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Placido Domingo 2015-09-19 Erika P. Bucio y Yanireth Israde Cd. de México (19 septiembre 2015).- Fotogalería Plácido Domingo está de vuelta en Tlatelolco. En 1985, en la cúspide de su carrera, se empolvaba las manos entre los escombros del Edificio Nuevo León. Acudía presto al auxilio de una Ciudad devastada por el terremoto. Treinta años después, en esta Plaza de las Tres Culturas, lo aguardan bajo la lluvia tres mil personas. Ese sitio que Elena Poniatowska declara sagrado ante una multitud expectante. "Aquí están nuestros muertos, aquí han sido asesinados los jóvenes. Se han caído edificios, como el Nuevo León, que se dobló como una ola", comparte la escritora.

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Placido Domingo 2015-09-19

Erika P. Bucio y Yanireth Israde Cd. de México (19 septiembre 2015).-

Fotogalería

Plácido Domingo está de vuelta en Tlatelolco. En 1985, en la cúspide de su carrera, se empolvaba las manos entre los escombros del Edificio Nuevo León. Acudía presto al auxilio de una Ciudad devastada por el terremoto. Treinta años después, en esta Plaza de las Tres Culturas, lo aguardan bajo la lluvia tres mil personas. Ese sitio que Elena Poniatowska declara sagrado ante una multitud expectante. "Aquí están nuestros muertos, aquí han sido asesinados los jóvenes. Se han caído edificios, como el Nuevo León, que se dobló como una ola", comparte la escritora.

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Y en esa ola perecieron los tíos y un sobrino del tenor aquel 19 de septiembre. Han pasado ya 30 años. Domingo, de 74 años, voló desde Los Ángeles, donde cantó en Gianni Schicchi y dirigió a la orquesta en Pagliacci. Nada más terminar, subió al avión y, en pleno vuelo, revisaba la partitura del Réquiem de Verdi. El homenaje a las víctimas y rescatistas del terremoto. Llega a Tlatelolco, sin dormir, con saco y pantalón gris, sin corbata y un ensayo por delante. La lluvia amenazante. "Será el día de la ira, día terrible, día de luto. El mundo se hará cenizas", cantaba el coro Enharmonia Vocalis. Domingo arenga a la Filarmónica de la Ciudad de México: "Vamos a hacer todo con todo el sentimiento y la emoción". Y remataba con un chilanguismo: "Nos vemos al ratito". Y el tenor, antes de abandonar el escenario, junta las palmas de las manos e implora al cielo que no llueva. Pero el Réquiem comienza bajo una pertinaz lluvia, con José Areán en el podio. 15 minutos bajo el aguacero y de pronto el cielo escampa. Las cabezas, protegidas por capas de plástico, se descubren. Es el turno de Domingo. 30 minutos en el podio que lo dejan agotado pero satisfecho. "¡Gracias Plácido!". Una gratitud que los vecinos de Tlatelolco, que lo han recibido en su casa, sellan con palabras. "Plácido, tienes un lugar en el corazón de los tlatelolcas", le dice Cuauhtémoc Abarca, de la Coordinadora de Residentes. Y el grito de la multitud que no cesa: "Que cante, que cante". Pero Plácido, por primera vez al micrófono, se disculpa por no estar en condiciones. Cuenta la proeza conseguida la noche anterior en la Ópera de Los Ángeles. Y la emoción, de tan grande, tampoco se lo permite. "Vivamos con la emoción de hoy y con la esperanza de que nunca vuelvan a suceder las tragedias que han sucedido en este lugar", dice. Pero si Domingo no puede cantar, ahí está la gente para cantarle. "De la sierra morena, cielito lindo, vienen bajando....", surge entre la multitud. Y Plácido, conmovido, los ojos humedecidos, con un sombrero de charro en la cabeza que los vecinos le han regalado, se une al coro multitudinario, espontáneo, que retumba en la Plaza. Plácido Domingo se va con una promesa: volverá. La próxima vez no será un Réquiem. "Un concierto alegre porque las cosas vayan mucho mejor". Y se avivaron los recuerdos ¡Qué corra la nube, que corra, que no descargue!, suplicaba María Concepción Torres, de 73, años, pelo corto, aretes tornasolados, cuando el chipi chipi mojaba las 3 mil sillas dispuestas en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Faltaba una hora para el concierto de la Filarmónica de la Ciudad de México en memoria de las víctimas del terremoto del 85, con Plácido Domingo como batuta huésped. La multitud se encapuchó con los impermeables que cada silla plegable tenía amarrado del respaldo, obsequio de los organizadores. De repente desaparecieron los shorts, las minifaldas, el collarín de algún cuello, los suéteres, los sombreros, los moños: el gentío se uniformó. Eran entonces dos nubes grises: la del cielo, acechante, y la otra que tiritaba desparramada en la plaza. Había otros racimos que asomaba desde los edificios de Tlaltelolco, pero no precisaban de hule. María Concepción, residente de la colonia doctores, miraba hacia arriba, cada vez más dudosa de que su plegaria se escuchara: ¡que no descargue, que no descargue!. La nube le ensombrecía el regocijo de haber alcanzado un asiento aunque se formó a las 4 de la tarde. Sus amigas del deportivo Félix Azuela, "chicuelas" de entre 70 y 80 años, estaban allí desde las once, sin comer, sin desayunar.

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A un niño le apuraban las pantallas colocadas junto al escenario que proyectaban imágenes de edificios desplomados, maniquíes rotos, varillas retorcidas: "¡quítenlas se van a mojar!" Y descargó la nube al principio del concierto, a las 6 de la tarde. Un hombre de gorra lamentaba no poder aplaudir el "Réquiem" de Verdi porque debía sostener la sombrilla. Los paraguas de estampado geométrico, del PRD y de Morena, de la Sección Amarilla, de OFUNAM, de súper héroes o con orejitas de catarina, estorbaban la visión de Plácido y de los músicos. Cuando el cielo se despejó el público ni parpadeaba. "El concierto me removió todo: el olor a gas, el olor a muerte, la noche tenebrosa. Esto no se puede olvidar ni en 30 ni en 50 años porque ves a la gente corriendo, con un brazo roto, con sangre por todos lados", recordó Maria Eugenia Ponce, habitante del edifico Allende en Tlatelolco. Volvió aquella noche funesta para honrarla, remató Abraham, tenor que canta en la calle de Madero, quien llevaba a cuestas su letrero con el que pide que la gente coopere voluntariamente. Hora de publicación: 00:00 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=646109&md5=58b957e8774f2e0f1a11cf42959cce87&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mDxT8Avn Follow us: @reformacom on Twitter

Erika P. Bucio

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Fotogalería

El concierto, el memorial, en honor a los muertos del 85 desde el epicentro que fue Tlatelolco, dio inicio. Fue a las 18:09 cuando la velada, encabezada por Plácido Domingo dirigiendo la Filarmónica de la Ciudad de México, se instaló en el escenario, tras un ensayo previo del tenor con el ensamble, en el cual ejecutaron un fragmento del Réquiem de Verdi bajo una lluvia que se tornaba en llovizna. En La Plaza de las Tres Culturas se esperaba a 3 mil 500 personas. El tenor apenas había volado anoche desde Los Angeles hasta la Ciudad de México. Desde las 4 de la tarde se había comenzado a congregar el público, la gran mayoría vecinos de Tlatelolco, esa zona azotada por el desastre de hace 30 años. Pero también hubo quien vino de otros puntos de la ciudad, como Elena Poniatowska. "Estamos en una plaza sagrada. Aquí están nuestros muertos. Aquí han sido asesinados los jóvenes. Se han caído edificios como el Nuevo León", recordó la escritora y periodista. "Y aquí están todos ustedes. Son la gente más valiente, aquí debajo de la lluvia; la lluvia nos limpia, limpia al País", añadiría: "Vamos a escuchar con Plácido Domingo el Réquiem de Verdi, que es el homenaje más grande que podemos hacerle a los que ya murieron y ya se ganaron la gloria, que son hombres de bien como todos Ustedes". El concierto arrancaba con el director José Areán al frente de la orquesta, en la interpretación, precisamente, de Verdi, mientras Plácido Domingo aguardaba hacerse del escenario. Abajo, en los cientos de butacas, el paisaje era el de una Plaza de las Tres Culturas cubierta de plásticos y paraguas. Hora de publicación: 18:59 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=645941&md5=bed7c3f9c9a5b45a110e976e02306fd9&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mDyQGk00 Follow us: @reformacom on Twitter

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Hoy, a 30 años del terremoto

COLABORADOR INVITADO / Ana Lilia Cepeda

19 Sep. 2015

Desde que las ciudades existen, han sido destruidas y saqueadas; han padecido incendios y sequías; sufrido bombardeos, hambrunas y sismos. Y, sin embargo, renacen. La historia de la Ciudad de México no es la excepción. La capital mexicana ha atestiguado a lo largo de sus casi siete siglos de vida conquistas, guerras, inundaciones y un sin número de terremotos. No obstante, sigue en pie. Nadie puede olvidar la experiencia de los devastadores sismos de 1985. Para quien los vivió y perdió familiares, amigos y posesiones siempre habrá un antes y un después. A la fecha nadie sabe a ciencia cierta cuánta gente murió. Lo que sí constituye una certeza es que para muchos, y para México mismo, el curso de la vida de la ciudad cambió para siempre. En el terremoto, los mexicanos descubrimos con azoro a una sociedad civil capaz de salvar vidas o encontrar torturados en los sótanos, de remover toneladas de escombros y capaz de producirlos. En efecto, esa sociedad civil que emergió en los sismos, en pocos años haría escombros al sistema político mexicano. Los mexicanos, antes que los alemanes, tiramos nuestro muro de Berlín. Empezamos a luchar con éxito, antes que en la Europa del este, contra los partidos de Estado y contra las ortodoxias de los partidos de izquierda. La avasalladora elección de 1988 en contra del régimen encuentra su explicación más inmediata en los sismos. El terremoto cimbró la ciudad y las conciencias. La mayoría de los análisis en torno al terremoto nos muestran un Estado desdibujado. Los relatos de los sobrevivientes hablan de medidas gubernamentales equivocadas, como enviar al ejército a acordonar la zona de desastre y no a trabajar en el retiro de toneladas de escombro para rescatar vidas, o bien, rechazar la ayuda humanitaria internacional argumentando que era innecesaria. El sistema entre los escombros quedaba al descubierto, como en el hecho de encontrar cadáveres con signos de tortura en los sótanos de la derruida PGJ del DF. El terremoto fue la caja de pandora que dejó al descubierto faltas y triquiñuelas cometidas en la ciudad, tanto por instancias gubernamentales como privadas, pero también de ella salió una sociedad solidaria y capaz de organizarse. Al igual que el número de pérdidas humanas, nunca quedaron claras las cifras de los inmuebles afectados por los sismos, lo cierto es que un número significativo de edificios sirven de muestra. Algunos de ellos quedaron totalmente destruidos, otros inhabilitados para su funcionamiento por daños estructurales. Los que más impactaron, sin duda, fueron los conjuntos habitacionales, el Multifamiliar Benito Juárez, y el Nonoalco-Tlatelolco. El sistema de salud fue gravemente afectado con la pérdida del Hospital General, el Hospital Juárez y el Centro Médico, reconocido como uno de los centros hospitalarios más importantes del continente.

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Ante la desesperación y el asombro fueron trastocadas las vidas de los visitantes a la ciudad. El Hotel Regis conocido como un ícono de la ciudad; el Hotel Continental, el Finesterre, el Versalles, el Romano, el de Carlo, el Prince, el Alameda... el Del Prado. Hubo un alto número de inmuebles gubernamentales derruidos, la Secretaría del Trabajo, la de Marina... Frente a estos hechos quedó una sensación de indefensión; por momentos parecía que ni el Estado mexicano quedaba en pie. El testimonio más sugerente de la falta de cultura en cuanto a protección civil fue el registrado en el noticiario Hoy Mismo con sus conductores tratando de calmar al público y convencerse a sí mismos de que el movimiento telúrico era pasajero y de que la población mantuviera la calma. Lo último que se escucha antes de perder la señal es que son las 7 con 20 minutos. Al mismo tiempo se desplomaba la torre de 30 toneladas de Televisa. La Ciudad de México está asentada en el antiguo entorno lacustre de los lagos de que abarcaban 2 mil kilómetros cuadrados. El temblor fue de 8.1 grados en la escala Richter, considerado el más fuerte del siglo XX ocurrido en el Continente. ¿Por qué esas mismas construcciones, con iguales características, ubicadas en otras zonas de la ciudad, no fueron afectadas? Una de las explicaciones es el subsuelo. El Dr. Jorge Flores Valdés, reconocido físico de la UNAM, observó que todos los edificios desplomados estaban construidos sobre el antiguo lago y que el centro de la ciudad está rodeado por zonas de sedimentos y rocas, lo cual provoca que la onda sísmica quede atrapada en el terreno acuoso. El proceso de recuperación y de aprendizaje está inconcluso. Hoy, a 30 años de los sucesos se desconoce la cifra exacta de las víctimas y de la cantidad de inmuebles afectados. Hoy, a pesar de los avances tecnológicos, desconocemos el paradero de 43 normalistas. Hoy, inicia la construcción de un nuevo aeropuerto en la zona lacustre de los antiguos lagos de la gran Tenochtitlán. La autora es editora de la versión digital del libro Terremoto: 30 años después, Editorial Ink, 2015

Leer más: http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=71776#ixzz3mE3HMbAw Follow us: @reformacom on Twitter

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Treinta años después

La lucha vecinal ejercida por los tlatelolcas a partir de 1973 representó tal vez el primer

triunfo popular sobre el Partido Revolucionario Institucional. Este éxito fue la punta de

lanza tomada posteriormente por los ciudadanos luego del trágico sismo del 19 de

septiembre de 1985, pues resulta evidente que la Coordinadora Única de Damnificados

no se hubiera constituido con tal prontitud de no haber habido un empuje previo. Una

organización eficaz espontánea es prácticamente imposible.

El terremoto, y la consiguiente movilización ciudadana, desató la ambición de

elementos que no habiéndose distinguido antes ni por sus ideas ni por su activismo,

aprovecharon la diáspora tlatelolca tras el sismo para incrustarse en las nuevas

agrupaciones, presentándose como líderes democráticos y honestos. Por lo mismo,

resultaba inconveniente para ellos que se conocieran los antecedentes solidarios de la

comunidad tlatelolca.

Como participante activo de tal esfuerzo social, puedo asegurar que esta historia se

eslabonó con el movimiento estudiantil de 1968 por su estrategia de concientización,

por su honestidad, y destacadamente, por la conquista del autogobierno.

El testimonio de aquella lid de los años setentas, vertido con el nombre de Movimiento

Vecinal en Tlatelolco* Una experiencia urbana, fue totalmente ocultado pese a su

relevancia. No convenía a los oportunistas divulgarlo por razones obvias; no importaba

la superación de los demás, sino explotar el desconcierto para disfrazarse de

revolucionarios.

El Partido de la Revolución Democrática alcanzó el poder en el Distrito Federal al

principio de los años noventas, y los funcionarios designados para controlar esta zona,

lejos de intensificar la solidaridad vecinal y elevar las condiciones económicas de sus

habitantes, forzaron la condominización de Tlatelolco a la cual nos opusimos por más

de una década. Tal acción perjudicó a 10 000 familias del multifamiliar, que

actualmente no cuentan con grupos independientes que las defiendan como antaño, con

lugares públicos dónde manifestar sus inconformidades, que carecen de seguro contra

catástrofes, que no disfrutan de actividades culturales y de zonas de esparcimiento

tranquilas y limpias, y por supuesto, que no tienen ingerencia alguna para administrar

Tlatelolco o proponer un uso racional de su presupuesto.

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Los líderes —fingidamente de izquierda— que desde entonces controlan este conjunto

urbano, permitieron la privatización de la red de gas, que por más de dos décadas surtió

de este energético a —relativamente— bajo costo. Ahora, una empresa extranjera

impone precios e inspecciones de seguridad fuera de los departamentos, no como

antaño, que éstas incluían las viviendas en el costo del producto. Puestos callejeros

invaden zonas internas de Tlatelolco, publicidad partidista y comercial difundida

mediante bocinas altisonantes agreden con frecuencia a sus moradores. El museo de

sitio con el cual soñamos desde siempre, continúa siendo una ilusión. En suma, el

retroceso ha sido constante en todos los sentidos.

Al incorporar este material en Internet para uso general, pretendo desencriptar un

episodio paradigmático y ponerlo al servicio de sociólogos, urbanistas, historiadores,

colonos, y ciudadanos que pretendan mejorar su entorno habitacional y cultural.

Max Mendizábal.

Movimiento Vecinal en Tlatelolco obtuvo en 1983 Mención Honorífica en el

concurso Testimonio, del Instituto Nacional de Bellas Artes.

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Í N D ICE

Treinta años después ------------------------- 1

Presentación ----------------------------------- 3

Dedicatoria ------------------------------------ 5

Motivación ------------------------------------ 6

Generalidades --------------------------------- 7

El Inicio ---------------------------------------- 9

La Asociación Arteaga Lerdo --------------- 16

Entrevista Presidencial ----------------------- 20

El Convenio ------------------------------------ 25

Un Consejo en Tlatelolco -------------------- 28

Doce Mil Familias Incomunicadas ---------- 36

Comercios y Anarquía ------------------------ 37

Clubes y Vagancia ---------------------------- 39

Directivas y Democracia --------------------- 43

¿Condominio Tlatelolco? -------------------- 47

Dos trabajos sobre Tlatelolco --------------- 49

De Direcciones y Políticas ------------------- 54

Conclusiones ----------------------------------- 56

Documentos ------------------------------------ 60

Notas ------------------------------------------- 63

La autoadministración es el camino -------- 74

PRESENTACIÓN

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La cuestión de cómo se organiza la gente que habita en comunidades urbanas,

en búsqueda de solución a sus problemas cotidianos, en concreto de aquellos

referentes a la gestión democrática en el manejo de la vivienda multifamiliar y

de su entorno o espacio geográfico, es algo poco estudiado en nuestro país. Esta

ausencia recién se empieza a superar con la realización de trabajos efectuados

por distintos investigadores preocupados por explorar las formas de autogestión

vecinal en una sociedad como la mexicana, cuya industrialización y urbanización

en las últimas décadas han avanzado vertiginosamente.

En este sentido, el trabajo de Max Mendizábal expone cuáles han sido las

vicisitudes de la lucha de los residentes de esta zona, ubicada en el centro de la

Ciudad de México, en un contexto de crisis económica que agobia al país y

despierta la necesidad de organizarse colectivamente para impedir el deterioro

de sus condiciones de vida a través de la llamada “AUTOADMINISTRACIÓN”.

Existe también una inquietud ciudadana creada particularmente por los sucesos

de 1968, de participar democráticamente en la toma de decisiones en los

asuntos públicos a varios niveles, entre ellos el municipal y/o delegacional (como

en el caso del D.F.).

Este libro aporta abundantes datos e información acerca del movimiento vecinal

tlatelolca, en su lucha contra, por un lado, el paternalismo y despotismo de las

autoridades e instituciones de gobierno, y por el otro, contra el individualismo y

conservadurismo propios de una gran parte de la clase media urbana en México.

Tales experiencias servirán, sin duda, a otros conglomerados en busca de

organización.

Esta obra obtuvo, con el nombre de “La Autoadministración en Tlatelolco”,

Mención Honorífica en el concurso “TESTIMONIO” 1983, del Instituto Nacional de

Bellas Artes, justificada por su contenido analítico, ágil y comunicante.

Ediciones Unidad Urbana presenta al público este trabajo, coincidiendo con el

pensamiento del autor en el sentido de que los pequeños y graduales cambios

ayudan a producir las grandes transformaciones que son indispensables para

construir una sociedad más libre y justa en nuestro país.

Sociólogo Aurelio Cuevas. UNAM. 1983.

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Movimiento vecinal en Tlatelolco *

Una experiencia urbana

Max Mendizábal

* Mención Honorífica “Testimonio 1983”. Instituto Nacional de Bellas Artes.

* Se autoriza su difusión.

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Dedicatorias

A mis hijos, a quienes aparentemente

descuidé con mi participación, pero

que mucho aprendieron de ella.

A Martín Reyes Vayssade.

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M O T I V A C I Ó N

Como en tantos lugares de nuestro país, el ciudadano de Tlatelolco se ha

sentido terriblemente desamparado cuando busca la solución a los problemas

de la comunidad. La injusticia, la intransigencia y la sordera de quienes han

lucrado en esta unidad habitacional inició con sus primeros administradores

hacia sus primeros pobladores. Estos no han cejado desde entonces en obtener

el derecho a gobernarse a sí mismos. En el camino para lograrlo, un paso

trascendental ha sido la conquista de la Autoadministración.

A más de siete años de distancia, con avances y retrocesos se percibe

claramente que lo que motivó esta movilización era solamente la cima de un

sinfín de anomalías producidas por la sociedad corrupta procreada por el

sistema en que vivimos, que al emerger lentamente va mostrando el panorama

putrefacto de su conformación.

Cualquier labor por pequeña que sea, que logre elevar la concientizaci6n de la

sociedad, es un espacio más conquistado a la burguesía.

Con esta idea se han elaborado estas memorias.

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GENERALIDADES

UTILIZACIÓN DEL SUELO ZONAS VERDES

Áreas habitacionales 129 196.84 m2 1a. Sección 54 199.50 m2

Áreas de servicios sociales 177 354.83 2a. Sección 64 183.50

Áreas libres1 461 471.64 3a. Sección 67 607.50

Total 768 623.31 Total 185 990.50

EDIFICIOS Y DEPARTAMENTOS

BANOBRAS ISSSTE TOTAL

1a. Sección 18 2 266 10 1 140 28 3 406

2a. Sección 30 3 414 6 778 36 4 192

3a. Sección 36 4 310 - ---- 36 4 310

3a. Sección 2 96 - ---- 2 962

Total 86 10 086 16 1 918 102 12 004

Cuartos de servicio: 2 272

MISCELÁNEA

Población fija aproximada: 78 518

Densidad por hectárea: 1 022

Hospitales y clínicas: 63

Giros comerciales: 600*

Centros deportivos: 3

ESCUELAS

Preprimarias 11

Primarias 8

Secundarias 3

Total 22

Basura-recolección diaria en toneladas: 55*

* Informes del Lic. Pedro Loredo, subdelegado.

1 Restringida posteriormente.

2 Suites Tecpan. Departamentos aproximados. Banobras no los considera.

3 Utilizadas mayoritariamente para derechohabientes que no viven en la Unidad.

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Consumo anual de agua: 7,525 millones de litros.

Sistema de agua: 4 plantas hidroneumáticas. 3 unidades de bombeo (una con

veintidós motores; dos, con veinte cada una).4

OTRAS CONSTRUCCIONES

Ruinas prehispánicas

Torre de BANOBRAS

Secretaría de Relaciones Exteriores.

Iglesia de Santiago.

Cine Tlatelolco

Central Telefónica.

Edificio de Administradora Inmobiliaria.

Dos zonas comerciales.

Estacionamiento de BANOBRAS

Estacionamiento bajo techo (3a. Sección).

4 El Gráfico de Tlatelolco No. 29. Enero 1 de 1974.

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EL INICIO

A finales de 1973 los adquirentes de departamentos en Tlatelolco padecían intensamente la

abulia de Administradora Inmobiliaria S. A. (AISA), empresa creada por el Banco

Nacional de Obras y Servicios Públicos, S. A. (BANOBRAS), para proporcionar el

mantenimiento de los edificios de esta Unidad Habitacional.

Las altas cuotas que por ese concepto se cobraban, sumadas al subsidio proporcionado por

el Departamento del Distrito Federal de veinte millones de pesos anuales, desaparecían

misteriosamente con el mismo ritmo que los edificios y áreas comunes se deterioraban. La

Unidad "se volvió el paraíso de la delincuencia, las pandillas, la drogadicción, la

prostitución".5 Las protestas eran ignoradas, y la suciedad con su secuela de plagas daban

un tono de miseria a Tlatelolco.

El 26 de diciembre AISA envió a cada residente una circular en la que manifestaba la

necesidad de incrementar tales cuotas de mantenimiento a partir del mes siguiente en un 20

por ciento.

Más que el aumento —exorbitante si tomamos en cuenta que cada año, por contrato,

aumentaban 5.4%—, "fue el cinismo de BANOBRAS y AISA que se atrevían a cobrar aún

más por servicios que no proporcionaban, lo que motivó una repulsa general. Ésta se

resumió en acción de los vecinos en los edificios General José María Arteaga y Miguel

Lerdo de Tejada, que invitaron a una asamblea en el club Cinco de Mayo6, mediante

mantas y volantes a los habitantes del conjunto.

La asistencia atiborró el local, y espontáneamente fueron manifestándose propuestas que

conducirían a la elaboración de los puntos esenciales de esta lucha: Se organizó un comité

para coordinar la participación de diversos grupos; se formaron comisiones (organización,

finanzas, legal, propaganda), y se propusieron medidas para acumular mayores fuerzas,

como el volanteo y la recabación de fondos para la contienda.

Con el Comité Coordinador Provisional de los Residentes del Conjunto Urbano Nonoalco

Tlatelolco (COCO), comenzó a comprenderse el origen de los problemas existentes en

nuestro ámbito.

Desde el comienzo, y por su participación abierta, los más destacados líderes fueron

hostilizados por el gerente de AISA Nava Ciprés. Hubo amenazas telefónicas, “La federal

de seguridad vino por acá a entrevistar a algunos dirigentes. Se intervinieron teléfonos y

hubo conatos de represión. Amenazas en los trabajos e intentos de desalojo contra los

dirigentes".7 Más como el movimiento había alcanzado una fuerza imparable, Nava Ciprés

fue sustituido el 29 de enero de 1974 por Salvador Lima Zuno. Éste, al igual que su

predecesor, utilizó los fondos de las cuotas de los residentes para tratar de desprestigiar a la

incipiente organización vecinal. Su presentación ante la comunidad fue con una circular

distribuida en cada departamento, en la que además de destacar sus triunfos personales

esbozaba su táctica paternalista, divisionista y embustera qué lo caracterizó siempre.

Afirmaba que pudo observar en una reunión en el club Cinco de Mayo “la falta de unión

que hay entre los residentes de esta Unidad, y demagógicamente añadía que "son los

residentes de Tlatelolco los que deben participar en las decisiones de alto nivel", lo cual por

supuesto jamás había ocurrido ni facilitó tal posibilidad durante su gestión. Por ello, y por

las constantes amenazas a sus dirigentes, aunadas con la negativa a derogar el arbitrario

5 Punto Crítico. Marzo 30 de 1977. Página 21.

6 Hoy Teatro Ricardo Flores Magón, apropiado indebidamente por el Congreso del Trabajo.

7 Punto Crítico, marzo 30 de 1977. Página 21.

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aumento, se decidió en las siguientes asambleas realizar una huelga de pagos contra

BANOBRAS. Las mensualidades se depositarían sin el aumento en Nacional Financiera

(NAFINSA), para evitar caer en la ilegalidad. También se establecieron una serie de

acuerdos plasmados en el boletín "A la Opinión Pública", del 8 de febrero de 1974, que

fueron:

1. Rechazar absoluta y categóricamente el aumento del 20% pretendido por

AISA.

2. Suspender los pagos a AISA y depositarios en Nafinsa sin ningún aumento.

3. Exigir una auditoría a la Administradora Inmobiliaria, S. A.

4. Solicitar al Presidente de la República el cambio de régimen: de

fideicomiso al de condominio.

5. La reestructuración y mejoría completa de los servicios generales y de

mantenimiento del Conjunto Habitacional, por lo que "exigimos que estos

servicios queden precisados y garantizados tanto en calidad como en

cantidad', ya que "la respuesta de la Administradora Inmobiliaria así como

del Banco ha sido una completa negativa acompañada de una serie de

maniobras para confundir y amedrentar" a los residentes. Agregaba que "el

Lic. José Salvador Lima Zuno nos ha hecho miles de promesas, pero no se

muestra dispuesto a derogar el aumento del 20% aunque sí nos ha pedido

que nosotros levantemos la suspensión de pagos acordados justamente", y

terminaba con una petición: '"En virtud de todo lo anterior estamos

solicitando a1 señor Presidente Luis Echeverría Álvarez, su intervención a

favor de las 20 mil (sic) familias que habitamos este Conjunto Urbano”.

Para facilitar el mecanismo de protesta se imprimió un instructivo de organización,

recomendando los siguientes pasos:

1. La forma de organización más simple en la que debemos procurar que estén

incorporados todos los habitantes del Conjunto Urbano, son las

asociaciones de residentes debidamente legalizadas ante notario público

con sus respectivos estatutos, ya como Asociación Civil.

2. A la fecha existen unas cuantas asociaciones ya registradas y la meta debe

ser crearlas en todos los edificios del Conjunto de manera que se vayan

uniendo y pronto contemos con una Confederación o Federación de

Asociaciones de Residentes.

Se complementaba la sugerencia organizativa con una serie de medidas tales como la

creación de comités por edificio en aquellos en los que no existiera una asociación; su

integración sería iniciada por quienes tuvieran mayor interés, y mediante pláticas

personales irían convenciendo a los demás de su necesaria participación para que una vez

acumuladas más fuerzas celebraran en los edificios asambleas generales difundiéndolas

mediante carteles en las entradas, en las terrazas, en los elevadores, o distribuyendo

volantes bajo las puertas de los departamentos. En las asambleas se expondrían las razones

del movimiento se elegirían delegados, comisionados o responsables de organización y

propaganda, recomendándose la creación de comisiones juveniles, de amas de casa y de

locatarios. Agregaba el volante que era indispensable incitar a la participación de todos,

pues las tareas serían múltiples, como la impresión y distribución de propaganda,

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recolección de fondos, visitas domiciliarias, pintas y colocación de mantas y carteles,

visitas a medios noticiosos, realización de censos, fijación de cuotas, etc. Los responsables

deberían contactarse con la Comisión de Prensa y Propaganda para centralizar las

actividades y posteriormente celebrar una asamblea de cada sección de la Unidad

intercomunicándose así fluidamente los sucesos.

Énfasis especial se daba al procedimiento democrático que debería emplearse al elegir

representantes. Debería permitirse la participación de todos los residentes. Se rechazaría la

intervención de cualquier partido político para evitar ser manipulados. Se advertía que

ningún dirigente debía actuar por su cuenta "sin conocimiento o a espaldas de la gente",

debiendo informar sobre sus actividades como tal, y que "no podrá llegar a acuerdos con

las autoridades sin previamente consultar a los residentes, y será removible en cualquier

momento en que así lo decida la asamblea, “para ser sustituido por otro".8

Se imprimió un instructivo para depositar en Nafinsa, el que paso a paso detallaba lo que

debía realizarse para no pagar a AISA el pretendido aumento9.

Cabe destacar que en una de las asambleas la diputación priísta trató de tomar la palabra

para "ayudar a sus electores" y fueron repudiados por los asambleístas, por lo que tuvieron

que abandonar el local. A pesar de eso, buscaron componendas a las que se prestaron

indebidamente algunos dirigentes.

En la tarde del 29 de enero de 1974 los titulares de los diarios señalaban la magnitud que

había tomado el movimiento. Últimas Noticias a ocho columnas indicaba:

"ESTALLÓ LA HUELGA EN TLATELOLCO"; "Suspenden los pagos 12 000 familias".

Concretamente, a principios de marzo, los depósitos en Nafinsa alcanzaban la cifra de

4007.

Alarmado, Lima Zuno organizó un sinfín de reuniones para apaciguar a los vecinos sin

conseguir su objetivo, aunque sin tregua con los boletines desorientadores que continuó

emitiendo y que alcanzaron una circulación sin precedente. Sus falacias obligaron a la

COCOP a firmar a partir de ese momento los boletines que expedía para evitar falsifica-

ciones de los mismos, a la vez que advertía sobre esta campaña deleznable del

administrador. Esta misma Comisión se vio en la necesidad de publicar los nombres de los

residentes que traicionando al movimiento obstaculizaron su marcha y que fueron cam-

biados por acuerdo de asamblea.

Otra arma contra los vecinos fue el periódico El Gráfico de Tlatelolco, que con alto costo

se repartía gratuitamente en cada departamento, y cuyos artículos buscaban fomentar

incertidumbre en sus doce páginas de buen papel. Ensalzaba a BANOBRAS, a AISA, y por

supuesto a Lima Zuno, de quien se repetía su fotografía en cada página del pasquín.

Motivó gran disgusto en los residentes el percatarse que el contrato que les expedía

BANOBRAS consistía en un "Certificado de Participación Inmobiliaria no Amortizable

Serie B”, que únicamente daba derecho a sus tenedores a ocupar el departamento, pero sin

establecer que éste era una adquisición. El por qué hasta entonces se advertía tal situación

era debido al mecanismo utilizado por BANOBRAS para "vender": la publicidad aludía a

que "vivir en un departamento de Tlatelolco" tenía una serie de beneficios, pero sin

mencionar lo del certificado. Al acudir el comprador, firmaba una solicitud que debía

acompañarse forzosamente con el enganche; los términos de la solicitud, si bien señalaban

la petición del cliente de que "me sea vendido el Certificado de Participación Inmobiliaria

8 COCOP. Instructivo de organización. Febrero de 1974.

9 COCOP. Instructivo sobre la suspensión de pagos. Febrero 8 de 1974. Ver documentos.

19

Serie B", y en el cual se subrayaba la palabra departamento, eran los acostumbrados por

las instituciones bancarias, esto es, confusas; con vocablos desconocidos por un comprador

común, a quien en caso de recelo, verbalmente le era despejada cualquier incógnita. Nada,

fuera de lo establecido por la empresa, se asentaba por escrito. Y el contrato, lo más

importante, se entregaba cuando el comprador estaba ya instalado en el edificio, en manos

de BANOBRAS y sin la más mínima fuerza para defenderse.

Es posible que otro método se haya utilizado, consistente en una aparente compra, ya que

una de las formas que el futuro colono llenaba era un contrato de compraventa con reserva

de dominio, pero que era recogido de inmediato por los encargados de llevar a cabo la

operación. Esto se desprende de un escrito mimeografiado en el cual el departamento

administrativo de AISA "suplica al departamento de supervisión se sirvan entregar al

interesado, previa la presentación del triplicado del contrato de compraventa con reserva de

dominio, el Certificado de Participación inmobiliaria Número________".

Protestas de todo tipo se multiplicaban por entonces: Los residentes de la tercera sección

acusaban a BANOBRAS de violar el Artículo 348 de la Ley General de Títulos y

Operaciones de Crédito, desviando su trayectoria "en una Institución de Lucro" y que "los

contratos no garantizaban en forma alguna la copropiedad del inmueble que se está

habitando al extinguirse el fideicomiso"10

, haciendo eco a las demandas del COCOP y

agregando otras concernientes a la solvencia moral de los administradores de la Unidad.

En otro volante, se refutaban las falaces posturas de Lima Zuno, que manifestaba una doble

personalidad en la que no podía confiarse, pues su veleidad no garantizaba ningún avance

en las pláticas, y a su lema de "Administremos Juntos” se respondía con el combativo

"Luchemos Juntos; Administremos Solos". Se apuntaban también los acuerdos de la

asamblea general del 8 de marzo entre los que destacaban éstos: que "Para lograr cooptar

activistas se realizaría un censo de RESIDENTES COMBATIVOS y CONSCIENTES", y

"Para evitar infiltrados en las asambleas, los asistentes deberían mostrar su último recibo de

pago, o la copia del escrito de consignación certificado a la entrada"; también se invitaba a

"enviar telegramas al Presidente de la República, protestando contra BANOBRAS", así

como a "Realizar un mitin de protesta ante el Consejo de Administración de BANOBRAS,

formar una comisión de amas de casa para entrevistarse con la esposa del Presidente;

legalizar ante notario público al Comité Coordinador Provisional, expulsar al señor Jesús

de la Torre y seguidores, por pretender sabotear la asamblea, buscar el diálogo e

intercambio de experiencias con representantes de otros conjuntos habitacionales".11

En todo esto no faltaron los imprescindibles cómicos de la democracia: se distribuyó un

volante, sin firma, en el que una agrupación fantasmal argumentaba entre otras bromas las

siguientes: "que existiendo 9 500 adquirientes, era necesario para que las asambleas fueran

legales" la participación de por lo menos 4 751, y que el local del teatro Cinco de Mayo

tenía sólo 468 butacas", agregando que los asistentes eran supuestos residentes, que "se

dedicaron a sembrar la confusión y el amago" (sic) "al grado de que los más incautos no

saben si lo que plantean es un problema administrativo o de “ideología partidista", que a las

asambleas “han arribado elementos de los llamados Comités de Lucha del Politécnico, que

mendigan cuotas y pintan mantas y pancartas". Acusaban con tales "pruebas" a los

dirigentes de ser "facciosos e incurrir en graves faltas de lesa personalidad jurídica,

suplantación de personas, usurpación de derechos y facultad de opinión, incitación al

10

Foro de Excélsior. Febrero 26 de 1974. Página 17- A.

11

Comisión de Prensa y Propaganda. Boletín Informativo # 2. Marzo de 1974.

20

enfrentamiento irracional e intransigente con las autoridades administrativas, dolo, fraude

y mala fe, al sorprender al público pidiendo dinero a nombre de los residentes, con todo lo

cual se ha deformado flagrantemente la situación que hoy prevalece en Tlatelolco".

Y una organización oportunista: Residentes Unidos de Tlatelolco, A.C. (RUTAC), que el

pueblo estribilló "currutá currutá", aparentó estar del lado de los residentes expresando

tibiezas y banalidades, mientras trataba con las autoridades de acuerdo a una invitación que

se hacía para participar en programas de fomento deportivo que habían "gestionado", en

plena lucha de los residentes con tales autoridades.12

Si los principales diarios notificaban a sus lectores las peripecias del movimiento,

nuevamente se manifestó la televisión como el medio más hostil a los problemas populares,

al negarse el locutor Jacobo Zabludowski a recibir a los dirigentes en su programa, el 29 de

marzo, cuando al término de una asamblea acudieron a la empresa televisora para

manifestarse. Ante el impedimento se comentó: "Claro, 24 Horas es un programa de una

empresa de la iniciativa privada para proteger los intereses del Estado" y "Ya sabemos

cómo están controlados los medios de comunicación en nuestro país".13

Esos grandes medios no iban a malquistarse con el Presidente señalando a su familiar como

inepto y arbitrario. Así, Lima Zuno hacía lo que quería impunemente, como notificar a

"Amado Rubio Eligio que cuenta con 48 horas de plazo para desocupar voluntariamente el

inmueble", no por azar, sino por haber participado en el movimiento.14

Aquél mismo

personaje, en combinación con la Delegación Cuauhtémoc, comenzó a rea1izar algunas

mejoras en el conjunto; ¡los contratos tenían que continuar!; varias empresas chupaban las

ubres de AISA sin dar nada a cambio, con el beneplácito de los encargados de la Unidad.

Así que tenían que moverse.

También fue entonces cuando comenzó a enfatizarse la posibilidad de la

autoadministración15

por causas que resaltarían años después: los edificios estaban

envejeciendo. El mantenimiento casi nulo de los primeros años ya no redituaba ganancias

ilícitas a los servidores públicos. Planteadas así las cosas, las alternativas para los

residentes serían:

O aceptar imposiciones de cuotas de mantenimiento con los pésimos servicios habituales;

lo que significaba dejarse robar sin presentar ya oposición alguna, o aceptar la

autoadministración, que redundaría en servicios eficientes y en un ahorro considerable de

dinero para la comunidad, y la continuación de una lucha a largo plazo, pues se

autoadministrarían edificios que se deterioraban a ojos vistas y que ni siquiera nos

pertenecían.

Los residentes de Tlatelolco pagaron durante varios años dobles impuestos. El predial, que

en todas partes debe servir para cubrir renglones municipales como jardinería, alumbrado

público, vigilancia, etc., y en sus cuotas de mantenimiento, en las que se incorporaban

gastos para jardinería, recolección de basura, reposición de unidades de luz mercurial,

vigilancia y otros rubros. Tal duplicidad fue señalada enérgicamente el 26 de marzo durante

la plática sostenida por parte del Comité Coordinador Provisional con el ingeniero Jesús

Robles Martínez, en la cual se analizaron también otros problemas, como la deficiencia

general de los servicios, el aumento en la cuota de mantenimiento, el desglose de los

12

RUTAC - Circular # 2. Marzo de 197'4 13

La Crónica de Tlatelolco. Abril 15 de 1974. Página 3.

14

10 Ibid. Página 1. 15

Lima Zuno. Circulares # 1 Y 2. Enero 30 y febrero 14 de 1974. AISA. Carta al COCOP. Marzo 5 de 1974.

Página 2.

21

gastos. en los recibos de pago, ya que exceptuando el relativo al consumo de gas,

desconocíamos las proporciones que por distintos conceptos erogábamos,

imposibilitándose los análisis de las erogaciones que AISA supuestamente realizaba. Sobre

este punto, el ingeniero Robles convino en formar una comisión o despacho de contadores,

pero en cuanto al aumento, se mostró intransigente. En cambio, se vio obligado a dirigir un

escrito al regente Octavio Sentíes el 8 de abril, en el que aceptando el doble e injustificado

cobro, solicitaba al jefe del Departamento del Distrito Federal a nombre de los habitantes

de la Unidad:

1. Que ese H. Departamento otorgue como contra-prestación por el impuesto predial y el

servicio de agua, los servicios a que está obligado.

2. Que mejore los servicios de acuerdo a. las necesidades y el número de causantes.

3. Que en caso de que ese H. Departamento no tenga el personal necesario para atender

dicho Conjunto, reintegre a la Administradora Inmobiliaria S. A., periódicamente, una parte

de los impuestos y derechos a fin de que no se vean perjudicados los causantes con su

doble pago, toda vez que la propia Administradora presta íntegramente los servicios que

corresponden a ese H. Departamento del Distrito Federal".16

Pocas veces un organismo gubernamental ha aceptado tan abiertamente estar cometiendo

una grave injusticia al público. Éste, con su fuerza de participación masiva en mítines

donde públicamente se denunciaban hechos indebidos, en declaraciones a los diarios de la

ciudad en la incorporación de activistas entusiastas, continuaba descubriendo conductos de

una cloaca como las hay miles en nuestro país.17

El COCOP también estuvo con el Delegado de la Cuauhtémoc el 4 de abril. Sobre la

duplicidad de pagos, Delfín Sánchez "Prometió tratar este problema inmediatamente con el

licenciado Octavio Sentíes, aunque no aceptó turnamos copia, diciendo que dicho trato

sería verbal y que "debido a la época (abril) la Delegación ya no tenía partidas disponibles

de su presupuesto, por lo que iba a ser necesario celebrar un convenio con AISA". Agregó

que "en un futuro cercano los problemas se resolverían con la participación de

representantes de AISA, D. F., RESIDENTES" (sic)."Respecto al problema de las

fábricas18

, sólo será portador de nuestra demanda a la Subsecretaría de Mejoramiento

Ambiental". Prometió mucho pero finalizó diciendo que "lo único que nos puede ofrecer de

inmediato es su leal simpatía (sic)".19

Mientras BANOBRAS reconocía errores y el delegado cumplía con su misión de diferir

planteamientos, Lima Zuno, cada vez más preocupado por los depósitos en Nafinsa,

enviaba cartas a los residentes exhortándolos a pagar en AISA, con su lenguaje "adulador.

A su vez, los bufetes jurídicos, con otro tono, amenazaban con rescindir el contrato a los

consignantes, aparentando ignorar que empleábamos un recurso totalmente legal pero con

la idea de amedrentar y desanimar a los depositantes. Supimos por ello que existían tres

bufetes jurídicos en la Unidad que se dedicaban a explotar a quienes por diversos motivos

retrasaban sus pagos; obtenían así utilidades usurarias con amenazas de desalojo y rescisión

de contrato a los morosos, práctica que más sutilmente continúa efectuándose pese a los

comentarios de funcionarios del banco de que tal situación terminaría.

16

El Gráfico de Tlatelolco. Año III # 21. Mayo 1° de 1974. Pág. 3. 17

La confirmación de esta anomalía no fue suficiente para que se subsanara en otros conjuntos de

BANOBRAS. En Villa Coapa ha persistido, pudiendo significar un plan deliberado de esquilmación. 18

Leviatán y Aceite La Polar contaminan toda esta zona del norte de la ciudad desde hace décadas. Sus

influyentes propietarios son inmunes a la ley, 19

Boletín Informativo # 3. Comité Coordinador Provisional. Abril de 1974.

22

En esta etapa, no solamente a pláticas se reducía la lucha: Con el fin de engrosar el

número de participantes y hacer trascender el movimiento, se organizó una marcha dentro

de la Unidad. La propaganda para esta movilización, la culpabilidad del sistema en el

asesinato colectivo del 2 de octubre de 1968, junto con el temor de un desaletargamiento de

la población citadina, motivó que las autoridades enviaran cientos de granaderos a la

segunda sección principalmente, que formando una valla compacta impidieron a los

marchistas el paso en San Juan de Letrán. Con tan sólidos argumentos oficiales, nos

limitamos a recorrer los andadores de la sección mencionada entreverándonos por sus

edificios.

Posteriormente, el 27 de abril un contingente de vecinos más numeroso volvió a marchar,

llegando finalmente a la plaza de las Tres Culturas sin contratiempos. Esta fue, no otra, la

primera concentración de protesta que culminó en el sitio vedado por el gobierno a las

expresiones populares durante casi seis años.

En los avances y retrocesos del movimiento no hubo tregua. Si bien por una parte las

autoridades presentaban una faz, por la otra continuaban su labor contra los organismos

más combatientes con el recurso ya mencionado del volanteo oficial y anónimo, ad-

virtiendo sobre los riesgos de actuar fuera de la tutela del banco; posponían o cancelaban

las pláticas a última hora, en un premeditado plan para debilitar el movimiento por

cansancio.

Por estos procederes, la asamblea general de residentes del 21 de junio, acordó realizar un

mitin en la Plaza de la Constitución el 8 de julio a las 10 de la mañana, a. la que acudió un

buen número de personas considerando que tal día era laborable, acompañados por un

contingente de Lomas de Plateros que tenían problemas similares a los nuestros, y con

quienes se había realizado un encuentro el pasado 17 de abril.

Para sabotear el acto, AISA organizó una "Marcha Deportiva" acarreando algunas decenas

de jóvenes que "agradecieron públicamente al Sr. José Salvador Lima Zuno, Gerente

General de AISA, los beneficios materiales, morales y económicos que les han sido

otorgados".20

Nunca se sabrá cuánto dinero dilapidó Lima Zuno buscando congraciarse con los

tlatelolcas, pero principalmente tratando de hacerse "popular". Festivales, comidas,

revistas, cocteles, apadrinamiento de equipos deportivos hechos al vapor, etc., fueron

comunes durante el tiempo que duró su desgobierno en Tlatelolco. A todos ellos los usó

como trampolín para obtener una diputación inmerecida. Y todo esto ¡con nuestras cuotas

de mantenimiento!

20

El Residente, .# 5. Julio de 1974 Pág. 2. (Para el folklore político nacional: en este pasquín de recursos

oscuros, aparece Lima Zuno fotografiado ¡23 veces!

23

LA ASOCIACIÓN ARTEAGA LERDO

Durante los acontecimientos mencionados y por largo tiempo después, se tuvo un cuidado

especial en mantener el más estrecho contacto con la base. Esto tuvo su mejor expresión en

la Asociación Arteaga Lerdo —dos edificios, cuatrocientos departamentos y cerca de

cuarenta locales— por dos circunstancias: la acumulación de problemas en este sector

causados por la terminal en ese entonces de la línea tres del metro, las terminales de unas

treinta líneas de autobuses urbanos y suburbanos, cinco de peseros, una de trolebuses, un

sitio de ruleteros y el paso de locomotoras hacia las fábricas aceiteras en la acera norte de la

calle Manuel González, todo frente a la estación del metro ocupando un espacio no mayor

de media hectárea, colindante a los edificios de la asociación.

La otra fue la coincidencia participativa de residentes del Arteaga que alguna vez habían

actuado políticamente en organizaciones democráticas, y que al ritmo del movimiento,

pudieron conocerse o reencontrarse.

La liga base-dirección demostró una vez más que todo movimiento popular para que sea

efectivo, debe basarse en un intercambio constante de opiniones en ambos sentidos sobre

los acontecimientos, y que de la base surgirá en la mayoría de las veces, no sólo la

estrategia de la lucha, sino también la vigilancia del buen camino de la dirección. Este

proceder fue el punto de apoyo para la Asociación Arteaga Lerdo (AAL) que se configuró

como la más organizada y reivindicadora de todo el movimiento, logrando una serie de

avances que fueron disminuyendo en la misma relación en que las directivas posteriores

fueron desligándose de los vecinos. La necesidad de apoyarse en la base partió a raíz de la

observación que en la asamblea del 27 de febrero se dio: la AAL "no estaba bien

estructurada", “no estaban inscritos en ella formalmente la mayoría de los residentes de los

dos edificios, no se realizaban asambleas de entrada, uno de los dos presidentes que marcan

los estatutos se había retirado, y a nombre de la mesa directiva venían actuando solamente

dos personas, etc.21

Por ello se determin6 formular una encuesta con el fin de conocer el

punto de vista de todos los asociados y saber cuántos estaban depositando sus pagos en

Nafinsa, para así comenzar a reestructurar el funcionamiento de la organización. Se

nombraron delegados provisionales donde no existían oficialmente para la preparación de

asambleas por entrada; se comenzó a inscribir formalmente a los residentes aún no

asociados y que eran la mayoría, en virtud de desconocer la existencia de una asociación

que nunca realizó una asamblea general ni efectuó labor alguna que no fuera su

protocolización notarial.

La actividad desplegada de aquí en adelante fue entusiastamente respaldada por varios

residentes que se prestaban a elaborar impresiones, a pintar mantas o a visitar a sus vecinos,

y que tuvo como resultado que en muy corto plazo se lograra la cobertura de 200

departamentos en los que se distribuyeron formas de la encuesta y fichas de inscripción. La

cobertura mencionada era alta considerando que muchos departamentos estaban rentados y

que otros aún se hallaban vacíos. Para solidificar e impulsar estas actividades, se efectuaron

por primera vez asambleas por entradas que eligieron a sus representantes

democráticamente, logrando con esto integrar un Consejo de Delegados.

Los resultados de la encuesta, hasta el momento de tener 96 contestaciones eran como

sigue:

21

Boletín Informativo a los residentes de los edificios Arteaga y Lerdo. Abril 5 de 1974. Pág. 1.

24

Aprueban las demandas 81

Aprueban algunas 7

No contestaron 6

No están enterados 1

En contra 1

Total 96

Han depositado en Nacional Financiera 38

Continúan pagando a AISA 38

No pagan en ningún lugar 10

No respondieron 10

Total 96

Los acontecimientos anteriores, señalaban claramente que la base había sobrepasado a la

dirección; no sólo en cuanto a sus demandas, sino lo más importante, en cuanto a lograr una

organización verdaderamente efectiva. Por ello, en la junta del Consejo de Delegados del

27 de marzo de 1974, se planteó unánimemente la necesidad de cambiar a la directiva, pues

tanto su único presidente como el tesorero de la asociación, habían desacatado los estatutos

en sus pláticas con AISA y el Banco, contraviniendo el artículo XXII de los mismos que

señala: "Los miembros de la mesa directiva cumplen con una función específica conferida,

pero en ningún caso tendrán facultades autónomas para decidir en nombre de la asociación.

Cualquier acto que en su nombre hagan" tendrá que ser sancionado por lo establecido en el

artículo XII, el cual indica que "las decisiones deberán ser discutidas, aprobadas y efectua-

das de común acuerdo entre el Consejo de Delegados y la mesa directiva. Con esto se

impide que la representaci6n sea tomada como un acto personalista, con fines políticos en

otros intereses de carácter económico que pudieran en un momento dado acallar o silenciar

un movimiento iniciado por esta Asociación".22

Los dirigentes aludidos se habían manifestado en contra de las demandas pese a quedar

demostrado públicamente y mediante la encuesta, un consenso abrumadoramente

mayoritario.

Se solicitó, por lo tanto, la renuncia a estos dos elementos, quienes después de una

infructuosa y débil defensa, la firmaron en esa misma fecha.

De inmediato se eligió una nueva directiva, que el 4 de abril se entrevistó con Lima Zuno

haciéndole saber del cambio efectuado solicitándole una contestación por escrito al

planteamiento que se le hizo sobre los problemas del área de la AAL.

Al comenzar mayo, y reunidos nuevamente con el gerente de AISA, ofreció éste a nombre

del director de BANOBRAS, la autoadministración de los edificios a los residentes, por lo

que se convocó a una asamblea general extraordinaria para el 16 del mismo mes en el club

de la segunda sección. En ella se concluyó que "en principio, la autoadministración puede

ser una solución positiva a nuestros problemas de mantenimiento y servicios que "habría

que hacer un estudio cuidadoso de ingresos, egresos, calidad y costo de servicios,

condiciones en que se entregarían los edificios, etc.". Pero fue hasta el 12 de junio cuando

pudo celebrarse otra entrevista con Lima Zuno. Ahí se pidió información que normaría el

criterio sobre la conveniencia o no de la autoadministración. Los datos considerados de

22

Estatutos de la Asociación Arteaga Lerdo.

25

mayor importancia en ese momento eran: ingreso real por edificio, morosidad en su

número y monto, presupuesto de AISA para los edificios estudiados, así como copia de los

contratos establecidos con subcontratistas, copia de las escrituras de emisión de los

Certificados de Participación Inmobiliaria, estados financieros de AISA y acceso a la

documentación que se considerara necesaria, garantía por escrito de que no se hubieran

expedido Certificados Fiduciarios de Adeudo sobre los edificios Arteaga y Lerdo23

,

especificación de áreas comunes, censo de locales no vendidos para que la asociación

pudiera utilizarlos para servicios sociales, y concretización de los procedimientos para la

realización de un peritaje de terceros sobre los dos edificios para determinar su estado de

conservación.

Uno de los errores de planeación más graves en el Conjunto Nonoalco Tlatelolco, consiste

en que las áreas para estacionamiento no corresponden a las necesidades requeridas.

Concebido para alojar 12 000 familias, los espacios para automóviles no satisfacen siquiera

50% de las necesidades. Hay que agregar que algunas familias poseen dos o más autos, que

los visitantes son numerosos y que los locales necesitan lugar tanto para sus propietarios

como para sus abastecedores. Abarrotados los pocos sitios dentro de la Unidad, ha sido

triste fuente de conflictos intervecinales ante la indiferencia de todo tipo de autoridades,

salvándose únicamente quienes adquirieron cajones en los estacionamientos bajo techo en

la segunda y en la tercera sección, cuyas capacidades son irrisorias. Por otra parte, el

acomodamiento de los autos en las calles limitadoras del Conjunto también difícil por la

saturación de vehículos; "ha significado un riesgo perenne de robos de estéreos, radios,

llantas o de plano del automóvil.

La gravedad de la situación era y sigue siendo extrema en puntos específicos: junto a la

torre de BANOBRAS y hacia el norte de Insurgentes, cuyo ángulo con Manuel González

está monopolizado por una comandancia de granaderos; en la zona de la estación del metro,

junto a la que se ubica una sala cinematográfica a la cual las autoridades no exigen —como

lo marca el reglamento— un estacionamiento propio, y la acumulación —dicha antes— de

todo tipo de terminales transportistas. Otro sector difícil se ubica al sur de la plaza de las

Tres Culturas, en la que injustamente se prohíbe estacionarse cerca de la Secretaría de

Relaciones Exteriores, a pesar de que se ha apropiado de amplias áreas para uso exclusivo

de su personal, mismas que permanecen vacías por las noches.

La AAL había insistido ante las autoridades la regularización del estacionamiento y

solicitado el auxilio de elementos policiacos para controlar cotidianos conflictos, y sólo

encontraba oídos de cemento armado. Planteó entonces la situación ante los residentes que

se manifestaron por tomar el espacio entre los dos edificios para uso exclusivo de sus

habitantes. Así" se citó para que en determinado día, y antes de las horas en que el espacio

comenzara a llenarse, se impidiera el acceso de aquellos que no eran residentes. Varias

decenas de vecinos se apostaron en el acceso, lo que como se había supuesto, suscitó

fricciones con quienes desoyendo razones querían penetrar sin justificación. Ni amenazas,

ni insultos, ni baladronadas influyentes debilitaron la firmeza de los residentes que,

turnándose, realizaron guardias durante varios días. Hubo quien lanzó su auto contra ellos,

quien rompió una cadena que se colocó a la entrada, pero nada pudo impedir la acción

decidida de quienes estaban hastiados de la abulia oficial. La vigilancia personal de los

vecinos se hizo necesaria por la deleznable actitud del encargado de mantenimiento de

23

Durante años se ha solicitado con insistencia tal garantía así como los documentos constitutivos del

Fideicomiso de Tlatelolco, y pese a las promesas no se han conseguido.

26

AISA, el arquitecto Severo López Mestre, que ordenó el retiro del vigilante oficial

cuando recién iniciábamos la "Operación Estacionamiento", que supuestamente apoyaría

AISA.24

Posteriormente se contrató personal de vigilancia pagado con módicas cuotas de los

residentes, entre quienes se sortearon los espacios que en esa época aún eran suficientes.

Más adelante, y conforme adquirían vehículo quienes antes carecían de él, se agudizó el

problema, haciéndose necesario conquistar otra área sobre la calle y reacondicionarlo todo,

para ganar algo más de espacio que nadie podrá estirar en lo futuro, a menos que se invadan

jardines y otros sitios de vital importancia para que el ambicioso automóvil duerma seguro

cerca de su dueño.

En los primeros días de septiembre la AAL realizó nuevas asambleas por entradas en las

que SP, analizaron detalladamente los gastos que ocasionaría una administración ejercida

por los mismos residentes, y las implicaciones que este último hecho tendría en nuestro

desenvolvimiento como colonos organizados. Una vez conocida la situación, el resultado

fue apabullante: de aproximadamente 150 vecinos, sólo uno estuvo en contra de la

autoadministración. Más adelante se acudió a cada departamento para recabar la opinión de

quienes por diversas causas no pudieron manifestarse en las asambleas. Éstos, también

convencidos, por medio de una carta poder optaban por la autoadministración.

Mientras tanto, las asambleas continuaban sucediéndose una a otra en Tlatelolco y los

boletines informativos eran frecuentes, con la virtud de contrarrestar las circulares

provocativas. y tendenciosas de BANOBRAS y AISA.

Por estas fechas, los vecinos apáticos fueron sacudidos por otra aberración de AISA: A

partir de octubre, tendrían que pagar otro aumento extraordinario del 18%. Ya totalizaba el

incremento de las cuotas más del 41% en un lapso de diez meses.

24

Asociación Arteaga Lerdo. Escrito a Salvador Líma Zuno. Noviembre 11 de 1974. Punto 8. Pág. 6.

27

ENTREVISTA PRESIDENCIAL

En ese mismo mes de septiembre el Presidente de la República, licenciado Luis Echeverría

Álvarez, concedió una audiencia a los líderes del movimiento. Las resoluciones acordadas

fueron las siguientes:

1. Los adquirentes de Tlatelolco sí serán propietarios de sus departamentos; los

Certificados de Participación Inmobiliaria no Amortizable Serie "B" se emitieron por las

ventajas que su operación supone y serán entregadas al término de pago. No existe

inconveniente alguno para que se opte por el régimen de condominio si así lo determinan

los adquirentes, en cuyo caso se verá la forma de que los impuestos y gastos que supone la

traslación de dominio se reduzcan al mínimo posible.

2. Se cumplirá el convenio firmado desde 1968 entre BNOSPSA y el Departamento del

Distrito Federal, que obliga a esta última dependencia a tomar a su cargo los servicios

generales de Ciudad Tlatelolco, para lo cual se establecerá una Subdelegación Política en

esta Unidad y la empresa Administradora Inmobiliaria se reducirá paulatinamente; el señor

José Salvador Lima Zuno, actual gerente de AISA, será nombrado Subdelegado.

3. El BNOSPSA y/o AISA así como los residentes se desistirán de todas las demandas y

reconvenciones judiciales que habían entablado, originadas por la consignación de pagos en

Nacional Financiera y/o Juzgados Civiles.

4. Respecto al problema del metro, el C. Presidente de la República, giró instrucciones al C.

Regente de la Ciudad, para que:

a) Se establezca la salida de la estación del metro en la acera norte de la calle de Manuel

González a fin de que los usuarios no invadan los terrenos habitacionales de la Unidad.

b) Se estudie y organice el tránsito en esta zona, reubicando las terminales de autobuses,

trolebuses, peseros, sitios de taxis, etc., y la posible restitución de un área de es-

tacionamiento en la explanada del metro para uso de los residentes de la Unidad.

c) Estudiar la construcción de estacionamientos para el cine Tlatelolco y los usuarios del

metro.

d) Aprovechar los terrenos federales contiguos a la Unidad, así como los que ocupaban

Altos Hornos de México sobre la calle Manuel González, para establecer zonas de esta-

cionamiento, áreas deportivas, comerciales (Conasupo, ISSSTE, etc.), al servicio de los

habitantes de la Ciudad Tlatelolco.

e) Igualmente se estudiará el aprovechamiento de las laterales de las calles y avenidas que

rodean o cruzan la Unidad, como zonas de estacionamiento exclusivo para los adquirentes.

5. Se girarán instrucciones a la Subsecretaría del Mejoramiento del Ambiente, a efecto de

que obligue a las fábricas aledañas a la Unidad Tlatelolco a que cambien sus instalaciones

de tal modo, que no produzcan contaminación, o de lo contrario se tomarán las medidas

adecuadas considerando que están en la zona de mayor densidad demográfica habitacional

del país.

6. Las escuelas existentes en la unidad darán cupo a todos los niños y jóvenes tlatelolcas en

edad escolar, y en caso de existir lugares sobrantes se destinarán a las colonias cir-

cundantes, capacitando a sus alumnos para vivir comunitariamente en la mayor armonía y

cooperación.

7. Se impulsará y apoyará la creación de cooperativas de consumo entre los residentes de

Ciudad Tlatelolco. En general, el C. Presidente de la República se pronunció a favor de

todo lo que 'contribuya a crear una conciencia comunitaria, cívica y solidaria entre los

28

habitantes de la Unidad y en ese sentido alabó la acción de todos los que han luchado

firmemente en el actual movimiento.

8. Se suspende el aumento del 20% en las cuotas de administración y mantenimiento,

retroactivo a los primeros meses del año a todos aquellos adquirentes que han venido

depositando y/o consignando sus pagos en los Juzgados Civiles. La suspensión de este

aumento durará hasta el plazo dado para asumir el autogobierno por edificio y que es el

primero de diciembre de 1974. Posteriormente se indicará el procedimiento para hacer el

pago en las cajas de AISA sin el 20%. Provisionalmente el Departamento del Distrito

Federal ministrará a BANOBRAS dicha cantidad y posteriormente se discutirá en el

periodo de autoadministración si procede que cada residente pague al Departamento del

Distrito Federal la cantidad facilitada.

9. El nuevo aumento del 18% que BANOBRAS había programado a partir del día 1° de

octubre se elimina para todos los residentes de la unidad por recomendación presidencial,

condicionado a que se autoadministren por edificio a partir del día 1° de diciembre del

corriente año.

10. Todo lo anterior obedece a la situación económica por la que atraviesa el país y el resto

del mundo, que ha degenerado en una espiral inflacionaria sin un posible control a corto

plazo y el nivel general de la Nación, por lo cual es hace necesario buscar fórmulas que

corten el problema de raíz y no simples paliativos que atenúen ligeramente dichos efectos

pero que no lo resuelven. En tal razón y creyendo tanto las autoridades como el Banco que

la autoadministración puede ser un freno y una medida que resuelva dicho problema

inflacionario, es necesario que la autoadministración reciba todo el apoyo para establecerse

en el conjunto de los edificios de la Unidad, de tal manera que sean los propios adquirentes

de departamentos los que organizados en Asociaciones Civiles por edificio determinen la

forma de administración y mantenimiento de sus edificios, fijen ellos mismos las cuotas de

administración y mantenimiento. Para ello se abre un periodo de dos meses, en el que se

desarrollará un trabajo intensivo de organización de asociaciones, tendientes hacia el

establecimiento de la autoadministración. En toda esa etapa no habrá ningún nuevo

aumento en las cuotas de administración y mantenimiento.

11. Con el objeto de hacer llegar a todos y cada uno de los residentes estas

recomendaciones presidenciales, próximamente se grabará un video-tape que será

proyectado a través del canal 13 y cuyo horario posteriormente les avisaremos, en el cual

tendrán participación representantes de BANOBRAS, AISA y las diferentes asociaciones

asistentes a la entrevista con el Lic. Echeverría. En este programa el señor presidente

enviará un mensaje a todos los residentes de Ciudad TIatelolco.

12. El martes 1° de octubre se iniciarán los cursos intensivos de administración habitacional

para los adquirentes y también se impartirán cursos de cooperativismo.

Este documento está fechado el 30 de septiembre de 1974, calzado por las firmas de diez

presidentes de asociaciones y del gerente de AISA.

Como se observó más adelante, no todas las resoluciones fueron practicadas, como algunas

del punto 4.

La número 5, referente a la contaminación, en ningún momento se consideró, y hasta la

fecha prosiguen dañando la salud de decenas de miles de personas de la Unidad y sus

alrededores. Leviatán y Sucesores S.A., debe ser trasladada de inmediato, pues sus

emanaciones y el ruido de sus enfriadores dañan día y noche desde hace años a la

comunidad.

29

Conviene apuntar las aclaraciones que la Asociación Arteaga Lerdo adjuntó a los puntos

tratados en Los Pinos, que son los siguientes:

1. "En el punto número 8, en vez de decir “se suspende el aumento del 20%... ", debe decir

“se deroga"', dado que el término suspensión sugiere un carácter provisional a la medida y

la decisión del Señor Presidente entendemos que fue definitiva, independientemente de que

como más adelante se dice, se discutirá en el periodo de autoadministración si procede que

cada residente pague al D. D. F... “la cantidad que proporcionará a BANOBRAS”.

2. Por otra parte, en el mismo punto, se debe precisar, a efecto de que no haya

malentendidos o discrepancias posteriores, que dicha derogación del aumento en favor de

los adquirentes que han venido consignando sus pagos será retroactiva al mes de enero

pasado, fecha en que se estableció el mencionado aumento, y tendrá efecto hasta el plazo

dado para asumir la autoadministración de los edificios, o sea, el primero de diciembre.

3. Consideramos también necesario que se debe mencionar el espíritu con que el señor

Presidente de la República llegó a esta solución sobre el problema del 20%, pues es muy

significativo. Para ello, en el proyecto que habíamos preparado recogiendo el resultado de

la entrevista, proponíamos la siguiente redacción: Esta decisión se tomó como estímulo y

reconocimiento a los cientos de residentes que han tenido la conciencia y decisión

suficiente para encabezar y apoyar el movimiento de Tlate1olco, organizándose en la

defensa de sus intereses comunes. Además, es necesaria esta aplicación, para que se

comprenda porqué la derogación del 20% sólo es efectiva para los consignantes y no para

todos los habitantes de la unidad.

4. Por último, debe mencionarse que el señor Presidente ofreció tener una segunda

entrevista a un mes de plazo con los representantes de las Asociaciones de Residentes de

Tlatelolco, a fin de revisar cómo marcha la aplicación de estas soluciones.

En el río revuelto del Tlatelolco de entonces, prestos arponeros blanquearon un pez gordo:

"Cooperativa Tlatelolco", inaugurada el 15 de octubre de 1974 por el Presidente Echeverría

con dinero oficial, proporcionado a la hasta entonces inválida "Residentes Asociados de la

Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco" (RAUHNT), quienes fueron debilitando la presa

que desde hace años exhibe su osamenta en el edificio Ignacio Comonfort.25

A partir de la aquiescencia del presidente al proceso de autoadministración se aceleró el

interés de BANOBRAS por impulsarlo, tergiversando la participación que los habitantes de

Tlatelolco habían tenido y ocultando los orígenes de su lucha. Por otro lado, el Comité

Coordinador, surgido como el brazo operativo de los residentes, comenzó a devenir en

posiciones legalistas que alejaban de la participación directa a sus componentes, olvidando

a la vez los graves problemas inmediatos existentes en los edificios que más se destacaban

en el movimiento. Parecía que el Comité no aceptaba como un triunfo la auto-

administración, aferrándose a posiciones de constante choque con el banco. Quienes

avanzaban en cambio hacia un estadio mejor como es la autoadministración, veían en ésta

la solución a la mayor parte de las dificultades, cubriéndose a la vez algunos puntos

demandados desde el comienzo de la lucha, y ampliándose las posibilidades para la

solución de los demás. Las opiniones divergentes desunieron el movimiento aunque con

madurez de ambas partes, cuya finalidad a fin de cuentas era la misma, aunque por dos

senderos.

25

Sobre este fraude consultar: “Gran negocio de unos cuantos", en Tribuna de Tlatelolco, VIII y XII de

1978, Págs. 8 y 2 respectivamente, así como el número de mayo de 1979, págs. 1 y 2 de la misma

publicación.

30

El tiempo ha demostrado que quienes bregaron por la autoadministración, avanzaron un

buen trecho que los mantiene en la vanguardia del concepto social que debe prevalecer en

las Unidades Habitacionales, con logros inmediatos y posteriores efectivos, y que las

iniciativas del Comité Coordinador —que dejó de llamarse Provísional– trataban de

aprovechar el auge para controlar, proponiendo reivindicaciones y trabajos conjuntos

loables pero lejanos, tanto, que hasta la fecha no se han cumplido, como la devolución del

pago por servicios municipales no prestados por el Departamento del D. F. de acuerdo al

convenio del 15 de noviembre de 1968. El estancamiento del Comité Coordinador se debe

fundamentalmente al poco arraigo que ha logrado entre los vecinos, a la hegemonía que ha

tratado de obtener en las asociaciones y a la vaguedad de su proyecto. Para evaluar

debidamente al COCO es preciso considerar la carta abierta que publicó en el primer

número de Trinchera Tlatelolca, uniéndose a la cargada del candidato del PRI a la

Presidencia de la República26

y repetida en el siguiente número.27

En los inicios de noviembre de 1974 la Asociación Arteaga Lerdo logró obtener la

aprobación de más del cincuenta por ciento de sus asociados para aceptar la

autoadministración, que debía iniciarse según lo pactado en Los Pinos, el primero de

diciembre del mismo año, pero la lentitud por parte de BANOBRAS y la indolencia de

Lima Zuno para concretizar acuerdos, impedían dar ese paso: era imposible entrevistarse

con este personaje; el peritaje sobre el estado de los dos edificios no se había realizado

temiéndose que el retraso fuera intencional a fin de aumentar nuevamente las cuotas en

18% que ya se había impuesto al resto de la Unidad. Se mencionaron éstos y otros asuntos

no resueltos a Lima Zuno, conscientes de estar "sujetos a un engaño sistemático"28

por

parte de quienes estaban obligados a cumplir acuerdos del más alto nivel, sin lograr avance

alguno. En idéntica actitud, como respuesta a un trabajo serio y a la vez entusiasta de los

colonos, BANOBRAS dio marcha atrás en los acuerdos, distribuyendo una circular en la

que establecía nuevas condiciones para la obtención de la autoadministración, a cinco días

del vencimiento del plazo fijado: del 50% más uno, aumentaron el porcentaje necesario de

residentes acordes con el cambio, al 75%.

Así se impidió que la AAL fuera la primera en cambiar un sistema deficiente y deshonesto

a otro más cercano a la necesidad colectiva, que sería eficaz y económico.

En diciembre arreció la campaña demagógica de AISA. Dilapidando nuestro dinero,

distribuyó miles de ejemplares de un grueso folleto "concientizador". Estaba plagado con

frases como: "Aspiramos a contribuir al mejoramiento del ámbito que es marco de tu vida,

tus propósitos, y realizaciones. Este ámbito es CIUDAD TLATELOLCO, particularmente

tu sección, tu edificio, tu hogar"; "Puedes disfrutar de todos los servicios e instalaciones de

Ciudad Tlatelolco"; "Este hogar es tuyo, no lo olvides, es tu HOGAR y tú puedes brindar

una larga vida si cooperas con tu grano de arena". En otra página alecciona sobre el uso de

los interfones que hasta la fecha (1982) nunca funcionaron en la mayoría de los edificios,

aunque la empresa contratada, "Tele Onda, S. A,", cobró ya sus honorarios, indebidamente

avalados por el arquitecto Rodríguez Huici.29

26

Trinchera Tlatelolca sin número ni fecha, pero en su primera aparición. Pág. 3. 27

Trinchera Tlatelolca # 1. Diciembre de 1975. Contraportada. No volvió a aparecer esta revista. 28

4 Asociación Arteaga Lerdo. Carta a Lima Zuno. Noviembre 11 de 1974.

29

El autor demostró a este funcionario la falsificación de algunas firmas de residentes que ofreció Tele Onda

avalando su trabajo. Pese a su dicho, el funcionario jamás investigó

31

Otras páginas del folleto están dedicadas a alabar los programas de acción social y

servicio a la comunidad que nunca tuvieron éxito por elaborarse para satisfacer egos de sus

patrocinadores. Al final se proporcionan los números telefónicos de oficinas de

mantenimiento, administrativas y de vigilancia, teléfonos que casi nunca eran contestados,

y que cuando lo hacían, era para informar "que ahí no era; que habían sido cambiados", por

otros que también resultaban sordos. Así concebía Lima Zuno su frase "Administremos

juntos"; ofreciendo sin dar, pero con grandes despliegues de embustes y torpeza.

En los primeros meses de 1975 se consumaron algunos acuerdos, siendo el más importante

la realización de la asamblea general de la AAL, el 27 de abril, que decidió tajantemente el

paso a la autoadministración: así como que los servicios llamados municipales de la Unidad

comenzaran a ser proporcionados directamente por el Departamento del Distrito Federal,

sin que por ello disminuyeran las cuotas de mantenimiento que AISA continuó cobrando

como si nada hubiera ocurrido.

El 7 de abril, el edificio Atizapán aprobó la autoadministración al votar más del 50% de sus

adquirentes por esta medida, porcentaje que a la Asociación Arteaga Lerdo se le objetó.

32

EL CONVENIO

En prolongadas discusiones en las cuales las propuestas y contrapropuestas se

intercambiaban, se elaboró un convenio para autoadministración mínimamente satisfactorio

para el bienestar de la colectividad, pero que al fin liberaría a ésta de los pésimos servicios

de AISA.

En estos quehaceres, se conoció que el representante común de los adquirentes era la

Asociación Hipotecaria Mexicana30

, institución que jamás se preocupó de ellos. Puntos

significativos del convenio son los siguientes:31

En la cláusula primera se especifica que el banco emisor encomienda a la asociación

servicios de administración y mantenimiento en áreas comunes, así como la limpieza de las

mismas. El inciso F, habla de los interfones, que al cabo de ocho años aún no funcionan; y

en el inciso I, de la antena maestra que hasta la fecha tampoco funciona. La misma cláusula

apunta más adelante que "tampoco corresponde a la asociación las reparaciones oca-

sionadas por sismos, incendios y los demás daños amparados por el seguro", y que "el

banco entregará los edificios funcionando normalmente en un plazo no mayor de seis

meses", lo que nunca cumplió. Se agrega que "La asociación determinará mediante un

peritaje, las condiciones y estado general de las instalaciones de áreas comunes de los

edificios, de acuerdo con su antigüedad, el cual se conservará como constancia". A este

respecto, de gran importancia es señalar que el alto costo que representaba la realización

del peritaje por parte de cualquier asociación, comprometió a BANOBRAS a efectuarlo32

, y

tiempo después, al negociarse las composturas por filtraciones, el ingeniero Jesús Robles

Martínez, director de la institución "propuso que los edificios se reciban sin necesidad de

dictámenes de terceros y que a cambio, BANOBRAS sufragaría las reparaciones que por

vicios en las instalaciones ocultas y cimentación se fueran presentando".33

La cláusula sexta señala que "El banco emisor hará las entregas" —de cuotas— "a la

asociación los días 9 de cada mes, acompañados de un informe general del estado de la

cobranza en ambos edificios, sobre cada departamento y local comercial, así como la

situación jurídica de los juicios en proceso". Ni una sola de tales especificaciones ha sido

en algún tiempo cumplida por BANOBRAS.

La cláusula décima primera obliga al banco "a prestar gratuitamente a la asociación la más

amplia asesoría técnica, contable, administrativa y jurídica, para el mejor desempeño de sus

labores de mantenimiento y administración". Aunque suene repetitivo hay que remarcarlo:

tampoco esta cláusula ha sido respetada por BANOBRAS.

Cualquiera que sea pues el organismo o el particular que pacte en algún momento con

BANOBRAS, con el ingeniero Jesús Robles Martínez o con el ingeniero Humberto

Chávez, signante del convenio, sabe a lo que se expone, ya que en cuanto empezó a

funcionar el sistema autónomo de administración, se comprobó que el establecimiento de

un convenio entre un organismo estatal y otro independiente, es considerado por aquél

30

Ahora Banco Mexicano Somex. 31

Texto íntegro del convenio en los Documentos. 32

Comunicado de AISA a la AAL. Mayo 15 de 1974. Pág. 2. Punto 5. 33

Con estos antecedentes es apropiado el calificativo de traidores que los vecinos dieron a los directivos

durante el periodo de julio de 1980 a junio de 1982, que aceptaron reparar las filtraciones de los edificios

Arteaga y Lerdo con las cuotas de la Asociación, y que tramaron la formación de un fondo económico extra

para tal fin. Por ésta y otras pillerías se les destituyó vergonzosamente.

33

como un acuerdo factible de violar, a menos que exista firmeza de la contraparte para

exigir su validez. También es notorio que el lenguaje utilizado en el convenio es ambiguo

en general, lo cual suscita variadas interpretaciones, siempre desfavorables a los residentes.

El término "vicios ocultos" por ejemplo, implica conceptos opuestos a veces, por su falta de

especificidad, que han motivado pesadas discusiones sin solución.

El incumplimiento del convenio por parte de BANOBRAS, ha sido una constante en este

proceso, que a últimas fechas se ha caracterizado por un afán del banco en tratar de

responsabilizar de todos los problemas a las asociaciones, y de fomentar el descontento

intervecinal con informaciones falsas a los residentes. Esta labor se lleva a cabo en los

edificios que no han cedido ante las presiones de BANOBRAS, que desearía que todas las

directivas fueran ejecutoras de su política, lo cual ha conseguido en parte.

La obtención del convenio, con grandes fallas y dificultades, fue no obstante la

confirmación de que la lucha no había sido estéril. Parecía que autoadministrarnos sería

fácil.34

La notoria falta de vigilancia obligó a contratar policías auxiliares, distrayéndose fondos

para los servicios, aunque con gran alivio para los residentes que soportaron frecuentes

delitos derivados del nulo servicio policiaco en la Unidad.

Se contrató a una empresa para el aseo de áreas comunes que fracasó rotundamente, con el

agravante de que la exagerada explotación que hacía de sus trabajadores no era acorde con

la idea que de éstos tenía la directiva de la asociación, que contrató por su cuenta al

personal necesario para las funciones administrativas, de limpieza y de mantenimiento.

El entusiasmo inicial hizo que la administración comenzara a recibir de los asociados

algunas aportaciones, corno juegos de ajedrez, una mesa de ping pong, juegos de dominó,

muebles, papelería y un total de 48 libros para formar una biblioteca.

Se contaba ya con un local para las reuniones en el edificio Lerdo, que costó meses de

conversaciones con BANOBRAS, y sin el cual lo sería posible realizar trabajos sociales y

administrativos. Comenzaron a celebrarse torneos de ajedrez y de tenis de mesa, y la

integración vecinal auguraba un futuro prometedor.

La institución oficial se benefició también, pues los vecinos con mensualidades rezagadas

comenzaron a liquidarlas al constatar que su dinero, ahora sí, era revertido en su beneficio,

y por las campañas que la asociación realizaba con los morosos, en una labor que siempre

fue de convencimiento.

El primero de noviembre de 1975 salió a la luz opaca de Tlatelolco el periódico Temilotzin,

órgano de difusión de la Asociación Arteaga Lerdo. Su fin primordial consistía en

denunciar las irregularidades del conjunto habitacional, las arbitrariedades de

BANOBRAS,

AISA y la Delegación Cuauhtémoc. Consolidada la autoadministración, era indispensable

un medio informativo que la defendiera, divulgando las argucias utilizadas por aquellos

organismos para desprestigiarla y que fueron siempre solapados y del más bajo nivel, pues

nunca fueron abiertos sus ataques.

"Quienes aquí vivimos —decía el editorial— hemos sentido durante años el terrible vacío

de no poder señalar públicamente nuestras carencias, nuestros anhelos, nuestras

deficiencias con la libertad a la que todos los seres humanos tenemos derecho" y más

34

Como se habrá advertido, se concentran las experiencias por razones participativas, en la Asociación

Arteaga Lerdo; aunque en términos generales son comunes a otras asociaciones en autoadministración.

34

adelante; "Junto a la corriente progresista que observamos actualmente en todo el mundo

será nuestro tabloide un modesto repercutor de la misma. Abierto a la razón, lucharemos

por ésta y con ésta".

Financiado con el remanente de las cuotas para vigilancia del estacionamiento, y con

aprobación de asamblea, Temilotzin fue un puntal para el avance en este proceso

independiente, defendiendo en toda la Unidad la concretización de una esperanza. Los

hechos lo confirmaban: En cuatro meses de autoadministración, la AAL contaba con un

administrador, diez conserjes, cuatro policías, una secretaria y un despacho contable. Con

AISA, el aseo se efectuaba con tres conserjes, y había un sólo policía para cuatro edificios.

Por si fuera poco, las cuotas de mantenimiento eran más bajas que con la administración

oficial y se tenía un remanente de $ 31 900.00

En enero de 1976, el número dos de Temilotzin denunciaba la represión que el escuadrón

acrobático de tránsito realizó contra el público que en la explanada de las Tres Culturas

presenciaba la actuación del Grupo Teatral CLETA, el domingo 25 del mismo mes. Los

espectáculos vulgares que la Delegación Cuauhtémoc ofrecía en ocasiones, eran como una

extensión de la televisión comercial y no podía permitirse la intromisión de espectáculos

que hicieran pensar, Hubo heridos y detenidos entre los espectadores, y nunca se castigó a

los culpables, entre los que se señaló principalmente al licenciado Abel Boza, Jefe del

Departamento de... ¡Desarrollo de la Comunidad!

En otro artículo, se apuntó el servilismo del Subdelegado José Salvador Lima Zuno, que

con ese carácter de funcionario firmó una invitación a los dirigentes de las asociaciones

para que asistieran a una comida en honor del licenciado José López Portillo, candidato del

PRI a la Presidencia. A título personal, algunos directivos aceptaron. En el local del

convivio apreciaron para su sorpresa, una manta de apoyo al mencionado candidato avalada

por la Asociación Arteaga Lerdo. Por supuesto, ningún dirigente de ésta la había

autorizado.

35

UN CONSEJO EN TLATELOLCO

Las falsedades implícitas de los datos recabados por cada autoadministración en

BANOBRAS; la informalidad en las fechas de entrega de obras en cada edificio por parte

de AISA, el menosprecio de ambas instituciones a la gestoría aislada de las asociaciones, y

fundamentalmente el aprecio de una problemática común en todos los edificios del

Conjunto Urbano, aglutinaron a los seis edificios autoadministrados y a doce asociaciones

más, a signar un Manifiesto comprometiéndose a luchar conjuntamente en la solución de

los problemas; a aprovechar las experiencias participativas de cada autoadministración,

tanto de escollos como de logros en ese corto lapso de independencia que se tenía.

El Manifiesto expresaba que "la autoadministración es, por ahora, el objetivo principal de

la lucha organizada de los residentes", afirmando que "Constituimos, a partir de ahora, un

frente solidario de todos los edificios donde la autoadministración se ha consolidado para

defender sus logros" y "presentar en forma conjunta nuestras demandas", apoyándose

mutuamente ante las autoridades y ofreciendo auxilio a los residentes que buscaran en sus

edificios la autoadministración; concebida ésta "como un movimiento profundamente

democrático y comunitario mediante el cual se debe lograr una mejoría sustancial, en

cantidad y calidad, de los servicios necesarios para una vida decorosa en esta Unidad

Habitacional". Se agregaba que ante los malos procedimientos que pudieran ejercerse, el

"Consejo desconocerá y denunciará tales maniobras, como aviesos intentos de tergiversar y

corromper nuestro movimiento".35

Constituido el 5 de mayo de 1976, el Consejo de Autoadministración de Tlatelolco, más

tarde Consejo de Edificios en Autoadministración (COEA), desde su inicio apreció por

parte de las dependencias estatales un cambio notorio en su actitud: las rituales y en

ocasiones ridículas antesalas desaparecieron; hostiles funcionarios ahora sonreían, y

algunas injusticias comenzaron a desaparecer.

El Consejo promovió pláticas entre los vecinos organizados y sus miembros participaron en

asambleas y reuniones de todo tipo para explicar y pormenorizar el proceso que ejercían,

aunque debe señalarse que desde un principio y hasta la fecha, el trabajo fue respaldado

únicamente por los edificios autoadministrados.

Uno de los padecimientos similares de los miembros del COEA era la morosidad de

algunos residentes que usufructuaban los beneficios conquistados por las mayorías. Se

conoció de esta manera —entre varios casos— la desfachatez del juez Pedro Márquez

Danel, que por el departamento 215 del edificio Jesús Terán, debía al mes de octubre de

1976 un cuarto de millón de pesos. Prácticamente había vivido gratis durante ocho años

solapado por BANOBRAS.36

Otras anomalías conjuntas eran: el incumplimiento del binomio Aseguradora Mexicana y

BANOBRAS en la reparación de los daños causados por los sismos; la carencia de sitios

recreativos y deportivos agravada por el despojo de los tres clubes de la Unidad; la

indiferencia hacia el cumplimiento del calendario de obras por el que el banco se

comprometió a entregar los edificios, la lentitud y pésimo trabajo de los mismos, los

conflictos creados por los alquiladores de cuartos de servicios, ya que en algunos se

traficaba con drogas o se usaban para ejercer la prostitución o para efectuar simples pero

35

Texto íntegro en los documentos.

36

Temilotzin # 5. Junio de 1977. Pág. 4.

36

constantes borracheras, así como la inadaptación de algunos residentes a la vida

comunitaria que provocaban escándalos a todas horas.

En marzo de 1977 cinco edificios más se autoadministraban. Por consiguiente, más de mil

setecientos departamentos mejoraban notablemente sus servicios. Por estas fechas la

asociación pionera indicaba que había incrementado sus cuotas hasta entonces en 20%, que

contrastaba exageradamente con el aumento que en el mismo lapso impuso AISA a los

edificios que controlaba, y que había alcanzado 103%.37

El crecimiento del Consejo permitía ya una mayor solidez en sus pláticas con BANOBRAS

y con otras autoridades. Al comenzar el año, sus dirigentes se entrevistaron con el profesor

Carlos Hank González y con Cuauhtémoc Santana.

Al regente le expusieron "el descontento que existe entre los habitantes de este lugar, por el

cobro del impuesto predial con bases aún no claras para los residentes"38

. Pero también le

explicaron la rica experiencia participativa y las posibilidades de desarrollo de la

comunidad tlatelolca, lo cual en apariencia fue bien visto por jefe del Departamento del

Distrito Federal.

La realidad mostró en muy poco tiempo lo contrario. Ningún avance hubo de esta

entrevista. El delegado, por su parte, ofreció prácticamente todo lo solicitado, como el

estudio para ubicar una estación de bomberos en Tlatelolco o en sus cercanías; la mejoría

en el servicio de limpieza y en la vialidad; un análisis realista del impuesto predial; mayor

vigilancia; intervención del Consejo en la subdelegación para orientar el uso del

presupuesto y finalmente la promesa de que a partir del día 20 de ese mismo mes, o sea,

cuatro días después de la entrevista, comenzarían algunas obras para construir canchas

deportivas y plantar árboles en los terrenos de La Consolidada39

, gran extensión al noreste

de Tlatelolco que durante años se ha utilizado como basurero contaminador, afectando a las

colonias Ex Hipódromo de Peralvillo, San Simón, Maza, Peralvillo y Tlatelolco.

Nunca cumplió este funcionario sus promesas, a pesar de haber accedido a ellas de

inmediato en su turbulenta verborrea.

Durante la campaña presidencial de José López Portillo, se prometió una reunión de trabajo

con el Consejo. Por eso, aprovechando una visita que efectuaría el ya presidente cerca de la

Unidad el 28 de agosto de 1977, se hicieron gestiones para conseguir la reunión ofrecida,

en la que se le informaría, sin intermediarios, las dificultades que las mismas instituciones

causaban al desarrollo de la comunidad, mostrándole a la vez los avances que el mismo

López Portillo intuía cuando en Villa Coapa declaraba su apoyo total a lo que llamó

"Autogobierno", "como método más viable y representativo de la verdadera democracia".40

Las gestiones fracasaron cuando el subdelegado, ingeniero Rafael Cabrera Silva, fue

ignorado por la pesada maquinaria de la comitiva presidencial.

Lo mismo pasó en los siguientes acercamientos del Primer Mandatario por Tlatelolco para

visitar el Congreso del Trabajo. En uno de éstos, cuando caminaba entre los edificios

Ignacio Comonfort y Jesús Terán, se lanzó el grito: "¡Señor Presidente, en Tlatelolco lo

están traicionando!", desde un departamento en que se encontraban reunidos miembros del

Consejo. 0livares Santana volteó sorprendido y a los pocos segundos el recinto de donde

37

Asociación Arteaga Lerdo. Cuadro Comparativo. Marzo 1977. 38

COEA. Escrito solicitando audiencia. Diciembre 4 de 1976.

39

COEA. Boletín Informativo. Junio 1977. 40

Temilotzin # 4. Junio de 1976. Pág. 4.

* El autor fue quien gritó la denuncia.

37

partió el llamado había sido invadido por miembros de seguridad que interrogaron a los

presentes y arrancaron la manta colocada por el COEA en el edificio. *

En otra oportunidad, el Consejo insertó un desplegado en un diario capitalino reclamando

la atención presidencial, que cerraba con un claudicante reproche: "La solución somos

todos, pero en nuestro caso nos han dejado solos".

No obstante los escollos, la agrupación había ido templando su esfuerzo al ritmo de la

unidad de sus componentes, unidad indispensable para una consistente lucha social que

requiere de una voluntad sostenida para mantenerse y avanzar, y que está siempre expuesta

ante la habilidad de un sistema experimentado en hallar elementos frágiles para destruirla.

No hubo que esperar mucho para ello. Se propiciaron desviaciones en algunos dirigentes

que disminuyeron sensiblemente la fuerza que estaba adquiriendo el Consejo. Eran

ciertamente, aquellos que habían mostrado desinterés comunitario. Así, el esfuerzo

compactante que desde mayo del año anterior se había ido conformando, se frustró.

Abiertamente se señaló en una reunión en el edificio Presidente Juárez la actitud

entreguista de la señora Vázquez, presidenta entonces del edificio Ignacio Manuel

Altamirano, apoyada encubiertamente por otras dos representantes. Aquélla,

menospreciando la opinión general, había aceptado que, para obtener información contable,

técnica y administrativa por parte del banco, sus representados pagasen una cantidad extra

de siete pesos mensuales por departamento y local, a sabiendas que otros edificios la

obtenían sin costo, por haber conseguido tal ventaja en su respectivo convenio con

BANOBRAS. Con el retroceso, se obstaculizaba de paso a las asociaciones en vías de

autoadministrarse. Por otra parte, era evidente que al edificio Jesús Terán, se le brindaba un

servicio eficaz en sus reclamos al banco, reclamos que no eran de primera magnitud. Para

la señora de Monroy, su presidenta, las relaciones con el banco han sido de "entendimiento

y cordialidad"41

, y nunca "ha contemplado como una lucha la autoadministración".42

El nuevo presidente del Arteaga, arquitecto Francisco Domínguez, estuvo de acuerdo en

secundar el criterio de que cada asociación tratara separadamente sus problemas con el

banco, ocurriendo al Consejo únicamente cuando aquellos no fueran atendidos, vulnerando

desde el núcleo la eficacia y la robustez del COEA. Cabe apuntar que tales actitudes fueron

previamente objetadas como improcedentes.

Por el mes de noviembre se sugirió al Consejo enviar un escrito de solidaridad a los

habitantes de Tepito que habían sido agredidos salvajemente por la policía. Se aprobó con

tibieza, pero finalmente buscaron subterfugios para no firmar.

Ya en plena caída, aconteció que habiendo conseguido una segunda entrevista con Hank

González, y estando los miembros del Consejo en la antesala del regente, otro grupo de

tlatelolcas que también esperaba ser atendido sin haber hecho cita con antelación,

aprovechó la interrogante de un empleado del profesor González que preguntó desde un

privado: ¿Vienen ustedes de Tlatelolco? Y mientras contestaban ¡Sí!, se introdujeron al

despacho dejando al COEA pasmado y frustrado pues ya no fueron atendidos por Hank.43

Un acontecimiento contrario a los intereses tlatelolcas pareció amalgamar de nuevo ala

agrupaci6n a fines del 78: las boletas del impuesto predial correspondientes al sexto

bimestre llegaron con incrementos que en algunos casos excedían en 300% lo pagado

habitualmente. Las autoridades basaban el aumento en un supuesto revalúo del Conjunto

41

COEA. Minuta de la asamblea con BANOBRAS. Junio 26 de 1978. 42

Minuta de la reunión de junio 30 de 1978. 43

Relatado por el señor Manuel Robles, vicepresidente del edificio Allende.

38

Urbano. Hubo, como siempre, residentes que dócilmente acataron la injusticia, pero

también en esta ocasión se expresó el espíritu de lucha tradicional de los tlatelolcas.

Ya con anterioridad teníamos algunos parámetros: “Tlatelolco, a pesar de que pagamos

predial por el aire, es una zona muy cara. Por ejemplo: en Chimalistac ese gravamen es de

$ 2.16 por metro cuadrado de terreno; en Clavería de $ 2.30, y en Tlatelolco de $ 73.00".44

El COEA estudió la situación acordando entablar un juicio de nulidad y un amparo no sólo

contra el aumento citado, sino también por el pago de desazolve, que discriminatoriamente

se expresa en una cotización de $ 230.00 por departamento mientras que en las empresas

hoteleras cuyo consumo excesivo de agua da por resultado un uso mayor de las

instalaciones de desagüe, además de su finalidad comercial, se cobran $ 230.00 por todo el

edificio.45

Se recurrió para efectuar la demanda al Comité Coordinador y se imprimieron cientos de

formas46

para que cada residente las signara y cubriera un pequeño costo para su trámite.

Después de varias reuniones de los líderes del COCO con las autoridades, éstas

reconocieron su equívoco, comenzando por la improcedencia del supuesto revalúo, ya que

Tlatelolco no ha sido hasta ahora valuado siquiera. Se advertía, por otro lado, la

incongruencia de cobrar el impuesto predial a sus habitantes cuando el verdadero dueño de

la Unidad era BANOBRAS. Y se argumentaba que "No existen regulaciones expresas en la

Ley de Hacienda del D.D.F. aplicables a los departamentos bajo régimen de fideicomiso,

en este caso están todas las Unidades Habitacionales construidas por BANOBRAS y se nos

aplican por analogía las regulaciones relativas a los condominios sin que estemos sujetos al

régimen de condominio". También que "las reformas de 1968 a la Ley de Hacienda del D.

F. establece que somos causantes del impuesto predial, tomando como base el valor del

Certificado de Participación Inmobiliaria no Amortizable", y que debía tomarse en cuenta

que "tenemos cargas de servicios urbanos a costa de nuestras cuotas de administración y

mantenimiento. Hasta el año de 1974 se nos adeudan cantidades por ese concepto a cargo

del D.D.F. También que "es muy importante que se tome en cuenta que estamos haciendo

un gran esfuerzo para organizamos y administrar los servicios de nuestros edificios.

Valorando ese esfuerzo y NUESTRO TRABAJO ORGANIZATIVO tendiente a vivir

mejor y que ha sido ejemplo para otras unidades habitacionales a las que estamos

brindando nuestras experiencias, con el ánimo de resolver, participando activamente, el

cúmulo de problemas existentes en nuestra ciudad".47

La Tesorería del D.F. rehizo los recibos alterados descontándoles un 40% y comenzaron a

retirarse las demandas. En esta última fase del suceso, y en vista del éxito que coronaría los

esfuerzos de dos organismos independientes, se empujó a la entonces artificiosa Asociación

de Residentes de Tlatelolco (periodo 1977-1980), a pláticas con las autoridades para

pretender un logro falso que despistó a unos cuantos. A pesar del triunfo, uno de los

dirigentes del COCO, Sergio Alcázar fue atacado por dos oscuros residentes del edificio

Lerdo, opositores de tiempo atrás a todo movimiento cultural y organizativo. Haciéndose

44

Uno más Uno. Enero 27 de 1978. Pág. 25.

45

En la colonia Irrigación se presentaron más de 200 demandas contra este gravamen. "apoyándose en el

artículo 3 del Código Fiscal, (ya que) la obligación (de pago) se derivaría de la libre voluntad del particular

para solicitar o no el servicio, (y no procede ya que) no está previsto en ninguna de las leyes fiscales del

Departamento del Distrito Federal". Tomado del periódico El Día, Sección Metrópoli. Marzo 6 de 1979. 46

Incluido en los documentos.

47

COCO, Argumentación presentada al C. Tesorero del D.del D.F. Enero 24 de 1979.

39

pasar por defensores de los vecinos, regatearon los módicos gastos del gestor que obtuvo

un significativo descuento en el impuesto predial.

Tampoco bastó este positivo resultado de un esfuerzo conjunto, para revitalizar al Consejo

que, socavado y desorganizado" deambuló durante, algún tiempo como un fantasma

cansado en espera de mejores días.

En marzo de 1980 se sugirió la posibilidad de conjuntar nuevamente al Consejo. Se citó a

los presidentes de los edificios autoadministrados. No todos acudieron, pero hubo gente

nueva; directivos interesados en comunicar a sus colegas los problemas que tenían sus

asociaciones y sus edificios y las dificultades para resolverlos. Fueron también algunos

elementos que tan negativos habían resultado para el desarrollo del grupo. Prevaleció el

interés mayoritario y el Consejo comenzó a caminar otra vez.

Este reinicio dejó ver que la situación global continuaba padeciendo las mismas vicisitudes

que antes: falta de atención por parte de las instituciones involucradas en la Unidad;

desobligación de BANOBRAS en los convenios; incumplimiento de las indemnizaciones

del seguro de daños, etc., por lo que se compenetraron más en analizarlas.

No pasó desapercibida para los nuevos par1icipantes" la conducta pusilánime y discorde

que por sistema adoptaban los elementos claudicantes de antaño, por lo que uno de los

pasos más importantes que se dieron, fue el de cambiar a las personas que coordinaban los

trabajos del grupo, labor que recaía precisamente en aquéllas" y que oficialmente consistía

únicamente en citar a las reuniones, pero que se prestaba al manipuleo por el contacto es-

trecho con BANOBRAS y AISA.

La aprobación de estatutos, la legalización del COEA y los nuevos coordinadores,

dinamizaron el trabajo a partir de entonces. La crítica se incluyó como procedimiento

natural en el estudio de los problemas, lo que ha permitido una mayor comprensión de los

mismos. El establecimiento obligatorio de las minutas de cada reunión, y su fotocopiado

para todos sus integrantes, ha creado una memoria de gran utilidad.

A partir de 1982 las pláticas se han sostenido con el Fideicomiso del Fondo de las

Habitaciones Populares, corporación que ha suplido a BANOBRAS en la atención de las

Unidades Habitacionales edificadas por éste, y aunque los avances han sido precarios, pa-

rece existir una mayor sensibilidad en el tratamiento de las necesidades de los residentes.

Esto no ha significado la solución de la mayoría de los problemas. El COEA se ha visto en

la necesidad de plantear ante la opinión pública el desaire que oficialmente se tiene para

Tlatelolco: en una conferencia de prensa a la que convocó el 22 de junio, junto con la

Asociación de Residentes de Tlatelolco (periodo 1980-1983), se pormenorizaron las

deficiencias consistentes principalmente en: "Falta de mantenimiento a todos los edificios

que no se encuentran autoadministrados, deficiente alumbrado de toda la Unidad,

deportivos limitantes para la participación de los residentes, falta de vigilancia que cultiva

el pandillerismo y una falta de seguridad deficiente recolección de basura, carencia de áreas

para los automóviles, abandono de áreas recreativas, desazolve inoportuno, proliferación de

plagas, carencia de control de las obras de recímentación de los edificios que la padecen,

falta absoluta de instalaciones de seguridad en casos de siniestros, carencia de pasos a

desnivel en varios puntos señalados por los residentes, que, debido al extraordinario flujo

de peatones al estar rodeados de ejes viales, ocasionan accidentes casi a diario, algunos de

ellos mortales, falta de atención de las autoridades a las peticiones de audiencia de los

dirigentes de Tlatelolco, así como a la solicitud para contar dentro de la Unidad con un juez

calificador o una agencia del Ministerio Público que desahogue los problemas delictivos

internos, y finalmente, la marginación de la comunidad tlatelolca en la toma de decisiones

para la solución de problemas inherentes a la Unidad, a través de la creación de un cuerpo

40

colegiado que actúe conjuntamente con las autoridades para el establecimiento de

objetivos y la vigilancia de su realización" (sic).48

En un paréntesis, habrá que explicar que la conjunción de una organización independiente

(COEA), con la Asociación de Residentes de Tlatelolco (ART), conformada ésta con los

100 comités cívicos de manzana de toda la Unidad, se debe a que por una sola ocasión se

convocó a la ciudadanía. Anteriormente, como en toda la ciudad, se nombraban a los

presidentes de manzana, siempre incondicionales a las autoridades, y aunque el proceder

subsistió, hubo casos, como en Tlatelolco, en que se respetó la decisión general. Los cien

presidentes, reunidos a la semana siguiente de su elección, eligieron, pese a la labor de la

subdelegación, a cuatro de cinco miembros no comprometidos con las autoridades, para

representar a todo Tlatelolco como Asociación de Residentes, ante las Juntas de Vecinos de

la Delegación Cuauhtémoc. **

Poco se logró con la conferencia de prensa debido a que no se mencionaba abiertamente a

los responsables de impedir que tanto pláticas como acuerdos se concretaran. Fue necesario

preparar otra el 19 de agosto, cuya intención era señalarlos. porque "no muestran ningún

interés en solucionar los problemas que son de su competencia". El Consejo recurría

nuevamente a los medios de difusión "para intentar que todos esos funcionarios y autori-

dades competentes despierten de su letargo y cuando menos en esta recta final del actual

sexenio, rectifiquen y no sigan traicionando la confianza que en ellos ha depositado el

Primer Mandatario de la Nación y que consecuentemente se convierte en traición al Pueblo

Mexicano y a la Patria, a la que constante y demagógicamente propalan honrar y

defender".49

Al insistir en los puntos de la conferencia del 22 de junio, señalaban como responsables de

la falta de mantenimiento de Tlatelolco al ingeniero Guillermo Martínez Aguilar, funesto

elemento que durante años ha demostrado desprecio hacia los residentes e incapacidad para

brindar los servicios requeridos por el Conjunto Urbano (últimamente ha sido acusado de

entrometerse en los asuntos internos de algunas asociaciones, como en el caso de la AAL y

del edificio Ignacio Ramírez). El director de BANOBRAS, Octavio A. Hernández, se

inserta en la misma descripción y culpabilidad de aquél: ni el ingeniero Jesús Robles

Martínez, ni el profesor Enrique Olivares Santana, rechazaron el diálogo con los

representantes vecinales cuando ocuparon la dirección del banco, como lo ha hecho el

actual.

Los conferencistas señalaron también al general Arturo Durazo Moreno, al profesor Hank

González, al arquitecto Roque González (que demostró gran torpeza en el tratamiento que

dio a los problemas urbanos el 27 de noviembre de 1980, con la junta de vecinos de la

delegación), al delegado Alfredo Stamatio y al subdelegado Rubén Alcalá, como las

responsables de un sinnúmero de anomalías, agregando por parte del Fideicomiso al Lic.

Leonardo Basave Aguirre, al Arq. José Parcero López —funcionario y candidato a

diputado a la vez—, al Lic. Juan Chaia Saadi, al Arq. Rubén Vargas y de BANOBRAS al

Arq. Severo López Mestre.

Podría parecer exuberante el listado de responsables que citó el Consejo, pero no es así, ya

que cada uno de los variados problemas se enmaraña cada vez más conforme se retrasa su

48

COEA. Boletín de prensa. Junio 22 de 1982. 49

COEA. Boletín de prensa. Agosto 19 de 1982.

** Quien escribe formó parte de esta directiva, convirtiéndose quizá en el primer comunista electo

democráticamente en el Distrito Federal. Estos cargos eran honoríficos y nosotros mismos teníamos que pagar

nuestros gastos.

41

solución, siendo necesario acudir a las esferas superiores para deslindar obligaciones,

responsabilidades y buscar su ejecución, labor kafkiana que requiere de grandes dosis de

tiempo, paciencia y gestoría de los miembros del Consejo o de la ART, cuyo trabajo, es

necesario decirlo, no es remunerado y se ubica en el más genuino altruismo.

Pero las conferencias no bastan, y últimamente se ha planteado en el COEA la necesidad de

buscar formas más combativas y efectivas que las habituales. Existe recelo para ello de

algunos de sus componentes, un tanto alejados de las tácticas de otros sectores. Y es

entendible pero no justificable en un típico proceder clasemediero. Sin embargo, de no

llegarse a acuerdos y soluciones en breve tiempo, tomará mayor fuerza el planteamiento,

que podrá levantar a miles de residentes de la Unidad mayor poblada del mundo para

protestar marchando por las calles de la ciudad exigiendo sus derechos; que se movilizará

cuando se le explique con lealtad la problemática de Tlatelolco y los peligros en que se

encuentran, y que no han sido abundantemente difundidos.

Con interpretaci6n adecuada, podría jugar en favor del Consejo la lucha interna en el

Fideicomiso, que es común en nuestro oficialismo, particularmente en época de cambio

sexenal. Necesaria es también la información frecuente y precisa a los residentes de lo que

se avanza y retrocede. Un medio informativo que en principio se distribuyera en los

edificios unificados, resaltaría su labor y cooptaría refuerzos.

Actualmente se revisan los convenios celebrados con BANOBRAS, ya que la experiencia

por la que pasaron cada uno de los autoadministrados, ha probado el dolo con que fueron

realizados por parte de la institución, habiendo también incumplimiento en varios de sus

puntos. En los trabajos de recimentación y nivelación de los edificios Tamaulipas y

Presidente Juárez, ha sido decisiva la insistencia del Consejo. También se ha obtenido un

local para sus actividades comodatado por el Fideicomiso en el edificio Ignacio Comonfort.

La institución ha ofrecido asesoría legal en ciertos casos, como aquellos en que empresas

particulares como ASA u OTIS50

no cumplan sus contratos. Se ha defendido la autonomía

de las asociaciones, deteniendo la intromisión de funcionarios arbitrarios en su vida interna.

En cambio el avance ha sido lento en el asunto/ de los daños causados por los temblores:

En ciertos casos se ha pagado ya el monto de la indemnización por el sismo de octubre de

1979, aunque para ello transcurriera un año o más. Y aún no se liquidan los concernientes a

1980, 1981 Y 1982. La indobleguez del COEA ha evitado la aceptación de presupuestos

por debajo del costo, aunque la tardanza en el pago y el ritmo de la inflación reduce

palpablemente el poder de compra de la liquidación.

Es sintomático que los edificios bullentes en anomalías internas y/o administrativas, no

acuden al Consejo. Es fácil de entender que la incorporación a éste reduce las posibilidades

de arbitrariedad y deshonestidad de las directivas, aparte de ser actualmente la única

posibilidad de robustecer el esfuerzo social de Tlatelolco.51

Respondiendo a preguntas iguales, algunos elementos del Consejo que fueron abordados en

la última etapa de nuestro trabajo, contestan con criterios similares que pueden traducirse

como el efecto de una visión definida y madura obtenida de su trabajo grupal.

50

Empresa que proporciona mantenimiento a los elevadores.

51

La falta de claridad se presta a tretas como ésta: los dirigentes de la Asociación Arteaga Lerdo (periodo

1980-1982), aceptaron para ambos edificios $ 1,480,000.00 a espaldas de los residentes, a quienes habían

dicho que el acuerdo había sido por $ 1,800,000.00, que aún así, resultaba pequeño.

42

Así, coinciden en que se ha avanzado tanto en la organización como en las demandas; en

que se actúa en forma congruente aunque continúan siendo afectados por el divisionismo

que se promueve desde el exterior.

Expresan que siempre han demandado en sus acciones por todo Tlatelolco, aunque como es

lógico tengan que dar mayor énfasis a los problemas de sus edificios. Existe la asesoría en

común que se da de hecho en sus reuniones semanales, sobre aspectos específicos de cada

edificio, incluyendo préstamos de equipos. Se acepta, en cambio, la inexistencia de

vínculos con organismos similares de otros multifamiliares.

Niegan también la permeabilidad de su agrupación ante intentos partidistas

comprometedores. Sobre el futuro, se opina que al ser la organización más sólida de

Tlatelolco, sería ideal conjuntar en ella a todos los edificios, para decidir así el régimen de

propiedad más acorde con los intereses comunes. Y en este aspecto se piensa que lo mejor

sería conformar otro fideicomiso o una sociedad mutualista que, apoyada por el gobierno,

integrara un fondo común para gastos mayores en los que se incluyeran los ocasionados por

los temblores.

Como aspecto nodal, y por la imprescindible unión vecinal, ya que existe una

multidependencia en servicios, opinan que es imperativo que Tlatelolco pertenezca a un

solo distrito electoral; incluso uno de los entrevistados expresa que debería ser una

delegación política por la especificidad de sus problemas.

Faltan aún por cumplirse varias de las tareas para las cuales se constituyó el Consejo de

Edificios en Autoadministración; vendrán después otras impredecibles.

Para las actuales, el camino ha sido difícil, pero se ha avanzado siempre. Para las futuras,

también se encontrará un sendero. Siempre habrá caminos para continuar.

43

DOCE MIL FAMILIAS INCOMUNICADAS

La concentración humana debería favorecer la comunicación. Pero esta aparente facilidad

que podría pensarse que existe en Tlatelolco está limitada por diversos factores que

dificultan lastimosamente esta relación. Sin tocar problemas de fondo al respecto, como

podrían ser el acondicionamiento de los ciudadanos a los banales hechizos de la televisión

comercial, la agobiante jornada en una ciudad agresiva, que así la han convertido sus

pésimos gobernantes, y que obliga más que al descanso, al refugio; o la obsolescencia de la

forma tradicional del núcleo familiar, sólo nos referiremos al simple intento de los grupos

que se han interesado en informar, en motivar y en ayudar al conglomerado con miras a

buscar su solidaridad y su apoyo, y a los tropiezos que han tenido en su labor.

El volanteo es el medio de mayor eficacia, aunque sus detractores acertadamente

argumentan que son pocos son quienes leen los escritos, (a veces pésimamente elaborados)

por su indiferencia absoluta, pero principalmente por la excesiva propaganda comercial que

cotidianamente es empujada bajo las puertas de cada departamento.

La colocación de avisos en las entradas tiene menor eficacia aunque demuestra buenas

intenciones. La limitación más importante estriba en que frecuentemente son destruidos.

Con frases breves adolecen de convencimiento, y con párrafos, extensos no todos los leen,

ya que por lo general los vecinos llevan una endemoniada prisa.

El voceo es poco práctico en edificios que tienen trece o más pisos, sin contar que el

barullo que envuelve a la Unidad, ahoga lo inteligible.

Los telefonemas son para contados casos y con limitados interlocutores, ya que el

comunicar un simple dato puede alargar la conversación hasta lo inimaginado, Y una

actitud' cortante hiere la sutil percepción a veces.

Los periódicos murales tienen la desventaja del carecer de material atractivo cuando se

limita su responsabilidad a una sola persona. Pero han sido poco usados y pueden ser

vehículos muy eficaces en una colectividad como ésta. Los responsables requieren de

sensibilidad social para escoger el material. Ciertos sectores se oponen a la divulgación de

la realidad que parece tabú para sus conciencias: la colocación de fotos mostradoras de los

crímenes del imperio en Viet Nam o en El Salvador, son denostadas porque "es política”.

La comunicación verbal de puerta en puerta es improcedente por las mismas razones que

con el teléfono. Y aquí encontramos casos como el del vecino que en cuanto abre, azota la

puerta y lanza una maldición, o de la señora que dice que no puede abrir porque su esposo

la deja bajo llave, o de quien aprovecha la oportunidad para expresar algo, cualquier cosa,

con una angustia alarmante. No faltan los amenazadores colmillos de grandes canes que

ocupan buena parte del área de los reducidos departamentos. En otros lados no abren

aunque por la vaguedad de la mirilla vista a distancia el propagandista perciba la presencia

de un observador silencioso, aunque en otras ocasiones simplemente gritan ¡No quiero

saber nada! Y como sucede también en el volanteo, algunos accesos de un piso a otro están

bajo llave, imposibilitando la labor, o son los policías particulares quienes "tienen orden de

no dejar pasar propaganda", los que frustran las intenciones de llevar un mensaje que

podría quizá si se leyese, llegar a transformar con el tiempo la monotonía y la aridez social

de un ciudadano, en un ser enriquecido al brindar algo de sí mismo a los demás.

44

COMERCIOS Y ANAROUÍA

La autosuficiencia comercial en cualquier unidad habitacional es factor de primordial

importancia para su eficacia.

¿Cómo es posible entonces que BANOBRAS, institución que supuestamente es experta —

haciendo a un lado sus demás funciones— en la proyección y administración de

multifamiliares, se haya ensañado con los tlatelolcas? ¿Es de un ente sano en su juicio ati-

borrar una zona habitacional con cientos de locales comerciales, a los cuales además se les

permite el subarriendo? ¿Es la finalidad de BANOBRAS hacer dinero u obras sociales?

Los datos recabados por la subdelegación nos indican la existencia de más de 600 locales

comerciales. Basta visitar los alrededores de algunos edificios como el Allende, el Arteaga

o el Guillermo Prieto para percatarse del daño que los comerciantes que dirigen

BANOBRAS y los que utilizan los locales mencionados han hecho en Tlatelolco.

Únicamente en el edificio Arteaga se encuentran nueve comercios dedicados a la venta de

alimentos preparados, sin contar dos paleterías y otros giros menos contaminadores. Sus

letreros afean aún más "las arrugas de sus edificios"52

con la complacencia de

BANOBRAS. La cercanía de la estación del metro hace más codiciosos a sus propietarios a

quienes no les importa el daño que causan al vecindario. Estos nueve locales día con día,

durante todo el año, invaden con las emanaciones de sus cocinas los pisos superiores del

edificio, ensucian y destruyen los adoquines, provocan con los desperdicios que producen

la proliferación de ratas, moscas y cucarachas, azolvando continuamente las cañerías.53

Pasar al mediodía bajo el edificio Allende es como caminar en un basurero: los perros

callejeros del rumbo están robustos con tanto desperdicio que arrojan los locatarios; el rosa

de los adoquines se perdió en el negro de la mugre. Los directivos del edificio han

malgastado su tiempo en solicitud de ayuda a las autoridades. El uso de áreas públicas por

los comerciantes se ha hecho común en toda la ciudad, pero es intolerable dentro de un

conjunto urbano.

Sin duda, el deterioro de Tlatelolco se debe en gran medida a la "libertad" que todo tipo de

autoridades brindan a los locatarios, aunque esto se hubiera aminorado de no ser por la

displicencia de BANOBRAS, que vendió sin importarle el giro comercial que se tendría en

cada uno de ellos.

Continuando su tónica agiotista, BANOBRAS vendió un amplio edificio "al Instituto

Mexicano del Seguro Social, pese a que debió de ser aprovechado por los residentes que

carecemos de un lugar donde reunimos, de una biblioteca"54

. "EI IMSS disfruta de lo que

fue la Secundaria Técnica establecida en la segunda sección y además de los locales de la

vocacional, del que tuvo AISA en la tercera sección (Taller de la Voca)", además, en la

explanada del metro se "construyó un bodegón la Conasupo" y "Relaciones Exteriores

expropió parte del estacionamiento de los edificios Chihuahua, Guanajuato, Querétaro,

Durango, Estado de Hidalgo y Estado de Chiapas y construyó una guardería para uso

exclusivo de sus empleados", "BANOBRAS tomó el estacionamiento del edificio Pedro

Moreno... Teléfonos de México construyó un edificio en el único jardín que existe en la

Unidad en la segunda sección" (sic)...". Con el objeto de evitarse el mantenimiento de los

52

Expresión del Arq. Mario Pani al visitar Tlatelolco el 20 de Julio de 1982. 53

"Tacos Azteca", insalubre negocio, inunda impunemente los sótanos. Su dueño es vicepresidente espurio de

la Asociación. Despidió a un trabajador que comentó los daños que causa.

54

Revista Tlatelolco. Número 1. Diciembre de 1979. Págs. 10, 11 y 12.

45

pocos prados existentes en la Unidad, el inefable Lima Zuno los destruyó y puso piedras

y tezontle desmenuzado en los mismos"55

.

Lo expuesto en el párrafo anterior, sin detallar lo que ha sucedido con el mal uso del suelo,

de las instalaciones y de los locales, complementa un panorama que explica en gran parte

las dificultades que tienen los residentes para dar a Tlatelolco el esplendor que debería

tener. Es también un ejemplo vivo para los urbanistas y administradores de unidades

habitacionales para que esto no vuelva a suceder.

55

Ibid.

46

CLUBES Y VAGANCIA

En pocos sitios como en Tlatelolco, es tan claro percibir la necesidad primaria que

representa el deporte para la adecuada utilización del tiempo libre.

Se critica con frecuencia a los grupos de adolescentes que por las tardes y en las noches se

reúnen en diferentes sitios de la Unidad. A esto le llaman vagancia.

El calificativo es fácil de expeler. Las opiniones juiciosas escasean y mientras los, hijos de

los críticos no se hallen en el grupo, éste será de vagos o pandilleros.

La casi totalidad de jóvenes de Tlatelolco estudian. Algunos trabajan. Otros hacen las dos

cosas. Con toda seguridad puede decirse que en Tlatelolco no existe la vagancia entre los

jóvenes.

Pero, ¿qué hacen en sus ratos de ocio cuando no se encierran a escuchar música o huyen del

multifamilíar que poco puede ofrecerles? Juntarse a jugar tochito o fut sobre cuadrángulos

de cemento o adoquines, en minúsculas áreas. Y luego platican y algunos le entran al chupe

de vez en cuando (por más que algunos comerciantes lo propicien). A esto le llaman

vagancia.

Pero la verdad es que han tenido que ganarse hasta el derecho de jugar en sitios

inapropiados luchando con práctica insistente ante policías, contra locatarios y contra

algunos residentes que no comprenden que un joven necesita moverse para vivir.

Si habitan, y el dato preciso es prácticamente imposible conocer, 78,500 personas en la

Unidad. Su población infantil y juvenil debe andar por los 50,000. Y su espacio vita1 es

ridículamente pequeño: las áreas verdes son muy escasas y cuidadas casi exclusivamente

para los perros. Jamás se ha visto que un policía obstruccione el esparcimiento y las

excreciones de algún can. En cambio con los niños son implacables.

Existen tres clubes en el Conjunto. Uno para cada sección. Mientras hubo departamentos

no adquiridos, funcionaron bajo la dirección de BANOBRAS-A1SA. La publicidad de

estas Instituciones hacía los futuros moradores decía claramente: "Tres magníficos, clubes

funcionan en Ciudad Tlatelolco para servicio exclusivo de sus residentes". En medio, una

fotografía deslumbrante y a todo color de una de las albercas; detrás, el cuerpo del club con

techo corredizo bajo el cual se halla un hermoso gimnasio con relucientes pisos de finas

maderas, y al fondo, los edificios sugiriendo seguridad por su cercanía con los futuros

deportistas y pertenencia del club a los compradores. Bajo la foto: "Disponen de campos

deportivos y de canchas bajo cubiertas, para la práctica de su deporte favorito. Las salas de

lectura de los clubes se dividen en dos secciones: para adultos y para niños. Espaciosos

salones para fiestas y juegos, albercas, bibliotecas, gimnasios, baños, cineteatros para 350

espectadores; fuente de sodas y cafeterías".

Si alguna vez existió todo esto, fue en los sueños de quienes compramos aquí. O quizá lo

hubo en su inauguración y en un lapso pequeño posterior a ella.

¿Quién puede decir en dónde se encontraban las salas de lectura —divididas por cuestiones

de buenas costumbres, quizá—?; ¿dónde están las bibliotecas?; ¿quién se robó sus

ejemplares? ¿Y las fuentes de sodas y cafeterías? A menos que así le llamen a un simple

mostrador que ahora expende refrescos, doritos, sabritas y dulces.

Sin fantasías, funcionaron regularmente hasta que llegó Lima Zuno. Una circular sin fecha

(lo que era común), se repartió entonces a los socios del club Cinco de Mayo, expresando

que "De acuerdo con la encuesta realizada para mejorar el funcionamiento del club... les

avisamos que se cerrará a partir del 1° de agosto para reparaciones' y organización.

Oportunamente les avisaremos sobre la próxima reapertura". Firmaba Abel Boza C. Pasó

un año y las reparaciones se limitaron a una simple mano de pintura. Nadie se había

47

enterado de la encuesta ni de sus características. Al fin se reabrió, ahora patrocinado por

el Instituto Mexicano para la Infancia y la Familia, a mediados de 1975, con una nueva

cuota de inscripción y con peores servicios que antes. Las promesas sobre sus mejoras no

se realizaban en los hechos. El Lic. Jaime Araiza Velásquez, del IMPI, conoció e ignoró las

múltiples quejas de los asociados56

y continuó apoyando a un tal Lic. Bautista, que era el

torpe e insolente administrador, y a la interventora de nombre Esther Villalón de Jalife,

despreocupada de sus responsabilidades. Burocráticamente, el club funcionaba muy bien,

con amplia y robusta nómina. Con fines publicitarios, permanecían sus lámparas

encendidas todas las noches" pero en cambio descompusieron la caldera; faltaban llaves

para el agua y regaderas, y la pestilencia dominaba sus aires. Organizaban fiestas

ensordecedoras hasta altas horas de la noche, sin conocerse el destino del dinero recaudado.

Con la alberca siempre sucia y fría su agua, con horario limitado y déspotas dirigiéndolo, la

gente dejó de asistir. Una noche, el IMPI desapareció del club. Lo vaciaron. Nada útil se les

olvidó. Los proyectores de 35 milímetros —dicen— se los llevaron sin ser de ellos.

Hay que apuntar aquí una conducta cobarde y castrante: ocurrió en 1977. Adultos, jóvenes

y niños de la segunda sección" marchamos por andadores y caminos del sector, portando

carteles y repartiendo volantes de protesta por el pésimo manejo del "Cinco de Mayo",

penetrando finalmente a su auditorio. Ahí, exclusivamente la voz de los niños y jóvenes se

escuchó, así como sus propuestas para el mejoramiento del deportivo y sus servicios:

"denunciando la poca atención que se tiene para con ellos y protestando porque no se les

permite hacer uso del club y sí en cambio les prohíben que jueguen en los jardines. ¿Dónde

vamos a jugar entonces?, preguntaron. Una niña dijo que se les acusa a todos los jóvenes de

drogadictos pero que no se les proporcionan lugares adecuados para prácticas deportivas o

distracciones sanas. Dijeron también que ellos sí tenían espíritu para luchar y que estaban

conscientes de que a sus padres les vendió el banco el departamento con el derecho a

disfrutar de los clubes recreativos".57

Se organizaron en comisiones que acordaron reunirse

a la siguiente semana para llevar adelante sus planteamientos. Esta reunión no se realizó. A

la hora convenida, llegó al local acordado una de las oradoras de la semana anterior, chica

de unos trece años a disculparse: Al comentar lo acontecido a su familia, su papá le

prohibió terminantemente volver a participar "en esas cosas". Con los ojos húmedos por la

pena o por la rabia contenida, se despidió frustrada por su propio padre. Supimos después

que los demás "líderes" habían tenido una suerte similar...

Meses después del saqueo, se hizo cargo de las instalaciones el Congreso del Trabajo.

Arreglaron la caldera y ahí quedó todo. Nueva cuota de inscripción. Infinidad de

actividades... en el papel. Constante vaciado de cientos de metros cúbicos de agua por no

filtrarla en días enteros. Abren cuando quieren. Parte de los vestidores es ahora casa

habitación con perros y todo. El auditorio está semi destrozado, pintarrajeado y pulguiento.

En ocasiones, el club se viste de gala: va a pasar el Presidente de la República. Pintan todo,

hasta el pasto. Acarrean niños de alguna parte que, uniformados, nadan alegremente

mientras pasa el Primer Mandatario. Después de unas horas, todo sigue como antes. Desde

que lo tiene el Congreso, está controlado el club por el hijo del aún llamado senador

Ramiro Ruiz Madero. Menos mal están en la primera sección. Aquí las madres fueron

quienes mejor se organizaron ya que, aunque el Seguro Social pretendió abandonarlo, se

56

Escrito al Lic. Jaime Araiza. Julio 7 de 1976. Signado por las asociaciones de los edificios: Arteaga, Lerdo,

Guerrero y J. M. Chávez.

57

Boletín a los residentes. Comisión pro-funcionamiento del club Cinco de Mayo. Julio 20 de 1977.

48

opusieron protestando ante el Presidente de la República. En una circular argumentaban

"que durante diez años de existencia de la Unidad, prácticamente no había prestado los

servicios sociales para los que fue construido" el club Félix Azuela. Que fue reinaugurado

en abril de 1976 rescatando a sus hijos de la vagancia. Agregan que gracias a la

participación de los habitantes de la Unidad "por primera vez" se había conseguido que

“funcionara debidamente" y que los directivos del Seguro Social, en enero de 1977

“tomaron la drástica medida de clausurarlo y al efecto ordenaron se desmantelaran las

instalaciones que llevaron más de seis meses para la rehabilitación del club, la causa según

informaron, es la falta de presupuesto”58

. Pedían apoyo y solidaridad en sus demandas,

citando a una reunión pública de protesta frente al citado club. El club de la tercera sección

es el Antonio Caso. Es el que mejor servicio da a los residentes, aunque sea de mediana

calidad. Esta mejoría comenzó durante la gestión del Lic. Loredo ya que antes y durante

años, se utilizaba varias veces a la semana para tocadas controladas por Francisco Aguilar,

más conocido como Paco Gruexo. Años de escándalos soportaron los vecinos de los

edificios adyacentes. Gran parte de sus instalaciones se ocupan con oficinas de la

subdelegación. Aquí ha sido encomiable el trabajo desarrollado por la maestra Irma Cossío,

buscando la participación de los residentes dentro y fuera de las obras teatrales montadas en

los últimos tres años principalmente, aunque su labor data de varios años atrás.

Un conjunto como Tlatelolco, para cumplir sus finalidades, requiere de rectores aptos que

materialicen las concepciones de los urbanistas que lo concibieron. Distorsionadas éstas en

su sentido económico y social primigenio" el resultado será imprevisible... y negativo.

En cada problema de Tlatelolco, botón de muestra del acontecer nacional, está agazapada

una intención alejada no sólo del planteamiento original, sino de llevar avante intereses en

beneficio de la comunidad. No es posible que todos los funcionarios de tantas instituciones

comprometidas en este conjunto urbano hayan sido torpes. Es evidente que otro tipo de

miras han tenido y que en ningún momento hubo en su interior el menor deseo en mejorar

las condiciones de vida de los tlatelolcas.

Y los clubes evidencian lo anterior con mayor nitidez que otros asuntos. Si el alejar del

deporte a la juventud conlleva el acercamiento a la droga, les tiene sin cuidado. Y si la

gravedad de este inexorable resultado no preocupa a tales funcionarios, menor prurito les

representa el permitir que el desorden vague en los comercios- en las azoteas en los

estacionamientos, en los bufetes jurídicos o en ciertas directivas corruptas, desorden del

cual "algún provecho se han sacado", repitiendo una expresión del Lic. Pedro Loredo.

Pero, ¿qué pasa con los clubes? ¿Cuánto dinero ha percibido BANOBRAS por el despojo?

¿Cuánto ha ahorrado con su abandono? ¿No forman parte de un sólo fideicomiso junto con

los edificios? ¿El Cinco de Mayo o Flores Magón proseguirá su función al servicio de las

necesidades políticas del Congreso del Trabajo?

El profesor Enrique Olivares Santana ofreció en los comienzos de 1977 al COEA, que él se

encargaría de que en breve plazo los tres clubes estarían funcionando y que de no ser así,

intervendría para cancelar los comodatos y buscar una alternativa satisfactoria para los

residentes.

Los funcionarios van y vienen. Nosotros permanecemos aquí.

58

Boletín de los vecinos de la 1a. Sección a todos los residentes de Tlatelolco. Enero de 1977.

49

DIRECTIVAS Y DEMOCRACIA

Los procedimientos para llevar a cabo actividades en las casi treinta asociaciones civiles de

Tlatelolco, se conforman por acuerdo de asamblea, aunque en las menos, por los intereses

de cúpula que las controlan. Tanto en unas como en otras, es grande el desconocimiento de

los asociados de sus normas organizativas, que pocos dirigentes tienen interés en propagar

y menos en perfeccionar. Existen, por lo tanto, asociaciones que prácticamente no realizan

asambleas ni proporcionan información. Cuando es imprescindible realizarlas, casi siempre

resultan amañadas. Las auditorías, por otra parte, proporcionan una aparente seguridad en

el manejo del dinero, pero se reducen a una simple corroboración de ingresos y egresos que

no se adentra en ámbitos en los que medran tranquilamente algunos directivos. La

justificación de erogaciones no despeja la verdadera intención de las mismas, ni su

necesidad.

Es cierto que la participación precaria obliga en ocasiones a las directivas a arriesgarse en

la toma de decisiones, sobre todo si son urgentes, pero no es un pretexto suficiente para

ejercer el absolutismo.

El método que mayores perspectivas democráticas parece tener, consiste en el

nombramiento de delegados por cierto número de departamentos o por entrada, que formen

un cuerpo captador de los intereses comunes. Este grupo de delegados forma una comisión

ejecutiva dentro de su seno, procurando evitar la designación de presidentes, ya que este

sólo término, se considera prepotente, quizá por influencia del panorama político del país.

Tanto delegados como comisión ejecutiva, deberán realizar asambleas generales con una

regularidad establecida estatutariamente; los primeros además, en su ámbito básico de

acción, esto es, en los lugares en que fueron electos (asambleas parciales); en ambos casos

los asambleístas podrán sustituir a sus dirigentes en cualquier momento. Este

procedimiento tiene entre otras ventajas, la de dificultar que en asambleas generales,

pequeños grupos aparentan representar a las mayorías y tomen la dirección para fines

personales. Esto ya ha sucedido, por lo que hace discutible en este sistema participativo, la

legitimidad de asambleas que de generales únicamente tienen el nombre. El minigolpismo

se facilita en cambio por ser inútil esperar la presencia del 50% de los residentes. (Se han

realizado asambleas generales en segunda convocatoria con 6% de asistencia).

Con el mecanismo a base de delegados, éstos vienen a ser el enlace entre las bases y los

ejecutores, eliminando a camarillas desligadas de la mayoría que interpretan sus caprichos

como un sentir general. También hay que apuntar que no siempre son iguales los problemas

entre una y otra entrada o entre un grupo de departamentos y otro, de ahí que el sistema

descrito proporciona una mejor comunicación entre todos.

Algunas asociaciones minimizan la importancia de contar con un Consejo de Vigilancia

que restaría autonomía a su gestión. Pero es necesario apoyarse en este cuerpo

independiente de la dirección que no sólo incorpora a más vecinos interesados en sus

asuntos y que impulsarán el desarrollo de la misma, sino que evitan la centralización del

mando, el ocultamiento de hechos, el incumplimiento de acuerdos; las violaciones

estatutarias, la disminución de la calidad de los servicios y otras anomalías: Sin tener

actitudes policíacas, el Consejo de Vigilancia dinamiza la organización vecinal.

Es necesario también, defender celosamente la libre concurrencia a todo tipo de reuniones

tanto de entradas como de comisiones ejecutivas o específicas, de cualquier miembro de la

asociación que se interese en conocer los asuntos tratados, o en participar en la solución de

los mismos. Son inaceptables las argumentaciones de ciertos directivos, de que las puertas

abiertas a todo tipo de juntas retrasan las discusiones y tomas de acuerdos. Son

50

simplemente argucias para ocultar sus verdaderas intenciones. El posible retraso que

ocasionaría la concurrencia abierta, se compensa acrecentadamente con una mayor riqueza

discursiva y un ampliado conocimiento del estado de la asociación. Quizá el avance sea

más lento pero será más democrático.

En ocasiones suele observarse en las asambleas una impaciencia, posiblemente

inconsciente, que busca desechar análisis profundos de los temas, así como la observancia

de normas que aseguren la participación de todos. Tal conducta obedece a veces a intereses

de otro tipo, pero generalmente es consecuencia del desacostumbrado proceder racional

utilizado en esferas tradicionales. Esto deriva de una tendencia a implementar métodos

drásticos, impositivos, que consideran lo mejor. Afortunadamente, no es mayoritaria tal

conducta de innegable aire fascista. La búsqueda del paternalismo o del caudillaje se

explica por la antidemocracia reinante durante las últimas décadas, así como por la alta

penetración de la ideología burguesa en la clase media, agregando a esto, el temor a

compartir responsabilidades.

Cabe anotar por lo anterior, la conveniencia de agrupar problemas específicos de los

vecinos que no afectan a la mayoría y que pueden resolverse en juntas para ese fin

concreto, evitando distracciones o pérdida de tiempo a la asamblea.

También es común pregonar "que no es política" la actividad de las asociaciones, en cuanto

se proponen caminos diferentes a los establecidos por la costumbre, como si no

estuviéramos inmersos en la política y en sus procesos desde que nacemos. Cada

participación social es un acto político aun sin que lo sepamos. El mismo apoliticismo es un

modo de hacer política, casi siempre contraria a los intereses generales por su irreflexión. Y

todo esto es terrible en el medio por las dificultades que entraña un diálogo vago, sin

clarificaciones, aunque también es parte de una realidad social, y consecuencia de una

táctica —de una política— que se ha impuesto históricamente para controlar.

Por lo antes expuesto, es previsible que en ocasiones se rechacen planteamientos que

conlleven adelantos o mejorías para una asociación, ante la cual no deben de sobrar las

explicaciones y los detalles, así como la paciencia, parte integral de una participación

eficaz.

El solo hecho de levantar la mano para votar, lleva implícito en algunos casos una ruptura

con el miedo, o un entreguismo a posiciones desacordes consigo mismo, pero imposibles

de repeler. Un método necesario y efectivo para quebrantar temores y recelos, consiste en

la celebración de reuniones de otras características, que acerquen amistosamente a los

socios, y en las cuales no escasearán los comentarios espontáneos sobre los trabajos de la

asociación.

Las actividades deportivas pueden también cumplir esta función, así como la realización de

juegos de mesa.

Fundamental es la elaboración de escritos informativos para evitar, por un lado el

desconocimiento general de los problemas, y por otra, la separación, en ocasiones absoluta,

entre los dirigentes y sus bases.

Una asociación de residentes limitada a resolver problemas de limpieza y mantenimiento es

embrutecedora; se anquilosa y en ella fácilmente sus directivos, carentes de miras, tratarán

de encontrarlas en marrullerías económicas. De aquí la importancia de programar todo tipo

de actividades atractivas para los residentes.

No hay que perder de vista a los inquilinos recién llegados, que podrán incorporarse de

inmediato si encuentran en su nuevo barrio encauzamiento para sus inquietudes; así como

calor social que casi ha desaparecido en la ciudad. Comprenderán también de inmediato la

51

razón de las autoadministraciones, asimilándose en poco tiempo en beneficio de todo el

grupo.

Quizá sea aventurado decir que Tlatelolco es el sitio más poblado del mundo. Tiene mayor

densidad poblacional que Hong Kong o Harlem. Y más habitantes que La Paz, Colima,

Guanajuato, Zacatecas o Chetumal, capitales de algunos estados. El aislamiento es una de

las maneras de vivir aquí, y algunos tratan de enconcharse como si el mundo se arrojara

encima de ellos.

Pero el México actual es social por excelencia; y aquél artificio no los protege: los ignora.

Es imperativo en un grupo humano como Tlatelolco, desarrollar actividades en las que

todos puedan incluirse, que los contacte para crear y recrear su capacidad pensante; que

evite el ostracismo al que también se arrastra a los pequeños. Algo de lo que se logró hacer,

posiblemente sea rescatable ya que las bases económicas y organizativas están colocadas:

Durante los años de 1974 a 1978, la Asociación Arteaga Lerdo impulsó las siguientes

actividades: casi un año funcionó el cineclub Tlatelolco, que ofreció películas con alto

contenido social, no olvidando que la principal finalidad era divertir. Series como "Charles

Chaplin", "La Mujer" o "La Revolución Mexicana", permitieron contemplar el arte de

Charlot en Tiempos modernos, La fiebre del oro, La calle de la paz, etc.; la belleza eterna

de Marlene Dietrich en El ángel azul; el oscurantismo del medievo con Madre Juana de los

Ángeles. Films premiados o alabados, entre ellos Centinelas del silencio, La sal de la Tie-

rra, En el balcón vacío, Los olvidados —ésta con tomas del Tlatelolco de los 50s.—;

Manos sobre la ciudad o Strómboli, se proyectaron por primera vez en la Unidad, con su

debate correspondiente.

El proyector lo prestaba un vecino, y el grupo infantil de apoyo coloreaba la publicidad

elaborada en serigrafía, para después colocarla en los vidrios de los comercios o en los

accesos a los edificios; y antes de la función estaban ya embolsadas las palomitas para los

espectadores, contribuyendo el pequeño ingreso de su venta a los gastos de alquiler de las

películas59

, del foco del proyector, etc. Cuando creció lo suficiente, el cineclub se trasladó

de nuestro local al teatro del club Cinco de Mayo. Ahí intervino la Secretaría de Hacienda

—dicen, no nos consta; que a solicitud del Congreso del Trabajo— porque se cobraba

como cooperación la cantidad de 5 pesos, que al totalizarla tenía que ser reforzada con

peculio de los organizadores por lo pequeña que resultaba. De haber exhibido churros,

nadie hubiera intervenido.

Se trató de conservar a las posadas en su marco tradicional de cánticos, peregrinos, velitas

y piñatas que por ser tantas, llegaron a quebrarse cerca de veinte en una noche. Todo era

proporcionado por los vecinos a solicitud de grupos de niños que —previo volante–

recibían dulces, frutas, piñatas y dinero, todo entregado de inmediato a los comisionados.

Los "días de muertos" en una o dos ocasiones se celebraron con el altar y sus ofrendas. Se

realizaron algunos torneos de ajedrez, cuya práctica es muy limitada en el medio. Un

residente donó una mesa de ping pong que desapareció con directivas posteriores.

El remanente de las cuotas de estacionamiento sirvió para fundar Temilotzin, un periódico

gratuito para informar a todo el conjunto habitacional sobre el proceso autoadministrativo,

así como de los acontecimientos más señalados de la participación vecinal, y que llegó a

tener un tiraje de 10,000 ejemplares.

59

Facilitadas a un precio casi simbólico por la filmoteca de la UNAM.

52

Se fundó una cooperativa de consumo con trabajo voluntario que creó ciertas esperanzas.

La inexperiencia obligó a su cierre, pero ahí está el local y alguna mercancía.

En los cristales del local se elaboraba un periódico vitral con información y fotografías que

despertaban gran interés.

Con donaciones voluntarias se formó una biblioteca que llegó a poseer varios cientos de

volúmenes y que en la actualidad se ha reducido misteriosamente.

Se difundieron las experiencias de la autoadministración no solamente con los limitados

medios que se tenían, sino a través de diálogos con grupos democráticos o simplemente

disconformes con el estado de cosas. En diferentes edificios también se divulgó lo realizado

así como en otras Unidades Habitacionales como Villa Olímpica o en los recién ocupados

departamentos del Plan Tepito.

Estaba integrándose la comunidad. Se comenzaba a crear un ambiente amistoso

desconocido hasta entonces.

Esta muestra de camaradería no a todos complace. Algunos negocios pueden peligrar. Y si

es entendible tal mezquindad, no se justifica cuando quienes desunen lo hacen a ultranza

ante la más leve sospecha de unificación.

Variados factores hicieron declinar lo conseguido, como el ya mencionado de no informar a

los recién llegados sobre la situación desastrosa que prevalecía antes de la

autoadministración, ya que algunos suponen que lo que ahora ven, ha existido por siempre.

Tampoco se prepararon elementos con miras hacia el futuro. Una cierta autosuficiencia en

el liderazgo se hacía notar, principalmente al limitar la intervención de algunos compañeros

ante las autoridades.

Un grave error consiste en disimular las acciones de algunos elementos abiertamente

hostiles a la participación desinteresada, que sensiblemente buscan beneficiarse en lo

individual;, impermeables a la cultura a la que consideran como arma de la terrible

amenaza comunista, cegados por la informática comercial que tan grandes logros obtiene

con la clase media.60

Es de suma importancia señalar que aunque en principio la participación fue

mayoritariamente masculina, la mujer se incorporó paulatinamente, siendo así que en un

nivel general de todo Tlatelolco, son varias las que han ocupado la presidencia de su

asociación, y su designación en éste y otros puestos de dirección ha sido por lo general muy

positiva.

60

En una encuesta efectuada en 1980, 38% de los entrevistados manifestaron que su diversión favorita era

ver televisión.

53

¿CONDOMINIO TLATELOLCO?

Hacer de Tlatelolco un condominio fue una de las aspiraciones del movimiento allá en

1974. Sublevaba el no sabernos dueños de algo que se nos había vendido. BANOBRAS no

se interesaba en ello, y aunque sus ganancias de Tlatelolco descendían, continuaba siendo

un buen negocio para el banco y para los contratistas.

En ningún momento hemos sabido cuál es la esencia del fideicomiso de la Unidad. Se ha

evitado que podamos conocerlo. Los antecedentes de la construcción permiten decir que

tiene un origen de interés social, validos del cual se desplazó a miles de ocupantes de los

terrenos en que ahora se erige el Conjunto, con la promesa de reinstalarlos al terminarlo, en

condiciones de notoria mejoría. Contados tuvieron la suerte, las palancas o las posibilidades

de hacerlo. Tlatelolco comenzó a venderse, y fuera de unos pocos, quienes compraron no

fueron ni millonarios ni de la clase media alta. Por esta razón, y después de las experiencias

participativas, es racionalmente indebido pensar en convertir a Tlatelolco en un gigantesco

condominio.

Un ejemplo sencillo: Algunos edificios han rebasado su inclinación normal con el paso del

tiempo, los sismos y los asentamientos del subsuelo. Así ha sucedido en el Tamaulipas, en

el Presidente Juárez y en varios más. En el caso del Presidente Juárez el presupuesto inicial

para recimentarlo y nivelarlo era en 1981 de $43,000,000.00. A fines de septiembre de

1982, con la obra aún inconclusa, se ha elevado a 115,000,000.00; se calcula que al

finalizar los trabajos se habrán erogado no menos de $130,000,000.00.

Con 288 departamentos y 23 locales, cada residente y cada locatario, de ser condóminos,

tendrían que desembolsar la cantidad de $ 414,000.00 ÚNICAMENTE POR ESTE

CONCEPTO, sin dejar de pagar los demás gastos normales e indispensables del inmueble.

¿Cuántos tlatelolcas podrían erogar sumas semejantes al contado, ya que en base a créditos

sería casi como volver a comprar debido a los intereses?

Pero ahora resulta que existen manifestaciones oficiales para que Tlatelolco se convierta en

condominio. En abril de 1981 se pidió la opinión de la Asociación de Residentes de

Tlatelolco sobre un oficio del Director de Recursos Territoriales, dirigido al entonces

delegado en Cuauhtémoc, C.P. Ricardo Parra Montes, solicitándole su autorización para "el

cambio del sistema de certificados por el de Régimen en Propiedad en Condominio".

Descontando la ilegalidad que pueda o no tener para decidir un cambio de tal naturaleza la

figura de un delegado político, el documento prueba las intenciones existentes en algún

sector estatal.

¿Qué motivo existe detrás de esto? Aparentemente la "legalización" de los departamentos,

pero éstos ya están debidamente legalizados al amparo del fideicomiso.

¿El discutible argumento de la imposibilidad de hipotecarios, que efectivamente existe?

Dadas las circunstancias, el único motivo importante para hipotecar sería el de cubrir altos

e insoslayables compromisos, como el de recimentación ya explicado.

Cabe señalar aquí el peligro que secularmente ha entrañado hipotecar, en ocasiones lo que

representa el único patrimonio familiar; aunque seguramente disminuirá por no ser ya

particulares inescrupulosos los detentadores de los bancos y las finanzas del país. La

nacionalización de la banca deberá amoldar sus funciones para estos casos.

En el sistema capitalista, las razones de fondo son siempre de lucro. Por lo tanto, tratar de

convertir Tlatelolco en condominio, corresponde a una finalidad utilitaria antisocial. Y la

actual política del gobierno de la ciudad ha tendido a encarecer el suelo urbano en beneficio

de los grandes capitales. Cien edificios en condominio —los del ISSSTE van por ese

camino— serían una rica presa de los comerciantes de la vivienda, únicos que podrían

54

solventar su elevado mantenimiento. Una buena parte de los residentes podrían verse

obligados a abandonar la Unidad al no poder soportar tales gastos. El cambio serviría

también para que el valor de los predios de las colonias circundantes —proletarias la

mayoría— se incrementaran excesivamente, y la presión para desolazar a sus moradores

seda más fuerte. De paso, BANOBRAS se beneficiaría ya que el cambio lo librada de la

responsabilidad del manejo y mantenimiento de los edificios.

Otra agravante para los tlatelolcas sería que —ahora sí— las autoridades del D. F. les

obligarían a colocar los equipos e instalaciones que para casos de emergencia señalan

reglamentos del gobierno citadino, como serían gruesas y enormes mangueras, escaleras de

emergencia, cisternas y tomas de agua e inclusive helipuertos en algunos casos, y que ahora

muestran displicencia para exigírselos a BANOBRAS. También debe pensarse que de

llevarse a cabo el cambio al régimen de condominio, nos encontraríamos con

construcciones deterioradas y prematuramente seniles por la ineficacia de BANOBRAS y

AISA.

Existen pareceres opuestos que argumentan la importancia de una escrituración; las

ventajas de su valor crediticio, y otras que traslucen la necesidad de un sentimiento de

propiedad indispensable para una certidumbre de seguridad. Estas opiniones se emiten

precisamente por vecinos no enterados de la problemática local, pero es necesario

considerarlas. Por esta diversidad de criterios, es autorizada la opinión del presidente de la

ART, al manifestar en su respuesta al oficio 240 referente a la solicitud del Director de

Recursos Territoriales que mencionamos antes, que:

“b) No conocemos tal programa, ni los alcances que tendría respecto a Tlatelolco para

pronunciamos en relación con él.

f) Consideramos que los principales interesados (los residentes) no habiendo sido

consultados, sino hasta ahora que usted responsablemente nos da la primera noticia de lo

que se gesta; los residentes, repetimos, no podrán tomar una decisión válida sobre un

asunto de esta importancia si no están amplia y suficientemente informados. Por lo que

consideramos que BANOBRAS y el D. D. F. deben abrir una consulta pública con

organizaciones, juristas, urbanistas y técnicos, especialmente residentes para que valoren

adecuadamente las distintas opciones".61

61

Lic. Jesús Verver. Comunicado al subdelegado, Lic. Pedro Loredo, abril 7 de 1981.

55

DOS TRABAJOS SOBRE TLATELOLCO

I Salvador Lima Zuno fue el primer subdelegado de Tlatelolco. Será recordado como el peor

que hemos tenido. Continuó de gris manera el licenciado Enrique López Aguilar, gran

amigo de aquél. El tercero del lamentable desfile fue el ingeniero Rafael Cabrera Silva, por

"un parentesco con Cuauhtémoc Santana".62

Posteriormente estuvo el licenciado Pedro

Loredo Vera, único que tuvo un verdadero interés por la Unidad y sus habitantes, y en la

actualidad el puesto lo ocupa el licenciado Rubén Alcalá, "el hombre del mañana", como se

le conoce, por ofrecer soluciones de todo para el día siguiente, que aún no llega. Hay que

decir en favor de éste que coincidió su gestión con tiempos difíciles para la nación toda, y

que su trato con los vecinos es cordial.

El interés por el conjunto habitacional llevó al Lic. Pedro Loredo a elaborar un pequeño

análisis denominado “Tlatelolco 2000" .

Comienza por atribuir mala fortuna a Tlatelolco achacándola a los olvidados dioses

prehispánicos que aún buscan venganza de los conquistadores. "El caso es que siempre fue

un barrio difícil, tortuoso, donde el vicio y la criminalidad sentaron sus reales". Que una

vez edificada la Unidad, se fue "poco a poco deteriorando física y conceptualmente, sin que

nadie se ocupara de darles —a los edificios, jardines y áreas comunes— un mantenimiento

adecuado". Menciona un dato exagerado: que en Tlatelolco moran cerca de doscientas mil

personas. Esta cifra está muy por arriba de lo que humanamente es posible, dado que en 12

004 departamentos y en 2 272 cuartos de servicio con un promedio de 6 personas, daría un

total de 85,656. Con la suma mencionada en el "Proyecto 2000", el promedio por ámbito

familiar se elevaría a 14 apretados seres.

Es muy importante, en cambio, el señalamiento que hace sobre las múltiples instituciones y

personas que participan en "una administración compleja y poco eficiente" como "el

ISSSTE, el Congreso del Trabajo, el Seguro Social, el Departamento del D. F.,

BANOBRAS e incluso existen edificios de autogobierno que se han convertido en negocios

privados”. Y es claro que tal variedad de criterios e intereses, con frecuencia se interponen

en perjuicio de la zona. Lo que es reprochable de lo anterior al Lic. Loredo es su juicio a

medias sobre la autoadministración, debido quizá a la seudo diplomacia que indebidamente

amordaza el señalamiento de los elementos deshonestos, en aras de la buena imagen del

funcionario.

Otro aspecto importante expuesto en su trabajo es el de los "antes modernos sistemas de

bombeo de agua potable y las redes de distribución", que "han llegado a extremos de

deterioro que permiten predecir su parálisis total a corto plazo", Agrega que "lo mismo se

puede decir del drenaje, que por hundimientos del terreno edificado, su nivel quedó por

encima de la planta baja de los inmuebles, y del sistema hidroneumático".63

Alineándose con los vecinos, apunta que "Las instalaciones deportivas, sociales y

culturales... han terminado por perder su propósito de superación comunal. Semidestruidas,

carentes de equipos y mal administradas, sirven más a fines personales o como centros de

promoción del pandillerismo".

Señala también a los culpables de la decadencia: "Donde en fin, las desviaciones de

conducta se han visto alentadas por una administración despreocupada o francamente

62

Temilotzin # 6. 3.

63

En BANOBRAS se tiene conocimiento de esta situación desde hace varios años.

56

venal, que algún provecho ha sacado al permitir el hacinamiento y el vicio, en una,

superficie que aglutina más de 12 mil departamentos y un número no determinado de

comercios irregulares que mucho contribuyen al caos imperante".

La médula del proyecto del Lic. Loredo es la consecución de un financiamiento de 600

millones de pesos —ahora obviamente insuficientes— para la remodelación de la Unidad,

contemplándose estacionamientos, centros comerciales, áreas verdes, zonas deportivas y

otras y prorrateando el adeudo entre los beneficiados. Estos, según la opinión del ex

subdelegado, "han logrado recuperar con creces la inversión original y bien podrían

enfrentarse a un gasto adicional, que obviamente beneficiaría a sus intereses." Pero añade

que "Lo mismo puede decirse respecto a las cuotas que pagan por mantenimiento, que han

permanecido congeladas", lo cual es completamente inexacto.

Finaliza su proyecto en base al plan que dio origen a la Unidad Nonoalco Tlatelolco, o sea,

el aprovechamiento de terrenos adyacentes para continuar la ampliación de la misma y que

ha sido motivo de pláticas por otro lado, entre la Asociación de Residentes de Tlatelolco

(periodo 1980-1983) y el arquitecto Mario Pani, constructor del conjunto, aunque sin

profundizar demasiado.

Por otro lado, cabe la duda sobre la participación económica de los vecinos para rehabilitar

la Unidad. Primero, porque han colaborado duramente para mejorarla a pesar de las

autoridades, y segundo, porque se supone que el impuesto predial excesivo que aquí se

paga debe encauzarse en gran parte en el mantenimiento y mejoría de los servicios.

Quizá lo apropiado sería retener una buena parte del impuesto citado para conformar un

fondo para tales requerimientos. Sería lo justo.

II

Cuando estaba por terminar el presente trabajo logré conseguir un libro titulado Conducta

Antisocial en una Unidad Habitacional, de Elena Azaola de Hinojosa, editado en 1979 bajo

el patrocinio del Instituto Nacional de Ciencias Penales de la Secretaría de Gobernación.

La importancia del tema, y además tratándose de Tlatelolco, hacía imprescindible su

lectura. De antemano, su autora nos aclara que no es un estudio comparativo, sino

descriptivo y analítico que se expresa en el título del libro.

En él corrobora algunas de las manifestaciones asentadas en nuestra Autoadministración en

Tlatelolco, principalmente en lo que se refiere a la inmovilidad participativa, pero en otras

discrepamos totalmente, y por su abundancia nos limitaremos a las que consideramos más

importantes.

La investigadora basa parte de sus conclusiones en datos obtenidos precisamente de

aquellos interesados en desprestigiar la movilización iniciada en enero de 1974 y que

comenzaba a fructificar en la época en que la señora Azaola realizó su trabajo —de junio

de 1975 a junio de 1976—, o sea, AISA y la subdelegación.

Sin tener la menor intención en disminuir el valor de sus análisis referentes al aspecto

delictivo de la Unidad, es preciso contrastar algunos puntos que sin duda pudieron alterar

aquellos y principalmente dar una idea equivocada del Conjunto Nonoalco Tlatelolco y de

sus habitantes. Afortunadamente, la señora Azaola pudo darse cuenta desde el principio del

desorden administrativo en todo lo que se refiere a la Unidad, cuando aclara que una de las

limitaciones que tuvo su labor fue que la información sobre ésta", o sea, la Unidad, "se

encuentra completamente dispersa en diversas oficinas, en donde existe poco conocimiento

57

del conjunto y aun de los mismos asuntos que tiene a su cargo"64

, agregando que "En

muchos casos las mismas autoridades desconocen los detalles del funcionamiento de la

Unidad e incluso proporcionan informaciones contradictorias".65

Las anteriores

conclusiones las palpamos cotidianamente quienes vivimos aquí. Ya son parte de un

aparato administrativo enfermo y abúlico que por ignorancia engaña. Por eso, cuando

también menciona que los informes del servicio de vigilancia no se encuentran completos

dentro de la Unidad "ni fue posible obtenerla a través de las autoridades que

consultamos"66

, podríamos agregar que también otras informaciones están incompletas,

desperdigadas o perdidas. No hace muchos años BANOBRAS solicitó a los residentes el

contrato de cada departamento para fotocopiarlo, ¡ya que no encontraban los suyos!

En más de un sentido concordamos en la descripción física de Tlatelolco, como es la

interrelación del conjunto con la gran ciudad que la rodea, así como la dificultad para

establecer vínculos no superfluos entre los vecinos. Coincidimos también en que las

perspectivas para las que se construyó la Unidad no fueron satisfechas, aunque en

conversaciones con el arquitecto Mario Pani, así como en el libro editado por

BANOBRAS, Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco, se establece que lo que conocemos

con tal nombre era solamente el principio de un extenso plan de construcción de viviendas

que abarcaría hasta más allá del barrio de la Candelaria de los Patos, en lo que sería una

gran herradura de "regeneración urbana”. No podemos en cambio estar de acuerdo en la

mención de que "el 90% de los edificios tienen ya constituida su Asociación y nombrados

sus representantes"67

, ni que "La Administradora" —refiriéndose a AISA— "ha promovido

que cada edificio forme una Asociación de Residentes"68

, ya que seis años después de dicha

aseveración no llegan a la mitad los edificios que cuentan con una asociación debidamente

legalizada, y por otra parte, la promoción de AISA careció de respuesta por tratarse de un

intento manipulador de la Administradora.

Algunas observaciones del citado libro parecen adolecer de una búsqueda intensa de la

realidad, ya que hubiera sido sumamente valioso que la autora se percatara de la

participación vecinal en las asambleas de las asociaciones, que por ese entonces

comenzaban a organizar la autoadministración, a la cual había llegado el edificio Atizapán

en mayo de 1975, la AAL el 1° de junio y patrocinado en septiembre un primer Torneo de

ajedrez; en noviembre apareció Temilotzin y por esas fechas Trinchera Tlatelolca; el 16 de

febrero del año siguiente se invitaba a unas conferencias con el tema "La educación de los

hijos" y el 5 de mayo de 1976 se formaba el Consejo de Edificios en Autoadministración, y

aún podrían proporcionarse más ejemplos de la febril participación de un considerable

número de residentes deseosos de organizarse. ¿Y los funcionarios que hacían en ese

entonces? "Mucho enorgullece a nuestro partido que un profesionista como José Limón

(sic) Zuno, sea quien busque en nombre de nuestro partido, el voto mayoritario de este II

Distrito Electoral'', y que éste “no solamente dominó la técnica sino que vino a ponerla en

práctica, y ha tenido... un gran éxito al lograr encaminar bien los pasos de esta unidad, y al

mismo tiempo ganarse la simpatía de sus habitantes".69

64

Op. cit. Pág. 20. 65

Op.cit. _P.21. 66

0p. cit. P. 117

67

0p. cit. P. 56. 68

5 Ibid. 69

El Residente. Abril de 1976. Pág. 3.

58

No está muy claro el sentir de la autora al expresar: "Otra actitud que es frecuente entre

los residentes es la de adoptar una posición de “exigir que si se pagan ciertos servicios, la

Administradora está obligada a dar respuesta a sus demandas”70

. La experiencia con AISA

ha demostrado que son inútiles los reportes, las quejas, las solicitudes que los residentes

plantean y que deben solucionarse, ya que cubren la cuota de mantenimiento que AISA

misma ha fijado. De ahí que en cierto sentido cabe el término "exigir", ya que en el contrato

establecido entre las partes el residente ha cumplido con la suya. ¿Qué deben hacer los

moradores de los 60 edificios aún administrados por AISA, que estando al corriente con sus

pagos y al solicitar algún servicio se encuentran con la respuesta irresponsable de que "no

tienen derecho a nada porque su edificio trabaja desde hace tiempo con números rojos?” Y

ahí mismo se dice, refiriéndose a AISA: "Por su parte, esta compañía opina que entre los

residentes hace falta "concientización" y "educación" para vivir en la Unidad, pues no

cuidan de ella como si fuera propia ni han logrado vivir con los vecinos”71

, cuando que ha

sido AISA misma quien propicia conductas como las que describe al procurar dividir a los

vecinos al sabotear sus trabajos, al no cumplir con su parte en el contrato.

Por eso, la aseveración de que "La Administradora ha promovido diversas campañas de

“concientización” entre los residentes"72

mediante volanteos, debe contemplarse con el

valor que realmente tuvo en su tiempo, cuando por todos los medios trataba de demostrar

—con papeles, no con hechos— una eficacia que ni tuvo ni ha tenido hasta la fecha.

Otra inexactitud es la siguiente: "Hasta la fecha (1977) sólo 5 de los 102 edificios han

logrado autoadministrarse".73

Por una parte no hay justificación para incluir el número total

de los edificios de departamentos, ya que se ha mencionado que 16 son del ISSSTE y 2 de

las suites Tecpan, que se administran por separado, De los 84 restantes, para el 4 de junio

de 1976, o sea, un año antes del que señala la señora Azaola, se autoadministraban los

siguientes edificios: Atizapán, Arteaga, Lerdo, Vicente Guerrero, José María Chávez,

Tabasco y Jesús Terán.74

La anterior información fue suministrada por el gerente general de

Al SA que reemplazó a Lima Zuno. Por ello, podría interpretarse la incongruencia entre

uno y otro dato, como una remarcada intención de desorientar o malinformar a la

investigadora sobre lo que realmente estaba ocurriendo en Tlatelolco.

Hay varios puntos más con apreciaciones incorrectas o equívocos como la que expresa que

la autoadministración "no fue una solución que plantearan la mayoría de residentes, sino un

pequeño grupo"75

, y que se contesta con los hechos relatados en nuestro trabajo y con

pruebas documentales que la respaldan; o cuando se menciona que a los niños del ISSSTE

se les prohíbe jugar en los jardines,76

ya que la limitación se extiende "democráticamente" a

todos los niños, que son los seres más desprotegidos de la Unidad; o cuando se dice que los

servicios sociales de la subdelegación cuentan con el apoyo de 17 asociaciones de

residentes77

, que mal habrían hecho apoyando actividades enajenantes, únicas que el

subdelegado patrocinaba; que para construir estacionamientos "tampoco hay terrenos

baldíos en la zona circundante"78

, que los policías "ejercen vigilancia en las azoteas,

70

Op. cit. Pág. 57. 71

0p. cit. Pág. 58. 72

lbid. Pág. 58. 73

Op.cit. Pág. 59. 74

Boletín de AISA a los “Señores Adquirientes”. de Vicente Madrigal Guzmán. Junio 8 de 1976. 75

0p.cit. Pág. 60.

76

Op. cit. Pág. 61. 77

Op. cit. Pág. 64. 78

Op. Cit. Pág. 68.

59

elevadores y estacionamientos"79

o que se dé por cierto que en el conjunto, "según cifras

de la policía local, existen cinco veces más policías por habitante que en el resto del

Distrito Federal".80

Así como en este último ejemplo se comenta —y la ausencia casi total

de vigilancia por temporadas lo confirma— que en la nómina de la subdelegación es real,

pero no en la práctica, los demás y otros puntos no resisten pruebas.

Saldría de nuestra intención señalar paso a paso las diferencias, considerando que las más

sentidas se han tocado y que no hacen sino reafirmar que una ha sido la intención de los

residentes que buscaron y buscan integrar una verdadera comunidad, y otra la intención de

ciertos funcionarios de entorpecer a aquéllos, de tergiversar sus propósitos, y una de las

mejores pruebas de ello ha sido la información dolosa que proporcionaron a la señora Elena

Azaola, cuyas intenciones, ni por un momento lo dudamos, han sido las de contribuir al

análisis de la sociedad mexicana, y específicamente a la conducta antisocial en Tlatelolco.

79

OP.cit. Pág. 69. 80

Op. cit. Pág. 90.

60

DE DIRECCIONES Y POLÍTICAS

Existe un gran temor, no del Estado Mexicano, sino de autoridades intermedias, de que

líderes naturales no comprometidos sino con sus representados, demuestren una eficiencia

que aquellas jamás demostraron, una honradez ofensiva y un poder legítimo no basado en

el fraude o en la violencia; que hagan palpable la potencialidad dirigente que el país

desperdicia al sustituirla injertando funcionarios sin motivaciones racionales ni

emocionales con el sitio que gobiernan. Estos enclaves que se manifiestan en toda la

nación, son procesos de un control que en ciertas partes como en Tlatelolco sólo le hacen el

juego a la derecha, que halla en la clase media una siembra lista para cosechar. ¿Dudoso?:

la asociación iniciadora de la lucha en este conjunto de viviendas fue hostilizada en todo

momento y en todas sus funciones en las que iban involucrándose residentes en actividades

sin ápice de subversión; en una participación ciudadana que ahora la publicidad invoca.

Errores aparte, tal saña del oficialismo intermedio hizo decaer su fuerza; ahora está en

manos de un grupo francamente reaccionario. Anticomunistas fervientes, han manifestado

su aversión al diálogo y a la cultura. Pese a las protestas, continúan celebrando misas en el

local de la asociación dando un buen pretexto para que BANOBRAS lo reclame. No

permiten en cambio su uso para vecinos que difieran con su hermética línea. Cualquier

escrito que se pretenda mimeografiar es motivo de censura, obligando a sus autores a

recurrir a otras asociaciones para imprimirlos; la otrora solidaria vinculación entre

directivos y trabajadores se ha trocado en despidos y malos tratos. La contratación por

honorarios es uno de sus planes, ya que “no es posible seguirles pagando prestaciones".

Llegaron a la directiva después de años de buscar agazapados la oportunidad, y aunque su

control es precario, control es.

Pero no es el sistema el único que actúa torpemente. Es ya tradicional el desaire de los

izquierdistas para este tipo de movimiento que consideran secundario y del que se

acuerdan, como aquellos a quienes critican, únicamente en las campañas electorales,

mientras en los grandes intervalos de una a otra, se dedican a la grilla, a sus negocios o a

desbarrancar empresas de algún partido que requirieron décadas de sacrificios y esfuerzos

para solidificarse. ¡Cuántas veces se les llamó encarecidamente para trabajar y nunca

respondieron! Algunos, con ínfulas patriarcales, ni siquiera bajaban de sus cómodos

departamentos para con su simple voto apoyar a quienes luchaban por una causa común.

¿Excepciones? Dos o tres, y un gran apoyo de gente sin partido o de priístas honestos. ¡Y

esto funcionó bien! Tanto, que el nefasto Lima Zuno llegó a decir que la Asociación

Arteaga Lerdo estaba controlada por los comunistas que querían el poder en todo Tia-

telolco. No, únicamente fue la participación de gente honrada la que lo puso histérico.

"Las organizaciones de izquierda piensan que solamente la clase obrera es pueblo y

después de 1968 no le ven posibilidades de acción a las capas medias. Cuando estábamos

en apuros, la gente de izquierda que vivía aquí no trabajaba, escudándose en que éste era un

movimiento pequeño burgués que no tenía remedio".81

Para Arnoldo Martínez Verdugo, la importancia de este tipo de luchas se ubica

inmediatamente después de las obreras y campesinas, y lamenta también el escaso interés

de los militantes del PSUM por incorporarse a ellas. En su campaña presidencial observó

—comenta— la inmensa injusticia hacia los colonos en toda la República, pero también su

incipiente organización que podrá adquirir una gran fuerza social.

81

Punto Crítico. Autoadministración de Tlatelolco. Marzo 30 de 1977. Pág. 20.

61

La valiosa opinión de quien fue durante varios años secretario general del Partido

Comunista Mexicano, no es aún asimilada, como se palpa en la vaguedad del programa del

Partido Socialista Unificado de México en lo referente a la clase media, a la que no ofrecen

alternativas atrayentes, así como en la propaganda dirigida a este sector, ineficaz y huera.

Podría aducirse que no es un partido para esta clase, pero, no justificaría nada.82

Aparente-

mente el desaire es mutuo, ya que buena parte de los residentes manifiestan ser apolíticos,

pero ya interiorizados, son otros los factores que impulsan aquel sentir.

Para comenzar, es gigantesca la ignorancia sobre los diferentes planteamientos de los

partidos políticos. La confusión y el desconocimiento son los primeros obstáculos y es tal

que se confunden las siglas partidarias y los propósitos. Además, al no existir en lo material

reivindicaciones o necesidades profundas como las hay para el proletariado no se considera

indispensable profundizar en las diferentes opciones. Por si fuera poco, se ve en la partici-

pación política una búsqueda de medios económicos para encumbrarse; un hueso y nada

más. Esto es, no se puede entender lo desconocido, y se limita la opinión a la práctica

deshonesta del mundo que sí conoce.

Sería erróneo suponer que este tipo de participación gestará un cambio social que beneficie

a las masas. Ni ahora ni antes ha sido planteado, ya que el sector del que nos hemos

ocupado no forma parte de la producción social, ni sus carencias son equiparables a las del

sector obrero. Ideológicamente se encuentran en el centroderecha, más que nada por

costumbrismo y abulia política, pero los constantes tropiezos de la economía nacional

golpea frecuentemente y cada vez con mayor dureza sus intereses. El origen de los

fenómenos inflacionarios se oculta a sus ojos, pero la carestía es siempre objetiva. Y es

entonces cuando el interés por los procesos sociales comienza a manifestarse.83

Otro factor de despolitización es consecuencia del desenfado con que cada trienio los

candidatos del PRI buscan el voto; acuden a las asociaciones aunque no se les invite,

prometen gestionar las demandas y se olvidan para siempre una vez conseguida la curul.

Así, como decíamos antes, la impreparación política se encauza con gran facilidad por la

derecha, no con base en programas de trabajo o interiorizándose en la problemática vecinal

o urbana en general, sino con el habitual sistema de críticas a lo establecido y contra las

fuerzas de izquierda, usando el más repulsivo detritus anticomunista. Ante la carencia de

programas, de militantes y principalmente de una aceptación histórica por su desubicación

de la realidad, abortan en su labor antipriísta y antizquierdista, frustraciones, demagogias v

consejas que en este medio tienen credibilidad.

82

En julio de 1982, la mejor votación para el PSUM del II Distrito Electoral, se obtuvo en Tlatelolco. Ocurrió lo mismo

en 1979 para la Coalición de Izquierda.

83

La lucha mucho más radical en los sectores precaristas, tiene mejores expectativas sociales. Aunque los

vicios clase medieros y burgueses son difundidos inmisericordemente, existe un mayor sentido de

cooperación y de humanismo que se puede proyectar a niveles que trasciendan las limitaciones teóricas de

algunas organizaciones revolucionarias.

62

CONCLUSIONES

Tlatelolco es un nombre que estremece cuando se le pronuncia repentinamente. Se evoca la

cruel matanza del dos de octubre de 1968 que nos remite al salvajismo del conquistador

español que culminó su obra guerrera aquí, donde nosotros vivimos. Al hablar de este

lugar, Carlos Monsiváis opina que "Tiene que sobreponerse para dejar de ser el símbolo de

la infamia gubernativa, porque uno no piensa en TIatelolco; piensa en el dos de octubre y

no en ninguna asociación de residentes; este es el problema. Y también pienso que hasta

ahora Tlatelolco ha sido una muestra más de las estafas; ello, por la manera como los

edificios fueron construidos"

"¿Es inmunda la vida ahí —le preguntan.

"Es inmunda en todas partes" —responde, para seguir: "Es vida de clase media, no

especialmente inmunda. Claro Que se pueden hacer muchas cosas en Tlatelolco, pero no se

ha logrado la cohesión que existe, por ejemplo, en el barrio de Tepito, falta mucho por

desarrollar en este sentido". Agrega que no hay en Tlatelolco un sentido de comunidad",

que tendrá "un futuro positivo... si logra organizar un sentido de comunidad y luchar por

sus derechos a través de una lucha política. De otro modo le veo un futuro tan triste, tan

deprimente y denigrante como al resto de la Ciudad de México". Y a otra interrogante

contesta: "ha habido mucha manipulación politiquera de los colonos, de los diputados que

sólo llegan y sonríen..." "Yo vi la campaña de Lima Zuno y me pareció lamentable.

Respecto a este señor, no sé de su trabajo como diputado,

pero imagino que no habrá hecho nada".84

Falta de cohesión, ausencia de un sentido de comunidad, lucha por los derechos. ¿Se ha

hecho algo por todo esto? Y de ser afirmativa la respuesta, ¿qué ha conservado la memoria

colectiva del esfuerzo desarrollado?

Tlatelolco fue un experimento inacabado de regeneración urbana. Mas, si no ha sido un

fracaso, ha sido únicamente por la lucha decidida de sus habitantes, lucha más externa que

interna. La incomprensión del gobierno, que puede interpretarse como un temor al

conglomerado organizado, representa la mayor dificultad para los vecinos. Sus

agrupaciones, en cuanto dan signos de independencia y democracia, son señaladas como

alborotadoras, subversivas o comunistas, mientras que si son dóciles y no anidan protestas,

si se concretan a labores simples que conllevan procederes paternalistas o dictatoriales,

reciben a cambio migajas de atención.

En lo interno se ha aletargado el espíritu de lucha, pero subsiste el deseo de integración que

no se ha sabido captar, como también se encuentra muy arraigado el tradicional espíritu

mediocre del pretender "ser más, ganando más"; del "no hacer nada, sin nada a cambio", el

"nada" segundo, interpretado como compensación material por la "ayuda" brindada, En

ciertos elementos la corrupción es vista como algo normal, Esta conducta se afianza cuando

se prefiere pagar mayores cuotas de mantenimiento que exigir claridad en las cuentas. "No

quiero meterme en problemas; no tengo tiempo; no me interesan esos asuntos", frasean

aquellos a quienes se invita a colaborar. "Allá ellos que se hagan bolas", puede significar un

menosprecio a los participantes, pero también disfraza un sentimiento de incapacidad

propia que impide el acercamiento hacia los demás. Quizá por esto es frecuente que al

elegir a sus directivos se prefiera a profesionistas, principalmente abogados, sin que esto

84

Tribuna de Tlatelolco. Noviembre de 1977.

63

sea ninguna garantía de efectividad. Ciudadanos sin estudios superiores han demostrado

aquí gran capacidad y sensibilidad ante los aspectos sociales en que se involucran.

Los habitantes de la unidad provienen de múltiples lugares del país. Esta heterogeneidad de

modos de vida y de criterios se ha ido nivelando en quienes llevan años de vivir aquí, y

prácticamente desaparece en sus hijos. La autoadministración, por su parte, tuvo —porque

ha disminuido sensiblemente— una fuerte influencia comunicante, pero aún es válida la

observación de que "hay inquilinos viviendo 8 o 10 años, muro de por medio, y jamás han

cruzado palabra",85

que explica el lento proceso de la organización vecina1, aunado al nulo

impulso que las instituciones que estaban obligadas a ello, como BANOBRAS o AISA, han

dado en ese sentido. Su falta de visión social es improcedente con la intención que deben

tener sus funciones. A BANOBRAS solamente le interesaron los edificios mientras no

requirieron de mantenimiento, y esto hay que repetirlo constantemente. Después no le

importó su decadencia. Esta irresponsabilidad fue determinante, originando de paso una

especie de leyenda negra en los medios de comunicación cuando se referían a Tlatelolco. Y

tenían razón en ese entonces los periodistas que señalaban lacras, crímenes, suciedad,

drogadicción. Pero los residentes, convencidos que ni al banco ni a la administradora del

conjunto les importaba el caos, al organizarse comenzaron a transformar la unidad

mediante la autoadministración, y al hacerse patente la diferencia, obligaron a AISA a

remediar en parte el descuido de los demás edificios.

La autoadministración, que se aceptó como única vía de solución a los problemas

inmediatos, pero que en realidad se conquistó por las rémoras que se le opusieron, así como

el reto que significó el acoso a la organización vecinal, tuvo como origen la defensa de

intereses económicos, y a medida que fue desarrollándose, se enriqueció de posibilidades

reivindicadoras en un amplio sentido social, como es: la organización administrativa acorde

con sus propios intereses al manejar directamente las cuotas; la toma autónoma de un

sinnúmero de decisiones; la realización de incipientes actividades culturales y muchas

otras, destacándose el ejercicio de los derechos civiles materializados en marchas, mítines o

asambleas, en las que se han fraguado concepciones que van más allá del proceso descrito.

La autoadministración tiene grandes posibilidades de ser una forma organizativa

independiente, que al democratizarse y concientizarse podrá convertirse en impulsora de

luchas progresistas, tanto de colonos como a nivel general.

Tlatelolco podrá ser un conjunto habitacional modelo si así lo quieren sus habitantes. Una

más decidida participación; mayor profundidad en los análisis en las dificultades que ahora

enfrentan y de las que se avizoran; y entereza para manifestarlas, lo hará posible.

En las circunstancias actuales dependerá también de la adopción de criterios avanzados por

parte de las autoridades del Distrito Federal y de las instituciones responsables del

conjunto. La agravación de los problemas de la Ciudad de México irá en aumento sin la

concurrencia ciudadana. Un diálogo sin ardides les permitirá constatar a aquellos, el alto

interés que existe no únicamente para mejorar el sofocante medio ambiente, sino para

responsabilizarse de la dirección administrativa y política de Tlatelolco. Circunscribir el

Conjunto a un solo distrito electoral es una necesidad de sus habitantes y del sistema

mismo que hasta ahora doblemente queda en entredicho ya que ninguno de "sus" dos

diputados ha respondido a las promesas ni a las esperanzas de quienes votaron por ellos. La

dudosa eficacia política que pudo tener en el pasado tiende a desvanecerse, agravándose en

85

Luis Gutiérrez R. Uno más Uno. Enero 24 de 1979. Pág. 1.

64

cambio la participación ciudadana tan invocada a últimas fechas. Ni éste, ni ningún

conjunto habitacional debe fraccionarse electoralmente de aquí en adelante.

Otro requisito para que cualquier conjunto de viviendas funcione adecuadamente, es la

necesaria y urgente adecuación de la legislación vigente a la realidad, que permite ahora la

acaparamiento de la vivienda y el uso de la misma con fines diversos a los que le dieron

origen. Aquí, es señalado el caso de un licenciado, Ruiz Ponce, que detenta 11

departamentos en este conjunto. La acumulación de departamentos atenta contra la salud

social y más aún si fueron erigidos por el Estado. Este mercantilismo tiene que evitarse

reforzando la consideración que debe tener Tlatelolco para que sus departamentos —no así

sus locales—86

sean considerados de interés social, en vista de la imposibilidad de ciertas

erogaciones por parte de la mayoría de sus habitantes, que ya hemos mencionado.

Es también indispensable que las instituciones, empresas y otras sociedades que poseen

edificios aquí, contribuyan generosamente en la manutención de Tlatelolco, ya que además

de disfrutar de sus instalaciones quebrantando la normalidad que debería tenerse en este

sitio, abusan de su condición —oficial en algunos casos— para hacer y deshacer en su

beneficio. El Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad Social al

Servicio de los Trabajadores del Estado, e1 Sindicato de Hacienda, la Secretaría de

Relaciones Exteriores, las Suites Tecpan, Teléfonos de México y el Congreso del Trabajo,

están obligadas a hacerlo, ya que se encuentran incluidas geográficamente dentro del

Fideicomiso que abarca todo Tlatelolco. Dentro de cualquier sistema de tenencia es ya

indispensable su aportación. Como lo es también de los locatarios, que actualmente gozan

de privilegios indebidos" principalmente aquellos que por su giro producen grandes

cantidades de desperdicios y suciedad, recargando exageradamente el servicio de

recolección de basura y de alcantarillado. Urge en estos casos el establecimiento de

obligaciones y sanciones enérgicas por parte de las autoridades, así como que las

asociaciones establezcan nítidamente la improcedencia de incorporar a los locatarios en

cualquier puesto de dirección de las mismas.

Un mentís a los que comentan que en Tlatelolco vive una masa amorfa, se manifiesta en las

publicaciones que surgieron para difundir nuestras vivencias, para distraer e incluso para

confundir: Crónica de Tlatelolco, Tribuna de Tlatelolco, Trinchera Tlatelolca, Temilotzin,

El Observador, Casa en el Aire, El Residente, Huehuetlaltoni y Revista Tlatelolca, son

pruebas de interés participativo. De pronto desaparecen y surge otra para reemplazarla, De

hecho, cada una de ellas se ha apoyado en grupos distintos. La suspicacia, pues, se

extingue.

No a todos complace Tlatelolco. Quienes vienen por primera vez suelen extraviarse entre

sus edificios. La mayoría de los diarios recogen de aquí la nota amarga; pocos nos ven

como entes esforzados en mejorar nuestra vivienda. Aquí ocurren actos delictuosos... como

en todas partes, y aunque porcentualmente más bajos... tienen mayor publicidad.

Los visitantes primerizos siempre encuentran el camino. Y se sorprenden de la

comodidad de los departamentos.

Sí... se ha descuidado, pero se vive a gusto. Muchos no cambiarían por nada este lugar.

¿Agua? Casi nunca falta. No es necesario que los niños atraviesen calles, pues sus

necesidades básicas se obtienen en la cercanía. Eliminar la basura de cada departamento es

muy sencillo aunque no lo es subir trece pisos por las escaleras cuando los elevadores están

descompuestos.

86

. Salvo los de interés social.

65

Aquí, como en todas partes, hay ventajas y desventajas. Sólo que de estas últimas muchas

pueden eliminarse. Se ha luchado para eso; se han buscado opciones; se ha propuesto; se

continúa insistiendo siempre, sin apartarse de un estricto acatamiento de las leyes que nos

rigen.

En Tlatelolco pensamos haberlo demostrado: existe una positiva participación ciudadana

desde hace varios años pese a la hostilidad en su contra.

¿Porqué se oponen a los tlatelolcas?

Es un hecho que las asociaciones de residentes y las agrupaciones de colonos están

surgiendo en todas las ciudades como respuesta a la crónica incapacidad e indiferencia

oficial para solucionar los cada vez más graves problemas de servicios en nuestras grandes

concentraciones humanas.

Ven su secuencia organizativa, la autoadministración o autogobierno es la culminación de

una primera etapa.

Y podrá considerarse como bastión de cambio cuando consiga un ascenso constante, sin

limitarse a la gestión administrativa y de servicios, sino encauzada paralelamente al

desarrollo cultural de todos sus componentes; presta siempre al apoyo de otras

organizaciones y a la defensa de los colonos contra arbitrariedades de todo tipo.

Sus posibilidades de proyección en la sociedad estarán aseguradas desde el momento en

que se asimile que el caos urbano es producido por la sociedad actual.

El Estado por su parte, debe respaldarlas si en verdad se interesa en la concurrencia

ciudadana.

Respetar su participación, su decisión "su organización, garantiza su sano desarrollo.

Atacarlas, obstruir su labor, apoyar a rencorosas minorías, fortalecen la abulia, la

corrupción y la incultura.

Truncan las esperanzas juveniles de un mundo organizado y libre.

Retrasan el lugar de México en la historia.

66

D O C U M E N T O S

INSTRUCTIVO SOBRE LA SUSPENSIÓN DE PAGOS A LA

ADMINISTRADORA INMOBILIARIA, S. A.

A todos los residentes del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco:

A continuación detallamos a ustedes cuáles son los trámites que hay que seguir para hacer

efectiva la suspensión legal de pagos que hemos acordado unánimemente en las Asambleas

Generales de Residentes, para lograr la justa solución de nuestras demandas y rechazar el

arbitrario 20 por ciento de aumento que Administradora Inmobiliaria, S. A. y el Banco

Nacional de Obras Públicas, S. A., nos pretenden imponer.

En realidad el trámite es bastante sencillo y consiste en el mero depósito de las

mensualidades en Nacional Financiera, S. A. y la consignación de este depósito ante el Juez

Décimo Tercero de lo Civil.

Debemos aclarar que no se trata, en esta etapa del proceso, de un juicio o pleito legal, sino

de una simple diligencia preliminar, perfectamente legal y justificada.

El trámite consta de dos partes:

1° Depósito en la Gerencia de Depósitos Diversos de Nacional Financiera, S. A.

2° Consignación de ese depósito en el Juzgado Décimo Tercero de lo Civil.

INSTRUCTIVO PARA EL DEPÓSITO

1. Acude a la sucursal de NACIONAL FINANCIERA, S. A., ubicada en Avenida Niños

Héroes y Doctor Liceaga, edificio de la Procuraduría) y preséntate en la oficina o ventanilla

de Depósitos Varios. Esta sucursal tiene la ventaja de estar a unos pasos del Juzgado Civil,

pero si prefieres también se puede acudir a las Oficinas Centrales de Nacional Financiera,

S. A., en Uruguay 56 (esquina con Isabel la Católica), Gerencia de Depósitos Diversos,

Planta Baja.

2. Pide la forma "Solicitud de Depósito" (color blanco) y llénala de la siguiente manera:

a) Donde dice "Nombre del Interesado" escribe el nombre a favor de quien esté el

departamento.

b) En el sitio para la fecha escribe el día en que pagues.

c) Donde dice "A disposición incondicional de:" escribe JUZGADO DÉCIMO TERCERO

DE LO CIVIL.

d) "Domicilio del interesado:" Tu propio domicilio (calle y número, entrada y número del

departamento que estás pagando).

e) "Importe:" Escribe la cantidad que estás depositando y que debe ser exactamente lo

mismo que pagaste en diciembre; cualquier diferencia se ajusta después.

f) También en los talones "c" y "b" hay que escribir la cantidad que se deposita, sobre la

línea que dice "(con número)".

g) En el reverso, donde dice: “Datos para Informaciones", en el número "9",

CONSIGNACION DE: (aquí escribes tu nombre) A FAVOR DE: BANCO NACIONAL

DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, S. A. o Administradora Inmobiliaria, S. A.

10. OTROS CONCEPTOS: MENSUALIDAD CORRESPONDIENTE AL MES O

MESES (el que vayas a pagar) DEL DEPARTAMENTO (número) SITO EN (calle y

número) EDIFICIO (nombre del edificio), CONJUNTO URBANO NONOALCO

67

TLATELOLCO, MÁS EL IMPORTE DE CUOTA DE GASTOS GENERALES DE

ADMINISTRACION Y DE GAS.

3. Después de llenar esta solicitud entrégala en la ventanilla junto con el importe de la

mensualidad correspondiente y allí deberán desprender y entregarte el Talón “D”, mientras

te preparan el Certificado de Depósito.

4. Minutos después, presentado el Talón “D”, te entregan ya el Certificado de Depósito

debidamente legalizado por Nacional Financiera, S. A., y que es el documento que hay que

presentar en el Juzgado Décimo Tercero de lo Civi1, pues ampara plenamente tu depósito.

5. Cabe aclarar que este trámite en Nacional Financiera puede hacerse en efectivo o con

cheque certificado, como prefieras. No te admiten un cheque sin certificar (en tu banco te

pueden certificar el cheque gratuitamente).

6. El horario de las oficinas de Nacional Financiera es el mismo que el de cualquier otro

banco: de las 9 a las 13.30 horas. La segunda parte del trámite consiste en presentar tu

certificado ante el Juez.

INSTRUCTIVO DE CONSIGNACIÓN

1. Preséntate en el Juzgado Décimo Tercero de lo Civil, en Niños Héroes Núm. 132,

esquina Dr. Claudio Bernard, octavo piso (que se encuentra a unos cuantos metros de la

sucursal de la Nacional Financiera que mencionamos antes).

2. Presenta el escrito cuyo machote te anexamos, junto con tu Certificado de Depósito de

Nacional Financiera.

3. El escrito de consignación del depósito debe presentarse con original y tres copias.

4. La oficialía de partes o e1 propio secretario del Juzgado que reciba tus documentos, te

deberá regresar una copia con el sello del Juzgado, la hora y la fecha. Esta copia sellada por

el Juzgado constituye un recibo pleno que comprueba con todas las de la ley que tú has

hecho el depósito y la consignación, y que, por tanto, estás cubierto por completo y has

cumplido con tu responsabilidad en cuanto al pago de la mensualidad ante la autoridad

correspondiente. Pero al mismo tiempo, no te has sometido a los caprichos de la

Administradora Inmobiliaria ni has aceptado el 20% de aumento en la cuota de

administración. Esta copia te servirá para que, a su debido tiempo, cuando se resuelva este

Conflicto, te la canjee la Administradora por el recibo normal.

El escrito que hay que presentar en el Juzgado, acompañado de tu Certificado de Depósito,

debe formularse de acuerdo al siguiente machote:

DILIGENCIA PRELIMINAR DE CONSIGNACIÓN

C. JUEZ DÉCIMO TERCERO DE LO CIVIL

(Niños Héroes No. 132, Esq. Dr. Claudio Bernard)

...(aquí se pone el nombre del adquirente)..., por mi propio derecho y señalando como

domicilio... (aquí, calle, número, edificio, entrada y número del departamento que se está

adquiriendo. Conjunto Nonoalco-Tlatelolco, comparezco y expongo:

Por medio del presente exhibo certificado de depósito expedido por la Nacional Financiera,

S. A., Serie---- (aquí el número de serie del certificado) y número por la cantidad de $ -----

(en número y letra), a favor del BANCO NACIONAL DE OBRAS Y SERVICIOS

PÚBLICOS, S. A., o de su representante Administradora Inmobiliaria, S. A.", institución

que se niega a recibir la mensualidad correspondiente al mes o meses de ------ de 1974, por

el departamento arriba mencionado, que estoy pagando y ocupo.

68

México, D. F., a ------------ de --------------- de 1974.

FIRMA

Aclaración: quizá te extrañe que en este machote se diga que el Banco Nacional de Obras y

Servicios Públicos, S. A. se niega a recibir la mensualidad. La explicación de esto es muy

sencilla: el Banco no acepta que paguemos la misma mensualidad que veníamos pagando,

pues pretende ya incluir en enero el famoso aumento del 20% en la cuota de gastos de

administración. Sin embargo, este aumento ni siquiera se nos ha notificado en forma

legalmente válida, pues sólo enviaron una circular que no tiene efectos de notificación

personal como debiera ser. Por lo tanto, si pretendieras pagar sin el aumento en las

ventanillas de la Administradora, no te admiten ese pago por considerarlo parcial. De ahí

que lógicamente acudimos al procedimiento de depósito y consignación a un juez para estar

bien amparados.

69

NOTAS:

1. El escrito al Juzgado es conveniente que vaya firmado por el adquirente del

departamento.

2. Con el objeto de facilitar el depósito en Nacional Financiera, S. A. y la consignación

correspondiente al juzgado, también podrán solicitar las formas necesarias a las distintas

Asociaciones legalmente constituidas.

3. Si el importe de tu mensualidad es inferior a $ 1,000.00 (mil pesos), deposita tu pago

directamente en el juzgado. No hace falta que lo deposites en Nacional Financiera.

4. Se recomienda a todos los residentes que se encuentren atrasados, o sea, que deban

meses del año de 1973, 1iquiden sus pagos en Administradora Inmobiliaria, S. A., y a partir

de enero de 1974 en Nacional Financiera, S. A.

5. Las personas que hayan liquidado el mes de enero de 1974 en Administradora

Inmobiliaria, S. A. pueden pasar a liquidar febrero en Nacional Financiera, S. A. sin ningún

problema.

6. En caso de que resulten diferencias por el aumento normal de las cuotas crecientes y del

aumento en el costo del gas, serán liquidadas al final de este proceso, sin ninguna

responsabilidad legal.

7. Notifica a tu Asociación o Comité cuando deposites tu mensualidad y acude a ella para

cualquier consulta o información.

México D.F., febrero de 1974

Comisión Jurídica del Comité Coordinador Provisional

de Residentes del Conjunto Urbano

Nonoalco – Tlatelolco.

70

C. JUEZ DÉCIMO TERCERO DE LO CIVIL.

Niños Héroes No. 1132

Presente:

-------------------, por mi propio derecho y señalando como domicilio:---------, Conjunto

Urbano Nonoalco-Tlatelolco, comparezco y expongo:

Por medio del presente exhibo certificado de depósito expedido por la Nacional Financiera

S. A., serie, número por la cantidad de $ ( ) a favor del BANCO

NACIONAL DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, S. A. o de su representante Admi-

nistradora Inmobiliaria, S. A., institución que se niega a recibir la mensualidad

correspondiente al mes de de 1974 por el departamento arriba mencionado, que estoy

pagando y ocupo.

El domicilio de la Institución referida es Insurgentes Norte No. 423 y el de su representante

es San Juan de Letrán No. 475, ambos en esta ciudad.

Son conducentes los artículos 2062, 2098, 2103 y demás relativos del Código Civil del

Distrito y Territorios Federales.

POR LO EXPUESTO:

Con fundamento en los artículos 255 y 893 del Código de Procedimientos Civiles del

Distrito y Territorios Federales.

A USTED C. JUEZ, atentamente pido:

PRIMERO.- Tenerme por presentado en los términos de este escrito promoviendo las

diligencias de consignación a que hago mérito.

SEGUNDO.- Ordenar se notifique a la Institución mencionada en el domicilio que indico

para que reciba en pago la cantidad que ampara el certificado de depósito de la Nacional

Financiera que exhibo.

TERCERO.- En su oportunidad entregar al beneficiario el Billete de Depósito que exhibo,

previo del endoso correspondiente a cambio del Recibo de Pago que se efectúa.

PROTESTO LO NECESARIO

México. D. F., a ----------- de ------------- de 1974.

ANEXO: Certificado de Depósito mencionado.

71

CONVENIO DEL 27 DE MAYO DE 1975

CONVENIO QUE CELEBRAN POR UNA PARTE EL BANCO NACIONAL DE

OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, S. A., COMO INSTITUCIÓN FINANCIERA DEL

FONDO DE HABITACIONES POPULARES, REPRESENTADO POR UN DELEGADO

FIDUCIARIO SEÑOR ARQUITECTO HUMBERTO CHAVEZ M., Y POR LA OTRA

PARTE, LA ASOCIACIÓN DE ADOUIRIENTES Y RESIDENTES DE LOS EDIFICIOS

GENERAL JOSÉ MARÍA ARTEAGA Y MIGUEL LERDO DE TEJADA DE LA

UNIDAD TLATELOLCO, A. C., REPRESENTADA POR LOS SRES. ARQ. RUBÉN

CANTÚ CHAPA E ING. MARIO ALATORRE CORONADO; CON LA

INTERVENCIÓN DE LA ASOCIACIÓN HIPOTECARIA MEXICANA, S. A. DE C. V.,

REPRESENTADA POR --------------- EN SU CARÁCTER DE REPRESENTANTE

COMÚN DE LOS ADOUIRIENTES DE LOS CERTIFICADOS DE PARTICIPACIÓN

INMOBILIARIA NO AMORTIZABLES OUE EN ESTE CONVENIO SE MENCIONAN.

LAS PARTES, QUE EN LO SUCESIVO SERÁN DESIGNADAS COMO "EL BANCO

EMISOR", "LA ASOCIACIÓN" Y "EL REPRESENTANTE COMÚN"

RESPECTIVAMENTE, CONVIENEN EN OBLIGARSE DE CONFORMIDAD CON

LAS DECLARACIONES Y CLÁUSULAS SIGUIENTES:

DECLARACIONES

DECLARA EL BANCO EMISOR POR CONDUCTO DE SU REPRESENTANTE

AUTORIZADO:

I. Que mediante escrituras públicas Nos. 13718 y 13716, ambas de fecha 5 de octubre de

1970, pasadas ante la fe del Notario Público No. 53 del Distrito Federal, Lic. Heriberto A.

Román, emitió dos series de Certificados de Participación Inmobiliaria No Amortizables

sobre todos y cada uno de los departamentos y locales comerciales que integran los

edificios General José María Arteaga y Miguel Lerdo de Tejada respectivamente,

correspondientes al Conjunto Urbano Presidente Adolfo López Mateos, de Nonoalco

Tlatelolco, D. F.

II.- Que a la fecha se encuentran vendidos ----------- certificados en ambos edificios,

mediante igual número de contratos de compra-venta y ha otorgado la posesión anticipada

de los departamentos a sus adquirientes.

III.- Que al celebrar los contratos a que se hace referencia en la declaración anterior, los

tenedores o adquirentes de dichos títulos se obligaron a cubrirle las cuotas por el servicio

de administración y mantenimiento que en cada caso se determinaron y que se precisan en

relaciones anexas.

DECLARA LA ASOCIACIÓN POR CONDUCTO DE SU REPRESENTANTE

AUTORIZADO:

1.- Que es una Asociación Civil legalmente constituida según consta en la escritura número

18,770 de fecha 10 de junio de 1973 autorizada por el Lic. Javier Correa Field, Notario

Público No, 95 del Distrito Federal, la cual se encuentra registrada en el Registro Público

de la Propiedad y del Comercio, en la Sección Cuarta, Libro ---- A. C. de Sociedades y

Asociaciones Civiles, a fojas ----- y bajo No. -----.

II.- Que a fin de adecuarla a las finalidades para la que se constituyó la Asociación, se

modificó la denominación de la misma y se complementó en los objetivos, según consta en

72

la Escritura No. 29603 de fecha 24 de abril de 1975, autorizada por el Lic. Heriberto

Román Talavera, Notario Público No. 62 del D. F.

III.- Que entre sus finalidades se encuentra la unificación de los tenedores o adquirentes de

certificados para tomar a su cargo algunos servicios de administración y mantenimiento de

los edificios General José María Arteaga y Miguel Lerdo de Tejada, que a petición suya le

sean encomendados por el Banco Emisor.

IV.- Que representa a la mayoría de los tenedores o adquirentes de los certificados emitidos

respecto a los departamentos de los citados edificios General José María Arteaga y Miguel

Lerdo de Tejada.

V.- Que en las asambleas generales ordinarias de tenedores y adquirentes de certificados

celebradas el día 27 de abril de 1975, se acordó que la propia Asociación reciba del Banco

Emisor y se haga cargo de la administración y mantenimiento de los edificios General José

María Arteaga y Miguel Lerdo de Tejada, mismos servicios que se relacionan en las

cláusulas de este convenio.

DECLARA EL REPRESENTANTE COMÚN, POR CONDUCTO DE SU DELEGADO

FIDUCIARIO:

I.- Que mediante escrituras Nos. 13718 y 13716, ambas de fecha 5 de octubre de 1970,

autorizadas por el Lic. Heriberto Román, Notario Público No. 53 del Distrito Federal, fue

designado Representante Común de Tenedores y Adquirentes de Certificados de

Participación Inmobiliaria no Amortizables de los edificios General José María Arteaga y

Miguel Lerdo de Tejada del Conjunto Urbano mencionado, y que está anuente en la

celebración del presente convenio.

Atento a lo anterior, las partes otorgan las siguientes:

CLÁUSULAS

PRIMERA.- El Banco Emisor encomienda a la Asociación, con la autorización del

Representante Común, los servicios relativos a la administración y mantenimiento de los

edificios General José María Arteaga y Miguel Lerdo de Tejada del Conjunto Urbano

Presidente Adolfo López Mateos en Nonoalco-Tlatelolco de México, D. F. que a

continuación se indican; y la Asociación asume la obligación de proporcionarlos, de

conformidad con lo acordado en las Asambleas Generales Ordinarias de Tenedores y

Adquirentes de los certificados mencionados, celebradas ambas en fecha 27 de abril de

1975, en las que por mayoría absoluta se manifestó la voluntad de los adquirentes en ese

sentido.

Los servicios de administración y mantenimiento que proporcionará directamente la

Asociación son los siguientes: a) Limpieza y conservación de las áreas comunes dentro de

ambos edificios; b) Mantenimiento y conservación de las redes hidráulicas y sanitarias en

áreas comunes dentro de los 2 edificios; c) Mantenimiento y conservación de elevadores de

los edificios, que el Banco Emisor entregará funcionando normalmente; d) Mantenimiento

de la red eléctrica y suministro de focos y pago de consumo de energía eléctrica de las

áreas y servicios comunes dentro de ambos edificios, y por la utilización de los elevadores;

e) Limpieza exterior de vidrios de fachadas; f) Mantenimiento de la red de intercomuni-

cación consistente en chapa y contra-chapa de las puertas de cada edificio, bocinas y

pastillas transmisoras que se encuentran en el tablero del interfón y eliminador de cada

edificio. El Banco Emisor se obliga a instalar el servicio de interfón en un plazo no mayor

de dos meses, a partir de la fecha de firma de este Convenio (no se considera la reposición

73

de botones de cada tablero, así como las partes del equipo de interfón dentro de los

departamentos, ya que éstos deben ser pagados por cada usuario); g) Impermeabilización

de azoteas y pintura de edificios cuando esto sea necesario; h) Limpieza de cisternas y

tinacos cuando sea necesario; i) Mantenimiento de la antena maestra de TV en cada edi-

ficio.

No corresponde a la Asociación Civil, ningún trabajo en las áreas exteriores a los edificios,

como son jardines, andadores, estacionamientos a descubierto, etc.

Consecuentemente, tampoco le corresponde el mantenimiento de las redes generales de

agua, drenaje, energía eléctrica y gas natural, exteriores al edificio, incluyendo sus equipos

e instalaciones, pero sí quedarán a su cuidado las instalaciones de distribución de dichos

servicios, en el interior de los inmuebles, a partir de la conexión entre la red general

exterior y la propia de cada inmueble.

Tampoco corresponde a la Asociación las reparaciones ocasionadas por sismos, incendios y

los demás daños amparados por el seguro al efecto contratado por el Fiduciario, siempre y

cuando las primas del seguro que cubran estos riesgos se paguen oportunamente por los

adquirentes.

Tampoco corresponde a la Asociación la reparación a la estructura o cimentación que sea

necesaria efectuar, como resultados de vicios ocultos de construcción; pero sí será a su

cargo la atención normal del mantenimiento de los elementos que forman parte de la

estructura y la cimentación.

Por separado y en esta misma fecha se firman los inventarios que de común acuerdo han

levantado las partes, para que con base en los datos de los mismos la Asociación se

encargue del servicio de mantenimiento y conservación que requieren los citados edificios.

El Banco entregará los edificios funcionando normalmente en un plazo no mayor de seis

meses.

La Asociación determinará mediante un peritaje las condiciones y estado general de las

instalaciones de áreas comunes de los edificios, de acuerdo con su antigüedad el cual se

conservará como constancia.

SEGUNDA.- Como contraprestación, por los servicios encomendados la Asociación

recibirá del Banco Emisor la cantidad que mensualmente resulte, de conformidad con la

cláusula sexta de este convenio.

TERCERA.- El monto de las cuotas de administración y mantenimiento que cada

adquirente deberá cubrir, a partir del día primero de junio de 1975, será fijado por la

Asamblea General de la Asociación, pero sin que exceda de las que se pagan actualmente al

Banco Emisor.

Para el caso de que las cuotas fijadas no sean suficientes para cubrir los gastos de

administración y mantenimiento por el alza que sufren los materiales y mano de obra

requeridos para ello, se podrán fijar por la Asociación nuevas cuotas con el consentimiento

expreso del Banco Fiduciario y de los Adquirentes, previa justificación para esa elevación.

CUARTA.-. El Banco Emisor se obliga a mantener en vigor los seguros contra daños que

actualmente tiene contratados con la Aseguradora Mexicana S. A., según consta en la

póliza No. 223377 que se anexa en fotocopia al presente convenio.

OUINTA.- El Banco Emisor seguirá recabando el pago por concepto de amortización que

vienen efectuando los adquirentes en los términos de los contratos celebrados e incluirá en

el mismo recibo las cuotas de administración y mantenimiento.

SEXTA.- El Banco Emisor recibirá asimismo, de los adquirentes, el pago relativo a los

gastos de administración y mantenimiento que se fijan de acuerdo con la cláusula tercera y

entregará mensualmente a la Asociación la cantidad que cobre por dicho concepto,

74

descontando solamente el monto de la prima de los seguros de daños y un porcentaje del

0.5% por concepto de cobranza.

El Banco Emisor cubrirá íntegramente las cuotas de mantenimiento de aquellos

departamentos y locales comerciales que corresponden a Certificados de Participación

Inmobiliaria no vendidos o cuyos contratos hayan sido rescindidos.

El Banco Emisor hará las entregas a la Asociación los días 9 de cada mes acompañados de

un informe general del estado de la cobranza en ambos edificios, sobre cada departamento

y local comercial, así como la situación jurídica de los juicios en proceso.

SÉPTIMA.- La Asociación se obliga a rendir cuentas mensualmente al Banco Emisor y a

todos los adquirentes de ambos edificios, los días 5 de cada mes siguiente a la entrega. En

caso de existir sobrantes, se aplicarán a un fondo de reserva para mejoras en los servicios

de los propios edificios y el cual podrá quedar depositado en el Banco Fiduciario a

disposición de la Asociación en la cuenta de valores respectiva que al efecto se abrirá a

nombre de la Asociación, o en la Institución de Crédito que prefiera la Asociación.

OCTAVA.- La persona o personas designadas por la Asociación para manejar los fondos

que el Banco Fiduciario entregue mensualmente, así como el monto del Crédito que se le

otorgue, deberá otorgar fianza expedida por compañía legalmente autorizada para ello, por

una cantidad igual al monto de dos mensualidades, para garantizar el debido manejo del

dinero.

NOVENA.- El Banco Emisor dejará de cubrir a la Asociación las cuotas efectivamente

percibidas, en caso de que la misma no rinda su estado de cuentas por 2 meses

consecutivos, o con base en un dictamen técnico que demuestre perjuicios graves a los

edificios o sus instalaciones, o en el caso de que la Asamblea General o una mayoría de los

Adquirentes, señale que las labores encomendadas a la Asociación no se están atendiendo

adecuadamente. Cualquiera de los supuestos anteriores dará motivo a la rescisión de este

convenio.

DÉCIMA.- Los empleados de la Asociación no dependerán del Banco Emisor, ni tendrán

relación liberal alguna con el mismo, por lo "que la Asociación se obliga a reembolsarle de

inmediato y autoriza a descontar de las entregas mensuales que por cuotas de admi-

nistración le corresponden, cualquier cantidad que tuviere que cubrir en cumplimiento a

resolución de autoridad laboral competente que le atribuyere alguna responsabilidad a este

respecto.

DÉCIMA PRIMERA.- El Banco Emisor se obliga a prestar gratuitamente a la Asociación

la más amplia asesoría técnica, contable, administrativa y jurídica para el mejor desempeño

de sus labores de mantenimiento y administración de ambos edificios.

DÉCIMA SEGUNDA.- La vigencia del presente convenio será de 2 años contados a partir

de la fecha de su firma, en la inteligencia de que se considerará automáticamente

prorrogada por periodos iguales si el Banco o una mayoría de Adquirentes no han expresa-

da fehacientemente su opinión en sentido contrario, con anticipación de 30 días mínimo al

plazo originalmente fijado.

DÉCIMA TERCERA.- El Banco Emisor se obliga a abrir un crédito a la Asociación hasta

por la suma equivalente a un mes, del monto completo de las cuotas de administración y

mantenimiento de los edificios mencionados, que será cubierta al propio Banco en un plazo

no mayor de doce meses, según se estipule en el contrato que al efecto se celebre en un

plazo no mayor de 30 días, contados a partir de la fecha de firma del presente convenio. El

crédito que se otorgue para los fines indicados no causará intereses.

DÉCIMA CUARTA.- El Banco Emisor se compromete a terminar las obras actualmente en

curso, de acuerdo al programa anexo aprobado por las partes.

75

DÉCIMA OUINTA.- Las partes convienen expresamente que para el caso de rescisión

del presente convenio, el Banco Emisor y Fiduciario se hará cargo nuevamente de la

administración y mantenimiento de los edificios, fijando nuevamente las cuotas respectivas

de acuerdo con lo estipulado en los Certificados de Participación Inmobiliaria No

Amortizable y en los Contratos de Compra-Venta de los mismos.

DÉCIMA SEXTA.- Las partes convienen expresamente en someterse a la jurisdicción de

los tribunales competentes del Primer Partido Judicial de la Ciudad de México, Distrito

Federal, para todo lo relativo a la interpretación y cumplimiento del presente convenio, por

lo que renuncian a cualquier fuero que por razón de domicilio presente o futuro pudiera

corresponderles.

Leído que fue por sus otorgantes el presente convenio y debidamente enterados de su

contenido y alcance, lo ratifican y firman de conformidad en la Ciudad de México, Distrito

Federal, el día veintisiete de mayo de mil novecientos setenta y cinco.

BANCO NACIONAL DE OBRAS Y SERVICIOS PÚBLICOS, S. A.

DELEGADO FIDUCIARIO ARO. HUMBERTO CHÁVEZ M.

ASOCIACIÓN DE ADQUIRENTES y RESIDENTES DE LOS EDIFICIOS GENERAL

JOSÉ MARÍA ARTEAGA Y MIGUEL LERDO DE TEJADA, DE LA UNIDAD

TLATELOLCO A. C.

ARQ. RUBÉN CANTÚ CHAPA ING. MARIO ALATORRE CORONADO

ASOCIACIÓN HIPOTECARIA MEXICANA, S. A. DE C. V., REPRESENTANTE

COMÚN DELEGADO FIDUCIARIO.

TESTIGO TESTIGO

ASOCIACIONES DE EDIFICIOS EN AUTOADMINISTRACIÓN, UNIDAD

"PRESIDENTE LÓPEZ MATEOS" TLATELOLCO

Domicilio provisional: Lerdo 284, Locales 10 y 21 Edificio "PRESIDENTE JUÁREZ".

Tlatelolco, Z. P. 3, Distrito Federal

CAUSANTE:

CUENTA NUM.:

CONCEPTO:

ASUNTO: Se solicita se declare la nulidad de actos de la Tesorería del Departamento del

Distrito Federal.

H. TRIBUNAL FISCAL DE LA FEDERACIÓN ----------------------------, con Registro

Federal de Causantes ----------, por derecho propio, señalando como domicilio para oír

notificaciones el mencionado al rubro, ante este H. Tribunal Fiscal de la Federación,

atentamente manifiesto:

Que por medio de este escrito demando se declare la nulidad de los actos de la Tesorería

del Distrito Federal que a continuación relaciono.

ACTOS QUE SE SOLICITA SE DECLAREN NULOS:

a) El aumento de la base del valor catastral para el cobro del impuesto predial en la cuenta

número --------- respecto del predio ubicado en el número ---- de las calles de ----

76

Departamento --------- Edificio ---------------, de la Unidad Habitacional "PRESIDENTE

LÓPEZ MATEOS", Zona Postal 3 de esta Ciudad, a partir del ----bimestre de 1978, que se

venía liquidando mediante la cantidad de ----------, y por el que se pretende que se pague

actualmente la cantidad de ------------------.

b) La liquidación del impuesto predial correspondiente al 6° bimestre de 1978, de la cuenta

mencionada al rubro, formulada con base en el valor catastral aumentado, del cual se pide

sea declarado nulo y asimismo el 15% adicional a dicha liquidaci6n.

c) Todas las liquidaciones subsecuentes relativas a la cuenta del inmueble que se

mencionan que se lleguen a formular con base en el valor catastral aumentado, acto que se

combate en el inciso a) de este capítulo.

d) La liquidación formulada para el cobro de derechos de cooperación por limpieza,

desazolve y mantenimiento de la red de alcantarillado, correspondiente al año de 1978 por

la cuenta e inmueble mencionados, que asciende a la cantidad de $ 200.00 más el 15%

adicional, como cuota anual, y todas las liquidaciones subsecuentes que se llegaren a

formular.

e) El cobro de todas y cada una de las liquidaciones de las que se pide sean declaradas

nulas en los incisos precedentes.

Para los efectos de este juicio deberán tenerse como demandados: a) A la Tesorería del

Departamento del Distrito Federal, b) El C. Secretario de Hacienda y Crédito Público.

Fundan esta demanda los siguientes hechos y consideraciones de derecho.

HECHOS

1.- Hasta el 5° bimestre de 1978 inclusive, el valor catastral que ha servido de base a la

liquidación para el cobro del impuesto predial y 15% adicional a mi cargo en la cuenta e

inmueble que se mencionan en el inciso a) del capítulo precedente, ha sido por la cantidad

de ------------------------------.

2.- Con base en el valor catastral enunciado, el impuesto predial ha sido enterado

bimestralmente en la cantidad de --------------- PESOS, más el 15% adicional.

3.- Nunca se ha notificado el avalúo que legalmente sirva de base a la modificación del

valor catastral del inmueble que se relaciona.

4.- Hasta la fecha, nunca se han presentado valuadores de la Tesorería del D. F. al

inmueble, no he sido requerido en forma alguna para permitir la práctica del avalúo y por lo

tanto no existe avalúo conforme al procedimiento legalmente establecido y se está violando

la Ley relativa.

5.- El edificio construido sobre el predio que se relaciona en el inciso a) del capítulo

precedente, consta de ----- departamentos y ----- locales comerciales, cada uno con su

respectiva cuenta para el pago del impuesto predial.

6.- Con fecha 15 de diciembre de 1978 recibí en mi domicilio los dos recibos que contienen

los actos que se combaten por este procedimiento.

DERECHO:

1.- El aumento del valor catastral y la liquidación del impuesto predial basada en el valor

catastral aumentado que se combaten por este procedimiento, viola los siguientes preceptos

legales:

77

a) El artículo 66 de la Ley de Hacienda del Departamento del Distrito Federal, por estar

determinando la Tesorería del Distrito Federal un nuevo valor catastral del inmueble sin

haber practicado el correspondiente avalúo que determine su valor comercial.

b) El artículo 77 de la Ley invocada, porque no se me ha notificado el extracto del avalúo

que debió practicarse.

c) El artículo 69 párrafo segundo del ordenamiento invocado, porque se pretende un

aumento a la cuota del impuesto predial sin que se haya notificado el avalúo que debió

practicarse.

II.- La liquidación de derechos de cooperación por limpieza, desazolve y mantenimiento de

la red de alcantarillado que se combate por este procedimiento viola los siguientes

preceptos legales:

a) Los artículos 417 fracción X y 420 fracción X de la Ley de Hacienda en consulta, por

aplicación incorrecta, el segundo precepto establece la cuota anual de $ 200.00 pesos para

cada predio y no para cada número de cuenta que lleve la Tesorería del D. F., para los

efectos del pago del impuesto predial, como se pretende.

b) El artículo 15 de la Ley en consulta ya que, mediante el procedimiento combatido la

Tesorería del D. F. trata de cobrar la totalidad de la cuota anua1 establecida por cada

número de cuenta de las que tiene registradas para el cobro del impuesto predial y de

establecer una CUOTA DIFERENCIAL basada en el régimen de la propiedad, puesto que

los edificios que no estén sujetos al régimen de condominio o vendidos mediante

certificados de participación inmobiliaria no amortizables, tienen únicamente un número de

cuenta y pagan una sola cuota anual con independencia del número de departamentos y/o

locales comerciales y/o oficinas que lo integren.

A mayor abundamiento debe señalarse que, los derechos son contraprestaciones por

servicios prestados (Art. 30. del Código Fiscal de la Federación) y que el monto de los de

limpieza, desazolve y mantenimiento de las redes de alcantarillado no están determinados

por el número de departamentos, viviendas o locales que usen dicha red, sino por otras

circunstancias de índole diversa, por lo que no debe interpretarse la palabra "predio",

utilizada en la fracción X del artículo 420 en consulta, como unidad de habitación. En

cambio debe aplicarse la definición que de "predio" proporciona el artículo 46 fracción I

inciso a) de la Ley de Hacienda invocada, como "la porción o porciones de terreno,

incluyendo, en su caso, sus construcciones, que pertenezcan a un mismo propietario o a

varios propietarios en copropiedad y cuyos linderos con propiedades ajenas formen un

perímetro sin solución de continuidad".

c) El artículo 424 de la Ley de Hacienda invocada que establece expresamente: "Cuando se

trate de edificios sujetos al régimen de propiedad en condominio, divididos en pisos,

departamentos, viviendas o locales, se considerará que la totalidad del predio se beneficia

con la obra de construcción o reconstrucción; la cuota de los derechos a cargo de cada

propietario se determinará dividiendo el monto que corresponde a todo el inmueble entre la

superficie cubierta de construcción que resulte de sumar la de todos los pisos exceptuando

la que se destina a servicios de uso común y multiplicando ese cociente por el número de

metros que corresponda al piso, departamento, vivienda o local de que se trate.

111.- La competencia de ese H. Tribunal para el conocimiento de este asunto está

determinada por los artículos 23 fracción I de la Ley Orgánica del Tribunal Fiscal de la

Federación y 111 de la Ley de Hacienda del Departamento del Distrito Federal.

PRUEBAS

78

Ofrezco y pido que se tengan como pruebas de mi parte, las siguientes:

1°.- DOCUMENTAL PÚBLICA: consistente en el recibo expedido por la Tesorería del D.

F., respecto del impuesto predial por el 60. bimestre de 1978 a mi cargo, que acompaño a

este ocurso, que contiene los actos impugnados en los incisos a), b) y c) del capítulo de

actos que se solicita se declaren nulos y que relaciono con el punto 6 de hechos de esta

demanda.

2°.- DOCUMENTAL PÚBLICA: consistente en el recibo expedido por la Tesorería del D.

F., respecto del impuesto predial por el 5° bimestre de 1978 a mi cargo, que acompaño a

este ocurso, que relaciono con los puntos 1, 2, 3 y 4 del capítulo de hechos de esta

demanda.

3°.- DOCUMENTAL PÚBLICA: consistente en el recibo expedido por la Tesorería del D.

F., que contiene el acto impugnado en el inciso d) del capítulo de actos que se solicita se

declaren nulos y que relaciono con el punto 6 del capítulo de hechos de esta demanda.

4°.- INFORME: que deberá rendir la demandada Tesorería del D. F. acerca de los

siguientes hechos que constan en sus expedientes:

a) Sobre el número de departamentos y locales comerciales que integran el edificio que

habito, con domicilio proporcionado con anterioridad en el inciso a) del primer capítulo de

esta demanda.

b) Sobre el número de cuentas respecto al impuesto predial que lleva y tiene registradas

dicha Tesorería del D. F., por departamentos o locales comerciales del edificio relacionado

en el inciso anterior y en el inciso a) del primer capítulo de esta demanda.

c) Sobre la cantidad y número de recibos que expidió esa misma Tesorería del D. F. en

relación con los derechos de cooperación por limpieza, desazolve y mantenimiento de la

red de alcantarillado, correspondientes al año de 1978, por la cantidad de $ 200.00 pesos

más el 15% adicional, a cargo de poseedores de departamentos o locales del edificio

mencionado en el inciso a) del primer capítulo de esta demanda. Relaciono este informe

con el punto 5 del capítulo de hechos de esta demanda.

5°.- INSPECCIÓN OCULAR que se practique en el predio edificado que se relaciona en el

inciso a) del primer capítulo de esta demanda, para que se dé fe de los siguientes hechos:

a) Que en ese predio se encuentra edificado el edificio cuyos datos se proporcionan en el

inciso a) del primer capítulo de esta demanda.

b) Que dicho edificio consta de departamentos y locales distribuidos en todos los niveles

que lo integran. Relaciono esta prueba con el punto 5 del capítulo de hechos de esta

demanda.

Por todo lo anteriormente expuesto y fundado, A este H. TRIBUNAL, atentamente pido:

ÚNICO.- Reconocer la personalidad que ostento, admitir esta demanda, señalar fecha y

hora para la audiencia de Ley, mandar emplazar a los demandados, ordenar la preparación

de las pruebas ofrecidas y en su día dictar sentencia declarando la nulidad de los actos

impugnados.

Protesto lo necesario.

México, Distrito Federal, a veintiséis de diciembre de 1978.

79

"La autoadministración es el camino"

M A N I F I E S T O A los habitantes del Centro Urbano Nonoalco-Tlatelolco.

Cansados de pagar altas cuotas de mantenimiento y administración, y recibir a cambio cada

vez menos servicios, en enero de 1974 nos pusimos en pie de lucha numerosos residentes

de la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco.

Decretamos una huelga de pagos en contra del Banco Nacional Urbano de Obras y

Servicios Públicos y su filial Administradora Inmobiliaria S. A., para lo cual recurrimos al

procedimiento de depositar los pagos mensuales en Nacional Financiera (sin el arbitrario

aumento del 20% en las cuotas que se impuso entonces) y consignando tales depósitos ante

los Juzgados Civiles. Al mismo tiempo iniciamos un acelerado proceso de organización.

Se formaron Asociaciones Civiles de Adquirentes en numerosos edificios de la Unidad y se

integró un Comité Coordinador. Se desplegaron mantas de protesta en las fachadas de los

edificios, se realizaron asambleas, marchas, conferencias de prensa y otras acciones de

lucha que le dieron durante varios meses resonancia al movimiento y a sus cinco

principales demandas:

1.- Derogación del aumento del 20%;

2.- Mejoría sustancial profunda de los servicios de mantenimiento, limpieza, vigilancia, etc.

3.- Auditoría a AISA, para conocer el destino que han tenido nuestras cuotas.

4.- Autoadministración de los edificios por las propias Asociaciones de Residentes.

5.- Paso al régimen de Condominio.

El movimiento de Tlatelolco atravesó por muchas vicisitudes. Los primeros días se logró

que cayera el corrupto gerente anterior de AISA, el ingeniero Nava Ciprés, acusado por el

propio Banco de cuantiosos desfalcos. Vino entonces a ocupar su lugar el señor José

Salvador Lima Zuno, quien primero trató de neutralizar el movimiento con ciertas medidas

parciales y luego, al persistir y crear la decisión de lucha de los residentes, inició por fin un

diálogo irregular, muchas veces interrumpido, en ocasiones discriminatorio de algunas

asociaciones.

Esta primera etapa del movimiento culminó con una entrevista en septiembre de 1974 con

el Presidente de la República Lic. Luis Echeverría Álvarez en Los Pinos, donde el Jefe de

la Nación se pronunció en general en favor de los puntos de vista y las principales

demandas de los residentes de Tlatelolco, acordando que se procediera a otorgar la

autoadministración a las Asociaciones que la pidieran y demostraran contar con el respaldo

de la mayoría absoluta de los adquirentes de su edificio.

En esta misma ocasión el Presidente de la República giró instrucciones para que la Unidad

Habitacional de Tlatelolco se convirtiera en una Subdelegación del Distrito Federal, cargo

que ocupó el señor Lima Zuno.

Sobre la autoadministración el Presidente Echeverría declaró:

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"El movimiento de autoadministración de Tlatelolco lo vemos como parte de un necesario

movimiento nacional, como un elemento que contribuye, con otros muchos que

observamos en el país, en una vida sindical remozada o en un movimiento juvenil que sabe

que tiene que prepararse...

"Si no hay fatiga, si no hay indiferencia, si hay voluntad real, si se persiste y se es

sanamente terco en el mantenimiento de los objetivos de este movimiento de

autoadministración, se obtendrán resultados que no se imaginan...

"Todo esto tenemos que fomentarlo. Este éxito de ustedes es un reto y es una prueba de la

que estará pendiente todo el país...

"Los felicito muy efusivamente. Quisiera que en todo el país se reparara en este vigoroso

impulso cooperativo que se está haciendo en Ciudad Tlatelolco".

La conquista de la autoadministración fue, sin duda alguna, un triunfo importante de la

lucha organizada de los habitantes de Tlatelolco. Sin embargo, en los meses siguientes

surgieron ciertas dudas y tropiezos. Los trámites y requisitos legales para que

efectivamente tomaran las asociaciones el control de sus edificios se prolongaba; el Banco

y AISA retrasaban la información necesaria; algunos funcionarios procuraban desalentar a

los residentes diciendo que no podrían sufragar los gastos de mantenimiento, que la

cobranza de cuotas era baja a causa de muchos morosos, que se iría al fracaso, etc. Entre las

propias Asociaciones que habían participado en la lucha surgían dudas y no todas se

decidieron a dar el paso; otras prefirieron la coadministración como solución falsa y a

medias.

Hasta mayo y junio de 1975 se tomó la autoadministración en tres edificios: Atizapán,

Arteaga y Lerdo de Tejada. En septiembre lo hicieron los compañeros del edificio Tabasco;

en noviembre los del edificio Vicente Guerrero y luego, en diciembre, se estableció en el

edificio José María Chávez.

Así, poco a poco ha ido progresando el movimiento hacia la autoadministración en

Tlatelolco. Próximamente asumirán el control de los vecinos de los edificios Jesús Terán,

Tamaulipas, Molino del Rey, General Anaya, Altamirano, etc. Por ahora se ejerce la

autoadministración en 6 edificios de un total de 83, pero en ellos existen 832

departamentos, alrededor de 100 locales comerciales y varios cientos de cuartos de

servicio, o sea, que viven ya bajo este sistema casi el 10 por ciento de la población de la

Unidad. Además, la autoadministración ejerce también el control de varios

estacionamientos, garantizando que sean utilizados exclusivamente por los adquirentes en

forma ordenada. Igualmente importante es el hecho de que la autoadministración ha

demostrado su facilidad en todo tipo de edificios, aun los más económicos, pues actual-

mente opera con éxito en edificios tipo A, B, C, I, y M.

Hoy, tras varios meses de experiencia exitosa en dichos edificios todas las dudas se han

disipado: la autoadministración ha demostrado ser el único sistema mediante el cual

podemos los residentes de Tlatelolco conquistar servicios decorosos e inclusive pagando

cuotas más bajas.

Los edificios que han pasado a la autoadministración tienen ahora mejor limpieza y

vigilancia, conserjes por entrada, una atención más directa sin estar sometidos a

dependencias burocráticas como AISA, y todo ello con remanentes económicos impor-

tantes.

Por ejemplo, en el edificio Tabasco en sólo 6 meses de autoadministración se tiene un

superávit o ahorro en efectivo de más de cien mil pesos. En los edificios Arteaga y Lerdo se

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cuenta ahora con 10 conserjes, 6 policías, un plomero, una secretaria y el administrador.

En el pasado estos dos edificios sólo contaban con tres empleados de limpieza por 8 horas y

dos policías que cubrían la vigilancia de cuatro edificios a la vez, turnándose cada 12 horas.

Pero lo más significativo es que todo esto se ha logrado pagando los residentes una cuota

18 por ciento más baja que el resto de la Unidad y a pesar de ello en 10 meses se ha logrado

un remanente económico de 380 mil pesos, equivalente a más de dos meses de las cuotas

totales.

Los residentes reciben informes contables por escrito cada mes; participan en asambleas

también mensuales para decidir los servicios que se van a dar; se está realizando la primera

auditoría como control estricto del manejo de las cuotas y pueden en cualquier momento

remover a los miembros de la Mesa Directiva si su actuación es deshonesta o poco

satisfactoria. La autoadministración debe significar auténtica democracia.

La experiencia exitosa de la autoadministración en Tlatelolco nos señala el camino del

triunfo del movimiento iniciado hace más de dos años. Las cinco demandas que entonces

enarbolamos se pueden cumplir mediante este sistema y sobre todo se garantizan mejores,

más baratos y democráticos servicios, en favor de una vida decorosa para nuestras familias.

Mediante la autoadministración los residentes tomamos en nuestras propias manos, en

forma comunitaria, la solución de los problemas que padecemos, sin tutelas ajenas, sin

burócratas arbitrarios y conociendo el destino verdadero de nuestras cuotas.

Por todo lo anterior, las Asociaciones firmantes hemos decidido suscribir un PACTO DE

SOLIDARIDAD y constituir el CONSEJO DE AUTOADMINISTRACIÓN DE

TLATELOLCO, a fin de apoyar, orientar e impulsar el desarrollo de este sistema en toda la

Unidad, de acuerdo a los siguientes principios y bases:

1. Declaramos que la Autoadministración es, por ahora, el objetivo principal de la lucha

organizada de los residentes y adquirentes de Ciudad Tlatelolco, por lo que unimos nuestras

fuerzas en su defensa y desarrollo hasta lograr su implantación total.

2. Constituimos, a partir de ahora, un frente solidario de todos los edificios donde la

autoadministración se ha consolidado para defender sus logros, presentar en forma conjunta

nuestras demandas, apoyarnos mutuamente en las gestiones necesarias ante las diversas

autoridades, intercambiar experiencias y servicios, y auxiliar en todo lo posible a todas las

Asociaciones de Residentes que quieran establecer también la autoadministración en sus

edificios.

3. Concebimos la Autoadministración como un movimiento profundamente democrático y

comunitario mediante el cual se debe lograr una mejoría sustancial en cantidad y calidad,

de los servicios necesarios para una vida decorosa en esta Unidad Habitacional. Por ello

identificamos la Autoadministración sólo allí donde exista una verdadera participación

directa de los residentes en la gestión de sus asuntos mediante asambleas e informes

regulares, y donde los dirigentes de la Asociaciones han sido democráticamente electos y

su actuación es honesta y responsable. Si con disfraz de Autoadministración se pretendiera

manejar las cuotas de los adquirentes de algunos edificios sin mejorar realmente los

servicios y sin practicar la democracia, este Consejo desconocerá y denunciará tales

maniobras como aviesos intentos de tergiversar y corromper los fines de nuestro

movimiento.

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4. Llamamos a todos los habitantes de Tlatelolco a organizarse en Asociaciones Civiles,

edificio por edificio, para conquistar la Autoadministración y ofrecemos para ello todo

nuestro apoyo práctico y la asesoría necesaria con base en la experiencia que se ha reunido

a lo largo de más de dos años de lucha.

5. Exhortamos al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, a la Administradora

Inmobiliaria, a la Delegación Cuauhtémoc, a la Subdelegación de Tlatelolco y a las demás

autoridades del Distrito Federal y del país, a otorgar todo género de facilidades y apoyo al

Movimiento de Autoadministración en Tlatelolco, de acuerdo al espíritu de las

orientaciones que sobre este asunto marcó el propio Presidente de la República, licenciado

Luis Echeverría Álvarez, desde septiembre de 1974.

6. Consideramos que la experiencia de la autoadministración, y en general, de nuestro

movimiento, puede ser de utilidad para los residentes y colonos de otras unidades de

vivienda popular, y declaramos nuestra solidaridad y simpatía con todas las luchas po-

pulares independientes de este tipo.

7. Con base en todo lo anterior se constituye el CONSEJO DE AUTOADMINISTRACIÓN

DE TLATELOLCO, integrado en tres niveles por:

a) Las Asociaciones de Residentes y Adquirentes de Tlatelolco que han tomado en sus

manos la autoadministración de sus edificios. Los representantes de dichas Asociaciones

formaran el Comité Ejecutivo del Consejo.

b) Las Asociaciones de Residentes y Adquirentes que están en proceso de asumir la

autoadministración, deseen mantenerse informados y apoyar nuestro movimiento y

suscriben las bases y principios contenidos en este manifiesto.

e) Los grupos de residentes en proceso de constituir legalmente su Asociación Civil para

conquistar la autoadministración.

CIUDAD TLATELOLCO, D. F., A 5 DE MAYO DE 1976.

Asociación de Residentes y Adquirentes de los edificios J. M. Arteaga y M. Lerdo de

Tejada de la Unidad Tlatelolco, A. C. Presidentes Arq. Rubén Cantú Chapa, Ing. Mario

Alatorre C., Asociación de Residentes y Adquirentes del edificio Tabasco. A. C. Presidente

Jesús Flores Marín. Asociación de Residentes del edificio Vicente Guerrero A. C.

Presidente Ing. Alfonso Tovar S. Asociación de Residentes del Edificio Atizapán A. C.

Presidente Rosalba D. de Sotelo. Asociación de Residentes del Edificio José María Chávez,

A. C. Presidente Dr. Carlos Juárez, Comité Coordinador de Asociaciones de Residentes de

Ciudad Tlatelolco A. C. Sergio Alcázar Minero, Ing. Juan Romero, Julio A. Rivas F., Profr.

Daniel Lartundo S.; Asociación de Adquirentes Ignacio López Rayón. Presidente Francisco

Gustavo Liévano; Asociación de Residentes Cuauhtémoc Tlatelolco, A. C. (edificios

General Anaya y Molino del Rey). Presidente Sergio Sánchez Estrada. Asociación de Resi-

dentes del edificio Vicente Riva Palacio A. C. Presidente Carlos Véjar Silva, Asociación de

Residentes del edificio Donato Guerra, A. C. Presidente Rosendo Navarro González.

Asociación de Residentes del edificio Guelatao, Presidente Sergio Alcázar Minero.

Asociación de Residentes del edificio Tamaulipas A. C. Presidente Lic. Roberto

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Domínguez. Asociación de Adquirentes del edificio Ignacio Manuel Altamirano A. C.

Presidente Teodoro Salas Rodríguez. Asociación de Residentes del Edificio Jesús Terán A.

C. Presidente Emma T. de Monroy. Asociación de Residentes del edificio Miguel Hidalgo

A. C. Presidente Miguel Ortega. Asociación de Adquirentes del Edificio Ignacio Allende,

A. C. Presidente Roberto Santana Ulloa.

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Andro Aguilar Distrito Federal (13 septiembre 2015).- La gravedad de la Suite de Bach, que una niña de 12 años reproduce con un violonchelo de unos centímetros apenas más pequeño que ella, cubre por momentos el espacio que hace 30 años ocupaban 288 departamentos en una mole de 40 metros de altura. Fernanda Nayelly frota las cuerdas sentada en una de las gradas del Reloj de Sol, construido en la huella de mil 989 metros cuadrados que dejó el edificio Nuevo León en la Unidad Habitacional Nonoalco Tlatelolco. Practica ahí antes de ensayar con una orquesta infantil en Tepito. Aún con el uniforme de la secundaria a la que asiste en la colonia Agrícola Oriental, la niña coloca sus partituras en el piso disparejo y las fija con una botella de agua. Acude tres veces por semana a la principal cicatriz del sismo de 1985 en Tlatelolco. Fernanda sabe que aquí es donde el tenor Plácido Domingo colaboró en los trabajos de rescate, un año después de participar en el filme de la ópera favorita de la niña y de su madre: Carmen. Sentada en el epicentro que simbolizó la caída del utópico México moderno de los 60, Fernanda tiene otra certeza: a los 22 años será directora de orquesta, como lo es también Plácido Domingo, quien se presentará esta semana en la Plaza de las Tres Culturas para conmemorar a las víctimas del sismo que devastó el corazón del país hace 30 años.

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Placido Domingo en Tlatelolco 1985 Podría parecer que, con la música de Bach que emite el chelo de Fernanda, los cimientos del Nuevo León que quedaron ahí, y sobresalen en el área, emergen tres décadas después suspendidos en el tiempo. Pero se trata sólo del efecto de hundimiento de la ciudad. El Reloj de Sol inaugurado en 1991, cuando la superficie plana permitía que la sombra de la manecilla marcara la hora sobre el piso, es un lugar de tránsito cotidiano por su cercanía con el Paseo de la Reforma. Pocas personas permanecen en el lugar. La mayoría sale a jugar con sus niños o a pasear con sus mascotas. Provienen principalmente de otras colonias, como Fernanda, o como la señora Olga Duarte, quien aprovecha el espacio para que su nieto juegue como no lo puede hacer en la colonia Morelos, donde viven. Mientras observa a su nieto de 7 años de edad trepado en la manecilla del reloj, Olga Duarte relata que ella también llegaba hace más de 30 años a Tlatelolco a jugar. Se divertía con otros niños a bordo de uno de los seis elevadores que tenía el edificio Nuevo León, hasta que algún residente los reprendía. Los "tlatelolcas", afirma, veían por arriba del hombro a la gente de colonias aledañas como ella. Una barrera que el sismo parecía haber derrumbado, cuando muchos de los voluntarios en las labores de rescate provinieron de esos barrios. "Me acuerdo y el cuero se me pone chinito de nuevo", confiesa Olga. * * * *

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Tlatelolco en reconstrucción social

Comparativo 1962-2013 Tlatelolco

Con el terremoto de 1985, en Tlatelolco ocurrió un cisma social del que, tres décadas después, sus habitantes no han terminado de reponerse. En esta "ciudad dentro de la ciudad", como fue promovida en su estreno en 1964, la caída del Nuevo León dejó casi 500 muertes oficialmente, aunque los vecinos señalan más de mil, además de los damnificados de esas y otras viviendas. Los tlatelolcas recuerdan su colonia con nostalgia por los buenos tiempos. Algunos suspiran cuando describen los pisos blancos y brillantes de la Plaza de las Tres Culturas, los jardines puntualmente podados y los mosaicos venecianos en los muros de los edificios, cuya imagen poderosa, fotografiada por Armando Salas Portugal, fue el estandarte internacional del México boyante y próspero de hace cinco décadas. Los casi dos minutos de temblor sorprendieron a Tlatelolco en condiciones muy distintas a las del nacimiento de la unidad; el crecimiento del PIB ya no era de 6.73 por ciento como en 1964, sino de apenas de 0.18. El sismo no se llevó el pasado mejor en Tlatelolco; pero fue un corte de caja. La crisis

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económica y el adiós definitivo al Estado protector se combinaron con la muerte de familiares y amigos, las modificaciones del espacio público y la huida de la mitad de los vecinos que dejaron el miedo, el estigma de riesgo y la puerta abierta para la llegada de miles de rostros desconocidos, que se incorporaron como los nuevos tlatelolcas en este territorio cargado de historia. * * * * Como hace tres décadas, Antonio Fonseca Martínez, ahora de 69 años, camina por el andador del edificio Nayarit en la tercera sección de Tlatelolco. Forma parte del comité editorial de la publicación Vivir en Tlatelolco, fundada en 2003 con la idea de reforzar la cohesión entre vecinos. Con la mano derecha jala un carrito para transportar la despensa que comprará en un centro comercial. Es el mismo camino que transitó la mañana del 19 de septiembre de 1985. Si el edificio Nuevo León siguiera en pie, tendría que cruzarlo para llegar a su destino. Pero Antonio Fonseca lo vio caer a menos de 15 metros de distancia, cuando iba a dejar a su hijo a la escuela. Esta última semana de agosto de 2015 se detiene justo en ese mismo punto. Relata que a las 7:19, cuando llegó el terremoto, se colgó la mochila escolar en el hombro derecho y se abrazó al tubo del andador. Con la mano izquierda, tomó la mano de su hijo, entonces de 8 años de edad. "Ahorita que se pase el temblor nos vamos a la escuela", fue la promesa que no pudo cumplir. Un grupo de trabajadores de la Subdelegación territorial comía tamales y bebía atole frente al puesto de una vendedora. Hacían chistes sobre su propio miedo. Pero la risa se detuvo conforme el sismo avanzó. Más de medio minuto y la tierra se seguía moviendo. Una vecina que salió del Nayarit cayó con sus dos hijas adolescentes que iban al Colegio Franco Español. Antonio estaba frente a la entrada "D" del Nuevo León, que parecía quejarse con crujidos. El ruido aumentó el nerviosismo de los trabajadores. El vaivén continuaba. Los vecinos que salían del Nuevo León no lograban mantenerse en pie. Antonio nunca había presenciado un temblor así. Vio salir a personas con ropa y sin ella. Una señora con bata, un hombre envuelto en una toalla y un bebé desnudo en los brazos... Calcula que se juntaron alrededor de 40 personas en la zona. Rebasado el minuto, las dos columnas que Antonio tenía enfrente comenzaron a desmoronarse. Escupían trozos de cemento, soltaban polvo, les brotaban agujeros. Fue el preámbulo de lo que él ilustra como si alguien tomara el extremo de una alfombra y la sacudiera de golpe. Todos se elevaron y cayeron al piso. También el Nuevo León. Dos de los tres módulos del edificio no soportaron. No lo supo en ese momento, pero cuatro pisos y la planta baja se sumergieron en la tierra; los nueve niveles restantes y los cuartos de azotea se vinieron abajo.

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Hubo caos en medio de una enorme nube de polvo. El gas natural escapaba por las tuberías rotas. La gente gritaba alterada. Envuelto en miedo, Antonio corrió sin rumbo con su hijo de la mano. Un poco más sereno, se dirigió a la Plaza de las Tres Culturas, donde quiso contar el terror de lo presenciado. -¡Naa, estás loco!- fue la respuesta que obtuvo de su amigo Fernando. Quizá Fernando tenía razón en no creerle. Cómo un símbolo de la modernidad que concentraba el trabajo de décadas de toda una nación, la utopía del México sin vecindades al que se refirió Carlos Monsiváis, se podía venir abajo en menos de dos minutos... Réplicas del 85: tiempo de recordar Con exposiciones, conferencias, obras de...

El sismo no se llevó el pasado mejor en Tlatelolco; pero fue un corte de caja. La crisis económica y el adiós definitivo al Estado protector se combinaron con la muerte de familiares y amigos...

Los efectos del sismo en Tlatelolco se ven en las camisas de fuerza de cemento que abrazan los edificios reconstruidos y en los huecos dejados por las demoliciones, pero una de las principales consecuencias es intangible. En la ciudad, por el sismo florecieron la solidaridad y la empatía; sin embargo, el tejido social, construido durante los 21 años de la unidad habitacional, quedó fracturado. Como refiere Ricardo Martínez, del Centro Cultural Universitario (CCUT) que la UNAM habilitó en Tlatelolco en 2007 -después de que el gobierno federal desalojó el antiguo edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que también debió pasar a la historia como icono de un México que se proyectaba moderno y cosmopolita ante el mundo-, los terremotos afectan a las personas más que a las construcciones. La cohesión comunitaria se rompió cuando 5 mil de las 12 mil familias huyeron por miedo. Personas con hábitos y condiciones socioeconómicas distintos llegaron a la zona señalada como exclusiva en los anuncios publicitarios de los años 60. Juana Martínez, una mujer de 54 años de edad que vive en el edificio Sonora, lo explica mientras camina frente a la iglesia de Santiago Tlatelolco, rumbo al CCUT. La vecina recuerda que para acceder al fideicomiso que les permitía habitar por 99 años los departamentos previo al sismo, los aspirantes debían cumplir con un perfil de cierto poder adquisitivo, eran, refiere, profesionistas o empleados del gobierno. Relata que en el edificio Chihuahua, por ejemplo, existían comercios enfocados al turismo, platerías y tiendas de artesanías contrastantes con las lavanderías o estéticas de hoy en

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día. La mujer habla de una "invasión" que minó el nivel de vida. "Al ser personas de bajos recursos y de baja educación, empieza a haber vandalismo, comercio ambulante... Son personas sin reglas de convivencia sanas. Les da lo mismo tener un elevador pintarrajeado o dejar abiertas las puertas de los edificios. Ese tipo de cosas: los pequeños detalles que hacen una mejor forma de vida... "Antes era muy bonito vivir en Tlatelolco. Era una belleza, con reglas de convivencia sanas. Todo eso se acabó. Ya cada quién como pueda...", lamenta. Muchos coinciden con la señora Juana. Nahúm González suelta su conclusión sin reservas: "Tlatelolco se acorrientó". Este veracruzano fue desalojado del edificio Ignacio Comonfort que sería derrumbado en la segunda sección de la unidad, donde hoy se encuentra el Parque de la Paz. González atribuye la basura, el descuido de las jardineras y los daños en los edificios a los vecinos que se incorporaron después. "A los de las azoteas les dieron departamentos y los que tenían departamento perdieron. Hoy nadie se preocupa por nada, Tlatelolco está en el deterioro", se queja. Otros, como Jesús Verver, un abogado guanajuatense de 70 años que defiende los conjuntos urbanos por encima de enormes torres de departamentos actuales que aíslan a sus habitantes, reconoce que fue difícil la integración con los nuevos residentes, pero finalmente se adaptaron. El antropólogo Miguel Ángel Márez Tapia, tlatelolca que ha dedicado su vida académica al estudio del lugar donde creció, subraya la tensión que prevalece entre los que ya estaban y quienes llegaron después del sismo, esa reconstrucción sigue inconclusa: "El efecto social y comunitario fue uno de los más afectados en este proyecto". Márez Tapia explica cómo la convivencia social fue alterada cuando se modificó el espacio público durante la reconstrucción después del sismo. En los "cuadros", esos espacios libres que existen frente a los edificios, fueron instalados campamentos de trabajadores y locales comerciales, lo que interfirió con la convivencia cotidiana. "Los cuadros son el espacio donde se forjaron y construyeron las identidades, fortalecidas a través del tejido social implementado en los primeros 25 años del conjunto urbano". Y a menor tejido social, mayor inseguridad. El especialista lo explica a un costado del mural dedicado a Francisco Cabrera, un joven apuñalado en 2012 en un asalto. Ese asesinato se sumó a una cadena de delitos por los que los vecinos protestaron con el cierre del Paseo de la Reforma. Consiguieron la asignación de 102 policías en dos turnos y cinco números telefónicos disponibles 24 horas, para los casi 30 mil habitantes. Los delitos que predominan en la zona, según algunos vecinos, son el robo de autopartes y

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los asaltos a transeúntes. Preocupan también los robos a casas habitación, que han dejado tres asesinatos de ancianas en el último año. Al final de los horarios escolares, es común ver a niños en los cuadros, pero las rejas colocadas en los edificios por la inseguridad han generado pasillos solitarios. El antropólogo Márez Tapia profundiza en la apropiación del espacio público como factor para reducir la incidencia delictiva: "Hacíamos territorio jugando, compartiendo, socializando en los cuadros. Hoy se prefiere ir hacia la propia casa más que al espacio público. Pero si no tienes ahí relaciones de amigos, de grupos, de esparcimiento, adultos mayores u otras generaciones, estos espacios se convierten en islas desiertas inseguras y los ocupan otros. Y muchos de ellos son personas que se dedican a delinquir", explica. Otros factores identificados en contra de la cohesión comunitaria en Tlatelolco son la liquidación del fideicomiso, precipitado por el terremoto, y la conversión de Subdelegación territorial a Dirección territorial. Al convertirse en propietarios, los vecinos se enfocaron sólo en sus departamentos, a diferencia de lo ocurrido como participantes del fideicomiso, cuando tenían derechos comunes que defendieron organizados desde los años 70. La desaparición de la subdelegación territorial generó que la delegación Cuauhtémoc administrara las áreas verdes y deportivos de la unidad, en los que familias enteras de Tlatelolco establecían comunidad y donde hoy se reciben principalmente a personas de otras colonias. **** El multifamiliar cumplió 50 años en 2014 y aún así, el arquitecto Santiago Jordá desafía: "Es más fácil que se caiga la Torre Mayor que esta torre". Lo dice desde su oficina ubicada en el penthouse del edificio Veracruz, después de haber subido 21 niveles por medio de 354 escalones -más de un centenar de los necesarios para llegar a la cima de una construcción como la Pirámide del Sol de Teotihuacán-, debido a que el elevador fue inhabilitado por falta de pago de los vecinos. La primera vez que el arquitecto llegó a la construcción desde donde platica, Manuel Camacho Solís oprimió el botón para derrumbar con explosivos el módulo que había quedado en pie del Nuevo León. Jordá fue miembro de la comisión técnica encargada de la reconstrucción de la unidad habitacional y actualmente es asesor de los trabajos de cambio de red hidráulica que se realizan en la segunda y tercera sección de la unidad. En ocasiones, acude a dar pláticas a vecinos de distintos edificios sobre las estructuras de sus viviendas. Explica que los trabajos de reconstrucción fueron realizados bajo una norma emergente que resulta 25 por ciento más exigente que el reglamento actual.

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La de Tlatelolco fue la única unidad habitacional en la Ciudad de México reconstruida después del sismo, tras una lucha vecinal que exigió al gobierno federal cumplir la cláusula octava del Certificado de Participación Inmobiliaria. Doce edificios fueron demolidos, incluyendo el Nuevo León, y se hicieron trabajos de reducción de niveles, recimentación, reestructuración y acabados a 60 de los 90 edificios restantes. La "ciudad dentro de la ciudad" sería un poco menos gris si las fachadas y otros acabados no hubieran quedado inconclusos con la llegada de Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia. A pesar de lo que explica Santiago Jordá con carpetas de planos sobre la mesa, Tlatelolco conserva el estigma de ser una zona con alto riesgo de caer, tanto por vecinos y personas externas. Los principales servicios que brinda Protección Civil cuando tiembla en la zona son para atender crisis nerviosas, afirma Julio César Corona, coordinador en la dirección territorial de Tlatelolco. Las únicas cuarteaduras que han hallado, asegura, son superficiales, de pintura. La delegación Cuauhtémoc realizó peritajes a los 90 edificios entre 2009 y 2011 y aseguró que no existen riesgos de derrumbe. Los vecinos, sin embargo, cuestionaron su veracidad y señalaron errores. Irene Zapata Moreno, con 24 años de edad y 12 viviendo en Tlatelolco, se mudó hace ocho meses a un edificio de menos niveles, por el temor a los sismos que percibía todos los días. "Sé que tiembla todos los días, aunque sean muy ligeros y casi imperceptibles. También sé que con las reparaciones que hicieron estos edificios no sé van a caer, ¡pero a mí me da pavor! ¡A lo mejor es psicológico!" bromea. ***** Los habitantes de Tlatelolco fueron punto medular de la Coordinación Única de Damnificados en 1985, por la organización previa con que contaban. Uno de sus representantes fue el médico Cuauhtémoc Abarca Chávez, quien por momentos fungió como interlocutor directo con el gobierno federal y llegó a gestionar la asignación de gran número de departamentos en Tlatelolco a los damnificados. Hoy, desde la terraza del departamento que adquirió tras el sismo, donde tiene la Plaza de las Tres Culturas a sus pies, Abarca sostiene que en Tlatelolco el principal pendiente desde el sismo es la justicia. "Hubo edificios que se cayeron porque fueron construidos bajo normas anteriores, pero otros cayeron por negligencia, como el Nuevo León, negligencia criminal de autoridades, de constructores, de supervisores", acusa. La vida personal del activista, relata, fue trastocada por el sismo. Durante años, ha recorrido

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países afectados por desastres naturales. Su participación, señala, ha sido en pos de un rescate no físico, sino de tipo emocional. Actualmente, forma parte del Comité Tlatelolco 19 de Septiembre, que organizó actividades conmemorativas de los 30 años del terremoto y gestiona una página en Facebook con 4 mil seguidores. Muchos lo conocen en Tlatelolco, pero ya no tiene el mismo arrastre. Las asociaciones que persisten en la unidad trabajan de forma independiente, a veces fragmentada. El médico lamenta que sólo con una catástrofe de magnitudes como las del sismo exista posibilidad de una participación masiva. * * * * Desde 2012, los mil 640 metros cuadrados de superficie que ocupaba el edificio Oaxaca, también derrumbado, se transformaron, de basurero a huerto urbano. Un sitio visitado de vez en cuando por dos águilas y un halcón que habitan en la zona. El espacio es administrado por Mireya Chavarín, de la asociación Cultiva Ciudad. La joven, con cuatro años de vivir en Tlatelolco, interpreta como magia el nacimiento de lechugas y acelgas donde antes reinaba el cascajo. En el huerto urbano se cultiva hinojo, ajenjo, yerbabuena, menta, mirto, lavanda, salvia y albahaca; además de manzana, durazno, guayaba, naranja, ciruela, nísperos, zanahoria, betabel, cebolla, ajo, poro Ahí se dan talleres gratuitos y los jueves hay un tianguis de productos orgánicos. Mireya cuenta orgullosa que algunos pericos verdes, ajenos a esos rumbos de la ciudad, ahora llegan a comer guayabas. La joven destaca el trabajo comunitario que se establece en el huerto y el contacto entre vecinos de Tlatelolco y con los de otras colonias. El huerto urbano se ha vuelto uno más de los orgullos de algunos tlatelolcas, cuya identidad se fortaleció en quienes vivieron el sismo y la posterior lucha vecinal. El CCUT, con su oferta de talleres y una amplia oferta cultural, tiene como uno de sus objetivos, la vinculación con la comunidad, no sólo de Tlaltelolco, sino con los vecindarios circundantes. En el Centro, existen colectivos artísticos que expanden sus actividades por todo Tlatelolco, como la azotea del arquitecto Jordá, donde se presenta una obra de teatro, o los muros de los edificios en los que se recrea la vida de algunos vecinos, además de los elaborados por el fallecido artista Nicandro Puente y la Red Urbana de Muralismo Comunitario, que incluyen el llamado Tlatelolco 1985, sismo y resurrección. Catalina García, una vecina del edificio Chihuahua, acude por las tardes a sesiones de yoga en el CCUT. Ella formó parte de la organización que su edificio estableció

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específicamente para demandar la reconstrucción de Tlatelolco, un parteaguas que le cambió la vida por los lazos de solidaridad que halló. "No viviría en otro lugar", dice, "aquí puedes hacer muchas cosas. No es que no haya problemas de seguridad como en todos lados, pero en general puedes vivir muy bien". Para estos antiguos y nuevos tlatelolcas -pobladores de un territorio donde se libró la última resistencia mexica ante la conquista española y donde cientos o miles de estudiantes fueron masacrados por su propio gobierno- la reconstrucción de su comunidad, 30 años después del sismo, continúa día a día. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=640092&md5=e5b08e9fb62fe29ed332ff00fd62dc51&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3lercUSNA Follow us: @reformacom on Twitter

Recorrido por los 30 años del sismo de 1985 https://twitter.com/columba_vertiz

Columba Vértiz De La Fuente

4 de septiembre de 2015

Ver, oír, aplaudir...

La devastación por el terremoto en la Ciudad de México.

Foto: Marco A. Cruz

MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Durante el mes de septiembre, cada domingo se realizarán

recorridos por la arquitectura y los murales emblemáticos de la capital mexicana, así como museos,

recintos y avenidas para conmemoran los acontecimientos ocurridos durante el terremoto que sacudió

a la capital del país hace 30 años. Esto como parte del Programa Paseos Históricos de la Secretaría de

Cultura de la Ciudad de México, con más de 170 rutas en las 16 Delegaciones políticas, así como en

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algunos municipios mexiquenses. Los paseos de visitas guiadas se efectúan con expertos y tienen la

finalidad de que la comunidad se permita descubrir y reconocer el significado de cada uno de los

sitios recorridos. El de este domingo lleva como título Un proyecto cultural: Ciudad Universitaria, los

asistentes podrán disfrutar los murales en edificios como la Torre de Rectoría, y algunas piezas

arquitectónicas. La cita para los interesados será a las 10:45 horas en la explanada de la Torre de

Rectoría, ubicada en Insurgentes Sur delegación Coyoacán (METRO Y Metrobús Universidad).

Intemperie en el Museo Nacional de la Estampa

La exposición Intemperie, que se inaugura este domingo en el Museo Nacional de la Estampa

(Hidalgo 39, Centro) fue toda una experiencia de investigación y análisis, a decir de la artista Magali

Lara, quien le permitió vincular la gráfica con nuevas posibilidades tecnológicas, como la impresión

digital sobre tela, la animación en video y el tramado de tapices a partir de vectores digitales.

Intemperie es, en palabras de la artista, “una construcción narrativa en torno a la sensación de

desamparo ante el mundo y ante nuestro propio cuerpo”. Está integrada por 110 obras, entre dibujos,

aguafuertes y aguatintas sobre placa de cobre, impresiones digitales sobre tela, libros de artista,

textiles y animación digital, creadas recientemente por Magali Lara quien, de esta manera, explora la

multiplicidad de técnicas propias de la gráfica. Su obra forma parte de las colecciones de recintos

como los museos de arte Carrillo Gil y Contemporáneo de Oaxaca, y extranjeros, entre los que se

encuentran el Stedelijk Museum voor Actuele Kunst, de Gante, Bélgica, y el Museum of Latin

American Art, de Long Beach, California, Estados Unidos.

Danza en la Biblioteca de México

A través de la historia de una mujer asidua al juego del ajedrez, Ricardo Domingo, director artístico

de Opus Ballet, desarrolla la historia de Reyna, el personaje central de la puesta de danza Jaque mate,

que sin darse cuenta empieza a despertar un lado psicótico, un alter ego oscuro de ella misma

mientras que la Ciudad de México empieza a entrar en caos cuando comienzan a darse una serie de

asesinatos. Esta es la primera ocasión que la Biblioteca de México ofrece a sus visitantes un

espectáculo de danza, pues en el recinto es común encontrar ofertas de cine, teatro, exposiciones,

cursos y talleres para todas las edades; sin embargo, Jaque mate inicia este sábado y domingo de

septiembre hasta el 4 de octubre con funciones de las 13 horas.

Talleres en el Museo Nacional de las Culturas

En el marco de la exposición temporal Tike´a: Rapa Nui y las islas del Pacífico Sur, en el Museo

Nacional de las Culturas realizarán tres talleres sabatinos, iniciando este 5 de septiembre con la

intención de mostrar la forma en que los habitantes de la Isla de Pascua poblaron y aprovecharon sus

recursos naturales. Rapa Nui entre líneas es el título del taller, en el cual los asistentes realizarán un

esténcil de las piezas de la exposición temporal Tike´a…; esta técnica artística utiliza la plantilla de

un dibujo recortado sobre el que se aplica pintura en aereosol, un ejercicio plástico y creativo de

síntesis y observación. Si le interesa, los talleres se realizarán el 5, 19, y 26 de septiembre de 12 a 14

horas en el patio del Museo Nacional de las Culturas ubicado en Moneda 13, Centro Histórico. La

entrada es gratuita y el cupo limitado a 25 lugares. Se recomienda llegar 15 minutos antes de la cita.

Más información en Comunicación Educativa, teléfono: 5542-0422 /1097/ 0165, ext. 116, o al correo:

[email protected]

Para niños, en la clausura de “A Room of One’s Own”

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Luego de casi cuatro meses de éxito desde su inauguración como parte de las celebraciones por el

Año Dual México-Reino Unido, la exposición A Room of One’s Own. Fragilidades sobre el exterior

–que presenta trabajos de tres artistas ingleses que han desarrollado trabajos en México–, llegará a su

fin este domingo en el Laboratorio Arte Alameda del INBA. Curada por José Luis Barrios, integra las

videoinstalaciones Tlacochahuaya, de Melanie Smith; Trip the Ligth, de Katri Walker, y Se compra

sin É, de Jaki Irvine. Y paralelamente al cierre de la muestra, se llevará a cabo el taller infantil Una

habitación propia. Acercamiento al videoarte para niños, que tendrá lugar este 5 y 6 de septiembre de

10 a 14 horas, en el Auditorio del recinto. En ese taller, los participantes generarán su propia pieza de

videoarte y trabajarán a partir de diversos procesos creativos que conocerán de manera lúdica

utilizando distintos materiales. El laboratorio está en Doctor Mora 7, Centro (METRO Hidalgo).

“La Pasión según San Juan”, en versión coral

Dirigido por Horacio Franco, el Ensamble Escénico Vocal del Sistema Nacional de Fomento Musical

del Conaculta realizará dos presentaciones de La Pasión según San Juan. Se trata de una obra de

Johann Sebastian Bach, escrita para voces solistas, coro y orquesta creada en las fechas previas al

Viernes Santo de 1724, basada en los capítulos 18 y 19 del Evangelio de Juan. Las palabras de la

apertura, las arias, los recitativos y los corales se tomaron de diferentes fuentes, entre otras, de La

Pasión según San Juan, y de la traducción que Martín Lutero había hecho de la Biblia. En esta

ocasión, los 16 miembros del ensamble presentarán la versión coral de esta obra, que a decir de

Horacio Franco es una de las de mayor envergadura de la historia de la música, por sus alcances

estéticos y artísticos. Se llevará a cabo este sábado en el Antiguo Palacio del Arzobispado (Moneda 4,

Centro, METRO Zócalo) y el domingo en el Auditorio Divino Narciso de la Universidad del Claustro

de Sor Juana (José María Izazaga 92, METRO Pino Suárez), a las 12 horas.

La Ciudad de México a través de 100 pintores

La belleza de la Ciudad de México, su pasado y su presente, su estilo arquitectónico ecléctico,

sirvieron de inspiración a 100 pintores mexicanos quienes presentan sus obras en una exposición

abierta en el Club de Periodistas, donde estará todo el mes. El número de creadores ofrece un

panorama amplio de la urbe, ya que participaron artistas emergentes, profesionales y aficionados,

quienes hicieron sus obras a partir de temas inagotables que ofrece el Distrito Federal, por lo cual en

dos salas se encontrarán cuadros con el Ángel de la Independencia, el Palacio Nacional o el de Bellas

Artes, así como los alrededores de Xochimilco, principalmente, los cuales se han convertido en

paisajes icónicos de la capital mexicana. En la exposición Cien pintor’es mexicanos se pueden

encontrar obras de artistas emergentes y profesionales, como son Juan Bautista, Daniel Azuara,

Osvaldo Castañeda Martínez, Ana Curiel, Dolores Carrillo, Fabiola Delgado, Laura Deitx, Alejandra

González Flores, Dafne Ledesma, Armando Moreno, y Mashe Trujillo, por mencionar algunos.

Permanecerá hasta el próximo 30 de septiembre en Filomeno Mata 8, en el Centro Histórico, con

horario de 10 a 14 horas de lunes a viernes. La entrada es libre. Posteriormente se trasladará a

Villahermosa, Tabasco, para presentarse del 3 de diciembre al 3 de enero de 2016.

Último fin de Teatro de Movimiento

Este domingo llega a su fin el espectáculo Untitled Film Stills #2, dirigido por Alicia Sánchez y

llevado a escena por ASYC/El teatro de Movimiento. Se trata de una intervención plástica-escénica

que indaga en la creación del fenómeno espacial y visual, haciendo al público parte de la estructura

del espectáculo para que comprenda un poco más el fenómeno, pero desde su propia perspectiva. Se

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desarrolla a través de un juego de luces y cuerpos que crea una serie de imágenes inventora de

realidades. Simplemente una utopía contemporánea en la ciudad. Untitled Film Stills #2 es presentado

a partir de este viernes en uno de los foros escénicos de la Secretaría de Cultura del D. F., el Espectro

Electromagnético, ubicado en Joaquín García Icazbalceta 31, colonia San Rafael, delegación

Cuauhtémoc (METRO San Cosme). Las funciones son viernes y sábado a las 20 horas y domingo a

las 19 horas.

Obra “D-RotaDOS” en el A Poco No

Esta noche regresa al Foro A Poco No la pieza D-RotaDOS, escrita y dirigida por Yanet Miranda y

Ángel Luna con la Compañía Les Delicades. Se estrenó en el recinto de la Secretaría de Cultura en

2014 como parte de la programación del XII Festival Internacional de Cabaret y ahora, a las20:30

horas, la acoge el foro de República de Cuba 49, Centro Histórico (METRO Allende). Y aunque es el

primer montaje de Les Delicades y es una historia que conocida, dice sus componentes, “sin embargo

algo no concuerda: Alfonso se prepara para asistir a una fiesta con su novia Susana, sin embargo se

enfrenta a la hostilidad de su madre y de otras mujeres, como peluqueras, microbuseras y taxistas e

incluso la de su propia novia; en pocas palabras, lleva todas las de perder por ser hombre… Qué le

parece. Y por otro lado, Juanito, padre de Susana, padece acoso y abuso sexual de su jefa, debe

resolver las labores del hogar una vez que termina su jornada laboral y, un buen día, su esposa lo

abandona porque él no preparó la comida como ella quería. Al ver esto, la hija decide seguir a su

madre. Habrá temporada durante todo este mes en este espectáculo de Cabaret del Sistema de Teatros

de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (www.teatros.cultura.df.gob.mx.) Sábados y

domingos a las 19 y 18 horas, respectivamente.

México es Cultura

Cualquier tipo de actividad cultural en la ciudad puede encontrarla en la página electrónica

www.mexicoescultura.com del Conaculta, con información completísima en: búsqueda de museos,

recintos o centros, diversas ramas de las artes clásicas como teatro, danza, literatura, plástica, música,

arquitectura, cine… es decir, exposiciones, conferencias, conciertos, encuentros, lecturas, además de

visitas guiadas, eventos infantiles, hasta tradiciones populares. Consulta libre. También cuenta con un

número telefónico, 01800CULTURA.

Museos con visitas interactivas

Otra oferta interesante del Conaculta es la opción de la página del Museo del Palacio de Bellas Artes

que forma parte de los Museos Interactivos y que acaba de darse a conocer. Hay un mapa que le

mostrará el recorrido para ver los murales de manera digital y con zoom propio a diez centímetros de

distancia real. Así, recorra palmo a palmo y al detalle las obras de Diego Rivera, José Clemente

Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Roberto Montenegro y

Manuel Rodríguez Lozano en: www.museopalaciodebellasartes.gob.mx Pero también puede recorrer

en 3D y con tecnología de 360° otros tres recintos más: www.museocasadecarranza.gob.mx

www.museoculturaspopulares.gob.mx

www.museoferrocarrilesmexicanos.gob.mx

www.cultura.unam.mx

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Desde esa página web puede ver el diario digital Cultura.Unam y checar la programación en los

diversos espacios culturales que la universidad pone a la orden del día; de esta forma, al entrar usted

puede elegir ver la cartelera por fecha, el apartado de recomendaciones, o las actividades en las salas

del Centro Cultural Universitario. La página es una excelente opción para ver todo aquello referente a

las disciplinas artísticas y buscar la mejor opción para este viernes y fin de semana. Algunos eventos

son gratuitos y otros tienen costos mínimos, con respectivos descuentos a maestros, estudiantes e

Inapam. Un click y… ¡pase el dato a sus conocidos!

Cartelera auditiva del INBA

La cartelera de actividades del Instituto Nacional de Bellas Artes la puede encontrar en su portal web

en www.inba.gob.mx; ahí, del lado izquierdo, en el apartado “Radio INBA”, escuche los anuncios de

las actividades más importantes del momento y también, cápsulas temáticas, piezas de conciertos

pasados, audiolibros y diversos programas de su interés. Sólo dele click a la liga de arriba y entérese.

Cultura del D.F.

Para conocer la cartelera musical de la Secretaría de Cultura del gobierno del Distrito Federal, visite

la siguiente página: http://www.cultura.df.gob.mx/index.php/musica.

Recuerda Peña 30 años de sismo del 85

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El Mandatario federal estuvo con los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional y Marina. Foto: Alejandro Mendoza

José David Estrada Cd. de México (19 septiembre 2015).-

Notas Relacionadas

El sismo no afectó mi carrera.-Bartlett

Destaca Peña preparación ante desastres

La sociedad civil al rescate de Jackson

De la Madrid no se escondió.- Gamboa

Preparan megasimulacro de sismo En el 30 aniversario del sismo que en 1985 causó la muerte de cientos de personas, el Presidente Enrique Peña Nieto encabezó el izamiento de la Bandera nacional a media asta en el Zócalo de la Ciudad de México. Ante elementos del Ejército, invitados especiales y empleados de su Gobierno, el Mandatario federal dio cumplimiento al decreto publicado en 1986 que ordena esto en señal de duelo. "Los sismos ocurridos los días 19 y 20 de septiembre de 1985 originaron luto nacional por la pérdida de vidas humanas y el dolor de quienes resultaron afectados en su integridad corporal o patrimonial por estos lamentables acontecimientos de la naturaleza", señala el decreto presentado por el ex Presidente Miguel de la Madrid. A las 7:11 horas bajó un helicóptero de Presidencia a Palacio Nacional. Seis minutos después, Peña Nieto salió caminando junto con los secretarios de Gobernación, Defensa Nacional y Marina, así como del Comisionado del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el director del sistema Nacional de Protección Civil y el jefe de la Oficina de la Presidencia.

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En su camino, la comitiva presidencial estuvo flanqueada por efectivos de la Policía Militar y por columnas con reflectores para iluminar su recorrido y el asta bandera de la Plaza de la Constitución. El lábaro patrio comenzó a subir en punto de las 7:19 horas. Después de llegar a la punta, fue bajado de nuevo hasta llegar a la mitad del asta. Al concluir el Himno Nacional, el Presidente caminó hacia la zona donde se encuentran sus invitados para saludarlos y después realizó con su comitiva un recorrido de 15 minutos por los extremos de la plancha del Zócalo. Visitó una exposición de medio centenar de ambulancias, coches de bomberos, patrullas de la Policía Federal, camiones del Ejército y vehículos de rescate, junto con efectivos de las fuerzas de seguridad y de protección civil, que brindan apoyo ante desastres naturales. Al terminar su recorrido, la comitiva abandonó la plancha del Zócalo en 17 camionetas Suburban, seguidas de tres motocicletas y una ambulancia. El Gobierno federal organiza este sábado a las 11:30 horas un macrosimulacro para conmemorar el sismo de 8.1 grados en la escala Richter que el 19 de septiembre de 1985 a las 7:19 de la mañana causó la muerte de 10 mil personas, según cifras extraoficiales y dañó más de 5 mil 700 edificios en el Distrito Federal. "La población capitalina se organizó para rescatar a las miles de personas atrapadas entre los escombros, en ausencia de ayuda de los soldados, policías y autoridades gubernamentales", recuerda una ficha informativa preparada por Presidencia de la República. Hora de publicación: 07:22 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=646307&md5=49f9be1454efe1aa65fbf0099be828c0&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCTFM9RX Follow us: @reformacom on Twitter

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Honran en Tlatelolco a víctimas de sismo

Alrededor de 200 vecinos y familiares de de las víctimas se dieron cita en el lugar pra honrar a víctimas. Foto: Diego Gallegos

Alfredo Páez Cd. de México (19 septiembre 2015).- Vecinos de Tlatelolco realizaron una misa en conmemoración de las personas que fallecieron durante el sismo de 1985.

Notas Relacionadas

Convocan a realizar simulacro

Evocan tragedia del 85

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Gana terreno alerta sísmica

Olvidan edificios dañados en el 85 La ceremonia fue llevada a cabo por la fraternidad Franciscana de Tlatelolco en la huella del edificio Nuevo León, el cual cayó a consecuencia del sismo hace 30 años. Alrededor de 200 vecinos y familiares de de las víctimas se dieron cita en el lugar donde además se cantaron canciones y hubo monólogos sobre la tragedia. "No es una celebración, es una forma de honrar a nuestros difuntos. Año con año se ha organizado esta misa y así seguirá", dijo Renato Robles, vecino de la zona. Al lugar asistió la brigada de Topos de Tlatelolco quienes recordaron que fue ahí donde se originó el grupo de rescate.

Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=646317&md5=36c532c9b6f6656cea1b4f301a7f830c&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCTrgv1a Follow us: @reformacom on Twitter

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Olvidan edificios dañados en el 85

El edificio ubicado en Niños Héroes 139 está inclinado y fue catalogado por Protección Civil con riesgos estructurales. Foto: Alfredo Moreno

Dalila Sarabia Distrito Federal (18 septiembre 2015).- En la Ciudad de México existen 350 inmuebles con riesgo estructural, la mayoría como resultado del terremoto de 1985, los cuales se han convertido en un peligro en caso de que suceda un sismo. Sin embargo, las autoridades del Distrito Federal nada pueden hacer para intervenirlos, pues se trata de edificios y construcciones en manos de particulares. Fausto Lugo, secretario de Protección Civil de la Ciudad, explicó que el riesgo ha incrementado con el tiempo no por los efectos del sismo de hace 30 años, sino por el abandono y falta de mantenimiento por parte de sus propietarios. "Son 350 inmuebles que hoy en día representan un riesgo ante un sismo. "Algunos de ellos tienen que ver con el 85 (el sismo) y algunos de ellos es por deterioro, por falta de mantenimiento y, obviamente, los sismos que se han presentado en los últimos años los han ido posicionando en un riesgo adicional. "Edificios de Gobierno que fueron lesionados en el 85, no existe ninguno en las mismas condiciones, ya todos fueron recortados, remodelados o reforzados para continuar siendo útiles", aclaró el funcionario.

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Aunque no brindó mayores detalles de la ubicación de los inmuebles con daños estructurales, refirió que la mayoría de ellos se localizan en la Delegación Cuauhtémoc. Cuestionado sobre la existencia de un plan o programa del Gobierno del Distrito Federal para intervenir o derrumbar esas estructuras, Lugo señaló que es responsabilidad exclusiva de los particulares, pese a que representen un riesgo para la población colindante. "Están los apoyos que podría proporcionar el Gobierno y que deberían ser a través de un programa o un plan, pero estamos hablando de que la responsabilidad es del particular, no del Gobierno. "Sería un costo, por demás oneroso, pensar que el Gobierno tiene que hacer las adecuaciones para que los edificios mantengan la seguridad", agregó el encargado de Protección Civil de la Ciudad. "Tiene que haber todo un proceso judicial, tendrá que ordenarlo un juez, porque si no estaríamos violando los derechos humanos". ¿Aunque esto represente un riesgo para el resto de la gente?, se le cuestionó. "Tiene que llevarse a cabo un procedimiento de la población que acredite un riesgo ante ese inmueble, no es la autoridad la que puede actuar ahí, son propiamente los particulares o los vecinos y colindantes los que pueden acreditar el riesgo de ese inmueble", dijo Lugo. Y es que, explicó, un dictamen de Protección Civil que manifieste que el inmueble está en riesgo, no es suficiente. "Hay procedimientos administrativos que se tienen que cumplir", reiteró. "Estos inmuebles representan un riesgo y te lo confirmo con incidentes que tuvimos este año y ni siquiera obedece a temas sísmicos, sino a un tema de mantenimiento", recordó. Hora de publicación: 00:00 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=645287&md5=3c11e6e7550f72562ca8f667900fad6c&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCUGShDa Follow us: @reformacom on Twitter

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Viven en riesgo 7.4 millones en DF

Hoy se inauguró el Congreso Nacional de Sismología: Avances y Retos en Sismología, Ingeniería y Gestión de Riesgos Foto: Armando Vázquez

Mirtha Hernández Cd. de México (17 septiembre 2015).- Cerca de 7.4 millones de habitantes y 2.2 millones de viviendas de la Ciudad de México y su zona conurbada se encuentran en la zona sísmica tres, es decir, con suelo lacustre, que favorece la ampliación de las ondas sísmicas. Además, hay 334 centros de salud y 5 mil 210 escuelas en esa misma región, que obligan a retomar y fortalecer los esfuerzos de las diversas instituciones, para aplicar los conocimientos sísmicos a la mitigación de los efectos de estos fenómenos. Así lo afirmó el director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, Carlos Valdés, al participar en la inauguración del Congreso Nacional de Sismología: Avances y Retos en Sismología, Ingeniería y Gestión de Riesgos, a 30 años de los Sismos de 1985. En el evento organizado por la UNAM, Valdés expuso que los sismo del 19 y 20 de septiembre de 1985 no sólo marcaron al País, sino que fueron un parteaguas. A partir de ellos, señaló, ha habido muchos avances en el diseño de alertas tempranas, las redes de monitoreo, la sismo resistencia y seguridad estructural, entre otros. "Sólo transformando el conocimiento sísmico en políticas y acciones púbicas veremos el beneficio aplicado, mitigando el efecto de los sismos", dijo.

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El coordinador Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, coincidió en que a partir de todos los estudios que se han realizado respecto a los sismos, se ha tomado conciencia de la vulnerabilidad a estos fenómenos y se trabaja por tener un México más seguro para los mexicanos y su patrimonio. "La sociedad se enfrentó aquella mañana (del 19 de septiembre de 1985) a situaciones que no conocía, la mano de uno apoyo a la de otro y la sociedad pudo levantarse para seguir caminando en esta Ciudad de México", dijo. Puente resaltó que en la actualidad los jóvenes no tienen una conciencia clara de lo que es enfrentarse a un sismo de la magnitud de aquel día, por lo que es necesario reforzar simulacros como el que se realizará el próximo sábado a las 11:30 horas. Al evento asistió el Secretario de Protección Civil del DF, Fausto Lugo, quien señaló que durante la prueba de la alerta sísmica de la semana pasada hubo fallas en 328 altavoces, de los 8 mil 200 que se hicieron sonar, lo que equivale a un 4 por ciento. Estos dispositivos están siendo revisados para que funcionen adecuadamente en el ejercicio del próximo sábado, al que también se sumarán las plazas comerciales. Hora de publicación: 17:16 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=644886&md5=eff028cbdc04eb6470a53fd09a64eabd&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCUrEBAH Follow us: @reformacom on Twitter

Ahuyentan sismos a vecinos del Centro

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En el Centro Histórico hay centenas de viviendas deterioradas, tanto habitadas como desocupadas. Foto: Alfredo Moreno

Dalila Sarabia Cd. de México (17 septiembre 2015).- Han pasado 30 años del terremoto de 1985 y los capitalinos aún temen vivir en el Centro. La zona central de la Ciudad, que resultó ser la más dañada, ha perdido en promedio el 33 por ciento de su población en la últimas tres décadas, al pasar de 2.5 millones en 1980 a 1.7 millones de habitantes en 2010, de acuerdo con datos de Inegi. Esto, pese a que en el 2000 el entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, publicó el Bando 2 que establecía como política repoblar esa zona. La inestabilidad del subsuelo y la falta de vivienda accesible en Delegaciones como Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza son factores que han abonado a este despoblamiento, coincidieron especialistas. Pese a ser territorios que cuentan con todos los servicios básicos e interconectividad de transporte, pocos son quienes viven ahí. En contraste, en el mismo lapso, las demarcaciones rurales como Cuajimalpa, Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco registran un incremento poblacional del 47.6 por ciento, en promedio, al pasar de 878 mil habitantes a 1.7 millones. Cinna Lomnitz, investigador emérito del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó las implicaciones que tiene que la Ciudad esté asentada sobre lo que era un lago y la respuesta sísmica que esto implica. "El lago ocupaba la parte más baja de la cuenca de México, que es una cuenca cerrada. Se conocen perfectamente los límites del anterior lago, esa zona se denomina Zona III y es la zona de mayor peligro sísmico. "La zona más alta en torno a la Zona III es la de las Lomas, (por ello) en el sismo de 1985 no hubo colapsos de edificios en las zonas I y II que son zonas de Lomas donde el lago no llegó. "La Norma Sísmica del DF es un reglamento de construcciones, y esa reglamentación cambia según la zona. El reglamento más estricto es para la Zona III, ¿por qué?, porque el movimiento en los sismos es hasta 5 veces más fuerte en la Zona III", detalló el investigador. Si bien es cierto, añadió, que la movilidad poblacional está relacionada con el temor a los sismos, el encarecimiento de la vivienda también ha sido un factor a tomar en cuenta. "Se ha permitido que algunas colonias decaigan por razones económicas y culturales, la gente se va pero no se va muy lejos", consideró Lomnitz. El cambio en el uso de suelo también ha sido motivo para que las familias dejen la zona central, por ejemplo, en la Delegación Cuauhtémoc, porque es ahí donde más actividad económica se produce al dársele paso a un sinnúmero de oficinas y comercios, opinó Verónica Montero, vicepresidenta del Colegio de Urbanistas de la Ciudad de México. Así, quienes desean vivir ahí o en otras zonas centrales no lo pueden hacer, abundó, porque el costo de la vivienda se ha encarecido hasta en un 50 por ciento, como en la Condesa. "Hace siete años podías conseguir un departamento en la Condesa con un valor de entre 20 y 22 mil pesos por metro cuadrado, una vivienda vieja con 50 años de edad en promedio. Hoy vas a encontrar que la misma casa vieja, están intentando venderlas entre 40 y 45 mil pesos el metro cuadrado, el doble en siete años", señaló Montero.

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'La casa está maciza' Carmen Limón y Esteban García han vivido en República de Perú, en el Centro Histórico, desde hace 46 años. Así como vieron nacer, crecer y casar a sus hijos, vivieron pérdidas familiares y el terremoto de 1985. Al recordarlo aún se les pone la piel chinita, pero descartan dejar de vivir en el Centro, pues la confianza en su casa no la pierden, "está maciza", aseguran. "Cualquier temblorcito se siente horrible, pero los muros están muy altos y las paredes muy gruesas entonces nosotros nos sentimos con confianza aquí (...) los cimientos están macizos", señaló don Esteban. De aquella mañana del 19 de septiembre de 1985 recuerdan cada detalle, los ruidos, los gritos, el llanto y cómo, de repente, el patio de su casa se empezó a fracturar. ¿Temen vivir en el Centro?, se les preguntó. "Luego sí nos da miedo, pero qué le hacemos, esta es nuestra casa, no la vamos a dejar, ¿a dónde nos vamos?", contestó la señora Carmen. La pareja informó que las casa que se desocupan, en muchos casos, eran de adultos mayores que mueren; y aunque se ponen en renta o venta, es muy difícil que sean ocupadas.

'He vivido a gusto' "Todos tenemos miedo cuando tiembla, porque no sabemos qué es lo que va a pasar, pero yo siempre he vivido a gusto aquí y mis hijos también", asegura Aquilina Gutiérrez. Ella vive en el Centro Histórico desde hace 50 años, a espaldas de la sede de la Asamblea Legislativa. A 30 años del terremoto de 1985 la ama de casa narró el dolor y miedo que sintió aquel jueves... habían pasado unos minutos que su hijo de 13 años había salido de casa rumbo a su secundaria, que se ubicaba en República de Brasil, a tan sólo unas cuadras. "Como empezó a temblar corrimos desesperados para la escuela, mi hijo acabada de salir. "Cuando llegamos ya habían cerrado las puertas y los niños estaban en el patio, no nos dejaban pasar y con las mamás empujamos la puerta hasta que cayeron para llevarnos a nuestros hijos", recordó. Unos minutos más tarde, con la tranquilidad de tener a su hijo entre sus brazos entendió la gravedad del sismo. "Regresamos a la casa, salí al balcón y clarito veía cómo se estaba quemando el (Hotel) St. Regis", compartió. Pese a los dolorosos recuerdos de la contingencia que hizo durmieran una semana fuera de su domicilio, a instrucciones del Gobierno de aquellos días, Aquilina dice sentirse más segura dentro de su casa que en cualquier otro lugar. "Yo pienso que es más fácil que se caiga una casa moderna a que se caiga este edificio.

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"Esa vez del sismo haz de cuenta que era un barco, para donde iba, iba la casa, ni siquiera el polvo se cayó, ni un cuadro, nada", aseguró. Hora de publicación: 00:00 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=644109&md5=f8195d859f08d784a2d251767479f6b6&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCVJWyjD Follow us: @reformacom on Twitter

Construyen torres que se mueven

La Torre Libertad, también conocida como el Hotel St. Regis, y la Torre Reforma tienen estructuras que las hacen desplazarse durante un temblor, evitando un derrumbo. Foto: Armando Vázquez

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La Torre Libertad, también conocida como el Hotel St. Regis, y la Torre Reforma tienen estructuras que las hacen desplazarse durante un temblor, evitando un derrumbo. Foto: Armando Vázquez

Iván Sosa Cd. de México (16 septiembre 2015).- Construir rascacielos en el DF implica estudiar a detalle el suelo donde se levantará, y por medio de métodos científicos se analiza cómo se desempeñan las ondas de un temblor. Dicha tecnología ha llevado a ingenieros y arquitectos a diseñar diversos tipos de cimientos, como gatos hidráulicos, amortiguadores o una base de balines con la finalidad de que, durante un sismo, el edificio se mueva en su conjunto y evitar que se fracture la estructura. El ingeniero estructuralista David Serur y el arquitecto Benjamín Romano explicaron que después de 1985 la ciencia evolucionó para estudiar el comportamiento sísmico del suelo, así como las tecnologías y los materiales constructivos para asentar los edificios.

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Rascacielos antisismos Serur, , supervisor de la estructura del Segundo Piso del Periférico y diseñador estructural de torres como Plaza Juárez, en el Centro, o el Hotel St Regis, en Reforma, explicó que la frecuencia, entendida como la curva de la onda sísmica, no debe coincidir con la resonancia del suelo. "Que no se junten, porque si es igual, el edificio se va a caer. La ingeniería ve que en un temblor, el piso y el edificio se muevan, pero que no se acelere tanto el edificio", comentó. Romano, arquitecto a cargo de la Torre Reforma, indicó que cuando hay un sismo, el edificio se va a mover. "Los cristales (se moverán), todo, en una sacudida brutal, entonces hay que diseñarlo para que se mueva", precisó. De repetirse otro sismo de 8.5 grados, el DF registraría daños menores a los sufridos en 1985, porque la ingeniería y la arquitectura deben sujetarse ahora a normas técnicas previstas por el Reglamento de Construcciones, el cual cuenta con un capítulo especial sobre desempeño sísmico, indicó Serur. "Es poco probable que un sismo de alta intensidad, como el de 1985, genere tantos daños como entonces, lo veo muy remoto, los habrá, sin duda, pero no tan dramáticos", comentó el ingeniero. Por su parte, en Torre Reforma, Romano diseñó un sistema con muros de concreto edificados para moverse con ventanas que, desde el interior, ofrecen panorámicas de la Ciudad. Las ventanas tienen la función de liberar energía sísmica a través de una columna vertebral de acero basada en una sucesión de cruces, la cual se desplazará con todo el edificio durante un sismo para volver enseguida a su sitio. "El ingeniero Heberto Castillo, con quien trabajé muchos años, decía que los elementos estructurales de un edificio no deben estar de flojos, sin hacer nada, hay que ponerlos a trabajar y hacerlos flaquitos, no gorditos, para que no pesen mucho", expuso Romano.

Supervisan obras La historia de la arquitectura mexicana siempre ha incorporado experiencia tectónica, porque la naturaleza geológica del subsuelo del Valle de México es sísmica, comentó el arquitecto Benjamín Romano. Esa experiencia se refleja en el Reglamento de Construcciones del DF, referencia internacional de la arquitectura y la ingeniería, que ha evolucionado a partir de las lecciones de los terremotos, con revisiones hechas por expertos como David Serur o Heberto Castillo. "El reglamento era inferior en 1985, ahora existen figuras que no había entonces, encargadas de ver por el cumplimiento de una serie de normas técnicas", anotó Romano.

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El reglamento exige aspectos y pruebas para acreditar los estudios sísmicos, la frecuencia del edificio, el desplazamiento de los muros y los entrepisos, entre otras. Hora de publicación: 00:00 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=643536&md5=d82b4caf11427f0d67db34a57fa13017&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCVpSozk Follow us: @reformacom on Twitter

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Advierten rezago en monitoreo sísmico

Xyoli Pérez Campos, jefa del SSN, destacó que en Michoacán, donde se originó el temblor de 1985, siguen faltando estaciones de monitoreo sísmico. Foto: Archivo

Diana Saavedra Cd. de México (19 septiembre 2015).- El Servicio Sismológico tiene hoy en todo el país 165 estaciones sísmicas y acceso directo a 25 estaciones de GPS. Si se suman los equipos de otros grupos que tienen este tipo de señales, en el País se llega a 100 estaciones de GPS. Sin embargo, en Estados Unidos, sólo el estado de California tiene 400 estaciones sísmicas y 200 de GPS, mientras que Japón tiene mil 200 estaciones en su territorio, las cuales están vastamente equipadas, dijo Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional. De ahí que el Servicio se ha planteado el reto de homogeneizar el monitoreo sísmico, para lo cual está buscando recursos para adquirir nuevos equipos. "En los últimos dos años hemos aumentado ocho estaciones, principalmente en el norte, y este año sumamos dos más en el Estado de Guerrero y tenemos un plan de crecimiento", comentó la especialista. Varios de los nuevos equipos sísmicos se han llevado a la zona Norte del País, por lo que se ha comenzado a registrar de forma constante la actividad en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes, precisó.

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A 30 años del sismo de 1985, Michoacán -sitio donde se originó el movimiento de 8.1 grados- sigue siendo un Estado crítico para el que se requiere mejorar el monitoreo sísmico, reconoció Pérez Campos. Pese a ser el sitio de origen del sismo de 1985, en ese Estado hacen falta más estaciones de monitoreo. "Si ahorita vemos de Jalisco a Chiapas, donde hacen falta más estaciones (sísmicas) es en Michoacán", admitió la investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM. Las cifras oficiales indican que, debido al movimiento telúrico de hace tres décadas, hubo al menos 6 mil fallecidos y pérdidas económicas que superan los 4 mil 100 millones de dólares. Hora de publicación: 00:00 hrs. Leer más: http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/articulo/default.aspx?id=646041&md5=8fa2a3abbcd21bdbd03e364cb4c19ea3&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe#ixzz3mCXsxYBr Follow us: @reformacom on Twitter

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Nueve horas bajo los escombros Seguir a @MariaLuisaVivas

María Luisa Vivas

18 de septiembre de 2015

Reportaje Especial

Los escombros del hotel Regis después del terremoto de 1985.

Foto: Guillermo Aldana

MÉXICO, D.F. (apro).- Un terremoto de 8.1 grados en escala de Richter sorprendió a los habitantes

de esta ciudad la mañana del 19 de septiembre de 1985. Miles murieron, 3 mil 192, según la

estimación oficial; alrededor de 40 mil, fijó el Servicio Sismológico Nacional (SSN).

Unos 4 mil heridos fueron rescatados de entre los escombros, de acuerdo con esta última fuente, en un

hecho donde la energía liberada del terremoto fue equivalente a mil 114 bombas atómicas de 20

kilotones cada una.

Alrededor de 30 mil viviendas quedaron completamente destruidas, otras 68 mil quedaron dañadas,

400 edificios colapsaron y un millón 200 mil quedaron sin energía eléctrica. La ciudad estuvo

semanas incomunicada por los daños que sufrieron los servicios de teléfono, telégrafo y correo,

también la televisión.

A 30 años, la tragedia permanece en la memoria colectiva e individual de quienes la sufrieron en

carne propia.

Estos son algunos testimonios que ilustran lo que miles vivieron aquel 19 de septiembre, poco

después de amanecer, a las 7:19 horas.

Alfonso Castro es fundador del conjunto habitacional Tlatelolco, y él vivía en un edificio que da a la

avenida Ricardo Flores Magón. Recuerda que ese día estaba en su cama con su hijo de dos años y su

esposa Rosy, quien estaba embarazada. Veían el noticiero de Guillermo Ochoa, Hoy Mismo, cuando

la conductora Lourdes Ramos comentó: “Está temblando”.

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Luego se fue la señal, pero cuando terminó el movimiento, ambos se prepararon para ir a trabajar.

Ella trabajaba en Bancrecer y las oficinas estaban en el Hotel de México, hoy WTC.

“Yo la llevaba diario, y a Poncho (su hijo) lo pasamos a dejar aquí a la guardería (que aún está frente

a la unidad). No nos lo querían recibir porque decían que no tenían gas ni electricidad ni nada pero les

iban a dar sándwiches y jugos y entonces lo dejamos”, recuerda.

Fue cuando él y su esposa iniciaron el camino hacia la colonia Nápoles que dimensionaron lo que

había ocurrido. Observaron los edificios colapsados del Centro Médico, ubicado sobre la avenida

Cuauhtémoc, y vieron otro edificio desplomarse cuando pasaban por ahí.

Como pudo, él llegó hasta el trabajo de su esposa sólo para que le dijeran que las labores se habían

suspendido. Regresaron a Tlatelolco, y el señor Castro prendió su radio y escuchó a Jacobo

Zabludovsky decir que el edificio Nuevo León se había caído. Su mamá vivía en el edificio de al

lado, el Yucatán, y colindaba justamente con el módulo que había colapsado.

“Exactamente a esa hora mi hermana llevaba a sus hijos a la escuela y se iba con mi mamá. Cuando

dijeron eso me fui corriendo hacia allá. Entré exactamente a la mitad, entre Flores Magón y Manuel

González, bajé el puente, pero yo veía todo normal. Seguí caminando, cuando llegué había mucho

polvo y un claro en donde estaba el módulo que se cayó que era el norte.

“Vi todo el desastre que había y entre piedras y todo me fui al Yucatán, llegué, le toqué a mi mamá y

no había nadie. Me bajé y caminé por el Nuevo León y empecé a preguntar a la gente pero nadie la

había visto, me desesperé y me regresé a mi casa”, relata.

Su preocupación se desvaneció temporalmente cuando un vecino, cuyos hijos vivían en un edificio en

la colonia Guerrero, llegó a pedirle ayuda. El edificio era nuevo pero sucumbió al temblor. Lograron

sacarlos.

Cuando regresó a su departamento, otra vecina llegó a pedirle ayuda pues su hija, sus nietos y su

yerno vivían en el módulo del edificio Nuevo León, que se había caído.

Con lo que tuvieron a mano, empezaron a escarbar entre los escombros, trabajaron día y noche.

“Vimos al tenor Plácido Domingo (cuatro familiares vivían y murieron en el edificio Nuevo León), a

mucha gente, pero todos uno solo. Como se podía se sacaban piedras, tramos de varilla, el chiste era

buscar sobrevivientes y sí había”.

La mayoría ayudaba pero algunos, dice, sólo fueron a saquear. La gente debió organizarse en brigadas

para ahuyentar a los ladrones.

Durante cuatro días Alfonso tuvo la incertidumbre de si su madre estaría entre los escombros. Pasado

ese tiempo supo que se había ido con su hermana. “Afortunadamente por cinco minutos que se tardó

mi hermana, no la agarró el desplome del Nuevo León”, relata.

Según los cálculos que hizo el gobierno, fueron 200 personas las que murieron en el edificio Nuevo

León, pero Castro cree que fueron muchos más. Eran alrededor de 104 departamentos y, por la hora,

la mayoría aún estaba ahí.

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Muchos lograron sobrevivir, aunque hubo casos en que niños quedaron huérfanos. Fue el caso de

Vianey, Angélica, Luz María, Érica y José Cruz Palacios, cuyos padres murieron sepultados entre los

escombros del edificio Nuevo León.

Su caso fue tomado por una fundación estadunidense creada por Janet Rogozinski y Constance Gavin,

en aquel entonces esposa del embajador de Estados Unidos en México, Jon Gavin. Como habían

quedado huérfanos, los hermanos querían buscarles una familia adoptiva en el vecino país y, aunque

hubo interesados en adoptarlos, su tío, quien se quedó a cargo de ellos, se negó porque le habían

prometido que obtendría una casa con los fondos donados por Plácido Domingo.

Así fue, como muchos damnificados de Tlatelolco, obtuvieron una casa en la colonia Chinampac de

Juárez, Iztapalapa. Apro buscó a la familia en la dirección exacta proporcionada por Rogozinski.

Nadie abrió pero una vecina contó que hace más 10 años el tío de los huérfanos vendió la casa y

nunca volvieron a saber de ellos.

El testimonio de Yadira y Oralia

Yadira y Oralia González Bravo perdieron a su mamá, su hermano y su tía en el temblor. Yadira tenía

11 años, pasó nueve horas bajo escombros que le provocaron lesiones por compresión grave en su

mano y pie. Oralia escapó sin heridas físicas. Ellas sí recibieron ayuda de la fundación creada por

Rogozinski y Gavin.

Yadira fue operada en México pero fue enviada a evaluación en UCLA con el doctor William

Oppenheim, quien le dio más tratamiento para su pierna. Después ella y su hermana recibieron becas

para estudiar en la Ciudad de México. Ambas quedaron al cuidado de su abuela, quien falleció hace

unos días, también en septiembre.

Algunos de los edificios emblemáticos que cayeron en el terremoto, además del Nuevo León, de

Tlatelolco, fueron: El Hospital General de México, Hospital Juárez, Centro Médico Nacional del

IMSS, tres edificios del Multifamiliar Juárez, el popular café Súper Leche, los hoteles Regis y del

Prado.

También el edificio de las costureras de San Antonio Abad; edificios gubernamentales como los de

las secretarías de Comercio y Fomento Industrial y la de Comunicaciones y Transportes, así como

instituciones académicas como el Conalep Centro Histórico.

Más historias y una recopilación de imágenes del terremoto que sacudió y movilizó a los habitantes

de la ciudad de México se encuentran en un número especial de Proceso, el 51, ya en circulación.

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Eran las 7:19 de la mañana del 19 de septiembre de 1985 cuando un terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter sacudió a la Ciudad de México. Miles de

edificios habitacionales y de oficinas se desplomaron, sepultando entre los

escombros a niños y adolescentes, adultos y ancianos. La ciudad quedó herida, incomunicada; impávidos, los gobiernos local y federal no supieron cómo actuar

durante las primeras horas. Y así, entre polvo y gritos de dolor e indignación, llegó la noche de ese aciago día, la más larga y oscura. Las manecillas de los

relojes dejaron de marcar el tiempo. Y fue en ese interregno cuando la población salió a las calles, comenzó a organizar los rescates de los heridos, a buscar a los

desaparecidos, a desenterrar cuerpos. Ese mes de septiembre, cuando el luto ensombreció los hogares mexicanos, cuando desaparecieron lugares

emblemáticos -el memorable hotel Regis, el edificio Nuevo León, en Tlatelolco, los hospitales Juárez y General, por citar algunos-, nacieron también nuevos

héroes: el topo Marcos Efrén Zariñana Guadarrama, La Pulga, el doctor Cuauhtémoc Abarca Chávez, la sindicalista Evangelina Corona, los llamdados

"niños milagro". Ese mes, debe subrayarse, la sociedad civil se movilizó como nunca antes y ayudó a levantar la Ciudad de México, su ciudad. Proceso dedica

su edición especial número 51 a esa trágica efeméride a 30 años de distancia. El

material recupera varios reportajes publicados las semanas posteriores al terremoto, e incluye nuevos ensayos, crónicas, testimonios y abundantes

imágenes de la ciudad herida, algunas de ellas inéditas, tomadas por el fotógrafo Guillermo Aldana.

El terremoto de 1985 sacudió a la

ingeniería estructural mexicana Por Arturo Sánchez Jiménez

vie, 18 sep 2015 15:16

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México, DF. Los principales riesgos para la población en México son el Volcán de Colima y el

Popocatépetl, los sismos, los huracanes y las inundaciones, y fenómenos como el mar de fondo, de

acuerdo con el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente.

Luego de inaugurar el Congreso Nacional de Sismología, que se lleva a cabo en la UNAM, Puente agregó

que casi todo el país cuenta ya con atlas de riesgos y sólo tres entidades están pendientes, aunque no

precisó cuáles.

El funcionario federal indicó que todos los estados reciben a diario información de Protección Civil

Nacional y que hay 14 mil 700 refugios en el país para que sean usados por la población en caso de

emergencia.

Sabemos que en algún momento dado puede haber un sismo y tenemos que estar preparados. El mundo ha

cambiado en 30 años y México también; lo más importante es que hoy tenemos una sociedad más

consciente, señaló Puente.

Recordó que el simulacro que se realizará el próximo sábado a las 11:30 horas en varias entidades del país

tiene como fin ampliar la capacidad de conciencia entre jóvenes, niños y adultos respecto a lo que

representa un sismo.

Funcionarios y académicos consideraron en el congreso que el sismo que se vivió en la ciudad de México

en 1985 representó un cambio en la manera en la que la ingeniería estructural se desarrollaba en México.

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Adalberto Noyola, director del Instituto de Ingeniería de la UNAM, sostuvo que el sismo de 1985

fue una llamada de atención brutal acerca de lo mucho que faltaba entender sobre los terremotos. Arturo

Iglesias Mendoza, titular del Instituto de Geofísica, mencionó que este acontecimiento marcó a varias

generaciones. Desde entonces, la situación ha cambiado notablemente y hoy se otorga mayor peso a

protección civil en los entes del gobierno.

Fausto Lugo, secretario de Protección Civil del DF, indicó que en el simulacro del pasado sábado 12 de

septiembre fallaron 328 altavoces de los 8 mil 200 instalados en la ciudad para emitir la alarma sísmica,

pero precisó que el objetivo era justamente eso, hacer una prueba para resolver los problemas que se

presentaran y que el próximo sábado la alarma suene en todos los lugares.

El congreso se lleva a cabo en el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM y concluye el sábado.

Está dirigido a profesionales vinculados con el tema, la industria de la construcción, seguridad sísmica y

diseño estructural, protección civil, prevención de desastres y mitigación de riesgos, tanto de instituciones

y organismos como de los sectores público, privado y social.

Tienen estados del centro la normatividad más actualizada

Durante el primer día de las jornadas académicas que organizó la Universidad del Claustro de Sor Juana

para rememorar los 30 años del devastador terremoto de México en 1985, Hugo Hernández Barrios,

académico de la FES Acatlán-UNAM y profesor investigador de la Facultad de Ingeniería Civil en la

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, señaló que hay estados que no tienen normatividad

de construcción vigente.

“Están usando la de 1987 y eso pone en riesgo a sus ciudadanos. Por el contrario, hay entidades que están

más actualizadas, principalmente las que están alrededor del DF: Morelos, Tlaxcala, Puebla.

Los daños estructurales más comunes que se registraron en el 85 fue por errores de diseño y mala calidad

de materiales.

(Cesar Arellano García)

Jesús Villaseca y los sismos de 1985 /

Luis Hernández Navarro

Hay fechas que marcan una generación y un país. Los sismos de 1985 son una de ellas. Para los habitantes

de la ciudad de México hay un antes y un después de ese terremoto.

Ese 19 de septiembre y durante un mes más, Jesús Villaseca, joven fotoperiodista, retrató como muy

pocos lo hicieron, la catástrofe de una ciudad conmocionada, el dolor y la tragedia de las víctimas, la

generosidad y solidaridad ciudadana, el pasmo y la incapacidad de las autoridades gubernamentales.

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En 1985 Jesús Villaseca trabajaba en el Novedades de fotógrafo de sociales. Estaba unido a ese diario

por lazos profundos. Desde los seis años de edad acompañó a su padre a su trabajo en ese periódico. Ya

entrada la noche, a un costado de las rotativas, su jefe le tendía una improvisada cama de cartón con las

tapas de los rollos de papel, y él se acostaba en ella y miraba cómo trabajaban las máquinas, hasta que el

arrullo de las planas de papel imprimiéndose lo dormían.

En 1982, con la secundaria terminada y sin expectativas de hacer la preparatoria, Villaseca estudió

fotografía. Entró a chambear a Novedades en 1983, primero de laboratorista y luego, un año más tarde, de

fotoperiodista.

Su amor por la fotografía venía de lejos. Era un chamaco cuando su papá lo llevó por primera vez a

conocer el cuarto oscuro donde los fotorreporteros revelaban sus rollos. Él quedó deslumbrado con los

focos rojos, y el misterio de ver cómo en un pedazo de papel blanco aparecían las imágenes de personas.

Su fascinación por el oficio se alimentó del encuentro con los fotógrafos del diario, que vestidos con sus

chalecos y la cámara al hombro, contaban las más increíbles aventuras de su profesión. En el imaginario

de Jesús, ellos eran en una especie de superhéroes de carne y hueso. Hasta que, con el paso del tiempo,

nada más salir de un periodo confuso y turbulento en su vida, él quiso ser uno de ellos.

A las seis de la mañana de cada día hábil, a bordo de un viejo Volkswagen, Villaseca llevaba a su esposa a

su empleo, en la guardería de la Torre de Pemex, y de allí se dirigía al periódico, donde entregaba y

revelaba las fotos tomadas el día anterior. El 19 de septiembre de 1985 no fue la excepción. El tenía

entonces 21 años.

Ese día, estaba ya muy cerca de las oficinas de Novedades cuando a las 7:19 su rutina cambió. Circulaba

sobre avenida Juárez y su vocho comenzó a sacudirse fuertemente. Villaseca se agarró al volante para no

perder el control del vehículo y siguió adelante hasta doblar en la calle de Balderas. Más adelante frenó y

se estacionó.

En pleno terremoto, Villaseca sacó una cámara fotográfica Mamilla de formato medio y disparó 10 placas.

Con dificultades, con el piso moviéndose aún, cambió el rollo y siguió capturando imágenes del desastre.

A su alrededor todo era caos. Un enorme anuncio de Mexicana de Aviación colocado en un edificio

pintado de rosa se cayó. Al llegar a la estación del Metro Juárez la polvareda le impidió ver más allá de un

metro. De repente observó cómo una de las torres de Televisa se venía abajo.

Escuchó entonces un ruido como de una paletada de tierra en su oído. El hotel Romano se derrumbó. De

inmediato fue hasta allí, para encontrarse a una mujer consciente, con bolsas del mandado llenas

periódicos y revistas, que tenía sus extremidades inferiores aplastadas por una enorme losa, mientras

imploraba la sacaran de allí. En frío, sin anestesia, con una sierra, los socorristas tuvieron que amputarle

los pies para librarla de su trampa. No resistió. A bordo de una ambulancia falleció. La escena invadió a

Villaseca y se convirtió en una pesadilla que lo visitaba todas las noches.

Sin película, fue a sus oficinas y, burlando la vigilancia policiaca que impedía entrar al edificio, dejó los

dos carretes con sus fotos, agarró una cámara Nikon, y se llevó 100 rollos de blanco y negro y otros 10 de

color, para 36 placas cada uno. De inmediato se lanzó nuevamente a la calle a capturar imágenes.

Esa mañana recorrió todo lo que pudo. Como sabía el significado de las claves a través de las cuales los

policías se comunicaban entre sí, se acercó a ellos para enterarse de los puntos claves de la tragedia.

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Y hacia a ellos se dirigió. Le impactaron profundamente los escombros del hotel Regis y del edificio

Nuevo León, en Tlaltelolco.

En su viaje a las tinieblas se encontró con escenas desgarradoras, como la del Parque del Seguro Social,

convertido en un macabro anfiteatro con cientos de cadáveres depositados en la cancha, con bolsas de

hielo en el rostro, a la espera de algún familiar que los identificara. Durante horas, miles de personas

hacían cola para entrar a la improvisada agencia funeraria a buscar a sus desaparecidos entre los cuerpos

sin vida y sin nombre rescatados de los escombros.

Villaseca pudo enfrentar el desafío de documentar una ciudad colapsada gracias a que fue hijo del barrio

bravo, chavo banda, atrabancado, rebelde, educado en la costumbre de enfrentar los peligros de la

inseguridad. El riesgo siempre había sido parte de su vida cotidiana. Esa formación inicial en la

adversidad le dio el temple para sortear una situación dramáticamente difícil.

A partir de los terremotos de 1985, Jesús se convirtió en una persona diferente. La sacudida le hizo

preguntarse: ¿quién diablos soy? Y su respuesta fue radical. De la indolencia pasó a la sensibilidad.

Comenzó a pesarle el dolor de los otros. En las calles, encontró que el 19 y 20 de septiembre no tembló

igual para todos.

Crónica excepcional a través de la imagen, su libro Memoria viva: a 30 años del terremoto de 1985 es una

herramienta privilegiada para no olvidar tanto lo sucedido entonces como lo que pasó después como

producto de los sismos. Es, también, un testimonio gráfico que rinde homenaje a los 10 mil muertos y

desaparecidos, a los 100 mil heridos, y a la multitud de socorristas y ciudadanos solidarios que

protagonizaron una epopeya cívica. Es, finalmente, y gracias al oficio magistral de Villaseca, un relato

vivo que llama a reflexionar sobre la ciudad que queremos.

Twitter: @lhan55

La solidaridad de la gente remplazó la

inmovilidad del gobierno Por Arturo García Hernández

vie, 18 sep 2015 16:56

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Cartón de Rocha

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Portada de La Jornada el 19 de septiembre de 1985

La mañana del 19 de septiembre de 1985, de la tragedia surgió algo más poderoso que el miedo y el

asombro: la solidaridad. En una respuesta espontánea y conmovedora ante la emergencia, miles de

personas salieron de sus casas y acudieron a las distintas zonas de la Ciudad de México afectadas por el

terremoto, con un solo propósito: ayudar en lo que se pudiera.

Mientras las autoridades civiles se tardaban en reaccionar y el ejército se limitaba a acordonar los

inmuebles colapsados con el único propósito de inhibir el posible saqueo, la población tomó en sus manos

la acción más urgente para ese momento: sacar a los sobrevivientes de entre los escombros.

Como una respuesta de vida ante la magnitud de la catástrofe y ante la inoperancia gubernamental, unos

se improvisaron como rescatistas, otros se encargaron de trasladar a los heridos para su atención o llevar a

los muertos a los anfiteatros para su identificación e inhumación; amas de casa llevaban de comer y beber

a los rescatistas o se trasladaban a los campamentos para preparar ahí los alimentos; unos más

proporcionaban primeros auxilios a los heridos y otros ofrecían espacio en sus casas o simplemente

consuelo --lo cual no era poca cosa en esa circunstancia-- a los damnificados y a los familiares de las

víctimas.

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Esta reacción fue una de las grandes lecciones del terremoto. Así lo describió el escritor Carlos

Monsiváis en su crónica de esos días, incluida en el libro Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se

organiza (Ediciones Era): “Gracias a esta gran vivencia comunitaria una fuerza desconocida (por

inesperada) desplegó las enormes recompensas de toda índole que aporta el trabajo colectivo”.

Al día siguiente del terremoto, en la portada de La Jornada, un cartón del caricaturista Rocha hacía

reconocimiento de esa solidaridad. Treinta años después, el propio Rocha evoca la experiencia con el

cartón que antecede a este texto. ¿Cuánto queda hoy de esa lección, de esa extraordinaria respuesta social

ante la tragedia?

Gestión documental, una necesidad para

México; afirman expertos Por Juan Carlos Miranda

México, DF. Pese a contar con un “extraordinario patrimonio documental” cuyos orígenes datan de 1790,

cuando se estableció en la Nueva España el primer archivo general para reunir en un solo lugar la

documentación concerniente al Virreinato, la situación actual de los archivos en México es un “auténtico

desastre”, sostuvo la directora general del Archivo General de la Nación (AGN), Mercedes de Vega.

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Al inaugurar el seminario México pierde información: hacia una política de gestión documental,

celebrado en las instalaciones del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la funcionaria

destacó en que si bien el país cuenta con leyes que obligan a los tres órdenes de gobierno a llevar un

manejo eficiente de sus archivos, el 50 por ciento de las entidades y dependencias del país no cuentan con

un sistema de control y gestión documental.

“Referirse a los archivos mexicanos en cifras obliga, si se quiere ser honesto y eludir los eufemismos, a

hablar sin tapujos del drama nacional que viven los archivos. Y si bien pude haber titulado la

presentación Las condiciones presentes de los archivos, ello es imposible cuando se trata de un autentico

desastre”, comentó.

El Director General de la Escuela Mexicana de Archivos, Ramón Aguilera Murgía, explicó que en muchas

unidades administrativas no existen verdaderos archivos de trámite sino una acumulación de carpetas

inmensas, integradas por documentos guardados juntos sin importar su origen y contenido, lo mismo se

trate de carpetas de correspondencia de entrada y salida, que de formas de autorización del mando

superior o acuerdo al origen del área que manden el documento, etcétera.

“Es una acumulación de documentos apilados en carpetas que no tienen ningún principio de orden

archivístico, los cuales después de unos años de haber sido usado se canalizan a bodegas intermedias, o en

el mejor de los casos a los archivos de concentración. Después de algunos años es muy difícil encontrar

una información, a menos que la revisemos carpeta por carpeta”.

Durante la inauguración del seminario el director general del CIDE, Sergio López Ayllón, enfatizó que el

país enfrenta el reto de articular 7 políticas que convergen en un mismo proceso de diseño

implementación regulación: Ley de Acceso a la Información, de Transparencia y Acceso a la Información,

de Gobierno Digital, de Gobierno Abierto, de Archivos en Gestión Documental, el Sistema Nacional De

Información y la reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología con el acceso abierto a los recursos de

formación científica, tecnológica y de innovación. Aguilera Murgía abundó que el primer elemento que

explica la perdida de documentos públicos es el factor humano, pues la apatía, la negligencia y el

desconocimiento del tema archivistico de los mandos superiores es frecuente.

“Desde el planteamiento de las normas jurídicas hasta su implementación encontramos el desinterés por

darle el lugar que merece en la organización y la conservación de la memoria corporativa, entendiendo

que el archivo es el CPU de la administración publica”, comentó.

Agregó que de 20 portales de obligaciones de transparencia correspondientes a dependencias federales el

75 por ciento (es decir 15) tienen asignadas sus coordinaciones de archivos al área de recursos materiales

y en general sus coordinaciones de archivo están en manos de un funcionario que no tienen que ver

directamente con los archivos.

Aunque en la reforma a la Ley de Transparencia se impulsó la obligación para que los sujetos obligados

elaboraran “instrumentos de control y consulta”, ésto se ha limitado al llenado de unos formatos y su

respectiva presentación en los portales de transparencia, lamentó Aguilera Murgía. “Se ha olvidado lo más

importante, la calidad de la información que se presenta”. La directora general del Archivo General de la

Nación sostuvo que el nuevo concepto de gobernanza, como una manera de gobernar comprometida con

el desarrollo de México resulta inviable si no hay el convencimiento de recurrir a los archivos,

modernizarlos, profesionalizarlos, ordenarlos, administrarlos y aprovecharlos para el mejor desempeño

de las instituciones en beneficio de la sociedad.

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¿Dónde está la sociedad civil?

Enrique Krauze

13 Sep. 2015

No me encontraba en México aquella mañana terrible de 1985. Estaba en un congreso en Washington. No sé cómo pude comunicarme con mi esposa y comprobar que los hijos y la familia estaban a salvo. Mi amigo Jorge Hernández Campos no fue tan afortunado: lloraba desconsoladamente en una cama de hotel porque alguien le comentó que su edificio en la Plaza Río de Janeiro se había derrumbado. No fue así. El edificio quedó inservible, pero su mujer e hijas se salvaron. Tardaría un día en saberlo. Sufrió una eternidad. De vuelta recorrí con mi hijo León la ciudad en ruinas: el cruce de Monterrey e Insurgentes, la Avenida Juárez, la Roma, la Condesa. Edificios ligados a la infancia, icónicos, académicos, multifamiliares, todos derrumbados por el hachazo asesino de la naturaleza. Nos detuvimos largamente en Tlatelolco. Lloré como tantos otros, recordando espontáneamente esa otra destrucción que siglos atrás había inspirado al poeta mexica: Llorad, amigos míos, tened entendido que con estos hechos hemos perdido la nación mexicana. Pero muy pronto advertí que por todas partes, en cientos o miles de actos heroicos, aparecía el milagro de la fraternidad. Aunque el gobierno -como de costumbre- reaccionaba tarde, reaccionaba mal o no reaccionaba, la sociedad civil (que esos días comenzó a llamarse así) encontró su vocación. Ella sí reaccionaba. ¿Quién no admiró las hazañas de los "topos"? ¿Quién no se conmovió frente a Plácido Domingo, removiendo escombros en Tlatelolco? Días más tarde publiqué una crónica de los hechos. Transcribo la parte dedicada a los jóvenes: Desde los primeros momentos las calles se llenaron de preparatorianos, boy scouts, universitarios de todas las clases, que espontáneamente organizaron brigadas de salvamento de las víctimas y de apoyo a los damnificados. Miles ... se arriesgaban entre las ruinas para lograr lo que se volvió voz común: "sacar gente". Cientos de automóviles ostentando una cruz o una bandera roja cruzaron la ciudad en un hormigueo incesante. Una imagen las contiene a todas: en algún lugar de Tlatelolco, un muchacho de escasos quince o dieciséis años encabeza el rescate. Lo obedecen todos: policías, militares, brigadistas. Porque sabe que la tragedia rebasa las posibilidades de esta o aquella autoridad, y porque intuye la lentitud de la reacción oficial, nace un líder natural.

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Los estudiantes desplegaron una auténtica cruzada de acopio y distribución de bienes, información y servicios. A las universidades privadas y, en menor medida, públicas llegaron agua, ropa, alimentos, mantas, medicinas, camas, juguetes, agua, mamilas, escobas, jeringas. En sus instalaciones se organizó de inmediato un sistema de información que cotejaba los recursos con las necesidades. Mientras en las cocinas se preparaban las comidas y en los almacenes se reservaban los productos que no era preciso distribuir de inmediato, miles de brigadistas salían a la calle -a los albergues, las colonias, las aceras, los parques, los edificios en ruinas- para distribuir bienes perecederos y necesarios. La operación en todas las universidades estatales y privadas estaba en manos de los alumnos. Hubo selección de víveres, verificación de necesidades, servicios de telecomunicación, cruce de información para evitar -a menudo inútilmente- duplicidad, envíos con recibo para dar transparencia a la operación, el censo y la organización interna en los albergues. De inmediato también se discurrieron los servicios más variados: desde el peritaje de edificios hasta la fotografía de cadáveres para su posterior identificación. Hasta aquí la crónica. Nótese que la sociedad civil que irrumpió en 1985 no fue puramente contestataria: advirtió el vacío de autoridad y se organizó autónomamente, en miles de iniciativas prácticas, para llenar ese vacío y servir al prójimo. Nunca se supo la cifra real de muertos. A treinta años de la tragedia, el mejor homenaje que podemos rendirles es el renacimiento de la sociedad civil. Un terremoto más prolongado y acaso más letal diezma nuestro país desde hace quince años o más: el del crimen organizado. Otros temblores lo acompañan y replican: la corrupción, la impunidad, la inseguridad cotidiana. Son hachazos de maldad humana que lastiman, humillan y avergüenzan a los mexicanos de bien (la inmensa mayoría). ¿Cuándo veremos aparecer a los jóvenes organizando a la sociedad civil de hoy, "sacando gente" de las ruinas de la injusticia, tomando la operación del país en sus manos? www.enriquekrauze.com.mx

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18 de Septiembre de 2015

ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

CDMX: El lugar donde sí se puede

Agustín Lara, nativo del capitalino barrio de "La Lagunilla" , decidió "haber nacido" en

Tlacotalpan y, ni tardo ni perezoso, un recordado gobernador, lo habilitó, con todo y calle

principal, al lado de otros inmortales, como Gonzalo Aguirre Beltrán y Guillermo Cházaro

Lagos.

El primero, usted sabe, fue propulsor de la política educativa e indigenista mexicana, y el

segundo, una gloria vernácula, autor de "Los cantos del Papaloapan", las décimas más

sentidas y rigurosamente académicas, dedicadas por alguien a la belleza de su tierra.

Muchos "académicos" gazmoños y sofisticados se sintieron heridos en su orgullo

retardatario por la decisión de Lara, porque en el fondo, era un reclame al sustrato de sus

tesis inmovilistas, de su pensamiento conservador y de sus designios religiosos y creencias

deterministas.

Como ahora que, aunque se opongan a que algo amenace al reino de la partidocracia, el 62

% de los mexicanos, acaba de apoyar la posibilidad real de las candidaturas

independientes, a contrapelo de los retrecheros inmovilistas.

Sin embargo, todo el país festejó la decisión de Lara, acerca de adoptar a Tlacotalpan

como su cuna, aunque supieran la verdad. Era tan grande su fama y su genio, que

cualquier ciudad de las consagradas en su "Suite española", se hubiera peleado por ser

escogida como cuna del "Flaco de Oro".

Madrid, Granada, Valencia, Murcia, Toledo, hubieran "dado un brazo" por ser elegidas.

Inmortalizó el barrio de Lavapiés --donde tiene una estatua majestuosa--, el bar de

"Chicote" y la Gran Vía de tal modo que el alcalde Enrique Tierno Galván, el más querido

de los de la antigua Villa del Oso y el Madroño, era su admirador entrañable.

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En el sepelio del filósofo y catedrático de la Complutense Enrique Tierno Galván,

gloria del republicanismo de avanzada, al que asistieron casi un millón de madrileños que

atestaron La Castellana rumbo al panteón, se tocó pura música española de Agustín Lara.

Como su réquiem, "Madrid".

Y eso que la hermosa calzada de La Castellana, que atraviesa la capital española, desde

más allá del barrio de Chamartín, hasta la majestuosa estatua de la Cibeles y del edificio

secular de Comunicaciones...

... quiso ser bautizada por Franco y sus exegetas con el nombre de "José Antonio",

recordando al sanguinario fascista-falangista Primo de Rivera , todo porque el dictador,

que también quería ponerle su nombre a La Gran Vía, motivado por sus desplantes

retorcidos, quería reposar con su brazo armado, por toda la eternidad.

Sin el "veracruzano" Lara, no existiría la identidad jarocha

Lara había compuesto todo un repertorio de hermosas canciones españolas, con un sabor

tan castizo, y una descripción geográfica y de costumbres, giros idiomáticos, olores y

sabores, sólo propia de un genio musical como era él...

... que, además, lo hizo sin conocer ese país, hasta que los comerciantes peninsulares

radicados en México, y hasta los criollos, le ofrecieron una serie de homenajes en el Club

Asturiano de las calles de Orizaba y Puebla. en la colonia Roma de la ciudad de México...

... y lo sorprendieron con sus boletos de avión a España. Hasta entonces, varios años

después de sus sonados éxitos --que hasta la fecha dan marco a la fiesta taurina-- conoció

el país objeto de sus melodías. El mejor pasodoble es de su inspiración, dedicado a su

compadre, Silverio Pérez.

Además, "tocó " con su genio, los jardines valencianos , los balcones de Toledo, las rosas

de Murcia y la belleza granadina, llevada a la exaltación en un canto andaluz de altísimos

registros, interpretado en todos los idiomas por los tenores y barítonos de mayor prestigio,

sonata sinfónica que le ha dado la vuelta varias veces al mundo, exaltando al compositor.

Por si esto fuera poco, sin las canciones de Lara, dedicadas a la belleza secular de los

jirones y de la mujer veracruzana, posiblemente no existiera esa argamasa que une la

proverbial identidad jarocha. No se entendería Veracruz, si Lara no "fuera" de

Tlacotalpan.

Y en '85 surgió la fuerza y la capacidad de los vulnerables

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Los "grandes" tienen todos los derechos. Por eso lo son. Hasta para escoger dónde

nacer, bueno, hasta de decir mentiras, mientras encuentran sus verdades que hacen

evolucionar al mundo. Esto, que defendió Abel Quezada en Para los hombres verdes, lo

venimos a aceptar y legislar, 50 años después.

Luego de las violentas sacudidas del terremoto del 19 de septiembre de 1985, que dejó una

estela de más de decenas de miles de muertos en la capital mexicana y cuando el país, sus

organizaciones emergentes y los damnificados, fueron despreciados e ignorados en sus

necesidades por los políticos tradicionales y sus desfasadas y soberbias actitudes, surgió la

fuerza y la capacidad de los vulnerables.

El Estado, insensible y represor, autoritario, tuvo que aceptar que las cosas, los

procedimientos, los modos, las maneras y hasta la Constitución debía reconocer el

incontenible giro que había dado la condición política, económica y social de la población.

A regañadientes, los gerifaltes en turno, encabezados por el "hombre gris" De la Madrid y

el ya incipiente salinato encabezado por el hispano-franco-argelino José María Córdoba

Montoya, tuvieron que aceptar que "la muy noble y leal Ciudad de México" se diera su

propio régimen político, que al menos permitiera elegir a su gobernante.

Desplazando la figura del "Regente", un pobre Jefe de Departamento, que según la figura

del colonizador, era sólo el encargado de cuidar la plaza y transmitirla, mientras llegaba a

la madurez el heredero.

El "Regente", que era normalmente el empleado más tozudo del régimen, el que tenía que

atender todos los problemas que rebotaban en la Capital, mientras los querubines del

gabinete se enseñaban con sus desafíos de politicastros.

Hasta le mandaban más problemas. Lo atosigaban con tal cantidad de chambas y

manifestaciones, que le hacían imposible salir airoso y poder pretender la mano de "Doña

Leonor", disputándola al de antemano elegido por el "gran dedo" presidencial.

Cuando Ernesto P. Uruchurtu, el "Regente" que demostró que podía con "el paquete" les

demostró que tenía el empaque para aspirar a distinciones mayores, el propio Presidente

envidioso lo revistió de improperios, haciendo que la voz popular le llamara "Don

Gladiolo".

Haciendo referencia a los reclamos de los afectados por la apertura de la prolongación

hacia el norte del Paseo de la Reforma, misma que al ser terminada fue atestada de

gladiolas en su camellón central, para hermosear la obra, de alguna manera.

Lo menos que decían los presidentes a sus círculos íntimos, para que lo esparcieran como

un chiste popular en las carpas y comederos políticos, era que Uruchurtu bien podría ser

un buen Presidente, "los primeros 18 años”.

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La vida de los "regentes" priístas, durante su encargo, se desenvolvía como un drama.

Negociando con taxistas, ambulantes, precaristas, establecidos de los mercados públicos y

toda la gama de peticionarios y reclamantes de servicios modernos, en una ciudad que

rebasaba su capacidad para albergar más de siete millones de habitantes... y el problema se

complicaba...

... porque, además de ser el guardián y el velador del Zócalo y de los acontecimientos

criminales en el Centro Histórico, debía aguantar las puntillosas críticas cotidianas de los

"heraldos" a sueldo de los poderosos...

... y hasta de "divas" locales, como María Félix, que llegaron a atribuibles que por su

manifiesta incapacidad y falta de olfato físico, no se daban cuenta que el Centro y sus

edificios emblemáticos ¡olían a orines!

Todo un circo. Un monstruo de mil cabezas que reclamaba saciar sus apetitos de mil

maneras, en el ámbito de los voraces hambreadores, de los potentados, de los artistas que

reclamaban seguridad en los teatros , de los líderes populares y de las plumas ofrecidas al

mejor postor, listas para denostar cualquier intento.

Todos, jalando por su lado, tratando de estirar una cobija raída y súper explotada.

La Capital Social y sus programas que replican los estados

Gobernar una ciudad que --parafraseando a De Gaulle, cuando expresó que era muy difícil

gobernar un país con quinientos tipos de quesos-- que llegó a albergar 400 bares con

música viva, cuando corría el dinero, porque no había nacido el fatuo virrey Videgaray.

Era ciertamente imposible, sin cambiar urgentemente. El terremoto devastó ese sistema

político. A partir de la llegada de movimientos de izquierda moderada, todo ese perfil se

transformó. Se demostró que "¡sí se puede!".

Obras culturales y de infraestructura de gran envergadura, sin tener que consultarlas a la

criba de la envidia, una legislación de avanzada que permitió la defensa y la tutela de

madres solteras, población discriminada, adultos mayores con espacio propio, ayuda a los

vulnerables, indigentes, necesitados de techo y escrituras, de quienes no tienen

posibilidades económicas para preservar su estado de salud físico y emocional...

... hasta la protección legal de quienes quieren cambiar de sexo, de asumir otras

preferencias, de alentar el remozamiento de sus entornos, la defensa de la dignidad y de la

integridad, han hecho posible que el país no se haga pedazos en el corazón de su principal

motor ciudadano.

La creación, después de 18 años, de una ciudad ejemplo de la instauración de un Estado

social de Derecho.

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Con un clima de libertades, que poco a poco se va convirtiendo en ejemplo para otra

entidades que han asumido sus programas sociales, le otorga aires frescos al país, sumido

en la parálisis institucional y en el terror de los ñoños a la pobreza a la que sólo hacen

crecer.

Una ciudad, ya reconocida por propios y extraños, como la Capital Social de los

mexicanos, que se erige sobre un concepto del éxito social, muy diferente del que

enarbolan los voraces depredadores que están repantigados en sus covachas de Los Pinos,

y no pueden ni asomarse a la banqueta, poseídos por el miedo a los reclamos de la gente.

Lo siento por los medrosos. Lo festejo en nombre de todos los que anhelan el cambio,

siempre vivificador, de los audaces e inteligentes.

La Capital Social es una realidad, que sólo los insensibles y paletos no pueden ver.

Índice Flamígero: Tanta alharaca por el formato del III Informe de gobierno de Miguel

Ángel Mancera y los representantes de todas las bancadas desaprovecharon la oportunidad

de tener ahí presente a la máxima autoridad política de la capital nacional. Frases sobadas,

huecas, pocas y hasta nulas referencias a la gestión gubernamental… dedicaron los

laaargos 10 minutos que correspondieron a cada uno a temas que sólo interesan a ellos, a

la partidocracia. Mucho hicieron los asistentes, Mancera entre los, en escucharlos. Lástima

de diputados. No saben ni leer.

México aprende del terremoto de 1985

El país mejoró los sistemas de prevención y acción después de la catástrofe de hace 27 años

MARI LUZ PEINADO MÉXICO 22 MAR 2012 - 02:59 CET

Uno de los edificios derrumbados tras el terremoto de 1985. / MANUEL ESCALERA

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Al escuchar los testimonios de algunos habitantes del DF que ayer se vieron sacudidos por el

terremoto, uno puede creer que están describiendo una escena de película en la que se aproxima

una catástrofe de grandes dimensiones: los edificios moviéndose, la tierra temblando, la gente

incapaz de caminar por la calle. Sin embargo, las consecuencias fueron menores – apenas una

decena de heridos sin gravedad y daños materiales sin mucha importancia– y para nada

comparables al terremoto de 1985, que el martes estaba en la cabeza de los mexicanos. Es cierto

que el seísmo fue aproximadamente la mitad de intenso que el de 1985. Pero también que la

ciudad poco tiene que ver con la que era entonces.

México aprendió muchas lecciones de lo que ocurrió hace 27 años que le han servido para

afrontar temblores como el del martes. Después de enfrentarse a miles de muertos, el país tuvo

que reconstruirse y no solo arquitectónicamente. “Aquello fue un parteaguas en muchos

sentidos”, asegura el doctor Arturo Iglesias Mendoza, investigador del Departamento de

Sismología de la UNAM. Entre las cosas que cambiaron está uno de sus objetos de estudio: los

códigos de construcción.

Una de las imágenes más impactantes del terremoto del martes fue la de los edificios

balanceándose por el temblor del suelo. Ninguno se derrumbó y no ha habido grandes

desperfectos. “El reglamento de construcción se modificó después de aquello. Ahora hay muchos

más obligaciones que cumplir cuando se levanta un edificio aunque a veces el sistema de

verificación no sea muy eficiente”.

Además de modificar los estándares para asegurar que los edificios pueden resistir a los seísmos,

uno de los principales avances fue el cambio de mentalidad: “En ese momento fue cuando

empezamos a entender que México debía prepararse para escenarios incluso peores a los de un

terremoto de 8,2 grados (como el de 1985). Ahora los edificios nuevos deberían resistir hasta casi

nueve”, afirma Víctor Hugo Espíndola, del Servicio Simológico Nacional de México.

El cambio de mentalidad al que se hacía referencia el doctor Iglesias Mendoza afectó a todos los

niveles de la población. Entonces, el gobierno de Miguel de la Madrid fue muy criticado por no

reaccionar a tiempo y fueron los ciudadanos los que tomaron las riendas. Después de aquello se

promovió la creación de instituciones que ayudaran a prevenir y mitigar los efectos de una

catástrofe natural. Una de las primeras consecuencias fue la creación del Centro Nacional de

Prevención de Desastres (CENAPRED). “Es un órgano que nació por el seísmo, pero lo

realmente importante es que ahora se encarga también de estudiar los riesgos

hidrometeorológicos (inundaciones, ciclones) o químicos. Todos los aspectos que suponen un

riesgo”, explica Carlos Gutiérrez Martínez, director de Investigación del CENAPRED. Además de

este organismo, también se creó un sistema de Protección Civil.

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Su titular, Laura Gurza, ha sido la encargada de informar sobre el balance de los daños del

martes y sus efectivos han recorrido la ciudad para evaluar los daños.

El otro gran avance fue la información que llega a los ciudadanos. El martes, los mexicanos

salieron de sus casas y se reunieron en el centro de la calle, alejándose de posibles riesgos, tal y

como dicen los letreros que cuelgan de cada edificio y que explican qué hacer en estos casos. “La

población civil ha recibido una serie de conocimientos donde se les explica qué hacer antes,

durante y después de una situación así y eso ayuda a reducir los daños”, asegura Gutiérrez. Un

ejemplo: a la misma hora en la que se producía el temblor, en el estado de Chiapas se llevaba a

cabo el simulacro de un terremoto prácticamente igual al que se produjo.

"Sin duda hay más herramientas que entonces", resume el doctor Arturo Iglesias. "Y no hablo

solo de sismógrafos, que también se instalaron después del 85. También de investigadores. Sin

duda, muchos miembros de mi generación que nos dedicamos a esto estamos marcados por

aquel terremoto".

El entorno económico de México en el sismo de 1985

El sismo del 19 de septiembre de 1985 fue un terrible golpe para México, no sólo por las incontables pérdidas humanas

Comentarios

CIUDAD DE MÉXICO.- El sismo del 19 de septiembre de 1985 fue un terrible golpe para México, no

sólo por las incontables pérdidas humanas, sino también porque llegó en un momento de

inestabilidad macroeconómica que dificultó la salida rápida del desastre.

El terremoto se dio durante el sexenio de Miguel de la Madrid, en un momento en que la excesiva

deuda pública había llevado al gobierno a implementar políticas apoyadas por organismos

internacionales enfocadas en reducir la deuda.

Durante el sexenio anterior, presidido por José López Portillo, el gobierno mexicano se endeudó de

manera considerable con la garantía de pagar con los ingresos obtenidos de la producción de

petróleo. Sin embargo, una baja en el precio del petróleo y un sobreendeudamiento llevaron al país a

no poder pagar.

Las políticas sugeridas por organismos internacionales

De acuerdo con un artículo de Cuauhtémoc Calderón y Leticia Hernández publicado en la revista

Cultura Científica y Tecnológica de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, los daños a la Ciudad

de México por el temblor del 19 de septiembre y su réplica del día siguiente equivalieron a alrededor

de 10% del Producto Interno Bruto del Distrito Federal.

La evaluación en su momento indicó 2,831 edificios con daños estructurales, 880 que quedaron en

ruinas, 370 que pudieron habitarse de nuevo con reparaciones importantes, y 1,581 con reparaciones

menores.

En cuanto al efecto nacional, los mismo autores señalan que los daños representaron 2.39% del PIB

del país.

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ANTES México desde el punto de vista económico: Durante los últimos 40 años, anteriores a 1980, la economía mexicana crecía constantemente, de 1940 a finales de 1950, creció a un ritmo que jamás sea vuelto a ver, el PIB creció a un ritmo sostenido del 7% en el sexenio de Ávila Camacho y a un ritmo promedio de 5% en el sexenio de Miguel Alemán. Este crecimiento económico continuó, aunque a un menor ritmo durante los siguientes sexenios, hasta el sexenio de Miguel De La Madrid, cuya aplicación de políticas de ajuste macroeconómico, neoliberales y diseñadas por el Fondo Monetario Internacional, fueron encaminadas para reducir la inversión, el gasto público y la demanda agregada, dichas políticas llevaron a México a una profunda crisis, con gran desempleo, y rápido ascenso de los precios, fuga masiva de capitales , dramática disminución de la inversión, y otros factores que además de debilitar la economía, también debilitaron a la sociedad. Otro aspecto a considerar, y que se relaciona con el rápido crecimiento de la economía durante los años previos, fue el crecimiento de la ciudad, y con ello el crecimiento del sector de la construcción. Si bien es sabido que gran parte de la Ciudad de México está cimentada en lo que fue el lecho de un lago, no se tomaron en cuenta los efectos que un suelo de este tipo puede tener sobre diversos tipos de construcciones, y el reglamento de construcciones del DF vigente hasta 1985, quedó totalmente rebasado para un sismo de gran magnitud. Ni en aquel entonces, debió existir justificación en cuanto a la incertidumbre de cómo se pueden comportar las edificaciones en un sismo de gran magnitud en construcciones cuyo suelo no es firme; años atrás en 1957 se dio tal vez el primer aviso de los daños que puede sufrir la ciudad de México con sismos cuyo epicentro se encuentra a más de 300km de distancia, el sismo del 28 de Julio de dicho año, con una magnitud de 7.7 con epicentro en Guerrero, dejando casi 700 víctimas mortales y diversos daños.

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(Imagen2: Mapa de la ciudad de México, se muestra superpuesta las principales calles en la actualidad sobre lo que fue el antiguo lago y por lo tanto, hoy el terreno es blando). Para 1957 la Torre Latinoamericana, ubicada en el centro de la Ciudad de México, resistió dicho sismo pues implementó la tecnología de los “gatos hidráulicos”, que atenuaba los movimientos propios del sismo y la amplificación producida por el tipo de suelo, quizá por esta razón, al ver que una estructura de tamaño importante pudo resistir un gran sismo, no se dio un amplio seguimiento a las normas de construcción. El segundo aviso ocurrió con el conocido sismo de la Ibero que ocurrió el 14 de marzo de 1979 con una magnitud de 7.6 y epicentro en Petatlán Guerrero. Además de provocar el derrumbe de edificios de la universidad Iberoamericana, también provocó afectaciones en lugares del centro de la ciudad. Es probable (aunque no hay fuentes que puedan afirmarlo con estudios) que los daños que causaron este sismo, y que no fueron debidamente atendidos, hayan sido los precursores de los grandes daños que se sufrió tan solo 4 años después el 19 y 20 de Septiembre. En los sismos de 1957, 1979, así como en otros sismos de magnitudes superior a 7, se evidenció que además de existir nula preparación ante los desastres por parte del gobierno, también evidenció la falta de memoria colectiva y que en un corto lapso, de tan solo cuatro años entre un sismo y otro, nos olvidamos del riesgo que existe por la actividad sísmica.

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DURANTE La mayoría de los mexicanos despertó como habitualmente lo hacen, enfocados en la familia y el trabajo, y tal vez algunos otros con la mira hacia el próximo año pues México sería sede por segunda vez de un campeonato mundial de fútbol. Sin embargo, la vida de millones de personas cambiarla a partir de las 7:19hrs (tiempo del DF), pues apenas dos minutos antes se estaba desarrollando un sismo de magnitud 8.1(Mw), con epicentro en las costas de Michoacán (frente a Lázaro Cárdenas). La energía liberada equivale a 32mil bombas nucleares como la de Hiroshima.

(Imagen3: Mapa de la brecha de Michoacán, son señaladas las zonas de fractura durante el Sismo del 19/09/85 y 20/09/85 además de otros sismos importantes). El sismo se originó por el choque de las placas de Cocos que se subduce bajo la Norteamericana, el último gran sismo que se había registrado en la zona (previo al de 1985), ocurrió el 7 de Junio de 1911, con una magnitud de 7.9, desde entonces la energía comenzaba a acumularse hasta el sismo de Playa Azul en 1981 con una magnitud de 7.3(Mw), sin embargo, (se cree, y así lo demuestran los sismos de 1985) que este sismo, no alcanzó a liberar la energía acumulada durante estos 72 años. A más de 400km de la Ciudad de México, esta brecha sísmica se localiza desde, Zihuatanejo, Gro. hasta Maruata, Mich. y ha sido causante de los sismos de 1985, y más recientes, de los sismos del 21 de Abril de 2013 (5.8Mw) y del 11 de Abril de 2012 (6.4Mw) Este fuerte sismo, generó el primer Tsunami en México que pudo ser observado de manera científica directamente y no a través de registros y relatos históricos. La altura del Tsunami fue de 2 a 4 metros y no produjeron víctimas.

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Por lo general, grandes sismos causan destrucción y generan víctimas en lugares cercanos al epicentro, en Michoacán los daños más importantes fueron en Lázaro Cárdenas, justo frente a la zona del epicentro y Playa Azul, cabe destacar que a pesar de la gran magnitud e intensidad, en las localidades cercanas al epicentro, existe una cifra aproximada de 100 muertos, entre los estados de Michoacán, Guerrero, Colima y Jalisco. A 400km de distancia ¿Por qué fue tan destructivo? La explicación más conocida es el tipo de suelo de la ciudad de México: en algunas zonas muy blandas y saturadas de agua que amplifican las ondas sísmicas.

(Imagen4: Estructura dañada en Michoacán, hotel La Loma). El SSN, en su reporte del 25 de Septiembre de 1985, dio a conocer también las siguientes causas: I) El patrón de radiación Aparentemente, la ruptura se propagó en dirección sureste, lo que daría lugar a un patrón de radiación que produjo efectos direccionales con rumbo a la ciudad de México. Esto provocaría que llegaran al valle de México ondas elásticas con una cantidad de energía mayor que lo que hubiera sido normal para un sismo de las magnitudes del 19 de septiembre. Esto contribuyó a que las aceleraciones fueron mucho mayores (un factor de tres), que las observadas en sismos anteriores. II) Similitud con un movimiento armónico Como se mencionó al llevar a cabo el análisis del movimiento registrado del terreno en la parte blanda de la Ciudad de México, se encontró que el mismo se asemeja mucho a un movimiento armónico. Esto propició que las estructuras entraran en resonancia, lo que explica en parte su mayor destructividad. III) Resonancia del terreno blando La amplificación del movimiento debido a la presencia del terreno blando fue excepcionalmente alta en la zona dañada, como consecuencia de que en terreno firme (registros de CU) el movimiento fue regular, con periodo de 2 segundos.

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De haber existido un sistema de Alerta Sísmica Temprana, como el caso de SkyAlert, cientos, tal vez miles de vidas pudieron haber sido salvadas. Este aviso hubiera proporcionado al menos dos minutos antes de sentir los efectos destructivos en la ciudad de México. Sin embargo, este sismo marcó un antes y un después en la historia de la protección civil en México. DESPUÉS Segundos después de haber terminado el sismo, inmediatamente comenzaron a escucharse ambulancias y cuerpos de auxilio que acudían a llamadas de rescate, el horizonte se encontraba cubierto por un manto de polvo y humo, producto de derrumbes e incendios. Cientos de casas y edificios públicos y gubernamentales sufrieron grandes daños, algunos (los más representativos o conocidos) son: Tlatelolco Edificio Nuevo León en el Conjunto Urbano Nonoalco Multifamiliar Juárez Televisa Chapultepec Los Televiteatros Conjunto Pino Suárez El Hotel Regis Fábricas de ropa en San Antonio Abad En el Hospital General de México (ginecología y la residencia médica) Centro Médico Nacional Hospital Juárez, (Recién nacidos fueron rescatados a los 7 días).

(Imagen6: Tal vez la imagen más emotiva y que mostró la solidaridad de los mexicanos, un bebé es rescatado de los escombros después de 7 días, sin agua, alimentos. Esta historia se repitió varias veces).

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Inmediatamente se notó la falta de respuesta del gobierno, el ejército se dedicó a cuidar las calles en vez de participar en labores de rescate, los ciudadanos por cuenta propia tomaron la iniciativa de rescatar, surgieron héroes anónimos, algunos con el paso del tiempo se convirtieron en héroes que quedarán para siempre ahora institucionalizados como TOPOS. La ayuda llegó tanto de México así como de Estados Unidos, Francia, Alemania, entre otros países que fueron solidarios con México. La cifra final de muertos varía de fuente a fuente pero se estima que superaron las 10mil personas en la ciudad de México, más de 4mil personas fueron rescatadas con vida entre los escombros. El parque de beisbol del seguro social fue utilizado como anfiteatro, recibiendo centenares de cuerpos en espera de ser identificados por sus familiares. El sismo más la crisis económica que se había estado generando, golpeó de una manera que no se puede imaginar a aquellas personas que lo perdieron todo, no solo era el dolor por la pérdida de familiares amigos, también porque el patrimonio que habían conseguido con años de esfuerzo, se había perdido en tan solo un par de minutos mientras que el futuro no parecía nada prometedor, pues la crisis económica se agravaría en los siguientes años. Se estima que los costos causados por el sismo ascendieron a más de 4mil millones de dólares, de aquél año Hoy en día aún se encuentran edificios con daños causados por aquél sismo, algunos en espera de ser demolidos, mientras que otros, pese al gran riesgo, continúan siendo habitados. La semana del 16 de Septiembre, dos ciclones tropicales azotaron las costas de ambos litorales, y de nueva cuenta evidenciaron la falta de respuesta de algunas autoridades locales, mientras que las personas volvieron a mostrar su solidaridad, dando apoyo a quienes lo necesitan. Pese al conocimiento que implica el riesgo de vivir en lugares de alto riesgo como zonas de ríos, laderas inestables, zonas costeras con probable ingreso de marea alta por los ciclones, la prevención ha sido mínima. Los sismos del 19 y 20 de Septiembre de 1985, también nos dejaron:

Creación del Centro Nacional Para La Prevención De Desastres (CENAPRED), creado el 20 de Septiembre de 1988 como respuesta a esta tragedia, como finalidad el estudio técnico para la prevención de desastres.

Un año después comenzó el desarrollo de la alerta sísmica, implementada hasta 1991.

Cada 19 de Septiembre a partir del 2001, se realizan simulacros por decreto en el marco del “Día Nacional De Proteccion Civil”, del cual poca gente lo toma con seriedad, hay casos donde la gente no realiza dichos simulacros al encontrarse en edificios mayores a diez plantas.

Normas de construcción más estrictas tomando en cuenta las características del suelo de la ciudad de México y nuevas tecnologías (caso Torre Mayor)

Organizaciones de rescate como los TOPOS

¿Está preparada la Ciudad de México para un sismo similar o mayor? Los sismos pueden ocurrir en cualquier momento, sociedad y gobierno no deben bajar la guardia, simulacros deben tomarse con absoluta seriedad, ejemplos como Japón cuyos simulacros son muy apegados a la realidad, demostraron que el sismo del 11 de Marzo de 2011 salvó miles de vidas por la amplia preparación y conciencia de las personas. CENAPRED www.cenapred.unam.mx Brigada De Rescate Topos Tlatelolco A.C. http://www.topos.mx/ Primeros Momentos del Sismo de 1985 (Televisa) http://www.youtube.com/watch?v=Ug8y8DE1xgo Documental Grandes Terremotos: Ciudad de México http://www.youtube.com/watch?v=e9jcmp_xmGc Breve documental sobre la Torre Mayor (doblaje España) http://www.youtube.com/watch?v=xJZ4OwxTK2g Decreto Día Nacional de Protección Civil http://www.proteccioncivil.gob.mx/work/models/ProteccionCivil/Resource/6/1/images/dddnpc.pdf

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Las grandes dudas del terremoto de 1985

Por: El Universal

A bien, nadie sabe con exactitud cuántos capitalinos murieron en el sismo del 19 de

septiembre de 1985, ni la cantidad de heridos que dejó la mortal sacudida, o el número de

edificios que esa mañana se vinieron abajo repletos de familias que apenas despertaban

para arrancar con el día.

Un sinfín de especulaciones sobre los costos humanos y materiales del terremoto aún se

debaten, pero se sabe que su poder fue similar a la detonación de mil 114 bombas

atómicas de 20 kilotones.

El sismo del 19 de septiembre y su réplica un día después causó daños por 52 mil millones

de pesos actuales.(en el 2010 TC=10*1= 5,200 millones de dólares)

Desde el momento mismo de temblor, que también ocasionó muertes y daños en

Michoacán, Guerrero, Colima y Jalisco, el entonces presidente Miguel de la Madrid

minimizó el hecho, rechazó la ayuda internacional y evitó divulgar cifras reales sobre la

tragedia.

NO SE DABAN ABASTO. Cuando lo hizo contrastaba de manera notable con la magnitud

del evento. Daba cuenta de sólo cinco mil muertes por el temblor, aunque poco después

corrigió y colocó el número en 10 mil.

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Aún así, la cantidad era considerablemente inferior a la evidencia.

La prensa internacional rápidamente daba cuenta de entre 25 mil y 35 mil muertes, y de

más de 50 mil heridos.

Miguel de la Madrid declaraba años después: baste señalar que no se daban abasto los

jueces del Registro Civil para extender las actas de defunción requeridas, por lo que hubo

que capacitar rápidamente a más personal, además de simplificar trámites obviando la

autopsia y el certificado médico. Naturalmente, en el caos inicial, los problemas se

enfrentaron como se pudo y seguramente se realizaron muchos entierros sin apego a los

trámites legales.

Con el correr de los años, parte de la información sobre lo que sucedió se ha ido develando.

Hoy se calcula, de acuerdo con diversas fuentes, incluyendo periodísticas, que el temblor

ocasionó la muerte de entre 35 mil y 40 mil personas, y no de 10 mil como lo afirmó de

manera tímida el Gobierno Federal, y que el movimiento telúrico fue de 8.1 grados en la

escala de Richter y no de 7.8 grados como inicialmente se difundió.

Ahora se sabe que derivado del terremoto de 1985 se perdieron 200 mil empleos formales

en la Ciudad de México.

En un mapeo de daños realizado por las autoridades del DF se identificaron los peores

daños en las Delegaciones de Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.

En las zonas centrales de la capital las ondas sísmicas tuvieron una aceleración cuatro

veces mayor que las registradas en áreas periféricas.

De acuerdo con el análisis de expertos elaborado meses después demostraron que los

movimientos oscilatorios de desplazamiento y la trepidación provocaron el colapso de

edificaciones que tenían entre 5 a 21 pisos.

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Un estudio de la Comisión Metropolitana de Emergencia del DF realizado un mes después

del terremoto, reveló que dos mil 831 edificaciones habían sufrido daños estructurales de

algún tipo, 880 quedaron en ruinas.

Con base en información extraoficial, 50 mil familias perdieron sus hogares en los sismos

del 85 -unos 150 mil damnificados-, y que instituciones médicas atendieron a por lo menos

40 mil heridos, echando mano de mil toneladas de medicamentos y equipo de primeros

auxilios enviados del exterior.

El resultado del terremoto de 1985 colapsó las redes telefónicas de todo el país y ocasionó

al menos cuatro mil millones de dólares en pérdidas, unos 52 mil millones de pesos de los

actuales.

Sólo en el parque de beisbol del Seguro Social, donde hoy se asienta un centro comercial,

se llegaron a concentrar más de 2 mil cadáveres.

MÁS DE CUATRO MIL, RESCATADOS CON VIDA. Cuerpos de rescates, de la Cruz Roja

Mexicana y de otras organizaciones humanitarias, lograron sacar con vida de entre los

escombros a más de 4 mil personas, algunas de ellas, con más de 10 días de estar

atrapadas.

Sólo en los hospitales Juárez, General y Centro Médico Nacional, rescataron a unas dos mil

personas entre médicos y personal de los nosocomios y pacientes. Hoy se sabe con más

certeza que en los edificios Nuevo León y Juárez, en Tlatelolco; Televicentro (hoy Televisa

Chapultepec), en una maquiladora que funcionaba en un edificio en las cercanías del

Centro Histórico, y en el Hotel Regis, que se ubicaba frente a la Alameda Central, murieron

tres mil personas.

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Miguel de la Madrid, en sus memorias Cambio de rumbo, publicadas en 2004 por el Fondo

de Cultura Económica, admitió que el terremoto de 1985 rebasó la capacidad institucional

para hacerle frente. Su magnitud nos tomó por sorpresa y tuvimos que actuar sin el apoyo

de un plan de emergencia a la altura de las circunstancias. Y más aún afirmó las

instituciones quedaron rebasadas por la catástrofe.

Jesús Silva Herzog, quien fuera secretario de Hacienda en esos años, confesó años

después: El 85 fue un año político, había elecciones y ahí nos empezamos a descomponer.

La disciplina financiera y económica con la que se manejaron las cosas, fue menor que en

los años anteriores. Había una necesidad política que es una realidad. Las elecciones

resultaron bastante bien, y las desviaciones sobre el presupuesto original, fueron salvadas,

entre comillas, por el terremoto de septiembre del 85, porque ahí le echamos la culpa al

terremoto.

El devastador terremoto que cambió el rostro de Ciudad de México Alberto Nájar BBC Mundo, Ciudad de México

18 septiembre 2015

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Image caption El sismo de 1985 devastó a parte de Ciudad de México.

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Hace 30 años, ocurrió el mayor desastre en la historia de ciudad de México. Pero la mitad de sus habitantes actuales no lo vivieron.

A las 7:19 del 19 de septiembre de 1985 la capital del país se sacudió con un sismo de magnitud 8,1.

El movimiento devastó a la zona centro de la ciudad, provocó daños severos en cientos de edificios y causó la muerte de miles de personas.

No se conoce el número exacto de víctimas: el gobierno dijo que fueron 3.692. La Cruz Roja Mexicana señala que la cifra superó los 10.000.

El número de personas afectadas por el desastre, entre damnificados y quienes sufrieron secuelas psicológicas, tampoco se conoce.

Los cambios

Tres décadas después, la ciudad colapsada por la naturaleza es otra.

Tenía 4 años y (recuerdo estar) sentada en la sala (…) en las piernas de mi mamá (…) Empieza a temblar y se escucha un grito desgarrador (…) que sale de la radio: 'ESTÁ TEMBLANDO'

Los edificios derruidos se reconstruyeron o cedieron su espacio a parques o centros culturales.

Hay nuevos reglamentos para que las construcciones resistan un movimiento telúrico de gran magnitud.

En marzo de 2012, por ejemplo, ocurrió un sismo de magnitud 7,2 que no causó daños.

Muy diferente a lo ocurrido en 1985.después, este es el sitio que ocupó el Hotel Regis.

De entre las miles de personas que ayudaron en el rescate de las víctimas o atendieron a damnificados, surgieron movimientos sociales que impulsaron cambios políticos en el país.

Se creó una cultura de protección civil que no se limita a los movimientos de la tierra, sino que incluye la prevención en inundaciones por huracanes o incendios.de los alumnos", le cuenta Israel

Martínez a BBC Mundo. por lo menos una vez al año se realizan simulacros de evacuación de escuelas, edificios públicos y algunas empresas.

Legalmente las dependencias públicas y empresas del país están obligadas a contar con personas capacitadas para reaccionar en casos de desastres.

Para 4 millones de capitalinos que nacieron en 1985 o después, ésta es la única fachada que conocen de Ciudad de México.

Alerta sísmica

El sismo de 1985 ocurrió frente a las costas de Michoacán, en el océano Pacífico.

Su onda expansiva tardó dos minutos en llegar al centro del país.Mundo.

Los habitantes de Ciudad de México se dieron cuenta cuando el piso empezó a moverse.

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Muchos de quienes perdieron la vida en el sismo aún dormían o no tuvieron tiempo de salir de sus casas antes que se derrumbaran.

.

En 1991, se estableció un sistema para vigilar los movimientos telúricos que ocurren en el Pacífico frente a las costas de Guerrero.

Científicos mexicanos eligieron esta zona por la cercanía con la capital del país, la conformación del suelo de la región y porque no ha sufrido un sismo mayor a 7,5 desde 1911.

El sistema es una red de sensores que detectan las ondas sísmicas superficiales que son mayores a magnitud 5 en la escala de Richter, y que son las de mayor riesgo para las zonas urbanas.

El sistema permite alertar del movimiento 50 segundos antes que se presente en Ciudad de México.

A partir de 2003, la red se amplió para vigilar los movimientos del subsuelo desde otros estados ribereños al océano Pacífico.

La decisión de concentrar el Sistema de Alerta Sísmica, como se conoce, en la región oeste del país es por la actividad constante de las placas tectónicas que se encuentran en esa zona del planeta.

Lecciones

Algo que llamó la atención de muchos capitalinos después del sismo de 1985 es que muchas de las construcciones que colapsaron eran relativamente nuevas.

Las viejas casonas y palacios, construidos algunas desde la época de la Colonia, sufrieron daños menores.

Una de las explicaciones fue que las normas para construir en la capital no tomaron en cuenta las condiciones del suelo, que en sitios como el Centro y la colonia Roma se componen fundamentalmente de arcilla.de avenida Juárez, pero 30 años después.

Pero otros argumentaron que los constructores no cumplieron con los reglamentos gracias al aval de autoridades locales.

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El resultado fue que más de 800 edificios se vinieron abajo y miles de casas resultaron afectadas.Isabel la Católica del Metro, 30 años después del sismo.

Después de la catástrofe en la capital las leyes se endurecieron. Ahora las construcciones deben realizarse con materiales más ligeros y con una estructura capaz de resistir movimientos telúricos mayores a magnitud 8.

Otra de las consecuencias fue crear instituciones para prevenir o mitigar los efectos de un desastre natural.

Así nació, por ejemplo, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), que no sólo atiende el problema de los sismos sino que en las últimas decadas se concentra cada vez más en las afectaciones por huracanes e inundaciones.

Los "Topos"

En las primeras horas después del sismo, las autoridades permanecieron virtualmente paralizada.

Así, en las primeras horas la ayuda quedó a cargo de miles de voluntarios que en muchos casos con sólo las manos rescataron a las personas atrapadas bajo los escombros.

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Lea también: Los Topos, los rescatistas mexicanos clave en catástrofes internacionales

Los árboles y las casas se ondulaban, no sabía si se iban a derrumbar las paredes, es una experiencia muy fea, había experimentado algunos pequeños temblores, nunca nada igual.

De entre estos rescatistas improvisados surgieron organizaciones que se especializaron en esta clase de desastres y que son conocidos a nivel internacional.

El más famoso es el grupo Topos, que incluso ahora suelen ayudar en los desastres sísmicos de varios países.accede a Plaza de la República, 30 años después de la catástrofe.

Pero una de las mayores enseñanzas del sismo de 1985, dicen especialistas, es que ahora existe más conciencia sobre cómo prevenir un desastre y la forma de sobrevivirlos.

Es la llamada "cultura de protección civil" que se ha convertido en un área específica de los gobiernos de cualquier nivel.

En 1985, muchos edificios se derrumbaron. Muchos se reconstruyeron o se convirtieron en otros más nuevos o lujosos.

Es parte de la cara actual de Ciudad de México, 30 años después del desastre.

Plácido entre Verdi, la lluvia y los fantasmas del sismo Raúl Díaz

19 de septiembre de 2015

Reportaje Especial

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Plácido Domingo y Elena Poniatowska en Tlatelolco.

Foto: Especial

MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Hace treinta años los mexicanos dieron enorme, ejemplar

muestra de solidaridad. Tláloc se mostró benigno y permitió que el concierto bajo la conducción de

Plácido Domingo fuera, pero como buen Dios fiel a su naturaleza chingativa, no dejó de soltar el agua

a cantaros a partir de las cinco de la tarde, empapando todo y a todos, con excepción (debe decirse) de

músicos, cantantes, instrumentos y dos o tres funcionarios de la Secretaría de Cultura del D.F. que

estuvieron cobijados por carpas-camerinos de lona.

Pero fuera de ellos, hasta los VIP (empleados de la Secretaría de Cultura), que vaya que los hubo, se

mojaron a más no poder. De esta suerte, y puesto que estábamos en un evento musical, de pronto me

acordé de aquella canción de los años sesenta que hizo famosa Doménico Modugno y decía: “Piove e

piove nella cittá”, o sea, llueve y llueve y llueve en la ciudad… Y de qué manera.

Sin embargo, Tláloc se portó más o menos decente, y por allí de las 17:50 amainó bastante y para las

18:15 empezó el concierto programado para iniciar 15 minutos antes. Y ya prácticamente la lluvia

había cesado. ¡Aleluya!

El concierto organizado en memoria y honor de los caídos durante el terremoto de 1985 y de quienes

constituyeron las brigadas de ayuda, estuvo a cargo de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de

México (OFCM), el Coro Enharmonia Vocalis, la soprano María Katzarava, mandada a traer

especialmente, la mezzosoprano Grace Echauri, el tenor Dante Alcalá, el bajo Rosendo Flores y todos

bajo la dirección del plato fuerte de la noche pero que, para ser sinceros, es el plato fuerte de

cualquier noche, día y lugar que se presente, el maestrazo Plácido Domingo.

La obra escogida, el Requiem de Giuseppe Verdi, posiblemente la misa de difuntos más conocida que

exista.

El escenario, grandioso y enormemente significativo en lo histórico, la Plaza de las Tres Culturas en

Tlatelolco.

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Situada en un “Grand support” o sea, un escenario portátil pero con todas las de la ley, la OFCM

desarrolló el concierto bajo la batuta de dos conductores: José Areán, que inició y dirigió una pequeña

primera parte, causando desconcierto –debe decirse– ya que el anunciado era el gran Plácido, pero no

pasó a mayores porque se la cedió luego al maestro Domingo y éste se siguió hasta el final.

Mil o quizás más sillas, todas ocupadas e incluso unas cuantas personas de pie llenaron la plaza; a

quienes portaban gafete de “Invitado” o “Vip” les secaban la silla, y los que no tenían gafete debían

arreglárselas como pudieran, y que, en la mayoría de los casos, fue sentarse en la silla empapada y

secarla con su propio calor humano. Calor humano que, una vez más, se sintió y, así sea

momentáneamente, volvió a hermanarnos a todos en la solidaridad.

Acto musical e importante, cierto, oportuno por supuesto pero, como no podía evitarse, con sus tintes

de protocolo oficial por lo que, previo al concierto, se hizo la presentación del secretario de Cultura

del D.F., el poeta Eduardo Vázquez Martín, y de la entrañable Elenita Poniatowska quien emitió un

breve, muy breve discurso recordando la tragedia pero también el enorme ejemplo dado por los

habitantes de esta ciudad.

Terminado el concierto, dirigentes de la asociación de residentes en Tlatelolco entregaron un

reconocimiento a cada uno de los participantes en el mismo, mientras el público pedía y pedía y pedía

que Plácido Domingo cantara, como si eso de cantar y hacerlo como él lo hace fuera cuestión de

“enchílame otra”, ante lo cual el durante años gran tenor, ahora barítono, explicó que llegó hoy de los

Ángeles en donde, anoche, jueves 17, dirigió y cantó, razón por la cual no se sentía en óptimas

condiciones como para satisfacer el pedido. A cambio –prometió–, “un día no muy lejano

organizaremos un acto en el que sí pueda hacerlo”.

La gente empezó a despejar la plaza, el vapor del agua subía y daba un ambiente especial y cálido que

se alumbraba por las luces de los edificios que rodean el sitio y que estaban atiborrados de los

afortunados vecinos quienes, desde esos sus improvisados pero privilegiados palcos, disfrutaron de

algo que, para decirlo a la manera lorquiana, fue “viva moneda que nunca se volverá a repetir”.

3 décadas después. Recopilación: Profesor JR Jimenez, Economia, UNAM, 2015