NUMERO 1-56 H ENERO 1956 suBSO^,^DOR^s€¦ · "Pcro yo estoy seJ'ur.o de qisP todns eshas r^asones...

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MADRID NUMERO 1-56 H ENERO 1956 suBSO^,^DOR^s PARA LABORES PROfUNDAS SIN VOLTEO DE TIERRA Por JESUS AGUIRRE ORTIZ DE ZARATE Ingeniero Agrtinomo. j0%%^%//,/í^ j%^^^%/%^^/////^/ %%^%O/^/%^^ j%/^% j/^^%^%/%%/j//,^% , ° , , i9. <ii i/ ^ ^^%7^ ii^'^%i : ^í^^ ^,^^ j^i' i i ji /^7 % i^i ^^ ^% / / //^ j/jo / ° /^ ° %i %^i %G%/i%G^ ^ ^ i// 3` ióí ^%"„ ^,i^^ ^ j % '///ri,i ^ i../ ^ j j ^,%G/,// O ; ^^^• ^ ^/ /^i/%/%/^^///,^/%%///íi^i/ii^^i/i//,%rii////oo,^^^i^í^ii^í %^í^ia^%//i/^/i o/%i0i^/í^i^ / /.^ií i ^ i/,. ; .,, .,, i//„ /i/,ii , ,/i^. . %^/i/i/i%////i^////aii^/iií%^////^^^io /, ',y^^

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  • MADRID NUMERO 1-56 H ENERO 1956

    suBSO^,^DOR^sPARA LABORES PROfUNDAS SIN VOLTEO DE TIERRA

    Por JESUS AGUIRRE ORTIZ DE ZARATEIngeniero Agrtinomo.

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  • Como introducción a esta HOJA DIVUL'GADORA,donde el Ingeniero Agrónomo D. Jesús Aguirre Ortizde Zárate describe las característic,as y aplicación delos subsAladores pesados para labores profundas sinvolteo de tierra, el Ingeniero Agrónomo D. CarlosGonzález de Andrés, Subdirector Técnico de Maqui-naria Agrícola del Instituto Nacional de Ccrloniza-ción, dedica unas páginas a la historia y fundamentodel laboreo, así como a establecer la debida diferen-ciación entre las distintas máquinas empleadas.

    De la calidad y eficacia del tr,abajo que realizanestos subsoladores pueden dar fe aquellos agriculto-res que los vieron actuar o disfrutaron de los bene-ficios del cultivo en tierras roturadas o desfondadascon dichas máquinas, y en l,as páginas que siguen sepresenta una detallada exposición de característicasde los modernos subsoladores, algunas observacio-nes útiles para su empleo y una información gráficaque permite enjuici^ar sobre el trabajo que realizan.

  • LABORES PROFUNDAS

    llesde tiemlx>s ren^^^t^s 5e ha cvtlceclidu hriiiiordial im-^^^rtancia a la ^reharación y cultivo de las tierras ; pero alnli^ii^c^ tieinp^^ se ha i-eco^tlocidc^ due, en i7^uchos casus. ^erealizaba tm^^ labor imherfecta, c^m iilstrumentc^s poc^^ ade-cuad

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    Finalidad de las labores.

    No debe olvidarse que las labores mullen y desmenuzanel terreno para facilitar la penetración y desarrollo de lasraíces de las plantas cultivadas y aumentar la capacidad dela tierra para la absorción y retención del agua.

    Es indudable que con las labores profundas se aumentala estabilidad de las plantas, por el mejor desarrollo de susraíces en un mayor espacio de tierra removida. Al rnismotiempo, el agua de lltrvia penetra lnás fácilmente en la tierra,para calar más hondo y llegar a las aguas del subsuelo, quela embeben y retienen, retardando su evaporación y consti-tuyencío una reserva de humedad que, en 1a época de sequía,ascenderá lentamente a las capas superficiales como benéficomaná para las plantas cultivadas.

    Si la profuncíidad de la labor, en las prácticas anualesde cultivo, tiene notable repercusión en la productividad delas tierras, su efecto es más trascendente en la roturación ydesfonde de terrenos.

    Al dar una labor profunda, lógicamente, se plantea Llndilema : mezclar o no mezclar la ca_pa laborable ^con el sub-suelo. Ln muchos casos, la propia experiencia del agricul-tor puede resolverlo; otras veees será preciso recurrir al con-rejo de la técnica agronómica y a los análisis de laboraíorio.

    Siempre tuvieron los agricultores horror a las ticry^zscrrzcta.r, l^or saber que eran inaclecuadas para el cultivo; peroesta mala cualidad se puede ir corrigiendo, en pocos zños,con labores profundas sin volteo de tierra, para lograr queel aire y el agua lleguen a las capas inferiores que, después,al cí.ar l^oco a poco más profunclidacl con la labor de verte-dera^, permiten aumentar la capa laborable con tierra ya "me-teorizada", sin daño para la planta y. por el contrario, conaumento de la producción.

    Si la contextura del terreno es uniforme hasta una pro-funcíidad de 40 ó 5o centímetros, nada induce a dar laboresprofundas con araclo de vertedera o discos, que mezclan latierra inerte de abajo con la de encima, de mayor fertilidad,por ser más rica en materia orgánica como consecuencia

  • hig^. t.-Escarificadur corrieute de i.25o kilogramos de peso, yue sólo d^ebe em-

    p!earse para laboreo de tierras cultivadas, por no tener resistencia para otros

    trabajos más fuertes.

    del propio cultivo, de la vida microbiana del suelo y de laacción de los abonos.

    Por el contrario, ^un suelo eacesivamente arenoso o arci-]loso debe mezclarse progresivamente con un subsuelo denatttraleza opuesta, mediante labores 1>eriódicas con aradode grandes discos, que deben ser complementadas con unabonado racional.

    Otras veces, el límite de profundidad para las laboresanuales preparatorias clel cultivo lo fija la aparición de unsubsuelo duro, con lajas o pieclras de gran tamaño, que i7n-piden ]a penetración de los arados de discos o de vertedera.Este es un caso ^muy indicado para dar una labor ^cle 40 ^a6o centímetros, sin volteo de tierra, con dos pases cruzadosde subsolador de 3.00o a ó.ooo kilos de peso, provisto detres potentes brazos, portadores de sólidas y resistentes rejas.Para ello se requiere el empleo de tractores de cadenas conpotencia ^a la barra de 7o a i 5o CV.

  • Cuandu se trate dc rutttraciunes, es imhrtscindihle ca^isiempre, iniciarla^ cun labores hrotundas, sin ^^ulte^ iii mez-

    cla de tierras, ^-aliéncl^^se de i^^^s n1^^dern^^^ ^- ^x^tente^ subsu-

    ladores ^jue, al ini,^n^^ ticm^^o ^^u^^ raj^ln y dc,^r^rran 1cllunt^;

    ;le jara, lentise^, cha^^arr^^s de incina }^ r^^ble, retam.^i,, ^^ai-

    iuitus y ^tras ^^lantas caracte rí,tiras clcl ^n^ mtc baj^ ^.

    Subsoladores y escarificadores.

    L^^s sttbs^^lad^^res americ^lnr^s, emhle^ld^s Iwr ^^rin^cra vezcn L;shaña ^^ara ns^» a^-ríc^las ^x^r el In;titut^^ 1\aci^mal d^^Colonización, ftter^^n im^x^rtad^s en el año i^}4K. La 1^ act^ ^^ría pru^luctur de t^-act^>res de ^^o ^i r5o CV. de^^^>tencia a la b^rr^l, con unidad de mancl^^ }^or cable, ac^^pladz^^ la toma de tt;erza, ^>ara acci^mar ^u sisteina de 1^^-anta-inient^^ (fir. ^ j.

    Cualc^nier tipc^ de sli.bs^^l^r^lor- ^-a pr^^^•ist^ clc tres u cin:^^^

  • Pi^. 2.- tiubsolador de cinco dientes pruvistos d^^ r^^ja^ con lormún.

    r^^bustus y^x^tt°nt^s brazos verticales, de cl^^s ^^ n^ás intlg^adas^le esl^es^^r, am re^istentes rejas cle es^mciale^ criracterística^.En vez de hendir, a^^rtar u escar-ificar, runl^^en ia tierra ^^^lesarr

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    SUBSOLADORES PARA LABORES PRO-FUNDAS SIN VOLTEO DE TIERRA

    Por su sencillez, sólicla construcción y facilidad de ma-nejo, el subsolaclor es una cle las máquinas más útiles paraejecutar deterniinadas clases de labores, que no es posiblerealizar con otro material agrícola.

    Es una máquina concebida para ser arrastrada por untractor de cadenas con suficiente potencia para que, duranteel trabajo, sus herramientas puedan ir clavadas y tlesgarran-clo el terreno.

    El peso propio del stibsolador actíia para la penetraciónae sus dientes en la tierra y, pc^r medio de un mando dccable, ŝe pttedc. regular la profundicíad de la labor y la clc-vación cle la máquina para stt transporte.

    Todos los tipos ^de desarraigador se coniponen de dc^spartes eseneiales : a^Y^ancrzón y h^c^r^^cr,^^n^^ ŬC^rztas o elementos detrabajo. Como accesorio necesario para su accionamiento serequiere un mando de cable montado sobre el tractor quearrastra esta ^náquina. ^

    La arinaclura se integ^ra por: ^ray.a^^^^ch,e, Uast^,cloY, ^uen^te,j^ol^^as _v 7^^T^ed^a^s. I_os elementos de trabajo son : di^eh2t^s obtraz^os porta-r^ej^crs, protegidos en su e^tremo inferior por^^'e^^cs o Uotas fácilmente recambiables (fig. 3).

    En varios de los fotograbados que ilustran esta HoJ ADivuLC^^DORn pueden apreciarse las características de algu-nos tipos de los inás n^odernos subsoladores.

    Enganche.

    Es de construcción robusta, concordante con el pesu delsubsolador, y articul.ado transversal y longitudinalmentepara permitir que, en cualquier posición relativa del tractory la n^áquina, el equipo pueda adaptarse a las desigualdadesdel terreno.

    Bastidor.

    ^ s la l^arte inás pesacla de la nláquina y está torni_lcla

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    ^,^^r ^^erfil^^ ^^ chal^a^ ^oldadas eléctricaui,:ntr, tant^^ n^^i^^rttesa^ cttant^^ i1iá^ Lx^tente se^l el ^tih;^^lad^^r, ^-, ^^^^r tant^ ^,tc;n^^^ ^n^ls ca^r^cidacl ^^ara ciert^^s trabr^j^^s.

    I^^n t^^cí

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    C;ada rtteda va niollta^l^i sc^bre wi eje, ttnido al I^ue^nte^x^r intern^edi^^ de d^^s c^^ji^^etes ^le r^^dillos cónicos.

    Brazos porta-rejas.

    l^:;tu; hr^rtius n^rc^jun^^^s ^^,n elementu; ^tttnda^nentalc; I>ar^iel tr^ib

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    fon^vnón (fig. ^., f), constituído por un hrisma alargado, deacero, con su extremo terminado en bisel, para favorecer lapenetración en el terreno. A este fo^^a^t.ó^z va soldada una cajatriangular, más corta, cuyas dimensiones interiores son casianálogas a las de la punta del brazo o diente, .^^1 que se ^ajus-tan, sujetándose por un tornillo pasante con su ^ corresl^on-

    Fi^^. ^.-Distintos tiPos de rejas: (a), reja con formón; (b), tipo mixto de formóuy boYa ;(c) y(d), rejas de bota ;(f), iormón ;(t), tirante.

    diente tuerca, para constituir una sólida herramienta ade-cuada al esfuerzo que ha de realizar el subsolador.

    Como la caja sufre menos clesgaste que el forsoz^ó^ti, Ielespesor de sus haredes es menor, y su soldadura con éste serefuerza por una cuña a tirante que tme el vértice extremode la caja con la cara interna del saliente del formón (fi-guras 4-t).

    El principal desgaste lo sufre la hunta biselada del for,znóia, que debe protegerse continuamente por cordones desoldadura, los cuales pueden ^dispanerse en diversas formas.La naturaleza del terreno y la clase de^ material empleadotienen más influencia en su duración que el sistema de dispo-sición sobre 1a reja.

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    Las ^^ejas cle bota son de una sola pieza, sin solclaclurasy cor. el mismo espesor, tanto para el f or^^ión como para lacaja.

    Como se ba dicho, las yejas dcy bota se consideran másadecuadas para el trabajo de roturación y despedregado, porser cle una sola pieza, del mismo grueso de paredes y con ^elf oy7rcóTi más corto. En el tipo de rejas con f or^^raó^^^, al tro-pezar con una piedra o raíz que actíie solamente sobre lapunta de ^ste, se ejerce un gran esfuerzo st^bre la caja que,.si es de poco espesor, fácilmente se rompe.

    La reja puede ser más larga o más corta, 1rrotegiendomás o menos la pttnta del brazo y sobresalienclt^ más o me-nos el for^nó^rt^ sobre la misma. Su peso, p^^r tanto, es muyvariable, oscilando entre los 12 y los 22 kil^;;-r

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    I?1 niando de cable nu es, en esencia, sino un cabrestante^luc, m^mt^,ld^^ en la ptlrte zagttera del tractor, es accionado^>ur su t^ ^ma clc^ f uerz^i. Una hlaca ^de acoplamiento unida cuntc^r-nillus al inando dc cable, ^^ermite sujetarlo al tract.^i- ^^una n^ang^ueta rí^;icla aa^pla el eje estriado de la toma detuerza a^^trc^ eduivalente, que acciona el mecanisn^o del in^n-d^^ de cable.

    Esta tra»,u^isibn del giru se realiza siempre que el motorclel tract^^r esté en tuncionamiento y embra^ado, aunque la^^alanc

  • ^

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  • Desfondes.

    En las tierras ya cultivadas, o en las que vayan a culti-varse por primera vez, interesa una labor profunda, quepuede realizarse perfectamente por los subsoladores, y congran ventaja sobre otras máquinas (fig^. 5).

    El diente, protegido por la reja, se introduce con facili-dad dentro del terreno, por duro que éste se encuentre, y aIavanzar la máquina, en vez de rajar o escarificar, va rnna-j^i^ndo y d^e,rgary^ando ^el suelo, debido a que el f.r^ente quepresenta no es afilado, sino plano, y con w1 ancho que, porlo menos, es de cuatro o cinco eentímetros.

    Es decir, la labor que realiza un subsolador es una granremoción y.ahuecamiento del terreno, tanto mayor cuantomás duro y apelmazado estttviera éste, pudiendo observarsea simple vista la elevación del antiguo nivel superficial.

    Esta remoción no se efectíia por igual en todas las capasdel terreno. En una primera capa, la rotura del suelo es total,deshaciéndose en terrones, si no es muy arenoso. Por el con-trario, ^en 1as capas más profundas, la punta de 'la reja selimita a dejar un espacio libre para su paso, un hueca tanancho como ella, pero sin romper el resto del suelo a su al-tura. Esta diferencia de trabajo es lógica, porque la primeracapa no tiene obstáculo encima que le impida romperse to-talmente.

    Como la separación entre dientes es, por lo menos, deunos 4o centímetros, se comprende que para hacer una laborperfecta, que cíeje removido casi todo el suelo a la profun-didad deseada, son convenientes dos pases cruzados, con laventaja de que el segundo se ^efectuará más rápidamente alencontrar el subsolador menos resistencia en el terreno.

    I a importancia de los efectos logrados con una laborprof unda, y su influencia decisiva para el posterior cultivo,ha quedado expuesto en el prólogo de esta HoJA :Drvur.GA-noR^ (fig. 6).

    Si comparamos el trabajo del subsolador con otras labo-res profundas, por ejemplo, las hechas con arado de discosde gran diámetro, vemos las siguientes diferencias :

  • Fig. 6.-Las numerosas raíces y enormes piedras sacadas con dos pas^es de sub-

    solador de 4.40o k'ilogramos de peso, y tres dientes, justifican que, con aute-rioridad, sólo pudiera dar la tierra una mediana cosecha cada dos años.

    En cuanto al aparato, no tiene comparación posible larobustez y sencillo manejo de un subsolador con el arado dediscos, que es máquina más delicada, propensa^ a f recuentesaverías v de más difícil ajuste para realizar una labor per-fecta.

    Por lo que se refiere a la época para realizar la labor,sabicío es que los arados de discos sólo penetran en el terrenosi éstc tiene el tempero suficiente. En cambio, el subsoladorno encuentra obstáculo, ni en pleno verano, para que susclientes profundicen y des^arren el sttelo, por duro que éstese presente.

    Otra circunstancia a tener presente es que el arado dediscos voltea, y el subsolador no. Ya quedaron indicadaslas ventajas de labrar sin volteo de tierra, sobre todo en lossuelos de poco fondo, donde la inversión de las capas delterreno puede ser desastrosa, por disminuir su fertilidad.

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    Por íiltim^^, el subsolador no desnivela ^1 terreno, ^- huc-de salvar obstáculc^s v arbola^do sin mene^scab^ de la lab^^i-a realizar.

    z Qtteda el terreno en condiciunes de ^eiilbi-ar al pasar cl^ubsolador una c> dos veces ? No, ^nies a poco di_le el terr^nutenga cierta consi^tencia en su hriniera cal>.a, ^^ turmanterrones, que h^recisan ser desh^echos con un ^^ase de g^radad^ discos. Un

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    dor para qtte, con sus dientes metidos a fando, saque todas1as raíces a la superficie. En este trabajo puede considerarsecomo una máquina insustituíble y de una completa eficacia(figttra 7).

    Normalmente se requieren dos pases cruzados, o^ tres,para efectuar completamente el trabajo. El subsolador quedebe utilizarse es un modelo de cinco dientes, con espacia-tniento de unos 4o centímetros. En el primer pase deben uti-lizarse solamente tres dientes, el central y los dos extrem^^s,con lo cual la separación será de 8o centímetros, y quedaránraíces sin arrancar ; pero se conseguirá remover el terrenoprofundamente y desarraigar totalmente las plantas alcan-zadas. Si se empleasen los cinco brazos, la labor sería, en lamayor parte de los casos, muy superficial, mucho más lentay menos continua, por no tener salida fácil las raíces entrelos dientes, poco separados.

    A coñtinuación del primer pase es preciso retirar de laparcela l.a leña sacada a la superficie, para que no estorbe ^eltrabajo subsiguiente del subsolador (fig. 8). Conseguido estopor los procedimientos de que trataremos más adelante, seda el segundo pase, en sentido cruzacío al anterior.

    Si las raíces no son muy tupidas, este segundo y ílltimopase puede darse con tres o cinco dientes, pues, como se re-movió el terreno anteriormente, será fácil qtte el subsoladortrabaje a toda su profundidad y con todos sus dientes. ElJempleo de mayor o menor número de dientes depende de losresultados que se desea obtener. Con cinco se sacará mayorproporción de raíces qtte con tres, pero el trabajo será me-nos profundo y más lento, ya que, aparte de que el tractorv la máquin.a irán más despacio, será preciso parar de vezen cuando y retroceder para levantar la plataforma con elmando de cable, lo cual permite depositar en el suelo la leñaacumulada del.ante de los dientes.

    Con tres brazos se alcanzará mayor profundidad y seeliminará menos leña, pero el trabajo resultará más rápido,menos costoso y, al mismo tiempo, menos penoso para eltractor y tractorista.. Por otra parte, en este caso siemprequeda el recurso de que, en años sucesivos, y con las labores

  • Fig. 8.-Un terreno roturado con un pase de "rastrillo empujador" y otro con

    subsolador. Uua vez recogidas las raíees y piedras sacadas a la superfici,e se dará

    el segundo pase de desarraigador.

    nortliales de cultivo, se termine de ^eliminar la escasa^ vegertación que quede y que, como es lógico, tendrá poco arraigo

    y desarrollo.En las figuras 8 y g ptteden verse terrenos roturados

    con dos pases de subsolador provisto de tres dientes.En algunos casos de raíces mtry desarrollaclas, entrela-

    zadas y espesas, se precisan tres pases de subsolador. El pri-mero y segundo deben darse con tres dientes separados yel tercero con la misma disposición, o con cinco, por las mis-mas consideraciones expuestas anteriormente.

    En ningítn caso es aconsejable, segíin ha cleinostrado laexperiencia, dar el primer pase con los cinco dientes. Estosiempre termina por traducirse en un mal resultado del tra-bajo, porque, en un terreno virgen, lo más probable es dtteno se profundice todo lo debido, y esto mismo sucederá en

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    los pases ^sucesiv^^s. L^s raíces más profundas, due no seanen^anchadas directamente por los dientes, quedarán intac-tas y padrá rebrotar el monte con el misino vigor que ,antes.

    Lo que, desde luego, debe hacerse, y es ^ttndamental, ^esllev,^rt^ el szr^bsol.^.a'^or ,a l^a ^^ta^vor prof^l^z^lida^cl ^osibl^e, n^^ utili-zando el levantamient^o más que en casos de atasco, ^excesivaresistencia o^e^z las vueltas. Nunca insistiren^os basta^lte enindicar que, cle otra form^ el tr^bajo ser^i h^^co íltil y 1.^ta-remo^s empleando sin eficacia ttn equipo costos^^.

    Antes de terminar con este as^^ecto del trabajo amvienehacer resaltar que, al mismo tiemho c^ue se efectíla l,^ r^^tu-ración, se consigue una comPleta labor de desfon^de, y elterreno quedará en condiciones de sen^brarse una vez que sepase ttna grada pesada, ya qu^e, ^parte de deshacer los terro-t1es, es preciso allanar las pec^ueñas desigualdades c^ue c^tte-dan al sacar las cep.as.

    RO'f^URACIñN DE MONTE AI^,TO.

    Cuando han de derribarse árboles, sea empleanda unaiáinina empujadora o^ tirando con el tractor por medio de ttncable o cadena, el sttbs^l.ador pttede utilizarse com^ elementoauYiliar para cortar raíces extendidas ^lrededor del tronco,y de est^ forma facilitar aquella operación.

    E^n ^este caso b.asta con pasar la máquina, a 1^^ n^áximaprofttndidad, por tres lad^os del árbol, dejando sin cortar so-lamente las raíces del ]ado nor donde ha de caer el c^uese av.anza.

  • Fi^. 9.-Monte recién roturado cou labor profunda de subsulador.

    Despalmitado.

    ^^ arir^; tnile: de hectáreas se han despalmitado, en diver-

    sas pru^-incia; andaluzas, c^_m los eyuipus inecánicos del Ins-

    tituto ^aci^mal de ^C^^lc,uización, am^-irtiend^^ dehesa^ o bal-^líos en fértiles tierra; de regadí^^ ^^ue, desde cl primer r^i^ode culti^-^^, ^-ienen pr^^duciendo n^_inní ĥcas r^^sechas (fi^. ^o).

    El palmito tiene ttna gran masa de ^rttesas }' pr^^fundasraíces, ^iue fc^riiian cepellones, cuy^^ desarraig^u es ^l^uy dití-ril, sobre tod^^ en las tierras fuertes.

    Ctiando el palinit^^ se encuentra toriuandc^ masas c^ "mo-ñus'' .aislados se precisa cotnenzar la r^tttraci^^il c^^n tract^-res que lle^•an en su parte delantera ^,.zst^^illos .eni.fii^.jadores,

    pr^^^-ist^^, de largos y potentes dientes, qtte arrancan y^-c^1,-tean la planta, dejándola s^>bre la superficie del terren^^ consu cepellón de raíces al aire. Despttés de retirar las palmas

    ^- raíce^ se pttede dar el primer pase de sttbsc^lador.

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    Para roturar estas tierras, sobre todo en la época inver-nal, se pueden emplear arados de discos, de 24 ó más pul-gadas de diámetro, que cortan, y en parte voltean, los cepe-llones de raíces.

    Desde finales de primavera hasta el período de lluvias in-vernales, y sobre todo durante el verano, mientras la tierraestá seca y endurecida, el arado de discos no penetra bien,y, en cambio, con su subsolador de más de 2.75o kilogramosde peso, provisto de tres dientes, se puede realizar una mag-nífica labor.

    Con el propósito de no retirar las palmas y raíces delterreno y tratar de incorporarle esta materia orgánica, sehan ensayado hor el Instituto Nacional de Colonización al-gunos modelos de roto-cultivadores, que no han dado resul-tados satisfactorios, pues las palmas verdes son difíciles detriturar y embozan las azadillas del cilindro rotativo.

    Actualmente se realizan experiencias con nuevas máqui-nas, provistas de discos dentados o de gran diámetro y an-chas láminas, cortadoras de raíces, a l^^oca profundidad, quepermiten dar a continuaci^ón, tm prin^er pasc con subsolador.

    Despedregado.

    Ln los terrenos con gran cantidad de piedra enterrada,

    que dificulta las labores y los hace poco aptos para el ctil-tivo, se utilizan los subsoladores con suma eficacia para sacarla piedra a la superficie.

    Piedras incluso de gran tamaño son enganchadas por losdientes de la máquina, a veces partidas, si son blandas, yextraídas a^ la superficie. Es ésta una operación que entrade lleno en las posibilidades del subsolador, y en la cual semuestra insustituíbl^e (fig, zi).

    Ha de utilizarse para ello un tipo de los más pesádos ;primero, porque su mayor penetración permite sacar las pie-dras que se encuentren a más profundidad, y segundo, por-que si la sección de los dientes no es suficiente, se producela torcedura o la ruptura de los brazos. Se opera co^n tresbrazos, al máximo espaciamiento, con objeto de que las pie-dras no sean arrastradas por la máquina y se vayan acumu^

  • Fig. io.-Despalmitado.

    lando delante de aquéllas, ya que entonces es preciso alzarel bK^stidor y retroceder para descargar. Con los dientes es-paciados, las piedras encttentran salida, aunclue sea a costade levantar de vez en cuando la máduina, hero sin interrum-pir el avance, lo que sólo será preciso hacer cu.ando se en-cuentre alguna de tamaño mayor que cl c^^^aciamiento delos brazos.

    Piedras mtty arrainadas o muy ^ranclc^ ^^ucdcn aíl^^rarseoperlndo a tractor harado y frenaclo.

    Generalmente no basta con un pase, sin^^ ^lue, ^^ur lu me^nos, son necesarios dos pases cruzacíos, pues con el primero,debido al espaciamiento de los dientes, no se consigue ex-traer sino una parte de las piedras. Entre pase y pase ha de^^uitarse la piedra de la stil^crficie del tcrren^^ por los hroce-dimientos de que hablaremos más adelante, hara que no es-torbe a la máquina. No se consig-ue ventaja ponicndo losdientes al espaciamiento mínimo, por las interrupciones con-tinuas que sufre la oheración y por la ma^-or lentittid ^^bli-^ada de avance, ya ^lue el tract^r irá m^ls ahurado.

  • Cuant^^ qttrd

  • Fig^, i t.-Raíces y grandes piedras arrancadas con uu solo pasc de subsol3dor,sobrc terrenos cultivados que, antes de esta mejora, tenían una escasa pruducribn

    por no haberse labrado nunca a más de 2o centímetros de profundidad.

    ^^ue, previarnente, una cuadrilla de obreros actnnule la pi^-dra ^ la leña en n^iontones.

    El tract^^r }• los renlolques pueden sustituir^e c^^n ^^entaja^^or voldttetes automó^iles (dttmpers) de descar^^ atrt^^maración de ^us rej^nles.

    Rendimientos.

    Scm mu}' ti-ariables, pues dependen, entre ^^trris, ^lc las cir-cwlstancias siáuiente^ : tipo de subsol^^dor, níimer^^ cle

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    tes empleados, clase de trabajo, protundidad de la labor,composición y grado de humedad del terreno, y cantidad deraíces y piedras.

    A título de orientación indicaremos que, generalmente,oscilan de una a cinco hectáreas por jornada narmal de ochohoras de trabajo.

    Costes.

    El coste de la labor por hectárea de superí^cie dependedel gasto por hora de trabajo y del níimero de horas em.-pleadas.

    Los gastos para determinar el coste horario del equipoconstitttído por un tractor y subsolador pueden agruparse enla siguiente forma :

    Amortización.Cuotas fijas..... Interés del capital.

    Gastos anu a 1 e s ICuota de conservación.

    del ^equipo....... ^ Combustibles y lubricantes.

    ' Gastos v a r i a- Personal (sueldos, jornales y seguros sociales).

    blPS ............ Repuestos (dientes, rejas y cable).^ Diversos.

    Para calcular el coste horario del equipo es preciso de-terminar, primeramente, el importe de cada uno de los gastosmencionados, y referirlos después a su valor-hora.

    A título de orientación puede decirse que el coste horarioc^e u^a ,eqztiipo-tractor con su unidad de control y sttbsola-dor-oscilará entre zoo y 30o pesetas-hora, segím potenciadel tractor, peso y marca del subsolador, cl.ase de labor ynílmero total de jornadas de trabajo anuales.

    ADQUISICION DEL EQUIPO

    Tractor.

    Para arrastrar un subsolador de tipo ligero (de 2.50o a3.00o kilos de peso) debe emplearse un tractor de cade^ascon más de jo CV. de "potencia a la barra".

  • -2g-

    EI ^Ministerio de Agricultura adjudica cíiversos tipos de

    tractores de cadenas, con más de 7o CV. de "potencia a+labarra", y concede carácter de preferencia a los agriculto-res que, al mismo tiempo, soliciten un subsolacl^^r de z.5ooa 3.00o kilogramos de peso, con tres o cinco rejas.

    Subsoladores.

    A disl^osición del Ministerio cle Agricultura se importanalgunos tipos de subsoladores de 2.50o a 3.00o kilogramosde peso^. Algunas unidades quedan a la libre disposición delas Casas importadoras, y otras se adjudican por la Direc-ción General de Agricultttra a los agricultores que dispa-nen u solicitan tractores de cadenas con potencia superiora 7o CV. a la barra.

    De acuerclo con las Ordenes del Ministerio de Agricul-tura, desde principios del pasado año rq^^ la industria na-cional fabrica, por encargo y sugerencias del Instituto I^Ta-cional de Colonización, subsoladores de 2.75o kilogramos depeso, con cinco dientes, que, por la buena construcción ycalidad de materiales empleados, se consideran de un resul-tado totalmente satisfactorio. Parte de estos subsoladoresnacionales se 'han adjudicado por la Dirección Generaí deAgricultura a diversos agricultores al precio de 68.900^ pe-setas.

    CONTRATACION DE TRABAJOS

    Aquellos agricultores que no posean tractores de cade-nas de suficiente potencia a k^ barra, n^^ p^^drán emplear lo:modernos sttbsoladores y para realizar las labores profun-das quc con éstos se pueden conseguir, cstán obligados acontratar dichos trabajos con otros prr^pict.arios o Empre-sas que dispongan de los equipos niec^tnic^^; aclecuados.

    Contratos con el Instituto Nacional de Colonización.

    Los agricultores pueden contratar trabajos dc r^^tura-ción, desfonde y despedregado, con los e^luipos mecánicos

  • -30-

    clel Institut^, a un l^reciu ^-ariable se^>ín la clase de labor,condici^>n^s del t^erreno y cla^e de ma^^uinaria necesaria. Elhrin^er ^^ase dc sttbs^^lad^^r e, ubli^adn clai•le a^n tres dieilte^,hara rileanz^u• ]n tres u cinc^^ dientrs, segtín aa^nseje lainspeccibn técnica hre^^iamente r^ está c^nstittúdu ^>or tract^^res de ^3o a 1 5o C^ .cle h^rtencia a la barr^t y subs^^lad^^r^s tle 2.^0o a C^.ooo ]ciloscle ^^es^^, ^yara alcanzar pr^^fun^lida^les ^le ^}o a ^5 centiímctros.

    I,a r^a^nida y saca de leñas y ^^ieclr,t^, desl^tlés del hrin^er^^a^e clel ^tibs^^la^lor, e^ cle cuenta del hro^ictariu, t^tte se ^^bli-^a a clisl^uiicr del suficiel^te níuncr^^ cic

  • - 3i -

    Au^ilios económicos.

    I^:n cl n^isi»^^ iii^l^re^^, qtte ^e l^recisa e^Ycndcr ^^ara s^^li-citar la c^mtrataci^^n ^le trabaj^s ^^^^n 1^^^ ^^^tii^^^^^ tnecvlic^^^drl In^titut^^ \^aci^mal ^le C^^^lr^niz^ici^^^», rl ^i^ricult^^r Intedei^^dir.u- ^^ur clc^ea ae^^^er;e a 1^^^ heneliri^» ^^ur la le^islaeic^n^.^i^ente ^^t^^rga ^^ara realizar niej^^r^i^ ^lc inter^, l^^crll.

    1?stc

  • GRAFICAS UGUINA-MELENDEZ VALDSS, 7-MADRID