Canal del Cinca, ubicado en el Valle Bajo del Ebro.

^os regadíos en AragónSituación actual y apuntes para su historiaLa I ucha por el agua en Aragón ha sido constante durante los siglosX I X y XX. En el Val le del Ebro se destinan al riego 700.000 ha.El nuevo Plan pretende transformar otras 157.000 ha.

^ H. SORIA. Periodista. FOTOGRAFIA: Archivo del Ministerio de Fomento.

a lucha por el agua ha sido unacunstante a lo lar^o dc la historiade Aragón. El hecho de que lamayor parte dc los planes hidro-lóg^icos diseñados para esta cuen-ca dcl Ebro, no hayan pasado dela fase de proyecto, ha creado en

cl agricultor aragonés un rescntimientoviejo, alimentado por los sucesivos incum-plimicntos de gobiernos v autoridades.

Dcsde esta postura de partida, no es deextrañar yue cada vcz yuc cl tema delagua se pone en cuestión o salc a debate,los aragoneses se pongan en guardia paradcfender sus inlcreses.

El reciente anuncio del «Plan Nacionalde Regadíos», diseñado por cl Ministeriodc Agricultura, es un huen ejcmplo de lasensihilidad de los aragoncses ante losproblcmas del agua; nada más conocerseestc proyecto el Gobierno rcgional, las

diputaciones, los avuntamientos v los pro-pios agricultores se aprestaron a crear unfrente comí► n, para luchar conlra lo queellos intcrpretaban como planes de reduc-ción dc regadíos para Aragón.

EI consejero de Agricultura dc esta C'o-munidad no ducíó en calificar dc «aut^n-tico mazazo» para el sector agrario el Plande Regadíos presentado por cl MAPA,argumentando que el proyecto afectaba«gravcmcntc» a los planes de MonegrusII y B ►rdenas II, al reducir en una tcr-cera parte el regadío previsto.

EI consejero de Agricultura llegóa manifestar yue el pucblo aragonésdebía «salir a la calle» para mostrar surcch^uo al Plan, sugiriendo yue hahía yucdecir al Gobierno «yue no nos tome m^ísel pelo».

Por su partc.el presidente de la Diputa-ción de Zaragoza acusaha al ministro de

Agricultcua de condcnar a su provincia aconvertirsc cn un desicrto.

Entrc los alcaldcs v lus agricultures aÍec-tados cl ►t^alcstar v la prcorupación tam-bién cran patentes, y así lo manifcs(aruncn cuantas ocasiuncs tuvieron oportunidad.

EI agua en el desarrollodel Valle del Ebro

En la cucnca dcl Ehro c^istc una claradcscumpensarión cntrc las dos márgcncsdel tío, dchidu a yuc los allucnles dc laizyuicrda deparan mayores apurtaciuncsyue los de la dcrccha. t?n cunjunto, losrecursos hídricus yuc se dcstinan al ahas-tecimirnto dc la pohlación son inferioresporccntualmentc al rrsto dc I-apaña, daduyue la gran superficie de la cuenc.r drlEbro nu es proporcional a su dcnsidad dcpoblación, Y por lo tantu a su cunsuntu.

Según los datus dcl Ministerio dcObras Púhlicas, la dcnianda de agua parausos cunsuntivos en la ruenca dcl I^.hru escomo siguc:

Demanda (Hm3/año)Demanda (96)

Cuenca del Ebro Urbano

300,004,03

Industrlal

324,004,35

Agricola

6.820,0091,62

28/VIDA RURAL/N.° 33/SEPTIEMBRE 1996

A la vista de estos valores es fácildeducir la primacía dcl consumo agrícola,muy supetior a la media nacional, aunqueen este porcentajc tan elevado tambiéncstán recogidos los abusos que se hacende este recw^so, al igual que en otrasregiones de España.

En conjunto, la superficie que se des-tina al regadio en el Valle del Ebro seaproxima a las 770.0(>n ha. La descompen-sación antes comentada, entre las dosmárgcnes del río repercute de formadirecta sobre la realidad agrícola, de for^naque cl regadío más Floreciente y los siste-mas más modernos se dan en la margenizquierda.

De todas for-rnas, para tener un conoci-micnto más preciso de los regadíos en elVallc del Ebro, se suele dividir la cuencacn tres lramos o seccioncs.

Valle Alto y Eje dcl Ebro

Este primer tramo está integrado porlos rcgadíos de la Riuja Alavesa, Rioja,Navarra y Sistemas del Eje del Ebro, quese concretan en: Canal de I^c^dosa, Canaldc "I^auste, Canal Imperial de Aragón,Ricgos dcl Sindicato de la Peña y Ace-quia de la Camarera, principalmente.

Sc trata de una zona con algunos culti-vos indusU^ialcs y patata, aunque su granvocacicín es la horticultura.

Afluentes del Valle Medio del Ebro

En estos regadíos se concretan los gran-des plancs hidrológicos que se han aco-mctido a lo largo del presente siglo: Canaldc Las Bárdenas, Riegos del Alto Aragóny Ricgos del Canal de Aragón y Cataluña(parcialmente).

Sc trata dc las magnas obras quc se de-sarTOllaron a caballo cntrc el pasado sigloy cl presente, algunas dc las cuales se ha-Ilan todavía en fase de cjecución y aúnpcndicntes.

Valle Bajo del Ebro

Fsta zona de regadíos se encucntra acotas más bajas, con lo quc la climatologíam^ís hcnigna permite que se desarrolleneon éxito las plantacioncs de ftutales (tan-to de hueso como dc pepita), además delos cullivos hortícolas tempranos y extra-tcmpranos dcl Dclta del Ebro.

En cstc tercer tramo dcl río se puedenincluir las áreas siguicntes Canal dc Ara-gón y Cataluñ^^ (parte oriental), Riegosdcl Jalón y del Jiloca, Ricgos de Piñana vhuct^tas dcl Segre, Riegos de Urgell, Hucr-tas vicjas del Cinca, Riegos de Valmuel,Calanda, Alcariir Híjar, Matarraña y Cas-pc, y finalmcnte, Ricgos del Delta delEhru.

EI nuevo plan de regadíos

Con los datos en la mano puede decir-se que Aragón es la comunidad autónomamás beneficiada por la propuesta del Mi-nisterio de Agricultura en el avance delPlan Nacional de Regadíos. El proyectopasa por transformar en nuevos regadíos,durante la próxima década, unas 157.000ha en toda España, de las que 51.325 (un32,7% del total) corresponden a la regiónaragonesa.

De esta superficie, 10.093 ha correspon-den a las Bárdenas II; 4.685 a Calanda-Alcañiz; 2.752 a Cinca; 730 a Civan; 1.700 aMonegros I-IV y, 31.365 ha a Monegros II.

Ante las protestas de los aragoneses,

Las inversiones, según Carlos Tió, setriplican respecto a la anterior década, enque se invirtieron en Aragón unos 35.(xlOmillones de pesetas en regadíos.

Frente a las 51.325 ha que tiene previstotransformar el Ministerio de Agricultura enesta región, los aragonescs tenían solicita-das 146.000, de ahí las protestas y elrechazo generalizao al proyecto del MAPA.

Este avance del « Plan Nacional de Re-gadíos» , consensuado entre la Administra-ción Central socialista y las Autonomíasestá a la espera de un estudio detalladode la nueva Administración popular paravalorar la realidad técnica del Plan y lospresupuestos. Es improhahle que se alcan-ce un acuerdo definitivo antes de 1997.

De los proyectos en marcha destacan Los Monegros II, con 31.000 ha y Las Bárdenas II, con 10.000 ha.

que interpretan las actuaciones de esteplan como « un recorte» a sus regadíos, elsecretario general de Desarrollo Rural delMAPA, Carlos Tió, informó de la inci-dencia de este Plan en Aragón, aseguran-do que no se U^ataba de « un recorte enlas perspectivas de regadío» , sino de unarevisión de acuerdo a criterios de dispo-nibilidad presupuestaria.

Como no hav dinero suficiente paraconstruir todos los regadíos, lo que se hahecho es priorizar y acelerar aquellos enlos que hay demanda social.

Las inversiones previstas en Aragón du-rante el próximo decenio, para renovar losregadíos ya existentes o crear nucvas zo-nas de riego, ascienden a 9^.(x>U millonesde pesetas. A esta cifra hay que añadirotros 60.(xx) millones más para moderni-zación y mcjora, de los que 42.2(xl pro-vienen de la Administración y 18.(I(x) dela iniciativa privada.

Para tener un conocimicnto más prc-ciso de los regadíos aragonescs a lo largode la historia, a continuación hemos reco-gido unos apuntes cn los que cronológi-camente queda retlejada esta trayectoria.

Valle del Ebro

VIDA RURAL/N.° 33/SEPTIEMBRE 1996/29

La gran depresión dcl Ebro aparcccdispuesta sobre un triángulo que discurrcde noroeste a sudeste, con cl vértice enLa Bureba y la base en la franja costeracatalana. Se trata de una enorme exten-sión dc tcrreno que alcanza una anchw^amáxima de l50 km'- y una longitud pró-xima a los 400 l:m, dctcrminada por lascordilleras Pirenaica e [bérica.

Desde el punto de vista hidrográfico,puede afirmarse que la super-ficie total dcesta cuenca alcanza los ^S.i70 km'-, lo queequivale a un 17,5% dc la superficies pe-ninsular de nuestro país. Dc esa superficic

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obras para derivar aguas del Gállego, soli-citadas por la ciudad de Huesca.

Por fortuna, la construcción de presaspara fomentar el regadío tuvo más éxito,y dos ejemplos claros de ello fueron laerección de los pantanos de Cascante yArguis, en ] 628 y 1673, respectivamente.

Entre los siglos XVI y XVII, tampocose descuidaron las acequias y otras vías deconducción de aguas, cuyas redes fueronmejoradas y ampliadas, acorde am las ne-cesidades de la época. En este períodotambién se materialiLaron las asociacionesde regantes que lograron su máYimo reco-nocimiento con la L,ey de Aguas de 1879,quc regulaba, específicamente, este tipo decomunidades.

Con la subida al trono de Carlos III

Ebro, fue positiva, por cuanto permitióaumentar las superficies de regadío ymejorar las infraestructuras hidraúlicas degrandes dimensiones. Durante esta pri-mera época, tanto las obras del Canal Im-perial de Aragón, como Ias del Canal deTauste, experimentaron un «empujón»considerable, gracias a la eficaz gestión delcanónigo Pignatelli, quién llegó a controlarambos proyectos.

Otros proyectos desarrollados entre lossiglos XVIII y XIX, en la Cuenca delEbro, fueron los canales de La Litera(que posteriormente daría lugar al Canalde Aragón y Cataluña) y el Canal de lasBárdenas, además de la construcción denumerosas presas con sus correspondientesredes de acequias.

Durante los siglos XIX y XX la construcción de canales en Aragón fue importante.

(1759), las políticas económic^^s dan un im-portante ^ro. En el caso agrario, las trans-formaciones en regadío fueron una parteimportante de esa política, plasmada deforma incontestable en cl Ilamado Expe-dicnte de la Ley Agra^-ia, redactado porJovellanos (1766-I784). Bien es verdadque, al final, los resultados de la políticaagraria ilustrada aplicada a los regadíos,yuedaron muy por debajo de las expecta-tivas ya que las grandes obras emprendi-das (Real Canal de Murcia, Canal Impe-rial de Aragón y Canal de Manzanares),acabaron Iracasando por la quiebra de lascompañías constructoras, con lo que elEStado tuvo, en algunos casos, que incau-tar las obras y, en otros, asumir las deudasyuc se habían contraído.

A pesar de lo dicho, la política deconstrucciones hidraúlicas durante el rei-nado de los Borbones, en cl Valle del

Gracias a la puesta en rcgadío dc nu-merosas tierras, la rentabilidad de los cul-tivos aumentó considerablemente y, conellos, el valor del suelo y el importe delos arrendamientos. Sin embargo, en algu-nos casos, los agricultores tuvieron que so-portar unas tasas de aprovechamiento yuso del agua muy elevadas (un quinto delos granos recolectados y un séptimo delos frulos cultivados), con lo yue acaba-ron renunciando a sus cultivos y haciendofracasar la viabilidad económica de estasconstrucciones hidraúlicas.

Siglo XX

EI Primer Plan Nacional dc Obras Hi-draúlicas señala el fin del período dc Rcs-tauración y da paso al siglo XX. En elcaso dcl Valle del Ebro, que nos vicneocupando, la gran obra decimonónica es,

sin duda, el Canal dc Tamarit dc Litcra(que^ posteriormcnle sc convcrtiría un elCanal de Aragón y Catalu^^a) cun lo yucse prentendía irrigar 1U4.00O ha dr lasprovincias de Hucsca y Léiid^i. 1lasta suculminación, csta ohra padeció numcrosusproblemas cconómicos, dc conccsioncs,etc., que finalmente sc resolvicron graciasal tcsón y a la dccidida voluntad dc Joa-quín Costa, con lo yue el Canal cnU^ó ^nfuncionamienlu en 1910.

El Plan Nacional de Ohras Hidraúlicasde 1902, al quc antcs hicimos rcfcrrncia,contempla los proyectos más amhiciososde la cuenca dcl Ehro, como cl Canal drLodosa, el Canal dc Cinco Villas, el Plande Riegos del Alto Aragón, cl Canal ^IrSobrarbe, el Canal de la Princ^sa dc As-turias, ctc, quc cn unos casos Ilegaron aser una rcalidad, mientras quc cn otrosnunca Ilcgaron a culminarsc.

La mcjor prucha dc la «(ichrc hidroló-gica» quc sc vivía cn la cuenca dcl I^:hroa principios dc siglo, nos la propurcionala Ley de Riegos dcl Altu Aragón dc1915, quc pretcndía la pucsta cn rcgadíode 300.00O ha cn ^4 municipios dc lasprovincias de Hucsca y Zaraguza. I^^:I pru-yecto preveía la construcción ^Icl Canaldel Cinca (para rcgar 8U.0(xl ha) y dcl Ca-nal de los Moncgros (para poncr cn ri^•gootras 220.0(x) ha).

L,a ma ►-gcn izquicrda de la cucnca lam-bién recibió los hcneficios del rr^,adío,especialmente a partir dc los Canalcs drCherta o dc la Derecha y dcl Canal deUrgell.

El Plan dc Ricgos dcl Bajo Aragón scpreocupó, también, por otrxs uhras mcno-res pero de indudahlc trascendcncia paradeterminadas comarcas, como el Pantanode Pina, la Presa dc Pena, cl Pantanu dcSanta Olea, cl (;allipuén, etc., algunas d^^cuyas ohras fucron «rcmatadas» ya por laConfederación Hidrográfica dcl Ebro.

Según un tratado dc Andrrs l.laur,ido,publicado en 1^ •7^, la supcrlicic rcgad^i cnla cucnca dcl Ehro a mcdiados drl sigloXIX alcanzaha las 23(^.l(17 ha. l^ata supur-ficie, sin duda importante era, sin cn^hargumuy infciior a la prevista cn lus distintosplanes hidrológicos puesto que, como screcordará, sólo la LcV dc Ricgos dcl nltoAragón hahía previsto poncr rn rcl!adíu3(X).00O ha.

Sin emhargo, rn un cstudio sohrr clregadío peninsular yuc puhlica cl Minislr-rio dc Agricultura cn l9(kl, sc asrg^u^ahayue la superficic irrigada cn la cucnr^i dclEhro sc accrcaha a las 4O(l.(1(10 h^i.

En la actualidad, la supcrficic dccticadaal regadío cn cl Vallc dcl Ehro ascicndr a769.929 ha, lo quc signil^ica un 2Z.(,ti`%^ dcla extensión quc sc ri^ga en España. n

32/VIDA RURAL/N.° 33/SEPTIEMBRE 1996