Paralelismos Entre Cervantes y Tolkien

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6 ALGUNOS PARALELISMOS ENTRE CERVANTES Y TOLKIEN Por Ricardo Carvajal Medina 276 años es la friolera cantidad de tiempo que separa la muerte de la máxima figura de la literatura española, del nacimiento del mayor representante de la literatura fantástica. Ambos pertenecen a contextos históricos muy dispares; Miguel de Cervantes (1547-1616) vivió el esplendor del Imperio Español en el siglo XVI, mientras que a J.R.R Tolkien (1892-1973) le tocó ver en primera fila el desmoronamiento del Imperio Británico, después de las dos conflagraciones mundiales del siglo XX. Cervantes cultivó los géneros habituales de la segunda mitad del siglo XVI -poesía, teatro y novela-, mientras que Tolkien fue filólogo, poeta, profesor universitario, y como novelista le dio forma a un género de ficción que cuenta con gran éxito hasta nuestros días. Ante tal situación nos preguntamos ¿cuáles podrían ser los paralelismos entre ambos autores? Sí bien existen pocos, creemos que estos no dejan de ser dignos de ser analizados y estudiados. Nuestra intención no es abrir una línea de investigación ni mucho menos elaborar una hipótesis compleja, mas no hemos querido desaprovechar el espacio que se nos brinda para exponer algunas de nuestras lucubraciones –atinadas o no–, que versan sobre el mundo cervantino del Quijote y el legendarium de Tolkien (legendarium es una palabra que Tolkien tomó del latín para nombrar al conjunto de historias sobre Arda). 1 El primer paralelismo tiene que ver con la vida de ambos autores, pues combatieron en guerras de gran importancia histórica. Cervantes luchó en varias ocasiones, una de las más importantes fue en la Batalla de Lepanto acaecida el 7 de octubre de 1571, frente a las costas de la ciudad de Naupacto, al occidente de la Grecia continental. En ella se enfrentaron el Imperio Turco Otomano contra una coalición de estados europeos denominada la Liga Santa, la cual tenía por objetivo detener la expansión de los turcos, y efectivamente, esta batalla frenó el avance otomano sobre la Europa Occidental y el Mediterráneo. Cervantes llega a referirse –en

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Análisis de la vida y obra comunes entre Cervantes y Tolkien

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  • 6ALGUNOS PARALELISMOS ENTRE CERVANTES Y TOLKIENPor Ricardo Carvajal Medina

    276 aos es la friolera cantidad de tiempo que separa la muerte de la mxima figura de la literatura espaola, del nacimiento del mayor representante

    de la literatura fantstica. Ambos pertenecen a contextos histricos muy

    dispares; Miguel de Cervantes (1547-1616) vivi el esplendor del Imperio

    Espaol en el siglo XVI, mientras que a J.R.R Tolkien (1892-1973) le toc

    ver en primera fila el desmoronamiento del Imperio Britnico, despus

    de las dos conflagraciones mundiales del siglo XX. Cervantes cultiv los

    gneros habituales de la segunda mitad del siglo XVI -poesa, teatro y

    novela-, mientras que Tolkien fue fillogo, poeta, profesor universitario,

    y como novelista le dio forma a un gnero de ficcin que cuenta con gran

    xito hasta nuestros das. Ante tal situacin nos preguntamos cules

    podran ser los paralelismos entre ambos autores? S bien existen pocos,

    creemos que estos no dejan de ser dignos de ser analizados y estudiados.

    Nuestra intencin no es abrir una lnea de investigacin ni mucho menos

    elaborar una hiptesis compleja, mas no hemos querido desaprovechar el

    espacio que se nos brinda para exponer algunas de nuestras lucubraciones

    atinadas o no, que versan sobre el mundo cervantino del Quijote y el legendarium de Tolkien (legendarium es una palabra que Tolkien tom del latn para nombrar al conjunto de historias sobre Arda).

    1El primer paralelismo tiene que ver con la vida de ambos autores, pues

    combatieron en guerras de gran importancia histrica. Cervantes luch

    en varias ocasiones, una de las ms importantes fue en la Batalla de

    Lepanto acaecida el 7 de octubre de 1571, frente a las costas de la ciudad

    de Naupacto, al occidente de la Grecia continental. En ella se enfrentaron

    el Imperio Turco Otomano contra una coalicin de estados europeos

    denominada la Liga Santa, la cual tena por objetivo detener la expansin

    de los turcos, y efectivamente, esta batalla fren el avance otomano sobre

    la Europa Occidental y el Mediterrneo. Cervantes llega a referirse en

  • 7tercera persona a su vida de soldado y participacin esta batalla de esta

    forma:

    Fue soldado muchos aos, y cinco y medio cautivo, donde aprendi a tener

    paciencia en las adversidades; perdi en la batalla naval de Lepanto la mano

    izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, l la tiene por

    hermosa, por haberla cobrado en la ms memorable y alta ocasin que vieron

    los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las

    vencedoras banderas del hijo [Juan de Austria] del rayo de la guerra, Carlos V,

    de felice memoria." (Cervantes, 1972, prlogo, p. 1.).

    Por otro lado, a Tolkien le toc combatir en las trincheras de la Primera

    Guerra Mundial; particip en la batalla del Somme, como oficial de

    comunicaciones. Esta batalla librada en 1916 fue de las ms largas y

    sangrientas de la Gran Guerra, en ella Inglaterra y Francia trataron de

    hacer retroceder a Alemania, sin xito. Slo para darnos una idea de la

    magnitud del enfrentamiento, es necesario mencionar que el primer da de

    combate, los britnicos perdieron 60 000 soldados, avanzando en un mes

    slo dos millas y media; al finalizar la batalla, Alemania haba perdido 500

    000 soldados, y britnicos y franceses 600 000 efectivos, sin contar con

    desaparecidos y heridos (Thomson, 1992, Pp. 81-82).

    La batalla del Somme perteneci a la fase de la guerra llamada

    Guerra de posiciones o Guerra de trincheras, que se produjo tras el

    estancamiento del avance de los ejrcitos europeos; se sigui la estrategia

    de crear posiciones reciamente fortificadas, donde la infantera cavaba

    trincheras para protegerse del fuego enemigo, los britnicos trataron

    de romper las defensas con aviacin, y un nuevo vehculo blindado: el

    tanque. Precisamente fue en esta clase de campo de batalla en el cual Tolkien estuvo involucrado, le toc ver los edificios en ruinas, explosiones,

    centenares de hombres heridos y mutilados, cadveres espantosamente

    destrozados por granadas, tropas cavando tumbas, olor a podredumbre,

    trincheras infestadas de ratas, piojos e inundadas de aguas negras. Los

    amigos de Tolkien murieron en la guerra, l sali ileso del combate,

  • 8pero por las condiciones insalubres adquiri la llamada fiebre de las

    trincheras, por lo cual fue retirado del frente de batalla y posteriormente

    llevado a Inglaterra, donde se recuper sin tener que regresar al infierno

    de la guerra (Carpenter 2002, pp. 96-102). Aos ms tarde escribira cmo

    su experiencia en la Gran Guerra haba influido en la redaccin de algunas

    partes de El Seor de los Anillos: Las Cinagas de los Muertos y las inmediaciones de Morannon deben algo al Norte de Francia despus de

    la Batalla del Somme (Tolkien, 1993, Carta nm. 226, De una carta al profesor L. W. Forster, 31 de diciembre de 1960, p. 354).

    2En el terreno literario, las concordancias son ms abundantes. Cervantes

    y Tolkien se presentan a s mismos como historiadores o traductores de

    obras ya existentes. Cervantes nos cuenta cmo los eruditos debatan

    sobre las hazaas de un tal Alonso Quijano, y l slo presenta parte de

    sus inquisiciones sobre los archivos y tradiciones manchegas. A partir

    del captulo IX de la primera parte, Cervantes nos narra cmo encuentra

    en el mercado de Toledo un manuscrito escrito en caracteres arbigos.

    Despus de contratar los servicios de un traductor y comprar los papeles

    viejos, descubre que el manuscrito es nada menos que una Historia de don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arbigo (Cervantes, 2004, Primera Parte, Cap. IX, pp. 85-88). A partir de este momento, Cervantes se muestra como editor, comentarista y

    enmendador (pues el autor original es un musulmn enemigo de Espaa,

    ha tergiversado la historia) de dicho manuscrito, con lo que l puede

    presentar y dar a conocer la verdadera historia del Caballero de la Triste

    Figura, tanto en la primera como en la segunda parte de El Quijote.En los borradores de lo que sera su legendarium, Tolkien

    nombra un personaje llamado lfwine o Eriol. Segn los borradores ms

    tempranos, lfwine de Inglaterra fue un marinero anglosajn, nacido

    alrededor del siglo X, nico mortal de nuestros das que al navegar por

    el mar, naufrag en la isla de Tol Eressa habitada por elfos. Ah conoce

    a Pengolodh, el mayor cronista de la Tierra Media, quin le cuenta la

    Ainulindal, el Quenta Silmarillion, el Libro Dorado, la Narn i Chn

  • Hrin, los Anales de Aman y los de Beleriand. lfwine-Eriol regresa a Bretaa donde vuelve todas estas historias al ingls antiguo, de las

    cuales Tolkien traducira al ingls moderno y seran las historias que l

    presenta (Bjrkman, 2002). Al editarse El Silmarillion en 1977, lfwine-Eriol queda fuera de la historia, perdindose la relacin entre la realidad

    primaria y la Tierra Media. Tambin en El hobbit y en El Seor de los Anillos Tolkien aparece como historiador-traductor, de una serie de libros que menciona en el prlogo, nos da ttulos como Historia de una ida y de una vuelta tambin conocido como Libro Rojo de la Frontera del Oeste (donde se encuentra la fuente histrica de El Hobbit), Cronologa de la Comarca, Herbario de la Comarca, Palabras y Nombres Antiguos de la Comarca (Tolkien, 2013a, prlogo, Pp. 15-36).

    En los Apndices, aumenta significativamente el nmero de nombres y la referencia a archivos antiguos sobre las edades pasadas

    (Tolkien, 2002b). Un ltimo ejemplo lo encontramos en Egidio, el granjero de Ham, donde ms que historiador, Tolkien se presenta como traductor de un manuscrito en latn insular (Tolkien, 2012, pp. 103-154),

    ambientado en el periodo ms oscuro historiogrficamente hablando de

    las islas britnicas, la llamada Alta Edad Media, es decir los siglos V y VI,

    desde que el Imperio Romano abandona la isla, y se produce la llegada

    de invasores anglos, sajones y daneses (Malet e Isaac, 1959, P. 126), es

    en este perodo donde se localizan temporalmente las leyendas del ciclo

    artrico.

    3Tanto Cervantes como Tolkien retratan un pasado idlico, un pasado

    desaparecido por la degeneracin de los valores antiguos. Don Quijote

    nos habla de este mundo en el denominado Discurso de la Edad de Oro,

    donde se presenta un pasado cuasi comunista de inspiracin ednica: los habitantes de esa edad ignoraban las palabras de tuyo y mo, todas las cosas eran comunes, la humanidad viva en sintona con la naturaleza,

    todo era paz, todo era amistad, todo era concordia. No haba fraude, ni

    engao ni malicia, la justicia estaba en sus propios trminos, no haba 9

  • qu juzgar ni quin fuese juzgado (Cervantes, 2004, Primera Parte, Cap.

    XI, 97-99). Con la desaparicin de ese mundo, fue necesario instaurar

    la orden de caballera andante, para defender las doncellas, amparar las

    viudas y socorrer a los hurfanos y a los menesterosos (dem). El mundo caballeresco slo era el ideal de cmo deba ser la sociedad medieval, un

    ideal que slo exista en los libros de caballera, universo y gnero literario

    que estaba en su declive para principios del siglo XVII. Cervantes le da

    el golpe de gracia a los libros de caballera al escribir Don Quijote de la Mancha, la historia de un hombre maduro que pierde el juicio por leer libros de caballera, saliendo de su pueblo creyndose caballero andante,

    para enmendar el mundo, desfacer los tuertos, rescatar princesas y matar

    criaturas mitolgicas. Irnicamente, cuando Cervantes escribi la parodia

    de los libros de caballera, inmortaliz al caballero andante ms famoso de

    todos los tiempos.

    Tolkien va mucho ms lejos que simplemente retratar un pasado

    perdido, l tena el deseo de crear una mitologa para Inglaterra (Carpenter, 2002, P. 106). Para entender esto debemos de revisar un poco

    la historia de Inglaterra. Desde el siglo V a.d.n.e., las islas britnicas

    estuvieron habitadas por pueblos de origen celta. Despus del periodo de

    dominacin romana que abarc de los siglos I a V d.n.e. , la antigua

    provincia romana de Britania fue invadida como mencionamos arriba

    por anglos, sajones y daneses, trastocando el estilo de vida celta. Una

    segunda invasin a manos de los normandos en 1066, borr los vestigios de

    leyendas celtas existentes. Tolkien lamentaba que la mitologa tpicamente

    inglesa haba desaparecido tras esta serie de conquistas, a diferencia de

    las Eddas islandesas, o el Kalevala finlands. Por tal motivo se propuso crear un pasado mitolgico ingls, un corpus de leyendas que estuviera a la altura de las grandes creaciones mitolgicas de la humanidad:

    tena intencin de crear un cuerpo de leyendas ms o menos conectadas,

    desde las amplias cosmogonas hasta el nivel del cuento de hadas romntico

    -lo ms amplio fundado en lo menor en contacto con la tierra, al tiempo que lo

    menor obtiene esplendor de los vastos telones de fondo-, que podra dedicar

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  • simplemente a Inglaterra, a mi patria. Deba poseer el tono y la cualidad que

    yo deseaba, algo fresco y claro, impregnado de nuestro aire (el clima y el

    terreno del Noroeste, Bretaa y las partes ms altas de Europa, no Italia ni el

    Egeo, todava menos el Este); y aunque poseyera (si fuera capaz de lograrla)

    la sutil belleza evasiva que algunos llaman cltica (aunque rara vez se la

    encuentra en los verdaderos objetos clticos antiguos), debera ser elevado,

    purgado de bastedad y adecuado a la mente ms adulta de una tierra ahora hace

    ya mucho inmersa en la poesa. Trazara en plenitud algunos de los grandes

    cuentos, y muchos los dejara esbozados en el plan general. Los ciclos se

    vincularan en una totalidad majestuosa, y dejara mrgenes para que otras

    mentes y manos hicieran uso de la pintura, la msica y el teatro (Tolkien, 1993, Carta nm. 131, A Milton Waldman [borrador], finales de 1951, p. 172).

    El gnesis del legendarium de Tolkien se remonta a los aos 1917-1925, despus de su convalecencia por la fiebre de las trincheras. Durante este

    periodo escribi El libro de los cuentos perdidos, donde se esbozaron las historias de Los hijos de Hrin y Beren y Luthien. Estos relatos seran el borrador de lo que posteriormente sera publicado parcialmente como

    El Silmarillion en 1977. Tres fueron las motivaciones para que Tolkien emprendiera la creacin de una mitologa completa, una tarea con pocos

    paralelos en la historia de la literatura: el amor por los lenguajes, un lugar

    donde expresar sus sentimientos, y crear una mitologa para Inglaterra.

    A Tolkien le gust desde su juventud inventar lenguas, lo que llev

    a crear una realidad literaria completa (Carpenter, 2002, Pp. 105-115). El

    universo fantstico fue hecho ex profeso para que los idiomas inventados, como el Eldarin, Quenya o Sindarin, tuvieran un escenario donde situarse.

    Tolkien nos presenta un mundo ficticio con un grado de complejidad pocas

    veces logrado (pocos son los universos ficticios que han logrado ese nivel

    de complejidad, existen los casos de Conan de Robert E. Howard, las Sagas Robots, Imperio y Fundacin de Isaac Asimov, Star Trek de Gene Roddenberry o Star Wars de George Lucas, los dos ltimos con ayuda de otros autores): una tierra mgica con geografa y toponimia propias,

    habitado por criaturas y culturas exticas, diversas razas y pueblos como

    los elfos, magos, hombres, enanos, hobbits, orcos, trolls, dragones, cada

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  • 12

    uno con lenguas, alfabetos y fonologas propias, y una historia de varios

    miles de aos en comn, es lo que tiene Arda con sus continentes de Aman

    y la Tierra Media, separados por ocanos. Tolkien no trataba de dar a

    entender que lo que l describa hubiese ocurrido en la antigedad, sino

    dar la ilusin de un pasado mitolgico:

    La Tierra Media es nuestro mundo. He situado (como era de esperar) la accin en un perodo de la antigedad imaginario por completo (aunque no

    del todo imposible), en que la forma de las masas continentales era diferente

    (Tolkien, citado por Carpenter, 2002, P. 107).

    4Las pocas en las cuales vivieron nuestros autores fueron de grandes

    cambios en los mbitos polticos, sociales, culturales y tecnolgicos.

    Fue el rubro tecnolgico sin duda uno de los que ms repercuti en la

    vida de nuestros autores, pues los avances en la tecnologa blica de sus

    respectivas pocas revolucion la forma de hacer la guerra, de llevar la

    violencia mortal a otro nivel.

    Ya mencionamos cmo en la Batalla de Lepanto, Cervantes

    recibi un arcabuzazo en la mano izquierda, dejndole dicha extremidad

    inmovilizada de por vida, la cual menciona que l tena esa herida por

    hermosa; por este motivo se gan el apodo de El manco de Lepanto.

    Cuando Don Quijote pronuncia el Discurso sobre las armas y las letras, se

    vuelve a mencionar la herida en la mano, en esta ocasin se mencionan los

    premios que recibe el soldado con el smil de los acadmicos: Llguese,

    pues, a todo esto, el da y la hora de recibir el grado de su ejercicio:

    llguese un da de batalla, que all le pondrn la borla en la cabeza, hecha

    de hilas, para curarle algn balazo que quiz le habr pasado las sienes o

    le dejar estropeado de brazo o pierna (Cervantes, 2004, Primera Parte,

    Cap. XXXVIII, P. 395).

    Estas reflexiones probablemente fueron producto de los aos

    restantes que vivi sin poder mover la mano izquierda. Cmo sera la

  • 1313

    Eric Fritz

    historia si esa bala de arcabuz hubiera impactado en la mano derecha?

    Habra escrito Cervantes El Quijote? Preguntas sin respuesta que caen al saco roto del hubiera; lo que s nos gustara resaltar, es el choque

    que debi de sentir el joven Cervantes (de 24 aos) al estar luchando con

    fiebre, en una batalla naval tan grande, y de la nada recibir tres impactos

    de arcabuz. La plvora se haba convertido en un invento que en la guerra

    era mortal, para conocer la opinin de Cervantes sobre las armas de fuego,

    conviene traer la siguiente cita del Discurso sobre las armas y las letras:

    Bien hayan aquellos benditos siglos que carecieron de la espantable furia de

    aquestos endemoniados instrumentos de la artillera, a cuyo inventor tengo

    para m que en el infierno se le est dando el premio de su diablica invencin,

    con la cual dio causa que un infame y cobarde brazo quite la vida a un valeroso

    caballero, y que sin saber cmo o por dnde, en la mitad del coraje y bro que

    enciende y anima a los valientes pechos, llega una desmandada bala (disparada

    de quien quiz huy y se espant del resplandor que hizo el fuego al disparar

    de la maldita mquina) y corta y acaba en un instante los pensamientos y

    vida de quien la mereca gozar luengos siglos. Y as, considerando esto, estoy

    por decir que en el alma me pesa de haber tomado este ejercicio de caballero andante en edad tan detestable como es esta en que ahora vivimos; porque

    aunque a m ningn peligro me pone miedo, todava me pone recelo pensar

    si la plvora y el estao me han de quitar la ocasin de hacerme famoso y

    conocido por el valor de mi brazo y filos de mi espada, por todo lo descubierto

    de la tierra (Cervantes, 2004, Primera Parte, Cap. XXXVIII, P. 397).

    El Quijote es una crtica de cmo las instituciones tradicionales son desplazadas por los nuevos organismos del Estado moderno: los ejrcitos

    regulares, la Santa Hermandad, los Consejos de letrados y juristas,

    ocupaciones que antes eran desarrolladas por los caballeros, y ahora son

    realizados por un cuerpo de burcratas. De igual forma, la defensa de la

    paz ya no recae en los caballeros, sino en los ejrcitos modernos, pagados

    por el Estado, la soldadesca y artillera; la guerra moderna ya no permite

    la bsqueda de la gloria y honra personales. En El Quijote, vemos cmo Cervantes considera la profesin de soldado por encima de la de los

    religiosos y letrados (recordemos que Cervantes estuvo ligado al Estado

    profesando como soldado y alcabalero). En cierta ocasin, cuando le dicen

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    a Don Quijote que la profesin de caballero andante es una de las ms

    estrechas de la tierra, que aun la de los frailes cartujos no es tan estrecha,

    responde:

    Tan estrecha bien poda ser respondi nuestro don Quijote, pero tan

    necesaria en el mundo [] Porque, si va a decir verdad, no hace menos el

    soldado que pone en ejecucin lo que su capitn le manda que el mismo capitn que se lo ordena. Quiero decir que los religiosos, con toda paz y sosiego,

    piden al cielo el bien de la tierra, pero los soldados y caballeros ponemos en

    ejecucin lo que ellos piden, defendindola con el valor de nuestros brazos y

    filos de nuestras espadas, no debajo de cubierta, sino al cielo abierto, puestos

    por blanco de los insufribles rayos del sol en el verano y de los erizados yelos

    del invierno. As que somos ministros de Dios en la tierra y brazos por quien se

    ejecuta en ella su justicia. Y como las cosas de la guerra y las a ellas tocantes

    y concernientes no se pueden poner en ejecucin sino sudando, afanando y

    trabajando, sguese que aquellos que la profesan tienen sin duda mayor trabajo

    que aquellos que en sosegada paz y reposo estn rogando a Dios favorezca a

    los que poco pueden (Ibd. Cap. XIII, Pp. 112-113.).

    Sobre los letrados da su opinin en el famoso Discurso de las armas y

    las letras, donde se pronuncia sobre la importancia de las armas sobre las

    letras, tambin aqu Cervantes por medio de Don Quijote expresa que

    la nica forma de vivir ordenadamente es a travs del monopolio de la

    violencia por parte del Estado:

    Y, entre las que he dicho, dicen las letras que sin ellas no se podran sustentar

    las armas, porque la guerra tambin tiene sus leyes y est sujeta a ellas, y

    que las leyes caen debajo de lo que son letras y letrados. A esto responden

    las armas que las leyes no se podrn sustentar sin ellas, porque con las armas

    se defienden las repblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades,

    se aseguran los caminos, se despejan los mares de cosarios, y, finalmente, si

    por ellas no fuese, las repblicas, los reinos, las monarquas, las ciudades,

    los caminos de mar y tierra estaran sujetos al rigor y a la confusin que trae

    consigo la guerra el tiempo que dura y tiene licencia de usar de sus privilegios

    y de sus fuerzas (Ibd. Cap. XXXVIII, P. 396).

    Durante los aos de vida de Tolkien tambin se suscitaron grandes cambios

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    tecnolgicos, y las dos guerras mundiales provocaron la industrializacin

    a gran magnitud de las islas britnicas. En el legendarium de Tolkien no solamente se crea un pasado mitolgico perdido, sino tambin un estilo de

    vida rural como en el que creci, y que para su madurez, haba desaparecido.

    Tolkien creci en Sarehole, aldea pequea cerca de Birmingham, este lugar

    tena todo lo que Tolkien expondra como la idlica vida de La Comarca:

    campos verdes, rboles, aire fresco, un ro con molino, reas que explorar

    e ir de picnic (Crabbe, 1985, Pp. 14-15). En la dicotoma bien-mal de El Seor de los Anillos, existe la lucha entre lo natural y lo artificial, lo bello y lo feo. Por el bando del bien vemos el uso de tecnologa, cuyo fin es crear,

    mientras que la maldad usa la tecnologa con el fin de corromper las cosas

    creadas. Existen ejemplos en los escritos de Tolkien donde muestra su

    aversin por las mquinas, por la tecnologa que corrompe; en los ltimos

    meses de la Segunda Guerra Mundial se expresa as sobre las mquinas:

    Bueno, la Primera Guerra de las Mquinas parece estar acercndose a su

    captulo final y carente de conclusiones, dejando a todos, ay!, ms pobres;

    a muchos, desgraciados o mutilados; a millones, muertos, y slo una cosa

    triunfante: las Mquinas. Como los servidores de las Mquinas se estn

    convirtiendo en una clase privilegiada, las Mquinas han de ser enormemente

    ms poderosas (Tolkien, 1993, Carta nm. 96, A Christopher Tolkien, 30 de

    enero de 1945, p. 134).

    La creacin, la imaginacin es una cualidad sublime de las criaturas

    bondadosas de la Tierra Media, mientras que las criaturas malignas slo

    buscan la destruccin y el dolor. Sobre estas menciona: Es probable que

    ellos [los trasgos] hayan inventado algunas de las mquinas que desde

    entonces preocupan al mundo, en especial ingeniosos aparatos que matan

    enormes cantidades de gente de una vez, pues las ruedas y los motores y

    las explosiones siempre les encantaron, como tambin no trabajar con sus

    propias manos ms de lo indispensable [] (Tolkien, 2013b, P. 72). En

    El Seor de los Anillos vemos cmo el uso de tecnologa por parte de la maldad es con el fin de destruir. Basta ver el dao a los bosques para usarlos

    como combustible, la reaccin de Brbol y los elfos, y la industrializacin

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    forzada de La Comarca por parte de Zarquino (Saruman), para conocer la

    opinin de Tolkien sobre las mquinas. (Tolkien, 2001a, 2002a, 2013a,

    pssim.) Incluso en las facciones opuestas, existe una marcada oposicin entre lo natural y lo humano (entendindolo como corruptor): Los Elfos del

    Bosque, los Enanos de la Montaa; el estandarte de los hombres Rohan es un Caballo Blanco, y el de Gondor es un rbol Blanco con Siete Estrellas. Mientras que por el lado del mal, vemos un Ojo Rojo en el estandarte de Barad-dr y la Mano Blanca de Saruman (Crabbe, 1985, P. 123).

    5Una ltima concordancia que podemos mencionar es que ambos estn

    en contra de la guerra la vivieron en carne propia pero aceptan la

    guerra cuando es justa o en defensa de lo correcto. La guerra justa es

    una doctrina teolgica-poltica del cristianismo, desarrollada durante la

    Edad Media por Agustn de Hipona, y continuada por Toms de Aquino,

    Francisco de Vitoria, Francisco Surez y Luis de Molina, que se mantuvo

    prcticamente sin actualizacin hasta Po XII. Esta doctrina establece bajo

    qu criterios es tolerable la guerra siguiendo los preceptos de la religin

    cristiana; a grandes rasgos puede decirse que la doctrina de la guerra justa

    clsica distingue entre las condiciones que se deben satisfacer antes de

    iniciarse la actividad blica (ius ad bellum), y aquellas que han de presidir su desarrollo (ius in bello) (Segura, 2002, Pp. 53-54).

    El derecho antes de guerra consiste en los siguientes puntos (dem):

    1- La guerra debe ser declarada y llevada a cabo por una

    autoridad legtima (legitima potestas).2- Debe servir a la defensa de bienes y derechos de carcter

    esencial, puestos en peligro por una amenaza injustificada

    (iusta causa).3- Antes de optar por la utilizacin de la violencia debern

    agotarse todas las alternativas posibles (ultima ratio).4- El mal que se produzca a consecuencia de la guerra no debe

    ser mayor a la injusticia que se pretende combatir (proportio

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    effectuum):5- Debe existir una perspectiva de xito suficientemente

    justificada (bonus eventus).

    Aparte de respetar los puntos anteriores, debe de seguirse cierta

    normatividad en la guerra directa (dem):

    1- Proporcionalidad: los medios utilizados han de estar en

    relacin con los bienes que se persiguen. En otras palabras:

    para que un acto militar est justificado, el fin perseguido

    debe tener ms peso que cualquier consecuencia negativa

    que pudiera resultar del mismo.2- Discriminacin: la fuerza militar debe utilizarse de tal

    forma que se respete la distincin entre combatientes y no-

    combatientes. Y, en cualquier caso, la matanza intencional

    de no-combatientes no puede justificarse.

    Nuestros dos autores de religin catlica comparten esta doctrina para

    realizar la guerra en sus mundos literarios. Las ideas de la guerra y la

    paz cervantinas son producto del contexto europeo. Cervantes defiende

    el imperialismo hispano, y en sus comentarios est a favor de enfrentar

    a los enemigos de la Monarqua Catlica: el Imperio Turco, los cismas

    protestantes en Inglaterra y Pases Bajos, las traiciones polticas de Francia,

    y la piratera en el Mediterrneo y Amrica (Insua, 2007a). Explcitamente

    Cervantes menciona por medio de Don Quijote que la forma correcta

    para conducirse en el uso de las armas es la doctrina de la guerra justa;

    argumenta sus locuras por pertenecer a la Orden de Caballera Andante, que

    le permite usar la fuerza para "deshacer agravios y enderezar entuertos":

    Los varones prudentes, las repblicas bien concertadas, por cuatro cosas han

    de tomar las armas y desenvainar las espadas y poner a riesgo sus personas,

    vidas y haciendas: la primera, por defender la fe catlica; la segunda, por

    defender su vida, que es de ley natural y divina; la tercera, en defensa de su

    honra, de su familia y hacienda; la cuarta, en servicio de su rey en la guerra

  • 18

    justa; y si le quisiremos aadir la quinta, que se puede contar por segunda,

    es en defensa de su patria. A estas cinco causas, como capitales, se pueden

    agregar algunas otras que sean justas y razonables y que obliguen a tomar las

    armas [] (Cervantes, 2004, Segunda parte, Cap. XXVII, P. 764).

    Las opiniones de Cervantes por la guerra justa estn marcadas por su poca,

    as ve dbil la poltica exterior de Felipe II (que rein en los aos 1556-

    1598), pues no supo sacar partida de Lepanto, ni supo sacar provecho de

    la anexin de Portugal en 1580. Al final de su reinado, Felipe II tiene que

    aceptar una serie de paces que trastocan el orden hispano, una situacin en

    que las letras superaron a las armas: las treguas con Turqua en 1577

    y 1584, la Paz de Vervins con Francia en 1598, el Tratado de Londres

    en 1604, y la Tregua de los Doce Aos o Tregua de Amberes, con las

    Provincias Unidas [Pases Bajos] en 1609, que empantanaron la poltica

    de Felipe II y su sucesor Felipe III (Insua, 2007a).

    Tolkien por su lado era anti-belicista, el haber luchado en las trincheras

    y perder a sus amigos en la Gran Guerra fue suficiente para que se

    manifestara en contra del uso de la violencia como herramienta para acabar

    con los males del mundo, pues ya [] bastantes miserias y dolores hay

    en el mundo sin que las guerras vengan a multiplicarlos (Tolkien, 2002a,

    P. 314). Se horroriza con la noticia del estallido de las bombas atmicas

    sobre Japn (Tolkien, 1993, Carta nm. 102, A Christopher Tolkien, 9 de agosto de 1945, p. 139), y declaraba su dolor y repugnancia por el

    imperialismo norteamericano y britnico en el Lejano Oriente (Ibd., Carta nm. 100, A Christopher Tolkien, 29 de mayo de 1945, p. 139). Aunque en

    sus escritos existen elementos suficientes para identificar el concepto de la

    guerra justa en su pensamiento, siguiendo la dicotoma bondad-maldad del

    cristianismo. Tolkien opinaba sobre las guerras lo siguiente:

    El estpido desperdicio de la guerra es tan enorme, no slo material, sino

    tambin moral y espiritual, que desconcierta a quienes tienen que soportarlo.

    Y siempre lo hubo (a pesar de los poetas) y siempre lo habr (a pesar de los

    propagandistas); por supuesto, no es que no fue, es y ser necesario enfrentarlo

    en un mundo maligno (Ibd., Carta nm. 64, A Christopher Tolkien, 30 de

  • abril de 1944, p. 93).

    Sobre sus amigos muertos en la Gran Guerra, hace el siguiente juicio:

    el ofrecimiento de sus varias vidas en esta guerra (que, a pesar de todo

    el mal que por ella nos advenga, es, desde una perspectiva ms amplia,

    buena en su oposicin al mal) (Ibd., Carta nm. 5, A G. B. Smith, 12 de agosto de 1916, p. 18). Para Tolkien, la guerra es un mal que en caso de defensa, es necesario, y esto est reflejado en su legendarium. Si bien en todo su mundo fantstico existen diversas guerras, por lo menos en la

    Guerra del Anillo narrada en El Seor de los Anillos, vemos cmo el lado del bien cumple la mayora de los puntos de la ius ad bellum y el ius in bello, mientras que el lado de la maldad incumple los preceptos de la guerra justa. El bando del bien, conformado por reinos legtimos de elfos,

    enanos y hombres, se ve obligado a defenderse de la amenaza de Mordor

    e Isengard, fortalezas defendidas por hombres malvados y orcos, criaturas

    corruptas gobernadas por los traidores Sauron y Saruman. El bando del

    bien slo tiene dos opciones frente a la guerra: sucumbir o pelear, por

    lo que no puede producirse un mal mayor y la perspectiva de xito no

    necesita justificacin. La faccin del mal slo busca corromper el mundo,

    por lo que no hace distincin entre combatientes y no-combatientes. Todo

    lo anterior puede resumirse en lo que menciona Faramir a Frodo cuando le explica por qu defiende Minas Tirith: Guerra ha de haber mientras

    tengamos que defendernos de un poder destructor que nos devorara a

    todos [] (Tolkien, 2002a, P. 347).

    A manera de conclusin, consideramos que existen cinco paralelismos entre la obra literaria de Cervantes y Tolkien: 1) Un hecho

    capital es que ambos fueron soldados, sus vivencias en la guerra influyeron

    notablemente en sus creaciones literarias y en la forma de concebir el

    mundo. 2) Otro paralelismo notable, es que ambos se presentan como

    historiadores, as inventan ttulos de manuscritos de dnde han tomado

    los datos histricos para escribir sus historias, es decir, existe un juego

    entre el escritor y lector en el que se pretende que lo narrado pertenece a la

    realidad primaria. 3) Las guerras en que combatieron se situaron en pocas 19

  • 20 http://mercurycode.deviantart.com/

    de importantes cambios tecnolgicos, que propiciaron una revolucin en

    el arte blico, pero tambin se extendieron a otros mbitos de la sociedad

    humana, en especial en el pensamiento, as se palpa un cambio importante

    en los sistemas de creencias y valores, que ya no son los mismos con

    los cuales crecieron nuestros autores. 4) Por eso en sus mundos literarios

    encontramos una lucha constante entre lo viejo y lo nuevo, lo correcto y

    lo incorrecto, en cmo en el pasado desaparecido las cosas eran mejores

    y ahora las cosas se estn transformando en otra cosa, no siempre para

    bien. 5) Por sus escritos podemos ver que compartan los preceptos de la

    doctrina de la guerra justa, de origen cristiana. Estos paralelismos son los

    que a nuestro juicio podemos resaltar de estos dos soldados-poetas.

    FUENTESBIBLIOGRFICAS

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    (2002) J.R.R. Tolkien: Una biografa. Traduccin de Carlos Peralta. Espaa, Planeta DeAgostini-

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    (2001a) El Seor de los Anillos 2. Las dos Torres. Traduccin de Matilde Horne y Luis Dommenech.

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    Dommenech. Reimpresin, Minotauro.

    (2002a) El Seor de los Anillos 3. El retorno del Rey. Traduccin de Matilde Horne y Luis

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    Minotauro, (Biblioteca Tolkien).

    (2012) Cuentos desde el Reino peligroso [Antologa de relatos]. Ilustrado por Alan Lee. Traduccin

    de Estela Gutirrez. 3 reimpresin, Editorial Planeta-Minotauro-Booket, (Biblioteca J.R.R. Tolkien).

    (2013a) El Seor de los Anillos 1. La comunidad del Anillo. Traduccin de Luis Dommenech. 3

    reimpresin. Mxico, Editorial Planeta-Minotauro-Booket, (Biblioteca J.R.R. Tolkien).

    (2013b) El Hobbit. Traduccin de Manuel Figueroa. 7 reimpresin, Editorial Planeta-Minotauro-

    Booket, (Biblioteca J.R.R. Tolkien).

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    (2002) La teologa cristiana ante la guerra justa en: CARRILLO CZARES, ALBERTO. La guerra

    y la paz. Tradiciones y contradicciones. El Colegio de Michoacn, Zamora, Vol. I, Pp. 47-69.

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    octubre, 2007. En: http://www.nodulo.org/ec/2007/n068p10.htm (Consultado 15 de octubre de 2014)

    Semblanza:

    Egresado de licenciatura de la Facultad de Historia, tiene por lnea de investigacin el estudio del pasado

    prehispnico de las culturas mesoamericanas. Actualmente se encuentra realizando el proyecto de tesis que

    versa sobre la antigua cultura tarasca, titulado La guerra en el Michoacn prehispnico en el siglo XVI.

    Moreliano de nacimiento, ha realizado su formacin media superior y superior en la UMSNH. Ha participado

    como asistente y como ponente en diversas actividades acadmicas especializadas, destacando las ponencias

    sobre El armamento prehispnico michoacano. Acercamiento iconogrfico y documental en el IV Coloquio de jvenes historiadores de Tlalpujahua, Michoacn: La guerra a travs del tiempo. Personajes, batallas y

    tratados, y Socialismo, Alegora histrica de la maldad en El Seor de los Anillos? en el III Coloquio de Perspectivas Multidisciplinarios en la Cultura. Ha coordinado algunos eventos, entre los que se encuentran

    ciclos de conferencias y de cine. Tambin ha participado en el programa de radio de la Facultad de Historia,

    Contratiempo.