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Trabajo Final de Aplicación:
Carrera Ingeniería Agronómica
“Observaciones sobre la entomofauna asociada a cinco
cultivares de amaranto ( Amaranthus spp) cultivados ”
Autora: María Agustina Ansa
Docente Consejera: Ing. Agr. Dra. María B. Riquelme V.
Comisión evaluadora:
Lic. María Andrea Casset
Ing. Agr. Rafael Introcaso
Ing. Agr. M. Sc. Walter Alfonso
Universidad Nacional de Lujan
2012
2
Índice 1. Introducción…………………………………………………………………………………………………………… 4
1.1. Origen e historia del cultivo de Amaranto…………………………………………………………… 4
1.2. Principales características nutricionales del grano……………………………………………… 4
1.3. Productos elaborados ………………………………………………………………………………………… 5
1.4. Características botánicas del género Amaranthus……………………………………………… 5
1.5. Características principales del cultivo………………………………………………………………… 6
1.6. El cultivo en Argentina………………………………………………………………………………………… 6
1.6.1. Mercados ………………………………………………………………………………………………………… 7
1.6.2. Limitantes en la producción nacional ……………………………………………………………… 8
1.7. Principales fitopatologías y artrópodos fitófagos asociados….…………………………….. 8
2. Hipótesis y objetivos ……………………………………………………………………………………………… 12
2.1. Hipótesis …………………………………………………………………………………………………………….. 12
2.2. Objetivos…………………………………………………………………………………………………………….. 12
3. Materiales y métodos…………………………………………………………………………………………….. 13
3.1. Descripción del ensayo……………………………………………………………………………………….. 13
3.1.1. Ubicación del ensayo……………………………………………………………………………………….. 13
3.1.2. Datos meteorológicos durante el ciclo del cultivo…………………………………………….. 13
3.1.3. Cultivares empleados……………………………………………………………………………………….. 13
3.1.4. Diseño experimental……………………………………………………………………………………….. 16
3.1.5. Labores culturales……………………………………………………………………………………………. 17
3.2. Metodología de evaluación…………………………………………………………………………………. 17
3.2.1. Entomofauna asociada al cultivo………………………………………………………………………. 17
3.2.1.1. Determinación de etapas fenológicas …………………………………………………………… 17
3.2.1.2. Relevamiento de especies de artrópodos presentes ………………….…………………. 17
3.2.1.3. Clasificación taxonómica……………………………………………………………………………….. 18
3.2.2. Observaciones bioecológicas del “barrenador del tallo”, Aerenea
quadryplagiata……………………………………………………………………………………………………………
18
3.3. Análisis estadístico………………………………………………………………………………………………. 18
4. Resultados y discusión……………………………………………………………………………………………. 19
4.1. Entomofauna asociada al cultivo…………………………………………………………………………. 19
4.1.1. Determinación de etapas fenológicas………………………………………………………………. 19
4.1.2. Relevamiento de especies de artrópodos y tipos de daños presentes en cada
cultivar……………………………………………………………………………………………………………………….
19
4.1.3. Descripción del hábito alimentario observado en cada especie de
artrópodo……………………………………………………………………………………………………………………
22
4.1.3.1. Complejo de chinches: Edessa meditabunda "Alquiche chico" y Nezara
virdula "Chinche verde"………………………………………………………………………………………………
22
4.1.3.2. Diabrotica speciosa “Vaquita de San Antonio” ……………………………………………… 22
4.1.3.3. Astylus astromaculatus “Siete de oro” …………………………………………………………. 23
4.1.3.4. Naupactus xantographus “Gorgojo” ………………………………………………..…………… 23
4.1.3.5. Enruladores de la hoja: Argyrotaenia sphaleropa y Eulia loxonephes…………….. 23
3
4.1.3.6. Orugas militares o cogolleras: Spodoptera frugiperda y Spodoptera
cosmiodes……………………………………………………………………………………………………………….....
24
4.1.3.7. Achyra bifidalis "Oruga de la verdolaga" ………………………………………………..…..... 24
4.1.3.8. Acromyrmex lundii “Hormiga negra” …………………………………………………............ 25
4.1.3.9. Armadillium vulgare “Bicho bolita” ………………………………………………………………. 25
4.1.3.10. Tetrachinus urticae “Arañuela roja” …………………………………………………………. 25
4.1.4. Clasificación de especies de artrópodos asociados al cultivo según su hábito
alimentario ……………………………………………………………….………………………………….………….
27
4.1.5. Preferencia de fitófagos entre los distintos cultivares………………………………………. 28
4.1.5.1. Preferencia de la entomofauna desfoliadora entre los distintos materiales
vegetales……………………………………………………………….……………………………………………………
28
4.1.5.2. Preferencia de la entomofauna fitosuccívora entre los distintos materiales
vegetales ……………………………………………………………….…………………………………………………
29
4.2. Bioecología del barrenador del tallo, Aerenea quadryplagiata (Cerambycidae) …. 30
4.2.1. Observaciones sobre los estados de desarrollo y el daño de A. quadryplagiata . 30
4.2.1.1. Oviposición ……………………………………………………………….………………………………….. 30
4.2.1.2. Estado larval ……………………………………………………………….………………………………… 31
4.2.1.3. Estado adulto ……………………………………………………………….………………………………. 31
4.2.1.4. Daño por barrenado ……………………………………………………………….……………………. 31
4.2.2. Número de oviposiciones y galerías por planta sobre los distintos cultivares ….. 33
5. Conclusiones ……………………………………………………………….………………………………………… 37
6. Consideraciones finales ……………………………………………………………….………………………… 38
7. Bibliografía ……………………………………………………………….…………………………………………… 39
8. Anexo ……………………………………………………………….…………………………………………………… 45
4
1. Introducción.
1.1. Origen e historia del cultivo de Amaranto.
El género Amaranthus contiene más de setenta especies, de las cuales la mayoría son
nativas de América y sólo quince son originarias de Europa, Asia, África y Australia. El
amaranto tiene una distribución cosmopolita pues las características de clima, suelo y
geografía donde prospera son muy diversas (Rojas et al., 2010). Los ecotipos han
evolucionado para tolerar suelos alcalinos y arenosos con pH tan alto como 8,5 así como
suelos arcillosos y ácidos de las laderas de roza y quema en los trópicos. Aunque
tradicionalmente se cultiva a los 30° de latitud, el Amaranto se puede cultivar en latitudes
más altas utilizando cultivares que se inducen con fotoperiodos más largos. En general, los
agricultores tradicionales han ido intercambiado semillas sólo con comunidades vecinas de
modo que los bancos de germoplasma que se generaron en tierras semiáridas altas y en las
subtropicales bajas han evolucionado paralelamente (NRC, 1984).
La mayoría de los cultivos de grano se ha concentrado en valles de tierras altas, como
los de la Sierra Madre, Andes e Himalaya (NRC, 1984). En el continente americano, el
amaranto se cultiva desde hace más de 5.000 años, habiendo constituido el alimento básico
de los incas, aztecas y otros pueblos precolombinos (Sauer, 1950). Pero con la llegada de la
conquista española, el uso del amaranto en ceremonias religiosas fue asociado con la
eucaristía del cristianismo y, como muchas otras costumbres, fue prohibido su empleo y se
persiguió a quienes continuaban utilizándolo. Este hecho, junto con otros motivos más,
como la sustitución de los cultivos nativos por los introducidos del Viejo Mundo, preferidos
por los españoles, confluyeron en la reducción del cultivo del amaranto de manera drástica
(Becerra, 2000).
Sin embargo, durante el siglo XX, The National Academy of Science comenzó a realizar
investigaciones con plantas tropicales inexploradas que tendrían un valor económico
prometedor. Este hecho impulsó la reivindicación y el redescubrimiento del amaranto,
describiéndola como una de las 36 fuentes no convencionales de alimentos más prometedoras
del mundo (NRC, 1984). Entre sus atributos se destacan su capacidad para resistir y/o tolerar
factores ambientales adversos y su alto valor nutritivo (Mújica & Berti, 1997; Andrade &
Andrade 1991; Aedo Pareja & Barrantes del Águila, 1991; García- Pereyra et al., 2009).
1.2. Principales características nutricionales del grano
El grano posee entre 12 y 19% de proteína (Nieto, 1990 y Tabla 4 en Anexo.) con un
balance de aminoácidos cercano al requerido para la nutrición humana, siendo la leucina el
compuesto limitante. Esta última permite por ejemplo, que la proteína de Amaranthus
caudatus se absorba y utilice sólo hasta un 70%. Sin embargo, observando estos valores se
5
puede apreciar el similar valor biológico de su proteína en comparación con la proteína del
trigo (73%) y soja (74%) (Nieto, 1990 y ver Tabla 5 en Anexo). Además por su alto contenido en
lisina es una excelente complementación aminoacídica con las proteínas de maíz, arroz y trigo
(Mújica & Berti, 1997).
1.3. Productos elaborados.
Por la industrialización del grano se puede obtener harina y grano inflado o entero. La
harina de amaranto, producto de la molienda integral, no resulta panificable por sí sola ya
que carece de gluten (gliadina y glutenina), lo que la convierte en un alimento apto para la
población celíaca. También, el grano entero cocido puede usarse en forma similar al arroz o
inflado (Schnetzler & Breene, 1994). Además de estos usos, ya existen en el mercado
productos donde se utiliza como suplementación en harina de trigo y lácteos,
incrementando el contenido proteico de los mismos y logrando un mejor equilibrio de
aminoácidos esenciales (Delgadillo et al., 1991, citado en Martín de Troiani et al., 2005).
Otro recurso aprovechable del amaranto lo constituyen las hojas. Existen variedades de A.
mantegazzianus en las que el follaje posee un alto contenido de calcio y magnesio debido a
la gran cantidad de ácido oxálico que contienen las plantas en crecimiento. Las hojas
concentran la mayoría de los nutrientes, que son similares a muchas hortalizas de hoja que
muestran un alto contenido de proteínas, fósforo, hierro, calcio y vitaminas como vitamina
C, retinol y niacina (Mújica & Berti, 1997).
1.4. Características botánicas del género Amaranthus.
Las diferentes especies de Amaranthus son plantas anuales, herbáceas, de tallos
suculentos en estadios iniciales y algo lignificados cuando el cultivo se encuentra más
avanzado. Por lo general tiene un eje central bien diferenciado desde donde se ramifica y
las hojas son generalmente alternas u opuestas, sin estipulas de forma elíptica, aovada, lisas
o poco pubescentes con nervaduras pronunciadas. El color de la planta va desde verde hasta
el púrpura con varios colores intermedios como el rojo, rosado, café, etc. En cuanto al
sistema radicular, es de tipo pivotante, donde las raíces secundarias se encuentran bien
desarrolladas.
Las plantas de amaranto son monoicas, con flores pequeñas y unisexuales, reunidas en
glomérulos formando falsas umbelas con tres o cinco brácteas externas cada una. Las flores
se agrupan formando una inflorescencia tipo panoja, las cuales son muy vistosas y se
presentan desde totalmente erectas hasta decumbentes. En cuanto a colores pueden
observarse: amarillas, naranjas, café, rojas, rosadas o purpuras. El fruto botánicamente es
un pixidio unilocular, por lo que presenta dehiscencia. La semilla es muy pequeña, mide 1 a
6
1,5 mm de diámetro. Los colores de las semillas pueden variar desde amarillo a rosados,
rojos y negros, estas últimas tienen cubiertas muy duras y son características de las especies
silvestres (Mújica y Berti, 1997)
El género se ubica dentro del orden Cariophyllales, familia Amaranthacea. Dentro del
mismo se han identificado más de 60 especies entre las que se destacan: A. caudatus L , A.
mantegazzianus P. y A. edulis S, A. cruentus L. , A. paniculatus L, A. hypochondriacus L., A.
dubius M., A. quitensis S.
1 5. Características principales del cultivo.
La duración del ciclo del cultivo varía en general desde los 120 a 180 días pero
pueden darse casos extremos como 90 o 240 días. (Mújica & Berti, 1997).
Los rendimientos de grano pueden ser muy variables, en Argentina se han obtenidos
rendimientos de 1530 kg/ha. Sin embargo en Bolivia y Perú se han reportado rendimientos
de 900 hasta 4000 kg/ha, en lo que respecta a biomasa en A. hybridus se obtuvieron hasta
20 tn/ha a los 40 días posteriores a la siembra de los cuales se aprovecha como hortaliza un
42 a 60%, mientras que para A. cruentus y A. caudatus se han encontrado alrededor de 30
tn/ha con un volumen aprovechable superior al 40% (Mújica & Berti, 1997).
1.6. El cultivo en Argentina.
En la Argentina, el amaranto se cultiva desde mucho antes de la colonización
española, lo que ha sido certificado con hallazgos arqueológicos en el área meridional de la
provincia de Mendoza. Allí se encontró un depósito de semillas de A. caudatus de 2.000
años antigüedad. Por otro lado, como existen especies de amaranto nativas de otros
continentes, estos hallazgos también contribuyeron a reafirmar a Sudamérica como centro
de origen (Covas, 1994).
Fuera del cultivo practicado por los pueblos originarios, los amarantos graníferos
sudamericanos solo han sido cultivados desde principios del siglo pasado en pequeñas
parcelas experimentales (Covas, 1994) o en pequeños lotes a baja densidad asociados con
maíz en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca (Mújica & Berti, 1997).
El inicio de la experimentación con los amarantos en la región pampeana comenzó a
partir de ensayos realizados en el Instituto de Fitotecnia de INTA Castelar (Buenos Aires),
con materiales provenientes de la Estación Experimental de Puerta de Díaz (Salta). Dichos
trabajos experimentales y analíticos recién se intensificaron durante la década del ´80,
realizándose varias investigaciones orientadas hacia estudios de adaptabilidad de un gran
número de cultivares provenientes de México, Perú y Estados Unidos (A. cruentus y A.
7
mantegazzianus), para la regiones de la llanura pampeana semiárida y subhúmeda (Covas,
1994).
Por su amplio rango de adaptación ecológica, se estima que en Argentina existe una
gran extensión de tierras aptas para el cultivo, de no menos de 50 millones de hectáreas,
principalmente en la región semiárida del país, al Norte de la Patagonia (Covas, 1994). Sin
embargo, las Provincias de Salta, Jujuy y Catamarca constituyen la zona tradicional de
cultivo. Aquí la mayoría son pequeños productores, que cultivan con el propósito de
autoconsumo de la familia campesina, siendo incipiente la producción de tipo comercial
(Sánchez, 1991, citado por Jiménez et al., 2009). Pero el área potencial del cultivo en
nuestro país también comprende las provincias de Santiago del Estero, Córdoba, este de La
Pampa y oeste de Buenos Aires, siendo una de las principales condiciones a tener en cuenta
que las zonas de cultivos sean libres de heladas (MinCyT de Jujuy, 2010).
1.6.1. Mercados.
El principal productor de amaranto es China con 150 mil hectáreas cultivadas,
seguida por India y Perú que tienen aproximadamente 1.800 hectáreas cada uno, México
con 900 hectáreas y EEUU con 500 hectáreas. No existen datos oficiales de exportaciones,
derechos de importación, ni de preferencias arancelarias debido a que este grano carece de
posición arancelaria propia (MinCyT de Jujuy, 2010).
En materia de consumo se destacan 2 destinos fundamentales: el autoconsumo
integrado por los campesinos de la región de producción y un mercado de productos
funcionales, con consumidores estadounidenses y europeos de altos ingresos.
Los principales consumidores a nivel mundial son Bolivia, Perú, Ecuador junto con
Europa y Estados Unidos, donde se consumen en forma de granos integrales, copos, harinas
generales, harinas integrales de amaranto tostado, amaranto reventado al estilo de rosetas,
polvos pregel, aceites, barras de cereal, panes, entre otros (MinCyT de Jujuy, 2010).
En Argentina el mayor volumen de grano comercializado proviene de la importación,
sin embargo este mismo circula en un sistema comercial informal, en el que se destaca la
ausencia de un mercado de referencia.
El último eslabón comercial se da en comercios de tipo “dietéticas”, envasado en
bolsas plásticas de medio kilo y siendo baja la vinculación con los otros componentes de la
cadena agroalimentaria (MinCyT de Jujuy, 2010).
1.6.2. Limitantes en la producción nacional.
Con respecto a la producción de amaranto a nivel nacional, las principales limitantes
van desde su cultivo hasta la comercialización. Con respecto a la comercialización, resulta
8
determinante el escaso volumen de producción nacional, lo que impide viabilizar una
mayor industrialización del grano. Durante el desarrollo del cultivo, la restricción inicial la
constituye la falta de disponibilidad de semilla generada por la alta densidad de siembra y
por un bajo número de semilleros y bancos de germoplasma que pueden abastecer a los
productores. Una de las principales reservas de germoplasma está ubicada dentro del INTA
Anguil (Provincia de La Pampa) que posee 18 variedades de Amaranto (MinCyT de Jujuy,
2010).
Otro problema es la falta de maquinaria. Existen experiencias de productores que
han realizado adaptaciones de maquinarias existentes para la siembra con “cajón alfalfero”,
sin embargo para la cosecha y trilla no se dispone de maquinaria agrícola específica (MinCyT
de Jujuy, 2010).
Se suma a estos factores un deficiente manejo agronómico que termina por afectar
la productividad del cultivo como una cama de siembra fina, debido al tamaño pequeño de
la semilla (MinCyT de Jujuy, 2010).
1.7. Principales fitopatologías y artrópodos fitófagos asociados.
En cuanto a la sanidad del cultivo, Cabrera Nieto (1989) afirma que en Ecuador las
fitopatologías que sobresalen son las causadas por los hongos del género Phythuium,
Phytophthora y Rizoctonia que se hacen presentes en los primeros 30 días del cultivo. En el
estado de planta adulta el problema principal es ocasionado por Esclerotinia sclerotiorum ya
que produce clorosis, muerte del tallo y panojas. Además se ha reportado la presencia de
oídio (Erysiphe sp.). Barrantes del Águila (1991) en Bolivia determinó otros agentes
fitopatógenos foliares, como roya blanca (Albugo spp.), necrosis de nervaduras (Phoma
spp.), mancha pajiza circular (Phyllosticta spp.), necrosis macrótica foliar (Macrophoma
spp.), fusariosis foliar (Fusarium roseum) y virosis. También en Bolivia, Rojas et al. (2010)
describieron como enfermedades frecuentes en semilla a Pythium sp. y Fusarium sp. junto
con Esclerotinia sp. y Alternaria sp. ocasionando pudrición del tallo y la raíz.
Con respecto a los artrópodos fitofagos, se han realizado varios ensayos sobre la
entomofauna presente en el cultivo tanto en Argentina como en otros países americanos
como Bolivia (Flores et al. 1986; Vilca & Jeri, 1991; Ferrufino Barba, 2003; Rojas et al., 2010),
Perú (Ugás & Caldas, 2005), Chile (Cárdenas, 1991, citado en Guerrero et al., 2000);
Zambrano, 1996; Guerrero et al., 2000), Ecuador (Hernández, 1979; Cabrera Nieto, 1989;
Monteros et al., 1994; Dávila Pullas, 2008; Buña & Mayalica, 2009), México (Pérez &
Domínguez, 1989; Espitia-Rangel, 1990; Aragón- García et al., 1997; Torres-Saldaña et al.,
2004; Salas-Araiza & Boradonenko, 2006; Pérez Torres et al., 2011), Cuba (Borroto Pérez et
al., 2003) y EEUU (Wilson & Olson, 1990).
9
En este trabajo se seleccionaron como antecedentes a los estudios realizados en
países sudamericanos debido a la posibilidad de hallar más especies adversas en común. Tal
es el caso de ensayos llevados a cabo en Ecuador, donde se encontró como principales
plagas a larvas del género Agrotis spp. y Feltia spp. (Lepidoptera: Noctuidae) (Monteros et
al., 1994). Del mismo modo, Dávila Pullas (2008) observó ataque de orugas cortadoras de
dichos géneros. Por su parte, Buña & Mayalica (2009) encontraron en un ensayo con A.
caudatus durante la primera etapa de desarrollo de las hojas, bajas poblaciones de “pulgón
verde” Myzus sp. (Hemiptera: Aphididae) que luego se ubicaron sobre las panojas. También
observó la presencia de la “oruga cortadora” Agrotis sp. ubicada en las hojas más jóvenes.
En Perú, se presentaron diversas plagas como “pegadores de hojas” Spoladea
recurvalis, “mosca blanca” Bemisia tabaci y “mosquilla de los brotes” Prodiplosis longifila
(Ugás & Caldas, 2005). Mújica & Berti (1997) realizaron un estudio en la costa de Perú,
donde encontraron a los lepidópteros Eurysacca melanocampta (Gelechiidae), Pseudoplusia
includens (Noctuidae), Spodoptera eridania (Noctuidae) y Herpetograma bipunctalis
(Pyralidae).
En Chile, se hallaron orugas cortadoras (Noctuidae), y a la “polilla del bledo”,
causando daño leve en localidades de la Región Metropolitana (Cárdenas, 1991, citado en
Guerrero et al., 2000). Por su parte, Zambrano (1996) observó el daño producido por las
larvas de H. bipunctalis, mientras que Guerrero et al., (2000) observaron ataque de Achryra
similalis y larvas de Coleophora versurella (Coleophoridae), Eurysacca media (Gelechiidae),
Strymo neurytulus (Licaenidae) y los noctuídos Rachiplusia nu, Trichoplusia ni y Copitarsia
turbata.
En Bolivia, Vilca & Jeri (1991) citan trabajos anteriores donde se encontró una gran
variedad de plagas foliares, como "minadores de hoja" (Diptera: Anthomyiidae), lepidópteros
de la familia Pyralidae y Noctuidae, Diabrotica sp. (Coleoptera: Chrysomelidae) y Gryllus
arsimilis (Ortoptera: Grillidae). Posteriormente, Rojas et al. (2010) describen como plaga de
mayor incidencia, durante la emergencia, a Diabrotica sp., y entre otras plagas citan a Agrotis
sp. y Epicauta sp.
En referencia a investigaciones realizadas en Argentina, la mayor cantidad de
estudios realizados sobre insectos asociados al cultivo fueron elaborados por Ves Losada &
Covas (1987) en la provincia de La Pampa. Estos trabajos basaron su investigación en
determinar qué organismos eran productores de daño y evaluar sus enemigos naturales
(parasitoides y/o predadores). Posteriormente Niveyro et al. (2006) y Vargas López et al.
(2006) también tomaron registro de varias especies que se alimentaban del cultivo.
En la Provincia de Buenos Aires en ensayos realizados en la Universidad Nacional de
Luján, se registró una amplia variedad de especies mayormente de los órdenes Hemiptera y
10
Coleoptera (De Haro & Martínez, 1995; Martínez et al., 1997). En la misma región, Jacquelin
et al. (2011), en un estudio realizado en el INTA Pergamino, también registró daño sobre el
cultivo pero producido por un menor número de especies.
Se ha documentado una gran diversidad de insectos con hábito barrenador asociado
al cultivo de amaranto en diferentes lugares del mundo (Covas, 1994; Phogat et al., 1994; Low
et al., 1995; Torres Saldaña et al., 2004; Martínez & Riquelme, 2007; Niveyro & Salvo, 2012).
Los insectos barrenadores son aquellos por cuyo régimen alimentario caulinófago deben
ingresar dentro del tallo y realizar galerías dentro del mismo. Esto dificulta la circulación de
agua y fotoasimilados aumentando el riesgo de quebrado de las plantas.
En Argentina, se cita al género Conotrachelus spp. (Coleoptera: Curculionidae) como
el principal barrenador de cultivos de La Pampa (Niveyro et al., 2006). En esta misma
región, Covas (1989) había tomado registro de daños ocasionados por un coleóptero de la
familia de los Cerambícidos, no identificado.
Paralelamente, en la provincia de Buenos Aires, De Haro & Martínez (1995) hallaron
en un ensayo en la localidad de Luján, un barrenador del tallo de la familia de los
Cerambícidos. La especie fue identificada por Di Iorio et al. (1998) como Aerenea
quadryplagiata, a partir de un individuo encontrado sobre A. hypochondriacus L. cv. Artasa
9022. Posteriormente Sbravatti (1999) cita la presencia de este barrenador en otros tres
cultivares en la misma zona y también sobre A. quitensis. Anteriormente esta especie ya
había sido identificada por Bosq (1943) sobre A. muricatus y Xanthium strumarium, y
Brunch (1914) había determinado que la zona de distribución en Argentina abarca las
provincias de Tucumán, Córdoba, Buenos Aires y Mendoza. En trabajos más recientes,
Martínez & Riquelme (2007) confirmaron que A. quadryplagiata resulta la principal plaga en
esta región.
Considerando los trabajos anteriormente citados, el amaranto resulta ser un cultivo
prometedor para la región Pampeana, sin embargo son muchos los aspectos agronómicos
que deben ser estudiados en mayor profundidad para la implementación de este cultivo en
superficies más extensas. Entre estos factores, la incidencia de la entomofauna y en
particular de Aerenea quadryplagiata asociados a los diferentes materiales genéticos y
etapas fenológicas, puede resultar una variable determinante para el desarrollo del cultivo.
11
2. Hipótesis y objetivos.
2.1 Hipótesis.
a) Las especies fitófagas que afectan al cultivo varían según el cultivar o
especie de amaranto y el momento del ciclo del cultivo.
b) La incidencia de Aerenea quadryplagiata depende del tipo de material
cultivado y/o de algunas características morfológicas de la planta.
2.2. Objetivos.
a) Registrar y cuantificar las especies de artrópodos fitófagos y su daño
asociado, en cinco cultivares de amaranto.
b) Evaluar el comportamiento de Aerenea quadryplagiata en relación a algunas
características morfológicas de los materiales sembrados.
12
3. Materiales y métodos.
3.1. Descripción del ensayo.
3.1.1. Ubicación del ensayo.
El estudio se realizó en el campo experimental de la Universidad Nacional de Luján,
provincia de Buenos Aires, región natural de la Pampa Húmeda cuyas coordenadas
geográficas son: latitud 34º 36’ Sur y longitud 59º 04’ Oeste, a 28 msnm.
Los suelos presentes en esta zona son clasificados como Argiudoles típicos (Soil
Taxonomy, 2006), perteneciente a la serie Solís. La región está cubierta uniformemente por
un manto loéssico de más de dos metros de espesor, donde la profundidad del solum es de
160 cm, con un horizonte superficial bien provisto de materia orgánica (3,5%), de textura
franco-limosa a franco-arcillo-limosa y el horizonte textural (Bt) se encuentra a 27 cm (Botta
et al., 2002; De Falco, 2011, comunicación personal). (Ver Descripción 1 y Tabla 7 en
Anexo).
3.1.2. Datos meteorológicos durante el ciclo del cultivo.
En la Tabla 1 se presentan los datos de temperaturas medias, máximas y mínimas
mensuales así como la precipitación acumulada mensual durante el desarrollo del cultivo de
amaranto utilizado en este trabajo (Diciembre de 2010 a Junio de 2011).
Tabla 1. Valores promedio de precipitación y temperatura registrados durante el ciclo del
cultivo de amaranto (Estación Agrometeorológica CIDEPA-UNLu, 2010-2011).
Meses Dic Ene Feb Mar Abr May Jun
Precipitaciones (mm) 33 177,5 132,5 30 155,5 45 79
Temp. Media (°C) 23,4 27,9 22,7 19,8 17,4 13,1 10,2
Temp. Max. (°C) 31,7 32,5 29,3 28,1 24,4 19,1 15
Temp. Min. (°C) 14,9 17,9 16,1 12,2 10,8 7,1 5,5
3.1.3. Cultivares empleados.
- Amaranthus mantegazzianus “Hortícola”
- Amaranthus hypochondriacus cv. Húngaro (ciclo corto)
- Amaranthus hypochondriacus cv. Artasa 9122
- Amaranthus cruentus cv. Don Guiem
- Amaranthus cruentus cv. Mejicano
13
Figura 1. Amaranthus mantegazzianus “Hortícola”.
Figura 2. Amaranthus hypochondriacus cv.
Húngaro (ciclo corto).
14
Figura 3. Amaranthus hypochondriacus cv. Artasa 9122.
Figura 4 . Amaranthus cruentus cv. Don
Guiem.
15
Figura 5. Amaranthus cruentus cv. Mejicano.
Dichos materiales fueron provistos por la Universidad Nacional de La Pampa, dentro
del marco del Proyecto de Extensión universitaria “Proyecto de promoción, desarrollo e
integración asociativa de productores vinculados a producciones alternativas en la Cuenca
del Río Lujan y alrededores” desarrollado por la asignatura Conservación del Sistema
Agropecuario.
3.1.4. Diseño experimental.
El diseño experimental del ensayo fue en bloques completos aleatorizados con 3
repeticiones. Cada parcela constó de 3 filas de 3 m de largo, con una distancia entre surcos
de 70 cm. La disposición de los tratamientos se presenta en la figura 6. Entre parcelas se
dejaron sectores de 1m que funcionaron como caminos.
16
3.1.5. Labores culturales.
Las labores previas a la siembra constaron de una pasada de disco y una de
motocultivador. La preparación del suelo es un factor determinante para la posterior
implantación del cultivo debido a que el tamaño pequeño de la semilla hace necesario una
gran superficie de contacto. La siembra se realizó el 22 de Diciembre de 2010.
Ya emergido el cultivo, el control de malezas fue de forma manual, limpiando los
caminos y el entresurco. Se regó durante el primer mes, cada 2 días aproximadamente
debido a que la emergencia es la etapa más sensible al estrés hídrico. No se realizó raleo de
plantas y tampoco se utilizaron agroquímicos.
3.2. Metodología de evaluación.
3.2.1. Determinación de etapas fenológicas.
Se registraron las fases fenológicas durante las fechas de muestreo, para lo cual se
utilizó la metodología enunciada por Chagaray y Gallo (2005). (Ver Descripción 2 en Anexo)
3.2.2. Entomofauna asociada al cultivo
3.2.2.1. Relevamiento de especies de artrópodos y tipo de daños presentes.
Durante el desarrollo del cultivo se relevaron semanalmente, durante la etapa vegetativa
hasta inicio de etapa reproductiva, los artrópodos y daños presentes. Para dicho registro, se
tomó una muestra al azar de diez plantas del surco central, omitiéndose los 50 cm próximos
al final de la parcela para evitar el efecto borde. Se observó a ojo desnudo la parte media
superior de cada planta, se registró si la misma presentaba algún tipo de daño por
alimentación (desfoliación o fitosucción) y se capturaron los individuos presentes. En el
caso de que se encontraran individuos inmaduros, se criaron en laboratorio. Como alimento
para la cría se utilizaron plantas pequeñas del mismo material en donde se halló al
Bloque I Bloque II Bloque III
Don Guiem Mejicano Don Guiem
Artasa Hortícola Húngaro
Mejicano Húngaro Mejicano
Hortícola Don Guiem Hortícola
Húngaro Artasa Artasa
Figura 6. Esquema del ensayo.
S
17
individuo. Tanto en las observaciones directas a campo como en las de laboratorio, se
registraron los tipos de hábito alimenticio discriminando entre artrópodos desfoliadores y
fitosuccívoros.
3.2.2.2. Clasificación taxonómica.
Para la clasificación de los artrópodos se utilizaron claves taxonómicas y bibliografía
específica (Rizzo, 1979; Richards & Davies, 1983; Navarro et al., 2009; De Haro et al., 2011).
3.2.3. Observaciones bioecológicas del “barrenador del tallo”, Aerenea
quadryplagiata.
En madurez fisiológica (Chagaray y Gallo, 2005) se tomaron muestras de diez plantas por
parcela con síntoma de barrenado (daño por oviposición), en las que se registraron en
laboratorio: el diámetro a los 20 cm del cuello, la altura hasta la base de la panoja, el
número de oviposiciones, el número de galerías por barrenado y la presencia de larvas.
Para recolectar esta información, primero se determinó diámetro de tallo empleando un
calibre automático “Precision Measuaring” (precisión de 0,01mm). Luego se registró la
altura de la planta desde el cuello del tallo hasta la base de la panoja utilizando una cintra
métrica. Posteriormente se cuantificó el número de oviposiciones a lo largo del tallo y se
diseccionó el mismo con un bisturí para observar a ojo desnudo la presencia de galerías y
larvas.
3.3. Análisis estadístico.
Para comparar el daño por insectos defoliadores y fitosuccívoros en cada cultivar y fecha
de muestreo se realizó un ANOVA de medidas repetidas para cada una de las siguientes
variables: % de plantas con defoliación y % plantas con daño por fitosucción. Para comparar
el comportamiento del barrenador en los distintos materiales genéticos de amaranto, se
realizó un análisis de varianza para las siguientes variables: N° de oviposiciones, N° de
galerías y % oviposiciones efectivas ((N° de galerías/N° oviposiciones)*100), tomando como
tratamiento a los cultivares. También se realizó un análisis de correlación para cada cultivar
entre, cada una de las variable mencionadas con el diámetro y la altura. En ambos análisis,
cuando el ANOVA resultó significativo, se realizó una separación de medias a posteriori con
la prueba de Duncan, teniendo en cuenta un error estadístico del 5%. Para todos los análisis
se utilizaron los programas estadísticos STATSOFT (2000) e INFOSTAT (2004).
18
4. Resultados y Discusión.
4.1. Determinación de las etapas fenológicas.
En la Tabla 2 se observa las fases fenológicas registradas durante las fechas de
muestreo para el relevamiento de especies de artrópodos presentes en el ensayo.
Tabla 2. Fases Fenológicas en las fechas de muestreo
N°
Fecha
Cultivares /
Fases Húngaro Hortícola Don Guiem Mejicano Artasa
28/12 Emergencia Emergencia Emergencia Emergencia Emergencia
1 20/1 Inicio de panoja Vegetativo Vegetativo Vegetativo Vegetativo
2 28/1 Antesis Vegetativo Vegetativo Vegetativo Vegetativo
3 4/2 Antesis Vegetativo Vegetativo Vegetativo Vegetativo
4 11/2 Inicio de llenado de
grano
Inicio de
panoja
Inicio de
panoja
Inicio de
panoja
Inicio de
panoja
La emergencia de todos los cultivares se registró el 28 de diciembre. Sin embargo , el
cultivar Húngaro presentó una mayor precocidad al pasar a etapa reproductiva a los 29 días
posteriores a la siembra, y por lo tanto todos los muestreos de insectos en este material se
ubicaron dentro de esta etapa (Tabla 2). Este hecho observado se debe a que este cultivar
se caracteriza por presentar un ciclo corto. El resto de los materiales recién alcanzaron dicha
etapa en la última semana de muestreo.
4.2. Entomofauna asociada al cultivo
4.2.1. Relevamiento de especies de artrópodos presentes en cada cultivar.
En la Tabla 3 se presenta los artrópodos encontrados en cada material vegetal y la
clasificación taxonómica alcanzada.
Tabla 3. Especies asociadas a cada cultivar.
Cultivar Orden Insectos fitófagos
19
Argyrotaenia sphaleropa
(Tortricidae: Tortricinae: Archipini)
Eulia loxonephes
(Tortricidae, Tortricinae, Eulini) Lepidoptera
Achyra bifidalis
(Crambidae, Pyraustinae, Pyraustini)
Hemiptera Edessa meditabunda
(Pentatomidae)
Aerenea quadryplagiata
(Cerambycidae)
“Crisomelido marron”
(Chrysomelidae) Coleoptera
Diabrotica speciosa
(Chrysomelidae)
Himenoptera Acromyrmex lundii
(Formicidae)
A. mantegazzianus cv. Hortícola
Isopoda
Armadillium vulgare
(Armadillidiidae)
Aerenea quadryplagiata
(Cerambycidae)
Nuapactus xantographus
(Curculionidae) Coleoptera
Diabrotica speciosa
(Chrysomelidae)
Himenoptera Acromyrmex lundii
(Formicidae)
Isopoda
Armadillium vulgare
(Armadillidiidae)
A. hypochondriacus cv. Artasa 9122
Acarina Tetrachinus urticae
(Tetrachinidae)
Nezara virdula
(Pentatomidae) Hemiptera
Edessa meditabunda
(Pentatomidae)
Diabrotica speciosa
(Chrysomelidae)
“Crisomelido marron”
(Crysomelidae) Coleoptera
Aerenea quadryplagiata
(Cerambycidae)
Spodoptera cosmoides
(Noctuidae, Xyleninae, Prodeniin) Lepidoptera
Spodoptera frugiperda
(Noctuidae, Xyleninae, Prodeniini)
Himenoptera Acromyrmex lundii
(Formicidae)
Isopoda
Armadillium vulgare
(Armadillidiidae)
A. cruentus cv. Don Guiem
Acarina Tetrachinus urticae
(Tetrachinidae)
Tabla 3. Continuación.
Cultivar Orden Especie
A. cruentus cv. Mejicano Coleoptera Diabrotica speciosa
(Chrysomelidae)
20
Astylus atromaculatus
(Melyridae)
Aerenea quadryplagiata
(Cerambycidae)
Nuapactus xantographus
(Curculionidae)
“Crisomelido marron”
(Chrysomelidae)
Hemiptera Edessa meditabunda
(Pentatomidae)
Lepidoptera Argyrotaenia sphaleropa
(Tortricidae: Tortricinae: Archipini)
Himenoptera Acromyrmex lundii
(Formicidae)
Isopoda
Armadillium vulgare
(Armadillidiidae)
Lepidoptera Achyra bifidalis
(Crambidae, Pyraustinae, Pyraustini)
Edessa meditabunda
(Pentatomidae) Hemiptera
Nezara virdula
(Pentatomidae)
Diabrotica speciosa
(Chrysomelidae) Coleoptera
Astylus atromaculatus
(Melyridae)
Himenoptera Acromyrmex lundii
(Formicidae)
Acarina Tetrachinus urticae
(Tetranichidae)
A. hypochondriacus cv. Húngaro
Isopoda
Armadillium vulgare
(Armadillidiidae)
Se encontró una gran variedad de especies pertenecientes a diferentes órdenes. Los
dos órdenes en los que se registró una mayor variedad de especies fueron Lepidoptera con
representantes de las familias Tortricidae, Crambidae y Noctuidae, y Coleoptera, con
individuos de las familias Curculionidae, Cerambycidae, Chrysomelidae y Meliridae (Tabla 3).
Sin embargo, el número de especies fue menor que el registrado por Martínez & Riquelme
(2007) en el mismo sitio de ensayo. Este hecho podría atribuirse por una parte a que los
ensayos difierieron en la fecha de siembra, siendo más tardía en la campaña presentada en
este trabajo y por otra parte, a que las precipitaciones en este ensayo fueron menores al
promedio histórico. Ambos factores pudieron influir sobre la diversidad, distribución y
abundancia de los artrópodos (Rabinovich, 1980).
Tabla. 4. Órdenes y familias relevadas en cada cultivar
Cultivares/
Ordenes
A. mantegazzianus
cv. Hortícola
A. hypochondriacus
cv. Artasa
A. hypochondriacus
cv. Húngaro
A. cruentus cv.
Don Guiem
A. cruentus cv.
Mejicano
Lepidoptera Tortricidae (2)
Crambidae (1) Crambidae (1) Noctuidae (2) Tortricidae (1)
Hemiptera Pentatomidae (1) Pentatomidae (2) Pentatomidae (2) Pentatomidae (1)
Coleoptera Chrysomelidae (2) Cerambicidae (1) Chrysomelidae (1) Cerambicidae (1) Cerambicidae (1)
21
Cerambicidae (1) Chrysomelidae (1)
Curculionidae (1)
Melyridae (1) Chrysomelidae
(2)
Chrysomelidae (2)
Melyridae (1)
Curculionidae (1)
Himenoptera Formicidae (1) Formicidae (1) Formicidae (1) Formicidae (1) Formicidae (1)
Isopoda Armadillidiidae (1) Armadillidiidae (1) Armadillidiidae (1) Armadillidiidae
(1) Armadillidiidae (1)
Acarina Tetrachinidae (1) Tetrachinidae (1) Tetrachinidae (1)
Total de
especies 9 6 8 10 9
Como se observa en la Tabla 4, se registró un mayor número de especies
alimentándose sobre el cultivar Don Guiem, un 40% más que el cultivar Artasa, que fue el que
presentó la menor biodiversidad. Los órdenes de artrópodos que aparecieron en el total de los
materiales fueron Isopoda (“bichos bolita”), Hymenoptera (“hormigas negras”) y Coleoptera,
los tres con representantes de hábitos alimentarios no específicos (ver punto 4.1.3).
4.1.3. Descripción del hábito alimentario observado en cada especie de
artrópodo.
4.1.3.1. Complejo de chinches: Edessa meditabunda "Alquiche chico" y
Nezara virdula “Chinche verde”.
En este trabajo, ambas especies se registraron alimentándose de hojas, tallos y raquis
de la panoja durante las etapas vegetativa y reproductiva. Sin embargo en la provincia de La
Pampa, Niveyro et al. (2006) solo cita a estas especies alimentándose durante la etapa
vegetativa del cultivo.
En cuanto a la incidencia en los distintos cultivares, se presentaron en casi todos los
materiales salvo A. hypochondriacus cv. Artasa. También en la localidad de Lujan, De Haro &
Martínez (1995) hicieron referencia a su aparición en cultivos de A. cruentus. En el mismo sitio
de estudio Martínez & Riquelme (2007) registraron nuevamente a estas especies sobre otros 4
cultivares. Al tratarse de especies polifitófagas y cosmopolitas (Rizzo, 1979) resulta esperable
su aparición en el cultivo.
4.1.3.2. Diabrotica speciosa “Vaquita de San Antonio”
Durante la etapa vegetativa se observó a esta vaquita en su estado adulto produciendo
desfoliación sobre todos los materiales. Del mismo modo, De Haro & Martínez (1995) y
posterioremente, Martínez & Riquelme (2007), la citaron sobre A. mantegazzianus, A.
hypochondriacus y A. cruentus.
Similarmente a lo observado en las chinches, este coleóptero presentá un habito
cosmopolita y polifitófago, por lo que resultó esperable que utilizará al cultivo de amaranto
como recurso alimentario.
22
4.1.3.3. Astylus astromaculatus “Siete de oro”
Los adultos fueron observados sobre las flores, presumiblemente alimentándose de
polen (Fig. 7), según el hábito alimenticio descrito en SINAVIMO (2012a). En concordancia,
Jaquelin et al. (2011), en Pergamino, encontraron individuos de este melírido alimentándose
sobre las panojas, mientras que otros autores lo citan sobre tallos, hojas y flores (Ríos de
Saluso et al., 1989, citado en Di Iorio et al., 1998).
En este ensayo se encontraron ejemplares sobre A. hypochondriacus cv. Húngaro y A.
cruentus cv. Mejicano. Anteriormente, en la misma localidad, Martínez y Riquelme (2007) lo
citaron sobre A. mantegazzianus y en la localidad de Río Cuarto, Córdoba, sobre plantas
silvestres de Amaranthus spp. (López & Gerardo, 1995, citado en Di Iorio et al., 1998).
4.1.3.4. Naupactus xantographus “Gorgojo”
Se registró a este gorgojo (Fig. 8) alimentándose en su estado adulto del área foliar,
tanto en la etapa vegetativa como en la reproductiva, de los materiales de A. cruentus cv.
Mejicano y A. hypochondriacus cv. Artasa. Del mismo modo, Martínez y Riquelme (2007) lo
citan sobre estos cultivares y además sobre A. mantegazzianus, mientras que Cavallero (1972)
lo registró también en Amaranthus deflexus.
4.1.3.4. “Crisomélido marrón”
No se pudo identificar la especie, pero si se clasificó como perteneciente a la familia
Crisomelidae. Este coleóptero se observó alimentándose del área foliar durante la etapa
vegetativa en los cultivares A. mantegazzianus cv. Hortícola, A. cruentus cv. Mejicano y A.
cruentus cv. Don Guiem.
4.1.3.5. Enruladores de hojas: Argyrotaenia sphaleropa y Eulia loxonephes
Ambas especies fueron observadas produciendo un enrulamiento de las hojas
mediante hilos de seda que unían a las mismas, formando una especie de capullo,
generalmente en las hojas nuevas (Fig. 9). Las larvas de Eulia sp. se encontraron sobre el
cultivar A. mantegazzianus cv. Hortícola, mientras que las de Argyrotaenia sp. se hallaron en
los cultivares A. mantegazzianus cv. Hortícola y A. cruentus cv. Mejicano, pero para ambas
especies, no se encontró bibliografía referente al daño producido sobre plantas de Amaranto.
Sólo De Haro & Martínez (1995) citaron un daño relevante por enruladores de las hojas sobre
un ensayo de Amaranto en Luján, pero sin identificar la o las especies. Por lo tanto, este
trabajo constituiría la primera cita de estos lepidópteros asociado al cultivo de amaranto.
23
4.1.3.6. Orugas militares o cogolleras: Spodoptera frugiperda y Spodoptera
cosmiodes.
Ambas especies fueron observadas actuando como desfoliadoras de hojas y brotes en
A. cruentus cv. Don Guiem, tanto en etapa vegetativa como en reproductiva. En cuanto a
referencias de daño sobre amaranto, solo se ha citado a S. frugiperda sobre plantas silvestres
de A. quitensis (Ríos de Saluso et al., 1989 citado por Di Iorio et al., 1998), pero no se han
hallado trabajos en los que se la mencione desfoliando cultivos de amaranto.
4.1.3.7. Achyra bifidalis "Oruga de la verdolaga".
Las larvas de este lepidóptero se alimentan de una epidermis se alimentan de una
epidermis dejando a las hojas con apariencia de "tul" y además produciendo tela en donde
los individuos se refugian. Se observó en las etapas vegetativas y reproductivas a esta especie
desfoliando los cultivares A. hypochondriacus cv. Húngaro y A. mantegazzianus cv. Hortícola.
Esta especie fue anteriormente citada en Amaranthus spp. (Rizzo, 1973, citado por Di Iorio et
al., 1998) y en la localidad de Luján sobre cultivares de A. mantegazzianus y A. cruentus
(Martínez & Riquelme, 2007). En un ensayo realizado en INTA Pergamino, sobre un cultivo de
Amaranthus cruentus var. Candil, se verificó también el ataque de este crámbido, el que
ocasionó una defoliación severa en hojas superiores durante su primera generación, mientras
que en la segunda efectuó galerías en el raquis de la panoja provocando secado parcial de la
misma pero sin que el daño sea relevante por la elevada biomasa que produjo el cultivo
(Jacquelin et al., 2011). Saini (2006) también menciona, para esta especie, a plantas de yuyo
colorado (Amaranthus quitensis) como hospedantes y afirma que en condiciones ambientales
de altas temperaturas y sequías pueden darse ataques masivos. A pesar de que durante este
ensayo se dieron condiciones de déficit hídrico, este desfoliador no presentó una incidencia
de daño intenso. Sin embrago, por la amplia distribución de A. quitensis como arvense, ésta
podría actuar como reservorio desde donde se iniciarían los ataques. En concordancia a lo
informado por Saini (2006), A. bifidalis fue encontrada en A. quitensis por Blanchart (1962) y
por Hayward (1969).
4.1.3.8. Acromyrmex lundii “Hormiga negra”.
Se observaron caminos de esta especie recorriendo varias parcelas del ensayo durante
la emergencia de todos los cultivares. El daño que causan es característico pues realizan cortes
en el tallo y/u hojas de las plántulas (Fig. 10), pudiendo llegar a una desfoliación total. Al
tratarse de una especie ampliamente distribuida en el país y capaz de utilizar muchas especies
vegetales como recurso para el cultivo del hongo del que se alimentan (Ricci et al., 2005) es
esperable su aparición en este cultivo. Curioni et al. (1995) observaron daño por este formícido
24
durante el desarrollo del cultivo en una red de ensayos en varias localidades bonaerenses (San
Antonio de Areco, La Plata, Chacabuco y Navarro) y en coincidencia con lo observado en el
presente trabajo, Niveyro et al. (2006) describe a este género como el de mayor incidencia
durante la germinación.
4.1.3.9. Armadillium vulgare “Bicho bolita”.
Se registró a esta especie durante emergencia de las plántulas ocasionando daños en el
hipocótile y cotiledones pero, a pesar de tratarse de una especie fitófaga (Villarino et al.,
2012), no se hallaron referencias de este isópodo sobre amaranto.
4.1.3.10. Tetrachinus urticae “Arañuela roja común”.
Se observaron colonias de este ácaro generando clorosis y posterior bronceado con
producción de tela en la cara abaxial de las hojas. El daño se registró en el total de los
cultivares durante la etapa vegetativa. Por tratarse de una especie polifitófaga y que se
desarrolla favorablemente durante temporadas de sequía (Quitanillla & Cordoba, 1986;
Gallardo et al. 2005), al producirse las condiciones ambientales favorables resulta esperable su
aparición. Niveyro et al. (2006) en un ensayo llevado a cabo en La Pampa también
encontraron esta especie asociada al cultivo de amaranto pero con una mayor incidencia
durante la etapa reproductiva.
Figura 7. Astylus astromaculatus alimentándose sobre una panoja A. cruentus cv. Mejicano
25
Figura 8. Naupactus xantographus
Figura 9. Daño por enrulador
Figura 10. Daño en emergencia por hormigas cortadoras
4.1.4. Clasificación de los artrópodos asociados al cultivo según su hábito
alimentario.
La clasificación según el comportamiento alimentario corresponde a lo que en Ecología
se denomina gremios. Los gremios se caracterizan por ser grupos funcionales que incluyen a
todas las especies que explotan una fuente común, en este caso la planta de amaranto, con la
ventaja de no estar restringidos por relaciones taxonómicas (Southwood, 1973; Adams, 1985).
Dentro de los artrópodos fitófagos los principales gremios corresponden a los consumidores
26
de hojas o desfoliadores, los chupadores de savia o fitosuccívoros, los formadores de galerías o
barrenadores, entre otros. Este ordenamiento es útil para clasificar a las plagas según el daño
que realizan al cultivo, pero tiene la desventaja de no considerar el peso relativo de cada
especie perteneciente al grupo.
Tabla 5. Hábito alimentario y etapa de aparición de los insectos observados
Especie Hábito alimentario Etapa
Acromyrmex lundii Desfoliador Emergencia
Armadillium vulgare Desfoliador Emergencia
Diabrotica speciosa Desfoliador Vegetativa
“Crisomelido marrón” Desfoliador Vegetativa
Nuapactus xanthographus Desfoliador Vegetativa y reproductiva
Argyrotaenia sphaleropa Desfoliador Vegetativa y reproductiva
Spodoptera frugiperda Desfoliador Vegetativa y reproductiva
Spodoptera cosmiodes Desfoliador Vegetativa y reproductiva
Achyra bifidalis Desfoliador Vegetativa y reproductiva
Eulia loxonephes Desfoliador Vegetativa y reproductiva
Astylus atromaculatus Desfoliador. Polenófago Antesis
Tetrachinus urticae Fitosuccívoro Inicios de etapa vegetativa
Edessa meditabunda Fitosuccívoro Vegetativa y reproductiva
Nezara virdula Fitosuccívoro Vegetativa y reproductiva
Aerenea quadryplagiata Barrenador Se tomó registro del daño en llenado de grano
En la tabla 5 se puede observar que la mayoría de las especies halladas tienen un
hábito desfoliador. Junto con lo anterior, se pudo observar que durante el tiempo en que se
realizó el relevamiento, la incidencia de la mayoría de las especies registradas se da durante la
etapa vegetativa y reproductiva, y que durante la emergencia predominan las especies
Acromyrmex lundii y Armadillium vulgare.
4.1.5. Preferencia de fitófagos entre los distintos cultivares.
4.1.5.1. Preferencia de la entomofauna desfoliadora entre los diferentes
materiales vegetales.
En la figura 11 se puede observar el porcentaje de plantas dañadas por el gremio de
insectos desfoliadores en cada fecha de muestreo junto con la línea de medias para los
cinco cultivares que se sembraron.
27
Mediante el análisis de varianzas se concluye que no hay diferencias significativas
(F4,10= 1,96; p= 0,18) en el porcentaje de plantas defoliadas de cada cultivar pero sí entre
lasdistintas fechas de muestreo (F3,30=17,50; p>0,005).
En la primera fecha todos los cultivares presentaron el menor porcentaje de
desfoliación, que difirió significativamente del resto, como también entre la segunda y
tercera fecha de muestreo (Figura 12). Esto marca una tendencia en la frecuencia de daño
por desfoliación que va en aumento a medida que avanza el ciclo del cultivo hasta que se
mantiene relativamente constante alcanzando un máximo de 90% de planta con daño en la
tercera fecha. Durante esta fecha todos los cultivares salvo el Húngaro se encuentran a fin
de la etapa vegetativa e inicio de reproductiva.
4.1.5.2. Preferencia de entomofauna fitosuccíovora entre los diferentes
materiales vegetales.
En la figura 12 se puede observar el porcentaje de plantas con daño por artrópodos
del gremio de los fitosuccívoros en cada fecha de muestreo, junto con la línea de medias
para los 5 cultivares que se sembraron.
28
Al igual que en el análisis de daño por desfoliación, se observaron diferencias
significativas para el porcentaje de plantas con daño por fitosucción entre las distintas
fechas de muestreo independientemente de los cultivares (F3,30= 3,27; p= 0,03). Sin
embargo, la frecuencia de daño tuvo una distribución inversa, ya que se observaron
diferencias entre las dos primeras fechas con respecto al tercer muestreo, en el cual se
produce una caída en el porcentaje de plantas con daño. Dentro de los artrópodos
pertenecientes a este gremio, Tetrachinus urticae constituyó la principal especie. Estos
29
ácaros se presentaron en tres de los cultivares principalmente durante la etapa vegetativa,
disminuyendo su población hacia fines de esta etapa. Por lo tanto, su incidencia podría
haber determinado en gran parte el alto porcentaje de plantas con daño por fitosucción en
las primeras fechas de muestreo.
4.2. Bioecología del “barrenador del tallo del amaranto” Aerenea
quadryplagiata (Cerambycidae).
4.2.1. Observaciones sobre los estados de desarrollo y el daño de A.
quadryplagiata.
Niveyro & Salvo (2012) afirman que las plantas de Amaranthus sp. son en general muy
susceptibles al ataque de insectos endofitófagos barrenadores y en correlación con esto,
registraron varias especies de insectos barrenadores del tallo en cultivos de amaranto en la
provincia de La Pampa, uno de ellos perteneciente a la familia Curculionidae. Sin embargo las
observaciones realizadas sobre los estados juveniles de desarrollo y el daño efectuado sobre
los tallos de las plantas de amaranto, concuerdan con lo descrito por Sbravatti (1999) y
permitieron asegurar que la única especie de barrenador presente fue el cerambícido A.
quadryplagiata.
4.2.1.1. Oviposición.
A través de la inspección visual de las plantas, se pudo observar la oviposición de
este barrenador en los tallos. El daño causado por la ovipisición es muy característico de
esta especie. La hembra, realiza un pequeño corte transversal (Fig. 13) para colocar un
único huevo en la parte apical del orificio. El tejido que se encuentra alrededor de la herida
se torna oscuro y se muestra menos notable en los cultivares cuya coloración es rojiza.
Figura 13. Daño por oviposición
(Imagen tomada con lupa binocular Wild con aumento 4X)
30
4.2.1.2. Estado larval.
Las larvas encontradas fueron todas del tipo cerambiciforme, con el cuerpo claro y la
capsula cefálica esclerotizada (Fig. 14). En el presente ensayo se llegaron a registrar larvas de
hasta 2 cm de longitud dentro de los tallos. Sbravatti (1999) determinó que luego de cumplir
su ciclo en la planta, la larva se arroja al suelo para pasar el invierno. Transcurre unos tres
meses como prepupa y un mes más como pupa, cumpliendo de esta manera una generación
anual.
Figura 14. Larva de Aerenea quadryplagiata.
(Imagen tomada con lupa binocular Wild con aumento 4X)
4.2.1.3. Estado adulto.
El adulto tiene un tamaño aproximado de 1,5cm, se caracteriza por tener las
antenas de tipo filiformes y más largas que el cuerpo. Se alimenta de la superficie foliar. Sin
embargo durante el ciclo del cultivo no observaron ejemplares adultos. Este hecho podría
explicarse a partir de los hábitos nocturnos que presentan estos individuos (Niveyro, 2012
comunicación personal).
4.2.1.4. Daños producidos por el barrenador.
A través de la inspección y disección de plantas con daño por oviposición se pudo
corroborar que en algunos casos no se cumplió el desarrollo embrional o la larva murió
siendo muy pequeña y por lo tanto el daño aún no era evidente. Estas oviposiciones se
consideraron "no efectivas". En el caso en que el desarrollo embrional y larval fue exitoso, el
daño por barrenado se observó a lo largo de todo el tallo, incluso en la panoja cuando el
diámetro del raquis lo permitió (Fig. 15). Cuando dos larvas se encontraban en la misma
planta, los canales de barrenado se unían.
31
Figura 15. Daño por barrenado en corte longitudinal del tallo
(Imagen tomada sin aumento)
Otro daño que se observó fue el producido por la salida de la larva (Fig. 16). Luego
de alimentarse en el tallo, las larvas de último estadio perforan la pared del tallo para poder
salir del mismo y empupar en el suelo. Este daño produce una necrosis del tejido y es una
vía de ingreso para organismos patógenos u oportunistas, como el caso de hormigas y
“bichos bolitas” que lo empleaban como refugio (observación personal). De las
observaciones que se realizaron se identificó que muchas de las plantas con barrenado
continuaron su desarrollo hasta concluir su ciclo. Sin embargo el daño generado por el
barrenado las hizo muy propensas al quebrado y en estos casos las panojas senescieron
anticipadamente.
Con respecto a los antecedentes de daño por barrenadores en nuestro país, Covas
(1989) registró en un ensayo realizado en la provincia de La Pampa sobre un cultivo de un
híbrido precoz (A. hypocondriscus x A. hybridus K393), un 100% de las plantas barrenadas por
un coleóptero de la familia Cerambycidae no identificado. Al igual que en este trabajo, las
plantas llegaron a semillar pero sin mermar significativamente el rendimiento. En cambio en
Buenos Aires, Curioni et al. (1995) observaron sobre el cultivar Don Guiem, el daño ocasionado
por un barrenador sin identificar, que afectó severamente al cultivo debido al quebrado de las
panojas y vuelco de las plantas, hecho que obligó a anticipar la cosecha y resintió el
rendimiento. En trabajos más recientes realizados en Luján, Martínez & Riquelme (2007)
determinaron que el barrenado del tallo causado por A. quadryplagiata produce el quebrado
de la planta y pérdida de semillas, siendo el daño de mayor importancia producido por un
insecto en el cultivo de Amaranto en esa región.
32
Figura 16. Daño por salida dela larva
(Imagen tomada sin aumento)
4.2.2. Número de oviposiciones y galerías por planta sobre los distintos
cultivares.
El número de oviposiciones y galerías del barrenador fueron registrados cuando la
mayoría de los cultivares se encontraban en madurez fisiológica. Sin embargo, en dicho
momento las parcelas del cultivar A. hypochondriacus cv. Húngaro, que es de ciclo corto, se
habían perdido. En consecuencia para realizar el análisis sobre preferencia solo se
compararon los restantes cuatro cultivares.
El número de oviposiciones y el de galerías por planta (Figura 17) no presentaron
diferencias concluyentes entre los cultivares (Variable OVIPOSICION: F3,6= 3,91; p =0,07;
Variable GALERÍAS: F3,6= 0,12; p= 0,94). Sin embargo, cuando ambas variables se relacionaron
Figura 17. Número de oviposiciones y número de galerías promedio por
planta para cada cultivar. Letras diferentes indican que existieron diferencias
significativas entre tratamientos para cada variable (ANOVA, p<0,05).
N°
de
ob
serv
acio
nes
/pla
nta
33
para obtener el porcentaje de oviposiciones efectivas, este índice sí reflejó diferencias
significativas entre cultivares (F3,6= 3,23; p=0,005), siendo el cultivar Hortícola el que presentó
el menor porcentaje de oviposiciones exitosas (Fig. 18). Esto podría deberse a la presencia de
metabolitos secundarios, propios de dicho material genético, que limitan el desarrollo de la
larva neonata. Estas sustancias no parecen influir sobre la elección de la hembra al oviponer,
probablemente porque muchos metabolitos de este tipo se acumulan en el tejido vegetal
luego de producirse una herida, en este caso la de oviposición (Sepúlveda Jiménez et al.,
2003).
Al analizar la relación entre el número de oviposiciones, el número de galerías y el
índice de oviposiciones efectivas con la altura de la planta y el diámetro, solo la relación entre
el diámetro y número de oviposiciones por planta resultó significativa para todos los cultivares
(Tabla 6, Figuras 19 a 22). De esta manera surge que la altura de la planta no es una
característica morfológica que influye sobre el ataque del barrenador, mientras que el
diámetro parece jugar un papel de relevancia sobre todo en la elección de la hembra al
oviponer. Este hecho indicaría una preferencia de oviposición frente a mayores diámetros de
tallo y se corresponde con la teoría propuesta por Thompson & Pellmyr (1991), que afirma que
las hembras oviponen en las plantas que pueden brindarles una mayor supervivencia a su
descendencia, en este caso a través de un suficiente sustrato para vivir y alimentarse.
Tabla 6. Correlación entre el diámetro y número de oviposiciones para todos los cultivares.
Cultivar Coeficiente de correlación P
Artasa 0,53 <0,001
Hortícola 0,54 0,013
Figura 18. Porcentaje de oviposiciones efectivas en diferentes
cultivares. Letras diferentes indican que existieron diferencias significativas
entre tratamientos por la prueba de Duncan (p<0,05).
34
Mejicano 0,50 0,007
Don Guiem 0,44 0,001
Figura 19. Correlación entre diámetro de tallo y N° de
oviposiciones en el cultivar Artasa.
Figura 20. Correlación entre diámetro del tallo y N° de
oviposiciones en el cultivar Hortícola
35
Al observar los gráficos surge que el diámetro a partir del cual se observa al menos una
oviposición por planta está entre 45 y 65 mm dependiendo del cultivar. Similarmente, De Haro
& Martínez (1995) determinaron en un cultivo de A. caudatus que el barrenado y quebrado de
tallos por A. quadryplagiata varió entre distintas fechas de siembra según el momento en el
que las plantas alcanzaban un diámetro aproximado de 6 mm. Análogamente a las
determinaciones anteriores, Niveyro & Salvo (2012) al evaluar experimentalmente el efecto
de diferencias morfológicas (diámetro del tallo) y fenológicas (duración del ciclo) en dos
cultivares de A. hypochondriacus (Artasa y 280 FK-FH1) determinaron una menor densidad
promedio de insectos barrenadores en las plantas sembradas en alta densidad (menor
diámetro). Sin embargo la diferencia fue significativa solo para el cultivar Artasa.
Figura 22. Correlación entre diámetro del tallo y N° de
oviposiciones en el cultivar Don Guiem
Figura 21. Correlación entre diámetro del tallo y N° de
oviposiciones en el cultivar Mejicano
36
5. Conclusiones.
En base al análisis de los datos obtenidos a partir de las especies fitófagas halladas
sobre Amaranto y sus respectivos hábitos alimentarios en los distintos cultivares, se puede
concluir que:
� El daño por desfoliadores aumenta a medida que la planta avanza en su ciclo
ontogénico a diferencia de lo que se observa en fitosuccívoros.
� Si bien el cultivar A. mantegazzianus cv. Hortícola fue el que registró una menor
frecuencia de daño, ya sea por insectos fitosuccívoros como por desfoliadores, estas
diferencias no fueron significativas con respecto a los demás cultivares.
� El mayor número de especies fitófagas registradas pertenecen al orden Lepidoptera
seguido por Coleoptera.
� La especie Aerenea quadryplagiata fue la única especie de barrenador asociada al
cultivo.
� Las hembras del A. quadryplagiata oviponen prefiriendo las plantas por el diámetro
y no por el material genético.
� El cultivar A. mantegazzianus cv. Hortícola fue el que registró un menor número de
oviposiciones efectivas por lo que es recomendable su uso en zonas con altas poblaciones
de esta especie.
37
6. Consideraciones finales.
Como continuación de este estudio se propone,
� Evaluar en próximas campañas la incidencia de daños por fitosuccíovoros y
desfoliadores en relación al efecto que producen sobre el rendimiento.
� Evaluar la incidencia directa e indirecta del daño por barrenado sobre el
rendimiento.
� Determinar el mínimo diámetro de tallo que las hembras de A. quadryplagiata
seleccionan para oviponer.
� Evaluar diferentes fechas de siembra o materiales genéticos de diferentes
longitudes de ciclo que puedan "escapar" a la época de mayor ataque del barrenador.
� Evaluar las características de A. mantegazzianus cv. Hortícola que podrían
relacionarse con la inhibición del desarrollo de las larvas.
38
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44
8. Anexo.
Tabla 4. Composición química de la semilla de amaranto (por 100 g de parte comestible y en
base seca)
Característica Contenido
Proteína (g) 12 – 19
Carbohidratos (g) 71,8
Lípidos(g) 6,1 – 8,1
Fibra (g) 3,5 – 5
Cenizas (g) 3,0 – 3,3
Energía (Kcal) 391
Calcio (mg) 130 – 164
Potasio (mg) 800
Vitamina C(mg) 1,5
Fuente: Nieto, 1990 citado en Mújica & Berti, 1997.
Tabla 5. Comparación de contenido proteico entre especies.
Especie Contenido de proteína (g)
Amaranto 13,6 – 18,0
Cebada 9,5 – 17,0
Maiz 9,4 – 14,2
Arroz 7,5
Trigo 14,0 – 17,0
Centeno 9,4 – 14,0
Fuente: USDA, 1963
Tabla 6. Temperaturas medias
Diciembre 23,4
Enero 27,9
Febrero 22,7
Marzo 19,8
Abril 17,4
Mayo 13,1
Junio 10,2
Descripción 1. Perfil de suelo de la Serie 2
El perfil modal de esta serie ha sido descripto en el potrero N°11, a 100m del
alambrado del camino interno principal. Ocupa posiciones positivas, lomas planas
extendidas donde se asocia con microdepresiones que poseen síntomas de hidromorfismo
marcado y medias lomas altas.
45
La serie fue clasificada como un Argiudol típico, es de drenaje imperfecto y presenta
como característica relevante rasgos de hidromorfismo, moteados, en la zona de contacto
entre horizontes A y B.
Si bien ha sido descripta convencionalmente, se supone la existencia de una
discontinuidad a ese nivel. El material en el que se ha desarrollado el horizonte A, termina
como una delgada acumulación de arcilla de dos centímetros de espesor, considerando esta
como límite entre A12 y Bt21, en la descripción.
El horizonte A12 es eluvial, mas poroso que el resto del horizonte A y con moteados
que se hacen intensos en su base. El Bt21, corresponde a un epipedónmólico, y posee
características poco intensa de pseuddogley.
Tabla 7. Datos analíticos de la Serie 2
Horizonte Ap1 Ap2 A12 Bt1 Bt2 BC1 BC2
Profundidad 0-12 12-21 21-36 36-63 63-83 83-120 +120
Materia
orgánica (%) 3,65 3,39 2,37
Carbono
orgánico (%) 2,12 1,97 1,39
Arcilla (%) 27,27 31,04 33,03 53,09 50,89 36,78 39,0
Limo (%) 59,09 56,90 56,63 38,61 30,53 52,27 51,1
Arena (%) 13,64 12,05 10,34 8,3 18,58 10,94 9,86
Clase textura F-L F-L A-L A A F-A-L F-A-L
pH agua
(1:2,5) 5,59 5,6 5,58 5,42 5,82 6,17 6,34
Descripción 2. Escala fenológica según Chagaray et al. (2005)
Emergencia (VE):
Es la fase en la cual las plántulas emergen del suelo y muestran sus dos cotiledones
extendidos y en el surco se observa por lo menos un 50% de población en este estado.
Todas las hojas verdaderas sobre los cotiledones tienen un tamaño menor a 2 cm de largo.
Fase vegetativa (V....Vn)1n
Estas se determinan contando el número de nudos en el tallo principal donde las
hojas se encuentran expandidas por lo menos 2 cm de largo. El primer nudo corresponde al
estado V1 el segundo es V2 y así sucesivamente. A medida que las hojas basales senescen la
cicatriz dejada en el tallo principal se utiliza para considerar el nudo que corresponda. La
planta comienza a ramificarse en estado V4.
Fase reproductiva:
Inicio de panoja (R1):
El ápice de la inflorescencia es visible en el extremo del tallo.
46
Panoja (R2):
La panoja tiene al menos 2 cm de largo.
Término de panoja (R3):
La panoja tiene al menos 5 cm de largo. Si la antesis ya ha comenzado cuando se ha
alcanzado esta etapa, la planta debiera ser clasificado en la etapa siguiente.
Antesis (R4):
Al menos una flor se encuentra abierta mostrando los estambres separados y el
estigma completamente visible. Las flores hermafroditas, son las primeras en abrir y
generalmente la antesis comienza desde el punto medio del eje central de la panoja hacia
las ramificaciones laterales de esta misma. En esta etapa existe alta sensibilidad a las
heladas y al stress hídrico.
Llenado de granos (R5):
La antesis se ha completado en al menos el 95% del eje central de la panoja Grano
lechoso:
Las semillas al ser presionadas entre los dedos, dejan salir un líquido lechoso.
Grano pastoso:
Las semillas al ser presionadas entre los dedos presentan una consistencia pastosa
de color blanquecino.
Madurez fisiológica (R6):
Un criterio definitivo para determinar madurez fisiológica que aún no ha sido
establecido es el cambio de color de la panoja, sin embargo es el indicador más utilizado. En
panojas verdes, éstas cambian de color verde a un color oro y en panojas rojas cambian de
color rojo a café-rojizo. Además las semillas son duras y no es posible marcarlas con la uña.
En esta estado al sacudir la panoja, las semillas ya maduras caen.
Madurez de cosecha (R7):
Las hojas senescen y caen, la planta tiene un aspecto seco de color café.
Generalmente se espera que caiga una helada de otoño para que disminuya la humedad de
la semilla.