POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a...

33
VII. Encuentro Nacional de Estudios Estratégicos Buenos Aires, Noviembre de 2004 POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES CIVICO-MILITARES EN ARGENTINA: HERRAMIENTAS PARA LA INSERCION DEL PAIS EN EL MUNDO SEBASTIÁN VIGLIERO Lic. en Ciencia Política (Universidad e Buenos Aires -UBA) Master en Relaciones Internacionales (FLACSO) Auxiliar docente en la materia "Teoría de la Política Internacional" (UBA) Becario CONICET 1998-2002 Tel.: 4785-2877; e-mail: [email protected] Las relaciones cívico-militares y la política de defensa en la Argentina fueron procesos inseparables entre sí, siendo causa y/o consecuencia del otro. Las relaciones cívico- militares en el país se sustanciaron a partir del momento en que la política de defensa mantuvo vigentes un rol definido para sus FF.AA y una política militar preestablecida empeñados y adecuados dentro de un contexto democrático. El resultado fue que a comienzos de los años 90´ el debate en torno a la Defensa Nacional cobró dimensiones importantes habida cuenta la iniciativa y participación de las instituciones de gobierno (canales “Top-Down”) y de las instituciones no- gubernamentales (canales “Bottom Up”) entorno a temas relacionados con las prioridades elementales -como ser la defensa de la Constitución Nacional- y en los concernientes a la participación de la nación en la preservación de la paz internacional, en función de los acuerdos vigentes en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y en la Organización de Estados Americanos (OEA). Desde 1991 se llevó a cabo una efectiva subordinación de las FF.AA al poder civil, la más importante de Sudamérica durante el período de transición y que trajeron aparejado un doble beneficio: un contexto de estabilidad económica acompañado de un férreo liderazgo presidencial del gobierno de Menem, habiendo sido éstos los ingredientes esenciales para proyectar una política exterior de compromiso con Occidente. Al mismo tiempo y como consecuencia del advenimiento de un escenario internacional de posguerra fría, el Gobierno adoptó una política exterior cuya base residió en un alineamiento con EE.UU. que tuvo un impacto directo en la política de defensa a partir de la suscripción de compromisos con la comunidad internacional -y con la ONU en particular-. Es decir que, estando subordinadas las FF.AA al poder civil,

Transcript of POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a...

Page 1: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

VII. Encuentro Nacional de Estudios Estratégicos Buenos Aires, Noviembre de 2004

POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES CIVICO-MILITARES EN ARGENTINA:

HERRAMIENTAS PARA LA INSERCION DEL PAIS EN EL MUNDO

SEBASTIÁN VIGLIERO Lic. en Ciencia Política (Universidad e Buenos Aires -UBA) Master en Relaciones Internacionales (FLACSO) Auxiliar docente en la materia "Teoría de la Política Internacional" (UBA) Becario CONICET 1998-2002 Tel.: 4785-2877; e-mail: [email protected] Las relaciones cívico-militares y la política de defensa en la Argentina fueron procesos inseparables entre sí, siendo causa y/o consecuencia del otro. Las relaciones cívico-militares en el país se sustanciaron a partir del momento en que la política de defensa mantuvo vigentes un rol definido para sus FF.AA y una política militar preestablecida empeñados y adecuados dentro de un contexto democrático. El resultado fue que a comienzos de los años 90´ el debate en torno a la Defensa Nacional cobró dimensiones importantes habida cuenta la iniciativa y participación de las instituciones de gobierno (canales “Top-Down”) y de las instituciones no-gubernamentales (canales “Bottom Up”) entorno a temas relacionados con las prioridades elementales -como ser la defensa de la Constitución Nacional- y en los concernientes a la participación de la nación en la preservación de la paz internacional, en función de los acuerdos vigentes en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y en la Organización de Estados Americanos (OEA). Desde 1991 se llevó a cabo una efectiva subordinación de las FF.AA al poder civil, la más importante de Sudamérica durante el período de transición y que trajeron aparejado un doble beneficio: un contexto de estabilidad económica acompañado de un férreo liderazgo presidencial del gobierno de Menem, habiendo sido éstos los ingredientes esenciales para proyectar una política exterior de compromiso con Occidente. Al mismo tiempo y como consecuencia del advenimiento de un escenario internacional de posguerra fría, el Gobierno adoptó una política exterior cuya base residió en un alineamiento con EE.UU. que tuvo un impacto directo en la política de defensa a partir de la suscripción de compromisos con la comunidad internacional -y con la ONU en particular-. Es decir que, estando subordinadas las FF.AA al poder civil,

Page 2: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

el debate sobre la Defensa Nacional postergado durante años generó expectativas, preocupaciones y hasta dudas desde el momento en que el despliegue de FF.AA argentinas en el exterior comenzó a cobrar mayor protagonismo y exposición vis a vis el creciente surgimiento de conflictos interestatales e intra-estatales que requerían de Operaciones del Mantenimiento de la Paz (OMP). Transcurrida la mitad de la década, el debate sobre la política de defensa había culminado al menos en sus aspectos fundamentales a nivel nacional. Ya se habían escrito y debatido en los papeles casi todas las demandas políticas y materiales inherentes a la transformación de las FF.AA. Pero eso no significaba haber cumplido las metas de la reestructuración de unas FF.AA aún sobredimensionadas y alistadas para una época que la Argentina ya no vivía. La asignación presupuestaria continuaba siendo insuficiente y el material bélico adquirido no respondía a las necesidades. Entonces restaba materializar con mayor compromiso y voluntad política el incremento plurianual presupuestario, el reemplazo de equipo obsoleto y la modernización de medios. Paralelamente en el nivel hemisférico afloraron compromisos más explícitos por parte de los países entorno a la problemática de la defensa, los que, preocupados por la nuevas amenazas presentes, comenzaron a reunirse para lograr consensos en temas como la seguridad hemisférica, medidas de confianza mutua, cooperación regional para la defensa y el desarrollo y el papel de las FF.AA en la democracia. Esto coavyudó a una concientización por parte de las autoridades políticas argentinas, en el sentido de que la “institución de la defensa” comenzó a ser un tema impostergable en la agenda nacional, regional y hemisférica y que guardaba una importancia fundamental en la estrategia de desarrollo del país y su inserción en la región como también en el mundo. Para eso serían imprescindibles recursos humanos profesionales especializados en cuestiones de defensa para administrar todo lo inherente al sistema de defensa. Pero el problema fundamental respecto a la política de defensa fue que los cambios introducidos en el ámbito de la Defensa Nacional durante los procesos de reforma del Estado ocurridos a lo largo de los años 90´, se realizaron sin que el país hubiera concretado el redimensionamiento total de sus FF.AA ni evaluado el peso que éstas mantenían en el presupuesto federal. Esto sin embargo presentó notables excepciones, ya que las FF.AA llevaron a cabo una racionalización y optimización del gasto como nunca se había visto en el Estado. Recién a partir del año 2000 existió una real toma de conciencia sobre la imposibilidad de continuar realizando ajustes presupuestarios en el sector, como así la inviabilidad de incrementar su presupuesto debido a las dificultades económicas que vivía el país . Esta circunstancia obligó a reevaluar y a precisar los objetivos de la Defensa Nacional, fuesen estos de alcance regional y mundial, de manera más pragmática.

Page 3: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

Y AHORA QUÉ....? En Argentina, los estudios y debates como así también las decisiones políticas adoptadas en el área de Defensa demostraron la existencia de un consenso acerca de la necesidad de contar con objetivos que estuvieran orientados a disponer de unas fuerzas armadas cuya organización fuera pequeña, altamente eficiente, capacitada y que tuvieran como misión desplegar una estrategia disuasiva defensiva y de colaboración en la preservación de la seguridad internacional. A lo largo de muchos años, las políticas de defensa argentinas adoptadas por las sucesivas administraciones de gobierno (fuesen democráticas o no) estuvieron en alguna medida influenciadas por doctrinas militares y de seguridad de otros países. El sesgo militar europeo (principalmente la influencia prusiana y francesa) fue una piedra angular para la construcción de unas fuerzas armadas profesionales sobre las cuales las políticas de defensa buscaron extraer las mejores experiencias internacionales y cuyo aporte sustancial contribuyese a lograr una Defensa con identidad nacional y objetivos claramente establecidos. Sin embargo, experiencias tales como la “doctrina de la seguridad nacional” adoptado en plena guerra fría (enmarcado al conflicto Este Oeste en el que la influencia de EE.UU. fue decisiva), la participación en OMP y la adopción de criterios de la “revolución en asuntos militares” a partir de los 90’, fueron el producto de la “importación” o “copia” de doctrinas foráneas que incidieron de forma positiva algunas veces y negativa otras en la construcción del actual sistema de defensa nacional. La relación bilateral en materia de defensa entre Argentina y EE.UU mantuvo un comportamiento asimétrico desde el momento en que los esfuerzos militares argentinos realizados a favor de los intereses de Occidente (y EE.UU especialmente) no se transformaron posteriormente en beneficios materiales ni económicos para la modernización de las fuerzas armadas argentinas. Como ejemplo, basta citar la necesidad que la Armada tenía de incorporar un buque logístico a su flota de mar fue cubierta tras la venta de dicho buque por parte de la Armada de Francia. Por su parte, la Infantería de Marina, a pesar de su reestructuración y modernización no ha podido adquirir aún un buque de desembarco y realizar ejercicios de escala en cabeceras de playa. En el caso de aviación militar, la Fuerza Aérea logró adquirir aviones de combate que EE.UU mantenía en desuso y que estaban lejos de tener tecnología de última generación y cuya totalidad nunca pudo ser puesta en operaciones. Sin embargo, pocos en el establishment político nacional cuestionarían la necesidad de mantener una estrecha relación bilateral con EE.UU. La política de defensa nacional cubrió un “nicho” importante en la política exterior argentina de los 90’ habida cuenta su compromiso y contribución a los principios fundamentales de la Carta de la ONU y a los cambios institucionales internos que permitieron la subordinación militar al poder político. Esta estrategia no sólo contribuyó a la inserción de la Argentina en la comunidad internacional sino que permitió que la trayectoria y profesionalidad de las FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento internacional. Logrado esto, es momento sin embargo de pensar qué política de defensa necesita hoy Argentina y cuál en el futuro, y de qué manera ésta le deparará mayores beneficios al país. Existen dos desafíos pendientes que deberá enfrentar ineludiblemente en los

Page 4: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

próximos años: el primero, de carácter más estratégico, es cómo diseñar una política de defensa moderna al servicio de los intereses nacionales. El segundo, que obedece a una cuestión de política doméstica, es cómo afianzar las relaciones cívico-militares y qué rol jugarán en el proceso de construcción nacional por el que la Argentina está atravesando. Como punto de partido se tomará, antes que nada, cuál es la opinión general que la población argentina tiene sobre los temas relacionados con la Defensa Nacional. Tomando como base un trabajo publicado por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), “2002 – La Opinión Pública Argentina sobre Política Exterior y Defensa” , se constató que tras los atentados terroristas del 11 de setiembre en EE.UU el 67% de la población y el 72% de la dirigencia nacional se manifestaron a favor de la “...necesidad de transformar los sistemas y estructuras de Defensa y Seguridad del país para hacer frente al nuevo tipo de amenaza que representa el terrorismo internacional” ;. Respecto a las amenazas a la seguridad nacional y el rol de las Fuerzas Armadas, “...ha crecido de manera significativa – tanto en la población general como en los líderes – el convencimiento de que el terrorismo internacional constituye una amenaza a la seguridad del país” (el 32% de la población general y el 45% de los líderes de opinión lo considera la mayor amenaza). Si bien la defensa de la soberanía encabeza el orden de prioridad en las tareas asignadas a las Fuerzas Armadas en los próximos 10 años (48% de la población en general y 64% de los líderes de opinión), “...durante estos mismos años, ha crecido de manera en la población el porcentaje de quienes asignan a las fuerzas armadas un rol prioritario en la participación de obras civiles y de bien público: hoy afirman que ese debería ser su rol 2 de cada 10 argentinos” Igualmente, el 65% de los consultados en la población general y el 87% de los líderes de opinión se mostró a favor de la participación de las Fuerzas Armadas en las Operaciones de Mantenimiento de la Paz . Por último, cabe destacar las opiniones entorno al presupuesto público asignado a los objetivos de la defensa. Así, mientras que el 63% de los líderes de opinión considera que el “...el actual presupuesto no es adecuado” para que las Fuerzas Armadas respondan eficientemente a las nuevas exigencias estratégicas”, el 45% de la población en general lo considera “inadecuado”, mientras que el 28% “afirma que no lo es” Por último, en caso de un conflicto armado en América Latina , el 48% de la población en general y el 50% de los líderes de opinión se orientó porque sea la ONU la institución que intervenga, seguido por la Organización de Estados Americanos (OEA). En tanto que, consultados sobre con quién Argentina debería forjar una alianza de características militares, el 48% de la población en general y el 55% de los líderes de opinión se inclinaron por una en el marco del Mercosur; en cambio, a favor de “una integración militar con EE.UU como miembro extra-OTAN sólo se manifiesta el 15% de la población en general y 29% de los líderes de opinión”. 1- El diseño de políticas de defensa al servicio de los intereses nacionales. La política de defensa de las potencias medias y su legado para el “caso argentino”. Desde la antigüedad, pasando por la “polis”, los imperios y más tarde las ciudades-estado, la política exterior y de defensa han estado ligadas a una causa común que

Page 5: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

siempre estuvo ligada a la defensa de los intereses nacionales. El historiador Tucídides describió la forma en que el General Pericles disponía de una gran armada al servicio de Atenas cuyo objeto era siempre mantener libres del peligro lacedemonio las rutas marítimas por las cuales transitaba el comercio ma. Más importante aun fueron los debates suscitados en el senado ateniense a la hora de organizar un ejército y los fines que éste se proponía en conjunción con la política gobernante. Tiempo después, Nicolás Maquiavelo había explicado por qué las ciudades-estado italianas le asignaron un importante valor a los ejércitos, puesto en que en aquel momento el principio de “equilibrio de poder” entre las ciudades fue determinante para la supervivencia, proyección y desarrollo de los estados. El imperio inglés del siglo XIX necesitaba de fuerzas armadas (principalmente una Armada) preparadas para mantener vigente el poderío de la corona británica en los establecimientos de ultramar y para preservar sus fuentes de ingreso que vigorizaban su economía. Es importante contar con cierto bagaje empírico para asignarle sustentabilidad a la siguiente hipótesis: la política de defensa es un instrumento vital (aun en tiempos de paz) para la proyección internacional de una nación. La historia está llena de ejemplos en donde el tándem “política exterior-política de defensa” han sido inseparables y se han complementado entre sí. Para el caso en estudio, más importante todavía resulta poder contar con ejemplos de países contemporáneos que, sin ser potencias militares de primer orden, sí tuvieron (y aun tienen) una política de defensa que en los años 90´ se convirtió en una herramienta de su estrategia nacional y de inserción en el mundo. Los ejemplos a continuación fueron tomados de distintas geografías como ser el Sudeste Asiático y Oceanía, Europa, Africa y América con el propósito de construir, en la medida de lo posible, una idea de cómo una potencia media construye poder y proyección internacional. En materia de política exterior en los años 90´, Australia concentró recursos en áreas específicas para que le generasen el mayor retorno posible, siendo para ello fue indispensable adoptar un estilo diplomático con alto perfil pero cuyas áreas estuviesen bien delineadas. Esto le permitió mantener cierta preferencia por la resolución pacífica de conflictos, someterse al derecho internacional y protegerse de los países fuertes. Australia mantuvo una conducta de “self-reliance” (alineamiento autónomo) en materia de política exterior que le permitió desarrollar una política diplomática, de defensa y seguridad propias de una potencia intermedia, alentando una progresiva vinculación económica y comercial con Asia-Pacífico y reafirmando la alianza estratégica con EE.UU. Para los próximos años, como parte de su programa económico y de integración a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) preveía auspiciar una política de exportación de material bélico orientada a cubrir las necesidades militares de los países de la ASEAN para lo cual propicia la radicación de la industria militar extranjera en su territorio. En marzo de 1997 se llevaron a cabo en Queensland ejercicios militares combinados en los que participaron alrededor de 17.000 efectivos de EE.UU y 5.000 de Australia habiendo ello representando el mayor despliegue de tropas de ambos países en la región desde la segunda guerra mundial.

Page 6: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

La política de defensa australiana ha ido permitiendo que la Fuerza de Defensa de Australia (FDA) atraviese por un período de paz desde el inicio de la década del 70’, momento desde el cual no participa activamente en conflictos bélicos. Desde el punto de vista de la política doméstica, la reestructuración militar llevada a cabo por los sucesivos gobiernos le permitió un acomodamiento de su sistema de defensa al contexto social imperante, teniendo como premisa no sólo la modernización de sus fuerzas, sino también la adopción de criterios de carácter social, laboral, de participación femenina y de conciencia objetiva suscitados en la sociedad. En la actualidad, la concepción de Seguridad Estratégica Nacional de Australia del año 2003 , observa que el crecimiento del accionar terrorista y la amenaza de las Armas de Destrucción Masivas (ADM) y el convulsionado escenario regional, son las principales amenazas al contexto internacional . Circunscripta a un escenario más peligroso, Australia apoya y participa en la coalición internacional contra el terrorismo cuya “...inspiración, entrenamiento, apoyo y know how provienen del grupo Al Qaeda y de los grupos radicalizados islámicos del Cercano y Medio Oriente” y que afectan o ponen en juego el interés nacional australiano. Para ello forjó más que nunca una alianza inalienable con EE.UU y espera que sus fuerzas armadas sean convocadas para futuras a tal efecto. En segundo lugar, en cuanto las luchas contra la proliferación de las ADM, su defensa deberá deberá estar ajustada a “...futuros requerimientos para apoyar operaciones militares de coalición para prevenir las ADM, incluyendo los estados fallidos o terroristas, a donde los esfuerzos pacíficos hayan fallado” Evitar la prevención de la proliferación de las ADM es una es una “alta prioridad” para las agencias de inteligencia y constituyen un “foco” para los esfuerzos de cooperación con otros servicios de inteligencia . En tercer lugar, prevé como conflictivo el Norte de Asia (Corea del Norte y Corea del Sur), en el Sudeste Asiático, dado las lentas tasas de crecimiento económico, el desempleo – las situaciones generan descontento con Occidente -, la debilidad política de sus gobiernos como así de los liderazgos, los decrecientes estándares gubernamentales y el incremento de la vulnerabilidad de algunos gobiernos regionales. Y también prevé conflicto en el Pacífico Sur es muy alentador. Tanto “...el Sudeste Asiático como el Pacífico Sur constituyen el mayor desafío debido a la debilidad política de los países, la caída de sus gobiernos y la dificultad de contrarrestar el accionar terrorista y sus consecuencias económicas”. Y “si estas tendencias continúan, se incrementará la cantidad de llamados a la ADF para llevar a cabo operaciones en el vecindario inmediato de Australia” En consecuencia, el hecho de que los “intereses nacionales australianos puedan ser afectados por eventos que ocurran afuera del vecindario inmediato de Australia significa que el involucramiento en operaciones de coalición, es algo más que factible que en el pasado”. Esto requerirá una respuesta militar a través de una “...fuerza más flexible y móvil, con los suficientes niveles de alistamiento y sustentabilidad para llevar a cabo emprendimientos en los que esté involucrado el interés nacional” Esta circunstancia obligó al gobierno de Australia a “...considerar futuros requerimientos para apoyar una coalición de operaciones militares para prevenir la proliferación de las ADM, incluyendo a estados fallidos o terroristas, a donde los esfuerzos pacíficos hayan sido agotados”.

Page 7: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

Prueba de esto es que en los efectivos que en los últimos años, hubo efectivos militares desplegados en Sierra Leona, Somalía, Bosnia, Medio Oriente, Timor Oriental, Afganistán e Irak. Entonces, y para sortear estas demandas, la FDA se en un proceso tal de transformación que le permita contar con capacidades para operar en el exterior La formación de una Fuerza Expedicionaria capaz de operar en teatros de operaciones fuera del radio de acción nacional y con la capacidad de combate suficiente – despliegue, redespliegue, apoyo y sostenida desde plataformas marítimas - será la prueba más efectiva y flexible de una variedad de conflictos” en el futuro cercano. ; “...la amenaza directa de ataques terroristas y la posibilidad de una respuesta colectiva por parte de las capacidades australianas continúan dominando los aspectos sobre qué tipo de capacidades la ADF debe tener para detectar actividades y proseguir misiones ofensivas contra objetivos terroristas en Australia y en la región” En este sentido, mientras que la Royal Australian Navy ha venido estudiando “...las implicancias de una guerra expedicionaria y anfibia en doctrina, estructura de fuerza, capacidades, equipamiento y adiestramiento” sustentadas desde el mar - planea adquirir nuevas y distintas unidades de superficie como también vehículos anfibios para constituir las Landing Platform Dock / Helicopter (LPD/H) - , el Ejército desarrolla y complementa la idea con el concepto de operaciones de maniobra en el ambiente litoral – Manoeuvre Operations in the Litoral Enviroment (MOLE) -. En tanto que la Fuerza Aérea piensa en adquirir medios aéreos capaces de apoyar desde el aire y fuera del territorio australiano las operaciones conjuntas de la Fuerza Expedicionaria. Todos el sistema de seguridad nacional australiano –desde las oficinas de la comunidad de inteligencia hasta sus fuerzas armadas- se encuentra en proceso de transformación En el caso de Europa, la política de defensa de España está “enmarcada en el planteamiento español de seguridad y dentro de su condición de potencia de nivel medio, España ha definido una política de defensa con los condicionantes que implica la necesidad de armonizar lo deseable con lo posible. Con esta política trata de alcanzar unos fines, los intereses nacionales, con unos medios, materializados por los recursos nacionales y los compromisos de mutua defensa adquiridos con nuestros socios y aliados , cuya seguridad es indivisible de la nuestra” “...La política de defensa está, pues, íntimamente asociada a la política exterior. Se puede afirmar que entre ambas materializan gran parte de la acción exterior del Estado para alcanzar nuestras aspiraciones nacionales y proteger nuestros intereses” Durante el período 1996-2000 la política de defensa de España descansó sobre cuatro grandes pilares: la profesionalización del personal de las FF.AA, la modernización del armamento y material, la proyección exterior de sus Ejércitos y la extensión de la conciencia de defensa en la ciudadanía. El Gobierno logró que la plena profesionalización de las FF.AA se convirtiera en el asunto de mayor repercusión entre sus ciudadanos. Reemplazó el Servicio Militar Obligatorio, que proponía que la mitad de los soldados y marineros fueran profesionales y la otra mitad de reemplazo, por una un Servicio Militar Voluntario a partir del cual todos los miembros de los Ejércitos sean voluntarios. Promovió la

Page 8: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

incorporación de la mujer, suprimiendo los impedimentos para poder ocupar determinados destinos de tropa y marinería profesional cargos, y evitó que la paulatina integración y funcionalidad de los Ejércitos no redujera en ningún momento el nivel de operatividad de los mismos. En el año 1999 el Gobierno promulgó tres leyes de máxima trascendencia a saber, la correspondiente al Régimen de Personal de las FF.AA, la del Régimen del Personal del Cuerpo de la Guardia Civil y la de Medidas de Apoyo a la Movilidad Geográfica de los Miembros de las FF.AA, imprescindibles todas para avanzar hacia unas fuerzas modernas, enteramente profesionales y más reducidas. Esto último fue posible tras la aplicación inicial de un programa de austeridad dado en el marco de la política gubernamental a consecuencia de la recesión por la que atravesaba el país a comienzos de la década de los años 90’, el posterior incremento del presupuesto, los financiación del Ministerio de industria y Energía a los grandes programas de armas, y los recursos generados por la venta de inmuebles. En líneas generales, el impulso de una política de optimización de las inversiones en armamento y material se convirtió en un esfuerzo de racionalización y búsqueda de la mayor rentabilidad. El entonces ministro de defensa Eduardo Serra Rexach resumía esto en la primera de una serie de medidas adoptadas en materia de modernización y programación: el Plan Director de Armamento y Material: “...conjugar de un modo coherente los recursos presupuestarios, las capacidades industriales y tecnológicas españolas y los requerimientos operativos de los sistemas de armas para que pueda definirse con nitidez y objetividad cuál es su método de adquisición”. Se intenta, concluía, “...crear un proceso que cubra desde la adquisición hasta la baja del servicio, pasando por el servicio, pasando por el período de vida útil, y por tanto su mantenimiento. De lo que se trata es de racionalizar los gastos, pues somos muy conscientes que la primera obligación de un Ministerio inversor, como es Defensa, es gastar bien”. En definitiva, este plan pretende mejorar el proceso y la eficacia en la obtención y el sostenimiento de armas y equipos necesarios para las FF.AA; en segundo lugar, su administración adoptó el Plan Director de Investigación, que permitirá determinar las áreas tecnológicas prioritarias de Investigación y Desarrollo; en tercer lugar, se estableció un Sistema de Adquisición Centralizada de bienes y servicios de uso común para la defensa; en cuarto lugar, se implantó un proceso de “outsourcing” de ciertas actividades para facilitar unas FF.AA profesionales y más reducidas las funciones no operativas que pueden encomendarse a empresas civiles; en quinto lugar, se creó un departamento de Metrología y Calibración de la Defensa, en orden a concentrar las actividades tecnológicas dispersas por diversos centros y organismos; En sexto y último lugar, se continuaron las actividades para lograr la operatividad de materiales utilizados por las fuerzas, buscando un menor costo posible y un alto nivel de calidad. La proyección internacional de las FF.AA constituyó un tercer pilar de la política de la política de defensa española, a punto tal de tener destinados más de 3.000 efectivos militares en escenarios externos en el año 2000. La plena integración en la nueva estructura militar de la OTAN en 1996, el papel desempeñado en la construcción de la arquitectura de seguridad europea y del Diálogo Mediterráneo, la participación en las OMP en Bosnia iniciada en 1993 y Kosovo en 1999, la ayuda humanitaria a Centroamérica tras el huracán Mitch en 1998, como así también la actuación en unidades de la OTAN, fuerzas europeas y la participación en variados ejercicios

Page 9: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

multinacionales, han permitido un mayor reconocimiento de los militares en el extranjero, lo que con el tiempo favoreció la capacidad de negociación de la diplomacia española en los distintos foros internacionales. El cuarto y último pilar promovido desde el ministerio de defensa tiene que ver con la promoción y fomento de la conciencia de defensa en la sociedad española. La Directiva de Defensa Nacional sitúa el desarrollo de la conciencia de defensa entre los grandes objetivos del Gobierno, superando prejuicios otrora existentes sobre la institución militar y estrechando las relaciones entre los ciudadanos y sus Ejércitos. En este sentido las directrices de la Directiva de Defensa Nacional de 1996 fueron desarrollando distintas líneas de actuación en orden a que la inversión en defensa fuese apreciada como un bien público por sus ciudadanos, de modo que éstos sintiesen “...que la protección de su libertad, independencia y prosperidad, la defensa de sus valores, forma de vida, derechos e intereses, así como la salvaguarda de la soberanía, de la integridad territorial y del ordenamiento constitucional demandan una adecuada política de defensa que permita hacer de nuestras Fuerzas Armadas un instrumento eficaz de disuasión, prevención y respuesta”. El informe preparado por la Comisión Mixta Congreso de Diputados-Senado creada para estudiar la profesionalización de las FF.AA sostenía asimismo que “...es conveniente incorporar a nuestro acervo una cultura de defensa que, al igual que otros objetivos de paz, justicia, solidaridad y prosperidad, permita construir un sugestivo proyecto de vida común, un programa de futuro que estimule a todos los ciudadanos”. En definitiva, “...todas estas decisiones políticas y parlamentarias planteaban las exigencias de la defensa que un Estado moderno y dinámico no puede desconocer ni encubrir si no quiere renunciar a tener un puesto y una voz en el escenario internacional” . Canadá, por su parte tiene una visión más institucional de la resolución de los conflictos internacionales. A diferencia de Australia, detenta una política de bajo perfil pero no menos comprometida con una amplia agenda internacional. Su política exterior se orienta hacia “la protección del sistema legal internacional utilizando su fortaleza para apoyar el revitalizado sistema de Naciones Unidas y mejorar la posición relativa de aquellos países con menores capacidades para sustentarse” La inserción canadiense en la política internacional es el producto de su participación en un “amplio espectro de temas” : seguridad internacional (verificación, seguridad común, comprensiva y cooperativa), economía (posee un fuerte empuje en la Organización Mundial de Comercio), medio ambiente (derecho del mar), derechos humanos (derechos de la mujer) y Derecho del Mar. Canadá posee una activa participación en las OMP de la ONU; en 1996, con motivo de la explosión demográfica en Rwanda y la emigración de hutus hacia territorio de la ex-Zaire, el Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto desplegar en Africa Subsahariana un contingente de alrededor de 19.000 efectivos, liderado por un General canadiense y compuesto en su mayoría por soldados canadienses, hecho que finalmente no sucedió. Esta política de potencia intermedia no sólo le permite hoy ser un miembro pleno de la NATO, sino que le asigna un criterio propio en materia de doctrina de OMP. Canadá ha tenido “...históricamente cualquier capacidad de impactar en aquellas naciones o instituciones que han tenido mayor significado para la seguridad, prosperidad y aspectos relacionados con la expectativa de su rol de Canadá en los

Page 10: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

asuntos mundiales” – impactar en los eventos internacionales y exportar los valores de “autoridad moral”. Este rol se limita a mantener vigentes tres aspectos fundamentales: un régimen estable que respete y permita la libertad de circulación de las personas, los bienes, el capital y las ideas; un conjunto de reglas y convenciones de comercio internacional que permita una justa oportunidad para vender o comprar de los mercados externos; el mejor acceso posible a los EE.UU quien, en la actualidad, representa el mayor socio . En ese sentido, “...el gobierno, a pesar del decline de sus esfuerzos presupuestarios en los instrumentos de política exterior, se ha propuesto asegurar al país como una nación detentadora del “soft power” – poder blando - y no del hard power – poder duro –“ . Los problemas que hoy atraviesa el sistema de defensa son el producto de la pérdida de eficiencia y de reconversión de las FF.AA para alcanzar a cumplir sus objetivos. Por eso “...la clave del futuro de la “interoperatibilidad de sus tres servicios deben mantener en línea con la Revolución en los Asuntos Militares” En cuanto a la estructura, la misma dista de ser “conjunta” – salvo con algunas excepciones -, entre otras razones porque no cuenta con un Cuartel General, posee Reservas insuficientes con escaso adiestramiento y no detenta una planificación de las futuras adquisiciones. La Armada cuenta con 9000 efectivos y el Ejército con cerca de 20.000. Esto representa un problema teniendo en cuenta que tanto una como otra fuerza disponen de una cantidad insuficiente de efectivos para operar los medios. En el caso de la Marina, la cantidad es insuficiente en relación a sus medios; en el Ejército, sólo poco más de la mitad de sus hombres pueden – por ley - ser desplegados en cualquier momento – sólo puede enviar una de sus tres brigadas al extranjero (alrededor de 4.000) -, situación originada por la alta rotación de efectivos en las misiones y por la escasa cantidad de aviones de transporte de tropas. El Ejército también tiene problemas de alistamiento como consecuencia de los niveles insatisfactorios de organización de sus Regimientos. Ninguna de las tres Brigadas Mecanizadas ha entrenado conjuntamente, situación que está siendo paliada por los intentos de instaurar un “Canadian Manoeuvre Training Centre” . Las dificultades de las fuerzas terrestres también están ligadas a los problemas de la Fuerza Aérea, de 13.000 efectivos, cuyo 2/3 de su flota los aviones de transporte CC-130 Hércules se hallan fuera de servicio por mantenimiento. A ello se le suma el problema de que la mayoría de los de combate CF-18 se hallan en proceso de mantenimiento en los próximos dos años . Por su parte, entre las ventajas estratégicas de la Marina se halla el “task-group concept” , actualmente en vigencia. El mismo, consistente en una fuerza de entre una y tres fragatas sumadas a un destructor y un barco de reaprovisionamiento logístico que operan como una unidad, tiene la facilidad de operar de forma independiente y/o autónoma respecto a otras marinas o de como “fuerza multiplicadora” de cada uno de los buques que la componen. Este le permite a la dos ventajas: flexibilidad, capaz de generar rapidez en la maniobra, y desplazamiento independientemente de los requerimientos efectuados por otras unidades de tierra o aire. De manera entonces, el desafío para los canadienses consiste en “...cómo resistir como soberanía tomando iniciativas de defensa continentales para sí e incluso en algunas

Page 11: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

áreas en las que sea requerida” y en cómo ejercer influencia en las relaciones internacionales – en este caso en el área de seguridad internacional - sin un poder material importante capaz de defender el interés nacional. Sudáfrica constituye el tipo de país intermedio que si bien pertenece a un continente subdesarrollado, no debe de dejar de ser estudiado la forma en que la interrelación entre política exterior y de defensa contribuyeron a desplegar una adecuada diplomacia de nicho que le permitió ocupar un importante liderazgo sub- continental. Desde 1995 la política exterior de EE.UU respecto de Africa Subsahariana tuvo como meta desactivar su programa de ayuda militar como consecuencia del fin de la guerra fría y “limitar” su injerencia sólo a una política de asistencia humanitaria y económica. EE.UU ya no se haría cargo de asumir el rol protagónico que mantuvo en los 80’ sino que esperaría que la subregión resolviese por sí sola los problemas políticos, sociales y económicos. Los estadounidenses confiaron en que Sudáfrica sería en el futuro el motor económico y de seguridad en la región y quien fortalecería los principales organismos regionales. En consecuencia, sus administraciones de gobierno comenzaron a redefinir su doctrina de seguridad y defensa regional, habiendo sido indispensable para ello reacomodar su política de defensa nacional, no sin antes abordar las consecuencias del apartheid y su incidencia en las Relaciones Cívico militares. Pero antes se encargaron de aclarar a la comunidad internacional de seguridad que los problemas con que el continente confrontaba no debían verse a partir de percepciones en clave occidental y que el conflicto dentro de un estado o entre dos estados africanos tendrían resultados diferentes imprevistos. Esto suponía la imposibilidad por parte de la ansiada “Iniciativa de Respuesta a las Crisis en Africa” de traspolar mecanismos de seguridad y de intervención tradicionales y foráneos a los asuntos africanos. Mientras la estrategia externa sudafricana se orientó a adoptar un fuerte compromiso con los organismos internacionales como la ONU, la Organización para la Unidad Africana (OUA) y la Comunidad de Desarrollo Sudafricano (SADC) , en el marco interno la arquitectura de su política de seguridad sudafricana tuvo características de “función social” vinculadas a los problemas de orden político, económico, social y de medio ambiente , todos los cuales componían la realidad nacional tras la caída del régimen del Apartheid. En consecuencia, éstas responsabilidades y compromisos obligaron a que el gobierno sometiera a las fuerzas armadas a un proceso de reestructuración, centralizando bajo el mando de la South African National Defense Force (SANDF) a la Armada, el Ejército, la Fuerza Aérea y el Servicio Médico y se decidiera a reequipar a su sistema de defensa. El Annual Report 2003-2004 del Departamento de Defensa, en su capítulo referido a la Dirección Estratégica de la política el reporte hace un balance de lo realizado en los últimos “diez años de democracia” y resalta que en la actualidad, “...la SANDF está jugando un rol mayor en el desarrollo de la African Standby Force, la cual intenta proveer a Africa con su propia habilidad para intervenir de forma rápida en el futuro evitando conflictos de naturaleza que ocurrieron una década atrás y que todavía afectan la región de los Grandes Lagos”. Por su parte, agrega que, “...en la esfera interna la SANDF continuó proveyendo apoyo al servicio de la South African Police Service

Page 12: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

(SAPS). La habilidad de la Justicia y de las fuerzas del orden para lidiar con el crimen está incrementando y el apoyo de la SANDF a la SAPS está disminuyendo”. En cuanto a las prioridades del Ministro de Defensa para el período en cuestión, éstas son las siguientes: una estructura alineada con el presupuesto; “...la implementación del “DoD Human Resource (HR) Strategy 2010”, circunscripta en el plan general de los recursos humanos en el Departamento. En adición a un nuevo Military Skills Service. La estrategia está además designada a tratar soft issues de “transformación tales como la representatividad, mecanismos para reparar agravios, el entrenamiento, la reconfiguración de la fuerza y el plan de sucesión”. Por último, la “...promoción de la seguridad regional, que está destinada a asegurar una aproximación colectiva de la defensa en la SADC y además una participación efectiva del DoD en los programas de la NEPAD”. Las prioridades de “medio alcance” se circunscriben a “...crear una fuerza provista y sustentable”; “...poner un nuevo sistema de armas en operaciones, teniendo en mente los desafíos apostados por su costo y complejidad” y “...lograr compatibilizar las obligaciones aprobadas y los fondos correspondientes del DoD”. En tanto que las de “corto alcance” se refieren a “...preparar y emplear las capacidades de defensa para poder llevar a cabo operaciones y compromisos ordenados por el gobierno” como así a “...continuar la reestructuración del DoD”. En el apartado que trata la “política de decisiones” , advierte respecto de su política de decisiones que, “desde la promulgación de la Revisión de la Defensa ha habido numerosos desarrollos operacionales, los cuales demostraron que la SANDF no está designada ni fundada en línea con el nivel de involucramiento en las misiones de paz”. Justifica que “esto quedó demostrado tiempo después por las prioridades de los gobiernos para la próxima década de democracia, las cuales inevitablemente ocuparon mayores demandas de la SANDF para apoyar las iniciativas de la política exterior del gobierno, especialmente aquellas vinculadas en la Unión Africana y los programas relacionados en la New Partnership for Africa´s Development (NEPAD)”. Por todo esto “además se decidió que la Defence Review deberá además ser revisada en orden a asegurar un alineamiento con las expectativas del gobierno y la sustentabilidad de las capacidades de la SANDF”. Por eso, aclara que “es prudente revisar el Libro Blanco con una visión para hacer previsiones para nuevas contingencias las cuales podrían no haber sido vistas durante la primera década de la democracia”. En cuanto a los objetivos estratégicos , estos se refieren en primer lugar, a la “defensa contra la agresión”, que significa “proveer una capacidad de autodefensa acorde al derecho internacional contra alguna agresión que haga peligrar la estabilidad de Sudáfrica”. En segundo lugar, a la “promoción de la seguridad”, es decir “proveer el desplazamiento interno y externo de las fuerzas militares para aumentar la seguridad en el apoyo a las decisiones del Ejecutivo”. Por último, “el apoyo a los habitantes de Sudáfrica”, que consiste en “proveer apoyo a la población sudafricana u otros departamentos del gobierno en operaciones y actividades que no sean la guerra, usando la utilidad colateral”. La manera de encarar estas reformas se halla contemplado el Department of Defence Strategic Business Plan FY2004/05 TO FY2006/07. Desde una óptica más política, el mismo se refiere a las prioridades que el Ministro de Defensa ejecutará en el

Page 13: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

período 2004/05 , las cuales son “...proveer apoyo las iniciativas que la diplomacia gubernamental lleva a cabo en Africa”, “...promover la seguridad regional en la forma de misiones de paz, incluido la reconstrucción post-conflict”, “...restaurar y mantener las capacidades convencionales de la SANDF” y darle prioridad a la “Human Resource (HR) Strategy 2010” (especialmente en aquello atinente a tamaño y composición de la estructura, el rejuvenecimiento de su personal, nuevas formas de servir a la fuerza, puesta en vigencia del concepto “One Force Concept”). En cuanto a las funciones de la SANDF, sus conceptos estratégicos contemplan la “...la utilización de misiones de guerra como de paz para dirigir una estrategia en tiempos de paz para poder preparar y guiar una fuerza combinada y conjunta junto a otra de empleo de la fuerza, para incidente de conflictos”. Las posible misiones estudiadas para los próximos diez años son aquellas mencionadas en el Annual Report. La “Defensa contra la agresión” contempla la proyección de Fuerza, operaciones preventivas (con los límites del derecho internacional que regulan el uso de la fuerza), repeler un ataque inminente o uno no-convencional (biológico y químico), llevar a cabo operaciones especiales y proteger activos en el exterior. En cuanto la “promoción de seguridad”, contempla el apoyo a cualquiera de las misiones en apoyo a una operación de paz (incluso las referidas a desastres naturales). En tanto que, el “apoyo a los habitantes de Sudáfrica” contempla operaciones de búsqueda y rescate, apoyo a los distintos departamentos del gobierno, apoyo aéreo para propósitos diplomáticos, presidenciales y que tengan que ver con asistencia humanitaria y de salud. El documento enfatiza en el carácter del “empleo de un rol múltiple” por parte de la SANDF, dentro de la cual, si bien existen distintos servicios separados, deben seguir la lógica de una integridad. La “estrategia de empleo de la fuerza” contempla dos ambientes bien identificados para operar: contribuir a la defensa subregional y regional (la NEPAD representa una prioridad). Sus aproximaciones estratégicas pretenden detentar un carácter multinacional, Inter-departamental y el y que le permita “cambiar” de misión según sea la circunstancia. Para ello deberá alistar fuerzas de respuesta “inmediata”, de “temporaria” (reservistas) y cuyos objetivos sean “de largo plazo”. Por último, en cuanto a sus capacidades, la SANDF ingresa en la actualidad a un período de renovación de las mismas (la marina fue la primera fuerza en renovarlos), el Plan Estratégico de Recursos Humanos de 2010, el Plan Estratégico de Sistema de información, el Plan Maestro de Adquisición Estratégica de Capital y el Plan Estratégico Logístico En América del Sur, Chile posee la característica de ser un país que a partir de la década de los años 90' reformuló su política de defensa vis a vis el proceso de transición política existente cuando la tutela del régimen militar (que gobernó ininterrumpidamente desde 1973) cedió lugar a la instauración de gobierno democrático. Desde el punto de vista de la política interna, el primer Gobierno de la Concertación (1990-1994) se caracterizó por dar una respuesta de tipo político a la agenda militar prevaleciente. La subordinación de los militares al poder político y los derechos

Page 14: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

humanos constituyeron el “centro de gravedad” de las relaciones cívico-militares: “...al no existir posibilidades institucionales de generar cambios legislativos concretos producto de la disparidad de fuerzas políticas en el Congreso, entonces muchas de las tensiones encontraban su expresión en el plano simbólico de la demostración de liderazgo civil por parte del gobierno o de autonomía por parte de los militares. Los conflictos fueron resueltos básicamente mediante la generación de mecanismos informales de diálogo, en que se combinaron soluciones pragmáticas que beneficiaban el objetivo final de lograr la estabilidad del sistema político” De manera que fue el segundo gobierno de la Concertación el encargado de completar y de llevar a buen puerto la transición política. Para ello llevó a cabo un "...cambio en la estrategia de relacionamiento con los militares". Nombró un civil en el cargo de ministro de defensa -nombró como subsecretarios a personas que no generaran tensión con los militares- y redujo al mínimo la agenda de temas políticos (subordinación y derechos humanos) enfatizando aquellos de tipo profesional (modernización y política de defensa). Si bien este segundo gobierno de la Concertación fue de continuidad, no por ello eludió con facilidad los cuestionamientos que el sector militar le generó en materia de causas judiciales por violación a los derechos humanos y de fraude económico, ni tampoco logró diezmar el margen de autonomía que aquel poseía. Las autoridades sí pudieron recién a partir de 1996 concentrarse en los aspectos concernientes a la modernización del sector de la defensa nacional. Ya en 1994 el gobierno de Eduardo Frei había hecho “explícita una política de defensa” a través de un proceso público e informado a fin de garantizar compromisos permanentes con políticas estatales a largo plazo. Una de las primeras iniciativas de su gobierno fue elaborar un libro de la Defensa con el propósito de explicar los objetivos e instrumentos de la defensa nacional, lo que se trató de la primera iniciativa de civiles que buscaba colocar el tema de la defensa como política de Estado. El libro de la Defensa aclara que el fundamento de “la Política de Defensa está contenido entonces en los Objetivos Nacionales, en cuya consecución interviene todo el Poder Nacional. Sus fuentes son, principalmente, la Apreciación Global Político-Estratégica y la Política de Seguridad Nacional. Esta última es la que establece, entre otros aspectos, los criterios para armonizar las acciones por ejecutar en los ámbitos del desarrollo y de la defensa tendientes a eliminar o atenuar las vulnerabilidades del país, de modo de alcanzar una condición que permita asegurar la consecución de los objetivos nacionales” . El marco de referencia de este concepto es producto de “alcanzar los Objetivos Nacionales con el mejor aprovechamiento de los que el país posee, considerando que Chile no abriga propósitos agresivos contra ninguna Nación del orbe, ni tiene reivindicaciones en el ámbito vecinal”. “Estructurar un Poder Nacional homogéneo y consistente, en el que la capacidad militar guarde proporción y congruencia con e resto de las capacidades nacionales. Esto significa evitar un poder excesivo en relación con ellas, así como un poder militar insuficiente de modo que no pueda preservarse” . La disuasión no puede realizarse “...sin la existencia de una fuerza militar, pero, en última instancia, se disuade en función de la estatura político-estratégica que el país posee” Visto desde una aproximación económica de la defensa, “la necesidad de invertir en defensa no se deriva de decisiones políticas arbitrarias, sino de la necesidad de garantizar una paz sostenible. A su vez, el beneficio de los gastos asociados a la defensa ha de significar el promover la estabilidad política y social, y por esa vía el crecimiento económico. En este sentido, el papel del Estado es proveer seguridad nacional para promover el crecimiento y la estabilidad como fuentes de un mayor bienestar. El Estado debe asegurar un ambiente

Page 15: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

apropiado para incentivar la inversión privada, que a menudo envuelve una decisión de largo plazo, sujeta a la incertidumbre”. “...el efecto del gasto en defensa a nivel social no sólo se traduce en la disponibilidad del bien para disfrutar de una mayor seguridad, sino también en la generación de externalidades, en términos de la creación de condiciones para obtener una mayor inversión y crecimiento” . La política de defensa está pensada para ser un pilar fundamental de la política de desarrollo que Chile sigue frente a su estrategia de inserción en la economía mundial. La incidencia del desarrollo en la defensa es entender que “el modelo de desarrollo de la economía chilena está orientado a la exportación de bienes y servicios, y es abierto a los productos de todo el mundo que cumplan con los requisitos de calidad que nuestros consumidores requieren. Esta apertura se refleja también en el ámbito financiero, con la autorización del ingreso de capitales de inversión en términos atractivos para su permanencia y las garantías para su retiro, y con la apertura para que las empresas nacionales inviertan en el exterior, todo ello con amplios resguardos, especificados en tratados internacionales de tipo multilateral o bilateral. Se constata, asimismo, en la participación en acuerdos comerciales y de complementación económica, como el MercoSur y la APEC. Este nuevos escenario, que ha acarreado cambios importantes en la estructura productiva de nuestro país, brinda nuevas oportunidades a Chile. Pero, desde el punto de vista de la defensa, implica la posibilidad de enfrentar varios riesgos y mayores complejidades: por ejemplo, la defensa de nuevas vías de acceso a nuestro país o de rutas que se han hecho más expeditas para garantizar el libre tránsito de bienes de importación y de exportación, la necesidad de proyectar hacia nuestros socios económicos y comerciales las ventajas que la defensa de Chile proporciona al evitar conflictos que pueden poner en peligro sus inversiones, la tranquilidad de que nuestros productos no sufrirán problemas ni interferencias en su transporte, y la garantía de que somos un socio confiable y seguro” . Lo estipulado en el libro de defensa es coherente con los lineamientos que la política exterior de la transición venía desarrollando Una segunda línea de acción de gobierno fue la flexibilización del Servicio Militar Obligatorio, cuyas principales modificaciones fueron readecuar los períodos de conscripción, el incremento de cursos especiales, la promoción de una política de incentivos y compensaciones (reinserción laboral, becas, pasajes) y el incremento de cursos de capacitación laboral. La proyección internacional de la defensa constituyó un tercer pilar de la política de defensa que, básicamente contempló acuerdos de entendimiento y cooperación ministerial y militar con Alemania, Bélgica, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. Con Argentina, las relaciones se mantuvieron en un alto nivel de contactos bilaterales que se vio complementado con la instrumentación de un mecanismo de entendimiento en temas de seguridad. De igual manera, Chile decidió generar una política de misiones de paz habida cuenta el intenso requerimiento de la ONU y de la participación como miembro no-permanente en el Consejo de Seguridad

Page 16: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

En materia de gasto y de compra de armamentos existió una decisión por parte del gobierno de apoyar una renovación de armamento militar para las tres armas, aspecto que se vio beneficiado en dados dos factores: la existencia, por un lado de la demanda de las fuerzas armadas, quienes se vieron favorecidas por la disposición de fondos especiales para comprar material bélico. Desde otro costado, la creciente oferta de un mercado de armas y la reducción de las barreras que EE.UU imponía a ciertos países de Sudamérica para la compra de material bélico. Por último, y en cuanto al desarrollo institucional, el ministerio promovió el involucramiento de civiles en temas militares a partir de una política de incentivos a la investigación en temas militares, ofreciendo becas a los académicos que abordaran el tema de la Defensa e incentivando actividades a través de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE). En la etapa 1983-1990 el panaroma militar en Argentina presentó a unas Fuerzas Armadas debilitadas como actor político debido a las secuelas que le depararon la derrota militar en la guerra de Malvinas en 1982, el desprestigio ocasionado por el juzgamiento de su accionar represivo durante el período 76-82 y la profunda división horizontal (entre fuerzas) y vertical (en el caso de la línea jerárquica) generada a lo largo de toda la década del 80’. Esta situación fue la que llevó a las autoridades civiles durante el gobierno de Alfonsín a prescindir de todo tutelaje militar posible y a redefinir, a partir de 1988, el rol de las Fuerzas Armadas dentro del esquema democrático vigente en aquel entonces, elaborando en consecuencia la Ley 23.554 de Defensa Nacional. La Ley 23.554 de Defensa Nacional - votada en el Congreso Nacional el 13 de mayo de 1988 - centra sus objetivos en lo siguiente: Los principios básicos de la Ley establecen las bases jurídicas, orgánicas y funcionales fundamentales para la preparación, ejecución y control de la Defensa Nacional . Define además el significado del concepto de Defensa Nacional como la integración y acción coordinada de todas las FF.AA para hacer frente a las agresiones de origen externo . Más tarde, a raíz del debate acerca de si las FF.AA debían o no ser protagonistas en la seguridad interna del país, se reformuló de manera consensuada entre los principales partidos políticos una nueva ley de seguridad interior, poniendo un límite a la función e injerencia de las FF.AA en caso de conmoción interna. El 18 de diciembre de 1991 el Congreso Nacional sancionó la Ley 24.059 de Seguridad Interior dejando expreso en esta la finalidad, estructura, órganos, misiones y funciones de los cuerpos policiales y fuerzas de seguridad del Estado Nacional. Esta ley establece también el rol de las FF.AA dentro del marco de la seguridad interior en lo que refiere a la “complementación de otros organismos del Estado” permitiendo que las FF.AA, a solicitud del Ministerio de Defensa, afecten sus servicios de arsenales, intendencia, sanidad, veterinaria, construcciones y transporte, así como elementos de ingenieros. En materia de elementos de combate de las FF.AA en operaciones de seguridad interior, el Presidente de la Nación está facultado a emplear a las FF.AA para el restablecimiento de la seguridad interior sólo en aquellos casos excepcionales que éste considerase al Sistema de Seguridad Interior como insuficiente. A esto le sucedieron tres situaciones: el gobierno argentino comprometió más su política exterior y sus FFAA en la seguridad global en el entonces contexto de

Page 17: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

posguerra fría; en segundo lugar, el Presidente derogó el servicio militar obligatorio y en su reemplazo, el Congreso Nacional votó la Ley 24.429 de Servicio Militar Voluntario – SMV -, hecho que permitió ahorrar recursos y que actuó como un atenuante al fenómeno de la desocupación entre sectores juveniles muy postergados. Al tiempo que esto ocurría, la discusión entorno a la viabilidad de la incorporación de la mujer en las FFAA. En tercer lugar, desde el Congreso se impulsaron las “Audiencias públicas y reservadas” sobre la reestructuración del sistema de defensa nacional llevadas a cabo en el segundo semestre 1995. Las audiencias permitieron al Ministerio de Defensa obtener una vez más un diagnóstico sobre la situación política, económica y militar del entonces sistema de Defensa Nacional en su conjunto, como así también recoger experiencias extranjeras en lo que hacía a la organización sus sistemas de defensa. Esto le permitiría a las autoridades nacionales evaluar qué modelo de sistema de Defensa Nacional era necesario adecuar a las prioridades nacionales del país. El gobierno argentino deseaba profundizar la relación bilateral con EEUU con la finalidad ulterior de interactuar con la NATO, compartir sus “valores y objetivos comunes de paz y seguridad para el mundo” como así también permitir el acceso al “diálogo permanente y consultas con la Alianza”, las cuales serían útiles para “explorar formas que continúen esa interacción y para intercambiar puntos de vista de seguridad global y regional” Este objetivo fue logrado en agosto de 1997, cuando el Departamento de Estado de EE.UU ratificó al Ministro de Relaciones Exteriores Guido Di Tella la decisión de su gobierno de otorgar a la Argentina el status de “aliado extra-NATO” - hecho que el Congreso de EEUU. ratificó en febrero de 1998 -, categoría de la que sólo eran beneficiarios Israel, Jordania, Egipto, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia. Entre los argumentos esgrimidos por las autoridades estadounidenses para justificar tal decisión, la Secretaria de Estado Madeleine Albright dijo durante su visita a la Argentina que la nominación era “...una categoría en nuestras leyes que reconoce un status político especial en la relación con los Estados Unidos y algunos beneficios militares limitados...” y que ,“...nosotros reconocemos las contribuciones de la Argentina en las operaciones de Mantenimiento de la Paz y la cooperación en Haití y el Golfo Pérsico”. Finalmente agregó que el gesto de su país representaba “...un importante símbolo político en nuestra relación” Esta visión coincidía con la del Ministro de Defensa argentino, quien manifestaba que dicha designación -cuya solicitud fue un objetivo permanente de la diplomacia argentina- obedeció al “reconocimiento al compromiso y contribución argentina a la paz y seguridad internacional” , hecho materializado a través del envío de naves al Golfo Pérsico en 1991 y por la participación argentina en las OMP de la ONU. A esto se sumó en el año 1997 la terminación y difusión del primer Libro Blanco de la Defensa de la historia del país; la sanción en 1998 en el Congreso por unanimidad de la Ley 24.948 de Reestructuración de las Fuerzas Armadas -demorada en los últimos años- y la reforma del Código de Justicia Militar - tarea que demandó la participación de las más altas autoridades militares, la Auditoría General de las FFAA, los organismos jurídicos de las tres fuerzas y del propio Ministerio de Defensa -. Las reuniones regulares de los ministros de defensa de Argentina y Chile, los ejercicios militares combinados entre Armadas y Fuerzas Aéreas, como así la conformación del Comité Permanente de Seguridad Argentino-Chileno y Armadas y

Page 18: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

la solicitud conjunta a la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) del estudio de una metodología común para medir el Gasto de Defensa profundizaron los vínculos bilaterales militares con Chile , hecho que también capitalizó la política exterior bilateral respecto del país trasandino. Esta idea de apuntalamiento de la política de defensa a la política exterior fue efectiva también con el Reino Unido. A fines de 1998, y tras la visita presidencial al Reino Unido de Gran Bretaña, el gobierno inglés adoptó la decisión unilateral de levantar el embargo de armas impuesto sobre Argentina desde la guerra de Malvinas en 1982. Los Ministros de Defensa de Argentina y de Gran Bretaña firmaron en Londres un memorando de cooperación que promueve el intercambio de personal e información. Esto fue muy significativo para las FFAA ya que en primer lugar permitió reanudar las relaciones militares plenas con una importante potencia de la NATO, hecho que dejaría sin efecto el veto inglés a la compra de armas a países de la NATO. A su vez, esta situación permitió fortalecer y aumentar las relaciones bilaterales con los ingleses. En el año 2001, la política del Ministerio de Defensa de la administración De la Rúa se hizo pública en la “Revisión de la Defensa 2001”, documento de trabajo cuya finalidad fue presentar con objetividad y transparencia las perspectivas futuras de la Defensa Nacional en la Argentina. El mismo muestra claramente y explica los objetivos a los que la administración estaba abocado en el área Defensa: realizar en forma periódica cambios de estructura o de sistemas, según los escenarios y la naturaleza de la acción lo requiera; renovar los activos de la Defensa en virtud de su obsolescencia, desgaste o superación tecnológica; actualizar y modernizar el instrumento militar sobre la base de objetivos claros y precisos y misiones definidas, que permitan fomentar el concepto del soldado profesional. En cuanto al marco internacional, uno de sus objetivos contribuir con los procesos de consolidación de la confianza, particularmente con los países vecinos, superando las hipótesis de conflicto y llevar a cabo todas aquellas acciones a favor de la paz y la seguridad internacional. En el año 2003, las jornadas de Defensa Nacional en la Agenda Democrática, supieron ser el “primer informe de la ronda de discusiones” elaborado en el seno del Ministerio de Defensa durante la administración de gobierno del presidente Néstor Kirchner. La convocatoria aglutinó a militares, académicos provenientes de institutos de investigación o universidades, funcionarios de la diplomacia, el ministerio de defensa y representantes de las Organizaciones No Gubernamentales, todos los cuales tuvieron por objetivo referirse a los objetivos de la política de defensa. Este documento dejó asentado previamente los lineamientos fundamentales de política exterior y de defensa que sirvieron de base para definir redefinir – y revisar el Libro Blanco de la Defensa – entre otros el concepto de interés nacional. Como Intereses Vitales se definió a “...aquellos que el Estado Nacional identifica como de carácter permanente, sin que ello implique la inmutabilidad de los mismos a través del tiempo y que encuentran un marco de referencia explícito en la Constitución Nacional”. Entre los que aparecen en el nuevo listado , los relevantes son se están “la protección de la vida, de los bienes y de la libertad de los ciudadanos y los habitantes...”, “la capacidad del estado para el sostenimiento permanente del sistema de gobierno representativo, republicano y federal en el marco del sistema de vida democrático”, “el pleno ejercicio de la soberanía nacional...”, “el mantenimiento de la integridad territorial” y el “el sostenimiento de la autodeterminación...”.

Page 19: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

En cuanto a los Intereses Estratégicos, “...son aquellos que en su consecución viabilizan los intereses vitales. Deben ser redefinidos periódicamente, en concordancia con los cambios que se operen en el modelo de desarrollo nacional, de inserción externa del país y conforme con el contexto externo e histórico que los enmarca” Ellos son los siguientes : “el crecimiento económico nacional sobre la base de un criterio de desarrollo sustentable”; “el desarrollo social”; “el desarrollo científico-tecnológico”; “la preservación sustentable del medio ambiente y de los recursos naturales renovables y no renovables”; “la promoción y defensa del proceso de integración en el marco del Mercosur”; “la preservación y promoción de nuestra subregión como una zona de paz y cooperación”; la preservación de la paz y la seguridad internacional”; “el fortalecimiento del control sobre nuestros espacios terrestre, marítimo y aéreo”. “la promoción del desarrollo en aquellos espacios territoriales del país escasamente poblados”; “la preservación de la Nación respecto de las amenazas tradicionales y de aquellas reconocidas como nuevas amenazas”; “la preservación del posicionamiento argentino respecto del presente y del futuro antártico”; “el mantenimiento de la libre navegación en los pasos bioceánicos”; “la consolidación de la institucionalidad democrática”; “la preservación de los derechos humanos”; “la preservación de la vida y de la seguridad de los ciudadanos argentinos fuera del país, a través del uso de los mecanismos jurídicos legales actualmente vigentes en el contexto de las relaciones internacionales”; “el incremento de la capacidad del Estado argentino para resolver adecuadamente los perjuicios provocados por los efectos no deseables de la globalización”. Ahora bien, estos intereses tienen en cuenta un contexto global que fue mutante en los últimos años y que convive con “...el constante incremento de la inestabilidad y la incertidumbre” y que se perfila como “un mundo cada vez más asimétrico y desigual en materia de desarrollo, así como en la participación del reparto internacional de las riquezas que genera la humanidad”. A ello se le suma que es “un mundo que a partir del 11-S aparece más unilateralizado, verticalizado y militarizado”, “...en el que proliferan nuevas amenazas de tipo no tradicional, difíciles de prever y manejar por parte de los estados, independientemente de su tamaño” y “...con una creciente multiplicidad de actores, en el que los estados nacionales, aunque debilitados, continúan siendo las unidades básicas del sistema”. Esto estará acompañado por la “irrupción con fuerza de nuevos procesos integrativos regionales, en diferentes puntos del planeta”; sin embargo, “América Latina en particular es una región que ha tenido y tiene una posición poco significativa respecto de asuntos estratégicos globales”. La forma en que Argentina pretende insertarse en dicho contexto consiste en “...buscar formas de inserción no confrontativas, a pesar de las posibles áreas de choques de intereses y agendas. Nuestro país debe procurar establecer agendas de complementariedad, en los aspectos político, económico, social y cultural”. Es por eso que, a pesar del contexto global descrito anteriormente, el mismo se presenta “...como una oportunidad que se nos presenta para recuperar nuestra relevancia, tanto en la subregión como en el nivel hemisférico, que nos permita contribuir a que la propia subregión mejore su posicionamiento internacional”. Sin embargo Argentina es consciente de que hoy día “...el Estado nacional presenta cierta debilidad institucional” y que “sus instrumentos y sus recursos no se hallan hoy suficientemente articulados para cumplir adecuadamente su cometido, lo que implica una dificultad para alcanzar la satisfactoria inserción internacional de nuestro país”.

Page 20: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

En el plano global , “...la actuación argentina tendrá lugar a través de y procurando incidir en los organismos multilaterales, como la ONU y la OEA”. En ellos “...los principales intereses estratégicos a defender y promover son el fortalecimiento de la paz y de la seguridad internacionales, procurando al propio tiempo el funcionamiento eficiente de los mecanismos para la lucha combinada contra el terrorismo internacional”; “Un aspecto significativo del rol argentino en materia de contribución a la paz internacional es la participación en operaciones de paz en el marco de Naciones Unidas o en aquellas coaliciones que no se opongan a los principios establecidos en la Carta de dicho organismo, referidos en sus artículos 6 y 7”. En tanto que en el marco continental, “...la Argentina debe fortalecer su accionar en el diseño de un Sistema Hemisférico eficaz, capaz de articular en el marco del Sistema Interamericano los diferentes organismos que lo integran...” (CICAD, CICTE, Tratado de Bogotá, el Grupo Río, TIAR, mecanismos de reuniones de expertos en medidas de confianza y Seguridad, las Reuniones de Ministros de Defensa y la JID) Marco subregional , “... el fortalecimiento del proceso de integración subregional, en particular la operacionalización del MERCOSUR ampliado como zona de paz, así como la lucha combinada contra el narcotráfico y el terrorismo internacional”. Y el “...el diseño de una política de seguridad cooperativa en el nivel subregional, con implicaciones concretas en el plano de la Defensa y dentro de ella de la cooperación militar específica...”.

Page 21: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

CONCLUSIONES En líneas generales, todos ejemplos mencionados observan claramente la misión de la política de defensa y su readaptación según las concepciones estratégicas de cada país. El caso de Australia es el de un actor regional importante que, sin ser potencia, buscó “potenciar” sus capacidades militares en pos de una identidad y estilos propios en materia de política exterior, de manera tal de ser elementos constitutivos del desarrollo, el crecimiento económico y la inserción del país en el mundo (es miembro extra-NATO). La lucha contra el terrorismo y su alianza tradicional con EE.UU la hacen acreedora de obligaciones para preservar su seguridad, ya sea en el plano regional como en el internacional. Como miembro extra NATO, su comportamiento en el plano de la defensa y seguridad internacional demuestran un claro comportamiento propio de un país que traza sus objetivos guardando un equilibrio entre necesidades u obligaciones y sus reales capacidades. Canadá presenta un caso similar. Si bien miembro pleno de la NATO, como país desarrollado no posee sin embargo el rol manifiesto que detenta EE.UU. Su comportamiento en la esfera internacional representa el de una potencia media que construyó su lugar en la política internacional a partir de su participación en los diversos foros internacionales - ONU, la Organización Internacional de Comercio (OMC) - desde los cuales irradia y ejerce poder. El cambio del escenario de la defensa y la seguridad internacional de los últimos años ha puesto a este país en una posición que genera, por un lado ventajas, y por el otro desventajas. Mientras que su territorio representa una geografía superlativa de América del Norte, limita a su vez con la vecina potencia mundial, EE.UU. Esto último, si bien genera obligaciones adicionales de una dimensión que excede a las reales capacidades del país, hace que sea beneficiaria del proceso de transferencia que la Revolución en los Asuntos Militares genera en áreas de cooperación militar (por Ej., el North American Air - ahora Aerospace- Defense Comand, NORAD) entre ambos. Por su parte El dilema de la seguridad canadiense podría circunscribirse a cómo complementar la seguridad de América del Norte junto a EE.UU. Sudáfrica y Chile merecen ser tratados en conjunto habida cuenta su similitud histórica. Ambos constituyen casos de países que tras salidas de regímenes políticos autoritarios, sus gobiernos democráticos llevaron adelante una política vinculada a pacificar -o a atenuar- a la sociedad habida cuenta la tensión existente entre civiles y militares producto de los conflictos internos. En cuanto a la política de defensa, tuvieron una doble tarea: en el caso de los militares, subordinarse al poder civil y prestarse al proceso de pacificación nacional; en el caso del poder político, fijar una política de defensa acorde a los intereses nacionales, invirtiendo los recursos necesarios y otorgando los medios adecuados a sus FF.AA para cumplimentarlos (aun así, existen diferencias de capacidades entre ambos en distintas áreas). En el plano estrictamente de defensa, Sudáfrica constituye uno de los pilares del continente

Page 22: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

africano y en particular del Africa Subsahariana. Su posición geográfica, la influencia de su voz en distintos foros internacionales como así su liderazgo político en un continente que cada vez más se comportará como una Unión de país (Unión Africana) en determinadas áreas de cuestión, la hacen acreedora también de un status de potencia intermedia con proyección. En cuanto a Chile, en la actualidad a logrado establecer metas claras de política exterior, comercial y de defensa, que juntas lograron efectivizar una inserción de manera múltiple en distintos mercados e influir en la agenda de seguridad con el objetivo de alcanzar los intereses nacionales. El alto grado de institucionalidad política, su estabilidad económica y su seguridad jurídica es el producto de una clase dirigente a la altura de las circunstancias de la actual coyuntura nacional e internacional. Esto le vale hoy sentarse a negociar su ingreso a los mercados del Asia Pacífico, América del Norte, Europa y América del Sur. Para eso cuenta con la creatividad y empeño de todas las herramientas disponibles en el Estado nacional, el cual considera que cada política estratégica es una engranaje o parte necesaria para alcanzar los objetivos de la otra. La política de defensa constituye también una herramienta de proyección de poder y de peso en su diplomacia. Los sucesivos gobiernos han sido coherentes con la manutención de una política de estado en materia de defensa que le permitió la renovación y adquisición de medios militares terrestres, aéreos y navales modernizando a sus FF.AA. En consecuencia se sabe que las FF.AA constituyen una herramienta esencial de inserción al servicio del país que actúa en apoyo de otra/s política/s de estado, o que explora campos que atraen a otras áreas de interés. España representa el caso de un país que tras haber sido irrelevante en el contexto europeo supo acoplarse a un sistema de defensa colectiva (es miembros pleno de la NATO) y comprometerse con las reglas de la “integración” de la UE, obteniendo así los réditos en materia diplomática y económica que significaba tener una política pragmática en la medida de sus posibilidades deseadas y capacidades y efectivas. En los últimos años, la alianza forjada con EE.UU por la anterior administración de gobierno y el protagonismo adquirido dentro de las instancias de la UE, como así su condición de principal inversor en materia de capitales en América del Sur, fueron algunos de los factores que gravitaron entorno a posicionar al país hacia un status superior al de años anteriores con los beneficios y costos que esto conlleva. En materia de defensa, detenta un status privilegiado como miembro de la NATO en virtud de su estrecha relación con EE.UU que le permitió la apertura de nuevas bases estratégicas dentro de su territorio. Sin embargo, su apoyo a la coalición liderada por EE.UU contra Irak tuvo un alto costo con los atentados terroristas ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004 y atribuidos al terrorismo islámico. Entonces, y ante lo expuesto, vale comentar algunas ideas y estimaciones que podrían ser útiles en materia de política de defensa argentina. Resta plantear si en el futuro próximo la política de defensa debiera o no seguir estar orientada a preservar la seguridad y la paz internacionales y continuar careciendo medios adecuados -y manteniendo insuficientes recursos presupuestarios para reemplazar equipo obsoleto- o si por el contrario, debiera buscar una vocación de “vigilia estratégica” , ésta definida como “...una necesidad estratégica en donde el Estado sea capaz organizar un sistema

Page 23: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

defensivo adecuado con capacidad para hacer frente a amenazas diversas; es decir un sistema móvil, flexible, con equipamiento en la medida de lo posible sofisticado y moderno que esté en condiciones de hacer frente a una gama de amenazas que aun no se han puesto de manifiesto pero casi seguramente están ahí y aparecerán en cualquier momento...”. Durante los años 90’, la participación permanente en el mantenimiento de la seguridad mundial constituyó para la política exterior argentina un mecanismo de inserción en el mundo pero que, al mismo tiempo, coadyuvó en alguna medida a la desnaturalización de la tradicional misión de las FF.AA, la Defensa Nacional. Las FF.AA lograron un reconocimiento internacional producto de participación y experiencia adquiridas en el extranjero y debido también a que (pese a las restricciones presupuestarias) profundizaron su capacidad profesional. Desde el momento en que las distintas administraciones de gobierno decidieron una política agresiva de participación de las FF.AA en las OMP, se podría afirmar que la política de defensa nacional mantuvo cierta coherencia con la política exterior de la nación ejecutada, pero que sin embargo despojó al aparato militar de un presupuesto operativo adecuado y de una política de modernización acorde. Esto es el precio que el sector militar hoy está pagando habida cuenta la incoherencia de una política de defensa fuera de línea con la realidad argentina en el mundo e incapaz de generar propuestas a la altura de sus circunstancias. La política de defensa también sirvió para afianzar aun más el alineamiento argentino con EE.UU que, en el campo de la defensa llevaron al país a comprometerse en misiones en distintas partes que en ocasiones no guardaban relación con los intereses nacionales ni con sus medios. Distinta fue la actitud de EE.UU, cuyo acervo militar responde a parámetros de seguridad mundial, situación diametralmente distinta a la realidad y al contexto en el que se encuentra Argentina. Pero aun existiendo esas diferencias, el “trade-off” (costos otorgados a partir de beneficios recibidos) logrado en el área de defensa con esa potencia, no se tradujo en beneficios materiales estratégicos para la crítica situación militar argentina. Para algunos, el hecho de que la política defensa argentina haya sobresalido por su contribución a la política exterior (inclusive a mejorar ostensiblemente la relación con Chile y Brasil) fue una auspiciosa oportunidad política para justificar el rol y funcionamiento de las FF.AA con un presupuesto escaso. Sin embargo esta forma de razonar la política de defensa podría dar lugar a pensar que no existieron otras alternativas que le hallan provisto de mayor identidad nacional y capacidad militar para hacerla más eficaz. La política de defensa, al igual que la exterior, podría hacer un uso de una política más autónoma y de alcance limitado, similar a la utilizada por países de su misma "talla" o “magnitud”. Para ello es dable prestar atención a la forma en que la relación “política exterior-política de defensa” tuvo lugar en países denominados “intermedios” que llevaron a cabo una “diplomacia de nichos” Este tipo de diplomacia se “focaliza en la aptitud de un estado individual para identificar y llenar un nicho o espacio vacío sobre una base selectiva a través de una política ingenua y ejecutiva” .

Page 24: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

La política de defensa en Argentina atravesó desde 1983 por diferentes contextos de naturaleza política y económica que le permitieron refundar con el tiempo un sistema de defensa nacional subordinado al orden constitucional con bases legales suficientes para defender los intereses de la nación. Dicha política fue un instrumento vital de la política exterior que propició la inserción del país en el escenario internacional. Esta inserción obligó sin embargo a adoptar una política que careció de un sustento material militar acorde a los objetivos propuestos. Entonces, analizar de qué manera la política de defensa argentina podría ser más eficaz y adecuada a la realidad nacional en el futuro, exigiría a su vez que la política exterior planteara compromisos más selectivos acorde a sus intereses nacionales (en este caso relacionados con la Defensa Nacional) pero construidos sobre tres ejes: en primer lugar, la búsqueda de una autonomía “a pasos pequeños y bien meditados aprovechando las coyunturas históricas”, “esperando el momento más propicio para imponer decisiones, que aunque impliquen riesgo político, amplíen la propia libertad de acción” ; en segundo lugar, tener la capacidad como actor social “...maximizar su poder negociador real o potencial vis a vis otro actor social en un(as) área(s) específica(s), asumiendo determinadas condiciones” ; y por último, tener la capacidad de plantear “...una clara diferenciación entre lo que es deseable y posible en materia de política exterior...” . Este estado de autonomía relativa haría viable una política de defensa con objetivos menos ambiciosos que la actual, orientada a objetivos limitados, concretos, previamente seleccionados y dirigidos a disminuir la brecha existente entre lo “real” y lo “deseable” en materia militar y permitiendo a la vez, tener una capacidad disuasiva con “...orientación defensiva que permita un mínimo de nivel del armamentismo...” . Ese “mínimo” nivel de armamentismo significaría contar con unas FF.AA con un poder militar, naval y aéreo adecuados y suficientes como para no dejar al país en un estado de indefensión. Esta propuesta supondría estudiar las experiencias previamente descritas y que desarrollaron algunas de las “potencias medias”, tales como las mencionadas anteriormente y extraer las lecciones al respecto para desarrollar una política de defensa nacional ejecutable en el futuro. Pero también se deberían profundizar y capitalizar las experiencias positivas adquiridas por las FF.AA argentinas en las distintas misiones emprendidas a lo largo de la década. La tarea desempeñada en las OMP se transformó en un laboratorio de ensayo en el cual se ha podido comprobar que la provisión de instructores, adiestramiento y de intercambio de personal por parte de (y entre) países medianos (como Canadá y Argentina) es posible. La explotación de ese “nicho” podría redundar en beneficio de Argentina ya que la jerarquización del mismo podría transformarse en una moneda de cambio para lograr mayor equipamiento militar y asistencia económica en el área de defensa con el objeto de modernizar las FFAA.

Page 25: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

2- RELACIONES CÍVICO-MILITARES: LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA DEFENSA EN AMÉRICA LATINA Y SU LEGADO PARA EL CASO ARGENTINO. Cuando se habla del control ciudadano de la defensa implica que en el contexto democrático, las FF.AA son un instrumento cuya conducción estará en manos (o al menos debería estarlo) de ciudadanos civiles. Esta subordinación del instrumento militar al poder civil es lo que convierte a la defensa en una institución más del Estado sujeta a las reglas del juego democrático y, cuyos designios están al mismo tiempo destinados defender a sus ciudadanos, su territorio y su soberanía. El caso de las relaciones cívico-militares latinoamericano, Felipe Agüero describe cómo las distintas experiencias se fueron acomodando vis a vis los diversos procesos de transición que marcaron el paso desde el autoritarismo hacia la democracia, y del cual Argentina no fue ajena. Los casos de Chile, Perú Uruguay y Brasil fueron elegidos precisamente a priori para medir comparativamente el grado de consolidación en que se encuentra las relaciones cívico-militares existentes en Argentina y apreciar su evolución. Chile sigue atrapado en el diseño institucional heredado por por el régimen autoritario, aunque avanzó en la disminución de las tensiones civil-militares. La democracia se reinauguró en 1990 bajo la constitución originalmente diseñada para perpetuar en el poder al Grl. Augusto Pinochet pero sin embargo, el plebiscito de 1988 condujo a reformas parciales de la constitución acordadas por el gobierno y la oposición para hacer posible la transición. Antes de abandonar el gobierno, Pinochet utilizó sus facultades para designar miembros del senado y otras agencias estatales, los que jugaron en la administración sucesora un rol protagónico en impedir reformas en el congreso y prevenir cualquier reforma a las cláusulas principales de la constitución. La constitución otorga a los militares una cierta capacidad de control a través del Consejo de Seguridad Nacional y limita los poderes del Presidente para nombrar y destituir a los jefes militares. Las “leyes de amarre” limitaron las facultades del gobierno para alterar los presupuestos militares o nombrar y designar jefes superiores, y contribuyó a mantener a los militares inmunes a las posibilidades de acción legal por crímenes contra los derechos humanos. Si bien el advenimiento de gobiernos civiles elegidos democráticamente fue aparejada con la transferencia masiva de recursos des gobierno a las entidades militares (incluidas las de inteligencia) durante los primeros años del primer gobierno sucesor las autoridades fueron capaces de afirmar algunas prerrogativas civiles y de resistir intentos militares de no subordinación. Durante los gobiernos de Patricio Aylwin y de Frei se avanzó paulatinamente pero persistentemente en aumentar la cooperación civil-militar en diversas materias y en sentar las bases de primacía del gobierno civil. Sin embargo, lo fundamental en el caso chileno ha sido la imposibilidad de reformar la constitución y algunas leyes orgánicas que restauren las facultades de los poderes políticos sobre los militares. Perú asistió a una transición en donde una asamblea constituyente democráticamente elegida convivió en un régimen militar que logró que si bien los militares no influyeran en las deliberaciones lograron la aprobación de leyes sobre el rol militar en estados de emergencia, de utilidad cuando emergió la amenaza terrorista de Sendero Luminoso.

Page 26: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

En 1985 las facultades fueron ampliadas con la creación de los comandos político-militares en las vastas zonas en estado de emergencia las que prácticamente estaban bajo el control militar y fuera del alcance del gobierno, aspecto que dio lugar a la sistemática violación de los derechos humanos. Con el reestablecimiento de un gobierno civil, el presidente Alan García intentó restringir la autonomía militar creando el ministerio de defensa, aspecto al que las FF.AA se oponían. Más tarde, el golpe liderado por el presidente Alberto Fujimori con apoyo militar para cerrar el Congreso y los Tribunales, sumado a la reelección presidencial que permitió otorgar concesiones a los militares entre las que se incluía la amnistía a los militares condenados por el asesinato de opositores y, la expansión de la jurisdicción de los tribunales militares, ratificó una vez más la dificultad del gobierno de subordinar efectivamente a los militares al poder civil en los 90´. En Uruguay , tras el regreso de la democracia, las relaciones cívico-militares retornaron a la normalidad no sin antes sortear obstáculos. Las demandas planteadas por los militares durante el proceso de reforma constitucional llevado cabo por el entonces presidente Julio María Sanguinetti y el nombramiento de nuevos jefes militares contra la opinión de las FF.AA que dispuso su sucesor, Luis Lacalle, dieron prueba del efectivo control que el poder civil mantenía sobre los militares. No obstante, los uniformados retuvieron cierta autonomía interna, habiendo recobrado el control de las agencias de inteligencia y del ministerio de defensa (obteniendo cierta representación en el gobierno). Asimismo logró que el gobierno obtuviese del Congreso una ley de caducidad que otorgó una amnistía a los responsable de haber violado los derechos humanos durante el gobierno de facto. Brasil , tras la asunción de José Sarney en 1985, la presencia militar en el gobierno se mantuvo inalterada y la intervención militar en las esferas civiles aumentó, siendo esta decisiva para influir a los constituyentes durante la discusión de la nueva constitución de 1988 y para derrotar las medidas de reforma agraria como así también para acortar el período presidencial. El gobierno de Fernando Collor en 1990 redujo el número de ministros militares en el gabinete de gobierno (nombró un civil para dirige el Servicio de Inteligencia Nacional) y tomó medidas para eliminar un programa militar secreto en el área nuclear. Sin embargo, las prerrogativas militares continuaban presentes través de oposición de estos a la creación del ministerio de defensa (hoy creado) y a la importante injerencia en la inteligencia y en áreas estratégicas. Las reducciones presupuestarias (que limitaron fuertemente la modernización de las FF.AA afectaron tanto los planes de modernización de las fuerzas como sus salarios), la introducción de militares en disputas civiles por parte de líderes políticos, como así también su utilización en campañas domésticas contra el crimen urbano, si bien oscurecieron las relaciones cívico-militares socavaron al mismo tiempo el poder militar. El presidente Cardoso avanzó en el intento de la afirmación del liderazgo del Presidente por sobre las FF.AA mediante la promulgación de directivas sobre política de defensa, poniendo énfasis en las misiones externas y en la primacía de las instituciones democráticas. En Argentina, desde el regreso a la democracia en 1983, los tres más altos poderes del Estado (Judicial, Legislativo y Ejecutivo) tuvieron una importante responsabilidad en

Page 27: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

el afianzamiento de la relación cívico-militar y la construcción de la política de defensa. Cómo capitalizar y profundizar lo hecho hasta ahora; cómo convertirlo en una herramienta al servicio del crecimiento y de la inserción del país? La actuación del Poder Judicial fue clave para juzgar el pasado. La Cámara Federal enjuició (1985), juzgó y condenó (1986) a los máximos responsables militares de la represión contra la subversión. La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó las sentencias condenatorias y la Cámara Federal también procesó a otros responsables en 1987, entre ellos, a algunos de los responsables de la violencia subversiva. Hoy, continúan en los Tribunales numerosas investigaciones por sustracción de menores que permitieron identificar jóvenes nacidos en cautiverio -sustanciadas en los denominados “juicios por la verdad”- y la decisión de la Corte acerca de la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida votadas por el Congreso en 1986 y 1987 respectivamente. Con éstas el Poder Legislativo buscó una solución política y legal al mismo tiempo, poniendo fin a la prosecución penal y limitando futuras acciones de la Justicia. Asimismo, dictó numerosas normas reparadoras (el Estado libró órdenes de pago por más de $700 millones) y otros beneficios para las víctimas y familiares ¿Y en lo que atañe estrictamente a la Defensa?. El Congreso sancionó la Ley 23.554 de Defensa Nacional (1988) dando así forma a la arquitectura legal de la defensa y a los objetivos de las FF.AA. Votó la Ley 24.059 de Seguridad Interior en 1991 (delimitando claramente la participación de los militares en cuestiones de seguridad interna) y años después, promovió la Ley 24.429 de Servicio Militar Voluntario (1994) y la 24.948 de Reestructuración de las FF.AA (1998), ambas con el objeto de profesionalizar el futuro componente militar. Esto sin olvidar las distintas reformas que hizo al Código de Justicia Militar hechas en 1984 -y de nuevo- en 1998 y que, los pliegos de ascenso de los oficiales superiores de las FF.AA son rigurosamente analizados y aprobados con acuerdo del Senado de la Nación. Y qué rol le cupo al Poder Ejecutivo?. Desde 1983 dictó Decretos presidenciales que ordenaron el enjuiciamiento a las juntas militares (Dec. 158/83), que permitieron crear la Comisión Nacional de Desaparecidos (Co.Na.Dep., Dec. 187/83), indultar a los ex comandantes como así a condenados por subversión –Dec. 1002/89 y 2741/90-, crear el Comité de Jefes de Estado Mayor (Co.Mi.J.E.M., Dec. 1739/92), prohibir la extradición de militares a jurisdicciones internacionales –Dec. 111/98 y 1581/01-, medida hoy derogada por el Dec. 420/03, por mencionar algunos; el P.E.N. fue quien promulgó las leyes del Congreso y quién le propone a éste el ascenso de oficiales superiores de las FF.AA. Es decir que se puede afirmar sin dudas que existe una innegable y efectiva la subordinación de las FF.AA al poder civil -un caso “excepcional e “irrepetible en América Latina” , y un marco legal otorgado por el Congreso al Poder Ejecutivo para que este ejecute su política de defensa. América Latina ofrece un conjunto de ejemplos la evolución de las relaciones cívico-militares, las que se realizaron de manera, según Rut Diamint, de manera “....simultánea a reformas del estado y de la economía que produjeron modificaciones

Page 28: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

en la estructura social y en el sistema de representación política”. En su óptica, la vuelta de la democracia, la desaparición del “enemigo rojo”, el crecimiento de la institucionalidad de los gobiernos civiles y la necesidad de volver a pertenecer a la economía mundial, promovieron el comienzo de una institución de un sistema de defensa nacional circunscrito dentro de los mecanismos constitucionales, ejercicio empañado en parte debido a las limitadas capacidades reales con que contaban los ministerios de defensa en todo lo relacionado a aspectos de presupuesto, equipamiento, inversiones, nombramientos, entre otros. Esto se debió principalmente a la falta de equipos técnicos capaces de hacer de contrapeso para definir las políticas militares y disminuir simultáneamente la autonomía de las FF.AA y a la falta de interés de la dirigencia política en temas militares. En rigor de verdad, el control civil de las fuerzas armadas obtenido fue posible como consecuencia de tres elementos : la apertura de canales de diálogo y comunicación auspiciados por los gobiernos con los uniformados; la educación democrática de los militares que, con el correr del tiempo, permitió la adaptación de las fuerzas a los nuevos valores vigentes; y finalmente , a los recursos jurídicos implementados desde el Estado en orden a juzgar a los militares responsables de conducir las Juntas militares en la época de gobiernos de facto. Diamint agrega que todavía existe en la región un “déficit de los gobiernos democráticos para formular políticas de defensa como políticas públicas de Estado” , “...en esas transformaciones, la política de defensa no fue incluida ni por los gobiernos nacionales ni por las instituciones multilaterales, como requisito para la consolidación de la democracia" . El rol de los ministerios se limita a “intermediar entre militares y las autoridades, y no a definir las tareas ministeriales como ser la fijación de las políticas de defensa, la enunciación de las misiones de las fuerzas armadas, la supervisión del cumplimiento de las directivas y la corrección de las deficiencias que se produzcan” . La ausencia de compromiso ciudadano desde una óptica del estado y la sociedad civil no se interesó en los temas de defensa. Recién a fines de la década de los años 90’, el primer relevamiento de las organizaciones no-gubernamentales latinoamericanas indicaba que además de muy bajo interés, los temas militares no constituían un “issue” . Agüero dice que transcurridas las experiencias autoritarias-militares y las transiciones a la democracia, los actores políticos y sociales se enfrentan a una nueva etapa caracterizada como incierta y de larga transición donde los elementos constitutivos que antes componían el poder del estado se transfieren al mercado, el desarrollo hacia adentro pasa ser uno hacia fuera, el localismo se convierte en interdependencia internacionalización y el totalismo político ha dado lugar a diversas formas post-autoritarias y democrático-electorales. A ello se le suman las transformaciones suscitadas en las identidades de grupos sociales, clases, regiones y estados; los cambios en los modos de participación movilización de los ciudadanos en política; los cambios en los procesos y organización del trabajo; cambios en los emplazamientos urbanos; cambios en las identidades, intereses, y bases del conflicto entre grupos sociales, regiones y estados. Ninguna de esta transformaciones, dice Agüero, le son ni le serán ajenas a las FF.AA dado que las mismas “...pueden describirse como organizaciones racionales especiales en el estado dotadas de una cierta inherente permanencia y de una especialización distintiva en la anticipación, la planificación y el balance institucional para la supervivencia”. Estas representan “...organizaciones con vista adentro y afuera, con asentamiento histórico y visión de futuro, dotadas con mecanismo neurálgico de Estado Mayor, institución equivalente a los departamentos de

Page 29: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

estudio y centros de planificación estratégica de las grandes corporaciones públicas y privadas...” y que “...cuentan además con el distintivo de su carácter público y su afincamiento territorial”; cuentan “...con una tradición doctrinaria que las sitúa en posiciones pivotales frente a amenazas cambiantes pero siempre amplias y diversas”.

Page 30: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

CONCLUSIONES En líneas generales se puede concluir que de los casos mencionados (incluido el de Argentina descrito más arriba) el legado militar y las transiciones a la democracia le dieron una solución parcial a la cuestión de la responsabilidad por la violación de los “derechos humanos”. Los militares lograron algunas prerrogativas que, legalizadas y reglamentadas por los gobiernos democráticos (tal cual lo hicieran el Congreso Nacional y lo ratificará la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso de la Argentina) cerraron formalmente la cuestión. La transición a la democracia habría sido el último momento de los militares como “actores políticos” y su enderezamiento como “actores institucionales” pero que, aun distan de integrarse plenamente al juego democrático como las experiencias más antiguas en la materia . Aun con este legado post-transición a la democracia, qué significado tienen las Fuerzas Armadas a comienzos del siglo XXI?. Más que trazar directrices deseables y maximalistas que de uno u otro modo intentan hallar la función “ideal” de las Fuerzas Armadas, es conveniente entender ex post facto el contexto internacional, regional, político y social frente al cual se halla un estado-nación (y por ende sus fuerzas armadas). Las transformaciones frente a las que se halla expuesta la sociedad internacional dan cuenta que la lectura que se haga de “nuevas situaciones potencialmente críticas” descritas anteriormente llevará a destacar ciertas aristas en el desarrollo institucional y doctrinario y a fomentar cierto tipo de alianzas políticas y sociales. Lo mismo sucederá con las Fuerzas Armadas: las forman con las que intenten influenciar el contexto, provendrá de la dinámica interna propia y del desarrollo y maduración de ciertos contenidos doctrinarios. Para ello es menester hacerse las siguientes preguntas : “¿Qué significado tienen para las Fuerzas Armadas los efectos desintegradores y rearticuladores que sobre el estado imponen la expansión del mercado y la globalización?”; “¿Qué impacto tiene la desintegración social en el marco de creciente inequidad?”; “¿Cómo, y en qué medida se rearticulan las funciones de orden público de la fuerza armada?” “¿Qué efecto tienen la disminución del tamaño de las fuerzas armadas unida a su eventual potenciación tecnológica?”; “¿Cómo conviven el impacto cultural de las lógicas de mercado con las adherencias a principios colectivos de nación, y con qué efectos en las relaciones de poder?”. En el caso de América Latina, las misiones militares están sujetas a las reformas democráticas y a la modernización del estado. Estas, lejos de parecerse al contexto de guerra fría, se ven afectadas por una política de derechos humanos que constituye un “valor internacional que produce efectos sobre las decisiones de políticas nacionales”. También se hallan inmersas en una lógica de mercado donde “...todos los bienes sociales en la comunidad de valores se intercambian por otros bienes, y esto también determina el tipo de misiones militares, el tipo de armamento que se compra, o el tipo de privatización que se organiza, pues la lógica de mercado permea todas las políticas de estado” . Las fuerzas armadas no sólo defienden su “...territorio nacional sino la defensa de bienes nacionales y globales”. En consecuencia, es de vital importancia reafirmar y trabajar una política militar en línea con otras políticas de estado. En el caso de la política externa, las misiones militares constituyen un valor agregado similar al que poseen los ministerios de relaciones exteriores: las agregadurías militares, los ejercicios combinados con fuerzas de otros países y las OMP desarrolladas en el marco

Page 31: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

multilateral, más que prestigio y experiencia, son complementos para las relaciones externas de un país. En ellos hay representantes no sólo de las fuerzas sino personal adscrito a las Embajadas, medidas de confianza mutua que transparentan la relación y experiencia diplomática como militar. Lo mismo sucede con relación a la economía del país: los capacidades militares son una parte importante del estado al servicio de los intereses económicos de sus habitantes no disponibles únicamente para la guerra. La legitimidad de su empleo surge desde el momento en que aquellas poseen una capacidad de movilización y de respuesta más rápida y eficiente que otras agencias públicas. La pesca, la protección del medio ambiente, la contaminación de aguas y/o la explotación indiscriminada de minerales, el desarrollo de tecnología, como así también la proliferación de enfermedades o epidemias, representan en general intereses nacionales y hasta regionales no exentos de la seguridad nacional. Si bien “...no crean amenazas al Estado, son fuente de conflicto o de inseguridades para la sociedad”. El Estado, a través de las FF.AA, es el responsable por velar y preservar (evitar la injerencia de buques ilegales en zonas de pesca) la seguridad tanto de sus rutas marítimas-comerciales que, las que en definitiva, son la razón de su desarrollo económico. Esto implica entonces la necesidad por preservar dichas rutas de una posible contaminación por parte agentes químicos o desechos radiactivos. La producción de tecnología dual originada en las fuerzas armadas abre un mercado importante que, en el caso de la exportación, merece la debida protección del Estado en virtud que se trata de tecnología de exportación. En el caso de las epidemias, los militares son quienes tradicionalmente cumplieron funciones de apoyo logístico en caso de la proliferación masivas. En el caso argentino faltan resolver de una vez para siempre la cuestión de la violación de los derechos humanos en los años 70´. A la luz de los visto, la cuestión de los derechos humanos se halla hoy amparada en la legalidad. Jurídicamente es lo que Argentina, en ejercicio de su soberanía y producto de las decisiones de diferentes instituciones y hombres de Estado –del más variado tenor y color político- creyó apropiado hacer en nombre del interés nacional. ¿Pero eso es suficiente para legitimar la salida institucional que hasta el momento se le ha dado al problema? Queda un camino impostergable: saber la “verdad” de lo que sucedió durante los años 70, despojada de parcialidad, fanatismos y lejos de ánimos vengativos. Es saludable que el país quiera realizar una revisión histórica de los hechos - “negada” hasta el momento - y contada de manera “parcial” con el objeto de salir del pasado. Ello aceptando que las determinaciones legales existentes deben ser “acatadas”, no vitoreadas por algunos como “beneficiosas” ni acusadas de “impunidad” por otros. Lo hecho hasta el momento debe ser interpretado como el esfuerzo de una nación por abandonar la pesada herencia del pasado y no como una ruta de escape al olvido. Subsanar las heridas y cerrar las secuelas del pasado es un deber ineludible de las instituciones de la República en su territorio, pero también, la construcción de la “historia” continúa siendo la cuenta pendiente que la nación Argentina aún adeuda en pos de un legado histórico que sea asimilado por las futuras generaciones de argentinos en forma ecuánime y justa. Es así que, con memoria e historia, la nación aprenderá desde los errores del pasado los logros y aciertos del futuro que ineludiblemente la lleven a ser verdaderamente a ser libre.

Page 32: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

Así como existe una política de defensa para los tiempos de guerra, también existe otra para los tiempos de paz. En una democracia, ésta última interactúa con otras políticas del estado y reacomoda constantemente sus capacidades para llevar a cabo la misión. Pero para lograr esto deben imperar en los hombres de armas una vocación democrática y una lógica de burocracia profesional que interactúen con las existentes en otras áreas del estado y capaces de desenvolverse con peso específico propio. Lejos está esto de presentar unas fuerzas armadas con prerrogativas o autonomía política como el otrora en el pasado sino todo lo contrario, la defensa debe ser un bien público del estado y no de un gobierno. Las fuerzas armadas detentan presupuestos importantes, poseen miles de recursos humanos, disponen de material bélico y necesitan prepararse para defender los intereses nacionales. En consecuencia, así como existe un ministerio que gestiona la institución de la defensa frente al poder político, los militares son una institución vertical pero que se desempeñan dentro de una lógica de proceso ínter burocrático desde la cual, en definitiva, emanan las políticas de estado. Tanto la conducción militar como así también las autoridades políticas responsables de la Defensa Nacional, deberían tener, desde un punto de vista de la gestión administrativa y hasta una óptica de política institucional, un comportamiento como agencia burocrática del estado en la cual busquen alcanzar los objetivos que permitan hacer cumplir con su misión: la defensa nacional. COMENTARIOS FINALES En la Argentina, para llevar a estos cambios debe existir no sólo voluntad política sino recursos humanos que sepan instrumentarla. Si no se cuenta con personas versadas en las cuestiones políticas y técnicas de la defensa y del orden militar, lo descrito previamente continuará alimentando y proveyendo “modelos” para copiar y no para “extraer” de ellos las enseñanzas que requiere la realidad argentina. Esta falta de profesionalidad en el área de defensa requiere por un lado, la necesidad de gente joven capacitada en el extranjero que adquiera la experiencia e idoneidad suficiente en el tratamiento de estos temas, y por otro, que la clase política se instruya más con respecto a aspectos operativos, técnicos humanos y estratégicos de las FF.AA y tenga la voluntad necesaria para contar una política de defensa. Es necesario un Ministerio de Defensa altamente profesional cuya base cuente con especialistas en temas de defensa y con personas que sean un puente entre el ámbito civil y militar Pero aun así, debe indefectiblemente formar y contar con cuadros políticos que, formados en el ministerio o en el seno de los partidos políticos, defiendan los intereses del sector en el ámbito de la administración pública. La base de cualquier “cambio” en el área defensa deberá estar construida por una concientización acerca de que la “institución de la defensa” debe ser materia de gerenciamiento por parte de individuos que, además de comprender la necesidad de la subordinación militar al gobierno civil, tengan la idoneidad profesional suficiente para administrar todo lo inherente al sistema de defensa. Esto implica estudiar, conocer y analizar los problemas vinculados a los recursos humanos afectados, a los medios

Page 33: POLITICA DE DEFENSA Y RELACIONES - I.E.E.R.I - vii encuentro - politica de... · FFAA argentinas (a partir de su participación en las OMP) obtuvieran un importante reconocimiento

militares y a la administración del presupuesto involucrado que representa uno de los más importantes en la administración pública nacional. Esto es lo que en definitiva hace funcionar y reducir la brecha entre civiles y militares, es decir, lo que afianza las relaciones civiles-militares. Estas son parte de la construcción de las relaciones comunitarias de la nación en donde el ciudadano (que con sus impuestos solventa el gasto de defensa) y el hombre de armas (que tiene la responsabilidad de gastarlo adecuadamente) se sienten integrantes de una misma sociedad en donde a cada uno le compete responsabilidades. En cuanto a política de Defensa Nacional, resta decir que a pesar de los compromisos internacionales – a través de los organismos internacionales (ONU, etc.) - y Hemisféricos (OEA, medidas de confianza mutua, cooperación regional, etc.) asumidos, Argentina no cuenta con los recursos necesarios para efectivizarlos. Por qué? Tal vez porque Argentina, en la óptica de algunos, nunca fue blanco de una agresión externa directa; mantiene un vertiginoso descenso del presupuesto militar; la Defensa tiene poco “rating” dentro del Estado, estando relegada a un puesto no prioritario e insignificante dentro de la puja de poder Inter-burocrático; es vista como un “gasto” - y no como una “inversión” - que no genera ningún tipo de dividendos; la Opinión Pública desconoce su potencial utilidad y en definitiva qué función tienen los militares en la sociedad. Al no tener definida las bases de un modelo de proyecto nacional - y en consecuencia de una política exterior coherente -, un país no sabe entonces qué es lo que su Defensa Nacional “defiende”. Esto es causa de un desinterés y a veces hasta un desconocimiento de cómo la política de defensa y los propios militares pueden convertirse en una herramienta indispensable y capaz de generar los réditos necesarios para ayudar a un país a crecer y a insertarse en el mundo. En virtud de ello, es imperioso trazar una política militar en línea con otras políticas públicas o de estado. Respecto de la política externa, las agregadurías militares en las Embajadas, la realización de ejercicios combinados con fuerzas de otros países y la participación en Misiones de Paz, son algunos ejemplos que más que prestigio y experiencia, constituyen activos de la Defensa que silenciosa y subrepticiamente, cumplen micro-políticas de estado, ciertamente desaprovechadas. Las FF.AA son un componente necesario para custodiar los intereses económicos: deben brindar seguridad del espacio marítimo y aéreo a lo largo de todo el país, siendo que por estos circula el comercio exterior, las comunicaciones electrónicas globales del Estado, el transporte aéreo e innumerables amenazas de carácter transnacional. La industria militar –prácticamente desguasada-, representa un apéndice de la economía que merece la debida atención, en virtud de la experiencia en la materia y por tratarse de tecnología de exportación nacional. L a “tercerización” del mantenimiento del equipo militar, su reparación y la provisión de servicios generales, hacen que el aparato militar maneje una microeconomía que involucra mucho dinero. En lo que respecta a la seguridad nacional, las autoridades deberían considerar qué medios poseen las FF.AA para complementar a las Fuerzas de Seguridad frente a las múltiples amenazas (terrorismo internacional, narcotráfico, etc.) sin alterar su rol ni lo establecido en las leyes 23.554 de Defensa y 24.059 de Seguridad Interior.