Pensamiento_19mayo

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Pensamiento crítico, sujeto y autonomía

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123456D.R. 2015Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa SocialJurez 87, Tlalpan Centro, 14000,Mxico D.F.Ctedra Jorge AlonsoCalle Espaa 1359 / C.P. 44190Email: [email protected] editorial: Rafael SandovalDiseo de la coleccin y portada: PostofDiagramacin: Jorge Augusto Torres RegaladoISBN: ...?impreso y hecho en mxicoprinted and made in mexico7ndicePresentacinRafael Sandoval lvarez9Introduccin. Retos del pensar critico, epistmico, tico-poltico. Rafael Sandoval lvarez 13Tras el pensamiento crtico.Jorge Alonso37Sujeto Social y Antropologa. Despliegue de subjetividad como realidad y conocimiento.Jorge Alonso y Rafael Sandoval lvarez61El debate con la perspectiva metodolgica de Co-labor.Jorge Alonso, Rafael Sandoval, Roco Salcido y Mnica Gallegos127Democracia como institucin, la autonoma como instituyente ms all del Estado y el capital.Jorge Alonso y Rafael Sandoval lvarez213Movimientos sociales en Jalisco. Periodo histrico 1970-2010.Jorge Alonso, Rafael Sandoval y Rubn Martn233A manera de colofn. A la zaga de sujetos en movimientos. Indagaciones para contribuir a la teora crtica. Jorge Alonso28989PresentacinRafael Sandoval lvarez EnestesegundolibrodelacoleccinCtedraJorgeAlonso, cuyapublicacinpudohacersegraciasalapoyodelCOE-CYTJAL,optamosporincorporarunaseriedetextosqueson producto del recorrido que Jorge Alonso ha realizado, desde di-ferentes espacios, colectivos y personas con los que ha proble-matizado y caminado en la perspectiva de rupturas epistmicas con la teora heredada que haba venido trabajando en sus pri-meros cuarenta aos de investigador y antroplogo.Los captulos que componen este libro no fueron selec-cionadosyubicadosenordencronolgico,sinodeacuerdoa como consideramos que se pueden leer de manera mas cmoda. Dichoscaptulosmuestranunaseriedetemticasquecorres-pondenalresultadodeunprocesodiscontinuoenlaproble-matizacindelasmismas.Sonescritosquevandelao2007 hastaabrilde2015,correspondientealaponenciaqueJorge AlonsopresentaraenelSeminariodepensamientocrticoal queconvocaranelEZLNenmayode2015.Elcapitulofnales un documento de suma importancia que escribira Jorge Alonso a propsito de un balance autocrtico de su trayectoria como in-vestigador y con motivo del veinte aniversario de los posgrados que contribuy a fundar tanto en la Universidad de Guadalajara como en el ciesas Occidente, en el ao de 2011.11 Una primera versin de este texto se encuentra en Un sujeto a la zaga de sujetos de movimientos: pistas de indagaciones para la construccin de una teora crtica, 10En el conjunto de este libro se podr apreciar el camino recorrido por Jorge Alonso y las encrucijadas en las que se meti pararealizarunaautorrefexincrticasobresuprcticacomo investigador, antroplogo y politlogo. Los contenidos de estos textosdanfedelapropiaproblematizacinycontradicciones enelintentodehacerunarupturaepistmicaytico-poltica para dejar de hacer investigacin sobre el sujeto y dar el salto a una perspectiva desde el sujeto, nada mas y nada menos que un salto que no se termina de una vez y para siempre, pues como sujetos que nos colocamos en la realidad dominante del sistema de la racionalidad capitalista, positivista, funcionalista y estruc-turalista, ha sido difcil dejar de reproducir esas formas de racio-nalidad,contodo,seapreciaqueyaesttrazadounhorizonte epistmico, tico y poltico en esa perspectiva.Unelementofundamentalenlosdiferentescaptulos es sobre cmo se va construyendo la categora de sujeto, como parteindispensabledelaperspectivaepistmicaymetodol-gicaquelocolocaenelcentrodelainvestigacin;juntocon otras categoras como la de autonoma, subjetividad, las formas de hacer poltica y refexividad crtica. La mayora de los captulos que constituye esta obra es-tablecenunamiradayundispositivoquelespermiteafrmar que la produccin de conocimiento social es obra de los sujetos, de manera evidente de aquellos que ensayan proyectos de auto-noma para su autoemancipacin. Esto nos lleva necesariamente a examinar, por lo menos, lo epistmico y lo tico, o para decirlo enotrostrminoseldesdedndesecolocayelparaqu,de quien pretende producir conocimiento entre sujetos, sean estos parte integral del sujeto social que genera el problema de estu-dio o si se trata de sujetos que quieren conocerse.en: revista Utopa y Praxis Latinoamericana, Ao 15, No. 49, CESA, FCES, Universidad de Zulia, Maracaibo, Venezuela. Abril - Junio 2010 (pp. 35 52)11Elsegundocaptuloimplicaunaprofundizacinenlos sujetosylasubjetividad.2Eltercercaptuloesunarevisiny reescritura de un texto del que aparecer una versin mas aco-tada en una obra colectiva que se encuentra en prensa. El cuarto captulo form parte de otro esfuerzo colectivo en torno al estu-dio de Castoriadis.3 El quinto captulo es la versin ms amplia y completa de otro texto que tambin ya fue publicado.4 La razn de incluirlos en el presente libro es para mostrar un proceso en el pensamiento que tiene que ver con elaboraciones realizadas encolectivo,enlaperspectivadepensar,comprenderyvivir ms all de la racionalidad del capital y del Estado. Este libro es testimonio del proceso de formacin y co-nocimientosocialmentereconocidoenelquesecoloca,como una forma de reconocimiento a la perspectiva epistmica y ti-ca, la propia Ctedra Jorge Alonso, donde se plasma el espritu quetraeconsigotodoestecaminorecorridoeneldebateyla construccindeunpensamientocrticoquetienealaautono-ma, la resistencia anticapitalista y a los sujetos sociales que las constituyenatravsdesuhacerpensanteysucapacidadde creacin. 2Estetextoeslaprimeravezquesepublicaenpapel.Previamenteaparecienla Enciclopedia virtual Conceptos y fenmenos fundamentales de nuestro tiempo, UNAM, Instituto de Investigaciones Sociales, 2012. http://conceptos.sociales.unam.mx .3JorgeAlonsoyRafaelSandoval,Democraciacomoinstitucin,autonomacomo instituyente.MsalldelEstadoyelcapital(pp.229-242),enJorgeAlonso, RafaelMirandaRedondoyDoloresCamachoVelzquez(coordinadores),Tarntula. Institucin y hacer pensante por la autonoma. Castoriadis en la trama latinoamericana entre academia y poltica, CIESAS-Publicaciones de la Casa Chata, Mxico, 2014.4 Jorge Alonso, Rubn Martn y Rafael Sandoval. Movimientos sociales en Jalisco en las ltimas cuatro dcadas, en Rene de la Torre y Santiago Bastos (coords.,), Jalisco hoy. Miradas antropolgicas,ciesas, Guadalajara, 2012.1213IntroduccinRetos del pensar epistmico, tico-poltico Rafael Sandoval lvarezLatareadepensardesdelaperspectivadelsujeto,esdecir, desde la necesidad, para la satisfaccin de la necesidad, ha-cia la construccin de relaciones sociales sin dominacin, por lo tantodesdelaresistenciaanticapitalistayanti-estatistacontra la dominacin y lo que trae consigo en destruccin de la natu-raleza y con ello de la humanidad; nos exige una postura epist-mica en la construccin del conocimiento social que se oriente para construir relaciones sociales de apoyo mutuo, horizontales, de autonoma como proyecto, hasta que se logre hacer hbito y conviccinparadejardereproducirlasformasdehacerdomi-nantes y se vayan generando las formas de hacer la vida digna desde la cotidianidad. Todo lo cual nos implica y obliga a tener siemprepresentequelaprioridadepistmica,ticaypoltica esestar-siendocontraladominacinqueobviamenteesestar contraelsujetosocialcapitalistayesosignifcareconocerla pluralidad de sujetos colectivos y singulares que constituyen a dicho sujeto5.5ValgacomounejemploconcretoparaelcasodeMxico,alosdocecapitalistas quehegemonizanlosgrandesconsorciosfnancieros,incluyendoelconsorciode laselecciones(PactodeChapultepec2012),perotambinloscapitalistasqueen cada regin o entidad estatal dominan el mercado y deciden quin debe ocuparel aparato del Estado, incluyendo a los dueos de los negocios y empresas ilegales; la clasepolticadetodoslospartidospolticos,laaltaburocraciasdelasiglesias,los medios de comunicacin, entre otros.14Laproblemtizacinquetraeconsigolaconstruccin de saberes regularmente se haba estado debatiendo desde un sectormarginaldelaacademia(lateoracrtica,laperspectiva decolonial,losestudiossubalternos,entreotros)yenalguna forma, no explcitamente, desde el pensamiento crtico liberta-rio6.Aunqueportodaspartesdelmundohanexistidoyexis-ten sujetos que en su proceso de rebelin generan pensamien-toanticapitalista,noseconocenprincipalmentepornocontar conproduccindocumentalescritadesuexperienciaydesu pensamiento,perotambienysobretodoporquenosabemos merarmsalladelaracionalidadteoricaliberal,incluidalade izquierdaliberal.Contodo,tambinhayalgunosquehantras-cendido por su produccin editorial, y que destacan en cuanto a los elementos epistmicos y ticos que aportan, nadie podria negar como ejemplo al EZLN.Enelpensarcrtico,esdecir,enelpensarepistmico que no se reduce al pensar terico, resulta indispensable consi-derar la perspectiva de la subjetividad, la posicin tico-poltica del sujeto mismo que hace la refexin sobre la forma de cons-truirconocimiento,osea,laprcticadeunaformadepensar, metodologadelainvestigacinlellamanenalgunoscrculos de estudio de la realidad que el propio sujeto produce con sus formasdehacer.Porsupuestoquehaymuchosmomentosre-levantesenloscualessujetosgeneranrupturasepistmicasy polticas en el proceso de refexividad respecto de y a partir de su militancia, sin embargo pasan desapercibidas en su momen-to, pues la creacin no necesaramente se puede reconocer en el acontecer mismo del estar siendo.Ahora bien, el problema de la forma de saber de la ma-yora de los acadmicos e intelectuales que estudian las luchas 6ParaprofundizarsobreestovaseMarceloSandovalVargasLaconfguracindel pensamiento anarquista en Mxico. El horizonte libertario de La Social y el Partido Liberal Mexicano, tesis de licenciatura, Departamento de Historia de la Universidad de Guadalajara, 2009.15ylosmovimientossociales,perotambiendelamayoradelos polticosprofesionales(seandeizquierdaodederecha,con paga o sin paga, sean de partidos, periodistas de medios de paga o libres, profesionalizados hay ya de muchos tipos) es que casi nunca se percatan de cuales son los sujetos sociales concretos que crean y generan dichos movimientos, esto implica que abor-damos a los sujetos no desde su perspectiva sino desde nues-traposturateoricaypoltica,yenelloinvertimosunproceso de trabajo que difcilmente supera algo ms all del intento de adaptar la realidad a la teora desde la cual estmos mirando el movimiento. Por eso cuando llegan los profesionales de la teora con los sujetos que generan los movimientos y la lucha, preguntan-doles sobre dichos movimientos, los sujetos se las ingenian para manejarlainformacindependiendodequienselaspide,as encontramosquesobreelmismoacontecimientosellegana presentardiferentesversiones.Porsupuestolosexpertosana-listas, al subestimar a dichos sujetos, se van con la creencia de que sellevanla versinverdadera sobre loque acontece (ver-sin de uno de sus signifcados pues el hecho mismo lo viven los propiossujetosquelocrean),noloquerealmenteensucom-plejidad crea el acontecimiento, pues para ello implica convivir-lo y eso no es posible sin reconcerse en lo afectivo, lo epistmi-co, la tica y las formas de pensar-hacer que hicieron posible el despliegue del sujeto de lo hecho y por hacer. O sea que eso de acompaar al otro sin ser parte del nos-otros de modo que im-plique al convivir para trascender ms alla de la interpretacin es algo que tiene que involucrar no slo actitudes de respeto y solidaridad, quesegurosonbienvenidascuando sonhonestas, peroqueapesardeelloloquenosepercatanesquelossu-jetoscreadoresdedichomovimientoqueluchanyresistenal capitalismo, a la dominacin y la opresin, han creado su propio saber y teora, resultado de su hacer pensante, pero de ello en ocacionesnicuentasedan,ocuandoloperciben,obviamente lo desprecian.16La tarea de pensar crticamente tiene un obstculo epis-temolgico en la persistente perversin de bsqueda de presti-gio revolucionario. Sin embargo, regularmente se disfraza o disi-mulaalreivindicarla(s)perspectiva(s)epistmica(s)desujetos otros, ms an al suponer que coinciden con la propia, cuando en realidad estamos inspirados en ellos; as podemos convertir-nos en repetidores de consignas epistmicas, ticas y polticas anticapitalistas y por la autonoma y al mismo tiempo mantener subrepticiamente posturas y actitudes que reivindican al Estado y al progresismo gubernamental, as como mantener relaciones crticas de inclinacin a favor de los polticos profesionales de izquierda, muchos de los cuales al estar colocados en el arriba, en concreto tambin contribuyen a hacer la guerra a los de aba-jo, al mantener la reproduccin de las formas de hacer poltica que traen consigo la dependencia, la delegacin, la subordina-cin,ademsdeformasorganizativasquefavorecenestasfor-mas: reivindicar la participacin en el proceso electoral cuando estamosenmediodelaguerracapitalista,favorecerlanego-ciacin con las instancias gubernamentales cuando sus vecinos delasiguienteofcinagubernamentaloperanlaestrategiade contrainsurgencia.Podra ser explicable que haya insufciencia de refexivi-dad autocrtica7 por priorizar el pensar terico; lo mismo el que contribuimos a reproducir la relaciones sociales de desprecio y racismo involuntariamente de forma inconsciente, pues es de suyo que las motivaciones inconscientes estn activas en la vida consciente de lo que hacemos; lo mismo si se obvia que la con-gruencia de reivindicar un mundo donde quepan muchos mun-dosexigenopropiciarlainclusindemudosqueseanexclu-yentes de otros, como es el caso del mundo de la cosmovisin 7Larefexividadauto-crticaoauto-refexividadcrtica,esunadelasmejores formas y condiciones de una postura epistmica y tica para la auto-emancipacin, imprescindible si se quiere concretar la emancipacin y la autonoma como proyecto de vida digna.17capitalistaysusformasdegobierno,democracia,sistemade partidos y elecciones, entre otras formas de relaciones sociales. As mismo es importante reconocer, en aras de no vio-lentar el respeto a las perspectivas epistmicas y polticas que no son radicales, es decir que no van a la raz, pero que estn a favor de la defensa de la ecologa de la naturaleza y la no explo-tacinydespojodelossujetos,cuandosetratadebuenavo-luntadyrespeto,dequienesnomuyconscientementeutilizan sistemas discursivos conceptuales que de por si contribuyen al procesodealienacin(fetichizacin,cosifcacin,enajenacin, etc,asegnlaconnotacinydenotacinquesequieradar),o por lo menos que contribuyen a la confusin, por ejemplo, uti-lizar conceptos como el de Objetividad, Objeto, Sur, Norte, Neu-tralidad, Cientifcidad, Identidad (en el sentido de identifcacin que niega la alteridad), etc., que no pueden dejar de ser clasif-cadores, identifcadores, defnidores, y que dejan poco espacio, si no es que nulo, para el pensar que niega la negacin de lo que nos niega como sujetos. El hacer estas refexiones, tambin entendidas como au-tocrtica,encongruenciayconsecuenciaconunhacer-pensar, exigeelestarhaciendocomosujetoimplicadoysituado,que conlleva la refexividad crtica sobre la prctica y la ruptura con laposturaepistmicaypolticaquereivindicalareproduccin de las relaciones entre los que saben y los que no saben, entre dirigentesyoperadores,ynoquedarseenlasreivindicaciones discursivas conceptuales que son aceptables. Retos y desafos pendientes, lo por hacer Problematizarcmoelconocimientopuedeserconvertidoen instrumentoalserviciodelacomunidad,alocomunitariodel sujeto social de que se trate, en tanto conocimiento que coad-yuve a las relaciones sociales sin dominio, al buscar ser horizon-tales en cuanto al saber, en cuanto a la satisfaccin de las nece-sidadesdelacolectividadytodoelloteniendoconscientelas 18contradicciones, ambigedades y autoantagonismos. Aunque es difcil superar el contenido del saber heredado, trasmitido como partedelinconscientecultural,yreproducidoporyenlasre-laciones sociales dominantes como la divisin social del hacer, quesecuelaninconscientementeentoncesenlarelacinque gustaenllamarseenalgunoscasoscomosujetoinvestigador-sujetodeestudio,tienealgunasimplicacionesqueenunciar como preceptos etico-polticos que se convierten en un desafo paracontinuarenlatareadepensardesdelaperspectivadel sujeto.Paradesplegarestedesafo,vanalgunaspremisasa cuestionardelasquemuchosdelostrabajosdeinvestigacin respectodeluchasymovimientosderesistenciaparten:a)el supuesto de que el investigador-terico-intelectual -o como se lellame-cuentaconalgoqueelsujetodeestudionotiene paraserautnomoenlaproduccindeconocimientosobrel mismo; b) que el investigador est en mejores condiciones para hacer conciencia de situaciones que no son conscientes ni para lniparaelsujetodeestudio;c)queelsujetodeestudioa pesar de ser el productor del contexto y la realidad concreta que se convierte en problema de estudio, dicho de manera coloquial, sujeto que sabe muchas cosas, pero no sabe que las sabe, es de-cir, su saber prctico y vivencial no lo ha traducido en forma de teora; d) la divisin social de trabajo, en intelectual y manual, no slo pervierte la necesaria e indisoluble relacin prctica-teora quetodoprocesodelhacerconlleva,sinoqueseintroduceel elemento de la jerarqua y con esta deviene el burocratismo, el control y el dominio; e) el ocultamiento del sujeto por medio de identifcaciones incoherentes a su ser social como el defnirlos y clasifcarlos como clase, cualquiera de ellas, sector, gremio, mo-vimiento social, entre otras categoras de las disciplinas sociales que de por si fragmentan y encubren la complejidad de la subje-tividad y que tendra que abarcar por lo menos todas las dimen-siones antes dichas y muchas ms; f) la idea dominante an de que para cambiar el mundo hay que saber cmo, desconociendo 19quelaincertidumbreesfuentedecreacinimaginariaradical; g)lacreenciaandominantedequeelfuturoespredeciblee ignorandoqueloindeterminado,ascomolonodeterminado, es consustancial a la naturaleza del hacer humano, es decir, que el futuro es indeterminado porque est sujeto al fujo social del hacer humano; h) que el pensar si de rupturas epistmicas y po-lticas se trata debe de ser la negacin permanente de la teora heredada,accinmediadaporelusocrticodelosconceptos que la confguran, as como el constate cuestionamiento, crtica y problematizacin. Todasestaspremisas,noscolocanenlaposibilidadde elaborar los retos a los que nos enfrentamos, reconociendo que an son insufcientes los preceptos epistmicos y tico-polticos que se contemplan en los diferentes intentos por realizar el pen-samiento critico, nunca exento de caer en la tentacin del colo-nialismointerno.Porello,parapensarcrticamenteesimpres-cindible la auto-refexividad crtica, para seguir caminado en la perspectiva de construir un pensar para construir la autonoma como proyecto. Van a continuacin una serie de enunciaciones de lo que podramos llamar preceptos y criterios epistmicos y ticos a tener en consideracin en la perspectiva de la proble-matizacin constante:1.El considerar las implicaciones epistemolgicas y polticas de la Transferencia y la Contratransferencia que se da en toda re-lacin entre sujetos, ms an si se trata de sujetos que preten-den construir conocimiento socialmente comprometido, como deporsiestodoconocimiento,conelrespetoalossujetos conlosqueseentraenrelacindesabereslocalesqueson propios de su cosmovisin de origen. Caminar en silencio, es-cuchando, hasta que la interpretacin pueda ser en comn. Hay enlarelacionesdeconocimientoentresujetoselproblema de la asimetra que deviene de las diferencias propias de los sujetosqueestablecenlarelacindeconocimientoeinter-cambiodesaberes,locualobligaaestableceralgnmeca-20nismopropiamenteepistmicoymetodolgicoquepermita la complementariedad y en su caso la disyuntiva de acuerdo alascosmo-audio-visionesenparticularycosmovisionesen general de los propios sujetos.Hay quien, como Silvia Rivera Cusicanqui, lleg a plantear que el silencio es a veces la nica forma de manifestar el compro-miso tico, el ltimo recurso para evitar que los moviminetos de resistencia que generan los sujetos sociales puedan ser re-primidos y acabados. Lo mismo dicen, desde otras condiciones y contextos, los zapatistas cuando han optado por el silencio ensituacionesderepresinyguerracontrainsurgente,cami-nar en silencio. As, el silencio y la escucha son una forma de hacer-pensar en la investigacin con carcter epistmico, tico ypolticorespetuosodecadasujetoinvolucaradoenlarela-cin de saberes.2.Eldejardereproducirtantoeneldiscursoconceptualcomo en los lenguajes y las prcticas en general e investigativas en particular, la perspectiva de la relacin Sujeto-Objeto, y lo que deestadicotomasederivacomoObjetividad,considerando quesiempresetrataderelacionesentresujetosyenltima instancia de conocimiento subjetivo.3.Elreconocerqueelpuntocrticodetodarelacin,seapara dejardereproduciroparaseguirreproducindola,esdesde lasformasdehacerdicharelacin,demodoqueatenderen todarelacinsocialyentodomovimientolasimplicaciones de las formas de hacer, poltica, resistencia, organizacin, etc. es indispensable si desde la perspectiva del sujeto se quiere saber.4.Lamayoradelostextosdepensamientocrticoreconocenla perspectivaepistmicayticadecolocarse,eldesdedondey el para qu, empero, casi ninguno integra esta postura con sus respectivos complementos en el aspecto poltico que implicara el establecer concretamente el contra quin y el contra qu se despliega ese desde donde y para qu. Esto no se resuelve con la postura ambiga de ser antisistmico, ni siquiera desde una 21postura anticapitalista, pues esto exige elaboraciones que con-creten el contra quin respecto del sujeto social, desglosando la correspondientepluralidaddesujetoscolectivosysingulares especfcos que constituyen al sujeto social capitalista.Esdecir,quetodaperspectivaepistmicaseplantea,cons-ciente o inconscientemente, un desde donde y un para qu, sin embargoseeludeelcontraquyelcontraquinenconcre-to.Porsupuestosabemosqueseusanmediacionescomoel plantearse un hacia donde, como horizonte epistmico y pol-tico; con todo, si de estar contra la dominacin se trata, no se puede evitar ser radical poltica y ticamente, lo cual implica en el aqu y ahora ser anticapitalista y anti-estatista desde un principio y al mismo tiempo, adems de estar conscientes de que eso lleva a la autonoma como proyecto necesariamente.5.Que la realidad se hace por los sujetos en conficto, en lucha declases,peronoslo;comodesplieguedelasubjetividad, de modo que seguir identifcando conceptualmente al sujeto social como movimiento social, por ejemplo, es una forma su-brepticia y encubierta de negar al sujeto. No se puede obviar que todo movimiento de lucha y resistencia lo generan sujetos sociales, la lucha de clases la generan sujetos sociales y as en cualesquiera de los despliegues de subjetividad poltica que se planteen.La forma de refexionar desde la prctica del sujeto, la cual es resultado de la imaginacin radical y la posibilidad de un nue-voimaginariosocialinstituyente(Castoriadis,2003),esuna cuestin implicada en Sujetos que advierten la necesidad de consciencia del propio sujeto refexivo, as como su colocacin tica y poltica y por lo cual siempre estn provocando crsis y rupturas epistmicas ante los obstculos8 que se confguran por los sujetos de la dominacin.8 Algunos de estos obstculos emanan de la problemtica misma de los sujetos que pretenden hacer investigacin/conocimiento, lo cual resulta, sobre todo, que den los espacios institucionalizadosde la academia, el periodismoy la poltica.22Lacuestinesqueelfujosocialdelhacerpensantedelos sujetos en lucha, no es algo que pueda ser observado, calcula-do ni diagnosticado en sus posibilidades de concrecin desde afuera del propio movimiento de los sujetos, a menos que for-me parte integrante de los sujetos que lo generan y, ni siquiera en toda su dimensin en ocasiones.6.Nosepuedepensareneltiempoalmargendelsujeto.No haytiemposinsujeto.Demodoquestesemanifesta,por ejemplo, en la memoria y no es que sta, sea la nica manera pues el sujeto es memoria y olvido tambin, pero no slo. Con esto lo que problematizamos es que el tiempo sociohistrico nunca es una continuidad cronolgica, a menos que se admita subsumirse al tiempo objetivo del sujeto dominante, es decir, la temporalidad del sujeto dominante. Visto desde la idea de pensar el tiempo del sujeto en el cono-cimiento social, nos parece que de lo que se tiene que hablar esdelsujetoycmoeneldesplieguedesusubjetividadse manifestan temporalidades de diverso tipo; lo cual exige dar cuenta de ello: el tiempo psquico del sujeto es atemporal, el tiempo histrico del sujeto es discontinuo, el tiempo biolgico del sujeto es evolutivo. De modo que no se trata de que hay pluralidad temporal, que sera el caso si concebimos al tiempo, acorde con la fragmentacin disciplinar de las ciencias, como tiempos segn la dimensin de la realidad que estemos anali-zando, pues la complejidad del sujeto bio-psico-histrico-so-cial no admite fragmentar el tiempo del sujeto en tiempos, as se recurra al pretexto por el supuesto motivo analtico. Dicho de otro modo, no podemos escudarnos en que estudia-mos al sujeto social en su dimensin subjetiva histrico-social yobviarquesetratadeunsujetobio-psco-histrico-social; pues precisamente en esto radica la limitacin en que ha ca-dolamayoradelosestudiososqueseposicionandesdela perspectiva epistmica crtica (sin reconocer lo tico-poltico), precisamente porque el problema de la memoria no se puede reducir a la cuestin del olvido-memoria, en tanto que la pro-23pia memoria est sujeta a la dimensin de lo inconsciente del psiquismo del sujeto y ello en su doble condicin de incons-ciente colectivo e inconsciente singular.7.Pensar al sujeto social como pluralidad de sujetos colectivos y singulares.Pensarlacomplejidaddelasubjetividaddelsuje-to sin excluir la dimensin psquica, pues es condicionante de suhacer,tantoenelmbitodelaconscienciacomoenelde lasmotivacionesinconscientes.Saberqueeslacapacidadde creacin humana lo que lo prefgura dndose en construccin de la realidad social, exige dar cuenta de la dimensin psquica de la subjetividad del sujeto, que es desde donde se desplie-ga la potencialidad a causa de la refexividad que trae consigo la rebelin perpetua de la psique contra el orden social que le es impuesto (Castoriadis 1998, 130). A esto habr que agregar queloquedespliegaelImaginarioRadical(caractersticapor excelencia de lo psquico humano, es decir, la autonoma de la imaginacin)contradicealpensamientotradicional,liberalde izquierda includo, que ha negado la creacin, recurdese la fra-se: Nada se crea ni se destruye, slo se transforma; siendo di-cho despliegue La capacidad de ver lo que no est (Ibid,130)9. 8.CuandosereivindicaLaconstruccindeotromundodonde quepanmuchosmundos,pertinenteadvertirqueaexcepcin delmundoquenieguealosdems,nosetratadedarleun carcter esencialista y sustancialista a la idea de defender la existencia de cualquier mundo existente, con lo cual estamos obviando que la realidad concreta es lo que despliegan los su-jetos en conficto. Nos preguntamos precisamente si con ello no se est negando al sujeto al pensar el tiempo como objeti-vidad ms all del tiempo de su subjetividad. 9Castoriadisllamalaatencinsobrecmoelfuncionalismotienedetrasfondo base el que se trabaje en torno a la reproduccin de la vida como fnalidad, a costa deldominiototaldelanaturalezaycmoelestructuralismo,reivindicasistemas constitutivosalmargendelahistoria.Seniegapuesalsujetocreadorentantose ignora que es desde el imaginario social instituyente que se prefgura el mundo que les parece imposible a los que pregonan slo un mundo posible.24Adems,eldesafosecomplejiza,pueshayelementosque plantean la difcultad de expresar coherentemente la perspec-tiva del sujeto con quien se establece la relacin de intercam-biodesaberes,locualimplicanoslounproblematicoy poltico, sino con la capacidad de reconocer las entraas de la subjetividad desplegada del sujeto en movimiento. Es decir, el sujeto que est siendo y no lo que de otra manera sera lo da-do-pasado que habiendo sucedido se puede, tal vez, teorizar.9.En lo tico, el desafo de reconocer la posibilidad de que es el sujeto, con quien se establece una relacin de conocimiento, elquedebedecidirqusehacepblicosobresusituacin yenqumomento,portantoesunaexigenciaepistmicay tica que se acuerde con l sobre lo que es o no es pertinen-tepublicar,estoconsiderandoqueparalosacadmicosque trabajanparaunainstitucin,losperiodistasdelosmedios comerciales, los medios libres y los polticos profesionales, es una necesidad publicar oportunamente. Esto es slo una muestra de la perspectiva epistmica que rei-vindica al sujeto en su derecho a revelar slo lo que considere pertinente polticamente y que no arriesgue su propia existen-cia10.Hayevidenciasenlahistoriadelaluchadeclasesque demuestran la pertinencia de difundir lo que genera el sujeto anticapitalista, en la medida en que ya sea un saber conocido por el sujeto del capital que busca exterminar al movimiento social, o bien en tanto resulta ser informacin que es necesa-riosocializarcomounamedidadeseguridadyautodefensa del propio movimiento social.10. Otro factor tico y epistmico comprometido es el problema de dar cuenta de las contradicciones, ambigedades y autoan-tagonismos del sujeto que son cuestiones que provocan una 10 A propsito de esto, aqu es donde se muestra el ser consecuente con aquello de que las formas de hacer poltica de resistencia a la dominacin que han aplicado en lospueblosindiosenlosmasdequinientosaosquehantenidoqueresistirala colonizacin muchas veces a costa de mantener en silencio la resistencia.25problemtica que escapa a la voluntad y a la conciencia de los sujetos implicados, pues involucra la dimensin subjetiva de lo psquico11, es decir, lo intrasubjetivo. Entonces, deberemos considerarqueelsujetoquereconocetalescontradicciones serdeunamaneraodeotra,dependiendodesiesparteo no de la pluralidad de sujetos que constituyen al sujeto social que quiere reconocer, un sujeto ms que entra en la intersub-jetividad implicada en la problemtica correspondiente.11.Hemos apreciado cmo los estudios y las investigaciones re-sultandiferentessisehacenporlospropiossujetos,seaun sujeto singular, una persona que forma parte del sujeto social estudiado, o si se hace por un sujeto que no es parte del sujeto social, aunque est comprometido e involucrado con el movi-miento y el quehacer poltico del sujeto social estudiado. Enestecasoloqueseponeenjuegoesladiferenciaenla intersubjetividad, es decir, la relacin entre dos sujetos socia-les diferentes, ello signifca que la intersubjetividad est con-dicionadaporlatransferenciaylacontratransferenciaentre los sujetos, esto es, la dimensin subjetiva de lo psquico y lo histrico-socialquesonconstituyentesdelsujetoquereco-noce a otro sujeto, sin que necesariamente coincidan o se co-rrespondan en la interpretacin, con todo y que pueda existir conciencia de la propia subjetividad y de la diferencia del otro.Ahora bien, la idea de que el sujeto es responsable de su pro-piarefexividad,noimpiderefexionarsobreelsujetosocial otro,perounacosaeslarefexividadquehaceelsujetode supropiaprctica,enunejerciciodeautonomayotracosa es que otro sujeto realice una interpretacin sobre la prctica poltica de un sujeto social del que no es parte integral.De hecho, los estudios que se hacen sobre otro sujeto, sin que se considere su propia perspectiva, es de lo que estamos lle-11 Para un estudio ms especfco sobre la dimensin subjetivo de lo psquico remito a los estudios de caso que realic en El zapatismo urbano en Guadalajara editado por el Instituto Nacional de Antropologa e Historia en 2009.26nos en las universidades y revistas especializadas12, lo que no signifcaquenohayaalgunosestudiosquehanexplicadoy servido a los propios sujetos, para potenciar su prctica y sus proyectos.Autorefexividad critica de la prcticaEn relacin a sujetos que han destacado por sus aportes al pen-sar epistmico, tico y poltico, en un horizonte histrico por la autonomayenperspectivaanticapitalista,podemosmencio-nar dos ejemplos en los que se genera una ruptura epistmica y tica del conocimiento heredado y la poltica liberal. Se trata delaposicindesujetosinvolucradosenprocesosdeluchay rebelinquecuestionaronlaformadehacerenlosestudiosy analisis de acadmicos y polticos sobre los llamados movimien-tos sociales.Me refero al movimiento del Ejrcito Zapatista de Libe-racin Nacional, y el movimiento de los pueblos indgenas boli-vianos, especifcamente el texto del Subcomandante Insurgente MarcosSietepensamientosenmayode2003yeltextode SilviaRiveraCusicanquiElpotencialepistemolgicoyterico de la historia oral: de la lgica instrumental a la descolonizacin de la historia13.Estosdocumentosplanteandoscuestionesque,ami parecer, inauguran rupturas epistemolgicas de sujetos cognos-12VerdeAlonsoySandoval,elcaptuloSujetoyAntropologa,dondedancuenta de las revistas de antropologa que actualmente se publican en espaol, el tipo de problema y de sujeto que abordan en sus investigaciones los antroplogos.13 El escrito del SCI Marcos Siete Pensamientos en Mayo del 2003 est publicado en la revista Rebelda No. 7 de mayo del 2003. Mxico. Y el de Silvia Rivera Cusicanqui enRevistaVocesRecobradas.HistoriaOral.Ao3,No.21.InstitutoHistricodela Ciudad de Buenos Aires, 2007. Se ha publicado al menos en dos momentos distintos: en1990Elpotencialepistemolgicoytericodelahistoriaoral:delalgica instrumentalaladescolonizacindelahistoria.RevistaTemasSociales,11:49-75; en 2004, El potencial epistemolgico y terico de la historia oral: de la lgica instrumentalaladescolonizacindelahistoria,RevistaPeri-Feria,Neiva,No.4, agosto-diciembre de 2004, pp. 16-26.27centescolocadosdesdeunaformadeconstruirconocimiento que reivindica su propia perspectiva como sujetos, que refexio-nansobrecmoproducenrealidadsocial,esdecir,larefexivi-dad del sujeto mismo como producto de su propia transforma-cin, por tanto de sujetos cognoscentes con conciencia histrica y conciencia poltica.Enelcontextodelmomentohistricoactual,decrisisy rebelin,destacanalgunospuntoscrticosqueplanteaRivera Cusicanqui respecto de la pertinencia de la construccin de co-nocimiento sobre los sujetos mismos y cmo mira el involucra-miento de los sujetos de la academia y de los profesionales de la poltica de la Organizaciones No Gubernamentales en los pro-cesos de estudio e investigacin sobre los movimientos y lucha de clases. Rivera advierte sobre lo que considera un ncleo duro del problema epistemolgico y tico de las ciencias sociales de nuestrapoca14,lacuestinlaplasmademaneracontundente en algunos prrafos: Develar y desnudar lo que se conoce del otro sea ste un pue-blo indio o cualquier sector subalterno de la sociedad- equivale entonces a una traicin. Frente a esta posibilidad desesperanza-dora, el silencio se convierte entonces en la nica forma de mani-festar el compromiso tico con el grupo social estudiado, aunque esta actitud pasiva no haga sino reforzar su clausura e intraducti-bilidad (Rivera Cusicanqui, 2007).En este sentido, podra relativizarse la aseveracin de que deve-lar y desnudar lo que se conoce del otro equivale a una traicin, 14RiveracitaaJorgeLuisBorgesensurelatoElEtngrafodondeserefereaun estudiantededoctoradonorteamericano,Murdock,quedespusdeinvolucrarse durante algunos aos con una tribu de indios y lograr compenetrarsey le confaron sus saberes, se neg a escribir su tesis doctoral para no dar a conocer los secretos de la cosmovisin indgena, el estudiante arguy que el secreto, por lo dems, no vale lo que valen los caminos que me condujeron a l. Esos caminos hay que andarlos (Borges), 1974:989-990, (citado por Rivera, 2007) 28pues no es lo mismo hacerlo descontextuadamamente a hacerlo enlaperspectiva,porejemplo,deinhibiryevitarlarepresin; o bien en la perspectiva de una ofensiva del propio movimien-toparaavanzarposicionesestratgicasygenerarresonancias haciaotrossujetossociales.Enelplanteamientoepistmicoy tico de Rivera Cusicanqui se presenta el problema de la exigen-cia de no develarinformacin sobre el otro que lleve a desatar unasituacinderepresino,siquiera,obstaculizarelproceso de lucha y resistencia que lleva a cabo. En este sentido saber, de acuerdo con el sujeto otro, qu si y qu no es pertinentedivul-garrespectodelasubjetividademergentesubversiva.Ynose trata de lo que pueda o no considerar pertinente un investiga-dor, acadmico institucionalizado o uno independiente, respec-to de lo que deba publicarse.Ahorabien,esciertoqueunsujetoajenoalmovi-mientosocialpudieratenerinformacinqueperjudiqueal movimiento si llega a manos de los operadores represivos del Estado capitalista. As, el uso que se d a dicha informacin, esalgoque,enconsecuenciaconlaperspectivadelsujeto, slodebedeterminarelsujetoimplicadoobienguardarse parausoexclusivodelmovimiento.LapreocupacindeRi-veraCusicanqui,vaenestesentidosobretodosisetoma en cuenta el contexto en el que lo plantea y la situacin de lucha social y poltica de los pueblos indgenas de Ecuador, Bolivia y Per. Por su parte, el texto del Subcomandante Insurgente Marcos que nos interesa poner en relacin con el de Rivera Cusicanqui,escuandoseala,apropsitodelasformasde abordar los estudios sobre los movimientos sociales, la colo-cacin de los intelectuales y estudiosos que los abordan, en este escrito el Subcomandante Marcos deja clara la posicin sobre el tipo de relacin que el ezln sostiene con ellos15.15 Afrma el sci Marcos, que un movimiento no debe devolver los juicios que recibe, 29Producir teora desde un movimiento social o poltico no es lo mismoquehacerlodesdelaacademia.Ynodigoacademia en sentido de asepsia u objetividad cientfca (inexistentes), sinosloparasealarellugardeunespacioderefexiny produccin intelectual fuera de un movimiento. Y fuera no quieredecirquenohayasimpatasoantipatas,sinoque esa produccin intelectual no se da desde el movimiento, sino sobre l. As, el analista acadmico valora y juzga bondades y maldades,aciertosyerroresdemovimientospasadosypre-sentes, y, adems, arriesga profecas sobre rutas y destinos. Nosotros creemos que un movimiento debe producir su pro-pia refexin terica (ojo: no su apologa). En ella puede incor-porar lo que es imposible en un terico de escritorio, a saber, la prctica transformadora de ese movimiento. Nosotros preferimos escuchar y discutir con quienes analizan y refexionan tericamente en y con movimientos u organiza-ciones,ynofueradeelloso,loqueespeor,acostadeesos movimientos (sci Marcos, 2003)16.Ladiscusinaquseenfocaalaproblemticadelaperspectiva epistmicayticaenlaproduccindelconocimientorespectoa la perspectiva desde el sujeto;refexin que tanto Rivera Cusicanqui como el sci Marcos plantean en el desafo y el problema de realizar estudios e investigaciones en donde, sin ser parte del sujeto que genera la problemtica estudiada, se logre reconocer el sentido de dicha problemtica y la razn de ser del sujeto que la genera.ycatalogaralosintelectualescomobuenosomalos,segncmocalifcanal movimiento. El antintelectualismo no es ms que una apologa propia incomprendida, y,comotal,defneaunmovimientocomopber(sciMarcos,2003).Contina diciendo Nosotros creemos que la palabra deja huella, las huellas marcan rumbos, los rumbos implican defniciones y compromisos. Quienes comprometen su palabra a favor o en contra de un movimiento, no slo tienen el deber de hablarla, tambin eldeagudizarlapensandoensusobjetivos.Paraqu?yContraqu?son preguntas que deben acompaar a la palabra. No para acallarla o bajar su volumen, sino para completarla y hacerla efectiva, es decir, para que se escuche lo que habla por quien debe escucharla (bid).16 Los resaltados en negritas son mos.30Rivera Cusicanqui, advierte al respecto dos cuestiones:El dilema epistemolgico de la etnografa: la esencial intraduc-tibilidad -lingstica y cultural- propia de una relacin asim-tricaentreindividuosyculturascuyohorizontecognoscitivo es diametralmente opuesto.Elconocimientofetichizadoyconvertidoeninstrumentode prestigioypoder,puedevolcarseencontradelasnecesida-des e intereses de la colectividad estudiada, y el investigador transformarse en agente inconsciente de su derrota o desinte-gracin.(as)frenteaestaposibilidaddesesperanzadora,el silencio convierte entonces en la nica forma de manifestar el compromiso tico con el grupo social estudiado, aunque esta actitud pasiva no haga sino reforzar su clausura e intraductibi-lidad (Rivera Cusicanqui, 2007). El acento es puesto en el problema de la intraductivilidad, y su-pongo que por donde quiera que se le vea, lo que se divulgue sobre el sujeto no ser lo que realmente corresponde en sus jus-tos trminos a dicho sujeto; as, la posibilidad de perjudicar a un movimiento social con lo que se interprete de l y se difunda, no depende de la voluntad del investigador o del contenido mismo divulgado solamente, sino de para qu y contra qu se divulga, es decir de la voluntad para utilizar como pretexto o como jus-tifcacin para reprimir al sujeto creador del movimiento social. Conestosejemplos,seobtieneunamuestradelos sujetosqueluchanyresisten,delimaginarioquesustentasu prctica, y que tienen una articulacin discontinua en el tiempo histrico, de manera que al observar las formas de hacer polti-caen1968y1994,ycmosehanestadoreproduciendoms allhastalaactualidad,podremosobservarcuestionesdetal envergaduraparaelpensamientoflosfcoypoltico,parael pensamientoepistmicoytico,entrelasquesedestacanla ideadenolucharporelpoderquerepresentaelEstadocapi-talista,laideadelaautonomaylaemancipacin;lacrticaa 31la forma de relacin vanguardias y bases (dirigentes-operantes, partido-masas,intelectuales,orgnicos-cuadros-bases,etc.),es decir, la negacin a generar la lnea poltica dirigente, y lo que se conoce como la forma de hacer poltica zapatista con su mandar obedeciendo,comunidaddeconsenso,unmundodondequepan muchos mundos, entre otras, que inauguran formas de entender el gobierno, la disciplina, la formacin, la militancia, etctera.Siendo una muestra de la capacidad creadora de sujetos concretos y para retomar la problemtica de la perspectiva epis-tmicayticadesdeelsujeto,mepermitoafrmarquequeda fuera de lugar el pensar que los sujetos que luchan y resisten al capitalismo no son capaces de hacer su propia teora, su propio pensar crtico como parte de su prctica poltica. Ni subestimar la inteligencia poltico-militar de los sujetos del poder, el Estado y el capital, pero tampoco subestimar la capacidad de combate de los sujetos anticapitalistas.Contodo,meparecepertinenteabundarenelproble-madelaasimetraenlarelacindeconocimientoentresuje-tosdiferentes.Unamaneraderesolverdignamentelarelacin asimtrica,perosobretodo,derespetoaladiferenciayelre-conocimiento del otro, es inhibiendo y desarticulando el dispo-sitivo que hace posible que el conocimiento (sea) fetichizado y convertido en instrumento de prestigio y poder que es cuando puede volcarse en contra de las necesidades e intereses de la colectividad estudiada, y el investigador transformarse en agen-teinconscientedesuderrotaodesintegracin(Al)develary desnudar lo que conoce del otro (Rivera, 2007).Elloexigereconocerseignoranteoensudefectoinca-paz de conocer en todo lo que implica el ser social, cultural, lin-gstico que constituye al otro sujeto; estos es, reconocer que se tratadediferentesepistemesydehistoriasdesubjetividades diferentes. Esto no tiene mayor problema de entenderse cuando se trata de culturas diferentes, empero tambin es tal si se tra-ta de hombre y mujer (y no estoy refriendo slo al gnero), de adultos y nios, de una clase social y otra, pues aunque pudiera 32notratarsedecosmovisionesculturalesdiferentes,existeuna racionalidad liberal, patriarcal, sexista y opresiva en el modo de ser de la cultura capitalista que nos constituye y deshacerla re-quieredeunprocesodedesalienacincomplejo.Entrminos prcticos, se trata como lo he dicho en otro texto de: ()lacuestindelaautonomadelsujetoconrespectoala construccin de sus conocimientos y transmisin de saberes, pues el lugar que ocupan los sujetos en dicha relacin es con-dicionante de la perspectiva epistmica y poltica. Valga ilus-trar con un ejemplo extremo: cuando la conversacin dialgica seconvierteenuninstrumentoconpretensionesdelinves-tigadoracadmicodeserasesor,concientizador,capacitador, sistematizador, facilitador, o cualquier funcin que fnalmente suplantaalsujetoensuquehacerautnomoparaconocery formarse, de manera que la autonoma y la pretensin de apo-yomutuo,co-labor,enlarelacindetrabajoinvestigativose trastoca (Sandoval, 2010).Se trata adems del problema de colocarse, frente al desafo de conocerseentresujetosqueluchany,portanto,delreconoci-miento de exigencias no slo epistmicas, sino tambin de prin-cipios, compromisos y el ser consecuentes con ellos, de manera que se diluya el saber como poder. De tal modo que:La problematizacin y autocrtica que nos hacemos aqu, nos coloca en la perspectiva de reconocer que los sujetos sociales no necesitan de intrpretes ni de hermeneutas que los expli-quen.Deloquesetrataesderespetaralsujeto,susformas dehacer,susritmosytemporalidad,esdecir,suautonoma. Si queremos decirlo de otro modo, se trata de la construccin delocolectivoenelmbitodelconocimientoquesignifca construccinsocialdesujetosynosloconstruccinsocial de conocimiento. As, en los procesos de conocimiento y reco-33nocimiento, la forma de compartir debera adquirir carcter de principio epistmico y tico-poltico (Sandoval, 2010).Tambinsetratadedarcuentadeldesdedndeyparaquse produce conocimiento, de manera que se reconozca que la co-lonialidad del saber est en cualquier sujeto, ms all de que su intencinconscienteseacontralacolonizacin;asmismo,de inhibir que el conocimiento se use como instrumento de poder y prestigio, evitando el anexionismo ideolgico y haciendo cons-cientes las motivaciones que inconscientemente estn latentes respectodelossentimientosdeculpayelprestigio.Seaeste prestigio revolucionario, acadmico o periodstico.Finalicemos este prefacio haciendo referencia a la epis-temologa y tica-poltica zapatista, que alude al despliegue de su subjetividad y que se expres en el ensayo de Los siete pen-samientos en mayo del 2003:a)El problema de la teora es tambin el problema de quin pro-duce la teora.b)Los anlisis que se presentan implican un compromiso en un para qu y un contra qu que deben acompaar dichos anli-sis.c)Producir teora desde un movimiento social o poltico no es lo mismoquehacerlodesdelaacademia,puesesaproduccin intelectual no se da desde el movimiento, sino sobre l.d)Algunos movimientos suplen su espontanesmo con el padri-nazgo terico de la academia, en otros casos algn movimien-tobuscaunacoartadatericaesdecir,algoqueavaleyde coherencia a su prctica y acude a la academia para surtirse de ella, as se convierte en una apologa a-crtica y retrica.e)Un movimiento debe producir su propia refexin terica (no su apologa)y en ella debe incorporar la prctica transforma-dora de ese movimiento. No copiar sino producir una teora y una prctica que no incluya la soberbia en sus principios, sino 34que reconozca sus horizontes y herramientas que sirven para esos horizontes.f)Preferimos escuchar y discutir con quienes analizan y refexio-nan tericamente en y con movimientos y organizaciones y no fuera de ellos o a costa de ellos.g)En nuestra refexin terica hablamos de lo que nosotros ve-mos como tendencias, no hechos consumados ni inevitables. Nosueleserrefexinsobrenosotrosmismos,sinosobrela realidadenlaquenosmovemos.Yesademsdecarcter aproximado y limitado en el tiempo, en el espacio, en los con-ceptos y la estructura de esos conceptos.h)Las respuestas a las preguntas sobre el zapatismo no estn en nuestras refexiones y anlisis tericos, sino en nuestra prc-tica y sta tiene una fuerte carga moral, tica; es decir, inten-tamos una accin no slo de acuerdo con un anlisis terico, sino tambin, y sobre todo, de acuerdo con lo que considera-mos es nuestro deber. Tratamos de ser consecuentes siempre.i)Alsealaryanalizar,aldiscutirypolemizar,noslolohace-mos para saber que ocurre y entenderlo, sino tambin, y sobre todo, para tratar de transformarlo.j)La refexin terica sobre la teora se llama metateora. La me-tateora de los zapatistas es nuestra prctica.Luego de todo lo dicho hasta aqu, podramos decir que los va-lores de la poltica tradicional tanto como los del saber acad-micoypolticoestnsiendotrastocadosporlosprincipiosde unanuevaformadehacerypensarquehanvenidodndose enlaluchaylaresistenciacontraladominacinyeldespojo; perotambinencmohanestadoconstruyndoseformasde sobrevivir,derelacionarnossocialmente,deorganizarnos,de autogobernarnos y de construir desde ahora el otro mundo que queremos para vivir dignamente, donde cada colectivo ha sido el estratega de su propia resistencia y autonoma, y cada vez reso-nando y desplegandose la vinculacin de personas y colectivos 35en espacios de comunidad para la resistencia, desde los acuales se ha gestado la experiencia de apoyo mutuo entre sus sujetos a partir de iniciativas en comn, entre las cuales estan las de la trasmisin y construccin de saberes.Losprocesosdeinvestigacinantropolgica,histrica, sociolgica y los que faltan (etnopsicoanalticos, transdisciplina-res y transversales, etc.), desde la perspectiva del sujeto, depen-den de un procedimiento metodolgico y militante (participan-te,contribuyente,asociado,integrante,ocomoselesnombre cada vez), que garantiza la inclusin de la intersubjetividad en el propio proceso de produccin de conocimiento; es decir, el in-tercambio entre diferentes subjetividades que no son otra cosa quelacomplejidaddeundilogoentresujetos,entendidoen un sentido etnopsicoanaltico, ms all de simplismos deducti-vistas o inductivistas.BibliografaAlonso,JorgeyRafaelSandoval(2008),SujetosocialyAntro-pologa. Despliegue de subjetividadcomo realidady co-nocimiento. En Los conceptos de nuestro tiempo. Mxico, unam-Instituto de Investigaciones Sociales.Castoriadis, Cornelius, (1998), El psicoanlisis, proyecto y eluci-dacin, Buenos Aires, Nueva Visin (traduccin de Horacio Pons, Coleccin Psicologa Contempornea). ______(2003)Lainstitucinimaginariadelasociedad,(traduc-cin de Marco Aurelio Galmarini), Argentina, Tusquets.RiveraCusicanqui,Silvia(2007),Elpotencialepistemolgico y terico de la historia oral: de la lgica instrumental a la descolonizacin de la historia. en Voces Recobradas. His-toria Oral. Ao 3, No. 21.Sandoval lvarez, Rafael (2009), El zapatismo urbano en Guadala-jara. Contradicciones y ambigedades en el quehacer polti-co, Coleccin Cientfca, Serie Historia, INAH, Mxico.Sandoval Alvarez, Rafael (2010), Sujetos que piensan ms all 36de Estado y el capital. Implicaciones del ser sujeto como proyecto de autonoma o cmo cada quien debe ser el estrategadesupropiaresistencia,VIEncuentroNo-viembres Latinoamericanos Historia, memoria y futuro en Amrica Latina. 200 aos de desafos Mxico 2010. IPECALSandovalVargas,HugoMarcelo(2011),Laconfguracindel pensamientoanarquistaenMxico.Elhorizonteliber-tario de La Social y el Partido Liberal Mexicano, editado por de la Universidad de Guadalajara, Mxico, 2011.SubcomandanteInsurgenteMarcos,(2003),Sietepensamien-tos en mayo del 2003, en Rebelda, No 7, mayo, Mxico, Mxico D. F.37Tras el pensamiento crticoJorge AlonsoIntrotoAnte la convocatoria zapatista para realizar una refexin so-bre el pensamiento crtico frente a la hidra capitalista, Gusta-vo Esteva nos advierte que se trata de aprender colectivamente cmoestlaresistencia,contraquseresiste,culessonlos nuevos modos y maneras que est adoptando ese capitalismo; yllamaamoldearlainteligenciacolectivadeestemomento complejo, cuando el capitalismo renueva agresivamente modos antiguos, e inventa nuevos para despojar, por lo que se requie-ren imaginativas formas de resistencia y coraje.17 El SupGaleano plante que el pensamiento crtico tiene el cometido delcenti-nela que no se limita a dar la voz de alerta cuando el peligro ya est encima, sino que est atento a todos sus posibles indicios, losanalizaycomparteparaqueesaobservacinfnaypene-trantepermitaconjuraramenazasyevitarencontrarseendes-ventaja.Recomendnocaerenlosdefectosdelosvigasque estando ante tales indicios no los detectan o los desdean como parte de la rutina. No abund en situaciones de espejismos, apa-ricionesyalucinaciones.Nosdicequeelzapatismonoquiere 17GustavoEsteva,Caminarjuntos,http://www.jornada.unam.mx/2015/03/30/opinion/016a2pol. 38pensamientomentiroso,dogmtico,seguidordemodasopura repeticin de lo ya dicho por otros. Solicita palabra propia que provoque refexin crtica. 18 Esta justifcada exigencia supera a quienes apenas pisamos los talones de los ms atrasados y va-mos cayendo en la cuenta de la realidad cuando una gran parte ya la conoce.19SupongoquetantoelSupcomoEstevaproponenuna comparticindensadelapropiaexperiencia.Altratardecom-pendiarmiactividad,quesedesenvuelveenelmedioacad-mico, constato que, tratando de aprender del zapatismo chiapa-necoydealgunoscolectivosinspiradosporelzapatismoque despliegansuactividadenelmediojalisciense,soydeesos alumnoscondfcitdeatencinydelentoaprendizaje.Nues-tro medio acadmico en la educacin superior est impregnado tanto en sus contenidos como en las formas de enseanza por lareproduccindelaracionalidadeideologadelcapitalismo neoliberal, y poco hacemos para resistir y combatir esta tragedia educativa.20 Tendramos que estar propiciando la generacin de 18 Requeriramos tener esa capacidad de atisbar no solamente lo que se puede ver, sino de captar lo que todava no es visible pero de lo cual hay seales como lo que se hace en las recientes investigaciones acerca de la materia oscura, de la cual se nos dice que conforma el 85% de la materia del cosmos pero que no es visible porque no emite ni absorbe luz. En abril de 2015 se reactiv el Gran Colisionador de Hedrones en el que hace poco se confrm la existencia del bosn de Higgs, y ahora se busca comprobar la teora de la supersimetra y encontrar la partcula de la materia oscura. En recientes observaciones de colisiones de galaxias la presencia de la materia oscura se ha podido detectar por sus efectos gravitatorios pues dobla la luz que le pasa cerca; no obstante, no se han podido percibir ms interacciones. Algunos proponen dejar el nombre de materia oscura para llamarla materia desconocida, y confan que con el avance de las investigaciones se pueda llegar a un nombre adecuado (http://www.sciencemag.org/gca?sendit.y=0&gca=sci%3B347%2F6229%2F1462&journalcode=sci&journalcode=sigtrans&journalcode=scitransmed&journalcode=sci&journalcode=sigtrans&journalcode=scitransmed&sendit=Get%20all%20checked%20abstract%28s%29). 19 Agradezco la lectura crtica de un primer borrador de este escrito y las sugerencias que me hizo Rafael Sandoval.20Acept Ulrich Beck que las ciencias sociales se encontraban en crisis pues las teoras socialesestructuralistas,interaccionistas,marxistasyaunlasautodenominadas crticas no se haban actualizado. No obstante, hay que tomar con reserva su propuesta para superar dicha crisis por medio de lo que llamacosmopolitismo metodolgico, 39unpensamientocrticoanteestevorazcapitalismodestructor de la vida en el planeta.21 Y para poder quebrar esa dinmica los primerospasosdeberanestarenmarcadosenunaautocrtica de nuestro ser y quehacer. Algo de eso pretender compartir. AntecedentesEn los recorridos de la otra campaa en 2006 el zapatismo invi-taba a pensar la otra teora. En marzo de ese ao en Guadalajara hubo un encuentro de acadmicos en el que particip. El enton-ces Subcomandante Marcos critic a los intelectuales de arriba que pontifcan sobre lo que es la ciencia y la verdad. Seal que habaintelectualesdeenmedioquesimulanrefugiarseenla puesconllevalaexhortacindeabandonartodoslossueosdeautonomaque permitan pensar que cualquiera es capaz de permanecer afuera. Tambinaconseja esteescritorabandonarloscortesentrelasvocesdelsurylasdelnortepuesle parecemejorcombinarsistmicamenteesasperspectivascontradictoriasenun planodeanlisissociolgico.Insisteenunomnmodopoderdelcapitalyqueel procesocoercitivodecosmpolitizacinesestructuralypasaporencimadelos afectados sin que ellos puedan decir nada. Es partidario de conjugar los encuadres postaustralesypostseptentrionales.Aducequeesposibleuncosmopolitivismo crtico autorrefexivo que implica una propuesta postuniversalista y postoccidental. Peroenelmismoargumentodeesecosmopolitivismonoescapazdeverquese tratadeuninmensodespojoaunderganosvitalesparalaemergenciadeun biopolticociudadanodelmundo(https://socioideas.wordpress.com/2015/04/02/redefniciones-proyecto-sociologico/).Pormipartemeacercomsalaposturade quehayquecolocarseprecisamentealmargendeesasvisionesqueencubrenlos terribles despojos producidos por el capitalismo. El cosmopolitivismo capitalista es una amenaza para el planeta. La alternativa va por la construccin de un pensamiento planetario anticapitalista. 21 Como seala Hctor Mondragn: La verdad es que es imposible entender lo que pasa hoy en el mundo, si no se es consciente de cmo el afn de lucro es la fuerza dominante y de cmo su lgica es la que est en crisis y la que tiene en crisis al planeta y a la humanidad. Es el afn de lucro el que provoc y profundiza el dao climtico yambientalyladestruccindeecosistemasestratgicosydelaspoblacionesque dependen de ellos; es el afn de lucro el que provoc y mantiene la crisis alimentaria; es el afn de lucro el que mantiene las guerras y los bombardeos en un pas tras otro yeselafndelucroelquehaconducidoalagrancrisiseconmicainternacional del siglo XXI. Hctor Mondragn , La crisis del afn de lucro, en Raquel Gutirrez, ed., Palabras para tejernos, resistir y transformar en la poca en que estamos viviendo, Textos Rebeldes, Cochabamba, 2011,pp. 97- 116: 97.40neutralidadyaspiranaponerseadisposicindelospoderes. Llamlaatencinacercadelosintelectualesquehabande-puestolasarmasdelacrtica.Yexhortalosintelectualesde abajo a conocer al indgena, al obrero, al campesino, al joven, a la mujer, al nio, al anciano, al maestro, al estudiante, al empleado, al homosexual, a la lesbiana, al transgnero, a la trabajadora y al trabajador sexual, al ambulante, al pequeo comerciante, al cris-tiano de base, al trabajador de la calle, al otro, a la otra. Hubiera sido muy pretencioso de mi parte ubicarme como intelectual de abajo, pero me esforzaba por ser un trabajador acadmico que quera situarse en ese abajo. No obstante, mi refexin sobre el Estado, se limitaba a criticar que se le hubiera empequeecido en sus tareas sociales para ser convertido en instrumento dcil para la proteccin del capital y en fero aparato de la represin de la protesta social. Aunque fustigaba a la partidocracia, todava tena la esperanza de que por medio de un Estado democratiza-doseatendieralaequidadsocial,sereconocieraladiversidad y se salvaguardara la ecologa. En diciembre de 2007 con gran paciencialoscompaeroszapatistasmevolvieronainvitaral coloquio internacional acerca del planeta tierra y de la situacin delosmovimientosantisistmicos.Quisehacerunaaproxima-cin a los movimientos sociales que estaban emprendiendo una profundacrticaalcapitalismoneoliberal.Abordcmovarios movimientos detectaban que un instrumento importante contra poderes de dominacin concentrados y ubicuos eran las conver-gencias entre quienes resistan dicha dominacin. No obstante, todava defenda que deba superarse la dispersin, la fragmen-tacin, y la expresin meramente espontnea con formas org-nicasconglutinantes.Nopocosdelosasistentesmelanzaban miradas que desaprobaban mis peroratas, pero cre que slo no haba encontrado la forma de convencerlos. La tutora de un seminario crticoEnesapocafuiinvitadoaparticiparenunseminarioquese 41reunaperidicamentesobremovimientosderesistencia,sus sujetosysusprcticaselcualestabaintegradoporactivistas decomunidadesdebasedelsurdeJalisco,ambientalistasde El Salto y del bosque Nixticuil, indgenas cocas de Mezcala, j-venes anarcopunks, una red de trabajadoras sexuales, la coope-rativa Grietas Editores, y uno que otro(a) acadmico y periodista crtico.Estoscolectivosypersonasensuactuardiarioavan-zabanentratardeponersealmargendelcapitalydelEstado. Reconocan estar entusiasmados por el zapatismo. Ah tuve que irmedesprendiendodemisanterioresamarresintelectuales. Quisieraresaltarquelaformaenquedichoscolectivosfueron propiciandoquecuestionaramisantiguascertezasnofuepor medio de discusiones abstractas. Dejaban que yo expusiera mis puntos de vista tan arraigados, y respetaban mis tiempos; pero exponan sus experiencias concretas por medio de las cualesfui percatndome de otras formas de hacer y de pensar. Debo con-fesar que sus prcticas y refexiones me fueron llevando a que abandonara mis viejas seguridades mentales. En dicho seminario prevaleca el reto de un pensar epis-tmico, tico y poltico. Constataba construcciones de relaciones sociales de apoyo mutuo, horizontales, con la autonoma como prctica al mismo tiempo que como proyecto. Capt que era un estarsiendocontraelcapitalismo.Existatambinunesfuerzo editorial de difusin de pensamiento anticapitalista que era pro-ducto de prcticas de otros colectivos de otros sitios con los que semantenancontactos.Medicuentadequehabaquecom-prenderalossujetosnodesdecartabonestericospreconce-bidosparaotrasrealidades,sinodesdeloqueestnhaciendo y refexionando dichos colectivos en un horizonte anticapitalis-ta. Lo primero que me hicieron saber es que yo no podra com-prenderloqueeranypracticabandesdeunaposicinexterna que no me comprometiera en sus afanes, pues no se trataba de suscitar un pensar sobre ellos sino que tena que tratar de com-prenderjuntoconellos.Agradezcoquealasumirmeendicho seminariomehicieronpartedeunsujetoenqueseejercitaba 42refexividadautocrticayautorrefexividadcrticadelcontexto situado.Meintrodujeronenunacontinuaproblematizacinde cada colectivo como sujeto de su hacer. Me ensearon a saber escucharlos, a la importancia de sus formas de realizar. Su estar contraladominacinnoeraundiscursoetreosinoquetena mltiples manifestaciones diarias.Me hicieron caer en la cuenta de que no por enfatizar la autonoma y lo anticapitalista exista una total congruencia, pues haba prcticas que reproducan in-conscientemente relaciones capitalistas. Pude apreciar que ese incluir muchos mundos tena algunas precauciones para no caer en la aceptacin de mundos que fueran totalmente contrarios y disruptivos por sus visiones y prcticas capitalistas y estatistas. Mefueroninterpelandodesdesusposicionestico-polticas. En esta forma discutan y decidan qu se poda difundir de sus momentos de lucha y qu deba quedar a resguardo. Eran muy enfticos en abordar sus propias contradicciones y ambigeda-des.Asfuiconstatandoquenorealizabanapologassinoque emprendan una constante y nada complaciente refexin crtica interna y externa. Eran agudos, penetrantes, combatientes y ras-posos. Destacaron cmo el zapatismo los haba inspirado en sus propiasrupturasepistemolgicasydesplegabanunacontinua refexividaddesusresistenciasyluchasespecfcas.Tuveque abrirme a respetar sus formas de accin, sus ritmos y tempora-lidades.Examinabannosloloqueconcernaaellosmismos, sino acercade realidadesen las queestabansituados yenlas que actuaban, y en torno a experiencias de otros colectivos. Pro-fundizaban en las formas de hacer y pensar en luchas contra el despojo,formasdesobrevivir,derelacionarse,deorganizarse. Reiteraban que cada colectivo era el estratega de su propia re-sistencia y autonoma, y que no convena colocarse en los tiem-pos y sitios del poder. Estelargoaprendizajedurparamloscincoaosde existenciadedichoseminario,hastaquefnalmentehubouna sesinfnaldeautodisolucindelseminarioporquesusinte-grantesconsideraronquehabacumplidoloscometidosque 43se haban propuesto en un principio y que entonces pasaban a hacer lo mismo por medio de otros instrumentos y en contacto con sujetos distintos. Algunos de estos colectivos conformaron el Centro Social Ruptura en donde han estado realizando foros debates de diversos sujetos sobre temticas concernientes a los participantescomolasformasdeviviralmargendelcapitaly del Estado en los barrios populares urbanos. En ese centro social se ampli la produccin autogestiva de la editorial Grietas. Ah mismo los jvenes anarquistas formaron una biblioteca barrial, han tenido sus sesiones y estn publicando la nueva poca de la revista Verbo Libertario. Me siguieron invitando a algunas de sus discusiones, a presentaciones de libros y de su revista, y sobre todo a la participacin del primer curso de la escuelita zapatista pormediodevideoconferencias.Nopretenderahablaracer-cadeestasnuevasexperiencias,ymenosatrevermeausurpar su voz porque eso les corresponde comunicarlo a ellos, pero s compartir lo que todo esto ha implicado para m. Tuve que hacer untotalreplanteamientodemiactividadcomoacadmico.No fuetareafcil,pueshayherenciasdifcilesdedisipar.Recor-dando un texto que ngel Palerm escribi en 1977 acerca de la formula M-D-M y la articulacin del modo campesino de produc-cin al sistema capitalista predominante convenc a una alumna para que empleara el mismo marco analtico para estudiar cmo un colectivo en el sur de Jalisco se iba desligando de las formas capitalistaspormediodeserviciosqueeranretribuidosenlas comunidades por medio de sus productos y no de dinero. Quera que se mostrara contablemente cmo iba disminuyendo el uso del dinero y se establecan otras formas de relacin y de formas de vivir. Se hicieron los acercamientos, pero el colectivo llev a la alumna por otros rumbos para que se adentrara en el trabajo a favor de la autonoma y en la elaboracin de experiencias y afr-maciones anticapitalistas. Haba otros caminos para comprender esas experiencias. 44Ms all de los partidos y del EstadoEl contacto con estos colectivos me impuls a revisar mis prin-cipales investigaciones que haban versado sobre las relaciones de las clases y elites, los anlisis coyunturales, el papel del Es-tado,loscambiosenlospartidospolticos,losdesarrollosde procesos electorales, el sentido de la democracia, la importan-ciadelosmovimientossocialesylasconvergencias.Tuveque reconocer que me haba equivocado primero en la perspectiva, pues me coloqu en un observatorio que me fue conduciendo a mirar dinmicas de los de arriba, aunque lo pretenda hacer des-de abajo. Slo cuando estuve ms atento a lo que haban estado impulsando agrupaciones de los y las de abajo, en primer lugar el zapatismo,pude entender que no haba que preocuparse por las lgicas del arriba, sino por entender las nuevas vas que han estado deambulando muchos grupos que desde abajo y a la iz-quierda quieren otro mundo para todos. Tambin deb reconocer que haba seguido varias pistas fallidas las cuales he tenido que ir abandonando. La izquierda partidista de hace muchsimos aos se ha-ba propuesto la conquista del Estado para ponerlo al servicio de los intereses populares. Mis investigaciones sobre el Estado, los partidos polticos y los procesos electoralesiban en esa direc-cin.Laescuchadeloscolectivosdelaludidoseminariocomo de los debatientes en el Centro Social Ruptura me han llevado a percibir que la estructura estatal impide que eso sea realiza-ble. Por esto cada vez ms movimientos, no slo no se plantean esa toma del Estado como si fuera un instrumento neutro, sino quehaniniciadobsquedasenlavidacotidianaalmargende lo estatal. Existen agrupaciones que estn atentas a las distintas formas de malestar frente al sistema opresor, tienen iniciativas imaginativas de lucha y cuestionan la hegemonizacin y la ho-mogenizacin de las luchas alternativas; buscan formas alterna-tivas tambin en sus maneras de comunicacin; han aprendido a escuchar; no han quedado atrapadas en formulaciones de re-45duccionesclasistas;valorantodoslossectoressocialesdiscri-minados;yseoponenaverticalismosymtodosautoritarios. Rechazandolasprcticaspolticastradicionales,partendelos problemasmssentidosporellosmismosylosdemsgrupos oprimidos; fomentan la participacin y respetan los procesos de maduracindelascomunidades.Lasmismasexperienciasde estos diversos grupos los han ido llevando por caminos que los colocanenlabsquedadeformasdevidaydeorganizacin al margen y ms all del capital y del Estado. Estn de acuerdo con las convergencias, pero no con una articulacin orgnica con centrosrectores,sinocomoesasfuidasydinmicasredesde contacto. Avances en los cuestionamientosEstando en estos ajustes mentales sobrevinieron los movimien-tos mundiales de indignados y de ocupas en el 2011.22Percib quesetratabadeunprocesoenelqueloexistentesepona en cuestin y empezaba a producirse algo profundamente otro. Unelementocomneraquepreviamenteasuirrupcinhaba algoqueenfadabayhartabaalagente.Considerquecomo una especie de big bang de esas movilizaciones surga un enojo (thims); y se propiciaban situaciones en donde se provocaba lo que se podra encuadrar en una dinmica de negacin-rechazo. Venan as esas rupturas de diversas dimensiones pero que eran transversalesyendistintascapasdeladominacin,alasque 22Cadalevantamiento,nosdiceWallersteinesparticularensusdetallesyenla compenetracin interna de las fuerzas en cada pas. Pero hay ciertas similitudes que deben apuntarse, si es que pretendemos comprenderlos. Todos los levantamientos tiendenaempezarconmuypocoyluegosevuelvenmasivos.Losgobiernoslos intentandeapaciguaryreprimir.Algunossesumanaloslevantamientospara aprovecharlosparasusfnes.Dichoslevantamientosnoduranmuchoalmismo ritmo. El declive de las protestas abiertas no implica que lleguen a su fn. Habra que ubicarlos en la transicin estructural de una economa mundo capitalista en declive. ImmanuelWallerstein,Levantamientosaqu,allyentodaspartes,http://www.jornada.unam.mx/2013/07/06/opinion/021a1mun46se les podra nombrar cortes a travs de lo cotidiano (dicopes: diaatravs,coptein,cortar).Vistasconmayoratencindichas fsuras implicaban adems cortar una conexin (aposyndeo). No slohabaquiebressinoqueseibaninterrumpiendoconexio-nes, es decir se iban produciendo simultneamente desacoples respecto de la dominacin. Un estudio ms atento llevaba a que simultneamente se trataba de resquebrajamiento constructivo en otra direccin a lo acostumbrado por lo que tendramos que reconocer algo diverso a la lgica del sistema, por pequeo que fuera que quebranta la dominacin (una demiurga). La dinmi-caqueprocediendodelyabastaconsiguelaconstruccinde algo nuevo se encontraba atravesada por la incesante bsqueda (la ereuva). No obstante, una descripcin de esta forma tena el error de presentarnos algo que proceda paso a paso, cuando en realidad estbamos ante un proceso complejo, no etapista sino integralqueconjuntabathims-dicope-aposyndeo-demiurga, envuelto por la eureva. El thims ciertamente desataba el proce-so pero no se acababa sino que continuaba expresndose. El n-cleo central procesual radicaba en la combinacin de dicope y aposyndeo que produca al mismo tiempo rupturas y desacoples, parapropiciarnuevasconstruccionesporlademiurga,ytodo inmerso en la eureva que le confera fuidez al conjunto. Exista undiversobullirrealizandodicopesenlasestructurasvigen-tes y debilitndolas. Lo transversal de las dicopes revelaba que pese a manifestaciones con nfasis particular, iban impactando de una manera ms amplia. El dinamismo podra circunscribirse areacomodospuesconllevaotromododevidacotidianaque sevadesacoplandodelasestructuraseconmicasypolticas. Setratabaderupturasdetodoslostamaosendiversaspro-fundidades pero que van en el sentido de otro modo de vida y convivencia.23 Ahora bien, la expresin masiva en calles y plazas 23 Observaciones ms fnas llevan a hacer algunas distinciones pues existen dico-pes silentes, y dicopes estridentes. Mientras las primeras corresponden a lo nano-social, la vida cotidiana hasta personal; las segundas se referen a acontecimientos 47pronto dej de manifestarse con tanta constancia. No se trataba de que ya se haban terminado sino que las expresiones masivas podancesar,perosusinfuenciasseanidabanenlavidacoti-diana de muchos con nuevos saberes, se hacan referentes en la refexin e impactaban la conciencia.Las primaveras rabes mostraron lo que no queran mu-chosgruposdeldebajodeesospases,yaunquehubomovi-mientos que consiguieron destituir dictadores, la salida electo-ral que les qued volvi a entronizar elites que sabotearon los impulsos renovadores. Conviene no quedarse con la mirada en los poderes constituidos, sino en atisbar y comprender lo revo-lucionario que sucede en la vida cotidiana de la gente.24 reveladores,quecondensandoexperienciaspreviasenmanifestacionescolectivas mayores potencian dinmicas de la vida cotidiana y propician resonancias con reco-nocimientos mutuos. 24 En su posdoctorado que realiz acompaado por m, Moiss Garduo produjo un libro que se encuentra en prensa titulado, El lenguaje contestatario como herramienta de subjetivacin en las revoluciones rabes en el que ha mostrado que podemos tener una visin obtusa si tratamos de entender qu fue lo que ha quedado de la prima-verarabesiguiendoalosgrandesmediosmasivosoccidentales.Pareceraquelo nico que logr la deslumbrante irrupcin de la juventud llenando plazas en 2011 fue propiciar una especie de sacudida para que se produjera una circulacin de las elites y que los poderes fcticos instalados prosiguieran con su dominacin. Garduo dandoseguimientoalaspalabras,grafasysmbolosutilizadostieneelmritode presentarnos el surgimiento y la continuacin de una dinmica profunda que va por otrosderroteros.Esteescritoesunainsistenteyacertadaexhortacinasaberes-cuchar y acompaar a los sujetos para poder comprender su lenguaje contestatario con sus interpelantes signifcados. Se nos coloca entre las prcticas del poder por un lado y las autnomas de abajo por el otro. Pese a que el lenguaje del poder intent acallar los lenguajes de las revoluciones rabes, stos prosiguen en comits locales y en acciones cotidianas. Ms all de la militarizacin, el recurso a reunirse, debatir y hacer se constituy en un hbito que sigue en el debajo de los pueblos. La opresin renovada no ha podido ahogar la transformacin cultural de estas revoluciones ni su espritu libertario. En el Centro Social Ruptura me invitaron a echar una miradahacia los kurdos pues un ejemplo de esas revoluciones rabes lo estara dando la ciudad de Kobane con sus unidades de defensa del pueblo y con unidades de defensa de muje-res que han resistido la invasin del Estado Islmico. Los cantones autnomos de Ro-java con la participacin de las mujeres y de diferentes grupos tnicos en el gobierno autnomo han sido vistos como una solucin a los confictos de Oriente Medio. Hay quienesvenunparecidoimportanteentrelarevolucindeRojavaylaautonoma zapatista. En ambos casos la participacin de las mujeres resulta central. En Rojava prevalece la idea que la nocin de la dominacin de la naturaleza se enlaza con el pa-triarcado. Se ha enfatizado que en ambos procesos hay ruptura con el vanguardismo. 48RicasyprolongadasdiscusionesenelCentroSocial Ruptura permitan mirar a los pases sudamericanos donde po-tentes movimientos populares consiguieron gobiernos llamados progresistasquemitigaronalgunasmediasdelneoliberalismo. No obstante los anlisis enfatizaban que a la postre dichos go-biernosquedaronentrampadosenlalgicaextractivistaque noslodaalavidadelospueblossinodelmismoplaneta.25 Tambin se ha resaltado que las revoluciones de Rojava y la zapatista son poderosos ejemplos para el mundo, pues ambas impulsan la capacidad de imaginar un cambio radical sobre la sociedad con la creacin de autonoma (Petar Stanchev, De Chiapas a Rojava: ms que una feliz coincidencia, A travs del Espejo, ao 1, nmero 1, enero-marzo de 2015, pp. 113-120). Charlotte Maria Senz tambin escribi un artculo en elquecomparaaloszapatistasykurdosdeRojava.Abordacmolosmovimientos de resistencia zapatista y kurdo han ido creando nuevas relaciones de gnero como parte principal de su lucha en el proceso para la construccin de otro mundo. Resalta queen ambos procesos hay una conexin profunda con la tierra, que ambos consi-deran el valor de la mujer y del medio ambiente como esenciales para la propia vida. Estos cambios radicales han estado ocurriendo en contextos de tremenda violencia encontradedichosmovimientos.Sedestacaqueambasresistenciashantomado un cambio radical de paradigma, y construyen su autonoma en las prcticas cotidia-nas (http://rojavanoestasola.noblogs.org/post/2015/03/29/zapatistas-y-kurdos-de-rojava-adoptando-una-nueva-politica-de-genero-mujeres-en-armas/).Porsuparte DavidGraeberapuntaquelaluchakurdaes explcitamenteanticapitalista,queah existelaconviccindequenopodrandeshacersedelcapitalismosineliminaral Estado, y que no es posible liberarse del Estado sin liberarse del patriarcado. Destaca queen Rojava se precian de tener su libertad (David Graeber,La de Rojava es una verdaderarevolucin,https://www.diagonalperiodico.net/global/25332-david-graeber-la-kobane-es-verdadera-revolucion.html). 25 Desde Bolivia Pablo Manani ha planteado que al inicio del segundo lustro del siglo XXIsepensabaquelaizquierdallevarajusticiasocialyreparacinhistricapara lospueblosoriginariosporqueseleveacontrariaalasderechasoligrquicasque tenanprofundascargasracistas.Peroestosehabaesfumadoainiciosdeltercer lustro pues se ha constatado que tanto la izquierda como la derecha se comportan si-milarmente porque corresponden a un mismo ncleo civilizatorio y de la poltica de dominacin que proviene de patrones culturales (seores del poder blanco-mestizo) y clases medias urbanas. Manani ha planteado que desde lo indio habra que pensar fuera y en frontera de la dicotoma izquierda-derecha. Precisa que esto no impli-cara esa tercera va propuesta por Giddens. Tambin aclara que no ayuda mucho el pensamiento decolonial impulsado por Walsch, Mignolo, y otros que siguen pensan-dodesdeespaciosylgicasdelpodermoderno/colonial,cosaquerealizandesde universidadesestadounidensessinprofundizarenelpensamientoindioantiguoy presente. Lo que se pretende es pensar sin los paradigmas izquierda-derecha ni en sus intermedios pero sin quedar atrapado en el pensamiento moderno/colonial, sino desde el indianismo buscar un pensamiento otro teniendo en cuenta las propias po-sibilidades histricas y sus experiencias de vida social o econmica (Pablo Mamani, Por qu pensar fuera de los marcos de izquierda y derecha? Refexin crtica desde 49Tambin en dichas discusiones fue abordada una nueva organi-zacin de corte partidista llamada Podemos en Espaa la cual ha indicado que no slo es heredera de los indignados hispanos de 2011 sino que se ha inspirado en los gobiernos progresistas la-tinoamericanos. Ese debate ha conducido a examinar si las mo-dalidades adoptadas por Syriza en Grecia y Podemos en Espaa pudieran ser alguna alternativa para la situacin de mayoras ex-poliadas por las polticas de austeridad impuestas por gobiernos que se someten a los lineamientos de un capitalismo neoliberal voraz. Ambas organizaciones han renovado en muchos la espe-ranzadelavaelectoralparapoderconseguiruncambio.Pero no habra que hacerse muchas ilusiones.26 Syriza y Podemos no Qullasuyu/Bolivia,enRaquelGutirrez,ed.,Palabrasparatejernos,resistirytrans-formar en la poca en que estamos viviendo, Textos Rebeldes, Cochabamba, 2011.pp. 171-2002). 26 Constatando la existencia de mucha gente que est indignada con el mundo en el que vive David Harvey apunta que la poltica del da a da es el crisol donde las ener-gas revolucionarias pueden desarrollarse y destaca que esas actividades tienen que ver ms con el espacio donde se vive que donde se trabaja. Llama la atencin acerca de las potencialidades de Syriza y Podemos, pues est convencido de que han abier-tounespaciopolticoporquealgonuevoestsucediendo,dadoquehaymuchos quequierenromperconlaimposicindelasmedidasdeausteridadyacotaralos grandes organismos internacionales que la promueven. No habra que olvidar que la austeridad es la transferencia de las clases bajas y medias a las clases altas. No obs-tante anuncia que en el corto plazo Syriza fallar, aunque espera que a largo plazo lo-gre una victoria al haber planteado el problema de la austeridad. Al volver sobre los Ocupa sostiene que su lema del 1% empuj a reconocer la creacin de una mins-culaperoriqusimaoligarquamundial(http://ilmanifesto.info/syriza-e-podemos-apronto-uno-spazio-la-sinistra-deve-sfruttarlo/, 12 de marzo de 2015). Desde el ao pasado John Holloway considerabaque un triunfo de Podemos y Syriza cambiara el caleidoscopio de las luchas sociales. Pero prosigue con sus objeciones con respecto a la opcin estatal. Cualquier gobierno de este tipo implicara una canalizacin de las aspiraciones y de las luchas dentro de conductos institucionales que necesariamen-te tienen que buscar la conciliacin entre la rabia que estos movimientos expresan ylareproduccindelcapital.Porquelaexistenciadecualquiergobiernopasapor fomentarlareproduccindelcapitalyesoconllevainevitablementeparticiparen la agresin que es el capital. Desde arriba se pueden tal vez mejorar las condiciones de vida de la gente, pero a Holloway no le parece que desde el mbito estatal se pueda romper con el capitalismo y generar otra realidad (John Holloway: Podemos o Syriza pueden mejorar las cosas, pero el desafo es salir del capitalismo, http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/32151). A fnales de marzo de 2015 Manuel Rozental propici una discusin en torno a las posibilidades de Syriza y Podemos en la que desde distintos pases par-ticiparonLeonidasOikonomakis,TheodorosKarayotis,SalvadorSchavelzon,Pepe 50siendo iguales tienen muchas semejanzas. Hay hartazgo con la clasepolticatradicional,ylagentequiereliberarsedelaspe-nuriasdelaspolticasdeausteridad.Muchosnoconfanenla derecha ni en la izquierda y aceptan la contraposicin del abajo contra el arriba. Podemos quiere ser reconocido como la conti-nuacindelmovimientodeindignados,delasmarchasyma-nifestaciones que han conmovido la vida poltica espaola. No Meja, Jess Alemancia, Rafel Sandoval, Cony Cuetia, Hctor Mondragn y Hugo Blan-co. Se parti de la constatacin de que Estado era operante, de que los partidos y sus mecanismos electorales existan yde que diversos movimientos que queran recha-zar al Estado y los mecanismos electorales tenan que enfrentar y convivir con esas realidades. Se analiz que debido al hartazgo de las polticas neoliberales Syriza ha-ba tirunfado en el proceso electoral griego de principios de 2015. Pero tambin se precis que su primera posicin dura de campaa, la haba tenido que moderar una vezqueeragobierno.SepreveaqueelprogramasocialcomprometidoporSyriza seramuycomplicadoimplementarloporqueexistanmenosrecursosquelosque ese partido haba imaginado y Grecia deba hacer onerosos pagos por la deuda. Por un lado estaban los ciudadanos afectados por la crisis que exigan la restitucin de unestadodebienestar,yporotromuchosmovimientospretendanirmsalldel Estado. Tambin se vio que la organizacin espaola Podemos tena algunas diferen-cias con Syriza. No obstante, lo que sucediera con el gobierno en Grecia infuira en lo que puediera hacer Podemos si ganaba en Espaa las elecciones a fnales de 2015. Algunos trataban de presentar a Podemos como un instrumento del movimiento de indignados, pero esto estaba lejos de la realidad yse haban generado distancia y contradiccionesnoslodeformasinodefondo.LoqueshabahechoPodemos era secuestrar el entusiasmo original de los indignados en una estructura partidista cerradayvertical.APodemosleimportabaganar,subordinaralosmovimientosy reducirlos a electores. Adems Podemos deca expresamente que en su imaginario se encontraban los gobiernos progresistas latinoamericanos. El pragmatismo de Po-demos lo haba hecho pasar de una posturade no pago de la deuda a la formulacin de la necesidad de reestructurarla. Si su modelo eran los gobiernos progresistas de AmricaLatinanohabaquedesdearlosconfictosquestostenanconmuchos movimientos sobre todo indgenas. Se tendra que recordar que al introducirse uno al campo poltico ofcialse encerraba en las reglas de juego estatales. Antes de obte-ner el triunfo Podemos ya estaba haciendo lo mismo que los gobiernos progresistas latinoamericanos: imponer las cpulas sobre los procesos autnomos. Pareca que lo que queran estas dos organizaciones partidistas en Grecia y en Espaa era tratar de regresar a la situacin capitalista anterior de la crisis. Se cuestion el que se abrigara esperanza en los resultados de gobiernos progresistas en Europa, pues ya se poda prever que se opondran a dinmicas de la autonoma de los colectivos. Se vio que en vez de perder el tiempo en esas ilusiones habra que dedicarse ala autonoma como proyecto y hacerla viable (Encuentro de Pueblos en Camino, Movimientos so-ciales-partidospolticos-institucionalidadyEstado.SyrizaPodemos,laexperiencia deGrecia,EspaayAmricaLatina,20demarzode2015,http://www.pueblosen-camino.org/index.php/donde-estamos/lectura-de-contexto/1255-syriza-podemos-movimientos-sociales-y-estructuras-politico-electorales-e-institucionales).51obstante, ambos partidos tienen una estructura de jefes y slo van contra los efectos ms graves del neoliberalismo. Se ha vis-to que en el fondo mantienen el sistema por lo que sufrirn las presiones de los mercados cuandolo que se requerira sera un dinamismo emancipador.27 Los problemas que se le ven a Syriza y a Podemoses que una dinmica de hartazgo con la situacin actualdelapoltica,ladominacinylaopresinlapretenden encasillarenlosviejosmoldesdelospartidosyelEstadocon loquepretendendomesticarelempujeinnovadordelaexpe-riencia de la creacin de una convivencia por otras vas. Parece-ra que la lgica electoral resuelve problemas secundarios, pero no da solucin a aspiraciones fundamentales de los sectores de abajo,pueslaestructuraelectoralhasidofraguadaparaservir a la dominacin estatal y no para la emancipacin. Los procesos electoralesreproduceneinstalanalospoderesconstituciona-lesenlosmbitosejecutivosylegislativos.Sehanproducido acontecimientos en donde la irrupcin de los de abajo ha con-seguido tirar dictadores y tambin producir gobiernos llamados progresistasqueatiendenalgunasdemandasdelosdeabajo. Pero la lgica partidista y de estructura gubernamental concluye supeditando esa potencia de abajo a los poderes constituidos.En estos debatesno slo fui dejando de lado anterio-res certezas de que para que hubiera un cambio que propiciara quelasmayorasvivieranmejorsenecesitabaunpartidoque asumieralasriendasdelEstadoparaauspiciarpolticaspbli-casgeneradorasdejusticiasocial,sinoquetambintuveque cuestionarmisvisionesentornoalosmovimientossocialesy alademocracia.ElmovimientoporlaPazconJusticiayDigni-dad demand un alto a la guerra desatada en realidad contra la poblacinyexigijusticiaparalasvctimas.Estoloencajon enundilogoconelEstadoquesedemostrinviable.Consi-27FranoisSabado,Lafndunepoque,Contretemps,n.24,http://www.contre-temps.eu/interventions/fn-%C3%poque.52gui una Ley General de Vctimas y se estableci una Comisin ejecutiva de Atencin a Vctimas que se supona un rgano au-tnomo, pero que como todas las instituciones estatales que se presumen en manos de los ciudadanos en realidad devienen en instrumentos de los partidos en benefcio de la clase poltica. La profunda crisis de confabilidad de la partidocracia fue primero evidenciando que tanto los partidos como las instituciones es-tatalesnoeranmsquesiervosdelospoderesfcticosdelas grandesempresascorporativastrasnacionales,delosgrandes medioselectrnicosdecomunicacinydelcrimenorganizado conelnarcotrfcoalacabeza,yquelosprocesoselectorales eran pura escenografa para aparentar que exista alguna demo-cracia.Ms all de los movimientos sociales El movimiento de Ayotzinapa devel algo ms intrincado. No es que los poderes fcticos estn mandando por encima del Esta-do y los partidos sino que, para asegurarse que sus rdenes se cumplan, se han imbricado en las formas estatales, partidistas y electorales. La guerra del narcotrfco y su supuesto combate no es sino parte de una estrategia de un gran despojo para imponer el terror e ir despoblando territorios entregados a los intereses delcapitalinternacionalcorporativo.ElmovimientodeAyotzi-napa tambin ha mostrado que es intil votar, pero que simple-mente no votar no es sufciente, pues el descontento tiene que irseorganizandoparaconseguirgobernarseautnomamente. Repetirmarchasymanifestacionesnoremedianmuchosise agotanensmismas.Noobstante,tampocosondesdeables. Algo le molestan al poder pues de otra manera no se entendera la criminalizacin de la protesta social y el tratar de desalentar-la por medio de legislaciones autoritarias. Adems han servido para que otros que estn en situaciones similares puedan reco-nocerse en una dinmica comn y se animen a contactarse y a expresarse.Haymanerasdeavanzarsigilosamente,sobretodo 53paratratardeevitaroinhibirlarepresin.28Loszapatistashan sido muy sabios en saber cundo hay que caminar en silencio y cundo hay que gritar. Tuvequeponerencuestinlaterminologademovi-miento social pues haba muchas expresiones libertarias que es-capaban a esa categorizacin. En un primer momento pens que unasolucinseracircunscribirlaterminologademovimiento social para aquellas movilizaciones que estaban en el horizonte de dialogar con el Estado y conseguir de l algunas concesiones. En esta forma se podran entender como movimientos emanci-padores los que no se dejaban encasillar en las maniobras esta-tales. Pero debo confesar que hay situaciones no tan ntidas en donde movimientos emancipatorios se ven precisados a ciertas escaramuzas con lo estatal sin supeditarse a su lgica. Algo simi-lar me est pasando con la conceptualizacin de la democracia. 28 Estoy de acuerdo en la desmitifcacin de las marchas. Las grandes concentracio-nesdepersonasquepresencidurantemuchotiempofueronesasmarchasdonde habaobreros,campesinosytrabajadoresdetodotipoquesalanalascallesno por propia voluntad sino obligados por lderes. Era el esplendor del corporativismo mexicano.Aprendquenotodaslasmarchas,aunquehubieragentedeabajores-pondan a su voluntad e intereses. Pero tambin fui testigo de marchas de protesta deobreros,campesinosyestudiantesquefueronbrutalmentereprimidosporlos gobiernosenturno.Quedimpresionadodelaterquedaddenopocagentepara protestar pese a los grandes riesgos que esto implicaba. Por esto tal vez me inclino a darle seguimiento a las manifestaciones de muchas personas en las calles. Con el golpe militar chileno entend que haba marchas para desestabilizar gobiernos de iz-quierda, y cmo el imperialismo estadounidense echaba mando de ese recurso. Tam-bin me ha sorprendido no poco ver marchas que en Egipto apoyaron a los militares y que en Brasil se repitan marchas que demandan que el ejrcito retome el gobierno. Tambin hubo alguna marcha en Mxico convocad