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ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y CONCEPCIÓN SIMBÓLICA DEL ESPACIO EN LA CIUDAD PREHISPANA DE QUITO Dr. Arquitecto Alfredo Lozano Castro

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ORDENACIÓN DEL TERRITORIO YCONCEPCIÓN SIMBÓLICA DEL ESPACIOEN LA CIUDAD PREHISPANA DE QUITO

Dr. Arquitecto Alfredo Lozano Castro

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En efecto, la investigación realizada sobre la ciudad y entorno circundante de Quito, paraencontrar las huellas de su trazado aborigen, ha permitido comprobar, que existe una íntimarelación y complementariedad entre lo que el autor denomina, las ciencias del territorio y laconcepción simbólica del espacio, cuyos fundamentos se exponen a continuación. En primerlugar, las ciencias del territorio2, aluden al concurso de la razón, y por consiguiente a la siste-matización e invención de técnicas e instrumentos que permiten la intervención en el territo-rio, de ello derivan los sistemas de: observación estelar (ángulos intersolsticial, registro de figu-ras celestes etc.); orientación; y medidas. Por otra parte, el conocimiento del entorno e identi-ficación de hitos geográficos importantes (cerros, ríos, lagunas, etc.), y la organización de cen-tros poblados, remiten a la invención de: infraestructuras y comunicaciones (Kapac Ñan, UruÑan); localización y jerarquización de centros poblados (capitales provincilaes, centros admi-

1 Los significadosurbanos y arqui-tectónicos en laevolución de laciudad hispano-andina. Casodel Ecuador.Tésis doctoral,E.T.S. deArquitecturaUniversidadPolitécnica deMadrid. Octubre1989. Quito, ciu-dad milenaria.Forma y símbolo.Coedición AbyaYala / CIUDAD.Quito 1991.

1. INTRODUCCIÓN

os estudios sobre las ciudades prehispanas en la región andi-na

1, que viene realizando el autor, y en particular el de la ciudad

de Quito, en la zona ecuatorial, han permitido fundamentar latesis que: “Quito, es una ciudad planificada en orden a los prin-cipios y conocimientos de las ciencias del territorio y concep-

ción simbólica del espacio, conocidas por las culturas indígenas: Quito (Kitu),Cara (Kara), e Inka”. Dichos conocimientos que al parecer, desde épocasinmemoriales, poseían las culturas nativas, se dedujeron de la observación delos fenómenos estelares y del movimiento aparente de las figuras celestes, delos cuales inventaron los métodos e instrumentos para señalar la orientacióny localización de los centros poblados y sus respectivos hitos geográficos, asícomo, la forma de sus trazados, como tendremos ocasión de demostrar eneste trabajo.

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nistrativos, etc); dotación de equipamientos (tampukuna, pukarakuna, etc.), evidentes en laconformación espacial del Tawantin suyu, que representa la última fase de evolución autárqui-ca de las naciones indígenas.

En segundo lugar, la concepción simbólica del espacio y su carácter sagrado, alude al concursode la memoria, percepción e intuición, de ello se derivan la invención de los mitos de origen(En el caso de Quito: Pacha, Quitumbe, Cochasquí); rituales y festividades (Kapak, Paucar,Inti, y Colla Raymi), símbolos (el arte simbólico esta presente en la cerámica, textiles, meta-lurgia, escultura, arquitectura), la concepción del espacio sagrado, (wakakuna, o lugar donde seconcentra la energía), y por consiguiente, la cosmovisión (forma de ver el mundo, relaciónmicro-macrocosmos), e identidad cultural. Precisamente, la concepción de lo sagrado, implicala conformación de un sistema religioso, el cual se realiza a través de un conjunto de símbolosentrelazados en un todo ordenado. Para sus creyentes, tal sistema religioso parece proporcionarun conocimiento genuino de los términos en los que la vida tiene, necesariamente que ser vivi-da. Todos los símbolos sagrados (una cruz, un animal: felino, serpiente, etc.), dramatizados enrituales o mencionados en mitos3, son sentidos por aquellos para quienes son resonantes, comouna forma de resumen de lo que es conocido respecto a la manera de que el mundo es, la cali-dad de la vida emocional que propugna y la manera cómo uno debe comportarse mientras seestá en él. De esta manera, los símbolos sagrados relacionan una ontología y una cosmología auna estética y una moral.

En este contexto, la interpretación de la organización espacial indígena requiere, penetrar en suethos y cosmovisión; conocer su universo de valores, porque a pesar de la destrucción de granparte de su legado cultural, su producción cultural, continua expresándose, principalmente através de un comportamiento simbólico.4 La religiosidad, el mito, el ritual, y los símbolos, sonlos instrumentos para encontrar el núcleo del ser (formas de estar, sentir y hacer), el contenidode la personalidad indígena, su concepción sobre la vida, sentimientos y convicción profundade una solidaridad fundamental e indeleble de la vida, su sabiduría y cosmovisión. La búsque-da de estos conocimientos y símbolos ancestrales, puede establecerse a través de diversas fuen-tes primarias como: las Crónicas de conquista; Actas de los primeros Libros de Cabildos; latoponimia aborigen de ciertos lugares e hitos geográficos (montes, cerros nevados, lagunas, ríosy quebradas), cuya indagación sobre el significado de sus nombres arroja luces sobre la antigüe-dad del proceso de ocupación territorial; se suman a las fuentes primarias, los vestigios arqueo-lógicos que proliferan en la región de Quito; las evidencias arqueológicas, etnohistóricas; etno-

Cuenca ciudadprehispana.Significado yforma.Coedición AbyaYala / CIUDAD.Quito 1991.Cusco –Qosqo-Modelo simbóli-co de laCosmologíaAndina.Coedición CON-PLADE-IN /CONAIE. Quito1998. CiudadAndina.Implicacionessimbólicas y téc-nicas. CoediciónFAD-PUCE / CIU-DAD / CONAIE.Quito 1998.Recuperacióndel EspacioPerdido.Liripampa capi-tal ancestralPuruha.Municipio deColta /UniversidadInterculturalAmawtay Wasi.EditorialPedagógicaFreire. Riobamba2004.

2 En la que estáninvolucradas dis-ciplinas como la:Astronomía,Geografía,Geometría,Matemática

3 Los mitos oleyendas, tienenun mensajesagrado en símismos; el mitose explica en losagrado.

4 Se puede decir,que los sereshumanos, simbo-lizan, esto esconfieren signifi-cados a fenóme-nos físicos, encasi todos los

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lógicas (prácticas festivo-rituales); antropológicas y arqueo-astronómicas (ángulo intersolsticial;reconstrucción de calendarios lunar y solar). El análisis e interrelación de este cúmulo de datosy evidencias materiales, permiten plantear diversas interrogantes5, cuyas respuestas, formula-das a nivel micro, meso, y macro territorial, son nuevos aportes que permiten entender los prin-cipios de la ordenación territorial nativa y su concepción cultural del espacio, que queremoscompartir en este artículo.

2. ESTADO DE LA CUESTION

El conocimiento sobre la ciudad prehispana de Quito todavía resulta un enigma por resolver,no sólo por la carencia de estudios integrados e integrales sobre el tema,6 sino porque la mayo-ría de “cientistas sociales” (historiadores, arqueólogos, y antropólogos), que de forma sectorialenfrentan el tema, curiosamente coinciden en negar la existencia de la ciudad indígena, argu-mentando una serie de ideas fundadas, en prejuicios que les conduce a invalidar determinadotipo de fuentes, o porque simplemente consideran que las culturas originarias no habían llega-do a un grado evolutivo que les permita construir formas de organización complejas, equipara-bles a la categoría de ciudad, y aunque no lo explicitan, se presume que están de acuerdo conla teoría que postula que la “revolución urbana” y por consiguiente el surgimiento de una formade hacer ciudad,7 apareció en el contexto de una determinada civilización. La primera enmien-da que podemos hacer a esta adhesión teórica, es que la idea de ciudad proveniente de unamatriz cultural, se adopta como concepto universal y es aplicada indiscriminadamente en con-textos culturales distintos; en contraposición a este planteamiento, se postula que existen diver-sas ideas de ciudad y que cada cultura tiene una forma propia, de organización espacial, quepuede ser equiparable a dicho concepto.

Entrando en materia, los estudios sectoriales sobre la región y ciudad de Quito, hacen énfasisen interpretaciones de los documentos históricos y actas de Cabildos, considerados como losmedios, únicos e infalibles para conocer el pasado ancestral; repitiendo teorías planteadas porinvestigadores foráneos sobre la organización social indígena, hacen énfasis en la conformaciónde “cacicazgos o señoríos”; (que también son implantes deformados de la organización territo-rial de culturas foráneas), y forma del trazado urbano de la ciudad colonial. De otra parte, tam-bién existen estudios aislados sobre aspectos antropológicos, que proclamando teorías científi-

aspectos de suvida diaria.

5 Frente al cúmulode vestigiosarqueológicosalrededor de laactual ciudad:¿Por qué esta ubi-cación y empla-zamiento?. Frentea la coincidenciade las alineacio-nes de cerros,montes, lagunas ycentros poblados:¿A que respon-den las relacionesentre los distintoshitos geográfi-cos?. Frente a lapresencia decientos de piedrasde clara proce-dencia inka, eninnumerables edi-ficaciones religio-sas y civiles de laciudad: ¿A que sedebe esta presen-cia?. Frente a losdatos de los cro-nistas y documen-tación colonial:¿Qué interpreta-ciones se puedendeducir?

6 Los existentes,apenas se pue-den contar conlos dedos de lamano, entre ellosfigura: Quito ciu-dad milenaria.Forma y símbolo.Coedición; AbyaYala / CIUDAD.Quito, 1991; traba-jo de investiga-ción, en dondepor primera vez seutiliza un enfoqueintegral e interdis-ciplinar, paraentender el proce-so de conforma-ción de la ciudad.Aunque ha sidoobjeto de comen-tarios malidicen-tes, que denun-

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cas, éstas se aplican a sociedades a la cuales los mismos postulantes las definen como no cientí-ficas (¿..?); abundan las excavaciones arqueológicas; ensayos sociológicos; estudios, todos ellos,que por sí mismos, parecen insuficientes para dar cuenta, de un proceso tan complejo como laorganización de los centros poblados, que se fundamentan en parámetros distintos a los cono-cidos en la cultura occidental, así como, su posterior proceso de transfiguración, a partir de lafundación española.

En general quienes han transitado por esta temática, ni sospechan los principios en que se sus-tenta la ordenación territorial nativa y concepción simbólica del espacio; la mayoría, apoyadosen la “versión oficial” de ciertos arqueólogos, que proclaman que no existen vestigios de cerá-mica inka (convertida en la “prueba irrefutable”), en el actual centro histórico de la ciudad, elu-cubran versiones inconsistentes, donde ignoran los conocimientos que las culturas nativas pose-ían acerca de las materias citadas. Interesados en esclarecer, el legado cultural nativo y verificarla versión oficial: “que no ha existido la ciudad inka de Quito (y por consiguiente la ciudad abo-rigen Kitu-Kara)”, hemos propuesto que el estudio de los procesos culturales, y entre ellos,aquel que tiene relación con la construcción de centros poblados (ciudades), requieren de unenfoque integral, que de cuenta, a la vez, de las interacciones entre la organización social y polí-tica, la epistemología, arte e ideología, la tecnología, entre otros saberes y técnicas; es decir,comprender que los objetos recuperados en las excavaciones arqueológicas, los estudios antro-pológicos, el significado de la toponimía, las aportaciones arqueoastronómicas, etnohistóricas,etc., no son cosas sueltas importantes por sí mismas, sino que son el puente para conocer lasrelaciones de los grupos sociales con su entorno natural. Además, es necesario, enfocar la cul-tura como conducta humana, y esto implica indagar sobre, las manifestaciones simbólicas, por-que a través de los símbolos, los grupos humanos expresan su conducta.

En este orden de cosas, la reconstrucción –recreación- del proceso cultural de configuración dela ciudad y no sólo su interpretación basada en teorías que en lugar de aclarar dicho proceso, lopetrifican o encorsetan en modelos descontextualizados, requiere la búsqueda de diversas fuen-tes, entre las cuales el territorio y sus hitos geográficos con su nombre aborigen; el cielo este-lar, con sus fenómenos y movimientos de figuras celestes, conjuntados con los relatos mitoló-gicos, interpretación del lenguaje simbólico del arte cerámico, lítico y metalúrgico, además delas fuentes tempranas de la conquista, las pervivencias de las prácticas rituales, y evidenciasarquitectónicas y urbanísticas todavía presentes en la ciudad, contribuyan a elaborar un esque-ma conceptual y metodológico innovador que parta de lo concreto a lo abstracto, de lo parti-

cian la limitadacomprensión dequienes lo formu-lan. Al respecto sepuede consultarel artículo titulado:Quito aborigen:un balance desus interpretacio-nes, de G.Ramón. En Quitoa través de la his-toria. Enfoques yestudios.Dirección dePlanificación. I.Municipio deQuito 1992. ElGuaman, el Pumay el Amaru, de H.Burgos. EditorialAbya Yala. Quito1995; y La ciudadInca de Quito, deM. Espinosa,quien pone enresponsabilidaddel autor cosasfalsas, tergiversan-do los hechos.Tramasocial ed.Quito 2003.

7 En nuestra tésisdoctoral Op. Cit.Nota 1; se planteaque toda culturatiene una con-cepción propiadel espacio, quese refleja en laconformación desus centros pobla-dos, y es fruto delos conocimientosy técnicas alcan-zadas en tal ocual período detiempo. Estudiosposteriores, hanpermitido enten-der, que el con-cepto de ciudad,o de una organi-zación espacialsimilar, implicauna organizacióncompleja de losasentamientos depoblación; dichaorganización sin-

8 Consultar el estu-dio: Recuperacióndel espacio perdi-do. Liripampa,capital ancestralPuruha. EditorialPedagógicaFreire. Riobamba2004).

9 Atraviesa los sigu-ientes lugares:Loma Pacpo,Rumipampa,Loma San Juan,Yawirak, cerros LaViudita yCorazón.

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cular a lo general, de lo simple a lo complejo, de la experiencia a la reflexión, de manera queposibilite la comprensión global del proceso creativo de la ciudad, que saque a luz cuestionesdiferentes, a las consabidas por los esquemas positivistas tradicionales, de manera que permi-tan revelar aspectos oscuros o novedosos de dicho proceso.

3. BASES DE LA ORDENACIÓN DEL TERRITORIO YCONCEPCIÓN SIMBÓLICA DEL ESPACIO PREHISPANO

Los principios de la ordenación del territorio y concepción simbólica del espacio, presentes enla conformación de los centros poblados en la región ecuatorial son claramente evidenciables enlas alineaciones de las ciudades y centros poblados de matriz indígena, a lo largo y ancho delcallejón interandino, empezando por la ciudad de Quito, al norte, y terminando en la ciudadde Guancabamba (hoy perteneciente a la república del Perú), al sur. A nivel macro territorial,este primer eje de alineamiento pasa por el barrio de San Felipe en Latacunga (primer asientode dicha ciudad), Villa la Unión (Liripampa, antigua capital ancestral de la nación Puruha8),Cañar (antiguo Atun Cañar, uno de los principales centros poblados de la nación Kañari),Cuenca (Tumipampa, eregida por el gobierno inka, sobre la antigua Guapdondelic, capital dela nación Kañari), y Loja (Cusibamba, al parecer el principal centro poblado de la nación Palta),por citar las ciudades principales. Un hecho singular, que para nosotros es un indicio de losprincipios de la ordenación territorial nativa, radica en que el trazado de los ejes de orientacióny registro del movimiento aparente del sol (solsticios y equinoccios), a partir de estas ciudades(Quito, Liripampa, y Cuenca) involucran a otros centros poblados localizados tanto en la regióncosta, como en la amazonía. Ver Mapa Nº 1.

En el caso de la ciudad de Quito, capital antiquísima de la nación Kitu, luego de los Kitu-Kara,y posteriormente del “Reino de Quito”, en la región del Chinchay suyu, en el gobierno inka;en los límites de la antigua provincia, existen otros alineamientos que involucran a diversoshitos geográficos (volcanes, cerros, y lagunas) y antiguos pueblos. En este nivel meso territo-rial, de los alineamientos más notables que hasta ahora se han detectado, dos de ellos pasan porla cima del Yawirak (Panecillo); el otro alineamiento, en sentido norte-sur, es paralelo a uno deestos ejes. En referencia a los principales alineamientos citados: el primer eje de alineación,9 que

tetiza el desarrollosocio-político,administrativo ycultural de cadaformación social,según sus particu-lares presupuestoscivilizatorios y for-mas de ver yentender elmundo. Por lotanto no es posi-ble homologar laidea y forma deciudad vigente enla Europa medie-val o renacentista,con aquella queencontraron losconquistadoresen la confedera-ción de naciones,conocida comoTawantin suyu.

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a.Mapa 1.

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tiene como puntos de referencia norte-sur: el cerro Cushnirumi y nevado Illiniza norte, respec-tivamente, forma un ángulo de 31º, con respecto al norte de la cuadrícula del IGM, y un ángu-lo de 15º, con respecto al eje de orientación de las ciudades nativas. El segundo eje10 de alinea-ción que tiene como puntos de referencia norte-sur: el cerro Imburo- pirámides de Cochasqui,y el volcán Atacazo o Ninahuilca, respectivamente, forma un ángulo de 36º, con respecto alnorte de la cuadrícula del IGM; un ángulo de 24º, con respecto al eje de orientación de las ciu-dades nativas, y un ángulo de 9º, con respecto al primer eje. El tercer eje de alineación11 quetiene como puntos de referencia norte-sur: el monte Jatunloma-Tabacundo, y el volcánRumiñahui, respectivamente, es paralelo al primer eje, y forma un ángulo de 26º, con respec-to a la cuadrícula de la cartografía del IGM, y un ángulo de 15º, con respecto al eje de alinea-ción de las principales ciudades indígenas. Estos tres ejes, están atravesados perpendicularmen-te por otros ejes de referencia, en dirección este-oeste, quizás los más importantes; desde elpunto de cruce de los ejes norte-sur y este-oeste, se originan otros ejes en dirección de los pun-tos que señalan los solsticios, configurándose un perfecto sistema de alineaciones, donde se loca-lizan hitos geográficos de referencia o antiguos centros poblados, alineados perfectamente y adistancias proporcionales, como se demuestra en el caso del eje: Jatunloma-Tabacundo-volcánRumiñahui. Quedaría por indagar, que ejes de alineación corresponden al período Kitu, cualesal período Kitu-Kara, y finalmente los correspondientes al período Inka. Ver Mapa Nº 2.

En cuánto, a la concepción simbólica del espacio, la dimensión de lo sagrado,12 es el núcleoaglutinador de todos los aspectos de la vida humana; para el indígena, el espacio/tiempo es unconcepto complejo que esta íntimamente relacionado con la Pachamama; el espacio/tiempo,tiene una dimensión sagrada y se reactualiza en el ritual, con el mito, el símbolo y con todaslas acciones de culto, que son el fundamento y el valor de su cultura. La visión indígena delespacio/tiempo, mantiene una vinculación con lo sagrado que es la fuerza dinamizadora detodo; de esta forma, los cultos rituales, mitos, y símbolos, expresan cual es el sentido de la viday de la muerte, el concepto del ser humano y de las divinidades; la religiosidad es parte de lavida humana y se la vive como experiencia de lo sagrado.

Desde los albores del proceso civilizatorio, se eligieron ciertos lugares naturales, como cerros,montañas, rocas, cuevas, lagunas, fuentes o vertientes de agua, etc., que tenían alguna singula-ridad y poseían fuerza sobrenatural (Mana13), capaz de alejar el mal o atraer la buenaventura; deahí que los primeros adoratorios y templos que se erigieron en estos lugares se los considerosagrados. Los lugares de especial irradiación energética, a los que se les atribuía propiedades

10 Atraviesa los sigu-ientes lugares:LomaGualaguincha,Cashaloma,Chuquiguada(observatorioastronómico),Yawirak, LaMagdalena,Chillogallo, y cerroNiño Loma.

11 Atraviesa los sigu-ientes lugares:Tabacundo, Otón,El Quinche,Yaruquí, Pifo,Itulcachi, y cerroUrcu.

12 Lo sagrado conlle-va siempre unsentido deobligaciónintrínseco: no sóloestimula la devo-ción, la exige, nosólo induce a unasentimiento int-electual, sino quese interpone uncompromiso emo-cional. (C.Geertz.1973)

13 Fuerza sobrenatur-al que emanaefectos extraordi-narios y poderessobre el bien y elmal, esta cuali-dad es independi-ente de entessobrenaturalesdeterminados.

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a.Mapa 2.

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14 La magia puedeclasificarse enmagia imitativa yde contacto; laprimera consisteen atribuirpropiedades idén-ticas a objetosmás o menosparecidos” Lasegunda de con-tacto funcionacuando ha existi-do relación tem-poral o espacialentre algunascosas, que con-servan esta influ-encia mutua.

15 Teocallis, enCentroamérica yTincullpas, enSudamérica

16 El puma a diferen-cia del tigre, tienecolor uniforme sinvetas ni pintas;habitante de laceja andina,mora en los bor-des de losgrandes bosques,trepando a losárboles conmucha facilidad.

17 Entidad natural,generalmente unanimal, que esobjeto de cultoen ciertassociedades y seadopta comoprotector.

18 Todas lasnaciones autóc-tonas, teníancomo tótem alpuma, que fuevenerado por losKitu-Cara,Puruguaykuna,Cañarikuna,MantaWankavilka, entreotras; incluso, laveneración delpuma dio origena un título denobleza: Kápakapo guayacpoma, (F.Guamán Poma.1987).

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“mágicas”,14 equivalentes al concepto de “Mana”, que se refiere al poder o cualidad subyacenteen ciertos objetos y animales, adquieren un carácter sagrado. Así, las cascadas y vertientes deagua, ciertas lagunas y cerros, y animales, como el puma, se les considera como poseedores de“Mana”, con extraordinarios poderes sobre el bien y el mal, siendo esta una de las razones pararevestirlos de un carácter sagrado. Posteriormente, se inventaron técnicas constructivas que sir-vieron para levantar tolas o colinas artificiales y grandes pirámides,15 para adorar y ofrecer sacri-ficios a sus divinidades; así como centros sagrados, donde representan formas simbólicas queestablecen las relaciones entre la comunidad, la Pachamama, los mitos de origen y prácticasrituales, e informan de su manera de concebir y entender el mundo.

En este contexto, la palabra: waka, significa en kichwa, lugar u objeto sagrado, designa tam-bién divinidades telúricas, solares acuáticas, zoomorfas, etc.; representantes de los seres celes-tes, divinidades principales, son wakakuna. Pero también lo son divinidades menores, cuyoámbito de influencia y culto es regional o local. Las achachilakuna, son los dioses lares meno-res, es decir los abuelos o antepasados; la forma más frecuente de representarlos es por mediode unos montoncitos de piedra en ciertos lugares, generalmente cercanos a los caminos. Encuanto a los animales sagrados, figura el felino (jaguar, tigre o puma16), considerado como padrede la humanidad, en la mitología andina-amazónica; además aparece en las formas simbólicas,como tótem17 y constelación estelar, realizándose diversos cultos rituales, adoptando su ropaje;es constante su presencia, en el arte simbólico, en diferentes lugares y períodos culturales, decentro y sudamérica. Esta presencia universal explica su culto generalizado; los restos encontra-dos en la región ecuatorial, remontan su presencia al período cuaternario, comprobándose quesólo el puma desafía todos los récords de latitud y altitud. Estas evidencias permiten suponerque el felino (jaguar o puma), es la más antigua divinidad selvática, de ceja de montaña y alti-plano, razón por la cual se lo viene representando en petroglifos, en los objetos de cerámica,metalurgia, textiles, escultura, toponimia, antroponimia y centros sagrados; por lo cual, no cabeduda que era considerado un animal sagrado.18

En el mundo indígena, la relación ser humano-Pachamama, viene a ser una coexistencia de tipofamiliar, una compañía vivencial entre el terruño, las plantas, los animales, la gente; esta fami-liaridad integradora tiende a cristalizarse dentro de un perspectiva religiosa; se integra en ladimensión de lo sagrado (mitos rituales, símbolos), que permite hablar de los principios y fun-damentos de pensar y concebir el mundo; el mundo indígena, manifiesta en su interior lo sagra-do, cuando se rompe esa dimensión queda presa de angustia (como sucedió con la conquista

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española); o cuando hay intromisiones de mundos extraños (como sucede en la actualidad, conla proliferación de sectas que proclaman creencias y formas culturales ajenas), parece resquebra-jarse y producirse un desequilibrio en su concepción mítico/simbólica; a pesar de este avasalla-miento, los rasgos sustanciales de su cosmovisión, creencias sobre la Pachamama, prácticasrituales y otros, prevalecen todavía aunque tiende a resquebrajarse por la influencia de la cul-tura occidental.

Desde la visión indígena, el mundo es concreto, viviente, autentico, que es lo que permite mos-trar al ser en toda su dimensión; los actos rituales y simbólicos, entran en la inteligencia direc-tamente y nunca se olvidan; en este sentido, todo lo concreto, que se ve, siente, y palpa, es difí-cil de olvidar y es manifestación de lo existente. Los símbolos que acompañan a determinadasprácticas rituales están relacionados con las divinidades astrales y se presentan como el posiblefruto de interacción entre dominantes circulares inconscientes y elementos exógenos de origenceleste capaces de reactivar con su presencia las pre-formas arquetípicas; en este sentido, hayuna estrecha relación entre culto y formas simbólicas, siendo obvio, que el símbolo establece lacomunicación entre lo material y espiritual, de ahí, su carácter sagrado. A propósito, del carác-ter sagrado de los símbolos, su implantación territorial conlleva la sacralización del lugar,dando origen al espacio sagrado, esta noción implica la idea de repetición de la hierofanía.

“Toda hierófania, sin distinción, transfigura el lugar en el cual ha acontecido una transforma-ción extraordinaria: aquel espacio profano pasa a ser un espacio sagrado. Ahí en los espacios hie-rofánicos tuvieron lugar las revelaciones primordiales; fue iniciado el hombre en la manera dealimentarse, de asegurar la continuidad de su especie y de las reservas alimenticias. Por consi-guiente todos los rituales de suma importancia celebrados dentro de los límites del área sagra-da. Del centro de poder no son sino imitación y reproducción de gestos efectuados in illo tem-pore por seres míticos. Por esto la noción de espacio sagrado implica la idea de repetición de lahierofania primordial que consagró aquel espacio transfigurándolo, singularizándolo, en unapalabra, aislándolo del espacio profano circundante”. (Mircea Eliade 1981).

Es decir, el lugar o espacio sagrado, es el centro donde actúan las divinidades astrales, apare-ciendo como una simbología unitaria, pues el símbolo visual, recrea la memoria histórico cul-tural y alimenta la conciencia colectiva; en este sentido, el simbolismo de centro, -básico en elplaneamiento del centro sagrado de la ciudad indígena-, abarca las siguientes nociones: A.- La de punto de intersección de los niveles cósmicos, o punto inicial y final del cruce de losejes donde gira el espacio / tiempo, allí habitan los representantes terrestres de los dioses, y es

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el lugar donde se concentra la expresión y estética de la ciudad; yB.- La de espacio hierofánico y en su virtud real, la de espacio creacional por excelencia, únicoen el que se puede comenzar la creación; es decir, desde el punto de vista de los conceptos na-tivos, ordenar el espacio y por ende, fundar una ciudad significa, establecer un centro o puntoen el cual se concentra la energía.

Los símbolos sagrados y el ritual, cumplen funciones específicas en lo que se refiere a relacio-nar a la comunidad con lo sobrenatural y fortalece la identidad y estructura sociocultural de laetnia o nación. Estos símbolos sagrados, trasmiten mensajes dirigidos a la totalidad del serhumano, desempeñando un papel primordial en la vida religiosa de la comunidad. De la mismamanera, a través de los rituales se accede a lo sagrado y la experiencia religiosa, juega un papelimportante en la vida del indígena especialmente cuando se relaciona con la tierra, el agua, lasplantas, los animales. En el mundo simbólico se hace la verdadera síntesis global de la perso-nalidad; lo simbólico expresa la comprensión intuitiva de una complejidad reducida a la senci-llez del signo y el símbolo.

En este contexto, la concepción simbólica del espacio (centro poblado o ciudad), se fundamen-ta en consideraciones de índole astronómica, y obedece a razones culturales, reafirmadas en lapredilección para crear un centro sagrado, para uso ritual festivo; la orientación, funcionali-dad, y simbolismo del centro sagrado, esta representado por la imagen arquetípica del numentutelar. El centro sagrado, contiene en su interior los principales complejos de edificios desti-nados a las divinidades estelares; alrededor de este lugar, en la zona administrativa, se organi-zan las edificaciones administrativas; y finalmente en los bordes perimetrales, o contornos, se-parados por sistemas de andenerías destinados a los cultivos agrícolas, están los ayllukuna, endonde también habían adoratorios articulados al conjunto e ideografía cósmica de la ciudad.

Los centros sagrados indígenas, que en su entorno cuentan con la presencia de ríos, lagunas yfuentes de agua, son lugares donde se representa al animal totémico objeto de veneración, porla creencia que al estar representado por este, se atrapa su espíritu obteniendo su poder y efec-tos benéficos. La construcción del centro sagrado, es un acontecimiento que involucra a toda lacomunidad, es una actividad, que culmina en el ritual mediante el cual se puede llegar a la ple-nitud y vivir en paz con las divinidades tutelares. Dichos rituales que se realizan al interior delcentro sagrado, cumplen la función especial de cohesionar a los miembros de las comunidades,reforzando su identidad y personalidad cultural.

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4. PREMISAS QUE SUSTENTAN LA CONFIGURACIÓNTERRITORIAL Y CONCEPCION SIMBOLICA

DE QUITO PREHISPANO

Con los precedentes citados, y otros datos valiosos, provenientes de la arqueología, astronomía,etnohistoria, etnología, lingüística (toponimia), mitología, etc.; la configuración territorial dela primigenia ciudad de Quito, se sustenta sobre diez premisas que se detallan a continuación:

I. LOS MITOS DE ORIGEN, QUE REMITEN A HITOS GEOGRÁFICOS, DEESPECIAL SIGNIFICACIÓN, PARA LA ORIENTACIÓN Y EMPLAZAMIENTODEL ASENTAMIENTO PRIMIGENIO

El mito más antiguo, que data de la época del diluvio19 dice: “Los de Quito conservan aún lamemoria de un antiquísimo general naufragio, del cual se salvaron solos sus progenitores enuna casa de palos sobre la cumbre de Pichincha. Según las grandes fábulas que de ellos escribióNiza, provino aquel naufragio de que los tres hijos del primer hombre, o Dios, llamado Pacha,no teniendo con quienes hacer guerra, la mantuvieron con una gran serpiente: que herida estacon muchas flechas, se vengo vomitando tanta agua y anegó toda la tierra: que se salvó Pachacon sus tres hijos y mujeres, fabricando una casa sobre la cumbre de Pichincha, donde metióalgunos animales y víveres: que pasados algunos días largó al ullaguanga, (ave semejante alcuervo) y no volvió por comer los cadáveres de animales muertos: que echado otro pájaro, vol-vió con hojas verdes: que bajo entonces Pacha con su familia hasta el plan, donde es la ciudadde Quito, y que al tiempo de hacer allí la casa, para vivir todos juntos, ninguno pudo entenderlo que hablaba el otro: que separados por eso, con sus mujeres, se habían establecido los treshermanos, y el viejo en diversas partes de la comarca, donde estaban todavía sus descendientes.Añade el mismo, que otros referían esta misma historia, como sucedida en una parte muy dis-tante, desde donde fueron sus antepasados navegando por el mar hasta Cara; y explica proveniresta diferencia de que unos eran descendientes de los primitivos Quitus, y otros de los extran-jeros que primero se establecieron en Cara”. (J. Velasco. Libro 4º. Historia Natural. Pág.185-186).

19 El diluvio, según lacronología de losamawtakuna estafechado en elsegundo soldespués de lacreación, hacia elaño 1660, es decirque cuando secumplió el segun-do sol (2000años), habíantranscurrido 340años después deldiluvio. (Fernadode Montesinos).

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Existen otros mitos o leyendas, recogidos por Luciano Andrade Marín, quién los publicó en eldiario Ultimas Noticias (16-XII-1940); el primero, hace referencia a la relación entreCochasquí y el centro poblado de Quito, teniendo como sustento el volcán Pichincha; este rela-to dice Marín, le hizo en Zámbiza, un indígena de apellido Loachamín, , al sorprenderles en lahacienda el paso de una estrella fugaz, al respecto dice: .....“estas chascas van siempre paraQuito, porque mis mayores decían que Quito no fue antes allí, sino en Cochasquí. Mi abuelodecía, que los abuelos de él le habían contado que otros abuelos habían dicho que hace años,años, y años atrás, ¡cuánto sería¡, vivía en Cochasquí un rey... y una noche vio en el cielo unade estas chascas..... que caía para donde ahora es Quito. Que como era brujo entendió y dijo atodos: esto no es un chiqui (mal augurio) esto es cushi (buen augurio) y tomando un huishi deazúa (vaso de chicha) se durmió. Al despertarse dijo: tengo orden de sacar a todos de este pue-blo y llevarlos a otra parte mejor, tráiganme una piedra de esas que caen del cielo y voy a tirar-la con mi huaraca (honda) hasta donde avance.... parándose en un pucará (promontorio) y vien-do para el Pichincha tiró con toda su fuerza la piedra que fue a caer lejos, al pie del cerroPichincha, saliendo chispas del sitio donde cayó... Salió con sus mujeres y sus familias a buscarla piedra y la encontró enterrada como media vara en el sitio donde es Quito. El rey llevó todala gente de Cochasquí y asentó un pueblo”....

También existe una leyenda,20 que relaciona los cerros de Quitoloma y Pambamarca, cercanos aCochasquí, con Quito, hecho que efectivamente se da, en los trazados de las alineaciones delasiento primigenio; dicha leyenda recogida en Cangahua, población cercana a Cochasquí, fuerelatada por la indígena Dolores Guaras, a su patrón Pedro Asero, morador del anejo Pucará, ydice que la ciudad de Quito debió fundarse en Moyobamba, extensa hondonada situada entrelos cerros Quitoloma, ubicado al oeste, y Pambamarca, al noroeste de Cangahua, pero no lohicieron porque los canales de agua del Pucará se secaron. Entonces el inka lanzó una varilla alespacio para establecer una ciudad en el sitio donde ella se clavara, la que fue a caer en el para-je donde hoy se levanta Quito. Se decidieron además, a cambiar de lugar, porque la “zumba osumfa” ave parecida a la tórtola pero de pico más largo, anunciaba con sus cantos fúnebres unperíodo de larga sequía.

La otra leyenda relatada por Andrade Marín, y que la oyó contar a un campesino llamado SixtoSaavedra Padilla, natural de Machachi, al sur de Quito, relaciona al cerro del Callo, donde exis-ten vestigios arqueológicos, el volcán Pichincha y el centro poblado de Quito; dice así:.....“entre el vulgo de Machachi y Latacunga era conocida la tradición en que antes de la llega-

20 Recogida porAquiles Pérez yque fuera publica-da en laMonografía deCangahua edita-da por CésarAugusto Tamayo.R. Descalzi. L RealAudiencia deQuito. Claustro enlos Andes. Pág.22. Vol 1. Quito1988.

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da de los españoles un gran cacique de Pachusala subió al cerro de Callo, otero fruto de la excre-cencia del cercano volcán Cotopaxi, y desde su cima tiró al norte una gran piedra que había sidoarrojada por dicho volcán, la que llegó al pie del Pichincha a más de sesenta kilómetros de dis-tancia, donde el cacique fue a fundar una ciudad que llamó Quito”.Finalmente se debe mencionar el mito recogido por el jesuita Annello Oliva (1598), quién looyó relatar a Catari, un indígena del Collasuyu, muy entendido en leer los quipus o memoria-les; la leyenda se refiere a Quitumbe como el fundador de la ciudad, pues luego de abandonarTumbes, pueblo eregido en honor a su padre Tumbé, subió a la sierra de Quito donde poblóotro pueblo de su nombre; este relato podría interpretarse como una nueva fundación de Quito,a partir de la llegada de olas migratorias procedentes de la costa del Pacífico, circunstancias quedaría lugar a la conformación del Quitu-Kara. Esta interpretación, es posible porque la recons-trucción de los ejes de orientación astronómica desde el sitio donde se presume estuvo la ciu-dad aborigen de Quito (plan comprendido desde las quebradas de Rumipamba yUlluguangayacu), teniendo como hito referencial el Yawirak (Panecillo), a la sazón, uno de losprincipales templos y observatorio de la ciudad preinka, permite comprobar la relación existen-te entre el volcán Pichincha, hacia el oeste del Yawirak; las pirámides de Cochasqui, los cerrosde Quitoloma y Pambamarca, en dirección norte-noreste; y el cerro del Callo (Pachusala), endirección sur, con lo cual, se comprobaría la validez de estos relatos. Ver Mapa Nº 3.

II. RELATOS EN LAS CRÓNICAS HISTÓRICAS, QUE HACEN REFERENCIA ALA CIUDAD PREINKA

Existen diversos relatos históricos, que hacen alusión a la existencia de la ciudad preinka; el pri-mero, dice que cuando el inka Huiracocha (Wirakucha), séptimo21 de esta dinastía, llega aQuito, encuentra una ciudad perfectamente construida: ... “Habiendo el inga visto la buena dis-posición de la ciudad de Quito y el buen temple de su comarca, determinó hacer en ella suasiento. Dio orden a que se reedificase el palacio para su habitación; mando formar casas parala gente de guerra; dio orden para que de todas las provincias, desde los Puruguaes, viniesegente a poblar la ciudad”. ( Fernando de Montesinos. Cap. XXIV, pág. 142).

Esta afirmación, no sólo certifica la existencia de la ciudad nativa, sino que señala que el pri-mer inka que arribo a Quito, es Huiracocha, padre de Pachakutik, lo cual también significa quela presencia inka, en la región ecuatorial, es alrededor de 200 años antes, de la fecha que casi

21 Otros cronistaslo ubican como8º Inka, en lasucesióncronológica deestos gober-nantes.

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a.Mapa 3.

a.

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todos los historiadores ecuatorianos, han determinado. Al respecto, en los relatos de las cróni-cas (Cieza de León 1985), que hablan de la presencia de los inkakuna Tupak Yupanqui y WaynaKapak, posteriores a los inkakuna Huiracocha, y Pachakutik, se puede advertir, que hacen refe-rencia a la ciudad reedificada por el inka Huiracocha.

Un hecho relevante, relativo al gobierno del inka Huiracocha, es que sucedió la aparición delHacedor del Universo: Illa Tici Uiracocha Pachayachachi, este importante suceso, que estaríafechado aproximadamente hacia el año 1200, tiene una clara connotación astronómica que pudoinfluir en la contabilidad del tiempo, y posiblemente en la presencia de los inkakuna en laregión ecuatorial; la versión de estos sucesos esta recogida por el cronista Pedro Sarmiento deGamboa quién manifiesta lo siguiente: ....“A este Atún Tupac Inca, estando una vez en Urcos,pueblo que está poco más de cinco leguas del Cuzco al sureste adonde estaba la suntuosa dachadel Ticci Viracocha, le apareció de noche el Viracocha. Y por la mañana juntando sus orejonesy entre ellos a un Haulpa Rimachi su gobernador le dijo como aquella noche le había apareci-do el Viracocha y le había anunciado grandes buenas venturas a él y a sus descendientes. Por locual congratulándoles Hualpa Rimachi le saludo llamándole ¡Oh Viracocha¡, y siguiendo losdemás, celebraron este nombre Viracocha, y con el se quedo todo el tiempo de su vida”.(Sarmiento de Gamboa P. Cap. XXIV, pp. 80. 1988).

Por otro lado, en cuanto a la configuración física de la ciudad preinka, existen datos que cuen-tan detalladamente los principales templos existentes, antes del gobierno Inka, identificándo-se incluso el lugar donde estaban emplazados, a saber: “Hablar de todos (los templos), sería unasunto tan dilatado, como poco interesante. Haré mención de los que fueron más célebres enalgunas de las provincias. La que propiamente se llamaba de Quito, tenía dos templos, a los doslados de la capital, fabricados por sus primeros Scyris. El uno dedicado, al sol y el otro a la lunay estrellas, situados en dos correspondientes eminencias, con distancia de tres millas, según lohe dicho otra vez. El del sol, que ocupaba el pequeño plano de la cumbre del Panecillo, era defigura cuadrada, todo de piedra labrada con bastante perfección, con cubierta piramidal y congran puerta al oriente, por donde herian los primeros rayos del sol a su imagen representada enoro....

Fue no obstante muy célebre este templo, por sus observatorios astronómicos adjuntos, a queeran muy dados sus reyes. Se reducían éstos a dos bien fabricadas y altas columnas, a los doslados de la gran puerta, las cuales eran perfectos gnomones, para observar los dos solsticios, en

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que se hacían las dos fiestas principales del año. En contorno de la plaza del templo, estabanotras doce pequeñas columnas, o postes de piedra, que indicaban los meses del año y cada unoseñalaba, con la sombra el principio del mes que le correspondía...... El templo fue magnífica-mente reedificado por Huayna Capac y las columnas permanecieron intactas, hasta la entradade los españoles, quienes las deshicieron por buscar tesoros que juzgaban escondidos y por apro-vechar las piedras labradas en otros edificios.El templo de la luna, sobre la eminencia de San Juan Evangelista, era redondo, con varias tro-neras, o ventanas redondas en contorno de las paredes, dispuestas de manera que siempre entra-ba por alguna de ellas la luz de la luna a herir en su imagen, hecha de plata y colocada en medio.Encima de ella correspondía un cielo formado de lienzos de algodón, de color azul, donde esta-ban colocadas muchas estrellas también de plata. Tenía tantas fiestas y sacrificios al año, cuan-tas eran los primeros días de la misma luna y se celebraban por todo aquel día, con músicas,bailes y borracheras”. (Diversidad de templos, idolos y sacrificios en las provincias de Quito,antes y después de la conquista de Huayna Capac. J. Velasco. Libro II. pag. 140-141).

Este testimonio permite deducir que el templo del sol, antes de la llegada de los Inkakuna, esta-ba ubicado en el monte bautizado, por ellos, como Yawirak (Panecillo para los españoles), y erael lugar desde donde se efectuaban las observaciones de los equinoccios y solsticios, en el perí-odo del gobierno de los Scyris; la reconstrucción de dicho templo, admite el trazado de los prin-cipales ejes de orientación cardinal, teniendo como centro precisamente al Yawirak.

III. ORGANIZACIÓN ESPACIAL PREINKA; PRINCIPALES VESTIGIOS DE ASEN-TAMIENTOS DE POBLACIÓN

A partir de las premisas I y II, y con la ayuda de la toponimia, se puede ensayar una posibleorganización espacial preinka, distinguiéndose la organización espacial autóctona, Kitu, la cualen términos de la cronología arqueológica oficial, se correspondería, con los períodos precerá-mico y formativo; y la organización espacial Kitu-Kara, donde se incorporarían los aportes dela nación Kara, reputados constructores de tolas o montículos artificiales para diversos usos, yse correspondería con el período arqueológico de desarrollo regional. En el primer caso, los ves-tigios arqueológicos encontrados en diversos sectores a la redonda de la ciudad, certifican laantigüedad de la presencia humana en el altiplano de Quito; entre dichos sectores, destacan elInga, laderas orientales del monte Ilaló (Illahalo), los vestigios encontrados pertenecen al perio-

do precerámico (puntas de obsidiana); en Cotocollao, norte de Quito, las excavaciones realiza-das (Villalba M. 1988), han permitido conocer el desarrollo del período formativo, poniendo enevidencia la presencia de asentamientos humanos permanentes por más de mil años (1500 a 500A.C). “La presencia de 94 sitios asociados a esta tradición cultural constituye una evidencia másde su importancia en la evaluación de la arqueología local y regional. En efecto se hallan dis-tribuidos a lo largo de la meseta de Quito siguiendo un patrón de asentamiento disperso alre-dedor de las antiguas lagunas de Iñaquito y Turubamba, además que se ubicaron junto a lasprincipales quebradas para aprovechar la presencia de agua permanente durante todo el año. Deigual manera, varios sitios se distribuyen en las laderas que miran al valle de los Chillos y enlos pasos secundarios que comunican con la meseta de Quito. ....Por ejemplo, dos sitios se des-tacan por su extensión, profundidad y posición estratégica: Cotocollao y Mena II. Se ubicanjunto a los pasos de montaña más importantes para acceder a la llanura occidental y sirven dereferencia para aglutinar a los sitios que se ubican al norte y al sur de la explanada de Quito”.(Villalba M.; Alvarado A. La Arqueología del valle de Quito en clave volcánica. Quito 1998).

En Chilibulo, y Chillogallo, suroeste de Quito, se han realizado prolijas excavaciones, cuyosresultados certifican que: “Los vestigios cerámicos se encuentran en un perímetro de hasta 20km., al ruedo de la ciudad de Quito, pero de manera especial en el sector occidental. Los depó-sitos culturales de esta fase ocupan dos fajas opuestas, casi paralelas a uno y otro lado de la ciu-dad, a una altura del valle de unos 50 metros aproximadamente. La del sector occidentalcomienza prácticamente desde Chillogallo, en una faja casi ininterrumpida de 25 km., inclu-yendo Cotocollao, la del oriente comienza desde la ciudadela San Bartolo y llega hasta más alládel campo de aviación Mariscal Sucre; curiosamente ambas se interrumpen frente al casco colo-nial de Quito”. (Contribuciones al conocimiento arqueológico de la provincia de Pichincha:sitios Chilibulo y Chillogallo. J. Echeverría).

En Chaupicruz, sector norte de la ciudad, donde hubo un monumento religioso; se han encon-trado piedras biseladas; en Toctiuco, sector occidental, en las estribaciones del Pichincha, se hanencontrado vestigios de asentamientos humanos (Molestina M.C. B.A.H. Quito, 1973); en eldeclive occiental del monte Itschimbia ….“En los terraplenes del nuevo hospital situado en eldeclive noroeste del Itschimbia, se hallaron siete tumbas precolombinas. El sitio esta a poca dis-tancia del lugar que en noviembre de 1911, el sr. José Rafael Delgado encontro una tumba ricaen objetos de oro, descrito en el opúsculo titulado el Tesoro de Itschimbia”. (Jijón y CaamañoJ. El Comercio, Nº 3978, diciembre 1917).

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22 Guapulo,Guayllabamba,Guanguiltagua,Gualaguincha,Guaguila,Guangal,Guanguaca,Guamaní,Guangopolo,Guajalo,Cotocollao,Conocoto,Cotogchoa,Collacoto,Cocoto,Luluncoto,Oyacoto,Chimbacalle,Chillogallo,ChilibuloPichincha, Calcalí,Cochasquí,Sangolquí,Pusuquí,Ponasquí, Yaruquí,Quinche, Quijos,Chahuarquingo,Aunqui,Añaquito.

23 Esta base, es elrasgo más gener-alizado de lalengua Kitu.LenguasIndígenas delEcuador. La Kito oPanzaleo. Gral.Luis T. Paz y Miño.1953.

En Guanguiltagua, área que corresponde al barrio Bellavista, frontero a Guapulo, sector orien-tal, también se han realizado excavaciones (J. Jijón. 1920); determinándose que cumplía lasfunciones de un Pukara, se encontraron 7 cercos de piedra, y al parecer, en la falda oeste, que-daban los tambos. En Rumicucho, sector norte, también se ha localizado el Pukara deLulunbamba, (E. Almeida. B.C.E. Quito, 1999). En Cumbayá, sector oriental, se encontraronvestigios arqueológicos en el sitio Jardín del este (Max Hule. 1918), que han pasado a ser partede la Colección Pallares. En San Carlos, se encontró un cementerio incásico; en la Florida, sehan localizado tolas; ambos sitios ubicados al norte de la ciudad. En cambio, al sur, enChimbacalle, están las llamadas canchas incas; y en Turupamba, por los vestigios encontrados,parece que aquí estaban emplazados los depósitos de alimentos y vituallas.

Estos y otros vestigios, alrededor del centro histórico de Quito, testifican la presencia de nota-bles asentamientos humanos, que permitieron la construcción de un centro de importanciaritual, que según las evidencias mitológicas, geográficas, arqueológicas, y astronómicas, estabalocalizado en las laderas orientales del murallón del Pichincha (Guagua y Ruku Pichincha;Chuquiragua o Padre encantado), entre las quebradas Ulluguangayacu, al sur, y la quebrada deRumipamba, al norte. Precisamente, al pie de la quebrada de Rumipamba (hoy, urbanizaciónciudad metrópoli), donde presumiblemente estuvo el primer asentamiento de la ciudad, se hanencontrado abundantes vestigios arqueológicos (cerámica y muros de construcciones, que cer-tifican una sucesiva ocupación cultural), cuya datación esta por determinarse; sin duda, la pro-visión del líquido vital, y su localización estratégica, respecto a la comunicación hacia las regio-nes oriental (Quijos, etc.), y occidental (Tsachilas, Chachis, etc.), fueron los principales factoresque incidieron en su conformación. Ver Mapa Nº. 3.

Por otra parte, abundantes topónimos22 con clara filiación a la lengua de los primitivos Kitus,que tienen base Gua,23 Coto (Qutu), Calle (Calli o Cali), Qui, y perviven en las inmediacionesde la actual área metropolitana, permiten ensayar, la posible área de ocupación de la nación pri-migenia. Además, el gentilicio con el que se denominaba a los nativos de Quito, era Quilacos,al parecer derivada de la voz tsachila: Quela, que se traduce como puma o tigre.

Al respecto, los Quilacos, se reputaban como hijos o adoradores del puma; el hábitat de estefelino, se localizó, tanto en las laderas orientales del murallón del volcán Pichincha, como enlas laderas orientales del monte Ilalo, donde incluso hay un lugar con la denominación de

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Guangal, que recuerda al nombre del puma: Guagal o Guagar, en idioma de los nativosKañaris, Puruguay, y posiblemente Kitus. También existe una notable similitud, con el topó-nimo y gentilicio Quijos, por la base Qui, que puede ser un indicio de su procedencia amazó-nica, por lo que también puede rastrearse su significado en las lenguas de dichas nacionalida-des.

En el segundo período Kitu-Kara, la antigua ciudad, según lo certifica el padre Juan deVelasco, tendría como puntos de referencia ritual: al templo del sol u observatorio de Yawirak(Panecillo), así como, el templo de la luna u observatorio de Luluncoto; precisamente a travésde los ejes de orientación astronómica, hemos podido comprobar que por la cima del Yawirak,pasan importantes ejes de alineamiento, y todos, en mayor o menor medida, contienen eviden-cias que remiten a una organización espacial autóctona, sobre cuya base, al parecer, se reformu-la, la organización espacial Inka. Entrando en materia, podemos comprobar que el primer ejede alineación de las ciudades (Quito-Guancabamba), el área circunquiteña, tiene los hitos dereferencia siguientes: en dirección norte-sur, cerro Sincholagua La Marca (3.356 m.s.n.m.);loma Casitagua (3.519 m.s.n.m.); monte Yawirak (3.015 m.s.n.m.); monte San Luis (3.051m.s.n.m.); monte San Miguel de Cutuglagua (3.147 m.s.n.m.); y Tambillo viejo; dicho eje, estarelacionado con el eje norte-sur (Jatunloma-Pirámides de Cochasqui-volcán Atacazo), ambosejes tiene como punto de cruce, el Yawirak, formando un ángulo de 24º, lo que significa que elprimer eje se corresponde a la orientación terrestre y el segundo eje, a la orientación celeste,según el esquema desarrollado en el punto siguiente. Las coordenadas este-oeste del eje celeste,pasan por el monte Puengasí (3.078 m.s.n.m.); parroquia rural de Alangasí; monte Tolontag(3.749 m.s.n.m.); Huayraloma (4.431 m.s.n.m.); y volcán Antisana (5.758 m.s.n.m.), en direc-ción este; y el cerro Chuquiragua (Padre encantado 4.310 m.s.n.m.); y volcán GuaguaPichincha (4.784 m.s.n.m.), en dirección oeste.

A partir del punto de cruce (cima del Yawirak), de estas coordenadas norte-sur / este-oeste, loshitos geográficos que señalan los equinoccios y solsticios, son: en dirección este-oeste (equinoc-cios de marzo y septiembre): loma Alma lojana (3.000 m.s.n.m.); y loma Yuracyacu (3.452m.s.n.m.), respectivamente. En dirección sureste-suroeste, (solsticio de diciembre), los hitos dereferencia son: el volcán Antisana (5.758 m.s.n.m.); y el monte Ungí (3.578 m.s.n.m.), respec-tivamente. En dirección noreste-noroeste (solsticio de junio), los hitos de referencia son: elmonte Ilumbisí (3.013 m.s.n.m.), cerro Chinchín (4.000 m.s.n.m.); y el volcán GuaguaPichincha (4.784 m.s.n.m.), respectivamente.

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Además si trazamos al interior del ángulo intersolsticial de 47º (48º), los ejes que se correspon-derían con los puntos del aparente recorrido anual del sol, hacia los trópicos de Cáncer yCapricornio, viniendo desde el noreste (monte Ilumbisi), al sureste (volcán Antisana), los refe-ridos ejes que forman un ángulo aproximado de 8º, coinciden con los siguientes hitos geográ-ficos: cerro Cotourco (3.575 m.s.n.m.); cerro Pucara; monte Ilalo (3.185 m.s.n.m.), y cerroÑunurcu (3.749 m.s.n.m.); cerro San Miguel (4.053 m.s.n.m.); en la parte noroeste-suroeste,los hitos geográficos están por determinar. Cada uno de estos hitos geográficos estarían seña-lando los correspondientes meses del año solar. En cuanto al templo de la luna, ubicado en San Juan Evangelista, a 3 millas de la ciudad, duran-te todo este tiempo se ha creído que estaba, situado hacia el norte, en el sitio donde esta la igle-sia de San Juan; sin embargo, el propio San Juan Evangelista, se localiza, al parecer, en el sec-tor de Chimbacalle,24 donde esta un notable promontorio, conocido como Luluncoto(Lulunqutu, literalmente, promontorio ovalado), y principalmente el cerro Puengasí; en estelugar, es más probable la localización del mencionado templo, no sólo por su forma, sino debi-do a su ubicación en el eje este-oeste, del templo del sol, y con un ángulo de 5º, con respecto adicho eje, hecho que coincide con el movimiento de rotación de la luna, el cual tiene una dife-rencia de 5º 8’, con respecto al eje de la eclíptica, y requiere de un estudio concienzudo. En refe-rencia a Luluncoto, en la colonia, paso a ser propiedad de los jesuitas, quienes establecieron unaresidencia o casa de retiro; aquí vivió en el siglo XIX, el jesuita Juan Bautista Menten,25 cons-tructor del observatorio astronómico, en el antiguo lugar denominado Chuquihuada, y conoci-do después como Alameda, donde existen un churo y una lagunilla.

Con respecto a la ciudad Kitu-Kara propiamente, con la ayuda de la toponimia todavía exis-tente se puede hacer una clasificación de lugares, para determinar su posible procedencia, enorden a la base común de ciertas palabras, tales como: Tola (tierra amontonada en Tsafique),Carapungo, Lumibisí, Ilumbisí, Puengasí, Amagasí, Alangasí, Aloasí, Alabasí, Alpahuasi.Itchimbía (Itschimbisi); es notoria la terminación en sí, principalmente de montes cercanos ala ciudad, al respecto, se debe recordar que Pacsi, se traduce como luna y mes en idioma ayma-ra, precisamente algunos de estos montes son hitos de referencia para los meses lunares. De otraparte, el límite de la ciudad Kitu-Kara, al parecer esta determinado por los topónimosCarapungo (Carapungu, traducido literalmente, como puerta de los Caras), dicho topónimo,existe tanto al norte de la ciudad, donde se localiza un importante centro poblado (parroquiaCalderón), como al sur, cercano a Cutuglagua, en el sitio el Belen, frente a Uyumbicho y al nor-oeste de Tambillo, aunque aquí, no existe una población importante; estos dos lugares, estánlocalizados de manera equidistante, en relación al Yawirak.

24 Aquí, se encontróun enorme con-junto de can-chas, que en lacolonia sedenominoPillcocancha;actualmente, ellugar esta ocupa-do por las ciu-dadelas: Andina;Pérez Pallares; y laColina. La iglesiade Chimbacalle,que también estaen el sector,parece indicar laantigua importan-cia del sector,dicha iglesia, estasituada en lasactuales calles dePasochoa yLlanganates, pre-senta vestigios depiedras posible-mente inkaikas ensu zócalo.

25 El jesuita, JuanBautista Menten,vino al país en lasegunda presi-dencia de GarcíaMoreno (1870),conjuntamentecon Teodoro Wolfy Luis Sodiro. J.B.Menten eraastrónomo y fueel constructor delObservatorioAstronómico en elsector deChuquihuada ola Alameda,curiosamente ubi-cado en el lugardel antiguo UshnuInka; aunquetambién resultasorprendente queel jesuita Menten,vivió en el sectorubicado en loque fue el templode la luna, de laciudad preinka, ydono lapropiedad dondevivió, a laCongregación dela Providencia yde la InmaculadaConcepción.

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IV. REPLANTEO DE LA ORDENACIÓN TERRITORIAL INKA: EJES DE ORIENTA-CIÓN CELESTE Y TERRESTRE

La reconstrucción de los ejes de orientación de la primitiva ciudad, teniendo como centro alYawirak, permite establecer la presencia de dos ejes que atraviesan su cima; el eje de alineación,volcán Atacazo-piramides de Cochasqui-cerro Imburo; y el eje, nevado Illiniza norte-cerroCushnirumi, por los indicios astronómicos hemos podido establecer, que el primer eje, secorrespondería con el trazado de la ciudad Kitu-Kara. Relaciondo con este eje, estaría el eje dealineación norte-sur, de las ciudades andinas (Quito-Guancabamba), el cual forma un ángulo de24º, con respecto al anterior, lo cual significa que el primer eje se corresponde a la orientaciónceleste y el segundo eje, a la orientación terrestre, según el esquema desarrollado en el puntosiguiente. En cuanto al otro eje celeste: nevado Illiniza norte-cerro Cushnirumi, que esta a 9ºdel eje volcán Atacazo-piramides de Cochasqui-cerro Imburo, parece que es posterior, hechoque lo corrobora incluso la presencia, en su trayectoria de los vestigios de Rumipamba.

En efecto, las coordenadas este-oeste de dicho eje, teniendo como punto de cruce, el sector deRumipamba (donde se localizan los vestigios arqueológicos), están orientadas por la lomaPucara, aledaña al Tablón (3.175 m.s.n.m.), en dirección este; y el cerro Cóndor Rumi (3.995m.s.n.m.), y el cerro Ingapirca (4.415 m.s.n.m.), en dirección oeste. A partir del punto decruce, de estas coordenadas norte-sur/este-oeste, los hitos geográficos que señalan los solsticiosy equinoccios son: en dirección este-oeste (equinoccios de marzo y septiembre): Pukara deGuanguiltagua (2.991 m.s.n.m.); y loma Ingapirca (4.000 m.s.n.m.), respectivamente. Endirección sureste-suroeste, (solsticio de diciembre), los hitos de referencia son: loma Pukara(3.175 m.s.n.m.); y cerro Cóndor Rumi (3.995 m.s.n.m.), respectivamente. En dirección nor-este-noroeste (solsticio de junio), los hitos de referencia son: loma Campana Pukara (3.614m.s.n.m.); y Pogyo pungo (3.400 m.s.n.m.), respectivamente. Como se puede colegir, en elentramado para el control del tiempo (calendario), casi todos los sitios remiten a la presenciade sitios con clara filiación inka.

En otro orden de cosas, la orientación de los centros poblados, construidos durante el gobiernoinka, de acuerdo a los testimonios que se deducen de las crónicas y gráficos de autoría indíge-na, esta definida por dos ejes, que tienen relación con los mundos: celeste y terrestre; en el pri-mer caso, el cronista Garcilaso de la Vega, relata como estaba dividido el “imperio”, conformelas cuatro partes del cielo:26 oriente, poniente, septentrión y mediodia, es decir que existían

26 También semenciona, queen cada parteo región delcielo regía unanimal celeste,asi: oriente, anti,jaguar;poniente, cunti,cóndor; septen-trión, chinchay,puma o tigrillo;y mediodía,colla, llama.(Valcárcel L.1920).

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hitos geográficos que señalan estas posiciones, de ahí la importancia de designar los cerros a laredonda de la ciudad, como fue el caso de Quito y otras ciudades principales. El cronistaFernando de Montesinos, cita los 4 cerros que están alrededor de la ciudad, en dirección de los4 puntos cardinales, a saber: Oriente, Anakwarqui; Poniente, Wanakauri; Septentrión,Karminka; Mediodía, Yawirak; la identificación de estos hitos geográficos, es de fundamentalimportancia para determinar la orientación celeste y terrestre, así como, la división del espacio(bi y cuatripartición) de la ciudad Inka.

En el segundo caso, el dibujo del Mapamundi del cronista indígena Felipe Guamán Poma deAyala, señala claramente dos ejes diagonales que forman las cuatro partes del mundo conocido,a saber: Antisuyu (sureste-noreste), Cuntisuyu (noroeste-suroeste), Collasuyu (sureste-suroeste)y Chinchaysuyu (noreste-noroeste); además un eje diagonal, señala la posición de la salida delsol en el solsticio de diciembre (Sureste). En el mismo mapamundi, por las representaciones delcielo, tierra y mar, se puede deducir un eje de orientación vertical que señala los tres mundosconocidos, a saber: Anan Pacha (mundo celeste), Kay Pacha (mundo de aquí), y Uku Pacha(mundo de abajo).

Replanteados dichos ejes en la ciudad, teniendo como dato cierto e irrefutable, al Yawirak oPanecillo, se puede advertir, que su ubicación se corresponde con el eje norte-sur de orientaciónceleste, es decir aquel que tiene como referencia el polo celeste; la identificación de las coorde-nadas celestes, sirve para señalar la aparición, en el orto u ocaso, de determinadas figuras celes-tes, en el transcurso de los principales acontecimientos solares o lunares. Por nociones de astro-nomía básica sabemos que el eje terrestre o eje de rotación de la tierra, y sus correspondientescoordenadas, están inclinadas (22º - 24º) debido a la oblicuidad de la tierra con respecto al ejeceleste; precisamente, la oblicuidad del eje de la tierra, es la causa de los solsticios y equinoc-cios. Estas nociones que rigen cualquier tipo de orientación espacial, fueron conocidas por losamawtakuna o astrónomos indígenas, encontrándose un sin número de evidencias, en el artecerámico, textil, metalúrgico y lítico, donde se representan estrellas de 8 puntas, que sin duda,servían como instrumento para la orientación de los centros poblados y ubicación de los prin-cipales hitos geoastronómicos, en la jurisdicción territorial de cada nación o confederación. VerPlano Nº. 1.

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a.Plano Nº. 1

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V. IDENTIFICACIÓN DEL ESPACIO DE REPRESENTACIÓN O SISTEMADIMENSIONAL, EN LA ORDENACIÓN TERRITORIAL DE QUITO

La ordenación territorial indígena, según los testimonios de diversas crónicas, estaba normadapor una división bipartita de Anan saya y Urin saya, es decir de dos partes alta y baja, respec-tivamente, al parecer, dichas partes, tienen relación con el movimiento ascendente o descenden-te del sol hacia los trópicos, y el registro de la constelación que aparece en los ciclos estaciona-les, es decir de unas coordenadas de orden celeste; la otra división territorial, es cuatripartita, yse correspondía con las regiones cardinales, a saber: Antisuyu, sureste-noreste; Cuntisuyu, suro-este-noroeste; Collasuyu, sureste-suroeste; y Chinchaysuyu, noreste-noroeste, respectivamente,es decir, tienen como referencia unas coordenadas terrestres. Estas divisiones (bi y cuatriparti-ción o coordenadas celestes y terrestres), que tienen un punto de cruce o centro: Kay Pacha(Aquí o ahora), conformarían un sistema multidimensional de ordenación territorial que seaplico en todas las cabeceras provinciales, ciudades, y centros poblados mayores y menores,según la jerarquía de asentamientos poblados existentes en el Tawantin suyu, que fue recogidapor F. Guamán Poma.

La interrelación de los ejes de coordenadas que conforman las: saya (partes o sectores espaciales)y suyu (regiones territoriales), orientados a una determinada figura celeste, determina con pre-cisión el señalamiento de los sectores Anan y Urin Saya, con sus respectivos Suyu, en la ciudado centro poblado. De aquí se deduce, que a las regiones del Anti y Chinchay suyu, correspon-den la parte Anan; en cambio, las regiones de Cunti y Colla suyu, se corresponden a la parteUrín. Empeñados en determinar dichos sectores, con el auxilio de la información de las premi-sas anteriores, hemos identificado, en primer lugar, los cerros correspondientes a las coordena-das de orientación celeste; estos hitos geográficos registrados por el cronista Fernando deMontesinos, que ya se ha mencionado, son las siguientes: en dirección del oriente, se localiza elmonte Ilalo (Illahalo), el cual se correspondería con el Anachuarqui (Anakwarki); en direccióndel poniente, el volcán Ruku Pichincha, y más concretamente el Chuquiragua, PadreEncantado, el que se correspondería con el Huanacauri (Wanakauri); en dirección del medio-día, el Yavirac (Yawirak); en dirección del septentrión, el sector, conocido antiguamente comoCashaloma (actualmente sector El Inca, inmediaciones de la capilla Cruz loma y barrio BuenosAires, donde en la parte más alta se ha construido una moderna iglesia), que se corresponderíacon Carminga (Karminka).

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Identificados los hitos correspondientes a la orientación celeste, es posible señalar las coordena-das norte-sur / este-oeste terrestres, las cuales se corresponden con los siguientes hitos geográ-ficos: en dirección norte-sur, loma La Marca (3.083 m.s.n.m.), y San Miguel de Cutuglagua,respectivamente. En dirección este-oeste, monte Ilumbisi y cerro Negro, respectivamente. Elpunto de cruce de las coordenadas celestes y terrestres, es el sector conocido antiguamente comoChuquiguada (actual sector de la Alameda), y que durante el período colonial estaba ocupadopor la iglesia de Santa Prisca. Precisamente en los terrenos que pertenecían a la mencionadaiglesia, intersección de las actuales calles Vargas y Ante, se localiza el punto de cruce de lascoordenadas antedichas. Este hecho confirmaría el testimonio del padre Juan de Velasco, acer-ca de que los Inkakuna reedificaron el templo del sol u observatorio de Yawirak, dicha reedifi-cación supuso el traslado del observatorio y Ushnu (lugar donde se concentra la energía, puntode cruce de los ejes celeste y terrestre) hacia el sector de Chuquihuada, la similitud de este nom-bre, con Chuquipillaka, nombre con el que también se designaba al Ushnu, confirmaría la pre-sente tesis. En este lugar, a escasos 150 metros, siglos después, el jesuita J.B. Menten, construi-rá el observatorio astronómico de la ciudad, queda la duda si fue una extraña coincidencia o lohizo con pleno conocimiento de causa.

En cuánto a los hitos geográficos que señalan las salidas y puestas del sol, en los equinoccios ysolsticios, hemos podido comprobar que en el equinoccio de septiembre (igual que el equinoc-cio de marzo), el sol sale por la cresta del Ilumbisí, que esta al Este de la ciudad, y se oculta,tras la cima de la Libertad, en dirección del cerro Negro, al oeste. Hay que decir que el mura-llón oriental, cuyo punto más alto es el Ilumbisi (3.043 m.s.n.m.), el cual cerca la ciudad deQuito, sirve para señalar los hitos de referencia astronómica, tanto del solsticio de junio (nor-este), punta de Miravalle (2.901 m.s.n.m.); como del solsticio de diciembre (sureste), puntaAlma lojana (3.000 m.s.n.m.). Los respectivos hitos geográficos, para el registro del ocaso delos solsticios son, en el solsticio de junio (noroeste), el volcán Ruku Pichincha (4.627 m.s.n.m.);y en el solsticio de diciembre (suroeste), el monte Yuracyacu (3.452 m.s.n.m.). Ver Plano Nº 2.Ubicación de cerros tutelares de la ciudad e hitos geográficos de señalización de solsticios yequinoccios.

Un dato muy valioso acerca de la constatación de la aparición de figuras celestes, es el registrode la aparición de la constelación de Orión a las 00.00 horas del equinoccio de septiembre, porel monte Ilumbisí, su aparición esta precedida de ráfagas centellantes y relámpagos, como sedijo anteriormente, por este mismo monte, a las 6.00 horas a.m., aparece el sol. En cambio, en

27 Este nombreCHUQUIGUADA,esta íntimamenteemparentado, conel del cerroCHUQUIRAGUA oPadre Encantado,localizado en elsector occidentalde la ciudad(entre el Ruku yGuaguaPichincha) y lafamosa con-stelación deCHUQUICHINCHAY,el felino de oro orelampagueante,venerada por lanaciones aborí-genes desde tiem-pos remotos. Labase CHUQUI, estraducida comolanza en kichwa,pero su origen esmás antiguo y enidioma Puquina,de los primitivoshabitantes de lacuenca delTiticaca, se tra-duce como DiosPadre (Padreencestral), lo cualcorrobora la tra-ducción del cerroChuquiragua;además este cerrosirve de referenciaastronómicadurante elequinoccio demarzo, puesseñala el ocasodel sol, y a las00.00 horas, poreste sector seubica la con-stelación de Orión,que es parte de laconstelación deChuquichinchay.En cuanto aChuquichinchay,se debe recordarque el felino míticoque aparece en elfirmamento esconsiderado el

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padre de lahumanidad.Quedaría pordeterminar la fil-iación entreCHUQUICHINCHAYy PICHINCHA, labase CHINCHAY, setraduce comotigrillo en kichwa otambién comoregión cardinal.

a.Plano Nº 2

a.

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el equinoccio de Marzo, la constelación de Orión a las 00.00 horas esta ocultándose tras la cimade la Libertad, donde a las 18.00 se produce el ocaso del sol. Los datos etnohistóricos acerca dela configuración estelar de la constelación del felino de oro o relampagueante, Chuquichinchay,registran que la actual constelación Orión, forma parte de la cabeza, del felino sideral, de laconstelación indígena.

VI. CONCEPCIÓN SIMBÓLICA DEL ESPACIO Y REPRESENTACIÓN DELCENTRO SAGRADO EN QUITO

La representación del lugar sagrado con la figura del felino o puma, obedece a que su espíritues considerado benigno, teniendo una doble condición de ser el animal protector (tótem) y figu-ra estelar (constelación de Chuquichinchay), la cual en determinada época del año aparece en elcenith y puede ser atrapada en el lugar, convirtiéndose en “imago mundi”, totalización cósmi-ca que abarca la doble dimensión: espacio/temporal. El atributo o carácter sagrado, apuntadoanteriormente, deriva de su concepción simbólica y de representación de la cosmología indíge-na; estos supuestos puede ser reconocidos claramente, con la ayuda de diversos testimonios re-cogidos en las crónicas, especialmente de la ciudad del Cusco, que sirvió de modelo para el restode capitales provinciales; dichos testimonios hacen alusión, a la representación de los meses,mediante la distribución de los barrios alrededor de la ciudad, así como, otras referencias im-portantes relativas a los conocimientos astronómicos aplicados en la construcción de instrumen-tos (relojes solares) para determinar los solsticios y equinoccios.

La asociación de todos estos datos, con aquellos deducidos de las costumbres y festividades in-dígenas ligadas a estos acontecimientos, han permitido, desvelar la íntima relación que existeentre los conocimientos cosmológicos y el carácter sagrado de la ciudad, cuyo arquetipo simbó-lico, lo configuran deidades de índole telúrico, estelar y mitológico. En cuánto, al arquetiposimbólico de la ciudad, presente en el Cusco, a más de los datos proporcionados por Garcilasode la Vega, el cronista Juan de Betanzos, atribuye a Pachacuti Inka Yupanqui, haber identifi-cado la ciudad con el cuerpo de un felino; al final del exhaustivo relato que hace respecto delproceso de reedificación de la ciudad, citada en la segunda parte, consigna el hecho siguiente:...”Después de haber Inca Yupanqui dado e repartido la ciudad del Cuzco, en la manera que yahabéis oído, puso nombre a todos los sitios e solares, e a toda la ciudad junta nombró cuerpode león, diciendo que los tales vecinos y moradores dél eran miembros del tal león, y que supersona era la cabeza dél”. (Betanzos Juan de. Cap.XVII. 1968).

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Hay que recordar, que esta analogía a la figura del león, o para ser más exactos: el puma, feli-no andino que desde épocas remotas es representado en las construcciones de pirámides y asen-tamientos nativos, (Cerro Blanco Nepeña, Paramonga, en el Perú; Valle del Upano, enEcuador), pervive incluso hasta la actualidad en los Andes meridionales, en la organización delos asentamientos de población (Comunidad Jesús Machaca, Departamento de La Paz, Bolivia);dicha representación, es en realidad, la imagen mítica del felino creador de la humanidad, con-siderado totem de los principales centros poblados, (Cusco, Quito,Tumipampa, hoy Cuenca).En términos simbólicos, esta representación, como se ha hecho notar anteriormente se corres-ponde, a su vez, con la constelación de Chuquichinchay, “el felino de oro o relampagueante”,mediante la cual se reconstruye analógicamente el universo celeste, que rige los ciclos agríco-las y las festividades rituales, es decir, el calendario agrícola-religioso.

El emplazamiento de las wakakuna, a través de los ceques, señala la importancia de determina-dos adoratorios de la ciudad, con los meses lunares e inicio de los principales períodos delabranza agrícola (siembra y cosecha); y con ciertos fenómenos celestes, telúricos o atmosféri-cos. También es importante destacar que la reconstrucción del sistema ceque, se corresponde,con el desarrollo de un sistema proporcional de medidas, que permite ubicar los principalesadoratorios, e identificar importantes lugares de la ciudad (plazas, templos, y edificios de usoresidencial de los gobernantes), ayudando, a comprobar la implicación de los conocimientos ge-ométricos, matemáticos, y astronómicos, en el trazado de la ciudad.

VII. FECHA DE LA PRESENCIA INKA EN LA CIUDAD DE QUITO

En este punto existe la opinión generalizada de la mayoría de los modernos historiadores, quela presencia inka en la ciudad de Quito, no fue más de 60 a 70 años, dicha presencia se inicia,con la llegada del inka Tupak Yupanqui, continúa con Wayna Kapak, y terminaría conAtahualpa. Este equívoco, a nuestro parecer se origina porque siguen a pie juntillas a ciertoscronistas que no registran los acontecimientos que se suscitaron en el gobierno del inkaHuiracocha (registrado por Fernando de Montesinos, como citamos en el punto 2), y ademásconfunden a este inka, cuyo nombre verdadero era Inga Yupanqui (igual que su hijo), con elsiguiente inka, llamado Inga Yupanqui, (igual que su padre); este último inka, fue conocidotambién como Pachacuti Inga Yupanqui. Revisando minuciosamente lo que dicen los cronis-tas encontramos que, Fernando de Montesinos, señala la que parece ser la fecha exacta de la pre-sencia de los inkakuna en Quito, pues cita que en esa fecha se suscitaron fuertes temblores que

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afectaron la ciudad, y dice al respecto: .....“en el tiempo del gobierno del 7º inga Wirakucha,cuyo nombre propio era Tupac Yupanqui, que goberno al finalizar el 6º sol, entrado ya el 7º sol,después del diluvio. En su gobierno reventaron dos volcanes y hubieron grandes temblores detierra en la provincia de Quito; el un volcán esta frontero de Panzaleo, 5 leguas de la ciudad deQuito. El otro volcán esta a la vista de los montes de Oyumbicho. Estando en Tomebamba, levino a visitar su hijo Tupac Yupanqui, que tenía su mismo nombre. (Cap. XXVII. Del ingaTupac Yupanqui 8º inga, sucesor de su padre; Huayna Capac 9º inga... etc.)

De este relato, se deducen dos cuestiones fundamentales a dilucidar: primero, localizar al surde Quito, cuales fueron los volcanes que erupcionaron; y segundo, indagar en que fecha se pro-dujeron las erupciones de estos volcanes, para luego homologarlas a las fechas de la presenciadel inka Huiracocha. En el primero caso, se establece que el volcán frontero a Panzaleo, es elCotopaxi, aunque también podría considerarse al volcán Quilotoa; por otro lado, el volcán a lavista de los montes de Oyumbicho (Uyumbicho), sin duda es el Atacazo o Ninahuilca.Identificados los volcanes, hemos procedido a indagar, la segunda cuestión relativa a las fechasde sus erupciones, como el historial de estos volcanes registra algunas erupciones, interesa lasfechas de los eventos eruptivos, cercanas al gobierno del inka Huiracocha; para el efecto acudi-mos al Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional28, donde se ha registrado que elvolcán Cotopaxi, tuvo una fuerte erupción, alrededor del año 1100, y el volcán Quilotoa, haciael año 1150. En cuánto al Atacazo, su última erupción esta fechada hacia el año 2850 antes delpresente, es decir hacia el año 850, aunque no se descarta que tuviera erupciones de menor esca-la, que no han dejado vestigios, y que podrían coincidir con fechas cercanas al gobierno del inkaHuiracocha.

Pertrechados de esta valiosa información, quedarían por dilucidar las fechas del gobierno delinka Huiracocha y por consiguiente de su presencia en la ciudad de Quito; el mismo cronistaFernando de Montesinos (después corroborado por otros cronistas como: Pedro Sarmiento deGamboa y Felipe Guaman Poma de Ayala), menciona que durante el gobierno del inkaHuiracocha, séptimo de esta dinastía y 96º rey peruano, se cumplió, el sexto sol después de lacreación, entrando el séptimo. De acuerdo a los datos proporcionados por este cronista, el cóm-puto aproximado, sería: 5500 años después de la creación y 4500 después del diluvio. De otrolado, Pedro Sarmiento de Gamboa, establece que el inka Huiracocha, según sus datos octavo deesta dinastía, gobernó entre los años de 1184 al 1285, luego le sucedió el noveno inka PachacutiYupanqui, que gobernó entre los años 1285 al 1388, a este le sucedió el décimo inka Topa

28 En el InstitutoGeofísico de laE.P.N., fuimosatendidos gen-tilmente por elsr. DanielAndrade, quiénnos proporcio-no los datosque formanparte del MapaGeológico delCotopaxi (esca-la 1.50.000),que bajo la res-ponsabilidaddel profesor Hally otros investiga-dores, delInstituto, esta enpreparación yen breve serápublicado.

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Yupanqui, que gobernó entre los años 1388 al 1455, después vino del gobierno del onceavoinka Guayna Capac, que gobernó durante los años 1455 al 1515, y finalmente, el doceavo inkaTopa Cusi Gualpa Huascar, que goberno entre los años 1515 al 1532, fecha de la invasión espa-ñola. Corroborando estos datos, Guaman Poma, establece la cronología siguiente: el octavo inkaHuiracocha, gobernó aproximadamente desde el año 1120; el noveno inka Pachacuti Yupanqui,goberno hacia el año 1200; el décimo inka Topa Yupanqui, hacia el año 1400; el onceavo inkaGuayna Capac gobernó hacia el año 1490; y el doceavo inka Topa Cusi Huascar, hacia 1530.Contrastando la información de las fechas de erupción de los volcanes, que tienen un margende error de más menos 50 años, con las fechas del gobierno del inka Huiracocha, se establececon claridad, que la presencia de este gobernante en la ciudad de Quito, y consecuentemente lafecha de la fundación de la ciudad inka, es alrededor del año 1200, lo cual viene a trastocar lasinterpretaciones de la historiografía oficial.

VIII. LA CONFORMACIÓN DE LA CIUDAD DE QUITO EN EL GOBIERNOINKA

En el período del gobierno del Inka Huiracocha, donde se registro un notable suceso de carác-ter astronómico, como fue la aparición del Illa Ticci Uiracocha, el Hacedor de todas las cosas,lo cual posiblemente pudo influir en la contabilidad del tiempo (Confer. Cit, Punto 2), losamawtakuna que eran grandes observadores de los fenómenos estelares, al parecer, se dieroncuenta, de los cambios que este fenómeno implicaba, por lo cual decidieron venir al centro delmundo, donde la observación estelar es sin igual, procediendo a realizar las correcciones nece-sarias para que no alteren los registros de los cambios estacionales y otras actividades afines. Porlas actividades constructivas que se realizan en la ciudad de Quito, y las evidencias de los ejesde alineación geoastronómica, es posible suponer que los amawtakuna se dieron cuenta que laposición para la observación de los acontecimientos solares, estaba descentrada posiblementedebido, al desplazamiento del eje de rotación de la tierra29, por lo cual deciden señalar los nue-vos hitos geográficos de orientación cardinal (celeste y terrestre) alrededor de la ciudad, asícomo, la reconstrucción del templo del sol, y otras acciones conexas, pasando el Yawirak a serel cerro tutelar que señala el sur celeste, de acuerdo a la nueva organización espacial de la ciu-dad, como hemos demostrado en las tesis anteriores.

De las actividades técnico-constructivas y simbólico-culturales, que hicieron los gobernantesinkakuna, desde el inka Huiracocha hasta el inka Atahualpa, con el objeto de dar una nueva

29 El desplaza-miento del ejede rotación dela tierra varíaentre 22º y 24º,con respecto aleje celeste,dicho desplaza-miento ocurreen 41.000 años.

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configuración espacial a la ciudad y provincia de Quito, existen valiosas referencias de diversoscronistas (Pedro Cieza de León; Garcilazo de la Vega: F. Guaman Poma; Fernando deMontesinos; Juan de Velasco), que dan cuenta del proceso de reedificación de la antigua ciudadKitu-Kara; así por ejemplo Fernando de Montesinos, recoge los datos siguientes: “Habiendo elinga visto la buena disposición de la ciudad de Quito y el buen temple de su comarca, deter-mino en ella hacer su asiento. Dio orden a que se reedificase el palacio para su habitación;mandó formar casas para la gente de guerra; dio orden para que de todas las provincias, desdelos Puruguaes, viniese gente a pobla la ciudad; repartió los barrios por Hanan Suyu y UrinSuyo; puso nombres a los cerros de la redonda de la ciudad; al cerro del oriente llamóAnachuarqui; al del poniente Huanacauri; al del mediodía, Yahuirac (La Huirac); y al del sep-tentrión, Carmenga (Cayminga); y en todo procuro asemejarla a la ciudad del Cuzco”. Cap.XXV. De lo que hizo el Inga Huiracocha en Quito, y como envió a la conquista de los Cofanes.(Fernando de Montesinos 1957)

Esta valiosa información que recoge los principios fundamentales de la planificación de lasprincipales cabeceras provinciales, existentes a lo largo y ancho del Tawantin suyu, sumados aotros datos específicos sobre las edificaciones u otros pormenores30, que se realizaron en la ciu-dad de Quito, sirven en la actualidad para recrear la organización de la ciudad y su entorno cir-cundante. Para el efecto, con los datos de las tesis 4, 5, 6, y 7, se elabora el esquema de orien-tación y localización de la ciudad, cuyos ejes norte-sur, celeste y terrestre tienen un ángulo de23º 30’ ( 22º-24º), el uno respecto al otro; el eje celeste, de acuerdo a los datos recogidos obli-gatoriamente tiene que pasar por el monte Yawirak, situado al sur celeste; esta importante refe-rencia sirve para ubicar a los otros hitos geográficos tanto celestes como terrestres. La identifi-cación de los puntos cardinales con sus respectivas coordenadas, e hitos geográficos, permiteseñalar los solsticios y equinoccios.

El punto de intersección de estos ejes terrestre y celeste, es el Ushnu, lugar desde donde losamawtakuna hacían las observaciones del movimiento aparente del sol y el correspondienteregistro de la aparición de las figuras celestes, en el cielo nocturno, en los solsticios y equinoc-cios, tanto en el orto como en el ocaso. También, el Ushnu, es el centro de referencia para la re-creación del cosmos, uniendo virtualmente los ejes terrestre y celeste cuando una determinadafigura celestial se encuentra en el zenith de este lugar. El centro de creación del cosmos en latierra unifica simbólicamente el macro y micro cosmos, es decir los tres mundos que confor-man la totalidad, representando lo que esta arriba (Anan Pacha), en el centro (Kay Pacha), yabajo (Uku Pacha). A partir de este centro se reconstruye topológicamente la figura celeste en

30 Dichos datoshan sido recogi-dos exhaustiva-mente en ellibro: Quito, ciu-dad milenaria.Forma y símbo-lo. AlfredoLozano Castro.Coedición AbyaYala / CIUDAD.Quito 1991.

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la tierra, lo cual reviste de sacralidad al lugar; el trazado de los asterismos que compone la figu-ra celeste objeto de representación, sirve para señalar los principales templos de las deidadestutelares, además se señalan las wakakuna o lugares sagrados a su alrededor, los cuales configu-ran el calendario agrícola ritual.

En el caso de la ciudad de Quito, todas las evidencias permiten establecer que el Ushnu oChuquipillaka, estaba localizado en el sector conocido como Chuquihuada, intersección de lasactuales calles: Vargas y Antonio Ante, en donde conviene recordar que el jesuita Juan BautistaMenten, a finales del siglo XIX, ubicó, a escasos 150 metros, el observatorio astronómico, quesubsiste hasta la actualidad. A partir de este punto de cruce de los ejes celeste y terrestre, sepueden trazar las coordenadas que señalan los diversos hitos de orientación geoastronómica.(Ver Plano Nº 2).

De otra parte si recogemos la toponímia de evidente procedencia kichwa, es posible establecerel área de ocupación de la ciudad inka; además existen valiosos testimonios que señalan los posi-bles límites de dicha ciudad, así por ejemplo, Juan de Velasco dice: ...”la ciudad de Quito capi-tal antiquísima del Reyno y segunda corte del imperio peruano era muy grande y toda de pie-dra labrada. El Inca Huayna Capac que la conquistó... tuvo en ella su corte... hasta su muerte.no le añadió otra casa que su palacio real. monasterio de vírgenes y nueva templo del sol. demo-liendo el antigua que allí tenían sus reyes sobre la cumbre del Panecillo. Esta ciudad la máscélebre de todas, por sus acueductos, fuentes y baños, mayor al doble que la del Cusco, en laextensión aunque muy inferior en sus fábricas”. (Velasco Juan de. pg. 379. 1979).

Este valioso testimonio certifica que la ciudad de Quito, en cuanto a su extensión, es el dobleque la ciudad del Cusco; si asumimos que la ciudad del Cusco, tiene una legua inka de exten-sión, la ciudad de Quito tendría 2 leguas. En cuánto a las dimensiones de la legua inka, cier-tos cronistas (Martín de Murúa), señalan que tiene una extensión de 1.5 veces más que la leguacastellana, la cual mide 4.2 km, es decir que la legua inka mediría 6.3 Km. Aplicado este valora la extensión de la ciudad de Quito, que conviene recordar es el doble que la ciudad del Cusco,resulta que la extensión de Quito, es de 12.6 Km. Esta extensión, en sentido norte-sur, coinci-de aproximadamente desde el monte Yawirak, hasta la antigua Cashaloma o Karminka, (CapillaCruz loma), los cerros tutelares de la ciudad, abarcando, el núcleo originario de la primitivaKitu (Rumipamba), al norte y el centro ceremonial Kitu-Kara, con su templo dedicado al sol:monte Yawirak, al sur.

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Por otro lado, según la información que persiste en la actual área metropolitana de Quito, esposible ensayar el límite de la antigua marka o guamani (equiparable a distrito o cantón), asípor ejemplo se tiene el topónimo Guamani, que significa una extensión territorial, que abarcadiversos ayllukuna y llajtakuna, dicho topónimo esta al sur de la actual ciudad, y según nues-tro parecer, estaría señalando sus límites; si trazamos un círculo teniendo como centro el Ushnuy de radio, la extensión desde el centro hasta Guamaní, es posible abarcar el área de ocupaciónde la antigua marka inka31.

Aunque no es el objetivo de este trabajo, es preciso destacar que quedaría por dilucidar si elcentro sagrado y su figura simbólica, que representaba al padre común o tótem, que segúnnuestra suposición, estaría identificada en el firmamento con la constelación deChuquichinchay, (notesé la filiación con el nombre Chuquihuada), traducida como, el felino deoro o relampagueante, estaba ya representada, cuando los inkakuna reformulan la ciudad. Todoslos indicios, apuntan que al parecer, estaba ya trazada, porque según los datos de F. Montesinosal cumplirse 1100 años después del diluvio, gobernando Manko Capac (2º de este nombre), apa-recieron grandes señales en el cielo, sucediéndose también dos eclipses de sol y luna muy nota-bles, que el cronista relata de esta manera: ...”Al cabo de algunos años hubo dos cometas espan-tosos, que se aparecían en forma de león o sierpe. Mando juntar los astrólogos y amautas el rey,por haber sucedido dos eclipses de sol y luna muy notables; consultaron los ídolos y el demo-nio los hizo entender que queria el ILLATICI destruir el mundo por sus pecados, y para eso en-viaba un león y una sierpe, para destruir la luna. Y juntaronse entónces todos, mujeres y niños,y daban grandes alaridos,y lloraban con muy lastimosos gemidos,forzando a los perros que losdiesen; porque decían que las lagrimas y suspiros de los inocentes son muy afectos al SupremoCriador. La gente de guerra se puso a punto de guerra,y tañendo bocinas y tambores,tirabanmuchas saetas y piedras hacia la luna, haciendo ademanes de herir al león o serpiente, porquedecían que desta manera los asombraban, para que no despedazaran a la luna. Aprendían que siel león y la serpiente hiciesen su efecto, quedarían a oscuras,y que todos los instrumentos delhombre y de la mujer serían convertidos en leones y culebras,y los usos de las mujeres en vívo-ras, y los telares en osos y tigres y otros animales nocivos”. (Montesinos Fernando de, pp.; 41.1957).

Según los cómputos establecidos, teniendo como referencia el nacimiento de Cristo ocurridoalrededor del año 2947después del diluvio, esta constelación apareció hacia el año 1847 antesde Cristo, es decir alrededor de 3851 años antes del presente. Esta época bien puede homolo-

31 Otros topóni-mos son:Pululahua,Sincholagua,Casitagua,Jalilagua,Lilagua,Chuquiragua,Cutuglagua,Guamani,Uyumbicho,Cumbayá,Tumbaco,Zambiza,Puembo,Pintag, Nayón,Nanegal, Lloa.

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garse a la vigencia de una era cósmica, aunque previamente habría que identificar las constela-ciones del zodíaco indígena32. De las constelaciones conocidas, que conformarían dicho zodía-co, la constelación de Chuquichinchay, que esta conformada entre otros asterismos celestes, porla conocida constelación de Orión, en la astronomía occidental, esta constelación aparece siem-pre en el ecuador celeste y esta relacionada con los acontecimientos estacionales, siendo perfec-tamente visible en el cielo de Quito, desde el mes de septiembre hasta el mes de marzo.

También hay otro dato referente a la aparición de determinadas figuras celeste en el período degobierno de Capac Yupanqui, (4º gobernante de la dinastía Inka), alrededor del año 1100 des-pués de Cristo; dicho testimonio dice lo siguiente: ...”Al cabo de algunos años,parecieron en elcielo dos cometas, uno de color de sangre y de la hechura de una lanza, y duró más de un año,y aparecía desde media noche hasta casi medio día; el otro era del tamaño y hechura de una granrodela ,y apareciase en el mismo tiempo que el otro, y ambos al Poniente”. (Montesinos Fer-nando de, Cap.XX, pp.; 87.1957).

Hay que indicar que lanza se traduce, en kichwa, como Chuqui, y rodela, como Tumi, palabrascuriosamente asociadas, tanto a la constelación de Chuquichinchay; como a la ciudad deTomebamba (Tumipampa), que en el diseño de su centro sagrado, representa precisamente adicha constelación. Finalmente hay que decir, que los Quilacos gentilicio con el que se conocíaa los habitantes de Quito, se reputaban como grandes adoradores del puma, e incluso existenlugares con el topónimo similar a la denominación del puma en lenguas autóctonas: Guagal oGuagar, por ejemplo, en las faldas orientales del monte Ilalo, hay un lugar con el nombreGuangal (Huangal), otros como Guapulo, Guayllabamba, etc., permiten suponer que la formatotémica de la ciudad de Quito tiene antecedentes preinkas, aunque estos gobernantes retomany recrean estas formas simbólicas de acuerdo a la concepción espacial nativa, según lo registranlas crónicas tempranas.

32 Datos recogidospor el cronistaAnónimo.Madrid 1965.Juan Polo deOndegardo.Lima 1917.Bernabé Cobo.Madrid 1965.

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IX. CONFORMACIÓN ESPACIAL DE LAS PRINCIPALES CABECERAS PRO-VINCIALES DEL TAWANTIN SUYU, ENTRE LAS QUE DESTACA LA CIUDAD DEQUITO

Existen datos muy valiosos sobre como están conformadas las principales cabeceras provincia-les, al respecto nuestro insigne historiador Juan de Velasco, recoge el testimonio siguiente:....“La primera que es siempre al centro como una ciudadela defendida de fortaleza, constabadel magnífico palacio real, del Templo del Sol. con las habitaciones de los Cushipatas a sacer-dotes y demás ministros y guardias del mismo templo; y del monasterio de las vírgenes, las cua-les en la parte que menos eran doscientas, en otras cuatrocientas y seiscientas en otras. Solo estecentro, que tal vez tenía media legua de circunferencia venía a ser una considerable ciudad. Lasegunda especie de fábricas en circunferencia de las primeras, dejando una especie intercalar,como de plaza en contorno, constaba de las casas de residencia del Gobernador o Virrey, con suscapitanes, los cuales tenían la facultad ordinaria de hacer justicia y levantar ejércitos. Se ibansiguiendo alrededor los cuarteles de los soldados capaces de alojar una armada entera. Los alma-cenes públicos proveídos de todo, así en líneas de víveres como de vestuario y de armas; y final-mente los tambos reales o las hospederías, donde se alojaban los pasajeros. La tercera especiede fábricas más ordinarias, dejando otro espacio mayor intercalar, si lo permitía el sitio, cons-taba de los arrabales del pueblo, que en contorno eran veinte, treinta o más parcialidades nume-rosas de la propia nación de cada provincia”. (Velasco. Juan de. pg. 380. 1977).

De este relato se deduce con claridad que las ciudades de primer orden o cabeceras provincia-les, comprendían una gran extensión, que por otras referencia sabemos alcanzaban un períme-tro cuadrado de cuatro leguas inkakuna33; el conjunto de la ciudad, se configura espacialmentea partir de tres zonas, a saber:

El núcleo central; tiene una evidente significación simbólica y exclusivo uso religioso, siendoel lugar sagrado de la ciudad, donde estaban emplazados los templos del culto estelar, los pala-cios, casas y aposentos de los Inkakuna, sacerdotes y mujeres dedicadas a la preparación de lascorrespondientes ceremonias y cuidado de los templos; así como, las grandes kanchakuna o pla-zas para las celebraciones festivo-rituales. Este centro sagrado a manera de fortaleza, conteníaun perímetro amurallado a través de terrazas, que como hemos podido comprobar en el caso delas ciudades del Cusco, Tumipampa (Cuenca), e incluso Quito, dibuja la figura de la constela-ción del felino o puma considerado el tótem de las naciones indígenas.

33 Una legua inkaequivale a unay media másque la leguacastellana, esdecir 6.3 Km.

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Zona Administrativa; situada alrededor del núcleo central, estaba formada por los barrios per-tenecientes a las principales naciones, y que eran los encargados de pregonar los meses del año,para la realización de las tareas agrícolas; y Zona residencial del común de la población, situa-da bordeando esta zona, en las laderas de las colinas circundantes de la ciudad.

De acuerdo con estos presupuestos físico-espaciales, en una extensión de una legua (6.3 Km.,12.6 Km., para el caso de Quito), la ciudad, se configuraba por complejos de edificios, y gran-des kanchakuna para la celebración de las festividades rituales; cada conjunto arquitectónico(templos o palacios, aposentos, depósitos, jardines, terrazas, acueductos, etc.), ocupaban áreasextensas y constituían partes de la ciudad, a manera de pequeñas ciudadelas, conectadas congrandes puertas, en cuyos dinteles de piedra, generalmente se esculpían figuras alegóricas y mí-ticas, alusivas a motivos felínicos u ofídicos. Fuera del recinto sagrado, en la zona donde vivíanlos administradores de la ciudad, estaban las grandes Kallankakuna, tampukuna y kullcakunade vituallas y alimentos. Propiamente, la estructura física de la ciudad, estaba constituída porun patrón de asentamiento definido por los tupukuna (solares de 140x140 mts.), que podíancrecer mediante la agregación de múltiplos o submúltiplos. Los tupukuna, estaban interconec-tados mediante chaquiñankuna longitudinales y transversales que constituían la trama viaria,que comunicaba los distintos barrios y zonas de la ciudad; además, la perfecta alineación a tra-vés de ejes viales, permitió la dotación de un sistema de drenaje y servicio de agua que para laépoca representaba un notable adelanto tecnológico;

La construcción de los espacios comunales (plataformas o terrazas ceremoniales y kanchakuna)y los complejos de edificios, (templos, palacios, adoratorios, observatorios, etc.), tenían que res-ponder a las necesidades de un particular uso cultural de la ciudad. En el primer caso, relati-vo al diseño y tratamiento de los espacios públicos, merecen destacar las plataformas o terrazasceremoniales, que al igual que las kanchakuna ocupaban grandes superficies; en el caso de laskanchakuna, estas ocupaban áreas extensas circundadas por cercos macizos, que contenían di-versas construcciones, depósitos, graneros, acueductos, jardínes, y patios; es decir, eran recintosedificados configurando grandes superficies, a través de patios con cerramiento perimetral, quelos define como complejos arquitectónicos singulares en el conjunto de la ciudad.

La reconstrucción del trazado de las principales cabeceras provinciales (Cusco, Quito, yTumipampa), permite comprender, que su planeamiento obedecía a un profundo conocimien-to del entorno, teniendo relación con ciertos acontecimientos astronómicos34; en dicha concep-

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ción se evidencian los diagramas: ritual y mitico/simbólico; el primero ligado al sistema geo-métrico, que dibujan las líneas de orientación, o ceques que señalan las wakakuna, posibilitan-do materializar el calendario ritual/astronómico; y el segundo, ligado al arquetipo simbólico,de la figura mitológica o totem de la ciudad, la cual también esta formalizada, según princi-pios, que guardan íntima relación con conocimientos de orden astronómico.

X. TRAZADO DE LOS EJES DE ORIENTACIÓN ASTRONÓMICA DE LA CIU-DAD INKA, Y ANÁLISIS COMPARATIVO CON EL TRAZADO DE LA CUADRÍ-CULA DE LA CIUDAD COLONIAL

Es también de sobra conocido el planteamiento de los teóricos del UrbanismoHispanoamericano35, quienes reinvindican como logro de la conquista española, la fundación deciudades, con su respectivo modelo cuadricular, modelo que tendría sus antecedentes en la cul-tura occidental. Este planteamiento tiene entusiastas seguidores en el ámbito iberoamericano yprincipalmente entre los historiadores ecuatorianos, que no se cansan de repetir esta teoría; pornuestra parte, hemos planteado36 que los orígenes del trazado cuadricular en las ciudades hispa-noandinas, no estaba suficientemente esclarecido, es más, dicho trazado tenía claramente unafiliación indígena, pues los ejes de orientación de la ciudad nativa sirvieron de referencia parala conformación de la cuadrícula; en la presente investigación, hemos podido comprobar deforma fehaciente, que el trazado de la cuadrícula fundacional en Quito, tiene como referenciael eje norte-sur de orientación celeste, alineado con el Yawirak, el cual dio origen a la actualcalle Vargas, y sus correspondiente calles paralelas y perpendiculares, que configuran el núcleohistórico de fundación hispana. De la misma manera, el eje norte-sur terrestre, de la ciudadindígena, ubicado a 23º 30’ del anterior eje celeste, dio origen, a la actual avenida América, queigualmente sirve de referencia para el desarrollo de la cuadrícula en lo que sería el primer ensan-che de Quito (primera mitad del siglo XX). Existen otras avenidas o calles, en antiguos barriosindígenas de la ciudad, o en pueblos indígenas cercanos, hoy convertidos en parroquias ruralesde la ciudad, cuya alineación coincide con los ejes norte-sur o este-oeste del trazado de la ciu-dad indígena, que certifican nuestra tesis y que pueden ser fácilmente comprobados. Ver PlanoNº 2.

En síntesis, la organización territorial y conformación espacial de la milenaria ciudad de Quito,puede rastrearse a través de abundantes fuentes documentales y evidencias mitológicas, arqueo-

34 La aparición dela principalconstelacióndel zodíaco in-dígena, conoci-da como Chu-quichinchay, “elfelino de oro orelampaguean-te”, coincidía, alparecer conotra importantefigura celesteasociada al cre-ador universal ohacedor de to-das las cosas:Illa T’iqsi Wiraqu-cha. Estas figu-ras celestes, a-nunciaban ritoscósmicos y so-ciales; en el or-den cósmico in-dican, el iniciodel período delluvias, de unnuevo año lu-nar, y del cum-plimiento de unciclo estelar; enel orden socialseñalaban, lacelebración dedeterminadasfestividades rituales.

35 Javier AguileraRojas, JoaquinIbáñezMontoya, y LuisMorenoRexach.Urbanismoespañol enAmérica.CentroIberoamericanodeCooperación.

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lógicas, antropológicas, etnológicas, lingüísticas, históricas, astronómicas, arquitectónicas,urbanísticas, etc.; integradas en un enfoque conceptual innovador, tal como, a nuestra manerade ver, lo exige el estudio de un proceso de creación cultural tan complejo, como la ciudad,donde se representan los conocimientos técnicos, formas de ver el mundo, y prácticas rituales,de una determinada cultura o civilización.

5. RECONSTRUCCION DEL TRAZADO DE QUITO PREHISPANO

En los testimonios históricos y arqueológicos, parece claro que las naciones indígenas domina-ban la construcción de obras públicas y edificaciones; los albañiles o arquitectos nativos, esta-ban muy alertados en estos conocimientos, y modo de fabricar los edificios, tal como se dedu-ce del relato siguiente: ...”Tenían los reyes Incas gran número de arquitectos y maestros de can-tería que aprendían el oficio con gran perfección y vivían dél; los cuales no hacían otras obrasmás que las del rey, que los traía siempre ocupados en las muchas fortalezas, templos y palaciosque por todo su reino hacía edificar; y fueron tantos y tan soberbios estos edificios como vemoshoy por las ruinas y pedazos dellos que han quedado en muchas partes; porque no había pro-vincia en todos sus estados que no estuviese ilustrada con estas fabricas de cantería labrada conprimor. ...Los palacios y casas reales señia y cercaba una gran muralla como alcázar y fortaleza, puestaen cuadro, y dentro della había edificadas muchas piezas y aposentos; por la parte de dentro, yalgunos también por de fuera, tenían por gala cantidad de huecos de ventanas cerradas por launa parte, al talle de alhacenas o nichos. El techo y cubierta de todos estos edificios era de vi-gas grandes sin clavazón, más que atadas con sogas y por tejas, hicho largo muy bien asenta-do”. (Cobo Bernabé, pp.; 260. 1956).

Según las creencias de las antiguas naciones, Illa Ticci Wiraqucha, era el supremo hacedor detodo, y por esta razón le guardaban veneración, luego adoraban al sol, y tras él, otras cosas se-ñaladas que aparecen en la naturaleza celeste, (luna, estrellas, trueno, rayo, etc.). Al parecer, latercera waka de mayor veneración, después de Wiraqucha y el sol, era Chucuylla (Chuquilla),la divinidad identificada generalmente, con el relámpago, luego estaban: Catuilla (trueno), e

Comisaría deExposiciones,EditoraNacional.Madrid 1973;Francisco deSolano. LaCiudadIberoamericana. CSIC, Madrid1983; Fernandode TeránTroyano. LaCiudadHispanoamericana. El sueñode un orden.CEHOPU.Ministerio deObras Públicasy Urbanismo.Madrid 1992

36 En nuestra tesisdoctoral Op.Cit. Nota 1,establecimosdiferencias con-ceptuales, conD. Fernando deTerán Troyano, ala sazón, nues-tro director detésis y uno delos últimos expo-nentes de lateoría del urba-nismo hispano-americano, quepone su acentoen el modelocuadricular, pre-sente en lamayoría de ciu-dades de fun-dación españo-la en centro ysur américa

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Intillapa (rayo); creían que estas divinidades, regían la región del aire donde se hacen los nu-blados que anuncian las lluvias, las tempestades, relámpagos, rayos y truenos. Por otra parte, sesabe que el artífice de la construcción de los templos dedicados a las divinidades principales,fue Pachacuti Inka Yupanqui, quien mando edificar los templos de Quishuarcancha, (Hacedor);Coricancha, (el sol); y Chucuylla, (relámpago y trueno), no sólo en el Cusco, sino también entodas las cabeceras provinciales; (Molina Cristóbal de, pp.; 59. 1989).

El repaso, de las tipologías edificatorias más significativas, ha permitido, bosquejar una pers-pectiva arquitectónica de la ciudad inka; dicha perspectiva se configura, sobre andenes, terra-zas artificiales, kanchakuna y complejos de edificios, en este sentido, casi todas las construccio-nes están emplazadas sobre terrazas, extendiéndose sobre las faldas de la sierra, perfectamenteabrigada, en una longitud de una legua de su trazado. Sin duda, la topografía del lugar sobreel que se asienta la ciudad, obligó a sus constructores a edificar sistemas de terrazas para obte-ner planos horizontales donde levantar sus obras; un análisis exahustivo de la edificación inkai-ka, revela las singulares características en su diseño y construcción.

En el aspecto técnico, la Arquitectura indígena, ha seguido un largo proceso evolutivo de per-feccionamiento, que abarca desde las primeras construcciones de piedra unidas con argamasa,hasta las piedras esculpidas a la perfección, montadas en muros y conjuntos monumentales,mediante sistemas constructivos complejos, matemáticamente planeados y calculados.Advirtiéndose en los conjuntos, la unidad de concepción arquitectural y las plataformas a dis-tintos niveles, para las grandes celebraciones; los caminos; los grandes acueductos; las andene-rías de cultivo, en fin rasgos patentes, que demuestran el dominio de procedimientos y técni-cas, donde el material pétreo, imprime el sello característico de la estética megalítica. También,sobresale su integración al paisaje, y adaptación a las características topográficas del lugar, me-diante un sistema de andenerías; muros de sillería de piedra tallada, y escalinatas, que estruc-turan la expresión unitaria del entorno de la ciudad, es decir de una ciudad hecha arquitectu-ra. La inclinación de muros y forma trapezoidal de nichos, puertas y ventanas, manifiestan lasingularidad de las obras arquitectónicas, no cabe duda, que el estudio minucioso de los con-juntos arquitectónicos, representan la fuente de inspiración para reconstruir el saber indígena,que posibilitará proponer la reconstrucción de la imagen de la ciudad.

Con estos antecedentes, sumados a las diez premisas, donde se demuestran los principios esen-ciales que configuraron la ciudad de Quito, su reconstrucción espacial y de sus principales tipo-

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logías edificatorias, esta sólidamente fundamentada. Además de ello, hemos sido prolijos enrecoger una serie de datos provenientes de las excavaciones arqueológicas, realizadas al interiorde lo que nosotros consideramos la extensión de la ciudad nativa, es decir desde el Yawirakhasta la quebrada de Rumipamba; así tenemos, que en el declive occidental del monteItschimbia, que se sitúa al frente de Chuquihuada, se encontraron diversas tumbas ricas enobjetos de oro y otros metales, así como, restos de un muro de piedra que se extiende de estea oeste, por algo más de 50 metros, construido con cantos rodados. (Jijón y Caamaño J. ElComercio, Nº 3978, diciembre 1917).

En el Yawirak (Panecillo), al lado sur se hallo un espejo cuadrado de obsidiana que esta en elmuseo de la Escuela Politécnica Nacional (L. Andrade Marín); en San Juan, se han encontradopiedras pulidas. (Museo L. Andrade Marín); en el sector de la Chilena, existían vestigios deandenerías; al igual que en las laderas del Pichincha, donde estaban terrazas de evidente usoagrícolas (P. Porras. 1980); en San Roque, hay evidencias de canales, cimientos de edificacio-nes, y cerámica inka (J. Jijón); en el Tejar de la Merced otro tanto; en el colegio del Cebollar,existen fragmentos de un muro inka, en la parte suroccidental; en El Placer, hay evidencias dedepósitos o kullkakuna; en la Chorrera, cimientos de un templo. Otros vestigios de construc-ciones, se han encontrado en el antiguo Hotel Majestic, frente al monasterio de la Concepción;en el Palacio arzobispal, (calle Chile), tumbas indígenas; en el Seminario menor (Alameda), uncementerio inka; ni que decir, de la Tola baja y la Tola alta, cuya propia denominación, denun-cia su construcción aborigen.

En cuanto a la presencia de muros de piedra de filiación inka, en las edificaciones del centrohistórico, Luciano Andrade Marín, es categórico al afirmar lo siguiente: “Podría decirse que casino hay convento o iglesia de Quito que no este superpuesto sobre alguna edificación... de losaborígenes. Las gigantescas piedras básicas que hasta hoy soportan a esos edificios religiosos,como a innumerables casas antiquísimas de nuestra ciudad lo confirman. En los llamados din-teles bajos de muchas casas viejas de Quito hay piedras monolíticas largas de casi 2 metros queson un claro vestigio de ese famoso monumentalismo petreo de los Incas”. El listado de los edi-ficios religiosos con las características reseñadas es bastante extenso, pudiendo verificarse la pre-sencia de vestigios de antiguas edificaciones o materiales de construcción en: Iglesia de SanFrancisco (donde posiblemente estuvo, la residencia del gobernador); Iglesia de Cantuña; torrede la La Catedral; Hospicio de la Caridad, en el flanco norte del Yawirak, donde había para-mentos incaicos (M. Uhle); Iglesia de la Compañía; Iglesia de San Diego; Ermita de Illescas;

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Iglesia de Santa Clara (posible residencia de las Acllawasi), donde se evidencia un muro inka,al igual que en la Iglesia de la Merced.

En la Capilla del hospital San Juan de Dios, se han encontrado en los cimientos, construccio-nes inkas (Agnes Rousseau); en el Palacio de Gobierno; en el Palacio municipal y otras casasparticulares; en suma, un recorrido por las calles Rocafuerte, Mejía, Flores y Cuenca, que abar-can un perímetro de 33 cuadras, demuestra que la mayoría de edificaciones presentan vestigiosde antiguas edificaciones; sólo en las calles García Moreno, Cuenca, Mejía y Bolívar, un 92%de los muros presentan en sus zócalos, o paramentos de fachada, evidencias de antiguas edifica-ciones. Además se encuentran por doquier, piedras reutilizadas de las antiguas edificacionesinkaikas, a saber: Iglesia de san Agustín; convento de Santa Catalina (Acllawasi, según L.Andrade Marín); Iglesia de Santo Domingo; Iglesia de la Concepción; Carmen Alto; CarmenBajo; Colegio de los Sagrados Corazones; Colegio la Providencia; Colegio Juan Montalvo;Escuela Sucre (Basílica), excavada por González Suárez; Casa del toro; Casa de Benalcazar;Beaterio, entre otras.

Los templos indígenas, durante el período colonial, fueron sustituidos por edificaciones cristia-nas (Iglesias, conventos y monasterios), las cuales, perennizaron la noción del lugar sagrado, quepervive en el inconsciente colectivo indígena, lo cual quiere decir, que sus rasgos sustanciales,aunque se han transmutado, no se han desintegrado ni eliminado. Al respecto, conviene recor-dar el mandato del Sínodo de Quito (1570), que adoptando las disposiciones del ConcilioLímense (1551), ordena expresamente: “En nuestro obispado mandamos poner cruz a la entra-da de los pueblos y junto a las iglesias imitando la loable costumbre de la cristiandad, y tam-bién mandamos poner cruces en muchas huacas y adoratorios que hemos mandado destruir; enlas juntas de los caminos; en las camongas que son las cuentas de las leguas, en las entradas ysalidas de los páramos, en los nacimientos de las fuentes, en las lagunas y los cerros altos; por-que generalmente en estos lugares son huacas y adoratorios de los indos” (ConstitucionesSinodales. Vargas José María. Quito 1945). La conjunción de datos permite proponer la recons-trucción del trazado de la ciudad de Quito, el cual, a tenor de los testimonios recogidos, ten-dría tres zonas diferenciadas con sus correspondientes edificaciones, a saber:

a). Centro Sagrado, donde estarían emplazados el templo de Illa Ticci Wirakucha, (posible-mente ocupado por la iglesia Catedral); templos destinados a: Chuquilla (relámpago), Illapa(trueno), e Intillapa (rayo), aunque requieren una indagación exhaustiva para saber, que tem-

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plos los sustituyeron, por ciertos indicios, tentativamente se conjetura que estarían ubicados enla iglesia de San Agustín, Carmen Bajo y Santa Barbára. Los templos del sol (Intiwasi), luna(Quillawasi), y estrellas, a tenor de lo que sucedió en la ciudad del Cusco, con el complejo deCoricancha que los contendría, posiblemente lo ocupo la orden de Santo Domingo; un dato queabona esta conjetura, es que cerca de Santo Domingo, esta el convento de Santa Catalina, dondeal parecer estuvo la residencia de las Acllakuna, mujeres escogidas encargadas del culto de lostemplos de la ciudad. Otros templos como el Amarucancha, posiblemente estaba situado en laactual iglesia de La Compañia; y el templo de Mullucancha, podría haber sido ocupado por laactual iglesia de La Merced.

En cuánto a los palacios reales, por lo menor debieron existir tres complejos, los cuales fueronmandados a construir por los inkakuna: Tupak Yupanqui; Wayna Cápac; y Atahualpa, respec-tivamente; sobre los aposentos de Atahualpa, por datos recogidos por el cronista Alfonso deBorregan, este complejo habitacional, debió estar a cargo de Rumiñahui, quién fue al parecerel veedor de la región del Chinchay suyu, y tutor de Atahualpa, según mandato del inka WaynaCápac. Quedaría por establecer, donde estuvieron estos complejos habitacionales, así como, laresidencia de los sacerdotes (Vilaumakuna) y personas dedicadas a la preparación de las activi-dades ritual-festivas. El Ushnu o Chuquipillaka (desde donde se realizaban las observaciones delrecorrido anual del sol), por las evidencias encontradas, estaría ubicado en el sector delChuquihuada (Alameda), iglesia Santa Prisca; aunque no descartamos que habría otro Ushnu,ubicado en el sitio del Seminario mayor. En la configuración del centro sagrado, las kanchas yterrazas para las celebraciones rituales tenían un papel primordial, una pista de donde estabanubicadas nos proporcionan las plazas o atrios de las iglesias, conventos, o monasterios de la ciu-dad colonial, dichos lugares, más bien fueron producto del recorte de la antigua kancha o terra-za, y sirvieron para albergar a la población indígena durante las celebraciones de los oficios reli-giosos.

b). Zona Administrativa: en contorno al centro sagrado, era el lugar donde estaban emplazadaslas Casas de los cuatro gobernadores, en dirección de las cuatro regiones cardinales, a saber:Antisuyu, Quingalimbo, pues ciertos datos lo señalan como señor del área de Chillo; Collasuyu,Soposopagua37, asi mismo los datos existentes lo señalan como señor de Sigchos, donde inclusose refugio; queda por confirmar si los otros gobernadores citados: Rasoraso, y Nina, eran gober-nadores de la región del Chinchaysuyu o región del Cuntisuyu, respectivamente. En esta zona,también estaban emplazadas, las Casas de recreo (Munaywasi); zoológico (Sankawasi), los baños

37 También semenciona oTucomango,como señor deLatacunga,aunque podríaser el mismo

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y lagunas. Por las actas de Cabildo, sabemos que en el contorno de Quito, existían cuatro lagu-nas: Añaquito, (construída o adecentada por Wayna Capac, actualmente parque de la Carolina);en este sector se menciona la existencia de un tambillo (F. Guaman Poma), lo cual quiere decir,que existían construcciones para el descanso de los viajeros; más al norte esta la laguna deCotocollao. Las otras dos lagunas son, la que estaban en: Chuquihuada (Alameda), más bienpequeña, la cual talvez tuvo función de espejo astronómico; y Turupamba, al sur de la ciudad.

Los depósitos de alimentos y vituallas, Kollcakuna, algunos se ubicaban en esta zona y otroscercanos a la zona del común de la población, para ser proveídos de los géneros correspondien-tes; en los sectores norte y sur de la ciudad existen lugares con la denominación de troje, pala-bra equiparable a depósito; así tenemos: Trojepamba, frente al campo de aviación, al noroestede la ciudad; y la hacienda Troje, al sur frente a Guamaní; en Turubamba, también se hanencontrado vestigios de construcciones que posiblemente sirvieron de depósitos. Finalmente, aligual que el anterior equipamiento, los Tampukuna, algunos se ubican en esta zona, y otros cer-canos a la zona del común de la población; los tampukuna, son lugares de descanso de los via-jeros, pudiendo establecerse que alrededor de la actual ciudad, todavía perviven los topónimosque dan cuenta de estos equipamientos, como Tamboloma, aledaño a Nayón, al noreste de laciudad; el citado Añaquito; Alpawasi al sur de la ciudad, y posiblemente otros en dirección deloriente (Guanguiltagua) y la región yumbo. Por último, en esta zona, también debieron exis-tir kanchas y terrazas, para pastoreo de animales y cultivos.

c). Zona del común de la población, es decir los Ayllukuna, que luego se convertirán en barriosde indios y parroquias; por lo general ocupan un área extensa, alrededor de la zona administra-tiva, donde también, se pueden encontrar los Pukarakuna, lugares de observación estelar, y lasWakakuna, lugares sagrados que señalan determinados acontecimientos estelares; muchos delos lugares sagrados, principalmente volcanes, cerros y lagunas, han sido recogidos en el traza-do de los ejes de orientación astronómica. Ver Plano Nº. 2.

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6. CONCLUSIONES

Indudablemente todavía queda mucho por investigar, tanto a nivel del entorno de la ciudad,como al interior de la misma; en el primer caso, queda por reconstruir el mapa general de ali-neaciones de los principales centros poblados, discriminando el origen de cada uno de ellos. Alinterior de la ciudad, en cambio hay que precisar el límite de la misma, toda vez que persistela creencia de que la antigua ciudad sólo comprendía los límites del actual centro histórico,límites que ni siquiera se compadecen con la extensión de la propia ciudad colonial, que naciócon límites claramente establecidos a través de los ejidos, ubicados al norte y sur de la ciudad.Producto de nuestras investigaciones, hemos propuesto que sólo el centro sagrado de la ciudadindígena, comprendía desde las quebradas de: Rumipamba, al norte, hasta la quebrada deUlluguanguyacu, al sur; y desde el plan de las faldas del murallón del Pichincha, hasta los bor-des del Itschimbia, laguna de Añaquito y pata de Guapulo, en sentido oeste-este. Es decir quecualquier representación espacial, debe comprender esta área que cubre alrededor de 36 km2(12 Km., de largo por 3 Km, de ancho). De otra parte queda por dilucidar, la ubicación exac-ta de los templos indígenas y sus posibles relaciones con los asterismos de la constelación delfelino de oro o relampagueante, asignatura pendiente en mi quehacer investigador; sin embar-go, en este trabajo, quedan claros los aspectos esenciales siguientes:

• La ubicación y trazado de la ciudad indígena responde a los conocimientos del entorno y deprincipios que están enmarcados en lo que el autor denomina las ciencias del territorio yconcepción simbólica del espacio.

• Existen por lo menos tres alineaciones de carácter astronómico, con sus respectivas coorde-nadas, que pasando por el centro de la ciudad, sirven de referencia no sólo para el control delos ciclos estacionales, sino también para la señalización de centros poblados, hitos de refe-rencia astronómica y lugares de especial significación para la población nativa.

• Los ejes de orientación astronómica de la ciudad indígena sirvieron de referencia para el tra-zado de la cuadrícula de la ciudad colonial.

• La concepción de la ciudad indígena ensambla aspectos de orden técnico con aquellas decarácter simbólico, presentes en la cosmovisión indígena

• La fundación de la ciudad hispana, se realiza sobre la ciudad indígena y muchos de sus edi-ficios (iglesias, conventos y monasterios de la religión católica) se construyeron sobre anti-guos templos indígenas.

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