Pinochet

Pinochet, ni alegría, ni llanto Por Koldo Aldai No es al egrí a, pero tamp oco llanto, podría ser compasión. Pinochet escapó del banquillo de la justicia a la que debía haber sido sometido, pero no podrá sustraerse a otros sumarios de indeleble tinta. Hay otras togas que no se sortean con falsos partes médicos. llos también caen, los dictadores ta mbién caducan. !u horror no es por siempre. sp eran"a y ale gr ía, po r lo tant o, de que los humanos #amos conquistando más al ta s cotas de justicia y libertad. speran"a y alegría sí, de que la historia progrese, de que la nomenc latura de dictadores #aya mermando y la humanidad emancipando, de que $%a &oneda' albergue una mujer noble, efica" y entregada( Nos bastan esas alegrías. Ning)n infarto las colma. Ning)n dolor ajeno, por mucho que el sufriente haya hecho a su #e" padecer a los demás, nos causa satisfacción. *+ónde la alegría, si tan may)sculo fue su desatino, si ni siquiera con canas y torpe bastón suspiró arrepentimiento No hay go"o por la partida de seres que tanto erraron, que tanto sufrimiento ajeno cargan a sus espaldas. *-ómo borrará el general la sangre, cómo el dolor y el llanto causados de unos anales, ahora sí, inalterables l ataque al cora"ón del déspota sólo confirma la superioridad de una ley que no es de este mundo, que gobierna sobre nuestros tribunales, ley ineorable de la #ida y el amor ante la cuál los militares golpistas tienen también, más pronto que tarde, postrarse. %a compasión es un ejercicio de entrega y de fe en el que merece la pena entrenarse. %os tiranos nos dan la oportunidad de desarrollar esa imprescindible muscul at ura del alma. %as fronteras de la gen eros idad nos desbordan a los mortales, pero mientras eploramos sus límites infinitos, podemos guardar a buen recaudo el ca#a para las Na#idades que ya planean, podemos incluso atre#ernos a descorchar oración por el ánima de quien, tan pesada carga de injusticia y dolor sembrados, lle#a encima. Koldo Aldai

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