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  • 7/24/2019 Organizacion Obrera N60

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    RGANO DE LA FEDERACIN OBRERA REGIONAL ARGENTINA - ASOCIACIN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORESSecretara: Cnel. Salvadores 1200 - C.P. 1167 - Ciudad Autnoma de Buenos Aires - Tel: (011) 43035963 - [email protected] - www.fora-ait.com.ar

    CAMBIAR ALGO

    n 60AO 15ENEROFEBRERO2016

    10pesos

    PARA QUE NO CAMBIE NADA

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    EDITORIAL

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    Cambiemos fue la premisaprincipal que utiliz el nuevoGobierno en su campaa elec-toral para atraer a millones de votantes.Pero Cambiar que?, nadie supo expli-carlo mucho. Algunos queran un gobier-no menos autoritario, pero vemos que larepresin sigue igual y va en aumento.Otros queran un Gobierno presente enlas problemticas sociales, pero en lasinundaciones del Litoral, Macri tuvo quesuspender sus vacaciones por la presinsocial. Algunos queran un gobierno contransparencia democrtica, pero Macrielije jueces a dedo por decreto. Otros no

    queran ms aumentos de precios y queel sueldo alcance, pero la inacin siguesubiendo. Muchos se quejaban de queeste Gobierno iba a sufrir el vaciamien-to del anterior, pero siguen sin darsecuenta que ambos Gobiernos son partedel mismo plan, que somos los trabaja-dores los que de verdad sufrimos y losque siempre pagamos los platos rotos.

    No estamos inventando nada nuevocuando decimos que los Gobiernos quie-ren cambiar algo para que nalmenteno cambie nada, ya que las promesasde cambio y mejoras son una estrategiaclsica e histrica para la perpetuacindel Estado y el Capitalismo, echandoculpas a un Gobierno anterior. El Ma-crismo levanta la bandera del cambio

    porque es evidente que este modelo na-cional y populista no se puede sostenerms, hasta el punto de recibir un re-chazo generalizado. El endeudamientopblico, el saqueo a los bienes comunes,la inacin, el malestar social, el n demes en la primera quincena, la repre-sin, etc..., fue aumentando a mayorvelocidad conforme pas el ltimo Go-bierno de Cristina sin detenerse nunca.

    El kirchnerismo logr la meta de la bur-guesa, luego del 2001, de que el pueblorecobre la fe en el Estado y en la Demo-cracia y no solo que no se vaya ningnpoltico, sino que vuelvan a gobernarcon la misma impunidad de siempre.

    Esta recuperacin de la Repblica fuerealizada con medidas que los liberalesno adhieren, pero que se vieron obligadosa aceptar, apoyando a un Gobierno popu-lista e intervencionista que necesitabafondos para cumplir sus objetivos comu-nes. Esta relacin tensa dentro de la mis-ma burguesa fue en decadencia a me-dida que pasaron los aos, presentandofuertes peleas entre ellos pero nunca po-niendo en discusin el sistema de explo-tacin hacia los trabajadores, ya que es elpilar fundamental de sus riquezas y supoder. El discurso nacionalista y populi-sta del kirchnerismo fue desmoronndo-se cada vez ms con aumento en la re-presin y en negocios con corporacionesmultinacionales, pero el peronismo ibaa seguir con su velo de mentiras hasta

    el nal de sus das en el Gobierno. Estasdisputas entre sectores de la burguesatuvieron su auge en las ltimas elecci-ones, donde los grandes poderes econ-micos ya reconocen que fue superada esaetapa de populismo, y ahora es momentode que el Estado tenga otras prioridades,orientadas a seguir con fe ciega los man-datos de la economa mundial.

    El Estado gestionado como la empre-sa que es, y que el peronismo siempreintenta enmascarar, necesita recortargastos y aumentar ganancias. En esesentido, como este modelo de derrochede las arcas estatales ya no se sostiene,el nuevo plan es ajustar ms los cintu-rones del trabajador, diciendolo sin ta-pujos y recortando presupuesto en todolo que no consideran necesario, hacien-do que la diferencia la paguemos los ex-plotados como siempre.

    Seriamos ingenuos o mentirosos si dije-ramos que esto es culpa del Macrismo ode los liberales o que si hubiera ganado

    el Kirchnerismo estaramos mejor, o sianalizaramos la situacin del pas solodesde mandatos presidenciales. Vemoslos distintos presidentes como partes dedistintas etapas o procesos, pero en fun-cin de un plan armado de antemanopor quienes deciden el rumbo del pas,ya que las elecciones nunca determinanel camino a seguir sino solo es un tea-tro donde lo nico que nos dan a elegirson distintas formas de llevar a cabo elmismo plan.

    La represin sigue,la Organizacin tambin.Todas las represiones que hizo el kirch-nerismo las denunciamos ante el pue-

    blo trabajador, asi como vamos a seguirdenunciando todas las represiones decualquier gobierno porque no somosoportunistas ni carroeros.

    Lo que sucedi con los compaeros deCresta Roja no es otra cosa que una car-ta de presentacion del nuevo gobierno,pero no dista mucho de lo que se venahaciendo desde la Casa Rosada comopueden corroborar los que presenciaronlos conictos de Lear, Gestamp, Linea 60,Aceiteros, y los que enfrentan a BarrickGold, a Monsanto, etc. Este gobierno nova a intentar cooptar a los movimientossociales o politicos como el peronismoclsico, sino a reprimir cualquier pro-testa social y debemos organizarnospara resistir esos ataques.

    Necesitamos construir una resistenciade verdad ante la avanzada del capita-lismo. Una resistencia que se dicultmucho en estos ltimos aos por el es-fuerzo que hizo el gobierno en mantenerel modelo sindical y en darle un granprotagonismo a las burocracias sindica-les para canalizar el descontento social,

    haciendo a la CGT la columna vertebralde su modelo. Todava estn negociandocual va a ser el papel particular de loslideres sindicales con este nuevo gobier-no, pero seguramente y el a su estilo,la CGT intentar conciliar, no perder supoder y mantener la estructura que lepermiti llegar hasta donde est.

    La intervencin de los activistas es fun-damental no solo para desenmascararestas alianzas de los Sindicatos con elEstado y las patronales, sino tambinpara generar debate, participacin y Or-ganizacin. Hay que conseguir que loscompaeros de trabajo dejen de esperar

    las ddivas de los dirigentes sindicales,que nos vienen utilizando para sus ne-gocios hace dcadas y decidan volcarsea la Organizacin y a la pelea por mejo-res condiciones de vida.Tenemos que seguir creando Organi-zacin horizontal y asamblearia en loslugares de trabajo y seguir expandien-do los lazos solidarios de la FederacinObrera en todo el pas, demostrando queel apoyo mutuo entre explotados es lanica manera de frenar el avance delcapitalismo.

    En esta nueva etapa el gobierno va a sermucho ms permisivo en cuanto a pre-carizacin laboral se reere, y los patro-

    nes van a buscar el maximo de ganan-cias de forma apresurada. Las empresasvan a conarse, el descontento social vaa aumentar y esa puede ser su debilidad.Si aprovechamos eso, podemos organi-zarnos y combatir el proceso productivoy mercantil en los distintos lugares detrabajo, teniendo mas posibilidades deganar y de torcerles el brazo.

    No es un gobierno mejor, ni peor, sinoque es otro momento del desarrollo capi-talista en nuestra Regin y que necesitaotro gobierno, pero depende de la volun-tad de los trabajadores que no sea unanueva dcada ganada para los patrones.

    Ellos necesitaban cambiar algo para nocambiar nada,

    Nosotros necesitamos cambiar muchopara cambiar todo.

    Solo con la solidaridad y la accin direc-ta lo podremos conseguir.

    Consejo Federal

    Nuevo Gobierno, mismo Estado.

    CAMBIAR ALGO...PARA QUE NO CAMBIE NADA

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    ACTUALIDAD

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    RACES DEL PRESENTE

    La pregunta que nos asalta en los al-bores de este nuevo ao es Cmollegamos hasta ac?Cmo es posible que con el voto popu-lar se haya instalado en el Palacio deGobierno uno de los emblemas de laburguesa prebendaria que amas suacumulacin originaria haciendo ne-gocios con los jerarcas de la dictaduracvico militar? No hay dudas que estnsentados en las poltronas los represen-tantes de los verdaderos factores del po-der vernculo, portadores de apellidosde ministros de una las dcadas infa-

    mes (1930-1943), damas y caballeros queremiten de inmediato a las bvedas ysepulcros del Cementerio de La Recole-ta. Personajes de la elite terrateniente yganadera que en tiempos de la provinciade Buenos Aires sececionada llamaban alos territorios integrados en la Confede-racin Argentina los 13 ranchos.

    Adems estaba el desierto poblado porlos pueblos aborgenes, a los que des-de Juan Manuel de Rosas en adelantehaba que aniquilar para incorporar ala civilizacin esas tierras, con la fuerzadel ejrcito de lnea.

    Estos personeros de la burguesa convi-ven en los gabinetes con los gerentes delas corporaciones de telecomunicacin,

    las petroleras, los agronegocios, etc.

    El simulacro de la puesta en su lugarde la burguesa, por parte del gobiernosaliente evidencia las falacias de esediscurso que no se condice con la rea-lidad. El famoso estribillo del combateal capital es solo eso, un estribillo deuna marcha partidaria. La propuesta deconciliacin de clases anunciada por elcoronel Pern en 1943 en la Bolsa de Co-mercio de Buenos Aires ha funcionadodesde entonces para coaligar a la bur-guesa nacional, con los burcratas sin-dicales (CGT, CTA), las fuerzas armadas,la jerarqua eclesial, los banqueros y lostecno-burcratas de las transnaciona-les mineras como la Barrick Gold. As,

    como que aquello era una farsa, tan-to como es un mito del Kirchnerismobuscar liberacin alguna o que aho-ra simbolizan cualquier tipo de resis-tencia, cuando son continuidad.

    Cada uno en su funcin, los polticosdesplegando el espectculo electoral per-manente, los caudillos sindicales discip-linando a los trabajadores, como media-dores en los conictos, siendo correa detransmisin de las polticas patronalesde explotacin, precarizacin laboral,desempleo. Los uniformados perros gu-ardianes del capitalismo, reprimiendocon balas de goma, de plomo, carros hid-rantes las protestas sociales. Los jerarcaseclesiales con sus ambiguos discursosllamando a la conciliacin nacional.

    Todo este montaje que camua domi-nacin bajo el ropaje del Estado de De-recho y la institucionalidad democr-tica que busca generar en las masas lailusin participativa.

    Bien sabemos que poco le importa a losverdaderos detentadores de los podereseconmicos cuntos legisladores de la

    izquierda puedan estar en las bancasdel Parlamento, eso tambin forma par-

    te del juego, estn metidos en el brete aligual que los punteros que medran conlos planes para mantener a raya a lospobres y empobrecidos.

    La magnitud de la derrota inigida conel Terrorismo de Estado desde junio de1973 con la masacre de Ezeiza, perfeccio-nado con los crmenes de la Triple A y ladictadura cvico militar, aadido a estolas dcadas de neoliberalismo produ-jeron un vaco cu ltural de grandes pro-porciones.

    De aquellos polvos estos lodos, millonesde ciudadanos de a pie pidiendo manodura contra los piquetes y las protestassociales, el desempleo en ciernes quepodra llegar a nes 2016 al 15 %. Las pa-ritarias como mbito de entretenimien-to de burcratas sindicales y empresa-rios con el n de negociar nuevas librasde carne proletaria.

    Cientos de trabajadores procesados ycondenados por conictos como el deLas Heras (Santa Cruz), con la espada deDamocles de la prisin frente a la indife-rencia general, la abulia cmplice.

    Frente a este sombro panorama corres-ponde la resistencia autoorganizada ysolidaria para la accin directa de l@soprimid@s, explotad@s, humillad@s yofendid@s.

    LA LIBERTAD NUNCA SE MENDIGA, SE

    CONQUISTA EN LA LUCHA.

    Sociedad de Resistenciade Ofcios Varios Rosario / FORA-AIT

    Presidente nuevo, oposicin nueva,todo sigue igual, aunque algunascosas cambien. Cambia quin acu-sa a quin, y cambian ciertas condicio-nes de nuestra vida cotidiana, afectadaspor decisiones de gobierno pero, por sob-

    re todo, por otras condiciones que atra-viesan cualquier gobierno. Y es que losgobiernos gobiernan en contexto, no lohacen sobre la nada. Y en ese contextoalgunas cosas cambian y otras no.

    El gobierno de Macri tom una serie demedidas ni bien asumi. Puede decirsecon justa razn que algunas medidasestn viciadas por procedimientos dedudosa validez institucional, pero sabe-mos bien que la institucionalidad esten funcin de intereses que la puedentorcer cuando hace falta. La defensa dela institucionalidad slo puede servir aquienes se benecian de ella, y los traba-jadores no nos beneciamos demasiado.

    Ms all de las cuestiones relativas a

    los procedimientos, que le enrostran algobierno macrista su verdadero sesgoautoritario, hay cuestiones econmicasque afectan de forma inmediata nuestravida cot idiana. La devaluacin, la quitade retenciones, los manejos del BancoCentral, etc. conuyen en un esquemageneral que nos afecta desde distintosngulos. Uno de ellos, tan estridente yrenombrado, es la inacin.

    La inacin implica un aumento ge-neral de los precios que se sostiene enel tiempo. Esto signica que hay unaprdida de poder adquisitivo de la mo-neda en cuestin. Es decir: se trata deuna relacin entre la moneda y los bi-enes de un mercado, tal que la mismaguita que ayer nos alcanzaba para pagar

    un alquiler, o comer, o vestirnos, hoyno nos alcanza. Por eso es que la deva-luacin se traslada a precios: cuando lamoneda local vale menos que la mone-da en la que nos venden gran parte delos insumos de nuestra precaria indust-ria, cuando vale menos que la monedaa la que los exportadores pueden venderlo mismo que nos venden a nosotros,los precios inevitablemente aumentan.Si a eso agregamos que los propietarios,comerciantes, e incluso muchos traba-jadores, especulan con el dlar, tenemosun combo nefasto en el que el precio deldlar condiciona el precio del pan, delalquiler, de la ropa. En otras palabras, loque baja de precio es el trabajo.

    En estos tiempos en los que se estn pe-leando rabiosamente kirchneristas conmacristas, cabe decir que el proceso inf-lacionario que venimos viviendo desdehace unos aos contina actualmentey se renueva con medidas que cualquie-ra que hubiera ganado habra tomado.Ntese que la quita de retenciones y ellevantamiento del cepo (es decir, la de-valuacin) eran promesas de campaade ambos, y que el equipo de Scioli elogiesas medidas cuando fueron tomadas.Tanto la devaluacin como la quita deretenciones eran medidas inevitablespara cualquiera que gobierne. Y es queson condiciones que exceden la volun-tad de tal o cual gobierno. Es cierto queesas condiciones pueden ser afrontadasde manera diferente, pero tambin es

    cierto que las circunstancias dicen msde los gobiernos que sus presuncionesideolgicas, porque gobernar es admi-nistrar las variables del capitalismo.Tanto Macri como Kirchner o Massase han encargado de reforzar insisten-temente que se gobierna gestionando.Se gobierna con nmeros y con gestin,

    no con globitos, supo decir Cristina. Yeso es indiscutible: la nica ideologaque gobierna a los gobiernos es la ges-tin del capitalismo.

    Segn cmo se lo mire, algunas medidas

    pueden ser menos peores que otras, perono se puede dudar que cuando alguiense debate entre lo malo y lo menos malo,es porque ha renunciado a cualquieridea del bien. No se trata de cambiar elmundo sino de administrarlo: esa es laconsigna que nos ha dejado la segundamitad del siglo XX, y es esa ideologala nica que hay cuando se asume queel nico horizonte para el pensamien-to colectivo es la gubernamentalidad,esto es, la pura gestin de los interesesconstituidos mediante mejoras progre-sivas de los dispositivos de control.

    De modo que quienes supieron proyec-tar y sancionar la ley antiterrorista,que es una de las leyes ms represivasde la historia, le reprochan al gobierno

    macrista la represin de los trabajado-res, la misma que ellos ejercieron cu-ando les toc. Y as es cmo los actua-les represores se excusan diciendo queantes tambin se reprima. Este mismoejercicio se repite en la cuestin econ-mica: unos y otros se echan la culpa deuna devaluacin y una inacin de laque son todos ellos responsables en lamedida en que son los que sostienen unsistema capitalista del que son bene-ciarios. La culpa de la inacin no latienen ni Macri ni Cristina: la tiene unsistema econmico que consiste en laapropiacin privada de la riqueza social.

    Mucha gente tiene la ilusin de que pue-de haber un capitalismo distinto, unoen el cual todos tengan un benecio

    acorde al esfuerzo que realizan, o quedicen realizar. Cuando a los anarquistasnos tildan de utpicos, no se dan cuentaque no hay utopa ms abstracta e irrea-lizable que la de un capitalismo as. Esla idea abstracta de que es posible algoque el propio sistema capitalista deter-mina imposible, porque es contrario asu propia substancia.

    La concentracin del capital puede serms o menos zarpada, pero no puedeevitarse jams en un mundo capitalista.Y la devaluacin, la quita de retenciones,la adecuacin normativa para tal o cualsector del capitalismo local o extranjero,son medidas destinadas a gestionar esaconcentracin. Cuando la gestin del ca-

    pitalismo entra en crisis, como ocurria nes de los 90 y principios de los 2000,los capitalistas echan mano de sectoresque por distintas razones tienen la ca-pacidad de recomponer las condicionesde gobernabilidad. As es como llegaronal gobierno Duhalde primero y los Kirch-ner despus. Han sido los restauradoresde una crisis que no fue social sino pol-tica, fue la crisis de un sistema repre-sentativo que es imprescindible para lacontinuidad del capitalismo. Por eso esque hablan de crisis. Si uno se ja bien,los Kirchner hablaban de 2001 como unapesadilla producida por el neoliberalis-mo (del cual ellos formaron parte) mi-entras que Macri ha dicho varias vecesque l nace de aquella experiencia comoun empresario que adviene a la gestin

    del Estado sin la carga negativa de laclase poltica. Macri pretende ser quieninterpreta el rechazo de la clase polticaque se extendi en los primeros aos2000, el portador de una nueva poltica,cuando es en realidad un poltico liberalque viene a gestionar lo que los Kirchner

    INFLACIN QUIN TINE LA CULPA?

    Contina en pg. siguiente.

    A punto de cumplir 74 aos y a solo tresaos del fallecimiento de la queridacompaera Ana Mara Tejo nos dej elpasado 26 de diciembre el compaero Ir-vin Ottenheimer.

    De ocio Plomero fue uno de los tantosmilitantes de la sociedad de Resistenciade Plomeros de la F.O.R.A. en las difcilespocas de nes de los sesenta cuando elgremio se dividi a raz de cuestiones in-ternas hasta su disolucin en la oscuranoche de la dictadura militar.

    Junto a su compaera Ana Mara, siguisiempre el al ideal que abrazaran desdesu juventud, militando en el movimien-to anarquista tanto regional como inter-nacional participando en el encuentrolibertario internacional de Barcelona enel ao 93, o en los debates internos delmovimiento acerca de la devolucin delpatrimonio al gremio de Plomeros al queel perteneci.

    El fallecimiento de Ana Mara lo golpeoduramente abriendo una herida ms ensu vida hasta que lo encontr la muer-te, cuenta un compaero que cuando era

    trasladado en ambulancia cantaba conalegra y orgullo el himno anarquistaHijos del pueblo lo que lo pinta entero.

    Desde la F.O.R.A. saludamos a sus ami-gos y compaeros y a sus hijos Ana Cris-tina, Lina Mara y Otto les enviamos unsaludo de sincero pesar por la desapa-ricin de tan estimado compaero.

    Falleci el CompaeroIrvin Ottenheimer

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    ACTUALIDAD

    EN LA CRESTA DE LA LUCHA

    Hacia el mes de Septiembre de2014, la empresa avcola CrestaRoja ubicada en Ezeiza cerr suempresa perjudicando de esta maneraa ms de 1300 trabajadores. Tres mesesantes de esta extrema medida, la emp-resa de los hermanos Rasic (que tena untotal de 3800 empleados), haba presen-tado convocatoria de acreedores ya quearrastraba problemas nancieros haceaos, pero en el primer semestre de 2014emiti 335 cheques sin fondos por msde $ 43 millones. Por ese entonces se de-nunciaba a sus dueos porque mientrasparalizaba su principal frigorco, man-

    tenan funcionando su segunda plantade Cauelas y mandaban produccinpropia a faenar en establecimientos deterceros. Se pidi la intervencin urgen-te del Ministerio de Trabajo Bonaerensequien dicta una conciliacin obligatoria.

    De ah en ms lo que contina es casiun ao repleto de acciones como lock-outs: sobraron intentos de despidos (casi700), persecucin a los trabajadores, lospagos se realizaban en cuotas y se pusoen marcha una movida en la que no fal-taron escuchas a travs de micrfonos ypatotas relacionadas directamente conel Ministro de Seguridad Alejandro Gra-nados (fuerte personaje poltico para lazona) quin adems, de manera muchoms obscena, militariz la planta.

    El sindicato con toda su burocracia ypredisposicin a la traicin aval cadaconciliacin obligatoria, defendi los in-tereses patronales impartiendo miedosobre quienes se sumaban al reclamo.

    El da 19 de julio la empresa cerr suspuertas dejando a ms de 5000 emplead-os en desproteccin teniendo en cuentatodo el ciclo productivo. En un intento decomunicado, lejos de afrontar el conf-licto, dice: no tenemos otra alternativaque conrmar los despidos realizadosoportunamente y de no tener continui-dad en las plantas de faena, no serposible realizar el pago de la quincena,en las condiciones que se venan efecti-

    vizando y producir el cierre denitivo dela compaa. Aprovechando el conictoy con claras intenciones de cuidar cier-tos intereses patronales el secretariogeneral del Sindicato de Trabajadores dela Industria de la Carne del Gran BuenosAires (Sicgba), Silvio Etchehun declarque habr un aumento en el precio delpollo debido al paro y las acciones que seestn llevando adelante en Cresta Rojaomitiendo que en realidad el aumentose viene dando de manera progresivadesde el mes de abril del 2015.

    El rol del sindicato burcrata.

    Los trabajadores de Cresta Roja, al verque los delegados del Sicgba seguan r-denes de los dueos de la empresa, los

    gobernantes y los dirigentes del sin-dicato, y no acataban lo que los traba-jadores decidan en sus asambleas, losdestituyeron con una gran participacinen elecciones gremiales. Con un 95% devotos a favor de la destitucin (casi 800contra 20) echan a los delegados traido-res, y forman una delegacin para orga-nizar transparentemente las prximas

    elecciones de la nueva comisin interna.

    Los burcratas del sindicato del Sicgba,viendo como los aplastaron en la desti-tucin de sus delegados, boicoteron laselecciones de la nueva comisin internaimponiendo una convocatoria truchacon padrones hinchados que sumabanencargados, supervisores y dems per-sonal jerrquico, llevando el nmero devotantes inicial de 1040 trabajadores a1600. As lograron dividir a los trabajado-res en 3 listas, pero no pudieron imponersus reglas y volvieron a ser derrotados.Este es un claro ejemplo del accionarde la burocracia sindical que bloquea eimpide la participacin directa de lostrabajadores y cuando no lo logra inten-ta dividirlos y volverlos dbiles frente ala patronal, con el objetivo de volver ahacerlos dependientes del sindicato que

    sigue los intereses de los patrones.

    La negociacin tarda, la represin no.

    El da 16 de diciembre los trabajadoresdecidieron acampar en las inmediacio-nes de la autopista Ricchieri, a la alturadel acceso al aeropuerto internacionalde Ezeiza para seguir visibilizando elconicto. Adems realizaron un corteparcial y no total para no impedir lalibre circulacin, hacerse notar y ganarla adhesin de quienes transitaban. Elda 22 de diciembre, mientras se em-pezaban a reunir las autoridades paranegociar un arreglo con los trabajado-res, la represin no tard en llegar: conpalos y balas de goma ms de 300 gen-darmes reprimieron y desplazaron de la

    autopista a los trabajadores que estabancortando un carril de la Ricchieri conla excusa del derecho a libre trnsito,pero sin tener en cuenta el derecho ala protesta, ejemplo concreto de lascontradicciones de los derechos cons-titucionales que son pisoteados por lasmismas autoridades que dicen enal-tecerlos cuando lo que se cuestiona sonlos intereses patronales y los laburantesse organizan . El acampe qued comple-tamente militarizado con ms de 1000gendarmes dispuestos para el opera-tivo, ms la polica federal y la policaaeroportuaria que rodearon el lugar y alas familias que all estuvieron durantems de 5 das resistiendo. De esta ma-nera, no slo cercaron a los t rabajadores

    para mantenerlos intimidados sino quetambin impidieron el paso a quienesintentaban acercarse a brindar soli-daridad, agua, paales para los nios,comida, o medicamentos. Una prcticaque suele recordarse como propia de ladictadura, pero reutilizada por los gobi-ernos democrticos para imponer ordenfue la de los policas subindose a loscolectivos que pasaban por la autopis-ta para requisarlos, preguntando a lospasajeros si iban a la manifestacin oal aeropuerto, con el objetivo de detenera quienes iban al acampe, amedrentary desmovilizar. Tambin detuvieron eimpidieron el acceso a autos particula-res que se acercaban para apoyar a lostrabajadores.

    Con la lucha se puede ganar o perder,sin la lucha solo se pierde.

    La conspiracin y tergiversacin delos medios de comunicacin, la visinincompleta de quienes se aigen con elcorte de calle y no de las 5000 familiasen la calle no ha alcanzado para que lasolidaridad sea una accin concreta lle-

    vada adelante por trabajadores y orga-nizaciones. La planta que se encuentraen Esteban Echeverra tambin se ha su-mado a la lucha entendiendo que la in-tencin de la patronal, el sindicato y losgobiernos es que los trabajadores paguenla supuesta crisis con el despido de los5000 trabajadores entre las dos plantas.

    El da 22 de diciembre, adems de haberresistido una jornada muy difcil, los de-legados tuvieron una reunin con JorgeTriaca, amante ministro de Trabajo.All se lleg a un arreglo de un bolsnde navidad, $6000 en Enero y adems sedecret la quiebra de la empresa, con la

    posibilidad de que empresas interesadaspuedan comprarla.

    Como siempre las promesas se vanhaciendo agua en cuanto no se solucio-na el problema y las familias mientrastanto siguen luchando para poder llevarel pan a sus hijos/as. La situacin de hoyen da no cambia mucho a la anterior ala reunin, por esa razn las familiascontinan con el fondo de lucha, donderecaudan dinero para poder sustentarsey adems recolectan paales y alimen-tos no perecederos.

    Los cortes y las medidas de accin di-recta seguirn hasta tanto cambie la si-tuacin. Depender de la fuerza y la so-lidaridad de otros trabajadores para que

    no ganen los intereses mezquinos de ungrupo de empresarios.

    5000 familias en la calle no nos son in-diferentes! Solidaridad entre los traba-jadores!

    Sociedad de Resistencia Ofcios VariosLomas de Zamora / FORA - AIT

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    restauraron. Son dos caras de la mismamoneda, dos instancias sucesivas en lagestin capitalista.

    El proceso de restauracin era inevi-table, gobierne quin gobierne. Por esoKirchner tuvo el consenso general delas clases dominantes, desde las corpo-raciones multimediticas como Clarn,Perl o La Nacin hasta los sectoresconcentrados de la industria agropecua-ria, pasando por los organismos inter-nacionales y los distintos sectores dela burgesa local. Los dejaron gobernar,cuando no hicieron con ellos sus ne-gocios o los apoyaron abiertamente. Fuerecin para 2007-2008 cuando se ponende maniesto las contradicciones entrelos distintos sectores de esa burguesa,lo cual es un tiempo largusimo en com-paracin con otros gobiernos democr-ticos. De hecho, Macri asume con menosconsenso, aunque lo haya votado muchagente como resultado de la restauracinKirchnerista. Nstor Kirchner, que asu-mi habiendo perdido la eleccin y con

    menos aval electoral que Illia, tuvo msconsenso de las clases dominantes queMacri (que tendr menos pero tieneun montn, y poco a poco est consi-guiendo lo que le pudiera faltar). Estopone en evidencia la mentira electorale interpela a quienes han credo que larepresentacin poltica tena algunaclase de potencia libertaria.

    Lo cierto es que el proceso de restau-racin, en lo econmico, tena anuncia-do desde un comienzo el techo al quelleg. El lmite de ese proceso es la de-pendencia de la inversin. Los que tienenel capital para invertir, reclaman ciertascondiciones en las que sus benecios semultipliquen incansablemente. Ellos sonlos que ponen las condiciones, y es ante

    ellos que los gobiernos rinden cuentas.Una vez recuperado el mercado interno, yreducida la capacidad ociosa, los capita-listas estn en condiciones de pedir ms,mientras la poblacin duerme el sueode los justos acomodndose a la recom-posicin del consumo y descansandoen los espejitos de colores con los que elprogresismo sabe fabricar idolatras.

    Los gobiernos hacen lo que pueden ysaben. Gestionan. Administran el granrobo, que es la propiedad. La inacin esuno de los efectos inevitablemente liga-dos a la dinmica cclica de la concent-racin del capital. A veces la situacin estan mala que solamente puede mejorar.Cuando la mitad de la poblacin est sinlaburo, mucha gente se enoja, y gobernaras es difcil. Pero, adems, la produccinde riqueza se ve afectada y con ella la ga-nancia de amplios sectores de las clasesdominantes. Ellos necesitan que nosot-ros trabajemos y que gastemos nuest-ro dinero comprndoles el gran sueoamericano de prosperidad individual.

    De modo que el gran responsable de lainacin es el capitalismo en el queestamos todos metidos hasta el tuta-no. Es nuestra responsabilidad, la delos trabajadores, reexionar acerca delo que hacemos cuando nos olvidamosde la angustia y pretendemos que todomarcha bien, cuidando lo poquito quehay, cuando suponemos que los repre-sentantes pueden cuidarnos y servir-

    nos, cuando dejamos de lado la ideade organizarnos y nos entregamos a loque suponemos menos malo, a las or-ganizaciones de otros que nos prometenencargarse de todo mientras nosotroslaburamos o dormimos.

    Hernn

    Viene de pg. anterior.

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    NOTA CENTRAL

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    Los cambios de gobierno siempreimplican un reacomodamiento enla estructura burocrtica del Esta-do y cambios superciales en distintaspolticas de turno, donde pocas veces

    hay cambios profundos en los gobiernosy solo se dan en momentos particularesdel desarrollo capitalista. En este casoel Macrismo viene a profundizar variosaspectos del anterior gobierno como larepresin a los trabajadores, el trabajoen negro, la precarizacin laboral, larelacin con los sindicatos y la ventade bienes naturales con el consiguien-te compromiso con los grandes gruposeconmicos internacionales. Sin em-bargo hay algunas diferencias con elkirchnerismo, que a simple vista pue-de darnos la idea de que son gobiernostotalmente contrarios pero en realidadson parte del desarrollo del mismo plandel Capitalismo en nuestra regin.Este nuevo Gobierno presenta una dife-

    rencia con la gran concentracin Kirch-nerista en la estructura estatal, dondelas grandes decisiones pasaban porpocas personas y los Ministros tenanun respaldo poltico para tomar ciertasdecisiones que impedan su revocacin.El Macrismo, en cambio, decidi dividirlos ministerios y designar ministrosque no vienen de larga data en la pol-tica sino de la esfera empresarial, comoCEO S, Gerentes y economistas. Eranparte de las famosas manos invisiblesdel mercado que movan los hilos desdeotro lugar y que ahora salen a la luz paraocupar cargos polticos.Esto marca una diferencia con lo quegeneralmente sucede con los gobiernos

    Peronistas, ya que estos nuevos minist-ros al no tener su fuente de Poder adent-ro del Estado, sino en la explotacin la-boral privada, no tienen miedo a perdersu cargo. Estos ministros pueden hacer-se cargo de decisiones diciles, siendoodiados y repudiados por la prensa o enla calle, y pudiendo ser reemplazadosante una fuerte presin popular como sise tratara de un cambio de fusibles queexplotan cuando salta la termica.

    La gran posibilidad de descarte de po-liticos, le da un margen de accin muyamplio al gobierno para acomodar elpas a sus designios, ya que puede habercambio de ministros sin que se altere elplan econmico y social perseguido porla burguesa.

    Otra diferencia con el Kirchnerismo esla distribucin de la riqueza de las arcasestatales. El Peronismo en general, el delEstado de Bienestar, utiliza el dineropara mantener el control sobre la pob-lacin cooptando a los diversos sectoressociales, ya sea con subsidios a emp-resas para que no aumenten los precios

    y dndole migajas y cuotas de poder amovimientos sociales mediante planes,o mediante la tan famosa inclusinsocial, es decir, otorgndoles espaciosde representacin en las institucionesdel Estado. Al superar esa etapa de do-mesticacin y vaciamiento ideolgico delos movimientos sociales durante los l-timos aos, este nuevo Gobierno planeaun cambio en el gasto pblico y orientarla riqueza a otros objetivos. El Estado,al ser una gran corporacin capitalistatirnica, que genera gastos y produceganancias, es lgico que en cierta mo-mento del desarrollo sea administrado

    por economistas. Como parte del planeconmico es favorecer a los grandesgrupos empresariales para generar unaconanza hacia el Mercado y mantenerun cierto valor de Dolar, va a recortar larecaudacin del Estado proveniente delas retenciones a los patrones negrerosterratenientes y abrir las exportacionesdetenidas. Al tener menor recaudacin,tiene que acortar los gastos que se gene-raban con subsidios con lo cual va haberaumentos de precios en los servicios deluz, nafta, agua, transporte, etc. El di-nero que utilizabamos los trabajadoresen bienes de consumo, que beneciabanal mercado interno para hacer crecer alos pequeos patrones negreros, y quetambin se beneciaban con la susti-

    tucin de importaciones, ahora tene-mos que usarlo meramente para sobre-vivir, aumentando exponencialmentelas posibilidades de malestar social queel Peronismo siempre intenta evitar.Este es un riesgo que el nuevo gobiernova a asumir dado el gran trabajo quehizo el gobierno anterior, sembrandoel terreno y dejando un Estado fuerteen materia de cooptacin por un lado yrepresin por el otro. Por esto decimosque el Macrismo es una etapa superiordel Kirchnerismo, y no est para nadaen las antpodas del anterior gobierno.

    Distinto Gobierno, misma represin

    La represin hacia los trabajadores deCresta Roja y los municipales de La Plata

    fueron solo un aviso, un primer indiciode su inters en seguir manteniendolos altos niveles represivos del gobier-no anterior, e incluso con la promesade que van a ir en aumento, como an-ticip Michetti. Otra seal de esto es loque est ocurriendo con el bloqueo aMonsanto en Cordoba, que tiene una or-den de desalojo en plena feria judicial,

    sin pies ni cabeza, ya que Monsanto notiene permiso para instalarse all. Estamedida va a tono con lo que venimosremarcando y es que este gobierno pro-mete tomar ciertos riesgos aumentandola represin con tal de favorecer y darconanza a las multinacionales saquea-doras de nuestro suelo. Por otro lado, lafutura ley antipiquetes pensada durantela era K, y la amenaza de tener que pe-dirle permiso al Gobierno para protestar,es parte tambin de profundizar la rep-resin anunciada. Esta medida no la cri-ticamos por que falta a la constitucin oa los valores democrticos que ellos de-

    enden, sino porque intenta seguir anu-lando el concepto mismo de la accindirecta que defendemos y sostenemoscomo uno de los pilares fundamentalesde la lucha obrera. Nos oponemos frrea-mente a que el Gobierno quiera legislare institucionalizar las herramientas delucha que se da el pueblo, y que buscanseguir domesticando a los trabajadoresque se quieren rebelar.

    La relacin con los sindicatos

    El gran eje del nuevo gobierno, y dondeest puesta la mayora de los ojos, es eltema econmico, y la implementacinde un nuevo Pacto Social.

    El Macrismo tiene muchisimos tintesliberales, pero si hay algo que no va adejar librado al azar es la relacin entreprecios y salarios, el desequilibrio entreinacin y paritarias y, para conseguiresto, las negociaciones con los sindicatosy el sector privado son fundamentales.

    El gran modelo sindical argentino es labase del nuevo gobierno, ya que inclusoMacri se neg a recibir a la burocraciasindical hasta que no resuelvan su in-terna y su divisin en las 3 CGTs. Esinteresante ver como el gobierno puededescentralizar los distintos Ministeriospara que en las negociaciones partici-pen distintos Ministros, mientras quepor el lado de los trabajadores buscantener a una sola Organizacin que rep-

    resente los intereses de millones. Esanecesidad por la gran centralizacinsindical, que existi y existe en estepas, es una las herramientas principa-les de la burguesa para controlar las de-mandas de los trabajadores y que Macripiensa recuperar como hizo N. Kirchneren su momento. El concepto unicadoque se da en las paritarias, por parte del

    EL NUEVO ORDEN ESTATALEstado, los patrones y la CGT, es la pied-

    ra fundamental de la conciliacin declases, base del Capitalismo hoy en da,para que los trabajadores no discutamosfuera de sus estructuras.

    Cuando desde el gobierno nos dicen queCada gremio sabr hasta qu punto pue-de arriesgar salarios a cambio de emp-leos, estn amenazando a los trabajado-res que luchamos por una recomposicinsalarial acorde a la inacin de los lti-mos aos. La amenaza no es a los sin-dicatos, ni a Moyano ni a Cal, sino a lostrabajadores. Ya que la burocracia sin-dical viene siendo complice de los patro-nales desde siempre, justicando los ba-jos sueldos y los despidos con el pretextode salvaguardar lo poco que hay.

    Los trabajadores por nuestra parte tene-mos que reconocer de una vez por todasque la CGT no es una Organizacin detrabajadores ni para los trabajadores,sino una Organizacin que nos repre-senta a todos por una facultad que otor-ga el Estado, segn su conveniencia. Elmodelo sindical va a seguir existiendoporque le sirve a la burguesa y porquelos trabajadores seguimos callados sinla voluntad para crear nuevas orga-nizaciones obreras que sirvan comoherramientas de lucha.

    La nica solucin es la Organizacin ObreraVan a seguir cambiando los gobiernos,los dirigentes sindicales van a seguir se-parndose y unindose, los empresarios

    van a aumentar sus riquezas, las parita-rias se van seguir discutiendo en torno aporcentajes de especulacion y bolsas deacciones, y que nada tienen que ver connuestro bolsillo. Los trabajadores vamosa seguir poniendo la oreja en la puertaesperando escuchar algo y rezando paraque nos tengan piedad.

    Necesitamos construir Organizacionesque podamos orientar los trabajadoresmismos, sin intervencin ni regulacinestatal, sin dirigentes sindicales ni pol-ticos, y obviamente, que no sean amigosde los patrones, para luchar por nuest-ros intereses.Esta nueva etapa ofrece una nueva

    oportunidad que debemos aprovechar yes que la atencin del Gobierno, las emp-resas y los sindicatos no va a estar foca-lizada en la cooptacin y es posible quedescuiden el descontento social en susmismas bases. Pero es tarea de los tra-bajadores poner nuestra voz en la mesay hacermos or.

    Hay que seguir incitando a la reexin,al debate y a la participacin. Hay queseguir creando espacios horizontalesde decisin colectiva y de accin direc-ta que puedan contrarrestar la orga-nizacin vertical y burocrtica que nostiene maniatados hace 70 aos.

    No nos dejemos engaar: Cuando lostrabajadores tenemos una verdadera

    voluntad de cambio, lo demostramos enlas calles, no en las urnas.

    Contra el Capitalismo, libre o regula-do!! Contra el Estado, gobierne quiengobierne!! Viva la accin directa y la so-lidaridad de los trabajadores!!

    Consejo Federal

    Necesitamos construir

    Organizaciones quepodamos orientar lostrabajadores mismos, sinintervencin ni regulacinestatal, sin dirigentessindicales ni polticos.

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    Breve refexin...

    EL FIN DE LA ERA KIRCHNERISTA Y EL SIGNIFICADODE LAS CONQUISTAS EN LOS GOBIERNOS PATERNALISTAS

    En el Congreso fundacional de laF.O.R.A. celebrado en el ao 1901se acord respecto de la accinpoltica de los trabajadores lo siguiente:

    Considerando el Congreso que la leyes siempre adoptada a favor de loscapitalistas y la pueden eludir, resuelveque los obreros deben esperar todo desu conciencia y unin, rechazando elrecurrir a los poderes pblicos paraobtener cualquier mejora. Tal resolucincuestiona la ecacia y permanenciade los benecios que el Estado puedareconocer a los trabajadores planteando,por el contrario, que slo la concienciay unin de los propios trabajadorespuede llevarlos a obtener verdaderasconquistas en su lucha contra lapatronal. Se trata ste de un acuerdo quereivindica el valor y la importancia delprincipio de accin directa al colocarlo,no como un puro principio dogmtico,sino como una lnea de accin con

    fundamentos que se encuentran,entre otros, en la realizacin efectiva yperdurable de los derechos alcanzadospor los trabajadores.

    El citado acuerdo histrico de lostrabajadores organizados en la F.O.R.A.es de plena vigencia en la actualidaden donde el cambio de ciclo poltico-

    econmico marcado por la asuncindel gobierno macrista, amenaza lapermanencia de ciertas conquistasalcanzadas durante la era kirchnerista.La posibilidad de que esas mejoraspuedan ser eliminadas por el nuevogobierno evidenciara que las mismas noson en realidad conquistas alcanzadas y

    sostenidas por los propios trabajadores,sino concesiones hechas por el anteriorgobierno y que se sostenan en la medidaque el mismo permanezca en el poder.Hay que tener presente que el proceso deluchas iniciadas a partir de la crisis del2001, exiga para la normalizacin delproceso de acumulacin y de explotacincapitalista, la implementacin deun gobierno populista con rasgosdesarrollistas que permita apaciguaresas luchas o al menos encauzarlasen un sentido ms favorable a lanormalizacin del sistema. Logrado eseobjetivo, opera ahora un cambio en elciclo econmico-poltico, pasando de unperodo populista-seudodesarrollistaa otro liberal que amenaza eliminarlas concesiones hechas por el anterior

    gobierno. El hecho de que Scioli y Macrihayan sido los principales candidatospresidenciales evidenciaba ya esecambio de ciclo econmico impuesto porla burguesa dominante.

    Los sectores vinculados al gobiernosaliente llaman a defender lasconquistas alcanzadas durante la era

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    kirchnerista olvidando que ese gobiernoreprimi y desalent tambin cualquierforma de organizacin autnoma yhorizontal de los trabajadores. Losconictos de Kraft, Emfer, Gestamp,Las Heras, Lnea 60, Mariano Ferreira,Fuentealba, etc., son slo ejemplos derepresin y persecucin de trabajadores

    efectuada por ese gobierno. Por elcontrario, el kirchnerismo se sostuvo de laburocracia sindical tradicional traidora,la misma que, luego del actual perodode transicin y de reacomodamiento delmapa sindical, pasar seguramente a seraliada del nuevo gobierno macrista comolo hizo con cualquier cambio de gobiernoque se produjo hasta la actualidad.Poco le import al kirchnerismo laorganizacin autnoma de los propiostrabajadores para la defensa de susderechos. La burocracia sindical, la leyantiterrorista y la gendarmera que elpropio kirchnerismo sac a la calle, sonobstculos para las luchas que quieranefectuar los trabajadores durante elmacrismo. Las verdaderas intencionesdel kirchnerismo saliente es volver

    dentro de 4 aos con la promesa dedevolverle a los sectores populares losbenecios que supo tener durante suanterior gobierno.

    En este contexto, se pretende que lostrabajadores sigan siendo pasivosespectadores de los ciclos polticos yeconmicos del sistema capitalista (ciclo

    populista ciclo liberal), viendo mejorarrelativamente su situacin en un casoy retroceder nuevamente en el otro. Seles quiere hacer creer a los trabajadoresque la eleccin y permanencia de unsupuesto buen gobierno es la nicasalida que tienen para obtener algunamejora. De esta manera, se puede

    apreciar que los derechos concedidos porel Estado quedan as supeditados a losciclos del sistema capitalista y quedanlos trabajadores atados al juego polticoplanteado por ese mismo sistema.

    Por el contrario, tal como lo plantea elacuerdo adoptado por la F.O.R.A. en suCongreso fundacional, la nica forma enque los trabajadores puedan mejorar susituacin y no quedar supeditados a losciclos impuestos por el sistema capitalista,es mediante la propia organizacin delos trabajadores y lucha directa contrala patronal. La magnitud y fortalezaque tenga esa organizacin es la nicavariable real y efectiva para lograr quelos trabajadores mejoren sus condicioneslaborales y puedan mantener los mismos.

    De esta manera, no dependern del juegode ciclos polticos y econmicos queimpone el propio sistema. Es por ello quelos trabajadores deben organizarse pararesistir la prxima embestida antiobrerarecurriendo a la accin directa y a lasolidaridad con sus hermanos explotados.

    Leo

    OPININ

    E

    stamos presenciando otro saqueobrutal en donde el pueblo, comosiempre, es vctima de los grupos

    econmicos dominantes. Esta situacinno tiene nada de nuevo, si queremoscomprender en profundidad lo queacontece hoy necesitamos observar elproceso histrico de manera amplia,para dar con las causalidades, constan-tes que nos muestran los ciclos total-mente predecibles del capitalismo, y elpapel que nos hacen jugar las potenciasmundiales en su geomercado.

    Nuestro subcontinente se convierte confuerza en los ltimos aos en exporta-dor de materias, los precios de estas sonimpuestos en otras latitudes, cuandoesos precios estn arriba los negocios delos grandes grupos concentrados giranen torno a la potenciacin del consumo,

    a la produccin o importacin en masade chatarra que es inducida a adquirircon maniobras de deterioro de la mo-neda, y que imposibilita una mejor vidapara el trabajador. Cuando los precios delos commodities caen debido a los mis-mos saqueos brutales dentro de las po-tencias, a las periferias como la nuestrales llega su turno, ese que a los capitalis-tas les gusta denominar crisis. Se rea-liza una transferencia feroz de dinerodesde el bolsillo de los t rabajadores a lossectores poderosos. Estos mantienen oincrementan sus tasas de rentabilidad,y al pueblo se le viene la noche. As ve-mos que cuando se habla de cambio, enrealidad, nunca cambia nada, aunquems adelante destacaremos un hechoque se maniesta durante estos ciclos

    de ajuste, como el que vivimos hoy. An-tes nos interesa manifestar dos cuestio-

    nes que son de sustancial importanciapara garantizar que estos ciclos se suce-dan sin grandes alteraciones. Una, yquizs la mscara ms difcil de quitar,por su nivel de instalacin en las sub-

    jetividad colectiva, es que estos gruposeconmicos, provenientes principal-mente de las grandes potencias, crearonsegn sus necesidades el campo de jue-go donde se desarrolla la realidad ma-terial de nuestras vidas. La democraciarepresentativa, cortina de humo entre elpoder del mercado y sus estructuras yalles de orden terrenal (el aparato es-tatal y sus fuerzas coactivas, las maasque operan polticamente con la socie-dad -gobernantes y sindicalistas a lacabeza-, los medios de comunicacin,la iglesia, etc.) es el escenario del pan ycirco histrico al que somos, el pueblo,sometidos desde siempre.

    Otra cuestin que facilita estos procesosde saqueo que padecemos es nuest-

    ra propia incapacidad de reconocer elpoder latente en el horizonte, es decir,descubrir, que la nica salida real deeste problema ser con nuestros pares,con nuestros compaeros de trabajo,con nuestro coterrneos del barrio, delpueblo. Es este el primer paso, herir demuerte esas falsas sensaciones de espe-ranza puestas en alguien que no est ennuestro horizonte, que no est a nuest-ro lado, sino que nos intenta iluminardesde las alturas y quin, tambin des-de siempre, nos ha conducido tarde otemprano al matadero. Reconocer quenuestra realidad depende de nosotrosmismos, de nuestras decisiones colec-tivas y no individuales ni delegadas,es ya una revolucin poltica y culturalque dada en un pequeo mbito, posi-

    bilita su reproduccin. Toda explosinfsica es una repeticin de asociaciones

    de pequeas partculas. Asociarnos connuestros pares y dejar de obedecer a losalles de los verdaderos poderes es yauna construccin social nueva, un ver-dadero cambio.

    Un efecto colateral de este proceso deajuste brutal que interesa destacar esque se percibe en la sociedad mayordescontento que en los ciclos de altoconsumo, por razones evidentes. Aqu,los medios de comunicacin (creado-res de signos culturales) cobran un pa-pel preponderante, encubriendo infor-macin y tensiones. Pero en la calle, enel trabajo, todava podemos conuir concompaeros que, antes ilusionados conproyectos de gobiernos, caen en descon-anza y se vuelven permisibles a discu-siones ms profundas. Toda una oportu-nidad para nuevas construcciones, quesolo puede ser saboteada por ideologasmezquinas. A quin se le desmoroneuna estructura de creencias, no puede

    ms que entrar en conicto y vislumb-rar nuevas formas de ver el mundo. Sinlo primero, lo segundo es imposible ociertamente aparente. La transmisinde conocimiento hace rato fue destrona-da por las visiones que comprenden quelas cosas tienen que ser vividas (prac-ticadas), reexionadas, asociadas conrealidades prximas, y resinicadas anuevos conceptos. Cmo se manies-ta esto en nuestra realidad cotidiana?,algunas leyes promovidas durante elkirchnerismo, harto defendidas y dis-putadas con pasin por muchas perso-nas anes a ese gobierno, estn siendohoy disueltas con tanta facilidad que,si estas personas se topan con visionespolticas horizontales, autnomas de loscentralismos fascinantes, es ms po-

    sible que nunca el surgimiento de nue-vas formas de prcticas organizativas.

    Creer que esto no es viable es no conaren la humanidad, cuestin que nos ale-ja incluso de nosotros mismos; es tam-bin ponerle techo a la voluntad de luc-ha. Creer que no es posible la dinmica

    ajuste brutal>bronca>nuevos discur-sos>nuevas subjetividades, es no creerincluso en lo dinmico, y que nada pue-de ser cambiado. Tambin es creer quela sociedad que anhelamos va a caer delcielo toda realizada, y no que se trata deuna construccin que llevamos adelan-te a diario mediante nuestras propiasformas de accionar, de desenvolvernosy de comunicarnos. En denitiva, losmedios son los nes.

    La conictividad ir en aumento. Lasmedidas ejecutadas impactan direc-tamente en el poder de adquisicin delos trabajadores y en la subsistencia delos sectores ms relegados. Esta nuevaetapa, en la que la mayora va a perder,es tambin una nueva oportunidad,

    una apuesta a futuro, porque conven-gamos, esta lucha trasciende nuestrascortas vidas. Es importante construirya mismo espacios autnomos y soli-darios en nuestros mbitos cotidianos.La posibilidad, es la que tienen a manomuchas personas de sacarse de encimatanto dirigente dogmtico, sindicalistasentregadores, punteros, caudillos de to-dos los cortes, etc. All debemos estar,quienes conamos en estas metodolo-gas de construccin de organizacin,que representan la sociedad por la queluchamos, ponerlas al alcance, edicaracuerdos que puedan sostenerse y estra-tegias de lucha que generen resistenciahoy y revoluciones maana.

    Gabriel

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    OPININ

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    Hay un largo y escabroso caminoque lleva desde las jornadas delestallido de diciembre de 2001cuando la dupla De La Ra Cavallo de-bi huir de la Casa de Gobierno a raz dela explosin de la convertibilidad peso-dlar, hasta la llegada triunfal luego dela segunda vuelta en la eleccin presi-dencial del empresario Mauricio Macri.

    Mucha sangre y agua han circulado porlas calles y bajo los puentes en la ReginArgentina.

    Los muertos, asesinados por las balasestatales en diversos puntos geogrcosdel pas continan casi sin sepultura. Los

    verdugos civiles y uniformados gozandode su impunidad y la sociedad devastada

    est invadida por la malsana amnesiacomo habiendo borrado del inconcientecolectivo los hechos de ayer: pueblada,asambleas barriales, toma de fbricas,resistencia popular al ajuste.

    En el intermedio se fue recomponiendola maquinaria de dominacin con len-guaje y prcticas polticas variopintas.En la dcada ganada se recompuso elcapitalismo vernculo, instaurndose elmodelo de la megaminera y la soja, elmodelo agroexportador extractivista.

    De De La Ra, pasando por Ramn Puer-ta, Camao, E. Duhalde el gran norma-lizador, bajo cuyo gobierno se perpetra-ron la masacre del Puente Pueyrrednen Avellaneda (junio de 2002) y luego lallegada de N. Kirchner y D. Scioli de la

    DICIEMBRE Y PARADOJAS

    El termino de Semana Trgica sinduda remite a la enorme cantidad

    de obreros asesinados o heridos amanos de las fuerzas represivas, juntocon miles de detenidos y deportados.Pero tambin se remite a este trmino(y no sangrienta) para claricar ladbil situacin del gobierno para po-der contener la airada protesta obrera.Para las clases pudientes, el presiden-te Yrigoyen no estaba a la altura delas circunstancias y por este motivo seabocaron a reprimir a los trabajadoresformando una fuerza parapolicial de-nominada Liga Patritica. Sin embar-go su accionar no fue decisivo, recindespus de una semana de completaparalizacin del trabajo, y con la inter-vencin del Ejrcito, las autoridades pu-dieron aplacar los focos subversivos.

    Los sucesos de 1919 van a marcar un hitoen la historia del movimiento obrero ar-gentino al conferirle un empoderami-ento desconocido hasta el momento. Lasolidaridad proletaria y su actitud com-bativa, reacia a la negociacin con susverdugos, supo poner en riesgo la estabi-lidad del gobierno radical.

    Pero tambin nos parece importantedestacar algunos aspectos que hoy cob-ran particular relevancia. En primerlugar, cuando en pleno auge del conf-licto un puado de dirigentes obreros dela corriente sindicalista, al mando de

    la F.O.R.A. paralela del IX Congreso, sereuni con Yrigoyen, marcando un an-tecedente histrico al pisar la alfombraroja del poder estatal para negociar ellevantamiento de la huelga de maneraunipersonal.

    Segundo, la participacin directa de unjoven militar llamado Juan DomingoPern al mando de un escuadrn de ar-tillera ser un hecho clave en su proce-der poltico futuro, ya que el terror quele produjo ver al pueblo levantado seruna de las causas de su planicacinpoltica de conciliacin de intereses ent-re los trabajadores y los empresarios conel n de mantener una armona socialde carcter nacionalista.

    Por ltimo, la utilizacin de la accin di-recta como forma de proceder de las or-ganizaciones obreras para conseguir susreivindicaciones. La semana de enero de1919 demuestra que nuestro movimien-to obrero no siempre fue tan dcil a losdesignios del Estado, su historia da lapauta de que cuando son los propios tra-

    Enero de 1919LA SEMANA TRGICASintomticos de la pocason los sucesos conocidoscomo la semana sangrientade enero de 1919. Se haban

    declarado en huelga losobreros de los establecimien-tos metalrgicos de Vasena,los huelguistas se sostenanbravamente e impedan elacceso de rompehuelgas.Intervino la polica y matvarios obreros. Fue comouna chispa en todo el pas.La indignacin se des-bord espontneamente.La F.O.R.A. decret el parogeneral, el ms unnime yel ms violento que se hayaregistrado en Buenos Aires.Los trabajadores adqui-rieron entonces ms an laconciencia de su fuerza. Lagran ciudad qued por va-rios das en sus manos.1

    bajadores los que marcan la ruta de suaccionar conere un peligro inminentepara los sostenedores del status quo.

    Al tiempo se dio un cambio de orien-tacin en el movimiento obrero dada por

    las corrientes reformistas y legalistas.Al hallar un interlocutor para sus de-mandas en el Secretario de Trabajo delgobierno militar de 1943 se formul unaalianza poltico sindical de profundatrascendencia que nos leg hasta nuest-ros das un modelo sindical jerrquico,reformista, burocrtico, autoritario ycorrupto, es decir: peronista.

    A das de empezado el ao 2016, elanuncio de despidos se sucede conti-nuamente, y el nuevo Gobierno anticipque su proceder ser de tolerancia ceropara cualquier manifestacin o cor-te de calle. El conjunto de los trabaja-dores se encontrar inminentementeen la disyuntiva de tener que elegir su

    proceder, o apoya a las dirigencias bu-rocrticas tradicionales, que ya estnnegociando un nuevo pacto social conel macrismo, o se retoma la accin di-recta y el federalismo para que sean lospropios proletarios los que decidan susreivindicaciones y su porvenir.

    1 Diego Abad de Santilln, La FORA, pg. 250.

    HISTORICO

    mano de Duhalde, despus CFK-Cobos,Cristina Fernndez y Amado Boudou.

    La dcada ganada deriv en el macrismoexplcito con ayuda de la cpula de laUCR, ms la Coalicin Cvica y adlterescomo Reutemann.

    Macri desembarc en el gobierno del Es-tado argentino, con discurso de manodura y ajuste neoliberal. Hasta ahorarecibe guios de magnates empresarios,capitalistas ganaderos, terratenientes yhasta de algunos burcratas sindicalesque en su lenguaje tan particular le pi-den y ruegan que no se olvide de los tra-bajadores. Descartando toda lucha, ensus lgicas y naturaleza est ser correade transmisin del sistema del capitalmercanca.

    De Diciembre del 2001 y las luchas po-

    pulares resistiendo en las calles a estediciembre de 2015 con tarifazos naciona-

    les, provinciales y municipales en cier-nes para el nuevo ao que se avecina.

    Un largo y escabroso camino de parado-jas. Es para pensar cunto tienen que veren todo esto las polticas y prcticas delTerrorismo de Estado aplicadas desdemediados de la dcada del 70 en el pa-sado siglo XX.

    Lo que vendr es algo ms que el ttulode un tango de Astor Piazzolla, ser unapulseada ms entre dominadores y re-sistentes. Una larga marcha.

    Carlos A Solero

    20 de diciembre de 2015

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    XI CONGRESO DE LA CNTLos fnes revolucionariosde la CNT son irrenunciablesy ahora la organizacines consciente de que debeempezarse ya este camino,

    sin vuelta atrs posible,construido sobre la accinpermanente y no sobrediscursos nostlgicos oeslganes vacos. La CNTse ha defnido como unaorganizacin actual y de

    futuro con estos acuerdos. 1

    Finaliz el XI Congreso del sindicatoCNT, que ha tenido lugar entre losdas 4 y 8 de diciembre en Zaragoza.Para el Secretario General, Martn Para-delo, partimos de la base de que la cla-se obrera ha dejado de reconocerse comosujeto. Es fundamental reconstruir yreformular los lazos comunitarios parapoder tener capacidad de transformarla sociedad. Con este Congreso hemosconseguido pulir nuestras tcticas yestrategias, lo que nos permitir ser unaherramienta de lucha ecaz en cada vezms empresas y sectores.Tras intensos debates, tanto en las co-misiones de refundicin como en elplenario, se han abordado y alcanzadoacuerdos con mayoras amplias.El domingo se aprob la refundicin delos Principios, Tcticas y Finalidades,que rearman a la CNT como orga-nizacin anarcosindicalista, revolucio-naria y tambin feminista, adems derechazar explcitamente las nuevas y

    viejas supersticiones.

    En la jornada del lunes se discutieron yaprobaron el grueso de las refundicionesdesarrolladas por las comisiones: accin

    social, accin sindical, comunicacin,patrimonio, internacionalismo y ya demadrugada, la normativa orgnica.Los acuerdos alcanzados destacan porpreparar a la organizacin ante la prob-lemtica laboral y social ms complejacomo los despidos colectivos, la situacinde autnomos y falsos autnomos o larecuperacin y cooperativizacin deempresas, con un especial hincapi enaquellos espacios desatendidos por elsindicalismo de concertacin y de rep-resentacin unitaria. Se crean rganosespeccos de anlisis econmico y deautogestin de la sociedad desde la pers-pectiva del comunismo libertario.Se hace especial nfasis en las cues-tiones de gnero, fomentando la elimi-nacin de discriminaciones directas eindirectas y articulando tablas reivin-dicativas orientadas a la correlatividadde tareas. Por su parte, el Gabinete Tc-nico Confederal refuerza las reas de

    jurdica y economa y las ampla a socialy salud laboral. En los despidos colecti-vos y EREs se articulan estrategias paraque la empresa se haga cargo del daocausado y no pueda eludir su respon-

    Boletn gremial de las Sociedadesde Resistencias de Ofcios Varios

    Adheridas a la F.O.R.A.

    Ocios Varios de Coln, Entre Rios:

    Ocios Varios de Rosario:

    Ocios Varios de la Comarca Andina:

    Ocios Varios de Capital, C.A.B.A.:

    Ocios Varios de Zona Norte, GBA:

    Ocios Varios de Neuqun:

    Ocios Varios de Baha Blanca:

    Ocios Varios de Lomas de Zamora, GBA:

    sabilidad. CNT potenciar el empleoimpulsando las asambleas de parados ybolsas de trabajo en los sindicatos.CNT propone una comunicacin integraladaptada a las nuevas tecnologas, queoptimice la divulgacin de su mensajeen la clase trabajadora. En materia in-ternacional se reforzarn las relacionescon las organizaciones anarcosindica-listas con las que ya vena realizando untrabajo conjunto en materias laborales ysociales.

    Comisin de Comunicacindel XI Congreso de CNT

    1 Entrevista al Secretario General de la CNT.

    (www.cnt.es).