Percepciones de Identidad: El Problema de la Denominación Lingüística en España∗

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This article was downloaded by: [Queensland University of Technology] On: 19 October 2014, At: 21:29 Publisher: Routledge Informa Ltd Registered in England and Wales Registered Number: 1072954 Registered office: Mortimer House, 37-41 Mortimer Street, London W1T 3JH, UK Tesserae Publication details, including instructions for authors and subscription information: http://www.tandfonline.com/loi/cjil19 Percepciones de Identidad: El Problema de la Denominación Lingüística en España Lynn Williams a a University of Exeter , Published online: 03 Jun 2008. To cite this article: Lynn Williams (1995) Percepciones de Identidad: El Problema de la Denominación Lingüística en España , Tesserae, 1:2, 263-275, DOI: 10.1080/13507499508569413 To link to this article: http://dx.doi.org/10.1080/13507499508569413 PLEASE SCROLL DOWN FOR ARTICLE Taylor & Francis makes every effort to ensure the accuracy of all the information (the “Content”) contained in the publications on our platform. However, Taylor & Francis, our agents, and our licensors make no representations or warranties whatsoever as to the accuracy, completeness, or suitability for any purpose of the Content. Any opinions and views expressed in this publication are the opinions and views of the authors, and are not the views of or endorsed by Taylor & Francis. The accuracy of the Content should not be relied upon and should be independently verified with primary sources of information. Taylor and Francis shall not be liable for any losses, actions, claims, proceedings, demands, costs, expenses, damages, and other liabilities whatsoever or howsoever caused arising directly or indirectly in connection with, in relation to or arising out of the use of the Content. This article may be used for research, teaching, and private study purposes. Any substantial or systematic reproduction, redistribution,

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Percepciones de Identidad: ElProblema de la DenominaciónLingüística en EspañaLynn Williams aa University of Exeter ,Published online: 03 Jun 2008.

To cite this article: Lynn Williams (1995) Percepciones de Identidad: El Problemade la Denominación Lingüística en España , Tesserae, 1:2, 263-275, DOI:10.1080/13507499508569413

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Percepciones de Identidad:el Problema de la Denominacion

Linguistica en Espana*

LYNN WILLIAMSUniversity of Exeter

El problema que plantea la designation de la lengUa que se habla en todoel territorio espanol no es un problema ni estrictamente historico niexclusivamente lingiiistico. Es tambien un problema politico y ello explicapor que durante el siglo actual se ha levantado una polemica tan viva entorno a la denominacion oficial que se le habia de dar y con la que, portanto, habia de figurar en las constituciones de 1931 y de 1978. El tema seha debatido, a veces con bastante acritud, en la prensa, en numerosaspublicaciones eruditas y hasta en las Cortes espanolas, y entre los energicosdefensores de una u otra denominacion encontramos a tan destacadasfiguras como Ramon Menendez Pidal (1947:110, 1968:2), Unamuno yGabriel Alomar (Gonzalez Olle 1978).1 Es evidente, pues, que el temaque nos ocupa no es en manera alguna un tema baladi.

Con la promulgacidn de la Constitucion de 1978 y la decisionparlamentaria de llamar castellano a la lengua general de Espana, se habriapodido pensar que la discusion quedarfa zanjada, pero no fue asf, tal es lafuerza de las emociones que suscita la cuestion de la identidad. Desdeentonces algunos eruditos andaluces (Salvador 1988:92, 1992:78;Mondejar Cumpian 1981:27-30,1988:48) han cogido la pluma para dejarconstancia de su desacuerdo con la solution oficial, senalando, con sobradarazon, que el texto del articulo tres de la Constitucion esta mal redactadoy llamando la atencion sobre la impropiedad linguistica de las expresiones"lengua espafiola oficial del Estado" y "las demas lenguas espanolas".2

Por otro lado, el escritor Catalan Carlos Barral (1980:7) salio a la palestrapara defender el uso consagrado en el texto constitucional y, de paso, pararechazar la manipulation politica de los tfirminos valenciano y Catalan

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que se observa hoy en dia en la Comunidad Valenciana. Para este autor loimportante en estas cuestiones es el rigor cientifico, historico y linguistico,y de acuerdo con estos criterios prefiere las denominaciones castellano(en lugar de espanot) y Catalan (en lugar de valenciano)?

No quiero repetir en este articulo lo que otros ya han dicho con bastantemas elocuencia y autoridad sobre la "historia espiritual" de los diferentesnombres que se han utilizado para denominar a la lengua mayoritaria deEspana (Alonso 1968; Mondejar Cumpian 1981). Tampoco quierocentrarme en la propiedad cientifica y lingiiistica de las diferentes opcionesque se nos ofrecen si no es para decir que a largo plazo las soluciones queno se ajusten a la realidad historica, cientifica y linguistica diffcilmentehan de prosperar. Lo que pretendo hacer aqui es muy sencillo. Laspercepciones de los demas son muy importantes para la identidad de cadauno y lo cierto es que tanto los pueblos como las personas quieren que losdemas reconozcan su individualidad. No basta ser diferente, no basta reunirtodos los ingredientes necesarios para constituir una identidad aparte; estambien preciso que los demas perciban nuestra individualidad, que losdemas pueblos reconozcan la individualidad de nuestro pueblo y no nosconfundan con otro pueblo o pueblos. Mi intention, pues, en este trabajoes simplemente dar otro enfoque al problema de la denomination linguisticaen Espana, ofrecer otra vision - es decir, una vision desde fuera, desde elextranjero - con el fin de plantear si la nomenclatura utilizada en laConstitution de 1978 realmente respeta la identidad de los diferentespueblos de Espana o si, por el contrario, esta de alguna manera refiida conella. Para ello, habra que empezar haciendo referencia al problema de ladenomination linguistica en Gran Bretana.

^Ingles? £Britanico?En Gran Bretana existe desde hace mucho tiempo una situation analoga ala que hoy en dia se ha oficializado en Espana. Es decir, a la lengua que sehabla en todo el territorio britanico se la llama - y se la ha llamado siempre- lengua inglesa o simplemente ingles, y nunca lengua britdnica obritanico. El uso del hiponimo ingles en lugar del termino superordenadobritanico constituye un importante caso de sinecdoque que, debido a lacostumbre que todos tenemos de hacer que el nombre de una lenguafuncione tambien como gentilicio, ha obrado, sobre todo en el extranjero,en contra del reconocimiento de la existencia e identidad de las regionesno inglesas de Gran Bretana.4 Mas adelante veremos que hay motivospara sospechar que la misma situation en Espana en el futuro posiblementetambien obre en perjuicio de algunos de los pueblos que integran el Estadoespaiiol. Por ahora, sin embargo, me voy a permitir hacer una pequefia - y

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tal vez no superflua - aclaracion. Inglaterra, el Pafs de Gales y Escociaconstituyen una unidad politica designada Gran Bretaha. Cada una deestas partes constituyentes no es mas que una parte del conjunto y esto apesar del frecuente empleo sinecdoquico de Inglaterra e ingles parareferirse al todo. Sorprende, por tanto, leer en el diccionario de la RealAcademia Espaiiola (1970) la sigiiiente definicidn:

GALES, -SA. adj. Natural de Gales. U.tx.s. 2. Perteneciente a estepais de Inglaterra.5

Y en el diccionario Vox (1987):

GALES, -LESA. adj./s. [pers.] De Gales, region de Inglaterra.

Ambas definiciones dan por sentada la perfecta equivalencia de las vocesingles y britdnico, como si la primera tambien hubiera alcanzado el rangode termino generico para referirse al conjunto de los diferentes paises queintegran el Estado britanico. Lo que esta claro, por lo menos en el ReinoUnido, aunque no tanto en el extranjero, es que lo gales no se sume dentrode lo ingles y si dentro de lo britanico.6 Para que se vea lo absurdas queresultan las citadas definiciones solo hace falta tener en cuenta que equipararlo gales a lo ingles equivaldria en Espafia, por ejemplo, a equiparar loCatalan a lo castellano, confusion esta ultima que dudo que hicieran muchaspersonas, independientemente de su cultura o su lugar de origen.7

Consideremos un poco mas detenidamente el caso gales. Desde el puntode vista etnico y linguistico, gales no tiene nada que ver con ingles. Elgales es de origen celta y su lengua es una lengua celta mientras que elingles es de origen germano y su lengua pertenece al grupo germanico.Estos hechos los aduzco simplemente para intentar explicar como, a nivelinternacional, un grupo etnico y linguistico casi tan diferenciado como elvasco y que posee una tradition cultural y literaria tan rica como el Catalanse ha visto privado de reconocimiento hasta en circulos eruditos, en losque se ha negado al pueblo gales su identidad como tal. Y esto ocurre nosolo por razones politicas y economicas, sino tambien por culpa del nombreque se utiliza para identificar la lengua que se habla en todo el Estado.Contemplada desde fuera, Gran Bretana presenta una configurationcompleja que, naturalmente, tiende a simplificarse (Williams 1994:41).Es posible que en el extranjero se formule, inconscientemente, claro esta,una especie de silogismo que, pese a su concision y sugestividad, no dejade ser falso. Dicho silogismo seria el siguiente: (1) todos en Gran Bretanahablan la misma lengua; (2) dicha lengua se denomina ingles; (3) luego

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todos son ingleses. Enfocado de esta manera, parece que el caso galesresulta especialmente ilustrativo de como la identidad de un pueblo puedeverse amenazada debido en parte a una denomination lingufstica que sirveprecisamente para dar incluso mayor realce al pueblo dominante (en estecaso Inglaterra) dentro de un Estado plurinacional.

El Archivo General de Simancas contiene un precioso documento queconfirma que el tipo de confusion al que aqui se alude no es ni muchomenos un fenomeno moderno, sino que viene de muy lejos. Una consultaal rey preparada en el Consejo de Guerra del 22 de octubre de 1601 dice losiguiente:

SenorJorge Hal, escoces de nation: dize que por el libre aluedrfo de suconsciencia, i\ se quiso uenir a estos reynos a viuir entre catholicos y amas de 10 anos que es vezino en la villa de Huelua adonde dentro deldicho tiempo ha sido denunciado y embargado cinco vezes, so color y pordezir que es yngles, Q,el?) y las mercaderfas que traxo de ynglaterra. Ytodas las d[ic]has vezes ha sido dado por libre y agora, por vltima vez, fueenbargado por el regente de Seuilla y ha estado presso quatro a[fios](?). Yen el cons[ej]o de guerra adonde fue remitido, ha sido absuelto y se le hamandado voluer su hazienda sobre la qual deue en la d[ic]ha villa deHuelua y otras partes mucha summa de m[a]r[aued]fs. Y porque el quiereproseguir la determination de viuir en estos reynos de V[uestra] Mag[esta]dy entre catholicos y teme ser molestado con semejantes embargos:

Suplica a Vfuestra] Mag[esta]d, pues ha tanto tiempo que es vezino de lad[ic]ha villa y ha sido dado por libre tantas vezes de que ha constado serescoces y catholico, le mande dar gedula real para que ningun juez deVfuestra] Mag[esta]d o otra persona qualquier a quien se ayan cometidoo cometieren los embargos no lo pueda embargar a el ni a sus bienes sinpreceder primero ynformacion y hallarlo culpado, que en ello Rfecibira]M[erced]. Y si en algun caso, sin embargo de la gedula de Vfuestra]Mag[esta]d, fuere denunciado y embargado, el corregidor o otra justiciade la parte y lugar donde fuere denunciado, tome fiangas del denunciadorpara que no probando la denunciation, le paguen las costas, danos eynteresses que se le recrecieren.8

Este documento prueba que en el aflo 1601, aiio en que Inglaterra y Escociaeran todavia estados independientes, ya existia en la mente popular espanolala idea de que cualquier persona procedente de Gran Bretafia era inglesa.Es decir, tal era en aquel entonces la importancia politica y militar deInglaterra y tal la asimilacion cultural y linguistica que ya habia ejercidosobre el resto de Gran Bretafia que, en el extranjero, los terminos britdnico

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e ingles habfan llegado a ser sinonimos.9 Seguramente por razones depolftica international Ja corte espanola todavfa distingufa entre escocesese ingleses, pero no asi las autoridades de Sevilla y de Huelva que, una yotra vez, se empeiiaron en embargar las mercancias y en prender a lapersona de George Hall, catolico y "escoces de nation". Estamos, pues,en 1601, ante un caso claro de sinecdoque que en nada respeta la identidaddel pueblo escoces y que, ademas, sugiere el silogismo al que me he ref eridomas arriba.

^Castellano? ^Espanol?En 1978, Espaiia opto por segunda vez en su historia por una solutionoficial al problema de las denominaciones lingiiisticas que, posiblemente,no fuera la mas acertada. La Constitution de aquel aiio oficializo el uso deun hiponimo (castellano) al tiempo que rechazaba el termino superordenado(espanol) y asi, a petition de las mismas «nacionalidades» espafiolas, sedecidio por un nombre que, a juzgar por lo que ha sucedido en Gran Bretana,solo puede favorecer a Castilla. La razon por la que catalanes, vascos ygallegos insisten en que la lengua comun de Espaiia se llame castellanoen lugar de espanol es que las lenguas autoctonas de estas tres comunidadesson tambien lenguas de Espaiia, y consideran que llamar espanol a lalengua que tuvo su origen en Castilla de alguna forma equivale amenospreciar las demas lenguas del Estado. Dicho de otro modo, para lasllamadas «nacionalidades» espafiolas no se trata de un simple problematerminologico, sino de identidad, y como tal reviste una gran importancia.Lo que ocurre es que a veces se nos olvida en que consiste la identidad y,por tanto, no siempre la sabemos defender.

La identidad (no ya la libertad) hay que defenderla mas fuera que dentrode casa. Un ejemplo nos permitira entender mejor lo que quiero decir. Losdiferentes miembros de una familia nunca confunden a uno de sus miembroscon otro puesto que son capaces y ven la necesidad de diferenciar inclusoentre mellizos univitelinos en caso de que estos formen parte de la familia.Sin embargo, la gente de fuera a menudo confunde a un miembro de lafamilia con otro, llamandole Juan a Antonio y Antonio a Juan. Y si no seacuerdan del nombre, cosa bastante frecuente, pueden llamar a uno por suapellido. Supongo que todo el mundo estara de acuerdo en que es preferibleque a uno le llamen por su apellido a que le confundan de nombre y ello esasi porque el apellido funciona como un termino superordenado, unapalabra generica o neutra que engloba a toda la familia y, por tanto, notiene por que resultar ofensivo. El nombre de pila, por el contrario, es unaespecie de hiponimo, una palabra especifica que solo hace referencia alindividuo y por eso puede ofender si se emplea erroneamente. De un modo

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parecido, es diffcil que dentro de Espana se confunda a un Catalan con uncastellano o con un andaluz porque la 'familia' espaiiola conoce muy bienlas diferencias que existen en su seno. En el extranjero, sin embargo, notiene por que haber ni la misma capacidad ni el mismo interes en respetarlas diferencias entre los diversos pueblos que integran el Estado espanol,de manera que es a nivel intemacional donde la identidad de los catalanes,vascos y gallegos realmente peligra. Por consiguiente, al buscar ladesignation m£s adecuada para la lengua comun de Espana, convienesituar el debate no solamente en un piano nacional sino tambien en unpiano intemacional.

Una vez mas la historia nos brinda un texto bastante esclarecedor conrespecto a esto. En carta fechada en Londres a 7 de noviembre de 1662, elresidente de Espana en Inglaterra, D. Patricio Moledi, se dirigfa a D.Gregorio de Tapia, Secretario de Estado del Norte en Madrid, con lassiguientes palabras:

Estando ayer otra vez en palacio, me llamo una persona de credito y medijo que los Portugueses eran muy celosos de mi y que sauen quancastellano soy. Y le respond! que no temia a nadie, siendo seguro delamparo de su Mag[esta]d, lo que [sic] me prometio, ddndome licenciatodas las vezes y oras que quisiera hablarle a Don Henrrique Benet y a D.Daniel Onel, Gentilhombre de la camara del Rey y el mas fntimo de todos.Estdn tenidos en elpublicopor castellanos y mucho mas en la corte de laReina, la que protesta fepor esta?] razon y sospecha no trata con ellos. Nise les da nada della por el poco credito y poder que sauen que tiene paracon su Mag[esta]d y lo mucho que tienen ellos mismos.10

En una epoca en que parece que los terminos castellano y espanolalternaban mas o menos libremente en Espana para denominar a la lenguade mas prestigio del pais," resulta interesante comprobar que tanto paralos Portugueses residentes en la corte britanica de Carlos II como para elpublico de Londres,12 el termino castellano era conocido tambien comogentilicio.13 Yfuera el que fuera el ambito referential exacto de la palabracastellano en este sentido, no cabe duda de que en el siglo XVII Castilla,por su peso politico, militar, economico y cultural dentro de la monarquiaespaiiola, tenia, igual que Inglaterra, una presencia intemacional importantey su identidad era sobradamente reconocida en el extranjero. Lo que sucedees que, a diferencia de Inglaterra, Castilla, tras la Paz de los Pirineos,desaparecio rapidamente del escenario europeo. Dos factores, pues, parecenhaber obrado historicamente en favor de las «nacionalidades» y regionesespafiolas. Primero, a diferencia de Inglaterra, Castilla no logro mantenerdurante mucho tiempo su position en Europa, sino que en seguida entro

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en un largo periodo de decadencia con graves consecuencias para lapercepcion de su identidad en el extranjero. Prueba de ello es que todoespanol hoy en dia sabe o cree saber lo que es Inglaterra y un ingles mientrasque el ingles medio ignora lo que es Castilla y que la lengua oficial delEstado espanol sea el castellano. Por lo tanto, contemplada desde Europa,Espana presentaba, a partir del siglo XVIII, una imagen relativamenteuniforme en el sentido de que no habfa ninguna region preeminente quedescollara por encima de las demas. En segundo lugar, desde el siglo XVIse han utilizado mas o menos indistintamente las voces castellano y espanolpara denominar a la lengua principal del pais, y en esto tambien ha sidodiferente la experiencia espanola de la britanica, como ya se ha explicado.Dicha relacion sinonimica entre los dos vocablos permitio que, en elextranjero, se echara mano del termino espanol que, por su calidad desuperordenado, alude a algo general (en este caso a la lengua general) sinprivilegiar ni perjudicar a ninguna parte del Estado. La ausencia, a partirdel siglo XVIII, de una region dominante, junto con la existencia de dosposibilidades para designar a la lengua general explican, pues, que seevitara, por lo que a Espana se refiere, el tipo de sinecdoque que tanto haperjudicado a los pueblos gale's y escoces en Gran Bretana. Es decir, en elextranjero no se ha llegado a utilizar la voz Castilla como sinonimo deEspana ni el nombre castellano para denominar a la lengua principal delEstado. Ahora bien, la vigencia que tiene la voz castellano en Espanadesde 1978 para denominar a la lengua del Estado junto con la costumbreque todos tenemos de hacer que el nombre de una lengua funcione tambiencomo gentilicio, podria provocar, en un futuro no muy lejano, que estetipo de sinonimia se impusiera en el extranjero. Y las consecuencias desemejante evolucion para la percepcion de las «nacionalidades» y regionesespanolas en el extranjero son desde luego muy faciles de imaginar.

De todo lo anterior se deduce que castellano es un termino favorable aCastilla y desfavorable a las «nacionalidades» y regiones espanolas, asique no nos debe extranar que tradicionalmente los andaluces hayan rehuidola denomination castellano al referirse a la lengua que se habla en todo elEstado.14 Y la rehuyen porque se dan cuenta de que lo que hablan no escastellano. Entienden o, por lo menos, intuyen que el castellano essimplemente aquella variedad del idioma que se habla en Castilla y que,como tal, solamente forma parte del diasistema espanol. Por eso, paradenotar a su propia habla prefieren utilizar los terminos andaluz y espanol.Es decir, prefieren utilizar una etiqueta que refleja su propia identidadpeculiar (andaluz) o, cuando menos, una que no esta renida con ella(espanol).

No cabe duda de que la sinecdoque representa un peligro para la

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identidad. Es, además, un error utilizar un hipónimo para designar a algogeneral, a algo que habría que designar con un término genérico osuperordenado. Resulta, pues, un tanto curioso que catalanes, vascos ygallegos defiendan a ultranza el uso de una voz particular (castellano)para denotar a la lengua general en lugar de admitir el único nombre queno privilegia ni perjudica a ninguno de los pueblos de España. Me refiero,claro está, al nombre españolé

NOTAS

* Quisiera agradecer a la British Academy y a la Dirección General de RelacionesCulturales del Ministerio de Asuntos Exteriores español su generosidad alconcederme una beca para investigar en el Archivo General de Simancas lacorrespondencia diplomática entre España y Francia durante el período 1635 -1660. Les agradezco también a Mabel de Blas, a Marta Simó y al profesor A.Longhurst el haber leído la versión original de este artículo así como sus valiosassugerencias. Naturalmente, los defectos que tenga corren a cargo del autor.

1. El artículo de González Ollé ofrece una relación muy completa del debate quese celebró sobre este tema en las Cortes de la Segunda República y resume, entreotras, las interesantísimas intervenciones de Miguel de Unamuno y de GabrielAlomar.

2. La postura de los andaluces frente a la designación de la lengua general ha sidosiempre muy diferente de la de los catalanes y los vascos. De esto hablaré másadelante.

3. El valenciano, como reconocen todos los especialistas en la materia, es undialecto del catalán y, en este sentido, la relación que existe entre el valenciano yel catalán no es igual a la que existe entre el catalán y el castellano. Aun así, secomprende que Barrai haya aludido a ambos debates en su artículo puesto que elnombre que se adjudica a una variedad lingüística - ya sea una lengua o undialecto - nos dice algo acerca de la identidad - real o imaginada - del pueblo quela habla. No cabe duda de que la decisión de llamar valenciano a aquella variedaddel catalán que se habla en la Comunidad Valenciana obedece a un deseo porparte de la Comunidad de que los valencianos sean percibidos como un pueblodiferente del catalán, con una lengua propia diferente. El problema de ladenominación lingüística en los Países Catalanes, sin embargo, es un tema en elque no quiero entrar aquí. Otros (Fuster 1962; Rubio y Lluch 1930; Sanchis

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Guarner 1978) ya lo han investigado, siendo Fuster el que más se ha acercado auna solución adecuada.

4. La palabra región tiene hoy en día en español un matiz despectivo que no tienepor qué tener y que, desde luego, no es mi intención darle en este estudio. Elsignificado que tiene aquí es sencillamente el de un territorio que, por razonesculturales, étnicas, políticas o geográficas, forma parte de un espacio mayor. Eneste sentido, España y Gran Bretaña serían regiones de Europa y Gales sería unaregión de Gran Bretaña y de Europa.

5. La vigésima edición del diccionario de la Real Academia Española que aparecióen 1984 define la voz galés de la siguiente manera:

GALES, SA adj Natural de Gales. U.t.cs. (2) Perteneciente a este país de lasIslas Británicas (3) m. Idioma galés, uno de los célticos.

Cabe suponer que esta nueva definición sea en parte resultado del tratamientomás positivo dispensado a las «nacionalidades» y regiones españolas por partede Madrid desde 1978. Si es así, resulta aun más extraña la definición que serecoge en el diccionario Vox de 1987 y que se ha reproducido aquí.

6. Algunos galeses (los nacionalistas más comprometidos) niegan ser británicos,como algunos vascos y catalanes niegan ser españoles. Suelen ser muy pocos ysu postura procede tal vez de que no admitan que un pueblo tenga una identidadpolítica que sea diferente a su identidad nacional. Véase también la nota 7. Parael tipo de sinécdoque a que aquí me refiero, al lector le puede interesar lo quedice Barbour (1994:328) al respecto.

7. Este no es, ni mucho menos, el lugar adecuado para iniciar una exploración dela naturaleza de la nacionalidad. No obstante, es necesario, para la tesis quevengo exponiendo, dejar aquí bien claro que acepto sin reservas la individualidaddel pueblo catalán como acepto también, por supuesto, la del pueblo galés. Ahorabien, en esto hay que tener mucho cuidado. La mayoría de las personas tenemosvarias identidades: personal, nacional, política, geográfica y racial. De ahí lasorprendente perspectiva de algunos vascos y catalanes que niegan ser españoles.Cuando no sea otra cosa, español es, por lo menos, un término geográfico ypolítico, de modo que la identidad geográfica y política de un vasco o de uncatalán es española y, en este sentido, vascos y catalanes son tan españoles (ofranceses, según su condición política) como cualquier otro español (o francés).Dicho de otra manera, los términos catalán y español no se excluyen mutuamentecomo tampoco se excluyen los términos gales y británico. Se puede ser catalán(identidad nacional) y español (identidad política), galés y británico. En cuantoa su condición política, entonces, los catalanes y los castellanos comparten lamisma identidad (española) y lo mismo puede decirse de galeses e ingleses. Paraun tratamiento más extenso de este tema, puede consultarse Williams (1994).

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8. He preferido conservar la ortografía original de las fuentes documentales quese recogen aquí, así como minimizar los cambios editoriales. Algunos cambios,sin embargo, han sido absolutamente necesarios para asegurar la comprensiónde los textos. De acuerdo con este criterio, he suplido una puntuación que habríapodido parecer muy deficiente al lector no habituado a este tipo de documento;también he ampliado las formas contraídas, colocando la parte ampliada entrecorchetes, y he llamado la atención sobre posibles errores de transcripción ysobre palabras de lectura dudosa, poniendo entre paréntesis la forma que considerocorrecta.

9. Isabel I de Inglaterra murió en 1603, pasando el trono en ese mismo año aJacobo VI de Escocia, conocido posteriormente como Jacobo Estuardo I. Durantemás de un siglo escoceses e ingleses compartieron el mismo monarca pero hastael 'Act of Union' de 1707 no se unieron las dos coronas. Véase también lo quedice Barbour (1994:328-9) acerca de la asimilación lingüística y cultural ejercidasobre Escocia por Inglaterra antes de la unión política de los dos países.

10. Don Patricio Moledi, residente de España en Inglaterra, era de origen irlandés.El apuntamiento para la consulta sobre una carta de Alonso Rancaño (AGSInglaterra, 2532) dice lo siguiente acerca del nombramiento de este curiosopersonaje a tan importante puesto:

Y concurriendo en Dn Patricio Moledi los motibos de ser Irlandés, práticoen las cosas de aquella corte (es decir, la corte de Londres), q[ue] poseeaquella lengua y otras y tiene muy particular correspondencia con el Duquede Ormon [...] podrá su Mag[esta]d serairse de mandar elegirle para q[ue]vaya a aquella corte [...].

Don Henrrique Benet, uno de los caballeros ingleses mencionados en estedocumento, servía en esta época como Secretario de Estado, y la reina, que tantaantipatía parece que tenía a Don Henrrique, era Catalina de Braganza. La carta deMoledi es también interesante porque hace pensar que el rey no tenía tantadevoción a la reina como algunos historiadores han dado a entender.

11. Para diferentes apreciaciones del tipo de sinonimia que existía entre losvocablos castellano y españolen esta época, pueden consultarse Lázaro Carreter(1972:27-30) y Mondéjar Cumpián (1981:45-56).

12. En la corte de Felipe IV, era frecuente dar a Carlos Estuardo II el título de'Rey de la Gran Bretaña'. Una consulta del Consejo de Estado del 6 de mayo de1660 (AGS Inglaterra, 3955) dice lo siguiente:

V[uestra] Mag[esta]d fue seruido de resoluer se responda a la carta quetrujo Don Patricio Moledi del Rey de la Gran Bretaña en el mismo estilo

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que vino escrita. Y por hauerse reparado en el consejo venia en lenguafrancesa, siendo costumbre de aquellos Reyes escriuir en latin, yrespondérseles en la misma conformidad, se acordó que a esta carta serespondiese en espanol.

Este documento, ademâs, confirma la vigencia de la voz espanol en la corte deFelipe IV, a la vez que nos informa acerca de la practica diplomática que regíaentre Espana y Gran Bretaña en cuanto a las lenguas que se utilizaban en este tipode correspondencia.

13. Se podría argüir que Castilla tenia mucha importancia en Europa durante esteperìodo debido a la guerra con Francia y Cataluña y la que todavîa hacía contraPortugal. Es decir, la Peninsula Ibérica habîa estado completamente fragmentaday tal vez por eso tuera difîcil en estos años que, en el extranjero, se hablara deEspana. El uso de la palabra espanol en el documento citado en la nota anteriorpodria tener algo que ver con la reciente situación polìtica. Sea como sea, sinembargo, parece evidente que en el sigio XVII Castilla tenía una importantepresencia internacional.

14. Amado Alonso (1968:50) nos cuenta, por ejemplo, que el gran poeta andaluzFernando de Herrera, "nunca llama al idioma castellano, sino español". El instintode Herrera en este caso me parece muy certero. Independientemente del nümerode lenguas que existan en un Estado, parece que lo normal es poner a la lenguageneral del Estado - siempre que haya una lengua general - el nombre que mejorrefleje el nombre del Estado. Por lo tanto, la lengua general de Italia se llamaitaliano, la de Francia se llama francés y la de Alemania se llama alemán. Y estapreferencia se ve también incluso en pafses como Australia, donde se empieza ahablar de la lengua australiana y en Los Estados Unidos de América, donde seoye hablar con frecuencia de la lengua americana o del americano. La situaciónen Gran Bretaña, pues, aun cuando no sea unica, sí parece excepcional y es, porsupuesto, el resultado de unos factores históricos muy particulares. En lasconstituciones de 1931 y de 1978, España, conscientemente o no, rechaza elmodelo de Francia, Alemania e Italia y adopta el de Gran Bretana, con todos losproblemas que acarrea este tipo de sinécdoque - es decir, inglés igual a británico- para la identidad de las diferentes zonas del Estado.

15. Mi intención en este artículo ha sido explorar el problema de la denominaciónlingüística en Espana desde el punto de vista de las posibles repercusiones de lasolución constitucional para la percepción de la identidad de las «nacionalidades»y regiones españolas en el extranjero. Comprendo que el tema tiene también unadimensión americana y que esto es algo que no se puede eludir a pesar de que noentra dentro de los límites de este trabajo. De acuerdo con la tesis que he venidodesarrollando, una consideración de la dimensión americana exigiíia una soluciónincluso mas general que la que he propuesto aquí (español). Habria que pensar

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en soluciones como lengua hispana/hispanoamericana o hispanolhispanoamericano. Estas posibilidades, sin embargo, no tienen tradición y cuestacreer que tuviesen la aceptación necesaria para prosperar.

FUENTES DOCUMENTALES

Archivo General de Simancas: Consejo de Guerra, 585. Consulta al rey: 22 deoctubre de 1601.

AGS: Estado Inglaterra, 3955. Consulta del Consejo de Estado: 6 de mayo de1660.

AGS: Estado Inglaterra, 2532. Apuntamiento para la consulta sobre carta deAlonso Rancaño, Secretano de la Embajada de Inglaterra, de 30 de marzo: 5 demayo de 1662.

AGS: Estado Inglaterra, 2532. Carta de D. Patricio Moledi a D. Gregorio deTapia, Secretano de Estado del Norte, Londres: 7 de noviembre de 1662.

REFERENCIAS

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Fuster, Joan (1962) Qüestió de noms, Barcelona: Edicions d'aportació catalana(sin paginar).

González Ollé, Fernando (1978) 'El establecimiento del castellano como lenguaoficial', Boletin de la Real Academia Española, 58:229-80.

Lázaro Caneter, Femando (1972) Crónica del Diccionario de Autoridades: 1713-1740, Madrid: Discurso leído ante la Real Academia Española en el acto de surecepción pública.

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Mondéjar Cumpián, José (1981) 'Castellano' y 'español': dos nombres parauna lengua, Granada: Editorial Don Quijote.

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