Pariani C- Arcore
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Pariani, Noemí Mabel c/ Arcore, Elida Noemí y otros, s/
cumplimiento de contrato” - 16/12/2004 - CNCivil Sala L
CONSENTIMIENTO DE AMBOS CÓNYUGES- LEASING-
LOCACIÓN-LOCACIÓN DE INMUEBLES-INCUMPLIMIENTO
CONTRACTUAL-RESCISIÓN DEL CONTRATO-NULIDAD
CONTRACTUAL-BIENES GANANCIALES-
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lunes, 21 de febrero
Reseña
Expte. 62.905(12.517/2002) - “
Texto
Sumario:
1.-Corresponde confirmar la sentencia de Primera Instancia que rechazó
la demanda entablada por la actora por cumplimiento de contrato de
locación con “cláusula de leasing”, y también rechazó la reconvención de
las demandadas por rescisión del contrato, estableciendo la invalidez de
la cláusula de “leasing”, en virtud de que el causante, -esposo de la
demandada y suscriptor del contrato-, intentó transmitir un inmueble que
se encontraba dentro de los bienes gananciales, y en el caso no existió el
consentimiento de ambos cónyuges como lo requiere el artículo 1277 del
Código Civil para disponer del mismo. El causante tampoco se
encontraba en condiciones de realizar este tipo de contrato ya que no
cumplía los requisitos establecidos por el artículo 27 de la ley 24.441,
esto es, que el dador sea una entidad financiera o una sociedad cuyo
objeto fuere este tipo de contratos, por lo que en este caso la cláusula de
“leasing” también estaría viciada de nulidad.
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Fallo:
En Buenos Aires, a los días del mes de Diciembre de dos mil cuatro,
hallándose reunidos en Acuerdo los señores Vocales de la Sala “L” de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal a fin
de pronunciarse en los autos “Pariani, Noemí Mabel c/Arcore, Elida
Noemí y otros, s/cumplimiento de contrato” y de acuerdo al orden de
sorteo el DR. PASCUAL dijo :
Contra la sentencia de fs. 193/197 se alzaron disconformes las partes
expresando sus quejas a fs. 209/210 la demandada y a fs. 216/217 la
actora. La demandada contestó a fs. 219/220.-
Para facilitar la comprensión del fallo es atinado realizar una síntesis de
la forma en que quedó trabada la litis. La Sra. Pariani indicó que con
fecha 5/2/1999 suscribió con el Sr. Arcore un contrato de locación por el
cual arrendó con “cláusula de leasing”, el inmueble de la calle Ricardo
Gutierrez 3191, piso 1°, dpto. “B” de esta Ciudad, por el plazo de 36
meses; asimismo en la cláusula décimo-quinta pactó el precio de venta de
dicho inmueble, y manifiesta que comunicada a las demandadas la
existencia del presente contrato, comenzaron las tratativas extrajudiciales
para llegar a un acuerdo que no se logró, por ello reclama el
cumplimiento del contrato antes referido. Por su parte las accionadas
niegan los hechos expuestos en la demanda, argumentan la nulidad de la
cláusula de “leasing!” firmada por el causante ya que el bien sobre el que
versa el contrato es de carácter ganancial con la Sra. Alicia Dionisia Siri,
por lo que no dió cumplimiento con lo establecido en el art. 1277 del
Código Civil; reconvienen por la rescisión del contrato de locación (fs.
76). El anterior sentenciante rechazó tanto la demanda como la
reconvención, estableciendo la invalidez de la cláusula de “leasing”
referida. En esta instancia las demandadas cuestionan la imposición de
las costas, en tanto que la actora cuestiona el fondo del asunto.-
En principio cabe recordar que el contrato se encuentra reconocido, por
lo que sirve de marco para distinguir las obligaciones asumidas por cada
uno de los contratantes. En este sentido juegan un papel preponderante
las reglas de interpretación de los contratos en los términos de los
artículos 1197 y 1198 del Código Civil en los que debe privar ante todo,
la buena fe y corresponde hacer una interpretación de las cláusulas
atendiéndose a la intención común de las partes conforme el uso y las
prácticas analizándose los hechos subsiguientes al contrato y acorde con
su naturaleza y las reglas de equidad, teniéndose en mira sus verdaderos
efectos jurídicos (conf. exptes. nros. 47.068, 48.807, 50.144 y 50.216,
entre otros).- Es razonable exigir que los contratos se interpreten y se
ejecuten de buena fe y el objeto de la hermenéutica jurídica consiste en
desentrañar el sentido de una exteriorización que debe reflejar una
voluntad, fijando su alcance preciso (conf. Videla Escalada, Federico N:,
“La interpretación de los contratos civiles” , Buenos Aires 1964 pág. 8) y
la buena fe como principio fundamental de las obligaciones impone que
los contratantes guarden fidelidad a la palabra empeñada y no defrauden
la confianza o abusen de ella (Conf. “Código Civil y leyes
complementarias comentado, Belluscio-Zannoni, T° 5, Editorial Astrea,
pág. 901 y sgtes.).-
En el caso de autos existe una circunstancia que es imposible de soslayar
y esta es que el Sr. Arcore atento lo que surge del contrato intentó
transmitir un inmueble (ver fs. 24, cláusula 15) que como bien dice el
“A-quo” se encontraba dentro de los bienes gananciales y ello surge con
claridad del certificado de dominio agregado a fs. 92 de los autos “Arcore
Guillermo s/ sucesión” de donde se desprende el condominio del
inmueble entre el causante y la Sra. Siri, cuyo matrimonio (según acta de
fs. 32/33 de los mismos autos) es anterior a la compra del mencionado
bien. El art. 1277 del Código de fondo establece que “es necesario el
consentimiento de ambos cónyuges para disponer o gravar los bienes
gananciales cuando se trate de inmuebles, derechos o bienes muebles
cuyo registro han impuesto las layes en forma obligatoria”. Sobre el tema
se ha dicho que la omisión del asentimiento del cónyuge en los términos
que indica este artículo genera una nulidad relativa que puede ser
subsanada por la posterior confirmación o prestación del ulterior
asentimiento (conf. Belluscio-Zanoni en “Código Civil, comentado
anotado y concordado, t°6, pág.179), como se observa en el presente caso
no existió el mentado asentimiento por lo que el acto es susceptible de
nulidad.-
Otro punto que es oportuno destacar es que al momento que se realizó el
contrato del que hoy se persigue el cumplimiento ( febrero de 1999 ver
fs. 9) el art. 27 de la ley 24.441 vigente a ese momento, establecía el
concepto del contrato de “leasing” cuando al contrato de locación de
cosas se agregare una opción de compra a ejercer por el tomador, pero
disponía ciertos requisitos y fundamentalmente que el dador fuera una
entidad financiera o una sociedad que tuviera por objeto la realización de
este tipo de contratos. La exigencia de que el dador sea una entidad
financiera o una sociedad cuyo objeto fuere este tipo de contratos,
obedece a que el Estado pueda controlar la solvencia de las entidades, lo
que brinda seriedad a ese tipo de actividades económicas (conf. Borda
Guillermo en “Tratado de Derecho Civil”, Contratos, t°, I, pág. 604/605,
Ed. Abeledo-Perrot). Como se observa el Sr. Arcore no se encontraba en
condiciones de realizar este tipo de contrato ya que no cumplía los
requisitos establecidos por la ley vigente al momento de la operación, por
lo que en este caso la mentada cláusula de “leasing” también estaría
viciada de nulidad. En consecuencia teniendo presente las cuestiones de
hecho y de derecho expuestas considero que deben desestimarse los
agravios planteados por la parte actora y confirmar lo decidido en cuanto
al fondo del asunto por el anterior sentenciante.-
Con respectos a las costas de la instancia anterior debo mencionar que el
art. 68 del Código Procesal consagra el principio rector en materia de
costas, que encuentra su razón en el principio objetivo de la derrota
(CSJN, 17/11/94, LL, 1995-D-926, n°1631); vale decir, es un imperativo
razonable y equitativo de indemnizar un perjuicio concreto (los gastos
causídicos) y para ello debe observarse la cuestión desde una óptica
puramente objetiva, desechando la subjetividad que pudo haber guiado a
los justiciables; en consecuencia el vencido soportará los gastos que
debió realizar su contradictor para obtener el reconocimiento de su
derecho (conf. Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, revisado,
ordenado y comentado por Carlos E. Fenochietto, pág. 131/132, Ed.
Astrea). Las quejas de la demandada en cuanto a la imposición de las
costas por la acción rechazada deben admitirse toda vez que la actora he
sido vencida en su pretensión y por lo tanto ha de soportar la totalidad de
las costas. No ocurre lo mismo en cuanto a las costas de la reconvención
dado que ninguna de las partes ha cuestionado en este tema la aplicación
global de las costas que determino el aquo.-
Por los fundamentos expuestos voto para que se confirme la sentencia de
fs. 192/197 en lo principal que decidió y fue materia de queja y se
modifique en cuanto a que las costas de la instancia anterior referidas a la
demanda que se desestimó serán soportadas en su totalidad por la actora
al igual que las costas de Alzada, atento el alcance y resultado de las
apelaciones.-
Los Dres. Degiorgis y Lozano por razones análogas votan en el mismo
sentido.-
Con lo que terminó el acto, firmando los señores Vocales por ante mi que
doy fe. Dres. Emilio M. Pascual, Carlos R. Degiorgis, Judith Lozano,
Julio C. Speroni. Es copia fiel del original que obra en el Libro de
Acuerdos de la Sala.-
Buenos Aires, de Diciembre de 2004.-
Y VISTO : lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo
transcripto precedentemente por unanimidad de votos el Tribunal decide :
Confirmar la sentencia de fs. 192/197 en lo principal que decidió y fue
materia de queja y modificarla en cuanto a que las costas de la instancia
anterior referidas a la demanda que se desestimó sean soportadas en su
totalidad por la actora, al igual que las costas de Alzada, atento el alcance
y resultado de las apelaciones.-
Regístrese, notifíquese y devuélvase.-