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UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE KINESIOLOGÍA
Orientación Empática de los Estudiantes de Kinesiología de dos Escuelas de la Región
Metropolitana.
Sebastián Castañeda Barthelemiez – Rodrigo Parraguez Infiesta
2006
ORIENTACIÓN EMPÁTICA DE LOS ESTUDIANTES DE KINESIOLOGÍA DE DOS ESCUELAS DE LA REGIÓN METROPOLITANA.
Tesis Entregada a la
UNIVERSIDAD DE CHILE En cumplimiento parcial de los requisitos
para optar al grado de LICENCIADO EN KINESIOLOGIA
FACULTAD DE MEDICINA
por
Sebastián Alberto Castañeda Barthelemiez – Rodrigo Alejandro Parraguez Infiesta
2006
DIRECTOR DE TESIS: Kinesióloga Ana María Rojas Serey
PATROCINANTE DE TESIS: Profesora Sylvia Ortiz Zúñiga
FACULTAD DE MEDICINA
UNIVERSIDAD DE CHILE
INFORME DE APROBACION
TESIS DE LICENCIATURA
Se informa a la Escuela de Kinesiología de la Facultad de Medicina que la Tesis de
Licenciatura presentada por los candidatos:
Sebastián Alberto Castañeda Barthelemiez – Rodrigo Alejandro Parraguez Infiesta Ha sido aprobada por la Comisión Informante de Tesis como requisito para optar al grado de Licenciado en Kinesiología, en el examen de defensa de Tesis rendido el (fecha)________________________________________________ DIRECTOR DE TESIS Kinesióloga Ana María Rojas Serey ________________________________ COMISION INFORMANTE DE TESIS. NOMBRE FIRMA _________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________
A mis padres, Juany y Joel
A mis hermanos Joel y Juan Pablo
Los amo
Sebastián
A mis padres, Cecilia y Fermín
A mis hermanos
Y a ti preciosa
Gracias por todo
Los amo
Rodrigo
AGRADECIMIENTOS
Ante todo queremos dejar en claro que sin la Profesora Ana María Rojas esta
investigación no se podría haber llevado a cabo. Esto porque confió en nosotros y nos
apoyó incondicionalmente durante todo el proceso. Sinceramente, gracias por su
comprensión, entrega y eterna disposición; por su paciencia y amistad.
A la Profesora Elizabeth Wenk Wehmeyer, Vicedecana de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Chile, por su apoyo y valiosos consejos.
Al Profesor Juan Brunstein, por darnos todas las facilidades posibles.
Al Profesor Miguel Ángel Cumsille, por su ayuda estadística.
De la Universidad Mayor, a la Profesora María Elisa Bazán por su apoyo y buena
disposición hacia esta investigación; al Profesor Fernando Lira por su confianza y por
permitirnos trabajar con los alumnos de la Universidad y a todos los profesores que
cedieron parte de sus clases para la toma de datos.
INDICE • RESUMEN
……………………………………………………………………..……..i • ABSTRACT
…………………………………………………………………….……...ii I. INTRODUCCIÓN
…………………………………………………………………….……..1,2 II. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
………………………………………………………………….………....3 III. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
………………………………………………………………….………....4
IV. JUSTIFICACIÓN DEL PROBLEMA ………………………………………………………………….……......5, 6
V. LIMITACIONES DEL PROYECTO ………………………………………………………………….………....7
VI. MARCO TEÓRICO i. Kinesiología
…………………………………………………..…..…...8, 9 ii. Supuestos subyacentes al conocimiento y práctica de la
Kinesiología ………………………………….…………………….......10
iii. Empatía ……………………………………………….…….....11,12,13
iv. Escala de Empatía Médica de Jefferson ………………………………………………...……..13,14, 15
v. Estudiante y Educación en Kinesiología
...………………………………………………….........15, 16
VII. OBJETIVOS i. General
………………………………….…………………….......17
ii. Específicos ………………………………….…………………….......17
VIII. HIPÓTESIS ………………………………………………….…………………….......17
IX. MATERIAL Y MÉTODO i. Diseño de Estudio
………………………………….…………………….......18
ii. Definición de las Variables ………………………………….…………………….......18
iii. Variables Desconcertantes ………………………………….…………………….......18
X. METODOLOGÍA
i. Participantes ………………………………….…………………….......19
ii. Procedimiento ………………………………….……………………....19,20
XI. RESULTADOS i. Según Nivel de Carrera
………………………………….…………………….......21
ii. Según Sexo ………………………………….…………………….......21
XII. CONCLUSIONES ………………………………………………….…………………….......24
XIII. DISCUSIÓN ………………………………………………….……………………24,25,26
XIV. PROYECCIONES ………………………………………………….…………………….......26
XV. BIBLIOGRAFÍA
………………………………………………………………........27,28,29,30
XVI. APÉNDICE ………………………………………………….………………….…...31, 32
XVII. ANEXO ………………………………………………….…………………….......33
LISTA DE TABLAS
• TABLA I: Porcentajes de Respuesta de la EEMJ en relación al universo ………………………………………………….…………………….......19
• TABLA II: Distribución de alumnos según Nivel y Universidad
………………………………………………….…………………….......31
• TABLA III: Distribución de alumnos según Sexo y Universidad ………………………………………………….…………………….......31
LISTA DE FIGURAS
• FIGURA I ………………………………………………….…………………….......22
• FIGURA II
………………………………………………….…………………….......22
• FIGURA III ………………………………………………….…………………….......23
• FIGURA IV ………………………………………………….…………………….......32
• FIGURA V ………………………………………………….…………………….......32
RESUMEN
Objetivo: Conocer la Orientación Empática de los alumnos de la carrera de Kinesiología de
dos escuelas de la región metropolitana.
Diseño: Este trabajo corresponde a una investigación descriptiva de corte transversal
Participantes: De los 351 alumnos de los niveles I, III y V de la carrera de kinesiología de
la Universidad de Chile y Universidad Mayor, 274 participaron.
Método: Se aplicó la Escala de Empatía Médica de Jefferson (EEMJ) a los alumnos
participantes. Se usó el programa computacional estadístico SPSS 14.0 para el análisis de
los datos, mediante la prueba U no paramétrica de Wilcoxon-Mann-Whitney y la prueba no
paramétrica de Kruskal-Wallis.
Resultados: Se obtuvieron mayores puntajes en la EEMJ con significación estadística en el
tercer y quinto nivel de la carrera con relación al primero (p < 0,05). Las mujeres de ambas
universidades en conjunto obtuvieron mayor puntaje que los hombres. La comparación del
puntaje con el sexo en ambas universidades por separado (sin comparar nivel) no arrojó
resultados significativos para ninguna de ellas.
Conclusiones: Existen mayores puntajes obtenidos en la EEMJ a medida que los alumnos
están en niveles más avanzados de la carrera de kinesiología siendo esta diferencia
significativa en ambas universidades. Los puntajes obtenidos en la EEMJ no tienen
significación estadística en relación a la variable sexo en ambas universidades.
Palabras claves: Empatía, Orientación empática, Escala de empatía medica de Jefferson (EEMJ).
i
ABSTRACT
Objective: To explore the empathetic orientation among physical therapy’ students in two
schools of Región Metropolitana.
Design: Descriptive Cross-sectional study
Participants: Of 351 students from the first, third and fifth years of the Physical Therapy's
career from the Universidad de Chile and the Universidad Mayor, 274 participated.
Method: The Jefferson Scale of Physician Empathy (JSPE) was used. SSPS 14.0 version
software was used for the statistical analysis, through the U-non parametric Wilcoxon-
Mann-Whitney Test and non parametric Kruskal-Wallis Test.
Results: Higher scores with statistical significance were obtained in the JSPE in the third
and fifth level in relation with the first (p < 0,05). Women of both universities obtained
higher scores than men. Comparison of the score with the gender at separated universities
(comparing no level) did not get significant results for any of them.
Conclusion: Higher scores were obtained in the JSPE as students are in advanced years of
the physical therapy career, being this difference statistically significant in both
universities. Scored got in the JSPE doesn’t have statistical significance with the gender in
both universities.
Keywords: Empathy, Empathetic Orientation, Jefferson Scale of Physician Empathy
(JSPE).
ii
I. INTRODUCCIÓN
La empatía es una compleja forma de deducción psicológica en la que la
observación, la memoria, el conocimiento y el razonamiento se combinan para producir una
idea de los pensamientos y sentimientos de otros. Las perspectivas evolutiva, del desarrollo,
social y de la neurociencia han insistido en la importancia para la supervivencia de los
refuerzos positivos en las relaciones interpersonales, y en comprender las emociones,
deseos e intenciones de uno como así también de otros (Jackson y cols., 2005).
El significado etimológico de la palabra empatía ha sufrido muchas modificaciones
a través del tiempo y se ha ido integrando a muchas áreas, entre las cuales destaca el área
de la salud como una de las más recientes. La empatía dentro del área de la salud ha sido
definida como una cualidad netamente cognitiva, ya que un componente afectivo como la
simpatía, si es excesivo, interfiere con la objetividad del diagnóstico y del tratamiento
(Fields y cols., 2004; Hojat y cols., 2002c).
Durante el transcurso de la carrera de Kinesiología, se ha visto que algunos alumnos
logran de manera satisfactoria el conocimiento y las habilidades prácticas en el ámbito
académico, pero tienen dificultad en actuar adecuadamente en el ámbito clínico.
Deficiencias en habilidades conductuales o afectivas como elevados niveles de ansiedad,
incapacidad de interpretar o utilizar una adecuada retroalimentación y dificultad de
aprender de los errores, son a menudo la fuente subyacente a los problemas de desempeño
(Jette y Portney, 2003).
Investigaciones relacionadas con el tema indican que la empatía se asocia a una
serie de atributos como el grado de satisfacción y la competencia en anamnesis entre otros,
lo que lleva en conjunto a tener mejores relaciones terapéuticas y buenos resultados clínicos
(Hojat y cols., 2002c).
Por lo señalado anteriormente, se hace necesario la evaluación de estas
competencias donde la orientación empática es una de las principales, sobre todo cuando se
reconoce su necesidad en la formación del profesional de la salud pero se ignora, al menos
en nuestras escuelas y a nivel profesional, cuál es el nivel de desarrollo de ésta. La
existencia de un instrumento capaz de poder darnos una aproximación de qué nivel de
orientación empática puede tener un profesional de la salud es por lo tanto de un enorme
valor, más aún cuando se encuentre absolutamente enfocada a la relación médico paciente.
1
Ésta ha sido desarrollada en la Escala de Empatía Médica de Jefferson, un instrumento que
logra medir orientación o actitud empática dentro del área de la salud, que deriva de una
extensa revisión bibliográfica, estudios piloto, amplia utilización en otros países (Alcorta-
Garza y cols., 2005; Fields y cols., 2004; Hojat y cols., 2002a, 2002b, 2002c, 2005;
Mangione y cols., 2002) y dos estudios en nuestro país en la carrera de medicina (Carvajal
y cols., 2004; Junge y Navarrete, 2003). Este instrumento ha sido traducido al español y
validado para estudiantes latinos el año 2004 en 1.022 estudiantes de medicina en la ciudad
de Monterrey, México (Alcorta-Garza y cols., 2005).
Se realizó un estudio piloto a 30 alumnos de los niveles no participantes en la
investigación para determinar la comprensión del instrumento. Posterior al estudio piloto se
aplicó la EEMJ a estudiantes de kinesiología de primer, tercer y quinto nivel de dos
escuelas de la Región Metropolitana.
Se hace necesario investigar más sobre la orientación empática en el transcurso de la
carrera, confirmar si la orientación realmente mejora a través de los años de formación con
un estudio longitudinal y establecer alguna relación con las demás carreras del área de la
salud, para poder descubrir los elementos que promueven esta característica y las
estrategias de intervención que se pueden diseñar en base a estos hallazgos.
2
II. PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
¿Existen diferencias en el nivel de orientación empática entre los estudiantes de
primero, tercero y quinto año de la carrera de Kinesiología de dos escuelas de la Región
Metropolitana?
3
III. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
Hasta hace poco los estudiantes raramente veían pacientes antes del tercer año de la
carrera. Hasta entonces, los valores altruistas y las inclinaciones humanistas de los alumnos
que ingresan a las carreras del área de la salud pueden cambiar debido a la atmósfera
competitiva y a la malla curricular existente de alto predominio fisiopatológico (Spiro,
1992). Incluso cuando los pacientes estaban discutiendo con los estudiantes, estos últimos
se referían a ellos como “el caso” en vez de “el paciente” (Field y cols., 2004). A pesar de
la importancia de la empatía en la relación profesional de la salud-paciente, ha habido una
ausencia de investigación empírica del concepto y sus implicancias en los resultados
clínicos del paciente. En función de esta necesidad emergente, se creó la Escala de Empatía
Médica de Jefferson (Jefferson Scale of Physician Empathy – JSPE), un instrumento para el
idioma inglés con amplia literatura referente a estudios del ámbito clínico, cuya validez y
confiabilidad ha sido ampliamente demostrada. Este instrumento también ha sido validado
para la lengua española, en un estudio realizado en México el año 2004 (Alcorta-Garza y
cols., 2005). Sin embargo, estos estudios han sido realizados en médicos y enfermeras por
lo que existe nula investigación sobre empatía en nuestro país y en el extranjero en la
carrera de Kinesiología. En Chile sólo existen dos estudios realizados que tuvieron el
objetivo de medir el grado de empatía en estudiantes e internos de la carrera de medicina
(Carvajal y cols., 2004; Junge y Navarrete, 2003). Es por eso que realizamos este primer
trabajo en nuestra carrera para poder abrir una nueva línea de investigación en relación a
este tema, y de ese modo, aportar e incentivar la creación de futuros proyectos y analizar el
impacto de estrategias educativas dirigidas a aumentar la empatía, con beneficios
potenciales para el desarrollo del profesional de la salud y el bienestar de sus pacientes
(Alcorta-Garza y cols., 2005; Hojat y cols., 2002c).
En este trabajo se mide la orientación empática en tres cursos de la carrera de
kinesiología de dos escuelas de la región metropolitana, para de esta manera poder conocer
el comportamiento de esta variable en los distintos niveles de la carrera. Se establecen
relaciones entre los puntajes obtenidos en la muestra y las variables “nivel de carrera” y
“sexo” y se contrastan estos hallazgos con las referencias extranjeras, en otros estudiantes
del área de la salud.
4
IV. JUSTIFICACIÓN DEL PROBLEMA
Los estudiantes de la carrera de kinesiología se embarcan en un viaje que los llevará
a ser profesionales con idealismo y entusiasmo para mejorar la calidad de vida de sus
pacientes. A pesar de la intención de la mayoría de las escuelas de carreras de la salud de
cultivar esas cualidades, es irónico que algunas investigaciones hayan demostrado que para
el período comprendido entre el primer trimestre del 2004 y el mismo trimestre para el año
2005, el 20.3% de los reclamos dirigidos al área salud en el Servicio Nacional del
Consumidor, apunta a la mala prestación de servicios (Boada y Méndez, 2005); cosa que no
debería ocurrir si los profesionales que prestan dicho servicio fueran más empáticos con sus
pacientes, entre otras razones.
Se ha argumentado que los avances tecnológicos en el tratamiento de las
disfunciones ha opacado la práctica de sanar en sí, la que está radicada en establecer una
relación de confianza con el paciente. El tratamiento de un proceso fisiopatológico puede
no requerir comunicación, empatía o compasión, pero el cuidado de los pacientes en el
contexto de sus enfermedades de hecho necesita un toque humanitario (Hojat y cols., 2001).
Además se ha demostrado que existe una disminución en el humanitarismo,
entusiasmo e idealismo entre estudiantes de medicina durante sus años de estudio (Maheux
y Beland, 1986). También se ha informado que el énfasis de la educación médica moderna
en la objetividad emocional del médico, la distancia afectiva y la neutralidad clínica (Evans
y cols., 1993; Coulehan y Williams, 2001) pueden ser malinterpretados, contribuyendo así a
la disminución de la orientación empática entre estudiantes de medicina, y de última forma
influenciando la compasión de los médicos (Starr, 1982; Ludmerer, 1999). ¿Es razonable
esperar un comportamiento similar a lo descrito en el extranjero en medicina, en las demás
carreras del área de la salud? ¿Ocurrirá lo mismo en nuestro país? ¿Ocurrirá también en la
carrera de Kinesiología?
Por otro lado, estudios con enfermeras han demostrado que los niveles de
orientación empática en comparación con médicos mujeres a pesar de no tener variaciones
significativas en los puntajes totales del EEMJ (Escala de Empatía Médica de Jefferson),
difieren en algunos aspectos de la empatía, los que necesitan ser tomados en consideración
en su educación profesional (Fields y cols., 2004).
Se ha discutido en la investigación sobre educación médica la importancia de la
empatía como el origen de una positiva relación profesional de la salud-paciente
5
(DiMatteo, 1979; Spiro y cols., 1993; Levinson, 1997; Neuwirth, 1997) y como un factor
contribuyente en mejorar los resultados del cuidado del mismo (Nightingale y cols., 1991;
Jackson, 1992; Hudson, 1993). La Association of American Medical Colleges incluye la
empatía entre los objetivos educacionales de las escuelas del área de la salud en Estados
Unidos enfatizando que éstas deberían procurar educar profesionales de la salud altruistas,
compasivos y empáticos en el cuidado de sus pacientes y que puedan entender las
perspectivas de los mismos (Hojat y cols., 2005).
Trabajos con estudiantes de medicina han indicado que las aptitudes empáticas
pueden ser aumentadas significativamente mediante un enfoque empático durante la
enseñanza, particularmente si este enfoque está inmerso en las experiencias de los
estudiantes con pacientes (Mercer y Reynolds, 2002).
No existen en la literatura revisada estudios que midan este aspecto en la formación
de Kinesiólogos, Obstetras, ni Tecnólogos Médicos. Por otra parte tampoco existen trabajos
en las carreras antes mencionadas de nuestro país en los cuales se haya probado la escala de
Jefferson, instrumento que es conocido, está validado en su país de origen y es ampliamente
utilizado en países de habla inglesa. Es por esto que hemos considerado trascendente
comenzar una línea de estudio que permita a largo plazo medir el comportamiento de la
orientación empática de los estudiantes de nuestra carrera, aportando un diagnóstico inicial
respecto del nivel de desarrollo de esta variable en la formación del kinesiólogo.
6
V. LIMITACIONES DEL ESTUDIO
Un factor que dificultó la normal realización de esta investigación fue la dificultad
de agrupar a la muestra debido a que muchas veces todos los integrantes de un mismo nivel
no se encontraban en el mismo espacio físico. Esto ocurrió particularmente en el quinto
nivel de la carrera, debido a que los estudiantes se encontraban realizando sus actividades
de internado clínico en los diferentes centros de salud de la región metropolitana.
El hecho de ocupar un instrumento previamente validado nos indica que la relación
entre lo que un ítem mide y lo que la persona que lo responde cree que mide se cumple. A
pesar de esto existe la posibilidad de que un individuo haya respondido condicionadamente
basándose en el “Yo debería hacer” y no en el “Yo haría”. Es por esto que se aseguró a los
estudiantes que respondieron la prueba, la confidencialidad de la misma y que todas las
respuestas son posibles, no habiendo respuestas correctas o incorrectas, sino que, distintos
tipos de respuestas.
Por último, es necesario aclarar que el objetivo de este estudio no fue medir la
evolución de la orientación empática, ya que en esta ocasión no se realizó un seguimiento
temporal de cada uno de los estudiantes que realizaron la prueba, sino que sólo se hizo una
medición única en los distintos niveles de la carrera. Esto no nos permite inferir si los
hallazgos encontrados se deben a una acción docente específica ni si ésta es influida por el
currículo oculto o no de cada escuela ya que el estudio se hizo en sujetos diferentes,
mostrando sólo una realidad en un instante específico.
7
VI. MARCO TEÓRICO
i. Kinesiología
La naturaleza de la kinesiología está en proveer servicios a las poblaciones y su
gente para desarrollar, mantener y restaurar máximas capacidades de movimiento y
funcionalidad a través del período de vida. La kinesiología incluye la entrega de servicios
en circunstancias donde el movimiento y la función están amenazados por efectos del
envejecimiento o de una lesión o enfermedad. El movimiento funcional y completo es el
centro de lo que significa estar sano. La kinesiología está relacionada con la identificación
y la maximización del potencial de movimiento, en los campos de la promoción,
prevención, tratamiento y rehabilitación. Ésta incluye la interacción entre el kinesiólogo, el
paciente, su familia y cuidadores, en un proceso de determinación del potencial de
movimiento y en el establecimiento de acuerdos en relación a las metas y objetivos usando
el conocimiento y las habilidades únicas de estos profesionales.
La visión particular de los kinesiólogos respecto del cuerpo humano, de su potencial
y sus necesidades de movimiento es vital en la determinación de un diagnóstico y de una
estrategia de tratamiento.
La Kinesiología es un servicio sólo entregado por o bajo la dirección o supervisión
de un kinesiólogo e incluye una Evaluación, Diagnóstico Kinésico, Planificación e
Intervención y Re-Evaluación.
La Evaluación incluye tanto el examen de individuos o grupos con impedimentos
actuales o potenciales, limitaciones funcionales, discapacidades u otras condiciones de
salud mediante la anamnesis, screening y el uso de pruebas específicas y mediciones en un
proceso de razonamiento clínico.
El Diagnóstico Kinésico aparece del examen físico y la evaluación y representa el
resultado de los procesos de razonamiento clínico. Esto puede ser expresado en términos de
disfunción de movimiento o puede incluir categorías de impedimentos, limitaciones
funcionales, capacidades / discapacidades o síndromes.
Ya que la experiencia de la discapacidad es única para cada individuo, no sólo
porque la manifestación concreta de la enfermedad, desorden o lesión es única, sino porque
esa condición de salud está influida por una compleja combinación de factores, se hace
imposible tener un idioma común para abarcar las necesidades integrales de cada individuo,
8
y esto no sólo porque las experiencias individuales de discapacidad son únicas, sino porque
las percepciones y actitudes hacia la discapacidad son muy relativas (Egea y Sarabia,
2001). Debido a lo anterior se ha descrito en el paradigma biopsicosocial de la salud la
importancia de otros factores, más allá de los fisiopatológicos. La Organización Mundial de
la Salud (OMS), acorde a su constitución de 1948, define salud como “un completo estado
de bienestar físico, mental y social”. Esta definición de salud, unida con la noción del
paradigma biopsicosocial de salud y enfermedad, sugiere que el conocimiento y las
habilidades requeridas para un cuidado efectivo incluye, pero a su vez se extiende de los
límites del conocimiento de la estructura y función de los órganos de cuerpo. Es por eso
que el acto de sanar ocurre cuando la ciencia de la kinesiología (que corresponde al aspecto
biomédico de la disfunción) y la práctica de ésta (aspecto psicosocial de la enfermedad)
emergen como una sola disciplina (Hojat y cols., 2001).
La Planificación comienza con la determinación de la necesidad de intervenir y
normalmente lleva al desarrollo de un plan de tratamiento, incluyendo resultados
cuantificables negociados en conjunto con el paciente, su familia o cuidadores.
Alternativamente puede llevar a que éste sea referido a otra especialidad en casos en que la
kinesiología es inapropiada o insuficiente.
La Intervención es implementada y modificada en pro de alcanzar los resultados
acordados y puede incluir terapia manual; terapia física, electroterapia y agentes mecánicos;
kinesiología funcional; entrega de ayudas o implementos; instrucciones y consejos al
paciente; documentación, coordinación y comunicación con el mismo y su familia. La
intervención puede también estar dirigida a la prevención de impedimentos, limitaciones
funcionales, discapacidades y lesiones incluyendo la promoción y mantención de la salud,
calidad de vida y condición física en todas las edades y grupos sociales.
La evaluación exige una Re-Evaluación con el propósito de cuantificar los
resultados obtenidos.
Que la intervención terapéutica que realiza el kinesiólogo tenga o no éxito va a
depender de diferentes factores, como el conocimiento íntegro del paciente y de su entorno,
de su personalidad, de los modos que tiene de enfrentar su discapacidad y de la
colaboración que entregue él y su familia durante el desarrollo del proceso. Aunque esto
esté presente, según nuestra opinión, sólo se puede lograr si el kinesiólogo posee las
estrategias comunicacionales y habilidades empáticas necesarias y la capacidad de poder
transmitir todas esas cualidades al paciente.
9
ii. Supuestos subyacentes al conocimiento y práctica de la Kinesiología
Los siguientes supuestos están incluidos en esta descripción y reflejan los tópicos
centrales de la kinesiología.
Movimiento: La capacidad de moverse es un elemento esencial de salud,
aprendizaje y bienestar. El movimiento es dependiente de la función coordinada e integrada
del cuerpo humano a distintos niveles.
Individuo: Los individuos tienen la capacidad de cambiar como resultado de sus
respuestas a factores físicos, psicológicos, sociales y ambientales. Cuerpo, mente y espíritu
contribuyen a la visión de los individuos de si mismos y les permite desarrollar conciencia
de sus propias necesidades de movimiento y metas.
Interacción: La interacción busca conseguir una comprensión mutua entre el
kinesiólogo y el paciente y su familia o cuidadores y forma una parte integral de la
kinesiología. La interacción es un pre-requisito para un cambio positivo en la conciencia
corporal y en patrones de movimiento que puedan promover salud y bienestar. A menudo
implica el trabajo inter-disciplinario en la determinación de necesidades y planteamiento de
metas para la intervención kinésica y reconoce al paciente como un participante activo en
este proceso.
Autonomía Profesional: La educación profesional prepara kinesiólogos para
ejercer de forma autónoma. Esta autonomía profesional es posible para los kinesiólogos a
medida que ellos trabajan con pacientes y sus familias o cuidadores, para alcanzar un
diagnóstico que guiará su intervención.
Diagnóstico: El diagnóstico en kinesiología es el resultado de un proceso de
razonamiento clínico el que se logra a través de la identificación de un impedimento real o
potencial, limitaciones funcionales y discapacidades. El propósito del diagnóstico es guiar a
los kinesiólogos en la determinación de un pronóstico e identificación de las estrategias de
intervención más apropiadas para los pacientes y en informarlos tanto a ellos como a sus
familias o cuidadores. En el proceso de lograr un diagnóstico completo, el kinesiólogo
puede necesitar información adicional de otros profesionales. Si este proceso revela
hallazgos que no están en el espectro de acción, conocimiento, experiencia o experticia
kinésica, el kinesiólogo puede referir a su paciente a un profesional adecuado (WCPT,
1995).
10
iii. Empatía
Derivada de la voz griega em – patheia, literalmente “sentir en” o “sentir dentro”.
La palabra empathy existe en inglés desde 1904, fecha en que la Webster la recoge por
primera vez en su diccionario, evolucionando a través del tiempo, después de algunos
cambios menores, a su acepción actual de “La acción y la capacidad de ser sensible a,
comprender o darse cuenta de, los sentimientos, pensamientos y experiencias de otra
persona, sin que esos sentimientos, pensamientos y experiencias hayan sido comunicados
de una manera objetiva o explícita (Gonzalez de Rivera, 2005)”. Su equivalente alemán
“Einfühlung” es probablemente mucho más antiguo, porque Freud lo usa con facilidad a lo
largo de sus escritos. Es precisamente la traducción de James Strachey de la obra de Freud
la que dio relevancia a una palabra relativamente poco usada hasta entonces en otros
idiomas.
El diccionario de la Real Academia Española incluye la palabra empatía sólo en su
21 edición (DRAE, 1992). En la 22 edición (DRAE, 2001) finalmente su definición queda
como: “Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.”
La empatía, desde un punto de vista de la neurociencia, es una compleja forma de
deducción psicológica en la que la observación, la memoria, el conocimiento y el
razonamiento se combinan para producir una idea de los pensamientos y sentimientos de
otros. Desde los prismas evolutivo, del desarrollo, social y de la neurociencia han insistido
en la importancia para la supervivencia de los refuerzos positivos en las relaciones
interpersonales, y en comprender las emociones, deseos e intenciones de uno como así
también de otros (Jackson y cols., 2005).
Diversos autores de distintas áreas han propuesto varias definiciones de empatía;
pero hay 2 componentes que son consistentes a lo largo de estas numerosas
conceptualizaciones. Uno se refiere a una respuesta afectiva hacia otra persona, la que a
veces, pero no siempre, implica compartir el estado emocional de esa persona (Jackson y
cols., 2005); y otra que se refiere a una capacidad cognitiva de poder tomar el punto de
vista de otra persona mientras se mantiene diferenciada a su vez una persona de otra
(Jackson y cols., 2005).
Con todos los avances realizados en distintas áreas sobre la empatía, ésta está siendo
reconocida como importante en el cuidado médico. Se ha especulado a través de la
investigación médica que la empatía puede promover la mejoría (Hudson, 1993; Jackson,
11
1992; Nightingale y cols., 1991). Suchman (1997) declara que la empatía puede ser
terapéutica intrínsecamente, debido a que ayuda al paciente a sentirse entendido, animado y
aliviado. Pacientes quienes sienten que el doctor entiende lo que ellos están
experimentando proveen una mejor historia, se adhieren a recomendaciones y tratamientos
y sanan más rápido (Bellet y Maloney, 1991)
Fuera del campo de la medicina, la empatía es esencialmente un modo afectivo de
comprensión la cual implica ser movido por las experiencias de otro. Por el contrario, un
grupo de la Society for General Internal Medicine define empatía como “el acto correcto de
reconocer el estado emocional de otro sin experimentar ese estado”. Es evidente que los
médicos no pueden experimentar completamente el sufrimiento de cada paciente, sin
embargo, el punto que dice que los médicos no “experimentan ese estado” es
presumiblemente, para enfatizar que la empatía es una forma de conocimiento intelectual
más que emocional (Markakis y cols., 1999).
Esto se relaciona con la definición que se establece más tarde en The American
Journal of Psychiatry, en donde se establece que la empatía en la relación profesional de la
salud-paciente es “un atributo cognitivo que implica la capacidad de entender las
perspectivas y experiencias internas del paciente y la habilidad de comunicar esta
comprensión (Fields y cols., 2004; Hojat y cols., 2001; Hojat y cols., 2002c; Hojat y cols.,
2004, Hojat y cols., 2005b)”. Esto asume que el hecho de experimentar emociones no es de
importancia para comprender qué está sintiendo el paciente.
Esta reciente definición es consistente con la literatura clínica del siglo XX, la que
define la empatía profesional como puramente cognitiva, contrastándola con la simpatía.
Aunque los conceptos de empatía y simpatía están a menudo dentro de una misma
canasta terminológica (Fields y cols., 2004), deberían ser distinguidos en situaciones de
cuidado de pacientes. Ambos conceptos involucran compartir, pero los profesionales de la
salud empáticos comparten su comprensión, mientras que profesionales de la salud
simpáticos comparten sus emociones con los pacientes. Estos dos conceptos no funcionan,
sin embargo, independientemente (Hojat y cols., 2001; Hojat y cols., 2002c) .
La simpatía tiene un matiz de connivencia y tácita aprobación del otro, pero carece
de esa comprensión íntima característica de la empatía. En la simpatía la barrera entre el si
mismo y el otro se difumina tanto que ya no es posible hacer un juicio de valor sobre la otra
persona, sino tan sólo sobre su situación o sentimientos; dos personas en empatía están de
acuerdo sin proponérselo ni esforzarse y experimentan un positivo afecto el uno por el otro.
12
La antipatía es precisamente lo contrario, y constituye la base del desacuerdo y rechazo
automático y espontáneo del otro (Gonzalez de Rivera, 2005).
La investigación indica que la empatía ha estado relacionada, teóricamente o
empíricamente, a un número de atributos, como el respeto, el comportamiento prosocial,
razonamiento moral, buenas actitudes hacia pacientes ancianos, una baja tasa de demandas
laborales por mala práctica, competencia en anamnesis y realización de examen físico,
grado de satisfacción del paciente y del médico, mejores relaciones terapéuticas y buenos
resultados clínicos (Hojat y cols., 2002c; Hojat y cols., 2005b, Shermam y Cramer, 2005).
Sin embargo, la función de la empatía no es simplemente etiquetar estados
emocionales, sino que reconocer cómo se siente experimentar algunas cosas (Halpern,
2003).
Hay una creciente cantidad de evidencia que sugiere que la empatía incrementa
directamente la eficacia terapéutica. Una comunicación “comprometida” ha sido
relacionada con disminución de la ansiedad en los pacientes, y para una variedad de
enfermedades, la disminución de ansiedad ha sido relacionada a efectos psicológicos y
mejores resultados. También estudios evidencian que los pacientes confían en los médicos
que responden a su ansiedad con sensibilidad; la confianza ha sido asociada con una mejor
adherencia a los tratamientos, conllevando finalmente a mejores resultados terapéuticos
(Rietveld, 1998; Frasure-Smith y cols., 1995; Roter y cols., 1997).
iv. Escala de Empatía Médica de Jefferson
A pesar del rol mediático que la empatía puede jugar en mejorar los resultados
clínicos, hay relativamente pocos estudios empíricos dentro de la literatura de carácter
clínico. Una de las razones de esta escasez es la ausencia de una medición operacional de la
empatía que sea específica para la relación profesional de la salud-paciente.
Entre los pocos instrumentos para la medición de la empatía en la población están el
Interpersonal Reactivity Index, IRI desarrollado por Davis, la Hogan Empathy Scale, y
Emotional Empathy, desarrollada por Mehrabian y Epstein. Unos pocos métodos de
medición de empatía han sido desarrollados para su uso en enfermería, éstos incluyen la
Empathy Construct Rating Scale, la Empathic Understanding of Interpersonal Proceses
Scale, el empathy Subtest of the Relation Inventory, y el Empathy Test. Ninguna de estas
13
escalas están específicamente desarrolladas para medir la empatía médica y, por lo tanto
puede que no capturen la esencia de la atención empática hecha por los profesionales de la
salud.
Recientemente, Hojat y sus colegas del Center for Research in Medical Education
and Health Care at Jefferson Medical College of Thomas Jefferson University in
Philadelphia informaron del desarrollo de la Escala de Empatía Médica de Jefferson,
EEMJ, (Jefferson Scale of Physician Empathy, JSPE) para la medición de la orientación y
compartamiento empático entre estudiantes de medicina, médicos practicantes y otros
profesionales de la salud (Hojat y cols., 2001, 2002a, 2002b, 2002c, 2003; Mangione, y
cols., 2002).
La escala fue construida en base a una extensa revisión de la literatura, seguida de
estudios pilotos en los que se usaron como muestra estudiantes de medicina, médicos
residentes y practicantes. Tanto el método cualitativo como el cuantitativo fueron usados en
el desarrollo y refinamiento de la EEMJ. El primer paso fue el desarrollo de un marco
conceptual para comprender la empatía en las situaciones de atención de pacientes y definir
el concepto. La versión preliminar de la escala estaba sujeta a vigilancia empírica para el
reconocimiento médico de sus propiedades psicométricas, y sus refinamientos fueron
realizados en análisis posteriores.
En su versión original en inglés, su estructura es consistente con los aspectos
conceptuales de una escala multidimensional, la cual define a la empatía con base a tres
factores: toma de perspectiva, atención con compasión y habilidad para “ponerse en los
zapatos del paciente” (Alcorta-Garza y cols., 2005).
La versión final de la EEMJ incluye 20 ítemes respondidos sobre una escala Likert
de 7 puntos. Esta versión final de la escala posee contenidos relevantes que permiten la
apreciación de la orientación o actitud empática del individuo. Ha sido publicada evidencia
en apoyo de los indicadores psicométricos (validez de constructo y confiabilidad de
consistencia interna) de la escala. Los puntajes de la EEMJ pueden fluctuar entre un
mínimo de 20 a un máximo de 140; mientras más alto sea el puntaje, más empática la
orientación del individuo (Hojat y cols., 2002b) .
Estudios empíricos en los cuales la EEMJ fue utilizada mostraron que las mujeres
obtuvieron puntuaciones promedio más altas (Hojat y cols., 2002b; Hojat, y cols., 2002c;
Hojat y cols., 2001) y los médicos en especialidades orientadas al trabajo con pacientes
obtuvieron puntajes más altos en esta escala que los de aquellas especialidades orientadas al
14
trabajo con tecnología (Hojat y cols., 2002b; Hojat y cols., 2001). También los psiquiatras
obtuvieron los más altos puntajes promedios en la EEMJ, en comparación con médicos
anestesiólogos, cirujanos ortopédicos, neurocirujanos, radiólogos, cirujanos
cardiovasculares, ginecólogos y médicos cirujanos.
v. Estudiante y Educación en Kinesiología
Cuando se habla de un perfil del estudiante de Kinesiología nos encontramos con un
denominador común, personas interesadas en la capacidad psicomotora del individuo, en
técnicas de rehabilitación de los sistemas muscular, óseo y fisiológico de pacientes que han
sufrido accidentes, lesiones o inmovilidad del cuerpo.
Cuando un estudiante se gradúa de la carrera de kinesiología, se asume que éste
posee las habilidades cognitivas, psicomotoras, y conductuales necesarias para
proporcionar cuidados de forma competente.
La determinación del requisito cognitivo y de las habilidades prácticas se puede
lograr fácilmente a través de la aplicación de evaluaciones de desempeño clínico y pruebas
que examinen si los graduados logran los requerimientos académicos adecuados y pueden
pasar su examen de grado. Las habilidades conductuales, sin embargo, son más difíciles de
evaluar. Aunque los docentes de la carrera han reconocido hace bastante tiempo la
necesidad de identificar y promover el comportamiento profesional en sus estudiantes, un
comportamiento profesional adecuado ha sido difícil de definir.
Además, los profesionales de la salud generalmente reconocen que algunos
estudiantes logran de manera satisfactoria el conocimiento y las habilidades prácticas en el
ámbito académico, pero tienen dificultad en actuar adecuadamente en el ámbito clínico.
Deficiencias en habilidades conductuales o afectivas como elevados niveles de ansiedad,
incapacidad de interpretar o utilizar una adecuada retroalimentación, dificultad de aprender
de los errores y descontento con una información ambigua, son a menudo la fuente
subyacente a problemas de desempeño (Jette y Portney, 2003).
El compromiso para aprender, las habilidades interpersonales y comunicacionales,
la efectividad en el uso del tiempo y los recursos, el uso de una retroalimentación
(feedback) constructiva, la resolución de problemas, el profesionalismo, la responsabilidad,
el pensamiento crítico y el manejo del estrés son conductas que un profesional de la salud
15
idóneo debería poseer (Jette y Portney, 2003). La identificación de las conductas
profesionales ha sido de importante consideración en la valoración de los estudiantes
durante muchos años. Cross y Hicks, (1997) encontraron que las habilidades relacionadas al
tratamiento, la seguridad, el conocimiento y el acercamiento al aprendizaje fueron puntos
de menos peso en la decisión de un instructor clínico sobre el buen desempeño de los
estudiantes que la disposición, comunicación y el compromiso. Instrumentos para medir
comportamiento profesional en Enfermería, Medicina, Terapia Ocupacional, y Kinesiología
se han descrito en la literatura. Estos estudios brindan el apoyo para las ideas que se
reflejan en un amplio concepto denominado “profesionalismo”, que es una preocupación de
muchos profesionales de la salud y docentes del área. El profesionalismo es una
preocupación porque el respeto hacia los individuos, la credibilidad y el compromiso moral
hacia el servicio ético son obligaciones y requerimientos particulares para los profesionales
de la salud. El interés entre los docentes radica en que las conductas asociadas con el
profesionalismo pueden ser identificadas entre los estudiantes e inculcadas en ellos durante
el proceso educacional (Jette y Portney, 2003).
16
VII. OBJETIVOS
i. General
1. Conocer la orientación empática que poseen los estudiantes de primero, tercero y
quinto año de la carrera de Kinesiología de dos Escuelas de la Región
Metropolitana.
ii. Específicos
1. Probar la Escala de Empatía Médica de Jefferson (EEMJ) en una muestra piloto
para evaluar la comprensión del instrumento.
2. Describir el comportamiento de la variable orientación empática en los distintos
niveles evaluados.
3. Indagar si existe alguna diferencia en los puntajes obtenidos en la variable
orientación empática en los estudiantes de ambos sexos.
VIII. HIPÓTESIS
H1: Existe un comportamiento ascendente en la orientación empática de los
estudiantes en el primer, tercer y quinto nivel de la carrera de Kinesiología en dos escuelas
de la región metropolitana.
H2: Las estudiantes de la carrera de Kinesiología de sexo femenino, tienen mayor
orientación empática que los hombres en el primer, tercer y quinto nivel de la carrera en
dos escuelas de Kinesiología de la región metropolitana.
17
IX. MATERIAL Y MÉTODO
i. Diseño de estudio
Este trabajo corresponde a un estudio de tipo descriptivo, de corte transversal.
ii. Definición de las variables
1. Orientación Empática
La orientación empática en el contexto de la salud ha sido descrita como un
concepto que involucra tanto aspectos cognitivos como afectivos y que se define como la
regularidad en los sentimientos, pensamientos y predisposiciones personales de las
personas para actuar de manera empática en el contexto de sus roles como profesionales
de la salud (Fields y cols., 2004; Hojat y cols., 2001; Hojat y cols., 2002c; Hojat y cols.,
2004, Hojat y cols., 2005b, Diccionario de la Real Academia Española, 22ª edición.).
Definición operacional de la variable: Se definirá en este caso como el puntaje
obtenido por los sujetos en la Escala de Empatía Médica de Jefferson (EEMJ) en su versión
adaptada y validada al español.
2. Sexo
Se consideraron ambos sexos en este estudio.
3. Nivel de carrera
Se consideraron los niveles I, III y V de la carrera de kinesiología de dos
universidades de la Región Metropolitana. Los alumnos del primer, tercer y quinto nivel de
la carrera son aquellos que cursan sus respectivos años académicos 2006 con un régimen
anual, además de los que están cursando asignaturas pendientes del mismo nivel.
iii. Variables Desconcertantes
1. Diferencias en el desarrollo personal de los alumnos de la muestra.
2. Experiencias previas de los alumnos de la muestra.
3. Estado de ánimo de los alumnos al momento de responder la EEMJ.
18
X. METODOLOGÍA
i. Participantes
De un universo de 351 estudiantes, se aplicó la EEMJ a un 78,06% (n = 274), cuya
distribución se muestra en la tabla I.
Tabla I: Descripción de los porcentajes de respuesta de la EEMJ en relación al universo
N Respondidas Porcentaje
Nivel I 140 101 72,14% Nivel III 119 90 75,63% Nivel V 92 83 90,22% Total 351 274 78,06%
Del total de 274 alumnos que contestaron la escala, 123 corresponden a la
universidad 1 (44.89%) y 151 a la Universidad 2 (55.11%). La distribución de los alumnos
según nivel de la carrera y sexo en cada universidad, se detallan en el apéndice 1 y 2.
ii. Procedimiento
a) Estudio piloto para determinar la compresión del instrumento.
Esta etapa se realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en 15
alumnos de la carrera de Kinesiología de los niveles no participantes en el estudio,
correspondientes a segundo y cuarto año (n = 30) elegidos al azar. Se entregó a los alumnos
la versión en español validada en México del instrumento para ser respondido por ellos en
un encuentro cara a cara con uno de los investigadores. Se registraron consultas de ayuda e
interpretación de los ítemes de la EEMJ para verificar la comprensión del instrumento.
b) Aplicación del instrumento.
Se aplicó la Escala de Empatía Medica de Jefferson a los estudiantes de la carrera
de kinesiología de los niveles primero, tercero y quinto de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Chile, y de la Universidad Mayor. Se entregó a los alumnos la versión en
español de la Escala validada en México para ser respondida por ellos. Esta medición se
19
realizó en la sala de clases a todo el curso al mismo tiempo en los niveles primero, tercero y
quinto de la Universidad Mayor asegurando a los estudiantes que van a responder la
prueba, la confidencialidad de la misma. En el caso de los alumnos de quinto año de la
Universidad de Chile se entregó en una visita a cada uno de los centros donde ellos se
desempeñan en su práctica profesional, dando las mismas indicaciones que para los cursos
anteriores.
c) Análisis Estadístico
Con el fin de determinar si existían diferencias estadísticamente significativas entre
los puntajes obtenidos en el EEMJ, según el nivel de la carrera, la universidad y el sexo, se
usó el programa SPSS 14.0 y se aplicó la prueba U no paramétrica de Wilcoxon-Mann-
Whitney, asimismo, para determinar si hay diferencias significativas entre los niveles, se
aplicó la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis.
20
XI. RESULTADOS
Los puntajes obtenidos en la EEMJ variaron entre un mínimo de 81 y un máximo de
140 puntos.
i. Según Nivel de la Carrera:
Se encontraron diferencias significativas entre el puntaje obtenido en la EEMJ y el
nivel de la carrera de Kinesiología de ambas escuelas en conjunto, entre el primer y tercer
nivel (p < 0,05) y el primer y quinto nivel (p < 0,05). Se compararon los puntajes obtenidos
en la EEMJ con los niveles de la carrera de cada escuela, obteniéndose resultados
significativos para cada una de ellas (ambas universidades, p < 0,05). En la Universidad 1
se observó un mayor puntaje en el tercer año en relación al primero y en el quinto en
relación con el tercer año, diferencia que fue significativa. En la Universidad 2 sólo se
observó mayor puntaje con significación estadística entre los niveles primero y tercero.
Entre el tercer y quinto nivel se observa menor puntaje obtenido en la EEMJ en el quinto
año, diferencia que no tiene niveles de significación. La distribución de los puntajes
obtenidos en la EEMJ según nivel de la carrera se muestran en la figura 1.
ii. Según Sexo:
Los resultados obtenidos en la relación del puntaje de la EEMJ con el sexo en
ambas universidades en conjunto, no arrojó diferencias estadísticamente significativas entre
los dos grupos a pesar de que las mujeres de ambas universidades obtuvieron un mayor
puntaje que los hombres (ver figura 2).
Se compararon además en cada universidad de manera independiente los puntajes
en la EEMJ con los niveles de la carrera, diferenciados por sexo, obteniéndose los
siguientes resultados:
a) En la Universidad 1 se encontraron mayores puntajes entre los hombres del tercer
nivel en relación a los de primer año y en quinto nivel en relación al tercero. Estas
diferencias fueron estadísticamente significativas (p < 0,05).
b) En la Universidad 2 se encontraron puntajes significativamente mayores en las
mujeres del tercer nivel en relación con el primero (p < 0,05) (ver figura 3)
21
a) b)
Nivel I Nivel III Nivel V
NIVEL DE CARRERA
Nivel INivel IIINivel V
NIVEL DE CARRERA
80
100
120
140
OR
IEN
TAC
IÓN
EM
PÁTI
CA
(Pun
taje
EEM
J)
80
100
120
140
OR
IEN
TAC
IÓN
EM
PÁTI
CA
(Pun
taje
EEM
J)
Universidad 1 Universidad 2
UNIVERSIDAD
Figura 1. a) Puntaje obtenido en EEMJ v/s Nivel de carrera en ambas universidades. Se puede observar que existen
mayores puntajes obtenidos en la EEMJ en relación a los años de carrera. Esta diferencia sólo es significativa entre los
niveles I-III y I-V. b) Puntaje obtenido en EEMJ v/s Universidad, separados por nivel. En la Universidad 1 existen
mayores puntajes obtenidos en la EEMJ, con significación estadística entre los niveles I-III y I-V. La Universidad 2
muestra mayores puntajes en el tercer nivel en relación al primer nivel (con significación estadística), y un mayor
puntaje en tercero en relación al quinto nivel.
Mujeres Hombres
SEXO
80
100
120
140
OR
IEN
TAC
IÓN
EM
PÁTI
CA
(Pun
taje
EEM
J)
A
Figura 2. Puntaje obtenido en EEMJ v/s Sexo en
ambas universidades en conjunto. Se observa un mayor
puntaje obtenido en las mujeres sin significación
estadística.
22
Universidad 1 Universidad 2
Nivel INivel IIINivel V
NIVEL DE CARRERA
Mujeres Hombres
SEXO
80
100
120
140
OR
IEN
TAC
IÓN
EM
PÁTI
CA
(Pun
taje
EEM
J)
A
Mujeres Hombres
SEXO
A
Figura 3. Puntaje obtenido en EEMJ v/s Sexo separado por nivel, en cada universidad. Observamos que el
comportamiento de los puntajes obtenidos posee una distribución similar en ambas universidades. Para el grupo de los
hombres, se aprecian mayores puntajes en los cursos mayores de la carrera, en cambio en las mujeres entre el tercer y
quinto nivel, se observan menores puntajes en este último.
23
XII. CONCLUSIONES
Los puntajes obtenidos en la EEMJ son mayores en los cursos más avanzados de la
carrera siendo esta diferencia significativa en ambas universidades entre los niveles primero
y tercero y primero y quinto.
La diferencia observada en los puntajes obtenidos en la EEMJ no tienen
significación estadística en relación a la variable sexo en ambas universidades en conjunto.
XIII. DISCUSIÓN
Los resultados entregados por las pruebas estadísticas en este trabajo, no
concuerdan con investigaciones similares que poseen un mismo modelo metodológico.
Estos trabajos plantean que la orientación empática va disminuyendo en los estudiantes de
medicina a medida que avanzan en su carrera (Mangione y cols., 2002). Otras
investigaciones realizadas con estudiantes de odontología en los cuatro primeros años de
carrera, muestran que el primer año era el que tenía puntajes significativamente mayores de
orientación empática con respecto a los demás niveles (Sherman y Cramer, 2005), lo que
tampoco concuerda con los mayores puntajes observados en esta investigación en los
niveles más avanzados de carrera. Además en ninguno de estos trabajos se había descrito
una tendencia ascendente de los puntajes en los distintos cursos, como la que se muestra en
este estudio. Es interesante hipotetizar y pensar que la tendencia a obtener mayores puntajes
en los cursos mayores en ambas escuelas, puede tener alguna relación con el tipo de
orientación que reciben los alumnos en carreras del área de la rehabilitación donde el
profesional debe pasar mucho tiempo con el paciente y donde el resultado de su terapia
estará directamente vinculado con la relación que establezca con él.
Con respecto al puntaje obtenido en la EEMJ y el sexo en ambas universidades, las
mujeres obtuvieron puntajes mayores que los hombres, sin tener este aumento significación
estadística. Estos resultados coinciden con varios trabajos en donde se ha aplicado el
instrumento tanto en estudiantes como en residentes de medicina, en donde no hay
diferencias significativas entre hombres y mujeres (Carvajal y cols., 2004; Hojat y cols.,
2004; Mangione y cols., 2002). Otro estudio realizado a 704 médicos tampoco arrojó
diferencias significativas en cuanto al sexo (Hojat y cols., 2002c).
24
Al observar los resultados entre hombres y mujeres de ambas universidades por
separado, se aprecia una evolución diferente de los puntajes obtenidos en la EEMJ (ver
figura 3). Mientras los hombres obtienen siempre mayores puntajes en los cursos superiores
en ambas universidades, las mujeres tienden a mostrar menores puntajes en el último nivel
de la carrera. Lamentablemente por la cantidad de sujetos tomados en este estudio además
del tipo de estudio (transversal), no podemos inferir ninguna conclusión de este fenómeno
ya que este se puede deber simplemente a una coincidencia o a que la evolución de esta
variable tiene un comportamiento diferente en ambos sexos. Uno de los factores que puede
influir en los puntajes obtenidos y que es una variable desconcertante para nosotros en este
estudio es el nivel de desarrollo personal de los estudiantes evaluados, ya que es posible
encontrar en algunos cursos, alumnos que ya son profesionales y que además han elegido
estudiar kinesiología.
Según los trabajos de Hojat y cols. y Sherman y Cramer, los alumnos experimentan
una disminución en los puntajes obtenidos en la EEMJ, producto posiblemente de un estado
de defensa que acompaña al miedo y la inseguridad que sienten los alumnos novatos
cuando empiezan por primera vez a enfrentarse a pacientes (Sherman y Cramer, 2005). En
ambos trabajos el enfrentamiento con responsabilidades directas con el paciente, se produce
en el segundo año de la carrera, en cambio en nuestras escuelas los alumnos de primero a
cuarto año ven pacientes en forma esporádica y sólo tienen una responsabilidad sobre él en
el quinto año de la carrera. Esto nos hace pensar que los alumnos de kinesiología en nuestro
país se enfrentan con mayor madurez y preparación a una situación clínica, lo cual los
podría hacer menos susceptibles al temor y por lo tanto a enfrentar las situaciones de
atención al paciente con mayor seguridad. Actualmente la tendencia de los nuevos
currículos de las carreras de la salud es incorporar las prácticas clínicas lo más temprano
posible, idealmente desde los primeros años como un intento de mejorar las habilidades
clínicas del estudiante. Sin embargo, parece ser absolutamente necesario preparar
adecuadamente a los alumnos, tanto en el aspecto fisiopatológico y de las habilidades
prácticas, como del punto de vista de las relaciones interpersonales, para lograr de esta
manera abordar la situación frente al paciente con un adecuado equilibrio emocional.
Creemos necesario investigar más aún sobre la orientación empática en el transcurso
de la carrera, mediante la realización de estudios longitudinales que permitan ver su
evolución a lo largo del tiempo. Esto permitiría plantear que esta orientación se desarrolla a
través de los años de formación de los alumnos; sería interesante investigar si esta
25
tendencia es replicada en otras escuelas. Además al constituir el primer trabajo que se
realiza en estudiantes de Kinesiología, fomenta la apertura de una línea de investigación
que se puede hacer extensiva a otras carreras del área de la salud, para de esa manera poder
descubrir qué elementos son los que promueven ésta característica y mediante qué
estrategias de intervención uno puede realizar cambios en la orientación empática del
alumnado.
Considerando que la empatía es una variable multifactorial (Hojat y cols., 2002c)
consideramos absolutamente necesario realizar estudios de tipo cualitativo que aborden
tanto a estudiantes como a pacientes en la situación misma de la práctica clínica debido a
que la EEMJ a pesar de ser un instrumento confiable y valido, está limitado a medir la
orientación empática de los estudiantes y no su comportamiento (Sherman y Cramer, 2005).
Sería un gran aporte la observación del comportamiento en la práctica de la interacción
entre el estudiante y el paciente a través de herramientas cualitativas que permitan estudiar
la variable empatía en estudiantes o profesionales del área de la salud.
XIV. PROYECCIONES
Este trabajo al ser el primero que se realiza en la carrera, aporta los datos necesarios
para comenzar un estudio longitudinal en los mismo sujetos del estudio. Esto permitiría ver
la evolución de la orientación empática que pueden desarrollar los alumnos a través de los
años de carrera.
Este estudio podría motivar la realización de investigaciones similares en otras
escuelas de kinesiología como así también en otras escuelas del área de la salud.
Las relaciones interpersonales y las competencias clínicas comunicacionales son
motivos de preocupación emergentes dentro de las grandes asociaciones dedicadas a la
formación de profesionales del área de la salud, por lo que creemos contribuir de cierto
modo a la motivación para la realización de otros trabajos en esta área. Es de suma
importancia descubrir los elementos que promueven el desarrollo de competencias
comunicacionales y de estrategias de intervención que se pueden diseñar para la formación
integral de profesionales de las distintas carreras implicadas en el cuidado de pacientes, más
aún en aquellas relacionadas con la rehabilitación y el enfrentamiento con la discapacidad y
las repercusiones que la misma genera en la vida de un ser humano.
26
XV. BIBLIOGRAFÍA
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en Julio 2006.
30
XVI. APÉNDICE
NIVEL Nivel I Nivel III Nivel V
Total
N 41 42 40 123% de Universidad 1 33,33% 34,15% 32,52% 100,00%
Universidad 1
% del total 14,96% 15,33% 14,60% 44,89%N 60 48 43 151% de Universidad 2 39,74% 31,79% 28,48% 100,00%
UNIVERSIDAD
Universidad 2
% del total 21,90% 17,52% 15,69% 55,11%N 101 90 83 274% de UNIVERSIDAD 36,86% 32,85% 30,29% 100,00%
Total
% del total 36,86% 32,85% 30,29% 100,00%
Tabla 2. Distribución de alumnos según Nivel y Universidad. El total corresponde a los tres cursos evaluados en el
estudio.
SEXO Mujeres Hombres
Total
N 77 46 123% de Universidad 1 62,60% 37,40% 100,00%
Universidad 1
% del total 28,10% 16,79% 44,89%N 107 44 151% de Universidad 2 70,86% 29,14% 100,00%
UNIVERSIDAD
Universidad 2
% del total 39,05% 16,06% 55,11%N 184 90 274% de UNIVERSIDAD 67,15% 32,85% 100,00%
Total
% del total 67,15% 32,85% 100,00%
Tabla 3. Distribución de alumnos según Sexo y Universidad. El total corresponde a los tres cursos evaluados en el
estudio.
31
Universidad 1Universidad 2
UNIVERSIDAD
Mujeres Hombres
SEXO
80
100
120
140
OR
IEN
TAC
IÓN
EM
PÁTI
CA
(Pun
taje
EEM
J)
A
Figura 4. Puntaje obtenido en EEMJ v/s Sexo separado por universidad. Se observa que los puntajes obtenido son
bastante similares entre ambas universidad, sin diferencias significativas entre los sexos.
MujeresHombres
SEXO
Nivel I Nivel III Nivel V
NIVEL DE CARRERA
80
100
120
140
OR
IEN
TAC
IÓN
EM
PÁTI
CA
(Pun
taje
EEM
J)
A
Figura 5. Puntaje obtenido en EEMJ v/s Nivel de carrera agrupados por sexo. Se aprecia la clara tendencia de los
hombres (en verde) a aumentar sus puntajes a medida que ascienden sus años de carrera. Las mujeres (en amarillo), no
presentan dicho comportamiento.
32
XVII. ANEXO: Versión traducida y validada de instrumento para estudiantes Mexicanos (Alcorta-Garza y cols., 2005).
Escala de Empatía Médica de Jefferson (Versión - S)
Instrucciones: Indique su grado de acuerdo o desacuerdo con cada una de las siguientes afirmaciones encerrando en un circulo el número apropiado después de cada afirmación. Utilice la escala de 7 puntos (un mayor número indica un mayor acuerdo):
1----------2----------3----------4----------5----------6----------7 Totalmente en desacuerdo Totalmente de acuerdo
1.- La comprensión que tenga el kinesiólogo de los sentimientos del paciente y de su familia no influye en el tratamiento kinésico. 1 2 3 4 5 6 7
2.- Los pacientes se sienten mejor cuando el kinesiólogo comprende sus sentimientos. 1 2 3 4 5 6 7 3.- Es difícil para el kinesiólogo ver las cosas desde la perspectiva de su paciente. 1 2 3 4 5 6 7 4.- La comprensión del lenguaje corporal es tan importante como la comunicación verbal en la relación kinesiólogo-paciente. 1 2 3 4 5 6 7 5.- El buen sentido del humor del kinesiólogo contribuye a tener un mejor resultado clínico. 1 2 3 4 5 6 7
6.- Debido a que la gente es diferente, es difícil ver las cosas desde el punto de vista del paciente. 1 2 3 4 5 6 7
7.- Prestar atención a las emociones del paciente no es importante durante la anamnesis o historia clínica. 1 2 3 4 5 6 7
8.- Prestar atención a las experiencias personales del paciente no influye en los resultados del tratamiento. 1 2 3 4 5 6 7
9.- Los kinesiólogos deberían tratar de ponerse en el lugar del paciente cuando lo atienden. 1 2 3 4 5 6 7
10.- Los pacientes valoran que el kinesiólogo entienda sus sentimientos, lo cual es terapéutico por si mismo. 1 2 3 4 5 6 7
11.- Las discapacidades de los pacientes se pueden tratar solamente mediante tratamiento kinésico; por lo que, los lazos emocionales del kinesiólogo con sus pacientes no tienen una influencia importante en este contexto.
1 2 3 4 5 6 7
12.- Preguntarle a los pacientes acerca de sus vivencias personales, no es de ayuda para comprender sus dolencias físicas. 1 2 3 4 5 6 7
13.- Los kinesiólogos deberían tratar de comprender lo que está sucediendo en la mente de los pacientes, poniendo atención a la comunicación no verbal y al lenguaje corporal.
1 2 3 4 5 6 7
14.- Creo que la emoción no tiene cabida en el tratamiento kinésico de la discapacidad. 1 2 3 4 5 6 7
15.- La empatía es una habilidad terapéutica sin la cual el éxito del kinesiólogo puede estar limitado. 1 2 3 4 5 6 7
16.- La comprensión que tenga el kinesiólogo del estado emocional de sus pacientes, así como también de sus familias, es un componente importante de la relación kinesiólogo-paciente..
1 2 3 4 5 6 7
17.- Los kinesiólogos deberían pensar como sus pacientes para poder darles un mejor cuidado. 1 2 3 4 5 6 7
18.- Los kinesiólogos no deberían dejarse influenciar por lazos personales fuertes entre sus pacientes y los miembros de sus familias. 1 2 3 4 5 6 7
19.- No disfruto leer literatura no médica o de su práctica. 1 2 3 4 5 6 7 20.- Creo que la empatía es un importante factor terapéutico en el tratamiento kinésico. 1 2 3 4 5 6 7
33
34