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1 POLÍTICA Y RELIGIÓN EN LA DERECHA CRISTIANA DE LOS EE. UU. 1 J. Maldonado Departamento de Ciencia Política II Universidad Complutense. A modo de presentación Las estrechas vinculaciones históricas, culturales y de mentalidad en los Estado Unidos entre religión y política desde los primeros asentamientos coloniales, fueron cristalizando con el tiempo en un trenzado de valores republicanos y religiosos que con la ética calvinista de fondo y las referencias a los clásicos del republicanismo, alcanza una proyección imparable desde la Revolución en adelante. La expresión de este entrelazamiento es el “experimento” republicano - y la noción roussoniana de la “religión civilcomo manifestación pública de esos valores -, por una parte; y, por la otra, la noción de “destino” asumida ideológicamente a partir del peso que la propia religión cristiana ha representado en ese país. La Teoría Política prestó durante un tiempo una importante atención a la religión civil, pero con la llegada de los neocons a los aledaños del poder a principio de los 80, esta atención de la Teoría Política, desapareció. ¿Qué ocurrió? ¿Qué discurso ideológico y desde qué raíces filosóficas se desplaza de la controversia académica a los valores cívicos del republicanismo?. Desde nuestro punto de vista el foco del desplazamiento se localiza en la labor de Leo Strauss y sus discípulos, aunque he de advertir que este aspecto simplemente se trata aquí para avalar mínimamente tal hipótesis y no se 1 El presente ensayo es un apretado resumen de un trabajo de investigación bastante mas amplio sobre el pensamiento conservador en los EE. UU. Aprovecho la ocasión para agradecer al Department of Religious Studies de la UCSB la entrañable acogida como profesor investigador de la que fui objeto durante mi estancia en la UCSB gracias a la beca de investigación de la Fundación “Jaime del Amo” de la UCM. Con un reconocimiento muy especial a los Profesores Dwight Reynolds, de la propia UCSB, y a Jacob Sefamí, de la UC Irvine.

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POLÍTICA Y RELIGIÓN EN LA DERECHA CRISTIANA DE LOS

EE. UU. 1

J. Maldonado

Departamento de Ciencia Política II

Universidad Complutense.

A modo de presentación

Las estrechas vinculaciones históricas, culturales y de mentalidad en los

Estado Unidos entre religión y política desde los primeros asentamientos

coloniales, fueron cristalizando con el tiempo en un trenzado de valores

republicanos y religiosos que con la ética calvinista de fondo y las referencias a

los clásicos del republicanismo, alcanza una proyección imparable desde la

Revolución en adelante. La expresión de este entrelazamiento es el “experimento”

republicano - y la noción roussoniana de la “religión civil” como manifestación

pública de esos valores -, por una parte; y, por la otra, la noción de “destino”

asumida ideológicamente a partir del peso que la propia religión cristiana ha

representado en ese país. La Teoría Política prestó durante un tiempo una

importante atención a la religión civil, pero con la llegada de los neocons a los

aledaños del poder a principio de los 80, esta atención de la Teoría Política,

desapareció. ¿Qué ocurrió? ¿Qué discurso ideológico y desde qué raíces

filosóficas se desplaza de la controversia académica a los valores cívicos del

republicanismo?. Desde nuestro punto de vista el foco del desplazamiento se

localiza en la labor de Leo Strauss y sus discípulos, aunque he de advertir que este

aspecto simplemente se trata aquí para avalar mínimamente tal hipótesis y no se 1 El presente ensayo es un apretado resumen de un trabajo de investigación bastante mas amplio sobre el

pensamiento conservador en los EE. UU. Aprovecho la ocasión para agradecer al Department of Religious Studies de la UCSB la entrañable acogida como profesor investigador de la que fui objeto durante mi estancia en la UCSB gracias a la beca de investigación de la Fundación “Jaime del Amo” de la UCM. Con un reconocimiento muy especial a los Profesores Dwight Reynolds, de la propia UCSB, y a Jacob Sefamí, de la UC Irvine.

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desarrolla en profundidad, al ser materia que está en pleno proceso de

investigación, como en su momento trataremos de exponer. Consecuencia

directa de este desplazamiento , el ethos religioso ocupa el vacio como proyección

política bajo rúbricas diferentes, que progresivamente van encauzando un

discurso político-religioso de considerable homogeneidad que culmina en la

Nueva Derecha Cristiana, emplazada a desarrollar para los tiempos presentes, la

vertiente religiosa ínsita en la idea del destino americano. Armada de la ideología

del reconstruccionismo , proyectará una auténtica revolución que afecta a la ciencia, a

la política – con los brotes fascistas que se advierten - y a la propia religión. Y es

aquí, en la vinculación de la política y la religión, en pleno dominio de la ideología

neoconservadora y el consiguiente desplazamiento de los valores estrictamente

republicanos, donde centramos el foco del presente ensayo. En suma, no es un

trabajo descriptivo de las organizaciones de la Nueva Derecha Americana, sino

una exposición de la radiación ideológica de fondo que constituye globalmente el

cristianismo que se viene gestando desde los 80 y que adquiere una indudable

superioridad y protagonismo frente a los valores tenidos como propios y

diferenciados de la doctrina republicana.

Experimento y destino

Entre la diversidad de enfoques a que ha sido sometida la Revolución

Americana, uno de los más atractivos por su coherencia interna y profundidad

interpretativa, es aquel que la concibe esencialmente como la expresión política y

militar de un movimiento religioso, que iniciado en la Europa del XVI y tras las

peripecias sufridas en la Inglaterra anglicana y en otras partes de la Europa de

aquél momento, se convirtió en el bagaje ideológico portado por los colonos que

inician los asentamientos en la América del Norte en el primer tercio del XVII.

Nos referimos al calvinismo en general, sin hacer distinción entre las diferentes

sectas que del mismo se desgajan y que dan lugar a experiencias político-religiosas

muy diferentes, pero todas ellas bajo el común denominador que Edmund Burke

les asignara muy posteriormente en la Cámara de los Comunes, al referirse a ellas

como los protestantes del protestantismo, los disidentes de la disensión o los

3

individualistas por excelencia. La potencialidad revolucionaria del calvinismo en

general y de alguna de sus sectas en particular ha sido señalada abundantemente

por meritorios estudios. Sirva de muestra la cita a continuación y que nos permite

desarrollar argumentos posteriores y esenciales por medio de los cuales pueda

tener sentido el presente ensayo. Puede leerse en las Instituciones de Calvino:

“observemos que en el hombre el gobierno es doble: el uno espiritual, por el cual la conciencia se

prepara a la piedad y al culto divino; por el otro es civil, por el cual el individuo es instruido en

aquellos deberes que como hombres y ciudadanos estamos obligados todos a cumplir. A estas dos

formas suelen darse los nombres no inapropiados de jurisdicción espiritual y jurisdicción

temporal, dando a entender que la primera especie se refiere a la vida del alma, mientras que la

última se relaciona con las cosas de la vida actual, no sólo el alimento y el vestido, sino la

promulgación de las leyes que exigen que un hombre viva entre sus semejantes con pureza,

honorabilidad y moderación. La primera tiene su sede en su alma, la segunda sólo regula la

conducta externa. A la primera la llamamos el reino espiritual y a la otra el reino temporal”. 2

Como han señalado otros autores, la jurisdicción del alma es asunto

relacionado con los deberes innatos del hombre para con Dios y los demás

hombres, sustanciados en el Decálogo; la jurisdicción temporal se despliega bajo

la forma de contrato o de pacto, tal y como la desarrolló Théodore de Bèze, y los

tratadistas posteriores han definido como el pacto de unión, que da origen a la

sociedad, y el pacto de sujeción por el que se constituye el gobierno de la misma.

Cuando los peregrinos del Mayflower antes de bajar a tierra invocaban la

presencia de Dios y acuerdan “pactar y conjugar por nosotros juntos un cuerpo político

civil” estaban expresando por primera vez la génesis abstracta de lo que Lipset ha

definido como el credo americano: el antiestatismo, individualismo, populismo

e igualitarismo. 3

La teatralización divina y bíblica en la que Israel aparece en el escenario

universal como pueblo elegido es deducible del contenido del pacto de unión y fue

incorporada igualmente desde los primeros momentos de la colonización de las

tierras norteamericanas por los líderes religiosos más prominentes de aquel

momento, pero intentar saber si en la intensidad de propagación de tal designio

2 Instituciones Cristianas, III, XIX, 15

3 Martin Lipset, La división continental. Los valores y las instituciones de los Estados Unidos y Canadá. FCE,

México, 1993, pág. 45.

4

divino sólo influye una renovación del pacto bíblico, o, por el contrario, tal

deferencia divina estaba reforzada por la simple traslación del mito inglés

acuñado hacia 1563 por John Foxe, no es fácil. 4 En cualquier caso, el

reforzamiento de la predicación del Evangelio y las bases sociopolíticas ínsitas en

las sectas más radicales, predibujaron desde los primeros momentos un escenario

nuevo para las experiencias políticas que se iniciaban, muy especialmente con

The Fundamental Orders of Conneticut, publicadas en 1639, o en la Carta

constitucional de Rhode Island de 1663, donde puede leerse la más alta expresión

de libertad para los disidentes por razones de conciencia, impulsada por Roger

Williams: “ (…) ninguna persona en la colonia, en ningún momento de ahora en adelante,

será de ningún modo molestada, castigada, inquietada, o puesta en duda, por cualquier

diferencia de opinión en materia de religión, …5 Aludir a Roger Williams como el

apóstol de la democracia americana o a Rhode Island como el epicentro de la

libertad religiosa e inspiradora del “ muro” jeffersoniano que separa a la iglesia

del estado, es una obviedad, que sin embargo, no ha de pasarse por alto, pues ha

inspirado interpretaciones y páginas de exaltado entusiasmo, tanto en los

tiempos revolucionarios como en tiempos posteriores, como cuando el

fundamentalismo cristiano aparezca en escena en el primer tercio del siglo veinte.

Valgan como síntesis interpretativa de todo lo anterior –el despliegue de la

ética calvinista, la religiosidad como elemento estructural y determinante desde

los primeros asentamientos, el igualitarismo democrático e incipiente en algunas

colonias, la tolerancia religiosa, etc., etc, - las palabras del recientemente fallecido

historiador americano Arthur M. Schlesinger, Jr,, al teorizar sobre el significado

de América: “Dos corrientes, entrelazadas desde los tiempos en que los primeros hombres

blancos de habla inglesa invadieron el continente occidental, representan temas argumentativos

sobre el significado de América. Ambos temas tienen su origen en la ética calvinista. Ambos

fueron posteriormente renovados por aportaciones seculares. Ambos han habitado en la

4 El libro más leído por los colonos después de la Biblia, fue The Book of Martyrs, publicado en 1563 por John

Foxe, puritano inglés, donde se expone el mito de Inglaterra como nación elegida en base a los incuestionables méritos de haber sido cristianizada por José de Arimatea, la ascedencia inglesa del Emperador Constantino y a la ayuda prestada a éste por el ejercito británico en la cristianización del mundo. 5 Rhode Island and Providence Plantation´s Royal Charter 1663. Estará en vigor hasta la adopción de la

Constitución en mayo de 1863.

5

mentalidad americana y lucharon por su mutuo control a través del curso de la historia

americana. Esta contienda continuará, sin duda, por el resto de la vida de la nación”.6

Al desbrozar la naturaleza de ambas corrientes, Schlesinger adjudica la

fuente de una de ellas a la concepción providencialista de la historia del propio

Calvino, marcando el origen de la idea de destino que tan arraigada está en la

mentalidad americana; y la otra, a la jurisdicción temporal calvinista, a la que

define, siguiendo una larga tradición intelectual que desde los debates

constitucionales se prolonga hasta hoy dia, como experimento. Desde la Teoría

Política, el experimento ideológico americano, se acomoda en la teoría política del

republicanismo, en el discurso republicano por excelencia, y las referencias al

mismo en los discursos presidenciales, desde Washington a hoy, es casi total.7

No en vano, el bagaje ideológico aportado por los Padres Fundadores estaba mas

cercano a Polibio, Plutarco, Cicerón, Salustio o Tácito que a los fundadores del

cristianismo, sin que a la vez no constituyera tal cercanía un serio riesgo, pues no

existían garantías de ningún éxito para semejante aventura de naturaleza

republicana, a tenor de lo que enseñaba la historia hasta aquellos momentos . Y

como dice el historiador americano, los Padres Fundadores vieron la república

americana, “no como una divina consagración sino como un test contra la historia de una

hipótesis” : la hipótesis de un fracaso inevitable, como les sucedió antes a Atenas,

Roma o Ginebra.

Si los clásicos nos han enseñado que las repúblicas decaen por razones de

corrupción, había que buscar en los mismos la forma de escapar a semejante

fatum, indagando en cómo burlar no sólo el destino de la Historia, sino la suma

de inconvenientes añadidos por el refuerzo que la doctrina clásica suponía para el

juicio calvinista de que la vida es un espantoso riesgo y que el tiempo por llegar

se presenta como una opción a modo de prueba, antes de que éste, fatalmente,

concluya en fracaso. ¿Cómo prevenir que algo semejante le ocurriera a la

América de entonces con el antecedente histórico que la propia experiencia

aportaba corroborando la sospecha que la mortalidad de las repúblicas es

inevitable? ¿Cómo, en definitiva, hacer frente al dogma aceptado de que el

6 Arthur M. Schlesinger, Jr. The Cycles of American History, Mariner Books, Boston 1999, pág. 3.

7 Véase Cynthia Toolin, American Civil Religion from 1789 to 1981: A Content Analysis of Presidential

Inaugural Addresses; Review of Religious Research, vol. 25, 1983.

6

tiempo garantiza la decadencia? ¿Fomentando la virtud cívica como eje de la

formación ciudadana o fortaleciendo un marco institucional que sirva de

rompeolas a los embates de la corrupción?. El planteamiento que siglos más tarde

se haga Pocok sobre el impulso maquiaveliano –la confrontación de una

república con su propia mortalidad - estaba presente desde el mismo nacimiento

de la república, y si ésta sigue en pié, aunque tambaleándose, como veremos más

adelante, es porque la tesis maquiaveliana que sostiene que la virtud, amenazada

por el tiempo, es sólo temporal, fue desmentida por la presunción madisoniana

de que el tiempo es antes que nada redentor; que ante la futilidad del tiempo que

el florentino predijo, evocar la fuerza de su fertilidad no sólo es una apuesta por

el optimismo histórico, como hace singularmente Madison por las páginas de El

Federalista , desbrozando política y pedagógicamente desde el paper número 37 al

63 el entramado institucional que el proyecto de Constitución ponía en juego; es,

sobre todo, afirmar la confianza en el conjunto institucional y en la capacidad del

mismo para hacer frente a los vicios y peligros que el propio sistema político

genera.

Experimento y destino, realismo y mesianismo, son, en resumidas cuentas,

formas de aludir a las corrientes entrelazadas que acentúan el plano del

republicanismo o el plano de la dimensión misional en la que se reconoce

América. Ambas se han materializado con distinta intensidad desde los primeros

momentos de la independencia; la primera, bajo la expresión de la religión civil, la

segunda, bajo la rúbrica genérica de nación cristiana o nación elegida.

La religión civil como expresión de los valores republicanos

7

El término de religión civil fue acuñado por Rousseau en El Contrato Social 8,

y si bien no sería hasta 1967 cuando Robert Bellah lo pusiera de nuevo en

circulación en un famoso ensayo en el que consideraba que existía “una elaborada y

bien institucionalizada religión civil en América” que requería ser entendida como

cualquier otra religión9, no es menos cierto que la aportación de los estudios de

Durkheim en Las formas elementales de la vida religiosa es una parte esencial de la

literatura sobre la religión civil, aún cuando él nunca haya utilizado tal expresión

en su obra ni las expresiones por él utilizada tengan el mismo calado que las de

Rousseau: en éste se expresa como ideología, en aquel como cultura. Marcela

Cristi, en una de las mejores investigaciones sobre la materia, apunta que

“Durkheim nunca concibió la religión civil como un proceso político instrumental para asegurar

la lealtad a un orden social particular, ni estaba interesado en la utilidad política de la religión

civil. Su aproximación a la religión civil implica una espontánea y no coercitiva fe cívica capaz

de unir a todos los individuos en una y única comunidad moral. En un sentido durkheimiano,

la religión civil es verdaderamente “civil”, en la medida en que pertenece a la sociedad civil, no al

Estado o a las autoridades políticas”10.

Es esencialmente un fenómeno espontáneo cuya natural función es

proporcionar un conjunto de recursos morales comunes que fortalezcan la

integración y lealtad del grupo. La perspectiva sociológica de Durkheim, no

obstante, marcará la orientación desde Bellah en adelante, tratando de explicar la

religión en todas sus manifestaciones desde una supuesta interpretación

integrativa, “pero los conceptos y las características de la lógica teórica de la tradición

8 En el libro IV, cap.8, de El Contrato Social, puede leerse esta larga cita: “Hay, según esto, una profesión de

fe meramente civil, cuyos artículos puede fijar el soberano, no precisamente como dogmas de religión, sino como sentimientos de sociabilidad, sin los cuales es imposible ser buen ciudadano ni fiel súbdito. Sin poder obligar a nadie a creerlos, puede desterrar del Estado a cualquiera que no los crea; puede desterrarla no como impío, sino como insociable, como incapaz de amar con sinceridad las leyes y la justicia, y de inmolar, en caso de necesidad, la vida al deber. … Y si alguno, después de haber reconocido públicamente estos mismos dogmas, obrara como si no los creyera, sea castigado con pena de muerte, porque ha cometido el mayor de los crímenes, que es mentir delante de las leyes. Los dogmas de la religión civil deben ser sencillos, pocos y enunciados con precisión, sin explicaciones ni comentarios. La existencia de una divinidad poderosa, inteligente, benéfica, previsora y próvida, la vida venidera, la dicha de los justos, el castigo de los malvados, la santidad del contrato social y de las leyes; he aquí los dogmas positivos. En cuanto a los negativos, los limito a uno solo, a saber, la intolerancia: pertenece éste a los cultos que hemos excluido” 9 Robert Bellah, Civil Religion in America, Daedalus, 1967.

10

Marcela Cristi, From Civil to Political Religion: The Intersection of Culture, Religion and Politics, Wilfrid Laurier University Press, Waterloo, Ont., 2001, pág. 16.

8

durkheimiana son de uso limitado cuando tratamos de entender cómo se comporta la religión

civil ” 11. En cualquier caso, no se puede minimizar la influencia del ensayo de

Robert Bellah, aunque el término que él actualice estuviera difuminado en

publicaciones previas con otras expresiones, tales como religión pública, filosofía

pública, teología pública, religión política, religión republicana, fe cívica, etc. Y si

bien la expresión sea original de Rousseau, la mayor influencia entre los

estudiosos americanos es de Durkheim, cuyo resultado presenta el inconveniente

de que “ la literatura sociológica muestra una seria insuficiencia de comprensión en lo que

incumbe a la totalidad de las implicaciones políticas del tipo de religión civil de Rousseau ” 12.

Bellah analiza el discurso inaugural de J.F. Kennedy de 1961 con el

propósito de revelar la dimensión religiosa de la realidad a partir de la existencia

de ciertos elementos religiosos que son compartidos por la gran mayoría de los

americanos y que juegan un papel esencial en el desarrollo de las instituciones

americanas, incluida la esfera política. Destaca en este ámbito la referencia a la

constitucionalización de la soberanía como principio político que descansa

explícitamente en el pueblo, pero sin dejar de reconocer que unas veces implícita

y otras explícitamente, la última instancia de soberanía se atribuya a Dios. Esto

no supone que la idea de Dios, participada tanto por la religión civil como por

las diversas organizaciones eclesiásticas, sea motivo de interferencia en la

separación entre la iglesia y el estado, ni que tampoco interfiera o niegue

posibilidades a la expresión religiosa de la realidad. Es esta realidad a la R. Bellah

alude al escribir que “esta dimensión pública religiosa es expresada en un conjunto de

creencias, símbolos y rituales a los que he llamado la religión civil americana” 13. Sin aludir a

la misma directamente como expresión de los valores republicanos, tiene claro

que la experiencia deducible de los textos de los fundadores de la República no

iguala, ni tampoco sustituye al cristianismo, sino que establece una clara

diferenciación de funciones entre ambas religiones, aunque la analogía entre

hechos históricos y la fuerza simbólica que proyectan los mismos esté presente

en la mentalidad americana -- la Revolución con el acto final del Éxodo, la

11

Ibídem, 5. 12

Ibíd. 7. 13

Robert Bellah, op. cit., pág. 3

9

Declaración de Independencia y la Constitución con las sagradas escrituras,

Washington con Moisés, la vida y obra de Lincoln, incluido el discurso en

Gettysburg con el Nuevo Testamento, etc. . Muy especialmente alude Bellah a la

idea de la muerte como sacrificio en cuanto parte esencial de la religión civil,

cuyo símbolo, el Arlington National Cemetery, aparece como el mayor

monumento consagrado a la misma; o refiere el Memorial Day o el Thanksgiving

Day como elementos de integración popular en el culto a la nación, en el que el

sistema público escolar, con el juramento diario de la bandera y otros rituales,

constituye la plataforma primaria de socialización de los elementos de la religión

civil.

Como decíamos más arriba, la actualización del concepto por el

sociólogo americano está en la línea de Durkheim y no en la de Rousseau. La

construcción de Rousseau es una construcción ideológica, hace de la religión civil

una ideología al servicio del poder político. Como puede deducirse de la cita del

Contrato Social, el soberano, en aras de la sociabilidad, crea una profesión de fe a

base de unos dogmas de cuyo cumplimiento es garante el Estado, siendo el

catálogo de estos dogmas, la existencia de una divinidad adornada de todas las

virtudes por excelencia -- es una obviedad aclararlo, pero no tiene ninguna

relación con los principios deístas --, el concepto inquietante de la vida venidera,

la dicha de los justos y el castigo de los malvados, la santidad de los contratos y

de las leyes, así como la tolerancia. Esa es la religión civil, dogmas al servicio del

poder político. En este caso, dogmas que remiten, con mayor o menor claridad, a

la doctrina del republicanismo. No hace falta insistir que una religión de

cualquier naturaleza al servicio del poder político constituido se convierte , como

en el caso de Rousseau, en un hilo conductor hacia el despotismo .14

Como decíamos al comienzo, la línea de investigación que seguimos

persigue reflexionar sobre el tratamiento que la religión civil americana ha tenido

tras la explosión de estudios académicos después de la publicación del ensayo de

R. Bellah, por qué decae en pocos años su investigación, y por qué los elementos

propios de las religiones de iglesias organizadas desplazan la religión civil y pasan

a ocupar un primer plano en la escena política. Nuestro enfoque pretende situar

14

Un análisis exhaustivo desde perspectivas hermenéuticas sobre la religión civil en Rousseau puede encontrarse en Terence Ball: Reappraising Political Theory : Revisionist Studies in the History of Political Thought, Clarendon Press, 1995. Cap. 3º

10

el análisis del papel desempeñado por la religión civil en los Estados Unidos

desde la forma ideológica en que está expresada por Rousseau 15, aprehendiendo

los contenidos de la misma como contenidos ideológicos suceptibles de ser

utilizados por el poder político. Así, la religión civil americana, entendida como

función ideológica de la doctrina republicana, al sacralizar aspectos de la vida

cívica por medio de rituales públicos y ceremonias colectivas de naturaleza casi

religiosa, trasmite toda una cosmovisión anclada en el pasado y proyectada al

futuro con el objetivo de ordenar la vida social colectiva y fijar la conducta

ciudadana en los límites de la doctrina y de los valores republicanos. Pero al ser

tan estrecha la relación entre ambas formas, la ideológica y la sociológica,

aprehender la vertiente estrictamente ideológica de la religión civil americana no

es fácil. No obstante, hay demostraciones en el pasado perfectamente útiles a este

fin, bastaría con acercarnos al despliegue de formulaciones patrióticas como

justificaciones de políticas imperialistas, desde Woodrow Wilson a los tiempos

actuales, para comprobarlo.

El impacto en las Ciencias Sociales del ensayo de Bellah ha sido estudiado,

entre otros por, James A. Mathisen16, quien expone las tres dimensiones de la

religión civil - como realidad histórica, como construcción social y como

discusión académica -- a lo largo de cuatro fases. La primera, (1970-1974),

demuestra que el concepto tiene dificultades de ser aprehendido por las ciencias

sociales, y sólo en el campo de la sociología de la religión la tesis de Bellah tuvo

total aceptación. La segunda fase (1974-77), es definida como la edad de oro de

la religión civil, tanto por la inserción del concepto en las ciencias sociales como

por el debate de concepciones teóricas de largo alcance que se origina, por el

15

En la línea de entender el concepto de Rousseau como ideología, están, entre otros autores, la propia Marcela Cristi y su obra ya citada, en la que advierte que la religión civil al manifestarse bajo ambas formas, cultural e ideológica, no son necesariamente formas opuestas sino partes de un continuum, “lo que significa que ellas son distinguibles conceptualmente pero no pueden ser separadas en la realidad”, pág. 4. Quizás quién mejor ha redondeado esta cuestión haya sido Hammond, al decir que la religión civil americana es un rio con una corriente identificable, pero con mas de una forma: Phillip E. Hammond: “The Sociology of American Civil Religion: a bibliographic essay”. Sociological Analysis, 1936. Igualmente, en la línea de Marcela Cristi, John F. Wilson, (1974), “A Historian's Approach to Civil Religion.” Págs. 115–38. American Civil Religion. Ed. by Russell E. Richey and Donald G. Jones. New York: Harper and Row. 16

Twenty Years After Bellah: Whatever Happened to American Civil Religion? Sociological Analysis. Volumen 50. 1989

11

nivel de publicaciones que se ocupan del tema y sobre todo, más significativo que

el número, es la diversidad de tratamiento y el significado de los temas en

cuestión, con alta relevancia de los estudios empíricos. La tercera fase es de

estancamiento, (1978-1982), e inmediatamente de declinación gradual e

imperceptible, con algunas publicaciones especiales, como las del propio Bellah y

Hammond en ensayos de carácter comparativo sobre la religión civil en Japón,

México e Italia. Tanto Mathisen como otros investigadores resaltan que en esta

fase lo mas significativo fue la integración de la religión civil americana en

modelos diversos y construcciones teóricas, tales como la teoría de la

secularización, la modernización de los estados nacionales, las perspectivas de la

erosión de las comunidades y la pérdida del valor del consenso, la propia relación

de la religión civil con el catolicismo liberal, etc, etc. , apreciándose cómo “ una

tendencia significativa en la literatura de la religión civil americana durante esta fase vino de la

mirada de los politólogos sobre los temas iglesia-estado y las políticas públicas, aparte de los

temas tratados en los primeros momentos por el Journal of Church and State” 17 . Temas

como la sacralización de la constitución, la figura sacerdotal del presidente, la

relación entre la política de “caza de brujas” y modelos de religión civil, o las

estrictas relaciones iglesia-estado, son temas destacados18. Finalmente, la

decadencia (1983-1988), durante la cual las tres publicaciones mas importantes en

sociología de la religión - The Journal for the Scientific Study of Religión, The

Review of Religious Research y Sociological Analysis - cesaron virtualmente de

publicar artículos sobre la religión civil americana. En otros ámbitos académicos

es al propio Bellah al que se desestima o no se mencionan sus contribuciones.

¿Qué estaba sucediendo? Lo que realmente estaba sucediendo es una sutil

pero profunda desviación de un tema como la religión civil, suceptible en su

entendimiento de ser aprehendida como expresión ideológica del nervio político

republicano, para ser sustituido por discusiones académicas ampliamente

17

Op. citada 18

Probablemente el mas destacado fuera el de R. Bellah: Religion and Legitimation in the American Republic. Society, 15 (4): 1980. Puso el acento en el contraste existente entre el énfasis sobre la perspectiva republicana de América y la perspectiva liberal constitucional. Como dijo, “quisimos mantener la retórica y el espíritu de una república en la estructura política de un estado liberal. De esta forma desenfocamos toda consideración política esencial al incluir el espacio de la religión en nuestra vida política”.

12

difundidas sobre el nacionalismo americano y la religión y sus variantes

eclesiástica. La reflexión iniciada con el ensayo de Bellah es abandonada, los

valores republicanos salen de la escena, y en su lugar aparece la Nación Cristiana.

Es el tiempo de ascenso de la ideología neoconservadora.

Nuestra tesis es que tal desplazamiento y la aparición en escena de la

religión en su mas puro y estricto sentido, es debido al empuje de una corriente

de fondo que se identifica con la filosofía de Leo Strauss y el ascenso de los

neoconservadores. Dada la naturaleza de esta presentación voy a valerme en

defensa de la afirmación anterior, de argumentos bien conocidos en el

cuestionamiento de la obra de Strauss por quien probablemente es su mayor

crítico, la profesora canadiense Shadia Drury.19 Y de entre toda la obra de ésta

hay un texto demoledor por su concisión y la analogía establecida entre el

profesor de Chicago y el personaje del Gran Inquisidor de la obra de

Dostoievski, Los Hermanos Karamazov.

Conocida es la posición del profesor alemán con respecto a la religión, a la

que ve como una herramienta política hecha expresamente para las masas y no

para las minorías superiores; es el opio necesario para el pueblo, al que cabe

inventarle las nobles mentiras desde el poder para mantenerle inerme; sin importar

que se aliente una elite de embusteros y estafadores que se autoexcluyen de las

normas que aplican al resto de la sociedad. Si la religión es un piadoso fraude y la

sociedad es gobernada por una piadosa minoría es porque para el ser humano es

mejor ser víctima de la noble desilusión que conocer la sórdida verdad que le

rodea. Tal escenario es recreado sarcásticamente por Shadia Drury al presentar a

la “ elite gobernante como dioses paganos plenamente risueños. En lugar de estar sombríos y

tristes como el Gran Inquisidor, están intoxicados, erotizados y joviales. Y no están,

ciertamente, demasiados comprometidos con la felicidad de los simples mortales. Tienen poca

19

El grado que alcanza la crítica de S. Drury sobre la obra de Leo Strauss queda muy clara al decir que “estoy inclinada a dar a estos estudiantes – se refiere a Shulsky, William Kristol y Wolfowitz, discípulos directos de Strauss - el beneficio de la duda, asumiendo que no tenían ni idea de la siniestra profundidad a la que el pensamiento político de Strauss ha descendido. Y creo que al revelar aspectos oscuros de la filosofía de Strauss, puedo disuadir a algunos de ellos de seguir ciegamente a Strauss al abismo”. Este texto corresponde al ensayo citado en la nota a pié de página nº 20.

13

piedad o compasión por ellos. Al contrario, el dolor, el sufrimiento y la tragedia de los mortales

les proporciona entretenimiento” .20

Una de las vertientes del pensamiento de Strauss menos reveladas es el

rabioso nacionalismo y la admiración que le inspiraba una sociedad militarizada

como la antigua Esparta. Pensaba que era la mejor esperanza y modelo para que

una nación esté segura frente a sus enemigos, “así como para hacer frente a la amenaza

de la decadencia, la pereza y el placer. Una política de guerra perpetua contra un enemigo

amenazante es la mejor forma de protegerse de la decadencia política. Y si el enemigo no puede

ser encontrado, entonces debe ser inventado”. El corolario añadido de la autora

canadiense no necesita comentarios: “con los neoconservadores y la Derecha Cristiana

en el poder, los americanos pueden olvidar la prosecución de la felicidad y esperar anhelante la

guerra perpetua, la muerte y las catástrofes. Y en medio de toda masacre y calamidad humana

que tales políticas traerán con toda seguridad, la olímpica sonrisa de los dioses straussianos será

oída por aquellos que tengan oídos para oírla. En pocas palabras, la elite straussiana hace la

mirada del Gran Inquisidor en comparación, clemente y humana”.

La Nación Cristiana: el salto ideológico

La Derecha Cristiana, la Nueva Derecha Cristiana, la Derecha Religiosa, o

simplemente los fundamentalistas cristianos, es el movimiento ideológico más

específico, coherente y mejor organizado de la política americana en el día de

hoy. Se inició de una manera inconexa, tratando de aglutinar nombres de

personalidades y organizaciones que despuntaban en las áreas del cristianismo

evangélico en los 70 para articularse políticamente como un proyecto

conservador a finales de la década. Las raíces remotas se extienden al siglo XIX,

en las confrontaciones con el deísmo, los compromisos contradictorios con la

esclavitud, la enemistad hacia el liberalismo y la modernidad, etc. etc., pero en el

presente ensayo, excepto las referencias que podamos hacer a los orígenes del

fundamentalismo cristiano por ineludibles, situaremos la exposición a partir de

los años 70, cuando aún el movimiento conservador, todo el espectro ideológico

20

Shadia B. Drury, Leo Strauss and the Grand Inquisitor, Free Inquire, vol. 24, June-July 2004.

14

conservador, no tenía una profunda influencia en la vida americana, aunque, no

obstante, muchas propuestas que en los años 50 eran tenidas como grotescas,

eran ya plenamente aceptadas. Como señalan los estudiosos del pensamiento

conservador, lo más alarmante de la cosmovisión conservadora en general, era la

penuria intelectual de la que hacían gala, sin que desmerezca la pléyade de

pensadores de orientación conservadora que aisladamente estaban apareciendo.

Howard Phillips, analista político conservador, señaló en 1972 la urgente

necesidad de dar un cambio radical de orientación a la perspectiva desde la que se

enfocaban los asuntos importantes, pues si bien la derecha llevaba ganando las

elecciones del 68, 70 y 72, la impresión de la falta de un profundo calado

ideológico en la sociedad era perceptible, y si el objetivo no era otro que

irrumpir en la misma y consolidar las expectativas, la derecha debía de reconocer

“ que el centro de la ganancia ideológica no es adherir al conservadurismo clásico sino más bien

hostilizar a la élite liberal de activistas amorales y mercaderes del cambio social…”. 21 La

consigna se multiplicó de forma directa y concreta, aparecieron centros de

estudio y divulgación en el entorno del pensamiento conservador y la

movilización de un nuevo discurso ideológico comenzó a tomar forma. Así

nacería el movimiento de la Nueva Derecha, consistente en un primer momento

en una red de activistas, de organizaciones dispersas y de un electorado potencial

a la espera de consignas actualizadas, pero ya baqueteado por entonces frente a la

Enmienda por la Igualdad de Derechos, frente a los programas de acción

afirmativa, los programas sociales federales, la crítica feroz al liberalismo y al

humanismo secular, y a favor de las políticas de protección familiar, del rezo en

las escuelas públicas y de la enseñanza de “creacionismo científico”.

Jerome L Himmelstein,22 establece tres niveles en el análisis que hace

sobre la Nueva Derecha a la altura de 1982, destacando un primer nivel en el

coro de activistas y sus respectivas organizaciones, como Richard Viguerie,

vinculado al senador Jesse Helmes y al Cogressional Club; Paul Weirych, al

Committee for the Survival of a Free Congress; Howard Phillips al frente de The

21

Cita tomada de George H. Nash: La rebelión conservadora en los Estados Unidos. Grupo Editor Latinoamericano, 1987, pág. 436. El libro de Nash termina su investigación exactamente a finales del 72. 22

The New Christian Right: Mobilization and Legitimation, Editado por Robert C. Liebman and Robert Wuthnow, Aldini Publishing, 1983. Las referencias a Himmelstein corresponden a su colaboración en el capítulo “The New Right”.

15

Conservative Caucus, y John T. Dolan y el National Conservative Political

Action Committee. Eran la base, pero no faltaban el antifeminista Phyllis Schlafly

y el líder de la Moral Majority, Jerry Falwell .

En un segundo nivel aparecen grupos con un perfil mas identificable, sea

por su lucha en los temas de aborto o en las cuestiones vinculadas a las

organizaciones eclesiásticas, entre las cuales destacaban los grupos religiosos

como Moral Majority, The Christian Voice y Religious Roundtable23. Los temas

de preocupación no son otros que la ruptura y decadencia moral de la sociedad.

Este coro de activistas trató de relacionarse y de aglutinar a un montón de

grupos, nutridos especialmente por cristianos evangélicos, y que suponen el

tercer nivel que señala Himmelstein 24.

23

Muy brevemente: Moral Majority fue creada como una organización política conservadora por Jerry Falwell en 1979, después de una década como televangelista y tras haber fundado el Liberty Baptist College , hoy Liberty University. Su frase “espero vivir para ver el dia en que , como en los primeros de nuestra país, no tengamos ninguna escuela pública”, ha definido el núcleo duro de su pensamiento desde entonces. Fallwell disolvería la organización en 1989. Religious Roundtable fue organizada por Ed Mcateer, uno de los arquitectos de la derecha Religiosa, en 1979 como un comité de conservadores evangélicos en lucha contra el aborto, la pornografía y la homosexualidad, y a los cuales, en multitudinaria asamblea en Dallas, se dirigió Ronald Reagan diciéndoles que sabía que aquello no era una reunión política “ y por tanto, no podéis ayudarme, pero… quiero haceros saber que yo os apoyo en lo que estáis haciendo”. Dicen las crónicas que la multitud entusiasmada gritó ¡Amén! Y desde ese momento, el apoyo que un evangélico renacido como Jimmy Carter recibía, pasó a R. Reagan. Christian Voice, fundada en 1978 por Robert Grant, fue el primero de los grupos que mas tarde formarían la Derecha Cristiana, y está íntimamente vinculada con Heritage Foundation, una organización extremadamente conservadora. Como organización dependió fuertemente de los televangelistas, especialmente de Pat Robertson, quien acogió a Christian Voice en el “700 Club” y le proporcionó el acceso a las mas de 700 estaciones directamente vinculadas a su red. Para una información exhaustiva, entre otros, Edwin S. Gaustad and Mark A. Noll editors: A Documentary History of Religion in America, Wm. B. Eermands Publishing Co., 2003, Cambridge, U K. 24

Sin ánimo de abrumar, pero como dice Himmelnstein en nota nº1 a pie de página 14, la lista de grupos que pertenecen a la New Right, era interminable, como puede comprobarse con la transcripción que sigue: Accuracy in Media, Allied Educational Foundation, American Association of Christian Schools, American Legislative Exchange Council, American Christian Cause, American Security Council, Americans for Life, Americans United for Life, American Conservative Union, Black Silent Majority, Concerned Women for America, Council for a Competitive Economy, Christian Women's National Concerns, Council for National Policy, Christian Family Renewal, Conservatives Against Liberal Legislation, Christian Coalition for Legislative Action, Citizens for Constructive Education, Committee for Responsible Youth Politics, Coalitions for

16

La ideología remota en los primeros pasos de la Derecha Cristiana no

constituye un cuerpo de principios y de conceptos suceptibles de aplicar con

absoluta claridad. Algunos estudiosos han preferido obviar los recovecos de una

realidad bastante compleja y aglutinan el discurso ideológico bajo la rúbrica única

del nacionalismo cristiano25, mucho de cuyo original contenido radical tenía sus

raíces en la John Birch Society. 26 Indistintamente aludiremos a ambas formas

explicativas, nacionalismo cristiano o derecha cristiana, que lejos de llevar a la

confusión logran complementarse.

La Derecha Cristiana emerge a la vida política como heredera de los

dispersos focos conservadores de posguerra, cuyo núcleo ideológico se centraba

en la convicción de que los EE UU y Occidente estaban amenazados por

enemigos identificados, tales como el estatismo derivado del New Deal, el

colectivismo y el racionalismo, etc. y sobre cuyos temores se desarrolló un

discurso de creencias libertarias, tradicionales y anticomunistas. Las creencias

libertarias o, mejor dicho, libertarianas por no contaminar la expresión propia

del anarquismo, se acomodaron en el espacio económico desde una defensa

radical de la libertad económica y del radicalismo individualista, libre de

interferencias de cualquier tipo. En cuanto al tradicionalismo social, el enemigo

estaba localizado: son los liberales y el gobierno federal, que con sus políticas

America, Center on National Labor Policy, Citizens for Educational Freedom, Citizens for the Republic, Coalition for Freedom, Coalition for Peace Through Strength, Council on Inter-American Security, Conservative Victory Foundation, Consumer Alert Foundation, Education Research Institute, Family, Life, America Under God, Family Life Seminars, Family Protection Lobby, Family America, Heritage Foundation, Intercollegiate Studies Institute, Intercessors for America, Leadership Action, Life Advocates, Leadership Institute, March for Life, National Association of Pro-America, National Christian Action Coalition, National Defeat Legal Services Committee, National Journalism Center, National Pro-family Coalition, National Rifle Association, National Tax Limitation Committee, National Taxpayers Union, Pacific Legal Foundation, Project Prayer, Public Service Research Council, Pro-family Forum, Pro-family United, Second Amendment Foundation, U.S. Coalition for Life, United Council on Welfare Fraud, United Families of America, Washington Legal Foundation, Young Americans for Freedom. 25

Entre los autores que centran su trabajo en el nacionalismo americano como expresión ideológica del movimiento de la Nueva Derecha o Nueva Derecha Cristiana, están: Michelle Golberg: Kingdom Coming. The Rise of Christian Nationalism, 2006, W. W. Norton & Company, N Y, Sara Diamond: Roads to Dominion: Right- Wing Movements and Political Power in the United States. New York: Guilford Press, 1995. Garry Wills: Under God: Religion and American Politics, New York: Simon and Schuster, 1990. 26

La John Birch Society es una organización ultraconservadora y anticomunista de los USA, fundada en 1958 por Robert Welch, y pasó por ser el grupo mas activo de la extrema derecha.

17

públicas liberales han socavado a la familia, la religión y la moralidad. La

descomposición de la familia, de la comunidad, de la religión y de la moralidad

tradicional, el aborto, la igualdad de derechos, la permisividad sexual, las drogas,

la prohibición de las plegarias en las escuelas, la propagación de los valores laicos,

materialista y humanistas que niegan la existencia de Dios, etc. contribuyen a la

ruptura y decadencia moral y precipitan a la sociedad americana sobre el abismo.

La militancia anticomunista redondea el cuadro ideológico de los primeros años

de la Derecha Cristiana sobre proposiciones exclusivamente macartianas,

cifradas en la identificación maniquea del comunismo como el mal absoluto, al

que sólo puede frenarse por las armas si al frente de las decisiones no están los

liberales, cuya carencia de voluntad de victoria es abiertamente pregonada desde

los púlpitos conservadores.

Lo que destaca Himmelstein es la paradoja que se produce en el

conservadurismo americano, que siendo el libertarianismo puro y el

tradicionalismo puro ideologías con muy poco peso en la cultura americana, sin

embargo, combinadas le hayan proporcionado ese atractivo ideológico del que

aún goza. Es lo que hacia los 70, Frank Meyer definió como “fusionismo”. La

continuidad entre la Derecha Cristiana o Nueva Derecha de los primeros años de

la década de los 80 y el conservadurismo americano de los 50 y 60, pone en duda

la pretensión de ciertos autores de que la Nueva Derecha representa una

prolongada fractura con la vieja derecha, o que el conservadurismo americano

experimentó una profunda transformación en los años previos a la presidencia de

Reagan. Para el profesor americano “ el punto de vista del conservadurismo americano

tal y como está representado por la Nueva Derecha hoy -- se refiere a principios de los 80

– no ha cambiado en tres décadas y los conflictos organizacionales de otro tiempo entre la Nueva

Derecha y los viejos grupos conservadores fueron en gran parte sobre asuntos tácticos y limitación

del espacio, no de ideología ni de objetivos”27 .

La presencia activa en la arena política de los evangélicos comienza con

Carter, pero es con R. Reagan, en los 80, cuando la Nueva Derecha se despliega

políticamente en apoyo del Partido Republicano, que le corresponde

abandonando su apoyo inicial a la Enmienda sobre la Igualdad de Derechos, y

pronunciándose a favor de la declaración ilegal del aborto, así como la

27

Op. Cit., pág. 21

18

recomendación de Reagan al Congreso en 1982, de introducir en la Primera

Enmienda las cláusulas “nada en esta Constitución será interpretado como prohibición de la

plegaria individual o de grupo, en la escuela pública”, junto a ésta otra de “a ninguna

persona le será exigido por los Estados Unidos rezar”. Como es conocido, el Senado

rechazó la incorporación de tales cláusulas. Después de algunos desencuentros

- legislación protectora ante el sida, la promoción de Sandra Day O´Connor al

Tribunal Supremo - los fundamentalistas se inclinaron por apoyar a los

senadores ultraconservadores Jesse Helms y Orion Hatch para la defensa de los

intereses de la Nueva Derecha. Sin embargo, los escándalos que aparecieron en

el seno de la Mayoría Moral, se tradujeron en el descenso electoral y falta de

apoyo por parte de la opinión pública a finales de los 80, cuestión que aprovechó

Pat Robertson para disputar la nominación por el Partido Republicano a la

Presidencia en 1988. Para tal fin fue creada la Coalición Cristiana de América, con

Ralph Reed al frente, igualmente sin gran éxito electoral. Cuando la Derecha

Cristiana empieza a declinar a finales de los 90, otras organizaciones en el seno

del movimiento nacionalista se expandían, como Focus on the Family, dirigida

por James Dobson.

Quizá lo más característico en esos años es la nueva dinámica

organizacional que se imprime a la Derecha Cristiana: antes de concentrar sus

energías en un solo grupo, el movimiento nacionalista cristiano ha desarrollado

múltiples centros de poder, cambiando constantemente su centro de gravedad

mientras las coaliciones están permanentemente formándose y disolviéndose, sin

que los liderazgos aparezcan como indispensables. Y la visión que para entonces

se trasmite en algunos medios sobre el crecimiento de este movimiento es

alarmante. Frederick Clarkson señala como una de sus principales características

el acento del nacionalismo que emerge en las filas de la Derecha Cristiana:

“aunque afirma defender la libertad religiosa, de hecho, el fanatismo religioso en la forma de

nacionalismo cristiano, es una de sus principales características. Elementos importantes de la

Derecha Cristiana defienden la teocracia que negaría iguales derechos a todos aquellos que

fueran estimados bíblicamente incorrectos. El nacionalismo cristiano proviene de una

combinación virulenta de conservadurismo, de la mayor parte del Cristianismo protestante y

19

del ala derecha del nacionalismo, que dan como resultado ideas sobre el destino nacional y

religioso de la que fue y será en el futuro la Nación Cristiana”28.

Las consideraciones sobre el pluralismo democrático en el seno de este

movimiento se reflejan en las ideas de unos de sus más prominentes líderes, Gary

North - suegro del fundador espiritual y material del sector mas radicalizado de

la Derecha Cristiana, Rousas John Rushdoony - para quien una vez alcanzado

el poder, la primera medida sería enmendar la Constitución para negar el

derecho de voto a todo aquel con un punto de vista diferente, pues “aquellos que

se aferran a puntos de vista ideológicos o religiosos que amenazaran los propios cimientos de la

civilización cristiana” han de ser igualados con los infractores convictos29.

Desde principios de los 60 comenzó a tomar forma un movimiento de

ideología teonómica, el Reconstruccionismo Cristiano . Tiene su origen en el

Westminster Seminary del Profesor Cornelius Van Til, quien sistemáticamente

puso en cuestión todos los fundamentos intelectuales de la moderna sociedad

laica. Mas tarde, Rousas John Rushdoony, el padre del movimiento, creyó que la

Cristiandad tendría que hacer algo mas que desmantelar el secularismo, como

por ejemplo, estructurarla de acuerdo a la ley mosaica. Es con esta intención

con la que da comienzo, en 1965, la Chalcedon Foundation in Southern

California - el auténtico “think tank” de la Derecha religiosa - que en 1973, al

incorporar a Greg Bahnsen y Gary North a la dirección, formarán junto con

Rushdoony, el triunvirato original de Reconstruccionistas. Los tres comparten el

mismo trasfondo calvinista, y alcanzan su cénit a lo largo de los 80.

Someramente, el Reconstruccionismo , en palabras de Michael Gabert “es

un movimiento complejo de intelectuales y teólogos calvinistas evangélicos. Derivando juntamente

la Historia y las Escrituras, los reconstruccionistas intentan combinar un dominio orientado,

receptivo a la teonomía posmilennialista, con varios ejemplos históricos de estructuras iglesia-

estado antierastianas. El objetivo del movimiento es integrar cada aspecto de la vida americana

en una consistente visión del mundo basada sobre la permanente validez de la Ley Mosaica en

todos sus exhaustivos detalles” . Es una definición algo farragosa, de ahí que Derek

28

Frederick Clarkson: “The Rise of Christian Nationalism in the U S: What Do We Do Now?”, Free Inquiry, vol. 16, Fall 1996, pág. 32. 29

El libro donde North despliega todo su pensamiento intolerante es Political Polytheism : The Myth of Pluralism; Institute for Christian Economics, 1989.

20

H. Davis, combinando a su vez las aportaciones de DeMar y Sandlin, proponga

cinco claves para entender para entender las bases ideológicas de la Derecha

Cristiana y que pasamos a resumir con brevedad:

a) Calvinismo: es el fundamento de base, puesto que la regeneración que se

persigue está siempre referida a cómo entiende tal evento el calvinismo. La

teología calvinista no es un elemento negociable del regeneracionismo.

b) La Ley Mosaica: es la que debe regir las conductas individuales, familiares,

eclesiástica, económica y gubernamental. Se conoce como teonomía, es el

gobierno de Dios directa y personalmente sobre la sociedad.

c) Suposiciones apologéticas previas : el presuposicionismo es una idea que viene

directamente de Van Til, quien argumentó que la fe religiosa no debería ser

establecida o ridiculizada sobre la base de la investigación científica o

histórica, ya que la misma presupone ciertas realidades que no necesitan

pruebas. Así, la existencia de Dios, la verdad de la Biblia, etc. son

incontestables, están cargadas de presuposiciones que vienen directamente de

la fe en Cristo. La confianza en la imparcialidad y la neutralidad son un mito.

Como dijo North, “la batalla del pensamiento es entre el movimiento reconstruccionista,

el cual solo entre los grupos protestantes se toma en serio la ley de Dios, y todos los demás”.

Bajo estas condiciones, las pretensiones de tolerancia o debate ideológico no

tienen sentido.

d) Orden social descentralizado: es un principio pragmático de la Derecha Cristiana,

acorde con sus ideas de minimizar el Estado y dar el poder al individuo, a la

familia, a la iglesia y a las estructuras locales. Ven la democracia como un

engaño, algo irrealizable: una herejía, en palabras de North; no está

legitimada en la Biblia. La solución pasa por el autogobierno bajo la ley

bíblica.

e) Posmilennialismo: es la creencia de que Cristo retornará después de un periodo

de paz de mil años, como se describe en el libro de la Revelación, en el cual

se establecerá el gobierno teonómico y el hombre será regenerado y tomará

dominio sobre todas las cosas de la tierra. Son estas bondades venideras, sin

duda, lo que provoca la motivación para la esperanza reconstruccionista.30

30

Derek H. Davis, Barry Hankins: New Religious Movements and religious Liberty in America. Baylor University Press, 2003; pág. 116.

21

Del Reconstruccionismo emerge, como un movimiento ideológico mas

depurado y sutil el Dominionismo31, que hoy cuenta con seis cadenas nacionales

de televisión, cada una con un alcance de diez millones de hogares, así como con

más de dos mil estaciones de radio, con las que busca “redefinir conceptos y términos

tradicionales democráticos y cristianos para adecuar una ideología que llame a la iglesia radical

a tomar el poder político”32 . Identificado por Chris Hedges con los movimientos

fascistas por la politización de la fe, por su creencia en la magia, la adoración por

el liderazgo, y la estridente llamada por la supremacía física y moral de la raza

de los cristianos americanos, este movimiento, como todo movimiento

totalitario, “busca apropiarse no solamente de nuestro lenguaje religioso y patriótico, también

de nuestra historia, (… ), llegar a ser, en su propia retórica, una sola manera de ser cristiano y

solamente una forma de ser americano”33 . El Dominionismo propugna construir el

reino de Dios aquí y ahora por la llamada de Cristo a los Cristianos de los

Estados Unidos, los cuales devienen en agentes de la divinidad de la misma

manera que sus enemigos son agentes de Satán. Bajo el dominio cristiano,

América dejará de ser un país pecaminoso y los diez mandamientos formarán la

base del sistema legal, así como el creacionismo y los valores cristianos darán

auténtico sentido al sistema educativo.

En orden a la consecución de tales fantasías totalitarias hay ciertas

estructuras sociales que no permanecen inmóviles. Y la percepción de estar

gestándose un profundo movimiento, no solamente en los aspectos ideológicos

sino logísticos y organizacionales, aparece cuando se observa el tratamiento que

en el seno del nacionalismo cristiano se da a sectores tan estratégicos como la

formación educativa en las primeras edades y en la adolescencia, así como en la

prolongación universitaria posterior. Nos estamos refiriendo al sistema

educativo conocido como homeschooling.

Este movimiento educativo fue uno de los grandes eventos de los años

90, aunque tiene su origen a mitad del siglo XX como un movimiento liberal cuya

31

El Dominionism toma su nombre del Génesis, 1:26-31, en el cual Dios da dominio al hombre sobre toda la creación. 32

Chris Hedges: American Fascists. The Christian Right and the War on America, Free Press, 2006, pág. 10. 33

Ibid. Pág. 11.

22

filosofía educativa sostiene que la mejor enseñanza es la que no tiene agenda

curricular y en la que el estudiante persigue sus propios intereses con el apoyo de

sus padres y otros adultos. Cuando en los 60 y 70 la escuela pública se impregnó

del ambiente contracultural que reinaba se produjo una reacción en términos

conservadores . En 1983 se fundó por Michael Farrys, The Home School Legal

Defense Association y la práctica de homeschooling es legal desde entonces en

todos los estados, en los que, gradualmente, sus legislaturas han ido

acomodando sus normas al cambio que se ha ido produciendo. Hoy todos los

estados de la Unión tienen regulada esta modalidad educativa, con amplias

variaciones de un estado a otro. Los estudios de opinión proporcionan un perfil

de las familias acogidas al homeschooling que pasa por ser altamente religiosa,

conservadora, blanca, de clase media y con educación por encima de la media de

la población, siendo la madre quien mayoritariamente carga con las

responsabilidades educativas.

En la actualidad, este movimiento de homeschooling representa la

vanguardia del nacionalismo cristiano34. Recurriendo a las metáforas bíblicas a

las que son tan dados en ciertos ámbitos religiosos, los propios dirigentes han

bautizado como Generación Moisés a aquella generación constituida por los padres

que sacaron a sus hijos de la escuela pública para convertirlos en homeschooled, y

como Generación Josué, la generación de homeschooler que debe reconquistar

América de las manos de su enemigo, que no es otro que la propia América de

hoy, la América del presente. Michael Farrys, ideólogo del movimiento, cuyo

buque insignia, el Patrick Henry College, desarrolla un ideario radicalmente

conservador en la estela del Partido Republicano y con fuertes conexiones con

la administración Bush, ha definido con precisión al enemigo: “La amenaza sobre

América son gigantes que viven en el terreno de la ley, del gobierno, del periodismo y de la

historia. Y vamos a mirar en profundidad en las elites de los colleges y universidades de nuestra

nación. Los enemigos de la libertad y la verdad, dominan estas instituciones y por consiguiente

dominan nuestra nación.” 35

34

Michelle Goldberg, op. cit., pág. 6. 35

Kevin Phillips, American Theocracy, Viking, 2006, pág, 243

23

El papel de la Generación Josué es doble; por una parte, proporciona a

los jóvenes de 11 a 19 años formación cívica en el marco de la doctrina

conservadora cristiana, explorando la sociedad civil desde perspectivas de los

Padres Fundadores, a la vez que, por otra parte, se integran activamente en el

seno de sus comunidades. La arena donde se curten estos cachorros no es otra

que los campamentos y centros de orientación ideológica dispersados por todo el

territorio nacional. No pueden sonar a extraño, por tanto, las ínfulas del director

de la Generación Josué, Ned Ryun, cuando afirma que “los homeschoolers serán

desproporcionadamente representados en el más alto nivel del liderazgo y del poder en la

próxima generación” 36. La plataforma ideológica para alcanzar tal fin es la del

creacionismo, es decir, la visión de un dios creador, de un dios involucrado

constantemente sobre lo creado por su libre voluntad y enemiga de toda teoría

evolucionista. Es, pues, puro teísmo.

En la cosmovisión cristiana, y en la tradición de S. Agustin y de Orígenes

hasta la Reforma Protestante, la Biblia tenía una interpretación alegórica y

metafórica, pero con los reformadores y algunas de sus enseñanzas, la

interpretación literal y acrítica entró en escena. Esta literalidad bíblica se

extrema en los Estados Unidos después de la Guerra Civil, especialmente entre

las sectas evangélicas del sur, conformando en este sentido sus propias

concepciones culturales, muy diferenciadas de las del norte. Las ideas

darwinianas y la alta crítica alemana sobre los aspectos históricos y geológicos

relatados en la Biblia, no sólo pusieron en evidencia las supuestas verdades

bíblicas y erosionaron profundamente la fe en la palabra de Dios, sino que

provocaron una profunda división en el seno del protestantismo entre teólogos

liberales, que se adaptaron a la modernidad intelectual, y los teólogos

conservadores, que aferrados al dogma bíblicamente literal, incluso

desarrollarían toda la fantástica interpretación milenarista de la Historia,

dividiéndola en eras en las cuales la humanidad hizo y rompió sucesivamente

pactos con Dios. Hasta estos momentos de hoy, penúltima etapa marcada por

otra ruptura que presencia el ascenso y protagonismo de los ayudantes de Satán,

entre ellos toda una espectacular gama de Anticristos dispuestos a que se

36

Michelle Golberg, op. Cit., pág. 4.

24

cumplan los designios bíblicos, como la Segunda Venida de Cristo, el

dispensacionalismo a millones de americanos o el Gran Arrebato. 37

Consecuencia directa de la confrontación entre el dogmatismo teológico y

los avances científicos apareció en escena la denominación del Fundamentalismo

Cristiano, asociado directamente con la ideología creacionista desarrollada por los

prebisterianos de Princeton tras formular la doctrina de la infalibilidad de la

Biblia. Como señala Karen Armstrong38 , entre 1910 y 1915, los magnates del

petróleo, Liman y Milton Stewart, fundadores del Instituto Bíblico de Los Ángeles,

financiaron un proyecto destinado a educar a los creyentes sobre los dogmas

establecidos y para lo cual publicaron una colección de doce libros titulada The

Fundamentals, que se enviaron gratuitamente a todos los pastores, profesores y

estudiantes de teología de los Estados Unidos.

Después del “Scopes Monkey Trial” 39, el movimiento creacionista declinó

rápidamente, aunque en la escuelas y en los textos escolares las teorías

darwinistas, y en general las teorías científicas, apenas tuvieran la mínima

resonancia. Hacia la mitad de los 50, cuando la evidencia de la superioridad

cientíco-tecnológica de los soviéticos se hace presente, se produce un giro

espectacular en la provisión de fondos para la investigación científica en los

Estados Unidos, incluida la investigación biológica. Y como reacción, John C.

Whitcomb, especialista en los textos bíblicos, y el ingeniero hidráulico Henry M.

Morris, al alimón, desarrollarían lo que fue tomado como la nueva biblia de los

creacionistas: Genesis Flood: The Biblical Record and its Scientific Implications (1961),

en la cual se argumentaba que todos los pasos en la historia de la creación

desarrollados en el Génesis, estaban avalados por los nuevos conocimientos

científicos, originándose a consecuencia de ello una fuerte polémica sobre el

37

Una obra interesante para el seguimiento de estas cuestiones es la editada por Lawrence Kaplan, Fundamentalism in Comparative Perspective, University of Massachusetts, 1992. Especialmente el capítulo de Martin E. Marty: Fundamentals of Fundamentalism. 38

Karen Armstrong: Los orígenes del fundamentalismo en el judaísmo, el cristianismo y el Islam, Tusquets editores, Barcelona, 2004. Pág. 225. 39

La inmediata consecuencia del clima generado en la lucha entre evolucionistas y fundamentalistas fue el caso “Scopes Monkey Trial”. John Thomas Scopes fue perseguido y condenado por enseñar las teorías de la evolución en clase, desafiando las leyes del estado de Tenneessee que lo prohibían.

25

propio concepto de ciencia. A la vez, aparecía un floreciente Movimiento Científico

de la Creación desafiando las tesis evolucionistas con trucos retóricos que

encolerizaban a los adversarios mas comedidos , y como suele ser bastante

corriente, las disputas intelectuales que rozan la libertad o la propiedad,

terminan en los tribunales.

Hacia finales de 1970, los creacionistas hicieron circular un anteproyecto

de ley dirigido a las legislaturas del estado que permitiría la enseñanza del

creacionismo en las escuelas públicas, admitiendo que de acuerdo con la Primera

Enmienda constitucional – que impide una religión oficial del Estado - no era

posible excluir la enseñanza del evolucionismo, con lo que la existencia de dos

ciencias paralelas para explicar los mismos hechos parecía un tratamiento

equilibrado. En 1971, este anteproyecto, finalmente, se había convertido en ley.

De inmediato, la American Civil Liberties Union reaccionó con una acción judicial

sobre la base de la inconstitucionalidad de la ley. Una serie de expertos, desde

filósofos a genetistas, informaron que el creacionismo no tenía sentido en las

clases de biología y los jueces sentenciaron que la creación no tiene carácter

científico, que es materia religiosa y, por tanto no tiene lugar en las escuelas

públicas. Uno de los temas del juicio fue menos teológico o científico que

filosófico, al aparecer en escena el principio poperiano de falsabilidad, la

exigencia de que algo es científico cuando admite su falsación, cuando pone en

revisión la explicación sobre el mundo real. Hasta el mismo Popper expresó

hacia 1974 sus dudas de si la teoría de la evolución era una teoría genuinamente

falsable, inclinándose a pensar que no era tanto una descripción de la realidad

como un conjunto de proposiciones heurísticas para fomentar la investigación y

el estudio, a lo que llamó “programa de investigación metafísica”. Obviamente, los

creacionistas hicieron suyos tales juicios y equipararon lo que para ellos eran dos

ciencias en plano de igualdad. Sin embargo, el juez admitió al evolucionismo

como falsable y sentenció que la llamada Ciencia de la Creación, al no admitir su

falsabilidad , no era posible entenderla como una ciencia.

La sentencia y sus argumentos movieron a un número amplio de filósofos

prominentes, como el filósofo de la ciencia, Larry Laudan , a objetar la

falsación como criterio de demarcación entre lo que es o no es ciencia, sin que

esto suponga que Laudan sea creacionista. Pero estas posiciones inspiraron

26

nuevos esfuerzos por parte de los creacionistas, y la dimensión de la controversia

ha ido creciendo, singularmente en la aportación de los argumentos filosóficos

del profesor de Berkeley, Phillip Johnson, al introducir en el debate

creación/evolución , la idea de que no se trata de un enfrentamiento entre ciencia

y religión o buena y mala ciencia, sino mas bien un conflicto de posiciones filosóficas, en

el sentido rudimentario de que una filosofía personal no deja de ser,

metafóricamente, un veneno para otras personas, y que, por lo mismo, todo se

reduce a cuestiones opinables. Y si todo es cuestión de filosofías nada hay en la

Constitución de los Estados Unidos que impida la enseñanza del creacionismo en

las escuelas.40

Phillip Johnson es el padre intelectual de lo que se tiene por hoy como

heredero del creacionismo, el llamado diseño inteligente, que tiene en el Center for

Science and Culture de Seattle, su cuartel general. Sobre la idea de bioquímicos y

matemáticos que, supuestamente, han demostrado que las estructuras de las

proteínas y de los aminoácidos de las células son demasiado complejas para

haberse logrado por algo que no fuera una fuerza supernatural, se ha desatado

un ataque pretendidamente académico cuyo foco no está ya en la aberración

religiosa que pudiera representar la teoría de la evolución; simplemente la

evolución es científicamente insostenible. El centro anteriormente citado de

Seattle, lanzó en 1999 como propuesta el estudio titulado La Estrategia de la

Cuña (The Wedge Strategy), en el cual, la literalidad del contenido sobre la

creación descrita en la Biblia, señala su punto de partida para argumentar el

declarado propósito de “desenmascarar la concepción tradicional de Dios y del hombre

que pensadores tales como Charles Darwin, Karl Marx y Sigmund Freud representaron no

como seres humanos morales y espirituales, sino como animales o máquinas que habitan un

universo gobernado por fuerzas puramente impersonales cuya conducta y pensamientos fueron

dictados por las inexorables fuerzas de la biología, la química y las condiciones

medioambientales. Estas concepciones materialistas de la realidad infectó virtualmente todas las

áreas de nuestra cultura, desde la política y la economía a la literatura y el arte”41. Las

propuestas finales de esta estrategia pasan por la incorporación en los currículas

del diseño inteligente, así como proyectar internacionalmente el movimiento con

40

Uno de los expertos que informó ante el tribunal fue el filósofo Michael Ruse, que expone su punto de vista bajo el concepto Creationism en la Stanford Encyclopedia of Philosophy , 2003. 41

Citado en Michelle Goldberg : Kingdom Coming, pág. 84.

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las mismas proposiciones ideológicas. Como escribe M. Goldberg , “el plan,

entonces, es minar la concepción ilustrada del mundo físico como preludio para minar el legado

social de la Ilustración. Lo que los autores de tal estrategia quieren no es el descrédito de

Darwin, sino que la idea de la verdad no pueda ser determinada sin referencias a la

divinidad”42 .

Ante semejante panorama, algunos pensadores - Noam Chomsky , Gore

Vidal, Kevin Phillips, entre otros - se pronuncian claramente sobre la amenaza

que supone el surgimiento de algo tan parecido al fascismo y que guarda

estrechas analogías con otras formas similares del pasado, aunque aquí, sin

embargo, se presenta con características originales. No es el momento de

desarrollar aquí esta cuestión, pero sí la de señalar muy brevemente que ciertas

aspectos, como la fragmentación moral aterradora de la que habla Chris Hedge43, la

estructura organizativa que la Derecha Cristiana está llevando a cabo entre sus

instituciones, la educación en la intolerancia que practican instituciones como la

Acelerated Christian Education Curriculum, una de las tres mayores editoras de textos

escolares; o la Conservative Christian Schools, así como el turbador programa de

requerimientos para desarrollar en la gente un gran carácter ideado por John

Kenneth Blackwell, candidato a gobernador; las muestras de irracionalidad que

se desprenden de los argumentos sobre el diseño inteligente y el acoso al legado de la

Ilustración, etc., etc,. pueden terminar dando la razón al profesor de Yale, James

Luther Adams cuando advirtió a sus estudiantes, ante la estupefacción de estos,

que llegado el momento en que alcanzaran su edad, 80 años, estarían luchando

contra los fascistas cristianos. Para que se cumpla tal advertencia aún faltan

bastantes años, pero algunos ensayistas están seguros de que no ha de esperarse

tanto tiempo.

42

Ibid. Pág. 86 43

American Fascist. The Christian Right and the War on America, Free Press, 2006, pag. 151.

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