PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

44
PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID Publicación anual de la “Peña de Tomelloso en Madrid” Publicación Gratuita Número 19 +Agosto 2015 Carrañaca

Transcript of PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

Page 1: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

Publicación anual de la

“Peña de Tomelloso en

Madrid”

Publicación Gratuita

Número 19 +Agosto 2015

Carrañaca

Page 2: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

Sumario Sumario página 2

Carta de la Presidenta página 3

Libros página 4

La 1ª Romería de la V.V. Pablo Avendaño Lara página 6

Navidad Ramón Serrano página 6

Asociación Flamenca, Artículos Alejandro Lozano Chinchilla página 7

Félix Grande, defensor de las libertades página 8

Lamento por Félix Grande Tomás Perales página 9

Homenaje a Félix Grande Juan José Losa Benito página 10

Un Adiós para Félix Grande Dionisio Cañas página 11

Grande de ti mismo Mª Antonia García de León Álvarez página 11

A Félix Grande Pablo Avendaño Lara página 11

Semblanza biográfica de Vicente Olmedo Emma Cueva Quirós página 12

Junta Directiva (22-06-13) página 13

Homenaje a la letra Ñ Pablo Avendaño Lara página 13

Desesperanza Tomás Perales página 14-15-16

Un paseo por el Espacio Tomás Perales página 17-18

Paulina y Gumersindo Ana Mª Fernández Rivero página 19

Premios de Poesía y Pintura 2014 página 20

Del Tomelloso hay una muy buena Hª que contar Carlos Moreno página 21

Llovió Mª Teresa Lozano página 22

A Vicente Olmedo Estela Olmedo Salinas página 22

Memoria 2º Semestre 2013 página 23-24

Soledad Luisa Madrigal Lara página 25-26

La genialidad de lo auténtico Mª Teresa Lozano página 27

Gozar el amor de una mujer Pablo Avendaño Lara página 28

El mundo, una figura herida Antonio Carvajal página 28

La desesperación del león… Rocío Torres Márquez página 29

Actividades del año 2014 página 30

Presentación del libro “Historia del Fútbol en Tomelloso V. Olmedo página 31

Con Tomelloso siempre en el corazón L.L. página 32

Tomelloso, sacrificio de una ciudad Ángel Bernao página 33

Presentación de Sonia Emma Cueva Quirós página 34-35

Pobladores y Fundadores Emma Cueva Quirós página 36

Pregón Romería/2014, semblanza Mª Teresa Lozano Emma Cueva página 37

Curriculum Pluvio Coronado página 38

El inventor y conservador de palabras Emma Cueva Quirós página 39

Análisis de doña Crisanta Moreno Emma Cueva Quirós página 40-41

Curriculum Mª Dolores López Serrano página 42

Carta de agradecimiento a Vicente Olmedo - Lorenzo Navarro página 42

Page 3: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 3

Queridos paisanos:

Hemos pasado un tiempo sin poder

editar esta revista, pero nos ha

parecido buena idea “morir con las

botas puestas”. Quiero decir con esto

que seguimos de la misma guisa que

en años anteriores, es decir, sin blanca

y sin ayudas ni colaboraciones, pero

nuestros socios y amigos quieren tener

noticias

nuestras.

Desde la

Peña de

Tomelloso

en Madrid,

os pedimos

disculpas

por la

humildad

de esta

publicación y esperamos que os

agraden las actividades que realizamos

para mantener viva la memoria de los

que vinieron a la capital y fundaron

esta Asociación.

Nos gustaría mucho que nos

dierais vuestras opiniones e ideas y

también que, todo aquello que

dignifique a nuestro pueblo nos lo

hagáis saber y llegar.

Nosotros seguiremos en la

brecha hasta el final, y esto llegará

cuando ya no tengamos más recursos

económicos para invertir en nuestra

Peña.

Los jóvenes ya no se acercan

tanto a estos Centros. Como nos

mantenemos de lo que aportamos, no

podemos realizar otro tipo de

actividades más suculentas, sin

embargo, nos rebelamos a su

desaparición.

Pero no todo son calamidades,

como podéis comprobar barajamos

diversidad de actos donde la

comunicación y el afecto es evidente y

agradable.

Esperamos vuestro apoyo y

cariño, siempre. Nuestro

agradecimiento a los que nos

acompañáis en el camino.

Emma Cueva Quirós

PRESIDENTA

CARTA DE LA PRESIDENTA

Page 4: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

4 PÁMPANAS

L I B R O S

Page 5: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 5

EL PERIÓDICO DEL COMÚN DE LA MANCHA

CUESTIONARIO PARA EMMA CUEVA QUIRÓS

1ª.- ¿Cuál es el equipo con el que llega a la presidencia de la Peña de Tomelloso en Madrid?

Presidenta: Dª Emma Cueva Quirós Vicepresidenta Primera: Dª Olga Alberca Pedroche Secretario General: D. Ramón González Reyes Tesorero Interventor: Dª Francisca Grande Vázquez

Vocales: D. Antonio Jiménez Crespo D. Vicente Olmedo García Dª Carmen Yáñez Quevedo D. Fernando de la Cruz Argibay

D. Avelino Roldán de la Torre D. Alejandro Lara Cobo D. Fernando de la Cruz Argibay Delegados: D. Félix Barbero Alfonso D. José María Sotillo Vaquerizo D. Andrés Díaz Aliaga

2ª.- ¿Cuál ha sido su vinculación con este colectivo

asociativo hasta el día de hoy? Acudí a la Casa de la Mancha (entonces era así) en el año 1982 y fundé junto a otros tomelloseros el grupo de teatro “La Barja”. Después estuve varios años sin tener vínculo alguno, pero hace tres años, aproximadamente, presentamos mi familia y yo los libros de mi abuelo, Luis Quirós, en dicha Casa, retomando el contacto, principalmente con Olga Alberca y José López Martínez. A raíz de entonces tomé parte en el grupo de Teatro de la Casa (Grupo Carlos Lemos) interpretando el papel de Dra. Einstein en la obra “Arsénico por compasión”. Al comenzar el nuevo curso me eligieron como directora del Grupo y este curso hemos puesto en escena “El bebé furioso” (Manuel Martínez Mediero)

3ª.- ¿Qué sentimientos mueven el espíritu de los tomelloseros que residen en la capital? Seguir vinculados a su pueblo, tanto con amigos y conocidos como con quienes sientan la necesidad de

tener un trozo de sus raíces en Madrid. En definitiva, saber que Tomelloso sigue creciendo en cualquier parte.

4ª.- En estos momentos ¿con cuántos socios cuenta la Peña? ¿Se plantea aumentar el número de asociados, especialmente entre los tomelloseros más jóvenes? Con 88 socios. Por supuesto que nos los

planteamos, ese es nuestro deseo, que sea un centro al que se pueda y se quiera acudir personas de todas las edades e ideas.

5ª.- ¿Cuáles son los nuevos proyectos e ideas que le gustaría poder desarrollar al frente de la Peña que reúne a los tomelloseros en Madrid? Activar y motivar a los jóvenes para no perder las tradiciones, pero al mismo tiempo poder ofrecer actividades interesantes y novedosas: concursos culturales en general y con un recorrido histórico de Tomelloso, en particular. Presentaciones de libros,

Pregón de Semana Santa y Romería, concurso de

platos típicos, concursos de poesía, pintura y narrativa, Excursiones de todo tipo y guiadas, campeonatos con todo tipo de juegos, desfiles de modelos, concursos de bailes en general, etc…

6ª.- ¿Considera que la asociación adolece de algo en la actualidad? Si cree que es así, ¿cómo piensa mejorar esos aspectos? Adolece de gente joven que promueva y se interese por la historia y costumbres de Tomelloso. Intentamos mejorar esos aspectos realizando actividades como las indicadas en la pregunta nº 5. El factor económico influye a la hora de poder realizar muchas de esas actividades

7ª.- Se acerca la Feria de Tomelloso y la Peña que usted preside participa muy activamente en la organización del llamado Día del Ausente. ¿Puede hacernos una valoración de Indortes Franco Bolós Jiménez, el tomellosero ausente que será homenajeado este año a petición de su propia Peña? Esta petición la realizó la anterior junta Directiva, nosotros la llevaremos a cabo. Hablé hace unos días con Don Indortes, pero será más completo enviar un Historial.

8ª.- Finalmente, como tomellosera ¿qué recuerdos

guarda con especial cariño sobre la Feria de Tomelloso? Aunque me marché de Tomelloso muy joven, conservo muchas amistades de la infancia y la juventud y la Feria siempre fue motivo de alegría y diversión. Tanto niños como mayores la esperábamos con inquietud, eran días de mucho movimiento en todos los aspectos, todos teníamos nuestro espacio. Sin tener un recuerdo especial, Tomelloso es mi

raíz.

ENTREVISTA

Page 6: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

6 PÁMPANAS

LA PRIMERA ROMERÍA DE LA VIRGEN

DE LAS VIÑAS

La primera romería de la Virgen de las Viñas de Tomelloso, la recuerdo perfectamente, y eso

que contaba con sólo tres años y 173 días, casi 3 años y medio. (Aquel año fue bisiesto)

Por aquella época, vivíamos en la calle Claudio

Coello nº 6, fui caminando de la mano de mi tía, por la calle

Madrid, hasta la esquina con la calle de Socuéllamos, y nos

quedamos en la esquina, (donde hoy se encuentra la estación de autobuses) hacía un día muy desapacible, con viento y

lluvia intermitente, pero yo quedé encantado, porque vi

por primera vez en mi vida, un avión o “rroplano”, como

decían los chicos un poco mayores que yo, realmente

era una copia no demasiado exacta de lo que también solía llamarse un aparato; el tal “rroplano, parato o vión”,

fue lo que me impactó, y ese es el recuerdo que me quedó de

aquel 7 de mayo de 1944, hace ya la friolera de algo más de

70 años.

Ah para que no os quebréis la cabeza pensando en cuando nací, fue el 16 de noviembre de

1940, justo en la calle Santa Amalia nº 8 de Tomelloso, naturalmente. Un saludo para todos mis paisanos. Pablo Avendaño Lara.

Alegría, alegría, alegría, alegría, alegría y placer,

venimos de romería,

por ser la primera vez.

Madrid 22 de octubre de 2014

NAVIDAD 2014

Cuando, hace mucho tiempo, alguien

dijo que los árboles solían no dejarnos ver el

bosque, pienso que se estaba refiriendo, entre otras cosas, a que los hombres, con gran

desatino, se entretenían en menudencias

insustanciales apartándose del verdadero

meollo de la cuestión. Hoy, y para nuestra

desgracia, sigue siendo de ese modo, pero

además hay quien afirma -y con bastante razón- que ya apenas quedan árboles, que

prácticamente no hay bosques en el mundo en

que vivimos. Sin embargo, y aun siendo

conscientes de la veracidad de ello, tanto en el

estricto sentido arbóreo como en el de la inconstancia o insignificancia en el obrar, no

quiere ser este mensaje mío desalentador, sino un grito de spes autem cogitabant, la voz con la

que expreso mi creencia esperanzada para el

futuro, muy pensada y con un firme

fundamento. Y, por ello, he de decirte que la panacea

con la que cuenta la humanidad para que la

salve de todos los muchísimos males que la

amenazan, son sencilla, pero magníficamente,

los niños. Sí amigo, leíste bien: los niños. Porque, aun llamándose estos Mohamed para

unos, Leví, Jesús, Abharan, John, Hao, o

Vladimir para otros, ellos serán los que

sabrán, y querrán, sacarnos de todos esos

ingentes apuros en los que nos estamos

metiendo. Para ayudarles, dispongámonos a facilitarles su labor, y, sobre todo

EDUQUÉMOSLES. Amplia, intensa,

doctamente; cuanto sepamos, cuanto podamos

y más aún. Siendo así, y así ha de ser, podremos gritar: Sursum corda, pues al

hacerlo, nos hallaremos henchidos de gozo. Esa consecución de una educación

universal, con todo lo que conlleva, es la

esperanza y la felicidad que os deseo a ti, y a

los tuyos, en el próximo año.

Ramón Serrano

C O L A B O R A C I O N E S

Page 7: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 7

“De la tierra,

esa música viene de la tierra, viene de la contienda del asfalto, del oscuro atropello de las arterias del planeta. Viene de la preponderancia del fuego, del confuso lenguaje de los yacimientos,

del desconsuelo de los minerales. Esa música es ciega como las raíces y es terca como las semillas. Sabe a tierra como la boca de un cadáver, viene y es de tierra redobla a geología.”

Francisca Aguirre

Estimados y flamencos amigos:

Me es grato dirigirme a vosotros de nuevo que sois gentes que cuando escuchan el quejío de

un cante, el picao de una guitarra o el taconeo de un baile la emoción aflora y no se sabe por qué. Y es que es difícil de explicar con palabras…

Por ello, como Presidente y con la compañía de Ortiz y Cantón, nos sentimos orgullosos de poder volver a realizar el VI Festival de Cante “Posada Flamenca”, donde las provincias de Córdoba, Huelva, Cádiz y Sevilla se harán presentes con sus artífices del flamenco. Todos ellos galardonados en concursos de ámbito Nacional e Internacional, en los que han obtenido primeros premios.

De este modo quedáis todos invitados a revivir de nuevo esta cita con el VI Festival, en el que habrá momentos en los que el sonido grave del bordón y las agudezas de la prima, el zapateado de un buen baile lleno de colorido y embrujo, o la voz quebrada de un buen cante lleno de sentimiento, fatiga, furia, injusticia o de quejío, serán capaces de dar luz y colorear nuestras vidas hasta meterse en lo más profundo de nuestro corazón y acariciarlo.

Desde estas líneas agradezco a las Instituciones que han colaborado, tanto a la Diputación de Ciudad Real, como al Departamento de Festejos de nuestro Municipio, con Isabel Hurtado, concejal del Ayuntamiento de Tomelloso y también toda la buena voluntad y esfuerzo de los publicitarios ante la ingratitud de nuestros tiempos, pues entre todos hacemos posible la realización de este Festival, a todos MUCHAS GRACIAS.

Queridos amigos del flamenco: Me dirijo a vosotros para informaros que de nuevo esta aquí noviembre y que con él llega el VII Festival

del Cante “Posada Flamenca”; Festival que a pesar

de ser ya referente nacional, a bien seguro volverá a emocionarnos, ilusionarnos y hasta a ponernos los cabellos de punta volviendo a revivir momentos inolvidables.

Para ello vamos a contar con la presencia de grandes profesionales, como Antonio José Mejías y Luis Heredia, “El Polaco” como cantaores.

La sonanta de Manuel Herrera y el piano de Laura de los Ángeles con su espectáculo flamenco. Todos ellos, de gran reconocimiento internacional, serán los encargados de dar luz y colorido a nuestro teatro municipal. Recordando una frase célebre del gran maestro Antonio Fernández Díaz “Fosforito” el día que le otorgaron la “llave de Oro del cante flamenco”, en la cual decía: “a lo único que aspira, en verdad, un artista es a tener la llave del corazón de todos los aficionados.

De la misma forma esta Asociación tiene como objetivo con este Festival llegar al corazón de todos los que nos acompañéis.

Agradecemos desde la Asociación el gran esfuerzo que hacen el Departamento de Festejos, con Isabel Hurtado, concejal al llevar el máximo peso de este Festival, a la colaboración de la Diputación de Ciudad Real y a los publicitarios que con sus donaciones lograrán que entre todos

hagamos que este festival sea una realidad. Me quiero despedir con este poema donde

se describe que el flamenco es puro sentimiento del ser humano.

Y decir sólo palabras bonitas no es cantar flamenco, el flamenco es contar las penas por soleares y por seguiriyas, es salpicar la vida con la sal de las alegrías y bulerías; Es traer de la otra orilla las milongas, colombianas y vidalitas. Es dolerse por fandangos. Es piropear por malagueñas. Es hablar con Dios por saetas. Es maldecir o maldecirse por carceleras. Es contar historias por romance. Es bailar por tangos y lanzar los

brazos al aire para tocar a los dioses. Es sacar fuerzas en la mar por galeras. Es acompañarse en la fragua por toná o golpe de martillo. Es morirse poco a poco en las profundidades por taranto, taranta o minera. Es hacer de un cante dos, como la granaína y la media granaína. Es cantar al viento en los cantos de trilla. Cuento con vuestra asistencia desde el Asociación y os mando un gran abrazo de Ortiz Cantón y de un servidor.

Alejandro Lozano Chinchilla

Presidente

COLABORACIONES

Page 8: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

8 PÁMPANAS

Comunidad Originaria de Castilla-La Mancha

Entidad Declarada de Utilidad Pública Municipal

DEFENSOR DE LAS LIBERTADES

Nace en Mérida, Badajoz el 4 de febrero de 1937 y muere en Madrid el 30 de enero de 2014. Fue poeta, flamencólogo y crítico, considerado uno de los grandes renovadores de la poesía española de los años sesenta. A los dos años de edad llega a Tomelloso, donde vive hasta los 20. De guitarrista flamenco pasa a otro instrumento: la literatura. En 1957 se va a Madrid y en 1961 comienza a trabajar como redactor en Cuadernos Hispanoamericanos, revista de la que llega a ser director entre 1983-1996. También dirigió la revista de arte Galería (1989) y la colección El Puente Literario de la editorial Edhasa (1969-1971. obtuvo su primer premio, el Adonáis en 1963, por Las piedras. En 1965 gana su primer galardón de Narrativa, el Premio Eugenio d’Ors por su novela corta Las calles, Premio Nacional de Poesía en 1978 por Las rubáiyatas de Horacio Martín. Como narrador destacan: Doscientos (1968), Parábolas (1975), Lugar siniestro este mundo, Caballeros (1980), Fábula (1991), Decepción (1994), El marido de Alicia (1995), Sobre el amor y la separación (1996) y La balada del abuelo Palancas (2003). Como flamencólogo escribió García Lorca y el flamenco (1992), Agenda flamenca (1987), Memoria del flamenco (1995), obteniendo el Premio Nacional de Flamencología, y Paco de Lucia y Camarón de la Isla (2000). Fue miembro de número de la Cátedra de Flamencología y estudios folclóricos.

En 2010, después de un largo silencio, incorpora el poema La cabellera de la Shoá y a finales del año siguiente salió Libro de familia. Casado con Francisca Aguirre (Premio Nacional de Poesía) con la que tuvo una hija, también poeta, Guadalupe Grande. Sus restos mortales reposan en el cementerio de Tomelloso.

PREMIOS Y DISTINCIONES

Premio Alcaraván, Premio Guipúzcoa por Música amenazada, Premio Gabriel Miró, Casa de las Américas por Blanco Spirituals, Premio Hidalgo, Premio Nacional de Flamencología, Premio Barcarola, Premio Felipe Trigo de Narración corta, Premio Manuel Alcántara, Mejor Escritor de Temas Flamencos, Premio Extremadura a la Creación, Premio Nacional de la Letras Españolas, Premio Quijote a la Creación Literaria, Premio Comunicación de la Cadena Ser, Hijo adoptivo de Santiago de Chuco, Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, Hijo adoptivo de la ciudad de San Roque, Medalla de Oro de Castilla- la Mancha, Miembro de la Real Academia Hispano Americana, Miembro de número de la Real Academia de Extremadura de las Artes y las Letras, Hijo predilecto de Mérida. Premios de Poesía, Narrativa y Ensayo, lo que no es posible introducir en este resumen de su vida.

FÉLIX GRANDE

CASA CASTILLA-LA MANCHA MADRID

C/Paz nº 4 - 28012 Madrid – Telf. 915227278

Page 9: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 9

LAMENTO POR FÉLIX GRANDE

En el momento que cito, me encontraba

escuchando la radio. En realidad no era una situación excepcional: siempre enciendo la

radio antes que el motor. Circulaba por una

carretera cualquiera a cumplir con la actividad

cotidiana, la que llena la barja que alimenta la

vocación de escribir, porque vivir de la litera-

tura lo consiguen sólo unos pocos buenos y muchos malos, y yo no estoy con los primeros

y huyo como de la peste de los segundos. En-

tonces, tras un silencio inquietante, llegó la

noticia… Cuando fui capaz de digerirla lloré en

solitario. En mi llanto había rabia —creo que siempre la hay en el que llora— porque desa-

parecía uno de los pocos buenos habiendo

tanto malo de donde elegir. En mi congoja

huérfana había pena, desconsuelo y miedo

porque se había derrumbado uno de los an-

damios que sostienen las vidas de los más simples, las vidas que se yerguen con ayuda.

Newton lo proclamó a los cuatro vientos: “he

llegado alto porque iba a lomos de gigantes”

(en referencia a los científicos que le dejaron

su herencia). Yo, solo para mantenerme a ras del suelo, también necesito auparme a lomos

de gigantes, como Félix. Saber que existen

personas como él, que son de tu raza, que te

arrostras tras sus mismos deseos y

aspiraciones, que compartes pluma, aunque

torcida, aseguraba el oxígeno vital. Pero Félix ya no está y muchos como yo nos quedamos

indefensos de referencia, de norte.

Para la ocasión he buscado palabras para

definirlo y no han aparecido. Quizás no existen

o carece de sentido la búsqueda: Félix Grande es netamente Félix Grande. Entiendes la nece-

dad de la búsqueda cuando lo mientas: el que

te escucha sabe quién es porque lo ha leído, lo

ha escuchado, lo ha visto. Jamás se me olvi-

dará cómo lo presentó mi padre hace solo unos

años, poco antes de morir, cuando aparecí por el pueblo un fin de semana: «he estado en casa

de fulano y estaba allí ese muchacho del pelo

blanco que escribe». Las pocas palabras dicen

más que las muchas, pero que con Félix so-

braban todas: Su semblante sin edad, el carnet

de identidad en el pelo y la pluma y la voz lle-vadas en andas en el rostro hablaban de él.

Solo los simples necesitan definición precisa.

Años atrás, el destino propició una sabrosa

anécdota con ellos como protagonistas.

Sucedió en Mérida. Mi padre cumplió el

servicio militar allí. Hartos de que nos contara sin compasión lo que lo quería su general, o

capitán o lo que fuese, que le daba la merienda

a cambio de trabajos en su casa, mi mujer

organizó un excursión. Fuimos toda la familia.

Al llegar comenzamos a ver los monumentos,

pero eso a él no le interesaba, que ya había visto muchas piedras en el campo: él quería

ver su cuartel. Nos dirigimos a la zona, pero ni

rastro. Callejeando recordé que Félix había

hecho lo mismo con su familia para mostrarles

la casa donde nació. Ambos hombres tuvieron que preguntar. Félix sí encontró su nido, pero

mi padre no pudo volver a ver su querido

cuartel porque se había convertido en un Corte

Inglés.

Jamás nos encontramos Félix y yo, jamás

lo busqué porque para mí era suficiente con saber que existía y que nos unía al menos la

tierra y el amor a las letras. Sí busqué con

ansia sus palabras escritas en las que siempre

encontré la valentía de la denuncia y filones de

motivos en los que hincar el pensamiento. Nacimos en el mismo barrio, jugamos en

las mismas calles, pero la diferencia de edad

impidió que militásemos en el mismo bando de

felices salvajes que lanzaban piedras a los de

los otros barrios, el juego de entonces, antes

de caer prisioneros en las voraces garras de las maquinitas de hoy. En muchas ocasiones,

subido en la alfombra voladora que tenemos en

la cabeza cuantos escribimos, he fabricado

imágenes en las que aparecíamos los dos en

pantalón corto, con la misma edad, haciendo altos en las peleas y desnudando nuestras

almas blancas con deseos a los que no hubié-

semos sabido poner nombre, pero que apunta-

ban a los cielos y la luna. Ambos dejamos el

pueblo con la ilusión de volar, pero con un

sentimiento de traición. Por eso no lo separa-mos del alma y nos acercamos continuamente

a él con nuestro oficio para devolverle algo de

lo que nos dio.

Ya no está Félix pero sí su herencia como

sombra tan alargada como el Varal que cuelga

de las paredes del Ayuntamiento. Nos ha de-jado oficio, nobleza, solidaridad y orgullo de

lugar. Yo ya no digo “soy de Tomelloso”, sino

“soy del pueblo de Félix Grande”.

Tomás Perales 2014

FÉLIX GRANDE

Page 10: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

10 PÁMPANAS

En primer lugar quiero agradecer a la Peña de Tomelloso en Madrid, y en particular a su Presiden-ta Emma Cueva Quirós, su amable invitación. He dicho otras veces que una de las mayores satisfac-ciones de mi vida pública fue conocer personalmen-te a grandes escritores a los que desde hacía mucho

tiempo había leído y admirado, entre los que se encuentran mi querido amigo D. José López Martí-nez, con quien me honra compartir mesa en este acto y, por supuesto, Félix Grande. Entre la talla literaria de las personas con las que comparto mesa uno corre el riesgo de sufrir un cólico verbal. Por ello, he querido escribir mis pala-bras y ajustarme en ellas a la modesta perspectiva, que entiendo algo puede aportar para enriquecer nuestro recuerdo colectivo, del humilde niño de

Tomelloso que recibe el impacto de una poesía de tanta calidad como la creada por Félix. Recuerdo que me acerqué a su obra en mi pubertad, hacia finales de los años setenta. Yo era niño de lecturas continuas, candidato a formar parte, con el tiempo, de ese grupo que, como decía Borges, más podría presumir de lo leído que de lo escrito. Pero, aun con esta cualidad, no resultaba natural que a los trece o catorce años un niño se acercara a la obra de Félix en lugar de abordar otras lecturas. Pero el destino nos cruzó, pues quiso que por aquélla época tuviera algún eco en Tomelloso la concesión del Premio Nacional de Poesía, que con justicia lo elevaba al Olimpo de escritores de nues-tro pueblo con renombre nacional. Y también quiso el destino que la curiosidad de un niño al que llegó la noticia, por ser casualmente su paisano, se des-

pertara interrogándose quién sería ese señor. Y, claro es, el paso siguiente fue solicitar información en la misma Biblioteca Municipal de Tomelloso donde Félix había disfrutado sus lecturas durante tantas horas. Es decir, preguntar por el hijo pródigo en su misma casa. Lo que me encontré fue existencialismo lírico. La maravillosa combinación de poesía desnuda que deja, no traslucir, sino galopar, los sentimientos, inquietudes y desvelos de la vida, con la intensa búsqueda de la belleza en la palabra. La asombrosa capacidad de aunar la forma y el dramatismo, de penetrar en el amor, en el agobio del paso del tiem-po, en la soledad, en el horizonte de lo cotidiano, abrazándolos desde el estilo, desde la pulcritud

poética, en esa simbiosis que sólo los mejores consi-guen, cuando fusionan lirismo y vida, “al abrazo imposible de la Venus de Milo”, como decía Rubén Darío. Y todo ello impregnado del mancheguismo que rezuma por los poros de su obra, en lo ético y en lo estético. En la manera de clavarse en el terreno sin perder la distancia canónica, casi bíblica, con la que el manchego afronta estoico los reveses desgarrado-res de la vida. Y en la manera de retransmitirnos los dejes, los modos de expresión de un pueblo, los códigos con los que un grupo de paisanos exteriori-

zan sus afanes. Cuando un tomellosero lee a Félix siente el or-gullo de lo cercano. Abre la novela escrita por Pa-lancas III y el pulso se acelera mientras se piensa: “Ostras, es que este Macondo es mi pueblo”. No con el patrioterismo estéril de los que gustan de agitar banderas, sino con el más sosegado, pero no menos

firme, de quienes, sin perder la vocación de univer-salidad, el valor de la empatía con la humanidad en su conjunto ante otras consideraciones, no por ello pierden de vista que solo puede haber un lugar en el mundo, el pueblo de cada cual, donde uno se en-cuentra a cada paso con quienes conocen y recuer-

dan lo que hizo su genealogía, donde se mira a cada uno con la mochila de su historia familiar colgada al hombro. Ese paisanaje calmo que no construye fronteras, sino refuerza el convencimiento de que también lo cercano puede ser una forma de acercar-se a mirar el mundo sin exceptuar a nadie de su seno, donde es compatible el orgullo de lo propio con el respeto y aprecio de lo ajeno. Conforme fui creciendo, muchos de sus poemas, al releerlos, adquirían otra dimensión, pues ya no

penetraban en los ojos del niño sorprendido por el impacto de lo bello, sino en los del adulto que se identificaba en las descripciones de los diferentes sentimientos que Félix había incorporado a su pale-ta para pintar sus versos y que, a la vez, la paleta del tiempo había ido insertando en este lector que les habla, con el resultado de una diferente emotivi-dad, una nueva comunión con lo que allí estaba escrito desde antes. Todavía hoy, nuevos sentimien-tos se van incorporando con cada nueva lectura, todavía hoy uno siente, por ejemplo, renovar el cari-ño hacia su amada cuando vuelve a leer:

“porque mi obra eres tú, arcilla pensativa: mirarte día y noche, mirarte mientras viva; en ti está mi mirada más vieja y verdadera.”

Después, en el tiempo que participé en la vida pública, tuve la ocasión de conocer a Félix perso-

nalmente, introducido por nuestro común amigo, el también llorado José María Arcos; incluso tuve oca-sión, lo digo con toda modestia, de colaborar para inducir a las autoridades educativas de aquél mo-mento a tomar la decisión de bautizar con su nom-bre una escuela de su pueblo. Quién sabe, a lo me-jor ello provoca que alguno de los niños que allí acuden sientan, como yo sentí, la curiosidad de preguntarse: “¿Quién es este señor que da nombre a mi colegio?”, y se acerquen a su obra. Me sentiría muy honrado de haber podido contribuir a que tal cosa ocurra. De su persona, los que aquí están os hablarán mucho mejor que yo, que apenas pude compartir con él tres o cuatro ocasiones, acercándome además

desde la timidez, casi el rubor, con el que se acerca un miembro del club de seguidores al artista apre-ciado. Recuerdo que hablamos de flamenco, no sé si también de otras cosas, pero de flamenco, seguro. Bueno, sobre todo hablaba Félix. Para un aficionado como yo, era una delicia escuchar la hondura de sus enseñanzas, su conocimiento enciclopédico sobre el cante. El mismo caprichoso destino que me acercó a su obra ha querido que su óbito coincidiera con el del gran guitarrista y renovador de la música espa-ñola. Si existe el cielo en un formato semejante al

que habitualmente nos imaginamos, puede que Félix esté declamando en estas horas:

“Escucho la guitarra de Paco de Lucía. La música me araña los huesos de la edad. Lejanamente todo mi pasado se enfría. Una gotera insiste entre la soledad.”

Juan José Losa Benito

FÉLIX GRANDE

Page 11: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 11

Un adiós para Félix Grande

¿Quién duerme en lo dormido? ¿Quién se oculta en la tierra cuando el invierno azota los viñedos? Las cepas no están secas sino que entre sus raíces guardan su propia primavera. Así el poeta, se esconde en sus palabras, dormidas, como la savia en el árbol, esperando la vida que les llega de unos labios al leerlas. Dionisio Cañas, 31 de enero, 2014

************

María Antonia García de León Álvarez

Grande de ti mismo

Un físico imponente, de patricio romano ennoblecido, de guitarrista flamenco malogrado, de pastor de ovejas para siempre. ¡Grande de ti mismo¡ Sobrado en tragedia y adjetivos, haces sonar el oro de tu arrojo entre las cien almas que llevas dentro.

Escueto como un flamenco enlutado, con el traje a rayas de los Domingos y una vara de Camborio entre las manos: -Vengo a pedirle la mano de su hija- has dicho hoy por última vez. Con orgullo, elegiste ser desdichado y poeta, arte y majestad. Nunca Natura engaña. Allí está el ágora donde se aprenden los fastos de la niñez, entre la melancolía de las cosas finitas y la rotación tozuda de las estaciones. ¡Ah, quien fuera contigo Pastora Marcela en el Territorio Mancha!

A Félix Grande Lara Gran poeta y escritor

Ha muerto un hombre, un poeta, Qué tristes quedan sus musas para él no valen excusas ganó la gloria completa. ¡Ábranse puertas del cielo! hagan sonar los clarines, y que salgan querubines, acompañando su duelo. Fue músico y flamencólogo, escritor y novelista, la muerte protagonista, nos vino a poner su epilogo. Tomelloso está de luto, y toda España está igual, él fue un poeta genial, a quien hoy rindo tributo.

Pablo Avendaño Lara

FÉLIX GRANDE

Page 12: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

12 PÁMPANAS

Nació en Tomelloso (Ciudad Real) en enero de 1933, en la calle del Rosario, 9. Sus padres, Martín Olmedo Armero y Pascuala García Arias, también de Tomelloso, eran muy buena gente. El padre era viñero y Vicente tuvo que seguir el mismo camino por las necesidades de la época, así que con 12 años

ya estaba arando

en las viñas. En el mismo mes que cumplía 16 años, enero de 1949, entra a trabajar en la farmacia de D.

Luís Martínez Acebal (más conocida como la de Dª Luisa) como mancebo,

permaneciendo allí cuatro años. También en enero de 1953 ingresó como voluntario en el Servicio Militar en la Agrupación de tropas de

Farmacia de Madrid. De los tres años que estuvo en la mili, dos los pasó en la Farmacia Militar nº 3, despachando en una ventanilla y por las noches aprovechaba para hacer las fórmulas magistrales que quedaban pendientes del día anterior. En enero de 1956, una vez licenciado del Servicio Militar,

entró a trabajar en la “Comercial Guillén”, Centro de especialidades farmacéuticas, en la C/ Alberto Agui-lera, 17 de Madrid. De nuevo en enero de 1958, su teniente farmacéutico, D. Manuel Ibáñez de la Cadi-nière (persona cariñosa y buena para Vicente, con quién pasó gran parte de la Mili) le notificó que su padre estaba a punto de abrir una Farmacia que traspasó antes de su inauguración a una farmacéu-tica de origen alemán (gente buena también a los que Vicente siempre tendrá en el recuerdo) y le pro-pusieron estar al frente de dicha Farmacia, en la C/ Felipe IV, como auxiliar hasta diciembre de 1961,

año en que volvieron a traspasarla. Vuelve enero, esta vez de 1962, cuando entra a trabajar en la Cooperativa Farmacéutica Española “Cofares”, donde permaneció como dependiente hasta su jubilación, en enero de 1993, con una antigüedad de 31 años en la Empresa. Ya entonces, Vicente tenía, 60 años. Lleva “Ausente de Tomelloso” 31 años, de los cuales ni un solo día dejó de acordarse de su pue-blo, al que lleva dentro de lo más profundo de su corazón. Como se puede comprobar tuvo poco tiempo para dedicarle a los estudios que hoy día son obliga-torios, pero su aprendizaje lo obtuvo detrás de un mostrador y en la calle, viviendo. En noviembre de 1964 fue padre por tercera vez y, aunque trabajaba en una gran Empresa, los

sueldos de aquel entonces estaban por los suelos, por tanto todos los meses solía hacer tres o cuatro guardias, que estaban bien pagadas y le ayudaban a terminar mejor el mes. Por el mismo motivo, fue pluriempleado durante años en las Farmacias que tenía su Empresa, aprovechando los tres turnos de trabajo.

Nunca tuvo problemas o quejas de cara al pú-blico, con la elaboración de fórmulas magistrales o en las guardias nocturnas. La calle y el trabajo fueron su escuela, pero las formas, el comportamiento, el saber estar, el respe-to, la honradez y la educación la aprendió de sus padres.

Supongo que es mera casualidad que casi toda su vida arranque en enero, pero la presentación de su libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” tuvo lugar en la Peña de Tomelloso en Madrid, en enero de 2013. Este volumen es una recopilación de datos futbolísticos tomelloseros, desde 1918 hasta la dé-cada de los años 70. Tiene innumerables datos de fichajes, jugadores, partidos y todo aquello que en-traña la historia del fútbol en su pueblo. Vicente Olmedo posee una memoria prodigiosa y ha dedica-do el tiempo libre a esta amada afición, simplemente por cariño y recuerdo. Es un hombre que no presume de nada y su característica principal es la timidez, pero cuando pulsas el botón de los datos inicia, con absoluto detalle, todo lo acontecido en la fecha, lugar o cual-quier cosa que se le pregunte con respecto al Fútbol de su pueblo. Es sencillo y trabajador, suele mantenerse en segunda fila y no se cree merecedor de este home-

naje por no tener en su haber ningún Título, sin embargo, lo que ha hecho grande a Tomelloso es su gente laboriosa y en nuestra Peña consideramos que la gente de bien, trabajadora, honesta y sin respaldo económico, es la que especialmente merece nuestro respeto y admi-ración. Sin estu-dios, con la única Escuela de la Vida, nos ha regalado

una visión de la historia de Tomelloso a través del de-porte, algo a lo que Nelson Mandela recu-rrió para unir a sus gentes. Vicente Olmedo ha conseguido que to-dos nos interesemos por repasar aquellos tiempos, buscar en las páginas a algún conocido, recordar los años de éxito y de juego, cuando el pueblo se vestía de Fiesta para acudir al partido.

Emma Cueva Quirós

Presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid

VICENTE OLMEDO GARCÍA, Biografía

Page 13: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 13

JUNTA DIRECTIVA DE LA PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID, ELEGIDA EN

LA ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA CELEBRADA EL 22 DE JUNIO 2013

PRESIDENTE…………………………....Dª Emma Cueva Quirós

VICEPRESIDENTE 1ª………………….Dª Olga Alberca Pedroche

VICEPRESIDENTE 2º………………….vacante

SECRETARIO GENERAL….…………..D Ramón González Reyes

VICESECRETARIO …………………… vacante

TESORERA -INTERVENTORA………..Dª Francisca Grande Vázquez

VOCALES: D. Fernando de la Cruz Argibay

D. Vicente Olmedo García

Dª Carmen Yáñez Quevedo

D. Antonio Jiménez Crespo

D. Avelino Roldán de la Torre

D. Alejandro Lara Cobo DELEGADOS: D. Félix Barbero Alfonso

D. José María Sotillo Vaquerizo

D. Andrés Díaz Aliaga

A lo largo del ejercicio 2013 renuncian a su cargo el vocal: D. Alejandro Lara Cobo, y los delegados:

D. Félix Barbero Alfonso, D. José María Sotillo Vaquerizo y D. Andrés Díaz Aliaga.

Homenaje a la LETRA Ñ

Una letra con peineta

la letra que más descuella es alegre y pizpireta.

¡Qué orgullo siento por ella!

Amo a mi querida España

también a los españoles

un cariño que no empaña el llenarme de arreboles.

Debo homenaje rendirte

eñe que todo mereces

por eso debo decirte que me haces feliz con creces.

Eñe que está en nuestra enseña

no es enseña de enseñanza

ni es eñe de pedigüeña

es orgullo y esperanza.

Se encuentra por todas partes

en las fiestas navideñas

teniendo por estandartes

celebrarlo con las peñas.

Disfruta del nuevo año

un maño de Zaragoza

un político en su escaño

y un extremeño y su moza

El gallego en su morriña

por el valle y las montañas sueña con su rapaciña

y en tomarse un par de cañas.

Hay tantas cosas con eñe,

de contar no pararía.

Y por mucho que me empeñe jamás todas las diría

Pues quitarla no se puede

la actividad literaria

¡puñetas!, ni cuando llueve que la eñe es muy necesaria.

De la riojana Logroño

y de Écija siete niños

y yo que estoy hasta el moño*

aquí os dejo mis cariños.

Se ha quedado en el tintero

algo por no recordado

pero ahora decir quiero

que este cuento se ha acabado.

*(Perdón es que a veces no funciona la C)

Pablo Avendaño Lara

JUNTA DIRECTIVA - COLABORACIONES

Page 14: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

14 PÁMPANAS

D E S E S P E R A N Z A

Rozando el mediodía, el silencio anunció que la semana laboral había alcanzado prematuramente el ocaso. Los teléfonos enmudecieron y el fax interrumpió su función de paloma mensajera. Desde que florecía la primavera hasta bien entrado el otoño, todos los viernes se producía la misma situación: los ciudadanos se olvidaban de aquella empresa de servicios. Hasta su gerente acababa de salir “a unos asuntos”, que los tres empleados, buenos conocedores de sus costumbres, situaron en alguna de las carreteras de salida de la gran ciudad. Si no eran de vida o muerte, las

familias decidían aplazar las soluciones a sus quebrantos hasta el retorno del éxodo al campo, a la sierra, al río, a la visita a los familiares del

mundo rural que abandonaron; cuándo hubiesen recuperado el aliento perdido y los pequeños contemplado —en ocasiones con pesar por haberles separado de sus máquinas informáticas— la vida animal y vegetal negada en su vida urbana. Rogelio comenzó a moverse inquieto; la inactividad hacía añicos su habitual equilibrio. Abrió el cajón central de su mesa de trabajo con el firme propósito de sumergirse en su ocio favorito, al que dedicaba todas sus horas de libertad, pero desistió y lo cerró apesadumbrado al recordar que esa actitud, practicada en solitario, era recibida con gestos de contrariedad, cuando no de intolerancia, por sus dos compañeros de oficina. Atendiendo una orden de su mente, que demandaba angustiada un medio más discreto y común de ocupar su tiempo de brazos cruzados, exploró su entorno inmediato implorando ayuda. Al momento, su mirada sin rumbo se posó en el también desocupado ordenador, su fiel compañero de trabajo. Contempló con desánimo la pequeña y estilizada pantalla y convino consigo mismo que ni necesitaba ni le interesaban sus servicios. Decidió apagar el equipo para ahorrar energía eléctrica y seguir buscando la manera de distraer la espera. Pero, de pronto, un impulso inconsciente llevó el dedo índice de su mano derecha a posarse sobre la tecla de acceso a

Internet. Al instante, la pantalla lo saludó con un torrente de colores.

No buscaba nada en la red. Contemplaba el contenido de la pantalla sin apenas ver, sin asomo de interés, como parte de un tiempo vacuo. Sin embargo, la aparición relampagueante de unas palabras con caracteres de colores llamativos y en movimiento, un viejo truco para atrapar miradas distraídas, surtió el efecto esperado: les prestó atención para combatir el aburrimiento. Con lentitud, deseando que las cuatro líneas consumieran buena parte del tiempo hasta completar la jornada, comenzó a leer, casi a deletrear, con completa indiferencia. Pero cuando acabó, una luz, ahora emanada de su interior, le puso en alerta. Sabiéndose dueño del tiempo volvió a leer, ahora con atención. Entonces, conforme iba digiriendo el mensaje, sus ojos, negros y escondidos, comenzaron a mostrar los síntomas del terror.

Su cabello se electrizó al instante y su espalda se estrelló contra el respaldo de su asiento hasta arquearse peligrosamente. Se agitaba como si desease sacudirse el polvo del camino, intentando recuperarse del sobresalto. «No puede ser cierto» —musitó con palabras casi audibles. Leyó nuevamente, sospechando encontrarse bajo el influjo de una alucinación alentada por el hastío. Pero no: aquella noticia desafiante podía ser entendida por cualquiera. Cerró los ojos y refugió su rostro entre las manos hasta que estalló en un arrebato de ira golpeó fuertemente la mesa con sus

puños y profirió un grito que quebró el placentero bienestar de sus compañeros: «¡Miserables, ya lo habéis conseguido, os maldigo!». Saltó de su asiento

como las ardillas, tomó al vuelo su americana y apenas pudo balbucir una breve respuesta a la pregunta de sus asombrados correligionarios: «A comprobar si es verdad que esas almas de hielo han conseguido consumar su amenaza». Las siguientes preguntas: ¿«quiénes son y a qué amenazas te refieres?», quedaron en el aire: el contable descendía velozmente las escaleras que le llevaban al garaje, a su coche. Su destino era un pequeño establecimiento comercial de la capital en el que se dejaba cada mes una buena parte de su sueldo. El dueño —confiaba— le aclararía el alcance de la huracanada noticia. Hacía tiempo que se oía, pero él jamás le dio crédito, calificándola siempre de rumores infundados, humo de ociosos, sed de los denominados “nativos digitales”, los nacidos junto a un ordenador en lugar de en una cuna. La recuperación de su equilibrio mental dependía de su proveedor y amigo, de que le confirmara que se trataba de otro rumor. El intenso tráfico aceleraba su nerviosismo. Puso la radio, recorrió el dial, pero ninguna emisora se ocupaba de esa noticia tan importante que, según él, marcaba el final de una era que comenzó muchos siglos atrás. Volvía una y otra vez a mover el dial, aguzando más y más el oído, pero nada;

economía, política, deportes, amenidades y silencio sobre lo que él ya comenzaba a definir de

“hecatombe”. Al cabo de un tiempo que le pareció una eternidad, aparcó en las inmediaciones del establecimiento, descendió del vehículo como perseguido por las llamas y alcanzó su destino. Tras su puerta estaba la verdad. Pero cuando alzó la vista se encontró frente a un nuevo contratiempo: el cierre metálico del establecimiento estaba bajado. Otra electrizante sacudida recorrió su cuerpo. «Entonces la noticia es cierta —se dijo aterrado—: Florentino ha cerrado su tienda porque se le ha acabado el negocio». Cabizbajo, apesadumbrado, sumergido en las tinieblas, giró sobre sus pasos decidido a alcanzar el coche y alejarse. Pero una voz desconocida, desde un balcón de la tercera planta, lo detuvo en seco: —¡Se ha muerto su suegro! —¿Qué?

COLABORACIONES

Page 15: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 15

—Que anoche se murió su suegro, y seguramente Florentino estará en el entierro o consolando a Rosa, su mujer. Silencio. Se imponía pensar en qué hacer, y se le ocurrió la siguiente jugada, que resultó fallida: —¿Tiene usted el teléfono de su casa? —No —respondió el vecino, acompañando sus palabras con gestos de negación. Se despidió con un confuso movimiento de cabeza. La noticia creó en él dos sentimientos encontrados: aunque no conocía al fallecido, la

muerte de un ser humano le entristecía, pero

también se alegraba por lo que suponía de esperanza favorable a su pesadumbre. Su ánimo la acusó. «Aún no está todo perdido, tengo que pensar en el siguiente movimiento», se dijo como inicio de un largo soliloquio. Y se sentó, con la cabeza gacha, en un banco de la calle. El cielo se había encapotado cuando decidió ponerse nuevamente en camino. Elevó los ojos al horizonte, se incorporó y se dirigió a la boca del Metro, la que tomaba tantas veces después de recoger su encargo de la tienda. Rogelio desconocía la existencia de otros establecimientos como el de su amigo, que no cerraba sus puertas al mediodía —eran casi las tres de la tarde—, excepto los puestos callejeros, de permanencia casi perpetua. Pero se encontraban en el centro histórico de la ciudad, a una considerable distancia de su posición, en el mismo corazón de un intrincado laberinto de calles, callejuelas y pasadizos. La nueva situación aconsejaba a voz en grito prescindir del coche. «Allí, en aquel paraíso, hay muchos puestos de venta», convino mientras descendía por la granítica escalera del transporte subterráneo. Se encontraba con pocos viajeros. Aquella hora invitaba a otras actividades, como la comida, de la que él estaba prescindiendo sin que su estómago

protestase. En realidad, su mente le demandaba respuesta “al atropello, a la canallada”, no alimento. En una de las estaciones de su recorrido se incorporó una joven de unos veinte años. Tomó asiento en uno de los muchos que se encontraban vacíos y extrajo de su bolso un libro y se dispuso,

resuelta, a su lectura desde donde marcaba un puntiagudo separador. Rogelio, que la observaba, sintió temor por ella: «¿Estará infringiendo la ley sin saberlo?». Pero desechó al momento la idea de ponerle al corriente de la nueva disposición gubernamental para continuar repasando mentalmente las preguntas que debía formular y cómo reaccionar en el supuesto de que aquella desastrosa noticia se confirmase. ¿Apelar a la justicia internacional por un claro atropello de los Derechos Humanos? Lo pensaría después; el momento exigía conocer el alcance de la noticia. Veinte minutos más tarde alcanzó la estación deseada. Descendió del tren y se encaminó a la salida. La verdad estaba a sólo unos pasos, que él conocía bien: caminar por un sinuoso paseo arbolado, cruzar una calle de anchura mediana y ya tendría ante sus ojos un buen montón de

vendedores, todos con su producto expuesto con delicadeza casi femenina sobre sus desgastados cajones de madera y separadores de cartón. Él sabía que aquellos vendedores, que se resistían a abandonar hasta los guardapolvos de antaño, tenían mucho oficio, que lo sabían todo. Allí, entre ellos, finalizaría su calvario o daría comienzo otro, pero la incertidumbre, la peor de las dolencias del alma, volaría por los aires. Sin embargo, la contrariedad lo perseguía aquel viernes: al ascender a la calle a paso ligero, observó consternado que llovía torrencialmente.

Asoció el aguacero con los nubarrones que

avistó desde la puerta del establecimiento de su amigo, pero la impaciencia le impidió tomar el paraguas del maletero de su coche. También recordó las palabras que le dirigió su mujer cuando apuraba el último sorbo de café: «No olvides el paraguas, que la radio ha advertido de lluvias intensas». Tomó un paraguas, sí, pero ahora reposaba en el lecho de metal de su coche, sin poder ejercer su función protectora frente al plañidero cielo. De nuevo, ante él, la tarea de pararse a pensar en el modo de vadear la situación. El cielo anunciaba con su color gris, tendente por momentos al negro intenso, que no tenía intención de cesar su descarga acuosa sobre la ciudad, sumiéndola en el caos circulatorio y, a él, en la desazón, en la desesperanza. «Si tuviese un paraguas, saldría aunque me calara hasta las rodillas», se lamentaba. Pero no lo tenía. Las cortas palabras de lamento comenzaron a retumbar obstinadamente en su cabeza: «Si tuviese un paraguas, si tuviese un paraguas, si...». «Ya tengo la solución —se dijo con una tímida esperanza en verla cumplida—: le compraré el suyo, por lo que pida, a cualquier viajero que pueda esperar a que cese la lluvia». Tras una rápida inspección

seleccionó al primero: —Perdóneme, caballero, por favor, ¿me vende usted su paraguas, porque tengo que…? —Grosero, mal educado. Y murmurando, el desconocido viajero se perdió por los laberintos de la estación subterránea, sin

duda temiendo encontrarse ante un loco digno de una camisa de fuerza. El plan necesitaba maduración; no podía asaltar sin más a los viajeros con una pregunta tan insólita que llevaba a la desconfianza, a la necesidad de huir o de pedir ayuda. Refugió su cansado rostro entre sus manos —una actitud muy habitual en él— y se predispuso a elaborar su estrategia. Esperó a que su ánimo se sosegara y actuar: “la elección de víctima es fundamental”. Elegida cuidadosamente la que consideró más favorable a sus intereses, armado de valor se puso en movimiento, comenzando con una amplia sonrisa para inspirar confianza: —Buenas tardes, señorita, dispénseme, pero tengo urgencia de salir a la calle y he pensado que... —Perdone usted por Dios, buen hombre, pero no llevo dinero suelto.

COLABORACIONES

Page 16: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

16 PÁMPANAS

Y desapareció con la velocidad que le permitían los elevados tacones de sus zapatos por un angosto pasillo que llevaba a un cambio de línea. Como un sonámbulo, extendió sus manos al horizonte mientras clamaba abatido: «Se ha perdido la solidaridad humana. ¡Yo sólo pido que me vendan un paraguas, un estúpido paraguas para salir a la calle!». Tras su desesperado lamento se sumió en el silencio. Pero entonces creyó oír una voz dirigida a él. ¿Una broma caprichosa y cruel de su mente, una alucinación, el aviso de que había entrado en la senda de la locura? No. Giró la cabeza en la dirección de aquellas palabras, que no había

entendido por su lastimoso estado emocional, y advirtió que se dirigía a él un hombre de casi su misma edad. Y avanzaba a buen paso: —Oiga, le he oído decir que quiere un paraguas. —Sí —dijo Rogelio con un hilo de voz, sin atreverse a pronunciar otras palabras por temor a ahuyentar a aquel misterioso viajero.

—Pues ya tiene resuelto su problema, amigo. —¿Qué... qué quiere decir? —dijo Rogelio completamente aturdido y sin levantar los ojos del suelo. —Es muy simple de entender —aclaró, entre sonrisas casi burlonas, el viajero subterráneo, cuyo aspecto aventuraba procedencia caribeña—: yo estoy aquí para vender paraguas y usted para comprar; elija entre los modelos que tengo sobre el brazo. —¿Usted vende... paraguas? —acertó a decir con dificultad, aún con la duda asentada en el rostro. —Pues sí. ¡No entiendo su asombro, amigo! En invierno vendo castañas, en verano… —Vale, vale, deme uno. —¿Cuál? —El que usted prefiera, ¡Pero deme uno de una vez! —¿No quiere saber el precio, porque algunos viajeros…? —¡No! Abandonó la estación con su paraguas violeta de cinco euros. Lo extendió con firmeza y comenzó a caminar bajo un aguacero que sólo podía ser debido a las súplicas de la tierra sedienta. Los borbotones del suelo le alcanzaban las piernas. Pero él no era

consciente de esa situación, cuyas consecuencias pagaría al retornar a su hogar en forma de

reprimenda de su mujer, que no compartía sus gustos. Lo hacía trotando bajo los madroños del paseo antesala de su destino, hasta que dio con la ansiada calle de los vendedores ambulantes. Sintió en su cuerpo un soplo de aire fresco al advertir que sus servidores se mantenían firmen en sus puestos cual estatuas. Aún mejor: como los militares ante sus garitas de guardia. También advirtió, aliviado, que su valiosa mercancía estaba a buen recaudo. Bajo unas lonas protectoras de las imprevisibles reacciones de la naturaleza se encontraba el

purgatorio de los títulos malos, los inútiles, y los rebeldes por devoción. Aquella gente tenía oficio, se las sabía todas. «Esta gente no puede desaparecer por el capricho de unos pocos» —refraneó ufano, orgulloso de su pensamiento—. Su mente revoltosa le ofrecía imágenes de su héroe, aquel alemán que antes de su gran revolución fue orfebre, entre otros oficios, de los que siempre salía escaldado económicamente. Pero las apartaba para que nada obstaculizara su camino. Dos de los vendedores, los más próximos al lugar en el que se encontraba Rogelio, notaron su presencia y abrigaron esperanzas en fortalecer su

maltrecho negocio: —Aquel que corre como si lo estuviesen persiguiendo los inspectores de Hacienda, viene derecho a comprar —dijo uno. Buena falta nos hace —apostilló el otro—; hoy sólo he vendido cinco, y de los de precio más bajo. Pero su breve parlamento quedó interrumpido

por la escena que estaba a punto de desarrollarse ante los ojos de los vendedores de libros usados: — ¡Cuidado, no cruce la calle! —le gritó a Rogelio uno de los libreros, haciendo al mismo tiempo gestos de aviso con las manos. El mensaje no alcanzó su destino. Un coche de gran cilindrada se precipitó sobre el contable y lo arrolló. Su cuerpo quedó tendido en mitad de la calzada. La persistente lluvia había impedido que peatón y conductor cruzasen sus miradas. Al amante de los libros en papel le había sido arrebatada la vida. —¡Pobre hombre! —dijo apesadumbrado el primer librero. —¡No somos nadie! —replicó el otro. Cuando la ambulancia se lo llevaba con su ulular de muerte y sus centelleos de verbena, el primer librero le preguntó a su colega y amigo: — ¿Sabes lo de ésta mañana? —No, ¿qué ha sucedido? —Un “hacker” o internauta o pirata informático, que no sé cómo se llaman esos fanáticos de los ordenadores, ha introducido en Internet una noticia falsa diciendo que los gobiernos de todo el mundo habían decidido prohibir desde hoy la venta de

libros en formato papel, pasando a ocupar su lugar los digitales.

—Lo que nos faltaba, con lo mal que está el negocio. ¿Y cómo se ha resuelto? —Como era de esperar: al pájaro lo ha detenido la Policía a los pocos minutos y eliminado su macabro mensaje. —No cantes victoria, que en cualquier momento nos dan la patada por anticuados e inútiles. —Eso mismo pienso yo —dijo el primero, mientras comenzaba a caminar hacia su puesto de viejo librero de viejo.

Tomás Perales

COLABORACIONES

Page 17: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 17

PREMIO”FÉLIX GRANDE 2008”

UN PASEO POR EL ESPACIO

─¡Es mi pueblo, es mi pueblo!

─Vamos, ¡pon atención de una vez en la misión

para que podamos regresar, que aquí hace

mucho frío! ─Pero... ¡es que se ve mi pueblo! Mirad, a la

derecha de esa cadena de lagos se divisa un

punto verde, justo en el centro de la extensión

marrón. Allí están las pocas viñas que quedan

en mi tierra; en otro tiempo todo era verde. Pertenecen a los llamados tradicionalistas, los

que insisten en vivir cómo en los tiempos en

que mi pueblo era el mayor manantial de vino

jamás conocido.

Sus dos compañeros de misión Vladimir

TroKponoff, de Kazakistan, y Olov Viking, de

Noruega, todos pertenecientes a la Unión Europea de los 187 Estados, se miraron con

complicidad. Su comunicación no verbal se

podía traducir fácilmente como «Ya está éste

otra vez con sus tonterías».

En el año 2047, “Vinos el Bombo”, de Tomelloso, pidió apoyo a sus empresas

homólogas en el campo de la investigación

vitivinícola y alimentaria, “Triperos Asociados”,

de Argamasilla, y la “Compañía Delicias de las

Bodas de Camacho”, de la Ossa, para su

proyecto estrella: “El crecimiento en el espacio de vides rociadas de silicio”, cuyos primeros

resultados de laboratorio abrigaban la

esperanza de multiplicar por mil la cosecha y

proporcionar el excelente vino de siempre «con

el que poder atender la demanda», decían con ardor guerrero gran parte de sus gestores.

Otros dirigentes, sin embargo, dudaban

seriamente del resultado económico al

considerar que sería muy costoso llevar a los

vendimiadores hasta la nave recolectora “tan

cerca de las estrellas”, decían. Pero eran mayoría los vanguardistas, y en una votación

fue aprobada la presentación del proyecto al

Ministerio de Innovación Tecnológica Agrícola.

« ¿Cuándo hemos dejado los tomelloseros de ser mu lanzaos? », dijeron los vanguardistas

con mal disimulada satisfacción, ya relamiéndose por el rotundo éxito que

ofrecería su proyecto, fruto de la habilidad de

sus científicos, «sobre todo el mundo vinícola

terrestre».

Para materializar el proyecto contaban con Olegario, eterno aspirante a astronauta, que

llevaba preparándose desde la adolescencia. «

Lo mío es el espacio», decía con orgullo a

propios y ajenos.

Era un hombre con amplios conocimientos

de la mecánica celeste. Los adquirió a lo largo

de los años con el telescopio que fabricó con

sus propias manos siguiendo los

procedimientos de su admirado Galileo. Y, además, contaba con probadas destrezas y

aptitudes físicas mediante el constante

entrenamiento en condiciones de máxima

ingravidez en las tenebrosas profundidades de

las lagunas de Ruidera. Su único

inconveniente, que inquietaba sobremanera a algunos de los dirigentes vanguardistas de

“Vinos el Bombo”, era su apego extremo a las

tradiciones de su pueblo, un contrasentido, sin

duda, en un hombre de ciencia y tecnología. Y

se cumplió ese temor en la primera oportunidad. Cuando su empresa

patrocinadora fue elegida para llevar a cabo

el experimento vitivinícola, se presentó en la

base de lanzamiento de Petrosnikova, en un

llano de los Urales, con su inseparable boina,

su barja a la antigua usanza, y dos macetas de cerámica hechas por su querido abuelo

conteniendo las delicadas plantas dopadas con

silicio conseguidas con tanto esfuerzo y

paciencia por los científicos.

A León Potofok, jefe supremo de la base de lanzamiento, le fue más difícil de lo que

imaginó al verlo traspasar el umbral de su

despacho conseguir que Olegario entendiera

que no era posible llevar puesta la boina por

no caber en el casco espacial, mi tampoco la

barja, que se resistía a soltar diciendo que llevaba el hato preparado amorosamente por

su mujer, Anastasia. “La comida en la nave

espacial no tiene nada que envidiar a la que

tomamos aquí en la Tierra”, le dijo el

uniformado mandamás, pero el perspicaz Olegario creyó ver un asomo de sonrisa en su

rostro y se preparaba para lo peor. A él, a

Olegario, el astronauta más popular de La

Mancha, no se la daba, fácilmente, con queso

un ruso, por mucho que su pecho estuviese

cubierto de medallas. El mundo del vino comenzó a verse en

peligro en aquellos pueblos tradicionalmente

vitivinícolas ya desde el primer cuarto del siglo

XXI. «Padre, yo no quiero ser viñero, quiero

trabajar en el pueblo o en la ciudad, que para eso he estudiado informática», era la respuesta

casi unánime de los adolescentes cuando

tenían que incorporarse al mundo laboral. Y

aquello empezó a tener su repercusión

COLABORACIONES

Page 18: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

18 PÁMPANAS

económica; las bodegas ya no podían atender

los pedidos de sus afamados caldos, con el

trabajo que había costado llegar a aquella

situación de prestigio internacional del

producto de sus viñas. Bancos, agencias de gestión y talleres de manufacturados de la más

diversa índole, eran el destino preferido de los

jóvenes. Las viñas, que mantuvieron

económicamente a sus ancestros, quedaban

abandonadas. Sólo un puñado de agricultores,

tachados despectivamente, de románticos”, prosiguió el trabajo de sus mayores. Ante tan

lamentable situación, algunos grupos de

bodegueros decidieron asociarse con

laboratorios de investigación en química

orgánica para intentar conseguir por procedimientos artificiales la producción que

la tierra no les daba. Pero el caldo obtenido no

satisfacía las exigencias de calidad.

Necesitaban uvas de verdad y pensaron que

podrían conseguirlas mediante crecimiento

acelerado en el espacio abierto, lejos de la fuerte contaminada atmósfera regalo de los

vehículos. Al cabo de sólo algunos años de

búsqueda, “Vinos el Bombo” se adelantaba a

sus competidoras, que necesitaban lo mismo

que ella, con un proyecto listo para someter a experimentación. Olegario llevaría las plantas

con silicio al espacio exterior para ver el

resultado, que prometía tanto como los

políticos.

El vuelo espacial no revistió ningún temor

en el astronauta aficionado: él ya estaba acostumbrado a auparse a lomos de cualquier

animal, manso o bravo. Cuando aumentó la

presión como consecuencia del despegue y en

el rostro de sus compañeros se dibujó el

miedo, él sólo sintió un gran vacío en el estómago. «Espero que el comandante no me

haya engañado en lo de la comida a bordo de

la nave», pensó con cierta preocupación.

Cuando la nave alcanzó su posición, a

aproximadamente cuatrocientos kilómetros de

la Tierra, los tres tripulantes pudieron desprenderse de los correajes. Olegario observó

con deleite el planeta azul sobre el que

orbitaban. Al cabo de un momento reconoció la

silueta de la península y se dispuso a esperar

pacientemente hasta que se situó sobre La Mancha, y al poco exclamó: «Es mi pueblo, es

mi pueblo.» Sus dos compañeros se miraron

con indiferencia. A ellos sólo les importaba

llevar a cabo el experimento espacial de sus

compañías y volver al nido caliente.

Tras doce horas, la nave ya estaba estabilizada y era el momento esperado por los

astronautas para comer. El jefe de la misión, el

coronel Clark, les anunció que disponían de

unos minutos para reponer sus fuerzas antes

de enfundarse en los trajes espaciales e iniciar

de inmediato los experimentos en el espacio exterior. Mediante un sorteo que se hizo en

tierra, el primero en salir sería el de “Vinos el

Bombo”. Olegario sacaría al espacio

interestelar las plantas para ver si se cumplía

lo que anunciaba la ciencia: la germinación de

racimos de tamaño inconmensurable y de crecimiento extraordinariamente rápido.

El jefe de la misión se acercó a ellos con

una misteriosa bandeja en la que no había ni

rastro de las viandas que esperaba Olegario.

«Buen provecho», les dijo mientras les acercaba a la boca una pequeña cápsula de color azul.

Vladimir y Olov, sus dos compañeros, se

miraron y sonrieron pensando sin duda en la

cara que pondría el astronauta manchego.

Olegario se percató pero no dijo nada. Era un

hombre de exquisita educación. Sin embargo, pensó: «qué bacines son estos. Pues están

listos si creen que voy a salir fuera, con el frío

que debe hacer, sin haberme comido antes

unas gachas con tocino.»

Pero salió con sus “macetas”, que antes que él mismo estaba el porvenir de su pueblo. Tras

él sus compañeros con su experimento. Al

orbitar sobre La Mancha gritó de nuevo: «¡Es

mi pueblo, es mi pueblo!», y después se

dispuso a seguir observando la reacción de las

plantas. Al cabo de unas cuantas vueltas más sobre la Tierra, lo que vio lo llenó de

entusiasmo y de esperanza en el porvenir:

«¡¡CRECEN, CRECEN, VOLVEREMOS A

TENER TANTO VINO COMO ANTES!!»

«TENDREMOS QUE TRAER AQUÍ A MILES DE VENDIMIADORES RUMANOS, PERO

SEREMOS DE NUEVO EL MANANTIAL DEL

VINO.»

De pronto, Olegario, sintió un inesperado

frío en el rostro. “Se me ha roto el traje

espacial”, dijo a sus compañeros. Pero entonces, en el umbral de la consciencia, oyó

una voz conocida: “¡Qué noche me has dado,

Olegario! No he tenido más remedio que

echarte un jarro de agua encima para que te

despertaras de una vez”. Se incorporó pesadamente y vio el rostro somnoliento de

Anastasia. La miró con inquietud y con dudas

sobre su estado y le preguntó con candidez:

«¿Seguimos teniendo las mismas viñas en el

pueblo?»

Tomás Perales

COLABORACIONES

Page 19: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 19

PAULINA Y GUMERSINDO

(Francisco García Pavón, Cuentos Republicanos, 1961)

Desde siempre, desde que era una niña, me

ha gustado escuchar cuentos, me han

fascinado y me han hecho reflexionar. Los

cuentos clásicos, esos que nos han contado

mil veces, que nos sabemos de memoria y que forman parte de nuestra tradición oral,

siempre me han parecido sabios y sugerentes.

He tenido el placer de releer hace poco un

cuento entrañable, “Paulina y Gumersindo” de

nuestro querido y admirado paisano Francisco

García Pavón. El Cuento está narrado desde la

mirada de un niño que recuerda su pasado. Por declaraciones del autor sabemos que sus

cuentos tienen un importante contenido autobiográfico ("lo autobiográfico es visceral en mí"). Casi todos sus libros de relatos – salvo La guerra de los dos mil años – son recuerdos,

improntas de su vida matizadas por toda esa

añoranza que vuelve a abrir el tiempo perdido. Son cuadros con toques biográficos que

reflejan su manera peculiar de ver la realidad

que le circunda, con sus opiniones y

reflexiones sobre la sociedad y un

conocimiento profundo e inmediato del ser

humano.

El autor lo ha descrito como la "dramatización y cierre de una historia que

medio vi y medio escuché" y cuenta la

enternecedora relación amorosa de un

matrimonio de campesinos, Paulina y

Gumersindo.

El relato parte de las visitas que la madre y

la abuela del narrador, en compañía de éste, le

hacían a “la hermana Paulina”; el deleite por recordar las "cosas antiguas, de gentes

muertas" y el recuerdo del tío bisabuelo del

autor, Vicente Pueblas, alcalde de Tomelloso

durante la Revolución del 68 y con la Primera

República.

En la parte más extensa del cuento, el

autor nos relata los diversos acontecimientos,

personajes y ambientes que impresionan al

niño, y que rescata como los más

emocionantes. García Pavón nos va

introduciendo en la historia de esas visitas a

través de las deliciosas descripciones,

detalladísimas como la que realiza “la hermana

Paulina” “con su pelo blanquísimo, la verruga rosada”, en las que va reviviendo la casa, el

portón, la pared enjalbegada, un corralazo con

higuera y parra, pozo y macetas…

El amor entre Paulina y Gumersindo se muestra con hechos vividos en distintos

momentos: como la separación del matrimonio

durante la semana, cuando él trabaja en su

"viñote", luchando con los “enemigos

atmosféricos”; en los fines de semana que

pasan juntos, “respetando el pueblo sus deseos de aislamiento”; la muerte del esposo y

en el desenlace.

Personalmente me parece un cuento lleno

de gracia y vivacidad, expresión de una época

y unas circunstancias en Tomelloso (pueblo

especialmente peculiar...) descrito con tal

detalle que podemos disfrutar con los cincos sentidos: …el lugar, la casa, los objetos, el

cielo, Tancredo; los olores...a aceite de oliva, a

membrillos pasados, a pámpanos y a mosto;

con el gusto a refresco de vinagre, las uvas en

el plato, el hato, los altramuces… (gastronomía

típica); anécdotas...la vida campesina, el amor y la muerte, etc.

Dice el narrador: …conocía un ambiente entre rural y provinciano muy bien aprendido, el de mi pueblo, Tomelloso. Unos tipos, costumbres

y verbo popular…

García Pavón logra recuperar sus raíces, sus orígenes ideológicos, pero sobre todo y creo

que es algo que fascina y envuelve al lector, es

su profundo conocimiento de ese lenguaje

peculiar y propio de la zona, tan abundante y

variado, verdadero tesoro léxico que sublima la

belleza de sus recuerdos y la calidad literaria.

Ana María Fernández Rivero

22 de diciembre de 2014

.

COLABORACIONES

Page 20: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

20 PÁMPANAS

XX PREMIO NACIONAL DE POESÍA “JULIÁN CAÑAS HERNÁNDEZ”

NOVIEMBRE EN EL ALERO Por: LYNYRD SKYNYRD (José Álvarez – Mesa)

Me persigue el silencio en la actitud de este resplandeciente y ácido noviembre. Se refugia en los huecos de mi casa en las ventanas que cubren el transitar del día en los espejos donde se agolpan los rictus del ya no. Persigue mis pisadas, se enreda con mi sombra y se aplasta sin más en mis desánimos. Solamente permite el tintineo del hielo en la ginebra. Hay siempres que duran tres minutos y nuncas que son eternidades. Este momento, en cambio, que pasa por mi lado parece no existir. Y qué importa si vi pasar las horas tontamente, si me subí a la vida el día que paró a repostar y evité el carril rápido (ir deprisa siempre me ha dado vértigo),

y me tomé con calma el apremio del reloj. Qué importa si (por eso) siempre estuve al final en las filas (en la parte de atrás se respira mejor). Si la distancia me hizo errar el tiro, Si no pude retener lo que se me escapó y llegué tarde a todo. Que importa, si en realidad la vida me compensó por estas realidades y colocó en mi arcén (aparte de incertezas)

la eterna sensación de complacencia con todos los paisajes. ¿Y si tomamos juntos la curva de esta nota?

y deslizamos la tibia melodía por entre la tormenta. y dejamos que nuestros horizontes

se fusionen en un mismo compás? Puede que nuestros tempos se hayan tornado azules, puede que tras las jambas de nuestros soportales una semicorchea caiga del pentagrama para buscar la luz de algún silencio. ¿Y si por una vez decidimos nosotros qué sonido buscar? Todo cuanto yo quiero es tu presencia rayando las paredes, tu voz haciendo eco en las tardes de siesta. tus rasgos dividiendo mi memoria. Todo cuanto yo quiero se desliza en tu entorno, se derrama en tu boca, se desata en tu piel. ¿Eras tú quien decías que todos somos agua y todos somos tierra? ¿Por qué desde que el tiempo nos inunda de abismos solo somos pantano? Esta mañana el miedo desmigó en mis alfombras piedras de otras murallas y un ejército insomne de piratas abordó el horizonte para pedir rescate por mis sueños. Ahora tengo que sentarme a esperar a que llegue la noche, y buscar un camino de vuelta entre la arena que se quedó esparcida por el suelo. En la calle (esa extraña sin alma)

el estanque mecido por el viento me hace señas

mientras un cuervo mordido de alacranes revolotea ingente en el alero.

XVIII CERTAMEN NACIONAL DE PINTURA “FRANCISCO CARRETERO”

*Ganador: D. Manuel Martínez Regueira, natural de

la Coruña y residente en Madrid al Cuadro

presentado con el título: “Umbría con Lirios”.

*Tres Accésit y Diplomas para los autores: D.

Francisco Campos Tocornal por su obra (en

acuarela) “Playa”. D. Pablo Reviriego por su obra (en

acuarela y cartón) “Paisaje de la Mancha” y D. José

Mª Díaz Martínez (por su obra) “Río Manzanares”.

PREMIOS DE POESÍA Y PINTURA

Entrega de los premios de poesía y pintura el

20/6/2014

Page 21: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 21

“Del Tomelloso hay una muy buena historia que contar” Vicente Olmedo García posee una magnífica recopilación de datos del Club, desde 1918 a 1970.

No era extraño que los balones que despejaban expeditivamente los defensas que jugaban hace casi 70 años en el campo de los Espinosas superaran las murallas y volaran fuera del recinto. Los chavales, atentos, pugnaban por coger el balón y devolverlo, porque de esta manera el portero les permitía entrar a ver el partido. Los que no co-gían el balón, tenían que esperar al último cuarto de hora para ver el tramo final. Entre aquellos niños estaba Vicente Olmedo García que empezaba a in-cubar su gran afición al futbol y al Tomelloso de sus amores.

Este tomellosero afincado en Madrid, de 80 años de edad y que trabajó casi toda su vida en una cooperativa de productos farmacéuticos, posee una magnífica recopilación de datos del Tomelloso que va desde el año 1918 al 1970, más de medio siglo en un conjunto que incluye datos de plantillas, entre-nadores, directivas, clasificaciones, alineaciones históricas, fotografías…, “un trabajo de locura” – como él mismo dice - que tiene perfectamente orga-nizado. Aunque el Tomelloso se funda oficialmente en el año 1921, Vicente Olmedo buscó afanosamente datos en periódicos de la provincia, como Vida Man-

chega o el Pueblo Manchego, en la Biblioteca Nacio-nal o en la hemeroteca de Conde Duque y empieza la historia en el año 1918. Nombra de carrerilla a directivos de 1921, como José Fernández Amores, Ángel Soubriet, Teófilo Aguilar, Elías Hurtado y Juan de Mata. También habla de los años 30, cuando el equipo jugaba en el campo de los Peina-dos, “que conocí ya casi semiderruido” y donde el Sevilla y el Tomelloso jugaron un histórico partido que finalizó con empate a uno. Olmedo, que guarda con admirable precisión todos los datos en su cabe-za, recuerda que el portero de los hispalenses era el gran Eizaguirre, internacional con España, que vio con impotencia como un delantero del Tomelloso le marcó el empate, precisamente el que al salir al campo le había dicho con evidente sarcasmo y chu-lería “que le iba a marcar un gol con las posaderas”. Los equipos se vistieron en casas cercanas al Cam-po.

Olmedo siente especial predilección por aquel mítico equipo de los 40 que consiguió el ascenso a tercera división, “el de la delantera formada por Tití, Rueda, Abilio, Pino y Cobos. Cobos llegó a jugar con el Alcoyano en primera división, luego se fue al Za-ragoza y después pasó por otros muchos equipos,

hasta que se retiró en el Getafe. A Pino, que vino a Tomelloso cedido por el Calavera, filial del Sevilla, lo visité una vez en Murcia, donde regentaba una ad-ministración de lotería, jugó también en el Anteque-rano y el Sabadell. Abilio fue el autor de nuestro primer gol en categoría nacional”. Disfruta repasan-do las trayectorias de aquellos jugadores a los que admiró y con los que convivió tan de cerca. Su pa-dre Martín y sus tíos José y Felipe trabajaban como empleados del club, con lo cual siempre tenía las puertas abiertas. Evoca también las andanzas de Evaristo, al que trajo Tamargo de Oviedo, de Eloy, un medio centro excepcional, o Villar, otro maravi-lloso jugador.

Recuerda, como si fuera ayer, aquella Copa Go-bernador, que se disputó a partido único en la que el Tomelloso dejó fuera de combate al Alcázar, 3 a 1; al Manchego, 4 a 1; a la Olímpica Jiennense, 5 a 0; al Albacete Balompié, 5 a 1; y sólo cayó ante el Al-coyano en el partido de desempate por 2 a 1 punto.

Cuando se le pregunta cuál es el mejor futbolista que ha visto jugar en el Tomelloso, asegura que “ha habido muchos y muy buenos”, aunque se decanta por el portero Orencio. Jugaba éste en la Olímpica Jiennense, lo que hoy es el Real Jaén. Como los campeonatos eran cortos, vino a Tomelloso a jugar

la Copa Gobernador con el equipo de su pueblo, el Santa Cruz de Mudela. El Tomelloso, que ganó 7 a 1, lo bombardeó con más de 60 tiros y tuvo una actuación portentosa. Al final del partido, los direc-tivos hablaron con él y se comprometió de palabra. Más adelante estuvo a prueba en el Atl. de Madrid. Esta enciclopedia viviente del fútbol local recita la alineación colchonera que vino a Tomelloso en el año 49, precisamente con motivo de un homenaje a Orencio y nos habla también de Lolín, un medio que tenía mucha facilidad para hacer goles; de Chamo-rro, Manchado, Rosales, Berrocal… El equipo se nutría entonces con muchos jugadores andaluces y también de Madrid. Algunos de ellos integraron aquel inolvidable equipo que en la temporada 1946-47 jugó la liguilla de ascenso a 2ª división con el Salamanca, Real Valladolid, Palencia, Pontevedra, Lucense, Albacete, Leonesa y Tomelloso. Se adentra también en las andanzas de equipos de otras déca-das, como la de los 50: con William, los Hermanos

Marquina, Soubriet, Reynoso, Quevedo… Muchos de ellos jugaban también en el Manzanares. “Que-vedo era un jugador de gran velocidad y potente tiro, jugando contra el Socuéllamos rompió la red, muestra la reseña de la prensa. Reynoso era un zaguero excepcional; Samitier, técnico del Real Ma-drid, se interesó por él y vino a verlo. Asoma en la entrevista el nombre de Gálvez, “sabía mucho de su trayectoria como jugador y entrenador, pero perso-nalmente lo conocí tres años antes de que muriera, recuerdo que fui a su casa y me impactó con su generosidad y cercanía”.

Viajando por la historia del fútbol local llegamos a los felices 60 con aquel legendario once que jugó en el 61 la final de la copa de España de Aficionados con el Barcelona en Mestalla, una competición que antes deparó una eliminatoria fratricida a doble partido entre el Tomelloso y la Atlética Castellana, en la que se impuso el Tomelloso. Se podría pasar horas y horas hablando de la historia del fútbol local. Un editor, amigo suyo, le dijo que esa historia se debería ver reflejada en un libro. No olvida a varios aficionados Tomelloseros que califica de “sabios” como Ovidio Martínez, que fue jugador, árbitro, Presidente, secretario técnico del Tomelloso o Clodo Benasalvas. También recuer-da a los Hermanos Acedo, Antonio y Rafael, a Pedro

Ramírez Lassere o a Felipe Martínez, Gotera y To-más, el Tártago. Un poco de nostalgia se percibe a las puertas del estadio Municipal, donde nos despe-dimos. Carlos Moreno EL PERIÓDICO

COLABORACIONES

Page 22: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

22 PÁMPANAS

Llovió su nombre una tarde de otoño,

los árboles se resistían con pudor

a desnudarse, y algunas hojas intrépidas jugaban a alfombrar el suelo

de aquel parque de todos.

Le vi llegar con aire ausente,

en sus manos un paraguas de nostalgias

que abría cuando la lluvia agitaba los recuerdos, siempre al volver la esquina.

En su vieja maleta ya no cabían

más distancias ni silencios.

Era un hombre de paz, mas, seguía coleccionando heridas…

Necesitaba tanto el crepitar de un fuego.

Mª Teresa Lozano López

A Vicente Olmedo

En esta edición, abusando de la enorme

libertad que nos concede Pablo a todos los que

colaboramos con su publicación, me he

permitido relegar el artículo de mi sección

habitual para hacer un pequeño, pero

necesario y merecido homenaje, a un gran

embajador de nuestra ciudad. Y es que, si de

algo se siente realmente orgulloso Vicente

Olmedo, es de ser tomellosero.

Sin duda alguna, su nombre debe figurar entre

los de aquellos que han difundido las

costumbres y cultura de Tomelloso, porque,

aún viviendo en Madrid, al hablar con él uno

piensa que, apenas unos minutos antes,

estuvo paseando por esas calles que evocan su

niñez. Tal vez por ello, su presencia es tan

habitual en la Casa de Castilla-la Mancha en

la que se siente como su propia casa.

Como todo gran comunicador, a pesar de que

ésta es una cualidad que él nunca reconocerá,

consigue con facilidad cazar la atención de

quien le escucha, lo que convierte en una

verdadera delicia compartir con él una tarde de

tertulia. Podrán dialogar con Vicente sobre

cualquier aspecto de la vida, porque como todo

hombre culto, les regara una opinión sensata y

razonable. Eso sí, si se decantan por hablar de

fútbol y, en concreto, del Atlético Tomelloso, se

darán cuenta de que es como si sus palabras

estuvieran saliendo directamente de una

enciclopedia.

Tal vez por ello, pueda presumir de ser el

mayor conocedor de la historia de este club,

como podrán comprobar todos los que lean el

libro que él mismo ha redactado y que, por

fortuna he tenido el privilegio de leer. Esta

obra, nacida desde el cariño y devoción a unos

colores, resulta de lectura ágil y de un gran

valor documental, representando una joya

para todos los amantes de este deporte en

general y del Atlético Tomelloso en particular.

Por todo ello, no podemos menos que darle las

gracias por rescatar esta parte de la historia de

nuestro pueblo, y por hacernos pasar un rato

agradable mientras nos sumergirnos en la

lectura de su obra, la cual, no dudo, será

recordada durante mucho tiempo.

Estela Olmedo Salinas

(Letrada)

COLABORACIONES

Page 23: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 23

SEGUNDO SEMESTRE 2013

Salón de Plenos del Ayuntamiento de Tomelloso, presidido

por el Excelentísimo Sr. Alcalde, D. Carlos Cotillas y

acompañado por los nominados en el Día del Ausente: D.

Indortes Bolós Jiménez (Madrid) y D. Cirilo Jareño

Grande (Alicante).

JULIO 2013: Por vacaciones de los socios,

se determinó no realizar ningún acto.

AGOSTO 2013: Día 28: Participación de la

Peña en el Día del Ausente

El Ayuntamiento de Tomelloso recibió a más

de 50 tomelloseros, llegados desde Madrid, que

acudieron para homenajear a nuestro Ausente,

Indortes Franco Bolós Jiménez. Posteriormente se visitó el X Mercado

Tradicional (Concentración, exposición y venta

de productos de la huerta y trabajos

artesanales.

Al mismo tiempo se pudo disfrutar del

ambiente festivo de la Feria y Fiestas que tienen lugar en estas fechas: bailes del Vermut,

Recinto Ferial, con karaoke, etc…

En la Glorieta de María Cristina se impartió

un Taller de Bailes de Salón y en el Paseo de las

Moreras, una representación de Teatro Infantil. En el Auditorio Municipal López Torres se

proyectaron capítulos de la serie “Plinio”. Más

tarde se visitó el Caserón Museo de las Mulas.

SEPTIEMBRE 2013: Día 20: Lectura

ininterrumpida de autores tomelloseros. Estaba programado un desfile de zapatillas y

camisetas, pero dos días antes nos notificaron

que sería imposible realizarlo por motivos

familiares de los diseñadores. Tuvimos que

recomponer con total rapidez el Acto a celebrar y convinimos hacer una lectura ininterrumpida

de algunos autores tomelloseros, como D.

Francisco Martínez Ramírez (Las Hogueras), D.

Luis Quirós (Desde Tomelloso), D. Juan Torres

Grueso. (La Plaza de Tomelloso y Ntra. Sra. de

las Viñas: la Virgen de todos los vinateros), D. Francisco García Pavón (Paulina y Gumersindo,

Ya no es ayer, Las Migas), D. Eladio Cabañero

(La gran llanura Manchega, Visita a una bodega

de Tomelloso, La Mancha al sol desde

Tomelloso, El cante flamenco y Tomelloso), D. José López Martínez (Fragmento del Pregón de

la Fiesta de la Vendimia de Tomelloso en agosto

de 1971), D. Ángel López Martínez (Soneto a

Tomelloso, Paisaje y añoranza de Tomelloso.

Intervinieron en la lectura: Dª Pilar Chaves,

Dª Carmen Marín de Górriz y Carlos Fernández (actores del grupo de teatro “Carlos Lemos”),

Dª. Paquita Grande, D. Ramón González y

Emma Cueva (miembros de la Peña), D.

Francisco López Martínez (anterior Presidente

de la Peña) y parte del público asistente.

OCTUBRE 2013: Día 25: Conferencia

sobre “Herencias y Testamentos”.

Con gran asistencia de público esta

Conferencia fue impartida por Dª Mª Dolores López Serrano (Abogado del Ilustre Colegio de Madrid), quien cursó sus estudios en la

Universidad Complutense. Hasta la fecha sigue

tratando diferentes especialidades: Derecho

Civil, Penal, Laboral y Mercantil. También

tramita demandas civiles y penales sobre el

asunto de las Preferentes. La presentación estuvo a cargo del Secretario de la Peña, D.

Ramón González. Coordinó la Presidenta de la

Peña, Emma Cueva Quirós.

A C T I V I D A D E S

Page 24: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

24 PÁMPANAS

Su información nos resultó muy interesante y de gran ayuda, sobre todo en ciertos

asuntos complicados que, en algunos

momentos, todos necesitamos resolver y

hemos desconocido su procedimiento.

El lema recogido en el Compendio del Derecho es: “La Justicia es un grito que brota de lo profundo del ser humano”, pero Mª

Dolores añade: “La Justicia es un privilegio concedido a aquellos capaces de demandarlo”.

Fue centro de muchas consultas por parte del

público, alargándose el Acto por espacio de dos

horas.

NOVIEMBRE 2013:

Día 22: Charla- Coloquio bajo el Título

“Piedras en el Camino” Por Tomás Perales. La

Presidenta, Emma Cueva Quirós, analizó

grafológicamente la personalidad del escritor,

resaltando su naturaleza introvertida y el

enfoque ante su vida de manera sencilla y

natural. D. Tomás Perales (escritor y

empresario) nos leyó dos de sus cuentos

titulados: Desesperanza y Un paseo por el

espacio.

El primer cuento versó acerca del peligro

que puede correr la impresión de libros en

papel, debido al uso de las últimas tecnologías.

El segundo nos relataba la ilusión que tenía

un hombre en darse un paseo por el Espacio y

dar a conocer nuestros vinos manchegos.

Se debatió sobre estos temas, saliendo a

colación otros de la misma importancia y no

menos interesantes.

DICIEMBRE 2013:

Día 28: Comida de hermandad por navidad.

Celebración de la Peña de Tomelloso en la

Comida de Hermandad. Al finalizar se brindó

con champán y se sorteó una cesta navideña

para celebrar las Fiestas. El premio recayó en

Dª Charo, Socia de la Peña

FINAL DE FIESTA

Como final de Fiesta nos amenizaron la

velada el Grupo “De Madrid a Móstoles”, con

variados números de chotis y zarzuela.

A C T I V I D A D E S

Page 25: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 25

S O L E D A D

Era domingo y hacia una hermosa mañana de primavera, oí por la radio que ya

estaba abierto al público el Museo

Municipal, había estado cerrado para su

restauración, y decidí ir a ver cómo había

quedado; al terminar mi visita salí

satisfecha pero algo cansada, así que me encaminé hacia el Metro de Tribunal con la

intención de regresar a casa; cuando estaba

llegando a la estación oí ruido de

castañuelas y sonido de bandurrias y

guitarras al ritmo de jotas manchegas: desistí de coger el metro y fui rodeando la

Plaza de Barceló para saber de dónde venía

tanta algarabía; al avistar la plazoleta

central quedó satisfecha mi curiosidad.

Estaba montado un estupendo escenario y sobre el bailaba el grupo "Hidalguía"

encabezado por su director "Vicente Morales

Olmedo".

Después de varias actuaciones pararon para

descansar "un poquejo", según las propias palabras de Vicente, y dijo: Por lo mucho

que estáis aplaudiendo me parece a mí que

sois muchos los manchegos que estáis aquí,

sí, sí, respondimos. Bien ¿Y del Tomelloso

hay alguno? Los que sean del Tomelloso que

levanten la mano; una mujer que estaba a mi lado levantó el brazo al mismo tiempo

que yo, y Vicente comento: “pues a estas dos

Tomelloseras les dedicaremos la jota de la

vendimia”; ¡Va por vosotras paisanas!

Cuando terminaron de bailar las jotas la mujer que estaba a mi lado me dijo (con

lágrimas en los ojos) “ya ve me he

emocionado, son muchos los recuerdos... y

eso que mi tierra no me trato muy bien”. La

tierra no trata mal, en todo caso las

circunstancias o las personas, le contesté. ¡Ay si yo le contase! Me respondió.

Aquella mañana quiso la casualidad que

nos conociésemos; ella, Soledad, también

había ido a visitar el Museo Romántico que

está precisamente en aquella zona. Charlamos un buen rato recordando nuestra

infancia en el pueblo, los juegos de aquel

entonces, los colegios donde habíamos

aprendido las primeras letras y también nos

dimos a conocer quiénes fueron nuestras

familias; por ultimo nos intercambiamos los números de teléfono con la promesa de

llamarnos y salir alguna tarde y, lo

cumplimos. Unas veces llamaba yo y otras lo

hacia ella.

Vaya por delante que nos hicimos muy buenas amigas; nuestra forma de ser y de ver

la vida eran afines, aparte de tener un gran

sentido del humor, y un talante divertido y

dicharachero del más puro estilo

Tomellosero.

Quería hablarme de su vida y sincerarse conmigo, y esto es lo que Soledad me contó y

esta es la triste historia de su vida:

Fue hija única de familia modesta

trabajadora, cuando finalizo los estudios de

primaria, se negó a seguir estudiando, sus padres decidieron que en tal caso tendría que

aprender un oficio y sin dudarlo se decidió por

el de modista, aprendió corte y confección.

Pasaron los años y un día la pretendió un

mozo y se hicieron novios. A los tres años de

relaciones la dejo "plantada" cuando repetidas veces él (pretendió algo más de aquella

relación) y ella se negó.

Siguió pasando el tiempo y un buen día la

rondó otro joven mozo, Jacinto: a él no le

importo que ella fuese mayor que él, Soledad era guapa y una buena moza; formalizaron el

compromiso de casamiento, eso sí, tendrían

que esperar largo tiempo hasta que cumpliese

el servicio militar; en aquellos tiempos duraba

casi tres años. Mientras tanto, ella fue

haciéndose el ajuar y preparando todo para cuando volviese Jacinto y, cumplida la mili,

casarse.

Sucedió que en aquellos días y meses de

espera fallecieron los padres de Soledad; la

madre por enfermedad y el padre por accidente de trabajo.

Meses más tarde de aquella tragedia

Jacinto llegó de permiso. En aquel entonces

era mal visto hablar con el novio en la puerta

de la calle estando la novia de riguroso luto; y

también era motivo de crítica y escándalo si el novio entraba en la casa estando sola la novia.

Soledad consintió que su novio pasara a la

casa estando sola, pensó que si no lo permitía

podía perderlo al igual que perdió a su primer

novio. Ni que decir tiene, fue la comidilla de la vecindad; cometió un grave error y por

consiguiente marcó todo lo que sería el resto

de su vida.

Terminaron los días de permiso de Jacinto y

tuvo que regresar a Madrid. Le quedaba aun

muchos meses de mili por cumplir. Soledad siguió con sus labores de modista

y haciendo oídos sordos a las habladurías,

pues cuando el regresara cumplido de la mili,

se casarían y todo se calmaría.

COLABORACIONES

Page 26: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

26 PÁMPANAS

Por fin un día llegó la carta tan esperada

pero... Jacinto le comunicaba que rompía su compromiso con ella; había conocido a una

chica de la misma edad que él y se había

comprometido formalmente con ella. Esta fue

una muy mala noticia, pero la peor estaba por

llegar; y llegó cuando encontrándose con pocas

ganas de comer y dormir malamente, decidió ir al médico. Después de hacerle un

reconocimiento y algunas preguntas, el doctor

le comunicó que estaba embarazada.

No sabía qué camino tomar ni a quién

recurrir, solo tenía una tía, hermana de su padre, y dos primas, pero se habían

distanciado tiempo atrás por intereses de

herencias familiares. Con una de las primas (la

mayor) siempre tuvo buen trato, pero hacía

tiempo que se había marchado a Madrid a

trabajar. Al llegar a este punto de la historia le

pregunté: ¿Y a Jacinto se lo comunicaste? Si

claro, le escribí dos cartas, pero no me

contestó. Debió de creer que era una argucia

para recuperarlo ya que solo estuvimos "juntos" una noche, para mí la primera, y no

es muy corriente un embarazo.

Por otra parte no quiso Soledad hacer de su

hijo una moneda de cambio, lo que sí tuvo

muy claro, es que tendría que marcharse del

pueblo. En aquel entonces, la virginidad de la

mujer era como el "precinto" de la pureza y si

ese precinto se rompía, estando soltera, se

consideraba una deshonra para ella y para la

familia, y por consiguiente “señalá” para toda la vida.

A grandes males grandes remedios.

Localizó a su prima, la que estaba

trabajando en Madrid, y le encargó que le

buscase trabajo como modista o costurera.

Vendió la casa de sus padres y con sus ahorros y lo que le dieron por la venta de la

casa, en cuanto tuvo noticias de su prima

confirmando que ya tenía buen trabajo para

ella, arregló todos los documentos que le eran

necesarios y viajó a Madrid. Trabajó para los mismos señores para los

que trabajaba su prima; eran de alto nivel

social, el servicio lo componían tres de cuerpo

de casa y ella como costurera y planchadora.

La convivencia con su prima y las otras

compañeras fue buena, le ayudaron en todo. Soledad tenía asumido que para cuando

naciese su hijo, e incluso mucho antes tendría

que dejar el trabajo y necesitaría una casa

para ella y el bebé. Aconsejada por sus

compañeras, que conocían bien todos los entresijos de aquel Madrid de entonces,

buscaron y encontraron una buhardilla y la

compró, en aquellos años eran muy baratas,

nadie las utilizaba como vivienda, sólo las tenían para guardar los trastos viejos.

Durante seis días trabajó sin descanso

hasta dejarla habitable y acogedora. Así es

como yo la conocí. Pero tanto esfuerzo y

aquellos cinco pisos sin ascensor le pasaron

factura, y unas semanas después tuvo un parto prematuro y el bebé, nació muerto.

Física y moralmente quedó destrozada y tardó

largo tiempo hasta recuperarse y en

consecuencia perdió el trabajo.

Poco a poco fue mejorando y recuperando

fuerzas, tenía que volver a trabajar, los ahorros

que le quedaban eran pocos, así que buscó trabajo como modista y fue de tienda en

tienda, y por fin encontró un buen puesto en

unos grandes almacenes y allí estuvo hasta su

jubilación.

Muchas más y muy relevantes, fueron las

cosas que me contó Soledad de sus años vividos en Madrid, pero ese sería trabajo para

una biografía completa, así pues lo dejaremos

aquí.

Cercana ya a los 87 años y con la salud

muy mermada, fue consciente de que no podía vivir sola y decidió recluirse en una buena

residencia.

Entregó su buhardilla en Testamento a

condición de residir hasta el fin de sus días, y

con el compromiso escrito de que a su

fallecimiento trasladasen sus restos a Tomelloso para enterrarla junto a sus padres.

Durante el tiempo que estuvo en la

residencia fui a visitarla y regularmente la

telefoneaba. Un día me comunicaron que había

fallecido y había sido trasladada al cementerio de Tomelloso, para estar junto a sus padres

como fue siempre su deseo y última voluntad.

Cabe decir y resaltar, que Soledad fue "Una

aguerrida Manchega fuerte para el combate”

pero como su propio nombre la define, Sola,

Única y Solitaria. y en mi opinión víctima del desamor, de la ingratitud, y ¡Cómo no! De las

malas lenguas.

Luisa Madrigal Lara

COLABORACIONES

Page 27: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 27

La genialidad de lo auténtico

Es frecuente ver en invierno o en verano

alguna avecilla posada en cualquier rama del

magnolio que da entrada al Museo que lleva su

nombre.

¿Quién es ese hombre papá? le preguntaba

un niño a su padre, al ver pasar al maestro ensimismado. Es un pintor de cuadros, lleva

en su paleta los colores del arco iris. Le gusta

trabajar en tabla, y pinta bodegones, retratos,

pero sobre todo paisajes llenos de belleza y luz,

le respondía el padre. Caminaba por las calles de Tomelloso de un

incógnito adrede, llevando en sus pies el can-

sancio del cosmos, y la luz del paisaje man-

chego adherida a la retina del alma, olvidando

todo lo que no fuese esencia y contraste, todo

lo que no fuera sacar el máximo partido a un paisaje, que sentía profundamente por cer-

cano, y que le obligaba a aprehender la fugaci-

dad del instante, como él mismo dijera. No es

fácil hacer grande lo sencillo, captar ese estado

natural del ambiente, haciéndole palpitar con su propio lenguaje, con una pulcritud plástica

cómo dijo Francisco Nieva, fuera de lo co-

mún.

Fue el 19 de abril de 1986 cuando el Museo

abrió sus puertas por primera vez, Francisco

Nieva, gran admirador de su obra en el discur-so de inauguración, y en presencia del maes-

tro, dijo: “la buena pintura envejece poco”.

Desde entonces son numerosas las personas

que han ido pasando por su Museo, un edificio

que no les deja indiferentes, ni en la arquitec-tura, ni en la obra del artista que, a juicio de

algunos visitantes, les recuerda a Sorolla en el

tratamiento de la luz.

Se ha dicho o dejado intuir casi todo de la

obra y vida de López Torres, respetando siem-

pre esa parcela íntima, que a toda persona corresponde. Valentín Arteaga hace un deta-

llado recorrido interior del pintor y de su en-torno, en su libro: Retrato y fábulas de un pin-tor de Tomelloso. Críticos o escritores cómo

Antonio Bonet Correa, J. de la Puente, Rodrí-

guez Huéscar, y tantos otros, que con estudios más completos, o pasando sólo de puntillas, se

han acercado al artista y a su obra.

Antonio López Torres cogió con fuerza el

testigo de Francisco Carretero y abrió una gran

escuela en Tomelloso. Discípulos o admirado-

res, estilos similares, o completamente distin-tos, todos pintores de Tomelloso, que de una

forma u otra han bebido del claro manantial de

su pintura. Mª Jesús Martínez, su joven y úl-

tima discípula, como él decía. Sus sobrinos

Diógenes y Santiago López, que junto a Eze-quiel Cano, podemos encontrar en cualquier

punto de este “paisaje al sol” que dijera Eladio

Cabañero, frente a frente con el motivo, Ángel

Pintado, García Sevilla, Pepe Carretero, Félix

Huertas, Ruiz Paraíso. O gente más joven, co-

mo Concha Espinosa, Santiago Lara, José A.

Espinosa Jiménez. Y tantos otros pintores que

se haría eterno enumerar. Por otra parte es emotivo conocer a alumnos de sus clases en

Madrid, Ciudad Real, Daimiel, que se pasan

por su Museo, y hablan de su forma de ense-

ñar, y de la huella que les dejó el maestro.

Pero si hay alguien que conoce, admira, fue, y sigue siendo fiel admirador y observador de su

obra, es Antonio López García. En declara-

ciones al programa Rasgos de TVE, 1982, se

mostraba así de rotundo: “En la pintura mo-

derna, ha habido un pintor que es mi tío, An-

tonio López Torres, que te sorprendes pensan-do en su pintura, en cómo interpretaba las

cosas... Le admiro mucho como pintor... Me

parece un artista absolutamente excepcional.

Ha hecho obras, para mí, de las mejores del

siglo XX. Totalmente creo eso, que quedarán, que el tiempo no podrá con ellas, porque están

resueltas con una pureza y con una sabiduría

natural, suya, innata, tan intensa, tan fuerte

que son absolutamente definitivas”.

Antonio López Torres amó la pintura por

encima de todo, vivió por ella y para ella, ca-minando en solitario, ajeno totalmente a mo-

vimientos, tendencias, o a lo que la crítica

pudiera opinar de su obra. Dueño de una gran

personalidad, fue un artista libre, buscaba lo

que quería, y quería entrañablemente lo que hallaba, la soledad, el misterio de su pequeña

tabla en blanco, donde conjugaba la llanura

inmensa, la luz, el espacio aéreo. Todo minu-

ciosamente estudiado, todo elaborado en un

maridaje perfecto. Luz, cielo, esencia que tras-

pasa el horizonte. López Torres cabalgaba en la llanura pincelando en estado sublime, olvi-

dando el alimento del cuerpo, en el reto siem-

pre nuevo de interpretar, de resolver enigmas

en cada obra, hasta el último instante de su

vida. Antonio López Torres tenía la autenticidad

del que no maquilla resultados, poca gente

sabe captar con tanto acierto la luz de cada

lugar, pintaba como él decía, con todo el cielo

temblándole entre los parpados. Como bien

dijo su sobrino... “Mi tío fue un artista verda-dero”.

Aún hoy, si cerramos un poco los ojos, po-

demos ver a Antonio López Torres en cualquier

recodo del camino, pintándole alondras a las

mañanas de Tomelloso, y extendiendo paletas

de luz en este gran lienzo que es La Mancha.

Mª Teresa Lozano López

A C T I V I D A D E S

Page 28: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

28 PÁMPANAS

Gozar el amor de una mujer Serventesios

Cariño hazme el amor, me suplicaste,

tan húmeda, ardiente y lujuriosa,

para ayudarme a entrar te esparrancaste,

abierta cual clavel, flor deliciosa.

¿Cuantas veces entré? No lo recuerdo,

sé que te hice gozar, estoy seguro,

después de tanto amarte yo me pierdo,

pues mi cuerpo se hallaba en un apuro.

Nuevamente comenzaste a besarme,

recorriste mi cuerpo con tus manos

lograste levantar a mi “gendarme”

dándome los placeres más mundanos.

Yo recorrí tu cuerpo nuevamente

los senos los pezones y el ombligo,

y llegué hasta tu sexo, suavemente

me elevaste hasta el cielo y te bendigo.

Mis deseos crecieron, deliraba,

me introduje de nuevo en pozo estrecho

aquella noche eterna en la alborada,

yo te amé del revés y del derecho.

Sentí mi miembro erecto, ¡Qué delicia!

Que iba entrando y saliendo de tu sexo,

entre el beso ardoroso y la caricia

a tu amor yo me rindo genuflexo.

Eran más de las seis, ya clareaba,

después de un breve baño entre en el lecho,

la luna se marchó tras la alborada

que enorme laxitud sentí en el pecho.

Pablo Avendaño Lara

EL MUNDO

Si se acabara el agua

No acabaría la vida,

Si se marchara el aire

Seguiríamos viviendo.

Si se apagara el sol

Continuaríamos viendo.

El perder los tesoros

No me causaría herida.

El no saber leer

No sería un infierno.

El hambre y la pobreza

No son castigo eterno.

La cruel enfermedad

No es un mal profundo.

Mas si no hubiera amor

Se extinguiría el mundo.

Una figura herida

Cara a cara miró la faz terrible

y el rostro no volvió ni hurtó los ojos.

De aquella lid sin luz quedóle un hielo

de bello nombre y dura huella: hastío.

Buscó en los hombres paz, buscó en los hombres

la hospitalidad que no le pudieron

ofrecer, la amistad que raras veces

aplacó su inquietud.

Miró los campos,

las colinas, las cumbres, las estrellas,

y definió su angustia como amor,

como tristeza.

Vuelto el rostro un día,

los ojos de su padre vio en su frente

posarse con piedad. Gritó. Y el grito

fue un estertor postrero de caduco

viejo entre cuyos labios la sed pone

algo así como hervor, lágrimas acaso.

Se le vio caminar entre exiliados

hacía otro exilio, y en el breve espejo

que retuvo sus ojos un instante

algo entrego de si que alguien persigue.

Ni duende, ni ángel, ni gracia tuvo,

pero estuvo habitado de verdad

con la desolación del hombre bueno,

su palabra dolor en otra herida.

Antonio Carvajal

COLABORACIONES

Page 29: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 29

La desesperación del león y otras historias de la India

Hola, buenas tardes a todos. Realmente es ésta una ocasión muy peculiar y única pues un libro de relatos de un lugar tan lejano y exótico como la India, ha logrado que nos reunamos por primera vez, en este lugar, prolongación de nuestro pueblo en la capital, a un grupo de primos y amigos de la infancia tomelloseros, convocados por Emma, la actual Presidenta de esta Peña y a la que deseo muchísima suerte, en tan malos tiempos “para la lírica”, pero su entusiasmo, su fuerza y su actividad frenéticas conseguirán logros tan difíciles como éste que os comento. Para mi supone una alegría estar entre ellos y

con la grata compañía de todos vosotros, familiares, paisanos y amigos. Y aunque en la invitación aparezco con el título del puesto de trabajo que desempeño desde hace años, yo deseo me permitáis

estar aquí hoy únicamente en mi calidad, como he dicho antes, de familiar, de amiga y de simple y aficionada LECTORA. Y lectora admiradora de Sonia a la que conozco desde niña y recuerdo muy bien cómo ya desde aquellos años daba muestras de su gran imaginación, de su prodigiosa capacidad creativa en nuestros inocentes juegos infantiles, y cómo no de esa cualidad imprescindible en todo buen escritor que es la capacidad de observación. Estando aquí ella- que es la autora y creadora del libro- y mi querido primo Antonio, viajero impenitente en la India y perfecto conocedor de ese inconmensurable continente, poco o casi nada puedo yo aportar a lo mucho y sabroso que ellos van a decirnos. Sin obviar la sabia opinión e interpretación que va a darnos del libro el Dr. Fernando de Castro Soubriet, imagino que pasado por el tamiz familiar y de enorme cercanía y conocimiento personales con la escritora, unido

todo ello a su gran experiencia lectora. Yo, brevemente, voy a comentaros varias impresiones que ha ido proporcionándome la lectura de estos relatos o historias. La primera sorpresa es que no responden en absoluto a esa idea previa que podemos imaginarnos al pensar en la India y que sería la de ese país lejano, exótico, exuberante de riquezas y vidas fabulosas más propias de las Mil y una noches… Pues nada más opuesto a ello. Con

Sonia, que viene últimamente desplazándose con asiduidad hasta allí, viajamos a diversos, diferentes y a la vez parecidos submundos de esa India profunda, milenaria, ancestral, cambiante pero a la vez aferrada a sus tradiciones; esa India a pié de calle y en la que viven entre la miseria, la resignación y los inevitables sueños de mejorar su existencia la gran mayoría de esos millones de habitantes que pueblan ese continente a fecha de hoy, aunque nos parezca increíble por lo muy diferente que es a nuestras vidas occidentales del siglo XXI. Imagino que fruto de sus propias experiencias, en parte, más la capacidad creadora y literaria, son estos cinco cuentos distintos entre sí y que como tal, pueden leerse de manera independiente, pero sin embargo todos comparten las mismas coordenadas de tiempo y lugar, y hasta

parece que podrían conocerse entre ellos los personajes que los habitan, aunque cada historia se ubica en escenarios y ambientes diferentes y con protagonistas locales y extranjeros que tiene vidas muy peculiares y personales aunque, eso sí, casi todos viven en medio de un bullicio plagado de gentes que van y vienen, que buscan y huyen pero a la vez se aferran a lo conocido. Como muy bien dice la autora, “TODOS juntos viven y se desplazan en ese gran pasar que es la vida”. En definitiva, y como lectora quiero deciros que gracias a la magnífica y rica plasticidad descriptiva de Sonia, me he sentido durante unas horas vecina del Main

Bazar, me he mezclado entre sus bulliciosas gentes, he oído sus múltiples voces y sonidos, me ha invadido el olor a fritanga de las pakoras y me he sentido parte de la vida de Khan, Varun y Chandra, entre otros. Y esa profunda capacidad que posee para adentrarse en el alma y en el interior del ser humano me ha hecho sentir un cariño y una ternura especiales por el lambania que vive a ras del suelo y que limpia permanentemente el Café Volga y desde donde solo él “ve las muchas cosas que se

ocultan allí arriba: la verdadera cara de la vida, la verdadera condición de cada uno, que se mantiene en la sombra, donde nadie suele mirar”. Emocionante reflexión que Sonia pone en boca de este singular personaje que “sabe estar pero no estar”. Preciosa definición. Y también me ha sorprendido muy gratamente el cuento del león desesperado y la viajera Gracia Gozlan, vecina del

zoo de aquél, y el curioso paralelismo que se crea en la vida de ambos, presos los dos de su libertad y de sus respectivas circunstancias. Y la sorpresa que te aguarda al final de esta historia es tan inesperada que tenéis que leerla pues ahí sobran las palabras. Sólo vale la interpretación de cada lector. Y en La Bicicleta fantasma me he reencontrado con una cuento digno de ser escuchado al anochecer, en torno al fuego de una fría noche invernal. Con su toque de misterio e intriga, con unos personajes cuyas vidas están llenas de precariedades y miserias, sin apenas porvenir y donde la muerte y la mala conciencia sobrevuelan, pero repentinamente la historia da un giro inesperado que engancha y

sorprende fuertemente al lector. Del último relato, El Viaje, nos va a hablar y muy bien por la estupenda interpretación que ha hecho de él, mi compañero de mesa e infatigable viajero, Antonio Bolós. Cierro mi turno ya, dándole mis más sinceras

felicitaciones a Sonia por saber escribir tan bien, por habernos regalado estos cuentos, piezas que considero magistrales, tanto como los de su padre aunque nunca son buenas las comparaciones. Y la animo para que continúe en esta maravillosa vena creativa. Por eso a vosotros OS ANIMO A QUE LEÁIS ESTE LIBRO, porque con su lectura vais a sentiros más felices en este “gran pasar que es la vida”. Muchas gracias

Rocío Torres Márquez

COLABORACIONES

Page 30: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

30 PÁMPANAS

En el mes de enero se presentó el Libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” de Vicente Olmedo

EL AUTOR con Ramón

González, Secretario y

Emma Cueva Presidenta

de la Peña.

En el mes de febrero se celebró el primer Concurso Cultural so-bre Tomelloso, pero no hubo asistencia de pú-blico, exceptuando a

unas 10 personas y los participantes.

En marzo estaba previsto, como todos los años, celebrar el Pregón de Semana Santa, pero 15 días antes nos notifican que no pueden asistir desde Tomelloso por falta de recursos económicos. Y se sustituyó por un home-naje al poeta y flamencólogo, fallecido en enero, Félix Grande. El acto tuvo una gran brillantez, aunque se echó de menos la asistencia de los so-cios, que fue muy escasa.

En abril, tuvo lugar un precioso pregón de Rome-ría, gracias a la colaboración del Presidente de la Hermandad Virgen de las Viñas, D. José Márquez, proponiendo como pregonera a Dª Mª Teresa Lo-zano, quien participó y colaboró con ilusión y entu-siasmo, acompañada de su sobrina, que tocó el Himno de Tomelloso al son del clarinete y puso mú-

sica de fondo, mientras su tía recitaba sus poemas y pregonaba a la Virgen. Los socios siguieron brillan-do por su ausencia.

La Peña trabajadora En mayo, se dio a conocer el fallo de los Certáme-

nes de Pintura y Poesía. También se celebró el día de la Virgen en colaboración con la Casa y el resto de las Peñas que la componen. La Peña llevó a dos socios vestidos con los típicos trajes de diario de Tomelloso, sin embargo el Presidente de la Herman-dad Virgen de la Viñas no pudo acudir. En junio, se celebró la entrega de Premios de los citados certámenes. Tampoco asistió público ape-nas, salvo los amigos y familiares de los premiados y aquellos a quienes se dio un diploma como men-ción a su participación. La excursión programada para el mes de junio a

Aranda de Duero, Monasterio de Sta. Mª de la Vid y alrededores, quedó suspendida por falta de viajeros. En julio no se hizo ningún acto, por vacaciones. En Agosto, acudimos al llamamiento del Ayunta-miento para celebrar el día del Ausente, que recayó

en la persona de Vicente Olmedo, elegido por los miembros de la Peña. El autobús que fletó el Ayun-tamiento de Tomelloso, se llenó hasta la mitad de su capacidad. El acto se celebró en el Auditorio Antonio López Torres, acudiendo los medios de co-municación para entrevistar a los tres Ausentes del año, con quienes compartimos homenaje, tanto en el Auditorio como en la comida del Restaurante Mabel. Los asistentes quedaron satisfechos de la jornada y observaron que este año había sido uno de los que mejor ha estado organizado y vistoso. Durante el acto nuestro “Tomellosero ausente” hizo

gala de su buena memoria y obsequió al Alcalde un ejemplar de su libro “Historia del fútbol en Tomello-

so”. En septiembre no se puede realizar el homenaje previsto a Félix Yáñez por problemas familiares, en su lugar se dictó la Conferencia sobre las Preferen-tes a cargo de la letrada doña María Dolores López Serrano. En el mes de noviembre, se organiza una merien-da con baile de los 60, en honor de Marina Morale-da, socia que siempre asiste fielmente a todos los actos de la Peña. Acudieron algunos socios, algo más que en anteriores actos.

En el mes de diciembre visitamos Tomelloso para hacer la Presentación, en el salón de la Biblioteca Francisco García Pavón, del libro de Vicente Olme-do, el acto fue bastante vistoso, estuvo moderado por nuestro paisano, periodista y locutor, José Luis Albiñana Masó “Pona” y el autor del libro “Historia del Fútbol en Tomelloso” asombró a los asistentes con su prodigiosa memoria. A finales de mes se dio la comida de Hermandad a los miembros de la Peña con motivo de las Fiestas Navideñas, después se sorteó un lote con productos de Tomelloso y como finalización de la jornada Car-men Cruz nos deleitó con su actuación. En el año 2014 solamente hemos recibido una

pequeña subvención de la Comunidad de Castilla-La Mancha. Y nos seguimos manteniendo con la cuota de nuestros socios.

ACTIVIDADES 2014

Page 31: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 31

Madrid, 3 de septiembre de 2014

Sr. Don Carlos M. Cotillas López Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Tomelloso.

Estimado don Carlos:

Estas letras son para pedirle a usted y a sus concejales, incluida doña Ángeles Lozano, perdón por no nombrarles en mi intervención, lo mismo me ocurrió con la presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid y su Junta Directiva. Es posible que la emoción del momento me provocara este lapsus. Aparte de lo que comento, mi interés se basa en agradecerle a usted y a los/las concejales mi más profundo agradecimiento por esa prueba de afecto y cariño que han demostrado en todo momento a mi humilde e insignificante persona.

Les tengo que felicitar por esa perfecta organización y por el marco incomparable donde se llevó a cabo el acto, que es el auditorio López Torres, lleno de hermosura.

Al final del acto me emocioné por tantas pruebas de cariño y simpatía hacia mi persona, por parte de usted, concejales y paisanos, a los que tanto quiero.

Nuevamente les pido perdón y reciban el más profundo agradecimiento de un tomellosero ausente.

Vicente Olmedo presenta su libro

de la Historia del Fútbol de Tomelloso

EL PERIÓDICO

Vicente Olmedo, tomellosero afincado en

Madrid desde hace algunos años, presentó

el 13 de diciembre su libro “Historia del

fútbol en Tomelloso”. El salón de actos de

la Casa de la Cultura registró una buena

presencia de público y la verdad es que

todos pasamos una amena velada en un

acto que moderó nuestro compañero de

José Luis Albiñana. Además del autor,

también participaron la Presidenta de la

Peña de Tomelloso en Madrid, Emma

Cueva Quirós, la directora de la Casa de la

Cultura, María Dolores Coronado, que se

incorporó con el acto ya iniciado.

El autor dedicó unas emocionadas

palabras de recuerdo a José María Arcos,

a Félix Grande, Miguel Moreno y Jesús

Úbeda, personas importantes del mundo

de la cultura y el deporte que nos dejaron

este año. Recordó también a Luciano

González Casajuana, “que siempre me

animo a que hiciera este trabajo” y al

secretario de la Peña, Ramón González

“artífice principal de que el libro haya visto

la luz”. Olmedo relató curiosos pasajes de

la historia del fútbol local, con numerosos

datos.

AGRADECIMIENTOS

Page 32: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

32 PÁMPANAS

Con Tomelloso siempre en el corazón En el año 2014 el Ayuntamiento ha distinguido a tres de sus paisanos ausentes: Antonio García, que reside de manera habitual en Alicante; felicidad Soto, que vive en Alcira y Vicente Olmedo, que fijó su domicilio en Madrid hace ya seis décadas. LL.

Tomelloseros que, a pesar de llevar fuera de

su Tomelloso natal varias décadas ya, nunca han dejado de ser, de sentirse ni de ejercer

como Tomelloseros. Así son Antonio García,

Felicidad Soto y Vicente Olmedo, los tres tome-

lloseros homenajeados este año por el Ayun-

tamiento de la ciudad durante la celebración del Día del Ausente. El acto, que estuvo con-

ducido con mucho acierto por Ángela Lozano,

se celebró en el auditorio López Torres en un

ambiente de nostalgia por el pasado y añoran-

za por las raíces nunca pérdidas.

Todos los ausentes distinguidos este año se mostraron profundamente agradecidos con

Tomelloso y su Ayuntamiento por este recono-

cimiento y aseguraron sentirse Tomelloseros

de los pies a la cabeza a pesar de los años de

ausencia. Una ausencia en que los tres inten-tan paliar con visitas frecuentes a la ciudad

que les vio nacer y en la que, según aseguran,

nunca se sienten extraños.

Entrañable y simpática resultó la entrecor-

tada intervención de Antonio García Preciados,

a quien la emoción le jugó una mala pasada, que el suplió con su cercanía y buen humor.

Este tomellosero, afincado en Alicante, recordó

su marcha de Tomelloso recién casado en bus-

ca de un futuro mejor que el que por aquellas

fechas le ofrecía su ciudad. Recordó a su espo-sa, ya fallecida, y, por supuesto, enterrada en

Tomelloso, así como sus muchas aventuras

ciclistas, siempre con Tomelloso por bandera.

Felicidad Soto Novillo, apoyada por un en-

tusiasta grupo del público, explicó que marchó

muy joven hasta Alcira buscando también un modo de ganarse la vida. Allí ha permanecido

desde entonces, allí se casó –eso sí, con un

tomellosero- y allí ha criado a sus cuatro hijos, a los que ha intentado inculcar el amor por la

Mancha y por Tomelloso. Junto con su marido

fundó en el año 1996 la casa de Castilla-La

Mancha en Alcira, institución que ahora presi-

de. Finalmente Vicente Olmedo García afincado

en Madrid desde hace más de seis décadas se

mostró un entusiasta incondicional de Tome-

lloso y un profundo conocedor del Tomelloso

Club de Futbol. De hecho, Vicente, que tuvo

unas palabras de recuerdo para el tristemente fallecido Miguel Moreno, aprovechó la ocasión

para regalar a la Biblioteca Municipal uno de

los ejemplares que recientemente ha publicado

sobre este club, así como para pedir el apoyo

del Ayuntamiento para la edición de un volu-men que recoja los muchísimos datos y docu-

mentos que Vicente ha ido catalogando e in-

vestigando a lo largo de todos estos años.

La poesía de Juan Torres Grueso y la prosa

de Francisco García Pavón en boca de Ángela

Lozano pusieron el broche final a este acto que

estuvo presidido por el alcalde, Carlos Cotillas.

El primer edil trasladó el cariño de todos

los tomelloseros a aquellos que, por diversas

circunstancias, se ven obligados a dejar su

ciudad natal, y destacó que, en los últimos

años, Tomelloso se ha convertido en un lugar

que acoge a ciudadanos llegados desde los más

variados y lejanos países, residiendo en estos

momentos en esta ciudad personas de cuaren-

ta nacionalidades distintas.

S O C I E D A D

Page 33: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 33

Tomelloso, el sacrificio de una ciudad

Por Ángel Bernao

Parece increíble pensar que durante más de 160 años un pueblo se volcara hacia una aventura que produjo el apogeo y desarrollo económico de esta ciudad.

Y más que aventura podríamos calificarla de estrategia comercial, de marketing que se diría en los tiempos actuales.

Muchas expresiones serían elocuentes de la

actuación de las gentes de Tomelloso en busca de una postura económica de ahorro y de considerable imaginación para potenciar su situación agraria en base a incrementar los valores añadidos al resultado del esfuerzo y de trabajo en las faenas agrícolas.

Esta situación se produjo a partir de los segundos

cincuenta años del siglo XIX. ¿Qué hicieron los tomelloseros para acabar resolviendo sus problemas, sin contar nada más que su propio esfuerzo y sin ayuda ajena?

Pues ni más ni menos que crear su propio banco en sus casas. Para ello no hizo nada más sencillo que almacenar la riqueza obtenida de su trabajo en su propia casa. Así las viviendas de Tomelloso se convirtieron en negocios, en establecimientos de venta, en cajas de ahorro, con libre disponibilidad de su economía. Se procedió a dar valor y a potenciar su estrategia económica de disponer de materia prima de fuerte demanda a expensas de la oferta de un producto de gran aceptación en el mercado.

Esta evolución tuvo su origen en la decisión de poder mantener una postura definitiva sobre el

futuro de su economía que no dependiera de factores ajenos a terceros y que únicamente quedara a la ley de la oferta y la demanda, pero

evitando la especulación económica, manteniéndose a la situación en cada momento de los mercados agrarios.

No hubiera sido posible sin la decisión de aventurarse en una innovación en la utilización de los recursos, pero, curioso e importante, sin tener en cuenta ni valorar el esfuerzo humano y personal que sería necesario y que resultó ser de una envergadura que hoy en día, por mucho que se explique, resulta inconcebible.

Un trabajo de desarrollo que implicó a toda la población sin desestimo ninguno: padres, hijos, familiares y que además permitió la creación de trabajo a terceros durante períodos de más de 150

años y la constitución de pequeños grupos de trabajo paralelos a la decisión tomada.

Todo el desarrollo permitió la creación exhaustiva de trabajo por encima de las posibilidades de la propia población, que se amortizó con un esfuerzo humano de difícil explicación, porque debió ser tan exorbitante y laborioso, que prácticamente pude decirse que todo

el pueblo sin excepciones estuvo involucrado en este acontecimiento.

Desgranando el devenir histórico de nuestra población es evidente que siempre ha estado

supeditado, y aún sigue siéndolo, al sector agrario como base de las economías de toda la población y que crea una enorme

dependencia de los avatares de las cosechas.

Por ello es explicable que durante quince decenios se halla continuado con una pauta de actuación que no ha tenido final y que únicamente el sector cooperativo ha podido romper.

Que ha sido una consecuencia del individualismo manifiesto de sus pobladores, es cierto y sigue siéndolo en la actualidad. Pero no cabe calificarlo de indiferencia, aversión o desconfianza hacia los demás, sino porque los tomelloseros nacieron para fabricarse su propia vida y su propio porvenir, porque no ha tenido a nivel general el

suficiente apoyo colectiva de nadie y ello ha obligado a defenderse personalmente de los avatares humanos.

Así, cuando los tomelloseros decidieron

comenzar a picar su subsuelo sin saber exactamente a donde podría llegar, no se puede negar que se lanzó a tumba abierta hacia una

aventura que únicamente tenía el riesgo de perder el esfuerzo y el trabajo humano.

Así, las cuevas de Tomelloso indujeron a que esta ciudad se transformase en un ejemplo de prosperidad, de inteligencia mercantil y de capacidad para solventar los problemas de forma agresiva y arriesgada.

Demos un sincero homenaje a aquellas dos o tres generaciones de tomelloseros que dedicaron su tiempo, su salud y su enorme esfuerzo por la construcción de cuevas en el subsuelo del solar de su propia vivienda para la elaboración de vinos como elemento económico de desarrollo.

¡Enhorabuena a nuestras antepasados!

COLABORACIONES

Page 34: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

34 PÁMPANAS

ARTÍCULO SOBRE SONIA

Recientemente, la Peña de Tomelloso en

Madrid presentó el libro titulado “La desespe-

ración del León y otras historias de la India”,

escrito por Sonia García Soubriet. Tras la pre-

sentación de los ponentes a cargo de la Presi-

denta, abrió el Acto Fernando de Castro Sou-

briet, quien destacó las magníficas descripcio-

nes que Sonia hace en este libro. Es difícil

transmitir al lector la sensación de un olor, de

un color o de un sabor sin imágenes que ayu-

den a su comprensión. Señaló, también, la

maestría de su narrativa, el dibujo exhaustivo

y concreto que discurre en una India popular,

cotidiana, sus gentes y costumbres, cómo

enamora y envuelven estos olores, sabores y

colores. Sonia consigue adentrarte en estas

historias como si fueras tú mismo quien lo

está viviendo y sintiendo.

A continuación intervino Rocío Torres, se-

ñalando lo peculiar y único de esta ocasión por

lograr reunir, en el lugar donde se prolonga

Tomelloso en la capital, y por primera vez, a

un grupo de primos y amigos de la infancia

tomellosera, convocados por Emma, la actual

Presidenta de esta Peña “y a la que deseo mu-

chísima suerte, en tan malos tiempos “para la

lírica”, pero su entusiasmo, su fuerza y su ac-

tividad frenéticas conseguirán logros tan difíci-

les como éste que os comento”. La primera

sorpresa de estas historias es que no respon-

den en absoluto a esa idea previa que podemos

imaginarnos al pensar en la India y que sería

la de ese país lejano, exótico, exuberante de

riquezas y vidas fabulosas más propias de las

Mil y una noches… Pues nada más opuesto a

ello. Con Sonia, que viene últimamente despla-

zándose con asiduidad hasta allí, viajamos a

diversos, diferentes y, a la vez, parecidos sub-

mundos de esa India profunda, milenaria, an-

cestral, cambiante pero a la vez aferrada a sus

tradiciones; esa India a pie de calle y en la que

viven entre la miseria, la resignación y los

inevitables sueños de mejorar su existencia la

gran mayoría de esos millones de habitantes

que pueblan ese continente a fecha de hoy,

aunque nos parezca increíble por lo muy dife-

rente que es a nuestras vidas occidentales del

siglo XXI.

Estos cinco cuentos distintos entre sí y

que, como tal, pueden leerse de manera inde-

pendiente, comparten las mismas coordenadas

de tiempo y lugar, parece que podrían conocer-

se entre ellos los personajes que los habitan,

aunque cada historia se ubica en escenarios y

ambientes diferentes y con protagonistas loca-

les y extranjeros que tiene vidas muy peculia-

res y personales aunque, eso sí, casi todos

viven en medio de un bullicio plagado de gen-

tes que van y vienen, que buscan y huyen

pero a la vez se aferran a lo conocido. Dice la

autora, “TODOS juntos viven y se desplazan en

ese gran pasar que es la vida”.

Gracias a la magnífica y rica plasticidad

descriptiva de Sonia, me he sentido durante

unas horas vecina del Main Bazar, me he

mezclado entre sus bulliciosas gentes, he oído

sus múltiples voces y sonidos, me ha invadido

el olor a fritanga de las pakoras y me he senti-

do parte de la vida de Khan,Varun y Chandra,

entre otros. Y esa profunda capacidad que po-

see para adentrarse en el alma y en el interior

del ser humano me ha hecho sentir un cariño

y una ternura especiales por el lambania que

vive a ras del suelo y que limpia permanente-

mente el Café Volga y desde donde solo él “ve

las muchas cosas que se ocultan allí arriba: la

verdadera cara de la vida, la verdadera condi-

ción de cada uno, que se mantiene en la som-

bra, donde nadie suele mirar”. Emocionante

reflexión que Sonia pone en boca de este sin-

gular personaje que “sabe estar pero no estar”.

Preciosa definición. Y también me ha sorpren-

dido muy gratamente el cuento del león deses-

perado y la viajera Gracia Gozlan, vecina del

zoo de aquél, y el curioso paralelismo que se

crea en la vida de ambos, presos los dos de su

libertad y de sus respectivas circunstancias.

En La Bicicleta fantasma me he reencon-

trado con un cuento digno de ser escuchado al

anochecer, en torno al fuego de una fría noche

invernal. Con su toque de misterio e intriga,

con unos personajes cuyas vidas están llenas

de precariedades y miserias, sin apenas porve-

nir y donde la muerte y la mala conciencia

sobrevuelan, pero repentinamente la historia

da un giro inesperado que engancha y sor-

COLABORACIONES

Page 35: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 35

prende fuertemente al lector. Estos cuentos

son piezas que considero magistrales.

Para terminar, Antonio Bolós nos regaló un

extenso y completo comentario sin dejar

ningún resquicio por analizar, y tuve el placer de volver a compartir con él su lectura, como

hacíamos cuando éramos niños. Yo leía los

textos que, previamente, él había analizado

concienzudamente, y resultó un final dinámico

y ameno. De este libro se desprende, de cada una de

sus páginas, el conocimiento profundo, la

familiaridad natural, difícil de fingir, con que

se nos habla de una vida, una sociedad tan

compleja como es la India, la mayor

democracia del mundo, un país que es más bien un subcontinente con una extensión de

casi cinco veces la de la Península Ibérica y

que sobrepasa los mil millones de habitantes

condenados a tenerse que

entender en catorce lenguas

diferentes reconocidas por su constitución y en sólo dos

oficiales: hindi e inglés, al margen

de los cientos de dialectos. Un

territorio donde se practican

todas las religiones vivas del planeta, desde la más antigua, la

de Zoroastro hasta la más nueva,

la Bahai Fe.

El cuento de “El viaje”, es un

viaje dentro de otro viaje. La voz

narradora consigue en tercera persona hacernos empatizar con

una pareja cuyos nombres son

ella y él. Dos personajes

anónimos que llegan a un rincón

también anónimo situado en la costa, al Este del mapa por el que se

encuentran viajando. “Desde un montículo la

pareja contempló el perfil confuso de la

pequeña localidad que se extendía a lo largo de

la costa con sus extrañas

construcciones, unas viejas, las otras a medio levantar, y que le daban un aspecto caótico y

ruinoso. Parecía, dejo ella, como si lo acabasen

de bombardear…” Las coordenadas

temporales del relato nos sitúan muy

hábilmente en el año 92 y a través de la memoria nos hace viajar también por el

tiempo, a diez años antes, cuando Él estuvo

allí con un amigo. “Llegaron por azar, huyendo

de las aglomeraciones y el turismo de Puri y se

quedaron un mes. Y ahora, diez años más

tarde, quería enseñarle todo eso a ella. Eran los últimos días de enero”.

Pero, ¿qué sabemos de estos dos viajeros?,

son sus actos los que dan significado a sus

vidas. Hay cierta nostalgia, una clase de

melancolía, así como cierto espejismo, cierta aceptación de la realidad o pasividad, incluso

me atrevería a llamarla…

“Conforme recorrían el lugar, sus calles y

sus casas, aquel viajes del pasado fue

renaciendo con anécdotas y recuerdos que le hacían reír como si todo hubiese permanecido

allí intacto. Ella lo escuchaba en silencio

intentando ocultar su decepción. Todo aquello

e parecí, no solamente diferente a como lo

había imaginado, sino desconcertante y

desolador”. La autora consigue del lector que mire y

vea a través de los ojos de estos viajeros, que

se pregunte por esa mirada: “Qué hacemos

aquí”, es una reflexión genérica, y

existencialista en todo caso, que fuera de contexto se nos plantea en algún momento a lo

largo de ese viaje que resulta ser

la vida y que, volviendo al relato,

los lectores atentos y curiosos van

avanzando por la historia.

“Mientras paseaban, ella quiso saber qué era lo que tanto le

gustaba de aquel sitio. Él dijo que

si se quitaban las chanclas de

plástico y cuatro cosas más, la

vida seguiría siendo igual a como fue varios siglos atrás”. Los

personajes están construidos

desde dentro más que desde el

lenguaje, más que desde su

idioma, más que desde lo que

hablan y dicen, desde lo que sienten. La vida se mira a través

de un estado de ánimo.

Ni qué decir tiene que, por

supuesto, nos acompañó el león toda la velada.

El broche lo puso la autora que nos habló de sus vivencias con su padre y maestro de

quien aprendió, entre otras muchas cosas, a

valorar los pequeños detalles, aquello a lo que

no damos importancia porque nos rodea como

algo natural, pero que, sin embargo, te

engancha cuando te sumerges en su lectura; por eso, porque lo conocemos y lo tenemos a

nuestro lado, lo “reconocemos” como propio.

La vida es un viaje, una aventura en la que

estamos obligados a recorrer, tanto en los

grandes, como en los pequeños momentos. Es

un conjunto de aconteceres que forman nuestra existencia.

Este es el sentido, en general, que la

autora nos da con estas historias de la India,

al mismo tiempo que nos la muestra tal cómo

es día a día.

Fdo.: Emma Cueva Quirós

COLABORACIONES

Page 36: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

36 PÁMPANAS

POBLADORES Y FUNDADORES

La Peña de Tomelloso en Madrid tuvo el honor y

el privilegio de recibir el día tres de junio, a los au-

tores del libro “Tomelloso, pobladores y fundadores”

de D. Javier Escudero Buendía (Licenciado en Dere-

cho, miembro del departamento y colaborador del

profesor D. Pedro Andrés Porras Arboledas. Es autor

y coordinador de una decena de publicaciones del

ámbito de las Humanidades y la Historia, entre los

que destacan las monografías “Francisco de Mendo-

za”: El indio”, “Los Mendoza y el Mundo Renacentis-

ta”, y “Bombos y Chozos de la Mancha).

Dª Isabel Sánchez Duque (Promotora Turística

local e Informadora Turística Arqueóloga- Antropó-

loga, Gestora de Patrimonio Técnico Superior de

Investigación. Actualmente es la encargada del Mu-

seo Histórico “Juan Mayordomo” de Pedro Muñoz. Es

autora de publicaciones del ámbito de la Historia, la

Arqueología y la Etnografía, entre las que destacan:

“Los Bombos y Chozos en Castilla- La Mancha y “Los

Chozos de pastor, testigos de un oficio olvidado en el

término de Tébar”.

D. Juan Luis Segura Cobo, socio fundador en

1991 del Foro Castellano, asociación para la defen-

sa, investigación y difusión de la Historia, Cultura,

Arte y Valores del pueblo castellano, de la que ac-

tualmente es Presidente. Desde la Asociación “Cinco

Estrellas” participó en el libro “Tomelloso; Arte Siglo

XXI” de carácter artístico y literario. Ha colaborado

en otras publicaciones y actividades culturales,

teniendo a Tomelloso como referencia.

Digo privilegio porque hemos sido elegidos para

ser los pioneros de su presentación.

Este libro está basado en años de búsqueda,

valoración e interpretación de documentos históri-

cos, hasta ahora desconocidos, que nos desvelan

una nueva visión de nuestro pueblo. Se dan las

claves para entender la secuencia que tuvo lugar

desde el siglo XV al XVIII.

El solar de Tomelloso hunde sus raíces en época

romana y prerromana, definido como terreno de

monte bajo con atocha (planta herbácea de tallo

recto y hojas largas muy resistentes que se usan

para hacer cuerda) y romero. Hace referencia al

importante papel que jugó la mula para el traslado

de los diezmos de pan. Alrededor del pozo de Tome-

lloso había una charca y villares antiguos, y restos

de edificaciones de poblaciones anteriores. El pozo,

en un ambiente estepario, es agua limpia, es oro.

Los pozos estaban regulados y prohibida su

construcción por la Orden de Santiago, para los

vecinos de otras jurisdicciones.

Atraviesa nuestra población una de las vías

principales que unen los dos municipios romanos

más grandes de la zona: la vía 29 del llamado itine-

rario Antonino -Laminio (Alhambra).

Tomelloso es la puerta de la Mancha, la exis-

tencia de una loma (el Altillo) y de una charca o

laguna inmediata, con un notable cruce de caminos,

indica que podemos estar ante el típico poblado

manchego ocupado desde la Edad del Bronce.

En principio no se pretendió crear una aldea,

sino una alquería. Su primer Ayuntamiento lo tuvo

en el año 1563. Antes de 1571 ya se había fundado

y construido una capilla dedicada a Juan Galindo y

Lucía López, quienes pueden ser considerados los

primeros benefactores de Tomelloso.

Nuestra Señora de la Concepción es la primera

Iglesia de Tomelloso, y un hospital para pobres.

Restos de esta capilla, sorprendentemente, todavía

quedan en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora

de la Asunción: la capilla de Alonso García Lázaro,

primer Alcalde de la villa que data de los s. XVI-

XVII).

Este libro nos enriquece en cuanto a antigüe-

dad se refiere. No es lo mismo tener 400 años que

4.000. Cuando el lector se sumerge en la historia,

quiere saber y conocer más, desea obtener más

información, comprender la evolución que hemos

tenido y por qué.

Dichos autores nos sorprendieron con sus des-

cubrimientos, el entusiasmo y empeño que han

dedicado. Nos contaron historias y leyendas, provo-

cando la curiosidad y la dignidad, al mismo tiempo.

Es una verdadera delicia escuchar los más

mínimos detalles, saber que el paisaje se puede leer

e interpretar, conocer los motivos que mueven al

hombre a superarse. Esta historia invita a seguir

investigando y, desde la Peña de Tomelloso, desea-

mos a estos “curiosos” que nos lo hagan saber.

Fdo.: Emma Cueva Quirós

Presidenta de la Peña de Tomelloso en Madrid

COLABORACIONES

Page 37: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 37

PREGÓN DE LA ROMERÍA 2014

Semblanza de María Teresa Lozano (pregonera)

Mª Teresa Lozano López: Nació en Tomelloso (Ciudad Real). Poeta y articulista. Cofundadora de la Asociación Cultural “Tertulia La Media Fanega”. Colabora en diversas revistas y periódicos de la comarca, tanto en poesía como en artículos de opinión. Ha participado en el certamen de recitadores de texto de La Solana. En la semana de poesía y primavera de Valdepeñas, en la semana de mujeres artistas de Tomelloso. Así como en diversos

recitales de poesía. También ha presentado diferentes actos. Ha intervenido en programas de radio. Semanas culturales, homenajes, etc. Premios: Año 1991: 1º premio Cartas al Abuelo

Tomelloso. Año 1992: Símbolo espiga III Certamen poético “Pan de Trigo” La Solana. Año 1994: 1º premio de poesía sobre la mujer Tomelloso. Año 1995: Mención honorífica Tomillo y Espliego Tomelloso. Año 2000: 1º premio Tomillo y Espliego Tomelloso Año 2002: Accésit VI Certamen Nacional de poesía Ciudad Real. Año 2004: 1º premio Certamen de relatos cortos “Tren de medianoche” Tomelloso. Año 2004: 1º premio VIII Certamen Nacional de poesía Ciudad Real. Año 2004: Accésit IX Certamen Regional de poesía Villamayor. Ve las cosas globalmente con capacidad de síntesis sobre la realidad observada, con un sentido crítico muy despierto y con angustia ante una decisión por deseos de ver claro. Enfoca su vida con sencillez y naturalidad, con sometimiento y subordinación, desenvolviéndose con aplomo y desenvoltura que le es proporcionado por su estabilidad emocional, resistencia y constancia. Ante los demás se muestra con confianza en sí misma, de manera generosa y extrovertida, lo que

controla cerebralmente con regularidad, pero explota después de soportar una situación tensa, aunque inmediatamente vuelve la calma. Existe cierta tendencia al misticismo y actúa con gracia expresiva. Predomina, en ella, el sentimiento sobre la razón y sabe adaptarse con facilidad a los ambientes, ya que le es fácil la comunicación verbal y puede sincerarse expansivamente, sin embargo, parece más abierta de lo que, en realidad es, pues, a veces, se

encuentra algo confusa en sus ideas. Tiene gustos sencillos, posee el don de la lealtad y la gratitud, así como el de la franqueza y cierta ingenuidad. En su trabajo se observa buena capacidad de ejecución, dando como resultado cantidad y calidad en sus tareas. Tiene la suficiente personalidad como para imponer sus propias ideas, sabiendo entender a los demás, pero sin dejarse influir por ellos. Es persona de dar la cara afrontando las circunstancias con normalidad. Hay equilibrio entre introversión y extraversión, lo que ejerce un control sobre su estado de ánimo, ya que es persona positiva en cuanto a actividad y constancia. Pero pierde este control cuando ha llegado a la meta, con un desbordamiento de alegría que no puede reprimir, lo que hace contrariar su

naturaleza optimista.

Es vital y activa, así como poseedora de buena fuerza en la voluntad. También está dotada para las artes plásticas. Tiende a afianzar su personalidad con fuerza dominadora y dotes de mando, sabiéndose imponer a los demás. Ante las presiones del medio mantiene una actitud de defensa por temor, por lo que, en relación a la comunicación de los sentimientos se impone un

predominio claro de la razón para controlar los impulsos. De la misma forma es capaz de controlar su emotividad, pero su carácter siempre es abierto y cordial.

Hay leves indicios de algún pequeño trastorno renal, digestivo o intestinal. Sus ideas son ágiles y sus decisiones, a veces, resultan como ella: una persona lanzada. Esto no impide que guarde reserva hacia su intimidad, cuyo carácter es propio de personas con independencia intelectual. Esta señal de aislamiento es típica de artistas, poetas e inventores, quienes viven un poco en las nubes. Cuando su atención se concentra, disminuye la actividad, característico también de personas intuitivas y originales que tienen horror a la rutina y a lo mecánico. Mª Teresa considera las ventajas e inconvenientes de una acción, reflexionando prudentemente en el contacto con los demás, lo hace que se distancie para mantener su independencia. No utiliza bien la energía por excitabilidad o por una emotividad que, a veces, raya en la sugestión, sin embargo esto le acerca a tener buen sentido musical. No le resulta fácil abrirse y cuando lo hace es

con rodeos, porque en el fondo es introvertida y se aferra a lo emprendido, volviendo continuamente al pasado. Su limpieza moral es indiscutible, evita roces y molestias, con una campechanería evidente. Si algo puede ocasionar déficit en su control de la emotividad es cierto desorden interior con el que mantiene algunas luchas por timidez e indecisión, por eso rectifica constantemente con disciplina. Es ahorradora y tiene gusto estético.

Sabe guardar las formas, siente deseos de mejorar y tiene afán de superación, con una ambición sana y controlada. En su interior no se considera lo suficientemente valorada y compensa este desajuste social a través de un aumento de su propia valoración, Se controla más en sociedad que en la intimidad, siendo más alegre y confiada en su porvenir de lo que aparenta, sin embargo es más clara ante los demás que en la intimidad. Le gustaría desempeñar una función de mayor responsabilidad. A veces, añora el pasado, dada su gran vinculación materna. Intenta realizar objetivos que no le perjudiquen, se protege ante la vida.

Fdo.: Emma Cueva Quirós

COLABORACIONES

Page 38: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

38 PÁMPANAS

RESUMEN CURRICULUM. PLUVIO CORONADO MARTIN

Madrid a 09 de abril de 2014

Titulación Académica y Especializaciones:

MIR

i-

cada de Sobresaliente cum laude y Premio Ex-

traordinario

o-

gía de la Facultad de Medicina de la Universi-

dad Complutense de Madrid

a-

demia Nacional de Medicina.

y Empresas Sanitarias

Profesor de Universidad Privada por la Agencia

de Acreditación y Prospectiva de las Universi-

dades de Madrid (ACAP).

quirúrgico Da Vinci) con experiencia desde

2008.

Cargos profesionales

del Hospital Clínico San Carlos de Madrid des-

de el año 2000.

e-

vista científica seclaendosurgery desde el

2008.

s proyectos de in-

vestigación del Fondo de Investigaciones Sani-

tarias (FIS) desde 2009 hasta 2011.

European Journal of Obstetrics & Gynecology

and Reproductive Biology, Acta Obstetricia et

Gynecologica Scandinavica, Gynecologic Endo-

crinology, Genital System & Disorders.

o-

pean Organization for Research and Treatment

of Cancer (EORTC).

o-

pean Gynaecological Robotic Surgery (SERGS) desde 2009.

Española de Cirugía Laparoscópica y Robótica

(SECLA) desde mayo de 2010.

a-

ción Española para el Estudio de la Menopau-sia (AEEM) desde junio 2010.

Experiencia Docente e investigadora:

i-

cos de la Universidad Complutense de Madrid

desde el 2001 al 2011.

de la Universidad Autónoma de Madrid desde 2011.

ya se han presentado, 6 con la calificación de

sobresaliente cum laude y 1 con sobresaliente.

o-

yectos de investigación competitivos nacionales

e internacionales financiados por el FIS, la

CAM, la Fundación Mutua Madrileña y la

EORTC

Publicación de 107 trabajos en revistas nacio-nales e internacionales y 16 son capítulos de

Libros

congresos nacionales e internacionales.

í-

ficas de Ginecología y Obstetricia.

Premios y Becas

el Fondo de Investigaciones Sanitarias en 1997.

s-

tetricia de Madrid

la Real Academia Nacional de Medicina

-Grupo Masson

Francisco García Sicilia por el mejor artículo

original

Estancias en centros extranjeros

udios en el Gynecologic Surgery Department en la Mayo Clinic Scotts-

dale, Arizona, U.S.A. (Dr. Javier Magriñá).

Aprendizaje de cirugía laparoscópica y robótica

en ginecología.

Fdo. Pluvio J. Coronado Martín

COLABORACIONES

Page 39: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 39

El inventor y conservador de palabras

La Peña de Tomelloso en Madrid presentó el

libro de Ramón Serrano: “Sones de anocheci-da”.

Comenzó el Acto leyendo el análisis de su

firma, tras lo cual se cedió el turno de palabra a Blas Camacho Zancada, amigo de Ramón

desde el colegio. Camacho dijo haberse sor-

prendido por la capacidad del poeta para des-cribir sus sentimientos y confesó desconocer

esta cualidad en él. Desgranó algunas estrofas

dónde se indica la clave de su vida y su trayec-

toria; puso el toque de afabilidad y soltura ha-

ciendo uso de sus bromas espontáneas y de una amistad innegable hacia Ramón. Su inter-

vención fue muy amena. Por su parte, Serrano dirigió un gran agra-

decimiento a la Peña, emocionándose al ha-

blar. Se sintió, dijo, rodeado de gran cariño por

todos los paisanos que le acompañaban, entre ellos: Clemente Cuesta, Rafael Torres, Juan José Sánchez Ondal, etc…

La segunda parte de la velada estuvo dedi-cada a recitar sus poemas. Pablo Avendaño,

socio y poeta aficionado, leyó la primera fase del libro: Sones. Pepe Arroyo, actor de teatro y

director del grupo “Carlos Lemos” (Casa Casti-lla- La Mancha) lo hizo en la segunda: Quere-res. Mª Antonia García de León, socióloga y

escritora, la tercera: Cantares. Y para terminar

el recital, cada uno de ellos intervino con un poema de la cuarta fase: Vivires. El acompa-

ñamiento estuvo a cargo de Juan Romero Gó-mez con su guitarra, poniendo una dedicada

música de fondo a los versos. Sánchez Ondal quiso dedicarle unas pala-

bras a su amigo y compañero del colegio: Di-

cen que de poetas y locos todos tenemos un

poco. Pero el poeta tiene, o ha de tener, en su

ADN, una dosis mayor de locura que los demás

mortales. Ramón está bien dotado de ambas

cosas: de poeta y de loco, pero de amante poe-ta y de loco de amor, de loco enamorado, por-que “estar sin amor es insufrible”. Sólo a un poeta, se le ocurre ir “hasta el mar por ver si el mar lloraba”, pero no sólo a

eso sino, además, como al final confiesa, “y por oír cantar a las sirenas”. Sólo un poeta osa

escribir, sin que lo encierren, que puede “atar el agua” y “ver caer la nieve en el estío”, “crecer la hierba” o “hacer volverse al río”. Puede ha-

cer todo eso, mas no puede, por mucho que lo intenta, “vivir enamorado de ti, sin estar loco”.

Y sólo a un poeta soñador y loco se le ocurre

aspirar, conjuntamente, a la mar y a sus pe-

ces, al amor y a la luna. Por ello, al bajar a la tierra, ha de escribir: “No tuve al mar, ni a ti ni

a las estrellas”. Y como buen poeta le duele el

alma, se le entristece y se pregunta “¿Por qué lo triste no desaparece”?… ¿Por qué es eterno lo que me hace loco?, ¿Por qué fue sólo un soplo mi alegría… por qué te fuiste de la vera mía? Ramón, en sus Sones de anochecida, nos

muestra o así me parece a mí, que ha bebido de los clásicos y de los modernos; que se ha

impregnado de la poesía de los grandes maes-

tros y ha asimilado lo mejor de ellos. Y no pue-

de evitar que por sus venas fluyan hasta estos

poemas sus aromas, sus enseñanzas, incluso

sus giros y palabras. Centrándome en esos dos bellos versos del poema La Búsqueda, esos que

dicen: “Te estoy buscando, amor, en esos cam-pos/ de soledad, de olvido y de amargura”. ¿No

nos transporta hasta Rodrigo Caro y su can-ción a las ruinas de Itálica? (Estos, Flavio, ¡ay dolor! que ves ahora, campos de soledad, mus-tio collado). Y ese vocativo, amor, que está bus-

cando por ellos, ¿no nos trae reminiscencias del Miguel Hernández de “estoy contrito, amor, estoy confeso…”? Busca a su amor por campos

de soledad y de olvido, ése que “como el agua maldita nos da una sed más honda que la sed que nos quita”, palabras de José Ángel Buesa.

Por campos de amargura, también, de dolor de

ausencia por el amor perdido, que como deja traslucir, le sume en el abatimiento y “en ba-rrancos de tristeza” como al poeta oriolano.

Ramón, en sus Sones, aún más en sus Quere-res, nos deja columbrar un alma herida de la

que brotan suspiros y ayes que son cánticos;

lágrimas que son versos, llanto que se reman-

sa en el poema. Pero Ramón se sobrepone de sus dolientes versos y se “viene arriba”, alegre, en sus Cantares cantando al pueblo y al juglar

Triguero... y en sus Vivires usa, hábil, el ro-

mance con acierto y esparce, generoso, pater-

nal, el sabio magisterio del consejo. No falta, en Yo soy, (Enseñar no pretendo, pues sé poco),

la confesión de humildad como escritor, cuya vida cree “será muy corta”, pero que le desea-

mos larga y fecunda. Y, puesto que se ha amis-tado con su soledumbre, me permito aconse-

jarle que cuando ésta no le satisfaga del todo,

siga acudiendo a la poesía, sincera y fiel ami-

ga, amén de a los amigos de carne, hueso,

afecto y sentimiento que tampoco le faltan. Entre ellos, puede contar con éste.

Finalmente Blas Camacho leyó algunos

versos seleccionados por él y Ramón Serrano

cerró el acto, recitando, igualmente emociona-

do que al principio, unos poemas que no esta-ban incluidos en el libro presentado.

Fdo.: Emma Cueva Quirós

COLABORACIONES

Page 40: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

40 PÁMPANAS

ANÁLISIS DE Dª CRISANTA MORENO Realizado en Madrid, a 16 de mayo de 2015

Poseía armonía entre introversión y extraver-

sión, entre la visión global y la del detalle, con buen

potencial y equilibrio entre generosidad y economía.

Estaba orgullosa de sí misma y lo demostraba con

aplomo, seguridad y gran desenvoltura.

Su agudeza y dotes de observación, facilitaba

que pudiera penetrar en los demás con empatía.

Mujer con capacidad lógica y deductiva, que se apo-

yaba en motivos intelectuales con calidad entre las

dos asociaciones.

Sin embargo padecía fluctuaciones en su propio

concepto, lo que ocasionaba, a veces, mantener una

postura defensiva. Esta confusión de ideas hacía

peligrar la visión panorámica de las cosas y brotaba

gran desproporción de la energía que empleaba.

Este carácter, algo inarmónico era debido a un

exceso de emotividad, a su desbordamiento imagi-

nativo, a una sobreactividad cerebral y su mucha

sensibilidad.

Pero debía anteponer la razón sobre los senti-

mientos por las circunstancias y entonces se mos-

traba enérgica y con dureza, disciplinada y, a veces,

intransigente, lo que conseguía siendo reservada, ya

que, verdaderamente, su personalidad tendía hacia

la introversión.

Al mismo tiempo era mujer graciosa y distingui-

da, bastante equilibrada y concreta; con superiori-

dad personal, por ser sencilla y sobria, por poseer

equilibrio entre orden y claridad.

Reflexionaba dando vueltas a las cuestiones, a

veces, de forma obsesiva, por ese exceso de imagi-

nación que la llevaba a vivir la jornada por anticipa-

do. Su nivel intelectual no era muy alto, en aquella

época las mujeres, o muy pocas, apenas tenían

acceso a los estudios. Pero tenía mucha voluntad de

carácter y, aunque no racionalizaba bien el esfuer-

zo, conseguía lo previsto poco a poco.

Se observa una clara tendencia de aferramiento

al pasado, con el formulismo social que ello conlle-

va. Tenía la capacidad suficiente como para realizar

bien las tareas que se le imponían.

Siempre daba la cara, afrontando las circunstancias

con normalidad y manifestándose tal como era.

En la firma de los años analizados se ve a una

mujer pesimista y triste, tal vez por enfermedad o

cansancio y, seguramente, por todo lo vivido.

Al comienzo de una tarea todo le parecía bien, lo

tomaba con alegría, pero si encontraba dificultades

se vendría un poco abajo. Después de solucionar el

problema, de haber llegado al final, a la meta, le

sobrevenía un abatimiento, un pequeño derrumba-

miento por el esfuerzo realizado. Ante ese estado de

ánimo luchaba con gran fortaleza, queriendo contro-

lar ese pesar sin conseguirlo y se desanimaba más

al contemplar su estado depresivo.

Físicamente no era una persona fuerte, era, más

bien, frágil y le acompañaba un gusto musical inna-

to, dada su sensibilidad y espiritualidad. También

poseía sentido del color y gusto estético, era persona

de relieve y mucha personalidad con exageración en

las manifestaciones de fuerza o poder para afianzar

su yo y su gran fuerza dominadora. Entonces mos-

traba una postura egoísta debido a la necesidad de

imponerse a los demás.

Emma Cueva Quirós

COLABORACIONES

Page 41: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

PÁMPANAS 41

Resolvía con facilidad la comunicación con los

demás y era generosa, cordial y afectuosa, con

emotividad más o menos controlada, pues sufrió un

fuerte choque con la pérdida de D. Víctor Peñasco,

su segundo marido, a quien valoraba claramente.

Las enfermedades que le sobrevinieron fueron

de tipo cardíaco y con posibles trastornos renales,

digestivos e intestinales

Al final de sus días vivió atormentada por todos

los acontecimientos que padeció.

Siempre utilizaba la lógica y la intuición en el

análisis y estudio de la realidad que le rodeaba,

debido a su equilibrio entre introversión y

extraversión. Poseía gran vida interior y social,

aunque con inseguridades y vacilaciones.

Cuando salía su vena altruista no reflexionaba

demasiado, pero sí aprovechaba la energía en la

realización de ese asunto, siendo consecuente y

simplificando las cuestiones. Se adaptaba a las

situaciones con vibrante emotividad y buena

agilidad de ideas, sin aferrarse a ellas.

A veces su sinceridad y expansión le hacían

parecer imprudente, pero su afán siempre fue de

perfeccionamiento para mejorar y enriquecer su

personalidad de forma dinámica.

Esta firma estriba entre los años 1891-1895,

cuando ya había fallecido D. Víctor y hasta el día de

su propia muerte, es decir, ya mayor y castigada por

la vida. Aun así siguió siendo una mujer muy

natural, aunque sabiendo guardar las formas, a

pesar del descorazonamiento y fatalismo que veía,

incluso en el logro de sus metas.

Sus intenciones fueron claras, se mostraba

como era, sin ocultarse y asumiendo las

responsabilidades, lo que hacía sentirse contenta

consigo misma y sus méritos y posibilidades.

Su naturaleza era seductora, con habilidad

manual y diplomática, dada su gracia y coquetería.

El Punto de la i a su altura: indica el equilibrio

que poseía entre lo material y lo espiritual, sin dejar

de ser controladora, reflexiva, prudente y

razonadora. Aunque, a veces, también irritable e

irónica.

No dejó de ser flexible, decidida y mantener

cierto optimismo, pero su carácter era el de repasar

y repasar todo para rematar cualquier asunto que

tuviera entre manos, y rematarlo bien. Su

impaciencia le provocaba desgaste de energía y

ansiedad.

Sabía que su carácter superaba a los que la

rodeaban. También que estaba ligada fuertemente al

pasado y a la tradición.

Su infancia fue feliz y tuvo buenas relaciones

con la madre y su figura. Así mismo, la figura

paterna la dotó de una gran fortaleza, debido a su

buena relación. Sentía esa nostalgia de sus años

infantiles con la familia.

Sus deseos inconscientes eran de ser discreta o

menos indiscreta, por eso se mostró reservada y

prudente en dar afectos, para protegerse del

ambiente, pero cuando tenía un amigo de verdad,

había total fidelidad.

Antonio Jiménez Crespo

Fdo.: Emma Cueva Quirós

COLABORACIONES

Page 42: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID

42 PÁMPANAS

C U R R I C U L Ú M Mª DOLORES LÓPEZ SERRANO. Abogada del ilustre Colegio de Abogados de Madrid desde enero de 1980. Hizo

sus estudios universitarios en la Universidad Complutense, entre los años 1974 y 1979. En el año 1980 compatibilizó el curso de la Escuela de Práctica Jurídica con la pasantía en un despacho sito en la C/General

Castaños nº 3 de Madrid. Desde el año 1985 cuenta con un despacho en la C/ Príncipe de Vergara nº 99 de Madrid. En el año 1982 se le dio de alta en el turno de oficio, tanto en materia Civil como en Penal, como una

forma altruista de colaborar en su profesión con las personas carentes de recursos suficientes para litigar. Durante todos estos años ha asistido a la mayoría de los cursos emitidos por el Ilustre Colegio de Abogados de

Madrid tanto a los de formación sobre diferentes materias, (extranjería, herencias, liquidación de la Sociedad de Gananciales, Contencioso-administrativo, tráfico, derecho penitenciario) como sobre los cambios habidos en las

leyes, entre ellas la Ley de Propiedad Horizontal, la Ley de Arrendamientos Urbanos, el Recurso de Amparo, la Ley de Enjuiciamiento Civil, el Código Penal, la legislación laboral, etc.

Ha colaborado con una revista de Derecho en la cual ha publicado varios artículos sobre el tema de las Herencias y accidentes de coche y las preceptivas indemnizaciones.

Ha trabajado como Letrada externa en varias aseguradoras, Mutaxi, La Mutua Madrileña y Axa. Ha colaborado como Letrada externa con la empresa Interclisa (hoy Carrier).

Ha colaborado como Letrada externa con varias agencias de viajes, tanto en redacción de condiciones generales de sus contratos como en reclamaciones de

viajeros tanto a nivel conciliatorio como contencioso. Colabora en la actualidad con un despacho

especializado en cuestiones mercantiles y marítimas con Guinea Ecuatorial, realizando contratos, reclamaciones entre navieras, y seguimiento de los envíos de material y realización de los proyectos marcados.

En el despacho se tratan temas de diferentes especialidades: CIVIL: Herencias, divorcios, arrendamientos urbanos, propiedad horizontal, reclamaciones de cantidad, etc. PENAL: Querellas,

accidentes de coche, errores médicos, robos, estafas, etc. LABORAL: Despidos, incapacidades laborales, reclamaciones de cantidad. MERCANTIL: Constitución de Sociedades, concurso de acreedores. FISCAL: Igualas con

empresas, declaraciones de renta, impuestos. Cuenta con colaboradores en varias provincias de España, no teniendo inconveniente en desplazarse en persona al Juzgado que corresponda si el tema lo requiere

o el cliente lo solicita. Mantiene una relación directa y personalizada con los clientes, a los cuales se les informa de cualquier novedad en su tema y, de todos modos, una vez al mes se les notifica la marcha de su procedimiento.

Una vez acude el cliente a su despacho, se le confecciona un presupuesto y se firma un contrato de arrendamiento de servicios que compromete a ambas partes. Desde el año 2011 ha dado diversas conferencias sobre

Herencias y Testamentos en diferentes centros culturales, privados o de la Comunidad de Madrid. Las Herencias, que es uno de los temas más conflictivos que conocen los despachos. En estos momentos está tramitando varias

demandas civiles y penales sobre el asunto del fraude de las Preferentes, tanto antes del plazo de caducidad, como con posterioridad al mismo.

LORENZO NAVARRO

Abogados Gran vía, 57, 7º J – 28013 MADRID Teléfono 91559 4044 – 915596063 Fax 91758 3028 – Móvil 609 244 938 Madrid, 7 de octubre del 2014

D. VICENTE OLMEDO Mauricio Rabel, 3, 6º - 28049 MADRID

Estimado paisano y amigo:

Con gusto leí el libro sobre la historia del fútbol en Tomelloso que tuviste la amabilidad de regalarme, y que es

magnífico para la historia de nuestro pueblo en el aspecto deportivo. Hay que ver lo que has trabajado en beneficio de todos,

pues con el paso del tiempo, si no hay documentación, las cosas se olvidan o tergiversan.

Yo te envío unas fotos que venían en el libro de “Historia de Tomelloso” editado por la Revista Pasos, en la que

aparecen mi padre y sus amigos en un partido amistoso que, aunque dice 1954, debió ser antes, pues el citado año ya

vivíamos en Madrid.

Recuerdo muy bien que dicho partido fue de los que llevaban gafas (Club Cristal) contra los que no pudimos ganar, y

en mi casa estuvo mucho tiempo un cartel grande donde decía “Se ruega al público que no arroje objetos al campo de juego,

pero si arroja alguno que sea grande para que los del Club Cristal puedan verlo”. A mí no me gustó mucho el futbol, pues yo

creo que el presenciar con pocos añitos la agresión al árbitro Santullano me quitó las ganas de ser bruto. ¡Qué tiempos!

Parece que lo estoy viviendo y viendo a mi padre, que era Delegado Gubernativo de Campo, tratando de contener al personal

sin éxito, por lo que la Federación lo sancionó con inhabilitación perpetua para dicho cargo.

Ya he visto que te nombraron Tomellosero Ausente en la pasada Feria. Yo no pude ir porque en esas fechas siempre

estoy de vacaciones por el extranjero, pero está muy bien que se acuerden de nosotros que, a pesar de faltar tantos años de allí

(toda una vida) seguimos llevando al pueblo en el corazón.

Bueno, muchas gracias otra vez, y recibe un cordial saludo de tu paisano,

COLABORACIONES

Page 43: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID
Page 44: PEÑA DE TOMELLOSO EN MADRID