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Literatura Mexicana ISSN: 0188-2546 [email protected] Universidad Nacional Autónoma de México México DÍEZ-CANEDO, AURORA Traducir poesía. Correspondencia entre Enrique Díez-Canedo y Enrique González Martínez Literatura Mexicana, vol. XVI, núm. 2, 2005, pp. 187-205 Universidad Nacional Autónoma de México Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=358241846010 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Literatura Mexicana

ISSN: 0188-2546

[email protected]

Universidad Nacional Autónoma de

México

México

DÍEZ-CANEDO, AURORA

Traducir poesía. Correspondencia entre Enrique Díez-Canedo y Enrique González

Martínez

Literatura Mexicana, vol. XVI, núm. 2, 2005, pp. 187-205

Universidad Nacional Autónoma de México

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=358241846010

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Traducir poesía.Correspondencia entre Enrique Díez-Canedo

y Enrique González Martínez

Presentación, transcripción, investigación y notas,AURORA DÍEZ-CANEDO

Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM

Presento aquí seis cartas entre estos dos escritores, testimonio de cómose conocieron y de sus afinidades literarias, con el interés de destacarenrre éstas la traducción de poesía extranjera. Las cuatro cartas deDíez-Canedo a González Martínez son inéditas y proceden del archivode este último en México;! complementan las dos de Enrique Gonzá­lez Martínez a Enrique Díez-Canedo publicadas en el Epistolario delpoeta mexicano. 2 Todas son autógrafas.

Desde el primer contacto entre los dos escritores en 1909, comopuede verse por la carta inicial de este conjunto, surgió un interés mu­[uo en relación con la poesía y los libros hasta entonces publicados decada uno. González Martínez había dado a conocer en su revista Artealgunos poemas de Enrique Díez-Canedo y éste buscaba al poetamexicano porque le interesaba incluir sus traducciones de poesía en laantología de poesía francesa traducida que se encontraba preparandopor entonces y que llevaría el título de La poesía francesa moderna(Madrid, Renacimiento, 1913). La relación inicialmente epistolar deque dan testimonio las cartas de 1909 y 1911 se ahondará con losaños y bajo otras circunstancias. Primero, durante la estancia de Gon-

I Agradezco al Dr. Álvaro Matute Aguirre las forocopias de las cartas de EnriqueDíez-Canedo a Enrique González ivfarrínez.

2 Enrique González Martínez, Epistolario, en Obras de... Prosa 1. Edición, com­pilación y notas de Armando Cámara Rosado. México: El Colegio Nacional, 2002.

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zález Martínez en Madrid como embajador de México en España (yen Portugal) de 1924 a 1931, cuando en la Legación de México se re­unían destacados republicanos españoles,3 después durante la breve es­tancia de Díez-Canedo en México en 'agosto de 19324 y, finalmente,durante los años de vida en México de éste como refugiado de la Espa­ña republicana, desde fines de 1938 hasta su muerte en junio de 1944.

La visión fragmentaria que se desprende de este conjunto de cartases necesario completarla con referencias procedentes de otros epistola­rios, más los prólogos y artículos de Díez-Canedo sobre los libros deGonzález Martínez por un lado, y, por otro, con lo que éste escribiósobre la obra y la persona de aquél hasta conseguir una imagen real,precisa y documentada de la relación y afinidades entre ambos. La úl­tima carta es de 1934 y procede de Montevideo, ciudad donde vivióEnrique Díez-Canedo como ministro de España de 1933 a 1934.

El contacto, como se ve por las cartas, se dio a partir de la iniciativa decada cual, de manera coincidental y casi simultánea. Díez-Canedo le

3 "La legación de México fue lugar de cita para todo lo que bullía y alentaba en elambiente madrileño.,. Aquella manga ancha y la visible notoriedad de la legación deMéxico llegaron a inquietar -el temor y la suspicacia perturbaban la mente de losempecatados- al gobierno de la dictadura. Tal vez pensó, pasándose de listo, que lacamaradería de monárquicos y republicanos en un sitio neutral y al calot del paliquey del vino español, podría cambiar la mentalidad y las convicciones de algún partida­rio del absolutismo" (Enrique González Martínez. La apacible locura, 107). Comple­menta este testimonio e! de! escritor estridentisra Arqueles Vela (Guatemala 1899­México 1979): "La embajada de México en Madrid era entonces el centro del círculode los conspiradores republicanos, Manuel Azaña, Álvarez del Vaya, Díez-Canedo.Valle Inclán, Rivas Cherif y otros disidentes del régimen de Primo de Rivera, coinci­dían con Enrique González Martína, cotejando al mismo tiempo sus sentimientosmusicalízados y sus ideas políticas en contrapunto ... La policía vigilaba a los conter­tulios siguiendo sus pasos por las calles reales .. ," (Arqueles Vela, "González Marrínezoye la palabra del viento ... ", en Sincrónicas. 58-59),

4 Enrique Díez-Canedo hizo un viaje a México en 1932, invitado por el InstitutoHispanomexicano de Intercambio Universitario para dar una serie de conferencias sobrepintura española. Enrique González Martínez lo presentó e! 25 de agosto en el paraninfode la Universidad. El texto esrá publicado como "Enrique Díez-Canedo" en Obras deEnrique González Martínez, Prosa JI, sección Crítica literaria 1. Ensayos y artículos. 130­133. Este texto aparece erróneamente fechado en 1939 pues se confunde la estancia deEnrique Díez-Canedo en México en 1932 con su llegada posterior como refugiado polí­tico en 1939, Las notas también contienen errores debido a esta confusión.

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escribe a Rafael López de la Revista Moderna de México (esta carta nose ha podido localizar) seguramente siguiendo una indicación de Ama­do Nervo, pues le interesan las traducciones de poetas franceses deGonzález Martínez y su libro Silenter. Por su cuenta, y pocos días an­tes de saber esto, el poeta mexicano le había mandado a Amado Nervoen Madrid un ejemplar de su más reciente libro (Silenter, Mocorito,1909) para que se lo hiciera llegar a Díez-Canedo, de quien había pu­blicado dos poemas en el númeto de marzo de la revista Arte:) "Lamoza del cántaro" y "De vuelta del pinar".G

Dos fueron entonces los intermediarios por quienes González Mar­tínez y Díez-Canedo establecieron comunicación en 1909: AmadoNervo, en la Legación de México en Madrid desde 1905 y Rafael Ló­pez, desde la Revista Moderna de México. González Martínez no conocíaentonces personalmente a este último y lo hará hasta fines de 1909,según se deduce de una carta que le manda en abril de ese año.? RafaelLópez después se volverá un "asiduo visitante de su casa" por años. 8

Al recibir Silentery descubrir la poesía de González Martínez, Díez­Canedo se propone escribir sobre su obra y mandar algo suyo para larevista Arte. En el número de diciembre de 1910 de la revista La Lec­tura de Madrid aparecerá el primer texto del crítico sobre el poetamexicano, un fragmento del cual se reproduce posteriormente en las

5 Revista Arte (1907-1909). Director Enrique González Manínez/ Sixro Osuna.Mocorito, Sonora. Ver la ed. facsimilar: Arte 1901-1909. Argos 1912. Revistas Litera­rias Mexicanas Modernas, México, [cE, 1980. En Arte se publican desde] 907 poe­mas de españoles como Antonio Machado, Manuel Machado, Enrique Díez-Canedo,Eduardo Marquina, Francisco Villaespesa y rambién traducciones del francés de poe­tas y prosistas franceses. Algunos de estos textos especifIcan "Para Arte", pero noaparecen créditos de los traductores. Sí se da crédito a B. Dávalos por su traducciónde un poema de J. Richepin.

G Pertenecen al segundo libro de poemas de EDC, La ¡;isita del sol, Madrid, 1907,Imprenta Gutenberg-Castro, 151 pp.

7 Cana de Enrique González Martínez a Rafael López desde Mocorito, Sin., del25 de abril de 1909, en Epistolario, op. cit., p. 368.

8 Rafael López (Guanajuato 1873-cd. de México 1943). González Martínez lomenciona en La apacible locura entre el grupo de visitantes asiduos de su casa: BarbaJacob, Leopoldo de la Rosa, Enrique Fernández Ledesma, Jesús B. González, EstebanFlores, Rafael Heliodoro Valle, Genaro Estrada, grupo al que poco más tarde se in­tegraría Ramón López Velarde. González Martínez no precisa los años de estas reunionesni cuándo y por qué R. López "dejó de ser asiduo visitante de mi casa... " (pp. 92 Y 122).

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"Notas críticas" de la segunda edición de Jardines de Francia, hecha enMéxico por Cvlrvra en 1919.9

Con respecto al envío de Díez-Canedo para Arte desafortunada­mente la edición facsimilar de la revista, cuyos originales proceden delarchivo de Enrique González Martínez, no llega sino hasta el númerode marzo de 1909 antes mencionado.

Además de mutuos admiradores de su respectiva obra poética desdetempranas fechas, un terreno que ambos cultivan es el de la traduc­ción de poesía. Relegar este aspecto, indispensable para entender laformación de estos autores y consustancial con su obra de creación, obe­dece a la falta de estudios en México relacionados con la historia de latraducción.

Mientras González Martínez hacía labor de divulgación en Méxicoal dar a conocer a los franceses en traducciones hechas supongo quepor él mismo por medio de su primera revista, Díez-Canedo publica­ba también a poetas extranjeros en traducciones suyas y tenía ya dosantologías sobre este tema: Del cercado ajeno (1907) e Imágenes. (Ver­siones poéticas) [1909J.

El tema de la conveniencia e inconvenientes de la traducción, quecomo fenómeno literario "se convierte en una de las actividades predi­leeras por los modernistas y postmodernistas", lO generó toda una dis­cusión en España desde principios del siglo xx a la que contribuyeroncon sus ideas desde Unamuno y Menéndez Pelayo hasta Juan RamónJiménez, Fernando Maristany y Ortega y Gasset. Sin entrar en estetema que sería materia de otro trabajo, es pertinente decir aquí queDíez-Canedo fue uno de los defensores de la traducción poética enverso y un incansable traductor de poesía de diversos idiomas. Consi­deraba a la traducción en verso (y no a la traducción libre) como todauna tradición enriquecedora tanto de la literatura de origen como de

9 Enrique González Martínez, jardines de Francia, México: Cvlrvra, 1919. No hepodido contar con e! texto completo de! artículo de Enrique Díez-Canedo de LaLectura salvo este fragmento. La primera edición, muy rara, de jardiiles de Francia esde 1915.

lO Manuel Gallego Roca, Poesía importada. Traducción poética)1 renovación litera­

ria en España (1909-1936), p. 47.

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la receptora. Traducir no sólo el contenido sino mantener la forma yel ritmo del verso implicaba un mayor esfuerzo pero esto "ensanchaba elcampo de la versificación" y enriquecía la tradición. Inspirado tam­bién en un consejo de Hyppolite Taine, para él la traducción de poe­sía era una "inapreciable disciplina" .11 Otro era el pensamiento de Or­

tega y Gasset quien, a diferencia de Díez-Canedo, cuyas ideas sobre latraducción se encuentran dispersas en sus escritos, sí escribió directa­mente sobre el asunto. Para Ortega, traducir era "una operación utó­pica y un propósito imposible", a pesar de lo cual había que "renovarel prestigio de esta labor y encarecerla como un trabajo intelectual deprimer orden". Le interesaba la traducción en tanto que aportacióncientífica, no el aspecto literario o estético de una traducción; además,no le gustaba el francés ni la poesía sino el alemán y la filosofía y creíaque la lengua más difícil de traducir entre las europeas era el francés. 12

En el fondo, todos estaban en contra de las malas traducciones.

La poesía francesa moderna es la primera antología de poesía francesaen traducciones al español publicada en España. Durante su prepara­ción, Díez-Canedo escribió a los autores que sabía habían traducido apoetas franceses. Desde mediados de 1909 hasta marzo de 1911 vivióen París y desde allí se dedicó a reunir traducciones para la antología.En una carta a Juan Ramón Jímenez (a quien tampoco conocía perso­nalmente) de diciembre de 1910, le dice:

Yo me ocupo ahora en ordenar para la Bibl. Renacimiento una antolo­gía francesa, del simbolismo para acá, dando bastante lugar a la gentede hoy. Lo hago con ayuda de Fortún. 13 Nuestras traducciones, aun-

11 Enrique Díez-Canedo, "Notas críticas" en Enrique González Martínez, Jardinesde Francia, Segunda edición, México: Cvltvra, 1919, p. 6.

12 José Ortega y Gasset, "Miseria y esplendor de la traducción"; "Gracia y desgra­cia de la lengua francesa", en Obras completas, romo V (1933-1941), Madrid: Revistade Occidente, 1970. Ver también en AlfOnso Reyes y Francia de Paulette Patour lo quepensaba Ortega sobre los escrirores franceses (P. Parout, AlfOnso Reyes y Francia, pp.148 Y 150).

13 Fernando Fortún (1890-1914). Poeta español "crepuscular", amigo y colabora­dor de Enrique Díez-Canedo. Publicó er vida La hora romdntica (1907). Juan Ra­món Jiménez y Enrique Díez-Canedo editaron sus escritos en un libro póstumo tiru­lado Reliquias póstumas (Madrid. 1914).

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que hayan de ser las más, son suplemenrarias, porque ponemos las queestán bien de cuantos hemos tenido noticia. Por cierto que si ustednos diese algo nos haría felices. 14

En comparación con todos los traductores de poesía extranjera quehabía en España, en México traducir a poetas de otros idiomas era una ocu­pación "poco gustada", como le explica González Martínez a Díez-Canedoen una de sus cartas. Entre los escasos cultivadores mexicanos del géne­ro estaba Balbino Dávalos, a quien González Martínez recomienda.

Por una carta de Balbino Dávalos a Amado Nervo escrita desde laLegación de México en Lisboa el 31 de julio de 1911, sabemos queDíez-Canedo le escribió: "Salúdame a Díaz Canedo [sic], si esta cartava a buscarte a París y le vieres. Dile que no le he escrito en espera deenviarle las traducciones que me pidió y algunas más; pero que entre­tanto puede disponer a su gusto de las que tenga mías."15

La poesía francesa moderna es interesante por varias razones: porque lastraducciones escogidas provenían frecuentemente de las revistas dondese habían publicado, no siempre de libros; porque hacía una selecciónentre las distintas traducciones que existían; porque agrupaba a los au­tores por escuelas; porque presentaba una bibliografía comentada yhacía un análisis de los criterios con que estaban hechas las antologíasde poesía francesa (en francés) publicadas, y finalmente, por reunir auna serie representativa de traductores de España y América. 16 Entreéstos, a dos mexicanos: Enrique González Martínez y Balbino Dáva-

14 Carta de Enrique Díez-Canedo a jRj, 20 de diciembre de 1910. Archivo JuanRamón Jiménez. Inédita.

15 Ver "Siete cartas de Balbino Dávalos a Amado Nervo". Edición y notas de Santia­go Cortés Hernández y Gus ayo Jiménez Aguirre, en Literatura Mexicana. México:Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Filológicas.XI. 2, 2000. 263-282.

16 En el "índice de traductores" están: Cayetano de Alvear, Aniery Diawila, RicardoBaeza, Guillermo Belmonte Muller, Miguel Antonio Caro, Emilio Carrere, BalbinoDávalos, Leopoldo Díaz, Enrique Díez-Canedo, Fernando Fortún, Leopoldo GardaRamón, Géminis, María Luisa González, Andrés González Blanco, Enrique GonzálezMartínez. Max Henríquez Ureña, Juan Ramón Jiménez, Eduardo Marquina, Luis deZulueta, Gregario Martínez Sierra, Elías Ortiz de la Torre, Ramón Pérez de Ayala,José Antonio Restrepo, Pedro Salinas, Manuel de Sandoval, Guillermo Valencia, An­gel Vegué y Goldoni, Antonio de Zayas.

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los. Los poemas traducidos por González Martínez, tomados de los li­bros donde originalmente se publicaron, Lirismos (1907), Silenter(1909) y Los senderos ocultos (1911), son: de Ephraim Michael, "Tris­teza de septiembre" y "Crepúsculo lluvioso"; de Maurice Rollinat, "Labiblioteca"; de Paul Verlaine, "Coloquio sentimental", "Bon chevaliermasqué ... ", "Pierrot"; de Albert Samain, "Pannyra"; de Jéan Moréas,"Sous vos longues chevelures"; de Maurice Maeterlinck, "Et s'il reve­nait un jour... " y "J'aí cherché trente ans, mes soeurs ... "; de PaulFort, "Cene fille, elle est morte ... "; de Francis Jammes, "Mon humbleami, mon chien fidele ... ".

De Balbino Dávalos se incluye "Sinfonía en blanco mayor" de Théo­phile Gautier. 17

Desde un principio Díez-Canedo elogió la calidad de las traduccio­nes de González Martínez, algunas de las cuales incluso coincidíancon las suyas. En La Lectura destacó su traducción de "El cuervo" deEdgar AJlan Poe, publicada en Preludios, las de Verlaine, Baudelaire yHeredia publicadas en Lirismos y las de Silenter. D'Annunzio, Rolli­nat, Regnier, Moréas, Maeterlinck, Paul Fort ...

A propósito de antologías de poesía moderna, es interesante notar queen la de Genaro Estrada, Poetas nuevos de México (1916) sí se docu­mentan las traducciones de poesía extranjera hechas por mexicanos,entre otros Justo Sierra y Rafael López, que habían traducido "Lostrofeos" de José Ma. de Heredia. I8 En la nota sobre González Martí­nez, Genaro Estrada cita la opinión de Francisco A. de Icaza sobre élen una conferencia dada en el Ateneo de Madrid en 1914; lcaza tam­bién hace un elogio de las traducciones de González Martínez y consi­dera que su dominio de la técnica y su originalidad deben mucho a sudedicación a traducir poesía.

17 Probablemente tomada de la Revista Moderna de México, donde aparece en elnúmero de mayo de 1908, aunqLle antes se publicó en la Revista Moderna (año 1,

núm. 8, 1898). En el mismo año 1913. aparece en el libro de Balbino Dávalos Musas

de Francia, que se publica en Lisboa.IS Genaro Estrada en Poetas nuevo, de México. Antología con noticias biográficas,

críticas y bibliográficas, México: ediciones Porrúa, 1916, dice que Rafael López hatraducido (como Justo Sierra) a Heredia (p. 150). Las traducciones de "Los trofeos"de José Ma. de Heredia de Justo Sierra y de Rafael López aparecieron en la Revista

Moderna de México en 1905 y 1907 respectivamente.

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González Martínez ductilizó su propio verso en la perfecta interpreta­ción castellana de los poetas extranjeros más contradictorios. Con granagilidad rítmica y mental pasa de! sentimentalismo ordenado y pulcrode Lamartine a las alucinaciones y sentimientos patológicos de Poe; re­fleja e! Clair de lune de Verlaine; la idea hosca encajada en e! pálidoverso de Baude!aire; la plasticidad objetiva de! endecasílabo de Here­dia; e! encanto primitivo, en forma y en idea, de Francis Jammes; e!clasicismo vívido de Samain, y llega así a lograr esa técnica que carac­teriza hoy su poesía original de! todo, pues dio sangre y vida a las ex­trañas, sin reclamar nada de ellas... (Icaza en Estrada 1916: 91).

Genaro Estrada toma como modelo para su antología el libro Poetesd 'aujourd'hui, de Ad. Van Bever y Paul Leautaud (1908), con lo queintroduce en México los criterios modernos para las antologías de

poesía.En la bibliografía de la antología mexicana sobre González Martí­

nez, sin embargo, no figura La poesía francesa moderna. ¿Cuál habrásido la recepción de este libro en México? Por 10 menos los dos traduc­

tores incluidos, Amado Nervo, Rafael López, Alfonso Reyes, segura­mente lcaza y Genaro Estrada debieron conocer esta antología. Cuan­

do menos Estrada, en un artículo publicado en Revista de Revistas enoctubre de 1915 sobre jardines de Francia (la primera edición) men­

ciona no ésta sino las anteriores antologías de Enrique Díez-Canedo:

Pocos poetas que escriben en español, han superado el valor de las ver­siones de González Martínez; pero es indispensable en esta línea nodejar inadvertidos los libros Del cercado ajeno e lmdgenes de Díez-Ca­nedo, e! esfuerzo de Marquina más editorial que espontáneo para tra­ducir a Verlaine y Baudelaire; la peligrosa aventura de Zayas cIllrándo­se por todos los "Trofeos" y las bellas realizaciones de Valencia conpoemas alemanes e italianos (Estrada 1915).19

Por lo que respecta a las ediciones de la poesía de González Martínez,

en 1940 apareció en tres tomos Poesía (1898-1938),20 edición donde

19 "Un nuevo libro de González Martínez. jardines de Francia". Un fragmento deeste artículo se incluye en las "Notas críticas" de la segunda edición de jardmes deFrancia.

20 Enrique González Martínez, Poesía (1898-1938), México: editorial Polis, 3t.

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el poeta hizo una serie de cambios en relación con sus primeras edicio­nes en volúmenes sueltos. En qué consistieron estos cambios se explicaen la "Advertencia preliminar" de la segunda edición de El ColegioNacional de las Obras de González Martínez (1995). Me interesa lla­mar la atención sobre el hecho de que desde Poesía (1898-1938) elpropio González Martínez eliminó sus traducciones poéticas tal comohabían aparecido en sus primeras ediciones -en secciones aparte titula­das "Exóticas"-, considerando que todo este material (sin embargocon algunos cambios y variantes) debía concentrarse o pertenecía a Jar­dines de Francia.

Sobre Poesía (1898-1938), Díez-Canedo escribió una nota o reseñatitulada "Enrique González Martínez en su plenitud" donde lamentaque el autor haya descartado "algunas poesías, quién sabe si todas ellascon criterio absolutamente justo."21 El tomo tres, que incluye Jardinesde Francia, va precedido por este epígrafe o advertencia que para dichaedición escribió el propio autor:

Estas versiones deben considerarse como mero pasatiempo literario yson, en su mayor parte, obra de juventud. De los autores cuyos poemasfiguran en este libro. no todos son ya poetas preferidos y muchos de

ellos no han sido nunca de mi predilección. Sé muy bien que el tradu­cir, si no traiciona, suele empequeñecer la poesía original; pero comoestas interpretaciones líricas han sido juzgadas favorablemente por escri­tores autorizados, no me creo con derecho a eliminarlas de mi obra(González Martínez 1940 III: s/f).

Años más tarde, cuando escribió la segunda parte de su autobiogra­fía, La apacible locura, González Martínez recuerda aquel texto (" ... en1940, cuando publiqué en tres volúmenes mi obra lírica desde 1898hasta 1938, escribí en la sección dedicada a mis traducciones poéticaslas siguientes palabras"); lo copia textualmente y lo invalida:

Esta nota, que no pateció bien a Enrique Díez-Canedo, que tan bené­volamente me había elogiado como traductor, quisiera borrarla en ra­zón de su tono pedantesco que, por fortuna, no es habitual en mí.Dese por no escrita (1951: 75-76).

1\ Enrique Díez-Canedo, "Enrique González Martínez en su plenitud", Revista

lberotlmeric'lti,l, [1940?], p. 383.

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La dedicatoria de jardines de Francia "A la memoria de EnriqueDíez-Canedo" que se lee en la edición de El Colegio Nacional, debe ha­ber sido puesta en una edición de 1944 (posterior a la muerte de Enri­que Díez-Canedo en junio) titulada Poesías completas, de la Asociaciónde Libreros y Editores Mexicanos, de difícil acceso hoy en día.

Con la intención de dar una idea del contenido de los libros originales,aunque sin atreverse de plano a restituirlos, la edición de El ColegioNacional mandó a "Apéndices" las traducciones poéticas incluidas enlas primeras ediciones de los libros de González Martínez. Si bien elpropio autor decidió en un momento dado concentrar todas sus tra­ducciones de poesía extranjera en un depurado jardines de Francia, ac­tualmente resulta necesario volver a las primeras ediciones, difíciles deconseguir, para entender tanto la formación, influencias, lecturas, bús­quedas, intereses estéticos e intelectuales del poeta mexicano, como laevolución de sus ideas sobre la edición de su poesía. No obstante cier­tos prejuicios y criterios predominantes del contexto cultural en elcaso del primero, González Martínez y Díez-Canedo escribieron suobra y tradujeron a otros de manera no sólo simultánea sino enrique­ciéndose con ello, y entiqueciendo, hasta hoy, a sus lectores.

Sobre la obra del mexicano, el crítico español escribió (después delprimer artículo mencionado en La Lectura) "El cóndor, el cisne y elbúho", publicado primero en Revista de Occidente (septiembre, 1924),después como prólogo a la segunda edición de El romero alucinado(Madrid, Saturnino Calleja, 1925) y por último en Revista de Revistasen un nÍlmero homenaje a González Martínez, de 1936;22 en Letrasde América, el texto breve titulado "Enrique González Martínez"; en194023 la nota "Enrique González Martínez en su plenitud".

Por su parte, González Martínez escribió sobre Enrique Díez-Cane­do el texto antes mencionado de bienvenida y presentación en Méxicoen 1932, donde se encuentra uno de los pocos testimonios sobre la bi-

22 Enrique Díez-Canedo, "El cóndor, el cisne y el búho", en Revista de Revistas,

septiembre 1936.23 Enrique González Martínez. "Palabras leídas en una velada de homenaje, cele­

brada en el Teatro de Bellas Arres de México, el 2 de agosto de 1939", en Letras de

América, México, FCE, p. 192.

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blioteca del segundo en Madrid, biblioteca que fue saqueada e incau­tada durante la guerra:

Los que hemos visitado su casa de Madrid, hogar perfecto en que sebrinda el vino más puro de la hospitalidad generosa, nos hemos dadocuenta de que hay en ella un sitio de honor para nuestra patria. Enaquellos muros tapizados de libros, los nuestros ocupan mayor espacioque en muchas bibliotecas mexicanas, y era para nosotros motivo desorpresa jubilosa el advertir que en tan insigne morada, recinto para elestudio noble y el trabajo asiduo, ningún autor mexicano era ignora­do, ninguna obra desconocida, ningún prestigio olvidado, ningún su­ceso trascendental arrojado al rincón de la indiferencia. El espíritu deMéxico tiene una sucursal en Madrid: la casa de Enrique Díez-Canedo(2002 Ir: 130).

González Martínez escribió también sobre Díez-Canedo en La apa­cible locura. Recuerda su artículo sobre Silenter como "un estudio crí­tico, excelente como todos los suyos, del cual me halagaron, más quelos elogios, las claras muestras de su fervorosa comprensión". Participóen el número-homenaje (póstumo) de Litoral dedicado al poeta, críti­co y traductor que acababa de morir en México, con la nota titulada"Enrique Díez-Canedo".24

24 Enrique González MartÍnez, La apacible locura, op. cit., pp. 9-10; "Enrique Díez­Canedo", en Litoral (al poeta Enrique Díez-Canedo), México, agosto 1944, pp. 20-21.

CARTAS

Mocorito, Sin., abril 20 de 1909

Sr. Don Enrique DÍez-CanedoMadrid

Muy distinguido poeta y señor mío:Mi compañero y amigo, el poeta don Rafael López

25de la revista Moderna

de México, me escribió ayer una carta en que me habla de un encargo de us­ted a mi referido amigo con respecto a versiones de poetas extranjeros hechaspor escritores mexicanos, y me ruega que envíe yo a usted un ejemplar de miúltimo libro Silenter. Me había adelantado a los deseos de mi amigo, pueshace ya diez o doce días que remití a usted ese último trabajo mío y me per­mití recomendarlo al cuidado de Amado Nervo, que espero lo hará llegar asus manos. Dentro de poco tendré el gusto de mandarle también mis ante­riores libros en que hay traducciones del inglés y del francés, así como nues­tra revista Arte, que frecuentemente honra sus páginas con versos debidos almuy alto y noble numen de usted.

Crea usted que soy muy devoto admirador suyo, y le ruego que me cuen­te como su atento servidor y amigo

***

25 Rafael López, colaborador de la Revista /vfoderna de México desde 1905.

200

Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid

Sr. D. Enrique González Martínez

AURORA D1EZ-CANEDO

26-V-909

Amigo y Sr. mío:Le doy muchas gracias por su amable carta y por el ejemplar de Silenter queme ha entregado Amado Nervo. Yo no conocía versos de usted. Veo algunavez, pero no siempre, la "Revista Moderna";26 de modo que su libro ha sido

enceramence una revelación. Pienso hablar de él en La Lectura, pero comousted me ofrece los anteriores vaya esperar hasta tenerlos todos y así podréescribir con más conocimiento de su personalidad.

Las rraducciones, que nos han puesto en comunicación, gracias a la me­diación afecruosa de Rafael López, me parecen sencillamente perfectas. Esastres canciones de Maeterlinck, de las que yo había traducido una, el sonetode Rollinat, el de D'Annunzio, las composiciones de Moréas y la deliciosabaladita de Paul Fort son cosas definitivas; creo que en el arte de la traduc­ción poética no se puede llegar a más, y así se lo diré al público. Pero ¿porqué aliado de esas composiciones da U. Las dos de M. Vaucaire que son casiinsignificantes? Lástima de esfuerzo, porque están tan bien incerpretadascomo las arras.

Ya le habrá dicho Rafael López mi pensamiento de una colección de poe­tas extranjeros, bien traducidos en versos castellanos, tal como algunas queexisten en otros idiomas. Es labor un poco pesada y hay todavía bastantes la­gunas por llenar; pero sobre no ser precisa una representación nimia de lapoesía de cada país, dispongo de muchos elemencos y cuento con buenosamigos que me ayuden. Si U. me da permiso de reproducir algo de lo suyo yme proporciona noticias y datos, desde luego puede estar seguro de mi agra­decimiento.

Yo no tengo ahora libros míos, de los que alguno está agotado, pero creoque recogeré de provincias algunos ejemplares y enconces tendré mucho pla­cer en enviárselos. También le enviaré algo para su revista "Arte" que no he

llegado a ver, y cuyo envío me anuncia.

26 En el número de septiembre de 1906 aparece publicado el poema de EnriqueDíez-Canedo "El maestro", su más antigua participación en esta revista mexicana,tomado de El Imparcial de Madrid. Poemas y traducciones suyas de otros poetas sepublicarán en varios números posteriores. Ver Revista Moderna de México 1903-1911.I. Indices, coord. y esmdio introd. Belem Clarl~ de Lara y Fernando Curiel Defossé,México: Universidad Nacional Aurónoma de México, Instituto de InvestigacionesFilológicas, Centro de Estudios Lirerarios, 2002.

TRADUCIR POESÍA 201

Me es muy grato aprovechar esta ocasión para ofrecerme con toda cordia­lidad suyo afmo. a. y s.

Enrique Díez-Canedo

S.e. Venrura Rodríguez, 4.- Madrid

***

Mocorito, Sin., junio 20 de 1909Sr. Don Enrique Díez-CanedoMadrid

Distinguido poeta y amigo:Mucho le agradezco su cariñosa carta a propósito de mi libro Silenter, así comosu ofrecimiento de hablar de él en La Lectura. Admiro a usted mucho como poe­ta y como crítico de arte, y no le extrañará que sus elogios me dejen orgulloso ysatisrecho. Hoy le mando mis libros anteriores. De Preludios pude conseguir aduras penas un ejemplar que me facilitó un amigo mío, y de Lirismos le envío elúnico ejemplar que me quedaba, pues están agotadas las ediciones. Le ruego quetome en cuenra, al leer el primero de esos tomitos, que es obra juvenil y llena deingenua inexperiencia. Pase usted sus ojos sobre ella piadosamente.

Si algo le gusta de mis traducciones para su libro que prepara, puede contoda libertad aprovecharlo. Únicamente me permito advertirle que la baladade Paul Fort que va en Silenter salió con un error de título: debe decir "Debalada de la aldea".

Es ocupación poco gustada por estos lugares el traducir poetas extranje­ros; pero, por si puede servirle, me permito indicarle que solicite usted deBalbino Dávalos, quien es primer secretario de la Legación de México enLondres, que le envíe sus traducciones. Ha traducido este poeta amigo míomuy notablemente poemas de Verlaine, Gautier, Leconte de Lisie, Richepiny, sobre todo, a poetas de los Estados Unidos. n Si usted gusta, le puede in­dicar que yo le he dado esta referencia. 28

27 Balbino Dávalos (1866-1951) reunió sus traducciones de poetas de Gran Bretaña e

Irlanda y de Norteamérica en Musas de Albióny otras congéneres, México: Editorial Cvlrvra,1930, 168 pp. En un epígrafe que aparece en la portada interior escribe: "A semejanza delo que practiqué con orra serie de versos en mis Musas de Francia, colecciono aquí misversiones de poesías inglesas. [... ] Pocas han sido publicadas antes de ahora [... ]." En e!número de noviembre de la revista Arte aparece una traducción de! francés de BalbinoDávalos: "La fragua" de J. Richepin. De! inglés, Balbino Dávalos tradujo además Ell'vJéxico desconocido, de C. Lurnholtz (New York, Charles Scribner's Sons, 1904,2 t.)

28 Ver Presentación, p. 194.

202 AURORA DíEZ-CANEDO

Con alta estimación, le estrecho cordialmente la mano.

***

Sr. D. Enrique González Martínez

J\iIuy distinguido Sr. y amigo:Tengo el gusto de ofrecerle un ejemplar de mi libro de versiones que va conesta carta, rogándole que lo acepte como un testimonio de amistad y altaconsideración literaria. Viene a ser una segunda parte de mi primera colec­ción "Del cercado ajeno",29 con el mismo plan, es decir, sin ninguno; re­uniendo traducciones hechas en muy diversas épocas, sin la pretensión deofrecer lo más característico de los poetas traducidos ni de reunir siquiera to­dos los nombres famosos. Usted, que es maestro en el arte, podrá apreciarmejor que nadie los méritos, si los hay, y los defectos de mi trabajo.

Aquella colección de que le hablé há tiempo y para la que tengo reunidosanchos materiales, no me decido a darla aun, porque había de resultar forzo­samente incompleta, aun limitándose a lo esencial, y esa sí que debe ser lomás completa posible.

En cambio preparo, para muy pronto, y por encargo de un editor de Ma­drid, una antología de modernos poetas franceses. En la formación de ellame ayuda mi amigo Fernando Fortún, uno de nuestros mejores poetas jóve­nes. Cuento aprovecharme de su amable ofrecimiento y dar cabida en ella asus traducciones francesas incluidas en Lirismos y Silenter.

Continúo esta carta, empezada hace varios días, porque de repente me heencontrado con el nombramiento de profesor en la Escuela Central de Idio­mas que me obliga a volver inmediatamente a Madrid, levantando la casa,que tenía puesta desde este verano, en que me casé. Con esto se hará U. car­go del rrajín que me ha caído encima, y me perdonará si no continúo. Esperohacerlo más tranquilamente desde Madrid, en donde quedo a su disposición.

Supongo que habrá visto en La Lectura el artículo que por fin, se publicóen ella acerca de sus libros. Dije que le enviasen el número. He llevado cercade dos años de mudanza continua, y de gran movimiento.

Gracias, pues, por su amabilidad y mande siempre a su afmo. amigo y s.s.

E. Díez-Canedo

29 Enrique Díez-Canedo (ed. y traducciones), Del cercado ajeno. Versiones poéticas,Madrid: Pérez de Villavicencio, 1907. La "segunda parte" a que se refiere es el libroImágeneJ' (uersiones poéticas), París: Librería Paul Ollendorf, s/a [debe ser 1909, por loque se deduce de la presente correspondencia].

TRADUCIR POESíA

Boulogne s. Seine, 4-III-911

En Madrid,s.c.:Ventura Rodríguez, 4.

Dr. Enrique González Martínez

***

203

Mi distinguido amigo: Siento mucho no estar en Madrid a su llegada, por­que quisiera ser de los primeros en darle la bienvenida, ya que me precio deser de los primeros -cronológicamente- que en esta tierra han conocido yadmirado sus versos.

Le ruego que acepte estas líneas como testimonio de mi sincera amistadmientras puedo saludarle en persona a la vuelta del veraneo -ya que estemes en que puedo tener algún descanso he de pasarlo con los míos a la orilladel mar.

Alfonso Reyes me encargó que continuara con usted unas largas conversa­ciones en que él me hizo conocer a todos sus amigos de Méjico, que ya loson también míos.

Me ofrezco, pues, a sus órdenes, muy atento amigo y s.s.

Enrique Díez-Canedo

Zarauz-San Francisco, 18.­1°_VIII-24.-

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Montevideo 5.V1I.34

Legación de España

Sr. D. Enrique González Martínez

Mi querido amigo: Las coplas de este cantar aquí se van acabando; quierodecir que me marcho de Montevideo, y me vuelvo a Madrid, a mis habitua­les tareas. La razón es meramente de política española, revuelta ahora comonunca. Usted, que conoce bien aquello, se dará cuenta mejor que nadie. Meofrecieron otros puestos, pero yo creo que fue a sabiendas de que no acepta­ría nada en las circunstancias actuales, llamadas a durar quien sabe si mucho

204 AURORA DÍEZ-CANEDO

tiempo. Volveré, pues, a escribir. Aquí hice algunos versos, no muchos, perola costumbre nunca se pierde. Acaso piense en compaginar mi libro, si tengomaterial bastante -o en una selección de antiguo y nuevo, como usted melo aconsejaba, animándome con su ejemplo magnífico.- Mis hijas están en­cantadas con la vuelta, y mi mujer igual, deseando encontrarse allí con losmuchachos, y la familia entera otra vez reunida.- Aquí me han hablado deusted muchas personas, y en especial Luisa Luisi,30 a quien he visto con fre­

cuencia. Hay un grupo que está muy bien y un ambiente muy mediano.­¿Cómo están todos? Ojalá usted y Luisa sigan tan buenos, con los tres hijos ylos nietos que ya no sé contar con exactitud. Para todos nuestros más cariño­sos recuerdos, y de mi parte, en especial, una gran nostalgia por aquellos díastan gratos y tan breves de México.- Un cordial abrazo

Entique Díez-Canedo

BIBLIOGRAFíA

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TRADUCIR POESÍA 205

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