Ponencia Dr. Luis Felipe Saénz Juárez

23
1 INSTITUTO DE JUSTICIA CONSTITUCIONAL. XIV JORNADAS DE DERECHO CONSTITUCIONAL Procedimientos para llevar a cabo la reforma constitucional y problemas que plantean. Luis Felipe Sáenz J. CONTENIDO Presentación I. La teoría del poder constituyente en la base de las constituciones y en la de sus reformas. II. La reforma constitucional y sus límites. III. Críticas referidas a problemas que plantean los límites de reformas constitucionales. IV. Los procedimientos de reforma en la Constitución de Guatemala de 1985: 4.1 Revisión parcial por Asamblea Nacional Constituyente. 4.2 Reforma parcial por el Poder Constituido. V. La reforma constitucional y la Corte de Constitucionalidad. Conclusión

description

p

Transcript of Ponencia Dr. Luis Felipe Saénz Juárez

  • 1

    INSTITUTO DE JUSTICIA CONSTITUCIONAL.

    XIV JORNADAS DE DERECHO CONSTITUCIONAL

    Procedimientos para llevar a cabo la reforma constitucional y problemas que plantean.

    Luis Felipe Senz J.

    CONTENIDO

    Presentacin I. La teora del poder constituyente en la base de las constituciones y en la de sus

    reformas. II. La reforma constitucional y sus lmites. III. Crticas referidas a problemas que plantean los lmites de reformas

    constitucionales. IV. Los procedimientos de reforma en la Constitucin de Guatemala de 1985:

    4.1 Revisin parcial por Asamblea Nacional Constituyente. 4.2 Reforma parcial por el Poder Constituido.

    V. La reforma constitucional y la Corte de Constitucionalidad.

    Conclusin

  • 2

    PRESENTACIN Este breve trabajo responde a la invitacin que el seor Magistrado Presidente de la Corte de Constitucionalidad, Roberto Molina Barreto, ha hecho a su autor, para presentarlo con motivo de la celebracin de las XIV Jornadas de Derecho Constitucional, con ocasin de EL XXV ANIVERSARIO DE LA PROMULGACIN DE LA CONSTITUCIN POLTICA DE LA REPBLICA DE GUATEMALA COMO NORMA SUPREMA DEL ORDENAMIENTO JURDICO GUATEMALTECO. Se contrae el mismo al tema PROCEDIMIENTOS PARA LLEVAR A CABO LA REFORMA CONSTITUCIONAL Y PROBLEMAS QUE PLANTEAN. As entendido, el que ahora se presenta apunta a un tema por dems insito en la preocupacin ciudadana, dado su recurrencia expresada por diversos sectores vertida en los medios de comunicacin social, cuando no en proyectos concretos, como el que se elev en pasado reciente al Congreso de la Repblica por un apreciable nmero de ciudadanos, que aun cuando del cuerpo legislativo no obtuvo el dictamen del caso para obrar como respaldo intermedio y obligado para impulsar una reforma, produjo no slo constante debate pblico en aquellos medios sino tambin en el propio recinto del mencionado organismo, cuando llam a diversas organizaciones y sectores ciudadanos a expresar sus pareceres. Nuestra tarea es, entonces, en esa materia, la de sealar procedimientos de reforma constitucional y problemas que plantean, alumbrados por la doctrina y sealar si ella sustenta la que autoriza nuestro texto constitucional, dado que Guatemala fue ya laboratorio en dos ocasiones de su experimentacin, en las que este alto tribunal hubo de intervenir en el ejercicio de su funcin primordial: la de tutelar el orden constitucional.

  • 3

    I La teora del poder constituyente en la base de las constituciones y en la de sus reformas Autores diversos coinciden en fijar como germen de toda Constitucin la voluntad de un pueblo o soberano, cristalizado por la Revolucin Francesa (1789-1799). Uno de sus principales tericos, el abate Emmanuel-Joseph Sieys, desarroll la idea en su opsculo Qu es el Tercer Estado?, tesis a la que dio cuerpo en su proyecto de Declaracin de los derechos del ciudadano francs. En el documento con ese ttulo, que figura en los archivos parlamentarios, afirma que son los representantes de la nacin francesa, reunidos en Asamblea Nacional, quienes tienen los poderes de crear y de regenerar la Constitucin del Estado, ejercitando las funciones del poder constituyente. De lo primero porque Consideran que cualquier unin social y, por consecuencia, cualquier Constitucin poltica no puede tener por objetivo sino manifestar, ampliar y asegurar los derechos del hombre y del ciudadano, cuyo conocimiento debe preceder al plan de la Constitucin como preliminar indispensable. Formado su proyecto por treinta y siete artculos, el ltimo sostiene: El pueblo siempre tiene el derecho de revisar y de reformar su Constitucin. Tambin es menester que determine fechas fijas en las que tal revisin se celebrar, sea cual fuere la necesidad1 En esta, como otras propuestas o mociones que fueron presentadas por varios diputados al discutirse, el 11 de agosto de 1879, el Proyecto de Declaracin de los derechos del hombre y del ciudadano, figura tambin la del marqus de La Fayette, cuyo breve documento finaliza con el texto siguiente: Y como derecho de las generaciones que se suceden y la introduccin de abusos requieren la revisin de todo establecimiento humano, debe ser posible que, en ciertos casos, haya una convocacin extraordinaria de diputados, cuyo nico objeto sea examinar y corregir, si es menester, los vicios de la Constitucin.2 Aunque la Declaracin finalmente aprobada no incluy lo sugerido, en la que precede a la Constitucin de 24 de junio de 1793 s se recogi en el artculo 28, que se lee: Artculo vigsimo octavo. Un pueblo tiene siempre el derecho de revisar, reformar y cambiar su Constitucin. Una generacin no puede sujetar a sus leyes a las generaciones futuras3 1 Sieys, Emmanuel-Joseph, Declaracin de los derechos del ciudadano francs, en: Las declaraciones de los derechos del hombre de 1789, Christine Faur, traduccin de Diana Snchez y Jos Lus Nez Herrern, Comisin de Derechos Humanos, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1996, pginas 197-200. 2 Ibidem, Gilbert Motier, Marie-Joseph-Paul-Roch-Yves (marqus de La Fayette), pgina 77. 3 Sieys, Emmanuel-Joseph, Ob. Cit., pginas 377-379.

  • 4

    No obstante lo anterior, no debe dejarse de lado el hecho de que, con anterioridad, en septiembre de 1887, una convencin que reuni a representantes de las trece colonias inglesas asentadas en el norte del continente americano, emiti la Constitucin de los Estados Unidos de Amrica, con la que marc su separacin definitiva de Inglaterra. El documento estuvo precedido, de modo particular, por las cartas que al pueblo de Nueva York dirigieron tres de sus ilustres ciudadanos Alejandro Hamilton, Santiago Madison y Juan Jay, recogidas en El Federalista, exponiendo sus ideas polticas y sociales justificativas del texto constitucional promovido. Hamilton, al responder a objeciones respecto de la omisin de antecederla con una enumeracin de los derechos del hombre, seal que varias de ellas en Gran Bretaa se reducan a pactos celebrados entre reyes y sus sbditos para arrancarles libertades poco a poco, aadiendo: Es evidente, por lo anterior, que, de acuerdo con su significado primitivo, no tienen aplicacin en el caso de las constituciones, las cuales se fundan por hiptesis en el poder del pueblo () Voy ms lejos y afirmo que las declaraciones de derechos, en el sentido y con la amplitud que se pretenden, no slo son innecesarias en la Constitucin proyectada, sino que resultaran hasta peligrosas4 Madison, por su parte, al explicar los poderes conferidos al gobierno tambin abord el tema de la modificacin sugerida en el proyecto del texto constitucional, expresando: Era imposible no prever que la experiencia sugerir reformas convenientes. Y era, por lo tanto, indispensable fijar el modo de introducirlas. El sistema preferido por la convencin parece revestido de todas las caractersticas convenientes. Protege por igual contra esa facilidad extrema que hara a la constitucin demasiado variable y contra esa exagerada dificultad que perpetuara sus defectos manifiestos. Adems, capacita al gobierno en general y al de los Estados para iniciar la enmienda de los errores, a medida que los descubra la experiencia de uno u otro sector.; y esgrimiendo, adems, que Para aprobar enmiendas a la Constitucin, () debern ser ratificadas por tres cuartas partes de los Estados, con slo dos excepciones5 Ignoraba el abate Sieys ese hecho al formular su teora? Ciertamente no, pues, en la obra de Christine Faur, en el documento que ella rotula Manuscrito indito de Sieys sobre las declaraciones de los derechos del hombre6, se advierte que su autor dej expresado: La 4 Madison, Santiago, Al pueblo del Estado de Nueva York, El Federalista, Prlogo y versin directa de Gustavo R. Velasco Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1957, pginas 365, 367-368. 5 Ibidem, pginas 187-188. 6 Sieys, Emmanuel-Joseph, Ob. Cit, pgina 317 y siguientes.

  • 5

    revolucin estadounidense es la primera que ha tenido un carcter diferente porque se ha sacudido decididamente todo el yugo del dspota. Pero los estadounidenses han concebido la futura autoridad que habran de establecer como se haba concebido hasta entonces el poder gobernante: quisieron prevenirse contra la expresin de autoridad. Declararon sus propios derechos y una vez tranquilos, aparentemente se pueden dedicar en paz a sus propios asuntos. El recuerdo de los males que han sufrido, de aquellos a los que han sido ms sensibles, dirige en general la pluma de los redactores de las declaraciones de los derechos. La importancia del tema lo revelan igualmente los exmenes hechos por muchos doctrinarios, entre quienes aludimos a Raymond Carr de Malberg. Explicando la doctrina de la separacin del poder constituyente en su fundamental Teora General del Estado y refirindose a la exposicin razonada de los derechos del hombre leda por Sieys en el Comit de Constitucin, el 20 de julio de 1789, deja dicho; Sieys define all a la Constitucin diciendo que 'la palabra Constitucin se refiere al conjunto y a la separacin de los poderes pblicos'. Mediante esta frmula, seala inmediatamente que si el acto constitucional tiende a realizar la distribucin de los poderes, se produce tambin por este acto una manifestacin de la unidad del poder. Los poderes creados por la Constitucin son poderes mltiples y divididos, pero, declara Sieys, 'todos, sin distincin, son emanacin de la voluntad general; todos proceden del pueblo, es decir, de la nacin'. Emanan, pues, de un poder superior y nico, por lo que Sieys expone inmediatamente este concepto fundamental: 'Una Constitucin supone ante todo un poder constituyente. 'As, del mismo concepto de Constitucin llega directamente a la distincin entre lo que l llama el 'poder constituyente' y 'los poderes constituidos'. Y de este modo restablece la unidad del poder soberano, que Montesquieu haba comprometido y abandonado. La restablece situando el poder constituyente en el pueblo, del cual, dice, proceden todos los poderes constitudos [sic]. El principio de la soberana popular aparece, pues, en esta doctrina, como el complemento lgico de la teora de Montesquieu, o ms bien como la idea principal y dominante sin la cual dicha teora sera ininteligible e inaceptable. En este sentido se ha podido decir, para caracterizar la doctrina de Sieys, que es una sntesis de la doctrina de Rousseau sobre la soberana del pueblo y la teora de Montesquieu sobre la separacin de poderes7 El comentario de Carr de Malberg seala las dos funciones o potestades: la del constituyente que culmina al emitir la Constitucin y la 7 Carr de Malberg, Raymond, Teora General del Estado, traduccin de Jos Lin Depetre, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2001, pginas 1189-1190.

  • 6

    del constituido, al que el primero le atribuye una facultad constreida: la de revisar y de modificar la ley fundamental dentro de linderos estatuidos.

    II Las reformas constitucionales y sus lmites.

    La convergencia doctrinaria y sustantiva que se ha dejado expresada, que resalta y distingue entre poder constituyente, creado por el soberano, y poder constituido, emanado del constituyente, permite observar que, en el decurso de la aplicacin del documento constitucional, condiciones socio-polticas particulares pueden exigir su modificacin, pero que esa posibilidad slo puede tener lugar dentro de los lmites que el constituyente haya autorizado en la Constitucin. Acerca de esto es insoslayable, en nuestro criterio, acudir a la memoria dejada por dos penetrantes pensadores europeos, que sosteniendo puntos de vista no pocas veces en colisin, la justificaron as: Carl Schmitt, de posicin voluntarista, sostuvo que la posibilidad de reformar una constitucin no conlleva la de destruirla, pues, Una facultad de 'reformar la Constitucin', atribuida por una formacin legal-constitucional, significa que una o varias regulaciones legal-constitucionales pueden ser sustituidas por otras regulaciones legal-constitucionales, pero slo bajo el supuesto de que queden garantizadas la identidad y continuidad de la Constitucin considerada como un todo. La facultad de reformar la Constitucin no (contiene) la facultad de dar una nueva Constitucin.8; y Hans Kelsen, quien desde su posicin estrictamente normativista, afirm: ... la constitucin, por difcil que sea su reforma, es continuamente renovada para ponerla de acuerdo con las necesidades del tiempo, por lo cual tiene que ser desbordado incisamente el marco rgido de la codificacin contenida en el documento constitucional. La idea de un documento constitucional unitario presupone el hecho de una constitucin rgida, esto es, plenamente acabada y no reformable. Esto es la constitucin en sentido lgico-jurdico, pero no en sentido jurdico-positivo () Entonces nace la cuestin acerca de si dicha constitucin o dichos preceptos pueden ser, sin embargo, reformados o no, es decir, si jurdicamente pueden serlo, pues la posibilidad real de su reforma est fuera de toda duda () Desde el punto de vista del orden jurdico estatal, que es desde el nico que se plantea esta cuestin, la respuesta es la siguiente: del mismo modo que la violacin de las normas que se refieren a la creacin jurdica a falta de otra determinacin constitucional implican la nulidad de la norma irregularmente establecida; es decir, as como es jurdicamente imposible una creacin 8 Schmitt, Carl Teora de la Constitucin, Versin de Francisco Ayala, Alianza Editorial, Madrid, pgina 119.

  • 7

    irregular de normas, as tambin es jurdicamente imposible de una constitucin o precepto constitucional declarado irreformable. Esta declaracin de invariabilidad puede ser enormemente inoportuna, puesto que, de hecho, no podr imponerse una constitucin que no est de acuerdo con las necesidades de la poca, que exigen imperiosamente su reforma9. Planteamientos semejantes mantienen autores actuales; as el profesor Ral Gustavo Ferreyra, examinando la patologa del proceso de reforma, seala que La disposicin normativa que regula la reforma constitucional tiene una peculiaridad: garantiza la continuidad de la regla democrtica. Ciertamente, la reforma constitucional pone de manifiesto la tensin entre permanencia y cambio, pero es ella, precisamente, la llave que debera producir el desarrollo, el cultivo de la democracia.10 Los autores citados, como otros, ponen de manifiesto que una reforma constitucional debe estar prevista en el texto mximo y que, de entrada, presenta dos limitantes: la de su formalidad y la de su sustantividad. La primera mira al cumplimiento de las etapas normadas que deben satisfacerse al ponerse en marcha, bien se trate de llamar a elegir al cuerpo especfico competente para ello, o a la satisfaccin de otras reglas, impuestas al habilitar al rgano legislador ordinario para asumir el papel de poder constituido. La segunda, que conlleva la delicada tarea de modificar el texto mayor, examina su posibilidad, restringida a aquella o aquellas de las disposiciones que en tal texto deban permitir que sean objeto de modificacin, bien se trate revisar, suprimir, adicionar, o, en concreto, reformarlas en su contenido, guardando la necesaria armona con las que permanezcan inalteradas, de tal manera que permitan la adopcin de la materia o materias socio-polticas que hayan inducido al cambio. Hasta ac la reforma es asunto jurdico, dado que el cuerpo reformador no debe desbordar ese marco reglado, trazado por el constituyente originario. Pero cumplido, la etapa por venir adquiere carcter poltico. Y ello, a su vez, mueve a interrogarse acerca de cules de las materias insitas en las disposiciones constitucionales pueden ser objeto de cambio. La respuesta se halla en cada una de las normas de las constituciones en particular, en la que la operacin reformadora deba tener lugar. 9 Kelsen, Hans, Teora General del Estado, traduccin de Lus Legaz Lacambra, Editora Nacional, Mxico, 1951, pginas 331-332. 10 Ferreyra, Ral Gustavo, Patologa del proceso de reforma, en: Anuario de Derecho constitucional Latinoamericano, Konrad Adenauer Stiftung e. V., Diseo e impresos Sandoval, Mxico, 2008, pgina 70.

  • 8

    Sin perder de vista esa consideracin, otros doctrinarios han propuesto concentrarlos en listados; tal el caso del profesor Karl Loewenstein, cuya formulacin la antecede haciendo alusin inicial a los plazos de espera, esto es, en el sentido de que no se propicia proteger la obra del reformador de otras futuras reformulaciones, pero s de detenerlas hasta pasado un tiempo determinado. Luego, se detiene en las normas que deben tenerse como intangibles, expresando: Bastante ms importancia han adquirido recientemente las llamadas disposiciones intangibles de una constitucin, que tienen como fin librar radicalmente de cualquier modificacin a determinadas normas constitucionales. Aqu hay que distinguir, por lo pronto, dos situaciones de hecho: por una parte, medidas para proteger concretas instituciones constitucionales intangibilidad articulada, y, por otra parte, aquellas que sirven para garantizar determinados valores fundamentales de la constitucin que no deben estar necesariamente expresados en disposiciones o instituciones concretas, sino que rigen como 'implcitos', 'inmanentes' o 'inherentes' a la constitucin. En el primer caso, determinadas normas constitucionales se sustraen a cualquier enmienda por medio de una prohibicin jurdico-constitucional, y, en el segundo caso, la prohibicin de reforma se produce a partir del 'espritu' o telos de la constitucin, sin una proclamacin expresa en una proposicin jurdico-constitucional. El intento de una tipologa de las disposiciones articuladas de intangibilidad podra intentarse de la siguiente manera: 1. La proteccin republicana de gobierno frente a la restauracin monrquica (); 2. La prohibicin que se encuentra no pocas veces en Iberoamrica de reelegir al presidente tras uno o tambin dos periodos de mandato en el cargo presidencial; con ello se deber evitar que el presidente, disponiendo sobre el aparato del poder estatal, se enrace en el poder y se convierta en dictador11; 3. La prohibicin de modificar la forma republicana de gobierno (); 4. En el mismo captulo caen tambin las prohibiciones de modificar los derechos fundamentales; 5. La estructura federal (); 6. Ocasionalmente se encuentran tambin prohibiciones generales de efectuar reformas que contradigan el espritu de la constitucin12 Como se ve, caben en esa enumeracin lo que la doctrina recoge como lmites expresos normas irreformables, lmites implcitos no enunciados concretamente en textos y lmites lgicos sustentados en la naturaleza de las cosas; tal es, por ejemplo, la afirmacin de ser inmodificable el propio procedimiento de reforma.

    11 En cita al pie de pgina el autor que se cita, Karl Loewenstein, alude, como ejemplo, a los artculos 2 y 206, prrafo 3, de la Constitucin de Guatemala de 1945. 12 Loewenstein, Karl, Teora de la Constitucin, Traduccin de Alfredo Gallego Anabitarte, Ediciones Ariel, segunda edicin, Barcelona 1970, pginas 189-190.

  • 9

    III Crticas referidas a problemas que plantean los lmites materiales de

    reformas constitucionales. El tema de los lmites que, desde luego, slo pueden plantearse respecto de las constituciones rgidas, en cuanto articulan para la reforma de los textos fundamentales procedimientos agravados, en distintos niveles, no han sido indemnes a la crtica, especialmente tratndose de aquellos que asumen la condicin de lmites materiales. Con relacin a los de carcter formal, hay coincidencia en los autores sobre que son susceptibles de control jurisdiccional, cuando el rgano legislador omita procedimientos establecidos para habilitar el proceso de reforma, dado que ello lesiona el rgimen impuesto en el texto bsico, en el que su acto pretende apoyarse. Pero seala Gregorio Badeni lo que no pueden controlar ni revisar los tribunales es el juicio de valor poltico que formula el Congreso acerca de la necesidad de la reforma. La oportunidad, conveniencia y necesidad de la reforma se integran con apreciaciones expuestas por el Congreso en un mbito discrecional y poltico13 Las de orden material han sido no pocas. De ellas sealamos las que el profesor venezolano Jos Vicente Haro ha dejado expuestas en un trabajo-ponencia suyo relacionado con los lmites, resumidos as: a) Herman Heller seal al respecto que 'en todos los casos en que el poder propio del depositario supremo del poder se oponga con xito a las normas constitucionales, se da la posibilidad no obstante las firmes barreras del Estado de Derecho, de una creacin jurdica por violacin del derecho. Por muchos controles que se establezcan nunca podr resolverse el problema: Quis custodet custodem? No hay ninguna forma de inviolabilidad de normas constitucionales que puedan detener revoluciones y restauraciones14 b) Loewenstein, haciendo referencia a la Ley Fundamental de Bonn, indic que sera de sealar que las disposiciones de intangibilidad incorporadas a una constitucin pueden suponer en tiempos normales una luz roja til frente a mayoras parlamentarias deseosas de enmiendas constitucionales y segn la experiencia tampoco existe para esto una garanta 13 Badeni, Gregorio, Derecho Constitucional, Direccin Editorial Dr. Rubn Villela, primera edicin, Buenos Aires, 1993, pgina 170. 14 Haro, Jos Vicente, Sobre los lmites materiales de la enmienda y la reforma constitucional, en: Derecho Constitucional para el siglo XXI, tomo I, primera edicin Editorial Aranzadi, S.A., Navarra, 2006, pginas 270.

  • 10

    completa, pero con ello en lo absoluto se puede decir que dichos preceptos se hallen inmunizados contra toda revisin. En un desarrollo normal de la dinmica poltica puede ser que hasta cierto punto se mantengan firmes, pero en pocas de crisis son tan slo pedazos de papel barridos por el viento de la realidad poltica. () Cuando en Iberoamrica un presidente se quiere hacer dictador, anula simplemente, por un golpe de Estado, la constitucin que le prohbe la reeleccin y se prescribe una nueva que transmite 'legalmente' el poder ilimitado15 c) Tambin cabe destacar la observacin de Burdeau quien seal que 'cuando mayor es la resistencia, mayor riesgo se corre de exasperar la voluntad de reforma, que har revolucin, si no puede triunfar por las vas legales'16 d) Manuel Aragn ha sealado que `lejos de ser los lmites materiales a la reforma una exigencia del principio democrtico en la Constitucin, me parece, por el contrario, que la existencia de tales lmites () lo que supone es una verdadera restriccin de tal principio, puesto que se obliga al pueblo, que 'debe tener siempre el derecho a revisar, reformar y cambiar su Constitucin' () a ejercer ese derecho fuera del Derecho, sin procedimiento ni garantas al no haberse mudado en soberana jurdica su soberana poltica17 No obstante la pertinencia de toda crtica a temas como el abordado, porque en las apuntadas no hay ausencia de perspicacia, es interesante detenerse en otros lmites aludidos por el doctor Jorge Rodrguez-Zapata en su Teora y prctica del Derecho constitucional, por cuanto aade los que califica de lmites autnomos y lmites heternomos; los primeros, expresa, pertenecen a un orden jurdico superior a la Constitucin, en tanto se admita que existe un ordenamiento por encima de la Constitucin, en cuyo caso el constituyente no puede, por ejemplo, abolir la dignidad humana. El segundo, se infiere, se sustenta en una idea opuesta, con cuya aceptacin el constituyente estara libre de introducir cualquier norma, por absurda e ilgica que pueda parecer, recordando, para ilustrarla, las leyes nazis para la depuracin de la raza y el genocidio perpetrado por los Kjmeres rojos en Camboya. Y resume: La conclusin admite que el poder constituyente introduzca normas absurdas en la Constitucin. Es un peligro necesario. La rigidez constitucional basta para evitar reformas frvolas o inmaduras que, adems, nunca han surgido de un poder constituyente democrtico. Si 15 Idem. 16 Ibidem, pgina 271. 17 Idem. 19 Rodrguez-Zapata, Jorge, Teora y prctica del Derecho constitucional, Editorial Tecnos, S.A., Madrid, 1996, pgina 277.

  • 11

    es un dictador quien manipula los hilos del poder constituyente, poco importa la existencia de lmites materiales o formales en garanta de la Constitucin. En una dictadura, la primera vctima es siempre la Constitucin.19

    IV Los procedimientos de reforma en la Constitucin de Guatemala de

    1985:

    Adelantado el marco referencial bsico para plantear el tema en relacin a nuestro pas, es de observar su adscripcin, en la doctrina, a las constituciones calificadas de rgidas, esto es, que son permeables a cambios normativos pero sujetos a procedimientos agravados. As lo dispuso nuestro constituyente originario al emitir, el 31 de mayo de 1985, la Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala, previendo en ella las posibilidades de cambio, prohibiendo la alteracin de algunas de sus disposiciones, y de restriccin en la modificacin en otro determinado nmero de normas, de las que, en nuestro criterio, unas estn protegidas por limitaciones expresas, otras por limitaciones implcitas y no faltan las que estn cobijadas por limitaciones lgicas. La materia aludida halla expresin normativa en el Ttulo VII, Captulo nico, rotulado Reformas a la Constitucin, cuya realizacin la pueden asumir, como se ver, con papel protagnico, una Asamblea Nacional Constituyente o el rgano legislador ordinario, facultndolo para ello en condicin de poder constituyente derivado. Ambas posibilidades, desde luego, sujetas a tcnicas dispositivas distintas. Cinco son sus normas de sustento, de las que adelantamos el texto de la ltima, por ubicarse en sta la cuestin de los lmites expresos e implcitos mencionados: Artculo 281. Artculos no reformables. En ningn caso podr reformarse los artculos 14020, 14121, 165 inciso g)22, 18623 y 18724, ni en forma alguna

    20 Artculo 140. Estado de Guatemala. Guatemala es un Estado libre, independiente y soberano, organizado para garantizar a sus habitantes el goce de sus derechos y de sus libertades. Su sistema de gobierno es republicano, democrtico y representativo. 21 Artculo 141. Soberana. La soberana radica en el pueblo quien la delega, para su ejercicio, en los Organismos Legislativo, Ejecutivo y Judicial. La subordinacin entre los mismos, es prohibida. 22 Artculo 165. Atribuciones. Corresponde al Congreso de la Repblica: () g) Desconocer al Presidente de la Repblica si, habiendo vencido su periodo constitucional, contina ene. ejercicio del cargo. En tal caso, el Ejrcito pasar automticamente a depender del Congreso. 23 Artculo 186. Prohibiciones para optar a los cargos de Presidente o Vicepresidente de la Repblica. No podrn optar al cargote Presidente o Vicepresidente de la Repblica: a) El caudillo ni los jefes de un golpe de Estado, revolucin armada o movimiento similar, que haya alterado el orden constitucional, ni quienes como consecuencia de tales hechos asuman la Jefatura de Gobierno; b) La persona que ejerza la Presidencia o Vicepresidencia de la Repblica cuando se haga durante cualquier tiempo dentro del

  • 12

    toda cuestin que se refiera a la forma republicana de gobierno, al principio de no reeleccin para el ejercicio de la Presidencia de la Repblica, ni restarle efectividad o vigencia a los artculos que estatuyen la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la Repblica, as como tampoco dejrseles en suspenso o de cualquier manera variar o modificar su contenido. Vase que nos hallamos frente a una norma prima en la que varias disposiciones del mismo texto son elevadas al grado de intangibles, vedando por ello todo o cualquier intento de cambio de su contenido, con el objeto de proteger determinadas instituciones constitucionales que, como ha sucedido a lo largo de nuestra historia constitucional, si bien su expresin normativa no falt en textos constitucionales precedentes, su efectividad qued reducido a mera semntica, desde luego que fueron presa de la burla de detentadores de los poderes, en general. Pasemos ahora a la facultad de iniciativa para la reforma, que en la ley fundamental que rige obedece al tipo democrtico, elemento este que lo subraya el hecho de la participacin popular, incluida en la norma siguiente: Artculo 277. Iniciativa. Tienen iniciativa para proponer reformas a la Constitucin: a) El Presidente de la Repblica en Consejo de Ministros; b) Diez o ms diputados al Congreso de la Repblica; c) La Corte de Constitucionalidad; y, d) El pueblo, mediante peticin dirigida al Congreso de la Repblica, por no menos de cinco mil ciudadanos debidamente empadronados por el Registro de Ciudadanos. En cualquiera de los casos anteriores, el Congreso de la Repblica debe ocuparse sin demora alguna del asunto planteado. Resulta oportuno ac mencionar un comentario del profesor Loewenstein, respecto del denominado pouvoir constituant, en el que periodo presidencial eque se celebren las elecciones; c) Los parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la Repblica, cuando este ltimo se encuentre ejerciendo la Presidencia, y los de las personas a que se refiere el inciso primero de este artculo; d) el que hubiere sido ministro de Estado, durante cualquier tiempo en los seis meses anteriores a la eleccin; e) Los miembros del Ejrcito, salvo que estn de baja o en situacin de retiro por lo menos cinco meses antes de la fecha de convocatoria; f) Los ministros de cualquier religin o culto; y, g) Los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral. 24 Artculo 187. Prohibicin de reeleccin. La persona que haya desempeado durante cualquier tiempo el cargo de Presiente de la Repblica por eleccin popular, o quien la haya ejercido por ms de dos aos en sustitucin del titular, no podr volver a desempearlo en ningn caso. La reeleccin o prolongacin por cualquier medio, son punibles de conformidad con la ley. El mandato que se pretenda ejercer ser nulo.

  • 13

    asienta: La ideologa del Estado constitucional democrtico exige que la competencia para la reforma constitucional no sea el monopolio de un nico detentador del poder, sino que debe estar lo ms distribuida que sea posible. Todos los detentadores legtimos del poder gobierno, parlamento y pueblo organizado como electorado deben poder participar de ella.25 4.1 Revisin parcial por Asamblea Nacional Constituyente La norma constitucional que sigue introduce a la facultad reformadora, por las materias susceptibles de modificacin a que se refiere, a un cuerpo equivalente, aunque en mbito circunscrito, al poder constituyente. Su texto: Artculo 278. Asamblea Nacional Constituyente. Para reformar ste o cualquier artculo de los contenidos en el Captulo I del Ttulo II de esta Constitucin26, es indispensable que el Congreso de la Repblica, con el voto afirmativo de las dos terceras partes de los miembros que lo integran, convoque a una Asamblea Nacional Constituyente. En el decreto de convocatoria sealar el artculo o los artculos que haya de revisarse y se comunicar al Tribunal Supremo Electoral para que fije la fecha en que se llevarn a cabo las elecciones dentro del plazo mximo de ciento veinte das, procedindose en lo dems conforme a la Ley Electoral Constitucional. Se trata tambin de una norma que aunque protectora del plexo de derechos fundamentales o bsicos, pueden sin embargo ser objeto de reforma, pero cuya orientacin, se percibe, no puede estar dirigida a restarles continente o efectividad, sino, quiz, a buscar su mayor prestancia o relieve o, puede ser, adecuacin apropiada a las condiciones socio-polticas que se estime conveniente. Por ello y si la iniciativa de reforma obtiene el apoyo de los votos en nmero no menor de dos tercios de los diputados que integran el Congreso de la Repblica, debe, por una parte, sealar puntualmente cul es o cules son las normas que se sujetarn a la revisin, y, por otra, convocar a elegir una Asamblea Nacional Constituyente, esto es, un cuerpo con rango superior, habida cuenta los temas primordiales que se trasladen a su examen, sustrados por ello a la competencia del rgano legislador ordinario.

    25 Loewenstein, Karl, Op. Cit., pgina 172. 26 Comprende todos los derechos individuales expresados en los artculos que van del nmero 3 al nmero 46 de la Constitucin Poltica de la Repblica.

  • 14

    De este modo de reforma no hemos tenido experiencia y por lo mismo lleva a preguntarse, por lo menos, por esta cuestin: si, como se dej expresado en el primer apartado de este estudio, el poder constituyente carece, por su condicin eminentemente poltica, de lmites para disponer sobre el contenido de las normas constitucionales, debe, actuando como poder reformador, en su acto de revisin de una o ms normas concretas, necesariamente sustituirlas o variarlas en su contenido o, si tal es su criterio, confirmarlas? Desde luego, nos inclinamos por una respuesta positiva, por estimar que, a juicio del poder revisor, se aprecie que las normas sujetas a examen conservan su valor original. A propsito de revisin recordamos la enseanza del maestro Carr de Malberg, quien comentando una disposicin con semejanza de la Constitucin francesa de 1875, afirm que la misma admiti, en la forma ms amplia, la posibilidad de revisiones de extensin ilimitada; pero resulta de dicho texto que la fijacin de esa extensin no depende, ante todo, de las declaraciones de las Cmaras. La revisin ilimitada est permitida, pero con una condicin: es preciso que haya sido querida por las dos Cmaras. As pues, el papel de las Cmaras en esta materia no slo consiste en promover la reunin de la asamblea de revisin, sino que, hasta cierto punto, puede decirse que las Cmaras quedan asociadas a la revisin, por cuanto depende de ellas y de sus iniciativas determinar la esfera y el objeto de la misma. No es ya realmente que la Asamblea nacional reciba del Parlamento su potestad constituyente por va del mandato o delegacin, pues la tiene directamente de la Constitucin, sino que slo puede ejercer su competencia cuando sta ha sido puesta en movimiento por las Cmaras y en la medida en que las Cmaras lo determinaron, comprendiendo as a dichas Cmaras, en esta materia, un papel inicial de lo ms importante.27 Para el caso de concrecin de una revisin constitucional por la Asamblea Nacional Constituyente, una vez electos sus integrantes bajo las reglas de eleccin dispuestas por la Ley Electoral y de Partidos polticos, su funcionamiento ser sincrnico con el del rgano legislador, asunto que deja claro el texto que sigue: Artculo 279. Diputados a la Asamblea Nacional Constituyente. La Asamblea Nacional Constituyente y el Congreso de la Repblica podrn funcionar simultneamente. Las calidades requeridas para ser diputado a la Asamblea Nacional Constituyente son las mismas que se exigen para ser

    27 Carr de Malberg, Raymond Op. Cit., pgina 1252.

  • 15

    Diputado al Congreso y los diputados constituyentes gozarn de iguales inmunidades y prerrogativas. No se podr simultneamente ser diputado de la Asamblea Nacional Constituyente y al Congreso de la Repblica. Las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente, el nmero de diputados a elegir y las dems cuestiones relacionadas con el proceso electoral se normarn en igual forma que las elecciones al Congreso de la Repblica. 4.2 Reforma parcial por el Poder Constituido Por este modo se han producido ya dos procesos de reforma constitucional, en los aos 1993 y 1996, siguiendo los lineamientos de la norma que se lee: Artculo 290. Reformas por el Congreso y consulta popular. Para cualquier otra reforma constitucional, ser necesario que el Congreso de la Repblica la apruebe con el voto afirmativo de las dos terceras partes del total de diputados. Las reformas no entrarn en vigencia sino hasta que sean ratificadas mediante la consulta popular a la que se refiere el artculo 17328 de esta Constitucin. Si el resultado de la consulta fuere de ratificacin de la reforma, sta entrar en vigencia sesenta das despus que el Tribunal Supremo Electoral anuncie el resultado de la consulta. Ntese que la norma exige satisfacer presupuestos: en primer lugar, que en el Congreso de la Repblica se produzca un nmero mayoritario calificado de votos a favor de la propuesta, bien que ella obedezca a iniciativa del Presidente de la Repblica, de la Corte de Constitucionalidad, del pueblo por intermedio de, por lo menos, cinco mil ciudadanos empadronados por el Registro de ciudadanos o de diez o ms diputados del propio Congreso; de modo que si, en cualquiera de esos casos, su proponente carece del patrocinio de un nmero de votos no menor de dos tercios de los diputados que integran ese organismo, la pretensin carecer de viabilidad. En segundo lugar, bajo el supuesto del respaldo mayoritario al que se alude, que supone el examen de la pretensin y su adopcin por el rgano legislador, precisa de recibir aceptacin y sostn popular en el

    28 Artculo 173. Procedimiento consultivo. Las decisiones polticas de especial trascendencia debern ser sometidas a procedimiento consultivo de todos los ciudadanos. La consulta ser convocada por el Tribunal Supremo Electoral a iniciativa del Presidente de la Repblica o del Congreso de la Repblica, que fijarn con precisin la o las preguntas que se sometern a los ciudadanos. La ley constitucional electoral regular lo relativo a esta institucin.

  • 16

    referndum que conlleva el proceso consultivo, por estar librada esa forma de consulta a la aquiescencia ciudadana. Empero, hay un detalle ms que, en nuestro parecer, no debe pasar desapercibido. Resulta que la norma transcrita artculo 290 constitucional concretamente seala que, bajo el procedimiento mencionado, se puede perseguir la reforma de cualquier otra de las disposiciones del texto superior, excepcin hecha, desde luego, tanto de las normas tenidas como intangibles, al igual que de las calificadas como inmanentes, salvaguardadas por el artculo 285 citado. De ah que queda por ver si entre las restantes puede haber disposiciones amparadas por lmites lgicos, habida cuenta que la norma en examen no ha establecido que todas las dems puedan ser objeto de reforma, sino simplemente menciona cualquier otra. Ya antes se indic que los lmites lgicos estn amparados por la naturaleza de las cosas, expresin que Arthur Kaufmann29 atribuye a Werner Maihofer, quien la considera una genuina fuente del derecho en el sentido de un 'derecho natural concreto', es decir, que respecto de las normas incluidas en tales lmites, de su naturaleza se desprende que, como las consideradas implcitas o inmanentes, estn a resguardo de los intentos de su reforma. As, dentro de esa arquitectura normativa puede asumirse que, por ejemplo, el artculo 285, en s mismo, presenta un lmite lgico, esto es, no susceptible de reforma; otro, puede considerarse el artculo 268, tambin constitucional, en cuanto se refiere a la funcin esencial de la Corte de Constitucionalidad, si, por hiptesis, se pretendiese suprimir la frase que seala que su funcin esencial radica en la defensa del orden constitucional. En sntesis, como sostiene Ferreyra, La reforma constitucional reviste la naturaleza de garanta de la Constitucin. Desde una orilla, protegiendo, manteniendo, conservando su textura bsica al dificultar el cambio, pero precipitndolo cuando la tensin entre la realidad y normatividad es insostenible. Y desde la otra orilla, transformando, estimulando, promoviendo la evolucin, es decir, el cultivo de la letra constitucional. He aqu, pues, significado y funcin bsicos que debe cumplir la reforma constitucional.30

    29 Kaufmann, Arthur, Filosofa del Derecho, Traduccin de Lus Villar Borda y Ana Mara Montoya, segunda edicin, Departamento de publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, Bogot, 2002, pgina 84 30 Ferreyra, Ral Gustavo, Ob. Cit., pgina 71.

  • 17

    V

    La reforma constitucional y la Corte de Constitucionalidad Del tema de la reforma constitucional no puede ser excluida la actuacin de la Corte de Constitucionalidad. Por una parte, por ser institucin que est dotada de iniciativa para su promocin, facultad expresada en el ya citado artculo 277 constitucional, la que, por cierto, no ha ejercitado hasta la fecha. Por otra, porque teniendo como funcin esencial la defensa del orden constitucional, su intervencin puede ser requerida y por ello ser obligada su participacin, lo que puede ocurrir si, en un proceso de esa naturaleza, se denuncia infraccin constitucional en la decisin del Congreso de la Repblica, sea por la forma o por el fondo. Dos procesos de reforma realizados bajo la vigencia de la Constitucin Poltica de la Repblica se han producido, con resultado dispar, en los aos 1993 y 1996; el primero, motivado por el equivocado ejercicio de detentadores de los tres organismos del Estado y su consecuencia concretada en un auto golpe de Estado por el titular del Ejecutivo. El siguiente, derivado de los compromisos que, para finalizar el conflicto armado interno que se prolongaba por ms de treinta aos, haban alcanzado, con iniciativa y apoyo de varias naciones, el Gobierno de la Repblica y los lderes de la denominada Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), vertidos en los llamados Acuerdos de Paz de 1996. Resumamos el primero: por las tensiones polticas que se produjeron entre el jefe del Ejecutivo y los organismos legislativo y judicial, ya en el ao anterior se blanda la reforma constitucional como frmula de solucin, abrindose debate por diferentes sectores en el sentido, unos, de ponerla en marcha y, otros, rechazndola. Optando el Presidente de la Repblica, el 25 de mayo de 199331, por intentar dejar sin efecto ms de cincuenta disposiciones constitucionales, veinte artculos de la Ley de Amparo, Exhibicin personal y de Constitucionalidad, dos normas de la Ley Electoral y de Partidos Polticos; de disolver al Congreso de la Repblica, asumiendo la funcin legislativa; de dejar sin efecto la integracin tanto de la Corte Suprema de Justicia como de la Corte de Constitucionalidad; y de remover de su cargo al Procurador General de la Nacin y Jefe del Ministerio Pblico, surgi espontneamente un movimiento masivo popular que rechaz sus medidas, objetadas tambin por la casi totalidad de representantes de la Comunidad Internacional.

    31 Cf. Decreto Gubernativo 1-93 de 25 de mayo de 1993.

  • 18

    El golpista dej a salvo de sus medidas al Tribunal Supremo Electoral, con el slo propsito de obtener de l la convocatoria a una consulta popular que refrendara las providencias de hecho adoptadas por l. El 27 de mayo de 1993 el Ejecutivo formaliz su peticin al Tribunal Supremo Electoral, que la resolvi el 29 del mismo mes y ao, en el sentido de que era materialmente imposible acceder a lo pretendido, teniendo en cuenta que las Normas Temporales de Gobierno dictadas por el Ejecutivo eran nulas ipso jure, segn prescripcin constitucional contenida en su artculo 4432; adems, el Tribunal Supremo Electoral seal que no se poda llevar adelante un evento electoral pues la consulta popular no era posible estando limitados los derechos constitucionales, segn el tenor del artculo 194 de la Ley Electoral y de Partidos Polticos vigente en esos momentos33, que no obstante haberse suspendido por la fuerza por el Ejecutivo, no haba perdido vigencia segn disposicin contenida en la parte final del artculo 21 de las disposiciones transitorias y finales de la Constitucin34. Despus de hacerse pblico lo dispuesto por el Tribunal Supremo Electoral, el Ejercito retir su apoyo al golpista, como consta en el comunicado del Ejercito de Guatemala de 1 de junio de 1993, crendose las condiciones para que la Corte de Constitucionalidad pudiera publicar su sentencia de 25 de mayo de 1993, lo que finalmente se hizo en el Diario Oficial el 2 de junio de 1993, por la que declar inconstitucional el Decreto que contena las Normas Temporales de Gobierno. El Ejrcito permiti la salida del territorio nacional al ex Jefe del Ejecutivo. Igual suerte acompa al Vicepresidente de la Republica. Finalmente se restableci la funcin gubernativa. Los jefes del Ejecutivo fueron electos por el Congreso de la Repblica, como est regulado en norma constitucional expresa en ese sentido. El Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Constitucionalidad jugaron el papel vital que la Constitucin les encomend, lo que posibilit que controlaran el abuso de poder que se haba producido. El Tribunal 32 Artculo 44. Derechos inherentes a la persona humana. (...) Sern nulas ipso jure las leyes y las disposiciones gubernativas o de cualquier otro orden que disminuyan, restrinjan o tergiversen los derechos que la Constitucin garantiza. 33 El texto vigente en 1993 del artculo 194 de la Ley Electoral y de Partidos Polticos deca: Artculo 194.- De la vigencia plena de los derechos constitucionales. El proceso electoral deber realizarse en un ambiente de libertad y plena vigencia de los derechos constitucionales. No podr existir limitacin alguna a dichas libertades y derechos, ni decretarse estado de excepcin mientras el proceso no haya concluido. Esta disposicin fue reformada por el artculo 108 del Decreto 10-04 del Congreso de la Repblica. 34 Constitucin Poltica de la Repblica. Disposiciones transitorias y finales: Artculo 21.- Vigencia de la Constitucin. La presente Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala entrar en vigencia el da 14 de enero de 1986 al quedar instalado el Congreso de la Repblica y no pierde su validez y vigencia pese a cualquier interrupcin temporal derivada de situaciones de fuerza.

  • 19

    Supremo Electoral acto con base en una peticin de Serrano; sin embargo, la Corte de Constitucionalidad lo hizo oficiosamente35, cuando se reconoce que normalmente su actuar deriva del ejercicio de la accin constitucional; sin embargo, tratndose del rescate de la Constitucin y de su protectora la propia Corte de Constitucionalidad, que haba sido disuelta, no puede hacerse objecin a tal forma de actuacin, pues hizo uso de su facultad fundamental, la de ser contralora del ejercicio del poder, restableciendo el balance de su ejercicio, con lo que se retorn al Estado Constitucional de Derecho. Hubo, sin embargo, reclamo continuo para la sustitucin de diputados y de los magistrados superiores, y buscando solucin en ese sentido el Presidente de la Repblica, con base en disposicin constitucional que le habilita para apoyarse en el electorado sobre decisiones polticas de especial trascendencia, promovi ante el Tribunal Supremo Electoral la apertura del proceso consultivo a efecto facultarle para pedir a diputados la renuncia a sus bancas. El tribunal requerido lo puso en marcha36, empero, la accin de un ciudadano para frenarla, invocando infraccin del texto supremo ante la Corte de Constitucionalidad, tuvo respuesta afirmativa provisional y el proceso se detuvo37. Posteriormente el Presidente desisti de la peticin hecha. Intervenciones mediadoras diversas, especialmente de la alta jerarqua eclesistica, fueron fructferas y fue posible plantear la propuesta de reforma de varias disposiciones del texto constitucional, que de una u otra forma satisfaran aquellos objetivos, aprobadas por el cuestionado Congreso de la Repblica el 17 de noviembre de 1993, y sometidas a referndum aprobatorio, que tuvo resultado positivo en la consulta ocurrida el 30 de enero de 199438. El segundo, en sntesis, se produjo as: con respaldo de varias naciones hubo acercamiento entre el gobierno de la Repblica y representantes de los alzados, que dieron como resultado, primero, un acuerdo de cese al fuego, de 4 de diciembre de 1996, y, despus, el acuerdo de paz firme y duradera, suscrito el da veintinueve siguiente. De los acuerdos firmados destacamos el Acuerdo sobre reformas constitucionales y rgimen electoral, firmado por las partes el da siete de los mismos mes y ao. 35 Cf. Lsing, Norbert, El guardin de la Constitucin en tiempos de crisis, Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Konrad-Adenauer-Stiftung A.C., CIEDLA, primera edicin, Argentina, 2000. 36 Cf. Decreto No.2-93 del Tribunal Supremo Electoral, de 1 octubre de 1993. 37 Cf. Expediente No.544-93 de la Corte de Constitucionalidad, de 11 de noviembre de 1993. 38 Cf. Decreto 4-93 del Tribunal Supremo Electoral de 25 de noviembre de 1993.

  • 20

    El compromiso de la reforma dio como resultado el Acuerdo No.41-98 del Congreso de la Repblica, de 16 de octubre de 1998, que contiene un nmero de reformas que excedi el marco de aqul; el poder constituido, en peticin del da veintiuno siguiente, pidi al Tribunal Supremo Electoral que en el proceso de referndum se respondiera, por el cuerpo electoral, con slo una respuesta, positiva o negativa, sobre un total de cincuenta modificaciones. Para entonces el pas haba comenzado a ser afectado por el huracn Mitch, obligando el Ejecutivo a declarar el estado de excepcin de calamidad pblica por treinta das, que hubo de ser prorrogado ms de una vez por la persistencia del fenmeno natural, impidiendo el inicio del proceso consultivo. Pese a esas condiciones climticas la decisin del rgano reformador dio lugar a recias discusiones ciudadanas, desfavorables en mayor nmero a su aprobacin; por otra parte, el Centro para la defensa de la Constitucin (CEDECON) present, mediante memorial ante la Corte de Constitucionalidad de 30 de diciembre del mismo ao, accin de inconstitucionalidad parcial centrada en el numeral segundo del Acuerdo del Congreso citado, precisamente el relativo a permitir slo una respuesta de cada votante para la aprobacin o desaprobacin de las reformas acordadas. La Corte, abriendo para su examen el expediente No.931-98, en resolucin de 5 de enero de 1999 declar la suspensin provisional de lo impugnado, situacin que por segunda vez detuvo la actividad electoral. La sentencia del caso fue pronunciada el 8 de febrero siguiente, en el que el tribunal se explay con amplitud, en su segunda consideracin, sobre el tema de la reforma constitucional La Constitucin, la soberana popular, la reforma constitucional y la consulta popular. En la tercera abord el cuestionamiento puntual, razonamiento del que interesa reproducir los prrafos siguientes: Por el Decreto que aprob las reformas a la Constitucin, el Congreso de la Repblica estim "Que para la solucin pacfica de la problemtica nacional por medios pacficos, se suscribieron los Acuerdos de Paz, que es imperativo preservar y consolidar, mediante reformas constitucionales oportunas y convenientes"; y que para su vigencia deben ser ratificadas mediante consulta popular. Este procedimiento se viabiliza en el Acuerdo nmero 41-98 en su segundo apartado que dice: "y se consulte a la ciudadana sobre la ratificacin o no del total de las reformas, a travs de la formulacin de una pregunta consignada en una papeleta electoral, a la que el ciudadano pueda responder con un SI, con lo cual expresar su ratificacin; o con un NO, con lo cual expresar su no ratificacin al total de las reformas a la Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala aprobadas por este alto Organismo del Estado.", que es objeto de la

  • 21

    impugnacin de inconstitucionalidad bajo examen. Sobre el particular se debe, en primer lugar, reconocer que el Congreso de la Repblica tiene facultad para constituirse en poder constituyente derivado, con capacidad para aprobar textos de reforma de la Constitucin Poltica, exceptuando los referidos en el Captulo I del Ttulo II y sus artculos 278 y 281. Su actuacin, que tiene una demarcacin jurdica que no le es permisible rebasar, alcanza su objetivo cuando por la mayora de votos requerida aprueba aquellos textos que introducen enmiendas a los ya existentes, cuyo fondo se orienta en sentido distinto, aceptando la incorporacin de elementos ideolgicos o normativos no considerados o previstos en la concepcin original del texto matriz; tal acontece con los compromisos contenidos en los Acuerdos de Paz. A la comprensin y toma de conciencia de lo que conlleva la reforma aprobada est dirigido el punto primero del Acuerdo, en cuanto a su divulgacin se refiere; a este respecto la Corte ha dicho que "un proceso de educacin cvica, unas formas de preparacin poltica a cargo de los partidos y comits cvicos electorales, unas formas adecuadas de comunicacin e informacin, y un mtodo hbil de formular la consulta, podran permitir a gran cantidad de ciudadanos manifestarse en voto secreto." (Dictamen de 25 de noviembre de 1986. Exp. 96-86. Gaceta II) En la cuarta, en su segundo prrafo, expres: El estudio factorial de las reformas a la Constitucin aprobadas por el Congreso permite suponer que, no obstante su extensin, podran agruparse por temas o ttulos diferenciados, cuya aprobacin particularizada no sera susceptible de producir incompatibilidad normativa y, como consecuencia, tendran validez intrnseca. Por ejemplo, y dicho esto de manera puramente indicativa y no vinculante, los artculos reformados podran ser agrupados bajo los siguientes temas: Tema uno (1): Nacin guatemalteca y derechos sociales y polticos. Artculos 1o., 66, 70, 94, 110, 135, inciso g), 143; y 13, 30 y 32 Transitorios. Tema dos (2): Organismo Legislativo. Artculos 157, 164, penltimo prrafo, 166, 167, 171 inciso n), 173, 176, 251; y 28 transitorio. Tema tres (3): Organismo Ejecutivo. Artculos 182, 183 suprime literal r) y reforma literal t); y 33 transitorio. Tema cuatro (4): Organismo Judicial. Artculos 203, 204, 205, 206, 207, 208, 209, 210, 213, 214, 215, 216, 217, 219, 222; y 29, 31 y 34 transitorios. Tema cinco (5): Sistema de Consejos de Desarrollo. Artculo 225 Tema seis (6): Ejrcito de Guatemala y Fuerzas de Seguridad Civil. Artculos 244, 245, 246, 248, 249, 250; y la denominacin del Captulo V

  • 22

    del Ttulo V, la adicin de la seccin primera (Del Ejrcito de Guatemala) y de la seccin segunda (Fuerzas de Seguridad del Estado). Y su conclusin fue la siguiente: POR TANTO La Corte de Constitucionalidad con base en lo considerado y leyes citadas DECLARA: I) Con lugar la inconstitucionalidad del numeral segundo del Acuerdo nmero 41-98 del Congreso de la Repblica, en la parte que dice "y se consulte a la ciudadana sobre la ratificacin o no del total de las reformas, a travs de la formulacin de una pregunta consignada en una papeleta electoral, a la que el ciudadano pueda responder con un SI, con lo cual expresar su ratificacin; o con un NO, con lo cual expresar su no ratificacin al total de las reformas a la Constitucin Poltica de la Repblica de Guatemala aprobadas por este alto Organismo del Estado"; en consecuencia, queda sin vigencia la disposicin legal indicada, en la parte que qued transcrita, a partir del da siguiente de la publicacin del auto de esta Corte que decret su suspensin provisional. II) Publquese esta sentencia en el Diario Oficial dentro de los tres das siguientes de la fecha en que la misma quede firme. III) Notifquese El rgano reformador constituido, no sin la renuencia de muchos de sus miembros, acept el veredicto emitiendo el Acuerdo No.15-99 de 18 de febrero de 1999, formulando cuatro preguntas, de las que, en Acuerdo No.17-99, reformul la tercera. El proceso de consulta fue sealado para llevarse a cabo el 16 de mayo del mismo ao por el Tribunal Supremo Electoral. Celebrado el acto electoral, con abstencin notoria de la mayora de ciudadanos, el mismo tribunal, en el Acuerdo No.229-99, del da veintiuno posterior, declar la validez del evento, pero luego asent: Artculo 2.- En consecuencia, las reformas constitucionales decretadas y aprobadas por el Congreso de la Repblica el da diecisis de octubre de mil novecientos noventa y ocho no tendrn vigencia39

    39 Memoria Consulta Popular 1999, Reformas constitucionales, Edicin sin fecha del Tribunal Supremo Electoral.

  • 23

    CONCLUSIN Traer a reflexin la reforma constitucional es, no cabe duda, un tema significativo. Su importancia, sin embargo, no radica tanto en lo que la normativa del texto constitucional ha precisado para actualizarla en un determinado momento, por cuanto su promocin o iniciativa y su puesta en marcha, en caso de acordarse, est ceida por sus reglas, cuyo cumplimiento formal queda sujeto a vigilancia y eventual readecuacin, para el caso de evasin, omisin o exceso, por el sistema jurisdiccional. Lo esencial es su aspecto poltico, librado, en el caso de llamamiento a la Asamblea Nacional Constituyente, a la consideracin, promocin y decisin razonable y coherente con el bien comn que hagan sus miembros; y al buen juicio de los ciudadanos, del poder constituyente, una vez captado y percibido de que lo acordado por el poder constituido conduce a la finalidad que la colectividad requiere por responder a la realidad social, y as el cuerpo electoral le dispense su aprobacin, porque lo adelant el profesor Lus Recasns Siches: Hay situaciones y materias en las que se da el hecho de una opinin pblica preponderante, de un consenso generalizado, el hecho de autnticas convicciones vigentes, instaladas en una cierta sociedad, pero que an no han cristalizado en forma de reglas jurdicas 41. Guatemala, septiembre de 2010.

    41 Recasns Siches, Lus, Introduccin al estudio del Derecho, Editorial Porra, S.A., Mxico, 1972, pgina 74.