POLíTICA PESQUERA COMÚN DE LA COMUNIDAD...

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POLíTICA PESQUERA COMÚN DE LA COMUNIDAD EUROPEA Soledad Torrecuadrada Garcia-Lozano* 1. Introducción El espacio geográfico ocupado por la Unión Europea (UF) es un único mercado en el que ciudadanos, mercancías, servicios y capitales circulan libremente. El objetivo más im- portante de la Comunidad Económica Europea -desde 1992 Comunidad Europea (eL) era la creación de un mercado común, por 10 que hemos de afirmar con M. López Escudero que la consecución de éste es su mayor logro l , Así, el territorio conull1itario se caracteriza por ser un espacio sin fronteras interiores en el que los factores productivos (personas, mercancías, servicios y capitales) circulan libremente, respondiendo su funcionamiento al de un mercado nacional presidido por las normas que regulan la libre competencia. En este contexto, hemos de tener en cuenta que la regulación del mercado interior se aplica a los sectores económicos y no sólo a los puntualmente indicados. Bien al con- trario, esas normas coadyuvaron a liberalizar la actividad económica con carácter gene- ral. terminando con el proteccionismo estatal en algunos ámbitos entre los que se encuentra precisamente la pesca. En estas materias la transferencia del ejercicio de las competencias estatales en beneficio de la el: utilizó como instrumento el establecimiento de políticas comunes a través de la regulación de la producción y comercialización de los productos a los que se referían aquéllas aplicando, matizando o apartándose de las normas rectoras de l mercado interior 2 Por otra parte, la política pesquera común (pPC)3 es poco menos que una política fantasma si nos atenemos a las ocasiones en que el Tratado constitutivo de la Comunidad * Soledad Garcí;¡-Lozano Doctora Cl) Derccho y Titular de Derecho llltem,Kiollal l'úblll_'1) )- ]{Cl;¡l'iolles lntemaóonales e11 la Unilep,idad Autónoma de \ladnd 1 Vid. M. L'lPO "El Merc;¡do Interior gen.;rales", en ,'vl, Lópe¡ Escud.;ro y J \1artin y Pérct de Nanc\arcs, lJ"rccho Comunitario Ma/erial. Madrid, 2000, p. 29 2 Vid. \-1. L¡)pC7. "1'1 derecho comunit¡¡rio material: delimitación y ¡;aracterhtica';, en I\f lilpeI' y 1. 'v1artin y Pérez de Derccho Comunitario Material, \1adrid, 2000, pp. 4 Y 3 Sobre la PPC existe Wla I1lgente biblillgrath, entre la que destaramos las siguientes olmlS' Leigh. EI/ropean IlIte- Watio/l allllt}u: Common Fisheries Pofier. Londres, 1983; \1, \\/ise, Tllc Common Fishenes Po/ic.\' al/he Euro/)ean (IJmmu/litr, Londres, 1984; A. Anaya TWTientes y J.1uste Ru.iz, La política agraria r de pcsm en la Comunidad Eu, ropell, Madrid, 1 ')X(,; Y. Rodriguel y I L Ruil Fabri, res Drotis drs péchcurs espagnols dans ¡'furop" 8/eu1', Bruse· las, 1')X'): .l. l.ebullenger y D le (d1rs.), I.a Commullau/(; F.uropá'nne ella mer, Paris. 1')90: f-. Gon/álel La;;e, 1,11 n'l'isión de la política pesql/cm COllllll1itarill el reto de 199:. La Coruiía, 1992: M. I-lüldcn, The Common 65 www.juridicas.unam.mx Esta obra forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.bibliojuridica.org DR © 2005, Universidad Iberoamericana

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POLíTICA PESQUERA COMÚN DE LA COMUNIDAD EUROPEA

Soledad Torrecuadrada Garcia-Lozano*

1. Introducción

El espacio geográfico ocupado por la Unión Europea (UF) es un único mercado en el que ciudadanos, mercancías, servicios y capitales circulan libremente. El objetivo más im­portante de la Comunidad Económica Europea -desde 1992 Comunidad Europea (eL) era la creación de un mercado común, por 10 que hemos de afirmar con M. López Escudero que la consecución de éste es su mayor logro l, Así, el territorio conull1itario se caracteriza por ser un espacio sin fronteras interiores en el que los factores productivos (personas, mercancías, servicios y capitales) circulan libremente, respondiendo su funcionamiento al de un mercado nacional presidido por las normas que regulan la libre competencia.

En este contexto, hemos de tener en cuenta que la regulación del mercado interior se aplica a los sectores económicos y no sólo a los puntualmente indicados. Bien al con­trario, esas normas coadyuvaron a liberalizar la actividad económica con carácter gene­ral. terminando con el proteccionismo estatal en algunos ámbitos entre los que se encuentra precisamente la pesca. En estas materias la transferencia del ejercicio de las competencias estatales en beneficio de la el: utilizó como instrumento el establecimiento de políticas comunes a través de la regulación de la producción y comercialización de los productos a los que se referían aquéllas aplicando, matizando o apartándose de las normas rectoras de l mercado interior2

Por otra parte, la política pesquera común (pPC)3 es poco menos que una política fantasma si nos atenemos a las ocasiones en que el Tratado constitutivo de la Comunidad

* Soledad TOITCCll~ldrada Garcí;¡-Lozano C~ Doctora Cl) Derccho y Profc~or¡¡ Titular de Derecho llltem,Kiollal l'úblll_'1) )­]{Cl;¡l'iolles lntemaóonales e11 la Unilep,idad Autónoma de \ladnd

1 Vid. M. L'lPO l;~cudero "El Merc;¡do Interior cue~tio11es gen.;rales", en ,'vl, Lópe¡ Escud.;ro y J \1artin y Pérct de Nanc\arcs, lJ"rccho Comunitario Ma/erial. Madrid, 2000, p. 29

2 Vid. \-1. L¡)pC7. r'~cu.dero, "1'1 derecho comunit¡¡rio material: delimitación y ¡;aracterhtica';, en I\f lilpeI' Escud~m y 1. 'v1artin y Pérez de :'--Janclare~. Derccho Comunitario Material, \1adrid, 2000, pp. 4 Y ~s

3 Sobre la PPC existe Wla I1lgente biblillgrath, entre la que destaramos las siguientes olmlS' ~1, Leigh. EI/ropean IlIte­Watio/l allllt}u: Common Fisheries Pofier. Londres, 1983; \1, \\/ise, Tllc Common Fishenes Po/ic.\' al/he Euro/)ean (IJmmu/litr, Londres, 1984; A. Anaya TWTientes y J.1uste Ru.iz, La política agraria r de pcsm en la Comunidad Eu, ropell, Madrid, 1 ')X(,; Y. Rodriguel y I L Ruil Fabri, res Drotis drs péchcurs espagnols dans ¡'furop" 8/eu1', Bruse· las, 1')X'): .l. l.ebullenger y D le MOfl~n (d1rs.), I.a Commullau/(; F.uropá'nne ella mer, Paris. 1')90: f-. Gon/álel La;;e, 1,11 n'l'isión de la política pesql/cm COllllll1itarill el reto de 199:. La Coruiía, 1992: M. I-lüldcn, The Common

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Emopea (TCE) utiliza el término pesca (en tres ocasiones -art. 3.l.e y arl. 32-). La pri­mera referencia indica que la Comunidad Europea (CE) para lograr sus objetivos contará, entre otras, con "una política común en los ámbitos de la agricultura y de la pesca" (art. 3.l.e4

). La segunda, incorporada dentro del Titulo 11 y bajo la rúbrica "ag,icultura", afirma que el "mercado común abarcará la agricultura y el comercio de los productos agrícolas", para añadir la tercera referencia en la misma línea cuando explica que por tales habrán de entenderse "los productos de la tierra, de la ganadería y de la pesca, así como los productos de primera transformación directamente relacionados con aquéllos".

A pesar de la ausencia de base jurídica independiente, 10 cierto es que con esos mimbres se atribuyeron competencias a la CE en materia de pesca. Esta construcción ha sido lenta y ha sufrído dos importantes modificaciones sustantivas, con la intención de responder a las nuevas cuestiones planteadas, la primera en 1992, debida a la importantí­sima reducción de los recursos pesqueros; y la segunda, en los albores del siglo XXI, entre otros motivos, para intentar responder a los problemas medioambientales. No indi­camos como una nueva etapa la derivada del contenido del Tratado por el que se estable­ce una Constitución para Europa5

, porque tal y como veremos en su momento, no altera el contenido actual del TCE.

En las páginas siguientes vamos a repasar la PPC siguiendo un esquema cronológi­co, subrayando las novedades de cada un" de las etapas que han contribuido a la cons­trucción actual. Para ello en un primer lugar nos detendremos en la evolución histórica desde aquella situación inicial hasta el momento en que se consigue una PPc; para des­pués centrarnos en las modificaciones de que ha sido objeto así como los ejes en tomo a los cuales se edifica la actual política comunitaria en materia de pesca.

IL Evolución histórica

El proceso que condujo al establecimiento de una PPC fue lento. Bien es cierto que hay que tener en cuenta el peso específico (en la materia) con que contaban los seis Estados Miem­bros (EEMM) originarios de la CE', pero también lo es que los primeros pasos en el camino que conduciría hasta el lugar en el que nos encontramos hoy se produjeron casi diez años después de la fIrma del TCE. Así, los orígenes de la PPC se ubican en 1966, aunque tuvimos que esperar hasta 1970 para que se adoptaran los primeros acuerdos nonnativos al respec­t07 Se trata de dos Reglamentos en los que se perfllaba la PPC como reflejo de la Política

Fisheries Poliey. OxJord. 1994: F.J. Carrera Hemández. Política pesquera y responsabilidad internacional de fa Ca" mUflidad EI/ropea. Salamanca, 1995.

4 En la versión originaria del TCE (J 957) el arto 3 en su apartado d) tan sólo se refiere al "establecimiento de una política cumún en el sectur de la agricultura", pero no a la pesca.

S Texto adoptado en Roma el 29 de octubre de 2004. vid. en http://ue.eu.intluedocs/cmsUpload1cg00087-re02,es04.pdf

6 Antes dc la' ampliación de la UE hasta los veinticinco miembros actuales el nivel de capturas de los que fueron los seis miembros originarios de la CE no alcanzaban el 30% del total dc las capturas comunitarias.

7 Se truta del Reglame11l0 núm. 2141/70 dcl Consejo. de 20 de octubre de 1970, sobre el establecimiento de una política C0111tl1l de estructuras cn el sector de la pesca y el Reglamento núm. 2142170 del Consejo, de 20 de octubre de 1970. acerca dc la organi%ación común de mercados en cl sector de productos de lu pescu. vid. ambos en meE, núm L 236. de 27 de octubre de 1970, pp. 703 Y 707 respectivamente

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agrícola común, incorporando las lineas básicas de ésta y adoptando como fundamento la misma base jurídica que para ella proporcionaba el TCE (arts. 32 y ss.).

En la década de los setenta no se avanzó mucho en la confección de una ppe, ya que la ampliación que supuso el paso de los seis miembros originarios a nueve trajo como consecuencia la modificación de los actos normativos antes adoptados, con el objeto de incorporar en ellos un régimen transitorio aplicable a los recién llegados, Téngase en cuenta además que los tres nuevos -Irlanda, Reino Unido y Dinamarca- eran y son paí­ses de marcada tradición pesquera8

, Además, no podemos olvidar que en esta época precisamente se estaba gestando el nuevo Derecho del Mar posterionnente plasmado en la Convención de Jamaica sobre el Derecho del Mar9

, Bien es cierto que se adoptó una Decisión del Consejo acerca de la conveniencia de que desde elIde enero de 1977 la acción exterior de la CE en materia de pesca fuera desarrollada por la Comunidad, acto con el que se impulsó de forma considerable esta política común, Así se pone de relieve en la Resolución del Consejo de .3 de noviembre de 1976 en la que se establece, en rela­ción a las entonces llamadas 20nas de pesca, la necesidad de que tanto "la explotación de los recursos pesqueros de dichas zonas por buques pesqueros de terceros países" como "la consecución de derechos para los pescadores de la Comunidad en aguas de terceros países, así como la conservación de los ya existentes" se rigiera por acuerdos entre la Comunidad y los terceros países l0.

Con todo, hasta 1980 no se pone en marcha una PPC en el ámbito comunitario. A pesar de que encontramos importantes elementos en la época anterior, lo cierto es que sólo con la finalización del período transitorio establecido en las Actas de Adhesión del Reino Unido, Irlanda y Dinamarca a la Comunidad encontramos los mimbres necesarios para confeccionar una verdadera PPC (durante la mayor parte de la década de los 70 fueron los EEMM los que establecían de fanna unilateral los criterios y normas técnicas que habían de aplicarse a sus aguas). En esta situación resulta povidencialla Declaración del Consejo relativa a la PPC, adoptada el 30 de maya de 1980, en la que se establecen

H Vid, en rel;¡~ión con Irbnda la SlJU; de 16 dt: febrcro de 1<)7¡.; Comi~ióll C'. Irlanda I'e~querias Ilw"Ítnnas. aSlInto (,1/77, ('n la qlle el TribuTlal declaró 'lile l'on la adopción del Sea Fi,\hcrics COT/sermrioll adn Racional t.).pIO/tnliol1 Ordi'r, de /977 l' SC(/ Fis!teries CUlIscrmtio/l (/lid Raciuna! t.\ploitatioll 11, 2 Order d,' /977, Irlando> int:umpli') las ,)bligacioncs que le im:UIllI,ían en VIrtud dt;1 In Una \ez jinalizado d penodo IransilOno Illeorporado en el an, 102 del Acm de Adhe~iill\ (lo que se produj() el I de enero de 1(79), e¡'lleE: afim¡;¡ba que toda medida nacional qlle impi­diera a lo~ pest:auorcs de otm~ EH1),.1 acceder a las 70nas pesqueras que deberían e~tar abiertas en las mi5111as epndl' t:itlHeS que si 1'llcral1 nal'ionalcs del EfM\l en cuestión SOl! l'tmtr.lria5 al Derecho Comunitario, v Id sr KE de 5 de I!uyo de 19XI cn d asunto lOllll.l'icm r, Reinu UlIido Pesca marítima, HO../179,

') Re('ünkmos cn este punto qUé se trata de un Tratado Inlemat:ional que contiene, en lo que aquí nos Ulteresa, la rq~u­lación de un lluevo espacio marinu: la Zona Económica Exchl~iva y con ella la extensión de la jUrisdicción estdtal hasta un má,\imo de 200 milla~ contadas desde las líneas de hase, r~n el ámbito comunitario, el acuerdo de amplia¡ la'i lonas dt; pe~ca de los EHll\l hasta las 200 mill;!~ marinas se produce en la Resolución del Consejo de 3 de noviembre de 197(J, relativa a detenmnado~ aspecto~ exLemos de la creacHín en la Comunidad, iI partir del I de enero de I '}7- de una zona de pesca con una c:\tenslón de d(),ciel1tas millas. en J O e E n" e 105, de 7 de ma~o de 1981, p, I conm ida también como "Re~olución de l.a ¡laya"

]() Id Nota anterior En este sentido, la misma resolución alinna que "el COll~cjo encargará a la Comisión la apertur~ ..le lIegoeiat:iolles, de inrnedl;Jto, t:on los terceros países implicado~" Lo t:ieno es que ell 1976 los EEMM acordaron .Im­pliar sus derechos desde las 12 mllla\ hast¡¡ las 200 a eont;¡r desde las lineas de base, Decidiendo adelllá~ que b ComullIdad seria más eficaz que lo~ Estados aisladamente considerados en las negociaciones y gestiolles de lo~ la­ladcros de bs aguas sometidas a la jurisdit:ción de los FHL\l a~í como en la dt;fell~a de los illtcre~e~ comunilan()'i en las negoeiacu)]¡cs internaCIOnales ..le ;¡)lÍ el cOl)tc11ldo de la reiterada rl'solut:ión,

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los criterios en los que debía basarse esta política, entre ellos la distribución equitativa de capturas 11 .

Poco después, en 1983, consumada ya la adhesión griega a la Comunidad", el Con­sejo definió las bases de una PPC, adoptando, el 25 de enero, tres Reglamentos: uno (el 170/83) por el que se constituye un régimen comunitario de conservación y gestión de recursos pesqueros 13; otro, (el 171183), por el que se prevén determinadas medidas técni­cas de conservación de los recursos pesqueros"; y, por último (el 172/83) que establece el Total Admisible de Capturas (TAC)" y el reparto de cuotas entre los EEMM!6.

Con esta normativa comunitaria tenemos ya perfilada la PPC edificada sobre dos ejes: (1) la aplicación del principio de ignaldad al acceso a las aguas bajo soberania o jurisdicción de los EEMM!7; (2) los criterios de reparto de cuotas pesqueras entre los EEMM, teniendo en cuen­ta que "un reparto equitativo de los recursos disponibles debe tomar en consideración particu­lannente las actividades de pesca tradicionales, las necesidades específicas de las regiones particulannente tributarias de la pesca y de las industrias conexas y la pérdida de potenciali­dades de pesca en las agnas de los países terceros"!'.

11 Para cuya detenninación habrían de observarse las actividades de pesca tradicionales, la situación de dependencia de la pesca de determinadas regiones así como la pérdida del potencial de captura en aguas de terceros Estados como consecuencia de la evolución producida en el Derecho del Mar (extensión de la jurisdicción estatal hasta las dos­cientas millas). Estos criterios posterionnente se incotporaron en el primer reparto de capturas, establecido en el Re­glamento 172/83 del Consejo, de 25 de enero de 1983, por el que se fijan para algunos stocks o grupos de stocks de peces en la zona de pesca de la Comwlidad, los Totales Admisibles de Capturas (TAC) para 1982, la parte de estas capturas disponible para la Comunidad, el reparto de esta parte entre los EEMM y las condiciones en las que los T AC pueden pescarse. Vid. en l.O.CE. n" L 24, de 27 de enero de 1983.

12 El Acta de Adhesión de Grecia publicado en l.O.C.E. n"L 291, de 19 de noviembre de 1979.

13 Vid en l.O.CE. n° 24, de 27 de enero de 1983, p. 1. Mediante este acto el Consejo estableció un régirren coll1lll1itario de la pesca y la acuicultura. Entre las medidas illl'uestas para la conservación de las especies marinas se incorpora la fija­ción del Total Admisible de Capturas (TAC) y su reparto en cuotas entre los EEMM, con el objeto de garantizar a todos eilos una relativa estabilidad en lo que se refiere a las actividades pesqueros. Este régimen incluye también y de forma especial, de acuerdo con Jo establecido en el apartado segtmdo del art 1 "medidas de conservación, normas de utiliza­ción y reparto de los recwsos, disposiciones particulares para la pesca costera y tredidas de control"

14 Id. nota anterior, p.14. Este reglamento se refiere a la captura de recursos de las aguas maritimas sometidas a la sobe­rania o jurisdicción de los EEMM que se encuentren en alglUla de las regiones indicadas en el mismo texto. Se incor­poran limitaciones técnicas a la utilización de detenninadas artes de pesca, restricciones para la utilización de ciertos tipos de aparejos o barcos que venían siendo empleados para estos fines, el tamaíio del pescado, capturas accesorias o la prohibición de pescar detenninadas especies en zonas concretas durante lUlOS periodos previamente estableci­dos, las denominadas paradas biológicas, que no son más que la intenupción de las capturas de alglUlas poblaciones pesqueras para permitir su conservación. No poderoos olvidar en este sentido que los peces son recursos naturales y móviles en el que, a diferencia de lo que ocmre en materia de agricultura, la Comunidad es deficitaria. La ausencia de una regulación coherente y razonable nos conducirla a la auténtica esquilmación de los recursos a medio plazo.

15 La noción de TAC no es tma novedad aportada por el Derecho Comunitario, bien al contrario, la Convención de Na­ciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (art. 55) establece una cierta obligación para el Estado ribereño de pennitir a las flotas extranjeras el acceso a sus excedentes que son la diferencia entre el T AC y la propia capaci­dad de captura. Las bases de este sistema las encontramos en los arts. 61 y 62 de este texto convencional. Lo que sí es una novedad comunitaria es el hecho de que sea una organización internacional (en este caso de la CE) la respon­sable no sólo de la determinación del TAC sino también del reparto de las cuotas entre los respectivos EEMM.

16 Vid. en l.O.CE. nO 24 de 27 de enero de 1983, p. 30. Vid. en relación con este Reglamento nota 11 supra.

17 Esta afirmación debe matizarse y mucho, dado que el régitren establecido en el Acta de Adhesión de 1972 se pro­rrogó primero hasta 1992 y posteriormente hasta el 31 de dicienilre de 2002, con lo que se excluía de la aplicación de este principio el Mar Territorial de los EEMM y el establecimiento como zona de protección del llamado 80x ir­landés, en el que sólo podían faenar los buques ingleses, franceses, alemanes, belgas y daneses.

18 Vid. Considerando tercero del Reglamento n· 172/83 cil nota nD 11.

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Sin embargo, la PPC habría de adaptarse a las nuevas situaciones que se iban plan­teando en el contexto comunitario. Así, en primer lugar vino la retirada de Groenlandia de la Comunidad en 1985", seguida de la adhesión de España y Portugal, consumada el 10 de enero de 19862°, con la que se duplicó la flota europea; y, en menor medida tam­bién la reunificación alemana en 199021

.

Comienza pues la década de los 90 con una situación pesquera dificil. De una parte, la mayor parte de los caladeros internacionales se encuentran sometidos a la soberanía o la jurisdicción estatal; de otra, las dimensiones y la estructura de la flota comunitaria no parece adecuada a la escasez cada vez mayor de recursos pesqueros22

. En definitiva, se plantea la necesidad de revisar profundamente la PPC en su conjunto, adoptando como punto de partida para ello los informes de balance presentados por la Comisión, según 10 establecido en el Reglamento 170/83. En la Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre La crisis del sector de la pesca en la Comunidad23 se pone de relieve que la crisis en el sector tiene un doble origen: por una parte estructural, dado que las capacidades pesqueras no resultan adecuadas a los recursos existentes, hemos de ser conscientes de que estamos llegando a un punto peligroso de sobreexplotación. lo que puede conducir a hipotecar el futuro del sector24

; por otra parte, los canales de co­mercialización no parecen los adecuados para estos fines. A todo lo anterior hay que añadir el importante consumo de pescado en la UE que parece ir in crescendo, 10 que provoca no ya el mantenimiento, sino el incremento del nivel actual de capturas para responder a la demanda de la población comunitaria.

De las líneas anteriores se desprende que lo que denominamos PPC ha de articularse sobre tres pilares fundamentales: el primero, las medidas tendentes a la conservación de los recursos25

; el segundo, la política de estructuras26; y, por último, la organización

común del mercado27. No podemos olvidar, en esta construcción la dimensión exterior

19 Vid. el Tratado por el que se modifican los Tratados constitutivos lit: las Comunidades Europeas en lo que respecta a Groenlandia. J.o.c.E. 11" L 29 de 1 de febrero de 19R5, p. 1 Y ss.

20 Vid. AetJ de Adhesión de España y PurtugaL de 12 de junio de 1985 en J.O.c.E. n" L 302, de 15 dt novlemhre de 1 ')l:i5

21 I.a ahsorción por la RFA de los cim:u L;indtr que componían la R[)A no tuvo Wla relevancia en materia de ptsca ron\> parable a la dc los acontecimitntos reóén apuntados, aunque si en otros aspectos.

22 Téngase en cuenta que España es una gran potencia pesquera. con una Ilota muy importante en lo que a su dUllen­sión se rdiere. pero COI1 unas estructuras muy anticuadas necesitadas de ulla grMl recollve~iún para amoldarse a la llUC\"¡l sltuaciÓll

23 Vid. esta Comunicación CllM(94) 335 1¡na! y el Dictamen del Comité de las Regiones sobre las consecuencias regi­na/es de /a Politica Pesquera lomun, en D.O.C.E. n° 129 de 2 de Illayo de 1996, p. 1.

24 En el LIbro Verde sobre el ¡ulllm de la política pesquera comun, de 20 de marm de 2001 (,OM 20011135 fin;)I), \;:¡

Comisión puso de reheve que el estahlecimiento automático por el Consejo de los TAC en niveles superiores a los

indicados por los científicos, es uua de las causas de la disminución de los recursos pesqueros.

25 !-:tI este sentido además de introducir los TAl' se limitan las capturas de peces menores de una detenninada talla con el objeto de que puedan convertirse en aJultos, se establece la obligación de técnicas pesqueras roas selectivas que pennitan el escape de esos peces alevines.

20 Con ella se ayuda al sector pesquero para que pueda adaptarse a las necesidades actuales del sector. En este sentido se 1in;)ucian proyectos, estudios. desarrollos de mercado, también se ayuda económicamente a la reconversión Je la~ notas.

27 Se persigue crear Wl mercado eomún en el interior de la comWlidad, ajustando la oferta y la demanda, transpomelldo ;) este sector las llCM estableúdas con carácter general para el sector agrícola no pesquero.

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de la PPc, que se traduce en que los acuerdos en materia de pesca celebrados tanto con Estados no comunitarios como los concluidos y negociados en el seno de otras Organi­zaciones Internacionales, son una competencia comunitaria. Esta, sin embargo, no es una característica de la PPC, sino una consecuencia de que "en la aplicación de las disposi­ciones del Tratado, no se puede separar el régimen de las medidas internas de la Comu­nidad del de las relaciones exteriores,,28.

111. La política pesquera común en los años noventa

La década de los noventa empieza en lo que a la pesca se refiere con un análisis de lo que fueron los años anteriores, con el objeto de estudiar la nueva realidad e intentar acomodar a ella el derecho comunitario, intentando aprender de los errores hasta enton­ces cometidos. Es en este momento cuando se adquiere conciencia de la escasez de los recursos pesqueros y la necesidad de limitar el esfuerzo pesquero para adaptarlo a la situación que se avistaba a medio plaz029

• Por tanto, procedía adoptar medidas para establecer el equilibrio entre los recursos disponibles y la actividad pesquera. Fruto de esta revisión aparece la política pesquera actual que ha sido recientemente modificada tal y como estaba previsto en la nonnativa de 1992.

El Reglamento 3760/92, por el que se establece un régimen c:omunitario de la pes­ca y de la acuicultura, establece el marco nonnativo general de la PPC en esta segunda etapaJO

• De acuerdo con este acto (art. 1). la PPC abarca "las actividades relacionadas con la explotación de los recursos acuáticos vivos y la acuicultura, así como la transforma­ción y comercialización de los productos de la pesca y la acuicultura, siempre que se realicen en el territorio de los Estados miembros, en aguas de pesca comunitarias o por buques pesqueros comunitarios". Según los ténninos recién transcritos, se encuentran sometidos a la competencia comunitaria los buques comunitarios que faenen tanto en aguas comunitarias como más allá de ellas. Aspecto este último que había sido confir­mado por la jurisprudencia del TJcé l.

La PPC traducida como política de conservación y gestión de recursos32 se articula en torno a los siguientes principios e instrumentos, algunos de ellos heredados de la etapa anterior: (1) Principio de igualdad de acceso de los buques de los EEMM; (2) el sistema TAC; (3) el sistema de limitación de esfuerzos; (4) la facultad de indicar en aguas

28 Vid. Fundamento 20 de la STJCE de 31 de marzo de 1971 en el asunto AETR (22170), de acuerdo con el cual una vez adquiridas las competencias ad in/m, su reflejo ad extra resul,ta inseparable de aquel.

29 De acuerdo con el arto 3.f del Reglamento 3760/92 del Consejo, de 20 de diciembre de 1992, por el que se establece un régimen comunitario de la pesca y la acuicultura (vid. en DOCE nO L 389 de 31 de diciembre de 1992), hemos de entender por" 'esfuerzo pesquero' de un buque, el producto de su capacidad y su actj¡·idad y, por lo que respecta a un(l flota (J grupo de buques, [(1 suma del esfuerzo pesquero de cad(l buque en p(lrticular"

30 El Reglamellto 3760/92. pur el que se establece un régimen comunitario de la pesca y de la (lcuicultura (O.O.C.E n" L 389, de 31 de diciembre de 1992), ha sido recientemente sustituido por el Reglamento 2371/02, al que me referir!': más adelante.

31 Vid. En este sentido la ':;TJCE de 25 de julio de 1991, en el asunto Comisión c. Esp(lña (258/89)

32 Tal y como se perfila en el Reglamento 3760192, antes enwlciado y antes de éste en el Reglamento 170/83 también referido en el epigrafe precedente quc resulta derogado en aplicación del arto 20 del Reglamento 3760/92.

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comunitarias zonas como biológicamente sensibles; (5) la aplicación de medidas técni­cas: (6) sistema de licencias; y, (7) régimen de control.

(1) El pnnclpio de Igualdad se aplica al acceso de los buques de los ¡,EM\l a los recur­sos que se encuentran en aguas sometidas a la jurisdicción comunitaria, con una única salvedad (recogida en el art. 6) que permite el mantenimiento del régimen transitorio establecido en el Acta de Adhesión de 1972 (art. 100), lo que implica la ampliación del ejercicio de la jurisdicción de los EEMM desde las 6 hasta las 12 mi­llas. En este espacio que se corresponde con la extensión máxima del mar territorial prevista en la Convención de Jamaica sobre el Derecho del Mar, la pesca se reserva a los nacionales de cada Estado miembro, excepción hecha del reconocimiento de los derechos históricos adquiridos por los buques de los otros FFMM distintos del soberano sobre esas doce millas más próximas a la costa33

.

(2) El sistema de TACs y su reparto por cuotas entre los EEMM se conserva de los Re­glamentos de 1983. El régimen no varía, de modo que el Consejo es la institución encargada de establecer anualmente el TAC para las diferentes especies sensib1es)4. Esta tarea se realiza en relación a cada región marítima considerada y no para las aguas comunitarias entendidas C01110 un todo.

(J) En los años noventa se incorpora un sistema nuevo de limitación del esfuerz03~ Se establece un nivel máximo de esfuerzo anual por zona de pesca, especie y arte em­pleada y Estado nlÍembro:'(J.

(4) Además, conocida la escasez de los recursos presentes en las aguas comunitarias, la facultad comunitaria de establecer zonas biológicamente sensibles dentro de las aguas sometidas a jurisdicción de los EEMM para permitir la reproducción de las es­pecies y el crecimiento de las crías (lo que supone supone la limitación de las cap­turas a un número reducido de buques) es acorde con la lógica del sistema. En este caso, evidentemente y dado que uno de los principios fundamentales de la PI'(' es

J.' Vid. En eSle ,cnliJo el art. (,.2 J~l ReglamentL) 37('.0,92. as; nlll)ü el Anexo I del mismo lnto

J.,) El sistem,¡ rAc! los nitcri{)~ a tener cn cuenta para su (!,lablecilllienlo (entrc ello,; I()~ diclúmcnes de los cielllili¡;o, e~pecialllados Cl1 la mahona ·-I() 411t: según el Libro Verde J~ la COnllsHlll no han ~id() dcbiJ:lTlIt;ule ohsen'adu~; ) ~<: lMIl \'l~hl eUlllplo.:t~dos en las SW.'l'Sl\i¡; .·\(\a~ de Adhe~ioll ¡;ürTespomliclllcs ~ los nllen)~ 101 M~1 prllductdas d,,;:,dc lJ adopción de lo~ Rcglamentos de j'.lS3. Reeorde!l1us en estc punto que prlTllrTO se cstable,'c en Tlllal AdlTli~I¡'1c de ('aptunls \' de~pué~ las CuotHS cúm:sp()1)dicnt~s a los ¡'E\I~j. aunque entre ambus m01llento~ (,mIes por lanlO J~ e\la úllima opemeion) habrá de ~USlraersc la cantidad que pudiera correspondcr a In~ buqu~s de terceros Estados 110 l'0-nnmitarios COII los ,-!ue tenemos ;wu~rd(l en la matena. siempre de conlonllidad ron 10 cstablecido cn lo,; ins\rUIllCTl­lu~ n)]l~idcradús. Observcmos ~n estc plinto lllte a los FF\IM [¡~, L'orTe<;pond~ talllo rcpaJtir 1J rllota que les h.l Sido a,ignada ~ I,IS Ilotas p<:squeras COIllO a,~gurar que ,;c re~petcn 10\ lirllllt:s I11dlCJdos

35 Vid. art. 8 del Regl;¡menlo 3760i'J2, La apllc;¡ción de este ~islema se produjo como C(ln~eL'uencia de sendos Fegl~-11lentús 6~5''.I5 de 27 de marlO de 1')95. rel~ti\u a la ge~lió!l de los e~fuerzos pcsquem~ referentes a deteml!1wdas zonas y recursos pe~queros rúmunttarios DüCF 11' L 71 de JI de marzo de 1995 y Rq~lamell!O 2027i95 de 15 dc JU­nio de 1995, por el que se establece un régimcn de gestión del esfuel70 pesquero relativo a detemli!ladas lona., y re­CUfS05 pesqueros comunitarios Dü(T 1.199, de 24 de agosto de 1995

36 Vid. En esle 5elllido J. Diez-Hochleitner ~ C. Martille;.'. Dr:r('('ho de' la Ullión 1:·urof'l'(I. Madrid, :'.onl.

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72 Jurídica. Anuario

precisamente la igualdad de las flotas de los EEMM, el reparto entre los buques se realiza conforme a dicho principio, ello sin olvidar el Principio de Estabilidad Rela­tiva -PER-.

(5) Por lo que hace referencia a las medidas técnicas, también presentes en el régimen establecido en 1983, se modifica años después por el Reglamento en virtud del cual se establecen determinadas medidas técnicas de conservación de los recursos pesqueros37

, a su vez actualizado en sucesivas ocasiones. Las medidas incorporada') en este régimen se materializa en unos límites y prohibiciones o pennisiones de carácter técnico que son aplicables de forma concreta a cada región marítima, así como la prohibición de pescar ciertas especies en detelminadas zonas y períodos. Hemos de tener en cuenta como novedad incorporada en este régimen que algunas de las medidas técnicas que lo configuran son incluso aplicables alta mar38

.

(6) Es evidente que, si tenemos una política común en materia de pesca, las autoriza~ ciones para pescar han de estar centralizadas, es decir, habrá de ser la autoridad comunitaria quien conceda la documentación identificativa preceptiva para faenar tanto en aguas comunitarias39 como fuera de ellas, siempre que estas últimas se en~ cuentren abiertas a los buques de los EEMM en virtud de los acuerdos de pesca con~ cluidos por la C'E

40.

(7) Para el correcto funcionamiento de este sistema se exige un régimen de control41 ~ que establece algunas obligaciones tanto a los buques comunitarios42 como a los

37 Vid, El Reglamento 894/97 del Consejo de 29 de abril de 1997 por ti que se estableccn detennilladas medidas téeni­(as de conservación de los recurso~ pesqueros en O.O.C.E, n" L 132, de 23 de mayo de 1997.

38 Como la prohibición de redes de enmalle a la deriva de más de 2,5 kms. Vid. El Reglamento loi<)4,'<.J7 de 29 de abril de 1997. por el que se establecen detenninadas medidas técnicas de conservaci6n de los recursos pesqucros, en J),O.C.E., n"132, de 23 dc mayo de 1997.

39 Vid. En este punto los Reglamentos 3690193, de 20 de diciembre de 1993. por el que se establece urt régimen comu­nitalio que detem1ina [as nonnas relativas a la información mínima que deberán contener [as licencias de pesca y 1627/94, de 27 dejunio de 1994, por el que se establecen disposiciones generales para los permiSOS de pesca espe­ciales, publicados respectivamente en D.O.C E. n" L 341. de 31 de diciembre de J 993 Y n" L 171 de 6 de julio de 1t¡t¡4

40 Vid. En estc sentido el Reglamento 3317/94, de 22 de diciembre de 1994, por el que se establecen disposicioncs ge­nerales sobre la autorización de la pcsca en aguas de Wl país tercero en el marco de un acuerdo de pesca. publicado en O.O.c.1::. 11" L 350. de 31 de diciembre de 1994, que se refiere a las autorizaciones de pesca en las aguas de tcrce­ros Estados en el marco de un acuerdo de pesca

4J En esta etapa definido en el Reglamento 2847/93 de 23 de noviembre de 1994 relativo al restablecimiento de la per­cepción de los derechos de aduana aplicables a detemlinados productos textiles originarios de Indolle~ia, India, Pa­kistáll, Tailandia, Filipinas y Malasia, beneficiarios de las preferencias arancelarias previstas por el Rcglamento (CEE) n" 3832/90 del Consejo (vid. En O.O.C.E. n" L 261, de 20 de octubre de 1993) modificado en varias ocasiones a lo largo de la década de los noventa.

42 Obligaciones impuestas por el Reglamento 2loi47/93, de 12 de octubre de 1993, por el que se establece un régimen de control aplicable a la política pesquera común (vid. en DOCE nO L 261 de 20 de octubre de 1 993) como la de llevar un diario de pcsca en el quc los capitanes anotarán las capturas que efectúen; presentación; la rcalización dc declara­ciones de desembarco de las capturas en puertos de la Comunidad a las autoridades del Estado miembro en el que se efectúe el desembarque: o la comunicación al IoE:'1M del que es nacional el buque, de todos los datos relacionados con los transbordos de pescado a buques pesqueros de paises tercero5 y a los desembarques directos en países tcrce­ros (art. 17.2).

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Politica pesquera común de la Comunidad Europea 73

FI'MM-l:,. confiando a la Comisión la supervisión del control estatal44. Estc réglIllcn

de control es aplicable a los buques comunitarios que naveguen en aguas sometidas a la jurisdicción de los tEMl\1 y a aqucllos que faenan en alta mar45

. Se trata de un sistema descentralizado porque son los ITMM quienes han de asegurar la aplicacIón de las medidas de la I'PC en sus aguas, y hacerlas respetar por parte de los buques de su nacionalidad con independencia del lugar t:n el que se encuentren. La Comi­sión, en tanto que garante del Derecho comunitario, es la institución a la que se en­comienda la tarea de supervisar la actuación de los EEMM.

IV. La última revisión de la PPC: las bases de la PPC del siglo XXI

A. El camillo hasta llegar a III revisiáll de la PPC

A fínales de los años noventa seguimos hablando de crisis en el sector pesquero, debido fundamentalmente a la sobrepesca y la consiguiente esquilmación de los recursos mari­nos. ambos fenómenos son preocupantes y están relacionados con unos niveles insufi­cientes de observancia de las normas comullltarias. A ello hay que añadir una nueva preocupación: el a\'ancc tecnológico ha mejorado no sólo la capacidad para pescar sino también para localizar las posibles capturas, motivo por el cual en estos momentos es necesario un número muy inferior de buques para capturar las cantidades pemlitidas de especics marinas. El Comité de las Regiones, en su Dictamen sobre las CO/l.\"t!Clfen( fas

regionales dI.! la politfca pcsquero. seguía apuntando como causas de la crisis del sector diversos factores. añadiendo a los antes citados las pérdidas durante la explotación así como la inadecuación de las estructuras y de los canales de comercialización·t(l.

Además, la crisis en el sector y la ampliación comunitaria prevista para los primc­ros años de este siglo. consumada elIde mayo de 2004. han provocado la revisión más reciente de la I'I'C. Téngase en cuenta que a partir de esa fecha veinte de los veinticinco IT!\IM de la UE son ribereños, lo que supone un ochenta por ciento del total de sus micm­bros-l7

, como consecuencia del crecimiento del territorio de la UE hacia el centro y el este europeo las aguas comunitanas se extenderán tanto en el Báltico como en el Mediterrá­neo y el mercado comunitario de los productos de pesca alcanza en estos momentos a los cuatrocientos cincuenta millones de personas.

·13 I'úr ejemplo la uhligneilJ11 de c01\trular la életilld..td ue lus bUlJue~ de pe~ca de ~!lllaCiOllalü.l;¡d o en las aguas hal" jll­nsdiccll"¡1I :- de ~aIlClOllar. de acuerdo cou su legi,laclún iutema, la, iutracciollc<; a la llOTT]l;¡ll\·J cOl1llUlitaria Vid [11:,pcceiOlI \ [outrol de ID'; hllqlle~ pC~lJIICro~ Y de su~ ~cti\id~des. an.::' \" ss. del Reglamento 2~47/t):>. cit. nota Jn­tefl(lI

44 Ya sea medl~ll¡e illstrUll}t.:llto~ que relJlllerell de la cobhuracion J~ lll~ ¡·H1.'1 (l·0Il10 puede ser la comulllcacionlk la, captllra~ de,cmb.Jl"cadn, en sus )lllenl); ·-~Irt (, (, d~1 Rcglalllelll" ~~47")J) o de IHSIWCCI01H':S in .\"1111 (an 29 dv !-(<.;­

glamento 2:-:47:'Uj Id IIDta ~lltenur

45 Vid l.a SlJ( r· de 25 JeJlIliodc I'Nl. ell el a\llllto Comil·iÓIl (.I;·~p(ll¡(l (2~RnN)

.:1(, Pllblicadl' eH 1) O (' 1: n" (' 12.9. d~ :. dc I1lJyn de 1')')(,

47 ChIpre, I:sl()veni~, EstOlli~. LctOlli~, Lltll~ni~. :vlalta y I'olon¡¡¡ han de aiiadir~c a A\tllkUlia, Bélgica. Dinamarca. Ls­l).liia. ¡';¡n¡'¡ndi~l, FranCIJ. C;reci~. Holanda. Idanda. italia. Portug..tl, Remo Lnido, Suecia .'\lL~tna y Lu,\emhllrgll. btado, care¡ill.:s de litoral. se \·el1 aClJmpaliadus en estJ l·ündit"iol1 por la Republlca Checa. Hungría y EslovaqUla

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74 Jurídica .Anuarlo

Con la mirada puesta en este horizonte, se emprendió la modificación de la PPc,

prevista en los actos normativos que perfilaron esta política durante la década de los 9048

, La Comisión empezó en 1998 a trabajar en este empeño, consultando a las partes implicadas acerca de su visión de los problemas de este sector, fruto de ello fue el Libro verde sobre el futuro de la Polftica Pesquera Común 49

, presentado el 20 de marzo de 2001. En este documento se pone de relieve la ineficacia de la PPC para obtener "una explotación sostenible de los recursos pesqueros", por ello, según la opinión de la Comisión, si se pretende mantener este objetivo es necesario modificar las bases de la PPC cuya aplicación nos ha conducido a la situación en la que nos encontramos. Sin embargo, ello no puede llevarnos a valorar negativamente esta política común que también ha cosechado resultados positivosso, aunque haya sido a cambio de un elevado precio, aJ menos en lo que se refiere a la viabilidad del sector pesquero a largo plazo, porque no olvidemos la sobrepesca actual nos aboca irreme­diablemente a este punto.

La Comisión en su Libro verde subraya la necesidad de integrar la dimensión medioambiental que ha de formar parte de la PPC y del marco nonnativo de base de su regulación. La solución óptima a la que podemos llegar es aquella que pueda propor­cionar un equilibrio "entre los intereses medioambientales y pesqueros"SI. Este texto la Comisión presentó en mayo de 2002 sus primeras propuestas de reforma de la PPc, que fueron objeto de un importante debate en la Comunidad. Fruto del cual, el Consejo adoptó el 20 de diciembre de ese mismo año, distintos reglamentos sobre los que se edifica la actual PPC

S2.

48 Téngase en cuenta en este sentido que el arto 14 del Reglan1t:nto 3760/92 preveía en su apartado segundo que "A más tardar el 31 de diciembre de 2001, la Comisión presentará al PE y al Consejo un infomle sobre la situaCIón de las pesquerias en la Comunidad y, en particular, sobre la situación económIca y social de las regiones costeras, el estado de los recursos y su desarrollo prt:visto y la aplicación del presente Reglamento. Basándose en dicho informe, el Consejo. con arreglo al procedimiento del articulo 43 del Tratado, y antes del 31 de diciembre de 2002, decidirá sobre la adaptación que deba realizarse ... " Las negritas son nuestras.

49 El Libro Verde sobre el Futuro de la política Pesquera Común se articula alrededor de cuatro ejes fundamentales: (1) ¡.En qué situación nos encontramos y qué sucederá si no se introducen cambios?; (2) Unos objetivos más daros para el futuro; (3) La futura PPC": opciones y preferencias; y, (4) Respuestas al presente Libro verde. Todo ello tras justificar la necesidad de refomlar la PPC y recordar cuales son los principios básicos de una política pesquem común de acuerdo con el TCE y el Reglamento 3760/92 fundamentalmente.

50 Como cita la misma comisión en el Libro verde "ha logrado poner freno a los conflictos en el mar, ha aportado cierta estabilidad para el sector pesquero y, por ahora, ha evitado el colapso total de poblaciones que algunas zonas del mundo han experimentado cn ocasiones".

SI En palabras de la propia Comisión en su Libro Verde. En este punto hemos de tener en cuenta que hay espacios ma­rinos degradados desde una perspectiva medioambiental como consecuencia de la combinación de la pesca con otras actividades, como puede ser el turismo.

S2 Se trata en concreto de los Reglamentos 236912002, por el que se definen las nmdalidades y condiciones de las in­tervenciones comunitarias con finalidad estructural en el sector de la pesca; el Reglamento 237012002 por el que se establece Ulla medida comunitaria urgente para el desguace de buques pesqueros; y el Reglamento 2371/2002 sobre conservación y explotación sostenible de los recursos pesqueros en virtud de la política pesquera común se establece una medida comunitaria urgente para el desguace de buques pesqueros, se definen las nmdalidades y condiciones de las intervenciones comunitarias con fiualidad estructural en el sector de la pesca. Todos ellos publicados en D.O.U.E. n" L 358. de 3\ de diciembre de 2002.

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Política pesquera común de la Comunidad Europea

B. ¿ Cuáles son los cambios introducidos en la PPC

como consecuencia de esta revisión?

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En primer lugar, se percibe que la política pesquera ha de construirse a largo plazo, a diferencia de las medidas anuales hasta ahora practicadas, en adelante han de establecer­se planes plurianuales53. Téngase en cuenta que, de acuerdo con el Libro Verde dc la Comisión5

", hay una modificación prioritaria si se pretende desarrollar una política co­mún viable y duradera en el tiempo: las decisiones han de adoptarse teniendo siempre presente ese horizonte. Esta idea se incorpora en los considerandos (el 6°) del Reglamen­to 2371/02 en el que se afinna la conveniencia de planes plurianuales como instlUmento de planificación. Además se ha de distinguir entre las poblaciones que se encuentran actualmente dentro de los límites hiológicos de seguridad -para las que se destinan pIa­nes de gestión pesquera, concebidos para el mantenimiento de estas especies dentro del nivel de sostenibilidad·~~- y las que se encuentran/Itera de ellos -para las que se estable­cen planes de recuperación de las poblaciones que se consideran en peligro de extin­ción56

_. En todo caso, el Consejo es la institución encargada de fijar los objetivos de cada plan así como su duración.

Además de 10 anterior, el Reglamento 2371/2002, vista la situación del sector pes­quero adopta otras medidas de protección del medio marino. Así dedica uno de sus Capí­tulos -el tercero- al ajuste de la capacidad pesquera, con el objeto de limitar el exceso de la flota comunitaria en este punto para adecuarla a las actuales posibilidades de pesca. A ello hay que añadir la supresión de las ayudas públicas para la renovación o moderniza­ción de los buques de pescaS7

. Bien es cierto que hay ayudas estatales que se mantienen, se trata de las destinadas a mejorar la seguridad y condiciones laborales existentes en los huques. Por otra parte, una novedad de importantísimo interés es la relativa al sistema de control establecido y, más concretamente, al seguimiento de las infracciones del sistema establecido en este texto.

Ahora veremos cuales son los principios alrededor de los que se estructura la PPC a partir de la entrada en vigor del Reglamento 2371/02 la PPC que, como tendremos oca­sión de comprobar, suponen básicamente el mantenimiento de los existentes en la déca­da de los noventa aunque ahora matizados o modificados.

53 Vid. art ¡, del Reglamento ~J71i2002

5-1 Lih/"I) Verde sohre drlltllm de 111 Politira d" Pesca ComúlI, de 20 de marlO de 2001. C()~~l1..0.2Jl.l..,1'j final

S5 Planes yuc. de acueldo COII el ar! (, del Rc~lal11ellto 237!:"2002 adopta el Consejo COll el ob,ieto de manteller 1<15 especies marill<l~ dentro de los limlles bi%gicos de seKUI idad o lo que es lo ll1i"lllO, garantl.lar la sostenibilidad de la explotación de lus recur\os pcsljueros. Para su elaboraciólI habriÍ Je tener en cuenta el criterio de p!w'all­("I{jll de fa ).',(,5Ii611 1"'.H/l/e/'l1. De acuerdu ron el arL 3 de este ReglaJllellto, por este criterirl hemos de elllendCI ·'quc la t;lIta de int,lflll~~ioll ~ielltilít'a sutkielltc no deue invocar~e ~omo :lrgumento para posponer o !lO I"mar mrdldas de gestiilll para ~01bCr\;H Li~ c~pcries principak'i, la~ especies a50ciadas o depenJlentes y las especies aL"lllllpallalltes y su entornll ..

5i> \ iJ. arto 5.3 del citado Reglan1l:I1hl

57 \'id art. 1.~.2 dd Rcglamcllto 2371 /2002 ··Durall(~ el peri<Jdo comprendido entre elide ~Ilero dc 2(1()J yel JI de di­ciemhr~ de ~()()4 cada ¡-'.~tado miemhro que det'ida aprobar la concesión de nuevas ayudas publicas para la r~no\·a­clón de b !lota después del 31 de diciembre de 2002 realiLará una redul"Ción de la capaeid~d total de ~u nota del J';-.. Jurante toJo el periodo cn cOlllpar..¡ción COI] los ni\"de~ de rclcrenei,\ mencionados en el articulo 12'·

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76 Jurídica. Anuario

1. Ámbito de aplicación y objetivos En general, la nueva PPC incorpora novedades a lo ya establecido, pero también se mantienen cuestiones que figuraban en los Reglamentos anteriores. No hay más que ver el Capítulo 1 del Reglamento 2371/02 para comprobar que el ámbito de aplica­ción que indicado en su art. 1 es muy similar al anterior. Solo les separa una diferen­cia de matiz, al incorporar ahora también dentro de la PPC las actividades desarrolladas por nacionales comunitarios, aunque se produzcan en buques navegan­do bajo el pabellón de un Estado no miembro. Ello evidentemente sin perjuicio de la responsabilidad correspondiente al Estado del pabellón". Por tanto, en este punto se está estableciendo la competencia comunitaria de carácter personal, pero sobre el individuo nacional de un Estado Miembro. Recordemos aquí que el ejercicio de la competencia del Estado de pabellón sobre sus buques tiene precisamente un funda­mento personal, entendiendo la existencia de un vínculo de nacionalidad entre el barco y el Estado bajo cuya bandera navega, por tanto el supuesto planteado va más allá de lo establecido en las normas generales existentes en la materia.

Además de lo anterior, se precisan los ámbitos de aplicación de esta política común. En este aspecto se refiere a la "a) conservación, gestión y explotación de los recursos acuáticos vivos; b) limitación de efectos medioambientales de la pesca; c) condiciones de acceso a las aguas y recursos; d) política estrnctural y gestión de la capacidad de la flota; e) control y observancia de las normas; f) acuicultura; g) organización común de los mercados, y h) relaciones internacionales." Bien es cierto que algunas de estas actua­ciones se desprendían de los objetivos de la PPC, como la conservación, gestión yexplo­tación de los recursos marinos o las condiciones de acceso a las aguas y recursos, pero otras son novedosas, quizá las más sobresalientes sean el control y observancia de las nonnas o la limitación de efectos medioambientales de la pesca.

Por otra parte, el Reglamento 2371/02, a diferencia de la regulación anterior, expli­cita la misma esencia de la ppc. Ahora, la toma de conciencia de la importancia del fac­tor medioambiental en la regulación de la pesca y la necesidad de velar por la conservación de los recursos pesqueros precisamente para prolongar en el tiempo la pervivencia del sector. De modo que el objetivo de la PPC es precisamente el de garan­tizar "una explotación de los recursos acuáticos vivos que facilite unas condiciones eco­nómicas, medioambientales y sociales sostenibles" y, una vez conocida la finalidad de esta política, se expresan los objetivos sectoriales que persigue. En el Reglamento de base anterior (3760/92) sólo se indicaban los señalados en último lugar. Convenga­mos por ello que nos encontramos ante un avance de considerable interés, puesto que ahora, trascendiendo de los fines puntuales, se proclama qué es lo que se intenta lograr con la aplicación de la ppc.

Una vez establecido ésto, el único criterio a aplicar para lograr el objetivo procla­mado es el principio de precaución que supone importar consideraciones medioambien-

58 Vid. arto 31 de la Convención de Jamaica sobre el Derecho del Mar que establece la responsabilidad del Estado del pabellón por los daños causados por sus buques,

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 77

tales a la conservación de los recursos59. Además, se formulan sendas obligaciones de

comportamiento; una, de naturaleza medioambiental, procurar aplicar de forma paulatina un planteamiento de la PPC basado en el respeto a los ecosistemas; otra, de carácter co­mercial, buscar la eficacia de las actividades pesqueras, además de convertir a los secto­res que actúan en este ámbito en económicamente viables y competitivos.

2. El principio de igualdad El principio de igualdad en el acceso a los recursos por parte de los buques que nave­guen bajo pabellón de uno de los EEMM se mantiene en el arto 17 del Reglamento 2371/02 aunque modulando los límites perfilados en la regulación anterior. Así, la ex­clusión de la aplicación de aquel de una banda costera de 12 millas en la que la pesca quedaba, conforme al régimen establecido en 1992, reservada a los nacionales de cada Estado miembro; diez años más tarde esta exclusión muta en el derecho de los EEMM a restringir la pesca de los vecinos que tradicionalmente hayan venido faenando en la zona, salvo de aquellos que naveguen bajo pabellón comunitario (art. 17.2). La interven­ción de los buques de otros Er.M:vt en las bandas costeras de los demás está fijada en el Anexo 1 al Regl. 2371/02, donde se indican las zonas marinas abiertas a las flotas de los otros EEMM con límites subjetivos, geográficos y materiales.

Límites subjetivos, porque no se trata de permitir la pesca de todos los demás FHv1M

sino sólo los pesqueros que faenen bajo un determinado pabellón especificado al efecto en el Anexo en cuestión. Así, por ejemplo, las aguas españolas o finlandesas concretadas en este texto están abiertas sólo para un Estado en cada caso, respectivamente para Fran­cia y Suecia. En otros supuestos, como el de Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Francia, Holanda y Suecia se permite el acceso a las aguas indicadas al menos de las flotas pesqueras de dos EEMM. Junto a estos límites subjetivos antes mencionamos otros de naturaleza geográfica, ya que no nos referimos a todas las aguas hasta las doce millas desde las líneas de base (es decir, a su Mar Territorial), sino sólo aquellas franjas definidas en relación a cada Estado de fonna particular en el Anexo I del Reglamento 2371/02. Además, deciamos que también existen limites materiales, porque lejos de pennitir cualquier tipo de captura, solo se autorizan las de las especies concretadas y, aunque no en todos los casos, también con la importancia o características especiales perfiladas. Los Estados, por este concepto, han incorporado consideraciones de carácter temporal, circunscribiendo el alcance temporal de la autorización a una época especifi­camente determinada en el mismo Anexo al Reglamento.

Por último, hemos de apuntar aquí una interesante novedad aportada por la nueva regulación de la PPC: la posibilidad de los EEMM de adoptar medidas unilaterales aplica­bles provisionalmente en aguas sometidas a su soberanía y jurisdicción cuando csta achmción resulte necesaria para "la conservación y gestión de los recursos pesqueros y para reducir al mínimu lus e.f(xfus de la pesca sobre la conservación de los ecosistc-

59 Según arto 3.1 del Reglamento 2371/02 es lUl prinCIpio según el cual "la falta de información cienlijica suficien!e 110

debe ¡nvo('arse como argumento para posponer o no tomar medidas de gestión para conservar las especies f!/IIH'i­pa/es. las especies asociadas o dependientes )'{us especie;' acompañantes y su entorno ".

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78 Jurídica. Anuario

mas" en aquéllas zonas marinas (art. 9 del Reglamento 2371/02). Para evitar abusos también se somete la validez de este comportamiento estatal a la presencia de unos re­quisitos: las medidas no pueden ser discriminatorias para los EEMM; el Estado que las adopta ha de haber consultado previamente a la Comisión y que esta institución no haya decidido medidas aplicables a estos efectos en la zona en cuestión.

3. Medidas a adoptar con la finalidad de lograr los objetivos de la PPC

De acuerdo con lo establecido en el Reglamento 2371/02 al Consejo le corresponde (art. 4.1) establecer las "medidas comunitarias que regulen el acceso a las aguas y los recur­sos y la realización sostenible de las actividades pesqueras", en su confección (art. 4.2) habrá de observar la "información científica, técnica y económica disponible y, en parti­cular, los informes elaborados por el Comité científico, técnico y económico de pesca". El propio Reglamento (art. 20) establece la utilización para ello del procedimiento nor­mativo comunitario general! es decir, el Consejo decide las medidas concretas por mayo­ría cualificada previa propuesta de la Comisión Europea. Entre las referidas medidas, evidentemente se encuentra la limitación del volumen de capturas de forma anual, me­diante el establecimiento del Total Admisible de Capturas (TAC). pero además se puede limitar el esfuerzo pesquero, aplicar medidas técnicas o incentivar el uso de artes y téc­nicas de pesca más selectivas o que afecten en menor medida al ecosistema marino. A esta tipología de posibles actuaciones nos vamos a referir en las páginas siguientes.

a. El Total Admisible de Capturas (rAe) El T AC es un concepto tradicional en materia de pesca en el ámbito comunitario, recono­cido y asentado en el régimen de pesca establecido por los Reglamentos anteriores60

. El Consejo es la institución para establecer ese total por pesquería o grupo de pesquerías cantidad que, una vez fijada, se reparte entre los EEMM por cuotas. ¿Cuáles son los crite­rios a tener en cuenta a la hora de determinar el T AC?

Uno es necesariamente el principio de precaución que se positiva como consecuen­cia del Reglamento 2371/02 (vid. nota n° 54). Así, cuando haya que adoptar las medidas tendentes a la protección y conservación de los recursos marinos la Comunidad está obligada a aplicarlo, confiriéndosele por tanto un papel central en la confección de los planes tanto de gestión como de recuperación61

.

Otro criterio a tener en cuenta en este punto es el de estabilidad relativé2, existente

desde 198363 y cuya aplicación supone el manteniP1Íento de los derechos históricos de

60 El concepto de TAC no cs un invcnto comunitario sino un concepto asentado en Derecho lntemacional. Vid. en este sentido el arto 61 de la Convencion de Jamaica de Derecho del Mar. La novedad que apurta el Derecho comunitario en este punto es que no son los EEMM considerados quienes van a firjar de foona unilateral sus respectivos TAC sino las instituciones comunitarias.

61 Vid. arto 2.1 apartadu segundo. Por otra parte, los planes de recuperación se basarán en este principio (dc acuerdo con el arto 5.3), mientras los de gestión se confeccionaran con arreglo al mismo (según la temtinologia empleada en el arto 6.3).

62 Sobre este principio vid. J. M. Da Rocha y M. 1. Gutiérrez "La rcfonna del principio de estabilidad relativa en la po­lítica pesquera común", octubre 2003, vid. en http://www.ehu.eslMariaJoseGutierrez/rea.pdf. Vid. los considerandos 16-18 del Reglamento 2371/02 en los que establece que la "estabilidad debe salvaguardar las especiales neresida-

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 79

pesca aquellas regiones de los I:EJ'vlM especialmente dependientes del sector pesqueroM.

Así el Reglamento 2371/02 (art. 20.1) afirma que "Las posibilidades de pesca se distri­huirán Cllfre los Es/ados miembros de modo tal que se garantice a cada uno de ellos la estahilidad rdativa de las actividades pesqueras para cada pohlación o pesquería". La Comisión en su Libro verde ya apuntaba la ausencia de alternativas viables que pudieran producir resultados similares a los obtenidos mediante este principio de estabilidad rela­tiva. Aunque, de acu~rdo con la misma fuente, una vez superados los problemas que acucian al sector pesquero (entre los que destacan los de naturaleza estructural), qUIzá fuera el momento de "reconsiderar la conveniencia de mantener el principio de estabili­dad relativa y la posibilidad de permitir que las fuerzas del mercado actúen en la acti­vidad pesquera al igual que en el resto de la economía comunitaria"(,s.

Por último, hemos de observar que el principio de estabílidad relativa es aplicable a todas las capturas comunitarias. Se extiende así no sólo a las producidas en aguas comll­nitarias, sino también a las que realicen los buques que navegan bajo pabellón de un Estado Miembro en aguas internacionales o sometidas a la jurisdicción de un tercer Estado con el que la Comunidad haya suscrito un acuerdo al efecto.

h. La !imitación del e4iu:rzo pesquero También puede el Consejo limitar el esfuerzo pesquero para alcanzar "la realización sosteni­ble de las actividades pesqueras"6(,, teniendo en cuenta que por esfuerzo pesquero se entiende "el producto de la capacidad y la actividad de lill buque pesquero; tratándose de un grupo de buques, la suma del esfuerzo pesquero de cada buque en particular,,67. El esfuerzo pesquero así se limita en las aguas comunitarias, salvo para el Mar del Norte y el Báltico, al establecer­se un nivel máximo de esfuerzo anual por grupos de espeCies, zona y pesquería y Estado miembro expresado en kilowatios de potencia instalada de cada flota y día de estancia en el marhX

. Este régimen está sólo previsto para las capturas de especies denominadas demers({les que son las poblaciones pesqueras de aguas profundasó9

, pero no para las pelágicas o de

d,·I· de las Icgimw.I· OH·,/I· pob!aclOllel lom/es depelldell ('11 gran II/edida de la pesca)" de laI acli\'l·dades ("olle\".·/I··· (( ·üllsldenllld() 17)

(,) El an. 4.1 del Rqdalllcllto n" 17U/X) t~tablcee que ··el volu/IIcn de /a,~ ("(lptums disponibln para la lomunidud. /JI{'lIclOIWdo ('11 el <ir!/cu/o J. sera reparlido e/llFe los Eslados miembros do! manem que se ~ar{llllicc {I rada Es/.II/o miembru I/lIa cslabi/idmf re/r/lim dc III~ actil'idadcs ejercidas en enda l/na de las exisfencias considerada.I···

(,4 Vid en n:1acioll COl) la rcpercusiúll dc la Jmpbciólll"OJllunitaria en la~ cuotas de captura la srJCE de 13 dt ol"wbre de 1992. t:1l t:1 ¡¡~unto C-71/90, Reino de L::;p:1I1a c. (·on~e.io Pesca. Regl;;lll1ento por el que St distribuyen las cuotas de l"apl\lr~s entre 10<; 1;¡:\I\1. I\na de Adhe~iÓll de Espaiia.

65 VIJ apartado 5.1.4.1. del I-Ibro Verde .wbre elfl/lllm dI.' la [m!ilira de pesca (OmÚn

M Vid Art. 4 del Rt:glamcnto 2371 U2

67 Es el texto del Jrt. J.II) del Reglamentu 2371/()2 y aH 2.b) d~l Reglamento 1954/2U03 de 4 de no\·iemhre de 21J03 <;ohrt I¡¡ gestion del eslüer/.u pesquen) ~n lo que respecta a dclenllinad¡¡s I.Ollas y rccursos Jlesquero~ COllltlllitari"o.,. pur el que se Illoditiea el Reglamento 11" 2R47/93 Y <;e dnugan los Reglarnento~ n" hR5'95 y n" 20].7/95. en 0.0 1 I n" L nW03. de 7 tic 1l0\"iernhre de lOO]

()R ViJ. Art. 3.I.a) del Rt:glamento 19:;4 ·tl.1

(,<J Segun !;sl~blcro: la ("OIllISltlll en el Libr\l Verde la cspeciJI protecci\1ll en bene!íclo de e~te tipo de cspt(ie~ es rJZo­nahlc dado l\ue ~()n aquella, cu~:.l ~tlh~lsknci;~ se ha \'ISttJ mjs JlllCnanl.b durallte los Últll1\OS al'ios. así. en su cpí­grale .1.1 I alillna que ··De acuerdo COI] la evaluación del Consejo Internacional para la I:~plor¡¡ción del \lar (Uf,"l). la, cantidades de peces delllcrsales maduros en c1lllar han disminuido considerablcmente en mul."lllls CJ~()<;

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80 Jurídica.Anuario

superficie". A pesar de que haya desaparecido del Reglamento de 2003 la distinción expresa que figuraba en los de 199571

, la dualidad de regímenes existente entonces se mantiene aun­que fanualmente ahora aparezca más difusa.

El nivel máximo del esfuerzo anual actual se ha fijado siguiendo el procedimiento establecido al efecto que se inicia con la transmisión por parte de los EEMM a la Comi­sión de la evaluación de su propio esfuerzo pesquero y de las medidas nacionales por las que se éste se regula. Posteriormente y sobre la base de estas infonnaciones, la Comisión realiza una propuesta de Reglamento para el establecimiento de esos niveles máximos que transmite al Consejo que decidirá por mayoría cualificada72

.

Hemos de tener en cuenta que aunque corresponde a la Comunidad establecer el ni­vel máximo de esfuerzo pesquero anual, los EEMM son quienes han de regularlo, debien­do también controlar las actividades de su flota así como de adoptar las medidas que consideren necesarias en dos casos: (1) cuando el esfuerzo real exceda del asignado; (2) si el esfuerzo máximo anual asignado a ese Estado Miembro considerado esté próximo a alcanzarse.

En este mismo punto la normativa comunitaria obliga a los EEMM a confeccionar un listado en el que figuren los buques pesqueros de su nacionalidad". A diferencia de lo que ocurría en la regulación anterior, ahora no se pueden incluir nuevos buques salvo que este hecho traiga causa de una sustitución y no se incremente con ello el esfuerzo pes­quero total correspondiente al Estado 74. La Comisión tomando como punto de partida los listados nacionales creará un registro comunitario de la flota pesquera, que se irá actuali­zando de acuerdo con la información que periódicamente y en fechas establecidas han de transmitir los EEMM

75.

durante los ultimas veimieinco allos. Por ténnino medio eran un 90% mayores a principios de la década de los setenta que a finales de los noventa. El descenso general de los desembarques es de una magnitud similar. Algunas poblaciones, corno las de bacalao, han experimentado una reducción aún más drástica de los peces maduros. La biomasa de especies pelágicas e industriales alUllenló, en promedio, Wl 20% entre finales de los setenta y mediados de los ochenta, debido en parte a la recuperación del arenque, especie que se situaba en niveles muy bajos a finales de los setenta."

70 De acuerdo COI1 el mismo Libro Verde, "La situación de las poblaciones pelágicas es mejor. Las poblaciones de es­pecies pehlgicas pequcllas (arenque, espadín, caballa. boquerón, sardina) y de especies sometidas a pesca industrial (faneca noruega, pequeilo lanzón) en general no se han deterioradu en los últimos veinte años y especialmente en los ultimas die/.."

71 Vid. Reglamento n" 685/95, de 27 de marzo de1995, cuyo Titulo. 1 se refiere a las medidas relativas a la captura de las especies demersalcs y el Título JI a las medidas relativas a la captura de las especies pelágicas

72 Vid. El procedinúemo en el arto JI del Reglamento 1954103 de 4 de noviembre de 2003 sobre la gestión del esfuer.l.o pesque, ro en lo que re~'PCcta a detcmlinadas zonas y rec=s pesqueros comunitarios. por el que se mxlifica el Reglam.::nto (CEE) 1\0

2847/93 Y sc derogan los Reglamentos (CE) no 685195 y (CE) no 2027N5. en OOUE n" UR9, de 7 de novienure de 2003 y en los considerandos del Reglamento 1415/04, de 1') de julio de 2004, por el que se 11ja el esfuerzo pesquero máxinD anual para detemlinadas zonas de pesca y pesquerias, en DOlJE nO L 258 de 5 de agosto de 2004.

73 Vid arto 7 del Reglamento 1954103. El Reglamento 26/2004, de 30 de diciembre de 2003 relativo al registro comunitariu de la flota pesquera (vid. en DOVE n"L 5 de 9 de enero de 2004

74 Vid. Art. 7 del Reglamento 1954/03. en relación con los arts. 1 y 2 del Reglamento 685195 de 27 de marzo de 1995, relativo a la gestión de los esfuerzos pesqueros referentes a determinadas zonas y recursos pesqueros comunitanos, vid. en DOCe n° L 71 de 31de marzo de 1995, al que aquél deroga

75 El art. 6 de! Reglamento 2612004 establece lo siguiente: "El primer dia laborable de marzo. junio. septiembre y di­ciembre de cada a[¡o. cada Estado miembro transmitirá una instantánea a la Comisión". Los datos a registrar en rela­ción a cada uno de los buques que conforman la flota nacional están establecidos en el Anexo I de este Reglamento.

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 81

Solo me queda, en relación con este aspecto, subrayar la importancia de la limita­ción del esfuerzo pesquero en el contexto de los planes de recuperación y de forma muy especial, cuando estos planes se aplican en pesquerías mixtas, En este último caso, si no se limitase el esfuerzo, una vez superada la cuota correspondiente a una especie concre­ta, los pescadores podrían continuar faenando con la intención de completar las cuotas índicadas para otras especies que se caphIfan ~de forma voluntaria o accidental~ conjun­tamente. Por tanto, el interés y la eficacia de esta medida para el mantenimiento de los recursos pesqueros dentro de los perfiles de sostenibilidad es claramente reseñable.

c. Medidas técnicas La aplicación de medidas de carácter técnico es otro instrumento de utilidad en la regulación de las capturas. A ellas se refiere el Reglamento 2371/02 (ar1. 4.2.g), indicando distintas categorías al efecto, como la parada biológica; las limitaciones al uso de aparejos de pesca a bordo o a su estructura76

; el tamaño mínimo de los peces almacenados a bordo o desembarcados u otras de carácter medioambiental, por ejemplo. Entendemos por parada biológica la posible prohibición o restricción de las actividades pesqueras en algunas zonas o períodos para proteger a los alevines para permitir su crecimiento o en épocas en las que los adultos acuden a ellas para des­ovar. En el catálogo de medidas incorporadas en este nuevo Reglamento de base intenta enfocar globalmente la pesca, junto a las disposiciones tradicionalmente conocidas. que serían las que materializan la normativa reguladora o negativa (con­sistente en la prohibición de determinadas artes y usos), se contempla una aproxima­ción positiva. Esta perspectiva se traduce de forma muy concreta en la posibilidad de incentivar (art. 4.2.h) incluso económicamente el uso de artes y técnicas Illás selectivas o con un menor impacto medioambiental. Además se prevé la posibilidad de adoptar medidas concretas para reducir los efectos derivados de las actividades pesqueras que resulten nocivos para los ecosistemas marinos.

Sin embargo, la regulación contenida en el Reglamento 2371/02 no resulta suficien­te para la aplicación de medidas técnicas cuya concreción se encuentra en un acto nor­mativo comunitario anterior a éste que ha sido objeto de sucesivas modificaciones7i

. En todo caso, durante el año 2004 se aplicaron medidas técnicas provisionales indicadas en el Anexo [V del Reglamento 2287/0378

, además de las adoptadas con carácter particular

76 Por lo que hace rdúencia a la~ li1l1it~ciones al uso de aparejos nos referimos de lomm concreta a 10 que el Re~la· melito denomina "la estrut:tura de los artes de pesc~, el número y tamaño de los artes de pesca a bordo, los metodos de utiliz~ción y la composición de l~s capturas que pueden mantenerse a horda cuando se pesque con eso~ artes'·, de modo que se engloban en este capitulo tanto las relat1\'as a los instrumentos de pesca como a los ejemplares que de­hen volver al mar por no responder a las especie~ cuya captura amparaba la licencia

77 Se lrata del Regblllelllo ll94'97 de ') tle abril de 1997 por el que ,;e establecen detenninadas medidas lécllic~' de cOIlsenacioll de los rCnlr~OS pesquero" vid. en DO(!- nn L 132, de 23 de mayo de 1997 que h;¡ sido objeto de SlKCSI­vas modilicJciones

78 Se trJta del Reglamento 2187'03, de 19 de diciembre de 2003. por el que se establecen, para 2004. las posibilidades de pesca y las wndiciollcs correspondientes para detemUlIadas poblaciones y grupos de poblaciones de peces. apli· cables en aguas comunitarias y, en el caso de los buques comunitarios, en las demás aguas donde sea neces¡¡rio c<;la­bkcer limitaciones de capturas. vid. En D.O.L.E. N" L 344. de 31 de diciemhre de 2003.

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82 Jurídica. Anuario

para determinadas poblaciones de peces altamente rnigratorias79, para los ejemplares

juveniles de organismos rnarinos80, o aquellas que persiguen la protección de determina­

das zonas de pesca, como puede ser la regulación aplicable a tos buques comunitarios que faenan en la Antártida81

, en el Mar Báltico82 o en el Mar Mediterráneo83, En apoyo

de éstas también se han adoptado TIonnas para definir de forma concreta los tipos de calibrador que pueden utilizarse para determinar el tamaño de las mallas, su forma de empleo, de calcular el tamaño de malla de la red así como el procedimiento de selección del torzal de las mallas para averiguar su grosor. Se intenta con ello evitar los eventuales conflictos que pudieran surgir en el curso de una inspección entre el capitán de un buque y la persona encargada de realizar una medición84

,

4. Nueva política para las flotas El exceso de capacidad de la flota comunitaria es, sin duda, uno de los problemas más importantes con que se ha enfrentado la ppc. Para intentar resolverlo se ha perfilado una nueva política en este punto, con la que se persigue conseguir la sencillez de la flota, Esto se traduce en primer lugar en la responsabilidad de los EEMM en la adecuación de la capacidad del conjunto de sus buques a las actuales posibilidades de pesca; y en segundo término en la supresión progresiva de las ayudas públicas de las que tradicionalmente se beneficiaban los inversores privados y tenían por objeto proporcionar a los annadores el apoyo económico necesario para renovar o modernizar los pesqueros85

, Esa suspensión

79 Es el Reglamento 973/01, de 14 de mayo de 2001, por el que se establecen medidas técnicas para la conservación de deternlinadas poblaciones de peces de especies altamente migratorias, vid. En D.O.U.E. n" 137, de 19 de mayo de 2001.

80 Reglamento 850/98 del Consejo de 30 de marzo de 1998 para la conservación de los recursos pesqueros a través de medidas técnicas de protección de los juveniles de organismos marinos, vid. en DOCE na L125 de 27 de abril de 1998, moditicado por última vez por el Reglamento (CE) nO 602/2004 del Consejo, de 22 de marzo de 2004, por el que se modilica el Reglamento (CE) nO 850/98 en lo que respecta a la protección de los arrecifes de coral de aguas profundas contra los efectos de la pesca de arrastre en lUla zona al noroeste de Escocia, vid. en DOCE n" L97de I de abril de 2004.

81 En esta ocasión es el Reglamento 600/04, de 22 de marzo de 2004 por el que se establecen detenninadas medidas técnicas aplicables a las actividades pesqueras en la zona de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos, vid. En D.O.U.E. n" 97 de 1 de abril de 2004.

82 Reglamento 88/98 de 18 de diciembre de 1997 por el que se fijan detenninadas medidas técnicas de conservación de los recursos de la pesca en las aguas del mar Báltico, de los BeJts y del Sund, vid. en DOCE nO L 9, de 15 de ene­ro de 1998, derogado por el Reglamento 48/99, de 18 de diciembre de 1998 por el que se establecen, para 1999, los totales admislb1es de capturas de dctenninadas poblaciones y grupos de poblaciones de peces y detenninadas condi­ciones en que pueden pescarse, vid. en DOCEn" LI3 de 18 de enero de 1999.

83 Reglamento 1626/94 de 27 de junio de 1994, por el que se establecen detemlinadas medidas técnicas de conserva­ción de los recursos pesqueros en el Mediterráneo, vid. en DOCE n° L 171 de 6 de julio de 1994, modificado por úl, tima vez por el Reglamento 813/2004 de 26 de abril de 2004, por el que se modifica el Reglamento 1626/94 con respecto a detenninadas medidas de conservación relativas a las aguas alrededor de Malta, vid. en DOUE, n" LISO, de 30 de abril de 2004.

84 Vid. El Reglamento 129/2003, de 24 de enero de 2003, por el que se prevén nonnas detalladas para la detemunación del tamailo de las mallas y el grosor del torzal de las redes de pesca, en D.o,U,E., n" L 22, de 25 de enero de 2003.

85 Siguiendo así la propuesta de la Comisión que consideraba la conveniencia de suprimir la posibilidad de conceder ayudas públicas para ampliar la capacidad pesquera, también para exportar buques pesqueros o crear empresas mix­tas con terceros paises asi como la limitación de las que tienen como finalidad la modernización de la flota a medi­das sobre seguridad a bordo (lo que incide en el ámbito de las condiciones laborales), técnicas pesqueras más selectivas o mejoras en la calidad de producción (entrando así en el ámbito de las medidas de naturaleza técnica), siempre que con eno no se afecte a la potencia del motor ni del arqueo. Vid. en El Libro Verde, epígrafe 5.4.

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 83

progresiva sin embargo no afecta de igual modo a todas las ayudas públicas, puesto que se mantienen aquellas que tienen por objeto la mejora de la seguridad y las condiciones laborales a bordo de los buques.

Por lo que hace referencia a la responsabilidad estatal de sus respectivas flotas, el Reglamento 2371/02 le encomienda a los [EMM el papel de garante en la adaptación de sus flotas a las posibilidades actuales con el objeto de lograr el "equilibrio estable y duradero" entre la capacidad pesquera actual y sus respectivas posibilidades de pesca (art. 11.1). Así, serán los EEM los obligados a supervisar que no se superan los niveles de referencia de la capacidad pesquera establecidos por la Comisión del total de los buques que naveguen bajo sus respectivos pabellones (vid. art.12.1). El incumplimiento por parte de un Estado Miembro de las normas relativas al ajuste de la capacidad pesquera o de la obligación de mantener actualizado el registro de su flota conlleva una importante sanción, puesto que impide que el Estado considerado pueda beneficiarse de ayuda fi­nanciera comunitaria (art. 16). No olvidemos que las intervenciones económicas con finalidad estructural en este sector se conciben con una naturaleza condicional, de modo que únicamente podrán prestarse en beneficio de los Estados cumplidores de las disposi­ciones reseñadas86

. La Comisión, una vez oídas las alegaciones del Estado sospechoso dc incumplimiento de las disposiciones consideradas, decidirá o no imponer la suspen­sión de esa ayuda, siempre teniendo en cuenta el criterio de proporcionalidad que ha de existir entre la infracción cometida y la sanción impuesta por este motivo (art. 16.2). Sin embargo, la interrupción de la ayuda es una medida sancionadora o punitiva de un com­portamiento desviado de las normas y no tiene como efecto legitima al Estado infractor para que se exceda de la capacidad pesquera que le corresponde. Además de ejecutar la sanción, el Estado infractor deberá adoptar cuantas medidas resulten oportunas para reducir inmediatamente el esfuerzo pesquero, estando obligado a comunicar a la Comi­sión el plan establecido con estos fines (art. 16.3).

A pesar de la supresión progresiva de conceder ayudas públicas estatales antes apuntada, el Reglamento 2371/02 establece la posibilidad de que cada EEMM apruebe su concesión para la renovación de sus buques hasta el 31 de diciembre de 2004, pero no más allá de esta fecha. Bien es cierto que todas las que se hubieran autorizado después del 1 de enero de 2003, para considerarse adecuadas a la normativa comunitaria, deberán implicar necesariamente la "reducción de la capacidad total de su flota" (vid. Art. 13.2). Por tanto, con esta nueva regulación se persigue el mantenimiento inicial del número de buques que conforman la flota comunitaria que, ante la ausencia de esas ayudas públicas tal y como estaban anteriormente previstas, se piensa que irán disminuyendo en número; y, por otro lado, intentar que los buques pesqueros europeos gocen de las mayores medi­das de seguridad que sean posibles y progresos también en el ámbito social, promovien­do la mejora de las durísimas condiciones en las que los pescadores realizan su trabajo.

1'6 Vid. Reglamento 27')'}.; j 999. de 17 de dlciembre de 1999. por el que se definen las modalidades y condiciones de las inlervenciones COIl lill¡¡lIdad eSlmctural en el ~ee!or de la pes,·a, en DOCE nO L 337 de 30 de diciemhre de 1')99. lllO­difÍl"ado en dlferen!e~ ocasiones. b nds n:ciente por el Regl¡¡mento 2369/2002, que modifica el Reglamento (CL) no 27Yl/1999, por el que se dctlnen la,; Illudahdndes y condiciunes de las intervenciones comunitarias con finalidad es­tructural en el sector de la pesca, en !JO! E nU L 358. de 3 j de diciembre de 2002.

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84 Jurídica. Anuario

5. Sistema de seguimiento de las infracciones Nos encontramos ante un sistema descentralizado de control de la aplicación del dere­cho existente en el ámbito material de la PPC. Este modelo tiene sus principales incon­venientes en la falta de armonización de las medidas adoptadas por cada uno de los EEMM para estos fines y en la disminución de la eficacia en la aplicación de las nor­mas. Así este sistema se encuentra vertebrado sobre dos ejes principales, los EEMM y la Comisión, a los que se añade la obligación de cooperación y coordinación de los EEMM. En cuanto al primero de ellos (los EEMM), su punto de partida es que la hetero­geneidad de los sistemas nacionales de control puede producir un resultado diverso. La preocupación acerca de esta cuestión se expresa en los considerandos del Reglamento 2371/02 (vid. particularmente el considerando 19). Por este motivo se estima "conve­niente otorgar a la Comisión las facultades apropiadas para que pueda cumplir su obli­gación de controlar y evaluar la aplicación de la política pesquera común por parte de los Estados miembros" (vid. el considerando 24). Además de ello se han de establecer cauces necesarios para incrementar "la cooperación y la coordinación entre todas las instancias pertinentes con el fin de lograr el cumplimiento de las normas de la política pesquera común, en particular mediante el intercambio de inspectores nacionales, exigiendo a los Estados miembros que, para la determinación de los hechos, concedan el mismo trato a los informes elaborados por los inspectores comunitarios, los inspec­tores de otro Estado miembro o los inspectores de la Comisión que a sus propios in­formes de inspección" (vid. el considerando 25).

Para evitar el efecto no deseado antes enunciado (el resultado dispar derivado de la aplicación de los diferentes sistemas nacionales de control), se establece la necesidad de adoptar en el seno de la PPC las medidas necesarias para promover "el control y la observancia de las normas" (art. 1.2.e). En este sentido, los EEMM están obligados a ejercer, salvo disposición comunitaria en contrario (art. 23.1), su compe­tencia tanto territorial (en relación con todas las actividades pesqueras que se pro­duzcan en su territorio o en aguas bajo su soberanía o jurisdicción) para garantizar "el control, inspección y aplicación efectivos de las normas de la política pesquera común"; como personal, en relación con las actividades desarrolladas por los buques de su nacionalidad tanto en aguas comunitarias (más allá de las aguas nacionales del Estado miembro en cuestión), como fuera de ellas. Igualmente son responsables los EEMM de asignar observadores "a bordo de buques pesqueros, y de tomar las deci­siones oportunas, incluida la prohibición de las actividades pesqueras" (art. 23.2). Las funciones de los EEMM en este punto no se agotan aquí, también están obligados a adoptar las medidas que sean necesarias para garantizar "un control, inspección y observancia eficaces, incluidos los sistemas de seguimiento mediante satélites." Recordemos aquí que los buques que cuenten con una eslora superior a los 15 me­tros han de llevar instalado a bordo "un mecanismo que permita su detección e iden­tificación mediante teledetección"s7 y son precisamente los EEMM los responsables

87 Vid. el arto 22.1.b) del Reglamento de base que establece la obligación para los buques con una eslora superior a los 15 metros desde ell de enero de 2005.

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 85

tanto de la instalación de estos instrumentos en los buques que navegan bajo su pa­bellón como de la eficacia de los controles establecidos mediante este instrumento.

En este sentido, los EEMM están obligados a adoptar todas las medidas de inspec­ción y observancia que estimen necesarias para garantizar el cumplimiento por parte de sus nacionales sean personas fisicas o buques de la PPC tanto en su territorlo como en las aguas sometidas a su jurisdicción. Estas medidas incorporarán la realización de "contro­les sorpresa e inspecciones de buques pesqueros, instalaciones de empresas", así como de cualesquiera otros lugares en que puedan desarrollarse actividades de alguna manera relacionadas con la ppc. Además, habrán de realizar tareas de observación de los buques pesqueros; y así perseguir, investigar y sancionar los comportamientos desviados de las normas. Las sanciones podrán ser, dependiendo de la gravedad del delito cometido, leves (las multas) o muy graves, pudiendo conllevar estas últimas hasta la retirada de la licencia. Entre un extremo y otro se conciben también otras sanciones que implican la incautación de las capturas y de los artes de pesca prohibidos, si éste fuera el caso: el embargo del buque, su inmovilización temporal o la suspensión de la licencia en la que encuentran fundamento sus actividades pesqueras. Sin embargo, la imposición de una sanción no es excluyente de las demás, puesto que de una misma infracción podrá deri­var una de ellas o varias conjuntamente si se estimara necesario.

Además, los EEMM, según los casos en presencia, habrán de aplicar medidas preventi­vas con el objeto, como su misma denominación indica, de evitar que los sorprendidos cometiendo una infracción grave mantengan en el tiempo su comportamiento iJícito. Por último, y en ejercicio de su competencia personal, habrán de adoptar todas las disposicio­nes que consideren oportunas para impedir la participación de sus nacionales en activida­des de pesca que puedan tener como objeto o efecto incumplir las medidas de conservación y gestión. En definitiva, se trata de que el Estado garantice el cumplimiento de las normas esenciales de la PPC por sus nacionales, sean éstos buques o personas fisicas embarcadas en pesqueros extranjeros; esto último evidentemente no exime de responsabilidad del Estado del pabellón en el que se encuentra el nacional comunitario.

Sin embargo, la responsabilidad de los EEMM no termina con la adopción las medi­das, también han de garantizar su aplicación. Hemos de tener en cuenta que las disposi­ciones adoptadas en este sentido por los EEMM deberán tener un componente disuasorio eficaz ya que se adaptan para evitar la comisión de nuevos incumplimientos. Este efecto ha de intentarse mediante sanciones económicas que impidan a los responsables de los delitos beneficiarse económicamente de ellos, de ahí la importancia que adquiere en este sistema la incautación de las capturas.

Por lo que se refiere a los Estados, en último lugar, se presenta como otra de las claves del sistema la obligación de los EEMM de cooperar entre sí y con los Estados no comunitarios para garantizar el cumplimiento de las normas que conforman la PPC (art. 28).

En 10 que a la Comisión se refiere, se añade a sus competencias generales la de eva­luar y controlar la aplicación de la PPc. El Reglamento de base dispone un procedimiento concebido sólo para los supuestos de infracciones de cierta gravedad, de fonna más concreta, para aquellos que amenazan seriamente a la conservación de los recursos pes-

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86 Jurídica .Anuarlo

queros o al mismo funcionamiento del sistema y que, precisamente por sus característi­cas, requieren una actuación urgente. El procedimiento en cuestión carece de carácter contencioso, consistiendo en una solicitud de información de la Comisión al Estado presuntamente infractor. Para decidir la adopción de las acciones oportunas, esta institu­ción tendrá en cuenta la respuesta de este último. Como las medidas así previstas tienen por objeto atajar una situación que pone en peligro las bases de la PPC, pero carecen de carácter sancionador, dejarán de aplicarse en el momento en que la Comisión entienda que el riesgo que se pretendía prevenir con ellas ha desaparecido.

Por otra parte, con carácter general, la Comisión está obligada a presentar informes de evaluación cada tres años sobre la aplicación por los EEMM de la PPC. Para ello pueden realizar atuditorias, investigaciones, comprobaciones e inspecciones, estas últimastanto en los buques pesqueros como "en las instalaciones de las empresas y en otras entidades con actividades relativas a la PPC" (art. 27.1). Fruto de esa supervisión se elaboran unos infor­mes a los que tendrá acceso el EEMM directamente interesado, al objeto de que presente las observaciones acerca de su contenido que considere oportunas.

6. Participación de las partes interesadas en la gestión de la PPC Es evidente que si se quiere adecuar la PPC a la realidad actual, las instituciones comuni­tarias no pueden colocarse en la distancia de una torre de marfil para adoptar la nonnati­va aplicable al sector pesquero. Bien al contrario, deberán dialogar con todos los interesados para conocer los problemas que les acechan, sus expectativas de futuro y considerar sus opiniones en el momento de proponer y adoptar la nonnativa pesquera. Por otra parte, la Comisión entiende que las disposiciones comunitarias resultarán mejor comprendidas y aplicadas si se permite la participación de los sectores a los que afecta. Este convencimiento, lejos de ser actual, se materializó ya en 1971 con la creación del Comité consultivo de pesca88 como Wl órgano consultivo de la Comisión. En tanto que órgano consultivo, el Comité evacua informes a iniciativa propia o en respuesta a una solicitud de la Comisión. En la actualidad está formado por una veintena de miembros89

,

representantes de los ámbitos interesados en el sector, es decir, de "organizaciones pro­fesionales representativas de las empresas de producción, transformación o comercio de productos de la pesca y la acuiculrura, y organizaciones no profesionales representativas de los intereses de los consumidores, el medio ambiente y el desarrollo .. 90

.

88 Comité que fue reformado por la Decisi6n 1999/478, de 14 de julio de 1999, por la que se reforma el Comité consul­tivo de pesca y acuicultura, vid. en DOCE, nO L 187, de 20 de julio de 1999 y, más recientemente. por la Decisión 2004/864, que modifica la Decisi6n 1999/478, por la que se reforma el Comité consultivo de pesca y acuicultura, vid. en DOCE, nU L370, de 17 de diciembre de 2004. Vid. tambien, arto 30 del Reglamento 2371102

89 Vid. arto 1.a) de la Decisi6n 2004/864 que modifica el arto 3 de la Decisión 1999/478. El arto I.b) de la Decisi6n 2004/864 indica que además "Participarán también de pleno derecho en el Comité el presidente y vicepresidente del Comité de diálogo sectorial del sector de la pesca y los presidentes y vicepresidentes de los grupos de trabajo nos 1, 2.3 Y 4 indicados en el articulo 7."

90 Vid. arto 1.2 de la Decisión 1999/478, El arto 4.1 de la misma Decisión establece que son "nombrados por la Corni­si6n a propuesta de los organismos creados a escala comunitaria que sean más representativos de los sectores seña­lados en el punto I del articulo 3.". Tambienart. 31 del Reglamento 2371/02.

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 87

Sin embargo, pasado el tiempo, distintos sectores, especialmente el de los pescado­res, estimaron insuficiente su participación. A lo que la Comisión respondió proponien­do la creación de Consejos consultivos regionales, con el objeto de constituir un foro de reunión y debate a escala regional de los representantes de todos los ámbitos interesa­dOS91

. La creación de estos Consejos consultivos regionales fue uno de los ejes de la modificación producida en 2002 en la ppc. La función de estos órganos es formular recomendaciones y sugerencias sobre aspectos pesqueros en sus respectivos ámbilos geográficos, por iniciativa propia o en respuesta a una solicitud de la Comisión o de las autoridades nacionales. Están fonnados por "representantes del sector pesquero y de otros grupos interesados ajá·tados por la política pesquera común. "(art. 5.1), debiendo invitar a participar en sus sesiones como expertos a científicos que carecen del estatuto de miembros de esle Consejo (ar!. 6.1). Recientemente, en julio de 2004, el Consejo creó un total de siete Consejos consultivos regionales 92, siguiendo para ello el procedimiento establecido a tal efecto por el arl. 32 del Reglamento 2371/02.

Además de lo anterior, la Comisión ha organizado otros foros, como los talleres re­gionales y las consultas específicas, como un lugar de encuentro entre los representantes de intereses no necesariamente contrapuestos, pero que habitualmente defienden posi­ciones enfrentadas en relación con los temas pesqueros93

, También el Reglamento 2371/02 prevé la existencia de un Comité científico, técnico y económico de pesca (art. 33), fonnado por científicos altamente cualificados, expertos en materia de pesca94

. La misión de este Comité, de acuerdo con la norma indicada es emitir dictámenes en res­puesta a las consultas de la Comisión, debido elaborar infonnes anuales acerca de la situación de los recursos pesqueros y la evolución de las actividades de la pesca, La Comisión habrá de considerar estos trabajos en el momento de presentar propuestas acerca de la gestión en materia de pesca')5,

7. La importancia del factor medioambiental Es evidente la importancia del factor medioambiental en todo 10 que nos rodea. Espe­cialmente cuando tratamos del sector pesquero. Si la gestión de los recursos pesqueros no tiene en cuenta criterios de conservación del medio ambiente la pesca será un negocio con un periodo de caducidad temprano, de ahí la necesidad de que las medidas adopta­das en la materia estén presididas por criterios que pennitan compaginar los intereses de los pescadores a corto plazo con las medidas tendentes a la producción y crecimicn-

91 Consejos que sc han creado en fecha~ muy recientes, vid. Decisión 2004/585. de 19 de julio de 2004 por la qll~ se crean Consejos consultivos regiunales en virtud de la política pesquera común. en DOCE n" L256, de 3 de agostD de 2004

'l2 El arto 2.1 de la Decisión citada en la nuta anterior crea un total de siete ('onsejos consultivos regionales: a) Mar llál· tico: b) \1ar Mediterráneo: el Mar dd Norte: dl aguas llorocck!entales: el aguas suroccidentales; f) poblaciones pe­láglcas, g) notas de ¡¡hura/larga distancia.

93 Vid. "Actioll plan for closer dialogue with the fishing industry amI other groups afl'ected by the common fisherics policy". en http-.iiwww.europa.eu.intlc011l11.:nslieries,inews _ cornerlpress/info6 ¡. en.hlm

94 Vid. arto 4 de la Decisión indicada en la nma anterior.

95 Comité constituido en aplicación de la Occisión 93/619, de 19 de noviembre de 1993, relativa a la constitUCIón d~ un Comitt: científico. técnico y económico de la pesca, vid. en DOCE nO L 297 de 2 de diciembre de 1993

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to de las especies pesqueras. Este dificil equilibrio tiene una clara traducción en la posi­bilidad de designar, dentro de las aguas comunitarias, zonas biológicamente sensibles, en las que el esfuerzo pesquero se limita a un número determiuado de buques (repartido entre los Estados miembros sobre la base del PER) y las actividades se realizan en el marco de licencias gestionadas por la Comisión (caso del llamado Shetland Box, del que queda excluida la flota de la mayoría de los Estado miembros, en virtud del PER").

En su Libro Verde, la Comisión apuntaba ya la necesidad de subrayar la dimensión medioambiental, aparejada inexorablemente a la Ppc. De no cuidar el medio marino, los recursos pesqueros cada vez serán más escasos y de inferior calidad por ello, aunque solo sea egoístamente, merece la pena intentar incorporar criterios que agudicen la pro­tección medioambiental a esta política común. En este empeño contamos con diversos instrumentos, no solo con los planes de actuación, sino también mediante el fomento de un etiquetado ecológico de las capturas para que los consumidores estemos informados de las artes con las que se han obtenido los recursos, el lugar en el que se han pescado, su talla etc".

La Comisión está concienciada de que las medidas de gestión y conservación de los recursos marinos han de fundarse en factores de naturaleza medioambiental, así lo plas­mó en la Comunicación en la que se expone un plan de actuación comunitario para integrar las exigencias de la protección del medio ambiente en la política pesquera común 98

• Las primeras frases de este texto precisamente indican que la protección me­dioambiental en las políticas comunitarias no o...:S una obligación establecida en el arto 6 del TCE, por tanto la inobservancia de los factores medioambientales conducen a un incumplimiento del TCE, que traerá aparejado todas las consecuencias que derivan con carácter general de este hecho.

Por su parte, la PPC encuentra fundamento en la actualidad en materia medioam­biental en los principios de precaución, prevención y corrección en la fuente y el de quien contamina paga. La Comunicación de la Comisión antes referida plantea una serie de medidas prioritarias a incorporar en esta política común99 y unas medidas comple-

96 vid. arto 6 del Reglamento (CE) na 1954/2003, de 4 de noviembre de 2003, sobre la gestión del esfuerzo pesquero en lo que respecta a detemunadas ZOIIaS y recursos pesqueros comlUlitarios, por el que se modifica el Reglamento (CEE) na 2847/93 y se derogan los Reglamentos (CE) n° 685/95 y (CE) n° 2027/95, en DOUE, 1\ o L 289 de 7 de noviembre de 2003.

97 En el Libro Verde la Comisión se propone iniciar lit debate sobre el etiquetado ecológico de los productos de la pes­ca· Los programas de etiquetado ecológico, desde el punto de vista de esta il\Stitución son un método para fomentar la sostenibilidad de la pesca y que pennite al conswnidor elegir el producto que desea consumir teniendo en cuenta toda la información al efecto. Con este etiquetado se sel\Sibiliza a los conswmdores sobre la dimensión medioam­biental de la pesca y se fomenta entre administradores y pescadores, una actitud responsable frente al medio ambien­te. Se pretende así concienciar también a quienes se dedican a la pesca y a la gestión de la pesca de los efectos de sus comportamientos sobre el medio ambiente y sobre los consumidores.

98 Vid. Doc. cOM12002/0l86 final

99 Vid. epígrafe 4 de la Comunicación que indica elltre ellas la reducción de la presión ejercida en los caladeros; la mejora de los métodos de pesca para reducir los descarte, las capturas accesorias accidentales y los efectos en los hábitats; la supresión de las ayudas públicas para la modernización o renovación de la flota pesquera. Ade­más, la PPC deberla abordar las medidas expuestas en el Plan de acción sobre biodiversidad en la pesca; las me­didas para estimular practicas pesqueras que revaloricen la integración medioambiental; la mejora de la evaluación científica del estado de las poblaciones de peces, tanto en aguas comunitarias como no comunitarias; la integración de las cuestiones sobre politica medioambiental en el sector de la acuicultura; la adopción de una

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Política pesquera común de la Comunidad Europea 89

mentarias que tienen por objeto facilitar la integración de las exigencias medioambienta­les en la ppc

lOO,

Esta misma institución ha estudiado también los descartes como una práctica cuyo efecto es reducir unos escasos recursos pesqueros, En este sentido, la Comisión está elaborando un plan de acción para combatir la práctica de los descartes en las aguas comunitarias 101, Hay que tener en cuenta que nos encontramos ante un efecto colateral de la utilización de artes de pesca no selectivas, Según las estimaciones científicas, las flotas pesqueras devuelven al mar (descartan) un porcentaje importante en términos medios de sus capturas, Ello por diversos motivos, bien porque la cuota permitida de esa especie concreta se ha agotado o porque los ejemplares capturados aún no han adquirido el tamaño permitido. Cualquiera que sea la causa, lo cierto es que lo habitual es que los peces descartados mueran, con 10 que se derrochan los recursos, incrementándose por eUo los riesgos biológicos.

Es evidente que todas estas consideraciones han sido tomadas en cuenta en la regu­lación actual. Así, el Reglamento de base en materia de PPC se refiere de fonna reiterada a la protección de los ecosistemas marinos, tanto en sus considerandos como en su arti­culado. Lo mismo ocurre con el principio de precaución referido supra. Como se ha ido observando en las páginas anteriores, la nueva regulación en materia pesquera incremen­ta claramente el interés por la conservación medioambiental. Esta idea se trasluce a lo largo de todo su texto, por ejemplo, en el Capítulo Primero cuando se afirman los objeti­vos de la renovada PPC se incorporan medidas que tienen por objeto limitar los efectos nocivos de la pesca en el medioambiente, junto con otras como las condiciones de acce­so a las aguas. No podemos olvidar que es la primera ocasión en la que un reglamento de base de la PPC dota de carácter normativo al principio de precaución, y no sólo esto sino también se enfoca a la PPC con una perspectiva ecosistémica al adoptar medidas que tienen por objeto la protección y conservación de los recursos marinoslO2

• Sin embargo,

estrategia comunitaria para la pesca de gran altura, que contribuya a la pesca sostenible fuera de las aguas co­munitarias. basada en una cooperación global y bilateral puesta en práctica a escala nacional o regional. Por otra parte los EF.MM deben aplicar las Directivas acerca de la protección de la naturaleza en las zonas marinas.

lOO Es el epígrafe 5 de la Comumcación. "La Comisión apW1ta entre ellas su empella por estimular una mejor com­prensión de los ecosistemas marinos; se compromete a hacer extensivas las medidas de gestión a la proteccü'm de las especies y hábitats no comerciales; así como a analizar las consecuencias de la aplicación de los principios de prevención, corrección en la fuente y de quien contamina paga en los ámbitos de la pesca y la acuicultum. re­cuerda la conveniencia de que los EEMM emprendan estudios y proyectos piloto sobre la recogida de infomIación básica sobre la relación de la pesca y la acuicultura con el medio ambiente: asi como la necesaria colaboración en­tre la Comisión y los EEMM para impulsar la aplicación de los programas de gestión integrada de las zonas cosieras: la Comisión y los Estados miembros deberian infonnar a la opinión pública sobre la situación de la pesca y la acui­cultura en el ecosistema marino; la Comisión estudiará la posibilidad de utilizar medidas comerciales para fomentar prácticas pesqueras sostenibles y ecológicas; el análisis de las posibilidades ofrecidas por las etiquetas ccol6gicas: remediar los efectos nocivos sobre el entamo marino que puedan provocar una dlsmmución de la productividad y los rendimientos pesqueros, la calidad y el buen estado de las capturas"

101 Vid. la Comunicación de la Conúsión al Consejo y al Parlamcnto Europco, de 26 de noviembre de 2002, relativa a un Plan de acción comllilitario para reducir los descartes, doc. COM (2002) 656 fil13l.

102 Vid. en este sentido M.Abad Castelos y A. Rey Aneiros. en "el1a nueva política pesquera común. Comentario al Reglamento (CE) :-i." 2371/2002 del Consejo. de 20 de diciembre de 2002. sobre la consen'ación y la c\plo­tación sostenible de los recursos pesqueros en virtud de la política pesquera común". RcvisU/ General de {)ere­ello Europeo n" l.

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la aproximación adoptada por esta política común debe compaginar el objetivo de pro~ tección medioambiental con la existencia de un sector pesquero económicamente viable y competitivo. Recordemos que un importante número de personas viven de la pesca, por tanto habrá de proporcionarles un nivel de vida adecuado además de unas condicio~ nes laborales justas y seguras. El equilibrio entre ambos extremos no es fáciL Quienes dependen económicamente del mar defenderán un nivel de capturas más elevado, sin embargo esta pretensión choca frontalmente con la defensa del medio ambiente. Como en casi todo, alcanzar el equilibrio adecuado entre ambos extremos se encuentra la efica~ da y el éxito del sistema diseñado.

V. Conclusiones

La reforma de la PPC no ha afectado en absoluto a la competencia comunitaria exterior en materia de gestión y conservación de recursos marinos. Lo que se traduce en que la Comunidad sigue siendo la única competente para celebrar acuerdos de pesca con terce­ros países tanto persiguiendo la apertura de caladeros extranjeros a buques comunitarios como a la inversa, abriendo el excedente de las aguas comunitarias a los buques de terce­ros Estados, En la actualidad la Comunidad cuenta con una treintena de acuerdos bilate­rales celebrados a estos fines, además de otros tantos multilaterales.

Tampoco afectará a lo hasta ahora expuesto la eventual entrada en vigor del Tratado por el que se establece tula Constitución para Europa, dado que su articulado no modifi­ca las bases establecidas a estos fines por el TCE actualmente vigente.

Por otra parte, hemos de retener aquí que el objetivo primordial de la refonna de la PPC es el logro de un sector pesquero sostenible y duradero, fomentando, en la medida de lo posible, el desarrollo de la acuicultura como un medio alternativo a las capturas en el mar. En este empeño han de participar con convencimiento los principales interesados, de otro modo, no podremos lograr este fm que, en definitiva, beneficia a todos. Es la única alternativa posible. No hay otra. Cualquier opción diferente supone el agotamiento de los recursos pesqueros existentes y ese es un peligro que no podemos enfrentamos ni los con­sumidores ni mucho menos aquellos cuya subsistencia económica depende de la pesca.

Con la revisión producida en 2002 se ha intentado aprender de los errores anterio­res, poner remedio a la situación actual y establecer los cauces necesarios para evitar incurrir de nuevo en situaciones como la presente. En todo caso, se trata de asegurar a medio y largo plazo la viabilidad del sector, y esto, mal que nos pese, sólo se consigue racionalizando la explotación de unos recursos que son comunes a todos, ya que las especies marinas no conocen fronteras. Si para ello es necesario incorporar mecanismos de control y regular férreamente las infracciones que se produzcan habrá que hacerlo, aunque esto traiga consigo las protestas de ciertos sectores que pueden considerarse maltratados o incluso perseguidos. Quizá por ello, un primer paso sería concienciar a todos los sectores interesados acerca de la situación actual y de los peligros que previsi­blemente puede traer aparejada una línea de actuación diferente de la ahora adoptada.

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Por último, como toda la construcción comunitaria, la PPC modificada por el Re­glamento 2371/02 lejos de suponer una meta, sólo es un paso más en el largo camino de la integración europea. Téngase en cuenta que aún queda mucho por hacer (recordemos que hay franjas costeras aún sometidas a la soberanía estatal. por ejemplo) y que la si­tuación de los recursos pesqueros es variable, por tanto la regulación de la PP(' dependerá de múltiples factores presentes o ausentes según el momento.

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