Nuildad de los actos juridicos

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Concepto de validez del acto jurídico. La nulidad es, en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto jurídico, que provoca que una norma, acto jurídico, acto administrativo o acto judicial deje de desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al momento de su celebración. Para que una norma o acto sean nulos se requiere de una declaración de nulidad, expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea coexistente a la celebración del mismo. Características Es legal , aunque es declarado judicialmente; no es creado por los jueces sino que es creado por una la ley. Sólo es aplicable a actos jurídicos , sólo ellos son susceptibles de nulidad. El defecto tiene que ser originario, intrínseco y esencial. Casos de nulidad La nulidad de un acto puede producirse por muchos motivos, entre los cuales podemos mencionar: Ausencia de consentimiento real en un acto jurídico que lo requiera.

Transcript of Nuildad de los actos juridicos

Concepto de validez del acto jurídico.

La nulidad es, en Derecho, una situación genérica de invalidez del acto jurídico,

que provoca que una norma, acto jurídico, acto administrativo o acto judicial

deje de desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al momento de su

celebración. Para que una norma o acto sean nulos se requiere de una

declaración de nulidad, expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea

coexistente a la celebración del mismo.

Características

Es legal, aunque es declarado judicialmente; no es creado por los jueces

sino que es creado por una la ley.

Sólo es aplicable a actos jurídicos, sólo ellos son susceptibles de

nulidad.

El defecto tiene que ser originario, intrínseco y esencial.

Casos de nulidad

La nulidad de un acto puede producirse por muchos motivos, entre los cuales

podemos mencionar:

Ausencia de consentimiento real en un acto jurídico que lo requiera.

Incumplimiento de requisitos formales en un acto jurídico que lo

requiera.

Ausencia de causa que da origen al acto jurídico. Simulación del acto sin

verdadero ánimo de realizarlo (ius jocandi).

Ausencia de la capacidad de las personas que realizan el acto: menores

de edad o incapaces.

Objeto ilícito, es decir, está prohibido por ley.

Hay que tener en cuenta que la nulidad es la sanción más grave que se puede

imponer a un acto jurídico. Por lo tanto los órganos jurisdiccionales son muy

estrictos a la hora de interpretar estas causas.

Clasificaciones

La nulidad se puede clasificar doctrinariamente:

Nulidad expresa o nulidad virtual.

Nulidad manifiesta o no manifiesta, que coincide con la nulidad y

anulabilidad respectivamente.

Nulidad absoluta y nulidad relativa.

Nulidad total y nulidad parcial.

Actos nulos y actos anulables

Cuando el defecto está determinado a priori por la ley, y el vicio es rígido

en la mayoría de los casos, se trata de actos nulos y de nulidad

manifiesta. En los actos nulos el vicio se encuentra patente en el acto y

no es susceptible de confirmación.

Cuando el acto es afectado por un vicio no manifiesto y flexible en la

mayoría de los casos, se está ante un acto anulable y de nulidad no

manifiesta. En los actos anulables es requisito realizar una investigación

previa a la sanción de nulidad y es susceptible de confirmación.

Nulidad absoluta y nulidad relativa

Cuando un acto es nulo, afectando una norma de orden público y

vulnerando a toda la sociedad, no tiene ningún efecto jurídico, y

cualquier juez, puede por lo general, declarar la nulidad de oficio. Se le

conoce como nulidad absoluta o insaneable.

Cuando un acto es de nulidad relativa, existen unos interesados que

pueden pedir la anulación del mismo. Mientras tanto, el acto es válido.

También se le conoce como nulidad saneable

Los actos jurídicos de los que ya hemos hablado pueden dejar de producir sus

efectos por ser susceptibles de una sanción legal. Es entonces por obra de la

ley que un acto jurídico se ve imposibilitado de cumplir sus efectos por causas

producidas durante la celebración del acto, o con anterioridad a éste.

Las diferenciaciones que vamos a explicar surgieron de los estudios de juristas

medievales, sobre todo Bartolo, que es quien diferencia actos inexistentes,

nulos y anulables. En el Derecho Romano no se llegó a una diferenciación tan

clara, aunque Justiniano, habla en la novela 97, de actos reales pero viciados

de nulidad.

Debemos en primer lugar distinguir los actos inexistentes, los nulos y los

anulables, y para eso debemos remitirnos a los elementos del acto jurídico. Si

le falta alguno de los elementos del acto jurídico considerado dentro de los

esenciales, directamente no hay acto jurídico. Por ejemplo si falta la voluntad

del sujeto, como cuando una persona se hace pasar por otra.

Cuando al acto no le faltan elementos esenciales, pero estos se hallan

viciados, se considera que el acto es nulo. Esta nulidad se presenta de manera

evidente, por ello se llama manifiesta, aunque el Juez deba declararla. Por

ejemplo, con un documento puede probarse la edad de un sujeto. Casos de

actos nulos son:

1. Por incapacidad de las partes, trátese de incapaces absolutos de hecho

(como las personas aún no nacidas, los menores impúberes, los sordomudos

que no saben darse a entender por escrito y los dementes judicialmente

declarados) o de incapaces relativos de hecho, como los inhabilitados o los

menores púberes. También involucra a aquellos incapaces de derecho

(sabemos que no hay incapacidad absoluta de derecho) con relación a un acto

determinado como el tutor que no puede adquirir un bien que pertenece a su

pupilo.

2. Por el objeto: Los actos que la ley presume como simulados o fraudulentos.

Las presunciones legales de causa-efecto, que se obtienen a través de la

lógica. Por ejemplo un matrimonio celebrado en el extranjero, antes de la

existencia del divorcio vincular en la Argentina, donde uno o ambos

contrayentes, ya estaba casado, es un acto que se realiza en fraude a la ley

argentina. Si posteriormente se divorcian de acuerdo a la ley que actualmente

lo permite, el acto celebrado en el extranjero ya no puede sanearse. La ley

presumió en este caso que el matrimonio en el extranjero sabiendo los

contrayentes su imposibilidad de hacerlo en el país, se hizo con la intención de

burlar las disposiciones legales vigentes. La simulación y el fraude están

íntimamente ligados. Una donación de bienes, hecha por un deudor insolvente,

se presume realizada en fraude de los acreedores y por lo tanto el acto será

nulo.

En los actos anulables el vicio no aparece manifiesto, requiriendo una

investigación por vía judicial y la prueba de los hechos que lo tornan anulable,

según la ley.

Casos de actos anulables son:

1. A causa del sujeto:

Por carecer de discernimiento en el momento del hecho, ya sea por un

trastorno psíquico pasajero, ebriedad o delirio febril.

Por ocultar su incapacidad de derecho, como el juez que no puede adquirir

bienes en el remate judicial ordenado por su Juzgado y lo hace, sin revelar su

cargo.

Por poseer alguno de los vicios de la voluntad.

2. Por el objeto: Cuando el objeto es ilícito pero una de las partes desconoce tal

situación. Por ejemplo una casa que se alquila, y el inquilino la destina a

almacenar mercaderías robadas, pero el dueño no lo sabe. También cuando

existe una gran desproporción entre las prestaciones, originando el vivio de la

lesión enorme.

3. Por las formas: Cuando el instrumento donde consta el negocio, contiene

errores materiales no salvados.

La diferencia sustancial entre los actos nulos y anulables recae en sus efectos.

Los nulos nunca tendrán efecto, y las consecuencias del negocio deben

retrotraerse al estado anterior a su celebración, aún cuando se haya tardado en

promover la demanda. Los anulables, en cambio, conservan su eficacia hasta

la fecha de la sentencia judicial que los anule. Sin embargo, una vez declarada

la nulidad los efectos se retrotraen a la celebración del acto anulado. Los

terceros de buena fe, a título oneroso, adquirentes del objeto que les fue

transmitido por alguien que a su vez lo obtuvo por un negocio nulo o anulable,

quedan fuera de los efectos de la revocación.

La nulidad puede ser absoluta o relativa. En el primer caso puede ser

declarada de oficio por un Juez, al comprobar que se violaron normas que

afectan al orden público como cuando el negocio posee un objeto ilícito o no se

cumplieron las formas exigidas legalmente en forma obligatoria. También

puede hacerlo el Ministerio Público o cualquier interesado, menos el que sabía

o debía saber la causa de la nulidad. Es una acción que no se extingue por el

transcurso del tiempo (imprescriptible) e irrenunciable. La nulidad relativa

puede sanearse. Tanto los actos nulos como los anulables pueden presentar

nulidad absoluta o relativa

Los actos jurídicos existentes pueden tener una existencia perfecta y entonces

se denominan actos válidos.

La validez, por consiguiente, la definimos como la existencia perfecta del acto,

por reunir éste sus elementos esenciales y no tener ningún vicio interno o

externo.

Puede existir el acto jurídico, pero padecer de algún vicio, como el ser ilícito, el

no observar la forma legal, el otorgarse por persona incapaz o bien existir error,

dolo o violencia en la manifestación de la voluntad. En estos casos el acto tiene

una existencia imperfecta que denominamos nulidad.

La nulidad se define como la existencia imperfecta de los actos jurídicos por

padecer de alguno de los vicios en su formación.

Cabe recordar que igualmente es menester referirnos a la diferencia entre el

concepto de nulidad y el de inexistencia. Éste último se refiere a la ausencia de

elementos requeridos para la formación del acto jurídico que, por consiguiente,

le inexistente. La nulidad es la corrupción de dichos elementos. En nuestra

legislación no se menciona nada sobre la inexistencia del acto, en cambio se

refiere a la nulidad absoluta para los casos de ausencia de condiciones

esenciales.

La realidad de la validez faculta al acto jurídico no sólo de existencia perfecta,

sino que va a producir los efectos jurídicos para los cuales estaba concebido.

Por ende, el nacimiento del acto jurídico, cumpliendo con sus requisitos de

validez, va a darle eficacia dentro del mundo del Derecho a sí mismo como a

los resultados que produzca.

Elementos de validez de acto jurídico.

Los siguientes son los elementos de validez de los actos jurídicos:

Que el acto tenga fin, motivo, objeto y condición de lícitos. Llamamos a este

elemento licitud del acto jurídico.

Que la voluntad se exteriorice de acuerdo con las formas legales o de alguna

manera. Este elemento se denomina formalidad.

Que la voluntad se exprese sin vicio alguno (error, dolo o lesión.) Es decir que

sea una voluntad libre, definida y cierta. Se llama a este elemento ausencia de

vicios en la voluntad o voluntad sin vicios.

Que la voluntad se otorgue por persona capaz. Se denomina a esta condición

capacidad de las partes.

Que el objeto sea susceptible en el ordenamiento jurídico, es decir que sea

legítimo. Se le denomina licitud del objeto u objeto lícito.

Ciertos autores mencionan sólo cuatro elementos; ya sea la licitud del acto, la

formalidad, la voluntad, la capacidad y omiten la licitud del objeto ya que lo

incluyen dentro de la licitud del acto o viceversa, como lo enumera el profesor

Sousa Lennox, que omite la licitud del acto por la del objeto.

Nuestro Código Civil no hace mención explícita de dichos elementos para la

validez del acto jurídico, pero sí menciona los de un caso específico de acto

jurídico: el contrato.

En el libro IV, título II, capítulo II del Código Civil menciona en su artículo 1112

los requisitos esenciales para la validez de los contratos, y los resume en estos

tres:

Consentimiento de los contratantes;

Objeto cierto que sea materia del contrato;

Causa de la obligación que se establezca.

(Cabe señalar que el libro IV menciona dichos elementos para la validez,

pero el artículo da a entender que éstos son los esenciales para su

existencia que es un fenómeno diferente al de la validez.)

De los artículos 1129 al 1131 se refieren a la eficacia de los contratos sin

especificar las condiciones esenciales para su validez

2.1 Licitud en el acto jurídico.

El primer elemento supone la licitud en el objeto, motivo, fin o condición del

acto, es decir, los actos necesitan ser lícitos en todas sus manifestaciones para

que el derecho los ampare y les dé consecuencias jurídicas.

El acto lícito se define dentro de una serie de preceptos:

Que esté ajustado a la norma moral de una sociedad y de una época.

Que no está prohibido por la ley.

Que el Derecho Positivo lo regule o lo nomine.

Para algunos, que sea justo o equitativo.

Otra característica general y común a todos los actos jurídicos lícitos es la

conformidad de los efectos jurídicos del acto a la conciencia que

ordinariamente lo acompaña, y a la voluntad que normalmente lo determina.

a. La ilicitud del acto jurídico

Se ha definido la ilicitud en el acto diciendo que ésta existe cuando el acto va

en contra del derecho positivo o de las buenas costumbres.

En el acto jurídico ilícito el autor del acto debe proponerse un objeto o fin

contrarios a las leyes del orden público. De la ilicitud del acto producirá la

nulidad, ya sea la absoluta, ya, la relativa.

En nuestro Código Civil se mantiene omiso acerca de la licitud o la ilicitud en el

acto jurídico, en cambio sí menciona los otros supuestos para invalidar los

demás requisitos como en el caso del consentimiento y el objeto. Se puede

señalar que en el artículo 996, que revoca los actos fraudulentos del deudor,

como medidas a tomar en los ilícitos.

En nuestro Código Penal y Comercial mencionan, en general, los actos ilícitos,

como el robo, hurto, estafa, fraude, etc.

Contrario a los actos jurídicos lícitos, la ilicitud se comprueba si:

Es prohibido por el ordenamiento jurídico.

Es opuesto a un derecho adquirido.

Viola un derecho ajeno.

Omite un deber

Es contrario a las buenas costumbres y a los principios imperativos de un

núcleo organizado.

b. Nulidad absoluta:

En la doctrina clásica francesa, que inspiró nuestros códigos, es aquella

sanción que se establece en contra de los actos jurídicos ilícitos para privarlos

de efectos.

Se caracteriza por:

Porque todo aquel que resulte perjudicado puede pedir que se declare.

Porque es imprescriptible, no vence.

Porque es inconfirmable, es decir que la ratificación expresa o tácita del autor

o autores de un acto ilícito no puede darle validez.

Capacidad como elemento de validez del acto jurídico.

La capacidad de las partes sólo es un elemento que se requiere para que el

acto jurídico sea válido. Por consiguiente la incapacidad es una causa de

invalidez que origina la nulidad relativa del acto jurídico.

Refiriéndonos a la capacidad podemos dividir en dos:

Capacidad jurídica.

Capacidad de obrar.

La primera señala la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. El

profesor Aramburo la define como “la facultad por la cual el hombre es sujeto

de derecho” o, en otros términos, “la propiedad por cuya virtud el hombre

puede exigir prestaciones y debe cumplir obligaciones”. Esta capacidad es

igual y común a todos los hombres; constituye la esencia jurídica.

La capacidad jurídica denota la posibilidad de que determinado derecho se

radique en cabeza de determinada persona.

Implica además los derechos civiles de orden patrimonial: derechos reales,

créditos, derechos inmateriales y hereditarios, hasta los familiares.

Según Salvatore Pugliatti, ésta no supone ninguna actividad por parte del

sujeto sino que se trata definitivamente de una actitud originaria.

Sin embargo, para el caso de la validez del acto jurídico, la capacidad de

ejercicio es la que jugará el papel primordial. Aunque, sin duda, no puede haber

capacidad de ejercicio sin la capacidad jurídica.

Para según el profesor Manuel Albadalejo, la capacidad de obrar es la aptitud

reconocida por el Derecho para realizar, en general, actos jurídicos. Es

restringible, es decir, que no todos los hombres la poseen ni es igual, ya que

está sujeta a restricciones.

Antes de continuar, es necesario desglosar aún más la capacidad de obrar

para obtener en sí la que nos es útil para la validez del acto jurídico.

La capacidad de obrar se divide en dos enfoques: la capacidad delictual, que

señala la aptitud para hacerse responsable por la comisión de actos voluntarios

ilícitos. La segunda es la negocial, y ésta es la que nos interesa dentro del

ámbito de la validez.

La capacidad negocial es la aptitud o idoneidad para realizar eficazmente un

acto jurídico, es decir, de ejercitar con la voluntad propia derechos subjetivos y

asumir por sí solo obligaciones jurídicas, es decir de realizar actos de la vida

civil.

Permite ejecutar actos válidos y eficaces en la esfera del Derecho y se

manifiesta de diverso modo en cada persona según las circunstancias de la

misma.

Otros autores mencionan la capacidad legal como aquella que permite a la

persona intervenir en las relaciones jurídicas, y la facultad de producir actos

con eficacia jurídica. Ella encierra varios enfoques como la capacidad civil, que

es la capacidad legal en cuanto se relaciona con la aptitud para ejecutar actos

válidos y eficaces en la esfera del derecho positivo. Es, por lo tanto, la reunión

de la capacidad esencial jurídica con la aptitud legal necesaria para realizar

actos civiles.

Para observar las cláusulas de la capacidad de ejercicio veremos las su

connotación negativa, la incapacidad:

Son incapaces los menores de edad. En este punto la doctrina se refiere a los

grados de capacidad según edad, pero ese enfoque se determinó previamente

en lo expuesto sobre la existencia del acto jurídico.

Los privados de inteligencia por idiotismo o imbecilidad.

Aquellos que padecen de perturbaciones en sus facultades mentales por

locura, embriaguez consuetudinaria o uso de drogas enervantes.

Los sordomudos que no sepan leer o escribir.

Los actos jurídicos desarrollados por partes que sufran de alguna incapacidad

los hace inválidos o relativamente nulos.

En nuestro Código Civil se mencionan las limitaciones u nulidades en los

siguientes articulados:

Artículo 45

Artículo 1114

Artículo 1141

Artículo 1142

Singularmente el profesor Pérez Vives señala la capacidad no es un elemento

esencial en los actos jurídicos si ésta no afecta la existencia del contrato

(explica en los casos en que son celebrados por incapaces jurídicamente, que

son susceptibles de ratificación para quedar convalidados retroactivamente, o

bien prescribir la ineficacia que los afecta.)

La forma como elemento de validez del acto jurídico.

Toda manifestación de voluntad debe exteriorizarse de alguna manera.

Es un requisito de validez en los actos jurídicos que la voluntad se manifieste

con las formalidades que en cada caso exige la ley.

La formalidad es el conjunto de signos exteriores mediante los cuales se

manifiesta una declaración de voluntad, ya sea por palabras, por escritura o por

otros medios.

Las formalidades que requiere la ley suponen que siempre el consentimiento

expreso; en el tácito no hay formalidades; pero dentro del consentimiento

expreso las formalidades suponen que la voluntad se manifiesta siempre en un

documento público o privado, es decir por escrito.

La formalidad es causa que origina la nulidad relativa en los actos jurídicos

cuando son omitidos, es decir, que se presenta la inobservancia de las

formalidades legales. Su móvil es que al celebrar ciertos actos jurídicos las

leyes exigen para darles mayor trascendencia o para asegurar su prueba.

Desde el punto de vista de los actos jurídicos se clasifican en:

Consensuales: son aquellos actos para cuya validez no se requiere ninguna

formalidad, y por lo tanto, toda manifestación de voluntad es válida; ya sea

verbalmente, por escrito, por señas, o se desprenda de actos que hagan

presumir la voluntad.

Los actos formales: en éstos es necesario que la voluntad se exprese por

escrito para que tenga validez, por lo tanto, sólo se acepta el consentimiento

expreso y por escrito. La voluntad expresada a través del lenguaje oral o del

mímico no es bastante para los actos formales. El acto, se considera afectado

de nulidad relativa si no observa la forma escrita.

Los actos solemnes (ad solemnitatem): son aquellos actos en los que se debe

observar una formalidad especial exigida por las leyes y por escrito,

otorgándose ante funcionario determinado, bajo sanción de inexistencia si no

se cumple. Se distingue el acto solemne del formal, en que en el solemne

habrá inexistencia si no se observa la formalidad; en cambio en el formal

habrá simplemente nulidad relativa. Ejemplo: el matrimonio es un acto

solemne. Si éste no se otorga ante el oficial del Registro Civil, registrándose el

acto en el libro que determina la ley, (libro de matrimonios) no habrá

matrimonio.

Nuestro Derecho sólo reconoce como actos solemnes ciertos actos del

Registro Civil; el principal de ellos es el matrimonio. Los demás actos y

contratos nunca son solemnes, es decir, que no hay contratos solemnes en

nuestra legislación civil. Por ejemplo, el lenguaje mímico que es otra forma de

consentimiento expreso no es un medio apto para celebrar contratos formales.

Nuestro Código Civil nos da una regulación de la nulidad de los contratos con

respecto a la formalidad como elementos de validez:

Artículo 1141: Hay nulidad absoluta en los actos o contratos; y nos referimos

exactamente al enunciado. Nº 2 “Cuando falta algún requisito o formalidad que

la ley exige para el valor de ciertos actos o contratos, en consideración a la

naturaleza del acto o contrato y no a la calidad o estado de la persona que en

ellos intervienen.”

Artículo 1142 Nº 2: “Cuando falta alguno de los requisitos o formalidades que

la ley exige teniendo en mira el exclusivo y particular interés de las partes”.

2.4 La Voluntad sin Vicio.

La voluntad interna explica cómo una persona puede estar obligada hacia otra,

como puede convertirse en titular de un derecho a consecuencia de una

disposición legal; no adquiere valor jurídico mientras los interesados no puedan

conocerla, se necesita su declaración, es decir, exteriorizada.

Cuantos autores han enseñado que lo que importa desde el punto de vista

jurídico no es tanto la voluntad como la declaración de voluntad y atribuyen al

hecho exterior, único y conocido por el público el valor que se atribuye

normalmente a la voluntad interna.

La voluntad interna es la única que tiene valor de obligación, pero el individuo

sólo conoce esta voluntad por su declaración; dicha declaración revela

simplemente la existencia del compromiso.

Existe además de la voluntad interna, la voluntad tácita que es la que aunque

no se manifiesta por una declaración formal, resulta de los hechos.

Existe tanto pluralidades de voluntad como también voluntad única.

La primera se realiza entre dos o más personas; la mayoría son convenciones,

es decir, acuerdos de voluntad entre varias personas, en donde la voluntad de

una de las personas en correlación con la de las otras, toma el nombre de

consentimiento, mientras que la voluntad única se da a través de la relación de

un testamento, la aceptación o el repudio de una sucesión, por ejemplo, pero

sólo puede ser así porque la ley lo prevé o lo permite, y se requiere de una

disposición legal para que produzca efectos.

Ausencia de la Voluntad

Se produce la ausencia de la voluntad por dos causas diferentes:

* Una persona privada de razón, por causa fisiológica, no está en estado de

tener una voluntad jurídicamente eficaz; son estas la infancia, locura y la

ebriedad.

Un demente o un niño de corta edad no comprende lo que hacen por ende los

actos jurídicos realizados por ellos, carecen de valor.

* Una persona en plena posesión de sus facultades intelectuales puede realizar

un acto jurídico bajo el imperio de un error que torna inexistente su voluntad.

Dos formas de error impiden la formación del acto jurídico:

El error sobre la naturaleza del acto a realizar.

El error sobre la identidad de la cosa que es objeto del acto.

Aunque manifieste su consentimiento, una persona puede o no tener voluntad

real de realizar el acto jurídico.

Vicios del Consentimiento o de la Voluntad

La naturaleza de los vicios del consentimiento:

Se los llama vicios del consentimiento o vicios de la voluntad, porque estos

vicios pueden encontrarse aún en los actos unilaterales.

Existe cuando la voluntad ha sido expresada; para que sea eficaz debe ser

libre y consciente.

Deja de ser libre si el consentimiento es obtenido por violencia, error, lesión,

dolo, es decir las tres causas que envician la voluntad.

Efectos de los Vicios del Consentimiento

La existencia de los vicios de un consentimiento ni impide la formación del acto

jurídico, pero la parte que no ha actuado consiente y libre, sea que haya sido

forzada, equivocada o engañado tiene derecho a hacer anular el acto que

realizó. Posee, la acción de nulidad, a consecuencia de la cual el tribunal

anulará el acto si se le suministra la prueba del vicio.

Existen reglas en los vicios del consentimiento, unas comunes a todos los

actos jurídicos y especiales para actos determinados, sea el matrimonio,

contratos, testamentos o para actos unilaterales como la aceptación o el

repudio de una herencia.

Causas de los vicios del consentimiento

Es la coacción ejercida sobre la voluntad de una persona, sea por fuerza

material o por amenazas, para determinarla a consentir en un acto jurídico. No

destruye el consentimiento; le quita la libertad.

Puede ser física o moral.

Es física, por medio del dolor, de la fuerza física o de la privación de la libertad,

se coacciona la voluntad o efecto de que se exteriorice en la celebración de un

acto jurídico.

También, cuando por la fuerza se priva a otro de sus bienes, o se pone en

peligro la honra, libertad, o una parte considerable de los bienes de la víctima.

Es moral, cuando se hacen amenazas que imparten peligro de perder la vida,

honra, libertad, salud o patrimonio del actor del acto jurídico, de su cónyuge

ascendientes, descendientes, etc.

El Dolo

Es el engaño cometido en la celebración de una acto jurídico.

Está reprimido por el derecho a causa del error que engendra en el espíritu de

su victima. Cuando fracasa y se descubre la argucia, carece de efecto y el

Derecho Civil no tiene porqué ocuparse de ello.

Acarrea la nulidad del acto cuando:

El error que ocasionó, carecía de influencia sobre la validez de ese acto si

fuese debido a una causa fortuita.

El error se traduce por la aceptación de condiciones y onerosas, es decir, por

una lesión, que da por cuenta de quien lo cometió si es consecuencia de su

falta.

Clases de Dolo:

Dolo Principal: Es el que motiva la nulidad del acto, porque engendra un error,

que es a su vez la causa única por la cual se celebró.

Dolo Incidental: Origina un error de importancia secundaria que a pesar de

conocerlo se pudiera celebrar la operación.

En la doctrina se hace la clasificación del dolo bueno y el dolo malo.

El dolo bueno es el que emplean los comerciantes para ponderar las

cualidades de la mercancía para revocar un interés excesivo en el cliente.

El Error

En el derecho, el error en la manifestación de la voluntad, vicia a esta o al

consentimiento, por cuanto que el sujeto se obliga, partiendo de una creencia

falsa o bien pretende crear, transmitir, modificar o extinguir derechos u

obligaciones.

Para que el error pueda ser un vicio de la voluntad, debe suponer en primer

término que no tiene la gravedad suficiente como para destruirla

completamente, que no recae sobre la naturaleza del acto, ni sobre la identidad

de la cosa.

Grados de Errores

Según la naturaleza de sus efectos sobre la eficacia de la voluntad jurídica:

Los errores que constituyen un obstáculo para la formación del acto.

Los errores que no impiden la formación del acto, pero que autorizan una

acción de nulidad.

Los errores que teniendo en cuenta la seguridad de las relaciones jurídicas,

deben ser consideradas por el legislador como indiferentes y a pesar de los

cuales, el acto permanece válido.

Los errores que constituyen un obstáculo para la formación del acto.

Esta se desarrolla cuando las partes no se ponen de acuerdo, respecto a la

naturaleza del contrato, de tal manera que hacen sus respectivas

manifestaciones de voluntad pensando que celebran contratos diferentes, o

bien que se refieren a cosas distintas y eso impide que se forme el

consentimiento, ya que no existe manifestación de voluntad para el acto

jurídico.

Los errores que no impiden la formación del acto, pero que autorizan una

acción de nulidad.

Se presta cuando la voluntad se llega a manifestar, de tal manera que el acto

existe, pero su autor o uno de los contratantes sufre un error respecto al motivo

determinante de su voluntad.

Se consideran que el consentimiento se formó, pero que hay un vicio de tal

magnitud, que impide que el acto o contrato surjan sus efectos, porque la

manifestación de voluntad no es cierta.

Los errores que teniendo en cuenta la seguridad de las relaciones jurídicas,

deben ser considerados por el legislados como indiferentes y a pesar de los

cuales, el acto permanece válido.

No recae sobre el motivo determinante de la voluntad;

No afecta, por consiguiente, ni las cualidades substanciales del objeto, ni se

refiere a la persona, si se trata de un contrato gratuito o hecho en

consideración a las aptitudes o capacidades del contratante.

Lesión

Es el perjuicio pecuniario que un acto jurídico ocasiona a la persona que lo

realiza.

Hay un concepto de lesión llamado concepto objetivo, que consiste en que

frente a un contrato en el que debe reinar cierto equilibrio entre las

prescripciones de las partes, en anular el contrato en el que no existe esta

equivalencia.

Origen de la lesión:

Nace la lesión en el Bajo Imperio romano. Las Institutas contienen, bajo el

apelativo de lex escóndanse, un texto sobre cuyo origen se discute (unos lo

atribuyen a los emperadores Dioclesiano y Maximiano) otros, al propio

Justiniano, en el cual se admiten la recesión de la venta hecha por un precio

injusto, cuando sea inferior a la mitad del verdadero valor de la cosa.

Los juristas de la Edad Media de una parte y los canonistas de la otra,

pugnaron por dar a la lesión una base que para los primeros, fue un “dolus re

ipsu” o un engaño en mas de la mitad del valor; y para los canonistas, la

ruptura de las equivalencias de las contra prestaciones contractuales, contraria

a la justicia conmutativa y a la moral cristiana. Y fue en este periodo cuando la

lesión comenzó a figurar entre los vicios del consentimiento.

Comparación con el Código Civil

Dolo

Nuestro código Civil nos da la definición de Dolo en su artículo 34 que dice: “El

dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o propiedad

de otro”.

Artículo 1120 dice: “Hay dolo cuando una palabra o maquinaciones insidiosas

de parte de uno de los contratantes es inducido el otro a celebrar un contrato

que, sin ellas no hubieran hecho”.

Artículo 1121: “Para que el dolo produzca la nulidad de los contratos, deberá

ser grave y no haber sido empleado por las dos partes contratantes.

El dolo incidental sólo obliga al que lo empleó a indemnizar daños y perjuicios”

Error

El Código Civil en su artículo 1117 nos dice:

“Para que el error invalide el consentimiento debería recaer sobre la substancia

de las cosas que fueren objeto del contrato o sobre aquellas condiciones de la

misma que principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo”

El error sobre la persona sólo invalidará el contrato cuando la consideración a

ella hubiere sido la causa principal del mismo.

Violencia

Artículo 1118 dice: “ Hay violencia cuando para arrancar el consentimiento se

emplea una fuerza irresistible.

Hay intimidación cuando se inspira a uno de los contratantes el temor racional y

fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona o bienes de su

cónyuge, descendientes o ascendientes.

Para calificar la intimidación debe atenderse a la edad, al sexo y a la condición

de la persona.

El temor de desagradar a las personas a quienes se deben sumisión y respeto

no anulará el contrato”

2.5 Licitud del Objeto.

El derecho moderno ha revelado extraordinariamente la exigencia de que toda

obligación tenga un objeto lícito, valiéndose de esta noción para atemperar los

rigores del ultra individualismo.

En consecuencia, los actos jurídicos que versen sobre prestaciones cuyo

objeto sea inmoral o ilícito, caen bajo la sanción de nulidad absoluta.

Es lícito el objeto:

Cuando contraviene al derecho público de la nación (art. 1519).

Cuando choca contra mandato imperativo de la ley (art. 1523,15 y 16 del

Código Civil).

En ese sentido, todo acto prohibido por la ley u objeto que está prohibida ser lo

de una obligación, es ilícito.

Cuando es inmoral o contrario a las buenas costumbres. Y aquí tiene la

jurisprudencia otro rico venero que le permitirá aplicar el derecho con un acto

contenido de justicia social, en especial cuando se trate de normas protectoras

de los débiles o imprevisores y del interés de terceros.

Entre las obligaciones con objeto ilícito, comprenden los autores ciertos pactos

contrarios a la “Organización económica actual”, es decir, exclusivo o limitativos

de la libertad individual. Considerándose inmorales los contratos que coartan

de un modo excesivo o inadmisible la libertad personal o económica del

hombre... Así, hay que estimar contraria a las buenas costumbres una

obligación que sólo pueda ejecutarse con riesgo de la vida del deudor, salvo

que la finalidad que se persiga sea tan elevada que justifique poner en peligro

la vida de un hombre.

Regularmente las restricciones que coartan intolerablemente la libertad y

régimen de vida del promitente o le entregan atado de pies y manos al

acreedor.

Contrarios a las buenas costumbres son también los contratos que imponen

obligaciones ilimitadas en el tiempo o demasiado extensas.

Y en esta enumeración no podemos olvidar los llamados “Contratos de

adhesión”.

Lo ilícito es lo posible prohibido.

En términos generales se dice que es ilícita la prestación o abstención cuando

no son contrarias a la ley; pero este concepto tan amplio para definir cuando el

hecho es ilícito, no tiene aplicación conveniente y útil en los problemas de

nulidad que necesariamente se prestaron cuando el hecho es ilícito, porque el

rigor la ley requiere cierto grado de ilicitud para afectar con la nulidad.

En otras palabras: no todo acto ilícito en sentido general origina la nulidad

absoluta o relativa del mismo.

Existen actos que son considerados como ilícitos por cuanto que van en contra

de una ley, pero el grado de licitud no es suficiente para que el legislador los

sancione con la nulidad; por eso si es ilícito todo aquello que se ejecuta en

contra de la ley, para nuestra materia, el objeto del contrato sería ilícito, solo

cuando fuera en contra va o imperativa, o en contra de las buenas costumbres.

Extinción del negocio jurídico:

En el negocio jurídico se extingue el acto generador y lo que hemos llamado

elementos naturales del negocio, que son los efectos del negocio y

obligaciones que produce el acto generador ; por ejemplo, el negocio jurídico

de compraventa, "es el acto generador" que termina en el momento en que se

forma la volunta contractual, es decir, cuando se llega el acuerdo entre las

partes; después los elementos naturales del negocio en la serie de derecho y

obligaciones a que quedan sometidos el comprador y el vendedor.

Existe una serie en la cual podemos preguntarnos ¿como se extingue el

negocio jurídico? El negocio se extingue cuando queda cumplidos los efectos

del acto generador (las obligaciones que nacen de él) y cuando se hace

imposibles lo establecido que este en su reglamento.

La doctrina de esta misma habla de la extinción de los contratos y de la

extinción de las obligaciones. Ambas se refieren a la extinción del negocio

jurídico. Nuestro código civil dedica un capitulo a la extinción de las

obligaciones cuyo asignatura le corresponde a derecho civil (obligaciones)

articulo 1043 hasta 1099.

Modos de extinción de las obligaciones

En sentido amplio; los modos de extinguir las obligaciones son los hechos o

actos en virtud en los cuales deja de existir una obligación, estos pueden

distinguirse en:

Los modos indirectos: son aquellos cuyo efecto es destruir el acto generador

de la obligación, lo cual obtiene la anulación de un contrato por error o por otro

vicio del consentimiento.

Los modos directos de extinción: son aquellos que no afectan el acto

generador y que permiten extinguir la obligación de manera inmediata. El pago

de una deuda.

En sentido estricto; solo se llaman modos de extinción de las obligaciones a los

modos directos. As ves estos modos se dividen en:

Satisfactorios: son aquellos que el propio tiempo extingue la obligación,

procuran al a creedor directa o indirectamente la prestación debida a un

equivalente de ella, el pago, la novación.

No satisfactoria, son los que extingue la obligación sin que el a creedor

obtenga en forma alguna ni la prestación ni su equivalente. La pérdida de la

cosa debida.

Concepto de cada uno de los modos de extinción

Pago; es el cumplimiento de una obligación que tenga por objeto una suma de

dinero o una prestación. Puede hacerse por el mismo deudor o por un tercero

que paga al a creedor en los casos permitidos. Por la ley o bien de acuerdo

entre las partes.

Novación; es la operación que consiste en extinguir una obligación mediante la

creación de otra nueva que sustituye a la primitiva. La novacion tiene lugar

cambiando al deudor o el a creedor o también cambiando el objeto. Si el a

creedor de una suma de dinero conviene con el deudor que, en ves de

entregarle la cantidad debida, le abone una renta vitalicia.

Remisión de deudas; es la renuncia voluntaria y por lo general gratuita que un

a creedor hace de todo o parte de su derecho contra el deudor.

Compensación; es un modo de extinguir dos obligaciones reciprocas

existentes entre las misma personas, y que tiene por objeto una suma de

dinero o una cantidad de cosas fungibles de la misma especie, por ejemplo si A

le debe a B 100 bolívares por daños e intereses, pero le había restado antes

dicha suma, la compensación extingue el crédito de A sin hacer ningún pago.

Confusión; es el modo de extinguirse una obligación resultante de que una

misma persona se reúnan las cualidades de a creedor y deudor.

Pérdida de la cosa debida; es la destrucción o desaparición del objeto de la

obligación. Según los casos ocasionan la liberación del deudor o su

responsabilidad contractual, si se trata de una cosas no fungible que se

destruye antes de vencido el plazo para resolverla y sin culpa del deudor, o en

caso contrario.

Acciones de nulidad; se refiere más bien a un modo de extinción del acto

generador o modo indirecto del que hablamos anteriormente.