Novena del armado del Pesebre de Navidad 17 de Diciembre LA OBEDIENCIA Y … · 2020. 4. 14. ·...

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Novena del armado del Pesebre de Navidad 17 de Diciembre LA OBEDIENCIA Y HUMILDAD "Conoce el buey a su dueño y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no conoce , mi pueblo no discierne" Con esta cita del profeta Isaías (Is 1,3) abrimos el segundo día de novena. Y deteniéndonos en su mensaje descubrimos elementos que merecen nuestra atención. En primer lugar asoma un reclamo, que es más que una queja, poniendo en una balanza estos animales de yugo y el pueblo de Israel. Increíblemente la balanza se inclina a favor de estos animales y el pueblo de Israel queda en una gran deuda. El pueblo aparece en deuda de amor y conocimiento de la ley de Dios. Esto podría en primer lugar justificarse porque la ignorancia se sana con el conocimiento. En esto último precisamente reside el problema: Israel no puede señalar como prueba de su desgracia su ignorancia, ya que ostenta un estatus de pueblo elegido. Dios lo rescató de Egipto para constituirlo pueblo de su propiedad. El Señor lo ha dicho: Porque, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Yahvé nuestro Dios siempre que lo invocamos? Y ¿qué nación hay tan grande cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy? (Deut 4,7-8) . SEGUNDO DÍA 1 Hoy, en este segundo día de novena, escuchamos al profeta Isaías. El nos invita a la humildad y la obediencia

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  • Novena del armado del Pesebre de Navidad 17 de Diciembre

    LA OBEDIENCIA Y HUMILDAD

    "Conoce el buey a su dueño y el asno el pesebre de su amo, pero Israel no conoce , mi pueblo no discierne"

    Con esta cita del profeta Isaías (Is 1,3) abrimos el segundo día de novena. Y deteniéndonos en su mensaje descubrimos elementos que merecen nuestra atención. En primer lugar asoma un reclamo, que es más que una queja, poniendo en una balanza estos animales de yugo y el pueblo de Israel. Increíblemente la balanza se inclina a favor de estos animales y el pueblo de Israel queda en una gran deuda. El pueblo aparece en deuda de amor y conocimiento de la ley de Dios. Esto podría en primer lugar justificarse porque la ignorancia se sana con el conocimiento. En esto último precisamente reside el problema: Israel no puede señalar como prueba de su desgracia su ignorancia, ya que ostenta un estatus de pueblo elegido. Dios lo rescató de Egipto para constituirlo pueblo de su propiedad. El Señor lo ha dicho: Porque, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Yahvé nuestro Dios siempre que lo invocamos? Y ¿qué nación hay tan grande cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy? (Deut 4,7-8) .

    SEGUNDO DÍA �1

    Hoy, en este segundo día de novena, escuchamos al profeta Isaías. El nos invita a la humildad y la obediencia

  • Novena del armado del Pesebre de Navidad 17 de Diciembre

    SEGUNDO DÍA �2

    El libre albedrío nos ayuda a responder a Dios con entera libertad. Sin embargo, cuando nuestra vida es dominada por el egoísmo y la impiedad, entonces, en base a nuestros intereses, vamos dejando una estela de dolor, cuya huella en el tiempo es reconocido por la cantidad de heridos que vamos dejando por el camino.

    EL RECLAMO DEL PROFETA ES JUSTO

    Así es. No es que el profeta cuando señala esto está pasando por un mal momento, ni tampoco es producto de una respuesta impulsiva o visceral. No, el profeta reclama la actitud de soberbia y rebeldía en la cual ha caído el pueblo desde que ha decidido vivir su fe de manera mecánica y centrada en el cumplimiento externo de la ley. El mismo profeta dirá más adelante: este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí (Is 29,13)

    Por este motivo es que compara en cambio el ejemplo de estos animales de yugo, que a pesar de su situación de vida, experimentan frente a su amo lealtad, fidelidad y humildad.

    Y VOLVEMOS A LO MISMO

    Dios nos ha elegido para venir a nacer en nuestros corazones. Lo externo es una señal de lo que debemos preocuparnos interiormente. Un corazón dispuesto es un corazón obediente que reconoce como el asno y el buey a su Señor, siempre.

    El que construye sobre la roca, el que no dice solamente de labios: Señor, Señor. Sino el que hace cotidianamente la voluntad de Dios. Ese habitará en casa del Señor por siempre. Y permanecerá en la presencia del Señor por siempre. Estamos esperando la venida del Señor, que él venga a nacer. Hoy ponemos en el pesebre las imágenes del buey y del asno. Queremos cultivar un corazón obediente y humilde. Queremos junto al Señor acoger la vida y el amor para compartirlo con todos