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  • Poemas mentales

    Este material consta de dos partes, la primera es una especie de prlogo donde se explicitan motivos y se exhiben razones. Esta parte empieza en el tema Introduccin y termina en Sinopsis.

    La segunda parte est constituida por los poemas en s. Al final de los mismos se incluye en breve vocabulario como ayuda frente a trminos que no son de uso corriente.

    ndice general

    Este ndice tiene propiedades de hipertexto, esto significa que cliqueando sobre el tem elegido se puede ir directamente a su contenido, sin necesidad de recorrer todas las pginas intermedias. En elencabezamiento de cada pgina se despliega un enlace que permite retornar al ndice, el mismo no puede ser ms explicito (Volver al ndice). Tambin se incluye un enlace al ndice de poemas.

    ndice de poemasIntroduccinJustificacin de las accionesEl proceso de la disciplinaLa partida de Silo, la muerte del NegroLa funcin de las disputasEl mundo perceptibleEl legado de SiloCompletar la disciplinaAccidenteLa poesaLa inminencia de la muerteLos poemasLa revisin de la disciplinaLa desestabilizacinLos aprendizajesLa cuestin energticaHiptesisLa infalibilidadEl vacoEl momento actualEl "formateo" disciplinarioLa energaLa apertura poticaSinopsis

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    ndice de poemas

    Soneto primero: Aprender a ver. Descripcin del paso.Soneto segundo: Aprender a ver. El registro.Atardecer del primer daLa atencinDorje y campanaJobEnsueosSntesis primer paso

    Soneto tercero: Ver en todas las cosas los sentidos. Descripcin del paso.Soneto cuarto: Ver en todas las cosas los sentidos. El registro.IdentificacionesLa ciudadSensorialidadViolencia extremaSntesis del segundo paso

    Soneto quinto: Ver en los sentidos la conciencia. Descripcin del paso.Soneto sexto: Ver en los sentidos la conciencia. El registro.Paisaje urbanoEl conflicto socialSuspensin de la vidaLevitacinScratesSntesis del tercer paso

    Soneto sptimo: Ver en conciencia la memoria. Descripcin del paso.Soneto octavo: Ver en la conciencia la memoria. El registro.Primer libroPalotesDiferencias socialesEl pasadoExploracin paso cuatroComprensinSntesis del cuarto pasoSntesis de la primera cuaterna

    Soneto noveno: Ver la memoria la tendencia. Descripcin del paso.Soneto dcimo: Ver la memoria la tendencia. El registro.Actos incompletosEl tiempoLa esperaActo-objeto constanteLa altura del tiempoSntesis del quinto paso

    Soneto undcimo: Ver en la tendencia el encadenamiento. Descripcin del paso.Soneto duodcimo: Ver en la tendencia el encadenamiento. El registro.El presente

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    Mirada totalEl gua, la cuaterna, el yoQuince mil metrosExploracin paso seisSntesis del paso seis

    Soneto decimotercero: Ver en el encadenamiento lo permanente. Descripcin.Soneto decimocuarto: Ver en el encadenamiento lo permanente. El registro.Casa de cristalQu es la mente?Sueo que sueoEl pollitoJinetes oscurosSntesis del paso siete

    Soneto decimoquinto: Ver lo permanente en uno y en todo. Descripcin.Soneto decimosexto: Ver lo permanente en uno y en todo. El registro.El mundoLa finitudEl soporMonasterioEl desierto 1Sntesis del octavo pasoSintesis de la segunda cuaterna

    Soneto decimosptimo Ver la forma permanente en accin. DescripcinSoneto decimoctavo Ver la forma permanente en accin. RegistroPrdidaLa concienciaPor su propia necesidadSolipsismoLas mnadasIntersubjetividadSntesis del noveno paso

    Soneto decimonoveno Ver lo que no es movimiento-forma. DescripcinSoneto vigsimo Ver lo que no es movimiento-forma. RegistrosRenovacin de la vidaLa serpiente emplumadaEl sentido de la vidaLa transmutacinEl PropsitoEl gua y el cambio

    1Este poema tiene una estructura distinta a los dems. A pesar de que los versos tienen catorce slabas poticas, divididas en dos hemistiquios y que su acentuacin es la misma que en los dems, su rima es distinta. Esto surgi de un experimento en que se intent otras formas de rima, en este caso alguna que se pareciera a la conocida como de pie quebrado. El experimento no tuvo los resultados esperados de modo que intent modificarlo llevndolo a la estructura usada en todo el material. Al hacerlo observ que perda el sentido y las caractersticas esenciales de las que estaba dotado. Por esto lo dej tal cual. Es mi esperanza que opere como esa imperfeccin que introducan los antiguos maestros de oficio, a la que llamaban toque maestro. Si as ocurriera, desde ya aclaro que sera obra de la casualidad.

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    Primera exploracin paso diezSegunda exploracin paso diezSntesis del dcimo paso

    Soneto vigsimoprimero: Ver lo que es y lo que no es como lo mismo. DescripcinSoneto vigsimosegundo: Ver lo que es y lo que no es como lo mismo. RegistroLa letra oLa experienciaEl mirador de lo eternoEl mirador de lo numinosoEl yoSntesis del undcimo paso

    Soneto vigesimotercero: Ver en uno y en todo lo mismo. Descripcin.Soneto vigesimocuarto:Ver en uno y en todo lo mismo. RegistroNadidadDurezaLa luna negraLa muerte de MarcelaEl Gua y MaestroExperiencia paso doceSntesis del duodcimo pasoSntesis de la tercera cuaternaSntesis de la Disciplina Mental

    Vocabulario

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    Poemas mentales

    Introduccin

    La palabra poemas es fcil de explicar porque, justamente, este trabajo en s, aparte de las explicaciones que lo preceden, consta de un poco ms de cien poemas de extensin variable. Veinticuatro de ellos son sonetos, es decir que estn compuestos por catorce versos.

    Tradicionalmente estos versos son endecaslabos, o sea estn formados por once slabas poticas, pero en este caso se ha versificado segn la variante conocida como soneto en alejandrinos. Esta palabra se utiliza desde la edad media para denominar a los versos que tienen catorce slabas poticas.

    Aparte de los sonetos hay poemas de longitud variable organizados en estrofas de dos y cuatro versos. En la estrofa de dos versos estos riman entre s, en las de cuatro versos el primero rima con el cuarto y el segundo con el tercero. Esto tiene una sola excepcin, el poema El desierto relacionado con el octavo paso en el que se ensay otra organizacin.La experiencia no fue muy enriquecedora pero el poema es muy significativo del final de lasegunda cuaterna y por eso no fue descartado.

    La produccin consta de 105 poemas con un total de 3350 versos, todos ellos alejandrinos, todos ellos rimados y todos ellos, salvo errores involuntarios, con el mismo ritmo interno, la misma cadencia, dependiente de las acentuaciones.

    La profusin de cifras respecto de cantidad de poemas y versos tiene la finalidad de ilustrar que la iniciativa no se limit a un momento de inspiracin con la consecuente produccin sino que puede decirse que fue un trabajo muy intenso que sirvi a un trasfondo de inspiracin o un trasfondo de inspiracin que sirvi a un trabajo muy intenso.

    La palabra mental tampoco resulta difcil de explicar y se refiere a la temtica de los poemas. La misma est basada en la experiencia disciplinaria realizada personalmente desde septiembre de 2006 hasta mayo de 2010. Una parte de ese perodo en calidad de aprendiz y a partir del segundo ao como discpulo.

    Los poemas estn inspirados en diversos elementos: las descripciones de los pasos segnlos materiales de referencia, la sntesis de prcticas de cada paso, los indicadores registrados durante los pasos (sueos, ocurrencias, reflexiones, vivencias, dilogos con el gua interno, etc.), los trabajos de sntesis de pasos, cuaternas y de la entera disciplina.

    Todo el material en que se nutren temticamente los poemas fue extrado de los informes mensuales remitidos al maestro a fin de recibir sus comentarios y ayudas.

    La decisin de producir poemas clsicos con rimas estrictas oblig a la utilizacin de palabras que no siempre son de uso comn. Muchas de ellas son casi piezas de museo, locual le da a algunos poemas una ptina de antigedad, de clasicismo que dificulta la lectura al lector promedio (prcticamente todos nosotros). Lo nico que puede decirse al respecto es que nos gustara que el lenguaje corriente fuera ms rico pero no lo es y, por otra parte, la decisin de utilizar una estructura clsica fue muy sopesada y nos parece, desde el punto de vista del trabajo interno, la ms adecuada para nuestros fines.

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    Como esta no es una obra que se dirija al gran pblico y hasta ni siquiera al pequeo pblico, nos pareci que el lenguaje deba ser el que mejor expresara la experiencia de acuerdo a las definiciones precisas del diccionario de la lengua y segn los sentidos y significados que se le atribuyeran en el lenguaje siloista. Las diferencias entre unas y otrasfuentes de significados son menos de las que uno, o yo, pudiera presuponer.

    En los prrafos siguientes tratar de explicar cmo es que se lleg a la iniciativa, cmo es que se desarroll y cules fueron sus consecuencias.

    Todo esto permite encuadrar esta produccin en la categora de relato de experiencia. Nopuede encuadrarse en la categora de monografa porque, de modo inverso al habitual en las mismas, se realiza una produccin (los poemas), se explica cmo se lleg a configurar el proyecto, cmo se realiz, qu consecuencias se extrajeron y, por ltimo, qu hiptesis se desprenden de ella o, con mayor precisin, concomitan con ella.

    Es decir, no es una monografa porque en lugar de comenzar estableciendo una hiptesis y luego fundamentarla e ilustrarla, hemos desarrollado las ilustraciones y los fundamentos y luego extrajimos de all unas hiptesis que no guardan relacin lgica con los desarrollossino de concomitancia, es decir, surgieron como ocurrencias, evidencias o efectos colaterales contemporneos con la produccin de los poemas e inducidos, tal vez, por la inestabilidad del momento.

    Como relato de experiencia podramos decir que tambin adolece de algunas deficiencias.En el mismo se abarca un tiempo amplio, no se especifica cul es la intencin del operador y, por ltimo, no se dan precisiones acerca de las operaciones realizadas.

    Tal vez sera ms adecuado denominarlo relato de un momento de proceso y su sntesis alegrica, apelativo largo y, seguramente, pleno de equvocos, pero que, provisoriamente es el que mejor describe el presente trabajo. Este relato tiene dos partes, la primera es explicativa y la segunda ilustrativa. La primera se formaliza en una suerte de prlogo y la segunda en los mencionados poemas.

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    Justificacin de las acciones

    El proceso de la disciplina

    La decisin de llevar a poemas la experiencia realizada con la Disciplina Mental fue tomada hace poco tiempo, pero su motivacin se adentra en una copresencia cuyos orgenes temporales son bastante ms lejanos, aunque me sea un poco difcil establecer precisiones.

    Podra decirse que alguna relacin tiene con la forma en que fue llevado adelante ese proceso en su momento (ao 2006 a 2010).

    El formato en que desarroll la prctica de la Disciplina Mental es el que se llevaba adelante en esos aos y que prevea la relacin maestro-discpulo. La misma inclua varioselementos especficos que configuraban un estilo y una forma. Entre ellos destaco la realizacin de rutinas diarias, el mantenimiento de una bitcora donde se anotaban las experiencias relevantes (o todo aquello que uno quisiera consignar), la mecnica de enviarinformes mensuales al maestro, la respuesta del maestro a dichos informes mediante comentarios u observaciones, la convalidacin de los pasos por parte del maestro quien, cuando apreciaba que el discpulo haba madurado la comprensin del paso, habilitaba a emprender el siguiente.

    Todo lo anterior matizado por elementos tales como retiros y trabajos exploratorios (especie de sondeos transferenciales basados en imgenes de tipo ascendente), fueron configurando una experiencia de gran singularidad. En esta experiencia no es secundario el registro de formar parte de un conjunto muy especial y de ser uno mismo alguien especial. Por lo menos en mi experiencia particular no falt el registro de sentirme elegido. Y de hecho lo era porque, ms all de los mritos o su ausencia, algunas personas eran seleccionadas para realizar estos trabajos y otras, como consecuencia, no. Esto, es claro, estaba fundado en la propia mecnica de la enseanza disciplinaria, es decir, si la transmisin de la experiencia, o como se llame, requera de una relacin particular que ya hemos precisado como de maestro y discpulo, es evidente que el lmite estaba puesto por la disponibilidad de maestros y esta, a su vez, dependa de la velocidad y propiedad de los procesos de aprendizaje y de la completitud de los trabajos disciplinarios.

    A lo anterior se suman cuestiones relativas a la conformacin de la Escuela que, por esos momentos tena una suerte de estructura que variaba en sus caractersticas de acuerdo al momento. Parecen haber habido varias hiptesis de organizacin siempre teniendo como base una Escuela unificada.

    La sede fsica de esta configuracin era lo que hoy es el parque Punta de Vacas y, ms especficamente, su centro de estudios. En el cual cada maestro, en un nmero mximo de cincuenta, iba a tener su propia habitacin, o celda como se le llamaba insinuando copresencias monsticas.

    Es totalmente claro para m que esa forma tuvo la virtud de transformarse en una especie de centro de poder que ejerca una influencia fascinante sobre mi conciencia a tal punto que, en cierto momento experimentaba tal presin interna que no se configuraba de otra manera que la de sentir que lo nico que quera en mi vida era ser aceptado en ese mbito.

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    Entiendo que ese registro no fue ajeno a la mayora de los que en ese momento participaban del Movimiento Humanista o del Mensaje de Silo, en suma, de las diferentes expresiones del Silosmo.

    Una particularidad que se dio, y en la cual me encuadr a la postre, es que el nmero de gente que estaba en proceso disciplinario exceda por mucho la cantidad disponible de celdas en Punta de Vacas, es decir que no todos los que llegaran a concluir sus procesos disciplinario y fueran aceptados por la Escuela iban a tener su referencia fsica en ese lugar.

    Las hiptesis de cmo este punto se iba a resolver fueran variadas pero no me consta quealguna se hubiera oficializado. De cualquier modo, cuando estaba comenzando la tercera cuaterna, en simultneo con una cincuentena de discpulos, el Maestro, en una de esas soluciones a situaciones sin aparente salida a las que l responda con el recurso ms impensado y ms obvio, puso en marcha los proceso de camadas en trabajos de nivelacin y desarrollo disciplinario.

    Esto provoc algunos fenmenos paradjicos, para empezar fue necesario acelerar los procesos disciplinarios que todava no estaban completos (en mi caso estaba con el paso nueve recin concluido), cosa que estaba fuera de la cultura formativa hasta ese momento, es decir, introduca en el presente un factor temporal que si bien no era indefinido, estaba en copresencia y siempre admita variaciones donde se priorizaban los indicadores ms que los plazos. Adems provocaba una suerte de marginalizacin de los procesos de la etapa anterior que an no haban concluido. Es como si en el medio de un desarrollo artesanal se lanzara sbitamente una produccin industrial del mismo tipo engran escala y a gran velocidad. La sensacin de ser una tortuga sobrepasada por escuadras de aviones supersnicos estaba garantizada.

    Es cierto que el refugio en la degradacin suele ser bastante usual, pero afortunadamente no me afect en este caso. Comprend que el Maestro haba impulsado la solucin de un problema por el cual pregunt y me pregunt muchas veces. En algunas ocasiones recib respuestas muy sueltas de cuerpo afirmando la hiptesis de que la Escuela se iba a cerrar cuando contara con unos treinta o cuarenta maestros, que con eso se garantizaba la continuidad, un poco como si fueran depositarios de alguna reliquia. Es claro que el Maestro impuls estos argumentos y tambin es claro que los fue modificando de a poco hasta arribar a la configuracin que efectivamente puso en marcha. Con lo cual me queda claro que se pueden decir muchas cosas pero lo efectivo es lo que se decide, se realiza y se documenta. De hecho a lo largo de las dcadas fui testigo de los juegos de imagen y registro que haca el Maestro. Uno iba y vena por su espacio de representacin, alejndose de los lugares que no le gustaban mucho y haciendo fuerza para que l hiciera aquello que uno le resultaba cmodo, deseable o lo que fuera por el estilo. Raramente l cumpla con las expectativas del populacho y siempre sus orientaciones superaban con surealidad a las aspiraciones compulsivas.

    Esta aceleracin oblig a trabajar ms concentradamente y ms extensamente, dedicando menos tiempo a la duda o las experimentaciones sin mayor fundamento. Adems, en mi caso, experiment una especie de corte, de los muchos que iba a experimentar de ah en ms, que consista en dar por cierto lo hecho hasta ese momento, darlo como asentado e indudable y, a la vez, considerar lo que faltaba como algo que, necesariamente, iba a tener un viso de provisoriedad.

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    Este registro acompa hasta la finalizacin del proceso disciplinario en el que el mismo se sintetiz como algo abierto, que an deba profundizarse.

    Al producirse el ingreso a Escuela un detalle realz el registro de corte, fue el hecho de que la transmisin de los temas de la ascesis iban a producirse en conjunto con los maestros que ingresaran al finalizar los trabajos de las camadas en proceso. Esto fue un elemento ms que aument el registro de incompletitud.

    Esta situacin de no haber recibido la habilitacin para la ascesis tuvo la virtud de instalarme en una suerte de limbo o, en una imagen ms cotidiana, en una suerte de sala de espera. Es cierto que los materiales del caso circulaban con profusin y desembozo, pero para m no era lo mismo, as no.

    La situacin de incompletitud tuvo singularidades externas e internas, todas internas en realidad o en estructura, pero hago cierta diferencia basado en cuestiones de profundidad. Por un lado mi identificacin como grupo no poda emparentarme con los antiguos maestros, aquellos que tenan su celda en Punta de Vacas, y tampoco con los que iban a terminar en el proceso de las camadas, formado en antepredicativos absolutamente distintos.

    Algunos maestros de mi formacin derivaron de a poco hacia el rea de influencia de los maestros ms antiguos, ya como referencia para su propia experiencia, ya como proteccin o, por ltimo, como declaracin de pertenencia a un grupo o sensibilidad. Por mi parte no pude orientarme hacia esos comportamientos, por el contrario me parecieron, tal vez con alto contenido de prejuicio, sencillamente perjudiciales. En mi lgica el Negro no cometa errores ni dejaba cosas incompletas, y menos en estos temas, por lo tanto si algo quedaba de cierto modo as es como deba quedar y en eso radicaba una esencia importante de su proceso ulterior y algn rol tendra en el tramado conjunto que, por supuesto, se me escapaba por mucho que intuyera.

    La recepcin del material de la ascesis, en conjunto con los maestros surgidos de las camadas, tuvo un efecto emocional practicamente nulo. O sea, fue experimentado como un simple trmite administrativo sin ninguna relacin con mi interioridad. El material mismosufri toda la intencin crtica de la que dispuse en ese momento.

    Esto, de alguna manera, de alguna forma con fuerte carga alegrica, hizo que el proceso disciplinario siguiera experimentndose como incompleto. Este registro se fue a la copresencia y slo adquira mayor visibilidad en los momentos en que se producan intentos en el campo de la ascesis.

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    La partida de Silo, la muerte del Negro

    En algn momento de lo que vengo relatando se produjo la muerte del Maestro. Este hecho presagiado y sabido desde haca bastante tiempo (aos, si somos rigurosos), fue otro de los cortes experimentados en los ltimos aos.

    Ms all de toda la comprensin de los procesos o de la dinmica de los mitos histricos que quiera tener o pretender, el registro autntico es que, como mnimo, se fue de mi mundo la persona ms interesante que haba conocido en toda mi vida, a la que acompa durante cuarenta aos y a la que prcticamente todos los das de mi vida me refer en los trminos definidos en la frase habr alguna novedad del Negro?. Porque el Negro, ya no Silo, era el mayor productor de novedades que exista en el mundo, o el nico que me interesaba.

    Primera consecuencia de la partida del Maestro, no habran ms novedades.

    Esto es una especie de superficialidad, pero a pesar de serlo tena muchas consecuenciasya que se comenz a configurar como el indicador ms importante del prximo fin del mundo. Cual mundo?. El mo.

    Todas estas cosas empezaron a ser ms copresentes de lo que yo hubiera deseado. En presencia me configuraba como buscando mi ubicacin en el mundo como silosta y mi ubicacin interna para encarar una bsqueda profunda.

    Aparte de todo esto, ante su partida se sintetiz en un solo acto mi relacin con l. Es sabido, y experimentado por muchos, que las situaciones de dependencia psicolgica tienen como consecuencia registros emotivos ambivalentes. Es tal la presin interna que puede llegar a sufrirse ante la mirada del otro, mirada que tiene toda clase de atributos, que por momentos el objeto del deseo se transforma en objeto del sufrimiento, como es regla en toda relacin posesiva, pero ms por la intensa sobrecarga de significados ms all del plano terrenal.

    Pero cuando el Negro muri, cuando Silo parti, todo eso desapareci y, montado sobre elagradecimiento experimentado en el ingreso a Escuela, sentimiento que lo tuvo como exclusivo destinatario hasta casi de manera injusta, dejando de lado a compaeros y al maestro directo que haban tenido una importancia decisiva, en ese momento experimentun amor hacia l que era una extraa mezcla de amor a un padre, a un hermano, a un amigo y a un hijo. Todo junto y combinado con las caractersticas de un amor nico.

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    La funcin de las disputas

    Como dice el principio, no importa en que bando te hayan puesto los acontecimientos, etc., los acontecimientos me fueron poniendo en un bando dentro de las controversias posteriores a la muerte de Silo, muchas de las cuales siempre tuve la impresin de que se haban iniciado bastante antes y que formaban parte de nuestro proceso casi como necesidad propia del mismo, casi como una tensin dialctica que le daba temperatura al procedimiento, entre otras cosas. Pero en todo caso esa es otra discusin, el caso es que estas disputas tuvieron la virtud de encaminar una energa para la que, por otra parte, no tena mucho destino.

    As los diversos acontecimientos dentro de organismos o parques me tuvieron, desde lo interno, como activo protagonista. Sin llevarme a la refriega cuerpo a cuerpo, no tuvieron por eso menos capacidad de disipar cargas.

    Parte de la estructura de expresin de los maestros est constituida por la produccin de monografas o aportes basadas en la propia experiencia o en estudios de campo que tengan alguna relacin con los desarrollos disciplinarios o ascticos.

    Por supuesto era de esperarse, para m y para algunos amigos, que pronto me despachara con alguna produccin que, ms para ellos que para m, no iba a carecer de originalidad, fundamentacin y correccin expresiva.

    En realidad estaba interesado por algunos temas, varios de los cuales tenan alguna relacin o relevancia interna, pero ninguno tena el carcter o la emotividad que suelen acompaar las inspiraciones o, cuanto menos, las ocurrencias.

    Para inspirarme de alguna manera me dediqu a leer monografas y trabajos de otros maestros. Esto tuvo la divertida derivacin de que orient mis mejores esfuerzos a, de alguna manera, calificar esas producciones, o sea, se me ocurri la idea (ocurrencia al fin) de considerarlas suertes de exmenes a ser calificados.

    Como profesor no era muy condescendiente, algunas monografas merecan notas muy bajas por considerarlas fuera de tema, algo as como si en una clase de matemticas un alumno comenzara a exponer sus conocimientos acerca de la cada de Bizancio. Muy bonito, pero fuera de tema, reprobado, sientes.

    Pasado un tiempo, no mucho, de esta actividad me di cuenta, no sin antes pensar en montar una pgina web donde publicara las calificaciones del caso, que esta operacin separeca ms bien a algo as como sangrar por la herida o si la envidia fuera tia y cosas as, de modo que dej la crtica literaria un poco de lado.

    Por otra parte, los conflictos bajaron en intensidad o dejaron de interesarme. Ya empez a parecerme que las cosas se estaban pacificando, que los enfrentamientos disminuan y cosas por el estilo. Pero en realidad lo que muy posiblemente estuviera sucediendo es queestaba perdiendo el panorama general.

    Esto poda estar fundado en problemas topogrficos, de la propia ubicacin espacial o porque todo aquello que entenda como panorama haba cambiado radicalmente y esa posibilidad de estar en un punto panptico ya no era posible.

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    Prefer pensar que esto ltimo describa mejor la realidad que lo otro y, por lo tanto, era intil buscar una posicin desde la que se viera todo porque esta no exista, lo cual llevaba a que el mundo perceptible es aquel que puedo percibir, como es obvio.

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    El mundo perceptible

    Todas estas intuiciones, comprensiones, ocurrencias o como se les quiera llamar llevaron mi mirada hacia el mundo que veo. Lo primero que advert fue lo limitado del mismo, lo inmediato y plano que puede llegar a ser.

    El registro de mi existencia, su profundidad, riqueza y otros atributos reales o imaginarios empez a experimentar una reduccin extrema. Comenc a registrar, pensar y sentir que toda esos atributos estaban vinculados con una configuracin que haba desaparecido, la relacin con el Negro y sus proyectos, planes e iniciativas y, ms all de los animosas interpretaciones que ven ms all de lo inmediato y perceptual, el registro verdadero era que l se haba muerto y se haba llevado consigo todo el entretenimiento de verdad y, como si esto fuera poco, se haba llevado hasta lo que me haca a m interesante frente a m mismo.

    El panorama a simple vista poda interpretarse como una prdida de sentido al perder una referencia externa muy internalizada. Algo as como un luto.

    En realidad es as, algo de luto tena. No aquel en que uno se pregunta o le pregunta al cielo las razones de un desenlace no querido o que no se puede integrar porque la rebelda frente al hecho no lo permite. En realidad ms que extraar la presencia de Silo me pasaba experimentar la presencia de su ausencia, es decir haba un gran vaco. Era difcil de aceptar o siquiera de formular, pero la realidad es que la vida de Silo y ms especficamente la del Negro, constitua practicamente la totalidad de la ma. No tena ni proyecto propio, ni gustos propios, ni intereses propios, ni nada propio y puesto a tener pormi cuenta, no quera nada. Nada ms parecido a un cuadro depresivo, dira algn psiclogo aficionado. Si lo era tena modos singulares porque el registro ms intenso era elde contar con una gran fuerza sin tener en qu aplicarla.

    Suelo distinguir a Silo del Negro porque en realidad Silo no muri, ms bien empez a tener su destino histrico al momento de morir. Pero el Negro era el amigo, el compinche, el maestro, el orientador y todos los apelativos con los que se lo quiera denominar, con el que uno llev adelante un complot de dcadas en las cuales se dio vuelta como una mediaal cosmos y a la historia. Un juego mental probablemente muy intil pero extraordinariamente adictivo.

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    El legado de Silo

    En algn momento de esta breve exposicin se mencion el hecho de que la Escuela fue tomando cierta organizacin, basada en la transmisin de la experiencia disciplinaria y que, adems, se haban evaluado diversas formas de organizacin posibles. Todas tenan la copresencia (o no tan copresencia) de la partida del Maestro, de la muerte de Silo. Por tanto seguramente estaran en el imaginario temas tales como quin o qu heredara su liderazgo o cmo se dara continuidad a esa orgnica y a la enseanza. Siempre con la idea muy viva de que esa organizacin, de un modo u otro, iba a tener un carcter vertical y, necesariamente, centralizado.

    Silo, que era maestro de todas las disciplinas y adems, seguramente, de la disciplina del principio-en-s-inasible, no tuvo mayores inconvenientes en mover, mediante el recurso de la forma, todas estas expectativas hasta configurar lo que conocemos hoy, una Escuela descentralizada, sin lideres ni orientadores, en parques autnomos, de los cuales todo el tiempo se pone uno en marcha desde iniciativas espontneas.

    Por su parte los parques no es que sean unidades organizativas, se denominan de estudio y reflexin, lo cual deja a las claras cules son las actividades primarias que se prevn en ellos. Ese carcter pone a las claras, adicionalmente, cules son los temas bsicos que interesan en cuanto organizacin, los de su logstica, mantenimiento, operatividad, etc. Todo lo cual puede graficarse en que el pasto est prolijo, no hayan goteras, haya una mnima higiene, se arreglen roturas, se remocen apariencias, etc.

    Todo esto, en gente como uno, tributarios de una formacin organizativa de tipo vertical, centralizada y de seguimiento casi militar (militante) de las orientaciones (consignas) recibidas estrictamente a travs de los distintos niveles (cadena de mando), produce, en su cancelacin o transformacin, una serie de fenmenos de los cuales destaco uno: el sistema de tensiones que se representa con la imagen de la organizacin queda, ante lo que se interpreta como vaco organizativo, como tensin a secas, como una forma energtica sin sillar material, como un fantasma.

    Cualquiera que sabe algo del tema fantasmas tiene en claro que si se desarticula el mbitode referencia, este conglomerado energtico, que es como una grabacin, una repeticin mecnica, tiende a dispersarse, pero mientras persiste como tal se dedica a hacer ruidos molestos y a asustar a los incautos.

    Es claro que la organizacin segn se viene describiendo tiene su utilidad y tiende a producir o posibilitar el surgimiento de ciertos fenmenos, algunos negativos y otros positivos. Pero tambin su cancelacin da lugar a fenmenos que pueden serle propios, y, como en todas las cosas, algunos sern ponderados negativamente y otros positivamente.Una de las cosas que es difcil que aparezca en una estructura vertical y centralizada es lapoesa. Para bien o para mal la poesa necesita de un cierto desorden, de una cierta anarqua, de un cierto descontrol, un poco a la manera de cualquier inspiracin.

    Por esto creo que, entre muchsimas otras cosas, lo que nos leg Silo al dejar las cosas como las dej es la poesa.

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    Completar la disciplina

    El carcter de incompleto que tena mi proceso disciplinario, no fundado ni en la propia evaluacin ms o menos viglica ni en las evaluaciones de mi maestro, ni en el cotejo con otros, s lo estaba en cierto registro interno. Y para el caso esto ltimo me era determinante.

    Algunas veces pens en retomar la disciplina desde el paso nueve o el diez y, a partir de all, buscar los registros indudables que convalidaran su finalizacin.

    Otras veces pens que lo que no estaba adecuadamente configurada era la recepcin de la ascesis y esto me llevaba a la idea de promover una suerte de actividad que ritualmenterealizara este procedimiento. Pensaba, por ejemplo, solicitarle a mi antiguo maestro que hiciramos un retiro donde me transmitiera los tpicos del caso como lo hubiera hecho si hubisemos estado facultados para ello en su momento.

    Estas cosas que fueron seriamente evaluadas, por un motivo u otro, fueron descartadas. Bsicamente porque en el fondo no tenan encaje. El primer hito que deriv en la produccin de los poemas mentales fue que, si bien me pareca que si una experiencia se considera incompleta lo ms adecuado es completarla, esto tena uno que otro matiz.

    El fundamental es que no consideraba que el proceso disciplinario no estuviera realmente incompleto. Haba sido completado bajo ciertas condiciones. El problema es que climaticamente consideraba que el trato, el acuerdo, era distinto, es decir, empez con unacondicin, con un encuadre, y termin en otro. En ese caso, ponerse a completar lo que deninguna manera va a tener el contexto que se le quit, sera absolutamente intil.

    Pens entonces que lo que me quedaba era iniciar otra disciplina bajo las condiciones queme parecieran correctas. As llegu a considerar la posibilidad de realizar la disciplina energtica en el esquema que admite el trabajo con la imagen del complemento. Esto qued all en espera de ser considerado y aprobado o descartado.

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    Accidente

    Sucedi algo inesperado. Mi padre se enferm, estuvo internado y haba que cuidarlo, mi madre tiene ochenta aos y a pesar de que es muy fuerte y joven para sus aos, estaba muy agotada. Y por ltimo, mi hermana tampoco estaba en condiciones de salud como para ayudar demasiado. En sntesis, tuve que ocuparme mucho de ellos. La internacin demi padre concluy y la sigui una convalecencia larga en su casa. De all prcticamente yono poda salir porque cada vez que lo haca ocurra algo extremo que hubiera requerido mipresencia.

    Para completar el cuadro, el nico televisor de la casa estaba en la habitacin de mis padres y no tena internet (que hackeaba de un vecino) cada vez que se debilitaba la sealque seguramente era distante. Todo esto me sirvi para reflexionar, fue como un retiro con un cerco fsico limitado al living de un departamento de dos ambientes y con la sola compaa de mi netbook. Un retiro extenso, de aproximadamente un mes.

    Y entre estas reflexiones y/o divagaciones se present una que me result de inters. Segn esta deba prestar atencin a algo as como un abordaje, enfoque, perspectiva o registro potico de la realidad, es decir a una mirada ms intuitiva, emocional, directa, sin tanta presencia de la racionalidad (ms que de la razn). Record la comunicacin de Silo desde Punta de Vacas acerca de la experiencia y cmo l hace referencia a cuestiones relativas a la experiencia directa (con el ejemplo del color rojo y la imposibilidad de explicrselo a alguien que no lo conociera) y al tema del enamoramiento como experienciacercana o como smil de la experiencia profunda por lo menos en cuanto a cierta fenomenologa descriptiva.

    Tambin record que en algunos momentos de inspiracin literaria o de otra ndole me mostraba ms proclive a experimentar con registros producidos por la msica. Y digo experimentar porque no slo escuchaba msica porque me gustaban ciertas composiciones sino porque quera observar, tener evidencia de los registros que suscitaban. As transit por la msica brasilea (particularmente la bossa nova, afn a mi paisaje de formacin), algunos tangos, la msica rusa, pasando por la hind, la persa, kurda, medio oriental en general y hasta el blues o el country estadounidenses. Todas tenan alguna forma de provocar conmociones que podan ser muy hondas e inefables de acuerdo al grado de introspeccin o entrega a la experiencia.

    En esta ocasin me dediqu a escuchar algunas msicas del repertorio brasileo. Pas por Chico, Vinicius, Dorival y hasta los ms antiguos como Waldir Azevedo. Recordaba que todos ellos en un momento u otro me haban gustado mucho y en ocasiones llegaban a suscitar climas muy extraos y entraables. Pero esta vez no sucedi eso, por el contrario me torn analtico, focalizando mi atencin en cmo estaban escritas sus letras, por ejemplo, observando cmo algunas slo sobrevivan gracias a la msica que las contextualizaban y otras tenan vida propia, podan ser poemas independientes. Tambin, ocasionalmente, escuch algunos tangos arribando a similares conclusiones. Me dije, por ejemplo, que el que tena ms caractersticas de poema entre los tangos escuchados era Malena, con rimas casi perfectas, sonoridad en las palabras, adecuada mtrica e imgenes inspiradoras (por lo menos del clima que quieren inducir o expresar).

    Pero una sensacin iba creciendo de un modo verticalmente crtico. Los modos crticos verticales tienden a descender con gran peso sobre lo criticado no dejando resquicio rescatable.

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    Me dije que estaba tratando de hacer un abordaje potico de la realidad y este no poda terminar en una refriega por muy pasional que esta sea. Por lo tanto baj el nivel de conflictividad, algo que es muy apreciado ltimamente, segn he sabido. Pero sin embargo, algo tenia que decir, y lo que dije fue que las msicas eran fenmenas, algunas tenan una formalidad potica muy interesante, pero que los temas dejaban mucho que desear, sobre todo por su escasez. Estaba claro que el tema predominante era el amor y sus distintas, pocas, variantes de experiencia, despus le puede seguir algn derivado como la soledad, la angustia y por ltimo, los paisajes, el terruo o el propio pas. Despus, si se quiere encontrar alguna densidad diferente ya hay que ir a alguien que se ha intoxicado con algo y escribe letras que nadie entiende pero que sintonizan con un cierto estado que la gente del caso interpreta o, ms que interpreta, da por descontado. Bueno, como ese no es mi caso, me qued conque tanta poesa planetaria para dos o trestemas.

    Pens en algunas expresiones orientales, particularmente budistas, como el koan o el haiku, o la msica china y japonesa. Si bien no dejaba de apreciar los rasgos estticos de las mismas, experimentaba una suerte de lejana, me parecieron ajenas, extraas, difcilesde empatizar, por lo menos para una emotividad alejada de esa cultura como es el caso dela ma.

    En estos anlisis estaba cuando recal en el pensamiento segn el cual nosotros, por la experiencia interna dotada de un poco ms de volumen, podamos estar en condiciones dedar mayor contenido a la poesa o, por lo menos, aportar algunos temas ms que, hoy por hoy, estn un poco demod. Deben hacer unos siglos que no se produce poesa mstica, por ejemplo.

    All empez a vislumbrarse un nuevo elemento que confluira en los poemas mentales.

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    La poesa

    No es la msica el nico vehculo que se expresa en modos poticos. Y en realidad gran parte de la msica no es poesa, es ritmo musical. A partir de estas lucubraciones deriv a la poesa propiamente dicha, la que se basa en las palabras y que, si tiene msica, esta proviene de la organizacin de las mismas, es decir, de su ritmo.

    As empec a buscar poetas, empezando por los ms conocidos. A priori tuve que descartar los de otro origen que no sea espaol o portugus, lenguas que puedo leer ms o menos correctamentes y cuyos climas interpreto sin, creo, mayores inconventientes. Pero no me pareca que tuviera validez leer a autores de lengua inglesa, francesa o alemana, por ejemplo, porque estara leyendo, desde el punto de vista potico, poesas desus traductores. Esto ser discutible o no, pero no iba a perder el tiempo en ello. De modoque all fui detrs de Lope de Vega, Garcilaso, Garcia Lorca, Rubn Daro, Csar Vallejos, Machado, Borges y otros.

    Algunos me parecieron muy buenos pero volvamos al problema, los temas se mueven entre el amor, la muerte, alguna cuestin narcisista o nostlgica o, en el mejor de los casos, el formalismo lingustico. Y es claro, eso tiene una resonancia extraordinaria entre nosotros los mortales, pero de cualquier manera me pareca de una pobreza de experiencia bastante importante. Y esto comenz a aumentar el compromiso en el sentido de que ante la crtica, y para no quedarse simplemente en ella, haba que hacer una propuesta o hasta un efecto demostracin.

    Cierta vez escribi algunos poemas ms o menos inspirados, con imgenes ms o menos poticas, pero sin el ms mnimo oficio potico. Eran ms bien prosas dispuestas como versos. Por otra parte nunca antes en mi vida haba tenido la ms mnima atraccin por la poesa, mucho menos por la clsica, lo cual me llevaba al aserto categrico de que era un gnero que tena dos caractersticas, una era que estaba absolutamente pasado de moda y la otra es que era aburridsimo.

    Con esta perspectiva en mente era seguro que cualquier iniciativa en esa direccin estaba condenada al fracaso tanto en el orden de la lectura como en el de la escritura.

    Sin embargo me dije a m mismo que expresar algunas experiencias con imgenes poticas podra ser una buena iniciativa que, por una parte, permite expresar y por otra permite llevar un mensaje a otros. Me pareca una buena idea pero, por alguna razn ignota, no me satisfaca del todo, le faltaba algo o le sobraba algo.

    Para empezar me dije que las mayores o ms destacadas experiencias que reconoca en m abrevaban en la experiencia disciplinaria y esta era, en algunos aspectos, muy esotrica para cualquier lector. A esta altura ya estaba pensando en algn lector copresente que, por lo visto no era muy calificado para la lectura potica.

    Antes de continuar con el asunto me dediqu a verificar si efectivamente exista en las anotaciones del proceso disciplinario elementos susceptibles de ser expresados poticamente. Vi que en realidad cualquier cosa puede ser expresada de ese modo, por lo que eso dej de ser problema. Lo que apareci es la cuestin de que al referirme a cuestiones relativas a la disciplina deba hacerlo en el contexto de un canon, que no poda ser as noms a la que te criaste, porque se te ocurri un versito. Que ese tipo de enfoque seguramente poda desbarrancarse en poco tiempo sin llegar a mayores. Esto fue, desde

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    mi punto de vista, una intuicin esencial, si iba a hacer poesa tena que ser de acuerdo a algn canon potico y estos slo se encontraban en la poesa clsica.

    Como de poesa clsica no saba absolutamente nada me dediqu a investigar del modo en como se hace en esto tiempos, uno tipea poesa clsica en el buscador de google y aparecen un montn de cosas. Ese suele ser el trmite previo a ir a wikipedia y ver algn artculo que se relacione con el tema. Por ltimo, y para darle rigor cientfico al asunto uno va a la pgina de la RAE (Real Academia Espaola, rae.es) y all empieza a buscar las palabras clave que sac de wikipedia. As uno aprende lo que es un soneto, lo que es un alejandrino, un romance, un hemistiquio u otras palabras bastante ajenas al lenguaje cotidiano constituido por poco ms de once palabras.

    Hecho lo anterior y despus de un par de das de lecturas que sumado en horas tambin dara dos, me sent con el conocimiento suficiente como para empezar a escribir poesa clsica.

    Segn las definiciones los poemas que tienen versos de ocho slabas o menos estn encuadrados en lo que se conoce como arte menor y los que tienen ms de ese nmerode slabas se conocen como de arte mayor. Estas denominaciones tienen su historia pero no son pertinentes en este encuadre ms que para decir que de ningn modo iba a hacer poemas con temas disciplinarios que ni por equvocos se relacionaran con algo llamado arte menor. Por lo tanto los poemas tenan que ser de arte mayor.

    Sus versos podan ser de cualquier nmero mayor a las ocho slabas pero las musas (a esta altura puedo hablar en esos trminos) me enviaron otro mensaje. El caso es que empec a leer poesas y a captar su estructura, a seguir su cadencia, su ritmo, observar su acentuacin, por supuesto la rima, la mtrica y hasta la sonoridad de las palabras y la relacin entre sonoridades de palabras.

    Entre los autores, estilos y formas poticas la que ms rpido incorpor fue la del verso alejandrino en la versin de Rubn Daro. Este tipo de verso se divide en dos partes de siete slabas (llamadas hemistiquios), cada parte debe tener el acento, sea ortogrfico o prosdico, en la tercera y en la sexta slaba. Puede tenerlo en otras partes tambin, pero lo esencial para el ritmo es que lo tenga en esas dos slabas, eso le da una cadencia particular que, por razones que se me escapan de modo absoluto, me fue muy fcil de reconocer, seguir y producir.

    Este ltimo tem fue esencial, rpidamente puedo emitir una frase que tenga la estructura de un verso alejandrino con la mtrica y las acentuaciones correspondientes. A partir de all el problema se reduca a las rimas y, desde el punto de vista del inters planteado, a la posibilidad de expresar en poemas las experiencias diversas (entre prcticas, registros, indicadores, etc.) de la Disciplina Mental segn la versin de mi propio proceso.

    Realic algunas prcticas que estn a buen resguardo de cualquier hipottico lector hasta que surgi una produccin que tena cierta tcnica como poema, aunque su temtica no haca referencia a la experiencia disciplinaria.

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    La inminencia de la muerte

    En esta situacin de carencia de televisin e internet, el tema de la poesa no fue el nico que apareci.

    En una de las tantas experimentaciones con msicas y poesas, y tratando de seguir el rastro de climas, intuiciones o hasta emociones inefables que se suscitaban, tuve la intuicin o la ocurrencia de que me encontraba cercano a la muerte, que iba a morir en un plazo no muy largo.

    Empec a pensar que en realidad mi objetivo de ayudante, ladero, seguidor o lo que fuera,de Silo ya haba sido cumplido y que no haba nada, por lo menos en este planeta, que se acercara al nivel de aquella experiencia, por lo tanto y dado que uno no tiene ms nada que hacer aqu lo ms probable es que uno se muera y eso debe estar en la copresencia ypor eso es intuido.

    Las apelaciones hipotticas del tipo de la motivacin del vamos, vos pods hacer tu propio proyecto, etc., etc. le parecen a mi soberbia intelectual, o a mi soberbia a secas, de una ingenuidad pattica. De cualquier manera me dije que tambin podra tratarse de una traduccin de registros muy internos del cuerpo y que no vendra mal una visita al mdico, pero tambin se me ocurri que podra estar asistiendo a un final de poca, a un cambio de etapa importante o algo similar. De modo que las distintas hiptesis deban ser exploradas, una yendo al mdico y las otras estando atento a las seales direccionales.

    En la hiptesis de que estuviera por partir de este plano, por morir, o como se le quiera llamar, me dije que muchas cosas deberan sacarse de la lista de los pendientes, entre ellas el tema disciplinario y su incierta completitud. En este punto se empez a delinear la idea de repasar el proceso disciplinario pero en otra clave y con mayor energa. La imagen neta que surgi fue la de expresarla en poemas, y a eso dediqu mis esfuerzos durante aproximadamente quince das.

    De este modo la idea de plasmar algunas experiencias disciplinarias a modo de poemas continu perfilando su carcter de trabajo interno que intentaba ir ms all de expresar algo hacia el mundo, sin por esto secundarizarlo.

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    Los poemas

    As, poco a poco, de una manera muy clara y que detallarla llevara mucho tiempo y espacio, se fue definiendo el proyecto de los Poemas mentales.

    La primera idea fue la de hacer tres sonetos por paso, uno referido a la descripcin del mismo, otra a las prcticas hechas para develarlo y el tercero para sintetizar las comprensiones, cadas en cuenta y otros indicadores.

    Uno de los primero obstculos que encontr fue el lenguaje. Algunas palabras como intencionalidad, identificacin, determinacin, encadenamiento, intersubjetividad, sencillamente no entran en un hemistiquio, y si entran no respetan el ritmo. Primer problema: decir lo mismo con otras palabras. Este punto empez a ser otra de las claves del trabajo no tanto en cuanto a expresin de la intencin original sino como punto de partida para transformarla en algo superador, algo que a la postre result ser la intencin de fondo.

    Este obstculo me oblig, en muchos casos, a la bsqueda de trminos ms adecuadospoticamente y que no deformaran el significado original. Adems estaba el tema de las rimas, el lenguaje cotidiano es muy limitado y fuera de las rimas verbales que son fciles y de escaso valor potico, es muy difcil encontrar en l muchas posibilidades de rima. Por eso el lenguaje se hace un poco anticuado porque es necesario apelar a palabras que si son conocidas no son de uso corriente o que directamente estn en extincin. Adems, hay algunas palabras que por inslito que parezcan no tienen rima, una de ellas es muy cercana a nuestros temas, la palabra imagen no tiene rima que no sea verbal en el modo imperativo o presente del subjuntivo en la tercera persona, por lo que dificilmente unverso puede terminar en ella. La palabra otro tiene muy pocas rimas y de ellas muy pocas tienen relacin con el tema y esto en algn paso donde se hace patente la existencia y conciencia del otro, nos encontramos con similares dificultades.

    Todo esto va haciendo que a medida que asciende la experiencia, es decir casi apenas despus de la primera cuaterna, la cosa se hace un poco esotrica y culterana. Pero bueno, son los riesgos de la idea emprendida, a nadie se le puede ocurrir que se va a dedicar a la fabricacin de carcajes (especie de cuja pendiente de un tahal, en que se mete el extremo del palo de la cruz cuando se lleva esta en procesin) y va a vender muchos.

    A poco de adentrarme, casi sin haber empezado, me di cuenta que el soneto iba a limitarme mucho, pero como ya haba publicitado la idea de que iba a trabajar con ellos, decid conservar dos para cada paso, uno para describirlo y otro para sintetizar algunos registros que me parecieran esenciales. Para el resto de los poemas, cuyo nmero quedo indefinido, mantena el tipo de versificacin ya incorporada en unidades formadas por pares de estrofas de dos y cuatro versos. Los primeros dos con rima entre ellos y los restantes con la disposicin consonante de primero con cuarto y segundo con tercero. En la mayora de los poemas esto oper como copete y desarrollo, cosa que no pude evitar y que es un desperdicio de versos.

    Esta soltada del canon inicial (la idea de tres sonetos por paso) provoc una estampida de poemas slo detenida por el seguro colapso neurovegetativo que alcanc a intuir. Una de las primeras observaciones que hice en mi gestin como poeta es que esta es una actividad no slo poco redituable sino agotadora.

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    Ante esta evidencia primera me dije que lo mejor sera desarrollar los poemas relativos a una cuaterna, descansar un tiempo y luego seguir hasta que estuviera concluido. En mi fuero ms profundo saba que eso no iba a ser posible, que si tena alguna posibilidad de terminarlo iba a ser de una vez y ya que esto apareca como improbable tambin era improbable que terminara este proyecto. Me dije que de cualquier modo lo intentara porque seguramente algo iba a aprender y adems me pona en tema, de algn modo, conlas cuestiones en las cuales estaba buscando un abordaje distinto.

    Tambin observ que no iba a ser posible terminar y listo, que se impona alguna revisin porque saltaba a las claras que los poemas iban mejorando a medida que avanzaba, lo que significaba que los primeros poemas no eran buenos o no estaban adecuadamente desarrollados. Decid dejar esa revisin para la obra final, si esta no exista no haba mucho que revisar.

    Terminada la primer cuaterna, y despus de una breve y sumaria ceremonia de autosatisfaccin que simplemente const de releer un par de veces la produccin y ponderar como aceptables un par de poemas, me dispuse a descansar. Pero antes de hacerlo encar una revisin de anotaciones referidas a la segunda cuaterna, hice seleccin de algunos temas y comenc a probar si poda escribir algo, la prueba sali bien y antes de lo que poda imaginar ya estaba instalado en la produccin de la segunda cuaterna.

    Esto tuvo algunas consecuencias secundarias, la principal es que empec a estar como loco, cosa que se manifestaba en el hecho de estar casi permanentemente, aun en sueos, envuelto en rimas. Me despertaba por las noches con, a veces, poemas casi completos, el sueo me convenca de que era imposible que me los olvidara y me volva a dormir. Por supuesto que despertaba sin el ms mnimo recuerdo del susodicho poema, salvo algunas veces en que sobreviva al olvido algn verso o parte de una estrofa.

    Este estar como loco se traslad al resto del tiempo diario con un nico cable a tierra, cocinar o hacer alguna compra. Todo lo dems era poemas, poemas y poemas.

    Aunque no parezcan tantos, son poco ms de cien, algunos fueron reescritos por completoy otros en partes. Son pocos los que salieron redondos, la mayora de ellos son los que cayeron del cielo. Del cielo solan caer algunos pedazos, algunas rimas, algn verso, algn giro y, ocasionalmente, un poema entero.

    Cuando se avecinaba el fin de la segunda cuaterna, a los poemas inspirados en la segunda cuaterna me refiero, me dije que la tercera no iba a ser fcil, que no haba tanta anotacin, ni experiencia, como en las anteriores y que iba a tener que refrescar registros mediante la evocacin directa en prcticas.

    Ahora s iba a parar un tiempo antes de encarar la produccin final. Para prepararme mejor, cuando andaba por el paso siete en cuanto a poemas, empec una rutina consistente en hacer el primer paso, saltar al nueve y as hasta terminar la cuaterna.

    Me encontr con un hecho curioso, el registro de los pasos en esta rutinas tena una concentracin, un volumen y una energa totalmente inusitados. Fundamentalmente este ltimo punto era el ms destacable. Apenas me pona en situacin de hacer la prctica del primer paso se produca un enorme ascenso energtico desde el centro productor hasta la

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    cspide. Hago una descripcin que ms bien se encuadra en la Disciplina Energtica que en la Mental no porque estuviera haciendo una prctica de ese tipo, sino porque lo dicho describe mejor la experiencia y su registro.

    Es claro que esto tuvo la virtud de profundizar el estado de estar como loco y ya no detuve la produccin, ahora quera terminar todo el proceso de una sola vez.

    Simultneamente me pasaban cosas raras a las que, concentrado como estaba en el asunto de los poemas, no les di relieve o no les prest atencin, pero esto forma parte de otro acpite.

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    La revisin de la disciplina

    Sucedi que al hacer seleccin de temas para llevarlos a la forma de poemas tuve que, engran medida, revivirlos. Adems no quera plasmar otra cosa que no estuviera consignada en las anotaciones hechas en su momento.

    Adicionalmente necesitaba ponerme en el clima de la cuaterna y del paso a que se referan ciertas anotaciones. Si toda la disciplina, por haberla experimentado, estaba en copresencia, esta no deba traerse intencionalmente a la presencia. Es decir, si ahora pudiera entender algn paso, o registro o indicador de manera distinta a la de aquel momento, lo ideal era reflejar el original. De ese modo iba a poder rehacerse el proceso paso a paso y no slo una visin actual distribuida en distintas imgenes.

    Lo anterior, sorprendentemente, se cumpli en buena parte y esto es lo que permiti revivir la experiencia, es lo que gener el mbito de nuevas comprensiones y lo que, fundamentalmente, permiti el surgimiento del registro de completitud del proceso disciplinario.

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    La desestabilizacin

    Sera inexacto atribuir la responsabilidad de la desestabilizacin al perodo de trabajo con los poemas. Esto, segn hemos venido viendo, tuvo distintos hitos en los que ya se vean manifestaciones. Sin embargo, al encarar la produccin de los poemas, esta desestabilizacin se extendi y profundiz. Ya no se trat de impresiones o momentos en los cuales una comprensin, una cada en cuenta o una situacin me brindaban un registroinusual. Ahora se trataba de un perodo de varios das en los cuales el pensamiento, el sentimiento y la accin se encontraban, como mnimo, muy trastocados, con el agravante de un sensible aumento energtico.

    Este aumento en el caudal energtico disponible tuvo ciertos detalles a considerar, primerofue su carcter ascendente y exponencial, luego su direccin, la energa tenda a trasladarse por los centros alimentando, inclusive, la intuicin y la inspiracin. En algunos, pocos, registros callejeros (digo pocos porque sala poco) experiment por un lado, una intensa joie de vivre manifestada en una gran satisfaccin por estar vivo y presente, consciente. Tena este estado un cierto rasgo excesivo, me suceda ir por la calle y atendera cada persona con la que me cruzaba de modo individual, disparndose actos de intuicin con el que me pareca adivinar su vida y su futuro. As me cruzaba con la gente que transitaba por la calle y senta la estela de su transcurrir mientras se alejaban. Esto me provoc una cierta sobredosis de humanidad que, por momentos, me result excesiva.Felizmente toda esa tensin se volc a la produccin de los poemas en lugar de dispersarse en imagineras intersubjetivas.

    Con lo anterior queda ilustrada la inestabilidad que experiment en el perodo de trabajo con los poemas mentales. Es claro que sin este fenmeno hubiera sido casi imposible la tarea. La nica copresencia ominosa estaba constituida por la posibilidad de que, repentinamente, se agotara la gasolina, es decir me quedara no slo sin inspiracin sino sin ganas ni motivacin alguna. Es decir que derivara a obra inconclusa. La aspiracin, la ambicin, la magnitud que tena hacan sospechar que este destino, el de la inconclusin, era el ms probable.

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    Los aprendizajes

    No slo de desestabilizacin vive el hombre, son necesarios otros condimentos para lograrel objetivo propuesto, y estos vinieron en distintas formas. Para comenzar, comenc a comprender lo que haba comprendido durante el proceso disciplinario, no es que lo comprendiera ahora, no, lo haba comprendido en su momento pero no tena conciencia de ello o, si alguna vez la tuve, me haba olvidado. Adems, no tena el panorama general,la nocin de proceso que est implcita en la disciplina y, que al ir haciendo los poemas se fue mostrando hasta, finalmente exponer la ntima trama de estas extraordinarias operaciones, es decir, comprend de un modo estrctamente vlido para m, cmo operaba cada paso, cada cuaterna y la disciplina entera y porqu operaba as y no de otro modo. Osea, experiment que comprenda la lgica interna de la disciplina y, me dije, de cualquier disciplina posible. La configuracin de conciencia que se orienta a lo potico tiende a la exageracin pero dificilmente al error de direccin (por aquello de que la realidad habla por boca del poeta).

    Pero no slo haba en los aprendizajes cuestiones generales, abstracciones o grandes temas, haban tambin de los ms pequeos. Entre ellos destaco la evidencia de temas que no estaban del todo resueltos y ni siquiera estaban muy estudiados y que, paralelos altrabajo potico (a estas alturas ya era eso), mostraban sus preguntas. As aparecieron algunos temas distintos pero conectados que tuvieron su resolucin en este perodo, uno de ellos es el de la pareja ideal y el otro es el del ncleo de ensueo.

    Ahora me parece obvio y hasta bochornoso no haberlo considerado con anterioridad dado lo elemental de la cuestin. Es decir si el ncleo de ensueo orienta la totalidad de estructura de la conciencia en la direccin de su sistema de imagenes compensadoras de la carencia bsica de la personalidad. Y esa carencia bsica tiene su raz en deficiencias vegetativo-sexuales, se comprende, por un lado, la relacin que puede tener con el tema de la pareja ideal. Por otra parte se comprende que cuando encaro una disciplina, procesodesestabilizador por excelencia, en algn momento me voy a encontrar con estos temas. Ya sea que el ncleo de ensueo sea un obstculo al desarrollo, ya sea que la aceleracinprecipite su completitud, ya sea que aparezca como reservorio de resistencias, fortalecimiento del registro del yo, debilitamiento del propsito u otros fenmenos, es claro que el tema es de inters y algn indicio debe haber aparecido en algn momento del proceso disciplinario si uno lo hizo con un mnimo de aplicacin.

    El punto es que el gua, esa imagen plstica que tanto me acompaara durante el proceso disciplinario, ya me haba indicado con precisin qu es lo que haba que hacer con respecto al tema. Es cierto que lo haba planteado como tema general, abstracto, conceptual, pero lo haba hecho. Y otro punto es que, si bien haba comprendido el mensaje del gua y hasta comprenda las causas y consecuencias del asunto, en ese momento esa comprensin que era grande, no era profunda. Y cuando esto sucede las cosas pueden ser deslumbrantes y hasta asombrosas pero no tienen gran calado. Para que haya esto ltimo debe haber ms energa, debe aumentar exponencialmente el caudalenergtico hasta el borde casi del descontrol. Debe uno desestabilizarse, deben abrirse brechas hacia los espacios profundos y el yo debe estar como bola sin manija. De otro modo todo entra en el campo de control de ese fenmeno, el yo, que por muy extraordinario que sea, se mueve en un panorama muy limitado y que, por sobre todas las cosas, aspira a la conservacin.

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    As, en el contexto de la produccin potica, se comprendi la operacin que la Disciplina Mental haba hecho en m, se ajustaron los detalles dudosos, eliminndose toda duda respecto de su correccin, se completaron las cuaternas con claros registros de aciertos, expresados en sntesis de pasos, de cuaternas y de la disciplina entera en la forma de poemas.

    Adems en algn momento de este desarrollo potico se produjo o se tom conciencia de la formalizacin del ncleo de ensueo que, aparentemente, termin su larga influencia de cincuenta aos. La consecuencia de esto es que se experimenta que toda una vida ha terminado y es casi ajena y toda una vida an no empieza. Esto ltimo, segn se nos ha explicado ms de una vez, permitira direccionar sus imgenes trazadoras. Siempre se dijoque el ncleo de ensueo es como un sol que no puede observarse cuando est en el znit, pero s cuando decae o cuando nace. Tambin se nos ha explicado que cuando se lo puede ver como imagen es porque se ha sintetizado en un arquetipo y ya ha dejado de motivar, en otras palabras, ha muerto.

    Despus de haber terminado la disciplina, despus de haber hecho este trabajo potico que permiti convalidar y consolidar registros, especialmente en la tercera cuaterna, y con el adicional de estar en situacin de influir en un nuevo ncleo de ensueo, me doy cuentaque estn dadas mis mejores condiciones para orientarme cabalmente a la ascesis, al acceso a lo Profundo.

    Tal vez todas estas complicaciones no hayan tenido otro objetivo que el de empujar mi existencia en esa direccin. Si es as habr que formular un nuevo agradecimiento al gua y, con certeza, al Maestro que sigue arrojando zapallazos desde lo alto para ver si de una vez por todas uno despierta o, cuanto menos se orienta en esa direccin.

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    La cuestin energtica

    En varios prrafos seal el tema de los fenmenos energticos concomitantes tanto de las prcticas disciplinarias como de la construccin de los poemas.

    Creo, es una hiptesis difcil de probar, tengo el registro (esto es un poco menos cuestionable) que la elevacin energtica es la que ha permitido todos estos fenmenos que vengo describiendo. Esta energa la atribuyo al vaco que me qued despus de la partida del Maestro. Es cierto que para que este vaco fuera fructfero no deba derivar hacia el seguimiento de sentidos provisorios. Este punto lo tengo claro, eso no sucedi, noporque no quisiera sino por falta de creatividad, vocacin, riqueza interna, etc., de otro modo seguramente hubiera encontrado un camino en el cual volcar el acerbo vital.

    Felizmente, si se quiere, eso no sucedi, de modo que no apliqu la energa disponible a ningn proyecto en particular lo que, de cierta forma, aument el registro de vaco y con l la espera del surgimiento de la inspiracin o la configuracin de conciencia que me pusieraen marcha en el nuevo momento.

    Esta energa disponible encontr un cauce y un sentido, en cuanto direccin, en estos poemas mentales, que en su desarrollo se constituyeron como encuadre donde se hicieronposible una serie de actos de sntesis de algunos procesos y puesta en marcha, aparentemente, de otros.

    Es posible que sea cuestionable que todo un caudal energtico registrado como consecuencia de un gran vaco cuasi existencial, derive hacia la produccin de unos poemas que dificilmente sean ledos y cuyas consecuencias quedan recluidas en una dudosa subjetividad. Este cuestionamiento podra enfocarse en la ausencia de una direccin hacia el mundo, o en su carencia de involucracin social, y si esto se hiciera sera totalmente adecuado, justo, descriptivo. Pero el caso es que lo que ha surgido son estos poemas y su significado como terminacin de una etapa y, quiz, comienzo de otra. Las consecuencias de esto hacia otros planos, de cualquier ndole que sean, no estn claras todava, si es que se est en direccin a que se exprese alguna. Pero lo claro es que el registro de estar haciendo exactamente lo que deba hacerse fue tan intenso y cierto que todo lo dems queda fuera de cuestin, es secundario, irrelevante, insustancial.

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    Hiptesis

    A partir del trabajo de elaboracin de estos poemas mentales, se fueron sintetizando una serie de hipotesis que, varias de ellas actuando como creencias, se acumulaban en la copresencia, con algunas salidas ms o menos precisas hacia la presencia.

    Algunas de ellas no tienen relacin temtica ni lgica con las explicitaciones anteriores ni con los poemas, pero surgieron en concomitancia con ellos. Copresentemente a la produccin potica se presentaban temas de inters, incgnitas, formulaciones sintticas que me aclaraban temas hasta ese momento poco claros. Pareci til o pertinente incluirlos porque desde otro ngulo ilustran el momento de este relato de experiencia.

    En general no son estrictamente hiptesis sino que funcionan como axiomas o postulados bsicos, pero al no ser reconocidos ni estar planteados de esa manera en el intercambio habitual de significados, corren por el andarivel de las creencias personales que muchos, en una medida u otra tenemos y no nos parece adecuado tratarlos como dato de la realidad, aunque la alteran fuertemente en el orden de la interpretacin y de la percepcin.

    No me he tomado el trabajo de clasificar estas creencias de modo de poder exponerlas, por ejemplo, en manera jerrquica, de las menos a las ms importantes o viceversa. Tampoco me he guado por sus relaciones tratando de agruparlas segn categora o tipo. Sin embargo reconozco algunas que son nodales o que tienen mayor antigedad, o que aparecen con ms frecuencia.

    As siendo, voy a confiar en la espontaneidad que a veces suele esconder un orden ignorado por el operador, dejar que surjan como una lista de compras donde, muchas veces sin querer, los artculos se agrupan por seccin. Esto podr sonar como una justificacin para no tomarse el trabajo del caso.

    Es posible que lo anterior sea cierto pero tambin es posible que an est sumergido en laobra potica y espere ms de la musa o el numen que de las propias facultades.

    Dicho lo antedicho pasamos a las hiptesis-postulados bsicos-axiomas-creencias.

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    La infalibilidad

    Hace aproximadamente unos quince aos o poco ms, el amigo Salvatore Puledda dio un discurso en Santiago de Chile que result ser una suerte de panegrico a Silo. En l lo llam de varias maneras, resaltando diversos atributos de su personalidad, su ideario, su accin. Entre ellos destaco el de maestro y el de iniciado.

    Fue mucha la osada de nuestro amigo en esa ocasin. Expres sin mucha autocensura lams interna imagen que tena de Silo y que, aparte de escritor, filsofo, pensador, orientador y aun maestro, era un iniciado.

    Esta palabra no es propia de nuestro vocabulario, no es un concepto con el cual nos denominamos entre nosotros ni lo hemos hecho con Silo, es ms bien una palabra muy afn al mundo esotrico u ocultista. Pero independientemente del mbito de referencia de dicho signo cobra importancia el significado que contiene. Estos son diversos segn de qu corriente provengan, pueden tratarse de hermanos de logias super secretas, inmortales morando las cumbres de una montaa mstica, extraterrestres super avanzadosen lo tecnolgico y en lo mental, personas que han logrado un alto nivel interno y se han tranformado en eso, etc. pero todos ellos estn encuadrados en la categora o mbito de lo extraordinario, suprahumano y calidades similares.

    No logro identificar a Silo en ninguna de esas categoras por ms que reconozca rasgos que podran haber hecho que se lo catalogara en varias de ellas.

    La cuestin se torna un poco difcil porque entra en cuestin el juez del asunto, es decir, cmo habra yo de saber cul es la naturaleza de un ser al que se tiene por extraordinario.

    Es un dilema y el mismo se resuelve no por el lado de la fundamentacin sino por el lado de la creencia sin mayor fundamento.

    Record que hace muchos aos le un librito de un tal Edouard Schre, llamado Los grandes iniciados. Silo no estaba entre ellos pero all estaban muy acompaados entre s casi todos (o todos) los fundadores de grandes religiones y creo que uno que otro personaje filosfico clebre, del nivel de Pitgoras o Platn.

    Es claro que leer las ideas o propuestas de estos grandes iniciados despus de muchos siglos no es la mejor manera de conocerlos y, menos an, de ponderar su nivel interno, por llamarlo de algn modo. De cualquier manera, como el concepto es ilustrado con ellos,dando por sentado su total superioridad espiritual, no queda otra que dar por cierta la cuestin.

    El caso es que comparando por comparar, no me parece que ninguno, ni siquiera el Buda a quien tanto respeto y aprecio, llegara a las cotas de nuestro Maestro.

    Las acusaciones de parcialidad, favoritismo, etc, son totalmente fundadas y afirman la hiptesis-creencia del ttulo. Tenindolo pues en esa valoracin es practicamente imposible que no piense y sienta que l era infalible.

    La pregunta que se impone es, infalible en qu?

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    Ciertamente no era infalible en aquellas cosas a las que no se dedicaba, tampoco en aquellas en las que l reconoca un conocimiento superior en otros, por ejemplo, alguna tcnica para la produccin de cermica o en el campo del conocimiento de algn idioma.

    Unas respuestas parciales traen otras preguntas y as pregunto, a que se dedicaba Silo?

    Aqu es donde aparece una punta para la hiptesis que traigo, y extraigo. Silo, a mi entender se dedicaba a la generacin de mbitos y procedimientos que propiciaran el despertar de la conciencia humana, y nada ms. Todo lo dems es, esencialmente, adorno(segn mi hiptesis).

    Entonces, si l era infalible los resultados habrn sido estadsticamente perfectos. Esto es difcil de afirmar, el nico caso que tengo a mano es el propio y, si bien puedo afirmar que hay alguna esperanza, lejos estoy de poder afirmar que esto que estoy escribiendo proviene de una conciencia despierta. Es ms, el espacio que ocupa la creencia que estoyformulando ms bien prueba lo contrario.

    Aun la infalibilidad se da entre condiciones y hasta lo involcable se vuelca, de modo que no podemos someternos al extremismo del lenguaje. Sin embargo, creo que Silo tena odo absoluto para formular mbitos y procedimientos que propiciaran el despertar de la conciencia humana. Y esto significa que no haba, para este tiempo y espacio, otros mejores. El mbito estaba creado, la mesa estaba servida, adecuadamente servida, lo dems ya dependa de otros factores muy que muy vibrtiles, tales como pueden ser las diversas caractersticas de los diversos yoes, propios y ajenos, tan dependientes de la altura del tiempo histrico.

    Desde esta perspectiva planteo la hiptesis de que todo, absolutamente todo, por alejado que parezca del propsito, tena el mismo objetivo, propiciar el despertar de la conciencia humana. As, cuando propona actividades organizativas, estructurales, polticas, sociales, culturales, de difusin, de intercambio, de trabajo personal, de estudio, de reflexin, etc. estaba en todos los casos, en su primera y en su ltima instancia tratando de crear la atmsfera que, repito, propiciara el despertar de la conciencia humana.

    Y en qu consiste ese despertar?. Considero, siempre en el campo de la hiptesis, que en, minimamente, observar, comprender y, eventualmente, superar el ensueo, la identificacin, la ilusin.

    Desde el punto de vista planteado deberan revisarse todas las iniciativas, especialmente las que fracasaron segn su inters manifiesto para verificar qu es lo que fracas realmente y quin fue el protagonista de tal fracaso y, fundamentalmente, cul era la funcin procesal de ese fracaso. Observar los modos en que en medio de justificaciones y ensueos los he negado, cerrando el paso a su precisa operacin, impidiendo que fluya la conciencia por los estados internos que le son propios y encuentre las derivas hacia las corrientes ascendentes. Observar los fenmenos, observar la direccin de los fenmenos en su repeticin, observar, observar. He ah una de las claves del posible despertar de mi conciencia.

    Actuar, dir alguien a modo de contrapunto. Actuar, dir, si no, qu voy a observar?

    Silo era infalible, no en hacer puentes o realizar operaciones quirrgicas, l no era ingeniero ni mdico, pero desde el inicio, desde su primer Mensaje del ao 1962, apenas

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    un cuarto de pgina, expres con claridad el propsito de despertar la conciencia humana.Y eso est, infaliblemente, en marcha.

    Las ventajas de la infalibilidad radican en que al tomar como fallido algo que no fall evidencio un modo de ver ajeno o extrao a ese proceder, y esto me pone en cuestin en cuanto a mirada y direccin mental. La opcin de la infalibilidad es, a las claras, un emplazamiento que propicia la necesaria desestabilizacin de los trasfondos de los que senutre la conservacin del yo, su afirmacin y su hipnosis.

    Por otra parte, considerar que todo lo hecho, y dicho por Silo, est bajo escrutinio y que puede ser reemplazado o superado, nos coloca, o puede colocarnos en la situacin de apelar a los propios registros, a las propias certezas, lo que no est mal como experimento, siempre que se tenga en cuenta que all pueden estar tambin el ensueo, laidentificacin y la ilusin.

    Puede pensarse, tal vez con razn, que este tipo de pensamiento niega la evolucin, la superacin de lo viejo por lo nuevo. Es posible, pero tambin es posible, y altamente probable, que con estas argumentaciones se quiera escapar del fracaso sin comprender toda su enseanza.

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    El vaco

    El ltimo gran mbito que propici el Maestro hizo necesario su escamoteo, su desaparicin, su partida, su muerte. Esta dej estampado el futuro en un tiempo mtico (in ilo tempore, como dira Mircea Eliade).

    Este hecho no ocurri en cualquier momento ni estuvo en manos del accidente. Fue anunciado mucho tiempo antes. El primer indicio, en lo que hace a mi registro, ya se dio enBogot en 1995, posteriormente el indicio se fue haciendo anuncio, hasta que casi tena plazo fijo, un ao.

    Cuando finalmente sucedi fue sorprendente, porque siempre, desde nios, el juego de ahora est, ahora no est, nos suscita el acto de sorpresa, en su negacin de la continuidad de todo fluir.

    Si tomamos como primera referencia aquel ao, 1995, aunque ninguno de nosotros tuvieracabal nocin de lo que estaba siendo considerado, veremos que comenz un momento de empinamiento, de elevacin de miras, de cierre de proyectos, de saldo de deudas, de todos los actos de completitud que fueran necesarios para dejar energa libre para otros procesos.

    Estos otros procesos, que no son ms que los que hemos visto encuadrados en el significado de Escuela, comenzaron aproximadamente despus de la celebracin de los treinta aos de la arenga de Punta de Vacas con su gran frase, hemos fracasado porque no hemos podido.... Es llamativo que se recuerde con ms fuerza su propia rplica, unos aos despus, con la frase hemos fracasado pero insistimos.... Ambas frases tienen sentido unidas y profundizadas, de otro modo enfatizar slo la segunda tiene sabor de revancha, es lo opuesto de lo que quiere ser.

    Esa frase de 1999 dej un vaco, pequeo, no muy desestabilizante, pero era una pequea dosis como para ir probando tan extraa sustancia, tan paradjica sustancia.

    El montaje de la Escuela con sus actividades, ms sugeridas o sospechadas que conocidas, fue vaciando de significado, de contenido vivencial, de calor, de amor, lo que conocamos hasta ese momento. As organismos, estructuras, iniciaron un proceso de vaciamiento de sentido muy poderoso. Estas cosas cuando se las vive, cuando se est identificado con ellas, cuando se est tan prximo al suelo, puede producir todo tipo de fenmenos, desde el escepticismo sobre las reales posibilidades de transformacin hasta el pragmatismo que impulsa a apropiarse de lo que sea, aunque sean significados en declive, mientras an existan y otorguen algn beneficio real o imaginario.

    La carga se fue hacia lo alto y lo alto si bien se mostraba no era muy generoso en sus ddivas. Esto, necesariamente, aument el tropismo hacia l.

    Interesantsimo trabajo transferencial si se lo mira de ese modo.

    Es claro que la perspectiva de quien plantea estas cosas es tal que estos temas le impactaban fuertemente en la conciencia. Probablemente hubiera personas que por ser nuevas en estos procesos o por tener vocacin por cuestiones que slo parcialmente se encuadran en el humanismo, probablemente hayan pasado por alto todo esto. Sin contar

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    con aquellos que pudieran estar en algn grupo o estructura que operara como filtro de larealidad, no slo de la externa sino tambin de la interna.

    La informacin, los encuadres, no existan mayormente en un primer momento, lo que seguramente daba lugar a la interpretacin y la intercepcin informativa. De cualquier modo esto no es del todo importante porque en el proceso todo iba a tender a la homogeneidad, a la paridad, a la igualdad de derechos y oportunidades, etc.

    Poco a poco el vaco se transform en un lleno, bsicamente un lleno de expectativas respecto a la posibilidad de acceder a los trabajos de Escuela y a ella misma. En muchos casos esta ansiedad slo estaba en la conciencia de los orientadores o de los miembros ms antiguos, pero de cualquier modo tendan a teir toda la atmsfera.

    En algn momento de ese proceso se disolvi la estructura del movimiento y tambin, tal vez de modos menos perceptibles, se comenz a desmantelar la Escuela en sus aspectos ms perifricos, jerarquas, funciones, etctera, y tambin los prestigios que se haban acumulado en el breve perodo desde que se abri hasta los aos 2008, 2009. El yo puedeser impermanente, puede ser insustancial, puede ser muchas cosas, pero bsicamente parece que es indomable...

    Pero la cuestin que se observa es que siempre que hay un vaco este tiende a llenarse y, en el caso del proceso que inici Silo, todo vaco es de una escala mayor que tiende a llenarse de algo mayor. Es la mecnica misma de la conciencia pero orientada, por decirlo de algn modo, en vertical, en el plano ascendente.

    El ltimo vaco que se gener fue el mayor de todos. Fue precedido por el mayor desmantelamiento realizado durante todo el proceso del Siloismo, dejando en pie, realmente, slo a las personas, sus lugares destinados al estudio y la reflexin y los puntos de reunin que permiten a nueva gente iniciar la aventura (locales y salitas).

    La partida de Silo, su muerte, y la necesaria ubicacin de su representacin en algn lugar, en algn alto lugar, produjeron el vaco que hoy experimento. Digo experimentamos tambin, pero ya en el terreno de la hiptesis.

    Este gran vaco no puede llenarse con cualquier objeto de representacin ni de percepcin, necesita algo en el orden de los significados que Silo diseo y con los cuales dio forma a un paisaje que me opera e, hipotticamente, nos opera como ntimo teln de fondo.

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    El momento actual

    El momento actual es, para m, muy difcil de discernir, no slo por la novedad del mismo sino por la falta de un punto desde el cual pueda observarse el panorama. Panptico he llamado a ese hipottico punto, remedando algunas definiciones de Foucault, desde el cual puede observarse todo.

    La mirada de Silo respecto de todas las cosas, incluidos nuestros propios procesos, era ese punto panptico que produca la ilusin de que uno vea lo que esa mirada vea.

    Alguna vez me hice la pregunta de cmo es que l haca para tener esa representacin delas cosas que corresponda tan exactamente con la realidad de las cosas. Tambin alguna vez me pareci caer en cuenta de que se trataba de realidades intencionales, es decir, estructuraciones que se hacan de los datos que se correspondan con las representaciones que previamente se establecan.

    Lo anterior poda aplicarse perfectamente al pasado y, hasta, al presente, pero cuando conesta estructuracin se prev lo que va a suceder y esto despus pasa, estamos ante algo ms que meras representaciones direccionadas hacia la realidad, modificando la percepcin. As que me dije que deba haber algo ms que se me escapaba, tal vez un mtodo, tal vez la capacidad de observar detalles significativos que nadie advierte y que, ala postre, son la sustancia de los procesos.

    En estas cavilaciones estaba cuando record una frase del Paisaje Interno que no justifica ni fundamenta esta hiptesis pero que sirve de inspiracin para avanzar en ella. Esta frasedice lo siguiente: ... Y si lo reconozco en el paisaje, lo reconozco en m. Esta frase, sacada de su contexto, me sugiri que si quera conocer las claves del mundo externo, de los procesos conjuntos, de la sociedad o del mundo, lo primero que tena que hacer era mirarme a m mismo. En m est el paisaje humano ejerciendo su influencia, aqu est el ritmo de los procesos movilizando mi energa en la forma de pensamientos, sentimientos y acciones, aqu estn las representaciones de todo cuanto acontece en viva memoria, en constante movimiento, en constante transformacin.

    Todo esto y reminiscencias sobre las leyes de estructura y concomitancia me llevaron a la conclusin de que los procesos individuales que experimentaba no eran propios en sentidoexclusivo, lo eran en sentido compartido, como parte de un conjunto en proceso en el que, ms all del folclore individual o grupal, bamos en un mismo ritmo y en una misma direccin en la bsqueda del Sentido y en orientacin hacia lo Profundo.

    Ese es entonces el momento en que nos encontramos, un momento en que el gran vaco busca llenarse no con compensaciones provisorias sino con los significados que le fueron destinados. Uno intenta estar a la altura de la circunstancia y, seguramente, cada uno que est en esta direccin estar empujando el mismo intento.

    Si lo anterior es as pronto se producir una explosin creativa. Las formas que tendr son difciles de prever pero seguramente ser reconocida cuando ocurra, ser muy energtica,mstica y contagiosa.

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    El formateo disciplinario

    Entre otras cosas concibo a las disciplinas como mtodo de formateo, es decir dan formaa recorridos internos (fsicos, de actos, de formas, de energa) de modo tal que la experiencia profunda tenga el mbito adecuado para expresarse.

    Siendo as las cosas aparece como de fundamental importancia no dejar estos procesos incompletos. Todos sabemos que los procesos disciplinarios se llevaron adelante de acuerdo a los plazos impuestos por un proceso mayor. Esto no significa que ese tiempo haya sido insuficiente en general, pero pudo serlo en casos particulares.

    Creo entender que completar dichos procesos es esencial, no slo para los individuos sinopara el conjunto. Establece una cota, un parmetro interno desde el cual la experiencia y el intercambio elevan su nivel.

    No se considera que slo en los procesos de las camadas hayan incompletitudes disciplinarias. En realidad todo el proceso estuvo constreido por plazos determinados, aunque fuera de aos.

    Estamos acostumbrados a que las cosas sean de cierto modo y muchas veces no advertimos que ese modo est en un contexto, en un momento de proceso mayor y que eso condiciona su forma, a veces de modo decisivo.

    Por ejemplo, la imagen que se estructur hace muchos aos, en los primeros esbozos disciplinarios fue el de que la disciplina era una actividad de por vida, individual y, desde ese punto de vista, vinculada con las necesidades internas de cada uno. Entonces, algn da, cuando bajaran las expectativas hipnticas que plantea la vida, cuando se hubieran desgastado los ensueos, se hubieran realizado los planes y proyectos y otros agotamientos de instancias, quiz uno poda retomar el tema disciplinario, quiz tambin hubieran en tal momento monasterios adonde retirarse si tal fuera la intencin. Todo esto precedido de un trabajo de oficio, que poda ser de aos, realizado con el propsito de lograr internamente los atributos de pulcritud, permanencia y tono.

    Otro es el momento actual, otra es la situacin del psiquismo en este momento, otro el grado de desestructuracin, otro, en suma, es el nivel del conjunto de referencia. Esto, unido a que el fracaso ya no es un ensueo sino una realidad altamente instructiva, tal vezpermitieron hacer las cosas del modo en que se hicieron. Y esto fue lo ms adecuado.

    Hoy no existen oficios que sean condicin de la disciplina, a pesar que en los textos de referencia pareciera que se hablara en trminos secuenciales. Hoy las cosas son planteadas en trminos de sntesis, de simultaneidad, de concomitancia y, de modo muy esencial, en trminos de las necesidades del operador.

    De que estos procesos estn en va de sintetizarse ya parece que hubieran indicios o indicadores. Esto es un proceso que ya est en marcha y es de mucha importancia facilitarlo, bsicamente proponindose una buena atmsfera, un buen clima de conjunto, aun en el desacuerdo.

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    La energa

    Hablar de energa es hablar de un punto de vista al descifrar ciertos fenmenos. Pero los puntos de vista no slo sirven para interpretar una realidad sino para actuar sobre ella. Este actuar sobre ella muchas veces simplemente consiste en una mirada, un configurar desde cierta perspectiva, las consecuencias vienen por aadidura.

    Hay momentos en que un punto de vista prevalece sobre otro o es ms adecuado que otro. La hiptesis que sostengo es que en este momento el punto de vista ms adecuado es el energtico. Esto no quita otros puntos de vista tales como el de la comprensin de temas por medio del estudio y la meditacin sobre ellos, tampoco la experimentacin en diversos campos sea internos o sociales, menos an se opone a la estructuracin de mbitos de diverso tipo, sean parques, salas, locales, en lo fsico, o relacionales e internos.

    El punto es que lo decisivo en este momento me parece el tema energtico. Y as como enalgunos momentos es importante ordenar, direccionar, en este momento nos parece intuir que la clave est en elevar su nivel, su potencial.

    Todo debe hacerse con ms energa, con mayor potencial, apelando a fuentes muy amplias, exponenciando. El salto de nivel de las formas que hemos estructurado en los ltimos aos depender del nivel energtico que se logre.

    En un prrafo anterior se mencion el tema de los oficios. Es llamativo que el Maestro haya optado por un solo oficio, distinto a los desarrollados en otros momentos, y que este fuera el del fuego. Entendemos que marca un inters, una prioridad y una direccin, y estatiene el de las altas temperaturas, el de los altos niveles de energa.

    Las seales de lo Profundo podrn ser sutiles, casi silenciosas, no es necesario arrebatarlas con ningn fuego, pero desestructurar al yo, silenciarlo, llevar la conciencia a sus lmites, s que puede exigir altas temperaturas.

    Cmo es que aumenta el nivel energtico? En el contexto del proceso que puso en marcha el Maestro y despus de haber pasado por la experiencia del vaco que propuso su partida, la cuestin, entiendo, es tomar contacto profundo consigo mismo, en una conciencia de s concentrada y soltar. Soltar toda autocensura, todo temor, toda prevencin, toda modestia, todo freno. Dejar que el formateo opere por s mismo y que l