Notas de Lectura sobre Homero, Ilíada y Cuadernos de Odesa

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Sobre Homero, Ilíada Unas pocas líneas para explicar el origen de este texto. Hace un tiempo pensé que sería hermoso leer en público, durante horas, toda la Ilíada. Cuando encontré a quienes estaban dispuestos a producir dicha empresa (Romaeuropa festival, al que se añadieron posteriormente TorinoSettembreMusica y Música per Roma), enseguida comprendí claramente que, en realidad, tal y como estaba, el texto era ilegible: se requerirían unas cuarenta horas y un público en verdad muy paciente. Así que pensé en intervenir en el texto para adaptarlo a una lectura pública. Había que elegir una traducción -entre las muchas, autorizadas, que hay disponibles en italiano- y elegí la de Maria Grazia Ciani (Edizioni Marsilio, Venecia, 1990, 2000)1 porque estaba en prosa y porque, estilísticamente, se encontraba cerca de mi manera de pensar. Y luego efectué una serie de intervenciones. En primer lugar, practiqué una serie de cortes para re-conducir la lectura a una duración compatible con la paciencia del público moderno. No corté, casi nunca, escenas completas, sino que me limité, en lo posible, a eliminar las repeticiones, que en la Iliada son numerosas, y a aligerar un poco el texto. Intenté no resumir nunca, sino más bien crear secuencias más concisas utilizando secciones origínales del poema. Por ello, aunque los ladrillos son los homéricos, la pared resultante es más esencial. He dicho que no corté casi nunca escenas completas. Ésta es la regla, pero

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Una aproximación a Homero, Ilíada y Cuentos de Odesa

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Sobre Homero, IladaUnas pocas lneas para explicar el origen de este texto. Hace un tiempo pens que sera hermoso leer en pblico, durante horas, toda la Ilada. Cuando encontr a quienes estaban dispuestos a producir dicha empresa (Romaeuropa festival, al que se aadieron posteriormente TorinoSettembreMusica y Msica per Roma), enseguida comprend claramente que, en realidad, tal y como estaba, el texto era ilegible: se requeriran unas cuarenta horas y un pblico en verdad muy paciente. As que pens en intervenir en el texto para adaptarlo a una lectura pblica. Haba que elegir una traduccin -entre las muchas, autorizadas, que hay disponibles en italiano- y eleg la de Maria Grazia Ciani (Edizioni Marsilio, Venecia, 1990, 2000)1 porque estaba en prosa y porque, estilsticamente, se encontraba cerca de mi manera de pensar. Y luego efectu una serie de intervenciones. En primer lugar, practiqu una serie de cortes para re-conducir la lectura a una duracin compatible con la paciencia del pblico moderno. No cort, casi nunca, escenas completas, sino que me limit, en lo posible, a eliminar las repeticiones, que en la Iliada son numerosas, y a aligerar un poco el texto. Intent no resumir nunca, sino ms bien crear secuencias ms concisas utilizando secciones orignales del poema. Por ello, aunque los ladrillos son los homricos, la pared resultante es ms esencial. He dicho que no cort casi nunca escenas completas. sta es la regla, pero tengo que mencionar la excepcin ms evidente: cort todas las apariciones de los dioses. Como se sabe, los dioses intervienen bastante a menudo en la Ilada para encarrilar los acontecimientos y sancionar el resultado de la guerra. Son tal vez las partes ms ajenas a la sensibilidad moderna y a menudo rompen la narracin, desaprovechando una velocidad que, en caso contrario, sera excepcional. De todas maneras no las habra quitado si hubiera estado convencido de que eran necesarias. Pero -desde un punto de vista narrativo, y slo desde ese punto de vista- no lo son. La Ilada tiene una fuerte osamenta laica que sale a la superficie en cuanto se pone a los dioses entre parntesis. Detrs del gesto del dios, el texto homrico menciona casi siempre un gesto humano que reduplica el gesto divino y lo reconduce, por decirlo as, hasta el suelo. Aun cuando los gestos divinos remitan a lo inconmensurable que se asoma a menudo en la vida, la Ilada muestra una sorprendente obstinacin en buscar, sea como sea, una lgica de los acontecimientos que tenga al hombre como ltimo artfice. Si se elimina consecuentemente a esos dioses del texto, lo que queda no es tanto un mundo hurfano e inexplicable cuanto una historia humansima en la que los hombres viven su propio destino como podran leer un lenguaje cifrado cuyo cdigo conocen, casi en su integridad. En definitiva, suprimir los dioses de la Ilada posiblemente no es un buen sistema para comprender la civilizacin homrica, pero me parece un sistema ptimo para recuperar esa historia, trayndola hasta la rbita de las narraciones que nos son contemporneas. Como deca Lukcs, la novela es la epopeya de un mundo abandonado por los dioses. La segunda intervencin que realic fue respecto al estilo. La tercera intervencin es ms evidente, aunque al final no sea tan importante como parece. He pasado la narracin a primera persona. Eleg una serie de personajes de la Ilada y les hice relatar la historia, sustituyendo con ellos al narrador externo, homrico. En gran parte es un asunto meramente tcnico: en lugar de decir el padre cogi a la hija entre sus brazos, en m texto es la hija la que dice mi padre me cogi entre sus brazos. Es evidentemente una precaucin dictada por el objetivo final del trabajo: en un espectculo de lectura pblica, proporcionarle al lector un mnimo de personajes en el que apoyarse lo ayuda a no diluirse en la impersonalidad ms aburrida. Y para el pblico de hoy recibir a historia de quien la ha vivido hace ms fcil el ensimismamiento. Cuarta intervencin: naturalmente, no resist la tentacin e hice algunas, pocas, adiciones al texto: son como restauraciones declaradas, en acero y cristal, sobre una fachada gtica. Cuantitativamente, son intervenciones que cubren un porcentaje mnimo del texto. Por rega general, llevan hasta la superficie matices que la Ilada no poda nombrar en voz alta, sino que esconda entre lneas.

Isaac Babel y los Cuentos de OdesaEl de Isaac Bbel es uno de los miles y miles de cuerpos annimos, vctimas del estalinismo, que desde 1986, coincidiendo con el glasnot y la perestroika impulsados por Gobachov, se empezaron a exhumar en remotos cementerios, a lo largo y ancho de la extinta URSS, en un intento por recuperar la memoria histrica.Nacido en Odesa, en 1894, Babel tena dieciocho aos cuando Jos Stalin public la clebre Carta del Cucaso, fundamento de su posterior poltica de nacionalidades y prueba clave de su esencial antisemitismo; sin embargo, el incipiente escritor, de cultura hebrea, se adhiri al mismo partido que el poderoso georgiano en ascenso que acabara encumbrado como un sanguinario dictador. Era lgico; los judos ilustrados, que haban sido perseguidos, reprimidos y marginados durante siglos por el Estado zarista y por la sociedad rusa que lo sostena, crean que la transformacin revolucionaria del mundo, postulada por los bolcheviques, representara para ellos el fin de la tragedia. No era ajeno a su esperanza el hecho de que el ms popular de los nuevos dirigentes, Len Bronstein, Trotski, fuese tambin judo. Se equivocaban, pero muchos de ellos necesitaron largo tiempo y hondo dolor para convencerse. Babel pag tamao error con su propia vida: desapareci en 1939, y se le supone muerto en un campo de trabajo, uno de aquellos tan temidos gulags, hacia 1941.Apadrinado por el mismo Gorki, Babel es uno de los cuentistas rusos ms brillantes del siglo XX, revelndose como uno de los mejores exponentes la literatura revolucionaria abanderada, all por los aos 20, por buena parte de la generacin de intelectuales que se adhirieron a la revolucin en 1917, y que, a la postre, les granjeara a muchos de ellos (baste citar a Pasternak o Bulgkov) persecuciones y confinamientos en campos de concentracin durante las grandes purgas estalinianas, etapa que los haba convertido, en palabras del propio Babel, en "el gran maestro del silencio". Con todo, nadie pudo tachar a Babel de aptico durante el transcurso de la guerra civil que enfrent a rojos y blancos tras la Revolucin de Octubre, de tal forma que se permiti dudar de su destino literario entre 1917 y 1924, ao en que muri Lenin y se suicid Mayakovski, combatiendo en las filas del Ejrcito Rojo en varios frentes y funciones sin eludir las policiales. A esas experiencias se debe su volumen de cuentos Caballera roja (1926).En 1931 agrup una seleccin de sus primeras narraciones, referidas a circunstancias y experiencias de los das de infancia, bajo el ttulo Cuentos de Odesa. El Rey, As se haca en Odesa y El padre tratan aspectos de la leyenda de Benia Krik, rey de los ladrones judos de la ciudad. Liubka la Cosaco es uno de los personajes que pueblan su fantstico universo. Historia de mi palomar (ttulo con el que public su primer libro) y El primer amor muestran los grandes pogromos de 1905 a travs de los ojos de un nio. La perduracin de las viejas condiciones de vida de los judos en la nueva sociedad es el tema de El fin del asilo.Posteriormente realizara una segunda seleccin de sus primeros cuentos publicada con el nombre genrico de Relatos. Carlos-Ynkel, En el stano, El despertar y Di Grasso, que remiten a la misma poca que los reunidos en la primera serie, los primeros aos de Babel en el barrio judo de Odesa antes de gran pogrom de 1914.From Grach haba sido figura destacada de aquel mundo, poro aqu se lo toma en 1918, cuando se convierte en vctima del nuevo orden: Para qu servira este hombre en la sociedad del futuro?, se pregunta sobre l uno de los chequistas que conversan junto a su cadver. Mam, Rimma y Ala muestra la lucha contra la miseria que libran tres mujeres en una sociedad patriarcal. Shabos-najam es muestra de la picaresca mstica de Gurshele, un perseguido por el hambre que ha protagonizado otras historias de Babel. Con la emperatriz trata del ensoado encuentro con un manuscrito de la emperatriz Mara Fiodorovna en el Petersburgo de los das de la Revolucin. En El camino se incluye una glosa sobre el mismo documento, aunque aqu lo central es la narracin de ciertos episodios del viaje de Babel desde el frente en los que se da fe del activo y criminal antisemitismo reinante en las sociedades ucraniana y rusa, de la llegada de Babel a la ciudad y de su incorporacin a la Checa en 1917: escrito en 1930, las lneas finales de este cuento revelan el tono de las relaciones de su autor con el poder: As empez para m, hace trece aos, una vida inmejorable, llena de sentido y de alegra.La rehabilitacin de la figura de Babel se inici con aquella tmida y fugaz apertura iniciada por Kruschev en 1957, dando as lugar a la hija de Bebel, Nathalie pudiera agrupar en otro volumen, Debes saberlo todo, publicado en EE.UU., cuentos que no haban sido publicados en la URSS, dos publicados all en el lento proceso de su deshielo y otros publicados aos atrs, recuperados tras difcil y paciente rastreo, y que se centran en sus recuerdos de infancia en Odesa. El tiempo, adems, resalta en Babel su magistral tcnica narrativa.