Paolo Sorrentino. “Roma se convirtió en una ciudad a la ... · mo Toni a mi lado. Además de ser...

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2 | espectáculos | Jueves 20 de febrero de 2014 Viene de tapa Paolo Sorrentino. “Roma se convirtió en una ciudad a la que uno solamente va de vacaciones” El director italiano habla de su nuevo trabajo, estreno de hoy y gran favorito para ganar el Oscar a la mejor película extranjera L a charla con Paolo Sorren- tino se produjo en septiem- bre último en Toronto, cuyo importante festival de cine fue una de las primeras cajas de re- sonancia que La grande bellezza en- contró antes de iniciar su recorrido, hoy casi libre de obstáculos, rumbo al premio máximo que Hollywood entrega cada año a las películas no habladas en inglés. El mismo Oscar que el 7 de marzo de 2010 Juan José Campanella trajo a la Argentina gra- cias a El secreto de sus ojos. –Lo que usted cuenta tiene el espíritu fantástico de una crea- ción, pero a la vez se sustenta en un escenario y unos personajes bien arraigados en la realidad de Roma. –Quise mostrar sobre todo ese can- sancio vital que puede percibirse estando en una gran ciudad, no só- lo Roma, y viviendo la vida de una determinada manera. También me detuve en esa sensación de vacío que puede atravesarnos, porque en una gran ciudad nos encontramos en un estado de perpetua transición, sin llegar en ningún momento a alcan- zar algo tangible, concreto y sobre todo íntimo. –Cuesta pensar desde la intimi- dad un personaje tan sociable y expansivo como Jep Gambarde- lla, el protagonista del film. –Es que las grandes ciudades son enemigas de la intimidad, que es la única forma de belleza permanente. Ellas, en cambio, suelen prometer una belleza fugaz y momentánea, que justamente por esa razón se convierte en algo frustrante. –Pero Roma no es una ciudad cualquiera. Allí uno puede cap- tar al vuelo algo de esa belleza permanente que usted añora en las grandes metrópolis. –Roma se convirtió en una ciudad a la que uno solamente va de vacacio- nes. ¿Y qué hace uno mientras per- manece allí? Espera el momento en que terminen esas vacaciones para volver a la vida verdadera, la de to- dos los días. Lo único que distingue a Roma de otras ciudades es la sensa- ción, al estar allí, de que las vacacio- nes quizá no terminen jamás. –Los personajes de La grande be- llezza tienen todo el tiempo del mundo. El ocio perpetuo. –Nos dejan la sensación de flotar todo el tiempo, en un estado de distracción que puede durar para siempre. Yo quería mostrar la rea- lidad de Roma y de su gente con un ojo crítico y, por qué no, malicioso. Siempre pensé que estos universos por lo general decadentes, tristes y un poco vulgares ofrecen al mismo tiempo espacios ocultos y recóndi- tos en los que aparecen de improviso maravillosos fragmentos de belleza. Y en este sentido, el cine es una he- rramienta inmejorable para atrapar todo lo bello, algo que vale la pena todavía más en una ciudad que tiene un entorno tan maravilloso. Fuera de toda duda, Roma es una ciudad bella. Y la belleza de Roma, a la vez, está un poco escondida. –Quizás esa malicia a la cual usted se refiere tenga que ver con la nostalgia que expresan al- gunos de los personajes del film. Tal vez añoren cierto aroma de dolce vita perdida. Viven bien, pero están llenos de amarguras, reproches, lamentos, pérdidas. –Más que la nostalgia por una apa- rente dolce vita perdida, en la pelí- cula lo que trato de mostrar es la añoranza de ese pasado que cada uno de nosotros perdió para siem- pre. La pérdida de la infancia, de la adolescencia. Suelo vivir esa sensa- ción, la de añorar aquella edad en la que el presente por única vez en la vida coincide con el futuro. Algo que, por supuesto, se desvanece en la madurez, se transforma en desilu- sión y desencanto. Nos pasa a todos, independientemente del tiempo his- tórico que nos toca vivir. La mirada pura de un chico es un sentimiento profundamente poético. Es la mira- da de un período en el que cualquier cosa nos sorprende, nos asombra y se muestra ante nuestros ojos como algo maravilloso. Después, cuando uno crece, resulta algo completa- mente normal. –Lleva mucho tiempo trabajan- do con Toni Servillo. Y parece imposible imaginar a otro actor en la piel de Jep Gambardella. –Es una suerte tener a alguien co- mo Toni a mi lado. Además de ser un actor dotado y talentoso, es una persona muy inteligente. Pudimos construir una gran amistad basada sobre todo en la ironía, que es una excelente herramienta para conocer mejor a las personas, evitar el can- sancio y la rutina del trabajo y, sobre todo, adentrarnos un poco más en el misterio de la existencia, lo único importante para quienes hacemos cine. Buscamos deliberadamente esa experiencia y nos sentimos muy cómodos. –La película empieza con la es- cena colectiva y desencadenada del baile en la terraza. Allí se presentan en sociedad todos los personajes. –Algunas fiestas romanas son exac- tamente tal como las muestro allí. Me pasó varias veces ser testigo de estas fiestas en las que aparecen des- de el cardenal hasta la prostituta y que entregan una pintura extraña y a la vez divertida de lo que es Roma, con esa capacidad innata que tiene la ciudad de juntar a todos y hacer que convivan alegremente, sin pre- ocuparse por nada. –Hablando de cardenales, el suyo no es un film político, pero muestra a la Iglesia como factor de poder y también, aunque fu- gazmente, la corrupción política italiana. –Imposible evitarlo. En Italia se respira una atmósfera muy viciada por razones políticas, por el empo- brecimiento moral del país y por la profunda y escandalosa pérdida del sentido elemental del pudor. Hoy todo está consentido. Cualquiera se siente habilitado para agredir. Los niveles morales de nuestra sociedad son bajísimos. Mi película habla de todo eso. La gente se dice en la cara lo que piensa de los otros, todos se ofenden con llamativa facilidad. –¿Y cuál es su mirada sobre el cine italiano actual? –Estamos atravesando un perío- do bastante oscuro, deprimente. Quienes estamos más dispuestos a escribir cosas, digamos, de autor, nos sentimos cada vez más margi- nados. Y encima la política ve el cine y el arte en general como si se tratara de una carga.ß “La belleza de Roma está un poco escondida”, admite el realizador GIANNI FIORITO La grande beLLezza (ItaLIa/2013; habLada en ItaLIano, japonés, españoL y chIno). ★★★★★ excelente. dirección: Paolo So- rrentino. guion: Paolo Sorrentino, Umberto Contarello. fotografía: Luca Bigazzi. edición: Cristiano Travaglioli. música: Lele Marchitelli. elenco: Toni Servillo, Carlo Verdone, Sabrina Ferilli, Carlo Buccirosso, Iaia Forte, Pame- la Villoresi, Galatea Ranzi, Franco Graziosi, Giorgio Pasotti, Massimo Popo- lizio, Sonia Gessner. distribuidora: Zeta Films. duración: 142 minutos. cali- ficación: sólo apta para mayores de 16 años. L a grande bellezza es un plato fuerte. El cine de Paolo Sorren- tino, director italiano clave del siglo XXI, es un plato fuerte. El cine de Sorrentino –un manierista convenci- do– irrita, provoca, desorienta incluso a quienes nos sumergimos en sus pe- lículas sin desconfianza (salvo en su incursión en inglés con This Must Be the Place con Sean Penn). Pero desde su debut con L’uomo in più (El hombre de más, 2001) Sorrentino ha hecho un cine expansivo, generoso, excesivo. Ante su cine, la irritación y la fascina- ción son sensaciones separadas por una fina línea. Basta ver L’amico de fa- miglia, o incluso sólo su secuencia ini- cial: un partido de voleibol femenino filmado con lentos travellings al ritmo de “My Lady Story”, de Antony & The Johnsons. Con eso ya pueden decidir si abrazar o rechazar a Sorrentino. Otra gran oportunidad –la mejor– es acercarse a La grande bellezza en el cine que tenga el mejor sonido y la pantalla más grande y con mejor definición para sumergirse en este retrato múltiple de ciudad (Roma) y escritor (Jep Gambardella). Jep, muy joven, a los 25 años, hizo “la gran no- vela”, un éxito a todo nivel que nunca pudo repetir ni continuar. Ahora es un periodista cultural de renombre, un seductor, una presencia importante en las fiestas (con el máximo poder, “el de arruinarlas”), un flaneur de esta Roma actual. Hay grandes riesgos de fascinarse, como nos pasó a unos cuantos en el estreno en la competencia oficial de Cannes 2013. La grande bellezza es, claro, como se dijo desde ese momen- to, una película ligada a La dolce vita: formato scope, Roma, la belleza, el en- nui, la religión, la decadencia, un autor excesivo detrás. Otra película sobre un periodista en el centro del movimiento mundano romano. Y si Sorrentino se anima con la película clave –o al me- nos la más famosa– de Fellini, también anima el blanco y negro de La dolce vita con una explosión de colores. Y travellings y diálogos y modos narra- tivos episódicos y mujeres desnudas y política y fiestas y el paso del tiempo y la minoría privilegiada y una extraña mezcla de desdén –los diálogos filosos y ácidos y los personajes de alta ridicu- lez, como el gurú del botox– con una desesperación vital, un anhelo por captar la belleza, la gran belleza, lo que pueda extraerse de esta vida, ya no dul- ce y ya no con los sesenta por abrirse sino con los sesenta y cinco años del protagonista y con una Italia, una Eu- ropa, un mundo totalmente distintos, más desencantados (y eso que La dolce vita no era precisamente una película optimista). Pero no sólo de Fellini vive Sorren- tino. En La grande bellezza hace una aparición clave Fanny Ardant. Jep la reconoce, la saluda –con esa admi- ración que tenía Nanni Moretti por Jennifer Beals en Caro diario–, ella se da vuelta un instante y le retribuye el saludo. Y se va, en una cita a Truffaut con música al estilo Delerue –como toda la película, en realidad– y una referencia evidente al principio de Confidencialmente tuya, con la idea del cruce fugaz entre un hombre y una mujer, el principio posible –o ne- gado, si van para distinto lado– de una historia de amor. La grande bellezza es una película de cruces, de encuentros, de oportunidades perdidas. Por eso volvemos al gran amor de Jep, a esa mujer absoluta de la juventud, a esa historia perdida, a la chica que no lo aplaudía, sino que le sonreía y parecía entenderlo con sólo mirarlo. Hay tanto pero tanto más en este film –arte, pretensión, poesía, brillos, curvas, poses, ironías, abrazos y ad- miraciones directas, frases de póster y de las memorables, turistas, Roma turística, Roma inmortal, una reli- giosa final– y ni hemos hablado de los actores, las actrices, una especie de se- leccionado abrumador y fascinante de estrellas maduras del cine italiano, empezando por el protagónico de To- ni Servillo –también con Sorrentino en Las consecuencias del amor, L’uomo in più e Il divo–, tan entrañable como la película. La grande bellezza vista y es- cuchada –la banda sonora es genero- sa, oceánica, enorme– en las mejores condiciones es memorable aunque se la rechace. No todas las semanas se es- tá frente a una experiencia fílmica así de grande, ambiciosa, extraordinaria y fulgurante.ß Javier Porta Fouz Extraordinaria experiencia fílmica cine GIANNI FIORITO Galatea Ranzi y Toni Servillo Alex Pandev le canta al amor El Arranque, en el Torquato Tasso Antes de regresar a París, Alex Pan- dev realizará hoy una última fun- ción en Buenos Aires. La cantante y actriz francesa está presentando el espectáculo Amour y Amor, cu- yo repertorio incluye canciones en francés y en castellano, pero con una misma temática. La acom- pañan Alex Pedro Giorlandini en piano y Fernando Fiszbein en ban- doneón. A las 21, en Biblioteca Café, Marcelo T. de Alvear 1155.ß Con el título Dos Orquestas, Dos Es- tilos, todos los jueves de este mes se realiza, en el Torquato Tasso, del ba- rrio de San Telmo, un ciclo de con- ciertos que comparten El Arranque y Astillero. Hoy, en la sala de Defen- sa 1575, será el turno de El Arran- que, el grupo que suena como una orquesta y que se nutre de las raí- ces del tango para crear su propio estilo, que fue tallando durante 18 años. El concierto será a las 22.ß hoy cIcLo Quince canales para la mujer En París, falleció Mario Camarano Ernesto Sandler, el creador de Uti- lísima, anunció el lanzamiento de YouMujer, un conjunto de quince canales temáticos dedicados a diferentes cuestiones de interés femenino, que podrán verse por Internet a través de la plataforma de YouTube. El contenido de los canales se realizará en instalacio- nes equipadas con tecnología de última generación y con personal especializado en el rubro.ß El lunes pasado, en París, falleció el actor y director uruguayo Mario Camarano. Durante la década del ochenta, fue una de las figuras que más transitó los escenarios del Teatro San Martín. Con espectáculos musicales, para adultos y para toda la famiila dirigió a Inés Rinaldi, Pepe Soriano, Opus Cuatro y al grupo Música Ficta, entre tantos otros. Desde hace dos años, estaba radicado en París.ß LanzamIento teatro

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2 | espectáculos | Jueves 20 de febrero de 2014

Viene de tapa

Paolo Sorrentino. “Roma se convirtió en una ciudad a la que uno solamente va de vacaciones”

El director italiano habla de su nuevo trabajo, estreno de hoy y gran favorito para ganar el Oscar a la mejor película extranjera

L a charla con Paolo Sorren-tino se produjo en septiem-bre último en Toronto, cuyo importante festival de cine

fue una de las primeras cajas de re-sonancia que La grande bellezza en-contró antes de iniciar su recorrido, hoy casi libre de obstáculos, rumbo al premio máximo que Hollywood entrega cada año a las películas no habladas en inglés. El mismo Oscar que el 7 de marzo de 2010 Juan José Campanella trajo a la Argentina gra-cias a El secreto de sus ojos. –Lo que usted cuenta tiene el espíritu fantástico de una crea-ción, pero a la vez se sustenta en un escenario y unos personajes bien arraigados en la realidad de Roma.–Quise mostrar sobre todo ese can-sancio vital que puede percibirse estando en una gran ciudad, no só-lo Roma, y viviendo la vida de una determinada manera. También me detuve en esa sensación de vacío que puede atravesarnos, porque en una gran ciudad nos encontramos en un estado de perpetua transición, sin llegar en ningún momento a alcan-zar algo tangible, concreto y sobre todo íntimo. –Cuesta pensar desde la intimi-dad un personaje tan sociable y expansivo como Jep Gambarde-lla, el protagonista del film.

–Es que las grandes ciudades son enemigas de la intimidad, que es la única forma de belleza permanente. Ellas, en cambio, suelen prometer una belleza fugaz y momentánea, que justamente por esa razón se convierte en algo frustrante. –Pero Roma no es una ciudad cualquiera. Allí uno puede cap-tar al vuelo algo de esa belleza permanente que usted añora en las grandes metrópolis.–Roma se convirtió en una ciudad a la que uno solamente va de vacacio-nes. ¿Y qué hace uno mientras per-manece allí? Espera el momento en que terminen esas vacaciones para volver a la vida verdadera, la de to-dos los días. Lo único que distingue a Roma de otras ciudades es la sensa-ción, al estar allí, de que las vacacio-nes quizá no terminen jamás. –Los personajes de La grande be-llezza tienen todo el tiempo del mundo. El ocio perpetuo.–Nos dejan la sensación de flotar todo el tiempo, en un estado de distracción que puede durar para siempre. Yo quería mostrar la rea-lidad de Roma y de su gente con un ojo crítico y, por qué no, malicioso. Siempre pensé que estos universos por lo general decadentes, tristes y un poco vulgares ofrecen al mismo tiempo espacios ocultos y recóndi-tos en los que aparecen de improviso

maravillosos fragmentos de belleza. Y en este sentido, el cine es una he-rramienta inmejorable para atrapar todo lo bello, algo que vale la pena todavía más en una ciudad que tiene un entorno tan maravilloso. Fuera de toda duda, Roma es una ciudad bella. Y la belleza de Roma, a la vez, está un poco escondida. –Quizás esa malicia a la cual usted se refiere tenga que ver con la nostalgia que expresan al-gunos de los personajes del film. Tal vez añoren cierto aroma de dolce vita perdida. Viven bien, pero están llenos de amarguras, reproches, lamentos, pérdidas.–Más que la nostalgia por una apa-rente dolce vita perdida, en la pelí-cula lo que trato de mostrar es la añoranza de ese pasado que cada uno de nosotros perdió para siem-pre. La pérdida de la infancia, de la adolescencia. Suelo vivir esa sensa-ción, la de añorar aquella edad en la que el presente por única vez en

la vida coincide con el futuro. Algo que, por supuesto, se desvanece en la madurez, se transforma en desilu-sión y desencanto. Nos pasa a todos, independientemente del tiempo his-tórico que nos toca vivir. La mirada pura de un chico es un sentimiento profundamente poético. Es la mira-da de un período en el que cualquier cosa nos sorprende, nos asombra y se muestra ante nuestros ojos como algo maravilloso. Después, cuando uno crece, resulta algo completa-mente normal. –Lleva mucho tiempo trabajan-do con Toni Servillo. Y parece imposible imaginar a otro actor en la piel de Jep Gambardella.–Es una suerte tener a alguien co-mo Toni a mi lado. Además de ser un actor dotado y talentoso, es una persona muy inteligente. Pudimos construir una gran amistad basada sobre todo en la ironía, que es una excelente herramienta para conocer mejor a las personas, evitar el can-

sancio y la rutina del trabajo y, sobre todo, adentrarnos un poco más en el misterio de la existencia, lo único importante para quienes hacemos cine. Buscamos deliberadamente esa experiencia y nos sentimos muy cómodos. –La película empieza con la es-cena colectiva y desencadenada del baile en la terraza. Allí se presentan en sociedad todos los personajes. –Algunas fiestas romanas son exac-tamente tal como las muestro allí. Me pasó varias veces ser testigo de estas fiestas en las que aparecen des-de el cardenal hasta la prostituta y que entregan una pintura extraña y a la vez divertida de lo que es Roma, con esa capacidad innata que tiene la ciudad de juntar a todos y hacer que convivan alegremente, sin pre-ocuparse por nada. –Hablando de cardenales, el suyo no es un film político, pero muestra a la Iglesia como factor

de poder y también, aunque fu-gazmente, la corrupción política italiana. –Imposible evitarlo. En Italia se respira una atmósfera muy viciada por razones políticas, por el empo-brecimiento moral del país y por la profunda y escandalosa pérdida del sentido elemental del pudor. Hoy todo está consentido. Cualquiera se siente habilitado para agredir. Los niveles morales de nuestra sociedad son bajísimos. Mi película habla de todo eso. La gente se dice en la cara lo que piensa de los otros, todos se ofenden con llamativa facilidad.–¿Y cuál es su mirada sobre el cine italiano actual?–Estamos atravesando un perío-do bastante oscuro, deprimente. Quienes estamos más dispuestos a escribir cosas, digamos, de autor, nos sentimos cada vez más margi-nados. Y encima la política ve el cine y el arte en general como si se tratara de una carga.ß

“La belleza de Roma está un poco escondida”, admite el realizador GIANNI FIORITO

La grande beLLezza (ItaLIa/2013; habLada en ItaLIano, japonés, españoL y chIno). ★★★★★ excelente. dirección: Paolo So-

rrentino. guion: Paolo Sorrentino, Umberto Contarello. fotografía: Luca

Bigazzi. edición: Cristiano Travaglioli. música: Lele Marchitelli. elenco: Toni

Servillo, Carlo Verdone, Sabrina Ferilli, Carlo Buccirosso, Iaia Forte, Pame-

la Villoresi, Galatea Ranzi, Franco Graziosi, Giorgio Pasotti, Massimo Popo-

lizio, Sonia Gessner. distribuidora: Zeta Films. duración: 142 minutos. cali-

ficación: sólo apta para mayores de 16 años.

L a grande bellezza es un plato fuerte. El cine de Paolo Sorren-tino, director italiano clave del

siglo XXI, es un plato fuerte. El cine de Sorrentino –un manierista convenci-do– irrita, provoca, desorienta incluso a quienes nos sumergimos en sus pe-lículas sin desconfianza (salvo en su incursión en inglés con This Must Be the Place con Sean Penn). Pero desde su debut con L’uomo in più (El hombre de más, 2001) Sorrentino ha hecho un cine expansivo, generoso, excesivo. Ante su cine, la irritación y la fascina-ción son sensaciones separadas por una fina línea. Basta ver L’amico de fa-miglia, o incluso sólo su secuencia ini-cial: un partido de voleibol femenino filmado con lentos travellings al ritmo de “My Lady Story”, de Antony & The Johnsons. Con eso ya pueden decidir si abrazar o rechazar a Sorrentino.

Otra gran oportunidad –la mejor–

es acercarse a La grande bellezza en el cine que tenga el mejor sonido y la pantalla más grande y con mejor definición para sumergirse en este retrato múltiple de ciudad (Roma) y escritor (Jep Gambardella). Jep, muy joven, a los 25 años, hizo “la gran no-vela”, un éxito a todo nivel que nunca pudo repetir ni continuar. Ahora es un periodista cultural de renombre, un seductor, una presencia importante en las fiestas (con el máximo poder, “el de arruinarlas”), un flaneur de esta Roma actual.

Hay grandes riesgos de fascinarse, como nos pasó a unos cuantos en el estreno en la competencia oficial de Cannes 2013. La grande bellezza es, claro, como se dijo desde ese momen-to, una película ligada a La dolce vita: formato scope, Roma, la belleza, el en-nui, la religión, la decadencia, un autor excesivo detrás. Otra película sobre un

periodista en el centro del movimiento mundano romano. Y si Sorrentino se anima con la película clave –o al me-nos la más famosa– de Fellini, también anima el blanco y negro de La dolce vita con una explosión de colores. Y travellings y diálogos y modos narra-tivos episódicos y mujeres desnudas y política y fiestas y el paso del tiempo y la minoría privilegiada y una extraña mezcla de desdén –los diálogos filosos y ácidos y los personajes de alta ridicu-lez, como el gurú del botox– con una desesperación vital, un anhelo por captar la belleza, la gran belleza, lo que pueda extraerse de esta vida, ya no dul-ce y ya no con los sesenta por abrirse sino con los sesenta y cinco años del protagonista y con una Italia, una Eu-ropa, un mundo totalmente distintos, más desencantados (y eso que La dolce vita no era precisamente una película optimista).

Pero no sólo de Fellini vive Sorren-tino. En La grande bellezza hace una aparición clave Fanny Ardant. Jep la reconoce, la saluda –con esa admi-ración que tenía Nanni Moretti por Jennifer Beals en Caro diario–, ella se da vuelta un instante y le retribuye el saludo. Y se va, en una cita a Truffaut con música al estilo Delerue –como toda la película, en realidad– y una referencia evidente al principio de

Confidencialmente tuya, con la idea del cruce fugaz entre un hombre y una mujer, el principio posible –o ne-gado, si van para distinto lado– de una historia de amor. La grande bellezza es una película de cruces, de encuentros, de oportunidades perdidas. Por eso volvemos al gran amor de Jep, a esa mujer absoluta de la juventud, a esa historia perdida, a la chica que no lo aplaudía, sino que le sonreía y parecía entenderlo con sólo mirarlo.

Hay tanto pero tanto más en este film –arte, pretensión, poesía, brillos, curvas, poses, ironías, abrazos y ad-miraciones directas, frases de póster y de las memorables, turistas, Roma turística, Roma inmortal, una reli-giosa final– y ni hemos hablado de los actores, las actrices, una especie de se-leccionado abrumador y fascinante de estrellas maduras del cine italiano, empezando por el protagónico de To-ni Servillo –también con Sorrentino en Las consecuencias del amor, L’uomo in più e Il divo–, tan entrañable como la película. La grande bellezza vista y es-cuchada –la banda sonora es genero-sa, oceánica, enorme– en las mejores condiciones es memorable aunque se la rechace. No todas las semanas se es-tá frente a una experiencia fílmica así de grande, ambiciosa, extraordinaria y fulgurante.ß Javier Porta Fouz

Extraordinaria experiencia fílmicacine

GIANNI FIORITOGalatea Ranzi y Toni Servillo

Alex Pandev le canta al amor

El Arranque, en el Torquato Tasso

Antes de regresar a París, Alex Pan-dev realizará hoy una última fun-ción en Buenos Aires. La cantante y actriz francesa está presentando el espectáculo Amour y Amor, cu-yo repertorio incluye canciones en francés y en castellano, pero con una misma temática. La acom-pañan Alex Pedro Giorlandini en piano y Fernando Fiszbein en ban-doneón. A las 21, en Biblioteca Café, Marcelo T. de Alvear 1155.ß

Con el título Dos Orquestas, Dos Es-tilos, todos los jueves de este mes se realiza, en el Torquato Tasso, del ba-rrio de San Telmo, un ciclo de con-ciertos que comparten El Arranque y Astillero. Hoy, en la sala de Defen-sa 1575, será el turno de El Arran-que, el grupo que suena como una orquesta y que se nutre de las raí-ces del tango para crear su propio estilo, que fue tallando durante 18 años. El concierto será a las 22.ß

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Quince canales para la mujer

En París, falleció Mario Camarano

Ernesto Sandler, el creador de Uti-lísima, anunció el lanzamiento de YouMujer, un conjunto de quince canales temáticos dedicados a diferentes cuestiones de interés femenino, que podrán verse por Internet a través de la plataforma de YouTube. El contenido de los canales se realizará en instalacio-nes equipadas con tecnología de última generación y con personal especializado en el rubro.ß

El lunes pasado, en París, falleció el actor y director uruguayo Mario Camarano. Durante la década del ochenta, fue una de las figuras que más transitó los escenarios del Teatro San Martín. Con espectáculos musicales, para adultos y para toda la famiila dirigió a Inés Rinaldi, Pepe Soriano, Opus Cuatro y al grupo Música Ficta, entre tantos otros. Desde hace dos años, estaba radicado en París.ß

LanzamIentoteatro