Plan Original

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DEPARTAMENTO DE SALUD DE LA UNION AMERICANA INFORMACION ADICIONAL Y OTROS TEMAS E-mail: [email protected] VOLVIENDO AL PLAN ORIGINAL, Presentado por el Pastor Humberto Ajucum, Presidente de la Asociación Puertorriqueña y director del depto. De salud de la AU. Nosotros somos reformadores en pro de la salud, que tratamos de regresar, hasta donde sea posible, al plan original de temperancia esta- blecido por el Señor. La temperancia no consiste meramente en abstenerse de las bebidas alcohó- licas y el tabaco, ambos intoxicantes. Tiene un ámbito mayor que éste. Debe regular lo que co- memos. La medicación a base de drogas debe eli- minarse tan rápidamente como sea posible, hasta que todo esté descartado. Debe darse educación sobre el régimen alimencio, el vesdo y el ejerci- cio adecuados. No solamente nuestro propio pue- blo debe ser educado, sino los que no han recibi- do la luz sobre la reforma pro salud deben ser enseñados cómo vivir en forma sana, de acuerdo con las disposiciones de Dios. “...debe descartarse la medicación con drogas y emplearse métodos sencillos y raciona- les de tratamiento para la curación de las enfer- medades.” Los que grafiquen su apeto, y entonces sufran por su intemperancia, y tomen drogas para aliviarse, pueden estar seguros de que Dios no intervendrá para salvar la salud y la vida que se puso en peligro en forma tan temeraria. La causa ha producido su efecto. Muchos, como úlmo recurso, siguen la instrucción de la Palabra de Dios, y solicitan las oraciones de los ancianos de la iglesia para la restauración de su salud. Dios no ve conveniente contestar oraciones ofrecidas en favor de tales personas, porque él sabe que si su salud fuera restablecida, ellos la sacrificarían de nuevo sobre el altar de un apeto malsano. El empleo de los remedios naturales requiere más cuidados y esfuerzos de lo que muchos quieren prestar. El proceso natural de curación y reconstución es gradual y les pare- ce lento a los impacientes. El renunciar a la sasfacción dañina de los apetos impone sa- crificios. Pero al fin se verá que, si no se le po- ne trabas, la naturaleza desempeña su obra con acierto y los que perseveren en la obedien- cia a sus leyes encontrarán recompensa en la salud del cuerpo y del espíritu. Hay condiciones que deben observar todos los que quieran conservar la salud. Todos deben aprender cuáles son esas condiciones. Al Señor no le agrada que se ignoren sus leyes, naturales o espirituales. Hemos de colaborar con Dios para devolver la salud al cuerpo tanto como al alma. Que Dios nos bendiga, y pueda darnos la oportunidad de hacer los ajustes necesarios para poder gozar de buena salud sica, men- tal , y espiritual.

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Seminario sobre la salud

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Page 1: Plan Original

DEPARTAMENTO DE SALUD DE LA UNION

AMERICANA INFORMACION ADICIONAL Y OTROS TEMAS

E-mail: [email protected]

VOLVIENDO AL PLAN ORIGINAL,

Presentado por el Pastor Humberto

Ajucum, Presidente de la Asociación

Puertorriqueña y director del depto.

De salud de la AU.

Nosotros somos reformadores en pro de

la salud, que tratamos de regresar, hasta donde

sea posible, al plan original de temperancia esta-

blecido por el Señor. La temperancia no consiste

meramente en abstenerse de las bebidas alcohó-

licas y el tabaco, ambos intoxicantes. Tiene un

ámbito mayor que éste. Debe regular lo que co-

memos.

La medicación a base de drogas debe eli-

minarse tan rápidamente como sea posible, hasta

que todo esté descartado. Debe darse educación

sobre el régimen alimenticio, el vestido y el ejerci-

cio adecuados. No solamente nuestro propio pue-

blo debe ser educado, sino los que no han recibi-

do la luz sobre la reforma pro salud deben ser

enseñados cómo vivir en forma sana, de acuerdo

con las disposiciones de Dios.

“...debe descartarse la medicación con

drogas y emplearse métodos sencillos y raciona-

les de tratamiento para la curación de las enfer-

medades.”

Los que gratifiquen su apetito, y entonces

sufran por su intemperancia, y tomen drogas para

aliviarse, pueden estar seguros de que Dios no

intervendrá para salvar la salud y la vida que se

puso en peligro en forma tan temeraria. La causa

ha producido su efecto. Muchos, como último

recurso, siguen la instrucción de la Palabra de

Dios, y solicitan las oraciones de los ancianos de

la iglesia para la restauración de su salud. Dios no

ve conveniente contestar oraciones ofrecidas en

favor de tales personas, porque él sabe que si su

salud fuera restablecida, ellos la sacrificarían de

nuevo sobre el altar de un apetito malsano.

El empleo de los remedios naturales

requiere más cuidados y esfuerzos de lo que

muchos quieren prestar. El proceso natural de

curación y reconstitución es gradual y les pare-

ce lento a los impacientes. El renunciar a la

satisfacción dañina de los apetitos impone sa-

crificios. Pero al fin se verá que, si no se le po-

ne trabas, la naturaleza desempeña su obra

con acierto y los que perseveren en la obedien-

cia a sus leyes encontrarán recompensa en la

salud del cuerpo y del espíritu.

Hay condiciones que deben observar

todos los que quieran conservar la salud. Todos

deben aprender cuáles son esas condiciones. Al

Señor no le agrada que se ignoren sus leyes,

naturales o espirituales. Hemos de colaborar

con Dios para devolver la salud al cuerpo tanto

como al alma.

Que Dios nos bendiga, y pueda darnos

la oportunidad de hacer los ajustes necesarios

para poder gozar de buena salud física, men-

tal , y espiritual.

Page 2: Plan Original

P ara saber cuáles son los mejores

comestibles tenemos que estu-

diar el plan original de Dios para

la alimentación del hombre. El que creó

al hombre y comprende sus necesidades

indicó a Adán cuál era su alimento. "He

aquí -dijo- que os he dado toda planta

que da semilla. . ., y todo árbol en que

hay fruto y que da semilla; os será para

comer" (Gén. 1:29). Al salir del Edén para

ganarse el sustento labrando la tierra

bajo el peso de la maldición del pecado,

el hombre recibió permiso para comer

también "plantas del campo". Los cerea-

les, las frutas carnosas, los frutos oleagi-

nosos, las legumbres y las hortalizas

constituyen el alimento escogido para

nosotros por el Creador. Preparados del

modo más sencillo y natural posible, son

los comestibles más sanos y nutritivos.

Comunican una fuerza, una resistencia y

un vigor intelectual que no pueden obte-

nerse de un régimen alimenticio más

complejo y estimulante.

Un llamado a regresar

El Señor se propone que su pueblo vuel-

va a vivir a base de frutas, hortalizas y cereales

sencillos. . Dios les proveyó a nuestros primeros

padres los frutos en su estado natural.

Dios está obrando en favor de su pue-

blo. No desea que esté sin recursos. Lo está ha-

ciendo volver al régimen alimenticio original-

mente dado al hombre. Este régimen debe con-

sistir en alimentos hechos con las materias pri-

mas que él proveyó, que son principalmente las

frutas, los cereales y las oleaginosas, aunque

también se usarán diversos tubérculos.

Se me ha mostrado reiteradamente que

Dios está trayendo a su pueblo de vuelta a su

plan original, esto es, el de no subsistir a base

de carne de animales muertos. El. quiere que

enseñemos a la gente un método mejor. Si se

descarta la carne, si el gusto no es educado en

esa dirección, y si se estimula el apetito por las

frutas y los cereales, pronto ocurrirá lo que Dios

quiso que fuera en el principio. Su pueblo no

usará nada de carne.

Si hubo alguna vez un tiempo en que la

alimentación debía ser de la clase más sencilla,

es ahora.

Dios quiere que los hombres cultiven la

fuerza del carácter. Los que son meramente

contemporizadores no son aquellos que recibi-

rán una rica recompensa día tras día. El quiere

que los que trabajan en su causa sean hombres

de aguda inteligencia y rápida percepción.

Dios dio a nuestros primeros pa-

dres los alimentos que él se propuso que

debía comer la raza humana. Era contra-

rio a su plan quitar la vida de ninguna

criatura. No debía haber muerte en el

Edén. Los frutos de los árboles del jardín,

constituían el alimento que requerían las

necesidades del hombre.

Deben ser temperantes en el comer; los

manjares suculentos no deben encontrar lugar en

sus mesas; y cuando al cerebro se lo carga cons-

tantemente y hay falta de ejercicio físico, deben

comer con frugalidad, aun tratándose de alimen-

tos sencillos. La claridad de mente y la firmeza de

propósito de Daniel, su fortaleza de intelecto pa-

ra adquirir conocimientos, se debían en extenso

grado a la sencillez de su régimen, en relación

con su vida de oración.

Mis queridos amigos, en vez de seguir

una conducta que previene la enfermedad, estáis

mimando la enfermedad y cediendo a su poder.

Debéis evitar el uso de drogas, y observar cuida-

dosamente las leyes de la salud. Si tenéis alguna

consideración por vuestra vida, debéis comer

alimentos sencillos, preparados de la manera

más simple, y hacer más ejercicio físico. Cada

miembro de la familia necesita los beneficios de

la reforma pro salud. Pero el uso de drogas debe

ser abandonado para siempre; porque al paso

que no cura ninguna enfermedad, debilita el sis-

tema, haciéndolo más susceptible a la misma.

Una y otra vez se me mostró que Dios está tra-

tando de guiarnos de vuelta, paso a paso, a su

plan original: que el hombre subsista a ase de

productos naturales de la tierra. Las hortalizas,

las legumbres, las frutas y los cereales deben

constituir nuestro régimen alimenticio. Ni un gra-

mo de carne debiera entrar en nuestro estóma-

go. El consumo de carne es antinatural. Hemos

de regresar al propósito original que Dios tenía

en la creación del hombre.