Nuestro Camino

Año 1, número 1 Mayo de 2012

Entrevistas:

• el “Piñe”

• Andrés Scotti

• Conociendo la Institución

• La teoría de la armonía

• Sin miedo a trabajar

• Carta de un alumno

• La mirada de los chicos

R E V I S T A

Nuestro Camino

3Nuestro Camino | mayo de 2012

Sumario

Redactor Responsable: Laura Rivas

Domicilio: Alejandro Gallinal 1736, teléfono: 26136214. Montevideo – Uruguay

Editora: Sofía Othaix Bertucci

Diseño y armado: Jorge Sayagués

Fotografía: Diego Martín Olivera.

Impreso en Mosca Empresa Gráfica, Guayabo 1672 Tels. 24000449, 24083049, Fax: 24010721 Montevideo – Uruguay

D.L.

es una publicación del Centro Nuestro Camino

4 Editorial

6 Conociendo la Institución

11 La teoría de la armonía

16 “Yo quería ser jugador de fútbol”

20 Sin miedo a trabajar

25 Carta de un alumno

26 “Ni bien ni mal, jugué más o menos”

30 La mirada de los chicos

Año 1, número 1 Junio de 2012


Este año el Centro Nuestro Camino ha decidido editar una revista para que todos puedan conocer su funcionamiento y mostrar la importancia de la estimulación temprana en chicos con discapacidad. La revista es

hecha por los alumnos acompañados por un grupo de profesionales especia-lizados.

Este es el primer número de la revista y buscamos que sea de interés para todo público, que entretenga y sea un buen material de lectura. Pero, adem á s, que informe sobre cómo favorecer el desarrollo de cada uno de los chicos, la importancia de buscar cuanto antes un lugar que los acoja y les brinde la atención requerida.

En la revista se crearon diferentes secciones para que los chicos pudieran participar y hablar de los temas que m á s disfrutan. Por eso se invitó a Jorge Piñeyrua, quien fue al Centro a contarles sobre su trabajo en la televisión y la radio. Andrés Scotti fue otro de los elegidos para ser entrevistado, ya que hay varios hinchas de Nacional y muchos que lo respetan por su pasaje en la Selección. Los alumnos presentaron su testimonio de vida en el Centro y en sus diferentes actividades.

No todos los alumnos pudieron participar directamente en cada una de las notas porque el Colegio trabaja con m á s de setenta chicos. Pero se intentó que todos eligieran a los entrevistados, hicieran preguntas y tuvieran, de al-guna manera, participación dentro del proyecto.

Hacer la revista Nuestro Camino fue un gran desafío. Pero la tarea fue llevada adelante con mucha dedicación y alegría de poder ver a todo el grupo del co-legio trabajando unido, con el propósito de que m á s chicos con discapacidad puedan integrarse a un lugar que fue creado y pensado para ellos. n

Comisión Directiva

Editorial

Editorial

AgrAdecemos A lAs empresAs, instituciones, colAborAdores personAles que hAcen posible el mAntenimiento de nuestro fondo de becAs y el crecimiento de nuestrA institución.


Nuestro Camino es un Centro de Capacitación Integral para niños y jóvenes con discapacidad intelectual, perteneciente a la fundación Nuestro Camino.

El Centro se fundó en 1985 cuando un grupo de padres decidió juntarse, aunar fuerzas e inquietudes para dar respuesta concreta al desafío que los con-vocaba. Respuesta que se plasmó en la Fundación y en el Centro educativo.

Es una institución que acoge a niños y jóvenes brin-dándoles una atención personalizada, contando con la participación activa de sus familias. Promueve, a través de diferentes áreas educativas, su formación como perso-na individual y social. Cuenta con talleres de expresión plástica, teatro y cocina, además de clases de informáti-ca, educación física y natación.

Los objetivos planteados por el Centro se alcanzan me-diante la tarea activa de un equipo formado por docentes y técnicos, cuya funcionalidad multi e interdisciplinaria po-sibilita un trabajo coordinado y un abordaje integral a cada situación. Esto permite dedicarse a cada uno de los alumnos de forma particular y considerarlos siempre en su integridad bio-psico-social. Nuestra premisa puede resumirse en: valo-rizar cada existencia humana en su particularidad.

estimulAción temprAnA

etApA pre escolAr

escolAr

integrAción en centros educAtivos

Procuramos incentivar al niño desde pequeño, maximizando su potencial de desarrollo, aprovechando a tiempo la plasticidad neuronal y consiguiendo el máximo rendimiento de su capacidad.

Mediante nuestro programa de ayuda a los niños y a sus familias, se les ofrece servicios apropiados a sus necesidades ya que sus primeras experiencias vin-culares son básicas para su futuro desarrollo y para diferentes situaciones de aprendizaje y conocimiento. De esta forma también se le facilita su transición a etapas posteriores.

Nuestro rol como docentes estimuladores tiene como objetivo apoyar la edu-cación integral del niño en la formación de hábitos y valores y así conformar gradualmente el nivel de desarrollo y madurez del que son capaces. Durante el trabajo en el aula se busca a través de actividades y juegos promover sus sentidos y la relación con los demás.

Contamos con un área de psicomotricidad que consideramos primordial en las primeras etapas del desarrollo del niño. En las propuestas de trabajo con los pequeños se intenta a través de actividades lúdicas estimularlos en la co-municación corporal y emocional. También se busca que vayan desarrollando

Conociendo la Institución

Por la directora laura rivas

Opinión


sus habilidades motrices, sociales y cognitivas.

Es una premisa de nuestra Institución la integración de los alumnos en cen-tros educativos con un permanente apoyo y seguimiento al alumno y a su familia, y a la Institución integradora.

Otra de las áreas es la de fonoaudiología a través de la que se estimulan los aspectos de la comunicación. Esta área implica el trabajo en la audición, el lenguaje, la voz y la estomatología y estará presente durante toda la perma-nencia de los jóvenes en la Institución

Adolescentes y jóvenes

Cumplir la mayoría de edad supone una serie de derechos y obligaciones que no siempre el joven con discapacidad está preparado para enfrentar. Tampoco gran parte de la sociedad está capacitada para recibirlo y es uno de nuestros objetivos crear las condiciones para que esto suceda.

Disponemos de diferentes propuestas que nos permiten atender a nuestros jóvenes en el desafío de enfrentarse a la nueva etapa de la adultez. Por otro lado, se busca el desarrollo de sus potencialidades a fin de establecer puentes entre su condición y las exigencias del mundo laboral.

Nuestros alumnos mayores de quince años todos los sábados realizan activi-dades recreativas tanto dentro como fuera del Centro, organizando bailes, parrilladas, salidas al cine o al bowling.

El Centro cuenta con tres talleres protegidos de producción donde se estimu-la el hábito de trabajo mediante la producción de artículos, promoviendo el desarrollo personal y social de nuestros alumnos.

Taller de cocina: durante esta actividad los alumnos no solo aprenden una tarea que incluye una secuencia de micro habilidades académicas sino que además se establecen normas de higiene, que luego pueden generalizar a otros ámbitos de su vida. En el taller elaboran alfajores de maicena, pastafrolla y scones.

Taller de Restauración: en esta área se trabajan con diversos elementos para la fabricación de productos como portarretratos, espejos, marcos para cua-dros, bastidores, bolsas con papel reciclado, etc. Desarrollando la creatividad y la motricidad de los jóvenes.

Taller Vivero: en este taller se busca que los alumnos se muevan en un am-biente más distendido y que aprendan el trabajo con plantas tanto aromáticas como florales.

inserción lAborAl

El programa de capacitación laboral se lleva a cabo de forma individual de acuerdo a un plan creado para cada uno. Todo alumno que es integrado a una actividad laboral asiste inicialmente a sus trabajo guiado y supervisado por un profesional, que llamamos coach. El profesional funciona como un puente entre las necesidades de la empresa y las del joven.

Cuando termina su horario de trabajo regresa al Centro para que junto a su gru-po de referencia continúe enriqueciendo y estimulando. El objetivo es implantar, organizar y orientar los procesos hacia una mayor competencia profesional.

Ver a un hijo feliz es sin duda el mejor termómetro para valorar si se está yendo por el camino indicado, pero es responsabilidad de los adultos pro-yectar que esa felicidad se mantenga en el tiempo. El tiempo es un capital valiosísimo y sugerimos no aguardar a que pase para informarse cómo es me-jor invertirlo. Involucrarse con profesionales especializados que comparten la misma visión y conceptualización sobre la discapacidad de su hijo le ayudará a sentirse contenido y respaldado.

Aquí está Nuestro Camino.Para eso existe Nuestro Camino.Para eso vive Nuestro Camino. n


La educación tiene como objetivo desarrollar al máximo todas las capa-cidades de una persona, logrando su plenitud, su integración adecuada y satisfactoria en todos los ámbitos a los que pertenece, su contribución

y dedicación en la vida social y laboral, su autonomía e independencia, que están inseparablemente unidas a su responsabilidad. En resumen: su bienestar personal y felicidad realista y razonable que, a su vez, contribuya al bienestar y felicidad de los demás.

Esto es válido también para las personas con síndrome de Down. Pero ¿es posible? ¿Cómo lograrlo? ¡Sí lo es!

Educando, interviniendo desde el nacimiento, sin prisa, sin pausa, hasta el final de la vida. Como adultos, todos, debemos seguir educándonos y alcan-zando nuevas metas y objetivos personales y sociales. Ellos también, aunque necesitan apoyos, estímulos y colaboración.

¿Cómo hacerlo?

Las características propias de la persona con síndrome de Down hacen ne-cesario que en su educación se combinen de modo “armónico” algunos prin-cipios y actuaciones que pueden parecer opuestos entre sí o contradictorios. Me parece fundamental comprender y aplicar lo que yo llamo “la teoría de la armonía” por su significado y por la analogía que podemos establecer con una obra musical o artística. No es un “equilibrio de fuerzas” que se anulan recíprocamente, que se contraponen, que se destruyen, sino un acoplamiento entre las partes de un todo que se complementan para producir un efecto “completo”, “armonioso”, “grato”. Los instrumentos musicales son distintos: cuerdas, percusión, viento... Los tempos cambian: allegro, presto, adagio, len-to, allegretto... Las personalidades de los músicos, las obras a interpretar, los directores cambian, pero... todo y todos, actuando en armonía, producen una maravillosa sinfonía, o un concierto, o cualquier otra obra musical que, de algún modo, nos hace disfrutar de la belleza, de la paz, de la creación.

Traslademos esto a la educación de una persona con síndrome de Down, y vea-mos que “armonizando” una serie de aspectos, su vida va transcurriendo de un modo armonioso, y el resultado es un adulto maduro, responsable y feliz. Logra sentirse bien consigo mismo y hace que los demás se sientan bien con él.

¿Cuáles son esos aspectos que conviene tener en cuenta y armonizar?

Clasificando por parejas, tendríamos que esforzarnos por combinar conceptos o actitudes aparentemente contradictorias. Es decir, tratar de armonizar:

• La igualdad radical de la persona con síndrome de Down, con el resto de los seres humanos, en cuanto a dignidad, respeto, derechos, con:– su diferencia, tanto en lo físico, como en lo psíquico, en necesidades, en medios para satisfacerlas,

• La vision optimista y positiva: llegarán tan lejos como queramos, aun des-conocemos sus posibilidades, los buenos programas están dando buenos resul-

La teoría de la armonía

Por María victoria troncoso

Opinión


tados, cada día nos sorprenden con sus logros, etc., con:– la visión realista: cuesta esfuerzo conseguirlo: a ellos y a los demás. No todos alcanzarán niveles muy altos, todos tenemos límites. No exigir más de lo posible.

• La espontaneidad, naturalidad, y aceptación “como uno más” de la familia, con:– el tecnicismo, profesionalización y conversión de los padres en terapeutas, en el que el hijo ya es un hijo diferente con el que hay que hacer otras cosas. No basta con “estar”: hay que dedicar tiempo y actividades específicas.

• El protagonismo activo de la persona con síndrome de Down en su desa-rrollo, aprendizaje y opciones en la vida, con:– nuestra directividad, porque sabemos qué es lo más conveniente para él. Hay errores que no deben cometer por el perjuicio grave que pueden ocasionar.

• La tolerancia, comprensión y paciencia, con:– la exigencia firme y constante, necesaria para que avance, porque le es fácil acomodarse al poco esfuerzo.

• La visión profesional, técnica, especializada y a corto plazo de cada uno de los distintos profesionales que van atendiéndole, con:– la visión familiar, natural, amplia, general e integral y a largo plazo, que exige tener en cuenta todos los aspectos de su vida.

• La integración (familiar, escolar, laboral, social) en la que es uno más y debe ser tratado como los demás, sin privilegios, sin paternalismos, sin sobre-protección, con:– la separación para terapias concretas y para programas especiales, porque su capacidad para aprender por sí mismo es menor e incompleta.

• Las indicaciones técnicas, administrativas, profesionales (por ej. la sectori-zación en el caso de la escuela, o el centro de estimulación), con:– la libertad de la familia para elegir el centro o servicio que le parezca el más conveniente según sus criterios, sistemas de valores, necesidades. ¡Armonizar las normas con las posibilidades reales y concretas!

• La programación general, aun con adaptaciones curriculares (puede no ser adecuada, ni suficiente), con:– la programación individual que supone algo muy distinto de los apoyos para llevar a cabo lo general, puesto que necesita aprender otros contenidos no incluidos en los pIanes generales.

• Los aprendizajes asistemáticos, ocasionales, naturales, en un ambiente ge-neral enriquecedor y que facilita la integración social, con:– los aprendizajes estructurados, sistemáticos, intensos y concretos que son los más eficaces para conseguir los aprendizajes académicos y otras habilidades.

• Adquisición de cultura en sentido amplio, incluyendo aspectos artísticos y espirituales, que le ayuden a disfrutar, con:– lo funcional, útil y “práctico” para su vida real, presente y futura, que faci-litará su autonomía, independencia y responsabilidad.

• El respeto y aceptación de su personalidad, cualidades, dificultades, “deján-dole ser él mismo”, con:– la aceptación y cumplimiento de los modos y formas sociales del grupo al que pertenece, aunque no los entienda o no le gusten.

• El respeto a su edad cronológica y a sus intereses, a su afectividad, con:– el respeto a sus “otras edades”, diferentes en lo intelectual y lingüístico, sin infantilizarle, pero también sin manifestarle frustración por lo que no puede alcanzar.

• La experiencia en el trabajo y el esfuerzo que ellos deben poner para apren-der y prosperar, con:– el sentirse bien, estar alegres y motivados, ser valorados, estimulados, y no agotarse física o psíquicamente.

• Su autonomía e independencia, crecientes, progresivamente, con:– la seguridad y sentido de responsabilidad, que también deben ir creciendo progresivamente.

En definitiva necesitarán, como todos los demás, combinar la alegria y el sufrimiento, los éxitos y los fracasos, las victorias y las derrotas, las luces y las sombras, la aceptación de sí mismo con el afán de mejorar. Nosotros los ayudaremos en ese proceso y ellos nos ayudarán a nosotros. Al fin y al cabo todos compartimos la misma y única humanidad. n

Fuente: Revista síndrome de down, Revista Española de Información e Investigación sobre el síndrome de Down, volumen 28, marzo 2011.


Jorge Piñeyrua fue invitado a conversar con los chicos al centro Nuestro Camino y con la simpatía que lo caracteriza contestó todas las preguntas, habló de su infancia, su familia, su trabajo, confesó ser desordenado y que

le debe la profesión a su padre. Cuatro fueron los periodistas y encargados de realizar la entrevista: Milagros Francois, Lucía Vázquez, Fernanda Amilivia y Claudio Bernard.

–¿A qué escuela y liceo fuiste?Fui a la escuela Grecia, que queda en Pocitos. Después fui hasta cuarto año al Liceo Nº7, y quinto y sexto los cursé en el Liceo 28.

–¿Eras buen alumno?Me iba bien, tuve muy buena maestras. No era excelente, estaba dentro de la media. Me gustaba divertirme pero nunca me suspendieron

–¿Qué materias preferías y cuáles eran las que más te costaban?Yo creo que depende mucho del profesor, hay muy buenos profesores que te hacen entretenidas las materias y hay otros que no son muy buena onda. En la escuela recuerdo que me gustaba matemáticas pero ya en liceo, cuando empezó a ser más difícil, dejó de gustarme y me volqué más a historia.

–¿Desde qué época te dicen Piñe?No recuerdo, pero supongo que debe venir desde el liceo. De la época que pasaba la lista y te decían por el apellido. Ahora me pasa que la gente no recuerda mi nombre.

–¿Cómo y cuándo comenzaste como comunicador?

Surgió por una invitación de mi padre en una época que yo había quedado un poco trancado en el liceo. Él tenía un programa de radio en CX 24 que se lla-maba Fútbol y compañía, y como necesitaban gente me invitó a trabajar. Era un programa deportivo y a mí eso me gustaba; entonces acepté, me empezó a ir bien, y desde ahí arranqué. Pero fue por mi padre, si él hubiese tenido una carpintería yo hoy sería carpintero.

–¿Si no fueras comunicador a qué te hubieras dedicado?Yo quería ser jugador de fútbol pero no tenía las condiciones, entonces una vez que terminé el liceo empecé a estudiar para ser profesor de Educación Física. Fue en la época en que estaba en la radio y opté por la comunicación, pero si no se me hubiese dado esto, hoy sería preparador físico de algún cua-dro de fútbol o de básquetbol.

–¿De qué cuadro sos?Soy de Defensor

–¿Vas al estadio?No soy de ir al estadio. A veces si juegan en el Franzini voy porque me queda cerca de casa, pero más como un paseo a tomar sol y a charlar con amigos que a ver el partido.

Entrevista

Entrevista al “Piñe”

“Yo quería ser jugador de fútbol”


–¿Tenés algún hobby?Me encanta salir con mis amigos a comer asado y tomar algo, también me gusta mucho estar con mis hijos.

–¿Qué música te gusta?Me gusta el rock nacional, La vela puerca, No te va a gustar, algo del rock argentino y Bob Marley.

–¿Cómo te llevas con la cocina y qué plato te queda mejor?No soy un especialista pero con la cocina me llevo bastante bien. Lo que mejor me queda es la pizza, me gusta crocante con mozzarella y gustos.

–¿Y en tu casa cómo sos?Me encanta el orden pero soy desordenado. Odio el desorden, me pone mal, por suerte ahora tengo una compañera que me da una mano, llegar de la radio y ver la cama tendida me cambia la cabeza.

– ¿Qué diferencias ves entre la televisión y la radio, y dónde te sentís más cómodo?La diferencia es que la tele tiene mayor alcance, es más masiva y también que la gente te ve y después te reconoce, te saludan en la calle y te das cuenta de la repercusión del programa. En la radio podés trabajar muchos años, en un programa de mucho éxito pero salís a la calle y nadie te reconoce. Pero tam-bién la radio da más lugar a la imaginación porque la gente solo te escucha la voz, entonces puede imaginar cómo sos, en qué lugar estás…

–¿Cómo empezaste en Bendita Tv?Fue un proyecto del canal, de hacer un programa de archivo que en Uruguay no había hasta ese momento. Empecé a trabajar con Gustavo Escanlar, que hoy ya no está, y después vino Claudia (Fernández) con quien ya había traba-jado antes y me llevo muy bien.

–En la radio siempre decís que sos feo, ¿por qué?Porque soy sincero, las cosas son como son, hay que decir la verdad. n


Experiencias

“Yo tenía mucho miedo de trabajar porque no sabía cómo era, pero ahora ya no tengo más miedo”, dice Alejandro Bartesaghi que ya lleva seis años trabajando en la empresa familiar. La inserción la-

boral representa una dificultad para cualquier joven pero más aún para aque-llos que sufren una discapacidad, por eso Nuestro Camino busca activamente integrarlos al mercado de trabajo dando la posibilidad de desarrollo tanto en su autonomía como en la confianza de sí mismo. Ya son ocho los chicos que trabajan en diferentes empresas e instituciones: La Mennais, Mac Donald s, CCC Medical Devices, Barraca Deambrosi y un estudio jurídico son los dife-rentes lugares que los han integrado.

“La inserción laboral empieza cuando los más grandes lo piden, lo que es muy importante ya que el objetivo es ir acompañándolos en su crecimiento, sus necesidades y sus intereses. Si bien hay una planificación, una técnica, una parte teórica, uno va adecuándose a las necesidades de los alumnos”, explica Isabel Rossi, psicóloga del Colegio. Desde el Centro y a través de los diferentes talleres se va descubriendo el perfil de cada uno de los chicos y viendo cuáles son sus habilidades y gustos. A partir de ahí se buscan los posibles lugares de trabajo, siempre actuando con un equipo que prepara tanto al joven en su integración a un nuevo ámbito como a la institución que los acoge.

Cuando Alejandro cumplió 25 años se empezó a cuestionar por qué no trabajaba como sus hermanos y fue a partir de esa inquietud que su familia se planteó integrarlo a la empresa familiar. “Primero pensamos que fuera a trabajar al campo con uno de sus hermanos pero eso fue un error porque a él le gusta sociabilizar”, cuenta Ro-sario Rubio, su mamá y fundadora del Colegio. Entonces pensaron hacerle un lugar en el estudio jurídico y allí sí Alejandro se sintió cómodo. “Le gusta tener su oficina, su escritorio y sus responsabili-dades bien claras”, agrega su hermano y jefe Juan Antonio.

Alejandro ya lleva seis años trabajando en la empresa, va de lunes a jueves de 9:00 a 12:00 y se encarga del archivo, fotocopias y pe-didos. Se acostumbró a andar solo en ómnibus y a hacer los man-dados por el Centro. El proceso llevó un tiempo, alrededor de tres meses, en los que se trabajó con un coach, un auxiliar del colegio que lo acompañó y le enseñó su método de trabajo. “Fue una gran ventaja desde el punto de vista de la empresa, porque no te obliga a estar todo el tiempo pendiente de su aprendizaje sino que lo hablás con el coach y él busca la forma de que le resulte fácil y metódico”, explica Juan Antonio.

El entrenamiento para un nuevo trabajo empieza en el colegio, Isabel explica que, una vez que tienen un ofrecimiento de alguna

empresa, van a conocer el lugar, “a familiarizarse con el tipo de actividad que van a realizar y después se piensa cuál es el chico o la chica adecuado para ese puesto. Se hace una presentación con sus nuevos compañeros de trabajo y el coach lo acompaña el tiempo necesario, a veces un mes, dos o tres. Al prin-cipio van menos horas, van aprendiendo qué ómnibus tomar, cómo llegar,

Los alumnos y su inserción laboral

Sin miedo a trabajar


cómo volver y después de a poco empieza el desprendimiento; el coach pasa a ir tres o dos veces por semana y siempre se está en contacto con los referentes del lugar de trabajo”.

En el caso de Alejandro su hermano recuerda que: “Ale no conocía el Cen-tro, al principio se perdía pero su coach lo obligaba a dirigir y a que hiciera él solo el recorrido. Ahora va al super, a comprar café y en todos lados tiene amigos”.

Otro de los alumnos que trabaja es Alejandro Torres, lo hace en la Barraca Deambrosi, y él también, acompañado siempre de un coach, aprendió a tomar

ómnibus, a ser puntual y a respetar un horario. Isabel cuenta que, “el ofrecimiento fue de la Barraca y resul-tó una integración muy gratificante porque el grupo humano es muy bueno; siempre se sientan a almorzar todos juntos y están muy pendientes de todo lo que le sirva a Alejandro”.

Rodrigo Pittaluga y Alejandro Benia también están trabajando, ambos en el colegio La Mennais. El pri-mero como auxiliar de carpintería y jardinería, y el segundo como auxiliar de secretaría y de maestras. Ya llevan más de seis años en esa labor y cumplen un horario de 8:00 a 12:00. “La propuesta fue de Nues-tro Camino y empezó siendo una pasantía, vinieron acompañados por gente del centro que nos mostraron las características de cada uno de ellos para facilitar lo vincular”, explica la psicóloga del colegio La Men-nais, Rosanna Abate.

Pero una vez terminada la pasantía, el colegio los integró como funcionarios estables. “Ambos reciben un sueldo y tienen los aportes que les corresponde como cualquier otro trabajador”, explica el Hermano Carlos, Director General del colegio. Alejandro Bar-tesaghi también tiene su sueldo “que reclama apenas cambia el calendario”, según confiesa su hermano.

Rodrigo cuenta que se levanta a las 7:00 de la maña-na, desayuna, “tomo una leche con un flan”, y se va caminando para el colegio. “Me encanta trabajar, me llevó bárbaro con mis compañeros. Tengo dos jefes: Ulises González en carpintería y Humberto González en jardinería”.

Ulises confiesa que cuando se lo plantearon pensó que “iba a ser muy com-plicado pero la verdad es que no, es muy responsable y muy buen compañero. Se adaptó rápido, las casas se las digo solo una vez y él se acuerda. Sabe qué puede tocar dentro del taller y que no”. Humberto agrega que “fue muy en-riquecedor y ya no es un vinculo meramente laboral sino que trascendió a la parte familiar, nos acompaña en los cumpleaños, salidas a pescar, nos ha hecho muy bien”.

Todos los compañeros destacan la autonomía y la seguridad que han adqui-rido con el correr de los años, “en un primer momento había que estar recor-dándole qué era lo que tenían que hacer pero hoy ya no”, dice Magdalena Lanzallotti, responsable de nivel en Secundaria. También señalan lo afec-

Alejandro TorresEnvaso el puré y la sal.

Me encanta trabajar ahí

Aprendí a hacer muchas cosas.

Aprendí a andar solo en el ómnibus.


tuoso de la relación con los chicos, es unánime la respuesta de que son muy dulces, “con ellos siempre tenés que dedicarte un rato más, un beso, una charla y esta genial, así tendría que ser con todos”, dice el Hermano Carlos.

Xiomara Lema, quien trabaja en secretaría con Ale-jandro (Benia) dice que “al principio fue un desafío personal y laboral porque nunca había compartido un trabajo ni el día a día con un chico con síndrome de down. El miedo estaba por no hacerlo sentir fuera de lugar, por no hacerlo sentir incómodo”. Explica que no hace ninguna diferencia con él: “es un traba-jador más, no es nada dependiente, es muy organiza-do, te avisa si va a llegar tarde y siempre pregunta si necesitas algo”.

Rosanna evoca una charla que tuvo con Alejandro Benia a fin de año en la que le pidió que evaluara su año laboral y que le dijera qué cosas le interesaba compartir: “recuerdo que bajó la cabeza, pensó y dijo: ¨yo este año por prime-ra vez en mi vida me sentí como una persona normal¨”. n

Cecilia CurbeloEn mi trabajo estoy con mis amigos. Me

hace sentir que ya soy grande

Gimena CancelaMe siento bien,

cómoda, tengo una familia postiza en

este trabajo. Porque ellos me quieren

mucho, me cuidan, me ayudan y me guardan

las cosas.Me encanta comer ahí

y compartir con los amigos del trabajo:

son los mejores

Ezequiel LumaconiTrato de salir siempre adelante. Ojalá que el trabajo funcione bien y que sea por mucho

tiempo

Juan Pedro NoboaMe encanta todo de

mi trabajo. Empecé en 2008, este año hago

cuatro años.Hago de todo en el

trabajo, atiendo gente, limpio las mesas, los

baños y le abro la puerta a los clientes.

El día que firmé el contrato dije: “yo

quiero pagar todas las cuentas de casa”.


Carta de un alumno

TestimoniosJulisa, la maestra, nos cuenta

que en su trabajo diario valora el esfuerzo, el entusiasmo y las ganas de superación de cada uno de ellos


La entrevista con Andrés Scotti estaba prevista para las 13:30 en su casa, por lo tanto Gimena Cancela y Ezequiel Lumaconi tenían que salir más temprano de sus trabajos para llegar a tiempo. Ellos eran los

encargados de hacer la entrevista y no podían llegar tarde. A las 13:10 ya esta-ban en Nuestro Camino, nerviosos, repasando las preguntas para no olvidarse de nada. Ezequiel es fanático de Nacional, por lo que iba a conocer a uno de sus ídolos pero Gimena es hincha de Peñarol y, aunque estaba contenta, tenía algunas dudas.

Andrés Scotti los recibió en su casa del barrio Malvín, “bueno, creo que ya es Punta Gorda”, confiesa, pero prefiere pensar que es Malvín porque allí se crió y no quiere sentirse muy lejos del barrio de su infancia. Scotti tiene 36 años, nació el 14 de diciembre de 1975 y actualmente juega en el Club Nacional de Football. “Para la profesión no estoy tan joven pero para la vida sí”, contesta cuando Gimena le pregunta la edad.

El fútbol ha sido parte de su vida desde siempre: “juego desde que tengo uso de razón pero comencé profesionalmente a los 15 años en Independiente de Trinidad en Flores”. Luego jugó un tiempo en Wanderers para después irse a Chile al Club Deportivo Huachipato, donde estuvo dos años. “También jugué en Rusia y en Argentina pero donde más me gustó vivir fue en Chile, se vive muy bien, me encantó”.

Scotti está casado con Andrea y tiene cuatro hijos, “a mis hijos le encanta el fútbol pero todavía son muy chicos, al varón más grande le tirás la pelota y juega pero tiene solo tres años”.

“Cuando no estoy jugando al fútbol me gusta estar en familia pero también practicar otros deportes, tenis, básquetbol y ahora empecé a jugar al golf…” Cuenta que es buen cocinero pero desde que nacieron sus hijos ha relegado ese lugar a su señora.

Ezequiel, que quiere saber más sobre fútbol, le pregunta cómo vivió el Mun-dial y la Copa América anticipándose a la lista de preguntas que ya llevaban

“Ni bien ni mal, jugué más o menos”

Entrevista


preparadas. “Se vivieron los dos distintos y a su vez de manera similar. Todos los partidos que jugamos representando a Uruguay nos ponen nerviosos por su importancia, pero los del Mundial tuvieron un sabor especial”, cuenta Sco-tti. “¿Y vos jugaste bien o mal?”, pregunta Gimena y Scotti sincero contesta “ni bien ni mal, jugué más o menos”.

En cuanto a su llegada a Nacional se muestra contento y dice que “Gallardo es muy buen entrenador, aunque eso no quiere decir que te vaya bien. A veces hay técnicos que no son muy buenos pero tienen suerte y así es el deporte”. A pesar de que juegan siempre con el objetivo de ganar, eso no siempre se cum-

ple y confiesa que al campeona-to Clausura lo ve difícil porque Defensor se despegó.

A Gimena no le gusta oír tanto sobre Nacional, entonces inte-rrumpe las preguntas de Eze-quiel y afirma:

– Quiero decirte que sos una buena persona, pero ¿vas a se-guir jugando en Nacional?– Por ahora sí, contesta Scotti

– Yo quiero que lo dejes, dice Gimena sincera y pensando en Peñarol.Scotti se ríe, acepta el regalo de los alfajores de maicena con gusto pero no promete dejar el cuadro. n


ceciliA curbelo

Me gusta ir al cine con mis amigos, casi siempre voy con María Jude.Me encanta comer pop mientras miro la película.¡Recomiendo a todos ver Harry Potter!

fAbián regueirA

Me encanta escuchar música, me gusta Rubén Rada y Diego Torres. Mi canción preferida es Color es-peranza. Yo quería ir al concierto pero no pude. También me gusta el rock y escuchar a

mi hermano tocar la guitarra.

pAtricio bAdíA

Nuestro Camino es un colegio privado para niños, niñas. Traba-jo en la cantina del colegio, me encanta ir porque como tengo 30 años, soy el mayor de mi clase y eso me gusta.Llego a las 8 de la mañana y voy en óm-nibus, en el 468. Son muchas las actividades del colegio, taller de restauración, plás-tica, cocina, vivero, informática y teatro. Aprendí a estudiar, me gusta matemática y ciencias. Este año participé en una maratón de lectura.Con los profesores me llevo bien y me gustan que me traten como una persona adulta.En el colegio soy feliz.

La mirada de los chicos

Andrés cAssArino

– ¿Qué es lo que más te gusta del Colegio?A mí me gusta todo.– ¿Desde cuándo venís?Desde chiquito.– ¿A qué hora llegás?A las 8, me trae la camioneta– ¿Nunca te dormís?No.

– ¿Te gusta estar con tus compañeros?Sí, es muy lindo.

– ¿Qué es lo que más te gusta hacer?Me gusta hacer bolsas con cinta de color rojo.

mAríA jude

Soy la encargada de la cocina, voy todos los días. Hago muchí-simos alfajores, guío a mis compañeros y los quiero mucho. Me en-canta comer los alfajo-res que hacemos pero hay que tener cuidado porque engorda. Tam-bién hacemos scones, pastafrola y con la masa de alfajores que se rompen hacemos salchichón.

sAntiAgo comAs

Nuestro Camino es un colegio donde trabajo en talleres, teatro, restauración, cocina y fonoaudio-logía. Llego a las 8 hasta las 4 de la tar-de. Me lleva mi papá o mi hermano.

Testimonios

bruno cAttivelli

Mi nombre es Bruno, tengo 23 años y voy al Centro Nuestro Camino.Los sábados voy al club del Colegio a divertir-me con mis amigos. Me lleva mi hermana Romina y algunas veces mi madre.Lo que mas me gusta es ir al bowling porque a veces gano. Ese día me visto lindo, sin uniforme.En el club jugamos al fútbol, al básquet y vamos al cine. Me gusta salir con mis amigos como salen mis hermanos y me pongo contento.Cuando sea más gran-de mi deseo es tener una moto de agua, quiero trabajar con mi papá y tener una novia para salir juntos.

maestra Valeria vamos a estudiar Joaquín Torres García. Nos van a llevar al museo a ver sus cuadros. Me gustan mucho sus pinturas.También me gusta la poesía, tengo un libro que me regaló mamá con 100 poemas de amor. También bajo poesía de la computa-dora.

juAn pedro noboA

Este año con la

Me gustan las clases de Paula Lemos y las clases de informática con Antonella Lucas.Hago todos los debe-res, leo, escribo, hago cuentas: sumo y resto.Con mis compañeros nos llevamos muy bien, nos divertimos, jugamos al fútbol. Mi mejor amigo es Fabián Regueira.

fernAndA AmiliviA

En el Colegio los sába-dos hacemos activida-des recreativas.A veces vamos al cine o al Shopping para comer todos juntos en la plaza de comi-das. También vamos a otros Colegios a divertirnos.Al Club de los sábados me encanta ir porque podemos jugar en

equipo.Cerca de noviem-bre nos vamos de campamento y nos quedamos a dormir 4 días. Vamos a la playa, compartimos juegos y hacemos un fogón. Me gusta ir, es muy importante.Mi deseo es cuando sea grande el sába-do poder tomar el ómnibus con pase libre, tener una tarjeta especial como tarjeta joven y trabajar para compartir mi plata con mis amigos.

Nuestro Camino

Documents

Transcript of Nuestro Camino