Número 0 1/8

17

description

Primera parte del Número 0 de Contratapa.

Transcript of Número 0 1/8

Page 1: Número 0 1/8
Page 2: Número 0 1/8

Hay tantos motivos para creer en el periodismo como buenos periodistas. Hay futuro para la profesión detrás de cada histo-ria bien contada. Con honradez, eficacia, originalidad, belle-za. Con final. Con memoria. Sin dejar al lector con dudas. Sin dejarlas sostenidas en el aire.

Por esta razón nace Contratapa. En un panorama comunicativo revolucio-nado por las redes sociales e Internet, en el que impera la tiranía por ser el primero, este medio apuesta por un trabajo pausado, que incite a la reflexión y que inspire. De manera que el periodista sumerja su pluma en esta tinta calmada. Con un objetivo: que el buen periodismo, además de ser el primero, se imponga en este panorama. La revista destaca las bondades de este oficio, las grandes prácticas periodísti-cas que puedan servir como guía para el resto de profesionales. El plagio está prohibido, pero no la inspiración. Por eso esta revista es para tachar, subra-yar, anotar. Reflexionar. Disfrutar.

El periodismo hay que amarrarlo; pegarlo a las rotativas, a las pantallas de ordenador, a las tapas de los zapatos, a los cayos del dedo con el que se aprieta el bolígrafo. El periodismo está en nuestras manos. Y en nuestras manos está pasar a las del lector los argumentos para volver a creer en las palabras. Pala-bras que manchan los dedos o que cansan los ojos con la luz de una pantalla. El buen periodismo no depende del soporte, ni siquiera de que sea soporta-ble. El buen periodismo tiene que ser placentero.

Este periodismo es real, es posible, es nuestro.

MARTA MARTÍNw w

DirectoraMarta Martín Catalán

Directora adjuntaMarta Vidán López

Diseño y maquetaciónJorge Quiroga Colina

WebmasterAgustín Palacio Rodríguez

RedactoresLuis Baena Viu

Loreto Márquez EspinoJosemaría Martí Benlloch

Marta Martín CatalánErnest Martínez FerrueloMarta Mojonero Román

Agustín Palacio RodríguezJorge Quiroga Colina

Carlos Sevillano GonzálezMarta Vidán López

AgradecimientosMiguel Ángel Jimeno

Samuel NegredoBeatriz GómezPaco Sancho

Gonzalo De Las HerasRodrigo Sánchez

Mikel GayPedro ZapaterNatâlia Meré

La Villa

Page 3: Número 0 1/8

SUM

ARIO

BOCETOS OLIMPICOS 6-13 JORGE QUIROGA

VOCES DE LA CRONICA 14-23 MARTA VIDAN

LA CARA DEL PAPEL 24-27 MARTA VIDAN

TESOROS SEMANALES 28-33 JOSEMARIA MARTI

AUTORRETRATO DE LUIS GRANENA 34-45 MARTA MOJONERO

DEL PLEITO AL TITULAR 46-53 LUIS BAENA

LAS FOTOGRAFIAS POR FERNANDO MUGICA 54-57 AGUSTIN PALACIO

NOTAS AL PIE 58-71 MARTA MARTIN FOTOGRAFIAS POR MARTA VIDAN

ENTREVISTA A MARIO GARCIA 72-78 LORETO MARQUEZ

LINIERS VISTO POR SANUDO 80-87 LUIS BAENA

SECCIONES ESTRELLA 88-95 CARLOS SEVILLANO

WORLD PRESS PHOTO 96-107 GORKA LEJARCEGI

DALE LA VUELTA 108-111 LORETO MARQUEZ

REFLEXIONES SOBRE PERIODISMO DEPORTIVO 112-137 ERNEST MARTINEZ

EL RECUADRO 138-151 MARTA VIDAN

VOLVER A LA HISTORIA 152-163 MARTA MARTIN Y MARTA MOJONERO

QUINCE MOTIVOS PARA LA ESPERANZA 164-173 MIGUEL ANGEL JIMENO

809606

14

54 112

72

Page 4: Número 0 1/8

BOCETOS OLIMPICOS

52 días. El resultado, 40 páginas en las que Josemi Benítez San Blas y Alberto Lucas López, infografistas de El Correo de Bilbao, ilustraron y describieron las 39 disci-plinas deportivas presentes en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Su trabajo

ha sido galardonado con dos medallas de oro en los premios Malofiej 21 y una de plata en los premios de la SND. CONTRATAPA descubre el proceso de elaboración de los infográficos desde su ideación y primeros esbozos hasta su versión final.

Page 5: Número 0 1/8

8 9

Un mes y medio antes del comienzo de los Juegos de Londres, Josemi Benítez y Alberto Lucas plantearon la posibilidad de realizar una serie de infográficos que describiesen las características de cada una de las disciplinas deportivas que se darían cita en la capital británica. La respuesta de la dirección de El Correo de Bilbao fue inmediata. “Nos dieron libertad desde el primer momento. Estaban encantados con la idea”, asegura Benítez.

PRIMEROS PASOS

Llevar a cabo este proyecto obligaba a Benítez y a Lucas a desligarse de la cobertura de la información diaria. Exigía una dedicación exclusiva por parte de ambos. Así pues, Gonzalo de las Heras Palmero e Isabel Toledo Vis-casillas, los otros dos miembros del equipo de infografía del periódico, centraron parte de su trabajo en atender a las cuestiones de información general, aunque tam-bién contribuyeron a la elaboración de esta serie.

El reto era ambicioso: una doble página diaria que ilus-trase los 39 deportes presentes en los Juegos. Informa-ción detallada de cada uno de ellos, su historia, curiosi-dades y un repaso a la participación española en cada disciplina. Asimismo, incluiría el calendario y el horario de las pruebas de cada modalidad. “Queríamos publicar algo que aportase mucha información con lo que el lec-tor pudiese disfrutar y presentar los temas de un modo artístico”, señala Benítez.

INSPIRACION Y PRECURSORES

Fernando Baptista (infografista de la revista National Geographic) y Javier Zarracina (director gráfico del Boston Globe) implantaron durante su etapa en El Co-rreo un modo de realizar los infográficos que ha sido heredado por el equipo del periódico. “Ellos fueron los que marcaron la línea de estilo de diseño en el diario. Nosotros procuramos incorporar aspectos diferentes,

pero mantenemos el estilo”, asegura Benítez. El equipo de infografía del periódico contaba con la experiencia de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Las líneas maestras de diseño de esa cobertura sirvieron de base para elabo-rar este proyecto. Sin embargo, tal y como reconoce Be-nítez, el estilo se fundamenta en el trabajo del día a día: “Siempre hemos hecho todo a mano con el objetivo de diferenciar el producto y se integra mejor en la página”.

DOCUMENTACION

La enciclopedia SPORTS: The Complete Visual Refe-rence fue su referencia durante los 52 días que destina-ron al proyecto. Asimismo, las agencias Reuters y AP, AFP enviaron gráficos de los Juegos que les permitieron obtener parte de la información necesaria para elaborar el trabajo. El COE, COI, CSD, london2012.com y orga-nismos oficiales de las diferentes disciplinas olímpicas completaron la documentación.

FORMA DEL CALENDARIO Y EFEMERIDES

El aspecto que requirió más tiempo en el apartado ar-tístico fue la confección del calendario situado en los márgenes de cada página. Precisaron diez pruebas has-ta hallar el idóneo. El objetivo era insertar el horario de eventos deportivos y la información histórica relativa a cada disciplina en el menor espacio posible. “Realiza-mos pruebas para determinar los colores, la disposición de los elementos informativos, las fechas.

Page 6: Número 0 1/8

10 11

Al final, decidimos que lo más acertado era presentarlo mediante dos columnas autónomas: una para el calen-dario y otra para las efemérides”, afirma Benítez.

COLORES Y TIPOGRAFIA

Tras varias pruebas con diferentes gamas cromáticas se escogió un fondo de tonalidad crema para unificar todos los elementos gráficos y los contenidos textuales que se insertarían después. Para ello, se escaneó una superfi-cie con la que obtener la textura adecuada. Asimismo, se colocaron en una paleta mediante pruebas con acuarela los colores que se emplearían en los infográficos. Esta selección responde a una premisa consensuada por el equipo de infografía: el conjunto de la lámina no debe-ría tener mucho color para que destacase el elemento central de cada pieza.

La explicación de los movimientos habituales de los de-portistas en cada deporte la escenificaron mediante una secuencia de imágenes para dar impresión dinámica re-saltando con mayor intensidad cromática los movimien-tos o posturas esenciales. El mismo patrón se empleó para destacar los elementos característicos que portan los deportistas en sus disciplinas, por ejemplo, el stick y las protecciones de los jugadores de hockey.

Se decidió mantener la tipografía habitual del periódi-co aunque se redujo el grosor de la titulación para no recargar en exceso el conjunto de la lámina. Realizaron diferentes pruebas para delimitar el tamaño de cada en-tradilla y la disposición del resto del texto de modo que permitiese proyectar de manera organizada todas las ca-racterísticas de cada deporte.

DIBUJO

Para la elaboración de los infográficos se emplearon dos programas: Adobe Photoshop e Illustrator. El primero para el tratamiento de las imágenes y el segundo para la parte vectorial.

En primer lugar, se realizó una cuidadosa búsqueda y selección de fotografías de cada deporte. El objetivo era recopilar imágenes desde diferentes perspectivas para poder componer una secuencia con los movimientos ca-racterísticos de cada disciplina. En Photoshop reunie-ron todas las fotos y compusieron toda la escena. A con-tinuación, imprimieron las fotos a un gran tamaño para poder calcarlas con detalle. Posteriormente, escanearon estos dibujos y los trataron con Photoshop para darles color y aplicarles sombreado. “Destinamos la mitad del tiempo total a la búsqueda de las imágenes para elabo-rar los infográficos”, explica el infografista. En cuanto a la parte vectorial, Benítez destacó el grado de dificultad que supuso la composición de los movimientos que rea-liza un caballo al dar vueltas sobre sí mismo: “Alberto capturó pantallazos de todos los giros del caballo a par-tir de un vídeo. Luego los calcó y los trató con Illustrator para insertar los indicativos de las rotaciones”.

Todo este trabajo de documentación y diseño se llevó a cabo en una sala contigua a la redacción de unos 8 m2

(ver foto página 10).

Page 7: Número 0 1/8

12 13

PRUEBAS DE IMPRESION EN PAPEL DE PERIODICO

En El Correo de Bilbao nunca se habían hecho pruebas de impresión sobre papel de periódico hasta ese mo-mento. Al disponer de un margen de tiempo superior al habitual, decidieron acudir a la rotativa para comprobar el resultado visual sobre esta superficie antes de publi-carlo. “Queríamos asegurarnos de que los infográficos no se transparentarían con la información de las caras opuestas a la doble página”, comenta Benítez.

RECONOCIMIENTO OFICIAL

Su trabajo fue galardonado con la medalla de oro al me-jor portfolio en la novena edición de los premios ÑH que premian los diseños periodísticos más destacados de España y Portugal. Asimismo, esta serie de infográficos han sido galardonados con la medalla de oro en las cate-gorías de Portfolio y Especiales en los premios Malofiej 21 y con la de plata en los premios de la SND.

REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO DE LA INFOGRAFIA

Para Benítez los vídeo-gráficos son el futuro. Reconoce que el vídeo le ha comido mucho terreno a la infografía digital ya que transmitir información a través de esta vía es mucho más económico y facilita la comprensión del tema por parte del usuario: “La ventaja es que se puede dividir el contenido por escenas y no está sujeto a las limitaciones de espacio del periódico impreso”. Sin em-bargo, considera que esta labor es más propia de téc-nicos informáticos que de infografistas. “Lo más duro de esta profesión es la enorme cantidad de tiempo que se destina, pero al mismo tiempo es muy gratificante ya que tenemos mucha libertad para desarrollar nuestro trabajo”.

“Lo duro es la enorme cantidad de tiempo que se destina pero, al mismo tiempo, es muy gratificante ya que tenemos mucha libertad para

desarrollar nuestro trabajo” Josemi Benítez

Page 8: Número 0 1/8

14 15

VOCES DE LA CRONICALluís Permanyer y Enric González muestran las claves del género periodístico que más han cultivado

Lluís Permanyer sonríe mucho, habla con voz pau-sada y escribe en La Vanguardia desde 1966. Pero el espacio reducido del periódico le sabe a poco, por lo que cuenta con más de ochenta libros sobre cultura, arte y personajes destacados de la historia de la capi-tal catalana, como Clavè, Miró o Tâpies. En su me-moria y en sus ojos hay tanta Barcelona que le han ofrecido distinciones como el título de cronista oficial o la Medalla de Oro de la ciudad condal. Aunque ha rechazado ambas: no quiere perder la libertad que ha guiado su carrera. Una carrera tan brillante que le valió el Premio Trayectoria Semana del Libro en Catalán Barcelona 2012.

Enric González también ha visto reconocido su tra-bajo: se hizo con el Premio Ciutat de Barcelona 2009 de Medios de Comunicación. Y puede presumir de haber recibido el Premio Cirilo Rodríguez, al mejor corresponsal de guerra de España. Londres, Roma, París, Nueva York o Jerusalén son otros de los puntos del mapa que han quedado en sus zapatos, en su me-moria y en sus libros. Pero sus logros y su experiencia no le impiden reconocer sus fallos (“siempre acabo escribiendo rápido y siempre hay un detalle tonto que al día siguiente busco”, confiesa), ni tampoco hacer caso omiso a aquel refrán que dice que la curiosidad mató al gato.

Han hecho de las calles su mesa de trabajo. Lluís Per-manyer y Enric González se conocen y se admiran mutuamente, por lo que al sentarse cara a cara no se comportan como periodistas el uno frente al otro. Con-siguen hacer un retrato de la crónica en una atmósfera que ambos consideran esencial que el reportero consi-ga: la confianza. Confianza para ensalzar algunas plu-mas y criticar otras y atreverse, avalados por sus bri-llantes recorridos, a poner sobre la mesa qué se debería y qué no se debería pensar, mirar y contar para lograr acercar al lector a los protagonistas y los escenarios de la historia presente.

Enric González. Desempeñar una corresponsalía te obliga a manejar la crónica. Es el género tramposo por definición. Es el que más interesa al periodista y al lec-tor, como la novela. Hay que escribirla honestamente y procurar no contar falsedades; al menos, a conciencia. Pero permite gran cantidad de puntos de vista. Te per-mite ir más lejos, retrotraerte a la historia, volver, hablar con alguien, incluir un pedazo de reportaje para luego saltar otra vez a la vista de pájaro... Estás contando algo que, por definición, no se puede contar. Por ejemplo, cuando Lluís habla de Barcelona: podrías pasarte la vida escribiendo de ella y no acabas. Eliges de forma bastante arbitraria los materiales. Uno puede ser objetivo de mu-chas maneras.

Lluís Permanyer. ¿Tú crees que se puede ser objeti-vo? Yo creo que no. Hay que ser subjetivo, pero honra-do e independiente. Los ceramistas clásicos japoneses cuando hacían sus obras maestras, los jarrones, siempre introducían un pequeño defecto. Porque si la obra era perfecta, decían que no era humana. Nosotros hacemos las crónicas, no las hace una máquina. Por lo tanto, es-tamos detrás de ellas.

Entré en La Vanguardia en 1966, donde me ofre-cieron ir de corresponsal y contesté que lo haría más adelante, porque siempre he hecho Cultura y el tipo de corresponsalía que tenía entonces el periódico era bá-sicamente política. Entonces, el redactor jefe, Santiago Nadal, me dijo: “Está equivocado. Usted lee una biogra-fía de Charles de Gaulle y lee durante dos semanas la sección extranjera de La Vanguardia, y ya puede em-pezar a escribir crónicas magníficas”. Entonces, pedí quedarme unos meses en la redacción para saber cómo

lo tenía que hacer y perdí la oportunidad. Por otras razo-nes que no vienen al caso, yo no fui nunca de correspon-sal. Permanecí veintidós años en la sección extranjera de La Vanguardia haciendo un poco de todo.

Cuando se recuperaron los ayuntamientos democrá-ticos pensé que sería más útil al diario, en lugar de ha-blando de Vietnam o Estados Unidos, siendo cronista de Barcelona. Pero hice esta petición después de haber estado un año vaciando de documentación los más de seiscientos libros que en ese momento tenía sobre la ciudad. Y cuando dispuse de un banco de datos, pensé que entonces era honrado. Hay que ser independiente, lo que pasa es que te equivocas. Para no hacerlo, tienes que tener unos fundamentos.

E.G. Yo creo que los periodistas han de leer y, si es po-sible, tener buena memoria (no es mi caso, pero procuro apuntar). Supongo que también ayuda la experiencia, haber visto antes cosas similares a las que ves en esos momentos y que te permiten juzgarlas como si el mun-do no acabara de inventarse esa mañana. Y un poco de sentido común.

L.P. Yo leí todo lo que pude de lo que se había publica-do hasta entonces y, además, conté con documentación oral, que es hablar con la gente. Hay que ser curioso e intentar ir siempre en busca de cosas. El placer de mi

artículo no consiste en escribirlo, sino en el momento en el que busco y encuentro las cosas que no sé, como un cazador. No paro de aprender.

E.G. Es que esta es la clave. A esto no te dedicas para hacerte rico, sino para aprender y llevarte sorpresas. La tarde-noche en la que cayó Mubarak yo sentí realmen-te como si toda la plaza Tahrir levitara un poco. Es una impresión, no es real, pero parecía que se elevaba al ver tantos miles de personas saltando, moviéndose, había una especie de energía en ese momento.

L.P. Maragall me confesó que el día que llegó a Bar-celona después de que le acabaran de dar los Juegos Olímpicos y presentarse ante la multitud congregada en Montjuic se sentía levitar. He descubierto otras cosas, por ejemplo, que la patrona de la ciudad no es la Mercé, sino Santa Eulalia. Continuamente aparecen este tipo de asuntos y ahora hay que estar alerta, porque las redes empiezan a suministrar pistas falsas, como que Barcelo-na rechazó la construcción de la Torre Eiffel.

E.G. La crónica es el primer borrador de la historia. Además, posiblemente, es la historia más fiable, porque la otra es mucho más arbitraria, subjetiva, que la crónica que haces en el día. Lo que se escribe cien años después se escribe imaginando el mundo como es ahora.

Page 9: Número 0 1/8

16 17

L.P. A mí, la responsabilidad de escribir la historia de Barcelona no me cae encima como una especie de su-plicio. Me divierte. Llevo siete años jubilado y sigo ha-ciéndolo.

E.G. Para que una crónica siga teniendo atractivo pasada su actualidad, algo que ayuda es escribir correctamente. Proponerse que el lector sienta cierto placer. También se consigue al escoger. Imaginemos que hay que hacer una crónica sobre uno de esos entierros de mártires árabes al que los israelíes han matado: hay una riada de gente que llora, que grita. Si intentas contarlo por escrito, ge-neralmente fracasas, porque con unas cuantas imágenes ya tienes la idea de lo que sucede. En ese caso, es mejor ir a lo subjetivo: aprendes más siguiendo a una de esas personas que participa, conociendo su historia y expli-cando cómo está que describiendo la multitud. Posible-mente, ese detalle tenga más interés histórico y humano que ese acontecimiento. Se busca ese detalle que puede dar un rato de lectura y de información.

L.P. Yo intento hacerlo lo mejor posible sin ninguna pretensión de que pueda leerse después. He leído mu-cho de otros tiempos y, no sabemos por qué, unas cosas permanecen y otras se pueden tirar a la basura directa-mente. Por malas o por falsas. Por ejemplo, Josep Pla fue un falsario: he descubierto que se inventó una entrevista con Hitler en una cervecería de Múnich. Algunos de sus reverenciados admiradores, que son “plapanatas”, en-cuentran que todo es perfecto, porque prima el escritor sobre el periodista. Lo que pasa es que lo publicaba en revistas y diarios, con lo cual engañaba al lector.

Yo admiro a Mariano de Cavia o al mismo Pla en otros aspectos. La concisión de Azorín, que es un autor que me ha influido bastante últimamente: su conceptismo, ahorrar palabras inútiles. Me he fijado en una cosa des-de que trabajo en el ordenador: haces el artículo y luego tienes que eliminar líneas si rediseñan la página. En-tonces, me doy cuenta de que puedo eliminar cosas que sobraban y que queda mucho mejor. De los cronistas actuales, admiro al de cuerpo presente [Enric, ambos se ríen] y a Plàcid Garcia-Planas.

E.G. Plàcid es un cronista excelente. Pero hay muchos. Si tuviera que elegir uno ahora, Claudi Pérez, que es co-rresponsal de El País en Bruselas. Hace unas crónicas excelentes de un tema que no se presta demasiado al lu-cimiento.

La crónica que es difícil es la que escribes sin haber estado en el lugar donde se desarrolla. A veces, hay que hacerlo. Por ejemplo, tras una reunión importante, pue-des hablar con alguno de los participantes y contar lo que ha pasado a través de esos testimonios que son ses-gados, incompletos. Eso es muy complicado, general-mente sale mal.

Pero cada día estamos más obligados a trabajar en estas condiciones. No hace tanto, en la prensa éramos cuatro gatos. Entonces, era fácil dejar entrar a la gente, mientras que ahora son veinte televisiones con sus cá-maras, sus equipos, otros tantos plumillas... es un circo. Dejas de estar presente en las cosas.

L.P. Yo no he encontrado esta dificultad. Cuando estaba en la sección de extranjero, sí. Ahora no, porque pro-curo no ir nunca a los actos oficiales. Hoy los sistemas técnicos ofrecen una serie de perfecciones que provocan la tentación de quedarse en casa sin ir a los sitios. Hace poco escribí sobre el monumento a Colón, al que le fal-tan dos esculturas, algo que descubrí en 1994. Cuando terminé, volví al monumento y lo miré de nuevo, porque siempre ves algo -una pincelada, un aroma- que te sirve para escribir. Se me quedaría mal cuerpo al escribir algo sin haber estado presente.

E.G. La presencia es clave.

“ En un periódico de hace diez años, más de la mitad es mentira”

Enric González

L.P. Por ejemplo, un ademán de una persona ilustra, como en el caso de alguien que está negociando y a quien le están temblando las manos. Reflejan cosas que se in-tentan disimular. También existe el tipo de periodista que va a los actos para lucirse. Hay una anécdota formi-dable de la primera rueda de prensa que dio De Gaulle, en Versalles. Un alemán hizo una pregunta de cinco mi-nutos con el verbo al final y, cuando terminó, De Gaulle le respondió: “Merci”. Son aquellos que se exhiben, que se contestan a sí mismos.

E.G. Sí, hay periodistas que son conferenciantes.

Escribir un libro no es igual que escribir una cronicaE.G. Cuanto más volumen tiene el trabajo, más compli-cado y arbitrario es. Una crónica puedes focalizarla en un aspecto o un hecho concreto. En un libro, sobre todo con un asunto amplio, como París o Barcelona, el tema es prácticamente abstracto. Hay una realidad geográfi-ca, pero en ella puedes volcar lo que quieras. Y es esa arbitrariedad la que a mí me angustia un poco: por qué hablar de una persona y no de otra, elegir un aspecto y no otro...

L.P. Mis libros son una exigencia mía y siempre los he encargado yo para poder escribir a otra escala lo que en el diario no puedo. Para contar, por ejemplo, todo lo que

sé sobre un tema que he investigado. No sólo sobre Bar-celona, sino también sobre Arte, ensayos y algo que sólo podía hacer yo: escribir las memorias de personas que si yo no contaba, ellas no querían, como en el caso del poe-ta Joan Brossa o el pintor Antoni Clavé. U otros que no lo han aceptado, como Miró, que me dijo que sí y luego que no, después de haber tomado apuntes.

Me doy cuenta al escribir sobre Barcelona que hay co-sas sobre las que me da lástima no haber podido hablar con ciertas personas. Algunas, no tanto para saber yo detalles, sino para que cuenten su vida porque vale la pena saber todo lo que hicieron y que se llevarán a la tumba. A veces, hablando con personas como yo, saben que están contando cosas para la historia y se esfuerzan. Hay una transmisión oral de información que no está en documentos, pero que está en la memoria. Todo esto se pierde. Cuando se publicaron las memorias de Brossa, después de su muerte, su compañera me dijo: “Parece como si Joan estuviera hablando y me he enterado de muchas cosas que no me quiso contar”. Lo hago como un servicio.

E.G. Estoy totalmente de acuerdo. Europa es propensa a la desmemoria. En nuestro continente, el que escribe sus memorias lo hace con un objetivo, generalmente, de ensalzar unas cosas u ocultar otras. Un ejemplo perfec-to son los obituarios: cuando muere alguien, se hace un artículo hablando bien del difunto. Son oraciones fú-nebres, no tienen un gran interés. En cambio, los de la prensa anglosajona se preparan durante años y cuando el personaje está vivo, se habla con él.

“Josep Pla fue un falsario: he descubierto que se inventó

una entrevista con Hitler en una cervecería de Múnich”

Lluís Permanyer

L.P. Y se lo dejan leer, por si hay algún dato incorrecto. Antes tenías que tener muchas enciclopedias, mientras que ahora es muy cómodo. Yo utilizo mucho Internet, pero solamente para corregir pequeños detalles, no para enterarme de lo que pasa sobre un personaje.

E.G. Pierdes más tiempo del que ganas.

L.P. No sabes quién ha cribado la información. En cam-bio, en el caso de Barcelona, si sobre un tema determi-nado hay varios libros, ¿qué fuente escogeré cuando son dispares? Miraré quién lo ha escrito, quién es el editor, la época. A veces hay errores en los libros, pero hay unos

Page 10: Número 0 1/8

18 19

filtros. Hay autores de los cuales me fío, otros de los que no, como de Pla, porque dijo que iba por la calle en Flo-rencia y encontró a Renoir, cuando hacía diez años que había muerto; o a Modigliani, que hacía seis meses que había fallecido; también contó que se encontró con Pi-casso y que le dijo: “Usted cada día es más bajo” y “Tie-ne usted cara de gitano”. Todo esto, en una entrevista inventada. Yo he conocido a Pla, era un cobarde, jamás se habría atrevido. En él, ya sé que hay cosas de las que no me puedo fiar.

E.G. La inexactitud ha estado siempre.

L.P. Al escoger un libro te puedes equivocar, pero cuan-do entras Internet no tienes pistas, como en la leyenda urbana de la Torre Eiffel, que se ha instalado pese a que he publicado que es mentira. ¿Por qué persiste? Porque es más divertida que la verdad.

E.G. Siempre.

L.P. Tiene algo que a la gente le gusta más que la triste verdad, que es muy árida.

E.G. Como la famosa historia de los cocodrilos de las alcantarillas de Nueva York. La gente está convencida de que existe.

L.P. O los peces del lago africano que se comían a los ca-dáveres de los que hablaba Kapuściński. Era una especie de Pla, me parece [ríe].

E.G. Yo siento mucho respeto por él. Era un cronista espléndido. No hace falta darle muchas vueltas: él era enviado de la Agencia de Prensa Polaca en los tiempos en que Polonia era Polonia y publicabas lo que publi-cabas. Viajaba con muy pocos medios, entonces había cosas que se las inventaba directamente y tenía que es-cribir bonito porque si no, le hacían volver. Él mismo estaba sorprendido, ya de bastante mayor, del éxito que consiguió y de la devoción que tenía la gente. Yo soy par-tidario, pero no es del todo fiable.

L.P. En Barcelona se creó una especie de tertulia cientí-fica, la Academia de los Desconfiados, copiada de la que

había en Florencia. Es una palabra que para nosotros es importante: ser desconfiado, de todo el mundo. In-cluso de uno mismo, porque, a veces, el dedo te engaña y escribes mal un nombre o una fecha. Yo soy un mal corrector de mí mismo y, siempre que puedo, cuando son cosas importantes, lo dejo leer a alguien para que si he tecleado mal, lo vea. Los números se teclean poco y es muy fácil equivocarse. En Economía, donde Enric ha trabajado bastante, es fácil.

E.G. Sí, prácticamente todas las informaciones econó-micas tienen erratas.

L.P. Errores mecánicos e involuntarios, pero se trans-miten.

E.G. En cuanto a fiarse de uno mismo, no sólo está la cuestión tipográfica, sino también la memoria. Yo re-cuerdo cosas que son falsas.

L.P. Entonces, yo creo que para el periodista y para la crónica lo importante es la desconfianza en lo que reci-bes, tanto hacia la realidad física como hacia las perso-nas que te han informado. Y siempre se colarán cosas, pero si tu actitud es esta, por lo menos eliminarás algu-nas. Y tendrás la tranquilidad moral de haber hecho lo que podías.

E.G. Sí, sí. Habrás mejorado un poquito el mundo, muy poquito.

L.P. E irte a dormir tranquilo [ambos ríen].

E.G. Aportar algo cierto o algo desconocido. En mi ba-rrio hay una tienda en la que el dueño ha puesto una pancarta misteriosa: “Las rampas me arruinan”. ¿Las rampas para que suban las sillas de ruedas? ¿O qué será? Yo tengo que ir a esa tienda.

L.P. A mí me ha entrado el gusanillo sólo de oírlo.

E.G. Tengo que ir y preguntar. El mundo está lleno de cebos. Entras, preguntas y, a partir de ahí, empiezas a enredarte.

L.P. Y esta es la actitud de la ciencia, la curiosidad y la desconfianza. Por eso se hacen las pruebas científicas: porque no se cree en la realidad. Es importante saber lo que buscas. El que descubrió el ácido úrico entró en su laboratorio y preguntó: “¿Quién se ha orinado aquí?”. Como sabía lo que buscaba, vio que durante la noche se había desencadenado una reacción. Otros habrían lla-mado a la asistenta para que limpiara, pero él sabía lo que estaba buscando.

También en nuestro caso, cuando sabes lo que per-sigues, vas desbrozando el camino, sabes más o menos

“ Lo más complicado en este oficio es callarte cosas que sabes, pero el off de record y los com-promisos hay que respetarlos”

Enric González

dónde vas. Lo fantástico es cuando buscas una cosa que no sabes si existió. El biógrafo Ian Gibson me contó que para una de las biografías que hizo, se pasó tres meses en la Biblioteca Nacional hojeando diarios. Al final, lo encontró y ¿qué hizo? Ponerse en pie y gritar.

Enric llega a mundos que no conoce y mi caso es dis-tinto, porque yo trabajo sobre terreno conocido. Aunque la actitud debe ser la misma. Por ejemplo, a veces voy a tiendas para hacer su historia. En una me dijeron que era de 1820, empecé a sospechar y resulta que, para pre-sumir, habían puesto cincuenta años más.

E.G. La mirada limpia no existe porque llegas a los si-tios con tus prejuicios. En tu ciudad tienes más informa-ción para compensarlos.

L.P. Y contactos.

E.G. Cuando llegas por primera vez, por ejemplo, a Roma, crees que si no hablas italiano, lo vas a hablar en dos días. Falso. Es el primer golpe que te das. Tienes que ir con cuidado y tiendes a equivocarte bastante en los dos primeros años.

L.P. Y en Italia enredan mucho.

E.G. ¡Mienten todos, pero mienten muy bien! Son men-tiras, no sólo verosímiles, sino casi necesarias. Es decir,

deberían ser verdad. Hablas un rato con Berlusconi y prácticamente todo lo que te dice es mentira, ¡pero es muy simpático! Sí que hay un fondo de verdad en lo que dice, como cuando hablas con Giulio Andreotti. Se hacen la bella figura, se enaltecen a sí mismos, a su ambiente. Y la verdad es mucho más prosaica, pero ellos necesitan embellecer. He caído en muchas mentiras. En las de Pu-jol cuando hablaba de dinero, del suyo, sobre todo.

L.P. ¿Banca Catalana?

E.G. Claro. En tres días distintos te podía dar tres ver-siones totalmente diferentes. En un periódico de hace diez años, más de la mitad es mentira: no había burbuja, la prosperidad eterna, cada ciudad necesitaba su poli-deportivo... Si lo miras ahora, los diarios eran surrealis-tas y piensas: “Pero ¿cómo podíamos estar publicando todas estas patrañas?”. Por fiarnos de fuentes oficiales. ¿Cómo no iba a ser cierto aquello si sucesivos gobiernos de distintos colores decían que todo iría bien y que la banca española era la más sólida? Nos lo creíamos, muy pocos se preocuparon por investigar qué había detrás de esta España triunfal del ochenta y tantos a 2008, por comodidad, todos éramos igual de zoquetes. Lo que pu-blica un periódico son remitidos y, en general, se tiende a no contrastar demasiado y a no dudar demasiado. Si hablamos de cronistas, hay excepciones, gente que tra-baja muy bien.

Page 11: Número 0 1/8

20 21

L.P. Jacinto Antón me gusta.

E.G. Jacinto Antón es sensacional, ya lo creo.

L.P. Además, ha sido original en los temas.

El "yo" en la cronicaE.G. El “yo” a veces es necesario porque el que escribe no es un ente metafísico, es una persona. Pero ahora, sobre todo en la televisión, se ha extremado no sólo la necesidad de hacer espectacular lo que se ofrece, sino de hacerlo arriesgado y transmitir esa sensación a través del supuesto riesgo que percibe el protagonista.

El “yo” es legítimo desde lo más elemental: “En esa habitación estaban Zutano, Mengano y el que escribe”. Puedes decirlo como quieras, pero te tienes que colocar en el lugar.

L.P. Tomás Hernández, de Diario de Barcelona, para evitar el lío, ponía “ego”.

E.G. A veces, está justificado. Pero no convertirte en protagonista.

L.P. Hace siete años que estoy jubilado, pero cada ma-ñana voy al periódico para enterarme de las noticias, para hablar con la gente y no quedarme en casa. Soy un curioso de la realidad, un voyeur profesional, un mirón. El personaje que menos me interesa soy yo. Los que, como yo, escriben crónicas personales en las que el dia-rio te deja hacer en una parcela lo que tú quieras acaban hablando de ellos mismos.

E.G. Se tiende al “yo” también por las condiciones de trabajo. La gente ya no trabaja en las redacciones, sino aislada, se queda en su casa. En tu casa no ves la calle, la ves por la ventana. No estás con otras personas. Y la disciplina colectiva de la mesa de redacción, esa mesa donde se sentaba la gente para hablar de forma más o menos cordial, era muy importante.

L.P. Ofrece el contraste.

E.G. En cambio, si estás tú solo, te vas cociendo en tu propia salsa.

L.P. Y te entra la pereza de salir. Si tienes que ir a un si-tio no lo haces, por pensar que ya lo conoces, y a lo mejor en ese momento ha pasado algo.

E.G. Y acabas hablando de ti.

L.P. Algunos críticos musicales que no van al concierto, hacen la crítica con el programa y luego, resulta que se producen cambios en él. Jordi Llovet publicó una cró-nica así en La Vanguardia. Es una tentación terrible.

Cuando te quedas en casa y no tienes tema, hablas de ego, que es el que conoces más.

E.G. Y un día, y otro, y otro...

L.P. Además, te divierte y te creas tu propio personaje. En el articulista y el cronista es muy habitual, por tener una parcela donde mandan y nadie se mete con ellos. Y ahí le aceptan todas las diabluras que quiera, que pue-den ser comerciales y atractivas.

E.G. En general, los columnistas cultivan el personaje. Me acuerdo que de muy joven, una vez comí con Eduar-do Haro Tegclen y con Umbral. Umbral hablaba con voz normal hasta que aparecía alguien, y entonces, ponía voz de Umbral.

L.P. Voz campanuda.

E.G. Y Arturo Pérez-Reverte no es ni de lejos eso que intenta hacer pasar por él. En parte, es ego y en parte, como una pantalla que se ponen ante el público.

L.P. Es otro género: no es columna o crónica, es “yoís-mo”.

E.G. En una crónica, sobre todo si está hecha decente-mente, el autor es el autor, no el protagonista. El colum-nista, sí, continuamente está entrando en debate. Eso le expone a recibir golpes y los recibe. Entonces, ¿qué es más confortable? Crearse un personaje: quien recibe es el personaje y no él. Es truculento, pero funciona. Luego hay gente que es como parece, por ejemplo, Maruja To-rres: sólo ha exagerado lo que ya es. Pero es tan exagera-da de natural, que ya no puede exagerarse.

L.P. Y a la gente le gusta.

E.G. Aunque esto es más del columnismo que de la cró-nica. Lo más complicado en este oficio es callarte cosas que sabes, pero yo creo que hay límites: el off de record y los compromisos hay que respetarlos. Hay veces en que las cosas te queman por dentro, pero tú has obtenido la información bajo ciertas condiciones. Sólo los he salta-do al cabo de años, después de morir esa persona y con algo que no tenía relevancia porque ya te sientes libera-do. Pero con algunas cosas, ni aunque pasen mil años.

“Soy un curioso de la realidad, un voyeur profesional, un mirón”

Lluís Permanyer

L.P. Yo me lo salté en esas circunstancias. Entrevisté al restaurador más importante de la historia de Barcelona y cuando acabó con la historia de sus establecimientos, me dijo: “Ahora te cuento una cosa, pero te agradecería que no la pusieras”. Era relativa al gobernador de Barce-lona del año 1951 y su aventura amorosa con una artista del Paralelo, Carmen de Lirio, que todavía vive.

Ella siempre la había desmentido y él decía que era una patraña inventada en la Falange para desacreditar-lo. Me confesó: “Es cierto que había una relación entre ellos, y yo te puedo explicar por qué”. Este restaurador era el dueño del café Moka, con una salida trasera, y en la plaza que queda detrás, la plaza de la Villa de Madrid, tenía un picadero. Como el gobernador le conocía, le pi-dió: “Me tendrías que dejar un sitio, porque tengo que encontrarme con una señora”. Él me contó: “Yo sabía las veces que ellos iban porque el camarero les llevaba bebida o comida”. No lo publiqué.

Muerto él, al cabo de los años, lo hice porque la historia es más divertida, forma parte de una historia inesperada de la ciudad. El restaurador era de la Falange. Entonces, el gobernador, cuando empezó a correr el rumor, le tele-foneó y le dijo: “Me has traicionado”, creyendo que era él quien lo había contado. Lo destituyó de consejero de Falange. El tema fue a Consejo de Ministros, con Franco presente. Lo mandaron a un exilio controlado a Milán durante seis meses y ahí descubrió la gaccia, la cafetera express, la primera que hizo el café bueno.

Esta historia es la razón por la que la gaccia se in-trodujo en Barcelona. Titulé el reportaje “La relación de Carmen de Lirio con el gobernador mejoró el café en Barcelona”. Se había de contar, ¿no?

E.G. Sí [risas]. Esto es lo que mejor monta una crónica: la causalidad. Que de una cosa se llegue a otra, qué ha pasado entre medio, ese “entre medio” es lo interesante.

L.P. Pero, fíjate, lo más divertido de todo en esta histo-ria es la gaccia, porque si no hay ese final, te quedas en la crónica de siempre. Pero está el detalle humano. Él estaba atento y quedó fascinado ante aquel sistema de hacer el café y realmente es otro tipo de café distinto, a pesar de que Pla decía que él prefería el de manga y escribió un libro de gastronomía [Enric se ríe]. Joan de Sagarra cuando habla de Pla, dice que cuenta disparates de la cocina italiana.

E.G. No tenía ni idea, ni idea.

L.P. Terrible, qué mal gusto.

E.G. Yo alguna vez le vi, ya mayor. Lo único que quería era que le pagaran un whisky. Si le pagabas un whisky, él te contaba lo que fuera.

L.P. La realidad te dará detalles. Si no vas a los sitios

donde suceden las cosas, no los encuentras. Para ver el zapato agujereado de Stevenson había que estar allí de-lante. Y este es el detalle que no te puedes perder.

E.G. Muchas veces basta mirar, y no lo hacemos.

L.P. Cuando preguntaban: “¿Usted le compraría un coche usado a Nixon?”. Para saber si se lo comprarías, tendrás que mirar, ver qué cara tiene y cómo habla con-tigo. Desde casa, leyendo una biografía, no te enterarás de esto. Hay algo que a veces no puedes describir, como un aroma. Lo percibes si miras con ojos maliciosos y no te pones, como hacen muchos, con el reclinatorio delan-te del personaje. Así te llevará al huerto. Berlusconi te enamorará.

E.G. Pero la crónica es un género menos dependiente de las fuentes que otros, depende más de la mirada. Si tienes que dar una noticia, las necesitas y tienes que con-trastar. Pero muchas veces, la crónica es el residuo de la

10 CLAVES DE UN BUEN CRONISTA

HONESTIDAD Ser subjetivo, pero honrado al escoger los materiales y testimonios.

DOCUMENTACION Leer lo que se haya escrito sobre un tema y hablar con las personas que lo conocen. Utilizar Internet para comprobar detalles: hay información que no ha sido cribada y de la que no es bueno fiarse.

OFF THE RECORD Respetar siempre las condiciones en las que se ha obtenido una información.

PRECISION Releer lo escrito, sobre todo las cifras, para evitar erratas.

CURIOSIDAD Ganas de buscar y de encontrar sorpresas.

DETALLES Visitar una y otra vez los lugares para des-cubrir matices significativos. No quedarse en casa, sino estar presente en los hechos para poder captar su esen-cia.

DESCONFIANZA En los demás y en lo que uno mismo percibe, escribe y cree recordar.

SER AUTOR No protagonista de la crónica.

BUSCAR LA CAUSALIDAD Los motivos que han condu-cido a una situación ayudan a construir un buen texto.

SEDUCIR Crear un clima de comodidad y cercanía con el entrevistado.

Page 12: Número 0 1/8

22 23

realidad. Y hay mucha gente que te cuenta cosas y no es consciente de que te está contando algo importante.

L.P. Me habría gustado estar en la mesa donde se ne-gociaba el final de la guerra Indochina. Estaba Pièrre Mendes France en Suiza con Zhou Enlai. Le acompaña-ban unos franceses y en el postre pidieron petit suisse. Vieron que Zhou Enlai se lo tomaba con papel y ellos hicieron lo mismo. Son estos detalles que permiten ver lo que realmente pasa en una situación.

E.G. Y hay más verdad en un detalle de estos que en lo que cuenten los protagonistas, que te darán su versión. Yo creo que en las crónicas funciona mejor el testimonio que te aporta alguien de la calle, no necesariamente co-nocido, pero que tiene algo que contar, que las grandes historias oficiales.

La crónica artesanal, la que se hace personalmente y sin coger materiales de ninguna parte, contiene más verdad que eso que llamamos actualidad y que vemos en los periódicos.

L.P. ¿Te refieres a contar sólo lo que ves?

E.G. Exactamente: lo que tú has hablado directamente con alguien, lo que tú has visto. La que tú has construido por completo. Esa tiene más verdad.

L.P. No hay nada que pueda sustituir a la realidad, por muy sabio que seas, por mucha información que tengas, porque la realidad te suministra unos mimbres que leer e interpretar. Esto también lo dan los años de profesión. Te da un fogueo como a los militares que han estado en mil batallas: oyen un bombardeo y saben que sólo son dos bombas. O saben que están atacando con sólo per-cibir un ruido. Aunque hay gente que no tiene olfato y se equivoca siempre. Sobre todo los cronistas deporti-vos [Enric se ríe]. Les pido pronósticos y se equivocan siempre.

E.G. Hay talentos bastante diferentes. Hay quien tie-ne un gran olfato, pero es impreciso; hay gente que es muy buena recogiendo información, pero no tan buena contándola. Es muy difícil encontrar quien lo haga todo bien.

L.P. Porque tienes que procesar todo en un instante: información anterior, lo que ves... Hay quien lo procesa mal. Y en la crónica puede pasar.

E.G. Mi principal fallo es la imprecisión: siempre acabo escribiendo rápido y siempre hay un detalle que al día siguiente busco, lo más tonto del mundo.

L.P. Yo también sufro mucho con esto y hay veces que pienso de noche: “¿Qué saldrá? Me parece que me he

equivocado”. En ocasiones he fallado. Recuerdo cuando estaba en la sección de Internacional: nunca pensé, por ejemplo, que se produciría la secesión de Bangladesh. Y lo escribí.

E.G. Me gustaría tener la capacidad que tiene Martí Gó-mez, que para mí es de los mejores reporteros que hay, para que la gente le cuente su vida.

L.P. Es fundamental crear un estado de confidencia.

E.G. Y, sobre todo, en poco tiempo. Yo lo he compro-bado: él me pregunta “¿Qué tal?” y yo le cuento mi vida.

L.P. Hay gente que sabe hacer estrecha la distancia cor-ta, y no porque hagan teatro, sino porque es su manera de ser y emanan confianza.

E.G. Es una cualidad que se tiene o no se tiene. Le he visto entrar a un bar y preguntar cuatro cosas al cama-rero. Y pienso: “¿Cómo le está contando toda su vida?”.

L.P. Pla era así, sabía preguntar. Era un preguntón tre-mendo, y eso que era un poco antipático.

También tenía esta capacidad Jaume Miravitlles: su-bía a un taxi y al cabo de dos minutos hacía hablar al taxista y lo llevaba a su terreno. Era extraordinario, un seductor tremendo. Y en algunos trabajos tienes que ser seductor.

E.G. Si no tienes ninguna de esas virtudes, por lo menos sé desconfiado.

Page 13: Número 0 1/8

24 25

LA CARA DEL PAPEL

Se considera un periodista gráfico. Un periodista que hace diseño. Diego Areso estudió Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Cuando cursaba su tercer año de carrera entró como becario en Ragazza en maquetación. Ese fue su pri-mer contacto con la arquitectura de página, que se fue convirtiendo en una pasión. Después ha traba-jado en revistas como Interviú, Man o Playstation. Y ha diseñado carteles como el del encuentro de músi-ca electroacústica Festival Sinkro.

“Siempre estoy diseñando y mirando tipografías”, revela. Por eso, en 2006 decidió plasmar este hobby en una web, Quintatinta, que define como una ven-

El periodista gráfico Diego Areso señala los puntos clave de dos fórmulas de portada que consi-dera buenas apuestas: la revista Esquire y Metrópoli, suplemento de El Mundo.

tana para escribir y recopilar material que le llama la atención. La gran cantidad de trabajo que conlle-va su actual puesto -director de arte de la revista S Moda, suplemento semanal de El País- no impide que continúe difundiendo buenos ejemplos de dise-ño, si es necesario, actualizando el blog a altas horas de la madrugada.

El portadista es su segundo espacio para contar y aprender, en concreto, sobre portadas. Areso per-cibió que tienen una importancia creciente en las publicaciones y que cada vez aparecen cosas más sorprendentes, de modo que se propuso abanderar el primer portal en castellano sobre tapas.

Diego Areso, "el portadista"

ESQUIRE: FORMULA IMPORTADA

Resulta complicado importar una fórmula editorial ex-tranjera y lanzarla a un nuevo mercado. La nueva publi-cación tiene que ser fiel a la fórmula original, pero tam-bién debe adaptarse a los gustos de un público nuevo. Debe tener una personalidad única y diferenciada; a la vez, tiene que participar de la personalidad de la cabe-cera internacional. Esquire es una revista con una tra-yectoria de décadas, muchas ediciones internacionales y una herencia de portadas publicadas en los años sesenta y creadas por George Lois que son un icono del diseño editorial del siglo xx.

¿Cómo ha enfrentado el reto la edición española? Para empezar, ha recuperado aquella tradición de porta-das con un único titular, apenas un pie de foto. Incluso se ha permitido publicar, prácticamente sin cambios, la de Muhammad Ali fotografiado en plan “martirio de San Sebastián”. Las portadas sin texto renuncian a vender los temas de cada revista pero, a cambio, se convierten en un cartel, en una toma de postura y en una llamada de atención más contundente todavía. Para continuar, Esquire opta a menudo, en España, por imágenes de archivo, retratos antiguos, referencias y personajes que resultan extraños en la portada de una revista masculina en el quiosco: un bodegón con las gafas de Woody Allen,

Page 14: Número 0 1/8

26 27

por ejemplo, una foto altanera de Alfred Hitchcock o un retrato apenas identificable de Clint Eastwood cubierto de humo.

¿Por qué funcionan estas imágenes, que carecen con frecuencia del carácter exclusivo que se le presupone a una foto de portada? Porque recurren a referencias con las que el lector se identifica y puede ser cómplice. El lector de Esquire aprecia la osadía de abrir una revista imagen promocio-nal con un soldado de las tropas imperiales de La Gue-rra de las Galaxias porque ha crecido con esa película, le gusta, y no le preocupa que sea una imagen ya vista. Lo mismo pasa con el Mortadelo que protagoniza la por-tada seleccionada: no tiene color, es una imagen casi in-fantil… pero resulta un guiño casi irresistible a la gene-ración que ha crecido leyendo las historietas de Ibáñez, que compartirá la portada en las redes sociales –una he-rramienta de promoción imparable– y se animará más fácilmente a comprar la revista.

METROPOLI: EL ASOMBRO

Las portadas de Metrópoli, el suplemento semanal de ocio del diario El Mundo, resultan uno de los ejercicios de diseño más brillantes del quiosco español. El direc-tor de arte del suplemento, Rodrigo Sánchez, recurre en cada número a una técnica de diseño, fotografía o ilus-tración diferente, en un ejercicio de novedad casi inago-table. Desde una ilustración a toda página a una ola de papel, un tapete de ganchillo en forma de telaraña o una ducha de letras. Una de las ventajas de los suplementos es que no necesitan pelear por la atención del lector en el quiosco: llegan a sus manos como una publicación sub-sidiaria, y se pueden permitir jugar con su imagen bus-cando chistes y juegos gráficos que se identifiquen con el tema principal de cada número –ya sea una película de estreno o un especial gastronómico– y que incluso modifiquen su propio logotipo. El objetivo fundamental es la sorpresa, el asombro del lector, y todo se rinde a ese objetivo.

¿Por qué funciona esta portada? Primero, porque recurre al viejo –pero siempre efecti-vo– artificio de transformar una revista en un periódico, pero lo hace con conocimiento de causa, imitando todos los recursos, bolos, subrayados o mayúsculas tópicos del sensacionalismo, cuidando los detalles y la tipografía hasta el punto de imitar la trama de puntos de la impre-sión en rotativa de prensa. Y después, porque, a fin de cuentas, nada provoca más curiosidad a un lector que las palabras “Gran escándalo” dispuestas en grandes le-tras sobre fondo negro.

Page 15: Número 0 1/8

28 29

TESOROS SEMANALES

REVISTA

HERALDO DOMINGO ESTELA

EXTRA VOZ

OSACA LA SEMANA NAVARRA

Es parte del grupo Heraldo, que lo distribuye en todas sus ediciones. Se centra en sus paisanos y relata desde cómo se ganan la vida algunos de ellos fuera de España hasta los hechos de algunos aragoneses históricos en el pasado. Además, incluye artículos de opinión que tratan sobre asuntos de actualidad.

Forma parte de la edición dominical del Faro de Vigo. Es un suplemento en el que se pueden leer reportajes de larga extensión que profundizan acerca de algún personaje o hecho importante. Además, incluye cró-nicas que mezclan la literatura y la gastronomía o per-miten conocer más de cerca de personajes históricos.

Pertenece a la edición dominical de Diario de León. Acerca al lector tanto al panorama internacional como al regional, pasando por el nacional. Algunas de sus páginas cuentan problemas que tienen algunos leone-ses que se deben solucionar, mientras que otras hablan de curiosidades o de moda.

Es el suplemento dominical de La Voz de Galicia. En él se encuentran reportajes sobre asuntos de interés rela-cionados tanto con Galicia en concreto como con otros países del mundo. También se descubren entrevistas con personajes destacados y con otros menos relevan-tes pero igual de atractivos por su interés humano.

Es un suplemento del grupo Promecal que se distribu-ye en diecisiete periódicos. En él se encuentran todo tipo de textos acerca de diversos asuntos. Desde artí-culos de opinión como el de Mamen Burruchaga, hasta reportajes sobre Fórmula-1, pasando por aspectos de política internacional y temas como la salud y la moda.

Es el suplemento del Diario de Navarra. Presenta te-mas de actualidad con entrevistas a personajes nava-rros. También aparecen reportajes de investigación de interés como los que suele hacer Iván Benítez que ilus-tran sobre problemas que tienen los ciudadanos de la Comunidad Foral. Pero con un tono de esperanza.

Ana Gil, Óscar del Hoyo, Jesús Flores, Picos Laguna, Salvador Rodríguez y Marcos Sánchez ha-blan de los suplementos dominicales que dirigen. Señalan cómo se planifican semana a semana los suplementos e indican el valor añadido que aportan al periódico.

J ¿Cuándo nació y con qué fines?

Hace cerca de quince años. En este periódico hemos sido muchos los que nos hemos encargado de Revista en distintas etapas. Yo me ocupo de su coordinación desde hace dos años aproximadamente. El objetivo entonces –al igual que ahora– es dar un contenido extra al perió-dico, algo especial que caracterice el Diario de León de los domingos. J ¿Cómo planifican los suplementos?

Además de Revista, Diario de León tiene varios suple-mentos más. De sanidad, de literatura, de destinos, de deportes... Yo me encargo de Revista y la planificamos, normalmente, con una semana de antelación. Suelo ser previsora para el reportaje principal y ahora mismo ten-go temas para abrir Revista el resto del mes. Sale publi-cada el domingo y, normalmente, queda cerrada el vier-nes, es decir, el día antes –porque habría que enviarla el sábado para que saliera el domingo en último caso–. J ¿Hay colaboradores o son todos redactores del periódico? Tenemos colaboradores de vez en cuando. También hay gente de León que nos manda a veces algún reportaje que ha hecho de un viaje y, si lo consideramos apto, lo publicamos sin problema, aunque no suele ser lo habi-tual. De Revista me encargo yo junto con una becaria. Aunque hay compañeros de la redacción que también colaboran con reportajes. Está abierta a todos los perio-distas de este periódico que quieran escribir. J ¿Cuál es el punto fuerte del suplemento?

El reportaje de apertura, que es siempre un tema propio y relacionado con León. La sección “Paisanos”, que ha-bla de personas curiosas de la provincia, es otro de los puntos fuertes.

J ¿Qué aporta el suplemento al periódico?

Contenido extra, fundamental para apoyar la publica-ción del periódico el domingo.

ANA GIL REVISTA DIARIO DE LEON

“La sección Paisanos es uno de los puntos fuertes de Revista”

Ana Gil

J ¿Cuáles son los contenidos por los que apuestan?

Contenidos propios y también otros fáciles de leer como temas de corazón, viajes, curiosidades y algo de políti-ca y actualidad. Tratamos de hacer una revista variada, aunque siempre con la misma estructura.

PICOS LAGUNA DOMINGO HERALDO DE ARAGON

J ¿Cuándo nació y con qué fines?

Desde 1985, Heraldo de Aragón tiene un suplemento dominical que se ha ido actualizando. Comenzó llamán-dose ‘Especial colaboración’ para pasar a ser ‘Hoy/do-mingo’ en 1987, hasta llegar a Heraldo Domingo, a par-tir del 2 de diciembre de 2001. Es a partir también de esa fecha en la que se comenzó a numerar.

Sus contenidos han ido cambiando sustanciosamen-te. Comenzaron siendo firmas invitadas procedentes de todos los ámbitos, que abordaban cualquier tema, na-cional, internacional o regional, para cubrir una necesi-dad entre nuestros lectores, que demandaban grandes reportajes y entrevistas que no tenían cabida en el perió-dico diario por falta de espacio. Poco a poco fue toman-do más cuerpo y entidad y se organizó un mínimo equi-po que se encargaba de realizar reportajes, entrevistas o

Page 16: Número 0 1/8

30 31

crónicas específicos para el suplemento y de coordinar los que desde otras secciones se hacían para él. Desde 2002, todos los temas, personajes o protagonistas son aragoneses, aunque en los últimos meses se ha abier-to también, en pequeña medida, a reportajes realizados por Vocento, grupo de comunicación al que pertenece el Grupo Heraldo. J ¿Cómo planifican los suplementos?

En la actual etapa de Heraldo Domingo, todos los te-mas están relacionados con la actualidad más inmedia-ta. Se busca acercar a nuestros lectores la realidad ge-neral desde el punto de vista más próximo; regionalizar la actualidad, profundizar en aquellas cuestiones que no se puede hacer en el día a día, realizar informes sobre noticias de alcance dadas a lo largo de la semana; dar voz a los protagonistas procedente de cualquier ámbito. Al centrarnos mucho en lo más reciente, los temas que se proponen se intentan que tengan cierta prolongación en el tiempo para poder realizarlos. Se proponen en una reunión que se realiza los martes entre todos los jefes de sección. J ¿Con cuánto tiempo lo planifican y cuándo lo terminan?

Se intentan avanzar algunos contenidos con una semana de antelación para poder establecer el de apertura en la misma semana de su publicación, aunque a veces es po-sible poder anticiparse dependiendo de una fecha deter-minada (Día de Aragón, Navidad, Semana Santa....) en la que se buscan temas monográficos. Las entrevistas e infografías se piensan con tiempo. Siempre tenemos un listado de personas y temas, muy próximos a la actuali-dad, con los que vamos avanzando para su publicación, pero, hay que tener en cuenta que Heraldo Domingo es el suplemento de un periódico diario sujeto a la actua-lidad, que es la que marca en definitiva los contenidos. Por lo tanto, no podemos anticiparnos demasiado. J ¿Hay colaboradores o son todos redactores del periódico?

Heraldo Domingo la componen sólo dos personas, aun-que puedan escribir otros redactores de Heraldo de Ara-gón de manera puntual. Hay, además, varias páginas en la que participan colaboradores fijos con columnas de opinión muy diversas. Siempre está abierto a colabora-ciones externas. J ¿Cuál es el punto fuerte del suplemento?

Por lo general, el tema de apertura que es el más pegado a la actualidad de la semana. Generalmente es un repor-taje que intentamos, si es posible, complementar con

un informe. También hemos hecho aperturas a modo de entrevistas, cuando el protagonista es un personaje. Otro de los puntos fuertes son las infografías, que hace-mos de cualquier tema, dándole un punto de vista más lúdico.

J ¿Qué aporta el suplemento al periódico?

Una lectura en profundidad de cualquier tema de in-terés; un punto de vista diferente de lo que nos rodea; una aproximación de la actualidad a lo más cercano para los aragoneses; otra visión de la información diaria; el acercamiento de personajes aragoneses a la sociedad; el descubrimiento de muchos de ellos... Los suplementos somos el respiro para el lector y la ventana para saciar su curiosidad; los que aportamos serenidad al periodismo, excesivamente rápido hoy con el mundo de Internet. Creo que aún mantenemos el viejo espíritu de “El Heral-do” de “comunicador”, de dar voz a la sociedad.

“Los suplementos somos el respiro para el lector”

Picos Laguna

SALVADOR RODRIGUEZ ESTELA FARO DE VIGO

J ¿Cuándo nació Estela y con qué fines?

En mayo de 2002. Llevamos ya doce años haciendo re-portajes y entrevistas sobre todo tipo de asuntos.

J ¿Cómo planifican el suplemento?

Vamos pensando los temas con tiempo, para hacerlos con calma y tener tiempo para maniobrar en el caso de que algún entrevistado o reportaje se nos caiga. De esa manera, podemos reaccionar y conseguimos otro entre-vistado.

J ¿Con cuánto tiempo planifican el suplemento?

Al menos una semana antes vamos proponiendo temas e intercambiando ideas para los reportajes o personajes entrevistables, con algo que decir.

J ¿Hay colaboradores o son todos redactores del periódico?

José Ángel Otero y yo nos encargamos de buena parte del suplemento. Una de las secciones que hacemos es el tema de apertura, que es la más potente del dominical.

J ¿Cuáles son los contenidos por los que apuestan?

Tenemos diferentes secciones. Algunas de ellas son fi-jas, como “Viajar”, que lo realiza una colaboradora, Tere Gradín. Tenemos otra de motor, que ocupa normalmen-te cuatro páginas y una que mezcla literatura y gastro-nomía, “Crónicas gastronómicas”. Por último, en la con-traportada están Fernando Franco y Julián Hernández, con sus respectivos “Sálvese quien pueda” y “Noticias del submundo”.

J ¿Qué aporta Estela a la edición dominical de El Faro de Vigo?

Es un plus a los contenidos habituales y que realiza-mos día a día enel periódico. Tratamos de desarrollar lo máximo posible los temas de actualidad que han salido durante la semana.

JESUS FLORES EXTRA VOZ LA VOZ DE GALICIA

J ¿Cuándo nació Extra Voz y con qué fines?

Nació en octubre de 2011 y es la continuación del ante-rior suplemento dominical de La Voz de Galicia, pero con un diseño distinto y una variación en los contenidos. Pretendemos profundizar con planteamientos origina-les, diseño y enfoques distintos. Todo esto nos sirve para darle una vuelta de tuerca más a la actualidad.

J ¿Con cuánto tiempo planifican el suplemento?

Bastante, ya que los viernes a mediodía lo mandamos a imprimir. La semana anterior vamos pensando temas, aunque a veces tenemos que cambiar algunos.

J ¿Cuál es el punto fuerte de Extra Voz?

El tema de apertura es el alma y condiciona en parte el suplemento. Normalmente, decidimos el tema diez días antes de mandarlo a imprimir, pero luego suele pasar a un segundo o tercer plano, debido a que en la actualidad más reciente ha ocurrido algo que merece una mayor atención que el tema inicial.

“Pensamos los temas con tiempo para hacerlos con calma”

Salvador Rodríguez

Page 17: Número 0 1/8

32 33

J ¿Cuáles son los contenidos por los que apuestan?

Hay secciones fijas que funcionan con su propio ritmo. Muchas veces intentamos enganchar algunas de ellas con la última hora, pero a veces no es posible y abrimos un poco el foco de actualidad.

J ¿Qué aporta Extra Voz a la edición domini-cal de La Voz de Galicia?

Después de la continua información triste o de malas noticias que nos han llegado durante la semana, noso-tros hacemos un esfuerzo de buscar puntos y aspectos positivos que mostrar al lector. Pretendemos que sea un área de descanso mental de todas las preocupaciones.

MARCOS SANCHEZ LA SEMANA NAVARRA DN

J ¿Cuándo nació La Semana Navarra y con qué fines?

Nació en 1992. Lo que perseguimos es sacar historias humanas, algo que nos permiteel suplemento, ya que es más complicado publicarlas en el periódico de diario.

J ¿Cómo lo planifican?

Lo planificamos semana a semana, ya que el viernes lo entregamos y, por lo tanto, ya tenemos que saber desde el lunes cuáles son los temas que vamos a tratar. El miér-coles nos dicen las páginas que ocupa la publicidad –son páginas enteras– y así sabemos exactamente de cuánto espacio disponemos para nuestros reportajes extensos y entrevistas a fondo.

J ¿Tenéis colaboradores?

Hay colaboraciones esporádicas, como la de Javier Mar-tinena, historiador. Además, contamos con José María Romera, que escribe un artículo de opinión. Pero casi todo el suplemento lo hacemos entre los redactores.

J ¿Cuál es el punto fuerte del suplemento?

Lo más importante es el reportaje central, que realiza semana a semana Iván Benítez y que cuenta alguna his-toria humana. Iván dispone de libertad creativa para hacerlo. Es una pieza que antes se encargaba de hacer Javier Marrodán, actualmente profesor de la Universi-dad de Navarra.

J ¿Cuáles son los contenidos por los que apuestan?

Además del reportaje de Iván Benítez, que se sitúa en las páginas centrales, tenemos otras secciones fijas. Íñi-go Salvoch hace entrevistas a personajes que residan en Navarra que nos puedan hablar sobre un tema de ac-tualidad. Por ejemplo, si hay un debate sobre el dopaje, Íñigo busca a alguien que sepa del asunto. Este es el caso de la entrevista a Calabuig, médico de la Clínica Univer-sitaria de Navarra (CUN).

También tenemos “Vida Sana”, que gira alrededor del deporte que realizan personas importantes y a veces so-bre su dieta. Otra de las secciones fijas es “Navarros glo-bales”, que cuenta a qué se dedican nuestros paisanos en otros lugares.

J ¿Qué aporta La Semana Navarra al diario de los domingos?

Lo que tratamos de transmitir es positivo. El espíritu de los reportajes que hacemos se basa en contar la realidad, lo que pasa, pero le damos un tono de esperanza.

OSCAR DEL HOYO OSACA

J ¿Cuándo nació y con qué fines?

Nació hace seis años con el propósito de reforzar los pro-ductos que ofrece Promecal. Tiene un marcado espíritu de ocio y también está enfocado a la salud y a la calidad de vida. De ahí surgió el nombre.

J ¿Cómo lo planifican?

Normalmente el director es el que se encarga de propo-ner los temas que saldrán en el suplemento. Pero tam-bién los redactores proponen ideas.

J ¿Con cuánto tiempo planifican el suplemen-to y cuándo lo terminan?

Cada semana tenemos una reunión los lunes, o incluso el viernes anterior, en la que decidimos los reportajes y entrevistas interesantes que se pueden hacer. El jueves es el día que llevamos a imprimir Osaca. Antes ese día era los martes, por lo que ahora podemos incluir en el suplemento temas relacionados con la actualidad más cercana posible.

J ¿Cuáles son los contenidos por los que apuestan?

Solemos hacer entrevistas de primera plana, con gente importante que pueda decir cosas interesantes a nues-

tros lectores. Contamos también con algunos colabora-dores de la talla de Carlos Alsina o Javier Ares. Por otro lado, tenemos secciones fijas que aportan dinamismo al suplemento como “Moda”, “Tendencias”, “Cultura” y “Salud”, entre otras. En esta última contamos con la psi-cóloga María Jesús Álava.

J ¿Qué aporta Osaca a los periódicos en los que sale?

Es un producto muy diferenciado, muy trabajado. Tiene una limpieza visual y un diseño muy atractivo para los lectores. Además, tratamos de pulir todos los detalles, por lo que es un suplemento muy cuidado con una gran variedad de temas idóneos para leer un domingo.

“Solemos hacer entrevistas de primera plana, con gente

importante que pueda decir cosas interesantes a nuestros lectores”

Óscar del Hoyo