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2 Opinión Henry Gallo Flórez [email protected] El feo y desagradable vicio de inha- lar y exhalar humo, proveniente de hacer quemar hojas o residuos de hoja del tabaco, es y ha sido uno de los peores males que se ha inventado el hombre para su propia destruc- ción. Este vicio causante de tantos horro- res y problemas de salud en la hu- manidad, es consecuencia de una tradición y adicción de los indíge- nas americanos, quienes fueron sus creadores, el cual fue llevado por los europeos a sus lugares de origen, cuando vinieron a conquistar estos lugares, después de haber sido in- formado por el navegante Cristóbal Colón, al llegar éste en el año de 1492 a estas tierras, que en aquel tiempo eran desconocidas. Y por este mo- tivo, se propagó al resto del mundo conocido, el fatídico vicio, que aún hoy en día, causa miles de muertes, por los problemas pulmona- res (daño de los pulmones) y otras causas, tales como son la aparición de cáncer de lengua y del esófago. Pero lo más desagradable para quienes no compar- timos ese horrendo vicio, es el de tener que aspirar el maléfico humo, con la carga de residuos químicos y venenos contaminantes, que afectan nuestra salud Diatriba contra el tabaquismo y de las demás personas de nuestro entorno, cuando nos convertimos en fumadores pasivos. No basta con las campañas de las en- tidades de salud, ni las advertencias en las mismas etiquetas de las caje- tillas de cigarrillo, donde se advierte a los fumadores, que el producto es “perjudicial para la salud”, pues los viciosos siguen fumando y lanzando sus columnas de humo a los demás seres que se encuentran a su lado y acabando con la capa de oxigeno. Este horrible vicio, causante de da- ños en el organismo humano, como son el daño y coloración de los dien- tes, el mal olor de sus bocas, pérdida de peso y la destrucción de sus órga- nos internos; causándole problemas al corazón, al cerebro, los ojos, las venas, creando arritmias cardíacas, la destrucción de los alveolos en los pulmones y en muchos casos, pro- duciéndoles daños en la piel, gene- ralmente la persona adquiere un color amarillento. Pero lo peor del caso, es que el hábito que se vuelve convulsivo, hace del adicto una per- sona desdeñosa y se convierte en un ser asocial. Este mal, es el causante de más muertes, que otras enfermedades, por ello se convierte también en una de las padecimientos más mortales, producida por agravantes cardíacos y el envenenamiento paulatino de las células de sus pulmones y otras partes de su cuerpo. Ver una foto o una radiografía de un pulmón, de un vicioso empedernido, es increí- blemente desagradable y horrorífi- ca. La muerte por asfixia (enfisema pulmonar), la ceguera o el tener que perder una pierna u otra parte de su cuerpo, por causas derivadas del tabaquismo, es muy corriente entre los viciosos. Pero otro mal, que no se dan cuenta los adeptos a este pernicioso vicio, es que dejan sus residuos en todas par- tes, causando no sólo en su hogar, sino en los espacios públicos, basura con sus colillas y restos del material quemado (ceni- zas). Y cuantas veces no se han producido incendios, a causa de las colillas aún en- cendidas que éstos arrojan; otro mal de nuestro tiempo. Si queremos vivir y con- vivir sanamente, debemos alejarnos de los vicios, en especial de aquellos que no están prohibidos, pero que nos perjudican.

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    Henry Gallo [email protected]

    El feo y desagradable vicio de inha-lar y exhalar humo, proveniente de hacer quemar hojas o residuos de hoja del tabaco, es y ha sido uno de los peores males que se ha inventado el hombre para su propia destruc-cin.Este vicio causante de tantos horro-res y problemas de salud en la hu-manidad, es consecuencia de una tradicin y adiccin de los indge-nas americanos, quienes fueron sus creadores, el cual fue llevado por los europeos a sus lugares de origen, cuando vinieron a conquistar estos lugares, despus de haber sido in-formado por el navegante Cristbal Coln, al llegar ste en el ao de 1492 a estas tierras, que en aquel tiempo eran desconocidas. Y por este mo-tivo, se propag al resto del mundo conocido, el fatdico vicio, que an hoy en da, causa miles de muertes, por los problemas pulmona-res (dao de los pulmones) y otras causas, tales como son la aparicin de cncer de lengua y del esfago.Pero lo ms desagradable para quienes no compar-timos ese horrendo vicio, es el de tener que aspirar el malfico humo, con la carga de residuos qumicos y venenos contaminantes, que afectan nuestra salud

    Diatriba contra eltabaquismo

    y de las dems personas de nuestro entorno, cuando nos convertimos en fumadores pasivos.No basta con las campaas de las en-tidades de salud, ni las advertencias en las mismas etiquetas de las caje-tillas de cigarrillo, donde se advierte a los fumadores, que el producto es perjudicial para la salud, pues los viciosos siguen fumando y lanzando sus columnas de humo a los dems seres que se encuentran a su lado y acabando con la capa de oxigeno.Este horrible vicio, causante de da-os en el organismo humano, como son el dao y coloracin de los dien-tes, el mal olor de sus bocas, prdida de peso y la destruccin de sus rga-nos internos; causndole problemas al corazn, al cerebro, los ojos, las venas, creando arritmias cardacas, la destruccin de los alveolos en los pulmones y en muchos casos, pro-ducindoles daos en la piel, gene-ralmente la persona adquiere un color amarillento. Pero lo peor del

    caso, es que el hbito que se vuelve convulsivo, hace del adicto una per-sona desdeosa y se convierte en un ser asocial. Este mal, es el causante de ms muertes, que otras enfermedades, por ello se convierte tambin en una de las padecimientos ms mortales, producida por agravantes cardacos y el envenenamiento paulatino de las clulas de sus pulmones y otras partes de su cuerpo. Ver una foto o una radiografa de un pulmn, de un vicioso empedernido, es incre-blemente desagradable y horrorfi-ca. La muerte por asfixia (enfisema pulmonar), la ceguera o el tener que perder una pierna u otra parte de su cuerpo, por causas derivadas del tabaquismo, es muy corriente entre los viciosos.Pero otro mal, que no se dan cuenta los adeptos a este pernicioso vicio, es que dejan sus residuos en todas par-tes, causando no slo en su hogar, sino en los espacios pblicos, basura

    con sus colillas y restos del material quemado (ceni-zas). Y cuantas veces no se han producido incendios, a causa de las colillas an en-cendidas que stos arrojan; otro mal de nuestro tiempo.Si queremos vivir y con-vivir sanamente, debemos alejarnos de los vicios, en especial de aquellos que no estn prohibidos, pero que nos perjudican.