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  • 1LA PARTICIPACIN DESDE EL ENFOQUE DE GNERO.

    Amelia Petit PrezSociloga y Trabajadora Social

    [email protected]

    I.- INTRODUCCIN.

    Mi nombre es Tania, soy una mujer de 38 aos, mis padres me casaron a los 15 aos con un hombre mayor, a los20 aos tenia a mis tres hijos y mi marido se haba marchado. No pude estudiar una profesin como me habra

    gustado as que cuando ya crecieron los nios, me vine de Colombia a Espaa, quera trabajar fuerte, para lograrque mis hijos s estudiaran y pudieran ir a la universidad. Colombia, es un pas que es muy difcil vivir, con una

    realidad muy dura, un conflicto armado que dura aos, somos inmigrante en nuestro propio pas, porque tenemosque ir de un lado a otro arrancando de donde se den los tiros, vivimos una violencia permanente, la guerra ha

    destruido todas las estructuras econmicas y sociales.

    Este es tan slo uno de los miles de testimonios que escuchamos da a da. La opcin deTania ha sido dura, compleja, para nadie es fcil dejar todo su mundo afectivo a cambio desoledades, trabajo fuerte y a veces, hasta en situacin irregular. Sin lugar, a dudas Tania quiereocupar un sitio en nuestro pas, en Europa. 1

    Podemos encontrar tantos proyectos migratorios como mujeres migrantes, pero pese aesta heterogeneidad, hay algunas caractersticas comunes entre ellas. Es decir, aunque existediversidad de sentimientos, opiniones, vivencias, creencias, en las mujeres inmigradas ydebemos de evitar la tendencia a la generalizacin, este relato nos puede acercar a la realidad demuchas mujeres que padecen la violencia estructural. Quiero insistir que la feminizacin de losflujos migratorios en Espaa debe de ser abordada partiendo del hecho que las mujeresinmigrantes constituyen un colectivo heterogneo, diverso en itinerarios y opciones, con unasignificativa presencia de mujeres con elevada formacin que buscan su integracin en elmercado socio laboral. Es decir, este colectivo es tan heterogneo como las sociedades de lasque forman parte. No puede existir una mirada nica, sino diversificada y alejada deestereotipos. No todas las mujeres son sujetos de prcticas tradicionales. Cada historia de vidaes nica y forma parte de un proyecto individual de progreso personal.

    Por otro lado, ltimamente, asistimos a un debate sobre los derechos de participacinpoltica de las personas migrantes en la vida social y poltica. As pues, se constata unapreocupacin desde las distintas normativas, Instituciones Pblicas, jornadas, estudios... porabordar este tema. Por ejemplo, el Informe de Desarrollo Humano de 2004 publicado por elPrograma de Naciones Unidas (PNUD)2 tiene como titulo: libertad cultural en el mundo diverso dehoy. En el se aborda el anlisis de la diversidad cultural como uno de los principales desafos denuestro tiempo y se basa en el reconocimiento de los derechos culturales como uno de loscimientos del desarrollo humano. En este sentido, define como una de las formas de exclusinms relevantes la exclusin de la participacin. Siendo conscientes de las limitaciones,requisitos y el camino que queda por recorrer para una adecuada conceptualizacin de losderechos de participacin polticos y sociales de las personas migrantes, este tipo de Jornadaspuede generar el espacio idneo para reflexionar, intercambiar sobre lo qu entendemos porparticipacin, sus diversas formas y quienes son los protagonistas, en este sentido, esimportante diferenciar entre aquellas entidades de inmigrantes y pro-inmigrantes.

    1 Viviana Miranda Sersen. Asociacin de Mujeres Inmigrantes. Ponencia en el Congreso Mujeres Jvenes.Castelln, Fundacin Isonoma. Universidad Jaume I. 15 de Septiembre del 2005.

    2 http://stone.undp.org/hdr/reports/global/2004/espanol/pdf/hdr04_sp_complete.pdf

  • 2 Debo de decir, que me resulta difcil hablar de los derechos de la poblacin migrante, sipreviamente no intentamos partir de un anlisis de gnero, el cual plantea nuevos interrogantessobre los que pensar, observar, analizar, para poder comprender qu les sucede a los hombres ymujeres que emigran, si se pueden establecer diferencias entre ambos, si las dificultades sonmayores o menores para unos y otras, entre otras cuestiones a debatir.

    La mayora de las mujeres estn activamente involucradas en la motivacin y decisinde partir a otro pas, son parte activa de las redes sociales que acogen a nuevos/as migrantes enlos pases de destino, contribuyen con su trabajo remunerado y no-remunerado al desarrollo desus familias y comunidades en los lugares de origen y destino. Cada vez ms emigran solas, seapor una motivacin individual o como parte de una estrategia de sobrevivencia econmica de lafamilia. Aunque un nmero importante de mujeres son altamente cualificadas y aprovechan lasopciones y oportunidades ofrecidas en otros pases para mejorar su nivel y calidad de vida,para muchas otras la migracin a menudo se presenta como ltima opcin para salir desituaciones oprimentes, sea socialmente o econmicamente. Su vulnerabilidad como migrantesy mujeres se debe a que, por las circunstancias econmicas, sociales o culturales, se encuentranen situaciones y posiciones de poca autonoma, pocas opciones y altos grados de subordinaciny dependencia.

    II.-Conceptualizacin

    Pienso que es necesario antes de abordar el tema que nos interesa, intentar definir aquellosconceptos claves como son la participacin ciudadana, el enfoque de gnero, ...

    Qu entendemos por participacin ciudadana?.

    Segn el diccionario Participacin significa tomar parte, e incluye un componente activo,intervenir en algn asunto en el entorno de un individuo o colectivo. Para delimitar ms laparticipacin me remito a la informacin ofrecida por Fernando Pindado, que usa el trmino enel sentido de tomar parte en la gestin de la cosa pblica para intervenir en ella y estarinteresado o preocupado por ella. El entorno es entonces el espacio pblico y poltico. JoanFont e Ismael Blanco, nos ofrecen otra definicin muy completa: Participacin es cualquieractividad dirigida a influir directa o indirectamente en las polticas. La participacin puede consistiren cualquier tipo de actividad. En unos casos influimos en quienes tomarn las decisiones y enotros en qu decisiones se tienen que tomar. Por lo tanto, los destinatarios directos pueden sertanto los polticos como los otros ciudadanos, y muy a menudo los dos grupos a la vez. Laparticipacin es un instrumento para conseguir algo, pero la participacin tienen esta voluntadde influir en la realidad. A grandes rasgos y con objeto de delimitar su trmino, se puede decirque la participacin NO es:

    Una mera informacin. La participacin en una fiesta, actividad cultural, deportiva, Un encuentro en el espacio pblico y/o privado como en la familia, reunin de un club, de

    amistades, Una colaboracin que realizan l@s vecin@s para apoyar a una determinada iniciativa

    pblica como auxilio ciudadano.

    Creo que la definicin de Carlos Gimnez es la que ms se aproxima al concepto que msme interesa tratar: estar presente en, ser parte de, ser tomado en cuenta por y para, involucrarse,intervenir en, etc. Participar es influir, responsabilizarse. La participacin es un proceso que enlazanecesariamente a los sujetos y los grupos; la participacin de alguien en algo, relaciona a ese uno con losotros tambin involucrados. Ser participante implica ser coagente, cooperante, coautor, corresponsable

    A mi parecer, lo interesante no es solamente intentar conceptualizar el trmino, sino msbien clarificar quien define que es participacin. Este tema adquiere ms complejidad cuandopartimos de que la poblacin migrante, por lo general, se sita en una situacin de desigualdad,

  • 3como grupo minoritario frente a un grupo mayoritario, considerado ms bien como mano deobra barata y como sujetos pasivos.

    Qu se entiende por el enfoque de gnero.

    El trmino gnero en ciencias sociales y en el pensamiento feminista se utiliza para designarla desigualdad social entre hombres y mujeres. Desigualdad que tiene origen en una asignacincultural de los valores, ritos, costumbres, normas, prescripciones, tareas y limitaciones que seasignan a cada uno de los sexos desde el nacimiento, incluso desde la concepcin. Su anlisis hapermitido sealar cmo la construccin de la identidad femenina y la identidad masculina noson realidades naturales o biolgicas, sino meras construcciones culturales. Por consiguiente, elgnero muestra la construccin de las diferencias sociales que se dan entre mujeres y hombres ycmo se relacionan de acuerdo con una dinmica estructural.

    As, mientras el sexo slo se refiere a lo biolgico, el gnero se refiere a la construccin socialde los seres humanos en funcin de sus atributos sexuales. Adems, de definir la asignacin depapeles a hombres y mujeres, el anlisis de gnero define tambin el tipo de relacin que existeentre ambas categoras. El gnero constituye un principio bsico en la organizacin de lasociedad actual, al igual que lo es la tnica, la clase, la raza, etc. Por lo tanto, el sistema degnero representa un complejo conjunto de relaciones y procesos socioculturales que, a su vez,son histricos en la articulacin de su perfil caracterstico. Se trata de una construccin social atravs de representaciones culturales de la diferencia sexual, a la que se concibe como productosocial y no de la naturaleza.

    Esta organizacin social establece la divisin sexual del trabajo adjudicando a lasmujeres el trabajo reproductivo que no tiene un reconocimiento social ni econmico alconsiderarse ajeno al sistema de produccin de bienes y servicios. Adems, esta divisin sexualsegrega a las mujeres a sectores productivos considerados apropiados a su naturalezaprocreadora, cuidadora y transmisora social. Son sectores relacionados principalmente con loscuidados, la sanidad, la educacin, las prestaciones a la comunidad, la hostelera, el trabajodomstico u otros servicios en los que suelen tener salarios ms bajos y menor proteccin social.

    Este sistema de organizacin en funcin del gnero establece una jerarqua de poder deun gnero sobre otro. De forma que aquellos rasgos o actividades asociados a los hombresgozan de mayor valoracin y reconocimiento social, frente a los asociados a las mujeres tienenmenos valor. De igual modo ocurre con la asignacin en el control y administracin de losrecursos pblicos y privados, mayor en los hombres y prcticamente inexistente en las mujeres,lo que les sumerge en una subordinacin global. Este principio organizativo excluye a lasmujeres de la toma de decisiones tanto en la vida pblica como en la privada.

    Esta desigual asignacin de poder, las condiciones derivadas de la divisin sexual deltrabajo(con trabajos precarios y peor proteccin social), los riesgos de la reproduccin biolgicay de la falta de autonoma en su sexualidad suponen riesgos para la salud de las mujeres einsisto, restan sus derechos a la participacin poltica en la sociedad. Con ello, pretendo decirque la falta de participacin no es caracterstica de las mujeres inmigradas, todo lo contrario,hay que partir de un contexto general, el de la desigualdad en los derechos y oportunidadesentre hombres y mujeres, que van a impedir que las mujeres en general, pero en especial, lasminoras, puedan acceder a los derechos de participacin poltica.

    Los hombres han ocupado histricamente el espacio pblico en donde se resuelve elpoder y donde se decide exclusivamente sobre los asuntos sociales. Los valores quepredominan en ese mbito son consecuentes con la lgica de la dominacin que all predomina:el economicismo, la fuerza, la dominacin, la violencia, la cultura del xito... O, como llamaexpresivamente Riane Eisler, el cdigo de la espada. Mientras tanto, las mujeres siguen estandoconfinadas en el espacio privado, reducindose su papel social a producir unos valores como elamor, la proteccin y el cuidado, la salud, el equilibrio, ... que son mucho ms importantes quelos de los hombres para la vida, pero que no se convierten en mercancas y que, por tanto, no

  • 4pueden conferir ni poder, ni xito, ni dominio en una sociedad masculinizada. Es ms, nisiquiera se trata de valores que interese visibilizar porque los comportamientos sociales que sesubrayan y valoran son aquellos que tienen que ver con la competencia y el xito y no con laentrega solidaria o la generosidad. Y por eso, las propias mujeres terminaron por ser invisiblespara la sociedad masculina, aunque no as entre ellas mismas, afortunadamente.

    As pues, la discriminacin por razn de sexo es uno de los grandes factores dedesigualdades de nuestras sociedades. Pero los efectos de discriminacin por sexo semultiplican cuando van a asociados a otros factores como el origen racial o tnico, ladiscapacidad o la orientacin sexual. La combinacin sexo y origen tnico es especialmenteproblemtica como factor de exclusin. Si a ello unimos el hecho de que la mayor parte de lasmujeres migrantes son trabajadores, estaramos de acuerdo en el trmino acuado por variasautoras de la triple discriminacin, como mujeres, como migrantes y como trabajadoras.

    Urge incorporar el enfoque de gnero en las polticas migratorias, porque parte delreconocimiento expreso de la desigualdad entre hombres y mujeres; parte de las necesidades delas mujeres para darles voz y lograr as su empoderamiento y el de la comunidad en suconjunto. S no se incluye, realmente no estaremos creando las bases para propiciar una realparticipacin de los derechos polticos y sociales de las mujeres.

    III.- CMO ROMPER CON LA INVISIBILIDAD DE LAS MUJERES.

    Los datos del Ministerio de Interior apuntan a una creciente feminizacin de lainmigracin: la presencia significativa de mujeres inmigradas, el 47 por ciento de las 1.428.603personas inmigrantes que viven en Espaa son mujeres, que en su mayora provienen deAmrica Latina y de Europa, segn los datos aportados por la Directora General de Integracinde los Inmigrantes, Estrella Rodrguez, en el encuentro Las otras espaolas. Los caminos de laciudadana, en Crdoba.3

    A pesar de las cifras ofrecidas, se produce una invisibilidad de las mujeres migrantes atodos los niveles, pero es especialmente significativo en los estudios relacionados con lainmigracin, en la legislacin de Extranjera, y en los medios de comunicacin. No slo esto,sino que adems cuando se habla de las mujeres, se les relaciona con los ms variados tpicoscomo: mujeres sumisas, calientes, prostitutas, y un sinfn de atributos que las estigmatizan,anulando su individualidad como personas.

    3 Diario de Crdoba, 17/09/05

  • 5En nuestro pas, como en muchos otros, los estudios e investigaciones sobre lasmigraciones se caracterizan en un primer momento, por silenciar la participacin de lasmujeres. Tradicionalmente, en las investigaciones acadmicas, en las fuentes estadsticas, en elimaginario social y en las polticas migratorias, la imagen del migrante era representado por unvarn, joven, soltero y trabajador. Se consideraba que las corrientes migratorias eran exclusivaso fundamentalmente masculinas y que las mujeres ocupaban un lugar secundario en la decisinde obtener un mejor empleo o vida lejos de su lugar de origen y en el propio proceso de llegadae instalacin en el Estado Espaol. Este desconocimiento de las mujeres como parte activa delproyecto migratorio, se vea reflejado en los estudios e investigaciones sobre el fenmenomigratorio. Aproximadamente ser a partir de la dcada de los 70, gracias a las investigacioneselaboradas principalmente por mujeres como: Gema Muoz, Dolores Juliano, entre otras,muestran que las mujeres son actores claves e independientes en el proceso. Pese a estospequeos, pero significativos avances, en los estudios sobre migracin se sigue analizado einterpretado la migracin masculina como laboral y la femenina como dependiente orelacionada con la prostitucin (Jimnez, Julia 1999). Por lo tanto, ser importante cuandohablamos sobre derechos polticos, analizar la influencia que tiene la construccin social deestereotipos, masculino y femenino, porque condiciona nuestras percepciones, nuestrosenfoques en los planteamientos tericos y la direccin de nuestras intervenciones sociales.

    Varias eran las justificaciones que se aportaban a este hecho: se trataba de hombres quese caracterizaban por su arrojo y valenta, se presupona que eran los hombres que gozabande una mayor capacidad econmica, se ajustaban en parte al perfil solicitado para realizartrabajos de construccin, agrcolas entre otras razones. As pues, las mujeres se incluan, enlas situaciones de reagrupamiento familiar y se silenciaban tanto su participacin en la toma dedecisiones como su papel en los grupos tnicos o las nacionalidades que no entraban en dichoesquema. De esta forma, se contribuye a que en el imaginario social perdure la imagen deconsiderar a las mujeres como acompaantes pasivas en los procesos de migracin.

    Sin embargo, hay que recordar que aunque las mujeres siempre han estado siemprepresentes en los procesos migratorios, es durante estos ltimos aos cuando se incrementa sunmero, que es lo que entendemos por feminizacin de la migracin, siendo uno de los rasgosms caractersticos de los movimientos migratorios.

    Los cambios sociales que se producen en todas las sociedades por el acceso de la mujer ala educacin, los procesos de urbanizacin, por la creciente globalizacin de las comunicacionesy de la informacin, as como el cambio de valores est empujando cada vez a un mayornmero de mujeres a inmigrar. Los motivos del proyecto migratorio femenino ya no se basanexclusivamente en la complementariedad de la emigracin masculina: cada vez un mayornmero de mujeres inicia por su cuenta el proyecto migratorio con el fin de lograr una mayorindependencia, escapar de las normas a las que se ven sometidas en algunos de sus pases deorigen, como matrimonios convenidos, repudio, violencia de gnero, o simplemente normasmorales y religiosas que las cohben en su proyecto de vida. Es complejo dibujar las razones porlas que en estos momentos las mujeres deciden emigrar precisamente porque sus razones sontan diversas, como diferentes son las mujeres que emigran, y tan parecidas como lo han sido enotros momentos de la historia. Lo que no cabe duda es, que los motivos econmicos,vinculados a la necesidad de garantizar los ingresos familiares, siguen siendo uno de losprimeros elementos a considerar a la hora de tomar la decisin de emigrar.

    Tampoco olvidemos que el hecho migratorio femenino se ve alentado por las nuevasrelaciones de gnero en los pases de acogida. Las mujeres europeas que trabajan fuera delhogar se encuentran con una doble jornada laboral difcil de sostener. El envejecimiento de lapoblacin, el retroceso o ausencia de polticas sociales y la lenta toma de conciencia de laimportancia de la corresponsabilidad por parte de los hombres son algunos de los factorescausantes de la fuerte demanda de trabajadoras extranjeras. Como consecuencia, detrs de unamujer que trabaja fuera del hogar hay otra mujer que ocupa su lugar en las tareas domsticas.Aunque el nmero de mujeres autctonas que trabajan en el sector domstico sigue siendoimportante, la creciente demanda de mujeres inmigrantes que trabajan sigue siendo cada vez

  • 6ms alto, la invisibilidad de este trabajo determina que las situaciones de abusos ysobreexplotacin sean difciles de evidenciar. As pues, queda claro que las mujeres inmigrantesestn sustituyendo a las mujeres espaolas en el espacio domstico, en su funcin reproductiva-incluyendo el cuidado de nios, ancianos y discapacitados- y, en gran medida, permitindolessu propia incorporacin al mercado laboral a la que se someten por su situacin dediscriminacin.

    Adems de las ya sealadas anteriormente, es preciso abordar algunas de las razonesque contribuyen a la invisibilidad de las mujeres.

    Respecto al mbito laboral, cuando hablamos del mercado de trabajo, hay que partir dela realidad de que en Europa, la fuerte tendencia de polarizacin del mercado de trabajo sita alas personas migrantes en sectores especficos de empleo y repercute ms duramente en lasmujeres que encontrarn trabajos peor remunerados o no regulares- en el sector domstico,entre otros- o en actividades que atentan claramente contra la dignidad y los derechoshumanos, como es el de la prostitucin forzosa. Las deficiencias legales basadas en unapercepcin masculina de las migraciones o, simplemente, el desconocimiento real de lascircunstancias ligadas a la emigracin femenina hace que, en muchos casos, a las mujeres queemigran les sea prcticamente imposible conseguir un permiso de residencia. Esto las confinaen una situacin de irregularidad que las hace ms vulnerables al acoso o a la violencia ya que,por temor a ser expulsadas, no denuncian estas situaciones. As pues, los espacios departicipacin laboral admitidos para las mujeres migrantes son extremadamente reducidos:servicio domstico, asistencia domiciliaria a personas dependientes (ni@s, enferm@s, ancian@s)y hostelera son las ocupaciones que en Europa se reservan para este colectivo.

    Es una realidad que un alto porcentaje de las mujeres inmigrantes en situacin deirregularidad se dedica al trabajo domstico. La precariedad de los empleos y la imposibilidadde acceder a convenios laborales les obliga a menudo a aceptar, igual que sus compaerosvarones, jornadas de trabajo muy amplias. Hay que partir de un contexto generalizado de lasmujeres, donde el horario de trabajo se une el cuidado de los hijos y de la casa. Las madres dehijos menores de cinco aos tienen serias dificultades para incorporarse a un empleo a tiempocompleto, pero en el colectivo de las mujeres inmigrantes la situacin es an peor: la falta deplazas de guardera y la escasez de programas de actividades extraescolares o la dificultad deacceder a becas de comedor, repercuten directamente en la situacin de muchas mujeresinmigrantes cuyas jornadas de trabajo se corresponden con los horarios de escuela.

    Si a esta situacin aadimos la inexistencia de programas de ayuda econmica para elcuidado de los nios, entenderemos que una baja laboral para una mujer inmigrante significa,una vez ms, su dependencia de un cnyuge legalmente reconocido como tal y la prdida desus prestaciones sociales.

    En el caso cada vez ms frecuente de la creacin de pequeas empresas, tambin hayque destacar el papel que desarrolla la mujer en la economa familiar. El papel tradicional de lamujer-esposa-de trabajador autnomo es el de apoyar al marido en el comercio o negocio. En elcaso de la mujer inmigrante, esa tradicin se mantiene. En muchas ocasiones son ellas las quetrabajan en los comercios, sin cobrar por ello ningn sueldo, ya que su trabajo se consideracomo una aportacin "automtica" a la economa familiar. Sin sueldo, ni cotizacin a laSeguridad Social ni derecho a paro, es obvio que, en este caso tambin, su permanencia en elpas de acogida sigue en manos del cabeza de familia, tradicionalmente un miembro masculinode su familia.

    Por lo tanto, las condiciones vinculadas al mbito social y al mbito laboral dificultan engran medida la participacin de las mujeres migrantes porque han de resolver primero susnecesidades vitales, personales y familiares, ms acuciantes. La participacin se puede producircuando una persona tiene las necesidades cubiertas, tanto las laborales, como las emocionales ,o de cualquier tipo. Sin embargo, hoy en da, tal y como se encuentra por lo general, la mayorparte de las mujeres se les est incapacitando para conseguir cualquier tipo de participacin.

  • 7Como bien seala Carmen Gregorio Gil (1998), se analizan los flujos migratorios enrelacin con las polticas de empleo de los pases receptores, pero no slo esto influye en laselectividad por sexo, sino que factores relacionados con los roles y status de las mujeres en lasreas de origen tienen poderosos efectos sobre su selectividad. La autora seala que lamigracin femenina surge dentro de las creencias culturales e ideolgicas que determinan la divisindel trabajo y de poder entre los sexos y que es necesario estudiar el sistema de desigualdad degnero en la sociedad de origen para comprender la selectividad segn gnero que se produceen los movimientos migratorios.

    En cuanto al mbito jurdico, La Ley de Extranjera que recoge el derecho a la reagrupacinfamiliar es as mismo el paradigma de la vulneracin de los derechos de las mujeresinmigrantes. Baste recordar que el permiso de residencia les es concedido en tanto son esposasde un inmigrante regularizado en Espaa. Es decir, el permiso de residencia no les autorizapara trabajar, por lo que posteriormente tienen que conseguir una oferta de trabajo para obtenerel sealado documento. Y la renovacin de su permiso quedar supeditada a la permanencialegal de la mujer con su marido. En mi opinin, lo interesante sera otorgar a la personareagrupada una autorizacin laboral, de tal forma, que se garantizase de esta manera suautonoma, no teniendo que depender de su marido econmicamente.

    Existe otro elemento significativo en la habitual construccin de la imagen de las mujeresinmigrantes en Espaa: la falsa homogeneizacin cultural y tnica de este colectivo. Frente a larealidad de la importante dimensin de la inmigracin de mujeres de Amrica Latina, apareceotro juego de invisibilidades y de exclusin, ya que se suele identificar al prototipo de mujerinmigrada con la mujer procedente de pases rabes y de religin musulmana. La identidadreligiosa y sus expresiones externas representan un recurso para identificar en trminos dealteridad de gnero a las mujeres inmigrantes produciendo a su vez una homogeneizacinreligiosa que en absoluto refleja la heterogeneidad religiosa, cultural, y de gnero de losdiversos colectivos de mujeres inmigrantes en Espaa.

    Al respecto, me llam la atencin las declaraciones de la escritora Sophie Bessis, cuando enuna entrevista advierte de la importancia de no hablar nunca de mujeres musulmanas. A suparecer, una mujer senegalesa, tunecina, paquistan, an siendo musulmanas, no viven lamisma realidad ni bajo las mismas leyes. Cree que en Europa hay una tendencia ahomogeneizar el Islam y considera que eso es un gran error. En su opinin, una mujersenegalesa es senegalesa antes que musulmana, igual que la tunecina o paquistan. Tiene muypoco que ver la condicin femenina en Senegal, con la de Tnez o Pakistn. Las mujeresmusulmanas reaccionan de forma diferente segn la civilizacin y cultura a la que pertenecen.Es la primera precisin a hacer porque de lo contrario corremos el riesgo de equivocarnos. Meparece interesante su aportacin, en el sentido de que aunque pueden encontrarse rasgoscomunes entre pases relativamente, el feminismo tunecino no es el feminismo argelino omarroqu, porque las condiciones de la mujer son diferentes en estos tres pases, las leyes no sonlas mismas, la relacin con la modernidad no es la misma. Por tanto, no se puede decir cul es larelacin entre las mujeres musulmanas con la modernidad.

    Otro elemento que acta poderosamente repercutiendo en un mayor distanciamiento en elacercamiento intercultural son los estereotipos. Un ejemplo claro, lo refleja la imagen quetenemos hacia las mujeres marroques. Los discursos y debates en torno a este tema, de algunaforma se concentran y desvan la atencin sobre otros aspectos ms revelantes para las mujeresinmigrantes, los cambios subjetivos que experimentan y sus preocupaciones relacionadas sobretodo con el estatus jurdico, el acceso al mercado de trabajo o el rechazo social.

    En cuanto a los medios de comunicacin de masas hay que decir que desempean un papeldeterminante en la creacin de la opinin pblica. Las noticias, la informacin, las opinionesemitidas y las representaciones culturales proyectadas, tanto en el mbito de los mediosaudiovisuales como de los escritos, configuran un universo decisivo de discursos que creanvalores, actitudes y juicios respecto a nuestro entorno social, cultural y poltico. Los medios decomunicacin suelen relacionar la presencia de personas extranjeras en nuestro pas con el

  • 8incremento de la violencia e inseguridad ciudadana, con el aumento del trfico de drogas, conun mayor porcentaje de las tasas de desempleo, noticias que generan sentimientos de rechazo ydiscriminacin hacia la poblacin migrante. De pronto, los medios de comunicacin se haceneco de lo silenciado. En frica (continente robado) hay guerras, hay hambre. Pero y las causas?Por qu cuesta tanto encontrar las razones? Por qu no nos dicen que cuantos ms recursosnaturales hay en un pas, ms expoliado por las multinacionales es y ms se empobrece a sushabitantes? Por qu no nos cuentan que desde el Norte se roba el petrleo, los diamantes y sehacen experimentos con basuras contaminadas y con el alma de sus habitantes? Por qu no nosdicen que importan ms los intereses econmicos de la industria farmacutica que la salud de lagente? Quin no sabe que no son pases pobres, sino empobrecidos por el norte y maltratadospor polticos locales criminales y corruptos que se ponen y se quitan desde oficinas del norte?(Carlos Ordez Ferrer Miembro de SOS Racismo). Creo, que este enfoque es el que se tendra quetratar desde los medios informativos y seguramente, contribuiran a modificar nuestra visin ypercepcin sobre el fenmeno migratorio.

    En el caso de las mujeres, nos muestran los problemas que consideran que les afectananalizndose desde lo externo, desde los smbolos (uso del velo), o desde una visinsensacionalista (tema ablacin) y no se suele profundizar sobre las causas reales de desigualdady violencia ejercida hacia las mismas. Es ms, este tipo de inquietudes generalmente no lassuelen transmitir las mujeres, todo lo contrario, lo que suelen demandarnos es ms respeto ymayores facilidades para regularizarse e insertarse en el mercado laboral.

    Insisto, la pervivencia de imgenes y representaciones culturales negativas en los medios decomunicacin, que consideran a las personas migrantes como un colectivo subalterno ydesigual, presentan una imagen de atraso y de inferioridad de sus sociedades de origen.Refuerza de este modo, prcticas sociales discriminatorias y construye la imagen de otrasculturas en trminos negativos que impiden el desarrollo del respeto de la diversidad cultural.Las percepciones errneas o estereotipadas transmitidas por los medios, no reflejan la realidad,la diversidad o la riqueza de la experiencia de la mayora de las personas migrantes,especialmente la de las mujeres.

    Pocas veces, se ofrece un anlisis del por qu se producen los movimientos migratorios yadems, slo se relata el tema desde las vivencias y problemticas de los hombres. As, porejemplo en el mes de octubre hemos observado como han intentado llegar a Espaa cientos demigrantes de origen Subsahariano a travs de Ceuta y Melilla. Sin embargo, las cmaras detelevisin apenas han recogido imgenes y relatos de las mujeres migantes. nicamente,algunas Organizaciones Sociales, las cuales hay que destacar el papel tan importante que estnllevando a cabo a favor de los derechos humanos, han explicado la situacin en la que seencontraban las mujeres embarazadas. Slo, el peridico el Pas relataba con su artculotitulado: la escarpada puerta de mujeres y nios4, las dificultades que atraviesan las mujeres a lahora de entrar en Melilla.

    Sin embargo, me ha llamado la atencin que nadie explique ni pregunt qu pasa con lasmujeres que no estn embarazadas. Seguramente, la opinin de un hombre de origenSubsahariano nos puede dar pistas sobre el futuro que les depara: me gustara ser una mujerafricana bien hecha, irrumpe Joseph desde su colchoneta. Por qu? Porque las que haba entrenosotros y que no estaban embarazadas un espaol influyente las ha metido en Melilla sin tenerque saltar la verja, responde. Imagnese en qu van a trabajar5 Otra declaracin realizada porel comandante Saharaui de la zona del Polisario nos transmite la crudeza de la situacin de lasmujeres: Hay rdenes del Presidente para encontrar a las mujeres muertas. No hay ninguna,no nos las podemos inventar, yo creo que no las soltaron aqu, se las quedaron los marroquespara violarlas. 6 Debo de decir, que no es mi objetivo hacer un anlisis de este tipo de noticias

    4 Cecilia Jan: La escarpada puerta de mujeres y nios, El Pas, 10 de octubre de 2005, Pg. 245 Marruecos arrasa los rboles a lo largo de la verja de Melilla para evitar nuevos saltos, El Pas,domingo 9 de octubre de 2005, pg. 306 El Pas, martes 18 de octubre, Pg. 21

  • 9en la prensa, pero una vez ms la omisin de datos sobre las mujeres, su situacin, me obligaa hacer una referencia.

    Respecto a este ltimo comentario, uno de los temas pblicamente ms comentado es elaumento de redes de prostitucin que se estn extendiendo por todo el mundo. Lo ms terriblede est situacin es que se convierta en una va de incorporacin a los pases de acogida. Lasituacin de miles de mujeres condenadas a trabajar como prostitutas por extorsiones, deudascontradas o como nica forma de supervivencia, es una realidad que est siendo denunciadacomo moderno fenmeno de esclavitud y que se acrecienta da a da sin que se estn tomandolas medidas oportunas. Un dato significativo, ms del 60% de las mujeres extranjeras queejercen la prostitucin en Madrid, ya sea en redes o de forma independiente, proviene deAmrica Latina, en especial de Ecuador y Colombia, denunciaron expertas en este problema,durante un encuentro en Madrid.

    De todas las formas, pese a los obstculos a los que se deben de enfrentarDe todas las formas, pese a los obstculos a los que se deben de enfrentarlas mujeres en la sociedad receptora, las mujeres en la sociedad receptora, se aprecian algunos cambios de roles en segn qumbitos. Emma Martn, nos explica como en los campos de nueva agricultura, se producentransformaciones en el fenmeno por la incorporacin de mujeres inmigrantes, en concreto enlos mercados de trabajo agrcolas. As por ejemplo, durante el ejercicio 2004 se suscribieron msde 20.000 contratos para la campaa fresera en la provincia de Huelva, procedentes de Poloniay Rumania. De esta forma, los trabajadores magrebes estn siendo sustituidos por mujeresprovenientes del Este de Europa. No cabe duda, que estos cambios originan conflictos con otroscolectivos, en el sentido de entrar en competencia por la lucha de la supervivencia.

    En otras Provincias tambin se est produciendo una feminizacin en este tipo demercado que no se detecta en los datos oficiales debido al alto grado de informalizacin de estesector, en el que las mujeres llevan la peor parte en lo referente a la invisibilizacin de sutrabajo.

    Pese a que esa sobreexplotacin es clara, las mujeres por lo general, en funcin de supas de procedencia, cultura, status, va experimentando un cambio en la sociedad de origen.El acceso a la regularizacin, las convierte en personas con gran poder e influencia, ya que tienea su vez poder e influencia para regularizar a otros. Enma Martn nos explica que algunasinvestigaciones han demostrado como algunas mujeres han invertido su rol en las estrategiasmatrimoniales, pasando de ser sujetos pasivos de la transaccin a poder elegir entre una ampliagama de pretendientes. Del mismo modo, se refuerza su protagonismo en el seno domstico dereferencia, ya que la estabilidad de su situacin le permite gestionar la llegada de nuevosmiembros del grupo.

    Aparte de las razones mencionadas anteriormente y recordando otrosAparte de las razones mencionadas anteriormente y recordando otrosfactores tales como: la soledad, la falta de apoyo y financiacin econmica porfactores tales como: la soledad, la falta de apoyo y financiacin econmica porparte de la Administracin Autonmica hacia las Asociaciones de mujeres, laparte de la Administracin Autonmica hacia las Asociaciones de mujeres, lapobreza, el desarraigo, la exclusin social, el tipo de trabajo y sus condiciones,pobreza, el desarraigo, la exclusin social, el tipo de trabajo y sus condiciones,la situacin jurdica y legal, la falta de redes de apoyo, la situacin jurdica y legal, la falta de redes de apoyo, el escaso apoyo delmarido/compaero en la asuncin de responsabilidades en el cuidado del hogar e hijos; entreotras razones. Todo ello, les hace especialmente vulnerables y dificulta su participacin tantoen la vida publica como asociativa generando situaciones de generando situaciones de mayor riesgomayor riesgo de sufrirde sufrirviolenciaviolencia y/o una mayor dificultad para prevenirla. Por lo que la pregunta sera: y/o una mayor dificultad para prevenirla. Por lo que la pregunta sera:cmo se puede participar, teniendo en cuenta los mltiples obstculos con loscmo se puede participar, teniendo en cuenta los mltiples obstculos con losque deben de afrontar las mujeres en general y en concreto, las migrantes?que deben de afrontar las mujeres en general y en concreto, las migrantes?

    IV.- LOS ESPACIOS EN LOS QUE PARTICIPAN LAS MUJERES MIGRANTES.

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    Sin lugar a dudas, un mbito fundamental de participacin social de las personasmigrantes y adems es una forma del proceso de construccin de una sociedad multicultural esla constitucin de Asociaciones de inmigrantes. Es un reflejo tal y como lo define Ricard Zapatade cierta forma de acomodacin en nuestras sociedades. Sin lugar a dudas, ello responde alderecho que tienen en asociarse para llevar a cabo sus reivindicaciones y transmitir sus formasde vida culturales en los municipios donde residen.

    Pese a las dificultades comentadas anteriormente que restan la participacin de lasmujeres en los diferentes espacios, hay que sealar que son diversas las esferas donde lasmujeres intentan hacerse un hueco: centros de trabajo, las Escuelas, las asociaciones, losbarrios,...

    Soy consciente que durante las Jornadas se va a tratar concretamente el tema deAsociacionismo de inmigrantes y proinmigrantes y no es mi propsito repetir los contenidos.Sin embargo, me parece fundamental no restringir la participacin nicamente al mbitoasociativo. De ah, que me voy a referir a otro tipo de participacin que es la que enmarcamosdentro de las redes informales. Es decir, por lo general, las mujeres se renen en los mercados ymercadillos donde no slo realizan transacciones econmicas, sino que adems intercambiansentimientos, vivencias, alcanzan acuerdos y negociaciones de todo tipo, amplan y mantienensus lazos de sociabilidad, etc. Adems, acuden a Organizaciones Sociales para aprender lalengua y cultura castellana, pero que a partir de esos encuentros crean sus propias asociacionesy grupos, articulando diferentes proyectos e iniciativas desde su protagonismo. Existe una redfundamental de entidades religiosas donde las mujeres sienten que no satisfacen nicamentesus necesidades religiosas, sino que tambin se da respuesta a otras necesidades como laseconmicas, psicolgicas, sociales, Por lo que, se puede decir, que cada mujer articula elmundo desde su dimensin propia, estn adquiriendo un perfil y una identidad que se plasmanen la construccin de Instituciones, redes u Organismos especficos, en ocasiones lejos de loscnones que hemos impuesto o establecido por nuestra sociedad.

    Por otro lado, es importante que conozcamos las variables culturales de cada pas, esdecir, las concepciones del tiempo, del espacio, el significado del individuo en el contextofamiliar/comunitario son diferentes en cada cultura y en ocasiones, chocan con nuestra formade actuar y de pensar. As por ejemplo, por nuestra parte, solemos tener ms dificultades conlas Subsaharianas para conocer su participacin. Entre ellas, se propicia otro tipo de relaciones yencuentros: se visitan a menudo en sus casas, acuden juntas a los mercadillos y mantienen comoprioritario cuidar los lazos familiares y de amistad. En general, las Europeas del Este quierenestar ms presentes en participar en estructuras menos sesgadas para inmigrantes. Ello puedeser posible por la futura incorporacin de sus pases en la Unin Europea. Evidentemente, estascompaeras se sienten Europeas e incluso podemos hablar de un idioma de races comunes quefacilita la comunicacin, como es el ejemplo de las rumanas. De alguna forma, esta ampliacinpuede generar unas mayores expectativas en la mejora de su insercin en el mercadosociolaboral. Las Latinoamericanas valoran muy necesaria la ocupacin de las zonas abiertaspara la realizacin de actividades ldicas y deportivas, como espacios a tener en cuenta en elencuentro entre la sociedad de origen y la receptora. Suelen fomentar el deporte comoherramienta fundamental en la prevencin de conflictos. Las Asiticas, tienen una concepcindel tiempo muy distinta a la nuestra. As pues, no pierden el tiempo reunindose, porque lovaloran de otra forma. Pero, sin lugar a dudas cuando un-a compatriot@ acuda en su auxilio, leapoyaran en su integracin en las distintas esferas de participacin de la sociedad receptora.

    Respecto a este tema, debo de sealar que existen muy pocos estudios sobre laparticipacin de las mujeres en los movimientos Asociativos. Me gustara destacar lasaportaciones de Luca Mazarrasa, la cual ha trabajado con la comunidad inmigrante procedentede frica Subsahariana dentro del campo de la promocin de la salud, proponiendo la funcinde las Organizaciones como figuras vlidas para la mediacin sanitaria. La autora, parte de lahiptesis de que las Asociaciones de mujeres existentes, pueden ser una figura clave en lapromocin de la salud y prevencin en la poblacin inmigrante, entendiendo que pueden

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    actuar como mediadoras por un lado con sus comunidades y por otro lado, con los serviciossanitarios para mejorar la salud. Adems, apuesta por incorporar la perspectiva de gnero, en lamedida de introducir de forma eficaz y real a las mujeres ya que, frecuentemente se encuentranen una relacin de desigualdad de gnero, lo cual, las sita en una situacin de vulnerabilidad asu salud.

    En cuanto a los estudios de las mujeres Chinas, sin lugar a dudas ha sido Gladis Nieto,quien ms empeo ha demostrado en romper con el imaginario social y desconocimiento haciael colectivo asitico. Sus investigaciones se han centrado en valorar el papel de la mujer chinaen la sociedad receptora y su vinculacin con el nacionalismo chino, respecto a la transmisinde los valores culturales en los-as nios-as.

    Por otro lado, tengamos presente que hay culturas donde las mujeres han tenido menosderechos en sus pases de origen, por lo que los hombres obstruyen la posibilidad de darles mslibertad. Se les sigue anulando independientemente que residan en un pas considerado msdemocrtico y el cual vele por los derechos de las mujeres. Muchas de las personas inmigradasproceden de pases con crisis polticas y sociales, y han sido socializadas en formas polticas nodemocrticas.

    Hay otra forma de participacin que todava no est siendo analizada y la cual meparece sumamente interesante y es la incorporacin en nuestras vidas de las nuevas tecnologas,en concreto de la utilizacin del ordenador. Hay muchas mujeres que a travs de estos mediosintercambian conocimientos, informacin, mantienen lazos o estableciendo nexos con laspersonas de su entorno en sus pases de origen. Sin lugar a dudas, con esta transmisin deconocimientos, estn incidiendo en pequeos cambios a la hora de modificar leyes, normas,costumbres, ... a favor de los derechos de las mujeres.

    En concreto, muchas Asociaciones de mujeres europeas trabajan en red con otrasAsociaciones de mujeres de otros pases y gracias a estos nudos se ha logrado trabajar yseguimos trabajando conjuntamente en la realizacin de diferentes actividades: actos dedenuncia campaas de sensibilizacin, recogida de firmas, ... Sin el uso de estos medios,difcilmente hubiese sido posible acceder a la informacin que nos interesaba compartir, a uniresfuerzos y sinergias, por lo que los resultados seran menores y ms difciles de alcanzar. Lasconexiones entre mujeres a escala mundial y tal vez menos en lo local, es otro de los aspectos aconsiderar en una sociedad cada vez ms globalizada. Por ello, considero primordial laformacin de las mujeres en las nuevas tecnologas, porque es una de las nuevas formas departicipacin, aparte del potencial multicultural que tiene este colectivo, en el sentido demanejar diversas lenguas, conocer las distintas claves culturales tanto del pas de origen comoel de acogida, el haber demostrado una capacidad importante de adaptacin, ...

    Hoy en da, todos-as sabemos que cuando se organizan concentraciones y manifestacionescon objeto de expresar una protesta es difcil reunir a personas Lo hemos vivido recientementeen la concentracin que se organizo en Valencia con objeto de denunciar los hechos sucedidosen Ceuta y Melilla (no acudimos ms de 100 personas). Sin embargo, la difusin de las noticias,de fotografas de personas agredidas, las declaraciones de los afectados, ... han circulado porInternet a grandes velocidades y con una gran difusin. Ello nos obliga a pensar que la sociedadha cambiado y que la organizacin de ciertos actos suele tener una respuesta cada vez msminoritaria, porque se hace presin utilizando otros medios, ms acordes a los tiempos en losque vivimos, en un mundo globalizado y cada vez ms imbuido en las tecnologas.

    Por lo tanto, me atrevera a decir que la participacin de las mujeres migrantes, es muydiversa, muy rica, son diferentes las formas de relacin y es importante descubrir las distintasclaves culturales con objeto de conocerlas para poder incidir en la reivindicacin de losderechos sociales y polticos.

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    Me gustara clarificar que estos comentarios, son fruto de mi experiencia con mujeres ymovimientos de mujeres, de ah la dificultad para ofrecer datos cuantitativos y estudios quehagan referencia al mbito autonmico, porque s existen de otras Comunidades Autnomas.

    Dicho esto, me refuerzo en la creencia en defender y visibilizar que existe una participacinde las mujeres, pero esta es silenciada y en gran medida, se produce a travs de sucotidianidad, de las tareas ligadas al rol tradicional femenino, que se realizan mayoritariamenteen su entorno vecinal y que implica una multiplicidad de relaciones con el exterior del mbitopuramente domestico. Tambin, quiero partir del reconocimiento hacia las mujeres que emigransolas y primero y posteriormente reagrupan, acogen a sus compatriotas, familiares,facilitndoles el proceso de integracin en las sociedades, cuando vienen.

    Hay muchas funciones que las mujeres desempean principalmente en el mbito domsticoy en sus barrios, que sin lugar a dudas contribuyen a que otras personas, en especial susmaridos y/o compaeros, familiares, entre otros, participen en otras esferas de participacinsocial. As pues, algunas de las funciones que llevan a cabo son las que se relatan acontinuacin.

    Las mujeres intermediarias llevan a cabo una funcin primordial de integracin y decohesin. Muchas de ellas, han vivido el proceso de reagrupacin familiar, etapa llena deproyectos de vida luchando por el porvenir de toda la familia, tiempo dinmico, rico enpotencialidades, pero tambin es una etapa de ms fragilidad. Podemos decir que estareunificacin tras aos de separacin no se produce sin crisis ni choques y puede desembocar, sino es acompaada, en un proceso inverso: fragmentacin de la familia y fracaso de insercin decada uno de sus miembros. Por lo que, da a da negocian en silencio, en el anonimato, en elmbito considerado privado, como es el hogar, los mltiples conflictos de valores que surgenentre el seno de su familia y entre la sociedad de acogida y su familia. Hay que clarificar que enel mbito familiar pueden surgir choques culturales debidos a la forma de educar a los hijos queestas personas traen de su pas y las formas de educacin en Espaa, no slo en el aspectoescolar, sino en general. No es raro que se produzcan conflictos entre padres e hijos donde elchoque generacional habitual se ve enfatizado por un posible choque entre costumbres yvalores. Se puede decir que los hijos no dominan exactamente los cdigos de los padres y stosdesconocen algunos de los hijos.

    Por otro lado, desempean la funcin de acompaantes en sus primeros pasos en Espaa alos recin llegados, explicndoles los usos y costumbres dominantes, aconsejndoles para notransgredir ciertas exigencias y reglas en situaciones cotidianas, por lo que, podemos sealarque desarrollan otra doble funcin, la de prevenir conflictos. Sucede que en los momentosiniciales de la llegada de una persona inmigrada, las amistades y la familia son los eslabonesprimarios. A menudo, debido a los mltiples obstculos con los que se encuentra el colectivo(dificultad para acceder a una vivienda, encontrar un empleo, regularizarse...) son muchas lasmujeres que facilitan la vivienda de manera provisional, de ah que digamos que a travs deestas redes mutuas, apoyan los procesos de insercin en la sociedad de acogida. Pero susfunciones no se limitan a acompaar a sus amistades, familiares, sino que al mismo tiempocontribuyen a crear espacios de acercamiento entre el mbito publico y privado. Por lo que, lasmujeres son como puentes que unen y propician el encuentro entre los recursos sociales en elejercicio de los derechos y necesidades de las personas inmigrantes.

    Adems de realizar labores de traduccin, las mujeres llevan a cabo funciones deinterpretacin de las distintas claves culturales, al estar impregnadas de las dos culturas, ladel pas de origen y la del pas de acogida. Nos suelen explicar, las referencias culturales quehay en el origen de una conducta que a veces nos puede parecer aberrante en la persona recinllegada. Es decir, las mujeres suelen descifrar los diferentes cdigos de sus culturas con objetode hacer comprender a los/las profesionales que atienden a las personas inmigrantes elsignificado del contenido de su comunicacin. As por ejemplo, cuntas veces las mismasexplican a los profesionales de la salud el concepto tan diferente que tienen acerca de su cuerpo,sexualidad, dolor, enfermedad,... Por lo tanto, median de una manera informal en el sentido de

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    que no nicamente traducen las palabras, sino que van ms all, abarcando todos los aspectosde la comunicacin no verbal (silencios, gestos, lenguaje de la mirada, los movimientos delcuerpo...).

    Tambin, explican los lmites ms all de los cuales la persona inmigrante no puedemodificar sus valores y normas sin atentar contra su identidad y sin desvincularse de sus races,e incluso ser objeto de rechazo por parte de su comunidad de origen. Este tipo de mediacincontribuye a facilitar las condiciones de integracin sin negar ni romper con su herencia.

    Por lo que, la pregunta a plantear sera: siendo las principales artfices en la pacificacin delos conflictos, malentendidos y/o choques culturales, que en ocasiones surgen entre lasociedad de acogida y de origen, propiciando la inclusin de sus familiares, amigos,compatriotas en la sociedad receptora: por qu en primer lugar, no se reconoce ni se valora supapel?; por qu no se les permite el tiempo, el espacio, los derechos, etc. para que ellasparticipen?

    Las mujeres inmigradas son invisibilizadas por las polticas migratorias y la sectorizacinlaboral y no se llega a conocer el trabajo tan importante de socializacin y de mediacininformal que llevan dentro y fuera del mbito privado y la determinacin que tienen paraseguir adelante a pesar de encontrarse a veces en la primera lnea de los prejuicios.

    En resumen, las mujeres no son slo victimas, sino principalmente activistas, negociadoras,creadoras de paz y defensoras de los derechos humanos. Los derechos de participacin polticay social de las personas migrantes, slo sern posibles si las mujeres desempean un papelactivo en la reconstruccin de la sociedad a todos los niveles.

    V.- ALGUNAS CONCLUSIONES.

    Est claro que la negacin del derecho al voto a las personas migrantes limita sus derechospolticos y su participacin en una sociedad democrtica. La obtencin de este derecho, significaque las personas inmigradas residentes, sin ser necesariamente plenas ni nacionales, tienen elderecho democrtico de controlar a aquellos que gestionan sus impuestos y deciden sobreaspectos que afecta a sus destinos. La participacin en los procesos polticos es uno de loselementos de la ciudadana activa.

    Ello no debe de restar el reconocimiento y potenciacin de otros espacios de participacincomo los sealados anteriormente: su participacin en el asociacionismo, implicacin en mediosde comunicacin, espacios religiosos,. La participacin poltica de las personas migrantes, enespecial de las mujeres, ofrece oportunidades de integracin y deberan ser apoyadas en susdistintas formas, lo cual incluye la adquisicin de la nacionalidad, los derechos locales y lasestructuras consultivas.

    Tampoco podemos olvidar que las personas extranjeras que se encuentran en situacinadministrativa irregular no pueden ejercer el derecho de sindicacin, de reunin, de asociacin,de huelga, ni el de manifestacin. Respecto al derecho de sindicacin, recuerdo que Espaa haratificado el Convenio 87 de la OIT en el que se protege la libertad de afiliacin de todos-as los-as trabajadores-as , con independencia de su situacin administrativa, y que sin embargo esteconvenio no se cumple generndose una vulneracin de los derechos de las personastrabajadoras. Por lo tanto, esta desigualdad de derechos es uno de los principalescondicionantes que afecta a todo el contexto de la participacin.

    Se debera de hacer un mayor esfuerzo por incorporar la perspectiva de gnero y clase, yaque nos facilitara una mayor comprensin de las dificultades que presenta el colectivo paraconseguir realmente los derechos de participacin poltica y social. As pues, esto no supone

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    nicamente una propuesta, sino un serio reto a afrontar del cual, no estoy segura si estamosrealmente sensibilizados en mirar desde otra perspectiva, el fenmeno migratorio.

    Creo que la participacin va ligada ntimamente a la importancia de fomentar elsentimiento de pertenencia. La poltica de integracin de las personas inmigrantes esprincipalmente hacer polticas dirigidas a fomentar y acelerar el sentimiento de pertenencia, desentirse cada persona identificada en su entorno, tanto social, laboral, vecinal, escolar,... Esevidente que hay una vinculacin directa entre la voluntad de participacin y el sentimiento depertenencia a una sociedad y el sentimiento de pertenencia est directamente vinculado a lageneralizacin de los derechos de ciudadana a todas las personas.

    Habiendo reflexionado sobre el tema que nos preocupa y nos ha reunido para tratar en esteencuentro, me surgen muchos interrogantes al respecto: Hasta que punto la sociedad y elsistema social y poltico vemos a la poblacin migrante como miembros de la sociedad y lesdejamos participar en la misma?; Dnde, como y cuando las personas migrantes tienen laposibilidad de influir en su entorno?; forman parte de la sociedad, pero no de la comunidadpoltica?; cmo se puede propiciar la participacin de las mujeres, si no se les reconoce comotales?. Tampoco puedo olvidarme del contexto general en el que vivimos. Es decir, nosencontramos sumergidos cada vez ms en una sociedad individualista, de consumo, capitalistadonde prima el bienestar individual y la satisfaccin de nuestras necesidades, la mayoracreadas como producto del modelo de sociedad que hemos construido. Por lo que, debemos decuestionarnos si ello es compatible con una defensa y lucha colectiva de los derechos sociales detodas las personas, o ms bien nuestras preocupaciones giraran para solventar nuestrosproblemas y seguir manteniendo nuestro bienestar logrado a lo largo de estos ltimos aos,principalmente.

    Creo que una reivindicacin de los derechos debe de ir acompaada de un cambio devalores y actitudes como personas. Lo que en realidad necesitamos en ser distintos: sustituir lalgica del poder por la tica de la felicidad, las soluciones violentas por la resolucin pacfica delos conflictos, la competencia por el cuidado y la solidaridad, y la imposicin a la fuerza por larazn del amor. Es lo que han hecho siempre las mujeres en el mbito privado. El reto es queaprendamos a hacer tod@s en cualquier mbito de la vida social y el peligro, que para seriguales asumamos la masculinidad dominante.

    VI.- BIBLIOGRAFA:

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    Valencia, 27 de octubre de 2005