Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

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Los 'apéndices' de Basilides (Un capitulo de filosofia gnostica): I Llamo asi a los προσαρτήματα de los secuaces de Basilides. Tècnicamente definidos con mucha probabilidad por el here siarca, pasaron de él a sus discipulos, entre ellos a Isidoro. Mas ο menos, todos los estudiosos de Basilides hacen men ción de los ' apéndices pero nadie que yo sepa les de dica un trabajo digno1. Su importancia se vislumbra por el mo do corno los presenta Clemente Alejandrino. Ningùn otro he resiólogo (s. Ireneo, Hipólito, s. Epifanio...) denuncia el tér mino. Tampoco figura en la filosofia pagana2. Antes de abordarlo estudiemos los prolegómenos, doctrinal mente fundamentales, del Alejandrino 3. 1) Estado de la cuestión A propòsito de las pasiones indica primeramente el Stro mateùs la ideologia eclesiàstica. Segùn eso, a juzgar por el modo simple de expresarse nuestra filosofia (= eclesiàstica), todas las pasiones son apoyaturas (έναπερείσματα)4 de la psique blanda y com 1 Entre los antiguos tengo anotados Cl. de Saumaise (Salmasius), Notae et animadversiones in Epictetum et Simplicium (Leiden 1640) 164 168; R. Massuet, Dissertationes in Irenaei libros, I § 118; I. De Beausobre, Histoire de Manichèe et du Manichéisme II (Amsterdam 1739) 20-24. Interesante F. C. Baur, Die Christliche Gnosis (Tùbingen 1835) 214-216. 2 Los lugares que se citan le recuerdan algo, mas no coinciden con él. Véase p. 102s. 3 Salvatore R.C. Lilla, Clement of Alexandria (Oxford 1971) 83ss examina algunos aspectos del πάθος con absoluto silencio para el tema que nos ocupa. 4 ' Puntos de apoyo improntas. W. E. G. Floyd (Clement of Alexan dria's Treatment of the Problem of Evil [Oxford 1971] 71) traduce ' signatures '.

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Los 'apéndices' de Basilides

(Un capitulo de filosofia gnostica): I

Llamo asi a los προσαρτήματα de los secuaces de Basilides. Tècnicamente definidos con mucha probabilidad por el here

siarca, pasaron de él a sus discipulos, entre ellos a Isidoro. Mas ο menos, todos los estudiosos de Basilides hacen men ción de los '

apéndices pero nadie — que yo sepa — les de dica un trabajo digno1. Su importancia se vislumbra por el mo do corno los presenta Clemente Alejandrino. Ningùn otro he

resiólogo (s. Ireneo, Hipólito, s. Epifanio...) denuncia el tér mino. Tampoco figura en la filosofia pagana2.

Antes de abordarlo estudiemos los prolegómenos, doctrinal

mente fundamentales, del Alejandrino 3.

1) Estado de la cuestión

A propòsito de las pasiones indica primeramente el Stro mateùs la ideologia eclesiàstica.

Segùn eso, a juzgar por el modo simple de expresarse nuestra filosofia (= eclesiàstica), todas las pasiones son

apoyaturas (έναπερείσματα)4 de la psique blanda y com

1 Entre los antiguos tengo anotados Cl. de Saumaise (Salmasius), Notae et animadversiones in Epictetum et Simplicium (Leiden 1640) 164

168; R. Massuet, Dissertationes in Irenaei libros, I § 118; I. De Beausobre, Histoire de Manichèe et du Manichéisme II (Amsterdam 1739) 20-24. Interesante F. C. Baur, Die Christliche Gnosis (Tùbingen 1835) 214-216.

2 Los lugares que se citan le recuerdan algo, mas no coinciden con él. Véase p. 102s.

3 Salvatore R.C. Lilla, Clement of Alexandria (Oxford 1971) 83ss examina algunos aspectos del πάθος con absoluto silencio para el tema

que nos ocupa. 4 ' Puntos de apoyo improntas. W. E. G. Floyd (Clement of Alexan

dria's Treatment of the Problem of Evil [Oxford 1971] 71) traduce ' signatures '.

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82 ANTONIO ORBE, S. I.

placiente, y especie de improntas (έναποσφραγίσματα) 5 de

los poderes espirituales, contra quienes nos toca luchar

Pues, a mi entender, es obra de los poderes maléficos tra

tar de influir (ένεργεΐν) algo de la propia εξις entre los

particulares (παρ' έκαστα) a fin de combatir y aduefiarse

(έξιδιοποιήσασθαι) de los que abjuraron de ellos (τούς άπειπαμένους αύτάς) 7. Algunos, corno es obvio, caen ven

cidos; pero quienes emprenden corno atletas el combate

luchan por todos los medios y alcanzan la corona. Υ los

poderes arriba mencionados, (al verles) envueltos en san

gre y polvo, ceden llenos de admiración por los vence dores s.

Clemente recoge la noción agonistica de las pasiones (πάθ-η). La aduce corno de filosofia cristiana (της καθ' ήμας φιλοσοφίας). Las pasiones serian la impronta que las potencias del mal dejan en la psique, demasiado blanda y poco resistente, de los que sucumben.

El combate, al parecer, envuelve a todos los cristianos (cf.

Eph 6,12), y se exacerba por la renuncia del neófito a las po testades (τούς άπειπαμένους αύτάς). Las pasiones atestiguan el

triunfo del mal, y no existen entre los buenos luchadores, de

psique dura y resistente.

Uno piensa en el pathos estoico, impronta del alma ο del

principale (κηροϋ τρόπον τυποϋται)9.

Continùa Clemente:

Entre los que se mueven, unos — corno los animales (τά

ζφα) — lo hacen por instinto e imaginación (καθ' όρμήν

5 Cf. Zenón apud Sext., adv. math. VII 248: φαντασία ...έναπομεμαγμένη καΐ έναπεσφραγισμένη. Otros lugares en SVF I nr. 59; II nr. 52 y 56; y en M. Pohlenz, Grundfragen der Stoischen Philosophie (en AGWG. Phil-Hist. Klasse III Folge, Nr. 26) Gottingen, 1940, 99.

6 Cf. Eph 6,12. Anàlogos términos figuran, segùn tecnicismo estoici zante, en Plotino, Enn IV 3,26, 28: ώσπερ od ένσφραγίσεις οΰδ' άντερείσεις ή -τυπώσεις. Véase M.-N. Bouillet, Les Ennéades de Piotiti, II (Paris 1859) 317s; A. Graeser, Plotinus and the Stoics (Leiden 1972) 25.

T Alusión probable al ' abrenuntio

' bautismal. En lugar del clàsico

άποτάσσω Clemente emplea el verbo άπεϊπον, bastante raro, conocido fuera de contexto sacramentario entre los Excerpta ex Theodoto 58,1.

s Strom II 20,110,1-3. 9 Sexto Emp. VII 293. Cf. A. Bonhoffer, Epictet und die Stoa (Stutt

gart 1890) 125 et passim; M. Pohlenz, Die Stoa I (Gottingen 1964) 55; R. Arnaldez, Les images du sceau et de la lumière dans la pensée de Philon d'Alexandrie, en L'information littéraire 15 (1967) 62-72; y la nota del mismo Arnaldez a su Quod omnibus probus § 15 p. 148.

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LOS ' A PÈNDI CES ' DE BASI LIDES 83

καί φαντασίαν), otros — corno los inanimados (τά άψυχα) —

por translación (κατά μετά-9-εσιν). Entre los inanimados, dicen, las plantas — si es que se aviene uno a que las

plantas sean inanimadas —10 muévense por translación

para crecer (μεταβατικώς ... εις αυξησιν). Segùn eso, las piedras participan de έξις, las plantas de φύσις, los ani males irracionales de instinto e imaginación y de las dos (caracteristicas) acabadas de indicar. La virtud empero racional, propia de la psique humana, no debe impeler co rno a los animales irracionales, sino discernir (διακρίνειν) las imaginaciones y no dejarse conducir por ellas u.

Directa ο indirectamente12, el Stromateùs se inspira en el Por

tico para su distribución en cuatro formas de ser ο de movi

miento. Recuerda la jerarquia de los seres por los grados de tensión del pneuma13. Hay primero dos grupos, de animados

(έμψυχα) e inanimados (άψυχα). A los animados corresponden los hombres — de alma racional ο logos — y los brutos (ζωα). Entre los inanimados figuran las plantas — con extraneza de

Clemente — y las piedras. Las plantas se mueven no por translación sino por creci

miento, a impulso de la physis; mientras los minerales perma necen en el mismo sitio, internamente conservados por la

hexis ".

101 Cf. Aecio, Placito. V, 26,2 (hablando de Aristóteles) : έμψυχα μέν (τά φυτά), ού μην ζωα. τά γάρ ζωα ορμητικά είναι καί αισθητικά, Èvia δέ καί λογικά. Con mas extensión, Porfirio, de abstinentia I c. 18. Véase también Calcidio, in Timaeum c. 182 (Waszink 209, 16s): « inter homines bestiasque et cetera vita carentia »; cf. c. 54 (102, 15ss) : « quando ad ceteros vitales vigores, qui sunt communes hominibus et bestiis, stirpi bus etiam, id est crescendi movendi semet appetendique et imaginandi, accedens ratio propriam hominis animam perficit ».

" Strom II 20, 110, 4 - 111, 2. 12 Tradición indirecta seria la de Filón, muy explicito en Quis rerum

divinarum heres § 137: « Entre los seres particulares (divididos por el Logos τομεύς), los unos eran sin alma (άψυχα) y los otros con ella

(έμψυχα). Entre los sin alma, los unos permanecen en el mismo sitio

(τά μέν έν ταύτω μένοντα) — aquellos cuyo vinculo es la έξις —, y los otros se mueven, no por traslación, sino por crecimiento (ού μετα βατικώς, 'άλλ* αύξητικώς) ». Véase Μ. Harl, Introduction 65-67; U. Fruch tel, Die kosmologischen Vorstellungen bei Philo von Alexandrien (Leiden 1968) 41-45.

13 Cf. SVF II p. 205. Festugière, Doctrines de l'Ame 211 n. 3 que trascribe un fragmento de Calcidio, In Timaeum c. 297.

14 Cf. Sexto Emp., adv. Mathem. IX, 78; Plutarco, De virtute morali 12 (451 b); Marco Aurelio, Meditaciones VI, 14. Véase A. Bonhoffer, o. c. 68ss; M. Pohlenz, Die Stoa I. 83.

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Los animados irracionales (άλογα), ademàs de los dos an teriores movimientos, poseen uno peculiar, interno, « por instin to y fantasia » (κα·9·' όρμήν καί φαντασίαν). Finalmente los hom

bres, dotados de alma racional, disfrutan ademàs de los tres

anteriores, de un movimiento caracteristico, el del logos, que

lejos de estar a merced de la imaginación e instinto, los domi na y discierne (διακρίνειν τάς φαντασίας) 15.

Ha podido discutirse en la filosofia del Pòrtico, si todo gra do superior del ser entrarla el inferior ο inferiores a si16. Se

gùn Epicteto, aun las funciones vegetales y sensibles del hom

bre las hace el alma racional17. Lo mismo ensefian Diógenes

Laerciols, y el Stromateùs. Justamente, corno a pesar de su al

teza sobre los simples ζωα, poseen los hombres el movimiento '

por instinto e imaginación ', se ven sujetos a las tentaciones

de los poderes maléficos. Estos actuan sobre la psique racio

nal segùn el modo caracteristico de los irracionales, tratando

Segùn los ' asirios

' invocados sin escrùpulo por los naasenos (apud

Hip., Ref V, 7,10 ed. Wendland 81,7ss) « el alma es razón de cuanto nace, pues todas las cosas que se nutren — dice (el autor naaseno) —

y crecen, requieren alma... Hasta las piedras, dice, son animadas (έμ ψυχοι) ». A fiarnos de Τίτο de Bostra (adv. manichaeos II, 60 ed. Lagarde 62) « Manes no tiene vergiienza en decir que hasta las piedras estàn animadas (έψυχώσ&αι) y ensefiar la animación de todas las cosas ». Véase F. Cumont, Recherches sur le Manichéisme I (Bruxelles 1908) 47. Tales de Mileto extendia el alma a la piedra iman (cf. E. Rohde, Psyche II [Freiburg i. Br. 1898] 144 nn. 2.3; R. Laurenti, Introduzione a Talete Anassimandro Anassimene [Bari 1971] 75ss). AnaxàGoras — segùn [Aristù teles] de plant. 815 a, 18 — asignaba a las plantas delectación y tristeza (cf. Rohde, Psyche II. 195 n. 2).

Algunos fragmentos herméticos (v. gr. Exc. Ili, 9; exc. IV, 12) men cionan la ψυχή) de los inanimados, equivalente a simple ένέργεια. Véase Festugière, Corpus Hermeticum tome III (Paris 1954) XXVI y las notas a los 11. cc.

Orìgenes difiere algo de las categorias de Clemente (y Filón), cuando escribe en De princ. III, 1,2: « Tienen en si mismos la causa del movi miento los animales y plantas, y en general cuantos seres tienen cohesión por physis y alma, de los cuales — dicen — son también los metales ».

Mientras Clemente se extrafia de poner las plantas entre los inani mados, los autores a que alude Orìgenes enumeran los metales entre los dotados de physis y alma. Cf. a titulo de erudición R. Halleux, Fe condità des mines et sexualité des pierres dans l'antiquité gréco-romaine, en Revue Belge de Philologie et d'Histoire 48 (1970) 25: citado por M. Tardieu, Trois mythes gnostiques (Paris 1974) 189 n. 247.

" Strom II 20, 111,2. 16 Cf. A. Bonhoffer, Epictet und die Stoa 69. " Meditaciones VI 14. Bonhoffer, o. c. 68. E. Elorduy, El Stoicismo

I (Madrid 1972) 122. ι» VII 85 = SVF II 43, 15.

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LOS ' APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 85

de imprimir en ella — mediante los sentidos — la representa ción (φαντασία) que determine el impulso instintivo (όρμή)18.

Clemente resulta muy explicito:

Los poderes (maléfìcos) de que dijimos (en § 110,2) pro ponen a las almas condescendientes (ευεπίφοροι)

20 her

mosuras (sensibles) y glorias (δόξαι)21 y adulterios y pla ceres e imàgenes parecidas de seducción; corno los que conducen el ganado agitando a su vista ramos verdes. Una

vez que han seducido a los incapaces ya de discernir (li bremente) el verdadero deleite del falso, la hermosura

efimera y despreciable de la santa, los llevan corno a

esclavos. Y toda ilusión, asentada (συνεχώς έναπερειδομένη) de continuo en el alma22, acaba por imprimir en ella

la imagen sensible (φαντασίαν). Mientras la psique no echa de ver cómo pasea la imagen (impresa) de la pa

sión, fruto simultàneo del engafio (de los poderes ma

léfìcos) y de nuestro (culpable) consentimiento 23.

Clemente explica el origen de las humanas pasiones en el alma

racional. No aparecen espontàneas, sino a raiz de a) la seduc

ción continua de los poderes maléfìcos, que trabajan por in

troducir imaginaciones sensibles (malas) y provocan por su me dio impulsos perversos; b) la blandura de la psique que se

deja seducir de tales fantasias y las acoge culpablemente. Segùn el Stromateùs el pathos no se impone. Quien no con

desciende a las imaginaciones perversas, se libra de él. Los po

deres maléfìcos podràn remover imàgenes, mas nunca las im

primiràn, ni crearàn con ellas instintos, mientras uno — con

la psique racional (resp. con el hegemonikon) — las rechace.

19 Cf. Filón, Deus immutabilis 41 = SVF II 150, 16ss; Porfirio, Sert tentiae 16 y 43,2. Entre los gnósticos véase ùltimamente Τractatus Τri

partitus 82,17-22; 103,16 y 109,27. M. Fuhrmann, Das systematische Lehr buch (Gottingen 1960) 152; E. P. Mf.ijering, Orthodoxy and Platonism in Athanasius (Leiden 1968) 118.

90 A las psiques blandas, que no saben resistir a las sugestiones. 21 También sensibles. Cf. Cleantes, apud Clem., Strom V 3,17,6;

14,111,1 = SVF I 127,35 ss. 22 Cf. § 110,1 (έναπερείσματα) 29 Strom II 20, 111, 34.

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2) Sìntesis de Clemente sobre los '

apéndices '

,;Era ésta la doctrina de los gnósticos? Clemente la intro

duce a continuación, y comienza por las ensenanzas de los ba

silidianos:

En cambio — escribe — los secuaces de Basilides (oi 8' άμφί τον Βασιλείδην) acostumbran a decir apéndices

(προσαρτήματα) a las pasiones, porque vienen a ser unos

espiritus substanciales (κατ' ούσίαν) adosados al alma ra cional (προσηρτημένα τή λογική ψυχή), conforme a un tu multo y confusión ocurrida al principio (κατά τινα τάραχον και σύγχυσιν άρχικήν). Α ellos se suman, a modo de pa ràsitos (προσεπιφύεσθαι), otras naturas bastardas y he

terogéneas de espiritus, por ejempio de lobo, simio, león, macho cabrio, cuyas propiedades — (corno) imaginaciones en torno al alma — hacen muy parecidas

— segùn di

cen — las apetencias del alma (racional) a las de los bru

tos. Porque imitan en sus obras las de los brutos cuyas

propiedades llevan. Υ no solo se emparentan con los ins

tintos e imaginaciones de los animales irracionales, sino

que tratan de imitar asimismo los movimientos y bellezas de las plantas pues llevan también adosadas (προσηρτημένα) las propiedades de las plantas; mas aùn, hasta las pro

piedades de έξις, corno (por ejemplo) la dureza del dia mante 2i.

E1 eclesiàstico trata de resumir la doctrina de los basilidianos sobre las pasiones, y la ofrece corno diversa de la ordinaria.

Los secuaces de Basilides confieren a las pasiones un nom

bre caracteristico, apéndices (προσαρτήματα). La forma grama tical las asemeja un poco a las '

apoyaturas '

(έναπερείσματα) e ' improntas

' (έναποσφραγίσματα) con que las caracterizaba por

cuenta propia el Stromateùs (en § 110,1). Mas que corno pasio nes ' in fieri ' las toman por su efecto (' in facto ')·

A diferencia de las ' apoyaturas

' e ' improntas

' que definen

las pasiones corno insubsistentes, adjetivas, cualidades del alma, los apéndices tienen substancia propia (κατ' ούσίαν ύπάρχειν), aunque adheridos a la psique racional.

Se distinguen también de los poderes maléficos, que les dan origen. Estos subsisten con esencia propia, mas no se ad

24 Strom II 20,112,1 -113,1.

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LOS ' APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 87

hieren a la psique; actùan desde fuera, y desde fuera intro

ducen los apéndices. En cambio los προσαρτήματα, aunque di versos de la psique, viven apegados a ella.

Por su indole subsistente, los apéndices basilidianos difie ren también de los '

espiritus = pasiones de que habla el Stro mateùs en las Eclogas proféticas:

Dicense espiritus las pasiones inherentes al alma (τά πάθη τά έν τη ψυχή). Espiritus (empero) no substanciales, (ούκ έξ ουσίας) 25, pues (de lo contrario) el hombre sujeto a pasiones seria una legión de demonios2C; sino por mu

danza (κατά τήν τροπήν) En efecto, la misma alma que recibe, por cambios (κατά μεταβολάς), unas tras otras las cualidades del mal, dicese haber recibido espiritus 2S.

Las pasiones, τροπαί, modos ο disposiciones de la psique, son

magnitudes estoicamente consagradas; y aun conocidas de Cle

mente29. Los espiritus = pasiones modifican la psique, mas no se le adhieren corno espiritus de substancia propia. La écloga 46 previene contra los πνεύματα subsistentes y los rechaza

' ex

professo '. Sus ' espiritus = pasiones

' difìeren de los basilidia nos en que, a titulo de cualidades, mudan simplemente a la

psique (κατά τήν τροπήν). Mas ami, se adelanta al reparo que presenta el Stromateùs (en § 113,2) contra los apéndices. «De lo contrario — dice — el hombre sujeto a pasiones seria una legión de demonios ».

Clemente habria podido apropiarse — en la linea eclesiàsti ca — la doctrina de EP ( = Ecloga prophetica) 46. La equivalen za

' espiritus = pasiones ', cuya tradición no preocupa al autor

de EP 46, deja caer pràticamente el sentido obvio. Las pasio nes se dicen

' espiritus ', no corno demonios ο pneumas sub

sistentes, adheridos al alma, sino porque, cualidades de mali eia (ποιότητα!, κακίας) ο disposiciones perversas inherentes a la psique, evocan a los espiritus del mal que las produjeron.

Hay que llegar a los Mesalianos para descubrir — llevadas al extremo y juntamente a mayor sencillez — doctrinas anà

25 Cf. Μ. Pohlenz, Kleine Schriften I, Hildesheim, 1965, 504 nota. 2<s Cf. Me 5,9; Le 8,30. 22 E1 ùnico ms lee κ.τ. προτροπήν que no hace sentido. Véase Plu

tarco, De virtute morali c. 7 (446 F) = SVF III nr. 459 (111,28s). 22 Eclog. proph. 46. 22 Strom II 13,59,6; 16,72,1. Cf. A. Bonhoffer, Epictet und die Stoa

93.110.113; M. Pohlenz, Die Stoa I. 344.

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logas. No contentos con ensenar la existencia de '

pensamientos

malos '30, ' virtudes perversas

' (πονηραί δυνάμεις) 31,

' pasio

nes ' y aun ' enfermedades ' del hombre, debidas a inilujo de

los espiritus malignos 32, los Mesalianos unian de tal forma las ' pasiones

' y los espiritus diabólicos, que los radicaban igual

mente en la psique: las pasiones, corno sigilo, punto menos

que material, de la psique; y los espiritus corno su alimento

y sostén, consubstancializados con ellas: no tanto corno el vino

y agua mezclados, pero si corno el trigo y la cizana en el cam

po, ο corno el ladrón y la casa 33:

Hay una fuente que mana agua pura; y debajo subyace el cieno. Si uno remueve el cieno, se mancha la fuente

entera. Asi también el alma, sujeta a turbación, se man

cilla y mezcla con el mal; Satanàs y el alma — ambos

espiritus — se hacen una cosa para fornicar ο cometer

crimen. Por eso '

el que se adhiere a la meretriz, es un

cuerpo (con ella) » (1 Cor 6,16)34.

Acostumbran reducir los mesalianos la multitud de espiritus a

uno solo, Satanàs, que habita a raiz del pecado de origen en todo hombre. Le presentan corno ένυπόστατος en sentido, a

veces, muy fuerte 35, substancialmente unido al hombre (δαίμων

ουσιωδώς συνάπτεται) desde que nace 36; ο al menos con tal co

munión, que solo después de largas plegarias y ayunos puede ser expulsado del individuo37.

30 A quienes llaman λογισμοί πονηροί (ν. gr. PS. Macario, Hom 6,3), λογισμοί τοϋ κόσμου (Hom 15,14.15), λ. της κακίας (Hom 56,2), ακάθα

ρτοι λ. (Hom 43,6). Otras denominaciones en Η. Dorries, Die 50 Geist· lichen Homilien des Makarios (Berlin 1964) 6-7 n. 118.

31 Hom 44, 6. Véase H. Dorries o. c. p. 161 n. 70. 32 Hom 48,5: Dorries o. c. 315 n. 74 y sobre todo 286 n. 25. 33 Hom 16,1: Dorries, Die 50 Geistlichen Homilien des Makarios 158

n. 12. 34 Hom 16,1-2 ed. Dorries 158,18ss. Cf. Hom 46,6. 35 Hom 16,5-6. Véase s. Juan Damasceno, De haeresibus 80 citado en

Patrologia Syriaca 1,3 ed. Kmosko col. CCXXXXIII. 36 Timoteo de Constantinopla, De iis qui ad Ecclesiam accedunt ed.

M. Kmosko (PS III) p. CCXXII § 1. 37 Véase A. Guillaumont, Le baptème de feu chez les Messaliens, en

Mélanges H.-Ch. Puech (Paris 1974) 517-523; H. Dorries, Die 50 Geistlichen Homilien des Makarios 134 n. 170.

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LOS ' APÉNDICES '

DE BASÌLIDES 89

3) Anàlisis: origen remoto ο '

tumulto inicial '

Los apéndices basilidianos, segùn las lineas del Stromateùs, se presentali: a raiz de un tumulto y confusión habida en el

principio, y por aditamentos sucesivos.

Aparecen, primeramente, en el alma racional « por cierto

tumulto y confusión άρχική» (§ 112,1). El epiteto αρχικός 38

no crea problema. Alude a la materia amorfa, de que, segun el

medioplatonismo, se fabricó el mundo. Mas especialmente, ' al

tumulto y confusión primitiva ' de que provino la psique 39.

38 Mal entendido por Massuet (Dissert. I in Iren. § 118), segùn ideo

logia bastante general, sobre todo en Orìgenes. ' Eandem ipsis (= basi

lidianis) cum Origene sententiam fuisse puto: nempe spiritus malos seu

daemonia, quibus anima velut obsidetur, propositis inescantibus ac fal lacibus obiectis varias in ea perturbationes ciere; unum tamen esse in

unoquoque homine ut principem daemonem, cui ceteri famulentur, sic et affectum dominantem, a quo reliqui pendeant, et ad quem referantur Por ahi va άρχικός epiteto del sabio (estoico),

' el que sabe mandar '

(cf. SVF III n. 618: (159,4). Le refuta bien I. de Beausobre, Hist. de Manich. II 20s.

39 Cf. Hermógenes, apud Tert., adv. Hermog. 41: « Revertor ad mo

tum, ut ubique te lubricum ostendam. ' Inconditus et confusus et tur bulentus fuit materiae motus sic enim et ollae undique ebullientis simi

litudinem opponis »; Calcidio, In Timaeum c. 301: « Nec desunt qui pu tent inordinatum illum et tumultuarium motum Platonem, non in silva, sed in materiis et corporibus iam notasse, quae initia mundi atque eie

menta censentur ». La cosa, ' el movimiento desordenado ', deriva de

Platón (Tim 30 A: πλημμελώς καΐ άτάκτως κινούμενον) de donde paso a sus discipulos con algunas variantes. Segùn Plutarco (de Iside et Osiride

45) hubo dos principios: uno bueno — Dios — y otro que se subdivide en el alma inordenada del mundo y la selva ο materia neutral (δποιος). A la selva le viene el mal ,del movimiento (turbulento) del alma ma

ligna del mundo (De animae procr. 5,1014; 7,1015 e; 23,1024 ab). Cf. J. H.

Waszink, Timaeus: Calcidius (London 1962) p. LI. Segùn Numenio, el

movimiento turbulento y maligno (κλύδων) procede de la propia selva

(cf. Test. 45 L. = Fr. 33 des Places). Véase Calcidio, in Timaeum c. 297

(299,14ss): « Platonemque idem Numenius laudat, quod duas mundi ani

mas autumet, unam beneficentissimam, malignam alteram, scilicet sil

vani, quae, licet incondite fluctuet, tamen, quia intimo proprioque motu

movetur... ». Cf. E. R. Dodds, Numenius and Ammonius (Entretiens Fon

dation Hardt, V, 18); Waszink, Timaeus: Calcidius p. LII. Segùn Macrobio, el alma en su descenso a la materia padece intoxicación y olvida la

propia vida celeste: « anima ergo cum trahitur ad corpus, in hac prima sui productione silvestrem tumultum id est ΰλην influentem sibi incipit

experiri. Et hoc est quod Plato notavit in Phaedone (79 c) animam in

corpus trahi nova ebrietate trepidantem ... » (In Somm. Scrip. I, 12,7). Cf. M. A. Elferink, La descente de l'àme d'après Macrobe (Leiden 1968) 30ss. La materia ο selva seria — al revés que en Plutarco — causa del

mal para la psique. Cf. s. Agustìn, Confess. IX, 25: Dodds, Numenius and

Ammonius 9. Macrobio reflejaria la doctrina de Porfirio (cf. Calcidio,

Page 10: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

90 ANTONIO ORBE, S. I.

En tesis, los secuaces de Basilides habrian podido justificar el origen de los '

apéndices ' en el tumulto y confusión inicial

(κατά τινα τάραχον καΐ συγχυσιν άρχικήν), por tres caminos:

a) el de Plutarco, haciéndolos derivar del tumulto caracteristi co del alma maligna del mundo40, o, mas simple, de la propia alma malèfica; b) el de Numenio, por influjo de la ' silva ' ο alma

silvestre, congènita a la materia41; c) el de Porfirio, haciendo venir los '

apéndices ' del desorden provocado por la materia

en el alma, en si, buena del mundo.

tHay modo de apurar cuàl de las tres ideologias represen

ta mejor el pensamiento de los basilidianos?

Los gnósticos solian inspirarse para sus fàbulas cosmogó nicas en Platon y en Gen 1,2.

' A priori ' no puede extrafiar que

expusieran el enlace entre la '

confusión inicial '42 y las pasio

nes animicas, por mitos similares a los setianos y valentinianos El argumento por analogia, aunque no decisivo, merece al

guna consideración.

Segùn los discipulos de Valentin, el pathos se manifestò

por vez ρ rimera en el seno de la divinidad 43; y de modo espe

cial, en el ùltimo eón del Pleroma, Sofia44. De tal manera se

apoderó de Sofia, que hubo de ser eliminado corno pathos sub

sistente, y dio origen — corno aborto ( = materia informe) —

a la '

creación primera '. Prescindo de menudencias. Tertuliano

declara el fenòmeno con inspiración en san Ireneo:

Et ipsam quidem (Sophiam) in Pleromatis censu reman sisse, Enthymesin vero ejus et ipsam adpendicem passio

in Timaeum e. 301, citado arriba). Véase Waszink, Tim. Calcidius p. 302 notas.

Desde otro punto de vista examina el texto U. Bianchi, Basilide ο del Tragico, en Studi in onore di A. Pincherle 81s.

40 Cf. Festugière, Les doctrines de l'Ame 208s nota 3. 41 Calc. in Timaeum c. 31 (81,2s) : « inordinatos quippe animi errores

et agitationem fluctibus similem »; Eus., Pr. Εν., XV, 17,2 (fr. 12 L. = Fr. 3 des Places). Cf. Waszink, Timaeus: Calcidius p. XLIX.

43 Inùtil amontonar aqui paralelos solo aparentes. V. gr. Filón, De

providentia II, 3 = Euseb., Pr. Εν., Vili, 14: πρόνοιαν είναι λέγεις έν το

σαύτη των πραγμάτων ταραχή καΐ συγχύσει; Jàmblico, De mysteriis II, 4 (79,4); Ili, 13 (130,13s): ή των κακών ταραχή πνευμάτων. Cf. Α. Hilgen feld, Die jiidische Apokalyptik (= Basilides) (Jena 1857) 291.

43 Cf. ET 29-31. Véase lo que dijimos en Gregorianum 56 (1975) 28ss. 44 Iren 1,2,2ss.

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LOS ' APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 91

nem ab Horo relegatam et crucifixam et extra eum fac

tam 45.

La ' adpendix passio versión exacta de έπιγινόμενον πάθος

(Iren 1,2,4), se acerca bastante al ' tumulto y confusión inicial '

de Basilides. Un pathos calificado, ocurrido en los prelimìnares de la creación; a modo de discurso ο '

agitada sabidurfa pa radigma de las futuras

' pasiones

' de Jesùs 49.

Los ofìtas adoptan un mito diverso del valentiniano41. En

el principio fueron engendrados de arriba dos seres complemen tarios, gemelo y gemela, futuros esposo y esposa: el Cristo su

perior y Sofia Prunicos. Està — corno el Espiritu de Gen 1,2 —

agitada y turbulenta, en estadio abortivo, darà lugar a las esen cias del mundo futuro:

Et descendentem (Sophiam Primicon) simpliciter in aquas, quum essent immobiles, et movisse quoque eas, petulan ter48 agentem usque ad abyssos; et assumsisse ex eis cor

pus. Humectationi enim luminis eius omnia accurrisse et adhaesisse dicunt et circumtenuisse eam 49.

La agitación de Prunicos daria forma al « movimiento del Espi ritu (femenino) de Dios sobre las aguas ». Las aguas — simbolo

de la materia — se hallaban en estado neutro (' immobiles ')·

El movimiento turbulento, ' petulante ', les vendria del de Pru

49 adv. valentinianos 10,4. 46 Cf. Iren 1,8,2: « Et aporiam autem (id est, consternationem) si

militer in eo (significasse) quod dixerit (Joh 12,27): Et quid dicam

nescio ». — E1 texto de san Juan dice: « Ahora mi alma se ha turbado

(ή ψυχή μου τετάρακται), y iqué diré? Padre, salvarne de està hora ».

He ahi, corno turbación del alma un pathos inicial — en paradigma —

aplicado a Sofia (resp. al Alma primerisima del universo). Cf. La teologia del Espiritu Santo (Roma 1966) 423.

47 Interesantes unas lineas de Plotino {Enn II 9,11,14ss): «La ma

teria iluminada, icómo es que produce imàgenes animales, y no una

naturaleza de cuerpos? Una imagen del Alma no necesita tinieblas ni

hyle; sino que, caso de producirse, habrà de acompafiar a quien la creò

y adherirse a él (συνηρτημένον ϊσται). Ademàs, esto iqué es? iUna subs

tancia, o, corno dicen, un efecto de intelección (έννόημα) ? ». Cf. D. Roloff,

Plotin; (Berlin 1970) 190ss. 4S Tal petulancia recuerda el mito del pecado inicial del Alma por

audacia (τόλμηι). Véase Kore Kosmou §§ 24. 44 y 46 (Festugière, Les doc

trines de l'Ame (Paris 1953) 83s). W. Theiler, Forschungen zum Neupla tonismus (Berlin 1966) 194ss; P. Hadot, Porphyre et Victorinus (Paris

1968) 186s n. 3. Y a propòsito de la audacia en Plotino, V. Cilento, Pai

deia Antignostica (Firenze 1971) 253ss (en comento a Enn II 9,11). 49 Iren I, 30,3 .

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92 ANTONIO ORBE, S. I.

nicos, ' alma inordenada, (miticamente) mala, del mundo '®°.

Y de él nacerian las varias substancias imperfectas del univer

so creado: corno fruto de una agitación maligna, desordenada.

Tal movimiento, caracteristico de Sophia (Prunicos), res

ponde al discurso (λογισμός) ο agitación de la mente, proyec tada hacia las especies del mundo creado. Lo que Prunicos dis

curre en su interior adquiere afuera cuerpo, en substancias va

rias. E1 mito simplifica lo que psicològicamente tuvo lugar en dos etapas: a) las substancias (futuras) aparecen corno ideas

ο fantasias discurridas por Sophia51; b) las ideas pasan a ser

obras, substancias, fuera del pensamiento que las concibió52.

No por haberlas Sophia (Prunicos) proyectado afuera, las substancias del universo se desligan de ella. Todas se le so

meten, y obedecen rigorosamente. Es lo que en lenguaje mi

tico significa « omnia aceurrisse et adhaesisse dicunt et circum tenuisse eam ». Lo que las fantasias al alma que las concibe,

son las substancias creadas, subsistentes, a la Sophia que las

concibió y dio a luz, mediante el ' discurso creador '.

<· Estamos tan lejos de las ' pasiones

' subsistentes de Sophia Achamot (valentiniana), y de las '

pasiones ', ' imaginaciones en

torno al alma' (Strom II 20,112,1), aplicadas a la vertiente im

perfecta, miticamente mala, de la Sabiduria, Alma del mundo?

Los basilidianos de Hipólito desarrollan un mito muy di ferente del de ofitas y valentinianos, sobre la

4 confusión pri

migenia '. Escribe Hipólito:

La doctrina (ή ύπόθ-εσις) toda de ellos se reduce a una confusión (σύγχυσις) del acervo universal (πανσπερμίας) y a un sospesar y constituir las substancias confundidas

(των συγκεχυμένων) en los propios (lugares)53.

50 En la linea de Plutarco. Para los mesalianos, véase H. Dorries, Die 50 Geistlichen Homilien des Makarios 64 n. 7 y 10.

si Véase la bibliografia citada para las ' ideas (platónicas), pensa mientos de Dios en Waszink, Timaeus: Calcidius p. 306 (ad Calc., in Tim. e. 304) y p. LXXXIII.

52 Cf. Calc., in Timaeum c. 304 (306,4ss): « Operatur porro opifex et exornat omnia iuxta vim rationabilem maiestatemque operum suo rum; opera vero eius intellectus eius sunt, qui a Graecis ideae vocan tur... »; ibid. e. 260 (267,17); c. 176 (205,6ss). Lo mismo Albino, Epi tome 10,3.

53 Ref VII, 27,11 (207,28ss). Cf. A. Hilgenfeld, Apokalyptik (= Ba silides) 290; A. Méhat, « Apokatastasis » chez Basilide, en Mélanges H.-Ch. Puech 369ss.

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LOS ' APÉNDICES '

DE BASÌLIDES 93

Mas se aproximaban probablemente al mito ofitico-valentinia no los secuaces de Basilides resumidos por san Ireneo. Situa

ban a Sophia, enlace entre el universo de los eones y el de ar

contes y àngeles, en el puesto ocupado por el Alma del mundo54.

Sofia — Anima mundi, Espiritu femenino de Dios... — deja riase ver (segùn Gen 1,2) en tumulto ο agitación (discursiva) sobre las aguas indiferenciadas55, antes de configurar el mun

do infradivino. Terminada la ' agitación

' ( = discurso) y proyec

tada hacia fuera, aparecerian las pasiones, ' imaginaciones

'

apéndices del Alma {= Sofia); corno en la Enthymesis valenti niana ο en la Prunicos ofitica. Substancias vitales impuras, fà cilmente asimilables a '

espiritus impuros origen de las na turas varias del mundo (y del hombre).

4) Origen inmediato de los '

apéndices soluciones

Nuevo paso. El estadio inicial del universo infradivino, se

gùn Basilides, explica a lo mas la aparición de pasiones ο esen

cias universales malas ( = imperfectas), corno ' apéndices

' del Alma (o Sabiduria) del mundo, antes de la rigorosa demiurgia.

No declara aùn los προσαρτήματα corno pasiones del indi

viduo, ο espiritus (impuros) subsistentes, adheridos al alma ra

cional. A està segunda etapa aludiria Clemente al escribir:

A estos (= a los apéndices universales) se suman, a ma

nera de paràsitos (προσεπιφύεσ-9-at,), otras naturalezas de

espiritus bastardas y heterogéneas, corno de lobo, simio,

león, macho cabrio, cuyas propiedades (ιδιώματα) — (co rno) fantasias en torno al alma (περί τήν ψυχήν φαντα

ζόμενα) — hacen semejantes, segùn dicen (los basilidia

nos), las apetencias del alma (racional) a las de los bru tos. Porque imitan en sus obras las de los brutos cuyas

propiedades llevan 56.

54 Cf. Iren. 1,24,3: « Basilides autem... (ostendit) a Dynami... et So

phia virtutes et principes et angelos, quos et primos vocat, (et ab iis

primum coelum factum ...) ». 65 Para el significado del

' movimiento

' del Espiritu (resp. Sofia) en

Gen 1,2 véase Gregorianum 44 (1963) 691ss. se Strom II 20,112,1-2.

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94 ANTONIO ORBE, S. I.

La versión resulta dificil5r. E1 verbo προσεπιφύεσθαι recuerda

el προσεπιπνεϊσ·9·αι de Strom V 13,88,2 5S, y el προσεπιδοξάζειν de los estoieos 59. Indicarla, por su composición, que las na

turas bastardas y heterogéneas de espiritus se agregan, corno

nuevos, a modo de paràsitos, a la primigenia ' maligna subs

tancia

tCuàndo y còrno se le agregan? Los espiritus ' apéndices

que en el principio eran universales e informes, se multipli carian mas tarde con la aparición de los individuos, corno ' na turas heterogéneas de espiritus

' (πνευμάτων έτερογενεϊς φύσεις).

A juzgar por la lineas clementinas, corno paràsitos del alma ra

cional del individuo. Mas, <<cuàndo se dejaron ver tales apén dices en la psique individuai?

Una primera solución seria el ' descensus La psique in

dividuai asimiló los espiri tus ' apéndices en su viaje de des

censo al mundo, a través de los (siete) cielos planetarios. Go

bernàbanlos sendos arcontes de aspeeto y espiritu bestiai. A

juzgar al menos por el diagrama de los ofitas denunciados por Origenes.

Los arcontes, de arriba para abajo, tenian — segùn ellos — 60

57 De Beausobre ο. c. II 22 corta por lo sano sin previo anàlisis: ' Celui-ci (= Basilide) supposoit que les différentes Passions vicieuses

sont autant de différens Atomes, ou de différentes Monades, qui s'at tachent à l'Ame raisonnable, et qui composent principalement l'Ame des Animaux. Lorsqu'il s'en trouve un grand nombre de la méme espèce dans un mème Animai, elles en font le caractère dominant. Par exemple les Monades, ou les Esprits avares et rapaces font l'Ame du Loup: les Esprits malicieux celle du Singe: les Esprits fìers, colères et cruels, l'Ame du Lion; et les Esprits sales de la Mollesse et de la Volupté, celle du Bouc. Quand donc la Lumière se mèla avec les Ténèbres c'est-à-dire avec la Matière, qui étoit pleine de ces Esprits, ils s'accrochèrent à elle. Ce furent des Polypes, qui avec leurs petits bras et leurs ongles, s'ac crochèrent à l'Ame raisonnable '.

ss « Nosotros empero (los cristianos) decimos que el Espfritu Santo es inspirado en el que ha creido (τω πεπιστευκότι προσεπιπνεΐσθ-οα).

53 El que al emitir juicio sobre algo, le define por bueno, malo ο indiferente, έπιδοξάζει, esto es,

' se pronuncia sobre el particular '. Mas

el que ante una φαντασία que se le presenta de improviso, reacciona aceptàndola, sin pronunciarse sobre ella, προσεπιδοξάζει. Véase A. Gelio, Noci, attic. XIX, 1: « Atque hoc inter insipientis sapientisque animum differre dicunt (stoici), quod insipiens, qualia sibi esse primo animi sui

pulsu visa sunt, saeva et aspera, talia esse vero putat, et eadem incepta quae tanquam si iure metuenda sint, sua quoque assensione adprobat, καΐ προσεπιδοξάζει. Hoc enim verbo Stoici, cum super ista re disserunt, utuntur ». Epicteo, fragm. 180. Cf. A. Bonhoffer, Epictet und die Stoa 307; Salmasius, In Epictetum et Simplicium 32s.

so Véase Orìgenes, C. Cels. VI, 30. Cf. J. Croius, Observationes ad Ori genis librum VI contra Celsum, et Delarue PG 11, 1689-1710.

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LOS ' APÉNDICES '

DE BASÌLIDES 95

formas de león, toro, dragón, àguila, oso, perro y asno. A las

formas respondian siete espiritus bestiales. Segùn el Poiman

dres, los siete vicios, que a su retorno irà devolviendo el alma

a las esferas flJ. Lo ratifica el Apocryphon Johannis:

Los nombres de la gloria, de los (siete arcontes) que pre siden a los siete cielos son estos: el primero es Jaóth,

de rostro leonino; el segundo es Eloaios, de aspecto de

asno; el tercero es Astaphaios, de cara de hiena; el cuarto

es Jaó, de rostro serpentino con siete cabezas; el quinto es Adonaios, de aspecto de dragón; el sexto es Adóni,

de cara de mono; el séptimo es Sabbataios, con rostro que

resplandece entre llamas de fuego62.

A los arcontes, con sus formas de bestia, convendrian — segùn

la recensión del Apoc. Johannis conocida por s. Ireneo — los siete vicios: « Agnoia, Authadia, Kakia, Zèlos, Phthonos, Erin

nys, Epithymia »63. En consonancia con las caracteristicas vin culadas a los dioses instalados en los planetas M. Significativas unas lineas de Macrobio, inspiradas con toda probabilidad en Porfirio:

Secundum hos ergo... animae beatae ab omni cuiuscum

que contagione corporis liberae caelum possidenti quae vero appetentiam corporis et huius, quam in terris vitam vocamus, ab illa specula altissima et perpetua luce des

piciens desiderio latenti cogitaverit, pondere ipso terre

« CH 1,25. Véase Corpus Hermeticum, ed. Nock-Festugière voi. I

p. 25 y 28. e» BG 41,16ss. Cf. 43,13ss. Véase W. Till, en TU 60 p. 43ss; M. Tar

dieu, Trois mythes gnostiques (Paris 1974) 63s notas. «3 adv. haer. 1,29,4. e* Cf. Servio, in Aeneid. VI 714: « Docent autem philosophi, anima

ad ima descendens quid per singulos circulos perdat. Unde etiam ma thematici fingunt, quod singulorum numinum potestatibus corpus et anima nostra connexa sunt ea ratione, quia, cum descendunt animae, trahunt secum torporem Saturni, Martis iracundiam, libidinem Veneris, Mercurii lucri cupiditatem, Jovis regni desiderium: quae res faciunt

perturbationem animabus, ne possint uti vigore suo et viribus propriis »; Macrobio, in Somn. Scip. 1,12,13ss: « ad subiectas usque sphaeras anima

delapsa, dum et per illas labitur, in singulis non solum ... luminosi cor

poris amicitur accessu, sed et singulos motus, quos in exercitio est ha

bitura, producit: in Saturni ratiocinationem et intellegentiam ... φυτικόν vero, id est naturam plantandi et augendi corpora, in ingressu globi lunaris exercet. Et est haec, sicut a divinis ultima, ita in nostris terre

nisque omnibus prima: corpus enim hoc, sicut faex rerum divinarum

est, ita animalis est prima substantia ». Véase Arnobio, adv. Nat. II, 16

(cf. Festugière, Hermétisme et mystique paienne 272s 296ss); y los tes timonios citados por J. Kroll, Die Lehren d. Hermes Trismegistos 298.

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96 ANTONIO ORBE, S. I.

nae cogitatio-nis paulatim in inferiora delabitur. Nec su bito a perfecta incorporalitate luteum corpus induitur, sed sensim per tacita detrimento, et longiorem simplicis et absolutissimae puritatis recessum in quaedam siderei cor

poris incrementa turgescit: in singulis enim sphaeris, quae caelo subiectae sunt, aetheria obvolutione vestitur,

ut per eas gradatim societari huius indumenti testei con cilietur, et ideo totidem mortibus quot sphaeras transit, ad hanc pervenit, quae in terris vita vocitatur 65.

Macrobio dista, al parecer, muy poco de despejar nuestra in

cògnita: la aparición de los ' apéndices

' en la psique individuai. Al descender ésta a través de los siete cielos planetarios, incor

pora a modo de cuerpo sideral los indumentos (« in quaedam siderei corporis incrementa turgescit»)66, espiritus (resp. vi

cios) malos, bestiales; y se presenta con ellos en el mundo67.

Carpócrates aludia al descenso del alma de Jesùs68 y de

los elegidos ":9. A juzgar por un lugar hermético paralelo, con referencia al alma astrai (no a la superior procedente del Pri

nter Inteligible)70, podria asignarse en la linea carpocratiana a la

' segunda psique ', procedente de la rotación de los astros,

la adición de vicios, espiritus bestiales. Sin embargo, ni el recurso global al

' descensus

' del alma,

segùn creencia muy generalizada en el helenismo, dentro y fue

ra de los gnósticos 71; ni el particular al descenso de la psique

65 In Somn. Scip. I, 11,10. Cf. M. A. Elferink, La descente de l'àme d'après Macrobe (Leiden 1968) 36s.

66 Cf. M. Mazza, Studi Arnobiani I: La dottrina dei ' viri novi ' del secondo libro dell'« Adversus Nationes » di Arnobio, en Helikon 3 (1963) 136.

67 Véanse los comentadores de Virgilio, Eneida VI, 735ss; Filón, spec. leg. I § 103; Himerio, Orat. XX initio. Cf. E. Norden, Aeneis Buch VI

(Leipzig 1934) 17ss; F. Cumont, Recherches sur le symbolisme funéraire des Romains (Paris 1966) 133s 141 n. 2.

ss Iren 1,25,1. 69 Iren 1,25,2; Animas enim ipsorum ex eadem circumlatione (έκ

της αύτής περιφοράς) devenientes, et ideo similiter contemnentes mundi fabricatores, eadem dignas habitas esse virtute et rursus in idem abire ».

70 Jamblico, De mysteriis Vili, 6 (Parthey 269, lss): « Porque el hom bre, segun dicen estos escritos (herméticos), posee dos almas. La una viene del Primer Inteligible, y participa también del poder del demiurgo; la otra se (nos) da con origen en la rotación de los cuerpos celestes

(έκ της των ούρανίων περιφοράς), y en ésta se insinua la psique que ve a Dios ». Cf. Dodds, Numenius and Ammonius (Entretiens Fond. Hardt) V p. 8.

71 Cf. F. Cumont, Les religions orientales dans le paganisme romain*

(Paris 1929) 264ss; J. Kroll, Hermes Trismegistos 299; W. Bousset, Die

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LOS ' APÉNDICES '

DE BASÌLIDES 97

procedente de la rotación astrai, segùn Carpócrates (resp. her

metistas)72 declaran el origen de los « espiritus apéndices » de

Basilides. 1. - los προσαρτήματα basilidianos (en su segunda etapa),

corno ' apéndices

' de la psique individuai, no proceden de un

pecado anterior (v. gr la ' appetentia corporis ') ", ο conio sim

ple fenomeno fisico, necesario, '

el descenso a través de los

cielos planetarios sino de la falta contraida en este mundo,

a raiz de las tentaciones

2. - los προσαρτήματα no aparecen en las almas fuertes, sino

sólo en las débiles; luego no son efecto de un fenòmeno co

mùn a todas las psiques.

Tampoco vale el recurso a las '

reincarnaciones Nadie

puede seriamente discutir a los basilidianos 74 la doctrina de las ενσωματώσεις 7S. Segun la mas pura tradición platonica7e,

las almas humanas pasaban a cuerpos de bestias. Por ese ca

mino, explicaba el heresiarca la existencia de la psique (del hombre) en régimen sin ley77; mas no la adquisición entonces

de '

apéndices '

ο espiritus bestiales. Donde no hay responsa

bilidad, tampoco régimen de tentaciones ο de lucha, ni ocasión

para sucumbir a las pasiones y dar lugar a los '

apéndices

La bestia en que imo encarna no determina las propiedades de

uno, sino al revés: uno encarna en tal ο cual bruto, por ha

bérsele asemejado — en vida humana —7S. La aparición de

Himmelsreise der Seele (Darmstadt 1960) 77ss; E. Buonaiuti, Gnosi cri stiana (Roma 1946) 45ss citado ùltimamente por A. Siclari, L'Antropo logia di Nemesio di Emesa (Padova 1974) 256 n. 48.

72 Véase Corpus Hermeticum, ed. Nock-Festugière, tome IV (Paris 1954) 114s.

73 Como en Porfirio (resp. Macrobio). 74 Recentisimamente P. Nautin (Les fragments de Basilide sur la

souffrance et leur interprétation par Clément d'Alexandrie et Origène, en Mélanges H.-Ch. Puech 393-403) quiere probar que la atribución de la

ένσωμάτωσις a Basilides arranca de una mala interpretación de Clemente. 75 Strom IV, 12,81, 1 ss; 85,3; 88,1; Exc. ex Theod. 28; Orìgenes,

Comm. ad Romanos lib. V c. 1: PG 14,1014 C-1015 A. 76 Representada v. gr. por Numenio (test. 41, L. = Fr. 49 des Places),

Albino (Epitome 16,2) y Plotino (Enn VI, 7,7). Cf. W. Stettner, Die See

lenwanderung bei Griechen und Romertt (Stuttgart 1934) 72ss; Waszink, Timaeus: Calcidius p. XCI.

77 Cf. OrIgenes, 1. c. nota 75. Véase Gregorianum 50 (1969) 104ss. 73 Cf. Eneas de Gaza, Theophrastus p. 12 (Boissonade) PG 85,892 B.

Véase Numenio, test. 41 L. = Fr 49 des Places.

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98 ANTONIO ORBE, S. I.

los ' apéndices

' en la psique humana tendria lugar durante el

régimen de libre albedrio, en cuerpo de hombre, antes de ser

castigado con la ensomatosis en cuerpo bestiai. El recurso a

las ' reincarnaciones

' nada resuelve.

Mucho menos valdria el recurso al hombre microcosmo. El

empeflo de Basilides por multiplicar espiritus y naturas hete

rogéneas en torno a la psique racional, y atribuirle toda suerte

de cualidades fisicas (ιδιώματα) sin excluir las de plantas (φυτά) y aun minerales (αδάμαντος), no va por la linea del alma (ra cional), microcosmo del universo. Los προσαρτήματα no com

ponen la psique. Son paràsitos, en si substanciales, adheridos al alma (racional), que la solicitan hacia un régimen irracional.

Los basilidianos se complacen en acentuar su multitud, a

nivel de ' espiritus malos ',

' pasiones corno si todo el mundo

sensible conspirase contra la vida racional, pura, del alma. Los

propios espiritus de plantas y minerales, dotados de movimien to y vida, atentan de continuo, corno

' apéndices

' alimentados

desde fuera, contra el régimen racional de la psique. Tal ideologia induce a inquirir, si los basilidianos se apar

taban de la comùn doctrina del Pòrtico, sobre el alma una.

Segùn la Estoa, un mismo pneuma (animai) opera en el indi viduo, corno έξις corno φύσις y corno λόγος70. Mientras Ba

silides, amigo de multiplicar ' espiritus ', parece inclinado a

darles unidad en la psique irracional — sede inmediata de los '

espiritus '

animales, vegetales y aun minerales — frente al

alma λογική. El hereje apuntaria dos almas, racional e irra

cional: la primera, corno centro, la segunda corno apéndice. Rota la unidad del pneuma humano, bajo el dominio del lo gos, los '

espiritus apéndices ' harian un frente comùn con la

έξις, φύσις y psique inferior, para ir contra el alma racional.

5) El ' ALMA ADITICIA

' DE ISIDORO: ANALOGÌAS CON NUMENIO

El Stromateùs ofrece, tal vez inconsciente de su dimensión ùltima, preciosos elementos. Sin salir del horizonte basilidia no, escribe:

Contra està doctrina (de los ' apéndices ') hablaremos màs

tarde, al tratar Sobre el alma ®°. Baste advertir ahora que

79 Cf. A. Bonhoffer, Epictet und die Stoa 70. 80 Cf. Strom III 3,13,3; V 13,88,4. Puede verse Τη. zahn, Forschun

gen z. GNTK III 46s.

Page 19: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

LOS ' APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 99

el hombre basilidiano perpetùa, con arreglo a la fàbula de los poetas 81, la historia (εικόνα) de cierto caballo de madera {el de Troya); pues alberga en un solo cuerpo el

ejército de tantos espiritus diferentes 8a. Como quiera, el

propio hijo de Basilides, Isidoro, escribe a la letra — en el (tratado) Sobre el alma paràsita (περί προσφυοϋς ψυχής) — cual si se acusara a si mismo: « Porque, en disputa con imo, si le otorgas que el alma no es simple (μονομερής) y que las pasiones de los malos se engendran en virtud

de los apéndices (τή ... των προσαρτημάτων βία) 83, los cri minales no tendràn mal pretexto para decir: Me forza

ron, fui arrastrado, a pesar de mi, sin (propia) voluntad. Y son ellos los que dan paso a la codicia del mal y no luchan con las presiones de los apéndices (ταΐς των προ σαρτημάτων βίαις). Al contrario, conviene que, superio res por lo racional, hagamos ver el dominio que ejerce mos sobre la creatura inferior que hay en nosotros (της έλάττονος έν ήμΐν κτίσεως) ». En efeeto, al igual de los

pitagóricos, que examinaremos mas tarde, también este

(Isidoro) supone dos almas en nosotros84.

El Stromateùs deja para otra vez la refutación de los apéndi ces, contento con ridiculizarlos ahora. El hombre basilidiano lleva en su interior, corno el caballo de la fàbula, un ejército de abigarrados espiritus: desde los espiritus de los irraciona les hasta los de las plantas y aun piedras. Todos apegados a

la psique racional. En apoyo de la doctrina de Basilides aduce unas lineas de

su hijo y discipulo Isidoro, en esento especial « Sobre el alma

paràsita» (περί προσφυοϋς ψυχής). El titulo sugiere algo85. Tra

81 Cf. Platón, Teeteto 184 D. Desde distinto punto de vista aluden al caballo de Troya Hipólito (He/ VI, 19,1), Epifanio (Haer 21,3,3) y otros.

82 Clem., Ecl. Proph. 46 (arriba p. 87), da forma evangèlica a la misma dificultad: el hombre, albergue de una legión de demonios (cf. Me 5,9; Le 8,30).

88 Li ter. « por la fuerza (o violencia) de los apéndices ». 84 Strom II 20,113,2-114,2. Cf. Salmasius, In Epictetum et Simpli

cium 166ss 299ss. 85 Cf. Salmasius, In Epictetum et Simplicium 300s:

' Nam πρόσφυσις proprie est coniunctio diversarum substantiarum et naturarum nexu uno alterius rei opera ac ministerio devinctarum. Πρόσφυσις quippe secun dum notationem nominis nihil aliud est quam φύσεως πρός φύσιν adiunc tio et adhaesio, qua substantia et natura alia ad aliam adiungitur et

adplicatur ut simul connexae maneant. Sic lapidem lapidi calx iungit, tabulam tabulae taurinum gluten, aut subscudes. Adolescere id vocabant

Page 20: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

100 ANTONIO ORBE, S. I.

taba probablemente del alma aditicia que sobreviene, corno pa ràsito, a la psique λογική y se le une por algùn vicio ο culpa, no a titulo naturai (κατά σύμφυσιν).

Por solo esto, Isidoro se apartaba de la linea hermetista de las dos almas — la una, de origen en el Primer Inteligible, y la otra, en los astros — denunciada por Jàmblico86.

A juzgar por el contexto del Stromateùs, la psique aditicia de Isidoro era de indole maligna, viciosa, y presentàbase corno un tumor de la racional. Anàdase la advertencia final de Cle

mente (§ 114,2): el discipulo e hijo de Basilides, en su doctri na sobre las dos almas en el hombre, procedia « al igual de los pitagóricos » (καθάπερ οι Πυθαγόρεοι).

Tales dos premisas bastan a suplir en gran parte la falta

del estudio que prometta alli mismo el Stromateùs (περί ών

ύστερον έπισκεψόμε·9·α). CI. de Saumaise trató erròneamente de enmendar a Cle

mente en su atribución, a los pitagóricos, de la teoria de las dos almas 87. Porfirio refiere a Numenio la doctrina de las dos

almas antagónicas en el hombre88. Numenio, no obstante su

medioplatonismo, entraba de lleno entre los neopitagóricos, al

igual que Cronio ". Si, corno estiman R. Beutler90 y Waszink91,

floreció en la primera mitad del siglo II, era contemporàneo

latini, hoc est, προσφύεσ&αι. Sallustius apud Iunium Philargyrum: Ta bulile glutine adolescebant.... Si partes igitur animae variae κατά πρύσφυ σιν iunctae una compage necterentur, totidem substantiae et φύσεις deberent intelligi, et sic totidem animae censeri

ss De mysteriis Vili, 6. Véase arriba, nota 70. e? In Epictetum et Simplicium 168: « Et frustra Clemens Pythagoreis

attribuit quasi duas animas ponerent ». 88 Ap. Stob., Anthol. 1,49,25 a: Wachsm. 350, 25ss: « Otros, entre ellos

también Numenio, ... piensan que nosotros tenemos no tres partes ο al menos dos de una ùnica alma, sino dos almas — corno también otras cosas (v. gr. oidos, ojos) — la racional y la irracional ». Test. 36 L. = Fr. 44 des Places. Véase Festugière, Les doctrines de l'àme 208,2. Sobre el

antagonismo resulta mas taxativo Jàmblico, De anima (ap. Stob. I, 49,37: Wachsm. 374,24s) : ot Sk είς μάχην ταϋτα κατατείνοντες, ώσπερ Νουμήνιος. Test. 35 L. = Fr. 43 des Places. Véase Festugière, Doctr. de l'àme 208.

En De abstinentia I, 40 (Nauck 116,11) alude Porfirio — sin nombrar a Numenio — « a los que dicen que nosotros tenemos dos almas ». Algo parecido Nemesio, De natura hominis ed. Matthaei p. 116 y con alguna mayor extensión en p. 213s. Cf. Festugière, o. c. 45,1; A. Siclari, L'an

tropologia di Nemesio di Emesa (Padova 1974) 110. ss Véase H.-Ch. Puech, Numénius d'Apamée et les théologiens au se

cond siècle, en Mélanges Bidez II. 768; J. H. Waszink, Timaeus: Calci dius p. XXXVIIIs y LV.

so R.-E., Supplementum VII (1940) 665 . 9i Timaeus: Calcidius p. LXXXVI, 2.

Page 21: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

LOS ' APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 101

de Basilides (resp. Isidoro). Razón de mas para no extrafiar

analogias doctrinales de trascendencia con los magnos gnósti cos cristianos 92. E1 tema de las dos almas seria ima de ellas.

Escribe Jàmblico:

Las actividades que determinan la bajada de la psique tienen por causa... segùn los gnósticos ima demencia ο

desviación (παρανοίας ή παρεκβάσεως) 83, segùn Albino el

juicio erròneo de libre albedrio94; mientras otros — en contraste con los anteriores —

asignan de algùn modo al

alma el mal a partir de los apéndices venidos de fuera (άπο των έξωθεν προσφυομένων προστιθέντων) 85: a partir de la materia (άπο μέν της ΰλης), muchas veces Nume nio y Cronio; a partir de estos mismos cuerpos, a veces

también Harpocration; a partir de la φύσις (alma vege tativa) y de la vida racional, las mas veces Plotino y Por firio *®.

El fragmento, por lo que atafie a Numenio, se completa con su teoria de las dos almas. La psique racional no desciende de su régimen de modo espontàneo y libre. Dejada a su albedrio se mantendria siempre en el bien. Se ve empero arrastrada al mal, por algo que le sobreviene de fuera (άπο των έξωθεν προσ φυομένων), esto es, por el alma de la materia ο psique irra cional.

Esto que se adivina, con tan leve anàlisis, en Jàmblico, adquiere cuerpo mediante las noticias de Calcidio, inspiradas en el pitagòrico Numenio, sobre el alma silvestre87. Habia dos

almas en el mundo98 de que provienen las dos almas antagó nicas del hombre, la racional y la maligna, alma silvestre, ο màs simplemente selva (Ολη) animada. Calcidio, que se apro pia la doctrina de Numenio, denomina a la psique maligna, irracional, stirpea anima", no porque anime solo a las plan tas y àrboles, sino aun a los irracionales 10°. Irracional y mala,

92 Véase H.-Ch. Puech, a.c. 774-778. 93 Cf. Enn ii, 9, 10, 19 ss. Puede verse V. Cilento, Paideia antigno

stica 250 ss. 94 Véase la nota de Festugière, Les doctrines de l'àme 210, 3. 95 Nótese la analogia con la ψυχή προσφυής de Isidoro. 98 ap. Stob. I, 49, 37: Wachsm. 375, 9 ss = Test. 35 L. = Fr. 43 des

Places. Véase Festugière, Les doctrines de l'àme 210 s. 97 Véanse algunos testimonios en Festugière, o.c. 210. 211. 98 Calc., In Timaeum c. 297 (Waszink 299, 1 ss. 14 ss.). 99 In Timaeum c. 31 (80, 19). Cf. Waszink, Timaeus: Calcidius p. XLVII. ìoo jn Timaeum cc. 29 y 54. Waszink o.c. p. XLIX.

Page 22: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

102 ANTONIO ORBE, S. I.

està siempre en pugna con la racional ο buena. De ella proce

den las pasiones 101, no de la racional.

Al denominarla stirpea anima y silvestris maligna anima102, indica Numenio (resp. Calcidio) al menos tres cosas: a) su ori

gen e indole {' silvestris anima '), de la materia ο silva; b) su extensión (' stirpea ') a todo lo irracional — minerales, pian tas, brutos —; c) su malicia, en oposición al alma racional

(' maligna '). Al unirse las dos almas, primero en el mundo, y luego en

el hombre, se comprende que para la psique buena, racional,

la malicia tenga origen « a partir de los apéndices venidos de fuera » (τά έξωθεν προσφυόμενα)103, ο — en frase de Isidoro —

« de un alma paràsita » (προσφυοΰς ψυχής), y ademàs — siem

pre en la linea de Numenio — « a partir de la materia » (άπό της ΰλης), esto es, de la « silvestris maligna anima ».

Los vicios y ' pasiones

' no se ofrecen en el alma racional, segun los pitagóricos (resp. Numenio, Calcidio), por camino

espontàneo. Tampoco se presentan104, por via astrai, en el viaje del alma, a través de los cielos planetarios, al mundo. Las

' pa

siones ' y vicios sobrevienen a la psique racional, en si buena,

por accesión del alma silvestre; esto es, al acoger libremente

los vicios y ' pasiones

' de la psique maligna, que desde fuera le comunican.

Προσφυόμενα illa — escribe Waszink 105 citando el testimo

nio de Jàmblico sobre Numenio106 — per quae (vel potius

in quibus) animae malum subtexitur107, nihil adiud esse possunt nisi vitiosae illae partes ex silvae vitiositate oriun dae, quae sunt ira et cupiditas, hoc est passiones 108.

Naturalmente no todas las incógnitas de Isidoro (resp. Basi

lides) se despejan con el recurso a Numenio y su doctrina del

101 In Timaeum c. 297. Waszink, o.c. p. XLIX. 1(>2 In Timaeum c. 300 (302, 8). ιο3 Véase arriba p. 101. 104 Como quiere Porfirio, ap. Macrob., In Somn. Scipionis I, 11, 12:

« In quaedam siderei corporis incrementa turgescit ». 105 Timaeus: Calcidius p. LVII. 106 Véase arriba p. 101. 107 Cf. Calo., In Timaeum c. 139 (Waszink 179, 19 ss.): « Divinum

autem et immortale cognomentum vocat rationis potentiam (41, c. 7), id est rationem, mortalia porro et associata, immo, ut ipse ait, attexta

(προσυφαίνοντες) quae sunt, opinor, in vitiis, iram videlicet et volupta tem ». Waszink, o.c. p. LVI.

108 Waszink, Timaeus: Calcidius p. LVII.

Page 23: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

LOS 'apéndices' de basìlides 103

' alma silvestre paràsita de la racional. Pero iba muy bien orientado el Stromateùs al relacionar la doctrina de Isidoro, a

proposito ' del Alma paràsita con la de los Pitagóricos sobre

las dos almas. Ni seria improbable que el hijo y discipulo de Basìlides tuviera delante —

para su tratado περί προσφυοϋς

ψυχής — el escrito de Numenio περί τάγαθοϋ109.

A propòsito de la προσφυής ψυχή gnostica han solido adu cirse alguna vez expresiones similares.

Asi por ejemplo, unas lineas de Albino 110, externamente pa recidas, que sin embargo nada explican. Los προσφύντα de Al bino no provienen del alma irracional, sino del cuerpo; mu cho menos constituyen la psique aditicia111. Ir de Numenio a

Albino, en busca de confirmación, equivaldria a sacrificar lo

especifico por lo genèrico. Isidoro se hacia eco en el tratado « Sobre el alma aditicia », de las ensefìanzas de su padre y maes tro Basìlides sobre los προσαρτήματα, dentro de un marco filo sofico bastante definido. A saber, en la lìnea del pitagòrico Nu menio. Aplicaba los '

apéndices ' al alma irracional, mala, que

1(0 Cf. Waszink, Timaeus: Calcidius p. LVII: Certi ergo esse possu mus Calcidium ea quae de passionum origine dicat sive ex ipso Nume nio desumpsisse sive ex Numenio desumpta apud alium auctorem inve nisse. Probabile videtur Apameensem de anima cum mundi tum hominis

egisse in libris Περί τάγαθοϋ, cum de tertio deo suo, hoc est περί ψυχής, disputane psychogoniam in Timaeo descriptam tractaret.

no Epitome 16,2: « (E1 creador) las colocó (a las almas), cada una en el astro emparentado (con ellas), corno en un carro, y les declaró — a la manera de un legislador — las leyes fatales que debian regular su destino, de que no debia él ser tenido por responsable. Las pasiones, mortales, brotaràn del cuerpo (τά πάθη άπό σώματος προσφύσεται θνητά). Primero, las sensaciones, luego el piacer y la tristeza, el temor y la colera

(ήδονή καΐ λύπη, φόβος τε καΐ θυμός). Las almas que las tengan a raya y no se dejen violentar de ellas, viviràn en justicia y llegaràn al astro su pariente. Mientras las vencidas por la impiedad, en la segunda géne sis, iràn a tener vida de mujer; y si no cesan (en el mal) terminaràn

por ir a naturaleza de brutos. El término de sus trabajos estarà en vencer τά προσφύντα (los vicios que brotan del cuerpo) e ir al propio hàbito ». Puede verse R. E. Witt, Albinus and the History of Middle Platonism

(Cambridge 1937) 138 s. 111 Con muy buen acuerdo omite Waszink, en su edición de Cal

cidio, toda referencia a lo que habia escrito afios antes en Porphyrios und Numenios (Entretiens Fondai. Hardt XII p. 41): « Ebenso ist Nume

nios' Lehre von den προσφυόμενα der Seele nicht, wie meistens getan

wird, zunachst von den Gnostikern, sondern von Albinos Epit. 16,2 her

zu verstehen ».

Page 24: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

104 ANTONIO ORBE, S. I.

procede no de las esferas celestes, sino de la materia turbulen

ta, del alma silvestre, stirpea maligna anima112.

6) A MODO DE RESUMEN

Αύη estamos a medio camino. Distraidos de los ' apéndi

ces ' de Basilides al ' alma aditicia ' de Isidoro, y de ésta a la doctrina numeniana del ' alma silvestre ', olvidamos compa rar la lineas clementinas sobre Isidoro, con las que resumen

— segùn el Stromateus — la doctrina de Basilides (resp. de sus secuaces). Un leve cotejo descubre al punto diferencias U3:

1. - Segùn los basilidianos (§ 112, l)114, las pasiones mis mas se presentan corno

' apéndices

' y aun corno espiritus

substanciales, adheridos a la psique racional. Segun Isidoro

(§ 113,4), las pasiones vienen, corno efecto, de la violencia ο

presión de los ' espiritus apéndices

' sobre la psique (racional). 2. - Para los basilidianos (§ 112,1) los 'espiritus apén

dices ' hacen acto de presencia — sin limitación — en el alma del hombre. Para Isidoro (§ 113,4) se dejan sentir entre solos

(hombres ο almas) perversos; no actùan sobre los buenos, sino

ùnicamente sobre quienes, culpablemente, les dan acogida

tEs que cambio la doctrina de los ' apéndices ', al paso de

Basilides a Isidoro; ο no supo Clemente (en § 112,1) definir la doctrina comùn a todos los basilidianos, maestro y discipulos?

Lo primero, improbable, se opone al pensamiento del Stro

mateus, quien acentùa la homogeneidad de doctrina, en el pa

dre y en el hijo. Mas obvio parece lo segundo. Clemente pre

sentarla 'grosso modo' (en § 112,1) los 'apéndices', confun

diendo la causa (los ' espiritus apéndices ') con el efecto (las

' pasiones '); y extendiendo a todos el fenòmeno que afecta a

solos malos.

112 Cf. Waszink, Timaeus: Catcidius p. XLIX. 113 Huelga decir que los estudiosos de la moral en Clemente Al.

han dejado pasar tales anàlisis. Asi por ej., entre los màs recientes, O. Prunet, La morale de Clément d'Alexandrie et le Nouveau Testament (Paris 1966) 72; W. E. G. Floyd, Clement of Alexandria's treatment of the problem of evil (Oxford 1971) 71 quien remite a J. Héring, Etude sur la doctrine de la chute et de la préexistence des àmes chez Clément d'Alexandrie (Paris 1923) 25 n. 29. Lo mismo Kl. Schole, Lauterung nach dem Τ ode und pneumatische Auferstehung bei Klemens von Alexandrien (Miinster 1974) 18 ss.

114 Resumo la cita entera Strom II 20, 112, 1.

Page 25: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

LOS ' APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 105

A mi entender, el Stromateùs simplifìca en exceso las en senanzas de Basilides y de Isidoro. El antagonismo numenia no de las dos almas — racional e irracional — del hombre115,

estaba en armonia con la oposición de las dos ' almas del mun

do ' — ' beneficentisima y maligna '

—116, y también con la di visión en dos del δεύτερος θεός117. En el sistema de Basilides, se tradujo con el antagonismo de las dos almas — arcóntica

(racional) e hilica (irracional) — repartidas respectivamente entre los dos diosès inferiores — el Magno Arconte ο demiurgo,

y el Enemigo ο espiritu del mal. El trànsito de los espiritus ma

lignos, ajenos en si a la psique irracional, a pasiones subsis

tentes, està facilitado por el caràcter substantivo de la psique

irracional, por cuyo medio actuan los espiritus sobre la psi que (arcóntica o) racional.

En pura ortodoxia basilidiana no hay estrictas ' pasiones =

apéndices ', ni vale identificar los ' espiritus apéndices

' con las

pasiones. Y algùn abuso hay en equiparar las pasiones (efecto) con los espiritus (causa)11S. Sin salir no obstante de Basilides, antes de que los malos espiritus logren su intento, encuentran

en la psique irracional, substantiva, una plataforma para insta larse y emprender sus tentaciones contra el alma racional. La

comunión de las dos almas en el hombre se traduce — entre

gnósticos —

por la coexistencia de los dos hombres (racional

e irracional, psiquico e hilico) en el individuo. Insinuados los

espiritus malignos en el hilico atacan, desde dentro, al psiqui co; y solo aguardan vencerlo para irrumpir en el alma racio

nal, a titulo de '

pasiones = efectos ', instalàndose también en

ella. Los futuros substantivos 119 '

espiritus apéndices ', actùan

pues primeramente desde el alma irracional sobre la racional.

Esto es, desde el hombre hilico sobre el psiquico. Mas no en

gendran pasiones, mientras lo racional no les abra las puertas.

n® Cf. Porfirio, apud Stob., Anthol. I. 350, 25 ss. Test. 36 L. = Fr. 44 des Places.

ne Cf. Calo., In Timaeum c. 297 (299, 15 s.). Véase Waszink, Timaeus: Calcidius p. LVIII. Test. 30 L. = Fr. 52 des Places.

ι" Ap. Euseb., Praep. Evang. XI, 17, 11 ss. Test. 20 L. = Fr. 11 des Places.

ne Como en Clemente, Eclog. proph. c. 46 (arriba p. 87). Cf. ulti mamente NHC VI, 5 p. 49, 8 ss. segùn Troger, Gnosis und Neues Testa ment (Giitersloh 1973) 52 s.

ne No adjetivos (ποιότητας κακίας άναδεχομένη), corno en Eclog. proph. c. 46.

Page 26: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

106 ANTONIO ORBE, S. I.

Los πάθη congénitos a lo irracional no cuentan; pues nadie

se corrompe a si mismo, ni las pasiones lo son para si propias. Ni Isidoro ni Basilides excedian demasiado en esto la en

sefianza eclesiàstica (§ 110,1-3): a saber, las potencias del mal

(resp. los espiritus) trabajan por encender pasiones en la psi que (racional), mas no en todos las encienden.

Una cosa son los espiritus malos, y otra las pasiones ο im

prontas que —

segun el Stromateùs — engendran en el alma

de quienes culpablemente sucumben a sus tentaciones.

Antonio Orbe, S. I.

SUMMARY

Behind the term "

appendixes "

(προσαρτήματα), characteristic of

Basilides and his son Isidore, lies a particular Gnostic mystery which has not yet been studied. Clement of Alexandria (Strom. II)

has one dense and obscure page that takes up the concept of "

ap

pendixes ", but the difficulties of the text have prevented analysis

in the light of the then current philosophy and theology. Scholars

have taken refuge in generalities, pointing out a few more or less

approximate parallele to the idea of "

appendixes Does a fresh look at Clement's text promise any positive results?

Apart from some tenaciously opaque sections, Clement's treatment

lends itself to systematic analysis, to the precise formulation of

some new problems, and to certain avenues of interpretation within

the perspective of second century ideological currents.

The present article begins with a commentary on the introduc

tory lines of the Stromateus, on the passione. There follows an

annotated translation of the page in question, on the προσαρτήματα, with a study of the vocabulary and the main themes. The beginnings

of the "appendixes" go back to an "initial upheaval," the idea of

which is found as a general substratum of many thought systems

of a Platonic type. But it is not until this concept of an initial uproar

is seen in the light of the Valentinian and Ophitic gnoses that one

can understand the "appendixes" in terms of a concrete πάθος of

universal transcendence (the pathos of Prunicos, or Achmot). The

"appendixes" have a more immediate origin in the psychology of

the individuai; and it is here that the ideas about an "added soul"

which Clement attributes to Isidore, Basilides' son and disciple,

take on great importance. This is the most difficult point, apart

from the stoically slanted concepts attributed to Basilides. The

Page 27: Orbe, A. - Los 'Apéndices' de Basílides (Un Capítulo de Filosofía Gnóstica) - I

LOS * APÉNDICES ' DE BASÌLIDES 107

study on the duality of souls and the doctrine of the Pythagorean Numenius both help to uncover the sources of Isidore's thought.

Once a few slight obstacles regarding the "appendixes" and the

"added soul" are overcome, the psychology of Basilides is easily

situated in the line of Numenius. The προσαρτήματα are physical adhesions in the rational psyche produced by evil spirits which, from

the added (or irrational) soul act on a weak soul in favor of the

passions. Their origin is not astrai, nor necessary. With the com

pliance of the rational soul which gives them the opportunity, evil

spirits encrust the "bad", irrational psyche with their very sub

stance —which takes the form of a substantive "appendix"— and

in this way instali themselves inside the psyche. The "appendixes" should not be confused with the spirits of

evil, nor with the passions of the "added," irrational soul. Rather,

they are physically firm elements that are nourished with the help

of the irrational passions by the evil spirits in the substance of

the rational psyche, when the psyche is weak and surrenders itself — not without guilt— to the assaults of those spirits.

There remain several points that need to be considered, includ

ing the freedom of the individuai, his relation to the divine man,

and analogies with other Gnostic systems. These will be taken up

in a II part.