respetando loque vio y respetando al otro, le da lugar pararetlexiouar a su vez, Jlnrn reacclonur, osimplemente paro asentir y gozar en comúnacuerdo. No hay amistad ni amor ("Ami~os 5011

los que mirnn juntos en la misma dIrección TI t decíaSuínt-Exupéry). No hay posibilidad de diálogo nide reunirin. Pura que lo hubiera, debería dejarsede lado la voluntad de imponerse, y, en cnmblo,ponerse al servicio del objeto que se va 11 tratar,Pura ""1-:"'. a un acuerdo, previamente hay <¡uedejar Iibertud ni otro y hay que dejar libertad alobjeto para '1ue hable por sí mismo: hay que.mírar l» sin previa intención. La actitud quecorresponde es de respeto y de servido; lo otro esvlulencia. Pero claro, parn que haya respeto yservido ha de haher convenc.:imlento de (Iue algomen~ce scr respetado y servido. Y este ulgo es: 1110

que las cosas SOIl", lo 'Iue yo soy, lo que .1 otro es.EII otrus palahras: la realidad, la verdad. R

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No lwy Logos Sólo Palabras Desnudasen Torno al JVol'llÓrede la Rosa de II &0

por INES DE CASSAGNE (y//.o

11 buena litcratum noatrapa al Iector ni lemiente. La liternturu,decía Albert Camus, tiene

por m iskin "reunir", reunir "libremente". Yac laraha <¡ue lo que reúne a los hombres es larealidad 'lile todos comparten, la verdad: "Sólo laverdad ... es decir, el esfuerzo ininterrumpidohacia ella, y la decisión de decida cuando se ladescubre, en todos los niveles. y de vivida en elsentido y In dirección de la marcha. Pero en unaépoca de mala fe -prosigue Camus- el que noquiere renunciar a separar lo verdadero de lofalso está condenado a una especie de exilio. Peroal menos sabe que ese exilio supone una reunión,presente o fUUIIll, la única valedera, que está acargo de nosotros -cscrltores- servir" 3.

En esta actitud no hay mstro de voluntadcaprichosa: el escritor sólo está al servicio de laverdad y al servicio de los demás. No dice. "Yoquiuro ", sino: "yo debo.", o "yo sé", 0, al menos,"n mí me parece". Se diría que el que se imponecaprichosllmente es el que quiere escribir,sin más.Se postilla escritor, y luego busca un tema. llallauna técnica. y luego busca un material paraaplicarla. O postula que hay que acabar con elpasado y que hay que ser original, y busca lanovedad. Pero quien escribe sirviendo a lo que es,a la realidad del hombre y de las cosas, y lograpenetrar en ellas, aunque sea un poco. ése nuncaenvejece: esa matería no cambia mucho; estasiempre ahí. en cada hombre. en cada gmpo dehombres, también en el ciclo. en el mar, en latierr-a. Este es el secreto de la vigencia permanentede los grandes libros: abren una vcntann a laver-dad '1ue es de todos. Uno observa UIIaspecto,otro el otro aspecto. y cada uno hace su aporte,que se agrega ni de lo demás, y al de los que losleen. Así, todos dialogan. Así. todos se reúnen."Legos", lectura. dilílogo: son inseparables. y éstees e valor de los libros.

Así también, podrían ponerse R dialogar loslibros en IIn nuevo libro, Así lo hicieron SantoTorn.is en la Suma y Dante en la Divina Comedia.Tejidas con aportes de cantidad de textosanteriores, podemos considerar a estas obras como"inter-textuales": leal, seria y constructivamenteinter-textuales, pues convocan y 110 defurman. Esun {¡'atamiento muy distinto de los textos que elque ilustra la novela de Eco.

El tratamientc paródico

Eco dice haberse divertido mucho escribiendosu "mcludrama bufo". y que los lectores sedivcrt írán también (A.• p. 33). Sobre todo, puedendivertirse mucho los eruditos, reconociendo lascitas de tantos textos. La novela puede ser así unlujo para eruditos. Pero es un lujo ment.iroso.Porque el erudito que quisiern controlar las citasrecolocrindolas dentro del contexto del que fuerontomadas, advertiría que "desdicen", que ya nodicen lo que decían. Dicen parcialmente, diceninversamente, Se contradicen. Es un juego. Unjuego eomlJinatorio subversivo por el cual laspalabrus y párrafos de los libros ya no son lo queson -expresioues de una verdad. de una realidad-sino puro material desrcalízado con el que realizarotra cosa. Es un tratamiento paró díco, l'odríandarse muchos ejemplos. Uno de ellos, marcado porel propio Eco. es el manlpuleo de textos sacros yespirituales para describir una vulgar escena delujuria. Declara el narrador.

"Ln ('Sn.'J1a de fa unión en la cotilla está toclnconstruida COIl cHas de textos J"Cligiosos, U

partir del Cantar de {os Cantares (textobfhf ico) hasta San Hcrnar-do, Juan deFécnmp y Santa lIi1deganla de Bingen(textos místicos) Seguí con los dedos elritmo del abr-azo y lo (IUC hacía justa lacita en cadu punto era el ritmo cOI1,c¡ue loinsertnbn ... , ritmo del cuerpo, no deemociones. L~emoción, ahora ya filtrada,estnha antes en la decisión de asimilaréxtasis místico y éxtasis erótíco, en elmomento en que hahía leído y escogidolos textos para usar. Después, ningunaemoción: era Adso ti que hacia el amor,no yo; yo sólo debía traducir- su emociónen unjuego de ojos y dedos. COIIIOsihubier-a decidido narrar una hist.oria deumor tocando el tambor" (A., p. 27-8)_

OlJst:=rYl'SC una vez nuí.s In post un.narrativa: decidir, usar -una voluntad arbitraria<¡ueexcluye los significados de los textos- y un usofrfo, sin afecto, y dcsvalnrizante. Además: lailustracidn, en la tergiversación realizada, de lateoría del "discurso irrinico " supuestamenteatrihuido a Ar istóteles -en forma abuslva también,ya que. si hahlabu de comedia. más que de ironía,hubiese hablado de "buen humor"-. Pero, sea:según lo dicho por Guíllermo, la función deldiscurso irónico habría sido "redimir lo alto através de lo bajo" (N. R, p. 476). Jo~e apuntabaque esto cru una "dinbdlica suhvers irin", y,diah"lica o 110, es una suhverviún ya que. mlentrnsen los textos originales el cros natural está alservicio del Amor sobrenatural proporcionándoleimágenes con las que se dice lo indecible, aquí

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sucede u] contrario: el narrador- se sirve de lostextos místicos y sagrados para describir un ritmode pasión natural que le quita el halo -jpretendidohalo!- n la acción de la gracia que dichos textosInclufun, Y todo es lo mismo: éxtasis místico yéxtasls sensual. Y esta inverslén '1ue nivela por lobajo se repite una y otra vez en la obra. ¿Quiénnos daría distinguir, por ej ernp lo, entre elnt ruct ivo de In "wl'rctriz de Ilnbilonin" y el de la"Mujer vcsrldu de 501".111 Vlr),:"n Mnríu?

Estas coufuslunes y estos desllznmlentos llenantoda la novela pues constituyen su técnica. Esdiscurso irónico, discurso pnródíco, Justamente,los teorlzadores de la escuela fonnalistn rusa, en losque sin duda aprende Eco, enseñan (lue la novela,en cuanto ~éllero "moder-uo ", teje una Ílllngcn deldiscurso ajeno, y (fUC la parodia es su formapdvilcJ4iada de "r-echnzo " de aquellos génerosanteriores que pretenden darse porínstltuclonaiizados. "Cualquier- género, cualquIerdiscurso directo -apunta pur ejemplo Bukhtin-puede y debe convertirse en objeto derepresentación, burla paré dica, travestizante" 4-¡,Por qué? Porque en la dialéctica de "amo y .esc lavo " que maneja esta ideología literarin, laliteratura 110 es sino un instrumento de "poder", ynnda nuevo puede imponerse sin "contestar" y sin"subvertir " el poder nntertor, Se trata entonces deuna I! lucha", Y ti "enemigo" con1rn cuyo porlcr seerige el dlscurxo puródlto ("s lo que ellos llaman"c6digo llngüístlco uficinl", "ley oficial", "génerooficiul", "palabra dominante" y "discurso deautoridud". Concretamente, el "eu ern igo " es "elcristiunlsmr, y su representación", en la "lengualatlun", la "pulahra Irílrlica " y los "textos sacros".Este "dlscur-so-nnt¡" es un medio de cont.estaciónsocial y política, como señala a su vez JuliaKrisreva 5. y practicando la "contrudícclónpermaueute" en lo literario, contrndicesimultáneamente la "ley oficial" de la sociedadpara hacer-la caer. Hien ven ellos que elfundamento de la sociedad es la trudlclén greco-lntiuu-cristfun», y con toda couclcuclarecomiendan hacer parodia de la Antigüedad y dela Edad Media.

A esto consagra Eco todo su arte. La parodia,en su novela. atncu a todos los aspectos"Iundantcs " de la civilizacidn: lu verdad, la moral,la belleza. En toda ocasién oímos declamar fJue labelleza de las cosas creadas, de la naturaleza. esreflejo de la belleza de Dios, es resplandor de laverdad; que los números con que estánconstruídus los edificios de la abadía, y en especialde la biblioteca. 50n imagen de las cualidadesdivinas y del urden dd cosmos. por ejcmplo:

"No hay quien no vea la admirable concordiade los números santos. cada unorevelador de un sutilísimo sentidoespirituul: 8 el número de la per-fección. 4cl númeru de los Evangdios, 5 ci númerode las zonas del mundu, 7 el número delos dones del Espiritu Santo. 3.1 númerode lu Trinidad ...• de .•etc." (N.R., 1'.29).

Lnruns tiradas decluuuuorius delarrogalllc ahad, defi nicion es apre ndldns de

M memorla por el ingenuo novicio Adso) dan el tonog: de la burla y prepuran el efecto de cnída desde-Io----··~ sublime a lo grotesco, 'de la ciega creencia a la~ escéptica negación. Así. cuando por primera vez~ penetra e l novicio en la saja del escritoriu. Es unaQ.l sala amplísima, totalmente ilum inarla por las altas

..o ventanas C'40, número vcrdudcrnmente perfectog debido a la decuplicachin del cuadrúgono, como si'" los lO mandamientos se magniflcaran por las 4

~ ~~rr~~c'~r:~_~:~:"~i:_;~~e;;~'~~'n~~~:6n~~~rll~~:~~pude.~ empapado en la beltís imu luz, con una luz-g continna y difusa ... ; en la luz física ... refulgía el:;; mismo principio espiritual 'lile la luz encarna, la~ CtA!UTAS, fuente de toda belleza y sabidurfu ..• ",-g Esto es un "pastiche" de un texto delabad Sugcr,a creador del ábslde de la Iglesia abacial de Saínt-

Deuys en el siglo XII. Yno de un escritorio ..• YAdso signe: "proporción ... consonancia ... paZo.. yes lo mismo uquietarse en la paz, en el bien yenlo

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Page 6: Nombre de La Rosa de Eco. Inés de Casagne. Suplemento Cultural.

Vleno do la página anteriorbello", termlnundo: "{qué ngrnuahle será trnbujuren este lu~ar ... !". Es ditícil que el lector- advierta eldl·splaL.IIn·1Ícnto: dcllugar sagrado ni escritorio(así comu en el ejemplo anterior del Cantar de losCan/u res se desplazaba la acción de la parodia:poco después nos vamos a enterar de que losmonjes elue allí trabajan no están en paz, sinolleno, e1e celos, envidias y ocultas concupiscencias.Adenuis, al acercarse Adso a uno de losrniuiudur-cs que ilustran los manuscritos y ver loque hace, ot ru vez, en paralelo {{He intruduce elequívoco, reitera: 11 No pudimos contener un gritode udmlruckin ... n. ¡.Y qué es lo que ahora admiranGuillerruo y Adso? No ya la "claritas" divina ...oigamos la descrípcíón:

"Se tratnlia de un Salterio en cuyas márgenes sedt:lilll'aha Ul1mundo in vertido, .. como si enla f'ruutcru de un cJiSClJI"SO que pordefinicirin es el discurso de la verdad sedesarrollase, prufundamen te ligado a élpor admirables alusiones en enigma, Un

discurso mentiroso sobre un mundo puestocabeza abajo, en el que los perros huyenante las liebres, los ciervos cazan a losleones ... ctc., cte."

y luego del Salterio, libro sacro, un Librotic HDf<1S -Ias horas que rezan los monjes:

"un exquisito lihro de horas ... cuyas márgenesInternas estaban invadidas por minúsculasfiguras que se generaban, casi por naturalexpansión, a partir de las volutas terminalesde las letras: sirenas, quimeras ... que salíancomo lombrices del cuerpo mismo de losvcrsículus ... "

(Nótese la continuidad y la confusióncutre lo sublime. y su inversión grotesca).

"... En un lugar, casi continuando el Sanctus,Sauctus, Sauctus, repetido en tres líneasdiversas, vi tres figuras bestiales, de lascuales dos se doblaban, una hacia abajo y laotra !racia arriba, para unirse en un beso queno hubirru dudado en definir comoinverecundo, si 110 hubiera estadopersuadido de que. auuquc uo visible, unprofundo sentido espiritual debía .ciertamente j ustificar esta representación enese lugar ... u

(aquí, el arte del narrador utiliza la .Ingenuidad dcl uovicio para !cac?r resaltar el pas,aJenivelador tic lo sacro a lo diabólico. Este contrnua:)

"Yo seguía aquellas páginas combatido entre laadmlrución y la risa, porque las figurasmovía» necesariamente a hilaridad aunquecomentaban págluas santas" (N.R. p. 85-6).

Es/o es parodia: presentar, casisimétricamente, la mismaadmíración para losagrado y para lo grotesco que lo niega; l~continuidad ·COIllO "natural'' y "necesaria" .. entreel texto verdadero y san/o, y la ilustración fantásticay lntfa 'lile invierte el sentido de! texto. Es. el arte delsimio. Ciertamente son "monerias", admiteÜuillermo. Quiuis habría que explicar que el diabloes el simio de Dios, distinguiendo entre ambos. Perola explicación que el fraile.d~ -luego. de 9ue.todos sehan reído con ga/Uls- no distingue slno jusufica laconfusión. Y lajustifica ciór¡.,según él, vendría nadamellas que de un teólogo y místico:

"El Arcopagita enseña que Dios sólo puede sernombrado a truvés de las cosas más .deformes".

E.\ú/ explicación es, no sólo abusiva sinoinadmisible. A l contrario, el "Areopagita" (o mejor,el "Pseutlo-Dionisio Areopagita ", autor defines delsiglo V) tiene un tratado Sobre los NombresDivinos, pero estos nombres son "Luz", "Paz","Fecuudídad", etc ... es decir, nombres de cosos Ovirtudes de este mundo que dan un reflejo directode Dios. Y, cuando en erras obras el mismo

E en. la dialéctica de"amo y esclavo"que maneja esta

ideología literaria, laliteratura no es sino uninstrumento de "poder",nada nuevo puedeimponerse sin "con testar"y sin. subvertir el "p oderanterior".

Pseudo-Dloulslo habla de las inuígenes de culto ysobre lo que en Teología se afirma acerca de Dios,hace notar e(ue dichas representaciones -cn lapliística o en ti dixcu r so tt.·ol(ígico: h1l11 de ~t"cllnirdos condiciones: (lue nf 1l11C 11 y nieguen. Esto es:que las imúgenes y las afirmaclones son en síválidas, puesto que Dios Ira puesto su impronta enlo creado, y las cosas ciertumen.le lo reflejan porparticipncieín; pero, al mismo tiempo, lasimágenes y nfirmucioues han de ser c.omp,ensadas,con una negación: no crc1UUOS que DIOS solo es asi;Dios es infinitamente más que su imugen. Si no,caeríamos en idolatría. No cunfundamos, pues, laimagen con la realidad.

I'~ro esto no está dicho. Al citar, se cita mal,incomplctamente y se pierde el sentido de la cit~.I'ero ¿elué le importa esto a Gu~lIenllo, para ~ulenno hay "sentido" en las cosas nr en el mundo.'Qué le importa a Eco? Al contrario, él se divierte~'llchísiCJIo defurmnurlo un texto para justificar supropio arte de la parodia. Y le viene mu~ hienrefurzar así la idea fuerza de l lihro, que el quiereimponer: la de los "infinitos posibles" del Diospura oru nipo tencia de Guillermo de Ockham, Nohay semejanzas de Dios en las cosas, nada puedeser afirrnudo y todo debe ser negado, ya que unllios "pura omnipotencia" es pura arbltrnriedad,puro capricho sin sentido. En tal Dios no hayI'arlre, ni Hijo en el elue se refleje y vea lo que va acrenr. No hay Legos.

y ésta es la conclusión a la que truta deIICTlIstnmlOS el libro: todo su armado, la

,&i~~f~~t'f,,:

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estructuru tun estricta de las Horns cnnrinlcns enque divide el libro, punJdia~ldo ,a.los monjes; j¡~arquitectura ann6nlca y antmetrca de la abadía(IUC pretende reflejar el orden del cosmos, tod? .hade derrumbarse. Como se derrumba en la ficcióucon el incendio final. Nos hemos reído con el ordeny la verdad' nos hemos reído del orden y de la ,verdad. No 'hay Logos. Sólo hay Interpretaciones. ,No hay trumu, 110 hay "diseílO.':' lo repite mil vecesel Iruncixcanu, y ni final tnmbién Adso.

y el pruceso de Adso es el que quierenImpuncruos u nosotrus. Adso, como novlclo, rerltecorno un IUI'o que huy verdad y orden y IImIOUJU.Cumo viejo, mie ntrus escrib~, va insinuand~Insidiosamente sus observnclones de duda. Elhahía empezado su narraclóu proclamandosolemnemente: "En el principio era el Verbo y elVerbo estaba con Dios y el Verbo cm Dios ...••. Ynotemos: UCJuí se interrumpe, sin decir que "por.EI todas las cosas fueron hechas" ... ni que "en l(,1estaba la vida y la vida es la luz de los hombres ..•Pudiera ser que hubiera un Logos; mas, en todocaso nu sabemos qué relación pueda tener con elmundo. Aun IIsí IIgl'ega que el monJe d~be "repetircada día con snlrnodiuute humildad el uulcoInmodificable hecho del que pueda afirmarse laIncuestionuble verdad". Admiremos el arte deEco. Así empieza este viejo monje, ya cer:'au.o a latumba, que Se pone a _escribir sus memorras; pero:"no me phlus un disl'uO 11. Ahnra, en el urnhrui dela lJ1uCJ1t." tlS(ílo ("SI'l'I"U perdcruie en ~t nhls~~lo,slnfondu de la dlvlnidnd silenciosa y deslcrtn.i. Esuna cita de Meister Eckhardt, contemporáneo deOckham y su contrnparte. Pues si D!os es puraomnipotencia, puede que sea un des~e~o: no hablani ama ... De todos modos, el gran místicoEckhardt se atreve a descurlo: huyen él un ímpetude deseo que es al mismo tiempo ansi.a ~e .cunocinrlento.l'el·o esto tampoco está dicho. Ecocita lo quc le conviene. Lo que declara el místicoen contado con lo inefable, le sirve para negar enabsoluto, para confesa~ Adso,.y .con él ~o, el mástotal ulhilisnuu "Caeré en la tiniebla divlna, en unsilencio mudo .. y en aquel abismo mi espíritumismo se perderá, y no conocerá ni Igual nideslguu! ni nada ... se olvidanín allí todas lasdiferencias ... en el desierto silencioso ... Caeré en ladivinidad silenciosa y deshnhltuda donde no ha)' niob ru ni illla~en" (N.R., 1'.503). .

Admiremus el artificio de Eco. Su parodia lo haigualado tudo. Todo es lo mismo y todo es nada.La palabra ha desaparecido: la palab~ q.ue dice yque comunica. Hay otra palabra, o mas bienpseudn-pnlabra, que se usa como !lIon~du de ,inter-cambio y forma de poder. Lo escríto podríacaruhinrxe, como los nombres de lus cosas,entendidos como tuC111S etiquetas nplícadnsnrbitruriumente. La última frase deja sentadoesto,justilicnndo elJucgo: "Nomlnu nudatenemus" ·"TencnlOS palabras desnudas".Entonces el escritor, como el Dios "sóloomnipotente I!, puede hacer con ellas lo CJue quiere.Entonces vemos tamblén el porqué del título. Elnombre de la Rosa. Sólo hay un nombre, no hayninguna Rosa. Y, me pregunto, ¿no será estoparodia de Dan te, que describe el Pnrníso comouna gl'un Rosu? Pero Dunte, conteruporúneo deOckhum no aparece en la novela ..• Dnnte, cuya .saJvuthJI~ consistió en hacer un largo ltlnerurlo enque miré y contemplé toda la realidad, toda laverdad, y comprendió que hay un orden; ~!ordendel "Amor que mueve el Sol y las estrellas .rlI ------

\l 1I. Eco, Postilte a 11nome delta rosa) id., citadoA. (los subrayados son nuestros).

12 Es una actitud muy distinta In de Sto. Tomásde Aquino, contemporrineo de Bacon, quienafirma que el conocimiento de la fe ilumina alcouocimiento naturul: "importa mucho conocer alus Persunas divinas pnra comprender bien lacreación" (S. Th. 1, '1.32).

13 A. CUIIIUS, carta de febrero /1956, citada porLottman, Camus, Seuil, París, 1978, p. 588.

14 Mikhuil llakhtin, Esthétique el théorie dureman, Cullimnrd, 1978 y La poétique deDostoievski, Sellil, 1970.

15 Julia Kr-lstcvu, Une poétique ruinéc, prólogo aLa p. de Dostoievski de Bakhtin, Seuil, 1970.